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No debe sorprendernos que no exista ni una sola pareja que puede cruzar los
mares del matrimonio sin encontrarse en alguna tormenta. El doctor Clyde
Narramore sugiere que quizá la razón de esta realidad es que “nadie está
emocionalmente sano en todas las ocasiones.”f66 Aunque los conflictos son
naturales en el matrimonio, es preciso reconocer que hay diferencias o grados
de conflicto. En este estudio se propone distinguir entre las varias formas de
conflicto, investigar algunas causas de ello, presentar unas guías para manejar y
resolver los conflictos y examinar el muy importante e interesante arte de la
comprensión: la buena comunicación.
CAUSAS DE CONFLICTOS
Las causas de conflictos son múltiples y generalmente más de un factor
contribuye a que la pareja se confunda y experimente una rotura de relaciones.
Los factores pueden ser debidos a la salud mental, al trasfondo cultural o a las
experiencias personales. Hará bien la pareja percatarse de por qué sufren estos
frustrantes momentos de disgustos.
Hay unos tres factores normales de salud mental que pueden influir en el
consorcio para crear desavenencias.f69 Si en la niñez, uno o ambos han sufrido
mucha rigidez, crítica, falta de amor y comprensión, es probable que ahora
respondan a los conflictos con una ultrasensibilidad, que se estremezcan en
autodefensa, que actúen irresponsablemente y que huyan de las relaciones
profundas. En otras palabras, el trato duro y la falta de amor durante la niñez
puede resultar en una inestabilidad mental que impide que los adultos se
relacionen satisfactoriamente como pareja. Estos individuos necesitan que
alguien les ayude a entenderse a sí mismos. Esto se puede hacer aceptando sus
acciones como algo natural debido al acondicionamiento que recibieron durante
la niñez y la adolescencia. Otro factor de salud mental es el del “complejo de
culpabilidad.” No debemos ser sorprendidos cuando sintamos culpa por haber
fallado. No somos infalibles. <241709>Jeremías 17:9 dice: “El corazón es engañoso
por sobre todas las cosas, es excesivamente perverso, corrompido y grave,
mortalmente enfermo.” El pecado en nuestra vida destroza la confianza,
robando la felicidad y haciéndonos irritables. Es la ocasión para ejercer aquella
valiosa virtud espiritual y escritural: el perdón. Puesto que somos imperfectos,
viviendo en un mundo imperfecto y con un cónyuge imperfecto, ejercitemos con
regularidad la función genuinamente cristiana de buscar el perdón de Dios y de
perdonarnos el uno al otro (<620108>1 Juan 1:8, 9). Así se nos devuelve el equilibrio
mental y racional. David Mace comenta que “La verdad es que toda la amistad
del matrimonio, en último término, está basada sobre el perdón. Dos personas
incapaces de perdonar no pueden durar en una vida juntos, como pareja de
casados.”f70
Un tercer factor de salud mental se ve en algunas personas sobre las cuales las
crisis se acumulan hasta que entran en un estado de depresión. En aquel estado
experimentan una desorientación hacia la vida, la cual se caracteriza por
emociones apáticas y flemáticas. “A veces, se desarrollan graves sentimientos y
sensaciones a causa de la pérdida de uno de los padres (o del cónyuge) por
separación, divorcio, muerte o falta de una mutua respuesta emocional.”f71 Se
nota en los niños deprimidos una baja tanto en rendimiento como en
cumplimiento en la escuela, a pesar de que sean inteligentes. Es mejor que un
siquiatra o un consejero profesional trate a la persona así afectada. No es fácil
resolver estos estados emocionales, aunque con tiempo, si las lesiones mentales
no son tan graves, la persona puede rehabilitarse, especialmente si recibe un
trato suave y comprensivo de los suyos.
Además de estos tres factores de salud mental, con demasiada frecuencia los
conflictos brotan de la inmadurez emocional, que es fruto del egoísmo, de haber
sido mimado por los parientes (la madre especialmente) o de estar sufriendo
bajo uno de los tres factores de desajuste emocional ya descritos. Se espera
que el capítulo dos y el actual sean útiles para orientar y recapacitar a los
inmaduros emocional y espiritualmente de modo que aprendan a valorizar a la
otra persona antes de que exijan tantas cosas para sí mismos. Se les
recomienda leer y meditar en el mensaje de <500201>Filipenses 2:1-11. Aquella
sabiduría sí puede moverles de la superficialidad a la profundidad en sus
relaciones personales.
