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CIENCIAS
OCULTAS
INDICE
Prólogo...................
Días afortunados y
desgraciados de la
Luna acerca de la
exposición y el sig
nificado de los sue-
ñ o s concordados
con el día de! naci
miento ...............
Sistema de conocer
las inclinaciones de
los hombres y las
mujeres por medio
de los cabellos . .
Prefacio...................
influencias generales
de cada uno de los
planetas . . . .
Influencias particula
res de los plane
tas ....................
LIBRO DE LOS SUEÑOS
Y DE LAS
CIENCIAS OCULTAS
Prof. ALEX R. VICENT
LIBRO
DE LOS SUEÑOS
DE LAS CIENCIAS
OCULTAS
EDITORIAL FRONTIS
Sto. Domingo del Cali, 15
BARCELONA
1968
® Editorial FRONTIS
Depósito legal B. 34.739 - 1968
Goethe
s.
k_ zi algo puede presentarnos la doble caracterís
tica de ser extraordinario y al propio tiempo no
serlo, esto es el sueño. Por un lado forma parte
de nuestra vida cotidiana; por el otro es un ele
mento desconcertante del que muy poco sabemos.
Aunque lo mismo podría decirse de nuestra exis
tencia como seres humanos. La experiencia es cu
riosa y hasta cierto punto irónica, pues cuando
los hombres creíamos haber llegado a la mayoría
de edad, comprobamos que nos movemos entre
nieblas y que el misterio nos rodea por todas par
tes. La fórmula de nosotros mismos se complica
de acuerdo con los progresos de la ciencia. Y si
ahora nos preguntáramos: ¿Qué es el hombre?,
veríamos que se trata de un conjunto de átomos,
con un poco de electricidad y un punto de mate
ria en el centro. Se asegura que si pudiera pren
sarse la composición atómica de todos los habi
tantes del planeta, éstos cabrían en una botella
de petaca. Hay muy poco de materia en nosotros,
y este poco no pasa de algunas ondas y vibra
ciones.
Y una vez mostrada someramente la gran os
curidad de nosotros mismos, partiremos de la pre
misa de que a pesar de todo existimos, para pa
sar a preguntarnos: ¿Qué son los sueños?
He aquí la definición más corriente: Un proce
so psíquico realizado mientras se duerme, en el
cual la actividad instintiva y espontánea del espí
ritu se sustrae al control de la razón y de la vo
luntad. Luego han surgido las complicaciones. Se
gún Freud, se trata, más o menos, de una descar
ga de las tendencias psicosexuales reprimidas en
el inconsciente. Adler discrepa de tal opinión y
atribuye a los sueños una exteriorización simbó
lica de los deseos de hacer prevalecer la propia
personalidad. Más tarde, Jung enfoca el problema
desde otro ángulo y nos habla del inconsciente
colectivo, el cual da nacimiento al inconsciente
individual que se manifiesta durante los sueños;
y a continuación añade que «el inconsciente pue
de reservar mensajes esenciales para los oídos que
sepan estar atentos».
Ahora bien, según podemos comprobar, el sue
ño, este film nocturno, esta retahila de imágenes
que percibimos a gran velocidad en el descanso
de la noche, es algo que se halla vinculado al res
to del mundo por cuanto manifiesta el incons
ciente individual y éste forma parte del incons
ciente colectivo, y, además, «puede reservar men
sajes esenciales». Lo cual ya no es una simple
anécdota, sino que se trasciende a sí mismo para
obtener la categoría de vida, y una vida tan au
téntica como la consciente.
He aquí una dimensión que pudiera parecemos
nueva si no fuese tan vieja como la misma hu
manidad; sólo que, «oficialmente», se ha descu
bierto algo tarde. Y es así que, al cabo de unos
quinientos mil años de existir, el hombre, que se
analiza a sí mismo, descubre que tiene dos vidas,
una en la que cabe la dimensión espacio-temporal,
o sea la consciente, la diurna; otra, la nocturna,
la onírica, en la cual el tiempo y el espacio desa
parecen.
Maurice Maeterlinck decía: «El tiempo y el es
pacio son la misma ilusión... y no existen fuera
de nuestra pequeña experiencia diurna». Erich
Fromm amplía dicho concepto con la siguiente
aseveración: «El inconsciente, como tal, lo es tan
solo en relación con el estado normal de activi
dad. Cuando se habla de inconsciente se dice sim
plemente que una pequeña experiencia es aliena
al esquema mental que subsiste cuando se actúa;
por lo tanto, se considera un elemento evanescen
te y extraño, difícil de captar y difícil de recor
dar. Pero nuestro mundo diurno es asimismo in
consciente respecto de nuestra experiencia onírica,
como lo es el mundo nocturno respecto de nues
tra experiencia durante la víspera... Se trata, sim
plemente, de estados mentales que se refieren a
modos existenciales distintos».
En consecuencia, repetimos que el sueño es la
manifestación de una vida, tan auténtica y tan
vida como pueda serlo la diurna. Pero precisa
mente por el hecho de pertenecer al llamado in
consciente, y por lo tanto de poder prescindir de
las ilusorias ataduras espacio-temporales, la expe
riencia onírica es la única que puede conducir
nos a través del tiempo y del espacio. Y no es
extraño, como se ha comprobado en múltiples
ocasiones, que alguien se haya trasladado en sue
ños al pasado, haya viajado al futuro, y recorra
distintos puntos de nuestro planeta, los cuales
llega a conocer sin conocerlos, dando lugar a fe
nómenos como el expresado por Becquer: «co
nozco personas a quienes no conozco».
Los sueños premonitorios no son más que una
parte de las múltiples facetas o manifestaciones
del onirismo. Y éste, a su vez, una pequeña por
ción de los estados llamados paranormales, o pa
rapsicológicos, cuya investigación, actualmente con
carácter científico, tiene lugar en muchos centros
universitarios de los Estados Unidos, Alemania,
Suiza, Inglaterra, Francia, Italia, Holanda y la
URSS.
