Mujeres cocaleras y política de

Se debe tener en cuenta drogas en Colombia. Autor: Valeria Buitrago

que las circunstancias no
son las mismas en el caso
de hombres y mujeres.
Las políticas de la guerra contra las drogas en Colombia deberían
Malinowska-Sempruch y Rychkova abordarse desde una perspectiva con enfoque de género que tome
sostienen que las mujeres sufren más en consideración las necesidades específicas de las mujeres que
discriminación por consumir que los
hombres y menor probabilidad de ir a
tratamiento por abuso de drogas.
Así mismo
las mujeres cocaleras “sufren
discriminación por ser mujeres, por
ser rurales y porque el conflicto se
ensaña de manera aguda con ellas por
su condición de madres y jefes de
hogar” (Dejusticia, 2018).
Al no tener garantías para dedicarse a otra cosa, el
cultivo de coca se configura como una solución
ante la necesidad. La situación de vulnerabilidad
de estas mujeres las orilla a adentrarse en esta
industria, que, si bien es ilegal, les permite en
muchas ocasiones ganar independencia, obtener
cierto "empoderamiento" y salir de situaciones de
violencia doméstica.
participan en la industria cocalera.
El abandono y la ausencia del Estado
dificulta a estas mujeres y sus familias el
acceso a derechos fundamentales como la
vivienda, la educación y la salud.
De esta manera
para estas mujeres, la coca representa
una alternativa para poder mantener a
sus familias, ya que, a diferencia de
otros tipos de cultivo, la coca es un
cultivo estable y lucrativo, además es
un producto que tiene gran demanda,
por lo que no se corre el riesgo de
quedarse con la cosecha.
García.
Ante una política de drogas
que erradica, fumiga y
criminaliza, las poblaciones se
han visto tildadas de
“insurgentes” y “guerrilleras”,
lo cual ha desencadenado
problemas a los participantes
de la industria cocalera.
Los grupos paramilitares representan
un foco de violencia para las mujeres
cocaleras ya que refuerzan patrones
machistas, entre los que se destacan el
uso de la violencia sexual como forma
de intimidación.
De igual forma
muchas de las víctimas o sus familiares
no denunciaban hechos de violencia
por el miedo a ser judicializados, en
medio de la actividad ilícita a la que se
dedicaban.

Posible conclusión: Los factores de género y las necesidades específicas de las mujeres colombianas que participan en la industria cocalera son elementos
fundamentales que deben ser tomados en consideración a la hora de formular las políticas de la guerra contra las drogas. Dichas políticas deben a su vez
ofrecer alternativas laborales que permitan a estas mujeres mantener a sus familias y seguir con su independencia y empoderamiento.