Otra causa de los conflictos es una serie de factores que provienen de los
trasfondos culturales de la pareja. Quizá no hay una influencia igual en la cultura
latina como la del machismo. Esta cualidad se expresa por lo menos en dos
maneras, por ser autoritario y egoísta. El hombre asume que él debe ser
respetado y obedecido en el hogar, porque así ha sido su formación. El tiene la
autoridad final sobre la esposa y los niños. El problema es en que no siempre
da buen ejemplo y mientras más exigente es más se rebelan los familiares contra
él. Por lo general, el poder o la autoridad absoluta (también cuando se pretende
tenerlas) es contraproducente en las relaciones humanas.
El egoísmo del machismo es más destructivo aún en la buena marcha de la
relación entre los esposos porque, primeramente, convierte a la señora en un
objeto para complacer al hombre. Tampoco estima a los hijos como a
personas de valor en sí mismos sino como evidencia de su potencia varonil. El
hombre cristiano se servirá a sí mismo y a su familia por prestar mucha atención
e intentar poner en práctica las instrucciones de <411044>Marcos 10:44, 45 (es
mejor servir que ser servido); <500201>Filipenses 2:1-11 (valorizar a otros es actuar
como Cristo); y <490525>Efesios 5:25-29 (el amor nos lleva a sacrificarnos por los
que amamos). Por cierto, solamente el hombre cristiano puede lograr
comprender y ser motivado a modificar su comportamiento por el de su Señor
y Salvador.
Del trasfondo latino también es común sufrir conflictos matrimoniales debido a
los celos. El ambiente del machismo es naturalmente propicio para crear toda
clase de desconfianza entre los esposos. Deben los matrimonios andar con
sumo cuidado, no dando ni una sombra de causa para dudar de su fidelidad el
uno al otro. Los celos pueden romper las bases de la confianza la cual es la
esencia de la unión entre los dos. Además los celos a menudo hacen desbordar
la cólera y estallar la guerra. Como dice el doctor Carrero:
La persona celosa es menudo peligrosa porque ataca a la víctima de su
envidia mediante afirmaciones difamatorias: mentiras, chismes, etc., y en
algunos casos apela a la agresión física. Es una persona irritable,
nerviosa y llena de tensión.f72
Indudablemente, en el campo de la familia, no hay una circunstancia igual que
requiera más el saber cómo perdonar y cómo construir buenas líneas de
comunicación como la de los celos.
En algunos sectores, especialmente en los urbanos, se está sintiendo una tensión
en los hogares debido al movimiento mundial de la “liberación femenina.” Este
movimiento está creando una verdadera amenaza al machismo puesto que se
espera, de alguna manera, igualar los derechos de los sexos o por lo menos
traer algo de respeto a la mujer, reconociendo que ella es una persona digna de
desenvolver sus capacidades y talentos. A medida que la mujer es influenciada
por estos conceptos, traerá a la unión matrimonial un juego de tensiones y
creará un nuevo trasfondo cultural a la tradición latina. Es de reconocer que el
número de mujeres que están metidas en esta corriente es un porcentaje
mínimo, pero el número de ellas está en desproporción al rugido que están
levantando.f73
Queda por lo menos una causa más de conflictos provenientes de los
trasfondos culturales, y es la de la frecuente relación dominante que existe entre
los padres y la pareja. Eugene Nida, antropólogo cristiano, observa que debido
al machismo y la tendencia de los hombres latinos a estar ausentes de la casa,
las madres a menudo llegan a ser bastante posesivas con sus hijos. A pesar de
que el hijo siente la presión social de mostrarse tan macho como los demás
jóvenes y hombres, también vive dependiendo de su madre.f74 El resultado de
tal dependencia es obvio en la relación matrimonial. Además, los suegros
pueden exigir mucho de sus hijos casados, creando un sentido de obligación o
de frustración porque los padres siempre están entremetiéndose en los asuntos
privados. Uno de los más naturales deseos de la pareja es el de independizarse
y formar su propio nido donde los dos puedan ser el único rey y la única reina
que mandan. La Biblia misma instruye que la pareja debe dejar a los padres
para entrar en la unión de una sola carne. (<010224>Génesis 2:24; <401905>Mateo 19:5;
<490531>
Efesios 5:31.) Lógicamente, esto quiere decir que los nuevos esposos no
deben vivir bajo el mismo techo con los padres ni con los parientes políticos.