No se trata, pues, de fantasías mágicas; no son
elucubraciones de mentalidades enfermas. El sue
ño premonitorio existe, y tan pronto puede ma
nifestarse de un modo real, con una clara antici
pación del porvenir, como por medio de símbo
los, en imágenes que muchas veces conviene des
cifrar a fin de obtener el sentido de advertencia
que pudieran contener, pues el inconsciente es el
gran poeta que todos nosotros llevamos dentro.
¿Por qué se realizan tales misterios? ¿De qué
modo tienen lugar? Por ahora no es posible dar
una respuesta concreta. Son muchas las opiniones
y sugerencias, pero tales preguntas deberán ser
dilucidadas en un futuro en el cual la ciencia haya
alcanzado una mayor madurez en sus investiga
ciones. Pero hace siglos que la humanidad puso
de manifiesto la vinculación, asombrosa y extra
ña, que une a todos los seres de la naturaleza.
«Nadie moverá un dedo sin que dicho movimien
to no repercuta en el universo entero», decían los
griegos. El inconsciente colectivo es la gran fuer
za que une a la naturaleza; gracias a él todo in
fluye en todo. Es el «sentimiento oceánico» que
nos hace partícipes y solidarios de la marcha del
mundo y del universo.
«La experimentación parapsicológica parece de
mostrar que existen, entre el universo y el hom
bre, relaciones distintas de las establecidas por
los sentidos habituales. Todo ser humano normad
podría percibir los objetos a distancia o al través
de los muros, influir en el movimiento de los ob
jetos sin tocarlos, proyectar sus pensamientos y
sus sentimientos en el sistema nervioso de otro
ser humano, y, en fin, conocer a veces el por
venir».
Conocer el porvenir, pues, ya no es cuestión de
superchería ni de magia, como había llegado a
creerse. Por el contrario, es algo —un misterio,
por ahora— que acaso nos conduzca de nuevo a
la metafísica. El propio Jung afirma: «los sueños
premonitorios, la telepatía y todos los hechos de
este orden existen en cantidad». Así, hemos de
convenir en que nada tiene de anormal que el
lenguaje de los sueños sea un lenguaje particu
lar, el cual tan pronto nos habla de cuestio
nes dispares de las realidades conscientes como
de los hechos cotidianos actuales, y que el sueño,
asimismo, sea una segunda vida, parcial o total
mente vinculada a la existencia diurna. De ello
se han obenido multitud de pruebas. Y en cuanto
a los sueños premonitorios, la historia nos sumi
nistra sobrados ejemplos para que nadie pueda
ponerlos en tela de juicio.
¿Entonces, se preguntarán muchos, por qué la
mayor parte de las personas se niegan a admitir
una realidad tan palpable? Y a esto no cabe otra
respuesta sino referirnos a la presión educativa
a que se nos ha sometido, introduciéndonos, a
machamartillo o a puñetazos, la idea de unas le
yes físicas poco menos que inmutables.
Lo que ocurrió es que había poca modestia por
parte de nuestros educadores, al no querer admi
tir que una tradición científica se estaba derrum
bando.
Ante las manifestaciones de la parapsicología
se impone una revisión de los conocimientos cien
tíficos y de todas las leyes físicas, pues como es
cribía Jules Romains: «Muchos de los más impor
tantes resultados de la experimentación psíquica,
el día en que sean confirmados —y deberán ser
lo— y oficialmente se les llame verdades, ataca
rán a la ciencia positiva en sus mismas fronte
ras».
Fausto Rodon
^i^ficadv
de las cartas
OROS
El Rey significa amistad y matrimonio, si
está seguido por el caballo; si está boca arriba,
dificultades.
La Sota. Significa una campesina rubia, maldi
ciente y embrolladora; boca arriba, significa que
actúa contra quien lo sueña.
El Caballo. Indica un militar, un cartero o un em
pleado que le trae noticias; boca arriba, las no
ticias le serán favorables.
El As. Carta o noticias dentro de unos días.
El Diez. Significa el campo; gran alegría por un
cambio de posición.
El Nueve. Retraso de los asuntos que interesan
a quien lo sueña.
El Ocho. Significa un joven comerciante o nego
ciante que se interesa por los asuntos de quien
lo sueña.
El Siete. Buenas noticias y éxito en sus empre
sas.
COPAS
El Rey. Indica que un hombre de nego
cios le está agradecido; boca arriba, se trata de
todo lo contrario.
La Sota. Mujer honesta, franca y leal, interesada
por el que sueña; boca arriba, se opone a una
inclinación amorosa.
BASTOS
El Aey indica y representa un hombre
filántropo, equitativo y justo, quien utiliza todo
su crédito en beneficio de aquel que sueña; pero
si está boca abajo, a pesar de sus buenos de
seos, todos cuantos pasos dé serán infructuosos.
~£l lllwO
de los sueños
La presente tabla, calculada según M. de Saint-Mesmin, es de una gran utilidad para las personas poco
acostumbradas a interpretar los sueños, y nos complacemos encabezando con ella nuestro diccionario explica
tivo, a fin de hacer más inteligibles las páginas que siguen.
Las horas del día y de la noche. — Conocimientos
indispensables para poder interpretar correctamente
los sueños.
Jaimes
Horas del día. — En la primera domina la Luna;
en la segunda, Júpiter; en la tercera, Saturno; en
la cuarta, Marte; en la quinta, Urano; en la sexta,
Venus; en la séptima, Mercurio; en la octava, la
Luna; en la novena, Saturno; en la décima, Júpi
ter; en la undécima, Marte y en la duodécima,
Urano.
Horas de la noche. — En la primera, Venus; en
la segunda, Mercurio; en la tercera, la Luna; en
la cuarta, Saturno; en la quinta, Júpiter; en la sex
ta, Marte; en la séptima, Urano; en la octava, Ve
nus; en la novena, Mercurio; en la décima, la Luna;
en la undécima, Saturno y en la duodécima, Jú
piter.
partes
Horas del día. — Durante la primera domina Mar
te; en la segunda, Urano; en la tercera, Venus; en
la cuarta, Mercurio; en la quinta, la Luna; en la
sexta, Saturno; en la séptima, Júpiter; en la octava,
Marte; en la novena, Urano; en la décima, Venus;
en la undécima, Mercurio y en la duodécima, la
Luna.
