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W AN MAGIA

SU PR EM A
LA GRANDE
Y ALTA MAGIA
La magia, segun San Cipria-
no, uno de los mas extraordina-
rios magos de todos los tiem pos,
es el principio de la sabiduria.
A rte y ciencia a la vez, su
influjo se ha hecho sentir a lo
largo de la historia y ha presi-
dido, con indiscutible preemi-
nencia, los mas trascendentes
aetos humanos. A menudo, me-
diante hechizos m a g ic o s los
hombres conquistaron ciudades,
ayudaron al surgim iento y caida
de los imperios, llevaron a cabo
empresas maravillosas cuyo eco
llega aun hasta nosotros, domi-
naron los elementos y acrecen-
taron o anularon las m ism as
fuerzas de la naturaleza. La ma­
gia ha decidido vidas y destfnos,
odios y amores, nacimientos y
m uertes.
Revelada por Seth y trans-
mitida despues a Salomon, se
practico por los hombres cum-
bres en el devenir de las eda-
d e s; Abraham, Moises, Simon
el Mago, San Cipriano y otros
muchos se sirvieron de ella para
llevar a cabo prodigies inima-
ginables y aeciones de enorme
envergadura.
E sta ciencia, cuvos secretos
se revelan en esta obra, se sirve
Continua en la solapa 2

Pedidos a:
EDITORIAL CAYMI
15 de Noviembre 1149. Buenos Aires
LA GRANDE Y ALTA MAGIA
SUPREMA Y TMSCEWDENTAL
Dr. MOOKNE

LA
mmm y a l t a m a g i a
SUPREME Y TR ASCEND ENTAL
lie los CALDEOS
EGIPCIOS
y HEBHE0S
Con todo el ritual para las invocaciones y
evocaciones, seguido de un tratado de
quiromancia, qnirognomonia, etc.

Obra profusamente ilustrada

15 de Noviembre 1149 Buenos Aires


Q ueda hecho el deposito
que m arca la ley 11.723

© b y ED ITO RIA L CAYMI — Buenos A ires


Im preso en la A rgentina - P rin ted in A rgentine
PARTE PRIMERA

LA CLAV1CULA BE SALOMON
O
EL SECRET© BE LOS SECRETOS

Salomon y la alta magia

Salomon es la clave de la magia post-diluviana. Yo, Cipriano, que lo


he invocado en mis extasis, declaro que la magia que el sabio rey ejercia,
es la verdadera, y que la verdadera magia no es otra cosa que el princi-
pio de la sabiduria.
Hay, sin embargo, dos clases de magia: la negra y la roja. La una,
la que ejercen los taumaturgos, dotados por los espiritus del mal, de par-
ticulares y excepcionales faoultades, y la otra, la que ejercen los verda-
deros magos, revelada por Seth; por este transmitida a Noe; difundida
mas tarde por toda la Caldea por Abraham ; ensenada al saeerdocio egipcio
por Joseph; ordenada por Morses y practicada por Salomon; oculta bajo
sfmbolos en el Antiguo Testamento; revelada por Jesus a San Juan y con-
tenida bajo figuras hieraticas en el Apocalipsis de este apostol.
La prim era ha sido ejereida por los hijos de los hombres, es decir,
por los descendientes de Cain, y procede, segun la tradicion de Henoch,
de la xebelion de algunos angeles, quienes, por un pecado analogo al de
Adan, se vieron privados de la gratia. Los que ejercen la taumaturgia o
esta clase de magia, son impotemtes para evocar a, los espiritus <de la luz.
6 D octor M oorne

L a I s i s i n d ic a
La Grande y A lta Magia 7

Esta magia implica el dominio de la fuerza brutal: por eso Hermes Tri-
megisto, en su Tabla de Esmeralda, la representa bajo el emblema de un
tigre.
La segunda ha side ejercida por los hijos de Pios, por los descen-
dier.tes de Seth, y representa la dulzura de la inteligencia. La ejercen
quienes lo mismo tienen imperio sobre el macrocosmos 1 que sobre el m i­
crocosmos 2, porque la voluntad es humanamente omnipotente cuando se
arma con las fuerzas vivas de la naturaleza y con las de la sabiduria. La ver-
dadera magia procede de Seth, quien por sus virtudes merecio ser inicia-
ido en el pecado original. Hermes la pinta bajo el emblema de un buey
embozalado a los pies de Adda-Nari, la Isis del pueblo indico.
La prim era magia representa la rebeldia; la segunda la obediencia.
I Quereis que os inicie en los misterios que Isis representa?
Pues ved su grabado, examinadlo con atencion y leed luego con sumo
cuidado la description de esos misterios:
Sobre su frente esta el signo de la liga o de la generation universal.
A la derecha mi tigre se acuesta sobre sus pies: es el hombre malvado
e ignorante; a la izquierda asimdsmo acurrucado, un buey embozalado:
es el hombre bueno, el neofito.
Isis permanece en pie entre el malvado y el bueno; entre la rebedia
y la obediencia.
Tiene cuatro 'brazos que representan los cuatro elementos, cada uno
de los cuales aparecen en sus manos.
El fuego esta representado por una espada; el aire por una argolla;
la tierra por una rama en flor, que hace las veces de cetro, y el agua por
un vaso.
Un manantial de leche mana de la cabeza de Isis; pasa por delante
del buey embozalado, cae a sus pies y circula en derredor por debajo de
los del tigre, que no la ve.
La leohe de la ciencia no mana para el malvado. Si quiere beberla
sera menester que la vea, y para verla es preciso que doble la cerviz y
la busque.
Los dos brazos de Isis, por la parte del tigre, sostienen el mm la es­
pada y el fuego, el otro el aire y la argolla. El aire es la tempestad.
El malvado debe ©star niantenido por el fuego y por el hierro; el

1 El m a c r o c o s m o s es la parte divina del hombre cuando su alma llega al estado


de completa purification.
2 M ic r o c o s m o s es el cuerpo terrestre del ser humano que, despues de la muerte,
contribuye a la creation de nuevos seres.
8 D octor M ookse

malvado debe llevar la argolla: las tempestades estan desencadenadas sobre


su cabeza.
La naturaleza esta ve.ada por la parte en que se balla el malvado.
El malvado no debe saber nada; no debe haber piedad alguna para el.
La naturaleza lleva un collar. Por el lado del buey embozalado, ese
collar esta compuesto de cabezas humanas; representan la inteligencia que
se une a la inteligencia y forman una cadena divina; por el costado del
perverso, del tigre, el collar se convierte en cadenas de hierro.
Las cadenas para cl malvado, la prision, la esclavitud, porque el malo
es un tigre; esta armado, es fuerte, ama la sangre y la mantanza, y el
buey, dulce y util, debe ser protegido contra el.
El tigre m ira de soslayo los instrumentos de rigor suspendidos sobre
su cabeza, y permanece inmovil, hurano e inquieto.
|Por la parte del buey embozalado la naturaleza permanece sin vel'o;
para el no existen misterios; para el los dos brazos de Isis sostienen: uno
la rama en florescencia: es la abundancia, es la inteligencia que abre su
capullo, es la palma, el cetro, la recompensa; el otro, la copa que Isis apro-
xima al manantial de donde surge la leche para calmar al buey, para nu-
trirle.
Una serpiente, cuya cabeza esta al lado del bueno, rodea el cuello de
Isis; es el manantial de la vida, la electricidad, el magnetismo, la luz, el
gran agente magico.
Penden de su cuello tres collares en forma de triangulo: son los Ires
mundos de la Cabala.
Por el lado del tigre tiene nueve brazaletes: es el numero del misterio.
Por el del buey no tiene mas que cinco; es el numero^ de la inteligencia.
Dos serpientes que se miran entre si rodean el brazo con que Isis
sostiene la rama en flor: es el simbolo del equilibrio, de la luz astral, se-
creto de la vida.
Isis todo se lo da al bueno; por darle, aun le ofrece la piel del xnal-
vado que lleva en su cintura, por el costado del bueno.
Y toda la moral de esta figura se encuentra resumida por un solo
signo: la mano que sostiene la ram a en flor haee el signo del esoterismo,
que recomienda el silencio.
Esoterismo es lo que debe ocultarse.
Ex&terismo es lo que esta permitido d ecir1.

1 Fijese el lector que e x o te r is r n o es lo que puede deeirse, en tanto que e s o te r is m o


es lo que es necesario oeultar. Vease la diferencia de una s a una x .
La Grande y A lta Magia 9

Tiene abiertos los tres primeros dedos, que significan, en quiromancia,


la fuerza, el poder, la fatalidad.
Oculta el anular y el auricular, que representan la ciencia y la luz.
Todo ello implica decir a los buenos y a los adeptos: Reunios y ten-
dreis la fuerza, el poder, con la cual dirigireis la fatalidad, cuyo rigor
dominareis a vuestro antojo; pero ocultad al comun de los hombres, a los
inalvados y a los faltos de inteligencia, la luz y las ciencias.
Los angelcs rebeldes, iniciados en la alta magia y transmitiendola a
hombres vulgares por intermedio de mujeres indiscretas, fueron la causa
de que la civilizacion prim itiva se derrum bara, y de que los representantes
de Cain se disputaran la posesion del mundo, la cual posesion solo supo
escaparseles cuando la t'ierra fue inundada por el diluvio. El diluvio, pues,
representa la confusion universal en que caen los seres humanos cuando
desconocen las leyes de la naturaleza.
La alta magia, la verdadera clave de las cabalas, dice que la ciencia
esta reservada a los hombres que son duenos de sus pasiones. En efecto,
la casta naturaleza no entrega las Haves de la camara nupcial a los adul-
teros.
Por eso existen y existiran por todos los siglos de los siglos dos ela-
ses de hombres: los libres y los esclavos.
El hombre nace esclavo de sus pasiones; pero se manumite por la in­
teligencia. Entre los que saben alcanzar su libertad y los que no pueden
conseguirla, la libertad es imposible.
A la razon le toea reinar; a los instintos obedecer.

Capitulo P rimeho

Consejos de Salomon a su hijo Eoboan y a les qua se


dedicaran a la magia

Dice Jonas Sufurino que en el libro que en caracteres hebreos, es-


critos cn pergamino inmaculado, le proporcionaron los espiritus infer-
nales, con quienes durante la mayor parte de su vida estuvo en tratos,
ademas de la clavicula de Salomon, figuraban los consejos que este lego
a su hijo Roboan en su celebre libro El secreto de los secretos, a fin
de que dieho hijo, a su vez, los legara a todos aquellos seres humanos
10 D octor M oorne

L a v is io n d e l r e y S a lo m o n
La Grande y A lta Magia 11

que se dedicaran al estudio de las ciencias magicas. He aqui como em-


piezan.
— Debo manifestarte que toda mi sabiduria la he adquirido por el
ejercicio de las artes magicas, a las cuales tuve siempre grande inclina-
cion; pero si los espiritus superiores no me hubieran doiado de una in-
teligencia clara; si no hubieran sido conmigo tan benignos como siempre
se mosiraron, yo jamas hubiera llegado a la altura en que me hallo. Una
noehe, jbien lo recuerdo!, hiee mis experimentos con mocha voluntad,
solicitando de los espiritus supremos el don de la sabiduria y el conoci-
(miento de todas las cosas. A mis suplicas, se presento el admirable Adonay
con toda su belleza y esplendor, rodeado de otros espiritus, irradiando
una claridad maravillosa de todo su ser y me dijo: “— ; Oh amado hijo
Salomon!, tus suplicas e invocaciones ban sido acogidas con agrado, y
en atencion a que no has pedido riquczas, ni vivir muchos anos, ni la
ruina o dano de tus enemigos, sino linicamente la sabiduria y el cono-
cimiento de las coeas creadas, es por esto por lo que te sera concedido
lo que deseas. Desde este momento puedo asegurarte que no ha existido
ni existira en el mundo quien pueda a ti compararse, tanto en sabiduria
como en riquezas y poderio”. Yo di al grande y hermoso Adonay las
may ores muestras de agradecimiento, mis ojos se empanaron de lagrimas
y cuando los alee de nuevo para contemplarle, observe que habia des-
aparecido, no quedando de aquella hennosa vision sino una rafaga lumi-
nosa. Desde aquel momento se opero tal cambio en mi inteligencia, que
no ba-bia cosa ni pensamiento, por oculto que fuera, que yo no viera con
toda claridad.
“Ahora hijo mio, solo me resta decirte, que si has de lograr el favor
de los espiritus superiores, has de ser paciente, humilde y resignado, te-
niendo presente que ellos te concederan cuanto les pidas con buena vo­
luntad y siempre que comprendan que haras buen uso de sus dones; si
no te lo conceden, sera porque no hallaran tu corazon lo bastante limpio
y puro, o porque no convendra a sus designios el concederlo. Yo, como
padre, estoy en el deber de ponerte en condiciones de adquirir toda clase
de eonocimientos, para lo cual te entrego este libro que es el que a mi
rae faeilito los medios de adquirir la sabiduria que poseo. Leelo con aten-
eion, practica con fe todo lo que en el se indica y acaso logres todo aque-
lilo que desees. Mas, si los espiritus a quienes invoques no se mostraran
propicios a concederte sus dones, no por esto te entristezeas, pues sera
tprueba de que ellos no juzgan conveniente acceder a tus deseos, lo cual
debera persuadirte que su infinita sabiduria, al obrar de ese modo, te
preserva de muchos peligros que acaso te habrian de acontecer.
12 D octor M oorne

D el a m o r do D ios

“El am or divine debe prc-ceder de la adquisicion de la ciencia que


yo profeso, y el principio de esta es la Have del tem or de Dios. Es, por
consiguiente, necesario honrarle y adorarle con verdadera contricicn y
devocion, e invocarle en todas aquellas cosas que queremos baser o que
esperemos de fil.
“Dios, si ve fmidadas nuestras solicitaciones y justos los actos que
nos proponemos ejecutar, nos conducira por el buen camino; si no, no.
“Cuando quieras aprender la ciencia de las artes magicas es menester
que te prepares y repares en el orden de las lunaciones, sin lo cual nada
provechoso podras hacer, pero si las observas digna y cuerdamente, jun-
tamerite con el temor de Dios y la virtud, que en eso consiste el amor'
a Dios, podras lfegar con facilidad al logro de tu empresa.”

B e la v ir tu d y Iio ra d e Ics p la n e ta s

“La tabla de las horas y planetas deberas tenerla, siempre que trates
de bacer alguna cosa, muy presente.
“Las horas entre la noche y el dia son veinticuatro. y cada lapso
de ellas tiene un planeta que le domina, y como los planetas son siete, divide
esos lapsos entre las veinticuatro boras del dia y obiendras el resultado
de que cada planeta domina durante el dia tres horas, veinticinco minutos
y cuarenta y tres segundos, ademas del dia, cuyo dominio le corresponde.”
Tengase presente, por lo tanto, que cada planeta domina un dia du­
rante los siete que tiene cada cuarto de luna, y que ademas ejerce 'do­
minio durante un periodo en cada dia de la semana.
Siendo muy importante conocer las horas en que cada planeta ejerce
su influeneia para las operaciones magicas, damos a ccntinuacion la re­
sells detallada de ellas:
Saturno domina desde las doce de la noche hasta las tres y media
de la madrugtvda; Jupiter de tres y media a siete; Marie de siete a diez
y media; Sol de diez y media a dos de la tarde; Venus de dos a cinco
v media; Mercurio de cineo y media a ocho y Luna de echo y cuarto
'a doce de la noche.
Las horas de Saturno son buenas, como Marte en sus dias, en los
cuales se conjunta con la Luna para hacer experiencias de odio, juicios
y discordias. Las horas del Sol, de Jupiter y de Venus, especialmente en
La Grande y A lta Magia 13

los dias en que su dominio es com plete1, son excelentes para aprobar
todos los experimentos, tanto ordinarios como extraordinarios, y las de
Venus, especialmente en su dia, las del amor. La Luna, estando opuesta
al Sol y llena de luz, es buena para experimenlos de guerra, ruido y dis-
cordias, y cuando esta en su ultimo euarto, para los experimentos que
tiendan a destruir o arruinar. La Luna, cuando esta en su euarto nuevo,
o sea ouando no recite los rayos solares, o los ultimos, es buena para
bacer los experimentos de muerle.
“Debes observar, inviolablemente, que cuando la Luna esta en con-
juncion con el Sol no tendras empezado nada, porque este tiempo es muy
desgraeiado y en el nada puede ni debe efectuarse, pero cuando la Luna
recibe plenamente la fuerza del Sol podras escribir, operar y preparar
todos los experimentos que quieras hacer, y principalmente paia bablar
con los espiritus de los muertos.
“For lo que respecta a estas experiencias, te aconsejo las evites en
cuanto puedas, pues siendo la inmortalidad del alma un dogma esencial-
mente consolador, deben temer un castigo, mas o menos cruento, todos
aquellos que por pasiones terrenas, por vicios o por inclinaciones impu-
ras traien de turbar la paz y armorda que se debs a los que ban dejado
en la tierra su envoltura material.
“Ademas — fijate bien en esto— , las almas de los muertos no estan
alrederlor de nosotros. Los seres a quienes hemos amado en vida puedert
vernos y aun aparecersenos, pero solamente por m iraje, es decir, por me­
dio del espejo comun, que es la luz.”

Capitulo II

Como aprendleron los hombres la magia

“Has de saber, nijo rnio —eontinua diciendo Salomon en El secreto


de los secretos—, que la ciencia magica no lia sido transmitida a los horn-
(bres en la forma que describe Henoch en su fain os o libro, v cuya forma
es la sig'uiente:

1 Es sabido en magia que aun cuando un planeta domine en el universo


durante un dfa, el dominio moral de otro planeta produce inflnencias que pueden
■ser, en todo aquello a que estas alcanzan, perjudicial o beneficioso. ( N . d e l T .)
14 D octor M oorne

“En la primera epoca de la creacion hubo angeles del cielo que


descendieron a la tierra para amar a las mujeres.
“Porque en aquel entonces, cuando las hijas de los bombres se mul-
tiplicaron, nacieror. jovenes de nna gran belleza.
“Y cuando los angeles, los bijos del cielo, las vieron, se prendaron
de amor por ell as.
“Y se decian entre si:
“— Descendamos a la tierra, escojamos nuestras esposas y engendre-
mos hijos con ellas.
“Er.Lonces su jefe, Samyasa, les dijo:
“— Quiza no tendreis valor para cumplir esa resolucion, y yo sere
entonces el unico responsable de vuestra caxda.
“Y ellos respondieron:
“— Juramos que no babremos de arrepentirnos y de llevar a cabo
iruestro deseo.
trY fueron doscientos los que descendieron a la montana de Armon.
“Y es desde entonces desde cuando esa montana se Hama de Armon,
que quiere decir la montana del juramento.
“Esos doscientos angeles tenian sus jefes, siendo el superior de todos
Samyasa.
“Los nombres de los otros son eomo sigue: Urakabarameel, Azibeel,
Tamiel, Ramuel, Danel, Azkeel, Sarakuyal, Asael, Armers, Batraal, Anane,
Zabeve, Samraveel, Ertrael, Turel, Joniael y Arazial.
“Y tomaron por esposas a las bijas de los hombbi'es, con las cuales
se mezclaron y desposaron, ensenandoles las ciencias magicas, los encan-
tamientos, el valor de las raices y de las plantas, y la astrologia.
“Amazarac enseno todos los secretos de becbicerias y encantamien-
tos; Barkaial fue el maestro de los astrologos; Akibeel revelo los signos
de la cabala, y Azaradel el movimiento de la Luna y la influencia que
ejercio sobre la creacion.
“Y Dios les perdono su rebeldfa en merito a sus virtudes y el amor
que siempre le proiesaron.
“Expertas sus mujeres en las ciencias magicas, revelaron a los demas
bombres los secretos que aprendieron de sus esposos, y la magia se repar-
tio por todos los puntos del mundo en donde moraban los bijos de los
bombres”.
“La verdadera tradicion del origen de la verdadera magia es la que
voy ahora a referirte:
“Sabes muy bien, hijo mio, que nuestro padre Adan tuvo dos bijos,
La Grande y Alta Magia 15

Cain y Abel. El primero representaba la fuerza brutal; el segundo la dul-


zura y lucidez de la inteligencia.
“No pudiendo por.en.e ambos de acuerdo, unn de ellos tenia que des-
aparecer de la haz de la tierra. La cuerda se rompio por el lado mas debil.
Abel perecio a manos de su propio hermano, y asi la herencia del infor-
tunado Abel fue transmitida, con creces, a un tercer bijo, llamado Seth.
“Y Seth, que era juste, todo lo consiguio del Hacedor Supremo, del
superior Espiritu, incluso la entrada en el paraiso, de que fueron arro-
jados sus padres, sin que el querubin que estaba de guardia pudiera
impedirselo con su espada fulminante.
“Seth representa, por lo tanto, la iniciacion primitiva.
“ 4 Y que vio Seth al entrar en el paraiso? Que el arbol de la ciencia
y de la vida se habian unido hasta formar uno solo.
‘QSabes que representa este hecho? El acuerdo de la religion con
la magia y la alta cabala.
“Al salir Seth del paraiso, el querube guardian le entrego tres se-
millas de los arboles vitae et scienciae, que contenian toda la fuerza vi­
tal de ellos.
“Este hecho representa el ternario cabalistico.
“Guando Adan murio, Seth, siguiendo las instruociones del querube,
coloco los tres gran os de semiila en la boca de su espirante padre como
gaje o promesa de vida eterna.
“Las ramas que brotaron de esos tres granos formaron las zarzas
encendidas, en medio de las cuales Dios revelo a Moises su eterno nom-
bre. lie aqui esos signos misteriosos:

“La traduccion de ellos es la siguiente:


“E l SEP. QUE HA sido, el ser que es y el ser que sera.
“Moises, ouando desaparecio Dios, cogio un triple ramo de esas zar­
zas y, por inspiracion divina, construyo con ellas su varita magica o
milagrosa.
“Esta vara, aunque separada de su tronco. no dejo de vivir ni de
florecer, siendo conservada en el area. Y esa vara que tantos prodigios
opero, fue replantada por mi padre, el rey David, en el monte Sion, de la
cual credo un poderoso y gigantesco arbol, sobre el cual debia, en el
transcurso del tiempo, morir el Mesias anunciado por profetas y magos.
“Yo, a mi vez, eonociendo el misterio del sagrado arbol, trate de hon-
rarle en la forma humana que podia, haciendo de sus tres troncos las dos
16 D octor M oorne

columnas simbolicas que habfa frente al templo y a las cuales, despues de


revestirlas de bronce, puse el nombre de Jakin y Bohas, pues representaban
el dia y la noche, el vicio y la virtud, el angel y el demonio. El tronco
restante lo mande coloear en el frontispicio de la puerta principal del tem-
plo, a manera de talisman que impidiera penetrar en el a toda persona que
fuera impura” .
Hasta aqui la tradition salomoniea, que San Cipriano se enearga de
eompietar en la forma siguiente:
“ Corrompidos los levitas, despues de muerto el rey sabio, arrancaron
durante la noche dicho tronco, que servia de barrera a sus iniquidades, y
le arrojaron. despues de haberle cargado de piedras, a fin de que le im-
pidieran flotar, dentro de la piscina probatica.
“Desde ese momento un espiritu celeste agitaba las aguas de la pis­
cina para comunicarlas una virtud milagrosa, que tenia por objeto invitar
a los hombres a buscar el arbol de Salomon, o sea la verdadera sabiduria.
“Pero la ignorancia de los judios, corrompidos por los vicios, era sn-
pina, y no alcanzaban a eomprender cual era la causa de la elevation de
las aguas.
“Solo en el tiernpo en que Jesucristo debia entrar en Jerusalen fue
cuando, al limpiar la piscina, se encontraron con aquel inmenso tronco,
inulil segun ellos, por lo cual lo colocaron a guisa de ponton a traves del
torrente Cedion.
“ Y fue sobre ese ponton sobre el cual paso Jesucristo despues de su
arresto nocturno en el Huerlo de las Olivas; y en ese ponton fue en donde
sus enemigos le empujaron para que cayera al torrente, y quienes, en su
precipitacion de preparar, por anticipado, el instrumento del suplicio, lle-
varon consigo el tal puente, que era una viga de tres cuerpos, formada
por tres maderas diferentes, y de las cuales bicieron la cruz en que a los
pocos dias crucificaron al Redentor del mundo.
“Esta alegoria encierra todas las altas tradiciones de la cabala y los
secretos solo divulgados por Salomon y San Juan.
“Y, de este modo, Seth, Moises, David, Salomon y Jesus tomaron
del mismo arbol cabalistico sus cetros de reyes o sus varas de grandes
Pontifices”.
La Grande y A lta Macia 17

C apitulo III

El secreto de las esfinges

“Lo que mis antecesores — escribe Salomon en su citado libro— 11a-


maban los cuatro elementos (aire, fuego, tierra y agua), no son para la
magia mas que cuatro formas elementales de la sustancia unica.
Esas formas estaban figuradas por la esfinge, de la siguiente manera:
el aire, por ias alas; el agua, por su seno de m ujer; la tierra por el cuerpo
de toro, y el fuego, por las garras del Icon.
La sustancia es una, tres veces triple, a manera de esencia, y, por
ultimo, cuadruple en forma de existencia. Tal es el secreto de las tres pi-
ramides, triangulares de elevacion, cuadradas por la base y guardadas por
esfinges.
Egipto, al elevar esos monumentos, habia querido colocar las colum-
nas de Hercules de la ciencia universal1*.
La forma de las esfinges representa tambien, por analogia jeroglifica,
las cuatro propiedades del agente magico universal5: disolver, coagular,
calentar, enfriar.
Esas cuatro propiedades, dirigidas por la voluntad del hombre, pue-
den modificar todas las formas de la naturalez-a y producir, segiin la im­
pulsion dada, la vida o la muerte, la salud o la en'fermedad, el amor o
el odio, la riqueza o la pobreza. Pueden, por ultimo, colocar al servicio
de la imaginacion todos los refiejos de la luz, puesto que son la solucion
natural a las preguntas mas temerarias y mas concretas que las genera-
ciones venideras podrian dirigir a la aita magia.

1 Las arenas del arido desierto en que hoy se eleven esas piramides, habran
indudablemente cambiado de sitio, asi como los siglos han pasado; pero ellas, siexnpre
altivas y majestuosas, proponen a las naciones a n enigma, cuya p a k b ra se ha perdido.
Cuanto a la esfinge, parece haberse ensombxecido mas y mas, bajo el polvo de ias
edades. Con efecto, los grandes imperios de Daniel ban reinado tum o por turno sobre
la tierra, y se han derrumbado bajo su propio peso en la tumba del no ser. Conquistas
de la guerra, fundacio-nes del trabajo, obra de las pasiones humanas, todo se lo ha
tragado el cuerpo simbolieo de la esfinge. Sin embargo, la cabeza bumana se eleva
sola por encima de Ias arenas del desierto, como si esperara el dia en que debe
consolidarse el imperio universal del pensamiento. ( N . d e l T .)
* Aetualmenta la llamarfamos l u z o fu e g o a str a l. ( N . d e l T .)
18 D octor M oorne

Estas preguntas y respuestas pueden conJensarse en la forma que


veras a continuacion.

L a e s jin g e

Capitulo IV

Las preguntas paradojales a las esfinges y su contestation

LAS PREGUNTAS
Las preguntas paradojales que la euriosidad hum ana, en sus locas o
vanas temexidades, puede formular, deben considerarse en oclio, y son
las siguientes:
IA ^Se puede escapar a la muerte?
2^. ,;Existe la piedra filosofal? Caso de que exista, £que hacer para
encontrarla?
La Grande y A lta Magia 19

3*. ^ Puede el ser ter rest re hacerse servir por los espiritus?
4P-. iQ ue son mi clavicula, mi cetro y mi anillo?
5*. (jPuede preverse el porvenir por calculos ciertos?
6 ?-. l Puede hacerse el bien o el mal por influencias magicas?
7^. iQ ue es preciso hacer para ser un verdadero mago?
8A ^En que consisten las fuerzas de la verdadera magia negra y
de la MAGIA ROJA?

LAS RESPUESTAS

P. — rfSe puede escapar a la muene?


R .— De dos maneras: En el tiempo, curando y previniendo las en-
fermedades: en el espacio, perpetuando por el recuerdo la identidad per­
sonal en las transformaciones de la existencia.
La vida es el resultado y no puede conservarse sino por la sucesion
y perfeccionamiento de las formas. La ciencia del movimiento perpetuo o
continuo es la de la vida y esta la de la naturaleza. Esta ciencia, que me
'ha sido revelada por espiricus ultraierrenales, tiene por objeto la justa
ponderaeion de las influencias equilibradas,
Debes tener presente, por lo tanto, que toda renovation se opera por
la destruction, y que asi toda generation es una muerte y toda muerte
una generacion.
P. — i Existe la piedra jilosofal? Caso de que exista, f; que hacer para
encontrarla?
R. — Los metales en las eatranas de la tierna se fcrman como los
planetas en el espacio, por las especialidade3 de una ley latenfce que se
deseompone, atravesando diversos medios.
Apoderarse de un medio en el eual la luz metaliea es latente antes
de que se especialice y colocaiia en el extremo y polo positive, es decir,
al rojo vivo, por un juego obtenido o prestado por la luz misma, tal es
todo el secreto de la gran obra. Se comprende que esta luz positiva, en
su grado extremo de condensation, es la vida misma convertida en fija
y puede servir de disolvente universal y de medicina a todos los reinos
de la naturaleza.
Pero, para arrancar a la mascarita, al cestibium, al arsenico, su es-
perma metalico,. vivo y andrdgino, es preciso un prim er disolvente, que
puede ser un monstruo mineral salino, mas contar con el concurso de la
eleetrieidad y del magnetismo.
El resto se hace por si mismo, en un solo vaso, en un solo hornillo
y por el fuego graduado de una sola lampara.
20 t) OCTOR M o ORNE

|P. — Viie.de el ser terrestre hacerse servir por los espintus ?


R. — Los espiriius solo- se ponen al servicio de seres so'beranos que
saben encadenar sus furbulencia3, ordenar sus apetitos y refreear sus pa-
si ones.
La inmortalidad del alma es un dogma consolador y deben temer un
eastigo los que teng-an la temeridad de m irar bacia la otra vida con los
ojos de la existencia terrenal. Por eso los muertos evocados se aparecen
con los ojos tristes y colericos, y quejandose de haberles turbado en su
reposo, solo profieren quejas y amenazas.
P. — ^ Que son mi clavicula, mi celro y mi anillo?
R. — Mis claves o claviculas son fuerzas racionales y religiosas ma-
nifesladas por signos, y que sirven menos para evocaciones que para pre-
servar a los hombres de cometer aberraciones en las experiencias relativas
a la magi a.
El sello resume las llaves: el anillo indica el uso.
Mi anillo es a la vez ouadrado y circular, representando el misterio
de la cuadratura del circulo.
Se compone de siete cuadrados, dispuestos para formar un circulo.
Se adaptan a el dos engarces, el uno circular, de oro, y el otro cuadrado,
de plata.
I’ll aro debe ser hecho de filigrana de siete metales.
En el engarce de plata se engarza una piedra blanca, y en el de oro
una roja, con estas signaturas:
Sobre la blanca el signo del macrocosmos.
Sobre la roja el signo del microcosmos.
Cuando se coloca el anillo sobre el dedo, una de las picdras debe
m irar bacia afuera y la otra bacia adentro, segun se quiera mandar a los
eapxritus de luz o a las potencias de las tinieblas.
Ta explicare el poder de este anillo.
La voluntad es todopoderosa cuando se arma de las fuerza 9 de la na-
turaleza.
El pensamiento esta muerto u ocioso, mientras no se manifiesta por
el verbo o por el signo, no pudiendo entonces excitar ni dirigir la voluiitad.
El signo es la forma necesaria del pensamiento y el instrumento in­
dispensable de la voluntad.
Cuanto mas perfecto el signo, tanto mas fuerte es la formula del pen­
samiento, y, por consecuencia, mas poderosa la fuerza de la voluntad.
Si la fe ciega transporta las montaiias, ^ que es lo que no bara una
fe esclarecida por una ciencia completa e inimitable?
Mi anillo, con su doble sello, es toda la ciencia y la fe de los magos,
La Grande y A lta Magia 21

resmnida en un signo. Es el simbolo de todas las fuerzas del cielo y de la


tierra y de las leyes santas que las rigen, sea en el macrocosraos celestial,
sea en el microcosmos humano.
Es el talisman de los -talismanes y el pentaculo de la magia.
P. — Puede preverse el porvenir por calculos ciertos?
R. — Nada en la vida ocurre por azar. El azar es lo imprevisto, pero
lo imprevisto por el ignorante ha sido previsio por el sabio.
Todo acontecimiento, como toda forma, resulta de un eonflicio o de
un equilibrio de fuerzas, y esas fuerzas pueden ser representada* por
numeros.
El porvenir puede ser determinado por el cafculo. Toda accion vio-
lenta esta determinada por el calculo.
El porvenir esta en el pasado y el pasado en el porvenir. Cuando el
igenio preve, se acuerda. Los efectos se encadenan tan necesaria y tan
e";act a monte a la® cauaas que, a su vez, se convierten en causas de efectos
nuevos, tan conformes a los primeros en su rnanera de producirse, que
un solo hecho puede revelar al vidente toda una genealogia de misterios.
A dermis, Moises ha dicho: La ley del senor esta escrita sobre tu frente
y sobre tus m anos1.
P. — lPuede hacerse el Men o el mol por influencia mdgica?
R. — La voluntad del hombre lo modifica todo, hasta el punto de que
la sola impulsion de un hombre puede catnbiar el equilibrio de un mundo.
El menor de estos podria, de un soplo, dilatando el calorieo laienle de
nuestra tierra, hacerla estallar y que desapareciera en el espacio corr.o
una pequena nube de eeniza.
^Que imicho, pues, sera que con otro soplo desvaaezca la felicidad
de sus &emejantes?
Los hombres estan imantados como los mundos, e irradian eu luz
es-pecial como los soles. Los unos son absorbentes, los otros irradiadores.
iNadie esta aislado en el mundo: todo hombre es una fatalidad o una
providencia.
P. — Que es precise hacer para ser un verdadsro mago?
R. — El hombre que dispone de las fuerzas ocultas de la naturaleza,
sin exponerse a ser aplastado por ellas, es un verdadero mago.
Se le reconocera en sus obras y en su fin, que es siexnpre un eonti-
nuado sacrificio.
P. — jE n que consisten las fuerzas de la verdadera magia?
R. — En buscar el equilibrio, que es el orden, y el movimiento, que

1 Vease los misterios de la mano y del semblante.


22 D octor M oorne

es la ciencia. La ciencia -del equilibria y del movimiento es la ciencia


absoluta de la naturaleza.
El bombre, por medio de esta ciencia, puede producir y dirigir los
fenomenos nafcurales, elevandose siempre hacia una inteligencia mas alta
y mas per fee la que la suya. La magia, puede decirse, por lo tanto, que
es el medio de que se vale la excelsa divinidad para que los hombres lie*
guen a la suprema perfection.

Capitulo V

D e los T a lism a n e s

Los talismanes son unos objetos magicos, de diversas especies, que


poseen virtudes maravillosas.
Estan ihecbos, iinpresos, grabados o cincelados sobre una piedra, me­
tal u otra materia, y llevan el sello de un signo celeste.
El metal lia de ser correspondiente al astro del que se desea obtener
«1 poder sobrenatural.
Dichos talismanes deben haeerse por persona iniciada en las ciencias
ocultas, en una bora determinada y con el alma completamente fija en la
labor que se tiene entre manos, en un lugar destinado especialmente a estas
misteriosas obras, <bajo un cielo sereno y esplendido, e invoeando la in-
fluencia del planeta bajo el cual se coloca el talisman.
Los talismanes lueron inventados por los Caldeos y Egipcios, siendo
de innumerables especies.
El mas celebre de todos ellos era sin duda el anillo de Salomon.
En el estaba grabado el misterioso nombre de Dios, el cual nombre
solo Salomon llego a eonocer,
El dichoso poseedor de aquel anillo dominaba en iodas las cosas.
Apolonio de Tiana hizo en Constantinopla la figura de una cigiiena,
que por una propiedad magiea hacia alejar todas las aves de su especie.
Se eitan otros talismanes famosos de la antigiiedad; pero, desgracia-
damente, no ban llegado hasta nosotros.
He aqui algunas propiedades de los diversos talismanes consagrados
a los astros:
Los talismanes del Sol, llevados con fe y veneration, conceden los
La Grande y A lta Magia 23

fovores y la benevolencia de los pn'ncipes. lionores, riquezas y aprecio


general.
Los de la Luna, preservan de las enfermedades, a los que via] an, de
todos los peligros.
Los de Marte tienen la virtud de bacer invulnerables a los que los
llevan con fervor, concediendo-les tambien una fuerza y un vigor extra­
ordinaries.
Los de Jupiter destierran los pesares v temores, dando acierto en to-
das las empresas que se acometan.
Los de Venus, apagan los odios, inspiran amor e inculcan la aficion
a la musica.
Los de Saturno bacen parir sin dolor.
Los de Mercurio liacen prudentes y discretos a los que los llevan
con respeto, dan la ciencia y una privilegiada memoria, euran las fiebres,
y colocados bajo la almohada, producen sueiios felices y verdaderos.
Cada talisman debe ser del color y metal correspondiente a su planeta,
en la forma siguiente:
S a tu rn o ................................... color negro metal plomo
Marte ....................................... „ rojo „ bierro
Jupiter ..................................... „ azul celeste „ estano
Sol ........................................... „ amarillo ,, oro
Venus ...................................... „ verde „ cobre y laton
Mercurio ................................. „ verde yrojo ., azogue
Luna ........................................ „ bianco „ plata

La forma de los talismanes debe ser generalmente circular; pueden


hacerse tambien octagonales, pentagonales, exagonales, etc.
Los nombres de Dios son de mayor eficacia si estan escritos en
bebreo.
En ouanto al tamano, van a a gusto del artifice, que puede aumentarlo
o disminuirlo, siempre que todos los signos cabalisticos esten completos
y colocados en su verdadero sitio.
Los talismanes juegan un papel muy importante en las ciencias se-
cretas por sus propiedades maravillosas, lo cual babra ocasion de conocer
en el trascurso de esLe tratado.
Uno de los mas antiguos es sin duda el denominado A bracadabra,
que se graba generalmente en una piedra simbolica.
Sirve para precaverse de las enfermedades y de los sortilegios.
Para que posea todas las virtudes magicas debera formarse del modo
siguiente: (
24 D octor M oorne

A B R A C A D A B R A
A B R A C A D A B R
A B R A C A D A B
A B R A C A D A
A B R A C A D
A B R A C A
A B R A C
A B R A
A B R
A B
A
El misterio de este talisman consiste en que las letras de este nombre
si se forman en caracteres griegos representan numeros, y por cualquiera
de sus lados dan la cifra 365, que son los dias del ano.
Despues de este talisman, que seguramente es el mas primitivo y sen-
cillo, expondremos los mas conocidos e importantes por orden de sus me-
ritos y virtudes.

C a p i' t u l o VI

El talisman divino

Has de saber, querido hijo Roboan, que el sagrado nombre de JE H O V A H


se descompone en setenta y dos no mb res esplioativos, y cuyo eonjunto
se Hama Schemhamphoras. El arte de emplear esos setenta y dos nombres
y encontrar las Ilaves de la ciencia universal, es lo que en magi a se llama
clavicula.
Esta clavicula se compone de setenta y dos circulos magicos, y cada
dos circulos forman un talisman. Resulta, pues, que con esos setenta y
dos nombres se forman treinta y seis talismanes. Es cuatro veces nueve
el numero absoluto multiplicado por el cuaternario. Esos talismanes lie-
van, cada uno, dos de los setenta y dos nombres, con el signo emfole-
matico de su nombre y el de las cuatro letras del nombre de Jehovah, al
eual corresponden”.
El Schemhamphoras o eonjunto de los setenta y dos nombres de Dios,
ha servido para formar el llamado T alisman divino, que es el que en si
contiene todas las letras sagradas con que se forman los ya citados setenta
La Grande y A lta Magia 25

y dos nombres y ademas algunos de los mas principales nombres del Su­
premo Creador. ,Posee un dominio soberano sabre todos los espiritus.
He aqui su dibujo.
Debese agregar que de esos talismanes, treinta y cir.co estan consa-
igrados a los siete planetas, siendo el que bare el numero treinta y seis
el gran talisman dominatur.

T a l i s m d n ' d iv in o

El conocimiento, pues, de la clavicula depende del uso y conocimiento


de los talismanes, los euales son muy necesarios en todos los actos de la
vida, porque contienen los nombres inefables y muy santos que estaban
trazados por el dedo de Dios.
Los talismanes, una vez becbos con arreglo a las practicas magieas v
envueltos en un trapo de seda del arte, se consagraran en la siguiente forma:
Tomaras un vaso de areilla, en el que colocaras un carbon nnevo encen-
dido, con incienso macho, o mastil. o madera de olivo. Despues de hecho
el exorcismo y de purificado, trazaras con la daga del arte sobre un per-
gamino virgen el circulo de la pagina anterior.
Volveras a sacar los talismanes del trapo en que antes los envolvieras,
y despues de perfumarlos con odoriferos aromas, penetraras en el circulo,
y con el rostro vuelto a Oriente, leeras devotamente los salrnos: 'Domine
Dominus noster”, “caeli enarrant gloriam Dei” 1; y se dice luego: “ jOh

1 Estos son los salmos 8 y 18, respootivamente,


26 D octor M oorne

Adonay, rnuy poderoso! Alfa y Omega, que has hecho inarchar tu pueblo
sobre el mar a pie seco y que has aceptado a Abraham tu servidor fiel,
a la semilla del cual has prometido que todas las tribus de la tierra serfan
bendeeidas; de la cual semilla has multiplicado, como las estrellas; que
has dado a Moises la ley sobre el monte Sinai y que has dado a Salomon,

C ir c u lo p a r a la c o n s a g r a c io n d e lo s ta lis m a n e s

tu servidor, los talismanes para la seguridad del alma y del cuerpo, con
bumildad te suplicamos, joh Majestad! que por tu Potencia estos talis-
imanes se consagren. al fin de nue obtengan la virtud, y por el imperio
y principado seran sin fin; Amen”,
Despues de esto volveras a perfumarlos y a guardarlos en la bolsa,
siguiendo siempre las prescripciones establecidas en el gran libro de San
Cipriano.
La Grande y Alta Magia 27

Capitulo VII

Talisman.es imantados
Es muy conveniente tocar los talismanes, antes de usarlos, en 3a pie-
dra iman, la cual, como es sabido, tiene la propiedad de atraer todos los
cuerpos de la naturaleza.
Considerando cjue en el universo todo se rije por las leyes de la atrac-
cion. esta es una circunstancla que tuvieron presente los sabios eabalistas
para dotar a los talismanes de la virtud atractiva.
Los astros tienen estas propiedades en grado sumo, pues de no ser asi
no podrian gravitar sobre el espacio, y si bien esta demostrado que la ac-
cion que ejercen unos sobre otros los precipitarian a unirse, resulta sin
embargo que se halla equilibrada por la que ejercen a su vez los demas
planetas, la cual da por resultado que se hallen fijos en un punto dado
sin que puedan por ningun eoncepto moverse en ninguna direccion.
Esto no obsta para que su influencia se deje sentir sobre todo el uni-
verso, y esta influencia es la que se ha de buscar con mas seguridad con
los talismanes imantados que sirven para trasmitirla a la vez a todos los
seres, tanto naturales como sobrenaturales.
Es decir, que lo mismo pueden atraer a las personas como a los ani-
males; a los espiritus, como a los elementos.
Heclia esta explicacion, solo resta indiear la forma usada por el gran
Rabino Yram Radiel, con arreglo a las explicaciones que el sabio Salo­
mon nos da en su sagrada Clavicula.
Estos talismanes se fonnan bajo los auspicios de los siete metale3 que
son apropiados a los siete planetas, por lo cual y con la virtud que les
comunica la piedra iman, gozan de propiedades generales, euya cualidad
no poseen los que solo se forrnan por un solo metal y bajo las influencias
de un solo astro.
Bara usarlos se colocan como los demas dentro de una bolsita de raso
verde, poniendo a la vez unas limaduras de acero y oro y siete granos de
trigo como ofrenda a los siete planetas.
Esta ceremonia debe liacerse en domingo a la salida del sol, coloean-
dole despues sobre el corazon, pendiente de un cordoncito de seda verde.
'No ha de olvidarse que el talisman favorece a quien lo lleva consigo,
tanto en los negocios como en los viajes, en el juego, en amores, combates,
etc., pero para adquirir sus dones ha de hacerse digno de mereeerlos.
28 D octor M oorne

Capi' ttjlo VIII

G ran talism an d om inatur o Have de los pactos

Aqui se muestra la verdadera Have que abre todas las puertas de las
ciencias desconocidas a las personas que por sus merilos y buena fe son
dignas de poseer la sabidurin, don precioso que rraichos desean y poeos
logran alcanzar. La Have, o elavieula, sirve tambien para toda clase de
pactos, pues por ella son obligados los espiritus a presentarse a la persona
que en las invocaciones >la use.
Esta Have o elavieula es conocida por el Gran Talisman Dominatur
o dorainador, que es, por lo tanto, el que puede considerarse primero en
la escala de los talismanes: de el se valia Salomon para subyugar a los
espiritus, que siempre acudieron humildes a su mandato.

Esla Have se forma de los metales oro, laton y bronce; se fabrica en


domingo por la mnnana a la primera bora de la salida del sol. Lleva la
forma de un pergaminn con las paiabras hebreas, y sobre esta la Have.
Puede construirse en metal como el dibujo, o formar un pergamino con
las paiabras grabadas y la Have fabricada por separado.
Para investirse de este talisman, se escogera a primera hora de Sol
en dia domingo; se le agregara un pequeno trozo de piedra iman y se
dira:
En el nom.bre tres veces santo y poderoso del Supremo Hacedor de
lodes las cosas, en el nombre del Hijo y Santo Espiritu, uno y trino, por
la gracia concedida a los dngeles de luz, por la que a mi me ha dado el
jormarme persona hum-ana, a imagen y semejanza suya; por el poder que
La Grande y Alta Magia 29

confirio a los siete planetas, que son: Sol, Luna,, Mane, Mercurio, Jupiter,
Venus y Salurno, para reinar, inflidr y dominar en tado cuanlo hay encima
y debajo de la tierra y de las aguas; par las palabras sagradas que en-
cierra este talisman dominador, por los ncmbres de los buenos espiritus,
Adonay, Elochais, Almanab, a quier.es suplico su. poderosa proteccion, a
fin de lograr, por tu mediacion, el absoluto dominio de las criaturas, es­
piritus y elementos.
Luego se coloca en una bolsa de seda enearnada, y se perfumara eon
polvos de incienso y m irra.
Todos los domingos, a la salida del Sol, se ecbaran en la bolsa unas
limaduras de acero para alimento del talisman y siete granos de trigo como
ofrenda a los siete planetas. A1 colo&ar ?obre el corazon se dira: jOh pla-
neta misterioso que riges y gobiernas en esta hora todos los deslinos del
mundo y de las cosas creadas, tomame bajo tu proteccion y amparo y fa-
voreceme con lus dones hasta la hora de mi muerte. Amen.
Tengase en cuenta que clavicula signifies clave o Have, y que es pala-
bra de origen hebreo. siendo esta la que da nombre a la Gran Clavicula
de Salomon.

Capitulo IX

Bonde se demuestra el poder y virtwdes del talisman 11amado


“El Dragon Eojo” y circs talismanes especiales

Hiram Abid, 'hijo de una bebrea viada, de la tribu de Levi, era un


notable arquitecto y grabador en met.ales. La reina de Tebas, que conocia
b u s grandes cualidades, le ordeno que se presentara al sabio Salomon, en

ocasion de hallarse este gran Rey preparando la construction del templo


de Jerusalen, j esta misraa reina proporciono tambien todas las maderas
de Gedro del Libano que fueron neeesarias para la edification del referido
templo.
Salomon concedio a Hiram el cargo de Arquitecto superior, y le initio
a la vez en los sagrados misterios de las cicr.cias ocullas, a las cuales debia
el conocimiento de la verdadera sabiduria. Luego que fue iniciado en to­
das las ciencias, le hizo donation de un peqiieno Dragon tojo de metal,
hecho de tal forma, que el mismo Hiram, que era un excelente grabador,
quedo admirado.
30 D octor M oorne

Salomon le dijo: Vas a tener a tu disposiciou 3 maestros, 70.000 eom-


paneros y 170.000 aprendices. For la virtud de este Dragon, todos te
obedeeeran ciegamente, y tus ordenes seran perfectamente interpretadas
por ellos; pero es precise que todos los dias al salir el Sol digas las palabras
que el eelebre mago Anarcharsis ensefio a Moises, que son: Fobsa, Falma,

El Dragon rojo

Afia. Dicfco esto daras al Dragon un grano de alcanfor del mas puro y
del tamano de un grano de trigo. Lnego le pondras en ana bolsa de pano
encarnado, diciendo al colocarle: Adonay, Almanack, Elochay, vuestro po-
der y sabiduna sean conmigo, ahora y siempre. Asi sea.
Practicando todo esto con deseo y buena fe, tus enemigos se recon-
ciliaran contigo, seras respetado por todos los reyes y por todos los ‘pue­
blos; lu sabiduria sera inmensa, se soscendra tu hermosura y juventud,
aumentaran tus riquezas y tu vida sera larga.
Todas estas virtudes poseia el Dragon rojo, que era uno de los mas raros
talismanes que existian en Egipto. Moises le tuvo en su poder much-os arms,
y a esta circtinsiancia se atribuye que todas sus empresas jEueran coronadas
por el exito mas completo.
Este talisman debera ser construido con la aleacion de los siete metales
que poseen la influencia de los siete pianelas.
Ha de fabricarse en dfa de jueves, en ocasion de hallarse en conjuncion
la Luna y el Sol, lo cual ocurre muy pocas veces. En su construccion solo
deben trabajar los sabios iniciados en todas las ciencias ocultas.
Para usar este talisman es preciso lavarse y perfumarse todo el cuerpo,
y a la salida del Sol se pronunciaran con gran reeogimiento las palabras
que se indican anteriormente. Se le ec'hara en la boca un grano de alcanfor,
y puesto en la bolsa. con una piedra irnan, se colocara al lado del corazon.
La Grande y A lta Magia 31

Cumpliendo fiebnente todo lo dicbo, podras pedir lo que desees y te


sera concedido, ballaras lo que busques, y las puertas que esten cerradas
se abriran a tu llamamiento.

E l anillo de Salomon. — Este anillo debe ser fabricado de oro del


mas puro, en dia de domingo a la salida del Sol y en el mes de Mayo. Ha
de llevar en ©1 centro una piedra esmeralda, en la cual se graba la figura
del Sol y en el lado opuesto del anillo sobre el mismo oro, la Luna. Luego
se graban tambien sobre el aro, con buril de acero nuevo, las palabras

El anillo de Salomon

siguientes: Dabi, Habi, Haben, Alpha y Omega, teniendo presente que se ha


de hacer en caracleres hebreos, por ser de ma> or agrado a los espiritus
cuyos noinbres lleva. Para que se pueda hacer con exactitud, al dibujo de
la sortija acompaiia otro que representa el anillo tendido a lo largo con
los signos hebreos que debe llevar.
Para que este talisman adquiera grandes efectos magicos, debera po-
nerse en contacto con la piedra iman a la salida del Sol y decir la siguiente
salutacion: Dedicoos, Sehor poderoso, Alpha y Omega1, sustancia y espiritu
de toda la creacion, el recuerdo diario de mi alma que espera vuestra divina
pToteccion. en cuantas obras hay a de ejecutar en este dia.
Teniendo fe, paciencia. cor.stancia y observando todas las virtudes,
podras adquirir un dominio tan grande, que hasta los reyes neeesitaran tu
ayuda y jamas podra naaie hacerte dano de ninguna clase. Tendras una
inteligencia despejada para adquirir toda clase de conocimientos y proa-
peraras en cuantos trabajos emprendas.
Este anillo se coloca en el dedo corazon de la mano derecha.

1 Alpha palabra hebrea que significa Dios Creador, se lee Alfa, la ph suena
como la f castellana.
32 D octor M oorne

Gran talisman de constelaciones. — Este talisman ha de construir-


se de los siete metales adecuados a los planetas; procurando que los dibu-
jos eean iguales a los del grabado. Debe fabricarse en dia viernes, estando
•la Luna en el centro de su carrera, de
diez a doce de la noche, procurando
que este muy claro el cielo.
A1 formarle se dira la invoeacion
que sigue: Recibe jOh admirable
metal! las grandes injluencias plane-
tarias de todos los astros y en par­
ticular de Venus, para que poseas
todas las gracias y virtudes necesarias
a darme la dicha, el poder y la gloria,
segiln es mi deseo en esta hora. Asi sea.
Esta invoeacion debera repetirse
luego todas las noebes durante 30
dias, exponiendo el talisman a las
beneficas influencias de los planetas.
Para usarle se ob.-:ervaran las reglas indicadas en el Anillo de Salomon y
el Dragon rojo.
T alisman Celeste . — Como el anterior, se forma de todos los me-
tales. y solo se cliferencia en que. asi como aquel debe ser bianco por do-
miuar en el la plata sobre los aemas metales, este ha de ser amarillo, porque

es el oro su metal dominante. Su construccion sera en domingo a la bora


del alba, debiendo estar terminado a la salida del Sol.
Las invocaciones se haran como en el anterior, pero en lugar de Venus,
La Grande y A lta Magia 33

se nombrara cl Sol, Para exponerlo a las influencias planetarias, se escoge-


ra las horas del alba hasta salir el Sol, por espacio de una semana, termi-
nando el domingo.
Para usarlos se seguiran los procedimientos indicados.
Talisman exterminador. — Este talisman se ba de fabricar en la no-
cbe del sabado, de 10 a 12, en ocasion que la Luna llena este en el centro de
su oarrera y el cielo despejado y serefto. En la invocacion se nombrara a
Saturno. Su metal predominante sera
el plomo, pero ha de Hevar de todos
los otros metales.
Se expondra durante 30 dias a las
influencias planetarias todas las no-
ches de 10 a 12. Para su uso, las re-
glas indicadas ya.
El poder maravilloso que posee
sobre los malos espiritus es xnuy
grande, por la virtud de la Cruz de
Caravaca, el escorpion y los circulos
cabalisticos que contiene. El que use
este talisman podra imponer su vo-
luntad a los espiritus y personas, pues todos le obedeceran ciegamente. y
si le coloca sobre persona poseida del demonio, al momento sera libre.
T alisman de I sis. — Isis, conoeida con el sobrenombre de la “Buena
Diosa” era la divinidad bienhechora de los egipcios. Su principal atributo
era el trebol de cuatro hojas, una de las singularidades vegetales mas raras
que se conocen, tan rara como la felicidtrd, con cuyo trebol se biso el em-
blema isiaco. El trebol de cuatro hojas no es una especie diferente, sino el
mismo trebol ordinario (trifolium pratense) que, por la voluntad de Isis,
tiene excerpcionalmente una boja de cuatro lobulos. La planta que posee
esta distincion divina no florece jamas, y no puede, por tanto, reproducirse.
Entre los egipcios que 'habian consagrado un culto especial a Isis, no
eran iniciados en los misterios nada mas que los que habian encontraao
trabal de cuatro lobulos: el encuentro era, a los ojos de los patriarcas, una
evidente prueba de la proteccion de la Diosa.
Durante la ceremonia solemne de la iniciacion el neofito ofrecia a Isis,
en el momento de los sacrificios, la boja que faabia encontrado, y recibia
en cambio, de las manos del gran Sacerdote un trebol de cuatro lobulos,
de plata, talisman sagrado, prenda de dieha, que juega un papel preponde-
rante en los principales actos de la existencia.
84 D octor M oorne

La felicidad acompana a este talisman. El novio se lo ofrece a la no via


como prenda de amor; la madre lo cuelga del cuello de su hi jo como pre­
servative de las adversidades de la vida, y dentro de la familia se trasmite
de padres a hijos como simbolo sagrado de prosperidad. Tamhien solia
colocarse en los sarcofagos, en piadoso testimonio de confianza en su efi-
cacia hast a para la otra vida.
Para darse exacta cuenta de la gran importancia concedida por los
egipcios al trebol de euatro lobulos, hay que consignar que lo esculpian
en los monumentos jeroglificos. Figu-
ra el trebol de euatro lobulos sobre
el Obelisco de Londres, liamado
“Aguila de Cleopatra”, y sobre la ma­
yor parte de los libros funerarios. Se
ve sobre la famosa tabla isiaca que
representa los misterios de Isis, exis­
tent® en la galeria real de Turin; los
sacerdotes de esta diosa sujetaban su
tunica de purpura con un alfiler en
forma de trebol, ‘de euatro lobulos,
prendido en los hombros.
Para su fabricacion se usaran los
metales plata y platino: escogiendo las
horas de 9 a 11 de la noche, en dia lunes y en ocasion que la Luna llena
se muestre sobre el horizonte, que es al principio de su carrera.
Las invoeaeiones se haran en la forma siguiente:
jOh astro solitario y misterioso, que caminas eternamente por ese es-
pado sin Umites, derramando tu melancolica luz sobre este planeta liamado
tierra; yo el mas humilde de los mortales, te pido en esta solemne horcc fijes
tus rasgos y mercedes sobre este metal que lleva tu imagen, dotandole1.d&
las virtudes mdgicas necesarias, para que por su mediacion pueda conseguir
la dicha, la fortuna, la salud, el poder y el amor durante el cwrso de' m i
vida sobre este planeta. Si aiiendes a mi suplica, yo te prometo en agrddel
cimiento a tus favores, recordarte en todas las horas de mi vida.
Esta invocacion se ha de repetir tres veces durante treinta no dies, en
las mismas horas, de nueve a once.
Para usarle se seguira el procedimiento expresado,
Se han indicado los anteriores talismanes como verdaderamente espe-
ciales, y ahora solo resta mencionar los mas corrientes y usuales.
La Grande y A lta Magia 35

CAPfTULO X

Talismanes ordinaries

El muy grande y unico talisman esta dedicado a Mercurio, y es, por


consiguiente, de metal verde y rojo.
Llevandolo consigo y estando limpio de corazon, sirve contra los pe-
ligros del mundo. Ensenandolo a los espiritus, os obedeceran en todo.
A Salurno corresponden siete talismanes, todos de color negro.
El mas principal es el que sirve Hamar a los espiritus celestes; hace
huir a los guardranes de tesoros y hace gan-ar en toda clase de juegos.
Otro de los talismanes dedicado a Saturno es el que sirve para preser-
var de los temblores de tierra, por la virtud de los espiritus, que se halla
expresada en este talisman con los
nombres Noni, Chori, Josmondichi.
Tambien a Jupiter corresponden
otros siete talismanes formados de
metal azul celeste, que es el color
distintivo de dicho planeta.
Uno de los mas importantes ta­
lismanes consagrados a Jupiter, es
el que sirve para conocer los espi­
ritus correspondtentes a su natu-
raleza, y principalmente aquellos
euyo nombre esta escrito en este
talisman, entre los cuales se cuenta
Parosiel, que es el sefior de los te­
soros y ensena de que manera pue-
den adquirirse.
A Marie se consagran seis talismanes, de color rojo, entre los ouales el
mas principal tiene tan grande eficacia que, llevandolo encima, no tan solo
narlic puede ofenderte, sino que los disparos de armas de fuego iran contra
los que los dirijan; ouando te halles en la guerra, te sera muy necesario
y te dara la victoria.
Tambien ejerce un dominio soberano sobre la tropa y sobre las multi­
tudes, siendo grande su virtud para atraer los espiritus adictos al planeta
que representa.
36 D octor Mo ork is

Con lo indicate sobre el talisman de Marte, se comprendera que su


uso es conveniente a los militares en general, y a todas aquellas personas
que, por azares de la -vida, se vean envueltas en revoluciones y guerras.

