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535 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO actuacién (cap. VD} la creacién y estructura de la Organizacién Internacional de la Aviacién Civil (OACD en los capftulos VIL a XU; para dedicar los restantes capitulos al transporte aéreo, anexos, ratificaciones y adhesiones (caps. XIII a XX). Entré en vigencia €1 6 de junio de 1945. La Convencién Aérea de Ginebra de 1948, se ocup6 del re- conocimiento juridico internacional de los derechos sobre la aero- nave, La Convencién Aérea de Guadalajara 1961 trat6 la carga area internacional realizada por otra persona que el transportista cont infinitum de los derechos de Ia superficie. En el espacio aéreo el ejercicio de la soberania estatal no enerva al trénsito inocente de aeronaves, con régimen similar al del mar territorial antes visto. Ladoctrina de la libertad del aire, sostenida por Lauterpacht y asumida en 1906 por el Instituto de Derecho Internacional, no - advirti6vla correspondencia instrumental del espacio aéreo y Ia superficie, pero si hizo ver que el medio aéreo implica un camino rapido de comunicacién, lo que fue receptado por Ia institucién del paso inocente de aeronaves, __ La doctrina de soberania del espacio aéreo, sostenida por Lisat y Anailott, Vio esa Correspondencia y aceptd el paso inoeen- te de aeronaves, siendo asumida tal doctrina por Intemational Law ” Association en su reuni6n de Madrid 1913. Pero de} limitaci6n del espacio aéreo, que no se extiende ad ‘hasta el espacio superior, como To sostuvo el Dr. Carios Pasini Costadoat en 1952. La tercera doctrina, de las zonas, original- LOS AMBITOS PARTIGULARES DE DOMINIO S37 fes- mente expuesta por Liviery otros, aleanza asf una nueva mani tacién, més realista que la original. 661.- Novisima rama del Derecho, el hoy Hamado Derecho Espacial encierra una doble cuesti6n que compromete al Derecho Internacional Pblico, en el que tiene su origen, y al Derecho de la Navegacién. Esa doble cuestién se refiere al dominio del espacio ultraterrestre, materia de especifica competencia del Derecho In- temacional; y al desplazamiento por dicho ambit ponde més propiamente al Derecho de Navegacién En los albores de la nueva rama del Derecho, el Maestro pronuncié en 1963, en Ia Universidad Nacional de Cérdoba y como miembro de la Academia Nacional de Derecho de Cérdoba, una memorable conferencia, que mantiene viva actualidad y que transcribimos a continuacién: “Sefior Presidente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Cérdoba, Doctor Félix Sarria. Sefior Vice Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Cérdoba, Doctor Alfredo Rossetti. lo-que corres- Sefiores Académicos. Sefiores Consejeros. Sefiores Profesores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales. Sefior Rector del Colegio Nacional de Monserrat, Doctor Rafael M. Escuti, Sefior representante de la Sociedad de Escritores de Cérdo- ba, Don Nicolés Lobos Porto, Sefforas, Sefiores: 38, -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO 1. Ante todo, Sefiores, permitidme que recuerde el nombre que he dado a esta exposicién, no me atrevo a decir a esta confe~ rencia, que voy a tener el alto honor de explanar esta tarde ante he denominado “‘Astrondutica y Derecho Intemnacio- nal Pablico”: y subsidiariamente, como un segundo titulo, la he llamado también “Régimen Juridico del Espacio Side ‘Al destacar estas denominaciones, tengo presente el pensa- iento de un profundo pensador de la profunda Espafia, Don Mi- ‘guel de Unamuno, quien en su hermoso articulo titulado “El Can- to Adémico”, articulo tan rebosante de conmovida y lirica belleza, refiriéndose a la grandiosa poesia de Walt Whitman, y comentan- do aquellas exaltadas y largas series de enumeraciones de nom- bres de cosas; de seres, de actividades, de mares, de continentes, de paises de regiones, de ciudades, enumeraciones que se van su- cediendo armoniosamente en el desarrollo Iirico de la poesia que ‘comenta, expresa y afirma que esta tarea de poner y decir, y repe- tir, los nombres de las cosas, es uno de los medios por los cuales el hombre va tomando posesiGn de-las cosas, de los seres, de las _ actividades que existen en la naturaleza y va extendiendo sobre ellos su dominacién... fico del Espacio Sideral” es uno de los nom- bres que he dado a esta conferencia. Con este nombre le trazé mites, delineo términos a mi exposici6n; pero con el nombre prin- cipal que a esta exposici6n he dado, “Astrondutica y Derecho In- temacional Piiblico”, presento en realidad ante vosotros los més inmensos panoramas, que por cierto no he de tener posibilidad de recorrer esta tarde sino en parte minima; presento ante vosotros con esa amplia denominacién las perspectivas més ilimitadas, como _ queen ella caben perfectamente lo mismo el trabajo -los sabios en sus laboratorios que el trabajo de los ‘medio de los aparatos, de las herramientas, de las méquinas de sus denominacién el lento surgit y formularse de nuevas doctrinas juridicas en las prolonga- das vigilias de los jurisconsultos que la construccién y el lanza- “Régimen Jui LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 539 de méquinas volantes de satélites miento de cohetes, de aparatos, Jas rutas inconmensurables de axtificieles arrojedos a circular por los espacios siderales. 