Horas de la noche. •— En la primera, Saturno; en
la segunda, Júpiter; en la tercera, Marte; en la
cuarta, Urano; en la quinta, Venus; en la sexta,
Mercurio; en la séptima, la Luna; en la octava.
Saturno; en la novena, Júpiter; en la décima, Mar
te; en la undécima, Urano y en la duodécima,
Venus.
^(iébcoleó
Horas del día. — En la primera domina Mercurio;
en la segunda, la Luna; en la tercera, Saturno; en
la cuarta, Júpiter; en la quinta, Marte; en la sexta,
Urano; en la séptima, Venus; en la octava, Mercu
rio; en la novena, la Luna; en la décima, Saturno;
en la undécima, Júpiter y en la duodécima, Marte.
Horas de la noche. — En la primera, Ufano; en la
segunda, Venus; en la tercera. Mercurio; en la
cuarta, la Luna; en la quinta, Saturno; en la sexta,
Júpiter; en la séptima, Marte; en la octava, Venus;
en la novena, Saturno; en la décima, Mercurio; en
la undécima, la Luna y en la duodécima, Saturno.
Quebes
Horas del día. — Durante la primera domina Jú
piter; en la segunda, Marte; en la tercera, Urano;
en la cuarta, Venus; en la quinta, Mercurio; en
la sexta, la Luna; en la séptima, Saturno; en la oc
tava, Júpiter; en la novena, Marte; en la décima,
Urano; en la undécima, Venus y en la duodécima,
Mercurio.
Horas de la noche. — En la primera, la Luna; en
la segunda. Saturno; en la tercera, Júpiter; en la
cuarta. Marte; en la quinta, Urano; en la sexta, Ve
nus; en la séptima, Urano; en la octava. Venus;
en la novena, Mercurio; en la décima, la Luna; en
la undécima, Saturno y en la duodécima, Júpiter.
J»aéí¿m¿>
Qúpitet
-€/ JW
Resume todas las cualidades de los demás astros
y comunica las impresiones más absolutas y más
completas cada vez que manifiesta su acción (ex
traído de Hortensius Flamet).
BHtp"
JLas ^óscopos
ESCORPION
(OCTUBRE)
SAGITARIO
(NOVIEMBRE)
ACUARIO
(ENERO)
PISCIS
(FEBRERO)
TAURO
(ABRIL)
Es el toro en que se convirtió Júpiter para rap
tar a Europa, y el cual fue situado en numerosas
constelaciones. Proporciona el atrevimiento y la
fuerza. Taurus domina en el cielo del 22 de abril
al 21 de mayo.
El hombre que nace bajo esta constelación es
audaz. Tendrá enemigos a los que sabrá alejar para
que no le perjudiquen. La fortuna no le será extra
ña. Viajará por lejanos países, y su vida será larga
y estará poco sujeta a enfermedades.
La mujer nacida bajo este signo poseerá fuerza
y energía. Tendrá mucho ánimo, pero será violenta
e impulsiva. De todos modos, sabrá acomodarse a
su deber y obedecerá a su marido. En este tipo de
mujer se encontrará un fondo de razón y de sen
tido común. Hablará un tanto excesivamente. En
viudará muchas veces y tendrá varios hijos, a
quienes dejará en bienestar.
GEMINIS
(MAYO)
CANCER
(JUNIO)
VIRGO
(AGOSTO)
Loó ó limoó
Abad regular. Enfermedad próxima.
Abad secular. Cambio de posición.
Abadesa. Maledicencia y ambición.
Abadía. Triunfo sobre una gran desgracia.
Abandono (de un pariente o de un amigo), desgra
cia próxima; (de su país o de su casa), pérdidas
para personas de mala fe; (verse abandonado),
alegría y provecho.
Abanico (utilizarlo o ver que se abanican). Gazmo
ñería, ostentación, coquetería.
Abatimiento (soñar que se sufre un gran). Denota
una extrema debilidad de carácter, defecto que
fue siempre condenado por los hombres de tem
peramento, tal como lo demuestra una orden
del día de Napoleón, fechada en Saint-Cloud, el
22 floreal del año X. «El granadero Grobin se
ha suicidado por motivos amorosos; por lo de
más era un buen sujeto.
»En la orden del día de la guardia se indicará
que un soldado debe saber vencer el dolor y la
melancolía de las pasiones.
«Pues hay la misma valentía en sufrir con cons
tancia las penas del corazón, como en permane
cer en su puesto bajo la metralla de una batería.
«Abandonarse a la pena sin resistirla, matarse
para evitarla, es abandonar el campo de batalla
antes de haber vencido. Firmado: Bessiéres.»
Abceso. Proyectos abortados, mal conseguidos.
Abejas (ver muchas), significa prosperidad en los
negocios; (volar encima), significa tormentos;
(ser picado por ellas), mal resultado; (verlas en
trar en casa), desgracias para sus enemigos;
(matarlas), pérdidas.
Secreto contra las picaduras
de las abejas
En el momento en que se reciba la picadura se
deben buscar adormideras blancas, lo cual no
es difícil de hallar en el campo; se cogerá una
cabeza y en ella se efectuará una incisión, para
derramar en la picadura algunas gotas del jugo
lácteo que brota de la misma; el dolor se calma
rá instantáneamente y no sobrevendrá la hincha
zón que normalmente sucede a la picadura. Este
secreto es infalible.
Albahaca. Amargura.
Albañiles (verlos). Aficiones laboriosas (emplear
los), bienestar.
Albaricoques y otras frutas con hueso significan,
para quien sueña que las come, salud, placer y
satisfacción íntima; (fuera de la época), aconte
cimiento desgraciado; (secos o confitados), serios
pesares; (verlos), indican miseria.
Albayalde. Envenenamiento, muerte.
Albergue (lleno). Próximo reposo; (vacío), desgra
cia.
Albino (ver a un). Vejez anticipada.
Alboroto (producirlo o verlo). Malas especulacio
nes, pérdidas.
Albura (árbol). Aislamiento, abandono de todo el
mundo.
Alcachofas (verlas). Significa penas; (comerlas),
desavenencias; (fritas), chascos, contrariedades;
(verdes y echadas a perder), muerte.
Alcalde (serlo). Honores, dignidad.