Esto no quiere decir que los demas mortales hayan de privarse de el, sino
que por lo regular cuadra mejor a quienes se sienten inclinados a las gue­
rras, pendencias, motines y revoluciones.

En el eentro de este talisman se balk colocado un pequeno dragon


de ocho garras, cuya cara mirada al derecbo o al reves tiene la figura de la
de una persona.
La Grande y A lta Magia 37

Sk e son los talismanes consagrados al Sol y se ha ran de color ama-


n!lo.
Uno de los mas principales es el que posee la virtud maravillosa de ad-
quirir y conquistar los reinos y domimos ajenos. Es propio de los Reyes
y grandes soberanos de la tierra. Alejandro Magno llevabalo en sus empre-
sas guerreras.
Este talisman puede ser usado a la vez que el anterior de Marte, por
per sus propiedades en eierto modo iguales, por cuya eireunstancia puede
decirse que sirven de complemento el uno al otro.

O'ro de los mas importantes talismanes consagrados al Sol, es el que


posee la virtud de la invisibilidad, y si alguno estuviese en presidio, te-
niendo los hierros en los pies y en las manos, si bubiere adquirido la su-
prema perfeccion y llevare este talisman, al instante se romperian las cade-
nas y quedaria libre.
Son eonocidos infinitos sucesos, a cual mas maravilloso, de personas
perseguidas injustamente que han sido libres por las virtudes de este
talisman.
A Venus se dedican cinco talismanes, de color verde.
Uno de los mas maravillosos es el que sirve para atraer los espirilus
de Venus y lograr la persona que tu quieras o desees que te quiera. Su vir­
tud es tal, que si ella se encontrase retenida de manera que no pudiera venir
a verte, al invocar al talisman y ordenarle con una verdadera voluntad que
haga venir a tu lado la persona querida, al momento sera logrado tu deseo.
Dcberas, no obstante, tener muy presente que si lucre el interes, y no el
38 D octor M ookse

amor, el que te guiase, no conseguirias nada. El talisman y los caracteres


seran de tres metales: plata, cobre y laton. Lo bendeciras y exoreisaras,
llevandolo siempre contigo de dia y de noche.

Talisman de Venus T a lis m a n de M e r c u r io

Si la persona que lo posea es merecedora de sus clones, y si el talisman


esta dotado de todas sus virtudes magicas, puede tener la seguridad de que
alcanzara en amor cuanto desee.
Mercurio posee tambien cinco
talismanes, de los colores rojo y
verde, entre los cuales el mas po-
deroso es el que sirve para ad-
quirir la ciencia e inteligencia de
todas las cosas creadas, tanto te-
rrestres como celestes, para sa­
ber los secretos ocultos y para
enviar los espiritus a cualquier
parte que se quiera.
Seis talismanes estan consagra-
dos a la Luna, siendo el mas prin­
cipal el que es util para los que
via] an. Es admirable contra los
peligros del agua.
T a lis m a n d c la L u n a
La Grande y A lta Magia 39

Explicaciones 11iiJ.es sobre los talismanes

En su archulocto mdgico explica Paracelso que es muy digno de no-


tarse que Jos’planetas nunca ejercen tan bien su influeneia sino por el inter-
niedio de loa siete metales que les son apropiados y que tienen simpatia con
sus sustancias.
A1 efecto, liabiendo reconocido los sabios oabalistas por la sublime pe-
nstracion de sus ciencias, cuales son los metales apropiados a los planetas,
ban determinado el oro para el Sol, el domingo; la plata para la luna, el
lunes; el hierro para Marte, el martes; el azogue para Mercurio, el mierco-
les; el estario para Jupiter, el jueves; el cobre para Venus, el viernes; y el
plomo para Saturno, el sabado.
Sobre este fundamento, los antiguos filosofos, entre ellos Moises y Sa­
lomon, establecicron los sellos de los planetas. Si por eualquier concepto
no ifuera posible adquirir los metales adecuados, bastara con que se utilicen
otros del mismo o parecido color, siempre que lleve una parte del que le
corre&ponde a cada planeta, y que se forme el talisman bajo la influeneia
del mismo.
Es conveniente saber tanibien que los maravillosos efectos de un talis­
man, solo pueden ser modifieados por el predominio que ejerza sobre el
otro talisman de mayor virtnd y fuerza, o por las cualidades y virtudes de
la persona que lo posea. Es decir, que si una persona es digna del talisman
euya posesion tiene, este le favorecera mucho mejor que no a aquella que
no sea digna de el. Debera, por lo tanto, toda persona que use un talisman,
hacerse merecedora de sus dones, lo cual lograra siendo omodesta, humilde
y virtuosa.

Capitulo XI

De los anraletos magicos

Desde los tiempos primitivos hasta el dia, los sacerdotes de todas las
religiones conocidas, ban hecho uso de los amuletos magicos como preser­
vative eficaz contra maleficios y enfermedades. Los arabes conservan esta
tradieion de tal modo, que no bay entre ellos. ya sea mujer, bombre o
nino, quien no lleve un amuleto sobre el brazo izquierdo o sobre el eorazon,
Esta costumbre se viene transmitiendo de padres a hijos, no solo entre
40 D octor M oorne

los arabes, sino que bien podria asegurarse que no hay un solo punto co-
nocido en el globo, donde no se halle alguna persona que haga uso de
ellos, ya sea en forma de piedra, ya en otra cualquiera, puesto que todas
tienden al mismo objeto.
Los efectos de los amuletos, asi como los de los talismanes, deberan
ser maravillosos y sobrenaturales, siempre que se hallen construidos en
debida forma y tengan virtudes especiales. A ellos debio Moises las mara-
villas que obro en Egipto, el paso del Mar Rojo, la alimentacion del pue­
blo hebreo en el desierto; por su virtud pudo tambien hacer brotar agua
de una pena, faablar sobre el Monte Sinai eon el gran espiritu de Dios,
Alpha y Omega de las ciencias cabab'stioas, y finalmente veneer y someier
a los pueblos que hallaba a su paso.
El sabio rey Salomon fue, sin duda ninguna despues de Moises. el que
logro poseer talismanes de gran poder y virtud, y a ellos debio indudable-
mente el gran dominio que ejercio sobre todo lo creado, y su infinita sa-
biduria.
Usandolos con fe, preservan de hechizos y sortilegios, lo cual se debe
a su misterioso poder, que ningun maleficio puede destruir. Por esto debe-
ra ponerse especial cuidado en colocarlos sobre los nifios, tanto para pre-
servarlos de influencias maleficas, cuanto para que ellos reciban ademas
las virtudes y benignas influencias del amuleto, que obrando sobre su in-
fantil imaginacion, les sugiere suenos agradables, formando en ellos un
caracter tranquilo y bondadoso.

D el rnodo de preparar los Am uletos

Para obtener buenos amuletos, es necesario conocer en primer lugar


las diferentes maneras de fabricarlos.
Entre los arabes, la mas usada es la que empleaba el sabio A’laka Ba-
jamet Alaja, que vivia en la Meca. Este celebre mago esta’b a constantemente
al pie del altar de las ofrendas, sentado sobre una alfombra, segun la cos-
tumbre usada por ellos. AIH, y bajo los auspicios y ayuda del gran sacer-
dote Mahomet All, escribia y grababa los amuletos, los cuales fonnaba sobre
un pedazo de pergamino virgen, tornado de la piel de un corderillo bianco.
La tinta que el usaba en los dibujos, era preparada con sangre que
extraia de las venas de las virgenes sacerdotisas, a la que agregaba savia de
plantas sagradas y tinta mineral. La tinta mineral se hacia con una disolu-
eion de los sietes planetas. Una vez grab ados y dibujados con los signos
La Grande y Alta Magia 41

cabalfstieos, se los perfumaba y colocaba sobre cl altar de los siete sacri-


ificios; luego se doblaban en cuatro dobleces y se envolvian en un papel
bianco que contema algunos versfculos del Coran escritos en arabe. A esto
se agregaba una medalla, pasada antes por el fuego del sacrificio, con sig-
nos cabalfstieos, y se colocaba todo sobre nna pequena bolsita de seda en-
camada. Luego se perfumaba con las planta3 sagradas y olorosas, destinadas
al profeta.

La medalla es el simbolo de la abundancia. recibiendo la proteccion


del gran Nakir, el mayor entre los profetas que han consagrado su vida
al estudio de ias ciencias magicas y ai progreso de la bumanidad.
El amuleto se coloca sobre el brazo izquierdo o sobre el corazon,
diciendo la siguiente invocacion: Boas, Tubaliaon, Eluar, Adonay, Adonay,
Ado nay, Farua, Menaart, sedme propicios y libradme de todo mat, lo mis-
mo en mi cuerpo como en mi alma.
La forma indicada es la mas corriente entre los arabes, teniendo al-
gunos amulet os viriudes tan raras. que el mortal que los posee, adquiere
el don de fascinar a los animales, como lo liacen con las serpientes, leones,
panteras, etc., ejerciendo sobre ellos una especie de encanto magico que
les permite dominarlos por completo.
42 D octor Moorne

Amulet© eonstelado

Este amuleto se forma de un trozo de pergamino virgen en el eual se


dibuj ara con tinta encarnada am circulo grande, y con tlnta plateada mez-
clada con goma arabiga, otro mas pequeno. Dentro de estos circulos se
bar an 12 divisiones de doa rayitas cada ana. y se colocara en cada division
uno de los signos del zodiaco. En el centro se formara la estrella, trazando
cada uno de sus rayos con uno de los colores del Arco Iris, eseribiendo
tambien sobre ellos los nombres de los planet as. Estos nombres y los de
los metales que van entre los rayos, ban de ser eseritos cada uno con tinta
del metal que le representa.

En el centro de la estrella se dibuj a la imagen del sol, y tanto este


como sus rayos, iran hechos con tinta de oro o amarillo rojo.
Toda la operacion indicada debe hacerse de ndche, y en la bora de
cada planeta, se dibuj ara este y el nombre del metal que le representa.
Los dibujos del centro deberan principiarse en lunes con la Luna,
para poder terminar el domingo con el planeta Sol.
iLuego se agrega una boja de papel de plata y otra de oro, o bien
Lai Grande y Alta Magia 43

una plancitita o raoneda de cada metal; se colocan dentro y se dobla el


per gamin o en 4 dobleces, envolviendole en un papel bianco con los versicu-
los del Coran que se exponen en el dibujo.
Todo esto, cuidadosamente envuelto, se coloca sobre nna bolsita de seda
verde y se expone a la influencia de los astros como se dira en el capitulo
siguiente, que trata del modo de adquirir para los talismanes y amuletos las
buenas influencias de los planetas.
Hay quien agrega, ya tins piedra iman, un diente de un aborcado o
una cabeza de ajos, etc., con lo cual se comsigue mayor virtud, pero no
es de absoluta necesidad, y no siempre se pueden adquirir esos objetos.
Con este amuleto esta uno li’bre de ser herido por arma de fuego,
puesto que las balas se vuelven contra quien las dispara o no sale el tiro *.

Amuleto evaugelico

Es bastante corriente entre los cristianos el uso de este amuleto, for-


mado por un pequeiio li-bro que contiene impresos los cuatro evangelios.
fistos se ban de leer en preseneia del nino por un sacerdote, bendiciendo-
los con agua exorcisada. Se coloca el librito en una boka de raso, Yerde o
azul, y se cose en la ropa del nino, sobre el costado izquierdo, por la parte
interior.
Es muy eficaz para evitar que los ninos reciban influencias maleficas,
tales como sortilegios, hechizos, mal de ojo, etc., que producen a los mis-
mos enfennedades incurables y a veces la muerte.1

1 A este efecto mencionaremos el siguiente caso descrito por un viajero ingles


que fee tesligo prescncial. Un jefe arabe oponia a los disparos de los fusiles sus
amuletos, y aquellos no disparaban, aun cuando caia el gatillo. A puntaban a otro
lado y entonces salfa el tiro con gran estrepito. Iguai suceso se refiere oourrido en
la China, del cual niuchos de nuestros lectores tendran conocimiento.
44 D octor M oorne

Cafitulo XII

3 e la m asers de lograr que los amuletos y talismanes


pcssean virtudes y efieacia

Para dotar de las necesarias virtudes a los talismanes y amuletos. es


conveniente que la persona que haya de usarlos, dedique durante treinta
nocbes, la hora de diez a once, a la contemplacion de los Astros, expo-
niendo el talisman coloeado sobre un pequefio plato nuevo. para que re-
ciba las beneficas influencias. La mitad del tiernpo. o sea media bora, lo
pondra de un lado, y la ptra mitad del otro.
Cada noohe recitara en esa hora cuatro veces la siguiente plegaria;
teniendo colocada la mano derec’ha so'bre el talisman o amuleto y la mirada
fij a sobre el cielo estrellado.
Dirigid vueslros efluvios l oh aslros soberanos! haci-a este pedazo de
metal (o pergamino) que os representa en este plan eta llamado tierra, y
Ido'tadle de todas las virtudes y cualidades que scan precisas, para que
tenga el absoluto poder de dominar sobre los buenos y malos espiritus,
segdn sea mi deseo; que pueda por vuestro favor y mediacion veneer todcs
los contratiempos de la vida, adquirir riquezas y poderio, no ser molesladn
ni vencido, por personas ni por espiritus, estar librc de maleficios, encan-
los y demds sortilegios. Que nad-ie pueda darme mal o demo, y que posea
un absoluto dominio sobre los Astros, los eleinentos de la tierra, los espi­
ritus y las personas. Ruego tambien a los buenos espiritus de luz, Adonay,
Ariel, Jekovd y Mitraton, le adornen de los dones de la sabiduria, a fin*
de que, por sus mdgicas virtudes, logre yo cuanto me proponga.
Segunda vez pido a los Astros, elementos y espiritus creados, que es-
cuclien mi ruego en esta solemne hora, y que le doten de la gracia, para
que por su medio logre yo cuantas maravillas me proponga, siempre en-
dbra del bien propio y de mis semejantes.
Es necesario, para alcanzar los beneficios que se deseen por medio de
los talismanes y amuletos, hacerse digno de ellos, lo cua-1 se eonsigue hu-
yendo de los vicios y adquiriendo la suprema perfeccion por la practica
constante de las virtudes. A este fin es conveniente desechar la pereza, ha-
ciendose diligente; la lujuria debera cambiarse por la castidad o el uso
moderado de los placeres; la vanidad y el orgullo se trocar an en paciencia
La Grande y Alta Magia 45

y humildad. y asi sucesivamente. A medida que vayamos corrigiendo nues-


tros defectos, adelantaremos en el camino de la suprema perfeccion, que es
la que nos hara dignos de adquirir el don de dominarnos a nosotros y
subyugar a nuestra voluntad y albedrio cuanto encierra la creacion, tanto
en lo espirilual como en lo material.
No deben olvidarse las advertencias hechas de ser pacientes y sufridos,
pues faltando estas virtu des, sera dilicil la posesion de la ciencia secreta
y de la verdadera sabiduria, que solo se aleanzan a fuerza de perseve-
rancia en la investigaeion de las cosas naturales y espirituales.

Cadi' tulo XIII

El espejo secreto de Salom on

Es muy importante que sepais como se hace el espejo de que se sir-


vieron los sabios cabalisticos, siguiendo al gran Salomon, hijo de David,
que ec-tuvo dotado de la sabiduria y poseyo las ciencias ocultas.
Este espejo se hace en cuarenta y ocho dias, comenzando por una
Luna nueva hasia el plenilunio de la siguiente.
Vereis en este espejo todas las cosas ocultas que deseeis, si asi es la
voluntad de los espiritus superiores.
Durante este tiempo no cometereis ninguna accion mala, ni tendreis
ningun mal pensasmiento, y hareis muchas obras de piedad y de miseri-
cordia.
Tomad una placa luciente y bien pulimentada de acero, y escribid en-
cima, en los cuatro extremos, estos nombres: Jehova, Eloim, Mitraton,
Adonay, y poned dieha lamina de acero en un lienzo bien limpio, bianco y
nuevo, y cuando veais la Luna nueva, y a la primera bora despues de ha-
'berse puesto el Sol, acercaos a una ventana, y mirando al cielo y a la Luna,
con devocion, decid: jOh, rey eterno y universal! Tu, que dominas sobre
todas las cosas, y eres sabedox de todos los misterios; dignate concederme
el don de la mfrada que todo lo ve, y haz que se digue el angel Azrael
apareeerseme en este espejo.
Tened preparados carbones nuevos, heohos de madera de laurel, y en-
cendidos, arrojad sobre ellos, por tres veces, perfumes, y decid:
46 D octor M oorne

“En este, por este y con este espejo, pienso y deseo ser sabio, por la
voluntad supreraa y por la intermediacion del angel de luz Azrael
Decid esta invocacion tres voces, al arrojar los perfumes, despues de
lo oual, soplad sobre el espejo, y recitad esta oracion:
“Ven, Azrael, y complaeete en bseerme compania en el noxnbre del que
todo lo puede y lo ordena eon sabiduria infinita.
“Ven, Azrael, en el nombre sacratisimo de Falma; ven en mi nombre
a este espejo, y con amor, alegria y paz, muestrame las cosas que per-
manecen ocultas a mis ojos”.
Despues de recitada esta invocacion, elevad los ojos al cielo, y decid:
“ jOh. Espiritu Supremo, que pones en concertado movimiento todas
las cosas: oye mis votos; seate agradable mi deseo! Ordena a Azrael que
comparezca en este espejo, y llenaras de satisfaction a este tu siervo, que te
bendice a Ti, que reinas excelsamente .por todos los siglos de los siglos.
Amen”.
Cuando hayais recitado estas invocaciones, pondreis la mano izquierda
sobre el espejo y extendereis la derecha sobre el espacio infinito. Repeti-
remos esta ceremonia durante los 48 dias, al fin de los cuales, o aeaso antes,
se os aparecera el angel Azrael, bajo la figura de un hermosisimo nino.
Entonces podeis pedirle lo que querais que os muestre en el espejo magico.
PARTE SEGUNDA

FILOSOFlA DE LA MAGIA

LA CABALA Y LAS FUERZAS DESCONOCIDAS

Capi' tulo P rimero

Lo tern a rio y las leyes im nuiaM es de la natu raleza

Son muchos Ios neofitos que me ban pedido que les explieara por que
son inmutables las leyes de la naturaleza. Voy a responderles. Si acudis a
la Cabala, podreis observar que los pastores ealdeos, antes de que se ejer*
ciera el saeerdocio de la xnagia, reconoeieron en prineipio la existeneia de
tres mundos: el mundo material, el mundo moral y el mundo divino, que
corresponden: el cielo, al mundo divino; la tierra, al mundo moral, y el
infiemo, lugar de oscuridad, al mundo material, ignorante y prirado de
luz, Conocido esto, lo que preocupo entonces a los magos fue el misterio
de la creacion. Dos personas en prineipio: el padre y la madre, completa-
das por el hijo. Asi, pues, si el numero ires predominaba en los mundos,
el numero tres debia predominar tambien en la creacion. El ternario fue,
por tanto, para la magia (como en. la actualidad lo es la trinidad en el
dogma cristiano) el dogma armonico, la Have de todas las ciencias y de
todos los misterios. Habierrdo observado que el equilibrio es en fisica la
ley universal y que resulta de la oposicion aparente de dos fuerzas mar-
chando' del equilibrio fisico (naturaleza), al equilibrio metafisico (por
48 D octor M ooene

encima de la naturaleza) declararon que en Dios, es decir, la primera causa


vivienfe y activa, debian reconocerse dos propiedades, indispensables la una
a la otra: la estabilidad y el movimiento equilibrados por la corona, es
decir, la fuerza suprema.
Y como reconocian en el Sol el misterio de lo ternario en la unidad,
o tres en uno, ejemplo: electricidad, luz y oalor (los componentes del Sol),
concibieron tres personas en Dios y las definieron en esta forma:
Kether: El poder supremo, el ser Yncomprensible, indefinable, el ser
que no esta en la ciencia, que no existe en nuestro reflejo intelectual.
Chocmah: La sabidnria, el ideal de la soberana razon, el ideal, cuyo
ideal mas perfecto solo podria ser un miraje.
Binah: La inteligenoia, la libertad fundada sobre el orden supremo,
la fuerza motriz de todo movimiento, la causa de toda iniciativa.
Es decir: el movimiento, que es la necesidad de la vida y la vida
misma, ocasionada por la lucha entre la inteligencia activa y la sabiduria
resistente, equilibradas por la razon suprema y representadas por el trian-
gulo:

KETHER
la razdri suprema, poder equilibrador.
K

La naturaleza, con sus leyes inmutables. ofrece el reflejo incesante


presentido por los magos.
La. Graxde y Alta Magia 49

C a p it u l o II

Las ieyes de la analogia segun los sefirotas

Me pieguntais, joh neofitos insaciables para el saber! <;por que, ade-


inas de las leyes inmutables de la naturaleza existen las de la analogia?
Gbservando la marcha de la naturaleza, no es posible ponerlo en duda.
“Las plantas ■—ha dicho Hermes simbolicamente— tienen el destino
de eonducir las pariiculas mas groseras a una condicion mas perfecta; to­
man las sales, el aceite, el azufre. se lo asimilan y lo purifican, porque todo
su mecanismo consiste en elevar las sustancias inferiores a un estado su­
perior.”
LI erecimiento de una criatura no se produce mas que por su propio
esfuerzo, repetido para ceder a la naturaleza nuevos poderes organieos, y
estos poderes tienden incesantemente a revestir nuevas formas. Todos los
seres inferiores parecen dirigirse en su mareha a revestir rmevas formas;
hacia la forma bumana.
iPuede el hombre retroceder?
Todo se une en la naturaleza. Si el hombre es el eslabon mas elevado
en la cadena de la organizacion terrestre, en cambio forma, a su vez, el
primer eslabon de otra cadena de un orden superior, de la cual es sola-
men te un insignificante anillo. La misma Gabala, al mostrarnos las almas
culpables condenadas a habitar en nuevos cuerpos, no admite cada trans­
forma cion de esc cuerpo, sino como una prueba para llegar, grado por
grade, a la purificacion, pasando, si es necesario, por la degeneracion y
por el dolor.
El cuadro de lo* sefirotas, que aqui presentamos, es el pentaculo de
los tres xnundos metafisicos figurados por tres triangulos descendiendo su-
oesivamente de la luz creadora, del ser inefable que ninguna imaginacion
bumana puede eoncebir, hasta nuestro mundo terrestre.
Los cabalistas reconocen, pues, tres soles: El nuestro, el Sol de nues­
tro sistema, no es sino un palido reflejo de los otros dos. Los sefirotas
son el emblema de esos mundos superiores eolocados simetricamente en
artagonismo y en reflejos de alto bacia abajo coino el reflejo en el agua,
Asi Kether, el ser supremo, tiene por reflejo a Typhereth, la belleza,
y el reflejo de la belleza es la verdad ]esod.
50 D octor M ooese

Cuadro de los Sefirotas


Lai Grande y A lta Magia 51

La sabiduria Chocmah resiste a Binah, la libertad que impele hacia


adelante. |Pero la sabiduria Chocmah esta reflejada por el ideal de la
bondad Gedulah, Dios, amor. La sabiduria que resiste, es la bondad que
aspira al bien.
La libertad Binah tiene por reflejo al rigor, Gekurah, en antagonismo
con Gedulah, el amor. Asi es la libertad misma la que llama al rigor y a
la justicia.
El ideal de la bondad, al reflejarse, se convierte en Netzah, la victoria,
que bace triunfar al progreso al utilizarle.
El rigor, al reflejarse, se convierte en Hod, el orden eterno, porque
el rigor regulariza la libertad y utiliza para el bien su principio activo.
Malchut es el resultado, la forma, el dominio; es el mundo de donde
parlimos para remontarnos ‘hasta Dios, Malchut es el universo, la creacion
entera, la obra de Dios.

Capi' tulO III

Significacion y valor d» los numeros

Fueron los antiguos magos los que ensenaron a Pitagoraa el sistema


y significacion de los numeros. Con efecto; siendo inaccesible a los sen-
tidos la esencia divina, empleamos para caracterizarla, no el lenguaje de
los sentidos, sino el del espxritu. Damos a la inteligencia, o al principio
activo del universo, el nornbre de monada o de unidad, porque es siempre
el mismo; a la materia, o sea al principio pasivo, el de dyada o de mul-
tiplicidad, porque esta sujeto a toda suerte de cambios; al mundo, en fin,
el de triada, porque es el resultado de la inteligencia y de la materia. Sea
cual fuere el modo, el sistema esta presentado y constituido por Kether,
Binah y Chocmah: siempre la luoha entre el principio activo y el pasivo,
de la cual resulta el movimiento, manantial de la vida.
El sentido de las lecciones de los magos mas remotos acerca de los
numeros, es el de que estos contienen los elementos de todas las cosas y
aun de todas las ciencias. Aplicando el sistema de los numeros al mundo
de los espiritus, Pitagoras xesuelve problemas completamente desconocidos
O As Doc t on Mookke

en nuestra actual aritmetica. He aqui cuanto ha tlicho acerca de este asunto


un sabio cabalista:
“El gran sistema del inundo rep os a sobre ciertas bases de armonia, *
de la eual el ser. la forma v la accion de todas las cosas. tanto especiales
como generales, son una conseeuencia natural. Esas bases d-s armonia
son llamadas numeros. El que los conoce, no ignora las leyes por las cuales
la naluraleza exisle, la comparacion de sus reinclones, el genero y la me-
dida de su efecto, el lazo de union de todas las cosas y de todos los iieehos,
la fisica y la mecaniea del mundo. Los r.umeros son las bases invisibles
de los seres, del mismo modo que sus cuerpos son las bases visibles; es
decir, que existe un doble caracter de las cosas, uno visible y olro invisi­
ble. El visible es la forma visible: vale decir el cuerpo; la forma invisible
es el numero. Y todo lo que se presenta o se manifiesta. es el resultado
de una energia interior, y esa energia e? el desdoblamiento de una fuerza.
Las fiierzas mas o inenos grandes provienen de numeros reales, y la energia
mas o men03 grande de los numeros virtuales.
Existen evidentemente envolturas invisibles, porque cada ser tiene un
principio y una forma; pero el principio y la forma son dos extremos que
no podrian unirse r.unca sin un cierto lazo que los aproximara: esta es,
pues. Ia funcion del numero. Como las leyes y las cualidades de los seres
estan escritas en su exterior, las leyes y las cualidades de las cosas invisibles
estan escritas sobre los numeros invisibles: y asi como se reciben impre-
siones de la sensibilidad del pensamiento por medio de los sentidos, asi
tambien recibe nuestro espiritu ideas lucidas de la posicion y del destino
invisible de las cosas, tanto cuanto el puede apoderarse de ellas. Porque
el ideal tiene, como el fisico, numero, medida v peso, cuya posicion solo
es visible a la inteligencia. Los verdaderos numeros del mundo son cierta-
mente infinites, pero su maroba es sencilla y directa, por cuanto todo reposa
sobre los numeros fundamentales de uno a diez. Su infinidad reposa sobre
ei nfimero infinito e indeterminado de los seres en si, y esto tanto mas,
cuanto los mismos seres tengan mayores clases de cualidades. Hay, pues,
numeros para el fondo y la sustancia de los seres, su efecto, su duracion
y los grados de sus progiesos (la progresionj. Todas estas cosas son
otras tantas estaciones en donde los rayos de la luz divina se detienen y
lanzan reflejos hacia atras, tanto para representar su propia imagen,
como para llevar a ese mismo golpe de vista xetiogrado una nueva vida,
una nueva medida, un nuevo peso. Existen tambien numeros reunidos
para manifestar las diferentes xelaciones y las diferentes posiciones de los
seres, su accion v su efecto. Asi, pues, hay numeros centrales y numeros
La Grande y A lta Magia 53

de circunferencia; del roismo modo que hay numeros falsos y numeros


impuros. A pesar de su reunion infinita, la idea en si es sumamente sen-
cilla, pot que todo asciende desde la primera cifra fundamental hasla diez,
y los numeros simples, reposando estos de nuevo en los cuatro primeros
numeros fundamentales, cuya reunion (la adicion) da 10, de deride resulta
la inestimable fuerza de lo cuaternario, cosa que parece una locura a las
gentes niodernas, porque no pueden comprender nada de eso. Nosotros vc-
raos en esto bien claro por que el numero 4 era tan altamente sagrado
para los pitagoricos, hasta el extremo de considerarle un cuadrado app'Hov.
Juraban por el numero 4, siendo este juramento el mas sagrado que podian
emplear. En el estaban encerradas todas las sinfonias y las fuerzas de la
naturaleza. Diez era el numero del mundo o el Pan (ndv) absoluto. Segun
Pitagoras. los numeros son la base del espiritu divino y el unico medio
por el cual las cosas se muestran: la union de todos los numeros reimido?
de mundos, o la base del acuerdo de los seres y de sus esfuerzos, forma
la armonia del gran todo. Es por esto por lo que Pitagoras miraba la astro-
logia y la astronomia como do* ramas estrechamente enlazadas de una mis-
ma ciencia”.
Existe, asimismo, una gran diferencia entre los numeros y las eifras
que pueden contarse; los primeros son destinaciones y cousisten sola-
mente sobre las grandezas espirituales; las segundas, por el contrario,
tienen por objeto cosas corporales v son la expresion visible de lo invisible.
Todas las eifras espirituales son rayas, ecuaciones. efluvios de la unidad,
como uno o la unidad- es el comieuzo de la? eifras que pueden ser eonta-
das. Lino es tambien el nombre y el caracter de lo mas alto del gran priu-
icipio, de lo que es unico e infinito. Uno es el centro de todo, el fondo
de cada ser y de todas las unidades particulares que no son absolutas y
necesarias, pero que son radiaciones mediatas o inmediatas de la unidad
absoluta. Diez unidades forman unidad de decena, hasta ciento: diez de-
cenas son la unidad de ciento, y asi sucesivamente; todas las grandes
unidades contienen las pequenas, con la eonsecuencia de que las pequenas
estan contenidas en las mayores, y asi se produce el conjunto rnuiuo. Lo
prepio sucede en la naturaleza. Cada mundo superior contiene todas las
unidades subordinadas o los mundos inferiores, y los mas pequenos toman
reciprocamente parte en los mundos, esferas, figuras o criaturas superiores,
estando en clase de subordinado? contenidos en ellos. En las cenlenas. por
ejemplo, estan contenidos todos los numeros desde el uno al ciento, y en
la categoria de lo animal todos los animales de la creacion; y como todos
los numeros de uno a ciento se acercan mas y mas, tambien los animales,
atm los mas bajos, suben de su grado ascendiendo y cruzandose siempre,
54 D octor M oorne

lissla que to? miembros mas distinguidos vienen a unirse al h ombre, aun-
que, sin embargo, sin poder alcanzar su altura 1.
La desviacion infinita de las razas de animales, descendiendo del uno
al otro, manMiestan igualmente las relaciones del numero en el sentido
de la unidad engendradora de una infinidad de despojos y restos. Este me-
todo luminoso, venido de Oriente, corresponde al de que, segtin las clases
y las especics, las mas bajas salen de las mas altas.
No solamente los mas famosos Jilosofos, sino tambien los doctores
caiolicos, entre otros, San Jeronimo, San Agustin, Origenes, San Arobrosio,
San Gregorio Nccianceno, San Atanasio, San Rasilio, San Hilario, San
Cipriano y otros, aseguran que existe una virtud admirable y eficaz oculta
en los numeros.
San Cipriano afinna que todo cuanto la naturaleza ha ereado en prin-
cipio. parece ha'ber side formado por medio de los numeros, por cuanto
fete ba sido cl principio modelado en el espiritu del creador; de aqui pro-
cede la cantidad de elementos, la de la? revoluciones del tiempo y de lo*
astros, el cam-bio del cielo y el e?tado de los numero*. Todo cuanto se
ibace subsiste por los numeros y tiene su virtud, porqur el tiempo esta
compuesto de numeros, y todo cuanto es movimiento y accion esta sujeto
al tiempo y al movimiento.
Cornelio Agrippa v San Martin, lo mismo que San Cipriano, Hegaron
basta la profecia .por medio de los numeros. He aqui lo que dice el ultimo:
‘5E1 numero no es otra cosa que la repeticion de la unidad. La unidad
penetra faeilmente en todos los numeros y es la medida comun de todos
ellos, asi como es su manantial y su crigen. Hay, pues. un Dios, un mundo
•que es de Dios, un sol para un mundo, un fenix en el mundo, un rey en­
tre las abejss, un jefe en cada ejereito, un comandante en cada una legion.
Hay un eleniento que excede y penetra en todo: el fuego. Hay una cosa
creada por Dios, que es objeto de la admiracion general de los seres, y
que esta en la tierra lo mismo que en los cielos; es el alma vegetal y
mineral que se encuentra en todas partes, que nadie conoce y que ninguno
llama por su nombre, pero que esta oculta bajo numeros, figuras y enig­
mas, y sin la cual ni la alquimia, ni la magia natural podrian tener exito.
El numero es, pues, la armonia, y sin armonia no bay nada posible.
Dos es el antagonismo, es la inmovilidad momentanea euando las fuer-

1 Hau sido necesarios mas de dos mil afios para que los naturalistas inodernos,
aun sin tener conocimiento de estas teorias, hayan llegado a un resultado identico,
debiendose a estos heohos la retroaccion que se advierte en las cieneias fisicas y
naturales.
La Grande y A lta Magia 55

zas son iguales; pero es la lucha, el principio del movimiento. El numero


dos es, por tanto. imprescindible, por euanto represent a la accion combi-
nada tie dos unidades, o sea la vida, la eual no puede realizarse sino por
la accion y por el movimiento, Dos es, por tanto, el antagonismo; pero
tres es la existencia, es el pendulo que, girando de izquierda a derecha o
viceversa, produce el equilibrio y con el el movimiento.
Tres es Dios: vita, verbum, lux; vida, verbo, luz. He aqui la Trini­
dad. El Padre es vida, y por consecuencia poder y fuerza, siendo el caracter
de esta vida la expansion. En el 'hijo es el verbo, la palabra. Pero, ique
hay que entender por el verbo? Todos los sabios esian de acuerdo en afir-
mar que es la forma. ,;C6mo es luz el Espiritu Santo? La luz —se dice
y lo afirmamos— no es ni la sustancia, ni la inteligencia, sino el .resul-
tado de su union; no esta compuesta de dos, pero si es mitad sustancia
y mitad inteligencia; es en cierto modo diferente de la una y de la otra,
pues no procede por composicion, sino que es simple en si misma e indi­
visible; no mayor la una que la otra, porque la luz esta en todas partes
en donde la inteligencia sobrevive a la vida, y si la %'icla y la inteligencia
son infinitas, la luz tambien debera serlo” .
La sabiduria, a quien siempre se ha mirado como el Verbo Divino,
hijo de Dios, foa'bla asi en los Proverbios:
“Cuando £1 preparaba los cielos, yo estaba alii; cuando daba a los
abismos una ley y un limite; cuando estasbleeia el firmamento y distribuia
con medida los manantiales de las aguas; cuando ponia un freno a los
mares y establecia una ley para sus ondas, a fin de que no sobrepasaran
sus limites; cuando colocaba los fundamentos de la tierra, yo estaba con
£1 arreglando todas las cosas, deleitandome, gozando ante £1, gozando del
imiverso, y mis delicias no seran otras que las de estar siempre con los
hijos de los hombres”.
El numero tres es, por tanto, el movimiento que forma el equilibrio,
pasando sucesivamcnte de un punto a otro; el numero cuat.ro es el equili­
brio perfecto, es el cuadrado, el positivismo, el realismo.
Cuatro en magia es el cwbo, el cuadrado. Es la imagen de la tierra;
el cuaternario es la consecuencia de lo ternario; lo ternario es el espiritu,
el movimiento, la resislencia, que conducen natuTalmente a lo cuaternario:
la estabilidad, la armonia.
Para los antiguos cabalistas. el numero cuatro era el que encerraba
los cuatro elementos. Los cuatro puntos cardinales astronomicos son, re-
lativamente a nosotros, el si v el no de la luz. el Oriente y el Occidente;
el si y el no del calor, el Mediodia y el Norte, dicen los cabalistas. Eff
numero cuatro es tambien la cruz.
56 D octor M oorne

Pronto en los numeros 1, 2, 3, 4, se descuhrio, no solamente uno de


los principios del sistema musical, siiio tambien los de la fisica y de la
moral, convirtiendose todos ellos en proporcion y armonia: el tiempo, la
justicia, la amistad, la inteligencia, no ifueron sino relaciones de numero,
y los numeros que componen el sagrado cuaternario producen, al reunirse,
fadicionandose juntos), el numero diez; el numero cuatro fue eonsiderado
como el mas perfecto de todos por esa misma circunstancia.
Ya hemos dicho que el numero cuatro representa para los antiguos
cabalistas los cuatro elementos: cuatro es, pues, la tierra, la forma: uno
es el principio de vida, el espiritu; por consecuencia, cinco es cuatro y
uno; cinco es, por consiguiente, el espiritu dominando los elementos, esto
es, la quinta esencia. Asi el pentagrama (estrella de cinco puntas) mani-
fiesta esa dominio. Tambien el pentagrama de cinco puntas es el numero
de Jesus, cuyo nombre tiene cinco le-
tras, es el hijo de Dios, haciendose
hombre, es Jehova encarnado.
■Es, con la ayuda del signo de este
pentagrama que aqui reproducimos,
como los cabalistas pretenden encade-
nar los demonios que pululan en el
aire: las salamandras, las ondinas y
los gnomos.
El pentagrama es la estrella fla-
meante de las escuelas gnoslicas; pero
lo es tambien, segun que el espiritu sea mas o menos apto para dirigir
la materia, el bien o el mr.l, el dla o la noche.
Cinco es el espiritu y sus formas.
I.a magia negra se sirve del pentagrama, colocando en el aire dos
de sus puntas, que representan el antagonismo del bien y del mal, la in-
movilidad y la ignorancia, por cuanto, el pentagrama asi colocado, se ve
que las dos astas dominan a lo ternario, que. representando la influencia
del espiritu divino, lo dominan.
Cinco, en estas condicicnes, se convierte en un numero funesto; un
numero malo, colocado, segun los sephirotas. bajo el nombre de Geburah,
que es el numero del antagonismo, de la autonomla, de la libertad excesiva,
y el antagonismo no puede provoear otra cosa que el rigor.
El pentagrama representa el cuerpo bumano, cuya punta superior for­
ma la cabeza; si esta aparece bacia abajo, es el signo de la locura, del
desequilibrio, de la inarmonfa.
El numero de seis representa dos veces tres: es por tanto la imagen
La Grande y A lta Magla

de las relaciones que existen entre el cielo y la tierra. este es el triangulo


celeste cuyo triangulo terrestre es el reflejo al reves ccmo el de un objeto
en el agua; es el axioma grabado so'bre la tabla de esmeralda de Hermes:
lo que esta en la alto es como lo que esld en lo bajo; es la prueba de
nuestra correspondencda con el cielo; la libertad esta arriba el trabajo
debajo; es por consecuencia necesario pasar por todos los escalones del
trabajo para llegar a la libertad.
El numero sets es perfecto en si mismo por cuanto resulta el mismo
numero de la adicion de sus partes.
El septenario es el numero universal y absoluto desde el punto en
que coniiene el cuaternario, el iernario, el quinario y el binario.
El numero siete es sagrado en todos los simbolos por cuanto esta
compuesto del ternario y del cuaternario. Representa el poder magico en
toda su fuerza esto es: el espiritu asistido de todas las potencias elemen-
tales; es como cinco el espiritu dominando la materia; pero aqui el
espiritu no esta representado por uno que significa el espiritu humano,
sino por tres, que representa a .Dios, el espiritu de Dios.
Si el numero siete no estuvie.ra mas que en el arco iris, podria
descuidarsele, recbazarsele quiza; pero iacaso no lo esta en todas partes
y principalmente en donde existe el misterio? Dios lo ha colocado en los
siete dias de la creacion y ha ordenado en absolute a los hombres de
guardar y santificar el septimo dia de la semana; el numero siete esta en
el arco iris, en la escala musical, en los sacramentos, en los dones del
Espiritu Santo, en las virtudea y en los vicios, siendo el numero privile-
giado de' Ios poetas; llena el Apocalipsis; es numero misterioso, v el mis­
terio que encierra es de uua grande importancia, desde el momento en
que nos Ie pone Dios ante los ojos mas de siete veces al dia.
El numero ocho, el octario, es: el binario del cuaternario, es decir, la
balanza universal de las cosas, es la armonia dentro de la analogia de
los contrarios. La igualdad de division del cuatro ha heclio que los magos
le consideren como el numero de la justicia.
El numero nueve, tres veces tres, es: el triangulo de lo ternario, la
imagen mas completa de los tres mundos, la base de toda razon, el sen-
tido perfecto de todo verbo, la razon de ser de todas las formas. El nu­
mero nueve es el de lo? reflejos divines, y manifiesta la idea divina en
toda su potencia abstracta.
El numero diez es llamado el universal y el completo, marcando el
lleno curso de la vida, por cuanto no se cuenta a partir de el mas que
por replica y porque contiene en si todos los numeros en donde los explica
por los suyos multiplicandolos.
53 D octor M oosne

La cifra diez esta eompuesta de la unidad, que significa el ser, y del


cero que representa el no ser. Encierra, pues, a Dios y a la creacion, al
espiritu y a la materia, y es el nec phis ultra de la intaligencia foumana,
que lo cuenta todo por ese numero. El emblema del numero 10 es una
serpiente trepando por un poste, o sea el movimiento y la inmovilidad.
la idea y la materia.
Terminsdo el esamen de los numeros simples, o sea de los que
forman la unidad, diremos que tal o eual numero esta ligado al destino
de tal >o cual ser, sea en su nacimiento, sea en el curso de su vida, sea
en su muerte. No existe probablemente ningun ser humano que haya de-
jado de reparar que tal o cual fecba le es favorable o funesta. Por todas
partes se encuentran los numeros que constituyen las fechas de los acon-
teoimientos, aun de los mas insignificantes de la vida. Los numeros se
dividen, se subdividen, se reunen por grupos, como la luz; por cuanto no
bay mas que una ley, deben irremediablemente seguir desde el punto en
que representan la armonia.
Cada hornbre tiene, pues, sus buenos y su malos numeros, agrupando
alrededor de si grupos favorite?, del mismo modo que cada artist a tiene
sus colores o sus modulaci'ones favoritas. Los numeros o las cifras que
los representan son para los hombres lo que los tonos y los modos para
los pintores y los musiccs, y esto sentado, prosigamos nuestro estudio.
Segun San Cipriano y San Agustin, dl numero 11 es malo. La lev
es el 10; luego el 11 es la transgresion de la ley, esto es. el pecado: es el
numero de la rebelion, por cuanto esta compuesto de dos columnas que
representan el antagonismo, y la lucba despues de la ley es la rebelion.
El 11 en cabala representa el gran agente magico, la fuerza oculta y ciega
cuar.do no va bien dirigida.
El numero 12 es divino, por cuanto sirve para medir los cuerpos
celestes, al propio tiempo que ayuda al gobierno de los es.piritus; 12 en
cabala es cl numero de la piedra filosofal.
El numero 13 no tiene entre los cabalistas la signification funesta
que sc le atribuye. Segun San Cipriano, marca el misterio de la aparicion
de Jesucristo a los pueblos, porque a los trece dias despues de su naci­
miento, fue revelado por la estrella misteriosa que sirvio de guia a los
magos: 18 en el Taro representa la muerte, en tanto que seres vivientes
surgen de la tierra: es el renacimiento o la inmortalidad. El numero 13
es el de las evocaciones magicas.
El numero 14 representa la figura de Jesucristo, que fue inmolado
por los judios en la luna catorce del primer mes, y en semejante dia los
hijos de Israel tuvieron orden de celebrar la phase a la gloria del Seiior,
La Grande y A lta Magla 59

es decir. en recuerdo o conmemoracion del paso del Mar Rojo. El 14 en


cabala es mirado como el numero de las transmutaciones y metamorfosis.
y conio doble septenario, es mirado tambien como muy feliz.
El 15 es sknbolo de las ascensiones espirituales, puns el XV, dia del
septimo mes, es dia de santidad y de regocijo. Sin embargo, para 1os
cabalistas representa el genio del mal.
El 16 es un numero feliz, por euanto se compone de la docena y de
un cuadrado perfecto.
El 17 es numero de mal agiiero, y el 18 de los filtros y sortilegios,
siendo tambien el de la supersbicion y el error.
En cabala el numero 19 es favorable, por euanto esta compuesto de
1 y de 9, numeros dichosos que, reunidos, dan el 10 perfecto por exce-
lencia. Diecinueve es el numero del sol y el del oro, y tambien el de la
piedra filosofal.
El 20, cabalistic amen te, es el numero de la verdad, de la fe v de la
salud. El 21 es bueno como septenario. Tres veces siete es tambien el
numero de la adivinaeion. El numero 22 es bueno y marca un gran fondo
de sabiduria, puesto que 22 son las letras hebraieas v 22 los libros del
Mitiguo Testamento. El 22 es la razon suprema, en cabala.
El 28 anuncia el favor de la Iuna, porque su moviiniento es diferente
del curso de los demas astros y se verifica en veintioebo dias.
El 30 es notable por sus mu olios misterios. Nuestro Seilor Jesueristo
fue apreciado en 30 dineros; fue a los treinta anos cuando recibio el
bautismo, coinenzo a realizar milagros y a enseiiar el reino de Dios: y
.Tuan Bautista tenia treinta anos cuando comenzo a predicar en el desierto.
Los doetorcs bebreos atribuiaii al 32 la sabiduria, por euanto Abraham,
por orden de Dios, abrio otras tantas vlas a la sabiduria. Los antiguos
observaban el 40, en el cual celebraban la fiesta llamada Tessecacosson;
el mknero 40 es signo de expiacion, de penitencia y de otros misterios.
Moises, Elias v Jesueristo ayunaron durante cuarenta dias; la lluvia del
diluvio duro cuarenta dias; Moises permanecio cuarenta dias en el Sinai;
los israelitas cuarenta anos en el desierto, y Elias anduvo cuarenta dias.
sin comer, para llegar al pie del monte Horeb. Jesueristo predieo publi-
camente durante cuarenta dias, estuvo oculto cuarenta boras en el sepal-
cro, subio a los cielos cuarenta dias despues de su resurreccion e instruyo
a sus discipulos cuarenta dias.
Segun San Agustin, el numero 40 manifiesta nuestra peregrinacion
hacia el cielo, liacia el camino de la verdad. Los angeles van y vienen
por ese camino para ensenarnos la ruta y sostener nuestros pasos; 40
eran tambien los peldanos de la escala de Jacob.
60 D octor M oorne

El m'miero 50 significa la rendition de nuestros pecados; es el wumeio


de gratia que se atnibuve al Espiritu Santo.
El numern 60 era sagrado entre los egipcioa, teniendo el 72 una gran
conformidad con el 12. Ademas cl Senor es invocado bajo 72 nombres.
El numero 100 marca una perfection completa, eii tanto que el 1.000
contier.e la perfection de todos los numeros, y es el cubo del numero
donatio, lo que signifies perfection absoluta.
Para terminar: los numeros simples representan las cosas diviuas;
las decenas, las celestes; las center.as. las terrestres, y los millares las
cosas del futuro.
PARTE TERCERA

EL ETER

L A VIDA Y LA MUERTE

Capitulo prim sro

La luz astral

La respiracion se compone de dos movimientos opaestos: la aspira


sion y la espiracion. 'Estos dos movimientos forman la vida. v en cuanto
casan es porque la vida se ha extinguido.
,Por la ley de la armonia que rige en toda la naturaleza, todo aspira
y espira aqui abajo. Los animales respiran tambien y. eomo ellos. todos los
seres colocados en un grado inferior de la creacion. La flor, el arbol, la
planta, aspiran el oxigeno y espiran el azoe; el mar respira en su fluio
y reflujo, y la tierra, nneslra nodriza, tambien respira. La tierra es un
hombre. ba dicho Hermes Trimegisto. y es por medio de su respiracion
como comuniea con sus bijos y los arrastra en esa cadena inmensa que la
une con los demas mundos de la creacion. Todos los pechos. humanos y
celestes, laten con movimiento igual. La aspiracion y espiracion de la tie-
rr« es la luz astral, recibiendo el nombre de astral porque la tierra es un
astro. Lste es el gran agente magico. La luz astral que los antiguos caba-
listas ban llamado sucesivamente tetragrama, indi, fiuido magnetico, ser-
piente, Lucifer, no es otra cosa que ese agente desconccido, esa fuerza
lat«nte que hoy dia se llama luz, calor. eleetricidad, magnetismo. Asf es
62 D octor M oorne

como se explican las comunicaeiones magneticas de la tierra con los astros.


El sol es el ml raj e del reflejo de Dios, y el alrna de la tierra una
mirada peimanente del sol que dicha tierra conserva y guarda .por im­
pregnation.
La hum concurre a esta impregnaeion de la tierra, reeliazando faacia
e lk una imagen solar (su reflejo) durante la noche. Y es por ‘esto por
lo que Hermes ha dieho en su Tabla de esmeralda. hablando del gran
agente magico: “El sol es su padre, la Iuna es su madre” ; agregando
despues: “el viento la ha llevado en su seno”. Por esta causa la atmosfera
es el recipiente y como el cnisol de los ray os solares, por medio de los
cuales se forma esa imagen viviente del sol, que penetra en la tierra por
completo, la vivifies, la feeunda y determina todo lo que se produce en su
superficie por sus efluvios y eorrientes analogas a las del mismo sol.
Ese agente solar vive a expensas de dos fuerzas contrarias: una
fuerza de atraccion y una fuerza de proyeccio-n; lo que hace decir a
Hermes que siempre asciende y desciende. Es por esta doble fuerza, como
todo se ha creado y como suhsiste.
Segun Hermes, desde lo mas alto de los cielos se lanza sin interrup­
tion el espiritu universal, manantial inagotable de luz y de fuego, que,
atravesando todas las esferas celestes y encontrandose gradualmente con-
densado, fluye constantemente hacia la tierra. Esta es la aspiracion.
Asimismo, por 9a action del -fuego central del sol, se elevan de la
tierra continuas emanaciones que, sublimadas luego, se elevan hacia el
cielo para desprenderse de sus impurezas. ist.a es la espiracion.
Esta eterna y const ante rotation de moleculas vitales, esta pintada en
el Genesis hajo el emblema de la escala misteriosa de Jacob y por la
ascension y descenso de los angeles.
La maturaleza, por la analogxa, nos revela diariamente ese gran mia-
terio. Asi el sol aspira las aguas de los pantanos y marismaa y forma
esplcndidas nube3 que luego se convierten en lluvia bienhechora.
Su movimiento es un enrollamiento y desdoblamiento sucesivos e
indefinidos, o mas bien, simultaneos y perpetuos, por espirales, y de mo-
vimientos contraries que jamas se encuentran.
Es el mismo movimiento que el del sol, que atrae y rechaza al mismo
tiempo todos los astros de su sistema. Ese movimiento es siempre doble
y se multiplica en sentido contrario, atractivo a la izquierda y repulsivo a
la derecha y reciprocamente, ni mas ni menos que los movimientos de
sistole y diastole del corazon humano.
Los astros estan encadenados los unos a los otros por redes de luz,
atracciones que los mantienen en equilibrio y les hacen moverse regular-
L a Grande y A lta M ama 63

nente en el espacio: esas redes de la luz van de unas esferas a otras, sin
[ue haya un punto de cada planeta a que no vaya unido uno de esos
dlos indestructibles.
Ya liable de Jos pec'hos bumanos y celestes; aliora tratare de los
astros, porque cada uno de ellos tiene su corazon y espira la luz como la
tierra y como nosotros. Cada astro tiene un calorico latente y otro ra-
diante. Cada astro tiene su fuerza centripeta y su fuerza centrifuga; su
fuerza de atraccion y de proyeccion, y el hombre,. como todo es armonla
en la naturaleza, esta en armonia con los astros.
Asi, pues, el bombre, como elastro, aspira por el corazon y por el
cerebro, e irradia un fluido alrededor de si, por su voz, por sus gestos
y por sus ojos.
En el centro de la tierra 'hay un foco de luz astral sin cesar mante-
nida por la irnpregnacion del sol, y que se reparte o expande sin cesar
para remontarse bacia el cielo. Cada astro tiene un tubo central, por el
cual se une a los demas astros; el hombre tambien tiene un tubo central
que le une con los torbellinos de luz.
El mundo esta imantado oomo la luz del sol, y el hombre imantado
con la luz astrail. Lo que se opera en el cuerpo del planeta se repite en
nosotros. El bombre es un microcosmos (un pequeho mundo), habiendo
en el tres mundos analogos y jerarquicos, como en el resto de la naturaleza.
Segun el orden de las analogias. todo lo que esta en el gran mundo
(en el macrocosmos) se reproduce y produce en el pequeno (microcosmos).
Hay, pues, en nosotros, tres centres de atraccion y de proyeccion flui-
dica: el cerebro, el corazon o el epigastric y los organos genitales. Cada
uno de esos organos atrae por un lado y repele por otro. Es por medio
de esos aparatos como el hombre se pone en comunicacion con el fluido-.
universal, transmitido en cl por el sistema nervioso. El cerebro esta en
un centro de luz, encontrandose tambien otro centro nervioso en la parte
del corazon, que es la que recibe en cabala el nombre de gran simpdlico.
He empleado la palabra fluido, para que se comprenda bien y porque
es la mas exacta: San Cipriano la llamaba vibracion, la cual es, en su
concepto, el alma de la naturaleza, o sea el soplo de Dios, o la luz astral
de los c.abalistas 1.
Esta fuerza o luz es la que colora las plantas. la que esparce sus

1 En las modernas ciencias naturales, el eter no es otra co*a que e i. -.ibrseior.


electro-magnetics que los antiguos conoclan bajo ese nombre.
64 DocTOn M oor ne

reflejos diamantinos sobre las arenas del mar, hasta dentro de las simas
de su fondo; es la que presta el magnifioo azul al firnramento; es en fin,
la vida y el amor.
Los cuatro ekmentos anliguos, fluidos o vibraciones imponderables,
no son sino otras iantas manifestaciones que los antiguos conocian bajo
el nomljre de azogue.

Capitulo II

Efecfos de la luz astral y de la voluntad

La electricidad es la causa eficiente de la excitacion de los nervios,


cuyo centro es el encefalo. Los sonambulos pueden, mejor que en el en-
sueno. y sin perder la conciencia de su ser, ver con el auxilio de una
luz latente determinada por el ehoque electrico bruscamente proyectado
por el magnetizador, la fotografia de los sitios bacia los euales dirige
su imaginacion obediente. Y al meditar en esto, debe tenerse en cuenta
que para la electricidad no existen las distancias. Esta seguuda vista
que tenemos todos los seres, cual mas, cual menos, puede ser excitada
tarobien, en el estado de vigilia. por la eoncentracion del pensamiento
ayudada por un agente cualquiera, tal como el agua, el fuego, o el residuo
del cafe, por cuanto es indispensablemente necesario algo que ayude y
favorezca la abstraction de los sentidos.
M. Henry Delaage, imitando a Simon el Mago y a San Cipriano,
renovando misticas experiencias olvidadas, aunque no perdidas, y con la
avuda de su voluntad, hacia ver claramente en un vaso de agua, paisajes,
casas, el interior sagrado de los hogares, aun cuando bayan sido situados
en lejanos paises, a personas de constitucion nerviosa. Bastaba para esto
que antes las fascinara con la mirada. Haciendo que esas personas con-
centraran su atencion sobre un solo punto, les imponia una especie de
sonambulismo que sobrepasaba el estado de vigilia, sin llegar al de
catalepsia.
De aqui la prueba moderna de que existen relaciones magnetics*
entre los seres bum an os y los astros, tanio mss energicas, cuanto mayor
es la irritabilidad nerviosa.
Los sonambulos y los extalicos disfrutan, naturalmente, de la segunda
vista, la cual es tanto mas lucida cuanto mas completa sea la abstraccion.
L a Grande y A lta M agia 65

Las mujeres que estan encintas son mas lucidas que las que no se
Italian en ese estado, por cuanto estan mas en contacto con la luz astral
y la influencia que esta ejerce en la formacion del feto que llevan en
sus entranas.
La mayor parte de las mujeres que estan embarazadas estan sujetas
a extranos presentimientos, del propio modo que tambien lo estan a ex­
tranos deseos, que el vulgo llama untojos. Estos efectos. producidos en se-
mejante ocasion por una exuberancia de fluido astral o de electricidad
necesaria para la formacion del feto, existen tambien en las personas extra-
nerviosas. Los organos sensitivos han regulado esas exuberancias.
Los hombres, y entre ellos Apolonio de Tiana, Uegaron a aislarse1
sin auxilio extrano, es decir, solo por la fuerza de su voluntad.
Colocando su alma en comunicacion nerviosa con la electricidad que
circunda el ambiente en que el ser se mueve, llamaban. como si se tra-
tara de un espejo magico, los reflejos de los o'bjetos existen tes a distancia
y aun el reflejo de los germenes de lo porvenir, pudiendo, de esta manera,
revelar y preaecir sin llegar al grado cataleptico y ni aun siquiera al
extasis.
La embriaguez astral hace al ser bumano insensible a las cosas de
este mundo.
Pero en otro orden de cosas. la voluntad o una coneentracion pode-
rosa del pensamiento produce los mismos efectos. He aquf explicado el
secreto de los hombres. a quienes se admira por su inventiva y por su
ingenio.
El sonambulo se encuentra obligado, para ver en la luz astral, a
abjurar de su voluntad y servirse de la ajena. El ser superior, per su
propia voluntad, ordena al cuerpo sideral y se sirve de el como de un
instrumento, como de un esclavo, para ponerse en relacion directa con esa
luz. En este caso, ve, preve y adivina.
El poder de la voluntad puede ir tan lejos como quiera la voluntad:
si quereis que vuestro cuerpo se llene de cicatrices, como el de San Fran­
cisco, no teneis mas que dirigir vuestra voluntad haeia ello; si quereis
que vuestro cuerpo permanezca largo tiempo sin respiraciort y sin sen-
sacion. lo conseguireis del propio modo, lo mismo que si ar.belais que se
os rebaje la persona que os Shaya demostrado mayor indiferencia en
esta vida.
De aqui se deduce que todo lo que con verdadera voluntad se
desea, tarde o temprano se logra.

- Aetuaimente este acto recibe el nombre de autos^eestioa.


