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ADRIÁCLITO O DE LA PAJA

La hipnosis del condicionamiento social.

“Lo que muchos de ellos desconocen es que no exponerse a la incertidumbre acaba


empequeñeciendo el carácter”

¿Cuántas veces, siendo testigos de la injusticia, logramos preguntarnos sobre el origen de


los valores que rigen nuestra conducta, nuestros pensamientos, nuestros actos? ¿Cuántas veces
nos preguntamos sobre la naturalidad de nuestra forma de ver el mundo? ¿en algún instante
hemos pensado por nosotros mismos o la vida no es más que la representación de una obra
teatral, en la que la moral es el guion? ¿Es la sociedad una construcción o somos construcción de
la sociedad? ¿es, el sistema, un mal necesario o nos hicieron creer la necesidad de un sistema de
control?

En su escrito, “genealogía de la moral”, Frederich Nietzsche se atreve a la pregunta por la


moral, insinuando que podría ser la moralidad aquella que invalida al sujeto a alcanzar su máximo
potencial. El filósofo aseguraba que los valores sociales se erigían sobre una moralidad corrupta, y
profundizaba a partir de su pregunta sobre quiénes definían lo bueno y lo malo. Para Nietzsche la
gran habilidad filosófica radica en la pregunta "¿podría decirse, pues, que esa moralidad es el
peligro de los peligros?

El filósofo alemán nos insta a la necesidad de repensar aquellos valores que, a priori,
parecerían nublar la razón, sin dejarnos pensar por nosotros mismos. Su preocupación radica en el
hecho de que “el individuo moderno se enfoca en arrancar el fruto del árbol lo antes posible en
lugar de seguir plantando más árboles que los produzcan. Este es el rasgo más distintivo de la
putrefacción del ser humano” 1. Ya en su época Nietzsche observaba la urgencia con la que se vivía,
sin detenerse a pensar demasiado, repitiendo sistemas de valores dados sin cuestionamiento. Es
así que llega a clasificar al hombre en dos categorías: El hombre superior y El Rebaño, sub-
dividiendo esta última categoría en dos: El último hombre y El esclavo.

Con esta clasificación el filósofo alemán hace explícito su cuestionamiento sobre la


consciencia moral de la humanidad. Denomina como hombre superior a aquel que posee una gran
capacidad para controlar sus impulsos y una ambición sana por profundizar en conocimiento de
valor desde una perspectiva histórica, entendiendo que los superiores reconocen que el valor
intrínseco que proporciona la gratificación a largo plazo, es infinitamente mayor que el que
proporciona la gratificación instantánea. Los individuos que conforman el rebaño

1
Nietzsche F. “humano, demasiado humano”

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