Alcaparras. Señal inequívoca de una muerte pre
matura.
Alcoba (cerrada). Proyectos tenebrosos; (abierta),
aviso útil que usted recibirá.
Aldeano o aldeana (verlo). Anuncia un muy pró
ximo viaje al campo para asuntos de interés.
Alegría (estar alegre). Usted recibirá una noticia
molesta.
Alelí. Juventud, amor sensual pero honesto.
Alemán o alemana. Temores fundados, incertidum
bre.
Alfalfa. Un paseo agradable por el campo.
Alfiler (recibirlo o darlo). Frialdad en la amistad;
(pincharse con uno), pérdida de bienes, pesares.
Alforfón (trigo). Miseria angustiosa y sin remedio,
penuria.
Algebra. Empresa afortunada.
Algodón (hilado). Trabajo, ganancias; (bruto), dis
gustos domésticos; (para acolchar), falsedad,
mentira, traición.
Aliento (perderlo). Crédito perdido.
Alimentos (prepararlos). Invitación a la sobrie
dad; (ofrecerlos), presagio afortunado; (no po
der ingerirlos), indisposición próxima; (comer
los ávidamente), enfermedad peligrosa.
Alma (ver un alma en pena). Inquietudes, pobre
za; (ver subir un alma al cielo), noticia afortu
nada.
Almanaque (consultarlo). Significa una conducta
regular en el porvenir.
Almendras (verlas). Significa satisfacción y riqueza.
Almendro (verlo). Indica trastorno y embarazo se
guidos de bienestar y prosperidad.
Almidón. Confianza mal depositada.
Almidonar. Dentro de poco tiempo usted será víc
tima de una traición.
Almirante. Viaje por mar que le resultará fructí
fero.
Almohada. Pérdidas considerables.
Almohazas. Le amenaza un gran peligro.
Almorzar. Una reunión, a la cual asistirá, le llena
rá de alegría.
Aloe (planta). Inquietud, amargura, enfermedad.
Alondra (verla en el aire). Significa elevación.
Alpes (montañas). Exito, elevación próxima.
Alquiler (pagarlo). Tendrá que llevar a cabo un
deber agradable.
Alquimista (verlo). Ciencia aprovechable; (serlo),
error funesto para quien lo sueña.
Altar (verlo). Significa consuelo del alma; (cons
truirlo), indica alegría; (verlo derribado), signi
fica tristeza, pérdida de consideración.
Alteración. Soñar que se tiene una gran altera
ción y que no puede aplacarla, significa tristeza.
Altivez. Véase la palabra Orgullo.
Alumbre. Triunfo, victoria.
Ama. Próximamente usted engordará.
Amamantar, alimentar. Próximo nacimiento de un
hijo.
Amante. Intriga galante; (fiel) alegría y provecho;
(infiel), charlas, miseria; (rico), pérdida, próxi
ma ruina.
Amapola. Noticias de una persona del campo.
Amar. Exito en los amores.
Amaranto (flor). Indica que le amenaza una gran
desgracia; (solamente su color), significa conse
guir algo.
Amargura (pena). Gran alegría; (sabor amargo),
buena especulación.
Amasar. Usted será víctima de su codicia.
Amatista (piedra). Suerte en los negocios.
Amazona. Desconfíe de una intrigante que le hará
creer que es su amiga.
Ambar (piedra). Enfermedad; (perfume), buena
fortuna.
Ambarilla (flor). Perfidia, astucia.
Ambición (tenerla). Presagio funesto; (ser víctima
de ella), próximo éxito.
Ambrosía. Gastos inútiles, próxima ruina.
Ambulancia (estar dentro). Buen augurio; (verla),
enfermedad a causa de una conducta desorde
nada.
América (estar en). Longevidad desgraciada.
Americanos (verlos). Viaje que resultará difícil.
Amigo o amiga (reír con un). Discordia; (encon
trarlo), desuniones entre los parientes próximos.
Amistades (renovadas). Desgracias; (rotas), escán
dalo.
Amnistía. Reorno de un destierro, buenas noti
cias.
Amolador (verlo). Significa desorden en sus asun
tos.
Amor (experimentar su fuego). Felicidad; (ser su
objeto), traición, querellas, codicia; (ver el amor
en una pintura), mujer engañosa que le perju
dicará.
Amoríos. Calumnia, maledicencia.
Amortajar (a alguien). Carácter servicial, humano,
filantrópico.
Ampollas (tener una o varias). Empresa afortu
nada; (recuperar la salud), renueve su creencia
en Dios.
Análisis (efectuar uno cualquiera). Exito en los
negocios.
Ananá (fruta). Penas que provienen de una causa
lejana.
Anatomía. Ciencia aprovechable a quien lo sueña.
Ancla. Recibirá buenas noticias de un país lejano.
Anchoas (verlas o comerlas). Indican buena for
tuna.
Andamio (verlo levantar). Pusilanimidad, temor.
Anémona (flor). Se le anuncia una gran alegría.
Aneurisma (verlo). Inquietudes que le pondrán en
peligro; (soñar que otro está afligido por ello),
significa que le amenazan grandes daños.
Anfiteatro (verlo). La ambición le ampara; (estar
en uno), indica que uno de sus allegados corre
un gran peligro.
Angel (soñar que se ve un). Significa noticias
afortunadas; (ver muchos), advertencia saluda
ble.
Angelus (oírlo). Esté confiado; (recitarlo), gran
alegría.
Anguilas (soñar que se coge una viva). Significa
malicia; (muerte), inquietud, pena, sufrimiento.
Angustia (dolor). Experimentarlo indica éxito.
Anillo, alianza (dársela a alguien). Significa des
gracia; (recibirla), indica seguridad en los nego
cios; (romperlo), ruptura conyugal.
Los obispos llevan un anillo como símbolo del
matrimonio espiritual que han efectuado con la
Iglesia. Los antiguos lo utilizaban para sellar las
cartas; los romanos, durante largo tiempo, los
usaban únicamente de hierro, y según Plinio,
Mario fue el primero que llevó uno de oro. Se
llevaba el anillo en la mano izquierda; resulta
ba muy ridículo llevarlo en la mano derecha.
