Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los primeros versículos de este Salmo tan conocido nos dan las experiencias de un alma
pasando de las tinieblas a la luz; de las miserias de una condición de perdición a los gozos de
una plena salvación. Él estaba:
II. Oído. «Se inclinó hacia mí, y escuchó mi clamor» (v. 1). ¡Qué misericordia que este
hoyo no sea sin fondo, y que el oído lleno de gracia de Dios sigue estando atento!
Jonás clamó desde el vientre del Seol, y fue oído.
III. Salvado. «Me extrajo» (v. 2). Su brazo no se ha acortado que no pueda salvar; es lo
suficientemente largo y fuerte para levantar al pecador arrepentido, «extrayéndolo» del
pozo de los horrores y de la ciénaga traicionera. Otros pueden divertir y distraer al
alma encarcelada, pero solo Dios puede sacarla de allí.
IV. Consolidado. «Afianzó mis pies sobre una roca, y consolidó mis pasos» (v. 2). Es una
poderosa liberación, desde el inconsistente lodo cenagoso de nuestros propios
pensamientos a la roca de la eterna verdad de Dios, y llegar a tener nuestros caminos
de tal manera consolidados que seamos guardados de recaer a nuestra anterior
condición. Jehová es tu guardador.
VI. Usado. «Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová» (v. 3). El cambio es tan
grande que muchos no pueden dejar de verlo; es tan manifiestamente de Dios, que
serán conducidos a temer y a confiar en el Señor. El testimonio de una vida sana, feliz
y consistente debe ser fructífera.
Halla que las obras, los pensamientos de Dios, en favor suyo, son tan maravillosos y numerosos,
que son inenarrables. Cuando los ojos de nuestro entendimiento han sido iluminados, entonces
podemos conocer cuál es la esperanza de su llamamiento, y la supereminente grandeza de su
poder para nosotros que creemos (Ef. 1:18-20).