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H ace treinta años...

El alcoholismo desde la perspectiva de género:


un discurso que permanece a lo largo de 30 años.
Josefa Gómez Moya
Trabajadora Social y Doctora en Sociología
Profesora Titular del Departamento de Trabajo Social y Servicios Sociales Facultad de Ciencias Sociales.
Universidad de Valencia

“A las mujeres que somos alcohólicas, muy el consumo desde una sociedad, que históri-
a menudo, se nos pone entre la espada y la camente había convivido con el alcohol, asu-
pared. Si bebemos se nos ve como personas miéndolo culturalmente, y a la vez rechazando
débiles emocionalmente, pero cuando lo deja- y repudiando al alcohólico/a que caía en la
trampa de su dependencia.
mos, muchas empezamos a hacernos fuertes,
desarrollamos nuestra fuerza como mujeres. Se les ocultaba en vetustas instituciones
manicomiales para que pagaran su culpa y, en
Pero una mujer fuerte no se ajusta a la norma.
caso de redimirse, pudieran volver a intentar
Por eso, a menudo, en la recuperación nos convivir entre las demás personas, volvieran a
encontramos como cuando empezamos, con ser funcionales para la sociedad, o de lo con-
una etiqueta negativa. Esta etiqueta ya no es trario quedaba escondida su vergüenza tras
la de mujer alcohólica, sino la de mujer fuerte” los muros del Centro que los retenía.
(Etorre, E. 1998). Cuando empezaron los primeros trata-
mientos, éstos eran sumamente agresivos,
“El alcoholismo es una enfermedad, no un basados en técnicas conductistas, que los
vicio. Acude a los centros de deshabituación”, pacientes experimentaban y aceptaban, po-
era un eslogan que, hacia el final de los años demos decir que hasta cierto punto de buen
sesenta, los profesionales que trabajaban en grado, con el conformismo del que cree que
el ámbito del alcoholismo pretendían difundir al padecer el castigo, va a quedar liberado de
entre la población. Ello tenía una doble finali- la culpa y será aceptado de nuevo.
dad. De un lado se intentaba que las personas Peor aún era la situación de las mujeres
dependientes del alcohol supieran que tenían en este contexto. Si estaba mal visto que un
la posibilidad de ser atendidas como enfermas. hombre fuera alcohólico, el que la mujer al-
El segundo objetivo, importante y ambicioso, canzara semejante situación suponía tal grado
era poner sobre aviso a la sociedad acerca de vergüenza que ni siquiera eran susceptibles
del problema de la dependencia alcohólica, de un intento de tratamiento.
debiendo éste ser considerado como un Se las ocultaba y se las negaba mucho más
problema de salud y como tal, tratarse. que a los hombres siendo muy dificultoso su
Todo esto era importante en aquella época acceso a los escasos centros asistenciales.
porque el alcoholismo se consideraba bajo Desde entonces hasta nuestros días la
un prisma de falsa moralidad, potenciándose situación ha cambiado positivamente para el

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enfermo alcohólico, pero me atrevo a decir a la nueva realidad del consumo de alcohol
que no en la misma medida cuando se trata masivo e indiscriminado. Con anterioridad, las
de una alcohólica. El alcoholismo femenino estructuras de una sociedad más patriarcal y
sigue siendo una enfermedad que se oculta, jerarquizada habían establecido una normativa
a la mujer se la margina social y familiarmente rígida, pero prudente en lo que concierne al
y ella siempre es la víctima cuando el alcohol uso del alcohol en las mujeres. Esta censura
está de por medio. Cuando el hombre es el social actuaba para las mujeres como factor
que bebe, su conducta es agresiva para con de protección frente al alcohol. No queremos
los que tiene cerca y en muchas ocasiones es con ello expresar la conformidad con este
la mujer quien sufre la violencia del esposo. modelo, sino poner de manifiesto el efecto
Pero en los casos en los que es la mujer la que los cambios sociales han supuesto para
que padece la enfermedad, también recibe las las mujeres en su relación con el alcohol.
agresiones físicas y psicológicas del marido que Por otra par te, estas transformaciones
pretende modificar así su hábito de beber. que a nivel social y cultural se han dado en
Como señalaba Bach, L. en 1997, desde nuestro país, han provocado, entre otros
finales de los años sesenta, época en que cambios, que el consumo de drogas dejara
en España se inicia tímidamente la primera de ser patrimonio exclusivo de los hombres,
experiencia organizada a nivel institucional incorporándose al conjunto de conductas
de asistencia al enfermo alcohólico, nos im- del grupo de mujeres (Romo, N. 2006). Hace
presiona y apena la imagen de marginación relativamente poco tiempo, ni siquiera estaba
sociofamiliar que reflejan la mayoría de las bien visto que las mujeres fumaran, y menos
mujeres enfermas alcohólicas que, en circuns- que bebieran a solas en un lugar público. Hoy
tancias casi siempre dramáticas, acuden a los en día, el botellón o el abuso compulsivo
centros de tratamiento. Son por lo general de fin de semana ha igualado las conductas
pacientes entre 36 y 50 años, casadas, bebe- entre ambos géneros, en lo que a consumo
doras clandestinas, culpabilizadas en extremo de drogas se refiere, pero no en cuanto a los
y a menudo con antecedentes de malos tratos. procesos sociales de ese consumo, ni siquiera
Estas pacientes viven, en sus contactos con el a las consecuencias del mismo.
personal asistencial, las primeras experiencias Las características sobre el consumo y abu-
de sociabilización tras años de aislamiento, y so de alcohol en la mujer han sido estudiadas
aún sin contar a menudo con la colaboración por diversos autores desde los años sesenta
de la pareja, se adhieren con facilidad al trata- (Piqueras, F. 1973, Bogani, E. 1987, Alonso, F.
miento psicosocial que se les propone. (Bach 1998, Rubio, G; Blázquez, A. 2000) época en
i Bach, L. 1997:257). que el alcoholismo empieza a interesar como
Los cambios socioeconómicos y laborales problema médico y social en los ámbitos
a partir de los años sesenta, impusieron y profesionales.
consolidaron el modelo de libre mercado en Climent, M. y otros, realizaron en 1997 un
lo que concierne al aumento de la producción, trabajo sobre el consumo de alcohol en la
distribución y consumo de bebidas alcohólicas. mujer, que obtuvo un premio de investigación,
Esta circunstancia facilitó la incorporación de la Dirección General de Drogodepen-
de la mujer, especialmente las más jóvenes, dencias de la Generalitat Valenciana, donde