Sin embargo, se lleva en todos los dedos y en
todas las falanges; los hay para todas las esta
ciones del año, y también para todas las sema
nas. Actualmente todavía hay quien los lleva en
las orejas.
Los indios lo llevan en la nariz, en los labios,
en la mejilla, en el mentón y en los pies. Final
mente, los germánicos lo llevaban de hierro
como símbolo de esclavitud hasta que habían
matado a un enemigo de la nación.
*
Vacaciones. La lentitud con que dirige sus accio
nes le arruinará.
Vacas (verlas pacer). Riqueza, alegría, abundan
cia; (ordeñarlas), inconstancia; (comprarlas),
pérdida; (venderlas), disipación, ruina.
Vacilante. No lo dude ni un sólo instante, actúe.
Vacuna. Indica que debe usted elegir sus amista
des.
Vado (pasarlo). Dificultad vencida.
Vagón (viajar en un vagón de ferrocarril). Véase
esta palabra en el artículo Ferrocarril, o en la
palabra Viaje.
Vaina (estuche). Protector muy útil.
Vaivén. Indica las penas de la vida.
Vajilla (si es de plata o de plata sobredorada).
Indica miseria; (si es de alpaca, acero, o cual
quier otro metal), éxito y ganancias.
Valentía. Este sueño le aconseja energía.
Valija (llena de efectos). Viaje y ganancias; (va
cía), miseria.
Valor. Dentro de poco tiempo usted adquirirá el
sistema de hacer fortuna.
Valores (verlos). Miseria, proceso, compañías pe
ligrosas; (tocarlos), ganancia considerable.
Vallado (saltar por encima). Indica rapidez, pros
peridad, fortuna.
Valle. Noticias del campo que le ocasionarán un
desplazamiento.
Vanidad. La buena fortuna no le secundará por
mucho tiempo.
Vara. Protección, apoyo.
Varita mágica. Su secreto ya no es sólo suyo
Vaso (beber un vaso de agua). Temperancia; (de
vino), consuelo; (de cerveza), viaje; (de licores
alcohólicos), despilfarro.
Vecindaje. Propósitos indiscretos, calumnia, ha
bladurías.
Vecino o vecina. Buena consideración, sociedad
útil.
Vedado (estar en un). Significa estar rodeado de
pérfidos.
El arte de juzgar
a las personas
por sus gestos
y actitudes
«Jamás el hombre sensato (ha dicho el célebre
doctor de quien copiamos cuanto viene a conti
nuación) adquirirá la apariencia ni adoptará la
actitud de un cabeza loca.» Si algunas veces la
fisonomía puede resultar engañosa, es también
cierto que los gestos y los movimientos de una
persona que no se cree observada son un índice
infalible del espíritu y del carácter.
Los gestos que acompañan el caminar y las ac
titudes de una persona son tanto más significati
vos cuanto que variados. Tan pronto afectado, tan
pronto natural, rápido, lento, grave, ridículo, frío,
apasionado, fatigado, ligero, atrevido, tímido, im
ponente, agradable, amenazador o gracioso, el ges
to difiere de mil maneras en mil individuos dis
tintos.
Debemos destacar que la marcha o andar de una
persona, generalmente está armonizada con la voz
y el gesto; de este modo, un ojo experto podrá
juzgar por el simple conocimiento de uno de estos
tres índices.
El andar de un hombre inteligente, con toda
seguridad es distinto del de un idiota, y un idiota
se sienta de otro modo que un hombre sensato.
La actitud del hombre inteligente anuncia o bien
la meditación, o el recogimiento, o el reposo. El
imbécil permanece en su silla sin saber porqué.
Parece fijarse en algo, pero su mirada no está en
nada. Su postura es tan aislada como él mismo.
No teman ni los transportes ni los excesos de
quien su aspecto es siempre de inteligencia y de
reposo. Pero no esperen jamás un humor suave y
tranquilo de un hombre que se agita sin cesar con
violencia.
Jamás el hombre sensato adquirirá la apariencia
ni adoptará la actitud de un cabeza loca, hemos
asegurado. Si por casualidad, su atención, fuerte
mente excitada, le obliga a levantar la cabeza, ja
más cruzará los brazos sobre el pecho; tal postu
ra supone afectación y ostentación, sobre todo
con una fisonomía que nada tiene de desagrada
ble, pero que no es precisamente la de un pensa
dor. Cuanta más importancia quieran otorgarse
esta clase de hombres, mayor experimentamos la
tentación de quitarles lo que pudieran tener de
verdadero mérito.
Toda presuntuosidad supone un fondo de tonte
ría. La una y la otra las encontraremos siempre
en toda fisonomía desproporcionada y grosera que
afecte un aire de solemnidad y autoridad.
Para descubrir el engaño será conveniente sor
prenderles en el momento en que, creyéndose so
los, son todavía ellos mismos y no tienen tiem
po de darle, a su rostro, la expresión que saben
otorgarle.
El engaño se agazapa, con la cabeza adelantada
y hundida en los hombros, como si el órgano de
la astucia quisiese aproximarse a los músculos
que se han de convertir en los instrumentos de
sus decisiones.
El órgano de la perseverancia, de donde nace
la firmeza de carácter, da una actitud derecha,
puesto que, situado en el centro del cerebro, man
tiene el equilibrio mediante su actividad.
Descubrir la hipocresía es lo más difícil y, al
propio tiempo, lo más fácil; difícil en cuanto el
hipócrita se cree observado; fácil en cuanto olvi
da que le observan.
Constantemente puede comprobarse que la gra
vedad o la timidez le otorgan, a la más honesta
fisonomía, una apariencia de deshonestidad. Si
en muchas ocasiones un hombre nos habla y no
se atreve a mirarnos a la cara, nos parece falso,
cuando no se trata más que de un tímido.
Una boca ancha y seca, una actitud insípida, los
brazos colgantes y la mano izquierda vuelta ha
cia fuera, sin que podamos adivinar el motivo,
anuncian la estupidez natural, la nulidad, el vacío,
una curiosidad embrutecida.
Andar a grandes pasos es signo de vigor y de
calor natural. Andar deprisa y con apresuramien
to es señal de poca prudencia. Andar lentamente y
con gravedad anuncia valor. Andar balanceando
el cuerpo anuncia adulación. Andar lentamente,
paso a paso, balanceándose, denota un insigne pre
sumido.