2,“Astronéutica y Derecho Intemacional Pablico” he dicho. ¥ ello nos exige tener presentes los conceptos de estas dos cien~ ios de tanta importancia en la actualidad. Sé perfectamente que fodos los que me escuchan, sefiores académicos y profesores uni- ior ritarios del Derecho, unos; ts, estudiantes que van penetrando y avanzando cada vez més en el conocimiento de las doctrinas ¥ 2 as normas que integran Ia cienciajuridica; y todos personas de fan cultura superior, sé perfectamente que todos los que me es srchan saben qué es este Derecho Internacional Paiblico de que hablo, gloriosa conquista milenaria de 1a umani dad, parte cesencialisima y de las més necesarias y cid. contemporsinea, a tal grado que si hipotéticamente imagingramos su desaparicién, tendrfamos también que imaginar inmediatamen- teel retroceso de la Humanidad a la vida primitiva y barbara de las selvas y de las cavemnas; sé que todos los que me escuchan saben que este Derecho Intemacional Piblico es cumplido todos los dias por todas las cancillerias de todos los Estados de la tierra, en lo grande y en lo pequeto, lo mismo por las Superpotencias que por Jos més débiles Estados; y todos los pueblos saben que ¢s tanta su necesidad y su importancia que, ante su excepcional incumplimien- to, todos ellos observan extenderse las més sombrias preocupa- ciones sobre la frente de los gobernantes, y angustiosas inquietu- des sacuden o conmueven el alma de los pueblos, como si los pue- bios presintieran y vieran acercarse, ante aquel excepcional in- cumplimiento, los fatfdicos tiempos de la violencia y de la sangre, como si los pueblos presintieran y vieran acercarse los caéticos y barbaios tiempos de la guerra con toda su trégica secuela de des- gracias tremendas y de desolaciones infinitas...! Pero, si bien esté suficientemente divulgado el conocimien- to del concepto y de la importancia del Derecho Internacional Pé- blico, es en cambio plenamente comprensible que no ocurra lo 540 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO mismo con el conocimiento del concepto y de la importancia de la “Astrondutica por tratarse de una de las més nuevas disciplinas in- corporadas a los conacimientos humanos. Cuando, hace ya algu- nos afios, empecé a preocuparme por el estudio de las cuestiones jridicas relativas al espacio superiof, quise ante todo tener un ‘concepto exacto de Jo que es la Astrondutica, y buscando ese con- ccepto encontré en el libro de un importante jurista la siguiente definicién: la Astronc va es la ciencia y el arte de la circulaci ode la navegaciGn entre los astros. Pero tan pronto como conoct y medité esta definicién, me parecié que era inaceptable. En mi con- cepto era aquella una definicién excesivamente presuntuosa, de- fectuosa por su inexactitud, En aquel momento de mi lectura de aquel concepto, no habia en realidad ni circulaci6n ni navegacién entre los astros, y lo mismo ocurre en Ja actualidad. Y entonces me propuse llegar a formula otra definicién, que yo mismo extrajera del contenido de la Astrondutica como ciencia y de sus extraordi- esta conclusién, que encontré valida en aquel momento, y que me parece aceptable atin en Ja actualidad: teniendo en cuenta los pro- gresos efectivamente, positivamente, logrados hasta la fecha en esta materia, me dije, yo definirfa la Astronéutica del siguiente lanzamiento de aparatos, de méquinas volantes, de satélites arti- {ficiales, arrojados a circular por los espacios siderales. S610 eso creo que puede afirmarse de Ia Astrondutica. Se construyen y se arrojan méquinas volantes hacia los espacios siderales, y esas méquinas o satéites atificiales recorren érbitas inmensas en los espacios superiores, pero todavia no se ha logrado hacer efectiva Ja cireulacién, ni la navegacién entre los astros. He hablado de espacios siderales. Es l6gico, pues, que seme pregunte a qué llamo espacios siderales. Designo con este nombre allos espacios que se extienden mas alld de los més altos limites ccelestes de los aires, es decir, a los espacios que estén mis alla de los espacios atmosféricos. Esos son los espacios siderales; son Los AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO terioso ponia espanto en el en el corazon de Giacomo poema inmortal titulado siderales de