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PSICOPATOLOGÍA II

Tema: Caso 2

Integrantes:

● Ximena Cataldy Apaza


● Carmen Jessy Cuiza Gonzales
● Esmeralda Belen Fuentes Cruz
● Natalia Angela Raquel Terán Aliaga
● Jhessica Jheymi Vallejos Choque

Docente: Sonia Paz Rada

Carrera: Psicología

Semestre: Quinto

La Paz – Bolivia

2021
1. Desglose del CASO 2
La paciente es un ama de casa de 70 años de edad con dos hijos adultos.

1.1. Motivo de consulta: La paciente siempre había sido siempre una persona muy
ordenada, por lo tanto cuando comenzó a olvidarse cosas elementales, su
esposo comenzó a preocuparse. La llevó al médico de familia quien la derivó al
servicio de psiquiatría de un hospital general para su examen. Según su
marido, los problemas de memoria se hicieron evidentes cuando la paciente se
quejaba de que no podía recordar algunos nombres. Su esposo notó que a
veces era incapaz de acordarse de cosas que habían sucedido el día anterior.
Debido a que cada vez su problema progresaba más, tenía dificultad para
calcular el dinero al ir de compras, y a menudo volvía sin las cosas que
necesitaba. Siempre había estado orgullosa de su forma de cocinar pero ahora
arruinaba la comida. Cada vez que cocinaba, le ponía demasiada sal o no la
salaba. Se olvidaba también de apagar la cocina o dejar la canilla abierta.
Durante los doce meses anteriores a la consulta no había podido hacer las
tareas del hogar sin ayuda de su marido. Consultó a su médico familiar varias
veces y éste le recetó fármacos neurotróficos, sin resultados aparentes.

1.2. Antecedentes: La paciente vivía con su esposo, un maestro jubilado de 72


años. Ella también había sido maestra pero dejó de ejercer cuando nació su
primer hijo y nunca más volvió a trabajar. Su esposo la describió como una
persona serena, sociable y jovial. No había habido mayores problemas en el
matrimonio o con los hijos, sin embargo, en los meses anteriores a la consulta,
su esposa se había vuelto retraída, apática irritable y un poco recelosa. El
padre de la paciente falleció en una institución para enfermos mentales, en la
cual había sido internado a los 75 años por “arterioesclerosis”.

1.3. Datos actuales: Al ser examinada la paciente se presenta algo desprolija.


Lúcida, pero notoriamente ansiosa y suspicaz. Desorientada en tiempo y
espacio. Recordaba los nombres de sus hijos pero no sus edades o fechas de
nacimiento. Tampoco podía recordar la suya propia ni sabía el nombre del
presidente de su país. Su lenguaje era bien articulado pero lento, y poco
preciso. Tenía dificultad para encontrar las palabras para expresarse. No podía
recordar tres objetos después de un intervalo de cinco minutos. No pudo copiar
un cubo y fracasó completamente al copiar la figura del “Rey”. Realizaba
cálculos con mucha dificultad y no podía contar hacia atrás. Entendía los
refranes sólo en forma literal, y no podía detectar el error de lógica en la
“historia del tren” (en esta historia, se le dice al paciente que casi todos los
accidentes ocurren en el último vagón, por eso se decidió sacarlo). Era incapaz
de advertir la naturaleza del problema. No se detectaron anomalías en el
examen físico y neurológico. Su presión arterial era normal para su edad.
Todos los análisis de laboratorio dieron negativos, pero una tomografía
computada mostró una marcada atrofia cortical.
2. Diagnóstico presuntivo: Demencia en la enfermedad de
Alzheimer diagnóstico según el CIE-10
2.1. CDI-. O Criterios generales para la demencia

G 1. Existen pruebas de cada uno de los siguientes síntomas:

