Está en la página 1de 2

"Érase una vez una rosa roja, todo el mundo comentaba que no había flor más bella

que esa en el jardín. La rosa se emocionaba cuando la halagaban. Sin embargo,


quería que la vieran más de cerca y no entendía por qué todos la observaban a
distancia.

Un día notó que a sus pies siempre estaba un enorme y oscuro sapo. En verdad no tenía
nada de guapo, con su color opaco y sus feas manchas. Además, sus ojos eran
demasiado saltones y asustaba a cualquiera. La rosa comprendió que la gente no se
acercaba debido a ese animal.

De inmediato, le ordenó al sapo que se marchara. ¿No se daba cuenta de que le daba
mala imagen? El sapo, muy humilde y obediente, aceptó de inmediato. No quería
incomodarla y entonces se marchó lejos.

A los pocos días, la rosa comenzó a deteriorarse. Sus hojas y sus pétalos empezaron a
caerse. Ya nadie quería mirarla. Pasaba una lagartija cerca y vio a la rosa llorando. Le
preguntó qué le pasaba y ella contestó que las hormigas estaban acabando con ella.

Entonces la lagartija dijo lo que la rosa ya sabía: “Era el sapo quien se comía las
hormigas y te mantenía bella”.

Leo, leo y releo este pequeño relato y siempre se me viene la misma palabra a la mente...
"Equilibrio".

Qué importante es darse cuenta de que lo necesitamos para vivir, ¿eh? La rosa se
dio cuenta demasiado tarde, y he querido compartir esta historia hoy contigo para
que no te ocurra lo mismo.

Esta historia nos habla de la importancia del equilibrio, que podemos trasladar a las
emociones, por ejemplo.

Hace años recuerdo que vi la película "Del revés" (Inside Out) y hablaba justo de
esto, del equilibrio tan necesario de las emociones. Si no la has visto, te animo a que
la veas porque me hizo reflexionar muchísimo. :)

Si ya la has visto, perfecto, porque voy a hacer un gran spoiler de la peli, jeje.

Alegría (el personaje que representaba la emoción de la alegría) tardó muchísimo en


darse cuenta de lo importante que era la presencia de Tristeza (adivina, el personaje
que interpretaba la emoción de la tristeza) y, por este motivo, la niña que albergaba
dichas emociones tuvo un desequilibrio enorme y comenzó a sufrir.

Todo en el universo ha de estar equilibrado, al igual que nuestras emociones.

Esto no significa que, por cada vez que estemos bien, debamos estar una mal. No es
así.

Significa que todas esas emociones existen en nosotros por algún motivo, y es porque son
necesarias para el ser humano. Imagínate que te ocurriese alguna situación que interpretas
como negativa y tu cerebro no tuviese la opción de elegir "Vale, me voy a poner triste". ¡Te
quedarías en modo neutro! Y la emoción no se expresaría.

Por eso es tan importante atender nuestras emociones cuando llegan y no


reprimirlas.

El estrés, el llanto por tristeza, la risa... Todo son efectos provocados por las emociones. Y
es cierto que a nadie le gusta sentir estrés (a mí tampoco, por supuesto, jeje), pero me
siento agradecido de que mi cuerpo me permita sentirlo de vez en cuando, porque es la
manera que tiene de expresar que algo dentro de mí no está yendo correctamente y debo
atenderlo.

Esto no significa que deba permitirle estar días y días conmigo, ¡para nada! Como te
comenté en uno de los mails de estas semanas, le permito estar el tiempo necesario
para gestionar la emoción, que no se sienta ignorada y sigo adelante. :)

Como ves, yo también he empezado a personalizar a las emociones, igual que en la peli de
la que te he hablado, jeje.

No obstante, también podemos interpretar este relato así: hay veces que tenemos
cerca personas que sólo tratan de buscar lo mejor para nosotros/as, pero no nos
damos cuenta y las apartamos de nuestra vida (como hizo la rosa con el sapo).

Casi nunca nada es blanco o negro (salvo los propios colores, jeje), siempre hay matices y
muchos puntos de ver las situaciones, tantos como personas hay en el mundo. :)

Por ello es importante que, cuando algo dentro de nosotros/as nos esté haciendo
desconfiar de una persona, o sentir alguna emoción negativa hacia ella, analicemos
por qué.

¿Ha hecho algo que te ha molestado? ¿Te ha ofendido? ¿Le has cogido manía sin motivo?

Ambas partes tendrán razón en sus situaciones, al fin y al cabo nadie puede discutir
ni dudar sobre los sentimientos de nadie.

No obstante, te animo a que veas si en el pasado te ocurrió algo similar y dejaste ir por
orgullo a una persona que sólo miraba por tu bien.

Javiera, te mando un fortísimo abrazo y me encantaría que me dijeras si tú sacas


alguna otra reflexión del relato de hoy. :)

Si te ha gustado te animo a compartir esta reflexión por redes sociales o con algún
amigo/a. :)

También podría gustarte