Deben hacer todo lo posible para comprender y complacer a los padres y
suegros con tal de que puedan disfrutar también su independencia. La razón de
esto es, como dice Mace: “No puede haber completa satisfacción para ninguno
de nosotros mientras las dos relaciones más íntimas de nuestra vida están en
discordia una con otra.”f75
Los conflictos se originan no solamente en la salud mental y el trasfondo cultural
de la pareja, sino también en las experiencias personales de la misma pareja.
Entre aquellas experiencias están las del ajuste sexual, las finanzas, la religión,
las amistades y el uso del tiempo libre.
El capítulo anterior enfocó el sexo dentro del matrimonio. Sin embargo, vale la
pena resaltar otra vez que el sexo es uno de los ajustes principales y por
consiguiente una de las primeras crisis del matrimonio. En todo el mundo
occidental, el sexo se está explotando por todos los medios. Tal explotación ha
engendrado expectaciones e imágenes falsas de lo que es el sexo, de modo que
la mayoría de las parejas modernas está sufriendo por aquella mala orientación.
El doctor J. G. Carrero interpreta que el frecuente resultado de todo esto es el
rápido desencanto, la desilusión y el aborrecimiento de un cónyuge hacia el
otro, debido a que no se están complaciendo sus anticipadas aberraciones
sexuales. El dice que las expresiones exageradas y corruptas del sexo no son
“más que la moneda sexual con que se paga el estímulo de la inflación sexual en
el matrimonio.”f76
Aunque siempre se habla del ajuste sexual como una causa fundamental de
conflictos en el matrimonio, los asuntos financieros, a veces, lo sobrepasan,
creando agudos problemas. Cuando la pareja se endeuda mucho por los
muebles, el automóvil, o por cualquier otro motivo, se ve obligada a esforzarse
para cancelarlos. Pero más de una vez, esta circunstancia ha motivado a uno o
a los dos a tomar trabajos extras, con el infeliz resultado de tener menos tiempo
para estar juntos, y el natural enfriamiento de la relación. El atolladero
financiero se complica aún más cuando hay niños a los cuales hay que dar de
comer y vestir. Lo mejor para las parejas, es ponerse de acuerdo sobre sus
planes, sus entradas, sus salidas, ahorros, etc.; en otras palabras, hacer un
presupuesto que sea mutuamente aceptable, y guiarse por el mismo.
Otro factor personal que normalmente trae unos encontronazos verbales, es el
de la religión; y esto aun entre cristianos. Es cierto que ya se enfrían muy
fácilmente al ausentarse de la iglesia, o al no tener lectura bíblica ni oración
juntos. A veces uno de los cónyuges es más fervoroso que el otro, y no sabe
cómo estimular a éste hacia las buenas obras, sino que le “predica” de lo que
debe hacer o de cómo debe pensar, reaccionar, etc. Responder así es
contraproducente porque causa la reacción de sentirse arremetido o
amenazado. El que es supuestamente más “espiritual” debe saber que sus
ataques producirán violentas diatribas u hostiles silencios. Sería mejor guiarse
por la sabiduría espiritual de <480601>Gálatas 6:1-5, donde dice: “Restauradle f77 con
espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también
seas tentado”.
En muchas ocasiones el uso del tiempo libre y el tiempo que el hombre pasa
con sus amistades, provoca auténticos agravios. Para mantener una estrecha
“amistad” con la señora y con los niños, hay que guardar tiempo para estar
juntos y compartir la vida, las ideas y las ocasiones. Uno no tiene derecho de
concluir que, por pasar un rato con la familia viendo la televisión, ya ha hecho
suficiente para cuidar y fomentar una relación íntima. La proximidad no
garantiza intimidad.
EJERCICIOS DE APRENDIZAJE
Cuestionario:
Una pareja tiene ocho años de matrimonio, pero no anda bien en su relación
matrimonial. Ambos son cristianos pero ella es mucho más activa e interesada
en la obra de la iglesia que el esposo. Además, ella es exigente en que él haga
bastante trabajo en la casa y que le ayude con los niños. Ella tiende a llegar a
casa retrasada cuando hay actividades por la tarde en el templo, deja a los
niños en la casa de su madre y tiene que buscarlos y llegar a casa corriendo
para preparar la cena. El esposo se pone furioso porque ella no está cuando él
llega a casa y tiene que esperar la cena. El siente que ella le está descuidando y
ella piensa que él es inmaduro como cristiano y que debiera apoyarla en su
ministerio en y por la iglesia. ¿Qué les puede sugerir para que haya
entendimiento y tranquilidad en su hogar?