66 D octok Moorns

Capxtulo III

El cuerpo y el alma

Ya he dicho que ei cuerpo sideral es nuestro instinto, del mismo


modo que nuestra mente es nuestra razon. El instinto, por consiguiente,
debe callarse cuando habla la razon. cuando vela. El cuerpo sideral es el
intermediario entre el alma y el cuerpo material, y su influencia puede
ser igrande. 'Segun la Cabala, el cuerpo material toma poco a poco la
forma de los animales hacia quienes nuestras inclinaciones mas se parecen,
modificando los rasgos de la fisonomia y de los miembros, lo cual pro­
duce una especie de semejanza con los animales a quienes se alude.
Ademas —siempre segun los cabalistas—, el cuerpo sideral no es en
todos los casos del mismo sexo que el cuerpo terrestre, habiendo, con fre-
cuencia en nosotros, una especie de hermafroditismo, lo que hace que.
cuando el hombre deja que domine en si la influencia de las pasiones mez-
quinas, abandone su virilidad y se fcaga realmente rnujer, por los gustos,
por los modales y aun por las acciones. Mas de una mujer se convierte en
hombre, partieipando a veces de los dos sexos (hermafroditismo), y ese
abandono de su propia naturaleza, cuando llega hasta el exceso, conduce
frecuentemente a los vicios mas infames. Cuando ese hermafroditismo esta
bien dirigido, crecen en el ser cualidades exquisitas; en los hombres crea
Jos poetas, hace a los hom'bres francos, generosos v abnegados. y en las
mujeres les concede la energia necesaria para los grandes sacrificios y
para las grandes vixtudes.
Los excesos materiales alteran la organizaeicn del cuerpo sideral, que
o'bra, a su vez, simpaticainente sobre el cerebro y le hace sentir el contra-
golpe de su herida, procediendo de aqui las enfermedades nerviosas, por
cuanto el cuerpo material sufre, a su vez tambien, los desfallecimientos
■del alma.
Una enfermedad procede siempre de un exceso, encontrandose siempre
con el origen de un mal fisico el de un desorden moral.
La mente es la unica cosa que nos distingue de los animales, que tienen,
como nosotros, el cuerpo sideral. Pueden leer en la iuz astral, como los
sonambuios, a los cuales se les da esta facultad, sumergiendolos en un
sueno o letargo ficticio por medic del enervamiento astral que provecta
La Grande y A lta M agia 67

el magnetizadcr. Los animales como los sonambulos, adivinan las tempes-


tades, los temblores de tierra, los grandes ealaclismos de la naturaleza y
hast a presienten las apariciones sobrenaturale3.
Los idiotas, que solo obran por medio del instinto, reciben, con fre-
cueneia, el don de la segunda vista, por lo cual han anunciado lo que ocu-
rria a grandes distanoias 1.
Los seres que se dedicaban a la vida instinto-contemplativa, y en este
caso se 'hallaban los pastores caldeos, poseian en alto grade las fuerzas
magicas, por medio de las cuales pudieron subyugar y veneer a los egip-
cios, quienes se vieron a su vez sabiamente gobernados por el casto J oseph,
que aprendio en su tierra la magia de Abraham, pudiendo, por esa razon,
explicar a Faraon el significado de sus suenos, lo mismo que los de sus
compafieros de prision.
Otro tanto puede decirse de Moises, quisn, por medio de las fuerzas
magicas, pudo libertar al pueblo hebreo y pasar el Mar Roje, hacer ma-
nar agua en abundancia de las penas del desierto para aplacar la sed del
pueblo hebreo, producir el mand que debia alimentarlos, hablar con Dios
en el monte de Sinai, veneer a los enemigos que hallaba en su transito y
otros muchos prodigios que seria prolijo enumerar.
Siguiendo San Cipriano en su narracion, dice que los excesos y la
mala vida coneluyen por encadenar la mente hasta conseguir su inactivi-
dad, no viviendo entonces el ser nada mas que por el instinto, que solo
C3 secundario. colocandose voluntariamente por debajo de la escala zoo-
logica, cuyo instinto no es para los animales lo que para nosotros la razon.
Estos seres estan muertos antes de morir; mareban y hablan aun
euando no scan otra cosa que cadaveres. Causan frio cuando se acercan a
sus semej antes, y os ponen la carne de gallina cuando os to can. Tienen
los ojos vidriosos, la boca hundida, los labios caidos e hinchados los par-
pados; podran pasearse algun tiempo mas por la tierra, pero sin vida.
sin cal or.
'Semejante categoria de seres forman la transicion entre el hombre y
el fantasma, siendo por el cuerpo sideral por el cual los seres comunican
con los astros, hsebo que requiere particulares detalles.

1 En epoca modema, Xodier nos habla de Frangois !e s b a s b le u s , que vela lo


que ocuin'a a grandes distaneias, y en la antigiiedad son numerosos y notables los
ejemplos que reiieren la historia de semejantes dones. Juana de Arco peseta en el
mas alto grado el don del ilmninismo.
68 D octor M oorne

Capitulo IV

Lo que es el ser humano y eomo se ejerce la voluntad

En esta tierra baja to do es producto de una sustancia eterea. base


comun de mu ohos fenomenos conocidos bajo Ios nombres impropios de
electricidad, calor, luz, fluido galvanico, magnetico, etc. La universalidad
de las transmutaciones de esta sustancia constituye lo que vulgarmente
se llama la materia.
El cerebro es el matraz en donde el animal transporta lo que, segun
la fuerza de ese aparato, cada uno de sus organos puede absorber de csa
sustancia, y del cual matraz rale transformada en voluntad.
La voluntad es un fluido, atributo de todo ser dotado de movimiento.
En el hombre la voluntad se convierie en una fuerza que le es propia
y que excede en intensidad a la de todas las especies.
Mas o menos perfecto, del aparato humano proceden las innumerabies
formas que afectan el pensamiento.
La voluntad se ejerce por los organos llamados vulgarmente los
cinco sentidos, que no son mas que uno solo: la FACULTAD de ver.
Todas las cosas que caen por la forma en el dominio del sentido ilnico,
la voluntad de ver, se reducen a algunos cuerpos elementalss cuyos prin-
cipios pululan en el aire. en la luz, o en los principios del aire y de la luz.
El sonido es una modification del aire; todos los colores son modifica-
ciones de la luz; todo perfume es una combinacion de aire y de luz. Asi,
las cuatro expresiones de la materia con relacion al hcmbre. el sonido, el
color, el olor y la forma, tienen el mismo origen. No esta lejano el dia en
que se reconozca la filiacion de los principios de la luz, en los del aire. El
pensamiento, que tiende a la luz, se manifiesta por la palabra, que tiende
al sonido.
Ya es sabido que en la alta magia el sonido, el color, el perfume y la
forma se pierden o rehnen en la luz astral, de la cual forman parte.
L a Grande y A lta M agia 69

C a fi ’t u l o V

F siew g is y tlieurgia del macrocosmos y del microcosmos

Dice Cipriano, ha'biendolo confirmado despues Synesius, que el


hombre, como Dios, eneierra en si tres personas, a saber: la mente, el
cuerpo sideral y el cuerpo terrestre. jSiempre los tres mundos de la Car
bala!: el mundo divino, el mundo abstractive > y el nmndo instintivo. El
cuerpo terrestre que sirve de materia y que debe necesariamente volver a
la materia, se ve impulsado hacia los goces materiales, por lo cual trata de
seducir y de corromper, por el atractivo de los placeres sensusles, a la
MENTE, llamada a dominar y guiar al cuerpo.
Tiene por auxiliares las pasiones, so'bre todo la voluptuosidad. El
cuerpo sideral es, pues, el intermediary entre el alma y el cuerpo material v
sirve de lazo de union entre el corazon. manantial de la vida del cuerpo,
y del cerebro, asienio de la vida del alma.
La mente, el alma, es la chi spa divina que vive en noaotros; es nuestro
guia, nuestra conciencia, nuestra antorcha durante nuestra permanencia
en la tierra.
'El alma puede ser benevola con el cuerpo; puede permitirle de tiem-
po en tiempo gustar de los placeres de la vida terrestre, pero a condicion
de que no la bagan su esclava. Si el alma es temperante y justa, si ama
todo lo que es bello, noble y elevado, la humanidad, la justicia, la buena
ie, la patria y, ante todo el amor al projimo y la caridad sublime, entonces,
(llegado el dia de la muerte, abandons la envoltura terrestre y vuela segun
la atraccion planetaria y va a revivir a otro universo, en donde se bace de
nuevas vestiduras analogas al progreso de su belleza, dejando, por una
parte, en la tierra, el cadaver material, inerte en apariencia, pero que ya
trabaja, por su propia descompcsicion, a conourrir a nuevas creaciones,
y por la otra, el cadaver sideral, que se eleva como un manto luminoso,
para llevar a la luz astral, en donde todo se impregna, la imagen. el refle-
jo, el fantasma del cuerpo sobre la tierra.
Si, por el contrario, la mente se deja subyugar por las pasiones gro-
seras del cuerpo, si se ha pennitido el engano y la mentira, las voluptuo-
sidades crapulosas, la injusticia, todo lo que es bajo v malo. entonces el
dia de la muerte. el c a d a v e r astral, fortalecido por las condescendencias
70 D octor M oorne

del esplritu, retendra al alma prisioner.a —como durante su vida— entre-


gandola al euerpo sideral, que le arrastrara en los torbellinos de la luz
astral.
Entonees, segun la magia verdadera —y no pueden admitirse estas
ideas sin admirar su poesia llena de grandeza—, el alma, luera de su es-
fera armonica, experimentara crueles torturas y todas sus tensiones ener-
gicas se emplearan en buscar una envoltura de carne nueva, para volver
a la tierra y sufrir las pruebas de una segunda existencia, en donde pueda,
combatiendo sus anteriores instinto3, que -por su perversidad la perdieron,
volar hacia el astro cuya influencia domino particularmente en su vida.
Asi, pues, la mente viene de nuevo a aprisionarse en un euerpo para vol­
ver a comenzar una vida nueva, pero en ealidad de alma de retorno.
La primera vez, alma nueva, todo le sonreia; poseia como el ops de
■los misterios orficos, la riquesa, la nobleza, la beileza. Esta vez retorna a
la tierra, para expiar sus faltas pasadas, para sufrir. Era rico y aboia es
pobre; era bello y ahora es feo; seguira teniendo la aficion a los placeres
sensuales, en los cuales cifraba su dioba en la otra existencia, y que ahora
seran un manantial de tentaciones que no podra satisfacer: apetitos mons-
truosos que le roeran las entrafias y seran el torcedor de su existencia.
El eastigo no puede ser mas espantoso: era dueno y se convirtio en escla-
vo: bumillaba y se ve thumillado: entonees era cruel y ahora tiene que ser
suifrido. A cada paso surgen para el nuevos obstaculos.
Si sufre con valor y resignation, si su alma, retemplada por la des-
dioba, resiste a sus malos instintos, entonees recobra, cuando deie su as-
querosa y repugnante envoltura, su glorioso camino bacia e-1 astro visual,
ihacia eil cual tienden sus aspiraciones y esperanzas.
Pero, si sucumbre de nuevo, entonees enfermara de tisis. de idiotismo,
de impotencia, etcetera, condenado desde su nacimiento a un sufrimiento
fisico diario, incapaz entonees de malas pasiones. tiendose un dia purifi-
cado por el dolor; siendo por eso por 3o que er.tre los arabes y en los
valles de Suiza los cretinos son respetados como seres toeados por la
mano de Dios.
La mente debe revivir todavia; pero entonees penetra en el mnndo
eon las cualidades de las almas nuevas, y de vez en cuando percibira en
su juicio algo asi como un recuerdo vago de sus sufrimientos pasados-.
Tiene, por tart to, como gufa, sus presentimientos y, ademas, un horror se-
creto de las inclinaciones funestas que contribuyeron a su perdida. La na-
turaleza no violenta jamas; deja al hombre incacto su libre albedrio, no
dandole, en cambio, otro apoyo que la razon y la facultad de recibir mas
energicamente las inspiraciones divinas. que seguira de 'buen grado, para
La Grande y A lta M agia 71

llegar a la oompleta regeneracien, facultad que, en teologia, se llama


gratia. Si el alma triunfa enionces, las pruefcas ban terininado. La cbispa
divina parte del cielo y al cielo debe volver.
Es asi como los antiguos magos explicaban la desigualdad del carac-
ter y condiciones de los seres bumanos, que tan injustos nos parecen sobre
la tierra.

Capitui.o VI

La imagination y la atraccion simpatica

Lo que se llama entre nosotros la imagination, no es otra cosa que


la propiedad inberente a nuestra alma de asimilarse las imagenes y los
reflejos eontenidos en la luz astral.
Son una modification de la luz las formas de los objetos que dan en
la luz, a donde el refiejo las envia. Asi la luz astral, o el fluido terrestre,
que se llama el gran agente magico, esta saturado de imagenes © de xefle-
jos de toda clase. que nuestra alma puede evocar, o si se quiere, llamar a
su vista interior.
Nada .perece en la naturaleza, y todo lo que ba vivido continua viviendo
fcajo nuevas formas; asi, pues, como las nuevas formas anteriores no ban
sido destruidas, continuan viviendo y las encontramos en nuestro reeuer-
do. ,;|No vemos en nuestra imagination al niiio que conocimos en su in-
fancia convertido en viejo? Las huelas que considerabamos fcorradas en
nuestros reeuerdos, no lo estan realmente, por cuanto una circunstancia
fortuita las evoca y nos las recuerda. Pero, jcoiro las vemos? Ya queda
aicho; en la luz astral, que las transmite a nuestro cerebro por el meca-
nismo de nuestro aparato nervioso.
Asi -—dicen los magos modernos— toda ciencia perdida volvera a
ballarse un dia u otro, por lo que los elementos que la constituian han
quedado escritos en la luz y en espera de que la atraccion simpatica de
una inteligeneia que les este espeei aimers te consagrada, venga a asimilar-
selos y a producirlos cuando el m omen to oportuno baya llegado.
El olor de la Uuvia. el murmurio del viento, el fragor de la tempes-
tad, la conjuncion de dos planetas, un eclipse, la vista del mar, el son de
una campana, la vista de los trigales que se encorvan fcajo el peso del
72 D octor M oorne

fru to ... bastan, al despertar la sensibilidad nerviosa del hombre, cuya


mision es restablecer, para despertar en el una idea, ya escrita en la luz
desde que otros seres pensaron en el'la. El ser Uamado a desempefiar esa
mision, por medio del estudio, llego a adquirir una sensibilidad exquisita,
su pulso latio con mayor violencia que el de los demas, las circunvolu-
ciones de su cerebro alcanzaron mayor desarrollo y se hizo un genio.
Para 'oir la voz de Dios —decian los antiguos magos— que babla en
la naturaleza, es necesario experimental un momento de fiebre entusiasta
que ennoblezca al ser humano transforman dolo mas alia de las esferas de
la buinanidad y ensenando a sus semejantes una de las bojas del gran libro.
“Las ideas universales —ba dicho el gran Fenelon— son necesarias,
eternas, inmutables. No son ideas nuestras, sino del mismo Dios.”
Cuando velamos, en nuestro estado de vigilia, los objetos reales nos
impiden ver las imagenes astrales que evidentemente nos rodean, o, si se
quiere, nuestra mente domina a nuestro cuerpo sideral y encadena el ejer-
cicio de sus facuitades; pero cuando dormimos, la mente reposa y el cuer­
po sideral se pone en relacion con esas imagenes que vemos, con frecuen-
cia, de un modo vago e incoherente, pero a veces tambien, verdadero y
distinto, especialmente cuando el sueno ha venido despues de una preocu-
pacion seria o de un vivo deseo.

C a tu tu lo VII

Misterios de la fecundacion y de la atraecion

Para los iniciados, el eter, el alma del universo, la luz astral es el


movil de la naturaleza, y esta no es otra cosa que la irradiacion de Dios.
Las fuerzas del espiritu se manifiestan con la ayuda de un soplo ligero
que llena las bovedas del cerebro. Alrededor de los nervios existe, pues,
una atmosfera invisible, reconociendo los magos en el acto de la genera-
cion el soplo o fluido seminal, o sea el aura seminalis, al cual se acordaba
en un principio hasta el poder de engendrar aisladamente. El cambio pues,
de ese fluido seminal, entre dos seres de distinto sexo, es el que produce
la fecundacion del ser bumano; en el bien entendido. que es de la conden-
sacion de ese fluido, que, por virtud de la voluntad se convierte en sus-
tancia, de lo que se forman los espermas del padre y el licor seminal de la
madre. Desde el instante que el esperma del hombre pone el huevo en el
L a Grande y A lta M agia 73

ovario de la madre, el feto embrion sufre las influencias de los planetas


y especialmente la mas vehemente de uno principal, hecho que; se explica
por la infinita variedad de la especie humana. ,-Por virtud de que arcano
se producen semejantes influencias?
La respuesta es lbien sencilla; de que la luz astral esta compuesta de
diferentes flu id os emanados de los siete astros principals de nuestro sis*
tema planetario, del mismo modo que la luz esta compuesta de siete ravos
que tienen nn solo punto de concentracion. Asi, pues, los seres humanos
atraen mas especialmente, sea por su eonformacion 'hereditaria, sea por la
bora de su nacimiento, la influencia del planeta que en esa hora dominaba
en el cielo, recibiendo la signatura de el como los objetos reciben los co­
lores. Esto, no obstante, asi como un acido puede cambiar un color y
remplazarle por otro, sea primitivo, sea mezclado, asi tambien la voluntad,
cuando es muy vehemente, puede modifiear y cambiar completamente el
caracter nativo. La unica diferencia que existe es la de que, mientras el
color se ve absorbido por una nueva combinacidn, en cambio el caracter
esta dominado por anbelos poderosos y por irresistibles impulsos. Sin em­
bargo, a pesar de todo, tanto el color como el caracter, manifestaran siem-
pre tendencias a reaparecer.
Los astros, en sus movimientos sucesivos al extender constantemente
la red de sus fluidos, cada uno de los euales domina a su vez, forman los
juegos de luz que dan al eter un color mas o men os azul y mas o menos
gris o ceniciento, anaranjado, violaceo o bianco, al propio tiempo que
contribuyen a formar las nubes sombrins y las tormentas.
Fecundado el feto, y ya en disposicion de ver la luz del dia, revistese
el ser, a medida que va creciendo, del cuerpo sideral primero, que es cl que
le prepara para recibir el alma, o sea para penetrar en el terreno de lo ter-
nario. Si las influencias del planeta, tratandose de un alma primitiva, son
buenas, ese ser podra sortearl-as del fluido que le engendro; pero si es un
alma de retarno, no tendra mas remedio que sufrir las leyes ineludibles
que se requieren para la purificacion, las euales leyes van indicadas en
otro capitulo. Por lo que lespecta a la belleza corporal del cuerpo terrestre,
esta habra de estar necesariamente en relacion con el adelanto que baya
obtenido en existencias anteriores el cuerpo sideral y la cbispa divina que
acerca a los seres al autor de la creacion, o sea el alma eterea.
No obstante, las influencias planetarias pueden raodifiearse, no solo
por medio de la voluntad, si no con el auxilio de talismanes. A este fin,
puede consultarse en esta rcisma obra La clavicula del Rey Salomon (pag. 5
y siguiente), que trata extensamente de esta materia, y que, como se ba
dicho, constituye una de las principales partes de este tratado.
74 D octor M oorne

CapItulo VIII

EL HOMBSE EN RELACI6N CON LOS ASTROS

Composicion de la luz astral o fluido electrico

Me preguntais, amados neofitos, por que la natnraleza concede a ima


persona el ingenio, a otra la memoria, a esta la fuerza de voluntad, a aque-
11a el talento, a estotra la sagacidad, a esotra la constancia. Excusadoos
babriais la pregunta si meditado hubierais que. como todos los astros tie-
nen analogia directa con las cosas terrestres, dicbo se esta que eada ser
faumano nace bajo la influencia de un planeta determinado, procediendo de
este becho la desigualdad que creels advertir en la obra de la Daturaleza.
Los antiguos cabalistas dividian a los liombres, por esta razon, en siete
categorias bien determinadas, cada una de las cuales sufria la influencia,
mas o men os veberoente, de un astro principal, pudiendo xecibir tambien
de otros astros influeneias secundaria®.
Asf son siete los colores principales. por medio de cuyas mezclas v
combinaciones se obtiene una completa diversidad de tonos, aunque eon-
servando siempre la armonia generadora, asi tam'bien son siete las signa-
turas que los msgos admiten en el hombre, y del mismo modo que un ob-
jeto, revistiendo principalmsnte un color principal, no refleja los otros de
una manera a'bsoluta, puesto que tal o eual circunstancia puede hacerlos
reaparecer, de la propia manera, en los bombres (seres bumanos) preport-
dera tal o cual temperamento, tal o cual rasgo, sea por su conformacion
hereditaria, sea por la bora de su nacimiento, debido a la influencia del
planeta que dominaba en el cielo en la hora de su ya citado nacimiento.
El estudio constante de la magia roja ba conducido a los cabalistas y
magos a analizar la luz astral — de que ya se ba bablado— y a definrrla
como la aspiracion del alma universal, y como el movimiento o la luz ince-
sante, ora baciendo constar su presencia por un choque, ora prosiguiendo
latente una mareba que no se detiene nunca. E-sto heebo, ciimplenos abora
avanzar un poquito mas, diciendo que el gran fluido electrico, la luz astral,
esta compuesta de diferentes fluidos emanados de los sietes astros prin-
La G rande y A lta M agia 75

cipales de que se compone nuestro sistema planetario, del mismo modo que
la luz esta compuesta de siete rayos que tienen un solo punto de concen­
tration.

Procedeneia de la luz y del sonido

Los astros, en sus movimientos sucesivos y al trenzar y tejei entre


si la red de los fluido? en que cada uno domina a su vez, ;pio forman, pet
ventura, los juegos de luz con que colorean el firmamento, las sombrias
nubes, las calmas y las tempestades? ^No resulta de ese movimiento per-
petuo una armonia musical, cuyos divinos acordes no llegan a nuestros sen-
tidos obtusos, pero que los seres perfectos, los llamados santos, pereiben
en sus extasis y que no la escuchan por otra causa que por la subiimidad
de sus pensamientos? Pitagoras asi lo creia, por lo cual, los pintores han
colocado arpas en las manos de los angeles, asi como los paganos colocaban
en las del dios Pan, el Universo, una flauta de siete tubos.
La luz del sol no es exclusivamente necesaria para la creacion, como
generalmente se piensa. No todas las flores se abren bajo la influenesa de los
efluvios solares, ni todas las plantas crecen a expensas de estos. El arbol
triste de las Molucas no florece mas que por la noche.
Cada bierba crece en la forma que le conviene. El 'hombre se distin­
gue tam'bien por una forma especial adaptada a su individualidad. Y asi
como por la forma de la bierba se reconoce su especie, se xeconoce tam-
bien el caraoter del hombre por su configuracion. El estudio de las signa-
turas divinas enseiia a dar a cada cosa su verdadero nom'bre, a no llamar
al lobo cordero, ni zorro a la paloma, por cuanto el verdadero nombre esta
escrito en la forma misma. La naturaleza ha establecido caracteres espe-
dales que forman la signatura de cada miembro, y con la ayuda de esas
signaturas revela los secretos mas intimos de toda organizacion humana,
y del hombre sobre todo. Nada de lo que existe carece de un signo parti­
cular; lo unioo que falta al hombre es ver ese signo.
76 D octor Moorne

C a pi ' t u l o IX

Influencia de la s c o n s l e l a c i 'D i t e s y p la n e ta s

La astronomancia tuvo origen entre los caldeos, extendiendose luego


por todo el Egipto, primero, y mas tarde por todo el Oriente.
Tanto los planetas como las constelaciones o casas en que estos se
detienen en su maroha a traves del espacio, tienen analogia con las cosas
terrestres y nos dan indicio, sabiendo encontrar sus constelaciones, de las
cosas mas ocultas; pronostican al hombre sus maldades y miserias, in-
fluyen en el curso de su vida, le enferman o le curan: en on a palabra,
ejercen una influencia poderosa en todas las acciones de su vida.
Los siete planetas, son: Sol, Luna, Venus, Marte, Jupiter, Mercurio
y Saturno. El Sol, preside la caheza; la Luna, el brazo dereeho; Venus,
el izquierdo; Jupiter, el estomago; Marte, las partes sexuales; Mercurio,
el pie dereeho, y Saturno, el izquierdo.
Las constelaciones gobiernan: Aries, la cabeza; Taurus, el cuello; Ge-
minis, los brazes y las espaldas; Cancer, el pecho y el corazon; Leo, el es­
tomago ; V irgo, el vientre; Libra, los rinones y nalgas; Escorpion, las
partes sexuales; Sagitario, los muslos; Capricornio, las rodillas; Acuario,
las piernas, y Piscis los pies. (Vease el igrabado de la pagina siguiente
que tambien fue publicado en una obra de Medicina, de 1495, y cuyo di-
bujo es una demostracion grafica de lo que antecede.)
Presiden, asimismo, los siete agujeros de la cabeza, en la forma si­
guiente: Saturno y Jupiter, las dos orejas; Marte y Venus, las dos fosas
nasales; el Sol y la Luna, los dos ojos, y Mercuric, la boca.
Cada uno de los signos del Zodiaco ocupa un lugar que se llama casa
del celeste Sol, cuyas doce casas cortan tambien el Zodiaco en doce partes
cada una de las cuales ocupa 3C° fgTados). De aqui los doce meses del
ano y los 23. 29, 30 6 31 dias de cada mes, tiempo que permanece el Sol en
cada una de esas doce casas.
Aries es la primera casa, la eual recibe tambien el noiabre de angulo
oriental. Es la casa de la vida, y los que nacen cuando esta constelacion
domina pueden vivir muclio tiempo.
El Taurus, que se llama la puerta interior, es la casa de las riquezas
y dc los tesoros, en donde reinan los medios de fortuna.
L a G rande y A lta M agia 77

La tercera es la de Gem-inis, llamada tambien habitation de los her-


manos, y es la casa de las herencias y de las posiciones elevadas.
La euarta es la de Cancer, llamada fondo del cielo, Angulo de la tierra,
morada de los par.ientes, y es la casa de los tesoros y Lienes patrimoniales.

La quinta es la de Leo, o morada de las nines, y es la casa de los le-


gados y donaciones.
La sexta es la de Virgo, llamada amor de Marte, y es la casa de los
pesares, desgracias y enfermedades.
78 D octor M oorne

La septima. la de Libra, llamada dngulo occidental, es casa de matri­


llion ios y bodas.
La octava es la de Escorpion, llamada puerta superior; es la casa de
los sustos, de los temores y de la muerte.
La novena, la de Sagilario, llamada amor del Sol, es la casa de la pie-
dad, de la religion, de los viajes y de la filosofia.
La decima, la de Capricornio, recibe tambien el norn'bre de centro del
cielo, y es la casa de los cargos elevados, empleos, dignidades, etc,
La undecima, la de Acuario, llamada amor de Jupiter, es la casa de los
amigos y de los bienes de fortuna.
Por fin, la duodecima, la de Piscis, llamada amor de Saturno, es la
peor y mas funesta de todas; es casa de envenenamientos, miserias, envi-
dias, malos caracteres y de muerte violenta.
Las casas predilectas de Marte, son la3 de Aries y de Escorpion, las
de Venus, las de Taurus y Libra.; las de Mercurio, Geminis y Virgo; las
de Jupiter, Sagiiario y Piscis; la del Sol, el Leo, y la de la Luna, el Cancer.
Es, no ya conveniente, si no necesario, examinar con cuidado los en-
cuentros de los planetas con las constelaciones. Si, por ejemplo, Marte se
encuentra con Aries a la hora del nacimiento, infunde, al ser naciao bajo
esa influencia. valor, orgullo y larga vida. Si con Taurus, riquezas y valor;
en una palabra, Marls aumenta la influencia de las constelaciones con las
que se encuentra, anadiendo a ellas valor y fuerza.
Saturno, que trae eonsigo los pesares, miserias y enferrnedades, aumen­
ta Isis malas influencias y destruye las buenas. Venus, por el contrario,
aumenta las buenas influencias y debilita las malas, dando, como ya queda
uicho, amores y placeres.
Mercurio aumenta o debilita las influencias, segun sus coniimciop.es;
por ejemplo, si se encuentra con Piscis, que es rnalo, y si lo hace con Ca­
pricornio, que es propicio, la influencia sera mejor.
La Luna anade melancolia a las constelaciones felices, tristeza o de­
mentia a las desgracias; Jupiter, que da riquezas y al propio tiempo ho-
nores, aumenta las buenas influencias y disminuye las malas; el Sol, eu su
ascenso, concede favores y tiene sobre las influencias casi tan to efecto
como Jupiter; pero descenaiendo presagia desgracias.
A lo dicho dene agregarse que Geminis, Libra y Virgo conceden la
belleza por excelencia, Escorpion y Piscis, cierta bermosura que no llega
a la belleza, en tar,to que las demas constelaciones solo pueden causar la
fealdad, mas o menos atenuada por la influencia directa del planeta.
L i Grande y A lta M agl\ 79

Virgo, Libra, Acuario y Geminis, dan una hermosa voz, y Cancer,'


Escorpion y Piscis, un timbre muy ingrato; las demas constelaeiones no
ejercen influencia alguna sobre la glotis.
Si los planetas y constelaeiones se encuentran en su oriente a la bora
del boroscopo, se sentira su influencia en el comienzo de la vida o de lo que
se quiere emprender; probarase en el medio, si estan en lo alto del cielo,
y al fin de la vida o del asunto que se consulta, si caen ya en el occidente.
Entre las constelaeiones Aries, Leo y Sagitario, son calidos, secos y
ligeros; Taurus„ Virgo y Capricornio, pesados, frios y secos; Geminis,,
Libra y Acuario, o ligeros, calidos y humedos, o muelles y frios.
Cada hora de cada dia de la semana esta bajo el influjo de un planeta.
Algunas veces bay dobles influencias, que pueden combinarse o destruirse.
Las horas se cuentan desde el mediodia basta el mediodia del siguiente.
Debe tenerse en cuenta que un planeta esta en conjuncion con otro
cuando pasa por delante de el; asi, cuando bay eclipse de Sol, exisie con­
juncion entre la Luna y el Sol, y cuando Venus pasa por frente al disco
del Sol, bay conjuncion entre ambos planetas, y asi suoesivamente.
La conjuncion y oposicion de los astros recibe el nombre de signo.
Los astros estan en conjuncion, oposicion o euadratura, con respecto al
Sol; pero tambien un planeta esta en conjuncion, oposicion o euadratura
respecto a otro planeta, segun difieran sus longitudes. Cuando un astro se
halla en euadratura, su longitud del Sol diferira tres o cuatro signos.

Preveneiones

La condensacion de la atmosfera que forma esos velos densos y opacos


que reciben el nombre de nubes, ejercen tambien grande influjo en todas
nuestras investigaciones y anhelos. Asi, al tratar de componer filtros o
•consagrar talismanes, la operacion no puede hacerse en tanto que esos ve­
los cubran el firmamento, o por lo menos, aminoren el brillo del astro a
quien se consagre la operacion o cuyo influjo se desee, pues ni la una ni
el otro tendrian efecto.
80 D octor M oorse

Capitulo X

Modo de hacer el horoscope*

Se denominan signos la conjuncion y oposicion de los astros. Estan


estos en conjuncion, oposicion o cuadratura, con respec.to al Sol; pero tam-
bien un planeta esta en oposicion, conjuncion o cuadratura respecto a
otro planeta, segun que sus longitudes difieran.
Cuando un astro se halla en cuadratura, su longitud del Sol diferira
tres 'O cuatro signos.
El movimiento aparente de los planetas y satelites. observado desde
la Tierra, es el resultado de una gran combinacion de sus movimientos
particulates. ,Por esta razon, a veces, un planeta esta estacionario. slice-
diendo esto porque no aumenta ni disminuye de longitud. Cuando se mue-
ve en direccion de su movimiento efectivo, esta retrogrado, si es que mar-
eba hacia atras, disminuyendo en longitud. Cuando se mueve en direccion
de su movimiento efectivo, aumentando su longitud, esta directo.
Las observaciones faechas desde el Sol se denominan heliocueticas, y
desde el centro de la Tierra gcocenlricas. Las primeras sirven para cal-
cular los lugares de los planetas, satelites, constelaciones, etc., y las
observaciones de aca en la Tierra, para la cura de enfermedades, descu-
brimientos de minas y recoleccion de plantas.
Para presentar los movimientos de todos los planetas y satelites, se­
gun su verdadera direccion, conviene tener muy en cuenta las observacio-
nes siguientes:
Si se imagina un observador colocado con su cabeza en direccion al
polo Norte y sus pies al polo Sur de la equinoccial, el movimiento giratorio
de la Tierra y el de traslacion de la Luna sera de derecha a izquierda. En
este mismo senlido se mueven la Tierra y los planetas alrededor del Sol,
respecto a un observador puesto en dicho astro.
Si un observador se imagina colocado en los mismos terminos en cual-
quier planeta, en la misma forma sera el movimiento de sus satelites. Pero
si la posicion del observador es inversa, esto es, si su cabeza es la que
corresponde al polo Sur y sus pies al polo Norte, los movimientos expre-
sados se haran 'hacia su derecha.
L a Grande y A lta M agia 81

Esos velos opacos y densos a los euales llamamos nubes, que, a veces,
cubren a todos los astros, ejercen tambien grande influjo en todas nues-
tras investigaciones. Por esta causa, no se ban de coroponer filtros ni fa-
bricar talismares, mientras esos Teles cubran el influjo de los astros, pues
todo cuanto se hiciera no produciria efecto alguno.
“Para mis observaciones precisas — dice Abraliam Zacutti, principe
de los astrologos y aliter de las mejores tablas astronomicas que se ban
publicado, incluso las del propio D. Alfonso el Sabio—• detengo con mi
influjo las tempestades, y tanto es mi poder magico, que vuelvo la natu-
raleza a su estado primitivo. Identifieaos conmigo, no desmayeis, y 3a na-
turaleza entera os obedecera.”
Esto sentado, ved abora el modo y manera que Labels de poner en
pracifca para poder encontrar un horoscopo o el objeto que se neeesita.
A fin de que el horoscopo no resulte erroneo. es necesario comenzar
las operacion.es ;precisaments en el minuto en que nacio el ser, nino o niiia,
o en el critico momento en que vayais a eomenzar un negocio cuyss con-
secuencias se quieran prever de antemano. Supongamos, pues, que se quiere
buscar o saber el influjo celeste de un nino que acaba de nacer.
Supongamos que el nino es del sexo masculino y que nacio el mier-
coles 5 de marzo de 1902, a las sets de la manana. Tomo el astrolabio y
eiicuentro que ha nacido en el signo de Piscis, num. 12, de la casa del Sol.
jN'acio, pues, el miercoles, dia del planeta Mercuno, que tiene el numero
10, por lo cual escribo en la casilla donde ha nacido, esto es, la 12; luego
hago lo propio con la de los demas planetas, dejando vacias la 1, 3, 5 y 9.
Ha nacido a las seis de la manana, bora en que predomina Jupiter en
el firmamento. Paso enforces a Jupiter, al num. 12. v tiro una raya debajo
nara indicar que es la bora en que r.acio el nino. Realizado esto, deben
buscarse en que conjunciones se encuentra el Sol el miercoles 5 de marzo,
para lo cual tomo un mapa planisferio. o de las esferas, que sea muy exac-
to. y me procuro una regia. Busco la casilla de Piscis en su hemisferio
boreal; le encuentro gobernando el marzo y abril. Busco en el circulo an­
terior el 5 de marzo. y cuando lo he hallado, tiro una linea desde el 5 de
marzo al Polo Artico. Las constelaciones y las estrellas que estan debajo
de esa linea ser an precisamente las que en ese dia se encontraron en con-
juncion con el Sol. Tomo nota y los traslado a las casillas que he dejado
vacias en mi astrolabio, y quedara heoho el horoscopo del modo siguiente:
El niiio esta en el signo de Piscis, casa de miserias, envidias, rencores
y mal humor, y como ese signo domina sobre los cabellos y la cabeza,
82 D octor M oorne

por tanto, se puede presagiar: que sufrira una caida de cab alio que podra
■ser mortal, que esta expuesto a ir a la oarcel y que su vida sera general-
mente triste y miserable.
;Pero como el nino ha nacido el 5 del mes, el Acuario tendra alguna
influencia, y asi se puede predecir que tendra algun amigo que le favo-
recera y le consolara en sus tristezas y aflicciones. Sin embargo, su pla-
neta es Mercurio, pues es sabido que naeio el miereoles. Como este planeta
preside en la boca, en las cmanos, en las piernas y en la imaginacion, el
horoscopo se ve un tanto modificado, sin que esto impida las anteriores
conclusiones, a las euales deben agregarse ahora las siguientes por virtud
de la influeneia de Mercurio: el nino sera hablador y se expresara muy
bien; sera gran andarin y tendra una memoria prodigiosa. Luego sus ea-
bellos seran castanos, una mezcla de rubio y negro. Sus hoxas fatales seran
■la una y las oaho, horas de la manana, y las tres y las diez de la noche,
Amara el comercio y los viajes, y particularmente el miereoles lo aedieara
por completo a tareas comerciales.
Ahora bien: prosiguiendo el horoscopo, como el nino ha nacido a
las cinco de la manana, bora en que preside Jupiter, que domina los des-
tinos, las dignidades, los empleos, modifica nuevamente el 'horoscopo, y
el nino no caera del caballo, sino padecera de indigestiones, que le lleva-
ran al sepulcro en edad prematura. Un gran personaje se interesara por
su suerte.
Dsl propio modo se procedera con respecto a indagar el medio de
hallar tesoros ocultos, berencias que puedan sobrevenir y minas. A este fin
acudira a busbar al planeta Jupiter, que es el que indica bienes de fortuna.
Como el dia en que reina es el jueves y sus casas predilectas son Sagitario
y Pisci*. la operacion se ejecutara durante el transito del plar.eta. que me
ocupa. al siguiente, que es Venus, muy bienbechora. que gobkrna e:i vier-
nes, y cuyas casas predilectas son Tauro y Libra, y se hara la comnir.acion,
pero tenier.ao presente que el cielo ha de estar despejado, one nlngur.a
nubecilla lo empafie, habiendo dirigido sobre el pnnto en que se buscan
los tesoros el astrolabiu. para poder former los debidos sinnos. para ver
si el astro esta en cuadratura. lo cual se ejecutara a las once boras de la
nodhe, que es el transito de un astro a otro, advirtiendo que se ha de
tomar bien la bora, pues la operacion, si estuviera equivocada, no saldria
bien.
Este es todo el libro celeste que me ha servido en todas mis operacio-
nes y que he consultado infinidad de veces, y que son para mi la regia
L a. Grande y A lta M agia 83

general de las demas predicciones, habiendo seguido siempre las precisas


instruceiones de los famosos astrologos Leon el Hebreo, Hermes, Berlas,
Plinio, Diogenes, y tantos otros que he estudiado con detencion y euyos
experiments, hechos segun sus indicaciones, jamas me han fallado.

C a p i ' t u x .o XI

Misterios de la virginidad y la sangre virginal

La tradicion magica de todas las edades acuerda a la virginidad un


encanto sobrenatural y divine. Las inspiraciones profeticas buscan a las
vfrgenes, y es en odio de la inocencia y de la virginidad, como la Goecia<1
sacrifiea a las ninas en quien.es reconoce una virtud sagrada y expiatoria.
El fuego de las vestales no era otra eosa que el simbolo de la fe y del amor
caste, siendo tambien el agente universal que Numa sabia producir, diri-
giendolo en forma electriea y fulminante.
En efecto, para encender el fuego de las vestales. si por una negligen-
cia punible lo babian dejado apagar, hacia falta o la luz del Sol o el fuego
del rayo. La sangre que la mujer consagra al hombre al entregarle su vir­
ginidad, es de lo mas augusto que ha existido, no ya entre los magos, sino
tambien entre los antiguos romanos. Cesar de amar a aquel a quien se ha
entregado la flor virginal, es la mayor desdicha que puede afligir e! cora-
zon de una mujer, y declarar esa entrega en voz alta es algo asi como re-
negar de la inocencia pasada y renunciar a la honradez del eorazon y a
la integridad del honor, lo cual consiituye la ultima v mas irreparable de
todas lss vergiienzas. Entre los magos, cnando el xnatrimoirio ha dejado
de ser sagrado, la decadeneia o la perversion y el castigo no se hacen
e-merar.
Nadie, sin embargo, es perfect en esta tierra baja, por lo cual quiero
daros a conccer algunos de los misterios que encierra en si la sangre vir­
ginal. En primer termino, la mujer que se estime en algo y piense en el
porvenir, habra de guardar la camisa con que acudio al lecbo nupcial para
hacer al hombre querido el sacrificio de su virginidad. Esa camisa, im-
pregnada en sangre, tendra la virtud de atraerle el dia que se descarnare,
el dia en que comenzare a ser adultero e impuro. Colocada la camisa de-

i Falsa Magia.
84 D octor M oorne

bajo de la alnioliada del presunto aduliero, tendra la virtud de atraerle


al buen camino y de hacerle olvidar el carino que pudieran brindarle o
que le habian brindado otras mujeres.
Por lo que respecta a la sangre no virginal, una sola gota de la que
derrama la mujer en el perlodo menstrual, mezclada con cualesquiera ali-
roento o bebida, es suficiente para que La mujer que la vertio conquiste el
amor del hombre a quien ama, o retenga al que por cualquier circunstancia
quisiera alejarse de ella.

Ca p it u l o XII

LAS LAEVAS FLUtmCAS Y LOS ESP1RITUS SLEMENTALSS

Espiritus imperfectcs o terrestres

Las larvas fluidicas no son otra cosa que los espiritus elementales
que rodean a todo ser hurnano y tienen un cuerpo acreo formado por los
vapores de la sangre. Es por eso por lo que buscan la sangre que se de­
rrama, cuando no se nutren del humo que se desprende de los sacrificios.
^Como se formaron estas larvas?
La tradicion magica sostiene que son los bijos de la soledad de Adan,
nacidos de sus suenos cuando aspiraba a la mujer que aun no le habfa
concedido el Senor 1.
Cuando estan bastante condensadas para ser vistas, no son otra cosa
que un vapor coloreado por el reflejo de una imagen. No tienen vida pro-
pia, pero imitan la vida de quien los forma o evoca. como la sombra imita
al cuerpo.
Se producen espeeialmente alrededor de las personas idiotas o que se
entregan a actos solitaries o inmorales. De afjm el que todos los magos
bayan condenado a los seres que se entregan a los placeres solitarios.
Tarobien se forman estas iarvas a consecuencia de los cuatro humo-
res, a saber: la sangre, que corresponde al aire; la colera, que procede del
fuego; la iiema, procedente del agua, y la melancolfa, originaria de la

1 Paracelso afirma y sostiene que la sangre perdida, sea regularmente, sea


■an saefios por seres celibes de cualquier sexo, paebla el aire de fantasmas. (IV. d e l I t)
La Grande y A lta M agia 85

tierra. Estos humores concuerdan con las cuatro eslaciones del ano, co-
rrespondiendo a la primavera la sangre; la colera, ,al verano; la melanco-
lia, al otono, y la flema, al iuvi-srno.
La cohesion de las partes de su cuerpo fantastico es muy debil, por
lo cual temen al aire fuerte, al fuego y a la punta de cualquier arma pun-
zante y al filo de las cortantes.
Se convierten en una especie de apendices vaporosos del cuerpo real
de sus padres, puesto que r.o viven efectivamente sino la vida de aquellos
que Ios han creado o que se los apropian al evocarlos.
Esas larvas atraen hacia si el calor vital de las personas sanas y ago-
tan rapidamente las fuerzas de las que son debiles, bien por temperamento,
bien por una caducidad prematura.
De aqui las historias o leyendas de varopiros: historias desdiehada-
mente reales y periodieamente comprobadas.
Por esto es por lo que al acercarse los mediums, es deeir, las perso­
nas o’bsesionadas por las larvas, se siente un enfriamiento general en la
atmosfera.
Esas larvas no deben su esistencia mas que a las mentiras de imagi-
naciones exaltadas y al desarreglo morboso de los seres que se entregan
a los placeres sensuales, particularmenle a la masturbation, a la pederas-
tia, o, si son mujeres, al amor safico, no produciendose jamas en pre-
sencia de una persona que sabe y puede rasgar el velo que cubre su origen,
y revelar el misterio de su procedencia.
Por lo que respecta a los espiritus imperfectos, llamados tambien te-
rrenales o extracorporales, ya es otra cosa. Tratase de veraaderas almas
que, no habiendose podido desprender del pesado fardo de sus errores,
esperan una nueva reencarnacion; pero mientras Uega ese dia, los que con-
siguen influir en los que pululan por el mundo, hacen que esta humanidad,
tan egoista como ignorante, marche siempre a ciegas por los senderos de
la vida. Solamente los superespiritus, que es a quienes la religion caiolica
llama santos, son los que logran evadir esas leyes naturales y hasta, si se
quiere, fisicas; leyes que produjeron, entre los sabios de las edades anti-
guas y entre los filosofos griegos, la negation del libre albedrio.
El bomb re siente dentro de si una fuerza que le impulsa. que le em-
puja, que le arrastra, y esa fuerza, o, si se quiere. llamemosla la aspira­
tion de conseguir lo que no se posee, le empuja —repitamos la frase—
de manera tan fatal, que va liasta el heroismo o la gloria, o hasta la ruina
V la vergiienza. Observemos si no: cuando el hombre se dirige en pos de
la riqueza, cuanto mas rico. mayor es su afan ror poseer. Al ambicionar
la gloria, todas las del mundo conocido le son insuficientes. Al pretender
86 D octor M oorne

el amor, quiere disfrutarlo en absoluto. sin que una mirada indiscreta o


codiciosa, o un deseo lascivo le robe una parte minima.
,/Por que 'oeurre todo esto? El bomb re sufre, en primer termino, las
influencias planetarias; en segundo, las de su propia complexion, y en
tereero, las influencias de esos espiritus a que nos hemos referido, los cua-
les empujan a la materia de los seres vivos, a fin de obrar como si ellos
estuvieran tambien vivos, siendo ellos los que, con arreglo a las leyes es-
peciales por que se rigen, sienten aspiraciones que jamas ven satisfechas,
y empujan a la fragil materia, a fin de que se incline en la direccion que
ellos le trazan. Asi, como ya queda dicbo en el curso de esta obra, la idea
■de ayer es el hecho de boy, y la invencion del dia no es otra cosa que el
desarrollo de una idea ya madurada, y que, por las innumerabies leyes
de la naturaleza, quedo inscrita en la luz astral.
He aqui la causa de que el bombre tenga anbelos, deseos y aspiracio­
nes, que basta podrian calificarse de insaeiables. Y esto sucede porque
los espiritus que se sienten aprisionados en la materia, tratan de despren-
derse de ella, para volar a otros planetas, de cuyo 'hecho puede afirmarse
que todas las desdichas que padece la humanidad (guerras, crimenes, sui-
eidios, enfermedades, etc.), mo reconocen otro objeto que el deseo de los
espiritus, los cuales pretenden liber tame del fardo que les abruma, o sea
del euerpo bumano, por lo cual hacen que el bombre proceda en el sen-
■tido que a ellos les conviene.

C a p it u l o XIII

El po r que volaba Sim on el m ago y como pueden


volar las personas

El poder magico se extiende muy lejos: solamente el fluido magne-


tico puede fulminar como el rayo, a una persona. Pero no se trata de eso:
como Simon el mago volaba y magnetizaba y bacia maravillas, juzgadas
como sobrenaturales, he r^olado y lie magnetizado yo, y puede hacerlo
cualquier Karciste 1, y esto sin apelar a oraciones ni a comjuros. Ese poder
ilo otorga la luz astral, la cual produce la electricidad y puede producir
basta el rayo.

1 Persona iniciada en las practicas de la alta magia. { N . d e l T .)


La Grande y A lta M agia 37

,;Que hace falta para adquirir esa fuerza? Zoroastro lo dice: “Es
necesario conocer las ley-es misteriosas del equili-brio, que unen al imperfo
del bien con el poder del mal; es necesario haber purificado el cuerpo por
las santas pruebas; haber luchado contra los fantasmas de la alucinacion;
haber domado los monstruos fantasticos que se nos presentan en suefios;
es necesario, en una ipalabra, para servirnos de la expresion energica del
oraculo, haber oido hasblar a la luz”.
Salomon lo ha dicho tam'bien: “La voluntad del ser humano es pode-
rosa, casi omnipotente, cuando se aima de las energias vivas que la na-
turaleza pone a su disposicion”.
Las crisis o extasis1 producen sobre el cuerpo humano efectos extra-
ordlnarios.
Existe un agente mixto, un agente natural, corporal y espiritual; un
receptaeulo -comun de las vibraciones del movimiento y de las imagenes
de la forma; un fluido y una iuerza que podria llamarse la imaginaeion
de la naturaleza. Por esa fuerza todos los aparatos nerviosos comunican
secretamente el conjunto y ese agente universal de las obras de la natuxa-
leza es el Od de los hebreos 2,
La existencia y uso posible de esa fuerza son todavia el gran argano
de la magia practica. Es la varita de los taumaturgos y la clavicula de
la magia negr-a.
Es la serpiente edenica que transmitio a Eva las seducciones del angel
caido.
Es, finalmente, una fuerza ciega en si misma, pero que esta dirigida
por los egregores, es decir, por los jefes de las almas. Estos son los es-
piritus de fuerza y de accion. Simon lo fue mientras se conservo puro.
En resumen: la luz astral, imantada, clarifieada, magnetizada, es una
■fuerza que atrae, reohaza, vivifica, destruye, coagula, separa, rompe, reune
■y eleva bajo el impulso de las voluntades fuertes y poderosas.
Los maigos de los Faraones hacian en un principio los mismos pro­
digies que Aloises, lo que prueba que los instrumentos eran los mismos.
Mas tarde la voluntad poderosa del gran caudillo hebreo eclipso a diehos
rnagos.

1 El extasis puede exaltar las fuerzas del cuerpo astral, hasta el punto de
hacer arrastrar en su empuje al cuerpo material, lo que prueba que el destino del
alma es subir, (A. d e ! T .)
- Y la luz astral de los martinistas. (~S. d e l T .)
88 D octor M oorne

Capitulo XIV

C 6 M 0 Y P O E Q U E S E P I E S D E E L P O D E B M A G IC O

L gs s e c r e te s d e S im o n “ e l M a g o ” r e v e la d o s p e r S a n C ip ria n o

Dice el monje aleman Jonas Sufurino que San Cipriano dedica varios
•capitulos de una de sus obras a examinar la vida y h echos de Simon el
Mago (contemporaneo, como es sabido de Nuestro Sen or Jesucristo) bajo
dos aspectos diferentes, a saber: como taumaturgo y como verdadero mago.
“Simon —escribe el Santo— era iudio de origen, habiendo nacido
en Gitton, pequeno pueblo de Samaria. Bssde muy joven aprendio las
ciencias nuigicas de un taumaturgo, mas que mago, llamado Dcssithec,
quien se decia enviado per Dios y por el Mesias anunciaclo por los pro-
fetas. De el aprendio Simon, no solamente el arte de la msgia, sino tam-
bien ciertos a.rcanos naturales, que pertenecen realmente a la tradicion
secreta de la alta magia. De la relacion de heebos que sus contemporaneos
le atribuyen, resulta que Simon poseia la ciencia del fuego astral y atraia
a su alrededor grandes corrientes de fuego, lo cual le hacia aparecer con
dos de las principales cualidades que poseen los cuerpos gloriosos, esto
es, con la impasibilidad y la incomhustibilidad. |Po'seia asimismo el poder
de elevarse y sostenerse en el aire; magnetizaba a distancia a los que creian
en til y se les aparecia bajo diversas formas. Froducia imagenes y reflejos
visibles, hasta el punto de bacer aparecer en pleno campo esteril o yermo,
arbolcs fantasticos y vegetaciones exuberantes.
”Las cosas naturalmente inanimadas se movian a su alrededor, v con
frecuencia, cuando queria entrar o salir en una casa, las puertas crujian
y se agitaban ante el, concluyendo por abrirse.
”Hasta aqui —escribe textualmente San Cipriano-— solo se ve al mago
que, mediante la cabala y la clavicula, realiza todas las maiavillas que el
ser humano puede realizar por medio de la alta magia. Ademas —con-
tinua el santo— Simon estaba dotado de una naturaleza tan sumamente
impresionable, que, sin necesidad de acudir a la magia. *por medio de ex-
tasis, excitaciones y aumento del fuego astral que sirve de atmosfera a
itodo ser humano, prcvocaba en si los mas extraordinarios fenomenos.
Solamente asi puede explicarse que tan pronto se le viera palido, marcliito
La Grande y A lta Magia £9

y decaido, a semejanza de un viejo decrepito y proximo a abandons? la


existencia, como se le admiraba en posesion de luminosos fluidos que ha-
cian brillar sns ojos, otorgandole entonces otra de las cualidades de los
enerpos gloriosos, la de la transparencia, y que dulcificaban, al propio
tiernpo, los rasgos de su fisonomia, la cual aparecia, en esas ocasiones,
rejuvenecida y reanimada.”
Pero sucedio que, encantado Simon por los milagros que realizaban
los discipulos de Jesiis y no contento con el poder magico que poseia, se
corrompe y entrega al vicio con una esclava llamada Helena, y el mago
se convierte en taumaturgo, pretendiendo nada menos que oscurccer las
doc'rinas del Cristianismo con otras nuevas, producto de su enfermiza
imaginacion. De tal manera le exalto la pasion qne concibio por la esclava
Helena, que irwento una nueva Mitologia ccn reininiscencias magioas.
Sesun esa Mitologia, la primers manife«Lacicn de Dios fue un crplendor
perfecto que produjo inmediatamente su reflejo. El. Simon, el Mago, era
el sol de las almas, y su esclava Helena — a quien llamaba Selena, nombre
que en griego signifies la luna—• su reflejo. La luna de Simon descendio
a la tierra en el comienzo de los siglos v se hizo madre. porque el pen-
samiento del sol la fecundo, y dio a la Iuz a los angeles fa quienes cuido
y educo para si sin liablarles de su padre) ; pero los angeles se sublevaron
y la encadenaron en su cuerpo mortal. Entcnces el esplendor de Dios fue
forasdo a descender de los cielos, y el que lo era, vino a la tierra para
veneer a la muerte, rescatar a su Selena y llevarsela al cielo, por los aires,
ssguido de un carro triunfal, en el qne irian sus adeptos y elecridos. E!
resto de los hombres seria 'sbandonado sobre la tierra a la tirania de los
angeles rebeldes.
A partir de esta feeba. el credito que como mago adquiriera Simon
se fue debilitando, y aunque tras’adado a Roma el ano 41 de nuestra Era,
realizo algunos prodigies ante la corte de Neron, en una dispute publica
que tuvo con San Pedro, al intentar practicar sus conocidas experiences
del vuelo. cayo y se rompio una pierna, por lo cual, avergonzado se sui­
cide arrojandose por una ventana de la casa en que rr.oraba.
<;Por que perdio Simon el Mago su poder magico? porque ia alra
megia e-i.i reservada a los hombres que son duenos de sus pasiones;
porque el espiritu se reviste de ropajes materiales para descender, asi
como se despoja cle ellos para remontarse.
Porque la a,ta magia es la ciencia absolute del equilibrio.
Porrrue es e.encialmente religiosa. puesto que lia presidido a la for-
macion de los dogmas dei sntiguo mundo, y ha sida la madre. cuando no
la nodriza, de tears las civ ilizaciones v de tedas las ciencias.
PARTE CTUARTA

ALQUIMIA SUPREMA
Y TRASCENDENTAL

Capitulo Primero

Secret© p a r a o b te n e r tm a ju v e n tu d p e rp e tu a

Haras cada cinco lustros (veinticineo anos) una gira al campo, a ma-
nera de jubileo, que durara euarenta dias justos. cuidando que empiece
durante la luna Uena del mes de mayo, haeiendote acompanar por una
persona que te sea muy adicta y muy fiel, y a la cual persona no revela-
ras, en inanera alguna, tus propositos.
Procuraras cjue la casa en que hayas de albergarte tenga condiciones
de a seo y ventilaeion, y sobre todo (esta es la parte mas eseneial), que
este proxima a carapos en donde se haya sembrado trigo candeal. Despues
que hayas lie oho Ins preparativos que mas adelante se iran in dican do, te
trasladaras al punto elegido y observaras fielinente las prescripciones si-
guientes:
No 'beberas otro liquido, excepcion becba de los que babran de in-
dicarse, que el rocio de mayo, recogido sobre los verdes trigales al des-
puntar la aurora, en un trapo de lino bianco, puro, nuevo; ni comeras
otra cosa que 'hierbas tiernas y nuevas.
Coanenzaras las breves colaciones por un gran vaso de dicho rocio
y las terminaras por un bizcocho o una simple corteza de pan, cuidando
de no Ilenar el estomago, ni con mudhas de las 'hierbas indicadas, ni con
demasiadas cortezas de pan.
L a Grande y A lta M agia 91

El ayuno es la clave de la operación, por lo cuál, sólo debe ingerirse


lo estrictamente necesario para sostener las fuerzas y 'humedecer los vasos
digestivos.
Podrás, no obstante, beber el agua de rocío ya indicada a todo pasto.
El día diecisiete te liarás, si es posible por ti mismo, una ligera sangría.
A contar de ese día, y después de la pequeña sangría, tomarás todas
las mañanas seis gotas de bálsamo de ázoe, aumentando la dosis diaria­
mente en dos gotas 'hasta llegar al día treinta y dos, en el cual renovarás
la pequeña emisión de sangre en la hora del crepúsculo matinal, acostán­
dote en seguida en el lecho, del cual no habrás de levantarte ¡hasta el fin
de la cuarentena.
Después de la primera sangría, tomarás al despertar un primer grano
de medicina universal, es decir, un compuesto de mercurio astral combi­
nado con azufre de oro 1.
Sentirás entonces un desvanecimiento que debe durar seis días con­
secutivos con sus correspondientes noches; después convulsiones, transpi­
raciones y evacuaciones considerables.
Cambiarás entonces de ropas interiores y de lecho.
Cuando hubieren concluido las evacuaciones, tomarás un caldo hecho
y cocido a fuego lento, conjuntamente sazonado con hojas de ruda, sal­
via, valeriana, verbena y melisa.
Al siguiente día tomarás un segundo grano de medicina universal,
y al otro día un baño tibio.
Al trigesimosexto día (día 36) beberás un vaso de vino de Egipto.
Al trigesimoséptimo tomarás el tercero y último grano de medicina
universal.
Seguirá un sueño profundo.
Los cabellos, los dientes, las uñas y la piel se renovarán, desapare­
ciendo del rostro, si las tuvieres, las arrugas.
Al trigesimooctavo día tomarás un baño templado con las hierbas aro­
máticas retro citadas.
Al trigesimonoveno día echarás y tomarás en dos cucharadas de vino
tinto diez gotas del elixir de Acharab.
Al cuadragésimo (40) y último, la obra estará terminada y el ser de­
crépito rejuvenecido.
Después procurarás ir preparando al estómago para tomar y soportar
los alimentos a que antes estabas acostumbrado.i

i La composición de ambas cosas se expresa en el curso de este tratado.