Con un caminar vivo y alerta no se puede ser
ni lento ni perezoso; y el que va caminando negli
gentemente, casi con los pasos contados, no anun
cia precisamente aquel espíritu de actividad que
no teme ni los peligros ni los obstáculos para lle
gar a su meta.
Aquél que tiene la mano abierta cuando anda,
es un tonto; si la lleva medio cerrada, es tímido;
si la cierra, es vicioso. Si la lleva a la frente, es
un pensativo; si a su nariz, es descuidado; si a su
boca, se trata de un borraho; si a las orejas, es
que está premeditando algo; si al mentón, es un
miserable presumido; si a la cintura, es un impú
dico; si la lleva en el bolsillo, es un torpe; a la
espalda, es un hombre que se hace el importante;
el que cruza sus brazos es un pedante; si se frota
las manos es un perezoso; si mueve los dedos o
los hace sonar, un charlatán; si lleva la mano en
alto por delante, es un ignorante fanfarrón. El
hombre que utiliza la mano para abrirse paso en
tre la gente, medita alguna acción injusta; si la co
loca encima del pecho, es un hombre inteligente;
y con la otra mano medio cerrada cerca del bolsi
llo, puede asegurarse que es un hombre ordenado.
Si al dormir la mano está abierta, indica pro
digalidad; si está cerrada, avaricia; medio abier
ta, generosidad.
El hombre que coloca el pulgar dentro de la
mano es un avaro, y el que mueve las manos al
hablar, un colérico. Las manos temblorosas indi
can fallos al enjuiciar.
Una persona que sonríe sin motivo, con un la
bio torcido que a menudo se mantiene aislado sin
motivo, que saluda con el cuerpo tieso, solamente
con la cabeza inclinada hacia adelante, con toda
justicia puede ser tildado de loco.
Un aire de incertidumbre en el conjunto de la
actitud y de la fisonomía, un rostro que en su in
movilidad no expresa nada, no son señales, cierta
mente, de inteligencia.
Un hombre que sin haber dicho ni hecho nada
que merezca la atención se aplaude a sí mismo
con explosiones de alegría, que ríe sólo de sus pre
tendidas frases, que se muestra tontamente alegre
sin conocerse la causa, jamás conseguirá formar
o seguir una idea razonable.
Un hombre vacío que pretende darse importan
cia, coloca la mano derecha en el pecho y la iz
quierda en su bolsillo, con un aire afectado y
teatral.
Frecuente siempre con reserva a un hombre
grueso, de temperamento colérico, que constan
temente parece masticar y sin cesar mira a su
alrededor, que jamás habla con acento calmado,
que todo lo hace de un modo desordenado y que,
no obstante, se otorga el aspecto de una cortesía
afectuosa. En la ancha boca de este hombre grue
so, en los movimientos irregulares de su labio in
ferior, en su frente prominente y llena de excre
cencias, en su andadura que llama la atención a
distancia, se reconocerá la expresión del despre
cio y de la dureza, de un talento más que medio
cre con la pretensión de un talento desarrollado,
de la ruindad bajo una apariencia de bondad.
(Mlle. Lenormand.)
Sibilas
La existencia de las sibilas se remonta a los
tiempos más antiguos; los griegos otorgaban este
nombre a todas las mujeres que se creían inspi
radas por un espíritu profético, o más lógicamen
te, a las mujeres más instruidas.
Seres fantásticos
Desde tiempo inmemorial el vulgo ha creído en
la existencia de muchos seres fantásticos que, a
voluntad, se revisten de formas extrañas, y de los
cuales unos poseen poderes sobrenaturales y otros
están dotados del genio del mal. A dichos seres
pertenecen las hadas, que la imaginación de los
poetas han pintado con los más brillantes colores,
el dragón, los espíritus nocturnos revestidos de
lobos, los vampiros ,etc. La imaginación de los
poetas, de los novelistas, de los pintores e incluso
de los historiadores, ha otorgado, a estos seres
fantásticos, las formas más atrevidas y extraordi
narias.
Duendes y trasgos
No hay nadie que no haya visto mecida su infan
cia con cuentos de trasgos, diablillos, duendes, et
cétera.
Generalmente se da el nombre de duendes, tras
gos, etc., a los espíritus caprichosos e inquietos
que se hacen invisibles a voluntad y se revisten
con toda clase de formas; las más de las veces
encuentran placer en practicar el mal, sobre todo
los diablillos. Los mejores de entre ellos se com
placen cometiendo diabluras y operando mixtifica
ciones en los hombres; éstos son los trasgos. Los
hay, no obstante, que algunas veces traban amis
tad con algunas personas y les rinden señalados
servicios. En efecto, los trabajadores y los cam
pesinos sostienen que son los duendes quienes
conducen los ganados para ayudar a los criados, y
realizan una parte de labor, pero que, para diver
tirse, de vez en cuando les golpean con un látigo,
mientras ellos se ríen fuertemente.
Diablillos
Los diablillos tienen muchos puntos de contacto
con los duendes y los trasgos. Como ellos son in
visibles y se complacen casi siempre perjudicando
a la especie humana. También se revisten de las
más extravagantes formas que puedan imaginarse
a fin de contentar sus caprichos y llegar al cum
plimiento de sus proyectos.
Hadas o damas blancas
Según las opiniones más autorizadas, las hadas
son mujeres de un orden superior a la natura
leza humana que sobrepasan en mucho a los
hombres en conocimientos, en talento y, sobre
todo, en poder. Asimismo, están exentas de un
gran número de enfermedades que nos son pro
pinas, aun cuando no dejan de estar sometidas a
ciertas necesidades, a las pasiones, a muchos acci
dentes e incluso a la muerte. Su vida es mucho
más larga que la de la especie humana; así, las
hadas difieren entre ellas en edad, en belleza, en
luces y en pasiones. Cuando son jóvenes, general
mente son bellas, buenas y bienhechoras; cuando
comienzan a envejecer y les abandona la hermo
sura, se vuelven ásperas, tristes y malvadas. Tam
bién se les ha dado el nombre de damas blancas,
puesto que acostumbran a presentarse vestidas de
blanco.
