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LA INCLUSIÓN EDUCATIVA

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Introducción
La educación ha pasado a ser una preocupación constante de gobiernos, organismos
instituciones, asociaciones y ONG desde que se ha reconocido como un derecho para todas las
personas (art. 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, 1948). Sin embargo, la
garantía de que todas las personas cuenten con las mismas oportunidades para formarse como
ciudadanos no se dará hasta el movimiento de la educación inclusiva. Siendo también necesaria la
transformación de los sistemas educativos para dar respuesta a la diversidad del alumnado
(UNESCO, 2011).

Mucho se ha oído hablar de respuesta a las necesidades educativas de los estudiantes que
han sido trasladados de servicios de apoyo fijo o de escuelas de educación especial a escuelas
regulares y, a menudo, se ha hecho referencia a los conceptos de integración, participación y
adecuación curricular; en fin, de todo un sinnúmero de términos que podrían o no dar sentido a los
procesos que se desarrollan en este ámbito, tanto en el país como en el marco mundial.

Algunas veces, pareciera ser que los docentes asumen su tarea más por una cuestión
personal que por una profesional, y que el principio del derecho a la educación, lejos de legitimar
que todos los miembros de una sociedad participen en igualdad de condiciones y equiparación de
oportunidades (Asamblea Legislativa, 1996) sin importar su condición, favorezca más bien una
situación en la cual nadie tiene claro lo que se hace en las aulas a las que asisten los estudiantes con
necesidades educativas especiales.

En los últimos años, y como producto de los procesos de globalización y los cambios en los
enfoques de la educación especial, los medios educativos han empezado a hablar de “inclusión
educativa”, término que de alguna manera pretende justificar la falta de claridad en cuanto a lo que
se propone desde el Sistema Educativo Nacional con respecto a la unificación de un currículo
propuesto por las altas jerarquías.
La historia ha demostrado que no solo es necesario un cambio en el uso de los términos;
asimismo, es claro que lo que funciona en una situación o país, no necesariamente debe convertirse
en moda o ser asumido por otra nación, ni tampoco debe verse como verdad absoluta.

Al hablar de inclusión se habla tolerancia, respeto y solidaridad, pero sobre todo, de


aceptación de las personas, independientemente de sus condiciones. Sin hacer diferencias, sin
sobreproteger ni rechazar al otro por sus características, necesidades, intereses y potencialidades, y
mucho menos, por sus limitaciones; como anota Heward (1997) “para sobrevivir, un grupo social
debe adaptar y modificar el ambiente en el que vive”.

Desarrollo

La UNESCO define la educación inclusiva en su documento conceptual  así: “La inclusión


se ve como el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los
estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades, y
reduciendo la exclusión en la educación. Involucra cambios y modificaciones en contenidos,
aproximaciones, estructuras y estrategias, con una visión común que incluye a todos los niño/as del
rango de edad apropiado y la convicción de que es la responsabilidad del sistema regular, educar a
todos los niño/as”.

Para Farrel (2001), la inclusión educativa es el grado en que una comunidad o una escuela
acepta a todos como miembros de pleno derecho del grupo y les valora por su contribución,
enfatizando así el derecho que toda persona tiene a participar en la sociedad.

Para Serra (2000), la inclusión es la aceptación implícita de la diversidad, como variable


positiva y enriquecedora del grupo que crea sus propias relaciones dentro de un entorno
multidimensional. Considera que el concepto de inclusión se configura como un objetivo y como un
proceso.

A través de las diferentes definiciones reseñadas queda de manifiesto la ausencia en la


actualidad de una definición única y compartida de educación inclusiva, pero nos parece
procedente, sin embargo, destacar la confluencia en ellas de una serie de elementos relevantes
relacionados entre sí, tales como: la participación de los alumnos en el currículo de las comunidades
escolares y en todas las actividades del centro; la aceptación de la diversidad como elemento
enriquecedor; el proceso de construcción de comunidad; el derecho de toda persona a participar en
la sociedad y a ser escolarizado en el contexto en el que vive; la provisión de recursos, servicios de
apoyo y ayudas complementarias. Es así, que podemos considerar que la educación inclusiva
constituye un constructo que cumple más bien el papel de enlazar muchos aspectos diferentes,
como bien destacan Echeita y Sandoval [(2002)].

Características de una escuela inclusiva

No existe un modelo único de escuelas inclusivas, en concordancia por otra parte con su
propia filosofía, en un análisis de las principales experiencias existentes encontramos que tienden a
mostrar características y creencias similares. Siguiendo las pautas de análisis ya utilizadas e
incorporando diversos resultados obtenidos en proyectos de carácter inclusivo llevados a cabo más
recientemente en diferentes contextos, cabe señalar las siguientes características de las escuelas y
aulas inclusivas:

 Planteamientos educativos amplios


 Énfasis en el sentido de comunidad y de pertenencia
 Servicios basados más en la necesidad que en el emplazamiento y los apoyos en el
aula ordinaria
 Principio de proporciones naturales
 Enseñanza adaptada al alumno y estrategias instructivas reforzadas
 Evaluación no discriminatoria

Conclusiones

El marco teórico de la educación inclusiva está constituido por toda una serie de creencias y
valores sociales, tales como: la aceptación de la diversidad como elemento enriquecedor de la
comunidad educativa, la participación de todos los alumnos en el currículo ordinario y en todas las
actividades tanto escolares como extraescolares, la provisión a todos los estudiantes de iguales
oportunidades para recibir servicios educativos efectivos, la atención diferencial y eficaz a la
diversidad. Las escuelas inclusivas constituyen una aportación muy relevante en el contexto
comunitario para conseguir una sociedad más igualitaria y menos excluyente.

La inclusión no implica solamente atender a todos los estudiantes en el aula; se trata más
bien de comprenderlos, escucharlos y responder a sus necesidades, intereses, características y
potencialidades, sin involucrarse en actos de discriminación hacia ninguno de los participantes en el
aula.
Por lo tanto, la inclusión debe partir de un análisis real de los procesos educativos que se
desarrollan en cada centro educativo, o sea, debe darse un proceso contextualizado de carácter
colectivo, en el cual se involucren los padres de familia, los docentes, los directores, los estudiantes
y todos los miembros de la comunidad educativa.

Referencias

UNESCO. 2021. Educación Inclusiva.  Disponible en:


http://www.inclushereducativa.org/ise.php?id=1

Soto, R. 2003. LA INCLUSIÓN EDUCATIVA: UNA TAREA QUE LE COMPETE A


TODA UNA SOCIEDAD. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/447/44730104.pdf

Mineducacion. 2021. Educación inclusiva - Ministerio de Educación Nacional de


Colombia.  Disponible en: https://www.mineducacion.gov.co/1759/w3-article-374740.html?
_noredirect=1

Dueñas, L. 2010. EDUCACION INCLUSIVA. Disponible en:


https://www.redalyc.org/pdf/3382/338230785016.pdf

Suarez y López. 2018. Investigación en Educación Inclusiva: la producción de trabajos en


Revistas Españolas y Tesis Doctorales. Disponible en:
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6542215.pdf

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