Capítulo II

Agua gloriosa para la preparación del oro potable

Dice Eermes Trimegisto en su Tabla de Esmeralda, aunque enigmáti­


camente, que quod est superius est sicut a quod est inferius, etc., e contra. . .
probando que se debe entender que los cielos y los elementos, esencial y
sustancialmente, son una misma cosa y que solamente se distinguen acciden­
talmente por ser los cielos incorruptibles y, los elementos, participantes de
corrupción.
El filósofo, ignorando que en las cosas naturales baya otros principios
ni otra cosa que los elementos, sin resolución duda de que unos principios
puedan ser corruptibles v otros incorruptibles.
Cómo los elementos corruptibles pueden hacerse incorruptibles, es lo
que duda el vulgo, y aun muchos hombres instruidos, pero profanos en las
artes mágicas, por cuanto los iniciados en ellas las ocultaron bajo enigmas
indescifrables; siendo esto lo que yo voy a explicar, diciéndoos que allá en
donde la magia o en los libros sagrados leyereis maná o néctar debéis en­
tender que se trata del elixir de vida, del remedio universal, del oro potable.
¿Cómo se fabrica, pues, esta medicina, con la cual Me de a redujo a
Jasón a la juventud, y con la cual Esculapio resucitaba a los casi muertos?
Toma, de mercurio crudo, tal y como sale de las minas, dos libras;
lavándolo con vinagre fuerte y sal común, haz que quede claro y resplan­
deciente como un espejo, y una vez realizada esta operación, le enjugas
con un paño o con una esponja, a fin de quitarle toda la humedad que
tuviere del vinagre. Toma después cuatro libras de vitriolo Roma, que de­
secarás al sol o a un fuego manso, lentamente, hasta que haga ceniza blanca.
Toma luego una libra de dicho mercurio, dos del citado -vitriolo, una
de sal común dos veces disuelta, lavada y congelada, y muele el todo sobre
piedra limpia hasta que el mercurio quede completamente mezclado entre
las cenizas del vitriolo y la sal.
Coloca luego esta amalgama en una redoma de vidrio de cuello largo,
y la pones en una cazuela llena de ceniza o de arena, dando -principio al
fuego blando hasta que haya salido toda la humedad de los materiales,
aumentando después el fuego poco a poco y gradualmente; y cuando el
mercurio haya subido a los lados del vaso, blanco como nieve y respande-
L a Grande y A lta M agia 93

ciente como cristal, lo dejas enfriar, rompes la boca y sacas el mercurio


sublimado, pudiendo observar que al apartar las heces del mercurio, éste tie­
ne el mismo peso primitivo a causa de haber tomado del sulfuro de vitriolo
el que perdiera en heces.
Toma de nuevo libra y media del mismo vitriolo y ocho onzas de sal
y muélelo con el sublimado, y cuando estén bien mezclados estos ingredien­
tes, los pondrás a sublimar en la misma forma que antes. Esta sublimación
se reiterará durante siete veces, añadiendo siempre sal y nuevo vitriolo ro­
mano, arrojando las heces en cuantas ocasiones realices la operación hasta
que quede el mercurio puro y sublimado, lo cual se conocerá en que, claro
como el cristal y blanco como la nieve, será flexible como la cera. Mas
advierte que en cualquier vaso no pongas más de una libra de este mercurio
para que se pueda muy bien preparar, tomando de la preparación la can­
tidad necesaria.
Y sabrás cómo, hecho esto, habrás preparado la hierba lunaria filosó­
fica, de la cual todos los sabios han tratado en sus libros, extrayendo de ella
el vino rojo llamado Ucgt de lunaria, extraído en la forma siguiente:
Toma dos libras de dicba lunaria y ponías en retorta de vidrio lutada
por todas partes, la cual no deberá ser muy grande, cuidando de uue que­
den las dos terceras partes vacías: cierra bien el remate de la retorta lo
mismo que todas sus junturas, y en el hornillo de los alquimistas; después
de seco el luto, cubierto por arriba con su capilla, para que bien le rever­
bere a su tiempo la llama, le darás al principio fuego manso y así, poco a
poco, lo aumentarás hasta que veas que de tu retorta al recipiente cae una
cierta agua roja, densa como miel líquida, continuando entonces a avivar
el fuego mientras vieres que destila, y cuando no destilare más, aumenta el
fuego para que salga todo el licor y pase al rematero, y cuando, por muy
grande que sea el fuego, no salga ya cosa alguna, déjalo enfriar durante
tres días, para que de todo punto se asienten los espíritus del mercurio en
el recipiente, por ser nocivos. Quita entonces el luto de las junturas y abre
los vasos, y al mismo recipiente, sin quitarle la materia, habiendo sacado
la retorta del hornillo, le unirás 'Otra retorta con otras dos libras de lunaria
que de nuevo destilarás como antes, continuando del propio modo hasta
que de toda la lunaria se haya extraído el licor, que se conservará para
hacer un aguardiente divino.
Y al llegar a este punto has de saber que el licor que has extraído
es el mismo de quien los sabios tratan oscuramente, o sea el vino rubio,
a quien Aristóteles y Raimundo Lulio llamaban nigrum, nigrius, nigro.
Todas las heces que quedaren, después de ¡haber sacado el licor, las
94 D octor M oorke

arrojarás al sitio de los desperdicios, porque no son de algún valor, como


tierra dañada e inútil, del mercurio y vitriolo romano.
Aprende ahora a extraer de tu vino un espíritu.
Pon una libra de dicho licor o vino rojo, como quisieres llamarlo, en
una vasija de vidrio, no muy ancha, y con su alambique y recipiente, muy
'bien cerradas las junturas, y que de ningún modo pueda respirar, pónle
en baño de María sobre el atanor, y darás fuego al baño tan dulce y manso
que puedas tener la mano en él sin quemarte, y con el dicho calor manso
saldrá y destilará un agua clara como agua común. Por tanto, deja destilar
toda el agua, la cual saldrá de tu vino toda en cuatro días naturales, y
advierte que es mejor sacar esta agua poco a poco con calor manso, a fin
de que no salga con ella el aire; porque esta agua celeste es la quinta
esencia del mercurio y la parte más pura e incorruptible de él; la cual
buscaron los alquimistas con especial cuidado. Con todo eso, tiene consigo
una parte supsrflua e inútil, que recibió el nombre de flema, y la cual debe
separarse, empleando el medio que ahora mismo describiré, teniendo pre­
sente que esta agua benedicta la extraigas con moderado ymanso fuego,
de modo que entre gota y gota intervenga el espacio de veinte minutos, y
así no errarás; y aunque te he dicho que en cuatro días naturales saldrá
toda el agua, con todo eso, no apartes tu vino del baño de María hasta que
veas que no echa de sí más agua ni vapor alguno.
Entonces déjalo enfriar, y quita el recipiente y tápale muy bien, de
modo que tu aguardiente no se evapore.
La rectificación del espíritu la harás en la siguiente forma: Toma del
agua que sacaste de tu vino rojo, y ponía en redoma de vidrio, con su
alambique y recipiente, bien cerradas las junturas. Ponle en el baño de
María susodicho, y por medio de él destilarás tu espíritu de nuevo hasta
■que no destile ni una sola gota, y guarda aparte lo que quedare en la
redoma, y vuelve otra vez a rectificar tu agua mercurial en la misma for­
ma hasta que no queden más heces en la redoma, lo cual sucederá a la
quinta vez; y aunque algunos alquimistas la han rectificado hasta la sép­
tima, y puede suceder ser bastante aun en la misma cuarta, como quede
sin flema, lo cual te será manifiesto si quemas lámina de plata y metida
en ella se disuelve; porque entonces será vinagre de los alquimistas, solu­
ble. Con esta agua así rectificada, sacarás el ánima de la tierra de este
modo:
Destila toda la flema que quedó a modo de pez naval, líquida, y ponía
después en la redoma de vidrio y échale encima aguardiente rectificado,
en cantidad que sobrepuje a la materia por cuatro dedos, y cierra bien tu
vaso, a fin de que de ninguna manera pueda respirar y ponlo en baño
L a Grande y A lta M agia 95

caliente o en estiércol tibio durante seis días, transcurridos los cuales ex­
trae de allí tu redoma y ponía en cazuelas de arena o cenizas, y, por alam­
bique, saca toda el agua mercurial en que está infusa el ánima que lleva
consigo, y guárdala aparte bien tapada. Echa después sobre las heces que
quedan otra cantidad de la dicha agua mercurial, y ponía en el dicho baño
por otros seis días, en cuyo tiempo tu materia se digerirá putrefaciéndose.
Pon luego el vaso, estando primero frío, en arenas o cenizas, y saca
el agua, como 'hiciste antes, durante siete veces, al cabo de las cuales ha­
brás sacado ¡con ella el ánima que estaba en su tierra. Guarda esta agua,
porque es agua animada de la que tan maravillosamente y en secreto es­
cribieron los sabios, llamándola con diversos nombres.
Cuando hubieres sacado toda el ánima de la tierra con el agua de mer­
curio, como antes te enseñé, aumenta tu fuego poco a poco, y, destilando,
saldrá un aceite, muy buscado por los alquimistas para diversas opera­
ciones, y al cual le pusieron diferentes nombres.
A esta agua la llamaron Raimundo Lulio y Teophrasto aguardiente
vegetal, cielo y quintaesencia; por lo cual, si quieres reducir esta agua
a incorruptibilidad, que se convierta de amarga y hedionda en dulce y
odorífera, sobre toda la fragancia de este mundo, de tal modo que, des­
pués de su digestión y madurez, una gota tan solamente bebida puede
quitar todas las enfermedades del cuerpo humano en un abrir y cerrar de
ojos, y, templando otras calidades, las reduzca a igualación, y los muy
cercanos a la muerte los haga vivir de nuevo, volviendo de viejos a mozos,
obrarás en la siguiente forma:
Toma de dicho aguardiente la cantidad que quieres, pero, por lo me­
nos, tres o ¡cuatro libras, y ponías en un vaso de vidrio, que se llama cir­
culatorio; y si no tuvieres este vaso, ¡en una bocia que tenga el cuello
largo, y ciérrala con otra bocia, de manera que la boca de la que no tiene
nada entre en la que contenga el agua mercurial, y, bien cerradas las
uniones de la doble bocia, coloca ésta sobre el atanor, y dale tal calor que
tus manos apenas puedan soportarle, dejando en el fuego la bocia por es­
pacio de cincuenta o sesenta días naturales, en cuyo tiempo tu agua subirá
y bajará, y, digiriéndose, se tornará dulce, o por lo menos, agradable al
paladar.
Pasado el tiempo que indiqué, o sean los cincuenta o sesenta días
naturales, mira tu agua y la hallarás dividida en dos partes diferentes;
porque la primera parte del agua que estuviere arriba estará clara y res­
plandeciente como el mismo cielo, siendo ella nuestra quintaesencia. En
cambio la que está abajo resultará turbia; por lo cual extraerás cada una
de ellas aparte, conservando la clara herméticamente cerrada, a fin de que
«J6 D octor M oorne

no se volatilice, cosa que sucedería si hallase por dónde salir, por ser
sutilísima, pura, diáfana y volátil.
Con esta agua podrás siempre alargar tu vida y hacer desaparecer
todas las enfermedades de tu cuerpo, siendo también la misma que lleva
los metales a la perfección; y aunque está digesta y dulce, con todo eso,
disuelve los metales de su naturaleza y los hace esforzar. Con esta agua
se hace también el oro potable, que es el remedio universal, en la forma
que verás en el capítulo siguiente:

O ro p o ta b le

Toma ero bien purificado por cemento, y calcinado según arte, en la


cantidad que te pluguiere, mezclándole con otra igual del agua gloriosa,
en el capítulo anterior indicada, y cierra la mezcla en la retorta, a fin de
que no sufra el contacto del aire. Hecha esta operación, coloca esta retorta
en una cazuela llena de cenizas calientes, dejándola permanecer allí un día
con su correspondiente ncche, dándole tanto fuego cuanto necesite para
hervir suave, pero continuamente, y una vez pasado el que indiqué, extrae
la redoma de las cenizas y ponía al baño de María dejando que en él se di­
giera el licor durante dos días con sus noches, poniéndole después a en­
friar, apartando, por inclinación suave, lo que estuviere disuelto en una
vasija que taparás inmediatamente, y que colocarás en otro baño que esté
tibio; porque has de saber que el agua disuelta nunca habrá de enfriarse.
Pesa después la materia restante, a saber, el oro que no esté disuelto, y
echa sobre él otra cantidad igual a la que pesare de su menstruo circulado,
y procede como antes, vaciando luego la disolución en la primera, y así
proseguirás en operaciones sucesivas hasta que todo el oro se halle disuelto
en el agua gloriosa. Y cuanto tu oro estuviere todo disuelto, pon el total
de la disolución en una redoma de vidrio, y, colocándola al punto en
baño leve, destila toda el agua mercurial circulada hasta que en el fondo
de la redoma sólo quede un residuo semejante a cera blanda. Coloca esta
materia en paraje húmedo y frío, y en seis días naturales todo se disolverá
en agua clara como estrella resplandeciente. Esta agua es el oro potable
y sin corruptibilidad, y criado con agua ce su naturaleza sin mezcla de
cosa extraña, del cual oro potable, si una gota tan solamente dieres a un
enfermo, al parecer muerto, le hará revivir con la gracia de Dios, vol­
viéndole de viejo a mozo, pero siempre teniendo en cuenta:
Deus super omnia (Dios sobre todo).
L a Grande y A lta M agia 97

Capítulo III

UNCIONES MAGICAS

Todo iniciado en la magia negra —dice Jonás Sufurino— debe, antes


de bacer algún experimento, y después de las abluciones que son de ritual,
frotarse el cuerpo con la untura mágica, 'haciendo lo propio con las per­
sonas o neófitos que quieran iniciarse en esta ciencia.
La untura mágica, preconizada por San Cipriano, y de la cual ¡he hecho
uso, se hace en la forma siguiente:

Manteca fresca . . 4 onzas


Salvia .................. 4 adarmes
Romero ................ 4 „
Verbena .............. 4 „
P e r e jil.................. 4 „
Raíz de belladona 2 „
Opio .................... 1 grano

Después de machacadas bien las plantas aromáticas con la belladona


y el opio, agregúese su jugo a la manteca y bátase bien.
Esta untura puede perfumarse con esencia de rosa, de geranio, de vio­
leta, etcétera.
La untura para prepararse a asistir al aquelarre se compone de man­
teca de cóndor, en la que se mezclan tres granos de mercurio astral y dos
onzas de azufre áureo 1.

Para curar la ictericia

Procúrate una buena cantidad de gusanos de tierra y pónlos a cocer


en una vasija de barro nueva. Cuando se haya verificado la cocción, cuelas
el agua que haya quedado y le agregas una cantidad de miel de abeja, la

1 El m e r c u r io a s tr a l a que aquí se alude, no es otra cosa que el a g u a g lo r io s a


que queda descrita en el capítulo anterior; por lo que respecta al a z u fr e á u re o , en el
curso de este tratado se explicará la fórmula para obtenerlo.
98 D octor M oorne

suficiente para endulzar el agua y quitarle el mal sabor. De este brebaje


tomarás dos vasos al día y antes de la semana habrás curado por completo.

Para obtener los favores de una mujer

Tomad una manzana que sea bien sana y bien 'hermosa un viernes antes
de la salida del sol. Divididla en dos pedazos y después de haberle sacado
el corazón y las pepitas, colocad en su lugar un pedazo de papel cuadrado,
sobre el cual habréis escrito con vuestra propia sangre vuestro nombre y
apellido y los de la persona de quien deséis obtener sus favores. Después
colocáis un segundo papal que sólo contenga escrito con caracteres claros y
legibles las palabras Scheva. Hecha esta operación, reuniréis los dos pa­
peles y los ataréis con tres cabellos de la persona codiciada y otros tres
vuestros. Luego reunís los dos pedazos de la manzana, por medio de los
imperceptibles alfileres hechos con madera de mirto verde, practicado lo
cual la haréis asar en el horno, la envolveréis en hojas de laurel y la colo­
caréis finalmente, en la cabecera de la cama en que duerme la persona co­
diciada, sin que ella se aperciba, y tened por seguro que ai poco tiempo
conseguiréis sus favores.

Para evitar el m al de ojo

Podrás evitarlo encerrando en el cañón de una pluma de Auca macho


el Evangelio de San Juan que comienza In principium erat Verbum, escrito,
en pergamino virgen, con la pluma y tinta de ritual, y llevándolo colgado
de un cordón de seda rojo al cuello 1.
Este Evangelio lo hallarás en el Enchiridión.

Para cura¿' el mal caduco

Harás fabricar por un platero joven, cuando la tuna se halle en su ple­


nitud, un anillo de purísima plata, destinado a llevarlo en el dedo corazón
de la mano izquierda. En el engarce de ese anillo harás colocar un pedazo
de pie de ciervo.

1 En el caso fortuito de no llevar consigo lo que acaba de indicarse, al com­


prender el peligro escóndase el dedo pulgar de la mano izquierda entre la palma de
la mano y los otros dedos.
La Grande y A lta M agia 99

Una vez fabricado el anillo y cuando la luna esté todavía en su ple­


nitud, o en conjunción con Júpiter o Venus, y a la hora favorable de este
planeta, grabarás por ti mismo, con la punta de la lanceta de ritual, la
siguiente inscripción:
+ Dabi + Habi -f- Habet -j- Habí

Para quitar la potencia a un hombre

Tomarás una luciérnaga en estío, aplástala en la mano y frota con


ella la nuca de la persona a quien desees hacer impotente, aplicando en
esta faena todos tus cinco sentidos y rogando mentalmente a los espíritus
infernales para que vengan en tu ayuda.

Para aplacar los desees sensuales

Llevarás encima del pecho, dentro de una bolsa hecha con piel de
lobo, el corazón de una tórtola, y está probado que se aplacarán en ti,
mientras la llevares encima, los deseos amorosos.

Para infundir valor al hombre más cobarde

Procurarás hacerte con huesos y excrementos de león, todo lo cual lo


triturarás perfectamente en un mortero nuevo. Realizada esta operación,
echarás los polvos resultantes en una botella de vino blanco, agregando a
todo ello, en la proporción debida, hojas de sándalo o de menta, raspa­
duras de nuez moscada y dos o tres ramas de ajenjo. Después de una
infusión que durará todo un novilunio, se beberán dos copas al día, estan­
do probado que a las diez tomas el hombre más pusilánime se convierte
en un verdadero hombre de valor y de energía.

Para dominar a las personas

Te procurarás una serpiente de cualquier especie que sea. Cuando


esta operación esté practicada, la encerrarás en una gran jaula de tela
metálica, dándole de comer pequeños pajarillos, que arrojarás vivos den­
100 D octor M oorjSé

tro de la jaula, fijándote bien en. qué forma los fascina y atrae para luego
devorarlos, y teniendo cuidado, después de ¡haber invocado a los espíritus
que te sean más propicios, de decir mentalmente mientras la serpiente eje­
cuta la fascinación, las siguientes palabras: Así quiera yo dominar y
atraer a las personas.
Realizada esta operación durante una semana, cortarás la cabeza a la
serpiente, la cual cabeza conservarás en un frasco que contenga alcohol o
éter, procurando tener siempre a la vista la susodicha cabeza. Después pon­
drás a disecar al sol, en su hora favorable, el resto del tronco del citado
reptil. Cuando esté bien desecado, lo pondrás en infusión con una buena
cantidad de excelente vino durante siete días, al cabo de los cuales comen­
zares a beber de dicho vino, teniendo cuidado de hacerlo mirando a la ca­
beza de la serpiente y diciendo: ¡Oh, gran espíritu! ¡Oh, poderoso A donay/
Haz que las facultades atractivas de ese reptil inmundo pasen a este tu
sumiso siervo, para gloria y provecho de la creación. Amén.
Una vez practicada la operación anterior, el postulante se investirá
del talismán Dominatur, para que el éxito sea más inmediato.
Es seguro que el que practique al pie de la letra cuanto aquí queda
apuntado, logrará atraer y dominar a sus semejantes, y que sus miradas
alcanzarán un poder fascinador irresistible.

Para que una mujer estéril fecunde

'Está perfectamente probado que la planta llamada Latroeaclandestina


está dotada de una virtud mágica para hacer fecunda a una mujer que
toda su vida haya sido estéril.
Para obtener ese resultado basta con que la mujer infecunda baga
hervir dicha planta, y cuando se haya verificado la cocción la eche en un
tibor y se siente encima de él a fin de recibir el vaho.

Para enloquecer a una persona

Tomarás cáscaras de huevo de cocodrilo, las cuales las pondrás en


infusión, después de haberlas machacado muy bien, agregándoles verbena,
ruda, mejorana y ajenjo, en buen vino de Chipre, durante siete lunas,
al cabo de las cuales filtrarás el licor resultante, dándoselo a beber a la
persona a quien quieras enloquecer.
La Grande y A lta M agia 101

Para adormecer a una persona sin causarle daño alguno

Pondrás en infusión en licor de rosa, durante un cuarto de luna, seis


flores de la planta soíanífera llamada papaver1, al cairo de cuyo tiempo
filtrarás el licor y se lo darás a gustar a la persona a quien quieras ador­
mecer.

Para hacer caer el pelo a una persona

Tomarás el muslo izquierdo de un avestruz, macho o hembra, y lo


freirás en aceite de cacahuete, con lo cual frotarás la cabeza de la persona
a quien quisieres ver calva, estando probado que jamás volverá a crecerle
el cabello.

Para manejar el hierro hecho ascua

Triturarás carmín subido con alumbre de roca, a lo cual agregarás


zumo de siemprevivas y residuos de laurel en proporciones justas. La per­
sona que se frote con esa mezcla podrá manejar impunemente el hierro
hecho ascua.

Para ver en sueños lo que habrá de suceder a la persona


que haga el experimento

Tomarás sangre cuajada de un asno y la mezclarás con sebo del pe­


cho de un lobo cerval, procurando que en la mezcla entren partes iguales.
Cuando esté bien compacta la mezcla harás de ella bolitas del tamaño de
un garbanzo, con las cuales sahumarás tu casa cuando vayas a entregarte
al reposo. Cuando te duermas se te aparecerá durante el sueño una visión
y te instruirá de todo cuanto deba sucederte.

1 Adormidera.
102 D octos M oorne

Para vivir mucho tiem po sin comer

Tomarás tierra que haya sido purificada por los rayos del sol dentro
de una redoma redonda de cristal, y te la aplicarás sobre el ombligo, re­
novándola cuando esté demasiado seca. Con esto podrás pasar mucho tiem­
po sin necesidad de tomar alimento alguno h

Para hacer incombustibles los objetos

Toma liga de pescado y mézclala con igual cantidad de alumbre, hecho


lo cual echarás la mezcla en vinagre de vino. Barniza con esta composición
todos los objetos que quieras, los cuales se tornarán incombustibles, por
lo menos mientras el tiempo no haya destruido los efectos del barniz.

Para hacer el elixir universal

Escoge una azumbre de buen vino tinto, espeso, fuerte y rancio, al


que añadirás, en regular proporción, cal viva, azufre vivo bien pulverizado,
tártaro hecho con vino bueno y sal común, blanca y granada; coloca todo
ello en una redoma Lien tapada, junto a la cual habrá un alambique, en
el que practicarás la destilación. Producida ésta, .beberás de ese elixir una
copa en ayunas, y no solamente te verás libre de enfermedades, sino que
te sentirás fortificado y rejuvenecido.

Para fabricar “Agua de Sol”


con la cual se obtienen honores y riquezas

Tomarás una vasija de barro cocido, pero sin vidriar, y echarás en


ella azufre de oro y mercurio astral. Hecho esto la llenarás de agua y la
expondrás todos los días a los rayos del sol durante las horas que en el
firmamento domina este planeta, pasadas las cuales retirarás la vasija a1

1 El divino Paracelso ha comprobado esia experiencia, según manifiesta en sus


obras. (.Y. d e l T .)
L a Gkanüü y A lta M agia 103

una habitación húmeda y oscura, hasta tanto que vuelva otra vez a do­
minar el planeta en el espacio, repitiendo esta operación hasta que el lí­
quido de la vasija haya sido absorbido por los rayos solares. ¡Luego, en
un mortero nuevo reducirás a polvo la tal vasija, el cual polvo lo echarás
en una redoma que colocarás en un cuarto en donde no penetra claridad
alguna, llenándola después de agua del río cogida en el momento de la
salida del sol.
¡Esta agua, de la cual beberás en lo sucesivo, tiene gran virtud, y si
bebieres con recogimiento y con fe todas las mañanas a la salida del sol,
al propio tiempo que invocas su protección, te proporcionará honores y
riquezas.

Candela mágica

Si sabéis o habéis soñado que existe un tesoro escondido en un sitio


determinado, para encontrarlo sera necesario -Cjiie (hagáis una gruesa vela
de sebo humano, colocándola en un agujero que haréis en el centro de un
trozo de madera de avellano, cortado en forma de herradura.
Encendida en el subterráneo en donde buscáis el tesoro, la llama os
indicará por su oscilación y chisporreteo que os aproximáis a él, apagán­
dose cuando os halléis encima del objeto de vuestras ansias.

Cualidades del gallo

Ave misteriosa y cabalística. Enteramente ¡blanco o negro sirve para


toda suerte de encantamientos. Su canto pone en fuga a los demonios que
le escuchen. De todos los animales es el único macho que sin hembra al­
guna pone en secreto un huevecillo, del que sale, a las tres lunas justas,
una pequeña culebra cuya mirada es mortal.

Virtudes del laurel

El laurel seco tiene la virtud de pronosticar a quien le interroga, si


un suceso habrá de serle próspero o adverso. El presagio será nefasto si
una rama de laurel arrojada al fuego arde siu ruido. Por el contrario, será
favorable el presagio si arde con fuerte chisporroteo,
104 D octor M oórne

Lichnomaacia

Cuando queráis adivinar lo que habrá de aconteceros o lo que os


acontece, comprad tres velas verdes y colocadlas en otros tantos candeleros
que colocaréis sobre un velador en forma de triángulo. Hecho esto, las en­
cenderéis por medio de un objeto inflamable que no tenga azufre, invo­
cando al propio tiempo los seis jefes principales de las salamandras, que
son: Vehniah, Achajah, Jesabel, Peliel, Cathethel y Mechahel. Una vez en­
cendidas las velas, os abstendréis de quitarlas el pábilo, observando los
accidentes de la llama. Deduciréis los oráculos en la forma siguiente:
Si la llama oscila de izquierda a derecha, acontecimiento extraordi­
nario, bueno o malo.
Si oscila en espiral, intrigas de nuestros enemigos.
Si se apaga, traición.
Si aumenta su resplandor al soplarla, dicha y fortuna.

t
LOS SECRETOS DE LA REINA CLEOPATRA

RECETAS Y POMADAS

Para que una mujer conserve su belleza

Tomad todas las mañanas carne de ternera, fresca y magra, que haya
sido sacrificada a la hora en que domina el sol; cortadla en pequeñas
lonjas y colocadla sobre el rostro y sobre las demás partes del cuerpo
que quieran conservarse en un estado de frescura, y dejadla en esas partes
durante una hora.

Para conservar la piel fina y agradable al tacto

Tomad el licor llamado agua de cytisa y dejadle expuesto a las in­


fluencias de la Luna. Marte y Venus, en una olla descubierta, durante tres
o cuatro noches, y después, durante veinticuatro horas, a las del sol. En­
tonces agregaréis unas cuantas gotas de leche fresca de vaca o de cabra,
siendo preferible la de burra, y os lavaréis con esa mezcla las partes del
cuerpo que queráis blanquear y pulir.

Manera de blanquear el cutis

Las mujeres morenas se bañarán con frecuencia para blanquear el


cutis, y se lavarán todos los días el rostro con algunas gotas de espíritu
de vino, mezclado con leche virginal y con agua destilada de flor de habas.
106 D octor Mooske

Infusión para ía pial

Poner en infusión flor de rabanus1. mezclarlo luego con leche y la­


varse todas las noches el rostro con esta sencilla composición.

Preparación para extirpar las erupciones de la piel

Esprimid jugo de puerros, mezcladlo con igual cantidad de leche li­


geramente endulzada o con nata, y servios de esa mezcla para lavar las
partes que estén granuladas, cuya erupción desaparecerá al poco tiempo.

Pomada contra las arrugas

Tomad:
Jugo de cebolla de lys blanco ............................ 2 onzas
Miel blanca ................................................................. 2 „
Cera blanca fundida .................................................. 1 „
Incorporad en conjunto, y después de bien mezclados I03 ingredientes
indicados, haced una pomada con la cual os frotaréis el rostro todas las
noches al acostaros.

Baño de belleza

Tomad dos libras de cebada mondada, una libra de arroz, trc; libran
de hipinum. 12 pulverizado, ocho libras de salvado y diez puñados de borra­
jas y de violetas y haced cocer el todo en suficiente cantidad de agua de
río y pasad el licor resultante por un tamiz, para servirse de didho licor
a placer.
Este baño es perfecto para embellecer y dulcificar la piel.

1 Rábano picante.
2 Altramuces.
L a Grande y A lta Magia 107

Contra la inflamación y congestión rojiza de los párpados

No ¡hay cosa que más afee un rostro que la inflamación y congestión


rojiza de los párpados. ¡Cuántas jóvenes, verdaderamente bonitas y agra­
dables, han perdido por esa causa un buen casamiento!
|Para combatir esa temóle inflamación, cosa que es fácil reconocer
por el aumento de volumen de los párpados y más aún por el color rojizo
que los párpados adquieren, es necesario, en primer término, resguardar
los ojos de la luz y luego lavarlos tres veces al día con agua de rosas de
calidad superior, mezclada con agua que haya hervido durante media hora.
El lavatorio debe hacerse con un trapo de hilo muy fino b También acon­
sejan algunos físicos una pomada de borato de rosa y ácido de cinc, la
cual sólo debe emplearse en casos muy pertinaces o ya crónicos.

Para el em bellecim iento de los ojos

La longitud de las pestañas y su abundancia es una de la3 principales


causas del embellecimiento de los ojos, por cuanto los ensombrecen y
agrandan, haciéndolos aparecer más soñadores, más ideales, aumentando
al propio tiempo los encantos de la fisonomía.
¿Cómo conseguir esto? Muy fácilmente: basta para ello cortar du­
rante tres cuartos crecientes de luna las .puntas de las pestañas, empleando
para ello unas tijeras muy finas y curvadas, dando a dichas pestañas, des­
pués de bien lavado el ojo y sus accesorios con una disolución boricada,
una ligera fricción con aceite de almendras dulces. Realizada esta opera­
ción en la indicada forma, ya veréis cómo adquieren los ojos, por la
longitud y abundancia de las pestañas, un ensombrecimiento que los hará
aparecer más grandes y más negros, aun cuando la pupila no fuere de este
color.1

1 En la actualidad lo que emplean nuestros más afamados oculistas es una


disolución de ácido bórico mediante algodón hidrófilo esterilizado, y no empleando
dos veces el mismo algodón. (N . clel T .)
108 D octor M oorne

Para hacer desaparecer las bolsas que se forman


debajo de los ojos

Afean mucho a unos ojos, por hermosos, grandes y rasgados que sean,
las bolsas que suelen formarse debajo de ellos, apéndice o aditamento que
es indicio de cansancio, cuando no de vejez, lo cual hace que el interés
de las bellas en que desaparezcan las bolsas sea aún mayor.
Para conseguir este resultado, basta con someterse a un masaje sa­
biamente practicado que, por sencillo que sea, será conveniente encomen­
darlo siempre a una persona práctica.

Para hacer desaparecer del rostro las marcas


que dejan las viruelas

Las viruelas son un mal causado por el planeta Marte. La persona que
desee que desaparezcan de su rostro las huellas que deja en él esta terrible
enfermedad, tomará, a la hora de la Luna, Mercurio, Saturno o Júpiter,
sus enemigos, en cantidad proporcionada, litargirio, raíz de caña seca, ha­
rina de garbanzo y harina de arroz, y después de mezclado todo y bien
pulverizado, le añadirá aceite de almendras dulces y sebo de carnero de­
rretido, untándose la cara con esta mezcla antes de acostarse y lavándosela
por la mañana, al levantarse, con agua más bien caliente que templada.
Esta operación podrá repetirse cuantas veces se desee, teniendo cuidado
de no hacerla cuando domine el planeta Marte en el firmamento.

Para el reuma

Machacarás y reducirás a polvo un par de docenas de guindillas pi­


cantes y secas.
Hecho esto, pondrás a la lumbre medio litro de aceite puro de oliva,
y cuando esté a su punto le echarás el polvo de las guindillas, friéndolo
bien y revolviendo durante un rato esta mezcla con una espátula o cu­
chara de madera.
Cuando ya se hava enfriado, lo guardarás en un frasco o botella, y
para usarlo lo pondrás a calentar un poco er. una taza y friccionarás la
parte dolorida, cubriéndola en seguida con una bayeta bien caliente. Este
remedio deberá usarse cada doce horas, basta que desaparezca el dolor.
L a Grande y A lta M agia 109

Para las inflamaciones

Cuando tengas alguna pierna o brazo inflamado y como insensible,


tomarás ortigas frescas y golpearás con ellas, durante cinco minutos, la
parte enferma, cubriéndola luego con una bayeta caliente. Usando este
remedio cada doce horas, notarás pronto que disminuye la inflamación.

Otra fórmula para el reuma

Pondrás en un frasco aceite esencial de trementina, 15 gramos; bál­


samo líquido de opodeldoc, 60 gramos. Una vez hecho esto, lo agitarás
bien para que se mqzcle.
Para usarlo se calentará ligeramente y se friccionará la parte dolo­
rida. cubriéndola con una bayeta caliente.

Para las quemaduras

Tomarás un poco de cal viva y la pondrás en agua dos horas. Cuando


se haya posado y el agua resulte, aunque ligeramente teñida de blanco,
bastante clara, se saca por decantación, evitando que salga la cal.
Esta agua se mezcla con manteca fresca de cerdo, trabajándola bien,
como si se hiciera una pomada.
Luego la guardarás en una taza, y cuando hayas de usarla, extenderás
un poco de manteca en un trapo de hilo y la aplicarás a la quemadura,
atándola con una venda.
Cada tres 'horas puede hacerse nueva cura, hasta que se termine el mal.

Receta contra las verrugas

Se disuelve en un poco de agua hicarhonato de soda, tanto como


pueda resistirse.
Se mojan las verrugas con esta agua durante dos minutos, a la puesta
del sol, y se dice: “Vete, verruguita, ya que el sol te quita”. Se repite por
tres días.
lo D octor M oorne

Otra para lograr tenerlas

En una noche serena del mes de enero se contarán tres estrellas, di­
ciendo al mirarlas: “Una, dos, tres, verruguita ven”. Durante esta cere­
monia se dará un pellizco en la parte donde se quiere que salga la verruga.
Se repite por tres noches seguidas, poniendo gran cuidado en dirigir siem­
pre la vista a las mismas estrellas.
Haciendo esto con verdadero deseo, pronto se verá formarse la verruga.

Para quitar las pecas

Se moja en agua oxigenada un poco de algodón en rama y se aplica


durante cinco minutos sobre las pecas que se quieran suprimir.
Caso de irritarse la piel, se lavará con una disolución de ácido bó­
rico al 4 por 100.

Receta depilatoria

Dicen los antiguos magos que los sesos del águila bien triturados y
puestos en maceración, durante algunos días, en alcohol o éter, hacen caer
los cabellos y el vello a la persona que con esa mezcla se frotare. En los
untuarium de la Roma de los tiempos de Nerón, semejante untura, fabri­
cación exclusiva de los capuanos, era un artículo indispensable para la
depilación, sobre todo entre las mujeres velludas.

Virtudes m edicinales de las piedras preciosas

Dice Jonás Sufurino, en su parte cuarta de la obra, que las piedras


son unos cuerpos tórreos indúctiles, cuajados por virtud lapidifica, de
materia lapidescente, esto es, viscosa, terrestre o tartárea, y que se engen­
dran del peritoma salino terrestre, que redunda y se cuaja en dureza de
piedra, por su virtud lapidística. Todas las piedras, agrega Jonás, tienen
sus respectivas virtudes, siendo unas más preciosas que las otras.
Las principales preparaciones que con ellas se bacen para los diversos
usos medicinales que se indicarán, son las siguientes: pulverización, cal-
L a Grande y A lta M agia 111

cinación, solución, coagulación, purificación o endulzuración. licuación, des­


tilación o volatilización, a lo cual se añade la sirupización.
Con estas preparaciones se coloca a las piedras preciosas en disposi­
ción de utilizarlas en los usos que se indicarán, tinturas o esencias. Tras
estas explicaciones generales viene el detalle particular para cada piedra
preciosa en la forma siguiente:

Topacio

Las facultades y virtudes de esta piedra, dada su naturaleza solar por


la signatura, son: disminución de los tumores nocturnos; la melancolía,
confortación del entendimiento u oposición a los ensueños molestos, lleván­
dola atada al brazo izquierdo o pendiente del cuello, dentro de un marco
de oro.

Granate

Los hay occidentales y orientales, siendo estos últimos los mejores.


Tienen la virtud de desecar, corroborar, hacer cesar las palpitaciones del
corazón; resistir las enfermedades morales; son refractarios al veneno; de­
tienen los esputos de sangre y resuelven lo terrestre en el cuerpo.

Jacinto

Sus facultades y virtudes, especialmente los de Oriente, son las si­


guientes: corroborar (fortalecer) el corazón y preservar de la peste, siendo
especial específico contra espasmos y contracciones. Se tiene también por
secreto antipestífero colgado al cuello o engarzado en un aniilo.

Lapis íiepim ticiis

Esta piedra, de carácter opaco, es, o de color pennixta o mezclada


de color verde con los otros, siendo muy rara vez de dos colores, aun cuan­
do siempre predomine el verde en cualquiera de sus diversos tonos. Está
112 D octor M oorne

muy recomendado contra los dolores nefríticos o de estómago, y muy par­


ticularmente contra el mal de piedra o de arenas, padecimientos que cura
llevando la piedra ligada a un brazo o a una pierna, o colgada al cuello.

Rubí

Es una piedra preciosa rutilante y de un color o matiz muy parecido


al de la sangre; su bondad se examina con la boca o con la lengua. De
este modo se conoce que, cuanto más frías y duras, son mejores. Como
nacen entre materiales pétreos, al principio blanquean, madurando poco
a poco, hasta contraer ese matiz sanguinolento.
Sus virtudes principales, bien en bebida o colgado al cuello, o engar­
zado en anillo, son las de resistir los venenos, y para preservar al que los
llevare de la peste, para corregir la tristeza, refrenar los apetitos libidino­
sos, apartar los malos pensamientos y los malos ensueños, y conservar
el cuerpo en su natural estado. Cuando afluyen al hombre infortunios, de­
muestra haber perdido la maturación del color y que se ha vuelto más os­
curo. Pasados aquéllos, se verá que ha recuperado otra vez su color. Sus
preparados se hacen en la misma forma que las demás piedras.

Zafiro

Es de color azul transparente y diáfano, que a veces tira al blanco


y otras al azul propiamente dicho. En el caso segundo es macho, y hembra
en el primero. Es de carácter astringente, cordial y oftálmico, por lo cual
seca las humedades de los ojos y de la sangre: corrige las inflamaciones
producidas por los colirios. Mezclada con manteca lavada y untando con
la mezcla los párpados superiores de los ojos, vale y es útil para todos
los proflubios del vientre, para la disentería, flujo hepático, evacuaciones
de sangre en las hemorroides, tomándola con agua de plantaina o tormén-
tila. Sana las úlceras y llagas internas, corrobora el corazón y lo alegra.
Es preservativa de la peste y del veneno y aun de las fiebres malignas; cura
cualquier afecto del corazón y melancolía, tomándola interiormente. El
zafiro entero, puesto en la frente, detiene las hemorragias; aplicado a las
inflamaciones, las extingue, y puesto en los ojos, quita todo cuanto hu­
biera caído en ellos, preservando a éstos de muchas dolencias. Prepárase
en 'la forma común; lexigándolo con agua cordial se hace sal, licor, óleo,
esencia o tintura.
L a Grande y A lta M agia 113

Esmeralda

Es una piedra preciosa, diáfana, transparente y muy hermosa por su


agradable verdor, siendo más frágil que todas las demás piedras preciosas.
Sus -virtudes consisten en detener todo flujo de vientre y de sangre,
y principalmente se toma o se da para la disentería cuando se duda que
ésta proceda de humores mordaces, o que nazca o tenga origen de veneno.
Cura las mordeduras venenosas y la peste. Su dosis es de seis a diez gra­
mos. Tiene eficacia también para la epilepsia, para acelerar el parto, li­
gándola al muslo izquierdo y puesta sobre el vientre para retenerlo. Retiene
la hemorragia colocándosela en la boca.
Aplicada como sal y tintura, cura la disentería y cualquiera otra clase
de flujos, y no es menos útil en los afectos del corazón y de la cabeza,
palpitaciones, tristeza, frenesí, desmayo, síncope, etc.

Coral

El coral —abreviando cuanto dice Jonás respecto a su color y sexo—


es macho o es hembra, distinción que es preciso hacer para los usos que
se indiquen. Es coral macho cuando su color es puro y genuinaniente rojo,
y es el qué debe usarse cuando no se hace mención del matiz. Es cora]
hembra el que tiene el color pálido, al cual sucede el blanco y el negro,
que no tienen uso alguno en medicina.
Sus virtudes y eficacia son las que siguen:
Todo coral triturado enfría y astringe, principalmente el corazón, y
además de esto corrobora el vientre y refrigera el hígado. Como purifica
la sangre, es eficaz contra el contagio de cualquier enfermedad, veneno o
fiebre maligna. Produce alegría en el que lo lleva con fe y sabiendo su
virtud, cuando es macho. El coral negruzco causa melancolía, detiene los
flujos de vientre, útero y empeine; preserva de la gonorrea al hombre y
de la alferecía a los niños, si antes de tomar la leche de la madre se Ies
administran diez granos. Usado como medicamento externo, se recomien­
da para las úlceras, para toda suerte de cicatrización y para detener el
lagrimeo.
Sus preparaciones son las siguientes:
La prej>aración propiamente dicha se hace en la forma común. La
calcinación puede ser por ignición o por corrosión. La calcinación es unas
114 D octor M oorke

veces más suave y otras más violenta, y si se desea sal, será preciso re­
ducirlo a cenizas por medio de un fuego muy violento, o sea en la forma
que se obtiene la cal. La corrosión se realiza con salitre o con piedra y
una esponja.
Para disolver los corales se emplea el vinagre común purificado, rocío
de Mayo, espíritu de miel y otros muchos, y si la calcinación hubiera sido
con azufre, se disuelve con agua común. La purificación se hace con agua
destilada, o con el rocío de mayo bien destilado, o con alguna agua cordial.
También puede hacerse por destilación, evaporación o precipitación.
El licor de corales se hace por descenso o destilación, siendo su dosis
de cuatro a doce granos. La preparación de la esencia es más trabajosa,
pero, en cambio, es mayor su eficacia, administrándola de seis a doce
gotas. »

Lapislázuli

Tiene la facultad de purgar todos los afectos melancólicos, la cuar­


tana, la apoplejía, la alferecía, los vicios del bazo y otros muchos que
tienen origen en el humor melancólico.
Llevándolo al cuello corrige los espasmos de los niños, fortalece la
vista y preserva del aborto a las preñadas y evita los desmayos; siendo
de advertir que la mujer que llevare esta piedra debe desprenderse de ella
al acercarse el parto, a fin de que no impida la salida del feto. Se hace
con lapislázuli un preparado contra la acrimonia: un elixir contra las úl­
ceras, un ao$ite contra los dolores podágricos e inflamaciones: una esencia
que se aplica en dosis de medio a un escrúpulo, y una sal purgante.

Ámbar

El mejor y el más comúnmente usado es el gris. Las virtudes del


ámbar son las siguientes: calienta, seca, resuelve, fortifica el corazón y
el cerebro y refuerza con su exaculación sulfúrea y suave a los espíritus
vitales y animales. Los preparados de ámbar son un gran confortativo
de las partes internas y tienen la virtud de propender a la procreación.
,PARTE QUINTA

MARAVILLOSOS SECRETOS DE LA NATURALEZA


(secretorum naíurse)

Capítulo P rimero

De la generación del h om bre


D e las diferencias generales que distinguen los dos sexos

Consideramos al lector suficientemente instruido respecto a la ciencia


de que se ha de tratar en esta parte del libro, y por esto creemos innece­
sario detenernos en preámbulos y entramos en materia.
Conviene, pues, hacer constar, que todo hombre naturalmente engen­
drado, está formado, según el sentir de los filósofos y de los médicos, con
el semen de su padre y la sangre pura de su madre. Aristóteles, empero,
sostiene que el hombre se forma de la sola sangre de la madre.
Después de haber examinado una y otra opinión, la de Aristóteles y
de los médicos, es necesario saber cómo y por qué calor se produce el flujo
sanguíneo; porque es preciso hacer notar que todas las mujeres tienen esas
pérdidas de sangre, salvo aquellas que están llenas de malos humores y en
quienes sustituye a la sangre un flujo de color plomizo.
Por otra parte se pregunta por qué el flujo sanguíneo, que no es más
que lo superfluo de los alimentos, tiene lugar en las mujeres y no en los
hombres. A esto es necesario responder que es porque la mujer es de na­
turaleza fría y húmeda, y el hombre, por el contrario, es cálido y seco.
Y como por naturaleza el agua tiende a fluir, según los filósofos, la hu­
medad de las mujeres es parecida al agua, y la de los hombres al aire, a
116 D octor M oorne

causa del calor natural que Ies agita constantemente. Y como la naturaleza
no hace nada inútil ni vano, las mujeres, teniendo bastante menos calor
que los hombres, y no pudiendo convertir en carne todos los alimentos que
toman, no retienen en sí más que lo necesario y devuelven en sangre todo
lo superfluo.
Temerosos de decir más de lo preciso, no nos extendemos más sobre
esta materia.

Diferencias generales que distinguen los dos sexos

Entre las diferentes maneras de obrar de la naturaleza para la repro­


ducción de las especies, ha querido que la especie humana deba la suya
el concurso de dos individuos semejantes por los rasgos generales de su
organización, pero teniendo cada uno caracteres privativos propios. La
diferencia de medios constituye el sexo, cuya esencia no se limita a un
solo órgano, sino que se extiende por matices, más o menos sensibles, a
todas las partes; de manera que la mujer no es la hembra solamente en
un sentido, sino en todos aquellos sentidos en que puede ser considerada.
Hay, no obstante, un período en que dichos matices son nulos o
imperceptibles. El hombre y la mujer, en los primeros años de su
infancia, no parecen diferir gran cosa al primer golpe de vista: tienen
el mismo aspecto, la misma delicadeza de órganos, la misma estatura, la
misma voz. Sujetos a las mismas funciones y a los mismos cuidados, fre­
cuentemente confundido^ en los mismos juegos con que se entretiene su
infancia, no excitan en el alma del espectador que los contempla con placer,
ningún sentimiento particular que los distinga; le parecen ambos reco­
mendables por esa tierna emoción que la inocencia y la debilidad excita
siempre en nosotros. Indiferente y aislado, cada uno de ellos vive sola­
mente para sí; su existencia, puramente individual y absoluta, no pre­
senta ninguna de las relaciones que andando el tiempo debe establecer
entre ellos una dependencia mutua.
Este estado equívoco no subsiste por mucho tiempo. El hombre toma
pronto los rasgos y caracteres que anuncian su inmediato destino: sus
miembros pierden la suavidad y morbidez de formas que le eran comunes
con los de la mujer, sus músculos, que son los principales instrumentos
de la fuerza animal, se hacen más densos por las reiteradas contracciones
del tejido mucoso que llena los intersticios y l'os enerva, adquiriendo de
este modo mayor empuje y tendiendo a dar a cada órgano una forma más
L a Grande y 'A lta M agia 117

decisiva. Pronto no parece ser el mismo individuo: el color oscuro de


su tez y su voz más grave y fuerte, anuncian en él el acrecentamiento de
vigor necesario al papel que va a desempeñar. La timidez de la infancia
lia sido sustituida por el instinto que le lleva a desafiar los peligros:
nada teme, porque la sangre que hierve y se agita en sus venas y que ¡busca
franquear los diques que la contienen, le hace creer que goza de poder
omnímodo. Su elevada talla, su ademán arrogante, sus movimientos flexi­
bles y seguros, sus nuevos gustos, sus nuevas ideas, todo, en fin, retrata
en él la imagen de la fuerza y lleva el sello del sexo que debe servir y
proteger al otro.
La mujer, adelantando hacia la pubertad, parece alejarse menos que
el hombre de su constitución primitiva. Delicada y tierna, conserva siem­
pre algo del temperamento propio de los niños. La textura de sus órganos
no pierde toda la suavidad original; el desenvolvimiento que la edad pro­
duce en todas las partes de su cuerpo, no le da el mismo grado de consis­
tencia que al hombre. Entretanto, a medida que las líneas de la mujer se
fijan, se percibe en su forma, en su talle y en sus proporciones, diferencias
que, o no existían, o no eran sensibles. Por má3 que parta del mismo punto
que el hombre, la mujer se desenvuelve, sin embargo, de una manera que
le es propia; de modo que ai llegar a cierta edad, se encuentra dotada de
nuevos atributos y sujeta a un orden de funciones extrañas al hombre y
desconocidas hasta entonces para ella misma; lo que la inviste de una
nueva serie de relaciones físicas y morales que constituyen para el hombre
el principio de un interés para atraerse a la mujer, y en la mujer un ma­
nantial de nuevos cuidados. Estas relaciones, en lo físico, son en parte
el resultado de las modificaciones del tejido celular, que adquiere gran
expansión en los órganos destinados a marcar especialmente el sexo mien­
tras se aplana y constriñe en otras partes; y uno de los efectos más mar­
cados de este cambio, es el que hace más sensibles las proporciones natu­
rales de las piezas que forman la armazón del cuerpo.

i
118 D octor M oorne

Capítulo II

Influencia de las potencias celestes sobre la generación


*

Terminado el capítulo anterior, es muy del caso mostrar cómo se


forma la generación.
Ante todo conviene decir que, según los filósofos, el individuo está
compuesto de los cuatro elementos; de suerte que la materia terrestre
sirve a la composición de los huesos, la acciosa contribuye a la parte que
le es conveniente, y así las otras. Luego la naturaleza cuida de formar la
cabeza y dar al cuerpo su extensión e intensión en dieciocho días; y el
tiempo que pasa desde estos dieciocho días hasta que nace, sirve para que
el feto adquiera de día en día nuevas fuerzas. Se puede, pues, considerar
que el cuerpo de una mujer se forma en catorce días.
Todo lo que acabamos de decir se expresa gráfica y sintéticamente
en estos cuatro versos:
Los seis primeros días, el semen es cual leche:
al llegar a los nueve, de sangre es su color;
los miembros se han formado en el dozavo día,
y el quince, ya está el hombre adquiriendo vigor.
Hay quienes imaginan que alguno de los planetas domina sobre las
horas del tiempo; y por lo que esta ciencia sirve para comprender lo que
en este libro se trata, y temiendo que alguno crea que por ignorancia yo
lo omito, diré aquí alguna cosa respecto de ello.
Es preciso saber, como dice Avicennes, que hay tres clases de acci­
dentes: unos que pertenecen y le son atribuidos a la materia, otros que
proceden de la forma, y otros, en fin, originados de la forma y de la
materia reunidas; y como este compuesto material y formal es natural,
llámanse los accidentes que en él concurren de tres maneras. Así, hay acci­
dentes con relación al alma, como las potencias de querer y obrar; y si
seguimos el parecer de algunos que han escrito sabiamente sobre la Na­
turaleza, es preciso convenir en que todas las potencias del alma, estando
referidas al cuerpo, le vienen de los cuerpos superiores y celestes. En
efecto, el primer móvil que encierra por su movimiento diario todas las
esferas inferiores, comunica por su influencia a la materia la virtud de
existir y de moverse: el cielo de las estrellas fijas da al feto, no solamente
La Grande y A lta M agia 119

la potencia de distinguirse según sus diferentes figuras y accidentes, sino


que le comunica el poder de diferenciarse según las diferentes influencias
de este cielo.
La esfera de Saturno, si se cree a los astrónomos, está inmediata­
mente después del firmamento, y el alma recibe de este planeta el discer­
nimiento y la razón; seguidamente está la de Júpiter, que da al alma la
generosidad y muchas otras pasiones; Marte le comunica la cólera, el
odio y muchas otras; el Sol le infunde la ciencia, el gozo y la memoria:
Venus los movimientos de la concupiscencia; Mercurio el gozo y el placer;
y la Luna, en fin, que es el origen de todas las virtudes naturales, la for­
tifica.
Bien que no todas las cosas provengan del alma, y que ella las haya
recibido de muchas partes de los cuerpos celestes, nosotros se las atribui­
mos, y lo mismo al cuerpo, porque un simple accidente no es suficiente a
sostenerlas todas.
■Por lo que hace al cuerpo, creado y formado por los efectos y las
operaciones de las estrellas que llamamos planetas, es preciso consignar,
en primer término, que el hombre que debe ser engendrado por la frialdad
y sequedad de Saturno, recibe de este planeta una virtud fortificante y vege­
tativa con un movimiento- natural; y por esto dicen los médicos que se
atribuye a Saturno la caída durante el primer mes y sucesivos, porque por
su frialdad y su sequedad es necesario nutrir y endurecer el cuerpo.
Sobre este razonamiento se forma mía duda, a saber: si Saturno do­
mina en la concepción de todos los seres. A esto es preciso hacer notar
que la materia primera depende de los cuerpos celestes y de sus movi­
mientos, lo que ha hecho decir a los filósofos que todo lo que es inferior
está sujeto a lo que es superior y se regula por sus movimientos. Este
supuesto, es necesario que todos los seres inferiores de aquí abajo, depen­
dan universal y particularmente de los cuerpos celestes, porque no se puede
crear nada elemental sin su participación y sus influencias.
Por esta razón el Comentador dice que la naturaleza no obra ni hace
nada sin la dirección de las inteligencias superiores.
Entretanto los astros concurren en particular con los seres terrestres,
por ejemplo: tal planeta tiene la propiedad de producir tal forma deter­
minada y especial, y otro planeta tiene otra forma diferente: lo que con­
cuerda con la opinión del Comentador, que dice en su primer tratado de
la generación y corrupción, que todos los cuerpos inferiores está regulados
y conservados por el movimiento alternativo de los cuerpos celestes y de
los elementos que entran generalmente en la composición de los mixtos.
Aun agrega que los animales dependen enteramente de los planetas, que
120 D octos M ookne

determinan y dan el ser que aquéllos deben tener; de manera que si todos
los cuerpos inferiores, tanto en particular como umversalmente, reciben
las influencias de los que les son superiores, y si todo lo que es creado
depende y está sujeto a los cuerpos celestes, es necesario que algún planeta
le dé una forma determinada de cualquiera especie, porque si recibiera
una general de todos los cuerpos celestes reunidos, esta forma no podría
ser determinada, sino indiferente, ya que el motivo que por una parte le
impelería a darle tal forma, por otra se vería recusado e impelido a darle
otra (todas las formas son indiferentes en el primer motor, como lo ase­
gura el Comentador y por consecuencia, estando dispuesto un cuerpo por
el primer motor, se impone que reciba por la influencia de cualquier
planeta particular, la disposición a determinada forma o especie, pues que
una causa física no es bastante, ni aun con la influencia común de los
cuerpos superiores). Esto es claro, indubitable; porque la simiente que
entró en la luz, conservando la misma potencia que tenía antes de entrar
y siendo esta potencia regulada indiferentemente por los cuerpos celestes,
lejos de recibir la forma que debería tener, recibiría otra que sería natu­
ralmente contraria. Éste es el razonamiento de Aristóteles en su segundo
libro de la generación y la corrupción, donde dice que al salir el sol los
animales están llenos de vida, y al ponerse, languidecen. Esto demuestra
que todas las criaturas, después de haber sido preparadas y dispuestas por
la primera inteligencia, tienen aun necesidad de influencias especiales de
cualquier signo celeste que les imprima una forma particular.
De esta manera se ve que hay dos potencias en Saturno: una, la de
preparar la materia en general, y la otra, la de darle cierta forma parti­
cular. Sin embargo, aun cuando se dice que Saturno domina siempre en
la concepción, debe entenderse solamente en el sentido de que comunica
tal disposición, que ninguna otra parte celeste podría comunicar.
De este modo, si Saturno no reina en ciertas horas del día o de la
noche, cesando en ellas su influencia, es porque otro planeta o estrella
diferente infunde otra forma contraria a la de Saturno, o porque los acti­
vos no obran sino sobre un sujeto bien preparado. Si alguno pregunta por
qué razón están todas las cosas así dispuestas, se le puede y debe respon­
der que Dios lo ha ordenado de esta manera, que Él rige y gobierna sobe­
ranamente en todo, dando a cada cosa una virtud propia y proporcionada
a lo que reclama su naturaleza.
Después de haber dicho que durante el primer mes, Saturno domina
en la concepción, Júpiter ocupa su lugar en el segundo, y por un favor
especial y una virtud que le es singular, dispone la materia a tomar y
recibir los miembros que debe tener. Además, refuerza por un calor es-
La Grakde y A lta Magia 121

pedal y maravilloso la materia, y humedece todas las partes que habían


sido desecadas por Saturno durante el primer mes. En el tercero, Marte,
con su calor, forma la cabeza, y distingue seguidamente unos miembros
de otros, por ejemplo: separa el cuello de los brazos, éstos de los costados,
y así sucesivamente.
El Sol, dominando en el cuarto mes, imprime la3 diferentes formás,
crea el corazón y da el movimiento al alma sensitiva, si hemos de creer
a los médicos y a algunos astrónomos; pero Aristóteles es de otro parecer,
y sostiene que el corazón es engendrado antes que ninguna otra parte, deri­
vando todas ellas de aquél. Otros, queriendo esclarecer lo anterior, dicen
que el Sol es el manantial y origen de la vida.
Venus, en el quinto, perfecciona por su influencia algunos miembros
exteriores y forma otros; como las orejas, la nariz, los huesos, el prepucio
en los machos, la naturaleza y las mamas en las hembras. Además, separa
y distingue las manos, los pies y los dedos.
Durante el sexto mes, bajo la dominación e influencia de Mercurio,
se forman los órganos bucales, las cejas y los ojos, crecen los cabellos y
salen las uñas.
La Luna termina en el séptimo mes lo principiado por los otros pla­
netas, porque llena con su humedad todos los vacíos que hay en la carne.
Venus y Mercurio, humedeciendo todo el cuerpo, lo nutren de lo que es
necesario.
Se atribuye el octavo mes a Saturno, que por su influencia refría y
seca bastante. Los astrónomos dicen que el feto engendrado en este mes,
nace moribundo o muerto, como se hará ver a continuación. Pero Júpiter,
que reina en el noveno, reanima con su calor y su humedad, y el que nace
en este mes es fuerte, sano y de larga vida: el calor le da la fuerza }
la humedad la longevidad.
Pero es necesario todavía consignar que todos los miembros del
cuerpo dependen de los doce signos del zodíaco. El Carnero es el primero
de los signos celestes, y cuando encierra al sol con moderación, comunica
calor húmedo y excita a la generación. Por esta razón se considera el movi­
miento del sol en el Carnero como la fuente y origen de la vida, y se le
atribuye la cabeza del hombre con todas sus partes; porque así como la
cabeza es la parte más noble del cuerpo, así el Carnero en el cielo es el
más noble de todos los signos; y esto con razón, puesto que el sol, en
conjunción con él, mueve y excita el calor y la humedad de la naturaleza,
de la misma manera que la cabeza en el hombre es el principio de los
espíritus vitales.
122 D octor M oorne

El Toro domina sobre el cuello; los Gemelos sobre las espaldas; Cán­
cer sobre las manos y los brazos, el León sobre el pecho, el corazón y el
diafragma; Virgo sobre el estómago, los intestinos, las costillas y los
músculos. Todos estos signos, dividiendo el cielo en dos partes iguales, no
gobiernan más que en la mitad del cuerpo. Libra cuida, en la otra se­
gunda parte, de los riñones y es el origen y principio de otros miembros;
el Escorpión, las partes pudendas tanto en el hombre como en la mujer:
Sagitario, la nariz y los excrementos; Capricornio, las rodillas y lo que
está por cima; Acuario, los muslos; y Piscis, que es el último, comunica
sus influencias sobre los pies.
Ved, en pocas palabras, lo que se refiere a los doce signos del zodíaco
y su relación con las diferentes partes del cuerpo. Y no se crea que estas
cosas sean fingidas o imaginarias, porque pueden experimentarse en mu­
chas consecuencias.
Sépase pues, que es muy malo ofender cualquier miembro cuando
la Luna está en el signo que le domina. La razón de ello estriba en que la
Luna aumenta la humedad; y esto se verá claramente si se expone carne
fresca a los rayos de la Luna, por los muchos vermes que aparecerán en
ella. Lo que no sucede casi nunca con los otros planetas, sucede de ordi­
nario en Luna llena.
Para comprender debidamente lo que acabamos de decir, es preciso
considerar con Alberto el Grande que la Luna tiene cuatro diferentes esta­
dos o fases: en la primera es cálida y ¡húmeda; en la segunda es cálida y
seca basta su plenitud; en la tercera va haciéndose fría a medida que
decrece, y en la cuarta conserva su frialdad hasta que se aproxima al sol.
En este estado es cuando más particularmente corrompe lo húmedo: y
como por entonces ella aumenta la humedad en los miembros, no se puede
lastimar ninguno de éstos sin peligro, porque no se puede aumentar hume­
dad a la humedad, sin daño.
Se podrían agregar aquí los efectos de la Luna en su último cuarto,
cuando sus rayos ¡hieren paralelos la cabeza del que duerme. Le producen
emicrania y le originan reuma; y la razón de ello, no es otra que la que
queda expuesta más arriba.
La Grande y A lta Magia 123

Capítulo III

De las influencias de los planetas; de la manera como obran en


e! cuerpo y de cómo se efectúan las dobles generaciones

Es muy a propósito que tratemos ahora de las influencias de los pla­


netas; de eso que los antiguos llamaron el Dios de la Naturaleza, y que
domina sobre el hombre, tanto en lo relativo al cuerpo como en lo relativo
al alma.
Saturno, que es el más elevado, más oscuro, más pesado y más lento
de todos los planetas, hace que aquel que nace bajo su dominación, tenga
el color del cuerpo oscuro, los cabellos negros y fuertes, la cabeza grande
y barbuda, el estómago pequeño, y los talones hendidos; esto en cuanto
al cuerpo, que en cuanto al alma es ruin, pérfido, traidor, colérico, melan­
cólico y de mala salud; ama la ruindad y se complace en tener malos
hábitos; no está sujeto a la lujuria ni a la carnalidad, al contrario, las
rechaza; en una palabra: se puede decir, según el parecer de mi maestro,
que es muy experto en esta ciencia, que todo hombre que viene al mundo
bajo la dominación de Saturno, tiene todas las malas cualidades del cuerpo
y del alma.
Júpiter, que es un planeta benigno, brillante, atemperado y feliz, da
al hombre que nace bajo su dominio un hermoso rostro, ojos claros y
barba redonda; además, este hombre tiene los dos dientes superiores
grandes y separados uno de otro, la tez blanca, sonrosada y los cabellos
largos. Por lo que respecta al alma, es bueno, honrado y modesto; ama
el honor, los buenos hábitos y la compostura, y se complace en los sabores
delicados y en los olores exquisitos; es misericordioso, bienhechor, mag­
nánimo, agradable, virtuoso, sincero en sus palabras y grave en su andar,
mirando lo más frecuentemente al suelo.
El hombre que nace bajo el planeta Marte, inmoderado en su calor y
sequedad, es de color rojizo, parecido a los que han sido tostados por el
sol, tiene los cabellos cortos, los ojos pequeños, el cuerpo encorvado y gro­
sero, y es inconstante, falaz, desvergonzado, pesimista, traidor, soberbio y
capaz de sembrar toda clase de discordias y discusiones.
El Sol, al que se llama ordinariamente el ojo y la luz del mundo,
da al que viene al mundo bajo sus auspicios bastante carne, un rostro
124 D octor M oorne

A lb e r to e l G r a n d e
L a Grajxde y A lta Magia 125

bonito, grandes ojos y larga barba y cabellos; algunos dicen que el hom­
bre nacido bajo la dominación del sol, es hipócrita y no tiene más que
bella apariencia; otros aseguran que ama las ciencias y se hace muy sabio;
y no faltan quienes creen que es regular, piadoso, devoto, sabio, rico,
amante de los buenos y instigador y enemigo de los malos.
El que nace bajo Venus, que es planeta bienhechor, es bello y tiene
los ojos y las cejas carnosos y elevados, es de mediana estatura, y en lo
que respecta al alma, es franco, placentero, sabio, ama la música, el placer,
las diversiones y la danza, y se complace en tener buenos hábitos y en
el andar moderado.
Mercurio, que los astrónomos dicen se halla siempre cerca del sol,
del que toma su luz, hace que el hombre que nace bajo su dominio esté
bien conformado, tenga mediana estatura y una bonita barba; y en cuanto
al alma, es sabio, sutil, ama la filosofía y el estudio, es justo en el hablar,
se hace de amigos y no goza nunca de muchas riquezas; da sanos con­
sejos, es parco, es incapaz de infidelidad y de traición y no aconseja
jamás un mal proceder ni se relaciona con malas compañías.
La Luna, que es bastante más movible que los otros planetas, hace al
hombre errático, veleidoso, verídico en sus palabras, impropio para nada,
agradable y de una elevación mediocre; tiene los ojos desiguales, de los
que uno es siempre mayor que el otro.
Conviene saber que todos los planetas y las otras partes de las esferas
celestes, influyen y se comunican por una virtud divina, y obran siempre
necesariamente; por lo que puede sostenerse, sin temor a yerro, según
lo que hemos dicho anteriormente, que todas las cosas terrestres están
gobernadas por las superiores y celestes, y que los sacrificios y los holo­
caustos que se ¡hacen en el mundo son inútiles y no pueden impedir las
influencias de los cuerpos celestes, que dan la vida o la muerte.
■Puede que alguno crea que be caído en dos grandes defectos: el pri­
mero, que no examinando más que la superficie de mi discurso, se podría
concluir de mis palabras que nada acontecería en el mundo sino por nece­
sidad y absolutamente; y el segundo, que quiero en este libro oscurecer
y destruir la verdad. Entiendo que he explicado tan ampliamente y con
tanta claridad y utilidad cuanto se relaciona con los planetas y demás
cuerpos celestes y sus influencias sobre los cuerpos inferiores, que es inútil
y fuera de propósito que me extienda ni una línea más.
126 D octor M oorne

Capítulo IV

Cómo se engendran los animales imperfectos. — Los efectos


admirables del cabello de la mujer. — Diversidad de
animales y su procedencia.