Aun cuando se conocen muchas hadas, algunas
de ellas han alcanzado mayor celebridad en la his
toria. En Francia, el hada Melusina es una de las
más conocidas.
Genios
Entre los antiguos se daba este nombre a los
espíritus, buenos o malos, que les acompañaban a
lo largo de su vida, o bien que presidían, en cada
lugar, las ciencias, las artes, etc. Así, cada hombre
y cada Estado tenían su genio particular.
Vampiros
Desde la más remota antigüedad se ha dado el
nombre de vampiros a los cadáveres que abando
nan sus tumbas para chupar la sangre de los
humanos, quienes, acto seguido, se ven postrados
en un mortal estado de tisis.
La superstición del vampiro todavía es general
en Levante. Los turcos, al vampiro lo llaman var-
dulacha. Y es un nombre que los griegos pronun
cian siempre con horror. Acerca de los vampiros
existen mil historias extraordinarias.
El vampiro, relato atribuido a lord Byron, es
el de un joven médico llamado Polidori. La su
perstición que sirve de fundamento a este cuento
está muy extendida en Oriente. Al parecer es muy
general entre los árabes, y no se introdujo entre
los griegos hasta después de haberse implantado
el cristianismo y tras la separación de las iglesias
griega y romana. En aquella época se creía que él
cuerpo de un latino en modo alguno podía co
rromperse si estaba enterrado en territorio grie
go. La credulidad aumentaba por grados y sumi
nistró el tema para muchos relatos extraordina
rios, como aún se hace en nuestros días, de muer
tos que abandonaban sus tumbas para succionar
la sangre de la juventud y de la belleza. Dicha su
perstición fue adoptada en el oeste europeo tras
algunas modificaciones. En Hungría, Polonia, Aus
tria y Lorena, se cree que los vampiros cada no
che succionan una cierta cantidad de sangre de
sus víctimas, las cuales adelgazan, pierden sus
fuerzas y mueren pronto de consunción. Al propio
tiempo los vampiros engordan, las venas se les
distienden mediante la sangre y dicho líquido llega
a correr por todas las aberturas del cuerpo, y a
veces trasuda a través de los poros... En algunas
partes de Grecia, el vampirismo se considera como
una especie de castigo, al que se está condenado
después de la muerte para expiar algún crimen
cometido en vida. El vampiro está condenado a
perseguir con preferencia las personas a las cua
les se halla más vinculado, con quien estaba uni
do por los lazos de la naturaleza, del amor y de la
amistad.
DIVISION
DE LAS
CIENCIAS
OCULTAS
solwe
los sueños
Un viejo proverbio dice: Todos los sueños son
una ilusión. Nosotros no participamos de tal opi
nión, pues creemos que un sueño puede ser el avi
so de un acontecimiento inesperado, afortunado o
desgraciado. En apoyo de semejante opinión con
cluiremos nuestra obra con algunos ejemplos de
sueños célebres, lamentando que el poco espacio
de que disponemos no nos permita citar un ma
yor número.
José, esposo de la Virgen María, fue advertido
por un ángel de que debería conducir inmediata
mente a María y a su hijo Jesús a Egipto, para es
capar a la matanza de inocentes de Herodes, lo
cual le salvó.
En la víspera de Waterloo, Napoleón vio en sue
ños, y por dos veces, un gato negro, signo de
traición, correr de un ejército al otro, y el ejér
cito que abandonó quedó despedazado; tal fue el
lúgubre augurio.
¿Quién ignora el fatal resultado de la batalla
que se desarrolló al siguiente día?
Peiresc, sabio anticuario, una noche soñó que
se encontraba en Nimes, donde un orfebre le pre
sentaba una medalla de oro de Julio César, por
la cual le pedía cuatro escudos. Tras despertar
marchó a Nimes, y mientras paseaba por la ciu
dad encontró a un orfebre, a quien preguntó si te
nía alguna cosa de nuevo. El orfebre le respondió
que tenía una medalla de Julio César. Interrogado
acerca del precio, le pidió cuatro escudos, los cua
les Peiresc le entregó, viendo así realizado su
sueño.
Cuando Amílcar, general de los cartagineses, si
tió Siracusa, mientras dormía le pareció oír una
voz que le decía que cenaría en dicha ciudad al
día siguiente. Al despertar ordenó el asalto, espe
rando hacerse dueño de la ciudad para cenar en
ella, según el oráculo del sueño; efectivamente,
cenó en ella, pero como cautivo y no como vence
dor, pues fue hecho prisionero durante el com
bate.
Habiendo entrado la peste en el ejército de Car
los V, dicho príncipe oyó en un sueño que el me-
jor remedio consistía en la cocción de una especie
de cardo que crece en las montañas, y que luego
fue conocido con el nombre de cardo carolino. Su
ministró este remedio al ejército y lo salvó.
En 1668, Luís XIV combatió en sueños a un león
enorme y lo derribó. Poco después, y en el espacio
de dos meses, conquistaba el Franco Condado.
Un médico griego, tras soñar que le prohibía a
otro tomar en matrimonio a una mujer romana,
casó él con una que le ocasionó grandes perjui
cios.
Durante la noche que precedió a su asesinato
por Ravaillac, Enrique IV vio en sueños un arco
iris encima de su cabeza, lo cual pronostica una
muerte violenta.
Un joven de Dordrecht, en Holanda, tras haber
disipado la totalidad de sus bienes no sabía qué
hace para vivir. Como a menudo soñaba con su
mala conducta, tuvo una vez un sueño singular:
soñó que, paseándose solo por los alrededores de
la ciudad, fue abordado por un hombre, quien le
dijo que conocía la mala situación en la cual se
encontraba, pero que si se decidía a seguir su con
sejo, él le proporcionaría un medio para salir de
sus apuros; que para ello debería trasladarse a
Kemper y que en dicha ciudad encontraría la so
lución a sus penas, sin especificarle nada más. El
joven, así que despertó, el sueño y el viejo acu
dieron a su memoria, y aun cuando no tenía de
masiada confianza en la predicción, tomó el parti
do de dirigirse a dicha ciudad. Al llegar a Kemper,
no sabiendo a quien dirigirse y no conociendo a
nadie, comenzaba a arrepentirse de su viaje, cuan
do fue abordado por un hombre, quien le pregun
tó la causa de la pena que manifestaba su ros
tro. El joven, aunque avergonzado, le contó la
historia del sueño; a lo que el otro le respondió
que debía tener fe en las ideas que cruzan por
nuestra imaginación, y que se dirigiese a Dor
drecht, donde podría arreglar sus asuntos; que en
esta ciudad debería buscar un jardín donde halla
ría un tesoro escondido bajo un rosal silvestre;
y cuando le indicó el lugar donde se encontraba
la casa, el joven reconoció que se trataba de la
suya, la única que le quedaba de su padre, quien
asimismo estaba con algunas deudas.
