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Las labores cotidianas del hogar, son aquellas que tienen un valor y un

significado concreto para una o varias personas, actividades no remuneradas


realizadas para el mantenimiento y bienestar del propio hogar y de sus miembros,
incluyendo actividades rutinarias como preparar la comida, lavar y planchar la
ropa, hacer la compra y también actividades extraordinarias de reparación,
mantenimiento, cuidado de plantas y animales o gestiones administrativas, entre
ellas la búsqueda de empleo.

Asimismo, lograr que los niños lleguen a tener el hábito de colaborar en


casa puede iniciar tan pronto como desde la edad de dos años, haciendo que
guarden sus juguetes cuando terminen de jugar con ellos. A la edad de doce años,
hay pocas tareas del hogar que un adolescente no pueda hacer. Y una vez
obtienen su licencia de conducir, es apropiado asignarles tareas como ir al
supermercado o recoger la ropa de la tintorería.

Ayudar en casa enseña a los niños la importancia de contribuir a un equipo.


También, les permite sentirse valorados y competentes, lo cual mejora su
autoestima.

Asimismo, mi principal tarea doméstica como hijo es encargarme de hacer


la cama y mantener el cuarto ordenado. Además de colaborar a regar las plantas,
poner y recoger la mesa, limpiar, sacar la basura, participar en la compra, cocinar,
entre otros. De esa manera, me permite a mí como persona y como estudiante
forjarme con valores y obligaciones que a futuro me conduzcan a defenderme y a
estar preparado para los contratiempos que se me presenten.

Finalmente, puedo decir, que hay que tener en cuenta las circunstancias,
nunca debo olvidar mi principal obligación que es las tareas escolares y son a las
que debo dedicar más atención.

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