Para esclarecer lo más posible cuanto llevamos dicho hasta aquí y


demostrar cómo se forman y nacen muchos niños gemelos, es a propósito,
y aun necesario, abandonar por algún tiempo este camino y hacer segrega­
ción de la generación humana para hablar de la de los animales imper­
fectos engendrados de la corrupción.
Sobre esto es preciso decir que los animales imperfectos son, por
ejemplo, las moscas, los vermes, y muchos otros de esta naturaleza, que se
forman de una materia corrompida y por consecuencia de una materia
diferente y contraria a la de los animales perfectos que son engendrados
y formados por otros medios.
Hay bastantes que dudan si los animales imperfectos se engendran
de semen o de corrupción. Avicennes, en su tratado del diluvio, cree que
pueden formarse de ambas maneras, y lo prueba diciendo que podría so­
brevenir otro diluvio universal, y en tal diluvio, todo lo que fuera vivo
se corrompería: luego, habiéndose corrompido todos los cuerpos vivos, las
influencias se ejercerían sobre sus cadáveres, y entonces, por una virtud
sobrenatural y celeste, se engendrarían otros animales parecidos a los
anteriores; de manera que, habiendo sido formado uno de esos cadáveres
podridos, engendraría otros semejantes en un todo a él. Esto mismo lo
demuestra claramente con otro ejemplo. Tomad, dice, cabellos de una
mujer, ponedlos bajo tierra bien sazonada, donde haya habido un ester­
colero durante el invierno, y al principio de la primavera o del estío,
cuando el cabello se haya calentado por el calor del sol, engendrará ser­
pientes, que seguidamente darán nacimiento a otras de la misma especie.
Lo mismo se advierte con un ratón engendrado primero de podredumbre
y que en seguida da nacimiento a otro.
Podrían darse muchas más razones, pero las expuestas son suficientes,
porque sería muy largo de referir todo lo que con esto se relaciona.
Pero se puede decir en pocas palabras que la opinión de Avicennes
es falsa. La razón de ello es, que si lo que él sostiene fuera posible, de la
La Grande y A lta Magia 127

misma manera que cada uno tiene la materia que le es propia, debería
también ¡haber un agente y una forma particular a los seres imperfectos;
y como estos animales tienen diferentes formas, sería preciso, por conse­
cuencia, que tuvieran diferentes materias y diferentes principios de ge­
neración.
Sin embargo, el filósofo dice que esos mismos animales, al menos en
cuanto a la especie, pueden ser engendrados o formados de corrupción,
de la misma manera que la salud puede ser conservada por el arte casi
igual que por la naturaleza; todo lo cual no concuerda con lo sostenido
por Avicennes, que dice que los animales perfectos no pueden ser engen­
drados sin cohabitación; y Avicennes es también diferente y aun contrario
en opiniones al filósofo que quiere que la destrucción universal por el
fuego o por el agua, sea imposible en lo que afecta a la naturaleza. Alberto
da esta razón porque, dice, el diluvio no puede venir sino de una conste­
lación húmeda y cálida; así, a medida que la humedad inunda la parte
de la tierra que está bajo su égida, el calor va proporcionalmcnte secando
la otra parte en que él domina. Por nuestra parte, dejamos a otros la tarea
de poner de acuerdo a Avicennes con el filósofo sobre materia tan es­
pinosa.
Para responder a esta cuestión, se dice que los animales imperfectos
pueden ser engendrados sin cohabitación y el comentador da la razón de
ello diciendo que el calor, fraccionando un cuerpo mezclado, extrayendo la
materia sutil y dejando la grosera, forma un nuevo cuerpo; pero propia­
mente hablando, esto no lo hace el calor, sino la influencia de una cons­
telación celeste. El sentir de este filósofo es, que la materia de que está for­
mado el anima], es cierta humedad sutil, sobre la cual obra un calor natural
por medio de una potencia superior, y este mismo calor, siendo proporcio­
nado a la materia, le da la forma de tal animal, y la separa de todas las otras
partes groseras del cuerpo terrestre. Sostiene, además, que esta generación
es unívoca virtual y no formalmente, lo que disipa la duda de algunos
que dicen, que todo lo que se engendra en una especie, debe ser engen­
drado por otro ser de la -misma especie, lo que es verdad, como queda
dicho, virtual o formalmente, porque se ve con frecuencia que de la misma
materia nacen animales imperfectos, por ejemplo: de los excrementos de
un caballo se forman moscas, avispas y muchos otros de color y figuras
diferentes.
Pero la causa de la diversidad de estos animales es la diversificación
del semen: esto es indudable, sobre todo en los animales perfectos.
Los animales imperfectos son formados de otra materia, y por lo
mi*mo se multiplican en proporción a la humedad que *e divide y sale
128 D octor M oorne

por los poros de un cuerpo corrompido; lo que da lugar a que se formen


de él a un mismo tiempo muclias especies diferentes, por la diferencia
en la humedad que sale de cada parte.
Si ciertos animales son grandes, largos, delicados, y otros pequeños,
es debido a esa misma diferencia de humedad. Aquel que es cálido, seco y
bilioso, forma un cuerpo largo, flaco y enjuto, por el calor que le dilata;
el que es frío y flegmático, hace el animal pequeño y rechoncho, a causa
del agua que se evapora y del frío que congela; pero aquel que es san­
guíneo y cálido, engendra el animal ni muy pequeño ni muy grande, a causa
de la mezcla atemperada del calor y de la humedad. La humedad melan­
cólica hace al animal muy pequeño y raquítico, porque la sequedad y el
frío le impiden engordar y alargarse. El animal, en fin, que es formado de
humedad biliosa, mezclado por azar con calor, es largo y muy delgado, a
causa del calor que le dilata extremadamente y de la sequedad atemperada
que le adelgaza; y es preciso notar que el bilioso es de color pálido, el
sanguíneo encarnado, el melancólico negro y el flegmático blanco. No
hay duda de que aquellos que tienen la naturaleza mezclada, también
tienen mezclada la naturaleza de su color.
Se ha mostrado en este capítulo de qué manera se engendran los
animales perfectos e imperfectos, y se ha dado la razón del porqué un
animal' es corto o largo y de dónde le proviene su color. En el capítulo
siguiente nos ocuparemos de la manera como se forman los monstruos
o los seres que nacen con una figura o proporciones contrarias a las de
sus congéneres.

Capítulo V

D e los monstruos de ia naturaleza y cómo se forman etc.

Aristóteles, en su segundo libro de física, dice que la naturaleza


tiene sus defectos como el arte. El pensamiento de este filósofo concuerda y
sirve admirablemente al esclarecimiento de nuestro tema; porque los mons­
truos en la naturaleza no son otra cosa que individuos de cualquier es­
pecie a quienes les falta alguna parte o les sobra. Esto se ve frecuentemente
en los hombres que nacen con un pie o una mano solamente, y así en los
demás; pero es preciso señalar que estos defectos, que los filósofos llaman
L a Grande y A lta Magia 129

monstruos de la naturaleza, provienen de diferentes causas: ora por escasez,


ora por abundancia de materia.
jPrimeramente, la naturaleza, que es sabia e ingeniosa, hace sus posi­
bles por formar los principales miembros que un niño debe tener, y des­
pués de 'haberlos formado y colocado en orden, trabaja en la formación
de los otros con la materia que le resta. Si hace algún miembro más pe­
queño de lo que debiera ser, es porque le falta materia, porque no tiene
con qué realizarlo, y de aquí el monstruo natural; lo que explica perfec­
tamente por qué algunas veces la. cabeza de un animal es más grande o
más pequeña que lo que reclama su naturaleza: si no hubiera habido ni
sobra ni escasez de materia, la cabeza deforme hubiera sido proporcionada
al individuo; y esto que se dice de la cabeza, puede aplicarse a todos los
otros miembros, como afirman los naturalistas y los médicos.
En segundo lugar, se atribuye la falta de materia a alguna constela­
ción que domina especialmente sobre ciertos miembros.
Según el pensamiento del mismo filósofo, lo que es mezcla y compo­
sición proviene de los cuatro elementos, de suerte que el que toma de la
naturaleza del fuego, conserva su cualidad, y lo mismo el que toma de la na­
turaleza de la tierra y de los otros elementos. Nadie imagine que yo cruie-
ra decir que los elementos están formalmente en los mixtos, lo que sería
contrario al sentir del filósofo, que dice, en el primer libro de la genera­
ción, que los tales no están en ellos sino virtual y potencialmente. No
obstante se puede hacer que alguna vez el semen sea disminuido por algún
impedimento especial y particular; pero si esta disminución viene de la
tierra, se la nota en los huesos, que son ios que toman de ella la princi­
pal y primera materia de su formación. Cuando la materia falta, se ve que
los niños nacen con un pie o un dedo, otras veces sin brazo; pero cuando
es abundante, nacen lo más frecuentemente con ocho dedos en las manos,
o en los pies, con dos cabezas, o con cualquier otra cosa parecida.
Precisa, pues, consignar, que el monstruo de natura no proviene sola­
mente de la parte material, sino, como se ha dicho, de la mala disposición
de la hembra.
Este accidente se presenta de diferentes maneras; pero como sería
muy prolijo tratar de ellas, diremos solamente que cuando tal acontece,
viene efectivamente de la materia.
Otras veces, la gran cantidad de materia contribuye mucho, aunque
en diferente forma, al engendro de los monstruos, porque cuando la mate­
ria superabunda en todas las partes, se originan como tumores en los
miembros, se forman dos cabezas o cuatro pies en lugar de dos, de los
130 D octor M oorne

que unos son ¡mayores que otros, o bien se forma una joroba sobre el
estómago o el ■dorso.
Alberto dice que así como hay monstruos de cuerpo, los hay también
de espíritu; y os habla de dos gemelos, de los que uno tenía en su lado
derecho una virtud con la cual, y en cualquier sitio a que se dirigiera,
abría todas las cerraduras que se opusieran al susodioho lado, mientras que
por una potencia contraria que tenía en su parte izquierda, cerraba todas
aquellas que estaban abiertas, en cuanto se aproximaba a ellas. (Esto de
abrir y cerrar candados, se sobreentiende que se refiere a los de las puer­
tas de las casas.) No hay duda que esto no proviene de la materia, ni tam­
poco de una sola constelación del cielo, sino de una disposición especial
de la ¡materia para tales efectos, porque los activos no obran sino sobre
una materia bien dispuesta y sobre un sujeto preparado, como anterior­
mente se ha dicho.
En fin, para que nadie crea que lo que hemos anticipado es falso,
diremos que se ve esto mismo en ciertas piedras, tan pronto como uno las
divide, y en las cuales una constelación particular, por su influencia, ha
impreso una figura y forma de hombre, o cualquiera otra especie. Por
esto no debemos extrañarnos que tales accidentes se encuentren en dos
gemelos, ya que se presentan en muchas cosas, y éste es el sentir de Avi-
cennes en su segundo libro de metafísica, y de Aristóteles en el tercero de
los meteoros.
Quizás alguno se pregunte, en presencia de los monstruos, si la natu­
raleza se ve cohibida en sus funciones que estriban en obrar siempre de
una manera regular e infalible. A esto responderemos con Avicennes, que
no es siempre posible por parte de la naturaleza, hacer que toda la mate­
ria tienda a su fin; porque en cuanto ésta está privada de su acción ordi­
naria, aquélla tampoco la tiene.

Capítulo VI

D el flujo periódico a que está sujeto el sexo femenino

En la constitución actual de la especie humana, la mujer está sujeta


a una fluxión de sangre que aparece exactamente todos los meses (excepto
durante el embarazo) y cuyas presentaciones periódicas son desde la pu­
bertad, es decir, desde los catorce o quince años, hasta los cuarenta y
La Grande y A lta Magia 131

cinco o cincuenta. Esta función es en ella característica y necesaria por


razón del sexo, y parece como si toda otra función estuviera subordinada
a la primera. Durante este intervalo de la vida, dicha fluxión es en la
mujer el signo, y por decirlo así, la medida de su salud. Sin él la belleza
no nace o desaparece, el orden de los movimientos vitales se altera, el
alma languidece y el cuerpo se deteriora.
La evacuación menstrual dura ordinariamente de tres a seis o siete
días, y la cantidad de sangre que se evacúa llega de ocho a dieciséis o die­
cisiete onzas. Esta evacuación se aproxima más o menos al estado de en­
fermedad, según se aleja más o menos de ciertos límites naturales, a menos
que las pérdidas que sufra no tengan razón de ser en la constitución par­
ticular del sujeto, o en cualquier otra circunstancia que las excuse.
Cualquiera que sea la causa y el efecto del flujo menstrual, no es du­
doso que no sea una incomodidad en todas las mujeres, y en un gran nú­
mero de ellas un malestar que semeja más o menos al estado de enferme­
dad. No obstante este malestar, evitando afecciones más graves, se troca en
un fundamento de la salud en el sexo, como las hemorroides y otros flujos
habituales lo son en el hombre 1. Y tal es en la actualidad el modo de ser
de la especie ¡humana, que las enfermedades mismas son para ella recursos
necesarios, no quedándole otro que la elección entre los males.

Capítulo VII

D e los signos de fecundidad de la mujer

El flujo menstrual es un signo tan inequívoco de la fecundidad, que


él va siempre unido a los deseos que deben realizarla. Los cambios que se
operan entonces en el carácter de la mujer no son quizá menos sensibles

1 Si los hombres están menos sujetos que las mujeres a los flujos sanguíneos
es posiblemente porque su género de vida más activo y de mayor ejercicio, les hace
menos necesarios. Quizá los primeros no tienen árgano apropiado para esta especie
de excreción, como lo tienen las mujeres; resultando de aquí que no pudiendo
expeler esta materia, se origina en ellos un germen de enfermedades crónicas que no
existen en las mujeres que reglan en debida forma. Esto es lo que hace, sin dufla
alguna, que el asma, el cálculo, la nefritis, la gota, la parálisis, la apoplejía J
otras enfermedades, son más frecuentes críre los hombres que entre las mujeres.
132 D octor M oorne

que las alteraciones físicas que se manifiestan en su cuerpo. Los autores


acostumbrados a referirlo todo a explicaciones mecánicas, creen que la
fuente de la propensión al amor depende, en los hombres, de la abundan­
cia de licor seminal, y en las mujeres, del espesor de los ovarios. Se fun­
dan en que se ha notado esta segunda parte muy hinchada en los sujetos
que habían estado atacados de eso que se llama furor uterino, y en que
los animales poco dotados de tal parte sienten poco el aguijón que les
excita a multiplicarse.
Estos hechos no son tan concluyentes como podría suponerse. Una
parte engorda en proporción de la cantidad de humores que la naturale­
za deposita en ella. En las personas frecuentemente atormentadas de deseos
los órganos destinados a su satisfacción se encuentran naturalmente más
llenos que los otros porque los licores que contribuyen a darles la dispo­
sición conveniente a sus funciones moran en ellos más, les nutren con
exceso y aumentan por consecuencia su volumen. Así, el espesor de los
ovarios podría con más razón considerarse efecto que no causa de los
deseos relativos al acto venéreo. Cuanto a la extirpación de esta parte,
puede muy bien alguna vez secar la fuente, pero el remedio no resulta
siempre. Es cierto que en la mayor parte de los animales que se mutilan,
su naturaleza se hace indiferente a una función que siente no poder llenar
por falta de instrumentos; pero como hemos dicho hablando de los eunu­
cos, hay enj ellos algo que parece desafiar su degradación misma. La na­
turaleza no se obstina en un combate que no puede aportar sino instru­
mentos inútiles.
El sistema animal consiste en una serie de operaciones sucesivas.
Cada edad está caracterizada por funciones que le son propias. A la edad
de la pubertad se desenvuelve la de la conservación de la especie como
último fin. La naturaleza prepara entonces todos los materiales necesarios,
y aun cuando se hallan en germen, están lejos de nacer de sopetón los de­
seos. Pasa algún tiempo en que éstos no son más que anhelos sin objeto,
movimientos vagos de un instinto que busca un algo que desconoce. Si
este interés naciente hace alguna vez experimentar las impresiones de una
melancolía enternecedora, parece otras irritarse contra todo lo que es ajeno
y aligerarse por las bruscas sacudidas de un humor feroz. Pero este últi­
mo sentimiento se dulcifica cuando su objeto le es más conocido y deter­
minado; entonces se hace más tratable, y querría asociar todos los seres a
su pasión para mejor escoger.
Se observa que los amantes son, de ordinario, generosos, humanos y
bienhechores, sea porque, no dando importancia más que al objeto de que
La Grande y A lta Magia 133

se ocupan, estiman en poco el bien que a los demás 'hacen, o sea que la
necesidad que en sí experimentan Ies predispone a sentir mejor las nece­
sidades ajenas.

Capítulo VIII

De las causas m ateriales que contribuyen al desenvolvim iento de


los deseos amorosos. Investigaciones sobre las señales de la
virginidad en las mujeres

Se ha insistido bastante sobre las causas materiales, y que se refieren


a la conformación de las partes, para explicar los actos de un amor desor­
denado. Se ha olvidado o se disimula el poder que ejercen sobre nuestra
alma una infinidad de causas morales, tal como la lectura repetida de libros
eróticos, la imaginación por largo tiempo fijada en imágenes voluptuosas,
el recuerdo de una dicha perdida sin esperanza o de un placer sólo entre­
visto y disipado, un dulce matrimonio frustrado por la viudez o la sepa­
ración cruel, etc. Los sentidos, una vez embargados por cualquiera de estas
causas, o por todas al mismo tiempo, no nos presentan los objetos tal como
son, sino tal como convienen al sentimiento que nos anima; el alma, absor­
ta en una sola idea, parece relacionar a ella todas las sensaciones que re­
cibimos; todas sus facultades, sugestionadas a la vez, cambian la natura-
leza de las impresiones que Ies afectan; el menor canto, que en otras
ocasiones hubiéramos oído indiferentes, nos proporciona entonces dulce
languidez o nos despierta la actividad del deseo.
Si los colores de las flores no nos ofrecen otra cosa que contrastes
agradables, o comparaciones que hacer, en las que nunca está la ventaja
de su parte, su aroma causa en nuestra imaginación un estremecimiento
que se comunica a todo el cuerpo y despierta una impresión de voluptuo-
dad. ¡Qué de lazos no hay para la enamorada en la oscuridad y silencio
de un bosque! El sentido del tacto es en este caso el más vivo y singular­
mente afectado. ¡Una mano topando por azar con o tra !.. . ¿Quién puede
definir el mágico efecto de este contacto? El individuo apasionado que
lo ha sentido no respira; su corazón palpita, un torrente de fuego circula
rápidamente por sus venas; no se conoce; en fin, todo toma el matiz de la
pasión en que él se agita, y parece aumentarla: no ve otro que ella, no oye
otro que su voz. ¿Hace falta decir que en esa crisis apenas es entendida
134 D octor M oorne

la voz de la razón? No es, pues, necesario para hallar la causa de este fe­
nómeno, suponer un vicio orgánico en las partes que sirven inmediata­
mente a la generación.
La naturaleza nos conduce a esta función por la atracción del placer.
Como se ha discutido todo, se 'ha querido saber si el que las mujeres gozan
es tan vivo como el del hombre. Cuestión viciosa, digna de estudio, y que
es tan inútil como imposible de resolver. Lo esencial es, sin ningún géne­
ro de duda, y a la par que esencial, un deber de todo ser inteligente y sen­
sible, no consentir en ser dichoso uno solo, sin estar seguro de que los
otros lo son también; pero es una vana sutilidad querer determinar con
fidelidad la dosis de gozo que experimenta cada uno. ¿Qué importa lo más
y lo menos? Bástenos saber que la naturaleza no es madrastra para nadie.
El ardor impetuoso con el cual el hombre busca unirse a la mujer,
parece debía excluir en él un gusto raro y contradictorio, que turba algu­
nas veces su reposo. Cuando el hombre ha conseguido dominar todas las
dificultades que se oponían a su pasión; después que ha derribado todas
las barreras y que ha marchado de victoria en victoria, al verse dueño de
todo y que no le resta más que gozar, ama encontrar aún un obstáculo
que vencer de un solo golpe: desea que el paso que tanto ha ambicionado
se le presente cerrado. La realidad de este coto es objeto de controversia
entre los anatómicos. Hay quienes dudan que esa película que llaman himen
y que se dice cierra la entrada de la vagina, exista en el estado natural de la
mujer, y no admiten sino un duplicado de la membrana que tapiza el in­
terior de este conducto. Tal duplicado, según ellos, estrecha no más el ca­
libre, basta que sea ensanchado u obliterado por el ejercicio reiterado de
esta parte. Otros, más favorables a los prejuicios corrientes, quizás engaña­
dos por falsas apariencias o por producciones contra natura, aseguran
que el himen se halla en todas las mujeres en quienes algún accidente o
imprudencia no lo haya destruido.
La importancia de esta parte, verdadera o supuesta, no es la misma en
todos ios países. En algunos pueblos del Norte, donde la imaginación fría
no sabe agregar nada a lo que perciben los sentidos, y éstos no muestran
los objetos sino con sus cualidades reales, el himen ha debido tomarse por
lo que es en efecto, cuando se le considera físicamente, es decir, un emba­
razo. Así se comprende que en algunos de estos pueblos, según se dice, la
pereza voluptuosa de los ricos pague alguna vez a la robusta indigencia
para que lo libre de un cuidado penoso y le prepare una guta de placeres
fáciles. Por el contrario, en los pueblos del Mediodía, donde el sentimien­
to del amor tiene una energía prodigiosa y donde los hombres, no conten­
tos con el presente, querrían gozar con el pasado, se ha debido dar el mayor
La Grande t A lta Magia 135

valor en las mujeres a este signo, porque por él se comprueba su integri­


dad. En tales pueblos se mira esto como un don precioso, y no hay nada
que no se haga para asegurarlo. Los celos en el' hombre, siempre prestos a
soliviantarse, no sabrían hallar su seguridad en otra cosa que en precau­
ciones brutales o en investigaciones odiosas que ponen en tortura el pudor.
En fin, su extravagancia parece hacerle creer que la naturaleza, prestán­
dose a sus caprich-os tiránicos, le da el modelo de sus cerrojos.
Las ideas orientales, llegadas a nosotros poco a poco, habían reducido
también a un arte, en nuestros climas, la manera de descubrir la virgini­
dad. Existió durante mucho tiempo una jurisprudencia fundada en este
arte, de la que nos quedan aún algunos vestigios. Se puede ver en Guhert
y en Venette extractos jurídicos concebidos en términos técnicos, y según el
grimorio ridículo que las matronas empleaban. Éstas contaban catorce
signos, con los cuales se podía, a su decir, convencer si una joven había
sido desflorada; pero nosotros remitimos al lector y a las matronas al pro­
verbio de Salomón.

Capítulo IX

De la influencia de la mujer en la obra de la generación

¿Cómo concurre la mujer a la producción de un nuevo ser? ¿Cuál


es su influencia en una función que no puede ejercer sin el concurso del
hombre? Aquí se abre un vasto campo a las opiniones humanas, que, como
vanos sueños que se destruyen entre sí, no ofrecen al espíritu más que dé­
biles fulgores para sumirle luego en profunda oscuridad o en un vacío
humillante. Parece, sin embargo, que la primera mirada que echaron los
hombres sobre sí mismos, ha sido en ésta, como en muchas otras cosas, la
más cierta y feliz. El resultado de sus primeras observaciones es aún el
monumento más honroso para la razón humana: el sistema de Hipócrates
sobre la generación, es en nuestros días, mal que pese a nuestro progreso,
el más probable; de manera que puede decirse que durante más de dos
mil años no ha cesado el hombre de engañarse, aceptando y eliminando
todos los errores, todos los descubrimientos ,y todos los sueños, para a la
postre repetir lo que Hipócrates dijo.
Su parecer sobre la manera como la especie humana se conserva y se
136 D octor M oorne

propaga, ha sido reproducida por un naturalista célébre, Buffon, que lo


ha embellecido con los atractivos de su elocuencia, pero que lo ha hecho
más sólido, añadiéndole accesorios poco compatibles con las ideas de nues­
tros antepasados. Se podría decir que el sistema de Hipócrates ha perdido
más que ganado recibiendo la sanción de la física moderna. Este médico
consideraba el semen en el hombre y en la mujer como extracto de todas
las partes del cuerpo; creía que el licor seminal del hombre mezclado con
el de la mujer en la copulación y arrastrado por la naturaleza o por una fa­
cultad generatriz, formaba un nuevo ser. Se dirá, quizá, que las palabras
facultad generatriz son frases desprovistas de sentido, que no nos dan ningún
conocimiento real, una de esas expresiones vagas con que los antiguos sus­
tituían a las explicaciones más precisas que la sana filosofía requiere. Con­
venimos en que la idea de la facultad generatriz no nos enseña nada
respecto a la manera como la misma obra, pero creemos que este principio,
cuya existencia, atestiguada por la antigüedad, es confirmada al presente
por muchos fisiólogos, una vez admitida, nos ahorra todos los errores que
los razonamientos físicos, aplicados a los cuerpos organizados, deben con­
tener necesariamente, y hace desaparecer todas las lagunas, todas las difi­
cultades que se ofrecen a cada paso en los diferentes sistemas sobre la
generación.
Si no se admite un principio activo que se ingiere en nuestras funcio­
nes corporales, es preciso suponer un encadenamiento de causas en que
los movimientos ligados entre él, terminen en dos resultados precisos,
exactos, siempre los mismos, como los que producen los resortes de un
reloj. Luego, no solamente la experiencia es contraria a esta suposición,
sino que el más simple examen hasta para ver que esto es imposible en los
cuerpos organizados, continuamente en hito a una infinidad de agentes
que los rodean y que deben cambiar a cada instante su determinación. Tie­
nen, pues, necesidad de ser regidos por un principio independiente hasta
cierto punto de las causas físicas, y que va a su fin sin que nada le estorbe;
y este principio es el que anima los cuerpos vivos.
Los diferentes períodos que subdividen la vida guardan siempre con
poca diferencia el mismo orden: la época de la dentición, la de la puber­
tad, la en que se cesa de engendrar, llegando siempre, con poca diferencia,
a la misma edad, cualquiera que sea su condición, gorda o flaca, débil o
robusta,
La Grande y A lta Magia 137

Capítulo X

Cómo se consigue que un ser nazca macho o hembra

La manera como los cuerpos se nutren y crecen es muy difícil de


concebir. En el sistema donde se trata de ello se dice que por intus-suscep-
ción. Los moldes que admiten la materia orgánica, se lian supuesto, por
consecuencia, interiores; es decir, se iha tratado de explicar una cosa oscu­
ra por otra que repugna.
Nada más arbitrario que la manera como se quiera, en esta hipótesis,
que se formen la placenta y todas las otras dependencias del feto. Se ban
debido hallar, en efecto, muy embarazados para poder decir algo de satis­
factorio sobre la formación de partes que no tienen ningún modelo, ni
ningún molde, lo mismo en el hombre que en la mujer.
Los antiguos, para darse razón de la diferencia de sexos, decían que
el macho y la hembra tienen un semen fuerte y otro débil; que si el semen
del macho, sea por su cantidad, sea por su actividad, es superior al de la
hembra, nace un macho; y al contrario, si el semen de la mujer domina,
resulta una hembra. Esta distinción de diversos grados de actividad en
los licores seminales del macho y de la hembra, no carece de fundamento.

Capítulo XI

En el que se explica lo que determina el parecido


entre el hijo y sus padres

Los antiguos explicaban el parecido de los hijos para con sus padres
como se hace hoy en el sistema de las moléculas orgánicas. Lo deducían
de la naturaleza y constitución de los humores, en los que se supone que
las partes tienen la misma forma y toman la misma dirección que tienen
en el cuerpo del padre o de la madre. Ésta era la opinión común entre los
médicos y físicos antiguos.
138 D octor M oorne

El sistema de Hipócrates, o mejor de los médicos antiguos (porque


es indudable que él había recibido el legado de sus predecesores), fue poco
alterado por los médicos y filósofos que le siguieron. Aristóteles no tuvo
necesidad de forzarlo mucho para encuadrarlo en el sistema general de la
física. Él pretendía que la causa eficiente de la generación está en el semen
del macho que vivifica el de la hembra, es decir, que el macho da la forma
y la hembra la materia, según sus propias frases. Este sistema así modi­
ficado, corrió la suerte de todas las otras opiniones de este filósofo, e hizo
la misma fortuna entre los físicos. Los médicos continuaron admitiéndola
tal como salió de las manos de Hipócrates, hasta que la anatomía vino a
cambiar las ideas.
Esta ciencia, que buscando la estructura de los órganos y la natura­
leza de los resortes que hacen mover a los animales, se propone, como si
esto fuera posible, hacernos conocer todas sus propiedades; esta ciencia,
engrandeciendo el dominio de la física, tan poco extendido como el
de la medicina, en las que casi cada descubrimiento ha sido señalado por
un número más o menos considerable de errores, en cuanto descubrió los
ovarios, dio lugar a creer que en las vesículas redondas que en los mismos
se ven, estaban los huevos. El espíritu humano ansia naturalmente hallar
semejanzas, porque esto solaza su debilidad: muchos hechos reducidos a
uno solo, le torturan menos que si están separados. De aquí que el parecido
que se creyó hallar entre las diversas maneras como se reproducen los
hombres y los pájaros, llamará la atención por su singularidad. Ignoramos
si las mujeres se acomodarán a un sistema que las asimila a las cluecas;
pero en dicho sistema tienen la más grande parte en la obra de la genera­
ción; las considera las depositarlas del género humano; pretende que el
huevo contiene el feto completamente formado, y que el semen del hom­
bre no hace más que darle la impulsión que debe producir su desenvol­
vimiento.
El parecido de los hijos con sus padres no es el efecto de una agru­
pación mecánica de partes semejantes, como suponían los antiguos; sino
que depende en primer término del carácter de la fuerza activa que preside
las funciones vitales del niño. Si esta fuerza, como es verosímil, está dis­
puesta a producir en él los mismos movimientos que en sus progenitores,
se asimilará la materia orgánica que debe nutrir y hacer crecer los dife­
rentes miembros del niño, de la misma manera que se la asimilaron aqué­
llos, y esto debe producir forzosamente la semejanza más o menos perfec­
ta entre unos y otros.
Los hijos se parecerán en parte al padre y en parte a la madre, según
los diferentes regueros de materia seminal que uno y otra hayan aportado
La Grande y A lta Magia 139

a la formación del feto. Si el licor seminal de la hembra es el principio


dominante, las funciones generales del novel individuo serán determinadas
por su impulsión, dejando subsistir, hasta cierto punto, la acción particular
de las partes seminales del macho en los órganos en que aquéllos entren
por cualquier causa. Por el contrario, si el licor seminal del macho adquiere
la principal influencia, él dará el carácter general a los órganos del feto,
sin desvanecer por completo las impresiones particulares que algunas mo­
léculas seminales de la hembra pueden haberle dado.

C apítulo XII

Efectos de los deseos o de la situación moral de la madre


sobre el feto que lleva en el seno

Se pretende que la disposición moral de la mujer durante su embara­


zo, influye sobre el feto, sea para modificar de diversas maneras su cons­
titución física, sea para determinar el carácter y temple de su espíritu.
Hemos dicho anteriormente que era verosímil que los diversos estados de
los humores, por la impresión local que pueden producir sobre las partes
Sensibles, o por la percepción general que al alma alcanza, influyen bas­
tante sobre la manera de ser del feto. Como hay entre él y el cuerpo una
correspondencia íntima y constante, se puede también decir, que los movi­
mientos del alma, refluyendo sobre los humores, causan alteraciones mo­
mentáneas, aumentando o disminuyendo la vitalidad. Si esto fuera, tendría
lugar en primer término por el semen en un momento en que todas las
facultades del alma parecen haberse reunido para vivificarle, y haberse
reconcentrado toda la sensibilidad en el órgano que lo emite. Al menos no
es imposible que la imaginación de la madre, y quizá también la del padre,
tengan alguna influencia sobre la concepción.
Una tradición popular supone que los hijos ilegítimos tienen más
valor y sagacidad que los legítimos. M. Camus dio fe sin duda a esta tra­
dición, puesto que trata de explicarla con hechos. Y dice que los hijos ile-
gíticos son ordinariamente fruto de un amor industrioso; que el espíritu
de sus padres, continuamente aguzado por la astucia necesaria a una ter­
neza contrariada por continuos obstáculos, ejercida por artificios propios
140 D octor M oorne

para burlar los celos de un esposo o la vigilancia de una madre y esclarecida


por la necesidad de usurpar la opinión pública placeres por ella condena­
dos, debe necesariamente transmitir a los bijos que engendre una gran
parte de los talentos a que deben el ser; mientras que los hijos producto de
la indolente seguridad de un amor permitido, deben resentirse de esta espe­
cie de abandono, de esa inercia del alma con la cual se les ha dado el ser.
En fin, la mayoría del pueblo (y las ideas del vulgo no son de desdeñar)
piensa que no es indiferente para el feto la manera como esté afectada el
alma de la madre en el momento de la copulación.
Tampoco debe participar menos el niño de las afecciones de la madre,
después de la concepción, puesto que no deja de ser una parte suya. La
madre le ha asociado a su individualidad, le ha prestado la materia nece­
saria a su nutrición y desarrollo, le anima con su calor, y vive ¡tanto de
la vida que ella le comunica, que no sería sorprendente que las pasiones
que a ella la agiten, se .comuniquen al fruto de sus entrañas.
Lo que no se puede negar es que el espíritu de las mujeres embara­
zadas se modifica singularmente. Sus envidias, sus caprichos, sus disgus­
tos, sus apetencias prueban que están dominadas por sensaciones interiores
que nacen del estado en que se hallan; las envidias sobre todo, que son
en ellas una especie de delirio, podrían muy bien provenir de alguna nece­
sidad que sintiese el feto. El instinto sobreexcitado únese en ellas a rarezas
que consideran a propósito para confortarlas, y estos mismos errores de­
muestran con qué interés no velan aquel instinto por la conservación del
depósito que les ha sido confiado.
Malebranche ha dado, como todos sabemos, la mayor extensión al
poder de la imaginación de la madre sobre el hijo. Muchos autores han
tratado de refutarle, pero los medios de que se han valido son muy vicio­
sos, como tomados de la anatomía de las partes y de las relaciones mecá­
nicas de los órganos entre sí. Si uno quiere explicarse los fenómenos de
la electricidad por las leyes generales del movimiento, se hallará perplejo,
porque no se compadecen. Tendrán su relación sin duda alguna: pero
como no son los efectos inmediatos, sino que están subordinados a causas
intermedias, precisa antes conocer éstas para saber la trabazón que las
une a las primeras. Lo mismo sucede con los fenómenos de la ruda y de la
vegetación. Cada orden de seres tiene su mecánica particular, y querer
juzgar los efectos relativos a un orden por las leyes de la mecánica pro­
pios a otro, es uno de los más grandes errores de la lógica que se pueden
cometer. Así, tanto los que dicen que las impresiones de la madre no pue­
den transmitirse al hijo por los humores que le presta, como los que sin
La Grande y A lta Magia 141

ellos no saben cómo puede comunicar aquélla a éste nada de moral, nos
parece que confunden los objetos, y que, pareciéndoles tener a la vista
una máquina ¡hidráulica, todos sus razonamientos parten de un principio
falso.

Capítulo XIII

De los errores populares relativos al género de ejercicio que


conviene a las mujeres durante su embarazo y especialmente
a la cantidad de alimentos que su situación puede requerir

Se cree generalmente que para que la mujer nutra al feto en su seno,


tiene necesidad de comer por dos; y que para no incomodarlo con sus mo­
vimientos, debe condenarse a quietismo.
Por lo que respecta a la cantidad de alimentos necesarios a una
mujer embarazada, jamás se hubiera creído, posiblemente, que es menor
que la precisa cuando no lo está, si la observación no nos hubiera dado
pleno convencimiento de ello.
En efecto una mujer encinta y su hijo pueden vivir con una alimen­
tación muy limitada, siendo muy de temer los abusos. Ésta es una de las
principales causas de los accidentes muy frecuentes a que están sujetas las
mujeres que se hallan en condiciones de proporcionarse una nutrición
abundante y exquisita. Las mujeres del pueblo que viven, cuando están en­
cintas, como tenían por costumbre antes de estarlo, hállanse menos expues­
tas a las catástrofes que son muy comunes entre las primeras. . .
Las mujeres del pueblo obtienen también grandes ventajas del traba­
jo a que su condición las obliga: ¡hallan en él un ejercicio necesario e in­
dispensable del que, por un falso raciocinio, se privan las mujeres ricas;
porque los cuidados que exige el embarazo no los destruyen sino los es­
fuerzos violentos. Y si un ejercicio moderado conviene a la salud de la
madre, ¿por qué ha de serle perjudicial a la del niño? Los humores que
la madre le preste serán tanto más sanos cuanto más depurados estén por
una ligera agitación del cuerpo, mientras que la inacción los corrompe y
no les permite contraer condiciones vigorosas, y descartarse de las viciosas,
que necesariamente se comunican al feto. La preñez y la lactancia, fun­
ciones incompatibles con los trabajos forzados, debiendo llenar los más
142 D octor MoornE

grandes intervalos de la vida de la mujer, determinan el género de ocu­


paciones propias a cada sexo, y de este diverso destino nacen verosímil­
mente las inclinaciones, los gustos y la mayor parte de las diferencias mo­
rales que distinguen al hombre de la mujer.
Uno de los más grandes bienes que produce el trabajo, es sustraernos
al imperio de las pasiones, que en la calma y tranquilidad del cuerpo fer­
mentan y ejercen toda su furia. Si de ordinario las pasiones turban la»
funciones vitales, no son menos funestas a la función a que se debe la con­
servación de la especie. Ellas son la causa de la mayor parte de los abor­
tos, y por esto se nota que los falsos partos son más frecuentes entre las
damas cuya molicie y medio social la3 expone casi de continuo a los excesos
pasionales.

Capítulo XIV

Cómo se hace el agua toffana o sea el


veneno de los Borgias

Vacilamos mucho, como es consiguiente, en entregar a los lectores


un secreto de tanta trascendencia como ciertamente lo es la confección
de la famosa agua toffana, muy en boga en la Edad Media y particular­
mente en tiempos del Papa Alejandro VI y de los Borgias.
El agua toffana, que, más tarde recibió el nombre de veneno de los
Borgias, costó la vida a más de un amante de la impúdica Lucrecia y a
más de un cardenal recalcitrante que no quería doblegarse a la política
del cruel y sanguinario Papa. Confiando, pues, en la discreción de todas
las personas a cuyo poder vayan a parar estas páginas, publicamos la rece­
ta tal y como la legó a la posteridad San Cipriano.
Hela aquí:
Según la cantidad de veneno de que quieras proveerte, tomarás dos
o tres sapos, de los más grandes que hallares y los meterás en un bocal
de vidrio, juntamente con una media docena de ese gusano llamado
áspid y otras tantas víboras. Si en lugar de sapos pudieras proporcionarte
escuerzos sería mucho mejor. Una vez colocados, presos en el bocal de
vidrio, tanto los sapos como los venenosos insectos, les darás de comer, por
todo alimento, y hasta que estén bien cebados, hoja de una planta llamada
L a Grande y A lta Magia 143

belladona, raíces y hojas también de otra que se denomina cicuta, todo


ello mezclado con hojas asimismo de otra planta, que recibió el nombre
de lechuga.
Cuando hubieres advertido que todos estos animalitos están bien ce­
bados, les suprimes todo alimento, pudiendo observar al cabo de un tiempo
que la falta de manutención produce en ellos una especie de furor y de
rabia que debes alentar por todos los medios que tu imaginación te sugie­
ra. Cuando estén bien rabiosos, atiza y multiplica su rabia valiéndote de
un hierro candente por una de sus extremidades y verás como los unos
mueren, rabiando, por los efectos, y los otros por virtud de las mordedu­
ras que de sus compañeros de prisión han recibido.
Muertos ya todos los huéspedes que se albergaban en tu bocal, los
majarás perfectamente en un mortero para separar de ellos la parte acuosa
de la sólida. El líquido que del majado resultare lo destilarás cuidadosa­
mente, según arte, en tanto que tostarás la parte sólida y luego la tritura­
rás hasta obtener un polvo finísimo semejante al azúcar molido. Hecho
todo esto, habrás obtenido dos clases de tósigos: el líquido que, aplicado
en pequeñas dosis, de una gota a cinco gotas diarias, producirá una espe­
cie de atontamiento gradual y lento en la persona que lo absorbiere, hará
que muera lenta y gradualmente, por consunción, y el sólido que, ingerido
en dosis de ocho a diez escrúpulos, producirá una muerte repentina sin
dejar rastro.
PARTE SEXTA

LO QUE REVELAN LOS SEMBLANTES 1

Capítulo P rimero

FISIOGNOM ONIA

El número tres, el cuaternario y el septenario, compuesto de tres y


de cuatro, se encuentran por todas partes en la cúbala, así como el duo-
denario, que completa los números
sagrados.
La virtud del septenario es abso­
luta en magia, porque el número es
decisivo en todas las cosas.
En fisiognomonia, encontramos el
ternario y el septenario.
El semblante se divide en tres
mundos.
La frente, mundo divino, desco­
nocido, cerrado, en donde germinan
F ig u r a N 9 1 los pensamientos por un trabajo ocul­
El mundo divino to. (Véase la figura N Q 1.)
El mundo físico, la -nariz y los ojos, formando el triángulo con la
frente y la ¡boca, y el mundo material, formando otro triángulo en sentido

1 La segunda parte de L o s m is te r io s d e l s e m b la n te llevará por título M e to p o s c o p ia .


L a Grande y A lta Magia 145

inverso con las mandíbulas y la barbilla. (Véanse las figuras N°B 2 y 3.)
Después de esto encontramos el septenario.
Según Hermes, Júpiter preside la oreja derecha (A ); Saturno la
oreja izquierda (B) ; el Sol el ojo derecho (C) ; la Luna el ojo izquierdo
(D). (Figura N9 4.)

F ig u r a N ? 2
E l m u n d o fís ic o

Saturno pervierte o altera la influencia de la luna, y entonces el ojo


izquierdo se convierte en ojo de getUUor, en órgano que causa el mal de ojo.
No os dejeis besar el ojo izquier­
do, dice la sabiduría de las naciones.
El ala izquierda de la nariz está
consagrada a Venus. (A.) (Figura
m 5.)
El ala derecha de la nariz, consa­
grada a Marte. (B.) (Figura N° 5.)
La boca y la barbilla están con­
sagradas a Mercurio, dios de la elo­
cuencia y de la mentira. (C.) (Figu­
ra N° 5.)
Venus en Metoposcopia, ocupa
el espacio que se encuentra entre las
cejas, es decir, en el mismo sitio en que la frenología coloca el órgano de
la curiosidad. Otros cabalistas dan ese órgano a la Luna. La curiosidad
146 D octor M oorne

es el primer móvil de la ciencia; ésta pide luces para la inteligencia, a fin


de 'hacer irradiar sus reflejos.
Lavater ha hecho del estudio de la Fisiognomonia, una ciencia, que
otros cabalistas explican y definen, y que hasta ponen de acuerdo con la
Quiromancia, la Quirognomonia y la Frenología.
La Fisiognomonia puede ser estudiada bajo dos aspectos diferentes,
siendo así como la estudia Lavater.
Bajo el primer aspecto, ese estu­
dio se concreta al de la conformación
de los órganos; bajo el segundo, ese
estudio se amplía con el de la ex­
presión del semblante.
■El nervio facial desempeña el prin­
cipal papel en el sistema de la Fi­
siognomonia.
Generalizando esta idea, diremos:
“que su dominio comprende todos
los músculos del semblante y de la
oreja hasta el occipital1. Anima, no
solamente los músculos constrictores
y dilatadores de los orificios nasal y
'bucal, sino también los que dilatan y
cierran el orificio buco-faríngeo” 12.
Es evidente que en los músculos, como en los órganos —en donde todo
se parece— más considerable es el desarrollo cuanto mayor potencia tiene
el órgano en su cualidad. Y no en esto solo, pues tanto mayor será esa
potencia, cuanto más desarrollado esté ese organismo.
Ahora veremos cómo Lavater ha seguido este sistema.

D el músculo facial

El músculo facial depende del cerebro y obedece, en efecto, a las vo­


luntades del mismo.
¿No es menos verdad, que los músculos del semblante se contraen tam­
bién bajo las impresiones emanadas del ser orgánico.
“Las pasiones pueden —dice Bichat en su obra sobre Investigaciones

1 M a n u a l d e F is io lo g ía de Müller y F is io g n o m o n ia de Desbarolles.
2 Idem.
L a. Grande y A lta Magia 147

acerca de la vida y la muerte— 'hasta obrar simpáticamente, o sobre el


cerebro en su totalidad, o sobre algunas de sus partes, en las cuales, la reac­
ción de los nervios determina los movimientos que se observan entonces.
En la producción de esos movimientos, el órgano está, pues, pasivo, por
decirlo así, mientras que es activo cuando la voluntad preside sus esfuerzos.
Los movimientos del semblante no obran entonces más que por sim­
patía.
Existen también los gestos, que no son otra cosa que la fisiognomonia
activa del cuerpo, y, obedeciendo a las mismas causas, ofrecen efectos
análogos.
Por lo demás, las observaciones de los principales médicos, han es­
tablecido que el rostro, a la larga y por la repetición de las mismas ideas,
de las mismas pasiones y afecciones y consecuentemente de los mismos
movimientos de músculos y de la piel en las diferentes partes que la com­
ponen, conserva ordinariamente una expresión particular, siendo con bas­
tante regularidad la misma en diferentes individuos.
Así, cuanto más un hombre se vulgariza, tanto más se degrada, moral­
mente, y tanto más trata instintivamente de afearse. Sus gestos pasan a
la categoría de comunes; su manera de andar desgarbada, su voz ahue­
cada y su rostro se contraen en repugnantes muecas y se complacen en
todo ello, por cuanto obedecen, sin saberlo, a la gran ley de la naturaleza
que quiere una armonía —sea la que fuere—, entre el alma y el cuerpo;
siendo sobre este principio simbólico, en lo que están basados todos los
principios del arte de adivinar. A medida que el cuerpo se embrutece (es
el lenguaje popular y este lenguaje está lleno de imágenes justas y má­
gicas), el hombre, al abandonar su parte de brillantez divina, es cuando
adopta, cada vez en mayor grado, los modales, la semejanza y los instin­
tos del animal de que lleva en sí la imagen.
La expresión de la fisonomía, es, pues, el efecto de las pasiones, acerca
de las cuales la frenología indica las causas materiales y la magia las
causas celestes.
Lavater se remontó del efecto a las causas; Gall ha descendido de la
causa al efecto. En esto estriba la diferencia, siendo evidente que Lavater
fue a Gall de una utilidad inmensa, al darle puntos de comparación. . . y
quizás, un punto de partida.
Es cierto que la fisonomía no es más que el reflejo de nuestras im­
presiones, y por esto mismo parece destinada a explicar los instintos y las
cualidades, cuyo secreto permanece oculto en frenología bajo los cabellos
o el peinado.
Es, pues, por la fisonomía como ha podido hacerse el estudio del ca­
143 D octor M oorne

rácter humano, en .principio; no siendo posible negar que las gentes do­
tadas de causalidad y teniendo dedos lisos no adivinan con frecuencia, ni
aun por intuición, el carácter de las personas a quienes ven o hablan por
primera vez.
Sin embargo, la fisonomía, aun cuando pueda ser movida por las
pasiones, depende del cerebro y por esto mismo es esclava de la voluntad.
La frente (metoposcopia) y la mano (quiromancia y quirognomonia) se
muestran tales como son; pero la fisonomía obedece, si se quiere, a las
insinuaciones de la astucia, y sabe hacerse engañosa, disfrazando las ex­
presiones, hasta que el vicio, desbordando —por decirlo así— viene a
imprimir el sello del cuerpo orgánico, descubriendo, entonces, todos los
músculos de la faz; aclarando la mirada; cambiando la belleza nativa en
repugnante fealdad, y rasgando el antifaz de la hipocresía. Pero, hasta ese
momento se engañan con frecuencia, quienes se fían de su instinto para
leer sobre la fisonomía los instintos del adversario.
La bestia feroz que ataca tiene una energía bastante mayor que el
hombre que quiere defenderse. Es la fuerza activa que se aumenta por el
movimiento, por la acción; mientras que la fuerza pasiva tiene la desven­
taja de la inmovilidad. Para resistir a un choque es necesario un doble
poder. La astucia sustituye, con frecuencia, a la perspicacia, y para saber
a qué atenerse es preciso haber recurrido a los datos de la ciencia, datos
que siempre está el hombre en disposición de confirmar, por la observa­
ción. Es verdad que los hombres más fuertes cubren su semblante con
el antifaz de la hipocresía; pero cuando se ven forzados a quitárselo para
reposar, o para respirar libremente, siquiera no sea más que por nn ins­
tante, entonces, un relámpago que aparece en la mirada, un pliegue im­
perceptible que se forma en las comisuras de la boca, pueden descubrir
al tigre. Pero, para observar todo eso, es necesario ser muy hábil y más
que nada estar dotados de una gran perspicacia.
Relativamente a la faz, la frente forma —ya lo liemos dicho— el
mundo divino, puesto que bajo las paredes del cráneo se encuentra el ce­
rebro, de donde surgen o brotan los pensamientos que iluminan la fiso­
nomía, al obrar sobre los músculos del semblante. La parte sólida de la
frente —objeto especial de la Metoposcopia, que sigue a este capítulo—,
dice un proverbio chino, indica la medida interna de nuestras facultades
y la parte móvil, el uso que de ellas hacemos.
'La nariz, los ojos y las orejas, están al servicio de la razón para ad­
vertir el peligro por la vista, por el oído, por el olfato, cualidades desarro­
lladas sobre todo en los salvajes que viven de la guerra y para la guerra.
Estos órganos forman el mundo abstractivo.
La Grande y A lta Magia 149

La boca, sensual y voluptuosa; la barbilla que forma en cierto modo


la base de la faz; la mandíbula, destinada a triturar los alimentos, que
deben nutrir al cuerpo, pertenecen al mundo material.
El medio de la frente, la nariz y la 'barbilla, por cuanto constituyen
la avanzada, son los órganos destinados a representar los caracteres o los
instintos de cada uno de los mundos a los cuales pertenecen.
Estos diversos órganos han sido, en efecto, más especialmente exami­
nados por Lavater, quien les atribuye una poderosa influencia sobre el
carácter, en relación con la diversidad de sus formas.
Para convencerse de ello, basta examinar cómo se verifican las tran­
siciones de un mundo a otro.
Las cejas forman la frontera entre la región del cerebro y la de los
sentidos.
Según Lavater. las cejas rectas indican un carácter varonil y pru­
dente.
Ahora bien, un carácter varonil y prudente, no procede sino con­
cienzudamente y sin dejarse arrastrar por extrañas influencias; no toma
partido, sino después de haber razonado previamente consigo mismo, y
después con los demás. Tiene confianza en sus fuerzas y duda un poco de
las de los demás, a quienes no se asocia sino después de haberlos sometido
a pruebas.
Y, para que las cejas sean rectas, es menester que los arcos que las
sustentan sean iguales, y estén bien llenos, sobre todo, en el lugar del
orden, que forma el ángulo externo del ojo delante de las sienes.
Ahora bien, un hombre que reúne la localidad, es decir el conoci­
miento de los lugares o del espacio —la geometría por consecuencia— tiene
la extensión, la pesantez, el colorido y el orden.

La nariz

El fluido, al descender de la frente, se encuentra aprisionado por la


ceja, y notad bien que los pensadores, cuando trabajan o reflexionan,
fruncen las cejas como para cerrar el paso al fluido y reconcentrarle en
el cerebro. Y, en electo, en esos momentos, la faz permanece inerte y como
inmóvil.
El fluido pasa evidentemente por la raíz de la nariz.
Si la raíz de la nariz es larga, el fluido desciende fácilmente y sin
obstáculos.
“Encorvadas o no —dice Lavater— unas narices cuya raíz es larga
150 D octor M oormb

anuncian siempre cualidades superiores. Esta forma —agrega— es rara,


aun en los hombres célebres; pero la infalibilidad de este hecho es incon­
testable.1” “Las narices que se encorvan en lo alto de la raíz, convienen
a los caracteres imperiosos encerrados en sus proyectos y ardientes en
la prosecución de los mismos.12” (Figura N9 6.)
“Las narices perpendiculares o que se aproximan a esa forma suponen
un alma que sabe proceder y sufrir tranquilamente y con energía,3” (Fi­
gura N9 7.)

F ig u r a NQ 6 F ig u r a S
F ig u r a N ? 7
I m p r e s io n a b i­
I m p e r io R e s ig n a c ió n
D o m in io lid a d d e los
E n e r g ía
s e n tid o s

“Una nariz aplastada (figura N9 8), anuncia facilidad para recibir


las impresiones de los sentidos, algunas veces la ligereza y la versatilidad.”
“Una nariz roma (figura N9 9), en su raíz, es un signo infalible
de debilidad o de malicia.”
“Una ligera joroba sobre la nariz es signo de poesía.” (Figura
N9 10.)
Cuando la bóveda de la nariz es exagerada y demasiado prolongada
y está en desproporción con el conjunto general, es de temer algún des­
arreglo en las facultades del espíritu. (Figura N9 11.)
Así arribamos lógicamente al grado que sigue a la poesía.
La poesía es sublime, pues flota entre medio del hombre y del ángel.
Si la existencia va más lejos, no pudiendo llegar el hombre al grado

1 É tu d e s su r la p h y s io n o m ie , por Lavater.
2 É tu d e s su r la p h y s io n o m ie , por Lavater.
Idem.
L a Grande y A rta M agia 151

del ángel, es necesario despojarle entonces de su envoltura material por


un violento esfuerzo; el espíritu, la mente, sobre todo, parte sola: el ca­
dáver queda.
■No es raro ver cómo algunos poetas pierden la razón.
He aquí, pues, completo el sistema de Lavater.
Una nariz aplastada en su nacimiento, en su raíz, en donde el fluido
circula mal, es débil y sin energía. (Figura N9 12.)
Una nariz chata (ídem), en donde dicho fluido circula con trabajo,
es versátil y ligera.