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exponen entre las conclusiones a las que de culpa por el hecho de beber, quedando su
llegan, que para valorar adecuadamente los papel en la familia totalmente desdibujado. La
hechos, debe distinguirse entre el aumento mujer ha tenido que incorporarse a las exi-
del hábito de beber en la mujer, la incidencia gencias de su nuevo rol social al tiempo que
de alcoholismo femenino y la incidencia de las no se le permite el abandono de los roles más
bebedoras graves. Son tres parámetros que tradicionales, lo cual le supone enfrentarse a
deben analizarse separadamente; sin embargo un conflicto que debe resolver por sí sola.
las investigaciones sobre alcoholismo hacen A este perfil general, se han añadido
referencia mayoritariamente al modelo do- actualmente otras tipologías de mujeres, a
minante de alcoholismo masculino. consecuencia del aumento y diversidad de
Como expresan algunas autoras (Meneses, los consumos. Pero, las jóvenes bebedoras
C. 2006, Romo N. 2003), tradicionalmente la de fin de semana apenas llegan a los servicios
investigación en salud ha utilizado diversos asistenciales porque todavía no presentan
conceptos para estudiar las diferencias entre patologías con relación al alcohol.
grupos poblacionales. Sin embargo, estas Entre las características que describen a la
investigaciones sobre desigualdades en salud mujer alcohólica, podemos señalar algunas de
han estado “ciegas” a las cuestiones de género. ellas extraídas de una reciente investigación de
Si buscamos en las fuentes de datos oficiales tipo cualitativo sobre el alcoholismo femenino
y reconocidas, en nuestro país, en muchos de y basado en técnicas autobiográficas (Gómez,
los indicadores que aparecen en los informes J. 2005):
no se puede encontrar el dato desagregado Las mujeres en general creen que necesitan
por sexo. depender de alguien para sentir que existen.
Aún más, la revisión de documentación La falta de autonomía personal lleva a las
realizada, refleja una mayor cantidad de estu- mujeres a ocuparse de los demás, pensando
dios referidos a la población masculina que a que de este modo evitan estar solas y son
la femenina, quizá influenciado por el hecho necesarias para alguien. Sin embargo esa carga
de que la mayor parte de los investigadores aumenta la soledad y la toma de conciencia
sean médicos varones. de su inexistencia social, en la medida que les
impide ocuparse de sí mismas.
Con referencia al perfil de la mujer alcohóli-
ca que accede a los centros de tratamiento es La mujer alcohólica, por otro lado, se siente
muy particular si se tiene en cuenta su imagen como una gran inadaptada, ha fracasado como
pública y la privada. Fundamentalmente es el mujer para la sociedad, por el incumplimiento
de una mujer poco convencional, que trabaja del rol de mujer en el hogar, y se encuentra
fuera de la casa, cree en su emancipación, y en el escalón social más bajo. La sociedad
se exige a sí misma una superación personal. en general, con el transcurso de los años, ha
La incorporación a una vida social la expone cambiado muy poco la percepción sobre la
a los riesgos que conlleva su liberación, entre mujer alcohólica y sigue considerándole bajo
los que se encuentra el consumo de alcohol el prisma de los juicios morales.
de manera normalizada y cotidiana. Al mismo El alcoholismo de las mujeres se caracte-
tiempo es una mujer tradicional, esposa y riza por su ocultismo, las mujeres beben en
madre, a la que invade un gran sentimiento privado y esconden las consecuencias y los