que hablo, esos espacios que se van agrandando constantement Ja prodigiosa expansi6n del Universo, como si quisieran siempre dar cabida ala fuga fantésticay vertiginosa que estén realizando permanentemente, como huyendo siempre de sf mismas, las espiales gigantescX® de Inenergia y de la materia césmica, las gigantescas espirales de las nebulosas y de las galaxias. maciencia que es Ia Astrondutica, ciencia pura ye aplicacién al mismo tiempo, es materia de estudio y de cons vate investigacidn actualmente para numerosos hombres de cien- cia y para muchos téenicos de diferentes patses. Y sus estudios y trabajos han permitido a la Humanidad realizar extraordinarios progresos, que son verdaderas hazafias de la inteligencia de los ‘9 silencio mist 3. Esta n¢ hombres, en materia de astronavegacién: méquinas volantes cir- - culan por los espacios superiores, satélites artificiales giran en 6r- bitas perfectamente calculadas en tomno de la Tierra, o bien esas méquinas de vuelo sideral son dirigidas hacia la luna, toman foto- graflas de desconocida superficie, transmiten informaciones a nues- tro planeta, o se alejan vertiginosamente hacia més remotos mun- dos celestes. ¥ estos maravillosos progresos realizados hasta hoy por la Astrondutica han planteado al Derecho una serie de novisimos problemas algunos verdaderamente complejos, que es- tan golpeando en la conciencia juridica de los pueblos, de los go- bernantes, de los hombre de derecho, a los que estén presentando urgentes y multiples interrogantes, que estén reclamando imperio- samente solucién, ‘No voy a enumerar todos los problemas juridicos plantea: dos por los grandes y sostenidos adelantos de la Astronéutica, por razones de tiempo, mencionaré algunos solamente, por ejemplo, los ites: 1) Tienen los Estados el derecho de construir saté- lites artificiales y arrojarlos al vuelo sideral? 2) Tienen los Estados Cn nnn nn agangan 542 -TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO saz _CTRATADO DE DERECHO ERC que construyen esos satlites y los arrojan al vuelo sideral, el dere- cho de hacerlos pasar por el espacio aéreo perteneciente a ranfa de otros Estados? 3) Esas méquinas volantes, esos satélites artificiales de la tierta, tienen alguna nacionalidad? 4) Qué nor- ‘mas jurfdicas rigen a los Cosmonautas que tripulan esas méquinas volantes y que efi éllas se transportan, recorriendo altas regiones puicde imantenerlo en su exclusive dominio y en su exclusiva soberanja y nacionalidad? 6) La soberania del Estado subyacente sobre el respectivo espacio que cubre su territorio de tierras y de aguas, es decir la ascensi6n vertical de su soberania se extiende hacia arriba ilimitadamente? Debe aceptarse la doctrina conocida en el derecho con e] nombre de doctrina del-infinito? O, por el contrario, el ascenso vertical de la soberania del Estado subyacen- te sobre el espacio que le pertenece, tiene algtin limite superior? 7) Sinoes aceptada la doctrina de lo infinito, si no es admisible pro- Estado. subyacente sobre el espacio que le pertenece, es decir si esa sobe- ania debe tener un Iimite superior, a qué altura debe ser estableci- do ese limite superior? 8) Cual es la naturaleza juridica del espa- cio superior a que hace un momento me referfa? Es res nullius? Esté en condominio entre todos los Estados de la Tierra, es un régimen de co-imperio de soberanias? O bien ese espacio es res ‘communis de toda la Humanidad? 9) Qué principios, qué normas tigen el aprovechamiento, le wilizacién del espacio superior? 10) ‘Qué normas juridicas son aplicables para la indemnizacién de los. dafios y perjuicios que hubieren resultado del arrojamiento, del vuelo, 0 de la caida de méquinas volantes, 0 de satélites arti les, de fragmentos de esos cuerpos, destruyendo propiedades, 0 causando heridas o muerte de seres humanos? 11) El espacio su- petior debe extenderse ilimitadamente, hacia arriba, con lo que caerfamos de nuevo en la doctrina del infinito, 0 debe, por el con- trario, tener a su vez un limite superior, y en este caso cusl debe ser ese limite que ponga término juridico al espacio superior? 12) LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO ser limitado en Jo alto el espacio superior, cual debe ser Ja naturaleza jurfdica del espacio que se-prolongue més alld del espacio superior, es decir del que podriamos denominar propiamente espacio sideral? 13) Qué entes de derecho, y.por qué medios, deben ser los que establezcan las reglas que integren la futura Carta Juridica del Espacio Superior y, en su caso, del Espa- cio Sideral? 14) ¥ qué entes de derecho deben ejercer jurisdiccién para aplicar sanciones y hacer respetar, y por qué medios, ta men- Gionada Carta Jurfdica Espacial? Estos y otros muchos problemas hhan sido planteados a los Estados, a sus gobernantes, y en general a los hombres de derecho por los maravillosos y extraordinarios ‘progresos alcanzados por esta novisima disciplina cultural que es Ja Astrondutica. 