F ig u r a N v 9 F ig u r a N 9 1 0 F ig u r a N 9 11
D e b ilid a d , P o e s ía L o cu ra ,
M o lic ie D e s e q u ilib r io

Una nariz recta en donde el fluido circula algo mejor, es enérgica en


el sufrimiento y posee una firme calma.
Una nariz aguileña, en donde el fluido circula fácilmente y llega
con abundancia, acusa un carácter enérgico y dominador (figura N9 61,
al propio tiempo que exuberancia de vida. Si se eleva su arco en el medio
de la nariz, indica aficiones poéticas. Y, por último, si la bóveda de la
nariz es exagerada, si el fluido llega con excesiva abundancia, es la lo­
cura o el desorden.
“Así, según el Dr. Caras, una nariz gruesa y carnuda anuncia el
amor al vino o a las bebidas espirituosas y, quizá, la consecuencia de esos
excesos.” (Figura 13.)
Las bebidas fuertes, cuyo efecto se deja sentir en el cerebro y que
también deberían afectar al cráneo, no producen, sin embargo, otro cam­
bio que el de hacer caer los cabellos por consecuencia de la irritación del
152 D octor M oorne

cuero cabelludo, pero, en la nariz que es la continuación del cráneo, ori­


ginan congestiones. De aquí la nariz roja de los alcohólicos 1.
Y adviértase que, según Lavater, en quirognomonia, lo mismo que en
quiromancia y que en frenología, la base más cierta es la de que todo
órgano excesivamente desarrollado y en donde por esa causa el fluido es
mayor y más abundante, conduce infaliblemente a la locura, al desorden.
Así una nariz que desciende sobre los labios, en un signo de sensua­
lidad, por cuanto tiende a descender liacia el mundo de la materia, repre­
sentado —como ya se ha visto— por la boca y la barbilla.

La boca

La boca, por material que sea, tiene sus grados y sus tres múridos.
Un labio superior que desborda, anuncia la bondad, según Lavater,
(Figura N9 14.)

F ig u r a N ° 12 F ig u r a N * 13 F ig u r a N? 14
I m b e c ilid a d E b r ie d a d Bondad
I d io te z C r im in a lid a d

En efecto, el labio superior ligado al mundo abstractivo es bastante


menos material que el inferior; si el fluido viene a él en abundancia, des­
pierta buenos instintos, puesto que entonces la caridad domina a la ma­
teria.
Una boca apretada cuyas comisuras corren en línea recta y de la cual

1 Caras. S y m b o l i k d e r M e n s c h lic h e n G e s ta lt.


L a G rande y A lta M agia 153

el borde de los labios es casi imperceptible, es indicio de orden, de exac­


titud, de asco; pero si es excesivamente apretada, es signo de egoísmo.
(Figuras 15 y 16.)
El fluido es raro en este caso.
Si los labios son proporcionados, bien iguales, parejamente avanza­
dos, pudiéndose plegar sin esfuerzo y si el dibujo de ellos es correcto,
anuncian un carácter honesto, reflexivo, firme, juicioso y justo.
El fluido llega proporcionalmente; ni mucho, ni muy poco. (Fig. 17.)
Pero, si los labios son espesos, es decir, el fluido llega a ellos con
gran abundancia, tendrá que liaber exceso por parte del mundo material;

F ig u r a N ? 15 F ig u r a N Q 16 F ig u r a N° 17
E g o ís m o O rden H o n e s tid a d
E x a c t i tu d J u ic io

siendo ellos evidente indicio de glotonería, sensualidad, pereza (figura


N9 18), caracteres indicados especialmente por el desarrollo del labio
inferior.
Carus 'ha dicho: “La boca sigue los movimientos de las cejas, y como
éstas, se eleva y desciende; los labios grandes, delgados, plegados y ti­
rantes, pertenecen a las gentes frías y sin alma; si tienen forma redonda,
bella y elegante, a los poetas, y cuando acusan una ligera sequedad, a los
testarudos. Los vividores v los flemáticos, tienen labios fuertes’’. (Fisura
N? 19.)
Existe para M. Desbaroi'es. una diferencia, que debemos hacer notar:
ésta consiste en que mientras el labio inferior de los vividores es redon­
deado, el de los ílegmáticos es blando y colgante.
El Dr. Lavater agrega —con lo cual nosotros estamos de acuerdo— :
154 D octor Mo orne

“El labio superior es el órgano esencial de la sensibilidad, mientras que


el inferior está más especialmente afectado a la recepción del alimento
que a reproducir las afecciones del alma” .

La barbilla

Al ocuparnos de este órgano especial del semblante, debemos reco­


nocer la superioridad del doctor Carus, al ocuparse de este extremo.
Desbarolles, Carus, Lavater y basta los afiliados a la escuela antro­
pológica italiana, dicen que la conformación de la boca se subdivide en
tres zonas —o si se quiere— en tres gradaciones.

F ig u r a N 9 20
F ig u r a N 9 18 F ig u r a N Q 19
S e n s a te z
P ereza F r ia ld a d
C ord u ra
G lo to n e r ía

De esta manera, la boca que persuade, que sonríe, que ofrece besos
al amante, al marido o al hijo, ocupa el rango más elevado en el mundo
material: tiene esa boca, o mejor dioho pertenece, al mundo divino, por
la elocuencia, por el placer y por el amor. (Figura N9 20.)
Una barbilla huesosa, firme, representa en el mundo material el lado
razonable; la acción sobre la materia; la realización más o menos activa,
más o menos hábil, según sea mayor o menor su importancia. (Figura
N? 21.) |
Así las barbillas llanas, suponen frialdad y sequedad del temperamento.
Las barbillas angulares pertenecen a hombres sensatos, firmes y bon­
dadosos. (Figura N° 20.)
La Grande y A lta Magia 155

Una barbilla saliente —según el Dr. Carus— es siempre el signo de


un carácter firme, prudente y reflexivo.
líe aquí el pendant de los labios perfectamente iguales.
Una barbilla avanzada, redonda, un poco saliente, indica la habilidad
de dirigir la materia o los instintos materiales y de sacar de ello producto.
Es la prudencia material y la realización del ideal.
|Pero una barbilla movida, carnuda de dos pisos, es la marca y el efec­
to de la sensualidad. (Figura N° 22.)

F ig u r a N 9 21 F ig u r a W 22
H a b ilid a d S e n s u a lid a d
P r u d e n c ia

Y esto debe suceder así —dice Desbarolles— porque al esparcirse el


fluido en el mundo material, se reparte en abundancia, acrecentando los
instintos materiales; así como en un mundo superior, aumentan las cua­
lidades, algunas veces hasta el exceso.
Carus ba dicho: “No son solamente ios huesos ios que forman la
barbilla, sino también la carne y la grasa que se encuentran bajo la piel;
y la diferencia ya establecida entre la parte alta —inteligencia— y la
baja —sensualismo— se reproduce aquí. En la parte alta, la grasa y la
carne son insignificantes: la forma del cráneo no sufre mucha carne ni
grasa sobre la frente o en sus proximidades; en tanto que se aglomera
fácilmente en la parte baja y especialmente en las naturalezas flegmáticas
y materiales bajo el nombre de sotabarba o papada. En cambio, una bar­
billa huesosa y seca avanzando en punta, anuncia una vejez prematura o
una juventud consumida por la frialdad, procedente, sea de la ambición,
sea de la avaricia, sea de una aridez cualquiera”.
156 D octor M oorne

Sin embargo -—agrega Desbarolles— las barbillas pequeñas anuncian


la timidez. “Una barbilla que retrocede para adentro del ángulo facial, in­
dica un carácter débil”, afirma 'Lavater. (Figura N° 23.)

Las mejillas

Cuanto hemos dicho acerca de la barbilla, pudiéramos decir con res­


pecto a las mejillas.
“Las mejillas flacas —dice Lavater— y hundidas son un signo evi­
dente de la sequedad de los humores.”
“Las mejillas carnudas anuncian en general la humedad del tempera­
mento y especialmente un insaciable apetito sensual.”
Las mejillas ligeramente marcadas son un signo de frialdad y muy
salientes, de egoísmo, y a veces de maldad.

Las mandíbulas

Lo que puede considerarse un signo cierto, seguro, infalible, es la


amplitud de las mandíbulas.

F ig u r a N Q 2 3 F ig u r a 24
D e b ilid a d H o m b res de
presa

Los labios son sensuales: gustan, aman el placer; pero las mandíbulas
exageradamente amplias, devoran; representan la avidez, el egoísmo, el
L a G rande y A lta M agia 157

materialismo en su último período; pero, un materialismo ciego y sin


entrañas.
Las mandíbulas hacen de materia en el mundo material. Relegadas a
un costado del semblante y aisladas de la parte inteligente del rostro, imá­
genes del positivismo, obedecen ciegamente a su solo instinto triturando
sin compasión cuanto se les da a triturar.
Cuanto más anchas son las mandíbulas, más y más dominan los ins­
tintos materiales. Sin embargo ese instinto puede ser combatido y amino­
rado por los órganos de la benevolencia, del idealismo y de la afectivi­
dad; pero no será nunca sin combate. Si esos órganos no tienen excesiva
importancia en el cráneo, el egoísmo domina.
La naturaleza ha sido muy sabia dando amplias, enormes mandíbulas
a los animales carniceros; pero no menos sabia ha sido dando no menos
amplias mandíbulas a las gentes ávidas, a fin de que, llevando en el rostro
el carácter principal de la bestia feroz, todo el que les vea y los trate
pueda desconfiar de ellos.
Evitad, pnes, las mandíbulas grandes, y evitadlas con mayor motivo,
si, lo que siempre sucede, son la base de un cráneo achatado en su parte
superior. (Figura N° 24.)
Encadenad a los boule-dogit.es o huid, porque de ellos no se puede
esperar otra cosa que daño.

Resumen

En resumen: según Lavater, toda cavidad en el perfil de la cabeza,


y, por consecuencia en su forma, denota debilidad de espíritu. Parece así
como si esta parte se retrajera para buscar apoyo, como una persona dé­
bil busca en todo instante el sostén de un semejante fuerte y valeroso.
No tratamos de explicar minuciosamente el método de Lavater; pero,
si examinamos su conjunto, veremos que éste abarca las líneas y rasgos
del semblante, así como los músculos del cuerpo, y las prominencias del
cráneo. Asi veremos, que en el mundo divino una frente alta, ancha y
saliente, denota inteligencia; que en el mundo abstractivo una nariz inerte
y arqueada, pómulos salientes y amplia mandíbula, anuncian la ambición,
el orgullo, el deseo de llegar a la meta, y por consecuencia el egoísmo,
que marcha casi siempre en pos de las grandes pasiones; y que en el
mundo material una barbilla larga y ancha indica sangre fría y sagacidad
en las cosas positivas; una barbilla saliente y redondeada, es poderosa
153 D octor M oorn e

en la materia y para la materia, o lo que es igual, denota una dirección


hábil y vehemente, en la inteligencia bien entendida, de las cosas materia­
les y que una barbilla muy voluminosa y cargada de .grasa, es, por el
contrario, una influencia enérgica de la materia sobre la organización.
Si la nariz es corta y la barbilla larga, es la materia la que prima
sobre la razón; si las partes superiores están más desarrolladas que la
barbilla, es la razón la que prima sobre la materia; pero la barbilla no
debe ser jamás poco pronunciada o excesivamente pequeña.
Si la parte superior está muy desarrollada igual que la anterior, en­
tonces es que hay lucha entre la inteligencia y la materia; y de esas dos
potencias diferentes que aportan cada una su respectiva y diversa fuerza,
nace con frecuencia una gran energía, pero en la cual el amor a los pla­
ceres materiales ocupa una gran parte.
Una nariz cuadrada, indica buen sentido; puntiaguda, finura; una
barbilla cuadrada, fría y estoica, resistencia; una barbilla asaz puntiagu­
da, astucia y mala intención.
La finura y la astucia son debilidades del espíritu. Según Lavater,
cuanto más astuto es un hombre, es tanto más enérgico. Nuestra descon­
fianza hacia los demás seres semejantes nuestros, procede de la poca con­
fianza que tenemos en nosotros mismos.
Examinando las modificaciones que aporta cada línea, cada rasgo,
cada órgano del semblante se llegaría a encontrar el grado de fuerza de ese
órgano en la cualidad que representa; y por la comparación con los demás
órganos y rasgos del semblante que vienen a aumentar, o a combatir, y
aun a neutralizar, se arribará al conocimiento del carácter verdadero de
la persona cuyos instintos quieran estudiarse.

CONSIDERACIONES GENERALES

No habríamos terminado este estudio si no dijéramos, siguiendo las


indicaciones de Lavater, Carus y Cardán, que no todos los sitios y momen­
tos son a propósito para examinar a una persona y juzgar de su carácter
sin ulterior observación. Las fiestas religiosas o profanas, los espectáculos
públicos, las visitas, los círculos de recreo, etc., ofrecen aspectos ac­
cidentalmente distintos en cada sujeto; y, por otra parte, las preocupa­
ciones del momento, sean los negocios de cualquier índole, los disgustos
de familia, los buenos o malos éxitos obtenidos por la iniciativa, el estudio
La Grande y A lta Magia 159

o el cálbulo, u otras causas análogas, también modifican de una manera


parcial ¡los rasgos fisionómicos.
Además de las reglas generales y sujetas a un método científico, que
ya dejamos expuestas, Lavater aconseja que para no equivocarse en la
apreciación que puede merecernos a simple vista tal o cual persona, y
antes de emitir un juicio —que pudiera resultar temerario— sobre ella,
se la estudie en el templo, en el teatro, en visita, en el paseo, en su domi­
cilio, ora ocupada en sus quehaceres profesionales, ora 'hablando con ami­
gos o extraños, ora en el seno de la familia; y más detenida y principal­
mente todavía, cuando la persona observada crea hallarse sola y no sepa
que alguien se ocupa de ella, siendo entonces cuando ésta se revelará
en toda la plenitud de su ser.
Las profesiones —agrega el célebre maestro— se distinguen con suma
facilidad. El poeta va siempre prosiguiendo una rima o una consonante, pol­
lo cual sus miradas buscan el vacío o se dirigen al cielo; su boca está
cerrada y marcha tan absorto en sus pensamientos e ideas, que no repara
en las personas que circulan a su alrededor. El pintor, por el contrario,
mira casi siempre al suelo, como si quisiera aprisionar con su mirada
el conjunto de una figura; ordinariamente su porte es desgarbado, su
cuerpo flaco y enclenque, ocupándose muy poco, o nada, de su indumen­
taria. El médico refleja en su mirada la discusión en que constantemente
está empeñado por la observación que acaba de hacer y lo que la ciencia
le dice respecto de ella, por cuyo motivo va siempre preocupado con la
idea de sus enfermos y con el del estudio sintético de las dolencias que
les afligen. El juez y el magistrado revelan en su rostro un algo severo
y sombrío, trasunto fiel de la delicada misión de la sociedad, y en su nom­
bre la ley, les confía. Su conciencia les acosa pertinaz y perennemente ante
las dudas que se agolpan a su mente. El abogado, ya sea defensor de in­
tereses y derechos ajenos, ya acusador público, por ministerio de la ley,
tiene en sus ojos la vivacidad de la ardilla, porque no de otro modo ha
de proceder para cumplir con la delicada misión que se ha impuesto.
Y, para las profesiones o artes inferiores, no hay necesidad de mirar
al rostro; basta solamente con mirar de narices abajo o —sea al mundo
material— para conocerlas y para deducir el temperamento de la persona.
Si los labios son babosos, amoratados y gruesos, os dirán que esa boca
sólo se contracta para proferir blasfemias y frases poco cultas. ¿Quien
de nuestros lectores no ha visto en algunos seres una mancha avinatada
que cubre el todo o parte de una de sus mejillas y ojos? Pues bien; esa
mancha revela la pasión de la familia, a partir de lo* cuartos generadores,
Í60 D octor M oorne

por ascendencia, o sea de los tatarabuelos, por las bebidas alcohólicas.


¿Quién de nuestros lectores, no lia visto, también, unos labios secos, cár­
denos, salientes, gruesos y colgantes, en una boca grande y como pendien­
tes de una nariz gruesa asimismo, carnuda y de anchas fosas nasales?
Pues bien, esa nariz y esa boca pertenecen a seres dominados por el sen­
sualismo, seres capaces de marchar hacia la sodomía, hacia el estupro, sin
reparar en nada y con tal de satisfacer su pasión favorita.
Como método de observación preconiza Lavater, en primer término,
hacerse cargo del temperamento del sujeto examinado, a cuyo efecto pre­
senta cuatro grandes divisiones, que son: el sanguíneo, el bilioso, el ner­
vioso y el flegmático. Luego, recorriendo el examen de las partes salientes
de los huesos, que se mida la nariz y la barbilla y por último que se estu­
dien los ojos, los ademanes y la voz, porque la cualidad de los sonidos, el
timbre que les imprima la laringe y el movimiento que ejecute con los
labios, revelarán, sin ningún género de duda, las condiciones morales del
sujeto examinado, sobre todo si se tiene habilidad suficiente para con­
trariarle, después de haberle oído en estado de calma, con objeto de que
se traicione a sí mismo y se retrate de cuerpo entero.
Otras circunstancias deben, además, tenerse en cuenta y son éstas:
la edad, el clima y el sexo, primero; y después el hábito y vicio predomi­
nante, la cultura intelectual y estado y condición social del examinado, sin
olvidar las modificaciones más o menos pasajeras y transitorias que la
educación e instrucción hayan podido introducir en su manera de ser. Y,
como regla absoluta, como condición precisa —escribe textualmente Lava­
ter—, no hay que ..fiarse nunca de la primera impresión, a fin de acumular
cuantas observaciones sean posibles, pues existe un elemento morboso, que
es muy perjudicial para un examen imparcial y justo. Ese elemento no
es otro que el de la simpatía o antipatía instintiva que una persona nos
inspira. Si somos presa de la simpatía —dice el maestro— no veremos en
el examinado sino aquello que concuerde con las inexplicables dotes que
nos cautivaron en la primera impresión y si, por el contrario, nos domina
la antipatía, todo lo veremos repulsivo en el ser examinado.
He aquí, abora, el estudio de las cuatro categorías:

Por e l ademán y el porte

El linfático, que es generalmente rubio y blanco, carece de energía


e imprime en su porte y ademanes su original condición. Su andar es lento
y vacilante, carece de virilidad y balancea los brazos, como si éstos estu-
La Grande y A lta Magia 161

vieran próximos a desprenderse del tronco; sus rodillas se doblan a la


menor causa, y su persona marcha inclinada hacia adelante; es negligente;
no mira con fijeza, o mira con desdén, y la linfa de su cuerpo trasciende
en todos los actos de su existencia. Nada debe temerse de este hombre,
pero nada tampoco debe esperarse de él; es tan incapaz para lo bueno
como para lo malo.
El sanguíneo, por el contrario, presenta formas de atleta, musculosas
y nerviosas; tiene la faz sonrosada y es vivo y viril en sus ademanes y mo­
vimientos. Su mirada es rígida y penetrante, y es activo para todos los actos
de la vida, llevando todos ellos el sello de la más completa decisión. Su
voz es penetrante, como su mirada, y más enérgica, y ve, analiza y juzga
cuanto pasa a su alrededor, imprimiendo a sus análisis y juicios un carác­
ter propio. Podéis entablar trato y aun amistad con este sujeto, seguros
de no tener más tarde por qué arrepentiros.
El bilioso representa el reverso de esta medalla. Es exclusivista, egoís­
ta, su porte es exiguo, su semblante taciturno. Su mirada es espesa a causa
de la bilis en que va impregnada. Rehuye las miradas ajenas y el trato
de gentes; es avaro y se consagra por completo a los goces del yo.
Con semejantes condiciones, el ser bilioso resulta el ser más temible
de todos les racionales.
El nervioso, finalmente, aunque tiene analogías muy marcadas con
el. sanguíneo, no deja de poseer ciertas particularidades que le dan ca­
rácter propio. Por lo general es irascible, y sus movimientos impelidos
por nervios, nervios saturados de electricidad, son más violentos e im­
petuosos que calurosos. Sus ademanes son bruscos, casi hostiles, como
su mirada. Cualquier persona que aguante su mirada sólo recibirá to­
rrente de electricidad. Las pasiones de estos individuos son generalmente
impetuosas, llegando, en ciertos casos, basta la crueldad. No temen el
peligro, porque reconocen que el peligro va con ellos, y por último, su
■carácter —casi epiléptico— se revela por completo en su cabello, negro
y espeso. De aquí se deduce, que del nervioso cabe esperarlo todo, bueno
o malo, según del lado en que se incline.

Por el gesto y el proceder

No son necesarios grandes esfuerzos para distinguir al hombre inte­


ligente del estulto, al bribón del honrado, al ente vulgar del distinguido,
porque el alma, siendo la directora de todos nuestros movimientos, les
imprime siempre el sello de su sublime esencia. Así, el gesto de un im-
162 D octor M oorne

bécil, por ejemplo, es desgarbado, grotesco, burdo; sus manos son carno­
sas y deformes; no teniendo más inteligencia en la cabeza que en los pies.
El 'hombre inteligente, por el contrario, acciona con verdadero conoci­
miento de causa; sus ademanes son, en general, la expresión de sus bue­
nas facultades intelectuales, y no puede ser ridículo en sus gestos, como
no lo es en sus ademanes y modalidades.
El carácter del menguado, del canalla, del bribón, aunque difícil de
penetrar, se distingue perfectamente porque carece de la gracia, de la fran­
queza y la espontaneidad, características en el hombre honrado. No obstante,
tiene algo de tenebroso, de temible, de inquieto, porque teme a cada mo­
mento ser descubierto.
Por lo que respecta al hombre vulgar, no puede confundirse, por el
gesto, con el distinguido, porque en este último todo respira superioridad,
alteza de miras y buenos modales.

Por la voz

Ha dicho Hipócrates que hay tres clases de voz: una grave y fuerte;
otra agria y clara, y otra que no es sino una mezcla de las dos precedentes.
Por el timbre de la voz, puede conjeturarse, según ya queda dicho, el carác­
ter del hombre, porque el que tiene la voz semejante a tal o cual animal,
tiene también el natural del mismo animal.
Aristóteles dice aue la voz fuerte denota al hombre fuerte y de pasio­
nes calurosas: la voz gruesa y palabra firme, al hombre generoso: la voz
aflautada, afeminada, al hombre afeminado, al andrógino: la voz zarabitosa
al hombre colérico: la voz fuerte y clara, al alma lúgubre, sombría: la voz
chillona, vocinglera, al hombre servil, litigante y pendenciero; la voz pla­
ñidera, al hombre estúpido, desconsiderado, inconsciente y falto de voluntad,
la voz gruesa y aguda, al hombre sabio, alegre y de agradable trato, y la
voz ruda y áspera al hombre cuya perfección está todavía muy lejos de
entrar en la infancia.
Con los datos que quedan expuestos, creemos que es lo suficiente para
conocer a los hombres, sobre todo si se tienen en cuenta las observaciones
apuntadas en el trancurso de esta parte de la obra.
Capítulo II

METOPOSCOPIA

LA TRIPLE HÉCATE DE LOS ANTIGUOS


Y LA FISIOLOGÍA MODERNA

Todos los grandes fisiólogos están acordes en establecer, y por lo


tanto así lo establecen, un fluido nervioso procedente de afuera, o sea, esen­
cialmente externo; es el que produce las vibraciones del cerebro. Este agente,
desconocido, semejante a la triple Recate de los antiguos, lleva en sus di­
versos matices los nombres de luz, electricidad, magnetismo.
Es ese agente el que, según el filósofo Herder, preside las operacio­
nes del alma, cuando no es el alma misma. “Mi -pensamiento —dice el men­
cionado Herder a este respecto— no es otra cosa que ese espíritu de luz
que penetra en todo lo que tiene vida sobre la tierra y une entre sí a los
poderes más variados de la creación.”
Con efecto, en la naturaleza, todo es firme, todo es armónico. Para
convencerse de este principio, no hay más que explayar la mirada por donde
quiera. Cada cambio moral, sea progreso, sea retroceso, se refleja en lo
externo. La belleza, la distinción nativa, se borran con el encallamiento y
adquieren en la frente, y aun en el semblante del ser humano, un sello
vulgar. La fealdad se embellece, en cambio, por la expresión de la inteli­
gencia, o por la costumbre de un trabajo intelectual continuo.
Lo moral obra sobre lo físico y lo físico, a su vez, obra sobre lo moral.
Es evidente, y los fisiólogos así lo han reconocido, y en esto están de
perfecto acuerdo con los cabalistas —que las formas del cuerpo correspon­
den, en el animal, con sus instintos particulares.
164 D octor M oorne

El estudio de cada una de esas formas, en relación con tal o cual ins­
tinto, debe, pues, revelar a la mirada sagaz del observador el carácter de
los hombres. Esas formas reveladoras que los antiguos habían denominado
signaturas, se encuentran y se leen sobre el cuerpo en general, y no sola­
mente sobre el cráneo o sobre el semblante, como lo afirmaron, asaz lige­
ramente, Gall y Lavater.
En el cuerpo humano, todo concurre a establecer una sola completa
y armónica individualidad. Todo está en relación maravillosa para crear
una personalidad distintiva.- Todos los rasgos del semblante; las sinuosida­
des del cráneo; la mayor o menor extensión, o buena o mala conformación
de los miembros, las arrugas de la frente; la mirada; las líneas y la con­
formación de la mano, la calidad del cabello, la voz, los gestos y aun la
escritura.
Todo está en todo —dicen los antiguos filósofos— y si esto es verdad
¿por qué la frente (objeto de la Metoposcopia) tan inteligente, tan sen­
sitiva, tan llena de expresión, no sería el espejo fiel del hombre interno?
El mundo moral está cortado, por decirlo así, sobre el patrón del mun­
do natural. Los mismos efectos deben, pues, encontrarse con las diferen­
cias propias a sus diversos medios.
Así, lo mismo que los cuerpos se proyectan realmente en la atmósfera,
dejando subsistir en ella ese espectro de que se ha apoderado la fotografía,
así también las ideas, creaciones reales y agitadoras, se imprimen en eso
que pudiera llamarse la atmósfera del mundo espiritual, y producen efectos
y viven espectralmente y que, desde luego, ciertas criaturas, dotadas de
facultades raras, pueden apercibir bajo formas o trazas de ideas.

Diversas clases de frentes

La frente —dice el gran Cardán— es, de todas las partes del rostro,
la más importante y la más característica del mismo. Un buen fisonomista,
un hábil observador, una persona que no posea sino las más elementales
■nociones de fisiología, puede, con sólo una rápida inspección ocular de la
frente, adivinar hasta los menores detalles del carácter, temperamento, ten­
dencias e idiosincrasia de una persona.
En general, una frente muy elevada -con un rostro largo y una bar­
billa puntiaguda, es indicio cierto, primitivo, real de una inteligencia nula
o casi nula. (Figura N° 1.)
L a Grande y A lta M agia 165

Una frente muy huesuda, es decir, muy llena de sinuosidades, anuncia


un natural pertinaz y quisquilloso. (Figura N1? 2.)
Si la frente es muy carnuda, anunciará un carácter grosero, díscolo,
lascivo. (Figura N° 3.)
Una frente cuadrada que sirva de marco natural a dos ojos que reve-

F ig u r a N f 1 F ig u r a N Q 2

len franqueza, lealtad e hidalguía, sin asomos de arrogancia o de soberbia,


indicará que el individuo posee en su grado máximo el valor mezclado
con la sabiduría. (Figura N° 4.)
Una frente redondeada, saliente
en su parte alta y que descienda en
seguida, perpendicularmente sobre los
ojos, anunciará juicio, memoria, en­
tendimiento, vivacidad, pero un cora­
zón a todas luces frío y un sí es no
es egoísta. (Figura N1? 5.)
Las arrugas oblicuas de la frente,
sobre todo si esas líneas son para­
lelas, anunciarán un espíritu débil,
apocado, caviloso; tanto mayor cuan­
to más pronunciadas se bailen aqué­
llas y viceversa. (Figura N° 6.) En el
caso en cjue dichas arrugas aparezcan casi rectas, regulares y poco pro­
fundas. prometen o anuncian in ic io , prudencia, sabiduría, probidad y rec­
titud de espíritu. (Figura N? 7.)
166 D octor M oorne

Una frente que esté surcada por multitud de arrugas sobre su parte
superior y que estuviera desprovista de ellas en su parte baja, será un signo,
ya que no seguro, por lo menos evidente, de estupidez, de imbecilidad, de
falta de criterio y de intuición. (Figura N° 8.)
Una frente recta, despejada, surcada por imperceptibles arrugas en
su parte baja y que concluya en punta, o para que se nos entienda mejor:
una frente que concluya en forma cónica, anunciaría genio, resolución, en
su mismo desequilibrio, y si a la forma cónica de la frente se une también
la del cerebro, ese genio llegará a la celebridad, siendo apta la persona
que lo posea para toda clase de asuntos a que se dedique. (Figura N° 9.)

Figura N 9 4 Figura N9 5

Una frente completamente cuadrada y estrecha, surcada de arrugas


oblicuas en su parte baja y rectas en la alta, indicaría un carácter volun­
tarioso, pero desprovisto de ese sentido, que vulgarmente se llama sentido
común. (Figura N° 10.)
Las arrugas no se pronuncian nunca sino con la edad; pero, antes de
aparecer, mejor dicho, antes de hacerse visibles a cierta distancia, existen
en germen en la conformación de la frente; y el trabajo, intelectual o
corporal, es suficiente, en la mayor parte de los casos, para hacerlas visi­
bles aun en la edad más temprana.
Por último, una frente ancha, alta, surcada por todas partes de arru­
gas, rectas u oblicuas, indica un carácter dado a la meditación y al estudio
de la filosofía y de las llamadas ciencias exactas. (Figura N9 11.)
L a G rande y A lta M agia 167

La tradición cabalística y e l septenario hebraico

Existen en la frente, o mejor dicho, aparecen en ella, más 'o menos


tempranamente, siete arrugas o rayas principales que la atraviesan en toda
su longitud, de sien a sien.
Aquí entra la tradición cabalística, que obedece al septenario de la
tradición hebraica.

F ig u r a N ° 6 F ig u r a N ? 7

Los antiguos cabalistas dividían a los hombres en siete categorías bien


distintas, de las cuales cada una sufría la influencia más o menos vehe­
mente de un astro principal, pudiendo, también, recibir ele los demás astros,
influencias secundarias que explicaban por las numerosas mezclas que exis­
ten en la variedad infinita de la especie humana.
Según dichos cabalistas, el gran fluido eléctrico, la luz astral, está
compuesta de diferentes fluidos emanados de los siete astros principales,
así como la luz está compuesta de siete rayos que tienen un solo punto de
concentración. Y así, como un objeto al revestir preferentemente un color
principal, no refleja en modo alguno el de los astros, sino que los aniquila
más o menos ■ —puesto que tal o cual circunstancia puede hacerlos reapa­
recer, y la química nos da de ello bastantes ejemplos—, así también los
hombres atraen más o menos especialmente, sea por su conformación he­
reditaria 1, o sea por la hora de su nacimiento, es decir por la influencia

1 Según los antiguos astrólogos, los siete astros predominan cada uno a su vez
en el espacio de veinticuatro horas. Cuando los padres tienen uno u otro tipo más
168 D octor M oorne

del planeta que a esa sazón dominaba en el cielo. En una palabra, los
hombres reciben la signatura de los planetas, así como los objetos de los
colores.
Son esas signaturas las que los cabalistas han señalado y son de ellas
las que -—previo el anterior exordio— señalaremos en el curso de esta
obra, no sin antes haber indicado que, así como un ácido puede cambiar
un color y remplazado por otro, sea primitivo, sea mezclado o derivado,
así también la voluntad, cuando es muy vehemente puede modificar o cam­
biar completamente el carácter nativo del ser humano.

F ig u r a 8 F ig u r a N Q 9

Los astros, en sus movimientos sucesivos, al enlazar la red de los flui­


dos que cada uno de ellos irradia, a su vez, ¿no forman los juegos de luz
que dan azul al firmamento y diversos matices a las nubes? ¿No resulta
de ese movimiento perpetuo una armonía musical de la cual nuestros sen­
tidos, demasiado obtusos, no sienten los divinos acordes, pero que los
santos perciben en sus éxtasis, por cuanto entienden, por la sublimidad
de sus pensamientos, los límites de la organización humana? Pitágoras
así lo creía, y los pintores han colocado arpas en las manos de los ángeles,
del mismo modo que los paganos colocaban en las manos del dios Pan. el
Universo, una flauta de siete tubos.
¿La luz del sol es exclusivamente necesaria para la creación? Es el

especialmente escrito, un parto puede, por armonía simpática, avanzarse o retrasarse,


para que se verifique durante el tiempo del predominio del astro que ejerce influjo
sobre ellos.
La Grande y A lta Magia 169

sol —dicen—- quien da la existencia a las plantas y quien las nutre con sus
mágicos efluvios; pero ese gran agente de la naturaleza, bien examinado,
por poderoso que sea, no es la causa única y determinante de su desarrollo.
Si el Sol invita en la mayor parte de nuestros climas a abrir las flores,
en cambio las obliga, en otros, a cerrarse. En esos climas a que nos refe­
rimos, es donde vegetan la mayor parte de los musgos que tapizan las rocas
de un verde esmeralda y en donde los troncos de los árboles se cubren de

F ig u r a N Q 1 0 F ig u r a N Q 11

imperceptibles plantas que aparecen como brillantes espejos en medio de


magníficas columnas de bronce. Esas vegetaciones exuberantes en medio del
invierno, destruyen cuantos razonamientos se han hecho sobre los efectos
universales del calor del sol, por cuanto las plantas de organización tan
delicada, parecen tener necesidad, para desarrollarse, de climas más dulces
que los nuestros 1. Resumiendo —pues no tenemos espacio para mayores
digresiones— el hombre recibe a su nacimiento la influencia de muchos
astros; sea de Júpiter, de Saturno, de Venus. Dominará quizá Júpiter,
pero Saturno y Venus modificarán el carácter, agregándole diversas aptitu­
des. Así, pues, un ser humano no será nunca exclusivamente nervioso, bi­
lioso o sanguíneo, a la vez. Uno de esos temperamentos deminará esencial­
mente, pero modificado por los dos restantes.

1 E s tu d io d e la n a tu r a le z a y F ilo s o fía s a g a z , de Bernardin de Saint Fierre y


Paracelso, respectivamente.
170 D octor M oorne

Las siete arrugas de la frente

Las siete líneas que aparecen en la frente —más o menos perceptibles—


de todos los hombres, están presididas en la siguiente forma: Saturno la
primera, es decir, la más alta; Júpiter la segunda; Marte la tercera; el
Sol la cuarta; Venus la quinta; Mercurio la sexta y la Luna la séptima.
(Véase la figura N9 10.)

Línea de Saturno (Figura N° 12)

Cuando la línea de Saturno no está marcada, deben esperarse grandes


desdichas que serán efectos, más de la imprudencia que de otra causa. Si
esa línea se rompe en medio de la frente, esto anuncia una vida agitada,

llena de asares y de acontecimientos imprevistos. Si la línea aparece fuer­


temente acusada, o si se quiere visibie, anuncia una feliz memoria, una
gran paciencia y como resultado de todo ello la dicha y la fortuna.
La Grande y A lta Magia 171

Línea de Júpiter (Fig. N 9 13)

La arruga de Júpiter, ligeramente impresa, anuncia un espíritu débil


y esencialmente mediocre. De ese hombre no se podrán esperar, ni ideas
luminosas, ni iniciativas de ninguna especie. Espíritu idemista, seguirá la
corriente que le tracen, o las circunstancias o las personas que le rodeen.
Si, por el contrario, la impresión de esa línea es fuerte y visible a
distancia, si, en una palabra, aparece muy acentuada, anunciará honores
y glorias.

Línea de Marte (Fig. N 9 14)

Cuando esta línea aparece rota o interrumpida, indica un carácter


veleidoso, desigual, intermitente. Apenas visible y sin interrupciones, anun-

F ig u r a N ? 1 4 F ig u r a N ? 15

cia un carácter dulce, benévolo, modesto, igual, consecuente; pero, si


aparece fuertemente acentuada denotará, a todas luces, exceso de cólera,
de impetuosidad, de arrojo, de valor y de temeridad.

Línea del Sol (Fig. N 9 15)

La ausencia total de esta línea, es un signo evidente, cierto, seguro,


de avaricia, de egoísmo, de ambición, de concupiscencia. Cuando apa­
rece en toda su plenitud y sin interrupción alguna, indica poderío, gran-
172 D octor M oorne

deza y un carácter avasallador y altanero. Interrumpida, revela al hombre


presuntuoso, pedante, que quiere brillar sin tener luz propia para ello.

Línea da Venus (Fig. N° 18)

La arruga de Venus es la característica del amor. Muy pronunciada


y sin interrupción alguna, indica un carácter ardentísimo y lujurioso
basta la exageración. Poco visible, revela un carácter sensible a toda clase

F ig u r a N Q 16 F ig u r a N Q 17

de goces y placeres, pero sin exageraciones ni ímpetus, sin aceleramientos


ni impaciencias. La ausencia de esa línea indica frialdad para toda suerte
de pasiones que germinan en el corazón de los hombres, al propio tiempo
que revela a los seres honestos y castos.

Línea de la Luna (Fig. N 9 17)

La ausencia de esta línea, además de indicar un temperamento egoísta


anuncia la esterilidad en todo; en ideas, en creaciones, en iniciativas, en
amor. Será inútil que quien carezca de esta línea se afane en producir o
en crear; sus esfuerzos siempre resultarán estériles o infructuosos.
Si dicha línea aparece muy pronunciada, indicará al ser generador y
provocador por excelencia. Si es casado, o vive en concubinato, tendrá
numerosos hijos; si escritor, será un publicista original y fecundo; si
La Grande y A lta M agia 173

inventor, producirá maravillas; en una palaibra, será un ser esencialmente


útil para sí mismo y para sus semejantes.
Si la línea aparece interrumpida, será un ser desgraciado en todo
cuanto emprenda.

Línea de Mercurio (Fig. N° 16)

La línea de Mercurio anuncia una hermosa y feliz imaginación: una


inspiración poética poco común; una elocuencia natural muy marcada y
con especialidad en el arte de fascinar a sus semejantes por la magia de
la oratoria y por los prodigios de la
imaginación.
La arruga o línea de Mercurio
excesivamente acentuada, indica un
temperamento frío y un carácter me­
lancólico y receloso. Si aparece inte­
rrumpida, anuncia al ser humano
muy inteligente, pero muy taciturno y
poco comunicativo.
Tales son, reseñadas en breves lí­
neas, las influencias que los planetas
principales ejercen, metoposcópica- F ig u r a N Q 18
mente hablando, sobre el carácter,
temperamento e idiosincrasia del hombre, según los principales fisiólogos.
Veamos ahora, la que según los antiguos cabalistas, ejercen los mis­
mos astros sobre las personas.

Influencia de Júpiter

Los hombres que han nacido bajo la influencia de Júpiter son fuertes
y de talla mediana. Tienen la piel blanca y ligeramente sonrosada y el
cutis fresco; son lo que vulgarmente se llaman personas entradas en carne,
ni muy gruesas ni muy flacas. Su voz es clara; tienen los ojos grandes,
húmedos y alegres; la pupila es ancha, redonda, límpida y el párpado
espeso; las pestañas son largas y delgadas; sus cabellos son castaños y
naturalmente rizados, largos, espesos, flexibles y su barba crespa o rizada
en forma de bucles.
174 D octor M oorne

Su nariz es mediana y recta; la boca grande y los labios fuertes, des­


bordando un poco el superior, con relación al inferior. Sus dientes son
grandes y con frecuencia los dos dientes delanteros de la parte de arriba,
son más largos que los demás; sus mejillas son carnosas y firmes; sus
músculos Zygomáticos (los pómulos) son aparentes, pero sin exceso; su
barbilla es un tanto puntiaguda, con un ligero hoyo en el medio. Las ore­
jas son de tamaño mediano, un tanto adheridas a la cabeza; su cuello es
elegante y bien proporcionado, matizado de venas azules. Sus hombros son
amplios y carnosos, y la espalda es gruesa y bien proporcionada. Cuando
llegan a la edad viril están sujetos a la obesidad. Sus pies y sus manos
son espesos, sin ser fuertes, y sus piernas son velludas; transpiran
fácilmente de la cabeza y sobre todo de la frente. Su andar es moderado,
ni demasiado vivo, ni excesivamente lento. Sufren la caída del pelo en una
edad casi temprana, y particularmente en la cima de la cabeza, en el lugar
que en frenología se halla el órgano de la ambición.
El Júpiter de la mitología es la personificación del sensualismo, o el
amante de los placeres, al cual conoceríamos en la actualidad con el nom­
bre de vividor.
Los hombres nacidos bajo la influencia de este planeta hablan alto,
con abundancia de palabras, o lo que es igual, son verbosos, por cuanto
tienen una extremada confianza en sí mismos. Aman los banquetes y las
fiestas, en donde su natural alegría encuentra expansión. Son bromistas y
muy aficionados a brindar. Son gastrónomos y buenos bebedores; amigos
del ruido y sobre todo del fausto y de la ostentación. Cuando pueden,
ofrecen a sus amigos grandes fiestas, y por consecuencia de esos brillantes
instintos, son orgullosos; pero sobrepónese a ellos su grandeza de alma,
su generosidad y los modales y gustos elegantes.
Son aficionados a dominar y desprecian la mediocridad dorada. Gas­
tan sin cálculo, hasta más allá de su patrimonio, y llaman a los honores
y a las riquezas por la violencia de sus apetitos.
Son ambiciosos y como tales aptos para toda clase de negocios, des­
empeñando admirablemente el papel de cortesanos y a veces de favoritos,
puesto que su fuerza de atracción es muy grande.
Examinad los hombres que marchan por el mundo cargados de
honores y de cruces; los jefes de las grandes administraciones, prelados
y grandes dignatarios, y en ellos encontraréis la línea de Júpiter.
Las gentes nacidas bajo esta influencia, son buenas y justas; acuden,
con gran solicitud, en ayuda del desvalido, del menesteroso y aman con
verdadera sinceridad a su familia y amigos, a quienes colocan y ayudan
a labrarse una posición.
L a Grande t A lta M agia 175

Poseen sentimientos religiosos, por cuanto la religión es fastuosa;


van a las procesiones más que por verdadero fervor, por ostentación, lo
mismo que a cualesquiera otra ceremonia.
Estiman, ante todo, la jerarquía, el orden, la conveniencia y la con­
vención; son esclavos de la regla y aman a la monarquía, de la cual son
el más firme apoyo. Son afables y pueden ser, sin embargo, impetuosos
y coléricos, pero sin guardar rencor.
Detestan el fraude y su mayor anhelo consiste en vivir en paz. Son
■galantes con las damas, y sobre todo muy inclinados al amor sensual.
En una palabra, son nobles de corazón, adoran su buena reputación;
íntegros; liberales, dulces, fáciles; plácidos y amados aun por los hipó­
critas. Saben ganarse las amistades y lo que es más difícil todavía, conser­
varlas. Mueren a una edad temprana y según el proverbio de la sabiduría
de las naciones, salen pronto de la pobreza y de la pubertad.

Mala influencia de Júpiter

Las gentes nacidas bajo la mala influencia de este planeta, son de


piel blanca, pero sin frescura; o son calvos, o sus cabellos son lacios.
Tienen la nariz corta y desigual y los dientes negros. Son orgullosos hasta
el exceso; rencorosos y pacientes hasta llegar a la venganza. Son destruc­
tores, disipadores, derrochadores, irreligiosos, impúdicos, malvados y gran­
des aficionados a orgías y francachelas.
>No tienen amigos, ni aman a sus hijos ni a sus mujeres, a quienes
abandonan para correr en pos de toda suerte de placeres, y, por esta causa
se debilitan y se agobian en una edad temprana. Se complacen en causar
el mal, pero como son tímidos y cobardes, lo hacen con perfidia.
La influencia perversa rechaza y cambia en infortunio todas las oca­
siones dichosas que el planeta Júpiter les suministra constantemente.

Influencia de Saturno

El planeta Saturno es pálido y se mueve lentamente.


Los saturnianos son delgados, pálidos, altos: su piel muy morena,
con frecuencia terrosa, ruda y seca, arrugándose con gran facilidad. Sus
cabellos, en un principio espesos, negros y con frecuencia de un negro
duro, caen con gran facilidad en una edad muy temprana y son gene-
176 D octor M oorne

raímente lisos y gruesos. Marchan con las rodillas dobladas, los ojos fijos
hacia el suelo y su manera de andar es lenta. Son de temperamento lán­
guido; su voz es grave y sorda y su lengua espesa. Hablan con lentitud,
con parsimonia, como midiendo y pesando las palabras que van a decir.
Tienen la cabeza larga; las mejillas hundidas; la mandíbula larga; los
pómulos salientes. Sus cejas son negras, levantadas en su nacimiento y
unidas entre sí, hasta formar lo que se llama el entrecejo. Sus ojos son
hundidos, negros, tristes y con frecuencia oscuros, adquiriendo aspecto
terrible en la suposición o en la cólera. El blanco del ojo es amarillento;
su nariz de longitud ordinaria, pero delgada y puntiaguda; las fosas nasa­
les carnosas y poco abiertas. Sus orejas son grandes y despegadas. Su boca
es grande; sus labios delgados, sobrepasando el inferior al superior. Sus
dientes son blancos en la juventud, y a veces se da el caso de tener dos
hileras completas. Sus encías son pálidas; su barba negra y rota en la
parte de las mejillas: su barbilla es larga y ancha en la parte inferior. Su
cuello es grande, delgado, con fuertes músculos y venas aparentes a esta
musculatura. Generalmente, aunque delgados, tienen grandes huesos y co­
yunturas pesadas, por cuanto los huesos son la parte material del cuerpo
y Saturno es la tierra: Tellus. Tienen el pecho estrecho y velludo y los
hombros medianamente desarrollados, pero muy altos. Sus brazos son hue­
sosos y los músculos se dibujan en ellos secamente; sus manos son nudosas
y flacas. Están sujetos a enfermedades que atacarán directamente a sus
piernas. En cuanto a la parte moral, diremos que sus ideas son lúgubres,
por cuanto están sujetos .a penas; son gruñones y morosos en todos los
actos de la vida. Desconfían de cuantas personas les rodean y más todavía
de sí mismos. Su idiosincrasia especial les arrastra al estudio de las cien­
cias ocultas y en ocasiones se inclinan del lado de la negación, cuando no
al de la duda, sientiéndose atraídos hacia los estudios abstractos, tratando
de investigar en las cosas, las diferencias, la división, lo contrario al senti­
miento de las relaciones. Incrédulos, proceden rigurosamente en todo, y no
creen mientras su vista, su tacto o su olfato no se lo ordenan. Su lógica
inexorable sólo admite la prueba seca y positiva. Son prudentes y sabios,
ha dicho Aristóteles hablando de ellos en su libro de los problemas. Son
■poco irascibles, laboriosos, pacientes, por cuanto son lentos o pesados de
espíritu y de cuerpo. Son poco sensibles, poco voluptuosos y aptos para
el amor, observando fácilmente el celibato en las mortificaciones. La mayor
parte de los sacerdotes rígidos, son saturnianos, y sobre todo los jesuítas.
Raramente ríen, complaciéndose en los pensamientos amargos, siendo
muy dados a la soledad y a la vida contemplativa. Viven con economía,
comen poco y son generalmente inclinados a la avaricia.
La Grande y A lta M agia 177

Berlioz era un verdadero saturniano; Ambrosio Tilomas también lo


era, lo mismo que Beethoven. Es entre los saturnianos en donde se encuen­
tran los grandes instrumentistas que llegaron por la paciencia a vencer
las mayores dificultades, de la composición, del contrapunto y de la armo­
nía. (Paganini, avaro, triste, pálido, de piel cetrina, era también un verda­
dero tipo inspirado por Saturno. Todas las Academias están repletas de
saturnianos, investigadores, rebuscadores, coleccionadores, que dedican
su vida a desentrañar las profundidades de las ciencias y a comprobar sus
teorías.
Dice Aristóteles en sus Problemas que todos los hombres que se han
distinguido en el estudio de la Filosofía y en la Administración de la
República, fueron melancólicos. Platón dice en Parmenide que Zenón era
de lata talla y delgado. Diógenes, agrega, que era muy delgado y con la
piel muy oscura, y que tenía las piernas débiles y enfermas. ¡Phoción, como
es sabido, tenía también la piel oscura, marchaba con los pies desnudos
y sin capa en el invierno; era rudo y siniestro; su elocuencia era breve;
era prudente, taciturno, independiente, no habiéndosele visto nunca reir 1.
Anaxágoras tampoco rió nunca, estando demostrado que todos estos
tipos pertenecían al de Saturno.
Para terminar, sean sabios, músicos, poetas o comerciantes, la pri­
mera necesidad de los saturnianos es la de la independencia.

Mala influencia de Saturno

Las gentes nacidas bajo la influencia de Saturno, son de piel muy


oscura, casi negra, sucios; con frecuencia jorobados o mal conformados;
se lavan raramente y exbalan muy malos olores. Por lo general son avaros,
perezo.'Os, ineptos, si bien tienen bastante astucia para hacerse pasar por
adivinos.
Los que se reunían, por la noche, en Roma en las Esquilias (lugar
lleno de tumbas y de cadáveres) para hacer ceremonias mágicas, las cuales
conocemos hoy por el Shabat de las brujas, eran saturnianos seguramente;
y en Italia, en donde han sobrevivido las antiguas tradiciones, se llama
jeliator, o causante del mal de ojo, a todo individuo delgado, pálido,
moreno, que marcha con la vista baja, que tiene ralo el cabello y la nariz
puntiaguda; en una palabra, el tipo bien determinado de Saturno.

1 Tanto esta cita como las anteriores, están tomadas del libro de Porta titulado
K othomagi, lib. IV . (M. D. C. L.)
D e h u m a n a p h y s io g n o m o n ia .
178 D octor M oorne

También cuenta la tradición que los bohemios o gitanos primitivos, de


los cuales se deriva la raza, fueron engendrados de Saturno y de una sim­
ple mortal.

Influencia del Sol

Tolomeo dice que el Sol y la Luna no dan un carácter especial al


individuo, sino que se agregan a las cualidades inspiradas por otros pla­
netas. Sin embargo, está demostrado que la influencia solar otorga, además
de la belleza, la grandeza de alma. Agamenón, noble majestuoso, en su
manera de andar y de proceder, ofrece el tipo más perfecto de la influencia
solar.
Generalmente las gentes nacidas bajo la influencia de este astro, son
de talla mediana. Son bellos, bien formados; su tez es de un color trigueño,
mezclado de rojo y repartido por todas partes. Su barba está llena y
¡bien formada; sus cabellos son largos, sedosos, finos y de un rubio dorado
y sembrados de bilillos de oro con reflejos rojos y amarillos. Su frente
es prominente, pero sin exageración, y más bien baja que alta. Sus ojos
grandes, cuyo blanco es puro y límpido, son brillantes, elegantes de forma,
'húmedos y tienen una expresión a la vez dulce y severa; la pupila es
generalmente parda y las pestañas largas y rizadas en su extremidad.
Sus mejillas son carnosas y firmes; la'nariz fina y recta y sus cejas,
largas, arqueadas y formando un vasto círculo. Su boca es de tamaño me­
diano y sus labios, un poco salientes, son muy iguales. Sus dientes son finos
y uniformes, y nada excesivamente blancos. Su voz, sin ser demasiado
fuerte, es agradable y sonora. Su barbilla es redonda y un poco saliente;
sus orejas son de medianas dimensiones, alejándose un tanto de la cabeza,
siendo muy carnoso el lóbulo inferior, además de estar muy colorado.
Su cuello es largo, musculoso, pero sin que las formas de los músculos se
adviertan en el exterior. Son poco velludos: su pecho es amplio y redon­
deado sin exageración; su esbeltez es notoria y sus miembros son largos
y puros en su forma. Sus caderas son amplias y redondas y las extremi­
dades de sus miembros finos, elegantes; sus piernas bellas, pero relativa­
mente delgadas. Su manera de andar es, a la vez. noble y graciosa y,
en resumen, sus miembros son más musculosos que metidos en gordura.
Apolo es la idea y la idea está virtualmente separada de la materia.
Por lo que respecta a sus cualidades inmateriales, podemos decir que
son inventores e imitadores de toda operación; que encuentran por intuí-
La Grande y A lta Magia 179

ción y sin estudios —sobre todo en las artes— la manera o forma de


imitar y aun enmendar la plana a los demás. En sus invenciones intuitivas
sufren pérdidas, pero están destinados a ser honrados por los extranjeros.
Son irascibles, pero se aplacan o apaciguan en seguida y son esencial­
mente libres en su lenguaje. Aunque muy amables, se crean con fre­
cuencia por sí mismos disgustos, por cuanto no tienen el don de atraerse
amigos fieles. Por lo que se refiere a sí mismos, son desprendidos, pru­
dentes, generosos, bienhechores, estando destinados a sufrir mucho a
causa de las mujeres; y con un corazón amante deberán vivir lejos de
su mujer legítima y de sus hijos. Tienen o se crean muchos enemigos,
pero triunfan de ellos, como el Sol triunfa de las nubes.
Son aptos para las ciencias ocultas y se ilustran en los estudios de
este género, sobre todo si tienen signos favorables sobre el monte del
Sol. Son buenos, alegres, pero de una alegría dulce; alcanzan la perfección
en muchas obras y llegan con frecuencia al renombre. Hombres de espíritu
vario, son bizarros y elocuentes. En un principio se dejan seducir por la
belleza de las formas, pero luego, con la edad, adquieren mayor perspicacia
y no ven más que lo justo.
Son aficionados a los viajes a pie; la contemplación, la poesía, la
lectura son cosas que les agradan sobremanera. Adoran los colores armo­
niosos y fuertes: los dorados, las alhajas, las piedras preciosas y se com­
placen en presentarse bien ante el público.
Son religiosos, pero su religión está basada más en el reconocimiento
y en la necesidad de adorar, que en la superstición. Éste es el punto central
a donde vienen a converger todas las existencias y del que parten todas las
luces; un hombre nacido bajo la verdadera influencia del SOL no puede
pasar inadvertido entre sus semejantes; atrae a sí, en la sociedad, a todos
los demás, arrastrados magnéticamente, por las influencias de diversos
planetas que los dominan y absortos por la potencia centralizadora del
Sol. Rafael, nacido bajo la influencia solar, al copiar, algunas veces las
obras de artistas desconocidos, ha producido obras maestras, que embe­
llecen las irradiaciones de su genio.
Los hombres solares son generalmente sobrios y con frecuencia ar­
tistas o aficionados al arte. Su buena fe es exquisita, aunque a veces
son dados a la ambición y al orgullo; son elocuentes y razonables y en el
consejo jueces severos. Su gran cualidad consiste en poseer una lógica
amplia, una manera de ver verdadera, pero exenta de trivialidad.
Moliere, cuya tez era amarilla clara, ha vivido bajo el influjo prin­
cipal del Sol, al cual se unían los de Venus y Mercurio. La influencia favo­
rable del Sol da honores, riquezas y el favor de los poderosos.
180 D octor M oorne

Sus maneras son elegantes, graciosas, majestuosa»; su vista se debilita


en ocasiones, sobre todo cuando han nacido en época de eclipses, en cuyo
caso llegan hasta a perder la vista.
Para terminar: el que nace bajo la exclusiva y directa influencia
del Sol gusta de brillar como el Sol, puesto que éste da la inteligencia,
la belleza, la verdad. (Kether, Tynhereth, Jesod.)
Alejandro el Grande había nacido bajo la influencia solar y de
Mercurio. La cara de su busto —esculpido por Praxíteles— recuerda hasta
sorprender y especialmente de perfil, al tipo que los antiguos habían asig­
nado a Apolo.

La mala influencia del Sol

Los seres nacidos bajo la mala influencia del Sol serán de pequeña
talla, rubios con cabellos crespos; el color de su cutis será de un amarillo
sombrío■ cortos de vista o ciegos, cuando no tengan los ojos defectuosos;
serán Charlatanes, vanos, amigos de significarse; extravagantes y excén­
tricos; con frecuencia, se creen poetas o artistas no comprendidos, perse­
verando en sus aficiones, a pesar de la miseria y del ridículo. Pero se
consolarán fácilmente, creyéndose hombres superiores.

Influencia de Mercurio

Los hombres nacidos bajo la influencia de Mercurio, son general­


mente pequeños, pero bien formados. Su rostro es ancho, pero agradable,
conservando hasta la edad provecta, rasgos infantiles. Su tez, bastante
pálida, tiene el color de la miel nueva, cambiando fácilmente a la menor
impresión y pasando de la palidez mortal a la animación febril. Sus ca­
bellos castaños, flexibles, dóciles, lacios, pero ligeramente rizados en su
extremidad, crecen lentamente; su piel es dulce y su cabeza móvil, sus
frentes altas están redondeadas en los órganos que la frenología señala
como de la causalidad y de la comparación; su barba es rala, dócil y con
frecuencia corta y negra. Sus cejas delgadas, largas, arqueadas y juntas;
sus ojos hundidos, pardos o grises y un poco cubierto por aquéllas, son in­
quietos y muy movibles y penetrantes; el blanco es un poco amarillento
y los párpados son finos. Su nariz es recta y larga y las fosas nasales
un poco salientes, siendo su punta más bien obtusa que puntiaguda, con
La Grande y A lta Magia 181

un pequeño hoyo, muy poco sensible. Sus labios son linos y con frecuencia
entreabiertos, descendiendo un tanto en las extremidades; el superior des­
borda un poco, y es más grueso; sus dientes son pequeños y la barbilla
algo puntiaguda. Su cabeza se va ensanchando en la parte alta, preci­
samente en la que los frenólogos colocan el órgano de la maravillosidad.
El cuello grueso y de tamaño mediano; los hombros fuertes; el pecho am­
plio, igual en carnes; sus brazos y sus piernas no tienen huesos grandes,
pero son finas y robustas, de una forma elegante, que recuerda algo la
femenina. Su voz es débil. Aristóteles y Platón tenían la voz débil; los
sabios, las personas de talento la tienen también, siendo un ejemplo de
ello nuestro inolvidable Emilio Castelar.
El planeta Mercurio es notable por la vivacidad de su recorrido y por
el brillo de su luz. Así, los hombres nacidos bajo su influencia, son vivos,
ágiles, aptos para toda clase de ejercicios corporales y hábiles para aque­
llos juegos que requieren destreza de mano, como la prestí digitación, el
billar, etc. Marchan con rapidez y son listos y graciosos. Es Mercurio el que
da los bailarines, bailarinas y acróbatas. Perteneciendo estas gentes por el
tercer mundo a Mercurio, tienen la voz débil, cuando Marte no modifica
la influencia de aquél.
En el orden más elevado de hombres regidos por la influencia del
planeta que nos ocupa, tienen la inteligencia muy despierta y el pensa­
miento muy rápido; siendo, además, muy espontáneos, empleando pala­
bras muy espirituales y poseyendo una intuición murr notable. Son finos,
perspicaces, astutos; aman las ciencias y las artes basadas sobre estudios
serios, que comprenden sir. grandes esfuerzos y sin necesidad de refle­
xionar mucho. Como los saturnianos, se ven con frecuencia arrastrados al
estudio de las ciencias ocultas; la cábala, la magia, la astrología y las
investigaciones metafísicas; pero a pesar de su facilidad natural, lo estu­
dian todo con conciencia, perseverancia y amore. Es entre ellos, en donde
se encuentran los gramáticos, los filósofos, los físicos, los médicos que
juzgan por su inspiración, los geómetras, los escultores y los pintores.
Tienen una elocuencia natural (una cadena de oro sale de la boca del
dios Mercurio) y brillan en la cátedra y en el foro.
En general, los hombres influidos por este planeta son dulces, ama­
bles, tienen una superioridad real en los negocios y en el comercio, a los
cuales aportan un sentido juicioso y recto, una concepción pronta y gran­
des vistas. Son, comúnmente, sobrios; huyen de los goces sensuales y
evitan las reuniones brillantes y aparatosas. Muchos de ellos son natural­
mente, adivinos, augures, que pueden predecir y anunciar el porvenir. Se
dejan llevar fácilmente; son alegres, algunas veces burlones, pero con
182 D octor M oorne

espíritu amplio y sin enfadarse por lo que a ellos les digan, por cuanto
poseen un tacto exquisito y la inteligencia de la vida. El estudio es su
mayor placer; aman a la familia y a sus hijos y son aficionados a los
viajes y a estudiar la ciencia en la naturaleza.