1. Deterioro de la memoria evidente sobre todo para el aprendizaje de nueva información,


aunque en los casos más graves también puede afectarse la evocación de información
previamente aprendida. La alteración incluye tanto al material verbal como al no verbal.
El deterioro debe ser objetivable y no ha de basarse sólo en quejas subjetivas, para lo
cual se necesita obtener información anamnésica de terceras personas o recurrir a test
neuropsicológicos. La gravedad del deterioro, con afectación leve como umbral para el
diagnóstico, debe ser valorada de la siguiente forma:

● Leve: El grado de pérdida de memoria es suficiente para interferir con las


actividades cotidianas, aunque no tan grave como para ser incompatible con una
vida independiente. La principal función afectada es el aprendizaje de material
nuevo. Por ejemplo, el individuo tiene dificultad para el registro, almacenaje y
evocación de elementos de la vida diaria, tales como los lugares donde deja sus
pertenencias, las citas y los compromisos sociales, o para la información
recientemente proporcionada por los familiares.

● Moderado: El grado de pérdida de memoria representa una dificultad seria para la


vida independiente. Sólo se retiene el material muy bien aprendido o de carácter
muy familiar. La información nueva es retenida sólo de forma ocasional y muy breve.
El individuo es incapaz de evocar información básica sobre su lugar de residencia,
actividades recientes o nombres de personas allegadas.

● Grave: El grado de pérdida de memoria se caracteriza por la incapacidad completa


de retener nueva información. Sólo persisten fragmentos aislados de información
previamente aprendida. El individuo fracasa incluso al intentar reconocer a los
familiares cercanos.

2. Déficit en otras habilidades cognoscitivas caracterizado por un deterioro en el juicio y


pensamiento, tales como la planificación y organización, y en el procesamiento general
de la información. Las pruebas de esto deberían obtenerse preferiblemente de un
informador y, si es posible, completarse mediante exámenes neuropsicológicos o
valoraciones objetivas cuantificadas. Debe verificarse la relación del deterioro con un
nivel alto previo de funcionamiento. La gravedad del deterioro intelectual, con afectación
leve como umbral para el diagnóstico, debe ser valorada de la siguiente fonna:

● Leve: El déficit de las capacidades cognoscitivas interfiere con los rendimientos y


actividades de la vida diaria, sin llegar al extremo de hacer al individuo dependiente
de los demás. Las tareas diarias más complicadas y algunas actividades recreativas
no pueden ser realizadas.

● Moderado: El déficit de las capacidades cognoscitivas hace al individuo incapaz de


manejarse sin la asistencia de otros en la vida cotidiana, incluyendo actividades
como la compra y el manejo de dinero. En la casa sólo pueden llevar a cabo las
tareas más simples. El interés por las cosas y actividades es muy reducido o
inconstante.

● Grave: El déficit se caracteriza por la ausencia, real o virtual, de ideación inteligible.


La gravedad global de la demencia se expresa con el nivel de deterioro más
elevado, ya sea de memoria o de inteligencia (por ejemplo, una alteración leve de
memoria y moderada de la capacidad intelectual indica que es una demencia de
gravedad moderada).

02. Conciencia del entorno [ausencia de obnubilación de la conciencia (como se define en


FOS - criterio A) durante un período de tiempo suficientemente largo, que permita la
inequívoca demostración de los síntomas del criterio 01]. Cuando se presenten
episodios de delirium superpuestos, el diagnóstico de demencia debe ser aplazado.

03. Deterioro del control emocional, motivación o un cambio en el comportamiento social


que se manifiesta al menos por uno de los siguientes:

● Labilidad emocional.

● Irritabilidad.

● Apatía.

● Embrutecimiento en el comportamiento social.

04. Para que el diagnóstico clínico sea seguro, los síntomas del criterio 01 deben haberse
presentado al menos durante seis meses. Si el período transcurrido desde el inicio de la
enfermedad es más corto, el diagnóstico sólo puede ser provisional

2.2. Demencia en la enfermedad de Alzheimer de inicio tardio (G30.1)

Demencia en la enfermedad de Alzheimer que se inicia después de los 65 años,


normalmente hacia finales de los 70 o más tarde, con una progresión lenta y con deterioro
de la memoria como rasgo principal.