4, Yun niimero considerable de juristas se han sentido im- periosamente requeridos, fuertemente golpeados en su pensamiento de hombres de derecho por las miiltiples y urgentes interrogacio- nes que estén arrojando ante su conciencia juridica aqi com- plejos e importantisimos problemas; que brotan‘constatitementé de las realizacionés logradas en el orden de la ‘Astronéutica. Y asi como hay numerosos hombres dé ciencia y numerosos técnicos que estén estudiando los apasionantes problemas cientfficos y téc- nicos de la Astrondutica, hay asf también numerosos juristas que no han permanecido indiferentes ante las profundas repercusiones que dichos problemas técnicos y cientfficos han tenido en el Dere- cho, sino que, por el contrario, Jes han dedicado hondas y largas horas de meditaciones, en esfuerzos serios y especializados, a ve~ ces fracasados y angustiosos, pero en otros casos triunfantes y ver- daderamente gloriosos, porque hay gloria en verdad en formular nuevas tesis juridicas y en trabajar con éxito en los avances del Derecho. Y todos estos apasionados estudiosos de las ciiestiones astronéuticas, sabios, técnicos y juristas, convencidos de Ia supé= ioridad del trabajo colettivo sobre“él'inétodo individual dé los que trabajan aisladamente, se han agrypado muchos de ellos en importantes asociaciones cienifficas para.asegurar un mayor éxito en sus labores de investigacién. Han surgido asf asociaciones nu- En Ia hipétesis de a4 ‘TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO rmerosas que existen hoy y que se dedican especializadamente.a estudiar los problemas astronSuticos desde el triple punto de vista cientifico, técnico y juridico. ¥ de la unién y colaboracién de ‘gunas de estas asociaciones ha surgido la Federacién Intemacio- nal de Astrondutica, la que ha promovido y obtenido ya la celebra- cién de una serie de congresos internacionales. Se han realizado ya, en efecto, en diversos paises europeos sucesivos congresos in- temacionales de astrondutica, muchos de ellos de verdadera im- portancia. A esos Congresos han sido presentadas proposiciones de mucho interés, en ellos han sido desarrollados debates de ex- traordinaria utilidad, all{ han sido acumuladas y divulgadas infor- maciones, anudadas vinculaciones, estimulados entusiasmos, todo ello como sdlidas bases de promisorias colaboraciones y de fecun- das investigaciones futuras. ¥ como indiscutible testimonio de esa entusiasta dedicacin de muchos prestigiosos juristas, hombres de ciencia, y de téenicos especializados al estudio y a la divul de las cuestiones astronduticas, podemos recordar que coet mente con la formacién de as congresos internacionales astrondutica, la materiai'ha crecido abundantemente, habiéndose publicado hasta este momento més de 3000 folletos, artfculos y libros cient técnicos 0 de derecho, son pronunciadas importantes conferencias yy son impartidas valiosas ensefianzas en cursos universitarios en prestigiosas universidades, en las més cultas naciones europeas. Y toda esta noble actividad que durante mucho tiempo se mantuvo en la esfera de lo privado, ha trascendido ya Jos limites de la ac- cin puramente privada y ha penetrado en altos recintos oficiales, ha penetrado en 6rganos muy, importantes de la ONU, es decir de Ja Organizacién de las Naciones Unidas, cuya Carta de San Fran- isco, como es sabido, organiza y regla juridica y politicamente 1 asociacién internacional de la mayor parte de los Estados que inte- gran la sociedad universal de la Humanidad. Por razones de tiempo, no voy a detenerme a mencionar sino algunas, muy pocas, de las Asociaciones que se especializan en el LOS AMBITOS PAATICULARES DE DOMINIO estudio de estos problemas espaciales. Entre los paises que, por su grandes adelantos astronéuticos,constituyen To que yo denomina- fia la gloriosa vanguardia de la Humanidad.en este poderoso es- fuerzo de los hombres hacia las inc6gnitas regiones superiores, en esta conmovida preocupacién por la exploraci6n, y por el conoci- miento, y por el aprovechamiento de los espacios siderales y de Femotos mundos que en ellos giran, debemes, mencionar en pri- ner término a las dos grandes Superpotencias que rivalizan en la vretualidad, alos Estados Unidos de América del Norte, y ala Unién a de las Repiblicas Soviéticas. En la repablica norteamericana hay una gran instituci6n, la N.AS.A., que se ocupa especializadamente de las cuestiones astronduticas. Hay, ademés, asociaciones privadas muy valiosas, entre las cuales recordaré tinicamente a Ja denominada Smithsonian Institution, y ala American Rocket Society, es decir a la Sociedad ‘Americana de Coheteria, que