La m ala influencia de Mercurio

Los seres que nacen bajo la mala influencia de Mercurio, tendrán el


cutis muy oscuro y lleno de manchas; la voz débil; los ojos hundidos y
llenos de un fuego sombrío. Sus cabellos serán rubios, algunas veces de
un rubio claro. Serán delgados, débiles, de un rostro lleno de muecas y
nervioso; melancólicos y llevados, naturalmente, al mal. Serán charlatanes,
inconstantes e imbéciles y tratarán de hacerse pasar por magos o por
hechiceros. Escucharán, llenos de espanto, los relatos de aparecidos y
resucitados; inventarán espíritus extraordinarios y poderes ocultos, con
los cuales pretenderán estar en relación, así como con los espíritus ma­
lignos y tratarán de hacerse pasar por médicos. A este tipo de gentes
pertenecen los bohemios que recorren el mundo explotando la credulidad
de las gentes y teniendo, como una gloria y un placer, el inspirar por
todas partes el miedo y el espanto. También pertenecen a esta categoría
los ladrones vulgares y los embusteros empedernidos.

In flu e n c ia d e M a rte

Las personas nacidas bajo la influencia de este planeta, serán de talla


elevada y de constitución fuerte, sin ser pesados. Tendrán la cabeza corta,
pequeña y el cerebelo muy desarrollado. Su faz será redonda y cubierta
de manchas; su piel dura, firme y de un rojo moreno, especialmente
hacia las orejas. Sus cabellos serán espesos, cortos y encrespados en sus
extremidades, rojos o de un rubio ardiente, semejantes a un carbón encen­
dido; sus ojos grandes, las pupilas de color castaño o de un gris rojizo y
se fijarán al hablar, lo que dará a su mirada dureza y firmeza; el blanco
de los ojos estará inyectado de sangre: su nariz elevada, aguda, en forma
de pico. Sus movimientos serán rápidos y bruscos; tendrán buenas cuali­
dades, entre ellas la magnanimidad y la liberalidad. Despreciarán el
peligro y venderán cara su vida. Gustarán de los colores chillones (el rojo
especialmente) y de las armas brillantes, del triunfo, del ruido, del movi­
La Grande y A lta M agia 183

miento. Serán tenaces, batalladores, violentos, audaces, temerarios y exa­


gerados en sus relatos, cuando la influencia del planeta es fuerte. Comerán
mucho, casi con voracidad y con preferencia carnes sanguinolentas, es
decir, chorreando sangre. Elegirán con frecuencia profesiones u oficios
en que corre sangre, como la cirugía, la carnicería, la milicia, el bando­
lerismo. Cuando no pueden ejercer estos oficios o profesiones, acuden a los
espectáculos en donde corre sangre.
Según Salustio, Catilina tenía la piel de un rojo de sangre; Casandra,
la profetisa vehemente, tenía la epidermis de un color de rojo de fuego y
ojos ardientes, César Borgia tenía el cutis rojo; sus retratos le pintan con
nariz aguileña y barbilla saliente y puntiaguda. Aquiles, hermoso tipo de
Marte, tenía los cabellos de un color rojo-amarillo, el pecho amplio y los
cabellos dispuestos en bucles en sus extremidades. Según plutarco, Anto-
nino tenía la nariz aguileña, la barba espesa, la frente amplia; bebía en
público y se sentaba a la mesa con los soldados. Su liberalidad era exce­
siva.
El planeta Marte da también la actividad, el movimiento, la energía
en todas las acciones de la vida; esa energía aumenta la fuerza, el poder,
las cualidades viriles, aun en las artes. Marte da el colorido a los pintores
notables y la energía a los oradores, a semejanza de Cicerón y Demcstenes.
Es por la influencia de Marte como los oradores populares arrastran
a su auditorio; y es también por su influencia como los predicadores con­
mueven a sus oyentes. Todos los abogados que brillan por movimientos
oratorios que sorprenden y que fascinan, sin enternecer, están sujetos a
la influencia de Marte. Los artistas fogosos, en todos los géneros, reciben
de este planeta sus cualidades vehementes. Miguel Ángel, Leonardo da
Vinci, que lograron justa fama y universal renombre en todas sus obras,
estaban dominados por Marte y por Saturno. Horacio Vernet, por las cua­
lidades de movimiento, estaba también dominado por Marte. Salvator
Rosa y Caravagio también debían estarlo.

M ala imOrteKcia de Ufarte

Todos los oradores de plazuela, comerciantes chillones, camelots y


demás charlatanes que tienen la voz gruesa y campanuda, fuerte y chillona,
que llaman y reúnen a las muchedumbres a su alrededor y que la deslum­
hran y aturden con el flujo y reflujo de sus palabras, están sometidos a
una influencia más o nier.os perniciosa de M arte . La mala influencia de
184 D octor M oorne

•éste, da los asesinos, los bandidos, los ladrones de carretera, los pillos y
los revolucionarios de profesión; los perdidos, los embusteros, les perju­
ros, los que no creen en nada y los que viven de los negocios reprobados
por las gentes honradas, o del mundo de las mujeres más o menos incau­
tas. Su epidermis está siempre roja y como inflamada, y su rostro abota­
gado y como embrutecido; tienen la boca torcida, los labios gruesos; el
ojo amenazador y fijo; el entrecejo fruncido; los ojos hundidos y som­
bríos, y la mirada cual la del lobo que busca el lado débil de su presa. Su
barba es rala, ruda y puntiaguda; sus cabellos rubios, tirando al rojo, o
castaños muy fuertes; su tez roja, y especialmente la piel del cuello. Su as­
pecto general tiene algo de siniestro y de repulsivo.

Influencia de la Luna

Las personas nacidas bajo la influencia de la Luna tienen la cabeza


redonda, ensanchada por debajo de las sienes, en el lugar en que los fre­
nólogos señalan la imaginación. El lado de su frente, de donde se encuen­
tran frenológicamente la causalidad y la comparatividad, es poco aparente,
pero la parte del cráneo que bordea los ojos y da cualidades perceptivas,
es muy saliente. Su tez es de un blanco mate, pálido algunas veces, teñido
por leves colores; su cutis es maculado; su carne blanda. Son altos, muscu­
losos en apariencia, pero esos músculos son esponjosos, su cuerpo es poco
velludo, su rostro es ancho y lleno; sus cabellos son finos, dóciles, largos,
rubios y poco e=pesos, su nariz es corta y un poco estrecha, con relación
a la amplitud de la faz. Su boca es pequeña y los labios fuertes, prominen­
tes, en los cuales se puede advertir una ligera mueca. Sus dientes son lar­
gos, amarillos, grandes, con frecuencia mal enfilados. Sus encías son altas
y pálidas; sus ojos redondos, gruesos, claros, salientes, con una pupila
de un gris azulado, velada, vaga, y como anegada dentro de su órbita. Sus
cejas están juntas, su barbilla es redonda y carnosa; las orejas aparecen
como pegadas a la cabeza.
Su cuello es bastante largo, blanco, carnoso y lleno de pliegues cir­
culares; los hombros son anchos y muy desarrollados de pecho, lo mismo
los hombres que las mujeres, teniendo éstas las caderas muy redondas y
exageradas. Su vientre es fuerte; sus piernas pesadas y macizas. Los luná­
ticos son versátiles, caprichosos, egoístas; aman los viajes, más para obe­
decer a su espíritu inconstante que por otra causa; son fríos, lánguidos,
perezosos, melancólicos, poco 'afectos al amor. La vida en familia tiene
La Grande y A lta Magia 185

para ellos escasos atractivos. Son más místicos que religiosos; flemá­
ticos, y como todos los flemáticos, son lentos de cuerpo y con frecuencia
de espíritu. Sin embargo, su imaginación es muy activa cuando se alimen­
ta de ensueños. Tienen intuiciones magnéticas y sueños proféticos, encon­
trándose, a veces, en relación con mundos exteriores, especialmente cuan­
do se hallan en la soledad, cerca de los lagos o de las fuentes. Numa con­
sultada cerca de una fuente a la ninfa Egeria. Son aficionados a las artes,
a la pintura fantástica y a la literatura romántica. En general, tienen
mucho de la complexión general de las mujeres.
Teófilo Gautier ofrece un verdadero tipo del lunático modificado
por Venus.
Las mujeres influidas por la Luna son abnegadas; se entregan
fácilmente, más bien por falta de resistencia que por exceso de amor. Sin
embargo, prefieren a un hombre, a quien traicionan sin quererlo, pero a
quien aman siempre.

Mala influencia de la Luna

Las gentes que sufren la mala influencia de la luna son charlatanas,


aturdidas, sin circunspección, calumniadoras, malvadas, embusteras, su­
persticiosas, de mala fe, pérfidas. Son calaveras sin pasión, por capricho,
por curiosidad, por amor del cambio, esperando quizás encontrar en cada
nueva orgía un nlacer desconocido. Son egoístas y desvergonzados; raros
e insolentes: fanfarrones y cobardes, complaciéndose en hacer el nial sólo
por el placer de causarlo.
Su piel está cubierta generalmente de manchas. Están sujetos a epi­
lepsias o parálisis, principalmente de la lengua, de los ojos y de los labios.

Influencia de Venus

Las personas nacidas bajo la influencia de este pleneta, tienen una


semejanza física y moral con la de las personas que han nacido bajo la
influencia de Júpiter. (Ambos planetas son igualmente brillantes y bellos.)
Únicamente podemos agregar que los que han nacido bajo la influencia
de Venus presentan una belleza afeminada y el carácter más afeminado
también.
Poseen, asimismo, la piel blanca, pero más rosada, más sedosa, más
186 D octor M oorne

suave, más fina y más trasparente. Tienen una estatura superior a la me­
diana: el rostro redondo, no apercibiéndose por ninguna parte los huesos
de la cara. Sus mejillas son pequeñas, grasosas y con frecuencia se ven
exornadas de dos pequeños hoyuelos. Su frente es bella, redonda, más bien
pequeña que grande y ligeramente tapizada de venas azuladas, y (según
las reglas de la metoposcopia), cuando los tales sujetos sonríen o están tris­
tes, se advierten dos o tres pequeñas líneas entre las cejas, lugar consagra­
do a Venus, en la parte relativa a la frente.
Las cejas de las personas que están bajo la influencia de Venus son
bellas, largas, espesas, admirablemente dibujadas. Sus cabellos son largos,
espesos, ondeados, flexibles, negros o de un color castaño muy oscuro,
conservándose casi sin canas, aun en la edad provecta. La nariz, recta y
ancha en la raíz, es elegante y bastante carnosa en su extremidad; las fosas
nasales son redondas, pero un tanto dilatadas. Sus ojos son grandes, bellos,
límpidos y claros y sobre todo húmedos, voluptuosos, oscuros; la pupila es
grande y los párpados, al cerrarse, aparecen redondos, espesos y atravesa­
dos por multitud de fibras capilares.
La boca es pequeña y bermeja por la superabundancia de la sangre;
los labios son espesos, sobre todo el inferior, cuya parte recta está ligera­
mente ¡hinchada.
Sus dientes son blancos, bien enfilados, teniendo generalmente las en­
cías el color del más puro coral. Su barbilla es redonda, gruesa y bastan­
te larga o pronunciada, con un boyo en el medio. Por último, sus orejas
son pequeñas, siendo los lóbulos de ellas también pequeños y carnosos.
Son exageradamente elegantes y muy preciados de los colores claros. Son
amantes del placer y muy afectos al amor, y por esa misma cau-a son bue­
nos, dulces, amables, afables y con frecuencia ingenuos.
Su primer pensamiento es siempre bueno: son serviciales, aficionados
a los festines y a la sociedad que se divierte, más bien por desarrollar sus
necesidades de afección para con sus amigos, que por su particular agrado.
En el comer son sobrios; pero aman con frecuencia los manjares lla­
mados afrodisíacos. Son aficionados a brindar y a las alegrías y expan­
siones moderadas de las bebidas, y como sus digestiones son fáciles y su
resistencia para el alcohol es bastante grande, siempre conservan con su
habitual serenidad, su inseparable buen ¡humor.
Estas personas son tan aficionadas a las flores y a los perfumes, que
ambas cosas constituyen para ellas una verdadera necesidad. También gus­
tan de la música, pero con preferencia la melodía a la armonía, la cual
pertenece a las gentes influidas por la luna. Cantan cuando se ven
solicitadas a ello, y buscan en todas las ocasiones los aplausos, pero
La Grande y A lta M agia 137

más bien por el deseo de agradar que por la necesidad o el afán de


brillar.
Los hombres pertenecientes a este tipo, se complacen en llevar muchas
alhajas; son confiados y con excesiva frecuencia engañados; son además,
inclinados, no precisamente a la pereza, sino al reposo favorable al ensueño,
a la armonía y a los placeres sexuales. Las bellas formas les seducen y les
encantan, y los pintores nacidos bajo la influencia de Venus, las estudian,
las buscan en los cuadros, llegando a ser admirables y correctos dibujan­
tes. Rafael y Botticelli estaban influidos por Venus y por el Sol, proce­
diendo de aquí el admirable colorido de sus cuadros y la corrección y
elegancia de las figuras.
Son benévolos, por anticipado, con toda persona cuyos rasgos fiso-
nómicos y formas logran impresionarlos. Son dulces, piadosos, alegres,
como los hombres influidos por Júpiter, pero de una alegría más dul­
ce, más expansiva, menos ambiciosa y ruidosa.
Venus da a los hombres formas femeninas, y cuando esas formas son
excesivamente acusadas, gustos femeninos; hace buenos, bienhechores,
caritativos y piadosos a todos los que no arrastra hasta la maldad.
Venus, finalmente, da a los artistas, a los oradores, a los poetas, a los
actores y a los compositores de música, el don de encantar y de enternecer,
o sea eso que se llama alma. No existe ningún artista que no sufra, en
mayor o menor grado, la influencia de Venus. Si, por ventura, se encuentra
uno que no sufra esa influencia, podemos estar seguros que hará del arte,
no una consecuencia de la inspiración, sino el resultado de la ciencia, por
lo cual, asombrará, se hará admirar, algunas veces, pero nunca logrará
hacer soñar ni llorar.

Mala influencia de Venus

Las gentes de este tipo tienen la epidermis de un blanco pálido; son


gruesos, perezosos, tienen los ojos hundidos, siendo excesivamente lúbri­
cas sus miradas. Sus cabellos son rubios, llegando algunas veces hasta el
rojo más pronunciado. La nariz es grande, gruesa particularmente en su
extremidad y aplastada algunas veces, en cuyo caso dejan ver el interior
de las fosas nasales; sus labios son muy salientes y particularmente el in­
ferior. Su cuerpo es grueso y muelle y traspira fácilmente; tienen las
188 D octor M oorne

piernas cortas y los senos y el vientre


abultados. Son aficionados a todas
las voluptuosidades crapulosas, llegan­
do, en amor, hasta el más infame
comercio. Su voz es ronca, aun en
las mujeres; su mano excesivamente
blanda y sembrada de pequeños
hoyuelos. (Véase la figura N° 19.)

Influencia particular de cada


a stro so b re cada parte del
cuerpo

Según los astrólogos, cada astro


F ig u r a 19 tiene una influencia particular sobre
cada parte del cuerpo.
Júpiter, sobre el hígado, las venas, el pulmón, el diafragma, los vacíos
y los músculos.
Saturno sobre los huesos, los dientes, los cartílagos y la oreja derecha.
El Sol, sobre el corazón, las arterias, el ojo derecho en los hombres
y el izquierdo en las mujeres.
Mercurio, sobre los pies, las manos, los dedos, la lengua, los nervios
y los tejidos.
Marte, sobre la vejiga, la hiel, la oreja izquierda, las partes genitales
y los riñones.
La Luna, sobre el cerebro, el ojo izquierdo, Ies intestinos, el estómago,
la matriz y las membranas.
Venus, sobre la garganta, los senos, el vientre, las caderas, el útero,
la vagina, y con Marte, las partes genitales y los riñones.
Y si hemos de conformarnos con este sistema, los planetas, según los
astrólogos, inspiran cada uno de por sí las enfermedades que son especiales
a la parte del cuerpo que cada uno preside.

E n fe rm e d a d e s ca u sad as p o r los astro s

Las enfermedades inspiradas por Júpiter sen las de la sangre, las


pleuresías, las convulsiones, las pérdidas de sangre por medio de flujos
nasales, anales o uterinos; las traspiraciones abundantes, las enfermeda­
des del hígado, las anginas, el reblandecimiento de la médula espinal.
La Grande y A lta M agla 189

Los jupiterianos soportan mejor el invierno que el estío. Están suje­


tos a palpitaciones, vértigos, eatalepsia, apoplejía, contracciones nervio­
sas, a la gota, que pertenece también a Saturno, y al escorbuto.
Los saturnianos están sujetos a espasmos, a las hemorroides, a la di­
sentería, a la elefantiasis, a los cánceres; la fiebre cuartana, la parálisis, la
melancolía, la tos, los dolores de muelas, la sordera de la oreja derecha, las
retenciones de orina, el gálico y las hernias son las enfermedades de los
saturnianos.
Éstos están sujetos, sobre todo, a las enfermedades de las piernas, lo
que anuncia en ellos una larga existencia, pues los saturnianos, en general
altos y secos, viven largo tiempo. La mayoría de los viejos están sujetos
a la influencia de Saturno.
Con la edad los hombres se elevan; las rodillas se doblan, la cabeza
se inclina hacia adelante, las mejillas se hunden, la tez palidece hasta ad­
quirir un tinte terroso, los cabellos se caen y los pies parecen pegarse a la
tierra por lo pesados, la voz se torna sorda y lenta. Es sabido que Saturno
representa a la tierra.
Según Schreger, “la proporción de los principios constitutivos terro­
sos de los huesos es: la mitad en el párvulo, las cuatro quintas partes en
el adulto y las siete octavas en los ancianos” 1. La tierra se lo come, dice
el proverbio popular hablando de un hombre de mucha edad.
El Sol debilita la vista, produce las enfermedades de los ojos, incluso
la presbicia, la miopía y el estrabismo, los síncopes, las fiebres efímeras
y las enfermedades del corazón.
Es de Mercurio de quien emanan las enfermedades del espíritu, las
inquietudes, las locuras, las toses pertinaces, etc.
El planeta Marte causa las enfermedades de la acritud de la orina;
produce deyecciones abrasadoras; fiebres malignas; pústulas sanguíneas,
frenesis. En muchas de estas enfermedades inspira miedos y pensamientos
horribles y cubre a veces el cuerpo de pústulas biliosas. Las fiebres tifoi­
deas, las tercianas, las inflamaciones, los cálculos biliares que pueden con­
ducir a la locura, las úlceras y el mal de riñones son inspiradas por Marte.
La luna da la debilidad, la imbecilidad, el estrabismo —que da tam­
bién el Sol— las enfermedades de los ojos en la vejez, la epilepsia, las
contusiones de los miembros y de la faz, las parálisis, especialmente de la
lengua; los catarros, los flujos de vientre, las menstruaciones inmoderadas,

1 M a n u a l d e fis io lo g ía , Müller.
190 D octor M oorne

la supuración, los males del estómago, las hidropesías y los vómitos pi-
tuitivos.
Venus da las afecciones de las partes genitales, las obstrucciones de los
riñones y de la vejiga, las enfermedades de la matriz y del útero.

ILa voz q u e dan lo s a stro s

La influencia de los astros se deja sentir por todas partes, en los mo­
dales, en los gestos, en la voz.
Saturno da la voz ronca, sorda, triste; la palabra lenta.
Júpiter la voz brillante, cálida, alegre, riente, agradable y en los mo­
mentos serios, la palabra acompasada.
El Sol la voz armoniosa, tranquila, dulce, pura.
Mercurio la voz alegre, viva, pero débil; la pronunciación dificultosa
y a veces el ceceo o la tartamudez.
Marte la voz ruda, pronta, impaciente, nerviosa, campanuda, colérica.
La Luna la voz grave, titilante, borrosa.
Venus la voz dulce, suave, tierna, un poco premiosa, lasciva y ruda
y enronquecida en los momentos y después de las orgías.

CLAVIS MAJOEES SAPIENTIiE

L A FISIO G N O M Q N IA Y L A M ETQPOSCOP1A

No habríamos terminado nuestro trabajo de una manera completa,


si, a lo que queda expuesto, no agregáramos algunas consideraciones re­
lativas al mismo asunto, traducidas del Claris Majores sapienticc, de Alber­
to el Grande, con lo cual creemos que el presente tratado de Fisiognomo-
nia y Metoposcopia será el más completo de los que hasta la fecha han
visto la luz pública.
Veamos, pues, lo que decía Hermes Trimegisto y más tarde comen­
taba Alberto el Grande, con relación a la frente del hombre.
La Grande y A lta Magia 191

La frente

La frente muy elevada denota un hombre liberal con sus amigos y


parientes; jovial, de buen criterio y afable con todo el mundo.
El que tiene mucha piel y 'hueso en la frente, es camorrista, orgulloso,
embustero y más necio que sabio.
La frente prolongada, al lado de las sienes, indica un 'hombre orgu­
lloso, inconstante, débil en todos sus actos y algo simple.
El hombre que tiene la frente carnuda junto a las sienes y las mejillas
prominentes, es valeroso, soberbio, colérico y de dura concepción.
El que posee la frente arrugada, en óvalo y como dividida por la mitad,
cual si tuviera dos, es bueno, atrevido, de gran talento; pero la fortuna
le 'será siempre adversa.
La frente ancha y despejada por todos lados, algo redonda, lisa y sin
vello, denota un hombre valeroso y de gran talento; atrevido, muy pronto
en encolerizarse y de amplia conciencia.

B e los párpados

Los párpados arqueados y que se elevan al hacer guiños, marcan a


un hombre soberbio, violento, orgulloso, atrevido, amenazador, curioso y
apto para todo.
Los hombres cuyos párpados cuelgan hacia abajo, cuando hablan o
miran a alguien, son malos, trapaceros, embusteros, traidores, avaros, pe­
rezosos. mohínos, ensimismados y nada habladores.
El que tiene escasas pestañas es sencillo, débil y crédulo.
Los párpados cortos, y de cutis blanco o plomizo, indican el hombre
de gran disposición, aunque tímido y en extremo confiado.
Los que las tienen de conformación contraria, son, o mejor dicho,
constituyen, la antítesis de aquéllos.

Be los ojos

Los ojos grandes significan, ordinariamente pereza, osadía, envidia,


vergüenza y chismografía; largueza, soberbia, cólera fácil, mala memoria,
corto juicio y escaso criterio.
192 D octor M oorne

Los ojos 'hundidos revelan al hombre desconfiado, tonto, arrebatado,


de pésimas costumbres, con mucha memoria, atrevido, cruel, camorrista,
vicioso, dado a la lujuria, envidioso y embustero.
Los ojos saltones son propios del hombre atolondrado, sinvergüenza,
algo pródigo, servicial, de limitada inteligencia y sumamente veleidoso.
El hombre que mira fijo en un punto, y cuyos párpados están siempre
abiertos, es malo, embustero, falsario, envidioso, ahorrador, callado, impío
y sin conciencia.
El hombre que parpadea de continuo y gira los ojos sin cesar, es
Injurioso, veleta, traidor, infiel, presumido y por demás desconfiado.
Los que tienen los ojos enrojecidos, bañados en lágrimas e inyectados
en sangre, son fáciles de encolerizarse, soberbios, desdeñosos, crueles, sin
vergüenza, infieles, embusteros, orgullosos y necios.

De las cejas

Las espesas revelan al hombre económico, callado, cuerdo y muy


amigo de instruirse.
Las cejas largas indican un genio sutil y un carácter audaz, aventure­
ro y amigo de todo el mundo.

De la nariz

La nariz larga y delgada, marca al hombre valeroso, curioso, colérico,


soberbio, veleidoso, débil de cuerpo y de talento y sumamente crédulo.
La nariz larga, ancha y carnosa en su base, indica el hombre pruden­
te, callado, servicial, probablemente fiel, honrado en sus acciones e inca­
paz de suplantar o de poner en segundo término a un amigo.
El hombre de nariz chata, es violento, orgulloso, embustero, lujurioso,
débil, voluble y crédulo.

De la boca

La boca grande y ancha revela al hombre embustero, sin vergüenza,


que se complace en armar camorra; charlatán, chismoso y hablador.
La boca pequeña es indicio del hombre pacífico, tímido, fiel, callado,
liberal y erudito.
La Grande y A lta Magia 193

De los labios

Los labios carnosos denuncian al ¡hombre más necio que sabio, pero
de un temperamento apto para todo.
Los labios delgados son signos de discreción, prudencia y talento.

De los dientes

Los dientes pequeños, débiles y escasos, marcan en el hombre talento,


delicadeza, buen humor, rectitud, fidelidad, silenciosidad y timidez. Tam­
bién auguran una vida muy corta.
Los muy largos y agudos anuncian a un hombre envidioso, glotón,
descarado y sinvergüenza, embustero, falsario, infiel y desconfiado.

De la lengua

La lengua que se agita con prontitud al hablar, revela a un hombre


más simple que sabio, de escasa inteligencia, de mezquino juicio, muy cré­
dulo, y tan capaz de obrar bien como de obrar mal.
Los que tartamudean son, por lo general, menos orgullosos, variables,
coléricos, serviciales y de complexión débil.
El hombre que tiene la lengua grande y ruda, es prudente, pero malo,
algo servicial, huraño, callado, algo traidor, tímido e impío.

De la risa

Los necios ríen mucho porque tienen el bazo muy voluminoso, al


revés de los demás.
El que ríe varias veces y poco, es constante, avaro, prudente, de sutil
ingenio, callado, fiel y laborioso.
194 D octor M oorne

B e la barba

La 'barba ancha y carnosa indica al hombre pacífico, de mediana ca­


pacidad, de espíritu grosero y asaz voluble.
La barba muy aguda y carnosa acusa a un hombre de buen criterio,
de gran corazón y de temperamento moderado.
La barba no sale a los hombres hasta después de los catorce años, y
desde entonces les crece paulatina y constantemente. Pero, a veces, se des­
arrolla en la mujer —especialmente en torno a la boca— (por cuanto el
calor es mayor en este sitio) una vellosidad a que se da también el nom­
bre de barba.
La mujer que carece de ella es de buena complexión, tímida, mie­
dosa, de fácil rubor, casta, débil, dulce y complaciente: la velluda, al con­
trario, tiene todas las cualidades y vicios opuestos.
Una barba bien ordenada y provista, indica un hombre de buen natu­
ral, de cordura y temperamento razonables, que a todo se acomoda, a
tenor del tiempo y de las circunstancias.
El que tiene la barba mal dispuesta y muy rala, está dotado más bien
de las inclinaciones y del carácter de la mujer que del hombre.

B el cuello

El cuello largo indica al hombre simpático y charlatán, tímido, débil,


envidioso, embustero, traidor y veleta.
El cuello corto marca al hombre prudente, avaro, embustero, discreto,
sujeto a encolerizarse, ingenioso, de gran talento y amigo de mandar a los
demás.

B el aliento

El aliento fuerte y violento es indicio de gran espíritu y viceversa.


La falta de aliento, procede, o de la pequenez de los pulmones, o de
la corrupción del pecbo; por esto el animal que tiene gran resuello es muy
fuerte y bebe mucho.
La Grande y A lta Magia 195

OBSERVACIONES GENERALES

Es menester que un verdadero fisonomista, sepa perfectamente Lien


todo cuanto se La dicho en este tratado, a fin de no incurrir en lastimosos
errores.
Debe, ante todo, examinar con atención todos los testimonios y con­
jeturas que le ofrezcan los miembros de una persona y luego decir su pa­
recer, en general, y según el mayor número de signos que ofrece. Porque,
si se detiene en cada miembro, en particular, se contradecirá infaliblemente
al advertir ciertos signos opuestos a otros.
Además, debe considerar la edad, las inclinaciones, el temperamento,
todo lo cual le ofrecerá aclaraciones y facilidades para acertar.
P arte S éptima

QUIROMANCIA Y QUIROGNOMONLA

Capítulo P rimero

Q U I R O M A N C I A 1

Origen de la Quiromancia

No comenzaremos diciendo que el origen de la Quiromancia —rama


desgajada del árbol de las ciencias astrológicas— se pierde en la negra
noche de los tiempos. Como todas las demás ciencias, nació en Oriente, en
el Asia Occidental, y su estudio, desarrollo y propagación hubo de divi­
dirse en tres fases, a saber: la primera, esencialmente religiosa, secreta,
concreta, misteriosa, rodeada de alegorías y de emblemas —época oscura
que comienza y termina en Oriente— ; la segunda, filosófica y esencial­
mente occidental, y la tercera, período en que el pueblo hebreo la trans­
forma y perfecciona, con gran contentamiento y respeto del autor del
Cantar de los cantares , del sabio rey Salomón.
Aun cuando ninguno de los autores modernos que de las ciencias
ocultas se han ocupado, diga cuál fue la verdadera cuna de la quiromancia,
nosotros creemos que fue el pueblo caldeo, y que los habitantes de ese
misterioso país, abandonados a su propia suerte, en un suelo abrasado por
el sol y sujetos a las inclemencias de un clima insano e insalubre, y sin

1 De la obra del mismo título del Dr. Shondespeare.


La Grande y A lta Magia 197

otros recursos que aquellos que podía ¡brindarles la naturaleza, fueron


quienes, al estudiar en los astros los secretos del porvenir, y al observar
en los fenómenos mareológicos la influencia de la luna, fundaron, jun­
tamente con la astrología, los cimientos en que más tarde se elevó el edi­
ficio de la quiromancia, ciencia cultivada después por sabios tan eminentes
como Aristóteles, Platón, Galeno, Paracelso, Ptolonieo, Alberto el Grande,
Averroes, etc.
Y esta ciencia, estudiada con verdadero ahínco en los buenos tiempos
de Roma por filósofos y augures, que brilla con luz propia en España basta
el establecimiento de la Inquisición, y que cae en el abandono por haberse
apoderado de ella una pléyade de bohemios, de gitanos, los cuales sólo
conocen, ya que no los principios, una parte de la tradición, vuelve a surgir
a la superficie desde el fondo de los antros en donde se había guarecido,
el día en que el hombre, en su sed infatigable de encontrar lo absoluto,
logra conocer una parte considerable de las consecuencias que se destacan
del microcosmos activo del ser humano.
Y, lo que es un arte de embaucar al incauto en manos de unos cuantos
charlatanes, que no tienen otro oficio que el de engañar a str prójimo, es
una pequeña ciencia en manos de hombres que todo, hasta el porvenir y
la fama, lo sacrifican con tal de que el ser humano llegue, en el camino de
la perfectibilidad, a conocerse a sí mismo.

Consideraciones generales

El cuerpo humano, con sus infinitos detalles y tal y como se nos apa­
rece cuando se le observa al primer golpe de vista, puede ser considerado
como algo semejante a un conjunto de materias, sobre las cuales vienen a
pintarse o a reflejarse, lo mismo las inclinaciones que proceden de dentro
del cuerpo, que las impresiones exteriores que éste recibe.
Esas formas, armónicamente agrupadas, están constituidas por millones
y millones de células que cambian sin cesar, y que les permiten figurar
bajo una forma casi siempre semejante. Esas células no son, pues, otra
cosa que la fuerza invisible que obra silenciosamente del otro lado de lo
que pudiéramos llamar el telón material del ¡hombre.
Be aquí se deduce que el cuerpo humano visible no es otra cosa que
el velo del cuerpo invisible, que preside, de una manera incesante, la ela­
boración de las células orgánicas. En este sentido la; ciencias ocultas son
las encargadas de establecer la correlación o concomitancia que existe entre
el cuerpo visible y el invisible.
198 D octor M o orne

De la quiromancia de los pueblos más remotos de la antigüedad, es


decir, de los caldeos, extractamos en esta obra el arte que se refiere a la
adivinación del pasado, presente y porvenir del ser humano, así como los
rasgos principales de su carácter, temperamento, idiosincrasia, etc.,
por medio de las líneas de la mano, o sea de los signos cabalísticos que
todo ser racional lleva estampados con caracteres indelebles, en sus manos.
Fuera tarea prolija, cuando no inútil, la de dar contestación aquí a
cuantas objeciones se han hecho y se hacen respecto a que las líneas o
rayas de la mano son el resultado de las ocupaciones especiales o particu­
lares del individuo, ya que no los pliegues naturales de la epidermis, cutis,
piel, o como se quiera. En este concepto sólo diremos que la mano izquier­
da que trabaja menos que la derecha, también presenta esos signos, y que
los niños recién nacidos, los cuales, como es consiguiente, ni aun siquiera
tienen al nacer el don de elegir para lo futuro su profesión, llevan asimismo
en su pequeño metacarpo esas diminutas líneas que el tiempo se encargará
de agrandar. Las líneas o rayas de que vamos a ocuparnos no son, pues,
hechas caprichosamente por la naturaleza; son el signo característico del
destino del individuo, destino que muchas veces se encarga de modificar,
sólo en parte, una educación sumamente esmerada. De las observaciones
de esos pliegues es, pues, de donde surgen los datos que la quiromancia
aprovecha, para demostrar el verdadero papel que en la vida de los seres
desempeñan, mucho mejor que el más completo tratado de anatomía.
Consideremos, pues, la mano (se toma generalmente la izquierda
•como ejemplo) de una manera sintética, y preguntemos:
¿Qué vemos en esa mano?
Una serie de aparatos que son casi incapaces de moverse separada­
mente; los cuatro dedos; un órgano que se opone a ellos y el dedo pulgar.
El conjunto de los dedos representará el de las impulsiones emanadas
de la fatalidad; las sugestiones producidas en el individuo, o al individuo;
el pulgar significará, por el contrario, la acción posible del individuo so­
bre esas sugestiones, es decir, la aceptación de impulsiones determinadas.
Notad las diversas altitudes de los dedos.
¿Qué véis en ellas?
El más alto de todos, el que domina el conjunto, es el medius (dedo
llamado del corazón). A cada lado de ese dedo encontraréis otros dos: unos
más largos que los otros; a la derecha el anular y el meñique; a la izquier­
da el índice y el pulgar. ¡Podéis comparar al medius con el soporte de una
balanza cuádruple, cuyos platillos están formados por los dedos situados
a ambos costados de dicho soporte.
La Grande y A lta Magla 199

En el medio lo que domina es el Destino implacable, la Fatalidad; el


sombrío Saturno, nombre astrológico del medius.
A la derecha de la Fatalidad, el Ensueño, la Teoría, el Ideal, repre­
sentado por ¡os dos dedos: A polo el anular y M ercurio el meñique, que
significan respectivamente el Arte y la Ciencia. A la izquierda de la Fata­
lidad, la Razón, la Práctica, lo Positivo, representado por los otros dedos:
J úpiter el índice, que significará los Honores y las Glorias, y V enus y el
H ombre el -pulgar, que representa a su vez la Voluntad y el Amor.
Resumamos los nombres atribuidos a cada dedo:
El medius (corazón) Saturno; el
anular, A polo ; el meñique, M ercu­
r io ; el índice, J úpiter , y el pulgar,
el H ombre y V enus.
Cada dedo comprende:
1°. Un arranque sobre el cual
toma raíz. Ese arranque ha recibi­
do el nombre de monte. Cada monte
toma el nombre del dedo correspon­
diente; así diremos: monte Apolo,
monte Saturno, etc.
El desarrollo excesivo de estos
montes acusa el exceso de pasiones,
de vicios o de virtudes que su presen­
cia pronostica; en el bien entendido
caso que si ocurre todo lo contrario,
si esos montes no están bien salientes,
N o m b r e s a s tr o ló g ic o s d e
indican la absoluta ausencia en el in­
lo s d e d o s
dividuo de vicios o de virtudes, etc.
Así, por ejemplo, el monte de Júpiter indica al que lo posea, que su
carácter es alegre, jovial; que tiene una prudente ambición, el gusto de
los honores, de la religión, el amor a la naturaleza y a la familia.
El monte de Saturno, indica, de la misma manera, la prudencia, la
sagacidad, el éxito, la suerte.
El monte de Apolo marca el gusto de las letras y de las artes; el amor
a todo lo que brilla, a lo fastuoso; la magnificencia, la riqueza, la gloria,
la celebridad; marca también la inteligencia, el espíritu, el amor a lo bello,
la religión tolerante, la benevolencia.
Ei monte de Mercurio indica gusto por la ciencia; aptitudes comer­
ciales o industriales; inventiva, inteligencia administrativa; prontitud de
200 D octor M oorne

concepción, de acción y de pensamiento; amor al trabajo y a la lucha;


espíritu práctico, entendido en los negocios, y por último, elocuencia.
El monte de Marte implica valor, resolución, abnegación, fiereza,
dignidad, calma, sangre fría, resignación, dominación de sí mismo, resis­
tencia, amor al derecho, a la justicia y a la verdad.
El monte de Venus, gracia, amor a lo bello, necesidad de amar, deseo de
agradar, afección, amor de los sentidos, hábitos elegantes, costumbres
aristocráticas.
Por último, el monte de la Luna indica misticismo, idealidad, ensue­
ños, imaginación, ternura, castidad, melancolía, compasión, caridad, dul­
zura.
Ahora bien, si un monte es más fuerte que los demás, todos ellos in­
forman sus cualidades en provecho del solo monte pronunciado, del cual

La lín e a de la fa t a l i d a d L a lin e a d e la i n t u ic ió n
(S a tu r n ia n a ) ( M e r c u r ia n a )

aquéllos se convierten en súbditos, por cuanto no viven sino por él y para


él. Así, si el monte de Júpiter, sitio o asiento de la ambición, es mucho
más pronunciado que los demás montes, se convertirá en ambición des­
mesurada, orgullo excesivo, etc.
2°. Una línea que parte de ese dedo para caminar en la mano.
La Grande y A lta M agia 201

Esa línea o raya está muy marcada, o bien ausente, según que la
sugestión dada por el dedo sea fuerte, o no exista en el individuo.
Veamos ahora el trayecto seguido por cada una de las líneas, ligada
a un dedo, y el nombre de esas líneas.
Saturno (el Medias) y la línea de la fatalidad. — Del dedo Sa­
turno parte una línea que atraviesa verticaknente toda la mano, para con­
cluir casi en la muñeca: es la línea de la fatalidad, la cual indica los acon­
tecimientos.
M ercurio y su línea . — Mercurio representa el lado práctico del
ideal; es la ciencia con relación al arte y es también el comercio con rela­
ción a la invención. Siendo Mercurio el mensajero de los dioses, por fuer­
za tenía que ser también su repórter.

L ín e a d e l co ra zó n
( J u p i te r ia n a )

En la mano la línea de Mercurio es la línea de los hombres de gran


intuición; de los médiums en espiritismo; de las personas nerviosas hasta
la exageración; de los seres de claro ingenio y fácil comprensión; seres,
en una palabra, que se asimilan todo de una manera maravillosa. Cuando
la línea alcanza hasta el dedo meñique, dice a las nodrizas claramente el
porvenir del niño que alimentan con su sustancioso jugo.
202 D octor M oorne

Esta línea parte del dedo meñique y se dirige hacia la muñeca, para
morir casi al nivel de la línea de Saturno.
Hay que precaverse contra el error -general, que consiste en creer que
esta línea representa las enfermedades del cerebro: (locura, idiotismo, im­
becilidad, monomanía, etc.), siendo así que es la línea de la intuición,
o percepción clara de la verdad, la que no es muy común observar en
las manos de todos los hombres.

A polo y su línea . — Apolo es el ideal en toda su pureza. Es el arte;


es la invención y es también la fortuna noblemente adquirida.
La línea de Apolo en la mano, será la línea de los artistas y de los
inventores. Esta línea parte del dedo anular y se dirige hacia abajo, yen­
do, con frecuencia, hacia el nivel de encuentro del pulgar y de la muñeca.
Raramente se observa esta línea perfectamente completa o acabada.
La mayor parte de las veces se observa tronohada o borrosa en varios
puntos. Sólo en el caso de tratarse de un verdadero genio, la supracitada
línea no se interrumpe por ninguna parte.

J úpiter Y su linea . — Júpiter representa los honores, es decir, el


ideal de la vida práctica, así -como también la abnegación, la magnanimi­
dad, la caridad, en una palabra, el buen corazón del individuo en que esta
línea esté muy marcada.
La línea del corazón, parte de Júpiter, o mejor dicho, de su monte,
y se dirige horizontal y no verticalmente hacia el dedo meñique, debajo
de cuyo monte termina.
Es la línea de la pasión, de la abnegación, del sacrificio, de la bon­
dad y también de la cólera. Esta línea indica asimismo, algunas veces, la
ambición.

E l pulgar y su línea . — El pulgar es el hcmbre mismo en sus tres


especificaciones.
En lo alto, la razón. (Primera falange.)
En el medio, el sentimiento. (Segunda falange.)
En la parte baja, los sentidos. (Raíz.)
El hombre está rodeado por la vida física, que marca las etapas de
su cuerpo.
As!, la línea que rodea el pulgar, es la línea de la vida.
Es en ella en donde se verán, no los acontecimientos (que esto sería
un err. r craso) sino las enfermedades, es decir, todo cuanto concierne
a la parte física, al lado más material y más práctico del hombre.
L a Grande y A lta M agia 203

O tros centros. —- Además de los dedos deten ser considerados otros


dos centros, a saber:
1°. La parte central de la mano (llamada vulgarmente palma y cien­
tíficamente metacarpo, que corresponde a Marte.
2°. La parte derecha de la mano, la que se extiende desde el dedo
meñique hasta el puño. Esta parte presenta una especie de hinchazón carac­
terística, atribuida a la influencia de la luna.

La lín e a de la v id a L a lín e a d e la c a b e z a
( H o m in a l) ( M a r c ia l)

Marte y su línea . -—• Observando la línea del medio entre las demás
líneas, se verá una situada entre la del corazón y la de la vida que marcha
en dirección horizontal.
Es la línea de la cabeza, la línea de la acción, que circunda todo el
dominio del dios por excelencia de la actividad: Marte.
La luna y sus líneas. -—■ La luna preside la imaginación y el
crecimiento de todo cuanto puede germinar y crecer: es decir, la generación.
No hay acontecimiento de creación o de germinación que no sea pre­
sidido por ella, ya se trate o no de seres racionales o irracionales, ya se
refiera a la procreación, germinación, nacimiento y desarrollo de las plantas
y de cuantos seres vivientes y animados alientan en el mundo.
No en vano es la luna nuestro satélite.
204 D octor M oorne

No tiene de por sí una línea propiamente hablando, pero posee, en


cambio, un gran número de ellas, escalonadas sobre el lado extremo de la
mano, desde el dedo meñique hasta la muñeca.
Para ver estas líneas es preciso colocar la
mano de perfil.
Expuesta, en la forma que se ha visto la cons­
trucción de la mano, cúmplenos ahora resumir
cuanto queda dicho, en una figura que abar­
que el conjunto.
Tenemos, pues, tres líneas verticales:
1°. La Saturniana (fatalidad), que parte
del Medius hasta la muñeca.
2°. La Apoloniana (ideal) que parte del
dedo anular y marcha inclinada hacia la de­
recha.
3°. La Mercuriana (intuición), que parte
dél dedo meñique hacia la extremidad derecha.
Es una línea que, si a veces —en muchos ca­
sos— no se deja ver, en otros —también bas­
tantes— se encuentra interrumpida o tronchada.
Tenemos también tres líneas horizontales:
4 9. La línea del corazón (generosidad),
L a s l ín e a s d e im a g i­ que parte del índice y marcha hacia la izquierda.
n a c ió n y g e n e r a tiv a
59. La línea de la cabeza (voluntad, activi­
( L ín e a s lu n a r e s )
dad), que atraviesa horizontalmente el meta­
carpo.
69. La línea de la vida, que parte del pulgar y circunda casi todo el
extremo izquierdo de la mano.
Por debajo del puño también tenemos una serie de pequeñas líneas ho­
rizontales que reciben el nombre de el rasullo.
Conocida, pues, la constitución general de la mano, veamos cómo pue­
den leerse en ella los signos cabalísticos que consigo lleva el ser humano en
su metacarpo, a fin de estudiar las tendencias y carácter del individuo.

Lectura de íes signos

Dos grandes principios luchan en el hombre: la Fatalidad y la Vo­


luntad.
La Providencia, el tercer elemento de los principios universales, no in­
terviene sino accidentalmente y de una manera que quizá no puede ser
L a Grande y A lta M agia 205

prevista, en los múltiples hechos que constituyen la vida del ser racional.
Representando la línea de Saturno la Fatalidad y 'la línea de la ca­
beza la voluntad, su acción recíproca nos dará la primera división que
debemos considerar. Esta división produce una cruz que indicamos por
medio de la 2?- figura de esta página.
A la derecha de esta cruz, formada por las dos líneas, está el lado
ideal, teórico. A la izquierda, el práctico.

A -B -La f a ta lid a d ( S a tu r n ia n a )
C - D - L a v o lu n ta d ( L í n e a d e la
cabeza)

Todas las líneas que vayan del medio ¡hacia la derecha, indican las ten­
dencias ideales, intelectuales del individuo.
¿Quiere saberse si un ser humano es más idealista que materialista?
Mirad la distancia que existe entre la línea de la cabeza y la raíz de
los dedos, y observad si ésta es superior a la distancia de aquella línea
al nacimiento de la muñeca.
Lo alto de la línea es lo intelectual; lo bajo, lo material.
Ahora veamos cómo se leen los diferentes presagios.

D e los acontecimientos. — La línea de la fatalidad (Saturniana)


indica la época exacta de los acontecimientos pasados, presentes y futuros.
206 D octor M oorne

Todo cuanto modifique, poco o mucho, la existencia del individuo, está


indicado por un salto de la línea, por una interrupción o cortadura, o por
otra línea que viene a atravesarla.
La dirección de este salto, a derecha e izquierda, indica si el aconte­
cimiento ha influido o no sobre las ocupaciones intelectuales o posición
social del individuo.
Una línea de fatalidad recta, sin interrupciones, saltos ni cortaduras,
indica una vida uniforme, desde el punto de vista de los acontecimientos

É p o ca d e u n su c eso

Y de las ideas; o lo que es igual, el individuo ha seguido sin desviación


los impulsos de la fatalidad.
Como la averiguación de las edades de los individuos es extremo de
suma importancia en la quiromancia, veamos la forma en que pueden co­
nocerse esas edades.
Fijad la mirada sobre la línea de la figura que veis aquí mismo. La
línea de la fatalidad está cortada:
1°. En la parte más baja, por la de Mercurio o Apolo.
2L Más arriba por la línea de la cabeza.
39. Alucho más arriba por la línea del corazón.
La Grakde y A lta Magia 207

Estos tres puntos, sobre todo los dos últimos, son puntos de los llama­
dos de mira, que son infalibles.
El encuentro convergente de las líneas de la fatalidad y de la cabeza
indica veinte años justos.
El encuentro de las líneas del corazón y de la fatalidad indican cua­
renta años también justos.
El encuentro de la línea de Mercurio o de Apolo con la línea de la fatali­
dad, indica de diez a doce años.
Dividiendo por mitad estas diversas líneas, se obtienen las edades in­
termediarias.
Los treinta años están indicados en el punto de en medio de la línea del
corazón y de la línea de la cabeza (véase esta figura y así sucesivamente) ;
obsérvese, además, si la línea de la fatalidad se corta, se interrumpe o se
ve atravesada por otra línea al nivel de cualquiera de esos puntos, y se
deducirá la edad de algún acontecimiento memorable en la vida de un indi­
viduo determinado. Así, supongamos, una mano que presenta los caracteres
siguientes:
Un poco después del vigésimo año (encuentro de las líneas Saturnianas
y de la cabeza) la Saturniana da un salto a la derecha. Ante semejante hecho
puede decirse:
—A los veinte años ha cambiado usted de ocupaciones y ha concebido
la idea de penetrar en una nueva vida, más intelectual que la que hasta
entonces estuvo usted haciendo.
Una línea atraviesa la Saturniana, un poco después de los veinte años,
y se dirige directamente hacia la de Apolo ( a. b.).
Esto observado, podéis decir sin reparo:
—A los veinte años ha decidido usted, de improviso, de repente (la
línea que corta la de la fatalidad indica una acción rápida y enérgica de la
voluntad), ocuparse de cosas de arte. De aquí un cambio en todas sus ocu­
paciones.
Este ejemplo, desarrollado por la práctica, es suficiente para conducir
a toda suerte de explicaciones.

D e la suerte. — La suerte está indicada por el número de líneas que


doblan la línea Saturniana.
Así, ved una mano cuyo individuo tuvo suerte de los veinte a los
treinta años, que perdió luego de los treinta a los cuarenta, suerte que
volvió a recuperar, pasados los cuarenta; todo ello desde el punto de vista
de la posición material. La mucha suerte está indicada por una línea que
dobla la Saturniana en casi toda su longitud.
203 D octor M oorne

La vida psíquica y las enfermedades. — Las enfermedades se ven en


la línea de la vida, no pudiendo conocerse las predicciones de la muerte a tal
o cual edad, por las consideraciones que presente dioha línea1.
Es necesario corroborar las enseñanzas que se destaquen de la línea
de la vida, por las de la línea de la fatalidad, y sobre todo, por el examen de
ambas manos.

Las edades están claramente indicadas en la línea que puede verse en


la figura de esta página.
Una enfermedad grave de la que el individuo logra curarse, está indi­
cada por una interrupción de la línea de la vida, interrupción seguida de la
continuación de la misma línea.
El peligro de apoplejía está indicado por la paralización o suspensión
repentina de la línea de la vida, sin volver a tomar solución de continuidad.
Las enfermedades de languidez, consunción y sus congéneres o deri­
vadas, están marcadas por un continuo debilitamiento de la línea de la vida,

1 Un célebre médico extranjero ba examinado en los hospitales y anfiteatros de


su país para corroborar estas afirmaciones, las manos de más de 200 individuos recién
muertos, no habiendo comprobado la verdad de estas predicciones nada más que en
un 60 por 100 de las manos examinadas.
L a Grande y A lta Magla 209

la cual va desvaneciéndose, poco a poco, hasta desaparecer, o hasta el


punto de no poderla distinguir, por haberse perdido en la epidermis.
Las parálisis están indicadas generalmente por pequeños círculos, según
puede verse en la l* figura de la página que sigue.
El número 1 representa la muerte por apoplejía fulminante, aneuris­
ma, congestión cerebral, etc.
El número 2 indica la muerte por languidez, senectud, consunción,
etc. El número 3 representa la muerte por parálisis, hemiplejía, etc.

D el yo. — El dedo pulgar, como ya lo hemos dicho, indica al hom­


bre en sí mismo y su triple división: cabeza o falange superior, pecho o
falange mediana, y vientre o eminencia Thenar (la eminencia carnosa, en
la cual toma su nacimiento el dedo pulgar).
El carácter del individuo se ve en la falange superior. Un ser impetuo­
so, arrebatado, violento, será el que tenga casi cuadrada la falange del dedo

In d ic a c io n e s s o b r e la
lín e a de la v id a

pulgar, y será generoso, noble y comedido cuando esa misma falange pre­
sente una vuelta hacia afuera.
La falange superior del dedo pulgar muy ancha y muy gruesa, con
relación al resto del dedo, indica un carácter espantoso, terrible, que puede
conducir hasta al asesinato.
210 D octor M oorne

A este respecto, tanto los caldeos como los demás pueblos orientales
en donde se practicaba la quiromancia, por lo que respecta a lo antiguo,
como los bohemios y los gitanos en la actualidad, consideran basta tal
extremo el dedo pulgar como símbolo del verdadero carácter del individuo,
que, en algunas ocasiones, (hasta 'han llegado a amputar el tal dedo a los
malvados. De aquí la palabra poltrón (derivada de pollice-trunco).

E l amor. — El amor ideal está indicado en la línea del corazón.


iPara mejor comprensión de las ideas tracemos una figura.
Un solo amor serio en la vida, matrimonio de amor.
El amor sensual en el monte Venus.
Los amoríos están marcados por pequeñas rayas poco profundas; pero
en cambio muy numerosas (2). La presente figura indica este hecho.
La tendencia a la lujuria está representada por infinidad de arrugas
en la parte inferior del monte Venus (3).

Matrimonio de amor. — El matrimonio de amor está indicado por


una cruz bajo el monte de Júpiter (4).
La cruz mal formada indica que el matrimonio estuvo a punto de rea­
lizarse, pero que no pudo llevarse a cabo por insuperable obstrucción.
Cuando un rasgo accesorio atraviesa la cruz en su parte baja, indica
obstáculos o impedimentos difíciles de vencer.

De la voluntad. — La voluntad está marcada por la profundidad de


la línea de la cabeza (véase la figura que va a continuación) y que también
indica el valor personal del individuo.
Las heridas físicas que dependen de Marte están también indicadas
en dicha figura con una línea de puntos.
Los tratados de quiromancia anteriores al siglo X (particularmente el
que se encontró Aristóteles en el altar de Hermes, y que después de haberlo
estudiado se lo ofreció a Alejandro como presente, recomendándole su es­
tudio), dividen esa línea en edades para indicar los acontecimientos. El
encuentro de la Saturniana con la línea de la cabeza indica veinte años.
El encuentro de la Mercwiana con la misma, la de cuarenta.

D e la audacia y del éxito. — Una advertencia importante debemos


hacer, por la cual debe comenzarse la observación de todas las manos, y
es la siguiente:
Cuando la línea de la cabeza y la de la vida están separadas una de
la otra (como en la figura presente A) el individuo tiene una confianza
La Grande y A lta Magia 211

ciega en su estrella y en sí mismo y saldrá siempre airoso en todos sus


negocios.
Cuando esas líneas están unidas por otras pequeñas intermediarias,
el individuo tiene confianza en su estrella, pero no en sí mismo.
Cuando amias líneas están íntimamente ligadas, el individuo vive en
perpetuo descorazonamiento y no tiene confianza en nada, no siguiendo,
por otra parte tampoco, éxito alguno en la mayor parte de las empresas
que realice.

De la vida sentimental. — Las pasiones de origen sentimental, penas


morales y amores ideales, están indicadas por la línea del corazón (línea
de J úpiter ).

L a s e d a d e s d e la lín e a d e la c a b e z a L a s e d a d e s d e la lín e a d e l c o ra zó n
( L ín e a s de M a r te . D e s c o n o c id a s ( D e s c o n o c id a s p o r lo s a u to r e s
por lo s a u to r e s m o d e r n o s ) m o d ern o s)

Cuanto más marcada está dicha línea, más generoso y magnánimo será
el individuo; más susceptible será a la abnegación, al sacrificio, y a de­
jarse llevar por las impulsiones de su corazón sano y generoso.
En una palabra, el tal sujeto será un verdadero altruista.
Puede verse la época de las grandes penas morales por las divisiones
212 D octor M oorne

de esa línea, o por las cruces que ella encierra, considerando las edades
que en la misma están marcadas.
El encuentro de la Mercuriana y la línea del corazón es de diez a
doce años.
El encuentro de la línea del corazón y la de Apolo es a los doce años.
El encuentro con la Saturniana es a los cuarenta años. (Véase la fi­
gura presente.)

D el arte o de la fortuna. — La extensión o longitud de la línea


de Apolo indica la facultad de inventar o de idealizar.
Cuando esta línea está acompañada de otras muchas pequeñas líneas,
bajo el dedo de Apolo, el individuo tiene tendencias o vocación artísticas
muy desarrolladas.

Los músicos tienen por regla general una multitud de pequeñas líneas
poco marcadas; los poetas o los pintores las tienen también, pero en menor
grado; en cambio suelen ser muy profundas.
Una especie de bifurcación, o la conclusión de esa línea en forma
de horquilla (B) indica la fortuna.
La Grande y A lta Magia 213

De la ciencia. — La línea de Mercurio, acompañada de otras pe­


queñas líneas o surcos, bajo el dedo meñique, indica el amor a la ciencia.
(Algunos quiromántieos dicen que especialmente a la medicina.)
Se verá el género de ciencia predilecta por la existencia o ausencia de
la línea de intuición, continuando o no en la palma de la mano.
A semejanza del pulgar, cuy-o carácter pernicioso puede llevar al in­
dividuo hasta el asesinato, el dedo pequeño, espatulado, aplastado, es decir,
materializado y terminando en forma de porra (permítasenos esta expre­
sión vulgar), indica tendencias al robo, a la estafa, al abuso de confianza,
pequeños pecados, o pecados veniales del dios Mercurio, que recibe al mis­
mo tiempo los homenajes de los comerciantes y de los ladrones, raspas,
ratas, etcétera.

D el comercio . — Una sola línea profunda bajo el dedo de Mercurio,


indica la afición, cuando no el gusto, del individuo por el comercio. Si esa
línea se ve interrumpida en varias partes, o atravesada por otras más pro­
fundas, significa que la fatalidad ha trastornado sus inclinaciones.
No se deduce de aquí que la mayor o menor profundidad de la tal
línea sea exclusiva en los comerciantes; también pueden presentarla los
individuos que se dedican a negocios.

A nhelos de gloria o de riqueza. — El ideal del teórico es la gloria.