No aparentó creer todo cuanto le dijo aquel
hombre, pero elogió su modo de pensar y, cam
biando de propósito, se retiró, tras haberle agra
decido sus consejos. No bien llegó a su ciudad,
practicó un agujero en el jardín, bajo el rosal,
donde, en efecto, encontró una gran suma que
le sirvió para pagar todas sus deudas y recu
perar todos los bienes que había perdido.
Maldonat, jesuíta, tras haber tomado la deter
minación de trabajar en un comentario sobre los
cuatro evangelistas, durante algunas noches creyó
ver a un hombre quien le indicó que terminara
pronto su obra, y le aseguró que la concluiría,
pero que sobreviviría pocos días a su conclusión.
Al propio tiempo, este hombre le señalaba un de
terminado lugar del vientre, y fue allí donde Mal
donat experimentó los vivos dolores, de los cuales
murió poco tiempo después de haber acabado su
obra.
El padre Spinola, misionero en el Japón, antes
de ser arrestado por orden gubernativa, a cosa de
media noche soñó que los ladrones habían entra
do en su habitación. El padre d’Orleans afirma que
se trataba de una advertencia de lo que le so
brevino media hora después.
El copero del rey Faraón, estando prisionero,
durante una noche soñó una viña con tres cepas,
las cuales echaban botones poco a poco, que flore
cían y producían uvas maduras. También le pa
reció que la copa del rey se hallaba en sus manos,
que prensaba las uvas y hacía salir su licor, el
cual presentaba al monarca.
José interpretó este sueño, y dijo que las tres
cepas eran los tres días que el copero debería
permanecer en la cárcel, pasados los cuales Fa
raón se acordaría de él y le rehabilitaría en su
cargo; lo cual no dejó de ocurrir.
El panadero del mismo rey, estando prisionero
al mismo tiempo, soñó que llevaba tres cestas de
harina en la cabeza; que en la más alta había unos
panes con carne, bien preparados, y que los pá
jaros se los comían. José le explicó igualmente di
cho sueño y le dijo que las cestas eran los días,
al cabo de los cuales el rey Faraón mandaría
ahorcar al pobre panadero, lo cual acaeció tai
como fue predicho.
Poco tiempo más tarde, el mismo Faraón soñó
que estaba de pie en un río, donde se encontra
ban siete vacas hermosas y gordas, las cuales fue
ron devoradas por siete vacas feas y flacas. En la
misma noche creyó ver siete espigas de trigo
llenas de granos, las cuales fueron devoradas por
siete espigas secas y estériles. José interpretó que
las siete vacas gordas y las siete espigas llenas
de trigo significaban siete años de abundancia en
el reino de Egipto, y que las siete vacas magras
y las malas espigas indicaban siete años de este
rilidad y de hambre, durante los cuales se come
ría todo aquello que se hubiese amasado en el
transcurso de los siete años de abundancia, lo
cual ocurrió como había sido explicado.
Un hombre que no sabía una palabra de griego,
fue a ver a Saumaise, padre, quien era consejero
en el parlamento de Dijon, y le citó unas palabras
que había oído la noche anterior durante el sueño,
las cuales había escrito en caracteres franceses al
despertar. Le preguntó a Saumaise si sabía lo que
significaban, y Saumaise le respondió que aquello
significaba: Vete, ¿no temes a la muerte que te
amenaza? El hombre abandonó su casa, la cual se
derrumbó a la noche siguiente.
Andró Pujón, de la alta Auvernia, yendo a París
pasó por Riom. Allí soñó que el anagrama de su
nombre estaba colgado en Riom. En efecto, al día
siguiente se suscitó una discusión entre un hom
bre de la posada donde se hospedaba, y él mató
a su enemigo; a los ocho días era detenido cerca
de Riom.
INDICE
Prólogo................................................................. 5
Significado de las cartas.........................................11
Días afortunados y desgraciados de la Luna
acerca de la exposición y el significado de
los sueños concordados con el día del naci
miento ............................................................... 18
Sistema de conocer las inclinaciones de los
hombres y las mujeres por medio de los ca
bellos ............................................................... 19
Prefacio.......................................................................21
Tabla de los días afortunados y desgraciados
para facilitar la interpretación de los sueños. 24
Preámbulo. — Las horas del día y de la noche
en los días de la semana. — Conocimientos
indispensables para poder interpretar correc
tamente los sueños......................................... 25
Influencias generales de cada uno de los pla
netas ................................................................... 29
Influencias particulares de los planetas ... 30
Los horóscopos. — Libra. — Escorpión. — Sa
gitario. — Capricornio. — Acuario. — Piscis.
— Aries. — Tauro. — Géminis. — Cáncer. —
Leo. — Virgo..........................................................33
Diccionario completo y explicativo de los
sueños............................................................... 43
Arte de juzgar a las personas según su fiso
nomía ......................................................... 187
La mímica según Lavater o el arte de juzgar a
las personas por sus gestos y actitudes . .197
De las ciencias ocultas y de los brujos .... 207
De la magia............................................................ 211
Medios de predicción. — Oráculos. — Sibilas.
— Seres fantásticos. — Duendes y trasgos. —
Diablillos. — Hadas o damas blancas. — Ge
nios. — Duendes nocturnos con aspecto de
lobos. — Aparecidos y espectros. — Vam
piros ..................................................................... 213
División de las ciencias ocultas......................... 221
Anécdotas históricas sobre los sueños . . . 231