se dedican también al estudio de las cuestiones espaciales, El Consejo Federal de esta tiltima sociedad se ha pronunciado hace poco tiempo en favor de que la Organiza- cién de las Naciones Unidas tome a su cargo el ejercicio de una verdadera jurisdicci6n interplanetaria, por exigir la existencia de alguna jurisdiccién sobre el espacio superior la extraordinaria y sencia de los cosmonautas, quienes transportandose s artificiales, van recorriendo 6rbitas desenvueltas en tomo de la Tierra, como representantes no de ningiin Estado en particular, sino como representantes de toda la Humanidad. En Rusia también se realizan estudios muy profundos sobre estas ‘materias, que all{ despiertan entusiastas inquietudes de investiga- cién, Los hombres de Ciencia, los técnicos, los juristas de aquel pafs, muchos y muy prestigiosos de ellos, trabajan especializa- damente en las cuestiones astronduticas, trabajos que alli se re zan principalmente en la Academia Nacional de Ciencia de Mos- cai pero también en otras entidades como, pot‘ ejemplo, en la Ia- mada Sociedad de los Viajetbé'del Universo! Soci 546 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO Hay entonces un gran aporte de sabiduirfas, se expande y se profundiza un vasto movimiento de los estudiosos, dirigido a co- nocer cada vez més ahondadamente, las cuestiones astronduticas en sus diversos aspectos, -ciencia, técnica y derecho-, y en ese amplio movimiento, que es como una especie de maravillosa com- i hhumanas en esta noble tarea de llegar al conocimiento y a la utilizacién de los espacios siderales, han sobresalido las dos poderosas Superpotencias, que polarizan y en gran parte predominan actualmente en la vida intemacional. Pero, ademds de Estados Unidos de América del Norte y de la Uni6n de las Repiiblicas Soviéticas, hay otros muchos paises de cultura des- collante que se han incorporado a este trascendental movimiento de investigaci6n, de estudio y de progreso. En 1928, en Francia, adelantandose este pais a los extraordi- narios avances posteriorinerite logrados en materia astrondutica, fue establecida una institucin llamada Comité de Astrondutica, Al afio siguiente, en 1929, en Breslau, Alemania, es fundada andloga insti- tucién, En 1949,'en Espafia, es establecida la Comisi6n de Astro- néutica, seguida uni afio después, es decir en 1950, en ese mismo pafs, por Ia creacién de Ia Asociacién Espafiola de Astrondutica, habiéndose colocado también en Ia vanguardia de este vasto movi- miento de investigaciones y'estudios espaciales, pueblos de cultura -tan elevada como Gran Bretafia, Canada, Australia y Japén, y ain mencionaré que en el remoto, en el milenario pueblo de la China, tan reacio durante siglos a interniarse en las nuevas corrientes de la civilizacién, existe actualmente un instituto muy modemo de inves- tigaciones y realizaciones astronduticas, cuyo Presidente, el sabio Cheng-Taun-Wei, tiene anunciado para tiempos préximos el lanza- miento de un satélite artificial, que partiré a circular en tomo de la Tierra, desde el territorio de aquel pats. 5. La Intemational Law Association, a cuya rama argentina hoy disuelta tuve el honor de pertenecer, prestigiosa Asociacién que como es sabido se especializa en el estudio de las cuestiones del Derecho Internacional Pablico y de los problemas de Ia p LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO. 547 LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO ______SA7 ca exterior de los Estados, consideréndolos desde un punto de vis- taeminentemente préctico, ha extendido sus preocupaciones y sus. estudios a las cuestiones juridicas espaciales. En efecto, puedo recordar que en 1960;:en sesiones realizadas en la ciudad de Hamburgo, la International Law Association, aprobé estas dos in- teresantes proposiciones: primero, el espacio superior no puede estar sometido a.la soberan‘a particular de ningtin Estado; y se- undo, el espacio superior no puede ser utilizado sino tinica y ex- clusivamente en actividades que tengan finalidades de carécter pacifico y de progreso para toda la Humanidad. 6. En este creciente movimiento, cada vez més generaliza- do, de estudio de las cuestiones jurfdicas espaciales, han entrado a participar en’ Ios iiltimos afios Federaciones Internacionales de ‘Abogados, como lo demuestran las importantisimas reuniones efec- tuadas en las ciudades de Bogoté y de Atenas, y la notable mesa redonda que tuvo lugar a principios de este afio en la ciudad de Guayaquil. La Federaci6n Interamericana de Abogados, a princi- pios de.1961, realiz6 en la Repiblica dé Colombia, en laciudad de Bogoté, la 12* Conferencia Interamericana de Juristas, la que tuvo término el 3 de febrero de 1961. En esa Conferencia que result6 muy fecunda en cuento al estudio de las cuestiones juridicas espe- ciales, el jurista norteamericano William A. Hyman, present6 un meditado proyecto sobre Carta Magna del Espacio, inspirado en estos tres principios fundamentales y orientadores, primero, con- seguir eficazmente la prevencién de la guerra en el es} rior; segundo, asegurar, en consecuencia, el manteni paz; y tercero, reservar el aprovechamiento del espacio para acti- vidades dirigidas al beneficio de toda la Humanidad. Este proyec- to de Hyman fue objeto de detenida consideraci6n por parte de los. juristas congregados en la Conferencia de Bogoté la cual le otorg6 su aprobaci6n al ser levado a resoluci6n en la sesién plenaria de laConferencia. 