El ideal del hombre práctico, el dinero.
Con los ideales de gloria van los de las grandezas, honores, etc., no
poseyendo apego al dinero el que los presente. Gon el pracíicismo mar­
chan el apego, no sólo al dinero, sino a todo bien material. Dedúcese de
aquí, que el hombre práctico no está muy lejano de la avaricia.
Para ver, de repente, cuál de esos dos anhelos, deseos o gustos pre­
domina en el individuo, se mira cuál de los dos dedos, el índice y el anu.-\
lar, es el que predomina, o lo que es lo mismo, cuál de ambos dedos es
el más largo. Esta comparación es sumamente fácil, gracias al buen Sa­
turno (el dedo Medius).
Si el anular {Apolo) es el más largo, es que el amor a la gloria se
sobrepone en el individuo al del dinero, y que en general prefiere vivir
idealmente a prácticamente.
Sucede todo lo contrario si Júpiter es más largo que Apolo.
Las dos figuras al pie de la página anterior especifican las teorías
que acabamos de exponer.
214 D octor M oorne

Conclusión. — Todos estos datos fundamentales, que pueden ampliar­


se de una manera ilimitada con un poco de estudio, pero que nosotros no
ampliamos, porque creemos que con lo expuesto basta para formarse una
íp
U

A m o r a la s r iq u e z a s A m o r a la g lo r ia
( D e d u c tiv o ) ( I n d u c tiv o )

idea del temperamento, carácter, idiosincrasia, inclinaciones y hasta de­


fectos del individuo, están científicamente basados en la quiromancia del
pueblo caldeo, perfeccionada al principio de esta Era por los hebreos, y
que constituye una de las muchas ramas en que se bifurcan o dividen las
ciencias ocultas.
Capítulo II

Q U I R O G N O M O N I A

Origen de la qnirognomonia

La quirognomonia, vocablo derivado de las palabras griegas cheir-


cheiros (mano) y gignos-ko (yo conozco), no es una ciencia esencialmente
moderna, sino un nombre nuevo dado a un estudio cuyo origen se remonta
a tiempos muy antiguos. Es, como la quiromancia, una ciencia derivada
del árbol de las ciencias ocultas y destinada, como su congénere la quiro­
mancia, a estudiar la mano de los seres humanos, bien que en distinto
sentido que aquélla lo hace.
En efecto, en tanto que la quiromancia estudia las líneas que atra­
viesan la palma de la mano, para deducir de esos signos cabalísticos im­
presos por la naturaleza en el metacarpo del hombre, el sino de éste, la
quirognomonia estudia la forma de la mano para averiguar por medio de
ese estudio cuál es el temperamento, carácter, hábitos, idiosincrasia y de­
más circunstancias especiales o generales del individuo. La quiromancia,
firme y concreta en sus conclusiones, no desperdicia el menor rasgo de los
que atraviesan en sentido horizontal o vertical la palma de la mano, para
descorrer el velo que con especial cuidado oculta a la sagaz y a veces im­
pertinente mirada del hombre el cuerpo invisible, que como ya hemos
dicho, preside de una manera incesante la elaboración de las células orgá­
nicas; mientras que la quirognomonia se encarga de manifestar, también
concretamente, al observar la forma de la mano, los signos indicativos que
marcan las tendencias del espíritu y las inclinaciones materiales del ser
humano.
216 D octor M oorne

La ciencia de la quirognomonia era conocida por los sabios de la an­


tigüedad, habiendo sido Anaxágoras uno de los primeros que se tomaron
la pena de examinar las manos de sus contemporáneos para buscar en ellas
los signos indicativos del carácter, temperamento y tendencias del espíritu
de aquéllos. Más tarde, Demócrito, Artemidoro y otros sabios no menos
célebres, consignan las observaciones que les sugiere ese estudio, a las cua­
les se agregan, ya en la época del renacimiento, nuevas observaciones de­
bidas a los preclaros ingenios del cardenal D’Ailly, de Fray Jerónimo Sa-
vonarola, y del P. Niquet, quien, en su obra Espejo de Asirología, llega a
las siguientes conclusiones, de cuyo conocimiento no queremos privar a
nuestros lectores.
Dice el P. Niquet: “Quien tiene las manos gruesas es pesado de espí­
ritu; quien las tiene largas es fuerte y diestro en los negocios y amoroso
y galante con las damas; pero quien tiene los dedos encorvados o engara­
bitados —a menos de padecer una enfermedad, como le acontecía a Savo-
narola— y mal dispuestos, y no muy juntos, es embustero, hablador y nun­
ca pone de acuerdo sus hechos con sus palabras”.
Como verán nuestros lectores, estos hechos demuestran, por sí solos,
el poco fundamento que tienen las arrogancias del célebre capitán francés
M. D’Arpentigny, quien pretende, para sí exclusivamente, nada menos que
el honor y la gloria de haber descubierto esta ciencia. Esto no obsta para
que reconozcamos que es debido a sus estudios incesantes, cómo esta cien­
cia, caída en el desuso, cuando no en el mayor abandono, ha surgido nue­
vamente a la superficie y ha permitido que el gran quiromante y notable
observador M. Desbarolles, pudiera a su vez lucir sus notables facultades
de observación y de experimentación, tanto en lo que se refiere a la qui­
romancia como en lo que respecta a la quirognomonia.

Consideraciones generales

La quiromancia, está completamente basada en la Cébala; fue for­


mándose poco a poco, merced a observaciones asiduas y a frecuentes expe­
riencias que datan de muchos siglos. En la actualidad es una ciencia esta­
blecida por el cálculo.
La quirognomonia, en cambio, surgió de repente, como en el siglo
pasado surgió la escuela antropológica de Lombroso, y sin precedente o
por lo menos, sin precedente conocido. Fuera o no D’Arpentigny quien la
sacó a la superficie, previas las observaciones de otros sabios anteriores, lo
La Grande y A lta M agia 217

cierto es que forma actualmente una de las ramas de las ciencias ocultas,
cultivadas en tiempos remotísimos y más tarde perdidas, pero siempre ins­
critas en la luz astral, y que se revelan por intuición en las inteligencias
de los superhombres.
“Yo no reclamo, dice D’Arpentigny, en el prefacio de su libro, sino el
honor de haber sido el primero que ha visto una ciencia en la conforma­
ción de la mano, pues, Anaxágoras, según dicen, también veía en lá mano
del hombre signos indicativos de las tendencias del espíritu.”
Un día que M. Desbarolles preguntaba a D’Arpentigny cómo había
encontrado su sistema, respondió sin vacilar:
—'Por una inspiración divina.
Y, en efecto (dice el citado profesor de ocultismo), al hablar así esta­
ba en perfecto acuerdo con su doctrina, por una parte, por cuanto tenía
los dedos puntiagudos y, por la otra, con la magia, la cual explica por qué
los hombres que tienen los dedos puntiagudos están sujetos, más que cual­
quiera otra persona, a inspiraciones divinas.
Antes de entrar de lleno en este estudio y evitando al lector el seguir
paso a paso la forma en que D’Arpentigny modeló su sistema, séanos per­
mitido el colocar de acuerdo la Cábala con la opinión de celebérrimos doc­
tores en medicina.
Sabido es que la Cábala reconoce en el ser humano tres personalidades
distintas; busquemos, pues, en la medicina la prueba de este aserto.
El Dr. Bichat, uno de los médicos más célebres de la Francia contem­
poránea y cuya estatua se eleva como inmarcesible recuerdo de respeto en
la Facultad de Ciencias Médicas de París, reconoció, después de no pocas
vacilaciones y dudas, dos existencias, a saber: la vida animal y la vida
orgánica. La primera tiene por centro el cerebro; la segunda el gran
simpático.
He aquí, pues, en nosotros, dos existencias, dos seres, por consecuen­
cia. La tercera, el ser material, está incontestablemente representada por
la materia corporal: los huesos y los músGulos, y por ende el caparazón
del cuerpo.
En todas partes encontramos tres mundos; y, ¿cómo podía ser de
otro modo? Los descubrimientos químicos lo demuestran y prueban dia­
riamente. Todo está, pues, seriado en la naturaleza y ternario por conse­
cuencia de esa seriación.
Y siendo todo ternario ¿cómo podrá dejar de serlo también el hombre,
que es el ser más perfecto de la creación; el hombre, compuesto, como lo
demuestra la química, de tres cuerpos simples diluidos en la naturaleza
entera y que constituyen su armonía: el ázoe, el hidrógeno y el oxígeno,
218 D octor M oorne

el hombre, cuya excelencia ha sido revelada por el Verbo; el hombre, ex­


presión del pensamiento. ¿Cómo podría dejar de ser también —volvemos
a repetir— una trinidad, semejante a Dios, del cual es su más perfecta
imagen en la creación?
|Pero la vida consiste solamente en la reunión del cerebro, del gran
simpático y del cuerpo material, con su admirable complicación de apara­
tos nerviosos y musculares. Cuando el hombre acaba de exhalar su postrer
suspiro, el cerebro, el gran simpático, los huesos y los músculos, perma­
necen en su sitio, y, sin embargo, la vida se ha extinguido, convirtiéndose
en lo que los antiguos habían tan admirablemente manifestado por medio
de la estatua de Prometeo, con la única diferencia de que la estatua sólo
necesitaba el fuego divino para vivir, en tanto que el hombre al morir acaba
de perder ese fuego.
Existe, pues, un soplo, una luz que forma la vida.
Es la luz (moviiniento o fluido) que une simpáticamente a todos los
seres de la creación y a todos los mundos. Todos los grandes médicos, los
grandes fisiólogos lo han presentido, pero sin poder dar a la ciencia, siem­
pre positiva, las pruebas que ella exige. Lo que es divino se presiente, se
comprende, se demuestra por las consecuencias, como el Ser Supremo, pero
no por el hecho real, porque entonces ya no sería divino, sino material.
La luz lo vivifica todo: el principio es uno, aunque los medios sean
varios y distintos. Tomemos por ejemplo el ojo y el cerebro.
El ojo está dispuesto para recibir la luz; pero no es la luz. Sin la luz
su admirable aparato resulta inútil. Ahora bien: el cerebro está dispuesto
para elaborar el pensamiento; pero no es el pensamiento: espera la idea
que es la luz.
¿Qué es una idea? —ha dicho Fenelon. Es una luz que está en el yo,
pero que no es el yo.
La luz, al penetrar en nosotros, hace irradiar nuestra personalidad, del
mismo modo que el Sol hace irradiar los perfumes del cáliz de las flores;
y al propio tiempo que esa personalidad aspira por la vista, por el tacto,
por los cinco sentidos, en fin, las sensaciones que toma del mundo que la
rodea y que pone en movimiento, según sus propiedades y virtudes, los
músculos correspondientes al clavero cerebral, en cambio expira las sensa­
ciones con ayuda de la palabra, de los ojos y del gesto, así como las ideas
que, semejantes a notas, son más o menos melodiosas, más o menos enér­
gicas, más o menos sonoras, según la mayor o menor perfección del instru­
mento que las hace vibrar. Esa aspiración y esa expiración están siempre
en perfecta armonía con nuestra personalidad.
“Existe un órgano —dice Bichat— en donde tiene asiento la causa
La Grande y A lta M agia 219

del sentimiento-, ese órgano transmite al cerebro las modificaciones que


experimenta en sus fuerzas vitales, aun cuando ignoramos completamente
el medio de comunicación de ambos.”
“Según los Cabalistas ese medio de comunicación no es otro que la luz.”
“Las ideas —dice por otra parte Bonnet— no son sino vibraciones,
cambios sobrevenidos en nosotros por una impresión externa, transmitidos
por los nervios a las fibras cerebrales.”
Nosotros tomamos nota de esa impresión externa, y sin embargo
¿cuál es esa vibración?, ¿qué es lo que vibra?, ¿la luz? Sin duda alguna.
¿Por qué vibra? Por una impresión externa. Pues bien, la luz es el movi­
miento, es la vida; la luz es la parcela divina que nos anima; es el alma,
es la mente que penetra en nosotros por una impresión externa.
Por lo tanto, admitida la trinidad del hombre, su mano no podía es­
capar a semejante hecho, por lo cual según el sistema de los Cabalistas,
las diferentes clases de dedos representan el carácter predominante en el
individuo. Así, el dedo -puntiagudo es la imaginación; el cuadrado la
razón y el espatulado la acción.
Los demás dedos, incluso el pulgar, están naturalmente divididos en
tres falanges bien distintas:
La primera, la falange unguinal, llamada de la uña o superior, repre­
senta el mundo divino, la central, pertenece a la lógica y la tercera, la que
liga el dedo con la palma de la mano, a los instintos materiales.
Este sistema reposa sobre los tres mundos (divino, abstractivo e ins­
tintivo, que corresponden a la mente, al cuerpo sideral y al cuerpo terrenal)
y sobre la aspiración fluídica de que acabamos de hablar. De aquí el que
todos los grandes fisiólogos reconozcan que cuando los nervios obran,
una materia imponderable (que no puede ser otra cosa que la aspiración
y expiración fluídica) los recorre con una incalculable velocidad.
La magia, pues, nos enseña que ese fluido, principio imponderable
—no bien estudiado aún por los fisiólogos— es la cadena que nos liga
con los astros.
Sin extendernos en mayores consideraciones relativas a la respiración
fluídica, concluiremos diciendo que la hipótesis de Aristóteles al decir que
las fuerzas del alma se manifestaban con la ayuda de un leve soplo
— aura—- que llena las bóvedas del cerebro, fue más tarde contestada por
Humboldt, al comprobar que no solamente las células cerebrales estaban
llenas de ese Fluido, sino que alrededor de los nervios humanos existía una
atmósfera invisible, y que si los magnetizadores admiten un fluido impal­
pable, los médicos reconocen también un espíritu vital y nervioso en el acto
220 D octor M oorne

de la generación; el soplo seminal, aura semincdis, al cual se acordaba, hace


poco tiempo todavía, el poder de engendrar aisladamente.
¿Se quiere una prueba más positiva de la aspiración y de la expira­
ción por las manos y por los pies, cuando M. Coliongues, según su Tratado
de dynamoscopia, reconoce el sexo de los individuos, su edad, su tempera­
mento; si están fatigados o no, enfermos o sanos; si la enfermedad es
grave o leve, si la muerte de un individuo es real o aparente y si está o no
próxima de la una persona, con sólo colocar en su oreja uno de los dedos
de la mano o del pie del sujeto que quiera someterse a su experiencia?
¿Cómo llega el distinguido sabio a semejantes resultados? Muy sen­
cillamente: escuchando el ruido que dentro de las personas forma ese fluido
de que acabamos de ocuparnos, interrumpido, con intervalos irregulares,
por ligeras crepitaciones, bien distintas del fluido fluídico, y que M.
Coliongues llama pétillements y grésillements.

El dedo pulgar. — El dedo pulgar, como ya se dijo en L a Q uiro­


mancia, resume en sí tcdos los signos de la mano.
“En defecto de otra prueba —decía el gran Newton—, el dedo pulgar
me convencería de la existencia de Dios.”
“Como los animales —decía M. D’Arpentigny— tenemos una volun­
tad de instinto; una decisión de instinto. ¡Pero el dedo pulgar no representa
otra cosa que la voluntad razonada, que la lógica razonada, que la decisión
razonada.”
“El animal superior, lo es por la mano, el hombre lo es por el pulgar.
El pulgar de los monos, muy poco flexible, no es mirado por los natura­
listas, sino como talón móvil. El dedo pulgar humano, por el contrario,
está colocado y organizado de manera que pueda obrar siempre en un sen­
tido opuesto al de los demás dedos. Es por esto por lo que simboliza el
sentido interior o moral que nosotros oponemos a nuestro antojo, y —el ca­
so es chocante— a las impulsiones de nuestros instintos y de nuestros sen­
tidos. Las pruebas de este aserto abundan.”
En efecto, los idiotas de nacimiento que vienen al mundo sin pulgares,
o con los pulgares impotentes o atrofiados.
Los epilépticos que, en sus crisis cierran el pulgar antes que los demás
dedos.
Y los moribundos que esconden el pulgar entre los demás dedos.
También debemos decir que en Nápoles se oculta el pulgar entre la
palma de la mano para rechazar la jettatura o el mal de ojo.
Mágicamente, el pulgar encierra los tres mundos bien distintos, y en
La Grande y A lta Magia 221

prueba de ello, seguiremos al pie de la letra las definiciones de monsieur


B’Arpen tigny.
Según él, la primera falange, la que lleva la uña, representa la voluntad,
la invención, la iniciativa y en algunos casos la dominación. Es el mundo
divino de los cabalistas.
La segunda falange, la que viene después, es el signo de la lógica, es
decir, de la percepción, del juicio, del razonamiento. Es el mundo abstrac­
tivo de la Cúbala.
El monte que forma en el interior la raíz del pulgar, representa todos
los instintos materiales, particularmente el amor y los placeres. Es el mundo
material de los cabalistas.

P rimera falange. —■La parte alta del pulgar, la primera falange, la


que por la aspiración se encuentra directamente en comunicación con la
luz astral (vibración o fluido), esta primera falange, como todas ellas, es

F ig . 1 F ig . 2 F ig . 3

necesariamente, y por eso mismo, divina Y, como para dar una lección a
los hombres, como para enseñarles que la voluntad es todo en ellos, y con­
duce a todo, la parte más elevada del pulgar, que resume toda la mano,
indica el acto volitivo del querer, del mismo modo que en frenología la
parte más elevada del cráneo está formada por el órgano de la voluntad,
y así como en fisiognomonia la parte más elevada del rostro está ocupada
por las cejas y los ojos, signos de la voluntad.
Así, pues, toda persona que tenga la primera falange del pulgar larga
y fuerte tendrá una voluntad poderosa, enérgica, una gran confianza en
sí mismo, un deseo extremado de que todas sus obras sean perfectas. Si
esa falange es muy larga, la voluntad irá hasta la dominación y la tiranía.
Si esa fa’anze es de un tamaño mediano, no dominará, pero, en cam­
bio, poseerá la fuerza de la inercia, es decir, la resistencia pasiva. Nada
222 D octor M oorne

de eso sucederá si la falange es corta, pues el sujeto en quien, por des­


gracia, predomine, será falto de voluntad y de corrección; fluctuará en la
incertidumbre y hasta concluirá por ser juguete de la voluntad de las per­
sonas que le rodeen y no se hallen en las mismas circunstancias. (Véase
la figura N9 1.)

Segunda falange. —- La segunda falange representa la razón y la ló­


gica: vale decir, la claridad al primer golpe de vista. Si es larga y fuerte,
la lógica de la razón será poderosa, y si corta, débil.

T ercera falange. — La tercera falange, en realidad es más bien la


raíz del pulgar, pues ocupa un lugar importante en la mano; representa
el poder, mayor o menor, de los sentidos; pero, particularmente el amor
sensual, material.
Si es espesa, muy espesa y muy larga, el hombre se verá dominado
por la pasión brutal; si es mediana y en armonía con toda la mano, el
hombre sera enamorado, pero sin exceso; si es débil y plana, el hombre
tendrá pocos apetitos sensuales.
Deduzcamos ahora algunas consecuencias de los instintos anunciados
por loé tres mundos.
El hombre que tiene una gran voluntad, indicada por la primera fa­
lange larga y fuerte, y poca lógica, por la segunda falange corta, será do­
minante. Querrá con energía, pero sin razón, sin lógica. Su vida será una
lucha incesante, semejante a la del ciego que marcha lleno de coraje, sin
bastón y sin guía por un camino abrupto y lleno de precipicios. (Véase la
figura N9 2.)
Si tiene la voluntad y la lógica reunidas, alcanzará grandes éxitos,
por cuanto poseerá la razón y la voluntad en dosis iguales. (Véase 3a
figura N9 3.)
Cuando la voluntad y la lógica (como en el grabado N9 3) son de
dimensiones iguales y el pulgar es largo, relativamente a los demás dedos,
es signo de una voluntad excesiva, puesto que está basada en la lógica.
Esa voluntad puede llegar hasta la dominación, pero sin tiranía. (Véase
la figura N9 4.)
El hombre que tenga la segunda falange (la lógica) fuerte y larga,
y la primera (la voluntad) corta, tendrá más razón, más lógica, que vo­
luntad; verá claro, pero dudará sin cesar; concebirá planes magníficos que
no osará ejecutar; su razón le ordenará marchar adelante, pero se verá
detenido por falta de resolución, por la incertidumbre que le aconsejará
la prudencia.
La Grande y A lta Magia 223

El hombre que tenga la raíz del pulgar muy desarrollada, excesiva­


mente desarrollada, tendrá por fin principal el amor sensual. Si a esa cua­
lidad reúne la de tener también muy larga la primera falange (signo de
voluntad) podrá dominar su amor por la voluntad y convertirlo en ternu­
ra; entonces amará a sus semejantes, a sus parientes, a sus amigos y será,
a la vez, afectuoso y firme, a menos —lo que sucede con frecuencia— que
no se domine (si tiene la primera falange excesivamente larga) y basta
el punto de que el orgullo no le deje ver toda su ternura, todo su amor.
Pero el hombre cuya primera falange es corta y cuya raíz del pulgar
es muy espesa, fuerte y dura, sucumbirá infaliblemente a los instintos ma­
teriales que le arrastrarán, sin remedio; sólo la lógica podrá acudir en su

Fig. 4 Fig. 5

auxilio; pero, en la lucha entre la razón y la pasión, la razón es dema­


siado débil, cuando la voluntad es nula. (Véase la figura N° 5.)
Los crapulosos, las mujeres de vida airada, tienen necesariamente las
dos primeras falanges cortas y débiles, y muy desarrollada la tercera.

R esumen. — El que tiene la primera falange del pulgar larga y bien


conformada, es un hombre de cabeza.
El que tiene la primera falange corta, un hombre de corazón.
El que tiene la primera falange larga podrá fácilmente dominar sus
instintos, sobre todo si la segunda es también larga.
Aquel cuya primera falange es mediana, podrá oponer una resistencia
a sus pasiones; pero, sujeto al primer impulso, experimentará sorpresa,
impaciencias, decepciones.
Una persona con una primera falange muy corta y la segunda un
poco desarrollada, no podrá resistir a ninguna de sus pasiones, sean las
que fueren. Se abandonará a todas sus fantasías; será colérica y tierna a
la vez: se sentirá atormentada por cualquier cosa; tendrá descorazona­
mientos profundos, entusiasmos inexplicables, relámpagos de inspiración;
224 D octor M oorke

llorará y reirá al mismo tiempo; amará con todo su corazón y recibirá


en sus amores, dichas y tristezas; le será imposible guardar un secreto y
será el primero en contar los suyos, aun los más importantes, por cuanto
una agitación, continua y persistente, produce la fatiga al mismo tiempo
que la atonía.
Los jefes de secta, los reformadores, los ambiciosos, los hombres de
perseverancia, los perfeccionadores y los iniciadores, tenían grandes dedos
pulgares.
Voltaire, Galileo, Dantón, Mirabeau, Newton, Leibniz, Saint-Simón,
Conte, Castelar, Mendizába!, Maquiavelo, etc., tenían desarrollado el dedo
pulgar. (Véase la fig N° 6.)
Y, ya que hemos encontrado los tres mundos en las falanges del dedo
matriz, tratemos de encontrar, aún, esos tres mundos en el resto de los
otros cuatro dedos.

Fig. 6 Fig. 7 Fig. 8 Fig. 9

Los d e d o s . — La falange unguinal de los dedos, o sea, la primera fa­


lange, tiene tres variedades en su forma, a saber:
1?- puntiaguda con dedos lisos. (Véase la fig. 7.)
2?■ Cuadrada con dedos lisos. (Véase la fig. N° o.)
3^ Espatulada con dedos lisos. (Véase la fig. N9 9.)
De aquí deducen los cabalistas la significación siguiente:
Los dedos puntiagudos significan religión, veneración, respeto, éxtasis,
poesía, inventiva, lo cual pertenece al m u n d o d iv in o .
Los dedos cuadrados, implican orden, obediencia a los pactos, organi­
zación, regularización, simetría, reflexión, pensamiento, razón. Esta clase
de dedos pertenece al m u n d o a b s tr a c tiv o .
Los dedos espatulados, o que tienen la forma de espátula, significan:
revolución, necesidad de movimiento físico, acción, sentimiento de la vida
La Grande y A lta Macla 225

positiva, al sibaritismo y, con frecuencia, audacia y necesidad de signifi­


carse. Estos dedos pertenecen de ¡hecho al mundo material.
Ahora entraremos de lleno en las diferentes clases de manos que exis­
ten, según la clasificación de M. D’Arpentigny.

D iferentes clases de manos. — Las manos, según la ciencia quirog-


nomónica, se dividen en siete categorías distintas, a saber:

1* Mano elemental o de gran palma.


2^ Mano necesaria o espatulada.
3^ Mano artística o cónica.
4y Mano útil o cuadrada.
5?-Mano filosófica o nudosa.
6* Mano psíquica o puntiaguda.
7^ Mano mixta.
Mano dura, de fuerza física.
9^ Mano blanda y suave.

Estas diferentes clasificaciones, hechas según la forma larga, corta, es­


trecha o ancha de la mano, en unión de las observaciones fieles, exactas
y minuciosas de otros signos de que más adelante nos ocuparemos —por
cuanto bien miradas, resultan independientes— producen mayores detalles
en su clasificación y permiten conocer más íntimamente el carácter de las
personas.
Penetramos, pues, en el terreno de los detalles, de los cuales depende
la acertada filiación —por decirlo así— de las nueve categorías de ma­
nos ya indicadas.

Mano de matóide. — La mano de cualquier persona, muy estrecha,


delgada, es indicio evidente de un temperamento débil e infecundo. Pero
si, por el contrario, esa mano reúne, con una dureza excesiva, un espesor
muy grande (véase la mano N° 8), indica claramente instintos brutal­
mente innatos en el individuo, amén de una individualidad que muy bien
puede confundirse con una amabilidad exenta de raciocinio claro, de sen­
timiento hondo, y de ideal profundo. Si la mano, así conformada, posee,
por ende, un dedo pulgar vuelto, cuya primera falange sea, además de
cuadrada, aplastada, tendremos el tipo de matóide de la escala antropoló­
gica de Lomhroso.

Mano elemental. —■La mano elemental, de dedos carentes de flexi­


bilidad, de pulgar truncado, algunas veces vuelto hacia atrás, de palma
226 D octor M oorne

ancha, espesa y dura, es generalmente la de los campesinos, y de toda per­


sona que se dedica a trabajos rudos y manuales. Las gentes que posean
una mano así conformada, serán de infecunda imaginación, de concepción
difícil y lenta, de sentidos pesados y perezosos.

Mano necesaria. — La mano necesaria, de gran pulgar, cuya tercera


falange de cada dedo ofrece la forma de una espátula, es la de las gentes
valientes, animosas, industriosas, de claro talento, de concepción de ideas
rápidas; es, en resumen, la mano de los abogados, de los buenos perio­
distas, de las gentes de negocios, de personas emprendedoras y de podero­
sas y rápidas iniciativas.

NQ 2. Mano necesaria

Las gentes de manos aplastadas —dice Monsieur D’Arpentigny—


poseen el instinto, la intuición en el más alto grado; disfrutan perenne­
mente el sentimiento de la vida positiva y reinan y dominan entre sus
semejantes por la inteligencia natural que tienen sobre el mundo de las cosas
y de los intereses materiales. Entregadas al trabajo manual, a la acción,
y dotadas, por consiguiente, de sentidos más activos que delicados, cuando
aman, la constancia en amor les es más fácil que a las personas entregadas
en cuerpo y alma a la poesía, al idealismo.
Las manos gruesas, espatuladas, abundan con mayor frecuencia, por
no decir que están en mayoría entre las razas anglo-sajona y anglo-germa-
La Grande y A lta Magia 227

na. En resumen, las manos gruesas naturalmente espatuladas, son aptas


para las ciencias, pero se detienen en los límites en que acaba lo físico,
para comenzar lo metafísico.
L._
Mano artística. — La mano artística tiene, o mejor dicho, presenta
tres tendencias, asaz diferentes entre sí, a saber:
!?■ Cuando son ligeras y flexibles, con un pulgar pequeño y una palma
desarrollada sin exceso, tienen, por fin o por ideal, la belleza por la
forma.
2^ Cuando la palma es ancha, espesa y corta, con un -gran pulgar, las
tendencias de la persona que posee esa clase de mano marchan di­
rectamente a las riquezas, a los honores, a la gloria, venciendo cuan­
tos obstáculos se le presentan.
3^ Cuando la mano, sin dejar de pertenecer a la categoría de las de forma
artística, es grande y muy firme, demostrará aficiones a los placeres
sensuales.

.Y9 3. Mano artística N p 4. Mano útil

Estas tres distintas especies, dentro de la misma familia, tienen una


característica común: la obediencia a la inspiración, siendo las personas
qne posean esa clase de manos, ineptas relativamente para el estudio de
las ciencias mecánicas. Las manos de esta primera especie, proceden por
228 D octor Mo o r n e.

entusiasmo; las segundas emplean con 'harta frecuencia el derrotero de la


astucia, y las terceras proceden, casi siempre, guiadas por las sugestiones
de la voluptuosidad y del sensualismo.

Mano Útil. — La mano útil, de dimensiones que marquen un término


medio, o más bien grande que pequeña; que tiene los dedos nudosos, la
falange exterior cuadrada, es decir, una falange cuyos costados se prolon­
gan paralelamente, la palma de un tamaño mediano, llueca o cóncava y
bastante firme y, por último, el pulgar grande, es la mano de las personas
aptas para organizar, para clasificar, para regularizar una cosa metódi­
camente, para buscar, en todo, el orden y la simetría. Ésta es la mano de
los burócratas, de los profesores y, en resumen, de todas aquellas personas
en quienes los gustos, lo mismo que las costumbres, son uniformes y nada
intranquilos; que soportan una existencia reposada, tranquila, metódica
y hasta cierto punto rutinaria. Es, además, la mano de la mujer perfec­
tamente equilibrada, amante de su hogar y de su familia. Éstas son las
manos que, para bien de la humanidad, están en mayoría en todas las
¡naciones y especialmente en las razas del Norte de Europa.

Mano filosófica. •— La mano filosófica tiene la palma bastante gran­


de y elástica y muchos nudos u ondulaciones en los dedos. En dichas ma­
nos la falange exterior de los dedos es casi cuadrada y un sí no es cónica,
formando, a causa del segundo nudo, una especie de espátula ovoidea.
Además de estos signos bastante característicos de por sí, cuando el pulgar
es relativamente grande, indica exceso de lógica y notable decisión. (Fi­
gura N9 5.) Las personas que tengan la suerte de poseer esta clase de
mano, lo mismo las mujeres que los hombres, serán muy aficionados a la
meditación, al estudio; a la investigación de toda clase de causas y de
porqués, lo mismo naturales que sobrenaturales; su carácter será reposado,
igual, esencialmente franco y sincero, y no darán un solo paso en el camino
de la existencia sin haber meditado las consecuencias que ese paso podría
proporcionarles.
¡Por los nudos u ondulaciones de los dedos —dice monsieur D’Arpen-
tigny— las manos filosóficas tienen el cálculo, las deducciones más o me­
nos rigurosas, el método; por la falange casi cónica, la intuición relativa,
y por el conjunto —comprendiendo en él el dedo pulgar—- el instinto de
la metafísica.

Mano psíquica. — Ésta es, de todas las especies o clases de mano, la


más bella y al mismo tiempo la más rara.
Grandes, con la palma mediana, los dedos sin nudos, o ligeramente
La Grande y A lta Magia 229

ondulados, la falange exterior larga y afilada, el pulgar elegante y pequeño,


esa mano tiene por ley natural que poseer la fuerza y la combinación. En
cambio, y esto se debe indudablemente a otra ley, a la del contraste, la
persona que posea esa clase de mano carecerá de ingenuidad. Como regla
general, puede decirse que la mano psíquica es de las gentes dotadas de
una grande inteligencia, y de un espíritu agradable; es la mano de las per­
sonas amables; de los seres en quienes la amistad y el compañerismo es
un culto; es, en fin, la mano de todos aquellos que, en las diversas clases

N- 6. Mano psíquica

de la sociedad en que viven tienen necesariamente que elevarse sobre el


nivel de sus semejantes, a causa de sus agradables cualidades morales, de
sus excelentes virtudes y de sus pensamientos elevados y superiores.

M a n o m ixta . — Las manos mixtas, cuyos rasgos parecen indecisos y


poco pronunciados, parecen poseer analogías con las demás categorías que
acabamos de reseñar, son las de las personas dotadas de ideas intermedias,
entregadas a profesiones u oficios que no son ni liberales ni manuales,
como por ejemplo, la práctica del arte industrial, la mecánica artística, etc.
La mano mixta es, en resumen, la mano que caracteriza a muchas
de las personas que continuamente vemos en sociedad, esto es: aptas para
muchas cosas, pero que no llegan nunca a brillar ni a descollar en ninguna.
230 D octor M oorne

¡Mano DURA de FUERZA FÍSICA. — No hay que confundir la mano que


acabamos de reseñar, grande, francamente grande, pero bien conformada,
la cual, si además de grande es dura, constituye un marcado signo de
fuerza física. Las manos de palma mediana, casi siempre llegan al fin que
se proponen sus posesores, si ese fin es de carácter finito y exquisito.

Mano blanda y suave. — El signo característico de la mano blanda y


suave es la molicie, la pereza, la ociosidad, la falta de iniciativa y la ab­
soluta carencia de la acción. En cambio, la mano dura, es el signo repre­
sentativo de la acción corporal, del movimiento, de la locomoción, de todo
género de ejercicios corporales, como son la esgrima, la equitación, la na­
tación, etc., y si esa mano dura tiene los dedos espatulados, alcanzarán
aun en la época de la senectud, una actividad sin otros límites que los
impuestos por la naturaleza.
La persona de mano blanda, espatulada, es, generalmente, perezosa
de cuerpo; teme la fatiga, huye del cansancio, abomina de todo trabajo
corporal; pero en cambio, ama el ruido, es apasionada por el movimiento,
aunque no tome parte ni en aquél ni en éste. Toda mano naturalmente
blanda, se ve arrastrada por una fuerza ingénita, irresistible —que le es
difícil repeler o vencer— a lo maravilloso.

Los nudos de los dedos y sus influenclas. — Los nudos, según las
modernas teorías de los más hábiles profesores de quirognomonia, modifi-
La Grande y A lta Magia 231

can las aptitudes en cada una de las categorías de dedos de que ya hemos
hablado.
Las falanges de los grandes dedos —como ya hemos dicho— están
también divididas, como el pulgar, en tres mundos.
La primera falange, unguinal, la
que ya hemos clasificado en dedos
puntiagudos, cuadrados y espatulados,
pertenece al mundo divino.
Las falanges externas (falanges
unguinales) —dice M. D’Arpentig-
ny—, son los ojos de las manos.
La segunda falange pertenece al
mundo abstractivo.
La tercera al mundo material, co­
mo hemos visto con el pulgar.
Cada una de ellas anuncia una
cualidad particular, diferente a cada
dedo. Pero esto pertenece a la quiro­
mancia y no puede ser explicado si­
no por ella.
La tercera falange, por sí sola,
no cambia casi nada, puesto que re­
presenta la parte material, por lo cual
diremos, para generalizar, que los
dedos gruesos, o muy espesos en sus bases, indican el gusto de los place­
res sensuales, sea lujuria, sea glotonería. Estos gustos pueden, en todo
caso, ser modificados por la influencia de los montes y de las líneas.
Los nudos forman la transición natural entre los tres mundos. Si los
dedos son lisos, la impresión es rápida, eléctrica, espontánea, acelerada o
retardada por las diferencias de forma del dedo puntiagudo, o espatulado.
Los nudos, pues, interceptan el paso al fluido.
Éste se amasa como un torrente que encuentra un obstáculo y recoge,
para franquearlo, las aguas que llegan cada vez en mayor abundancia;
entonces la razón humana o la materia humana, vienen a mezclar su ser,
su carácter, su individualidad, a las expansiones del cielo.
El primer nudo que obstaculiza o cierra la transición del mundo
divino al abstractivo (de la falange unguinal a la falange del medio), par­
ticipa de ambos mundos. Lo propio ocurre con el segundo nudo que cierra,
dificulta u obstaculiza la transición del mundo abstractivo al mundo
material.
232 D octor M oorne

Pero, oigamos a M. D’Arpentigny:


“Si el mundo que liga vuestra tercera falange (la que lleva la uña) con
la segunda, es saliente, vuestras ideas son ordenadas: si el que liga vuestra
segunda falange con la primera es saliente, poseéis una dosis notable de
orden material”.
El lector comprenderá, sin duda, que M. D’Arpentigny, parte de la
falange de abajo, para ir a la de arriba, y que su tercera falange, es la pri­
mera de nuestro sistema.
M. D’Arpentigny define sus teorías, y como inventor tiene pleno y
perfecto derecho a la elección.
En cuanto a nosotros, que tratamos de adaptar su sistema al de la
Cábala, hemos debido partir del mundo divino para llegar al mundo
material.
Sin embargo, tomemos nota de lo que dice M. D’Arpentigny:
“El nudo colocado entre la primera falange (la unguinal) y la segun­
da, indica orden en las ideas.
”El nudo colocado entre la segunda y tercera falange, indica el orden
material.
"Como se ve, el segundo nudo representa el mundo abstractivo y el
tercero el material”.

N udo filosófico. — El primer nudo, llamado filosófico, forma, pues,


el límite entre el mundo divino y el moral: es la primera lucha entre la
idea y la razón. La primera falange aporta las ideas que absorbe en la luz,
y son detenidas y como sometidas a inspección por el primer nudo, quien
las discute en cierto modo.
El hombre que tiene en sus dedos el nudo filosófico (véase la mano
número 5) gusta de examinar las ideas que afluyen a su mente y mucho
más todavía las que proceden de sus semejantes; se torna caviloso, razo­
nador; no creerá en nada sin pruebas positivas.
Sin embargo, dudar no es admitir la superioridad, la infalibilidad de
las demás, ni aun la de los superhombres; es convertirse en juez propio y
en tratar de elevarse, por lo menos, al nivel de los demás.
“Iremos más lejos, todavía”, dice un gran doctor en ciencias ocultas.
Todo hombre que tenga en sus dedos el nudo filosófico muy desarrollado,
' fatal y absolutamente causalista, y por consecuencia independiente, ca­
viloso y, sin disputa, republicano. Existen, sin embargo, diferencias esen­
ciales en el nudo filosófico, según la clase de dedos, a saber: con dedos
puntiagudos, se encontrarán los utopistas; con dedos cuadrados, gentes de
i nena fe, y con ¡dedos espatulados personas alegres, bullangueras, amantes
L a Grande y A lta Magia

de ruido, y sin otros signos quirománticos se agregan a ese hecho las gen­
tes ambiciosas. Los demás signos podrán aportar modificaciones, pero
solamente modificaciones, sin destruir el instinto principal.

N udo de orden material. — El segundo nudo, el que forma el lími­


te entre la segunda falange (la de la razón) y la tercera falange (la de la
materia) debe necesariamente, participar de ambas cualidades. Existe, sin
embargo, una lucha: la materia no acepta leyes de la razón, sino condicio-
ralmente; es decir, con la condición de que esas leyes le serán provecho­
sas; se aprovecha mucho menos del orden en las ideas, que del orden en
los negocios, en los cálculos, en las cosas que proporcionan ventajas, el
bienestar, la riqueza y, por consecuencia, los goces de la materia. Este
nudo se encuentra entre los comerciantes calculistas, especuladores y, si
es excesivo, entre los egoístas.
Es sabido que la tercera falange que sigue al segundo nudo es espesa:
pues bien, cuando alarga los dedos por su base, indica el gusto de placeres
materiales.

Modificaciones que aportan los nudos. — Si los dedos puntiagudos


tienen el nudo filosófico, existirá una lucha continua entre la inspiración
y el análisis entre el arte de la inspiración y el calculado, entre las ten­
dencias religiosas y el espíritu de controversia. El hombre tendrá, sucesi­
vamente los éxtasis del sacerdote honrado y las dudas del libertino crapu­
loso; esas dudas no alcanzarán a la Divinidad, sino que se 'concretarán a
los ministros de la religión, a quienes no hallarán suficientemente puros y
fervientes, forjándose, para sí mismo, una religión, por la imprescindible
necesidad que tiene de independencia y de piedad.
Un hombre dotado de estas cualidades, cree en .Dios, pero no en sus
ministros, ni en su culto.
Los dedos cuadrados, por el contrario, con el nudo filosófico, estarán
a la vez en armonía y e i progreso. Sus tendencias exactas, serias, positivas,
encontrarán en este razonamiento un apoyo bien seguro: verán con exacti­
tud pero fríamente; razonarán acerca de todo, aun de arte; verán claro
en la vida y -amarán lo verdadero y, antes que nada, lo útil. Únicamente su
amor a la independencia les hará marchar de frente contra todo lo que sea
injusto, exagerado o fuera de razón.
Con el nudo filosófico, las manos espaluladas se proponen los hechos,
las ideas práctica*. la política. Su amor por la independencia, se manifiesta
por el movimiento, por la explosión; niegan cuanto no es confortable y po­
sitivo; dudan profundamente de la expansión y de la ternura y no admiten
234 D octor M o o r né

en la existencia el lado sentimental. Si son artistas llevarán a sus obras la


expansión, el movimiento y el realismo.
Los sabios son independientes, a causa del nudo filosófico, y son na­
turalmente cavilosos.
El nudo filosófico en los sacerdotes, c o n stip e la fuerza del clerica­
lismo. Es él quien, por espíritu de resistencia, los reúne en sociedad y les
da una fuerza de unión que es su verdadera fuerza en la tierra.
Las manos espatuladas, más activas, se entregarán de lleno al arte
pictórico y a todo cuanto tiene relación con él, como la química, la
física, etc.
Pero si al nudo filosófico se une el nudo material, si los dedos tienen
nudos en cada falange, ocurre lo contrario: nada de artes o de bellas artes,
lo positivo y lo útil llega, sin pensar; y si a esas inspiraciones resiste el
artista, ese artista será razonable y especulador, por cuanto la reunión de
ambos nudos, funde la razón en el realismo.
El dedo puntiagudo perderá mucho de sus tendencias, por la influen­
cia de esos dos nudos que obrarán en sentido contrario, tendrá inspira­
ciones artísticas, ahogadas sin cesar por el cálculo y el positivismo; pero
como un órgano no pierde jamás sus cualidades, unirá la inventiva con
el cálculo; hará descubrimientos que explotará por sí mismo, pero que
serán perfeccionados más tarde por personas que posean dedos espatula-
dos con nudos.
El dedo cuadrado con nudos, gustará de la ciencia, del estudio, de la
historia, de la arqueología; brillará en jurisprudencia, en geometría, arit­
mética, gramática, etc., y será cajero exacto. Su orden será excesivo; todo
será, en sus manos, perfectamente clasificado y metodizado. Será muy si­
métrico y fanático por la costumbre y la regla.
Con dos nudos, el dedo espatulado tendrá a la vez el gusto del movi­
miento, que forma su carácter principal y el de las ciencias exactas, que
otorga la reunión o coincidencia de ambos nudos.

Exceso en la forma. •— El dedo excesivamente puntiagudo se ve


infaliblemente arrastrado a las empresas novelescas e imposibles, a la im­
previsión, a la imprudencia, a la exageración que conduce a la mentira, al
lirismo desordenado, al misticismo, a la locura deslumbrante, al fanatismo
religioso, a las locas ternuras y sobre todo a la afectación, a la posse, como
dicen los franceses, en los gestos y en la voz.
Los dedos excesivamente cuadrados, producen inclinaciones al fana­
tismo del orden, del método, al despotismo universal y estrecho, a la into­
lerancia, a la regularidad abrumadora. Las personas que los poseen son,
La Grande y A lta Magia 235

para sus dependientes y deudos, los tiranos del derecho, de la costumbre,


de la regla, de la rutina.
Los dedos asaz exageradamente espatulados tienen la tiranía de la
actividad, del movimiento; nada va demasiado ligero para ellos; nadie
está suficientemente ocupado. Tienen el fanatismo de la ciencia positiva,
la duda, la movilidad, la necesidad de libertad sin punto de apoyo. Son
bullangueros, inquietos, se atormentan mucho y atormentan a los demás.
Estos excesos existen particularmente cuando a la exageración en las
formas de las falanges viene a unirse la longitud de la primera falange del
pulgar, que representa la voluntad absoluta o la dominación.
La primera falange del pulgar, la falange unguinal, cuando es corta
indica falta de decisión, según queda dicho; pero si es ancha al mismo
tiempo, anuncia el empecinamiento, la testarudez (véase la figura N° 6)
que será tanto mayor cuanto más larga sea la del pulgar. Un pulgar corto,
pero ancho, absorbe tanto fluido cuanto un pulgar largo, y puesto que el
sello del pulgar corto es la falta de voluntad, la energía aportada por la
afluencias del fluido despierta una voluntad irregular, sin discernimiento;
el empecinamiento, la testadurez, y una idiosincrasia salvaje, extremada
en sus alegrías y sobre todo en sus cóleras, que pueden conducir al suici­
dio o al asesinato. Esta forma de pulgar (véase la figura N° 6) produce
la melancolía en el estado de calina.

Dedos cortos y largos. — Los dedos cortos y especialmente cuando


son lisos, atravesados más rápidamente por el fluido, juzgan instantánea­
mente, sin más tiempo que el de hacerlo sobre el conjunto. El aspecto ge­
neral de una cuestión les es suficiente y no se ocupan de los detalles, los
cuales no pueden —por otra parte— apercibir. Así, las gentes de dedos
cortos, son negligentes, descuidadas en su persona. Los gastos de tocador
les parecen superfluos, lo mismo que los del vestir con elegancia. En los
negocios de la vida, en sus especulaciones, verán el conjunto a primera
vista y con frecuencia con exactitud, por cuanto juzgan por inspiración
más que por reflexión. Serán breves, concisos en su estilo y en sus escritos.
Si tienen los dedos puntiagudos, podrán hablar por medio de figuras retó­
ricas o de imágenes, pero sin perder nunca la hilación de las ideas, el fin
principal.
Una mano corta, con nudos, toma necesariamente las cualidades que
le dan los nudos. ¡Puede, por lo tanto, razonar, calcular, pero juzgará más
bien por síntesis que por análisis.
La mano larga, por el contrario, se ve insensiblemente arrastrada
hacia los detalles, hasta llegar a la minucia; se propone más bien lo finito
236 D octor M oorne

que lo grande. Balzac, el hombre de las descripciones minuciosas, tenía


manos grandes y puntiagudas.
Una mano grande, con fuertes nudos y un gran pulgar, pertenece ge­
neralmente a gentes guasonas, burlonas.
Es la indicadora del genio sutil y ergotista, de los amantes a la polé­
mica. especialmente si esa mano tiene dedos nudosos con falanges cuadradas.
Las manos de medianas dimensiones abarcan a la vez el conjunto y
los detalles, la síntesis y el análisis, si la palma y los dedos son de la misma
longitud.

Otras variedades de dedos y de manos. — La mujer cuya palma de


la mano sea fuerte y tenga dedos cónicos y pulgar pequeño, adora y se com­
place en todo lo que brilla y deslumbra y se deja dominar fácilmente por
la fantasía y por la sensualidad, siendo, además, incapaz de albergar en su
corazón un amor puro y desinteresado.
La mano de dedos afilados, lisos y puntiagudos, de pequeño pulgar y
palma estrecha y elástica sin blandura, indica el gusto y la afición a los
placeres (de cualesquiera clase que sean, lícito o ilícito), en donde los sen­
tidos toman una parte más activa que el corazón y que el espíritu.
El dedo cuadrado y algo nudoso u ondulado es ei de las mujeres pru­
dentes, hábiles, calculistas, trabajadoras y ambiciosa?.

Conclusión

Según los principales cabalistas, entre ellos M. Desbarolies y el cé­


lebre Dr. Papus, de la Academia de Ciencias de París, los signos de la qui-
rognomonia —es decir, las formas ele las manos— son transmitidos por
herencia, mientras que los de la quiromancia proceden de las influencias
militantes de los astros y del cerebro: y es por esto por lo que esas dos
ciencias no pueden marchar separadas y se explican, o mejor dicho, se
completan entre si.
Esto sentado, concluiremos diciendo que, en todo tiempo, la mano
ha sido considerada como un símbolo de fuerza y de poder. Virgilio se
sirve de la palabra m a n u s para designar la tropa armada, los guerreros.
(Para los caldeos la mano era la intermediaria entre el hombre y el
cielo, entre el hombre y los espíritus infernales.
La mano es un pentáculo, voz que procede de pentaculum, que signi­
fica un algo que contiene todas las cosas.
La Grande y A lta Magia 237

La naturaleza es un pentáculo; el universo es un pentáculo; el hombre


es el resumen del universo, puesto que el hombre es un pequeño mundo
íun microcosmos). La mano es, pues, el resumen del hombre, su microcos­
mos activo.
Y, como las analogías están exactas entre las ideas y las formas, de
grado en grado, de lo grande a lo pequeño, de la naturaleza al universo,
riel universo al hombre, del hombre a la mano, ésta contiene, pues, según
los cabalistas, los caracteres de la ciencia universal, tanto como el univer­
so. Y, siendo la mano el pentáculo del universo, y siendo el destino del
ho¡r.!':e fatalmente análogo a la armonía universal, la mano está llamada
a llevar en sí los signos de esa armonía, a la cual pertenece, o de la cual
forn >a parte inLegrante.
Y, como en la naturaleza tal fuerza o influencia es superior a tal o
cual otra, así en la mano, tal signo en correspondencia vehemente con tal
o cual planeta, puede dominar a otra en correspondencia menos activa con
otro astro.
Así, pues, siempre en todos los tiempos y en todos los pueblos se lia
comprobado que nuestro destino depende de nosotros mismos, por lo cual
es necesario conocernos bien, a fin de evitar las influencias perniciosas
que puedan rodearnos y a fin de torcer o modificar las inclinaciones que
hemos heredado, o que nos han •correspondido en suerte.

ÍNDICE

P arte P rimera

LA CLAVÍCULA DE SALOMÓN

o el Secreto de los Secretos

Pág.
Salomón y la alta magia ................................................................... 5
Cap . I. — Consejos de Salomón a su hijo Roboán y a los que
se dedicaran a la magia .......................................... 9
Del amor de Dios .......................................... 12
De la virtud y hora de los planetas .......................... 12
Cap . II. — Cómo aprendieron los hombres la magia ............... 13
Cap . III. — El secreto de las esfinges ........................................... 17
Cap . IV. — Las preguntas paradojales a las esfinges y su con­
testación. - Las preguntas 18
Las respuestas ............................................................... 19
Cap . V. — De los Talismanes ...................................................... 22
Cap. VI. — El talismán divino ....................................................... 24
C ap. VIL — Talismanes imantados ................................................. 27
Cap . VIII. -— Gran talismán dom inatur o lla\re de los p a c to s ...... 28
C ap. IX. — Donde se demuestra el poder y virtudes deltalismán
llamado “El Dragón rojo”, y otros talismanes
especiales ....................................................................... 29
Pág.

Cap. X. — Talismanes ordinarios ................................................. 35


Explicaciones útiles sobre los talism anes.................... 39
Cap. Xí. — De los amuletos mágicos ............................................. 39
Del modo de preparar los amuletos .......................... 40
Amuleto constelado .......................... 42
Amuleto evangélico ....................................................... 43
C ap. XII. De la manera de lograr que los amuletos y talismanes
posean virtudes y eficacia ........................................... 44
Cap . XIII. — El espejo secreto de Salomón ...................................... 45

Parte Segunda

FILOSOFÍA DE LA MAGIA

La Cébala y las fuerzas desconocidas

C ap. I. — Lo ternario y las leyes inmutables de la naturaleza 47


C ap. II. -—• Las leyes de la analogía según los sefirotas..... 49
Cap . III. — Significación y valor de los números ........................... 51

Parte Tercera

EL ÉTER

La vida y la muerte

C ap. í . — La luz astral ................................................................... 61

C ap. II. —• Efectos de la luz astral y de la voluntad ................... 64


Cap . III. — El cuerpo y el alma ................................................ 66

Cap. IV. — Lo que es el ser humano y cómo =e ejerce la voluntad 68


Pág.

Cap . V. — Psicurgia y theurgia del macrocosmos y del micro­


cosmos ........................................................................... 69
Cap . VI. — La imaginación y la atracción simpática ................ 71
Cap . VII. — Misterios de la fecundación y de la atracción ........ 72
C ap. VIII. — El hombre en relación con los astros. - Composición
de la luz astral o fluido eléctrico .................. 74
Procedencia de la luz y del sonido .......................... . 75
Cap. IX. — Influencia de las constelaciones y planetas................ ' 76
Prevenciones ................................................................. 79
Cap . X. — Modo de hacer el horóscopo .................................. 80
Cap . XI. — Misterios de la virginidad y la sangre virginal . . . . 83
Cap . XII. — Las lar vas fluidicas y los espíritus elementabas. -
Espíritus imperfectos o terrestres ............................. 84
Ca p . XIII. — El por rpié volaba Simón el Mago y cómo pueden
volar las personas ................................................. 86
Cap . XIV. — Cómo y por qué se pierde el poder mágico. - Los se­
cretos de Simón “el Mago” revelados por San Cipriano 88

P arte Cuarta

ALQUIMIA SUPREMA Y TRASCENDENTAL

Cap. I. — Secreto para obtener una juventud p e rp e tu a ......... 90


Cap. II. — Agua gloriosa para la preparación del oro potabh . 92
Oro potable ................................................................... 96
Cap. III. — Unciones mágicas ......................................................... 97
Para curar la ictericia ................................................. 97
Para obtener los favores de una mujer .................... 98
Para evitar el mal de ojo ......................................... 98
Para curar el mal caduco ..................... ..................... 98
Para quitar la potencia a un hombre ........................ 99
Pág.

Para aplacar los deseos sensuales .............................. 99


Para infundir valor al hombre máscobarde ............ 99
Para dominar a las personas ...................................... 99
Para que una mujer estéril fecunde ...................... 100
Para enloquecer a una persona ................................ 100
Para adormecer a una persona sin causarle daño
alguno ................................................................... 101
Para hacer caer el pelo a una persona .................... 101
Para manejar el hierro hecho ascua ....................... 101
Para ver en sueños lo que habrá de suceder a la
persona que haga el experimento ...................... 101
Para vivir mucho tiempo sin c o m e r.......................... 102
Para hacer incombustibles los objetos ...................... 102
Para hacer el elixir universal .................................... 102
Para fabricar “Agua de Sol” con la cual se obtienen
honores y riquezas ............................................... 102
Candela mágica ............................................................. 103
Cualidades del gallo ..................................................... 103
Virtudes del laurel ....................................................... 103
Lichnomancia ............................................................... 104

LOS SECRETOS DE LA REINA CLEO,PATRA

Recetas y pomadas

Para que una mujer conserve su belleza ............................................. 105


Para conservar la piel fina y agradable al tacto ................................ 105
Manera de blanquear el cutis ............................................................. 105
Infusión para la piel ............................................................................. 106
Preparación para extirpar las erupciones de la piel ............................ 106
Pomada contra las arrugas ................................................................... 106
Baño de belleza ..................................................................................... 106
Contra la inflamación y congestión rojiza de los párpados.............. 107
Para el embellecimiento de los ojos ................................................... 107
Para hacer desaparecer las bolsas que se forman debajo de los ojos 108
Para hacer desaparecer del rostro las marcas que dejan las viruelas 108
Pag.
Para el reuma ....................................................................................... 108
Para las inflamaciones ........................................................................... 109
Otra fórmula para el reuma ............................................................. 109
Para las quemaduras ............................................................................. 109
Receta contra las verrugas ................................................................... 109
Otra para lograr tenerlas ..................................................................... 110
Para quitar las pecas ........................................................................... 110
Receta depilatoria ................................................................................... 110
Virtudes medicinales de las piedraspreciosas ..................................... 110
Topacio ................................................................................................... 111
Granate ................................................................................................... 111
Jacinto ..................................................................................................... 111
Lapis nephriticus ................................................................................... 111
Rubí ......................................................................................................... 112
Zafiro ....................................................................................................... 112
Esmeralda ............................................................................................... 113
Coral ....................................................................................................... 113
Lapislázuli ............................................................................................... 114
Ámbar ..................................................................................................... 114

P arte Quinta

MARAVILLOSOS SECRETOS DE LA NATURALEZA

(Secretorun Natura;)

Cap. I. —• De la generación del hombre. - De las diferencias


generales quedistinguenlos dos sex o s........................... 115
Diferencias generales quedistinguen los dos sexos 116
Cap. II. — Influencia delas potencias celestes sobre la generación 118
Cap. III. — De las influenciasde losplanetas; de la manera como
obran en el cuerpo y de cómo se efectúan las dobles
generaciones................ .................................................. 123
Cap . IV. —• Cómo se engendran los animales imperfectos. - Los
efectos admirables del cabello de la mujer. - Diversidad
de animales y su procedencia ................................... 126
C ap, V. — De los monstruos de la naturaleza y cómo se forman 12o
Cap. VI. -—• Del flujo periódico a que está sujeto el sexo femenino 130
Cap. VIL — De los signos de fecundidad de la mujer .................. 131
C ap. VIII. —• De las causas materiales que contribuyen al desen­
volvimiento de los deseos amorosos. Investigaciones
sobre las señales de la virginidad en las mujeres . . 133
Cap . IX. —• De la influencia de la mujer en la obra de la
generación .......................... ....................................... 135
Cap. X. —• Cómo se consigue que un ser nazca macho o hembra 137
Cap. XI. — En el que se explica lo quedetermina elparecido
entre el hijo ysus p a d re s ......... ................................... 137
Cap. XII. — Efectos de les deseos o de lasituación moral de la
madre sobre el feto que lleva en el seno .................... 139
Cap. XIII. —• De los errores populares relativos al género de ejer­
cicio que conviene a las mujeres durante su embarazo,
y especialmente a la cantidad de alimentos que su
situación puede requerir ....................................... • . 141
Cap. XIV. — Cómo se hace el aguatoffana o seael veneno de
los Borgias ..................................................................... 142

P arte Sexta

LO QUE REVELAN LOS SEMBLANTES

Cap. I. — Fisiognomonia ....... 144


Del músculo facial ..................... 146
La nariz ................................................... 149
La boca ............................................................... 152
La barbilla ..................................................................... 154
Las mejillas ................ 156
Pag.
Las mandíbulas ............... 156
Resumen ........................... 157
Consideraciones generales 158
Por el ademán y el porte 160
Por el gesto y el proceder 161
Por la voz . .................... 162
Ca p. II. — Metoposcopia. - La triple Hécate de los antiguos y
la fisiología moderna ................................................... 163
Diversas clases de frentes ......................................... 161
La tradición Cabalística y el septenario hebraico . . 167
I as siete arrugas de la frente ..................................... 170
Línea de Saturno . ........................................................ 170
Línea de Júpiter ................ 171
Línea de M a rte .......................................................... 171
Línea del Sol .................. ......................................... 171
Línea de Venus .......................................................... 172
Línea de la Luna ........................................................ 172
Línea do Mercurio ........- ........... . . .................... 173
Influencia de Júpiter ................................................... 173
Mala influencia de J ú p ite r ......................................... 175
Influencia de Saturno ................................................. 175
Mala influencia de Saturno .......................................... 177
Influencia del Sol ....................................................... 178
La mala influencia clel S o l ......................................... 180
Influencia de Mercurio ............................................... 180
La mala influencia de Mercurio ................................. 182
Influencia de Marte ..................................................... 182
Mala influencia de Marte ........................................... 183
Influencia de la Luna ................................................. 184
Mala influencia de la Luna ....................................... ¡85
Influencia de Venus .................... 185
Mala influencia de Venus ......................................... 187
Influencia particular de cada astro sobre cada parte
del cuerpo ............................................................. 188
Enfermedades causadas por los astros ...................... 188
La voz que dan los astros ......................................... 190
Clavis majores sapienlias — La fisiognomonia y la
metoposcopia ......................................................... 190
La frente ....................................................................... 191
De los párpados ......................................................... 191
De los ojos ................................................................... 191
De las cejas ................................................................... 192
De la nariz ................................................................... 192
De la boca ..................................................................... 192
De los labios ................................................................. 193
De los dientes ............................................................. 193
De la lengua ................................................................. 193
De la risa ..................................................................... 193
Se terminó
de imprimir en los
Talleres Gráficos LUMEN
Xoseda y Cía.
Calle Tucumán 2926
T. E. 87-6646/6647
Buenos Aires
República Argentina
en el mes de
noviembre
de mil novecientos
sesenta y cuatro
V iene de la solapa I

de las fu e rz a s n a tu ra le s p a r a
p ro d u c ir efectos m aravillosos.
P e ro ex iste otro tip o de m agia,
que se vale dél poder de los es­
p íritu s dem oníacos, m a lig n a y
te rrib le , que p ra c tic a n los ta u ­
m a tu rg o s y cuyos e x tra ñ o s efec­
to s se e je rc e n con fu e rz a pode­
ro sísim a : es la m ag ia n eg ra.
E s preciso h a c e r u n a distin ció n
e n tre am bas, y eso se h a logrado
con acierto en e ste tra b a jo , en
el que se h alla expuesto en de­
ta lle el m odo de p r e p a r a r a m u ­
letos, ta lism a n e s y f ó r m u l a s
m ágicas, se explican los efectos
de la luz a s tra l, los m iste rio s
de la fecu n d ació n y la atracció n ,
y se o frecen los secreto s p a ra
o b ten er la ju v e n tu d p e rp e tu a y
c o n q u ista r los o b j e t i v o s que
p arece n m ás inalcanzables, así
com o el modo de h a c e r horós­
copos con precisió n y las v ir­
tu d e s e x tra o rd in a ria s de las pie­
d ra s p recio sas.
T am bién h a lla rá a q u í el lec­
t o r com pletos estu d io s de F isio-
gnom onia, M etoposcopia, Qui-
ro g n o m o n ia y Q uirom ancia. E n
s u m a ,, todos los m aravillosos
secreto s de la N a tu ra le z a que
se - co n se rv a ra n celosam ente a
tra v é s de los siglos, expuestos
a la á v id a m ira d a del hom bre
de n u e stro tiem po.

Pedidos a:
EDITORIAL CAYMI
15 de Noviembre 1149. Buenos Aires

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