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efectos que les ocasiona el alcohol. La culpa igual que el hombre, a través del hábito social
y baja autoestima, la falta de afecto y la so- de beber, y en ocasiones descubre en ello un
ledad en la recuperación son otros aspectos alivio frente a situaciones de alta conflictividad
que aparecen en la biografía alcohólica de en su infancia y adolescencia relacionadas con
las mujeres. conductas de abuso sexual o maltrato. Es
Según los datos del Plan Nacional so- necesario plantear la relación entre alcohol y
bre Drogas, la mujer se ha incorporado al abuso sexual en la que abunda el conformis-
consumo de alcohol entre 1995 y 2000, mo personal y social respecto a los abusos.
diferenciándose la forma de consumo según La rebelión de la mujer ante estas situaciones
edad: aumenta el consumo diario en mujeres la hace recurrir al alcohol cuando no es su-
de 40-65 años y aumenta el consumo fin de ficientemente madura para rebelarse por sí
semana en mujeres de 15 –19. El consumo sola o cuando no cuenta con ningún apoyo, ni
de las mujeres jóvenes ha sido un proceso siquiera el de otras mujeres cercanas.
instaurado progresivamente a través de los Respecto a la elección de la pareja, en unos
años, no es un fenómeno que haya aparecido casos es una decisión tomada en la nebulosa
súbitamente. Según la misma fuente se puede de los efectos del alcohol y, en otros, es una
observar que en los últimos años la preva- huida desesperada de una situación conflictiva
lencia de consumo de alcohol en las mujeres en su familia. Por ello la falta de perspectiva o
se ha estabilizado, no detectándose aumentos de auténtico amor en esa elección hace que
significativos desde 2003. En el mismo periodo, la alcohólica se encuentre con personas inma-
sin embargo, han aumentado las prevalencias duras y poco estables, por lo que en muchas
de otras sustancias. ocasiones, se suele repetir el esquema familiar
La relación establecida durante el proceso del que salió huyendo. En consecuencia abun-
de ayuda en la rehabilitación, genera en las dan los problemas de relación con la pareja.
mujeres alcohólicas, una gratitud que les man- A la mujer se le adjudica una personalidad
tiene en su convicción de no volver a beber. Es premórbida al alcoholismo más patológica
como si hubiera adquirido un vínculo o com- que a los hombres. Sin embargo, hay que
promiso personal que no debe quebrantarse. considerar que los antecedentes familiares
De ahí la importancia de los agentes sociales en las mujeres, manifiestan situaciones de alta
en el proceso de recuperación, porque la conflictividad. Hemos podido comprobar que
mujer está socializada en la dependencia y por los abusos y maltratos son frecuentes tanto
sí misma no realiza el esfuerzo de mantenerse por parte de padres, hermanos o parejas. Por
abstinente. El sentido a su vida siempre lo lo tanto, es lógica la aparición de más desór-
encuentra en función de otros, bien sea la denes psicológicos que en los hombres que
familia, el grupo o el terapeuta; por ello co- no se ven sometidos en la misma medida a
bran relevancia las intervenciones específicas ese tipo de situaciones.
a colectivos de mujeres en las que puedan Como conclusión añadiremos que, el pro-
abordarse cuestiones que no van a aparecer blema del alcoholismo en las mujeres no es
en los grupos de hombres. algo aislado del contexto social y del medio
En cuanto a los motivos de inicio en el alco- social directo de la mujer, por lo que se de-
holismo, la mujer adquiere la dependencia, al ben potenciar las actuaciones en el entorno

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comunitario, dirigidas a la sensibilización de la Piqueras, F. (1973) Informe sobre el alcoho-


población para evitar la estigmatización del lismo. Naranco, S.A. Oviedo.
colectivo que nos ocupa.Y que en los centros Romo, N. (2003) Género y uso de drogas:
dedicados al tratamiento y rehabilitación de la invisibilidad de las mujeres. Monografías
las mujeres alcohólicas, es necesario potenciar humanitas. 4-11.
las respuestas específicas a las necesidades de
Romo, N; Gil, E. (2006) Género y uso de
género, desarrollando programas dirigidos a
drogas. De la ilegalidad a la legalidad para
mujeres.
enfrentarse al malestar. Trastornos Adicti-
Por último señalar que la aceptación del al- vos.8(4):243-50.
coholismo como enfermedad es fundamental
Rubio, G; Blázquez, A. (2000) Mujer y
para evitar el ocultismo de las mujeres alco-
problemas por el alcohol. En: Rubio, G; Santo-
hólicas, con los consecuentes perjuicios que
Domingo, J. Guía práctica de intervención en el
ello les supone. Por lo tanto, la información y
alcoholismo. Agencia antidroga. Consejería de
formación sobre este tema debe incluirse en
Sanidad. Madrid.
los programas de educación, desde la escuela
primaria.

BIBLIOGRAFIA
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alcoholismo. Ediciones Libertarias. Madrid.
Bach y Bach, L. (1997). Alcoholismo, mujer y
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Ettorre, E. (1998) Mujeres y alcohol. Narcea.
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opiáceos: una realidad específica. Trastornos
Adictivos. 8(4): 261-75

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