1. 4 Es muy interesante exponer por lo menos algunas de las nor- mas integrantes del proyecto aprobado por la Conferencia de Bo- 548. "TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO cas siderales, y aprobé esta propos interplanetario, -dijeron los abogados reunidos en aquella Asam- blea de Bogoté-, es res communis de toda la Humanidad, cosa perteneciente a todos los hombres integrantes de esta gran soci dad universal que es la Humanidad, y no res nullius propiamente, porque en este iltimo caso estaria sujeto a la posibilidad de apro- piaciones particulares, mediante parciales y efectivos estableci- Gio interpianetario como res communis rechaza toda posil de ocupacién adquisitiva de propiedad o de soberania, y por lo Estado en particular. Concordante con aquella basica proposicién declarativa de Ja naturaleza de res communis de la Humanidad a todo el espacio interplanetario, aprobaron los asamblefstas de Bogoté una extensa serie de otras muy interesantes proposiciones, de las cuales sola- mente algunas recordaré para no extender excesivamente mi ex- én. Por ejemplo, en cuanto al aprovechamiento del espacio interplanetario, estas proposiciones obtuvieron la aprobacién de laconferencia: 1) Que el espacio interplanetario solamente se usa- 14 para finalidades pacificas y de beneficio para toda la Humani- dad, correspondiendo a todos Jos Estados el derecho de explora- ci6n de dicho espacio, dentro de las finalidades indicadas; 2) ha- bbré una zona plenamente neutral, denominada Neutralidad, inme- diatamente subyacente respecto dé los limites inferiores del espa- cerplanetario a través de cya zona, Neutralia, se reconoceré el derecho de paso pacifico, inofensivo para la soberania del Esta do subyacente, sin que dicho paso pueda tenerse como lesivo de la soberanfa subyacente ni como invasién o desconocimiento de ésta, Este derecho de pasaje pactfico o inocente seré reconocido a todo aparato u objeto, nave, satélite o maquina volante que pueda cir- Cillar o pasar a través de Neutralia sin producir incidente alguno, y LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 549 sin que su presencia en esta zona neutralizada pueda considerarse ‘como invasi6n, lesi6n, ofensa o negacién respecto de beranfa, 3) El aparato, objeto, méquina volante o sat que penetre o circule a través de Neutralia, ejerciténdose el men- cionado derecho de libre paso inofensivo, no puede ser atacado 0 interceptado por ningiin Estado, ni tampoco desde luego, en tierra, el Estado que haya lanzado a circular dicho aparato, desde que éste se ha limitado a ejercer un derecho que debe serle reconocido, yy que debe ser respetado; 4) el Estado que considere que el referi- do pasaje no ¢s inofensivo, y que en alguna manera implica lesién 1a su soberanfa, o desconocimiento de Ja misma, debe expresarl as{al Estado interesado, y debe darse oportunidad para que el inci- dente sea resuelto por procedimientos pacificos; 5) antes del lan- zamiento'de un aparato o méquina volante al vuelo sideral, debe procederse a su identificacién y registro, y debe darse aviso antici- pado del lanzamiento a los demas Estados; 6) Deben ser adopta- das medidas adecuadas para el establecimiento de lugares de re- tomo y de aterrizaje de los vehiculos astronéi ‘mo para la distribucién y control de las frecuencias de radio, afin de evitar interferencias sobre naves aéreas, o sobre cosmonaves, 0 de vehiculos interplanetarios entre sf; 7) en caso de dafios o perjui- cios causados por cohetes, aparatos, maquinas volantes o satélites attificiales, en las personas o en las propiedades o bienes serd res- ponsable y deberd indemnizar esos dafios el Estado que los arrojé al vuelo espacial, sea que hubiere efectuado por el lanzamiento, directamente por sus dependientes, 0 por interpésitas personas, aunque no sean de su dependencia, y sin necesidad de que sca probado que ha incurrido en falta, negligencia, o en conducta dolosa; 8) debe ser establecida una Asociacién de Estados, seme- jante ala Organizaci6n de las Naciones Unidas, para que constitu- yay administre un Fondo de Seguro Internacional, afectado al pago de las indemnizaciones procedentes para reparar los dafios y per- ios causados por los aparatos de vuelo sideral; 9) debe ser or- ganizada la vigilancia del espacio sideral, para la proteccién de los 550 “TAATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO pueblos y de los Estados, y para asegurar la efectividad de los derechos y de las obligaciones espaciales; 10) los conflictos resul- tantes del uso del esp: cerplanetario, directa o indirectamente deben ser resueltos exclusivamente por medio del arbitraje de un Tribunal o Corte convencionalmente establecido y aceptado, o bien ;por la Organizaci6n de las Naciones Unidas; 11) el desembarque u cocupacién de algtin planeta en donde haya vida, por parte de habi- tantes terrestres, no seré titulo adquisitivo de propiedad, de sobe- ranfa 0 de control sobre dicho planeta a favor de ningiin Estado, reconociendo todos los Estados, por el contrario, los derechos de propiedad, de soberanfa o de jurisdiccién sobre dicho planeta a favor de los habitantes dotados de inteligencia que hubiere en di- cho planeta. 12) La guerraen el espacio, o por medio oa través del ‘espacio queda proscripta para siempre. Todo este conjunto de pro- posiciones, concordantes todas entre sf, aprobadas en aquella re~ unién de Bogot, constituyen un valioso antecedente que indiscu- tiblemente tendré que ser tomado en cuenta cuando los Estados se resuelvan a negociar y a firmar el gran tratado internacional, el hist6rico y gran tratado multilateral que establezca con vigencia para toda la Humanidad lo qife yo denomino la futura Carta Juridi- ca del Espacio Superior. 7. En la ciudad de Atenas hubo,también andloga reunién de juristas; quienes, reconociendo la evidente importancia de las cues- tiones juridicas espaciales y la apremiante urgencia de darles justa > y humanitaria solucién, han dejado constituida una Comisi6n Es- pecial para que estudie particularmente esa clase de problemas, les formule las pertinentes soluciones de Derecho y produzca pos- teriormente un dictamen al respecto. Ha sido también sumamente interesante la mesa redonda de los juristas congregados en la Conferencia efectuada en la ciudad de Guayaquil, porque en esa Mesa Redonda fueron aprobadas pro- posiciones no menos interesantes que las que obtuvieron el voto favorable de la Conferencia de Bogoté, y que ano dudarlo, deben ser tenidas en consideracién Io mismo que las aprobadas en Bogo- LOS AMBITOS PARTICULARES DE DOMINIO 551 4, cuarido sea llegada Ia hora de sancionar convencionalmente las reglas que han de integrarel régimen juridico del espacio superior. En primer lugar, aprobaron los juristas reunidos en Guayaquil este concepto: que Ia soberanfa espacial del Estado subyacente, debe tenerun limite superior, es decir se pronunciaron en contra de aquel concepto tan difundido de que la soberania del Estado subyacente itadamente hacia arriba. No, dijeron los juristas de no se prolong tadamente hacia arriba, ad- 10 que debe tener un limite superior. Es claro que in- se extiende i tum, ‘mediatamente se les present6 el problema de saber a qué altura, y por qué razones, debfa ser colocado ese limite superior a cuyo respecto la Conferencia aprob6 esta proposiciGn: ese Ifmite supe- rior debe estar colocado en la 6rbita recorrida por la Luna. Fue aprobada asimismo alli esta otra proposicién: el espacio comprendido entre la superficie de la Tierra y la 6rbita que recorre Ja Luna, espacio al cual dio 1a Conferencia el nombre de espacio territorial, es ya, se afirm6, suficientemente conocido por el tiom- bre en-todos sus aspectos y en todos sus fenémenos. En conse- cuencia, agrega otra proposicién aprobada por la conferencia, el hombre esté actualmente en situacién de poder ejercer sobre el espacio territorial su poder y su derecho: esté pues, en condiciones de ineorporar a sus actividades el espacio existente entre Ja Tierra y la 6rbita lunar, Pero agregaron los juristas de la Mesa Redonda, no ocurre lo mismo respecto del espacio que se extiende més alla de la 6rbita lunar, pues en cuanto a este espacio extendido mas allé del que existe entre Ia Tierra y la Luna, el hombre no esta todavia en condiciones de ejercer derecho ni poder, porque no Io conoce suficientemente, sino que, por el contrario, ignora en gran parte, carece de suficiente conocimiento de los fendmenos y aspectos de ese espacio superior. En la Luna, declaré también la Conferencia de Guayaquil, no hay habitantes, se trata de un planeta deshabita- do, alli no hay seres inteligentes que puedan oponerse a la accién del hombre, ni tampoco existen alli telecomandos instalados por habitantes dotados de inteligencia que pudieran ser moradores de otros planetas. 852, TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO saz ___.____TRATADO DE DEREGHO INTERNACIONAL PUA 8. LaFederaci6n Intemacional de Astrondutica ha promovi- do, a su-vez, la celebracién de numerosos Congresos cientificos internacionales de Astrondutica, segiin hace algunos momentos lo recordé, Es claro que no voy a incurrir en el abuso y en la descor- tesfa de agraviar vuestra paciencia, poniéndome a enumerar todos ‘esos Congresos, ni a decir y comentar todo Io que en cada uno de ellos fue realizado, ello podria ser materia de todo un cursillo de varias conferencias; pero séame permitido mencionar algunos de esos Congresos, pues no resisto al deseo de ocuparme de algunos de ellos, por lo menos de los de mayor importancia. Por ejemplo, en 1952, en Stuttgart, importante ciudad de ‘Alemania, es celebrado el Tercer Congreso Internacional de As- tronéutica. En esta asamblea el eminente jurista Alex Meyer, quien era en aquellos tiempos Director del Instituto de Aeronéutica, en a Universidad de Colonia, presenté una sustancioso informe, que desde entonces es considerado como una de las piezas més impor- tantes y meditadas en esta clase de estudios. En este famoso infor- me el Doctor Meyer enumera los problemas planteados por la Astrondutica, y trata de jerarquizarlos, sefialando como uno de los que con indiscutible prioridad deben ser resueltos por los hombres de Derecho, el relativo la naturaleza juridica del espacio sideral, y el de las normas que deben reglar su aprovechamiento, indicando gue le siguen las cuestiones referentes a las obligaciones que de- ben ser impuestas legalmente a los cosmo-nautas, y las normas que deben regir a los satélites artificiales y a Jas estaciones espa- ciales. Sostiene Meyer en su informe que para la solucién de estas, cuestiones no ofrece muchos elementos aprovechables el Derecho ‘Aeronéutico, por la muy distinta naturaleza del espacio aéreo, en comparacién con el espacio interplanetario, encontrando el jurista mayores antecedentes utilizables en las normas juridicas interna- cionales relativas al mar. LOS AMBITOS PARTIGULARES DE DOMINIO 553 El Sexto Congreso Cientifico Internacional de Astronomia, reunido en 1955 en la capital del reino de Dinamarea, considero que merece también ser mencionado porque en este Congreso de Copenhague fueron presentadas importantisimas proposiciones, muchas de ellas de cardcter técnico, que implicaban anuncios de inminentes y maravillosas realizaciones futuras, que significarfan ‘extraordinarios avances de la Humanidad en la exploracién y apro- vechamiento de regiones siderales atin no suficientemente cono- cidas. En efecto, en algunas de esas proposiciones, 0 comunica- ciones al Congreso, destacados hombres de Ciencia de diferentes naciones, anunciaban que en sus pafses respectivos estaban de tal manera adelantados los estudios cientificos y técnicos relativos a a astrondutica que en los afios inmediatos serfan lanzados al vue- Jo sideral los primeros satélites artificiales de la Tierra. Y agrega- ron este otro anuncio verdaderamente extraordinario y maravillo- so, que darfa efectividad a tantos hermosos suefios cientificos y poéticos de la Humanidad: que en la década que corre desde 1970 2 1980 el hombre lograrfa realizar el fantéstico viaje a la Luna, en ella planetizarfa, y,podria regresar el Cosmonauta en perfectas condiciones de salud e integridad personal, desde la Luna hasta la Tierra. Es claro que este aventurado vuelo hasta la Luna, que, de realizarse, serfa una de las ms notables y trascendentes hazafias de la Humanidad y un positive cumplimiento de encantadores re- latos novelescos, no seria efectuado sino después de cumplir va- rias ctapas previas, ya cumplidas la mayor parte de ellas, y que serfan las siguientes, segtin fue expuesto en aquel Congreso de Copenhague: a) arrojamiento al vuelo sideral de satélites equipa- dos con instrumentos cientificos de exploracién y de informacién; ) lanzamiento de satélites tripulados por animales; c) arrojamien- to de satélites artificiales al espacio sideral transportando Cosmo- nautas, que regresarian a la Tierra, en perfectas condiciones de integridad fisica y de salud; d) lanzamiento al espacio superior de satélites artificiales, construidos en tales condiciones que desde ellos serfan arrojadas hacia la Luna, primero astronaves vacfas, y més tarde astronaves tripuladas por seres humanos, quienes 554 TRATADO DE DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO planetizarfan en la Luna, emprendiendo después su viaje de regre- ‘so ala Tierra, en plenas condiciones de seguridad personal de los astronautas. Este hazafioso programa, que parece cosa de fantasia ode novela, est cumplido en su mayor parte, sus cuatro primeras etapas han sido ya realizadas. Y la Humanidad espera, con légicas, y apasionadas ansias de triunfo, que en los inmediatos afios veni-

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