● Enfermedad de Alzheimer tipo 1.

● Demencia senil de tipo Alzheimer.

● Demencia degenerativa primaria de tipo Alzheimer, senil. CDI-Lo

1. Deben cumplirse los criterios de demencia en la enfermedad de Alzheimer (FOO) y la


edad de inicio debe ser de 65 o más años.

2. Además, se requiere que esté presente alguna de las siguientes circunstancias:

a) Pruebas de inicio y progresión muy lentos y graduales (el grado de progresión sólo
puede conocerse retrospectivamente tras el curso de tres o más años).

b) Predominio de deterioro de la memoria G 1.1 sobre el de deterioro intelectual G1.2 (ver


los criterios generales de demencia).Presuntivo diagnóstico según el Dsm-IV.
3. Diagnóstico presuntivo: Demencia en la enfermedad de
Alzheimer diagnóstico según el DSM-IV

3.1. Criterios diagnósticos DSM-IV de demencia tipo


Alzheimer

A. Desarrollo de múltiples déficit cognitivos que se manifiesta por ambos:

1. Deterioro de la memoria (deterioro de la capacidad para aprender nueva información o


recordar información aprendida previamente).

2. Una (o más) de las siguientes alteraciones cognitivas:

a) Afasia (alteración del lenguaje).

b) Apraxia (deterioro de la capacidad para llevar a cabo actividades motoras, a


pesar de que la función motora está intacta).

c) Agnosia (fallo en el reconocimiento o identificación de objetos, a pesar de que la


función sensorial está intacta).

d) Alteración de la ejecución (p. ej., planificación, organización, secuenciación y


abstracción).

B. Los déficit cognoscitivos en cada uno de los criterios A1 y A2 provocan:

1. Un deterioro significativo de la actividad laboral o social, y

2. Representan una merma importante del nivel previo de actividad.

C. El curso se caracteriza por un inicio gradual y un deterioro cognitivo continuo.

D. Los déficit cognitivos de los criterios A1 y A2 no se deben a ninguno de los siguientes


factores:

1. Otras enfermedades del sistema nervioso central que provocan déficit de


memoria y cognitivos (p. ej., enfermedad cerebrovascular, enfermedad de
Parkinson, corea de Huntington, hematoma subdural, hidrocefalia crónica del
adulto, tumor cerebral).

2. Enfermedades sistémicas que pueden provocar demencia (p. ej., hipotiroidismo,


deficiencia de ácido fólico, vitamina B12 y niacina, hipercalcemia, neurosífilis,
infección por VIH).

3. Enfermedades inducidas por abuso de sustancias.

E. Los déficit no aparecen exclusivamente en el transcurso de un delírium.

F. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno del eje I (p. ej.,
trastorno depresivo mayor, esquizofrenia)
3.2. F00.1 Demencia tipo Alzheimer, de inicio tardío
Su inicio es después de los 65 años

Con delirium: si el delirium se sobre añade a la demencia

Con ideas delirantes: si las ideas delirantes son el síntoma predominante

Con estado de ánimo depresivo: si el estado de ánimo depresivo es predominante


(incluyendo los cuadros clínicos que cumplen todos los criterios para un episodio
depresivo mayor). No debe realizarse el diagnóstico por separado de trastorno
del estado de ánimo debido a enfermedad médica

No complicado: si ninguno de los antes mencionados predomina en el cuadro


clínico actual

Especificar si: Con trastorno de comportamiento.

4. Posibles tratamientos
El Alzheimer es la enfermedad neurodegenerativa que provoca los síntomas de demencia
de forma más frecuente, en el 60% de los casos. Es irreversible, pero aunque no se
puede frenar el deterioro cognitivo que avanza de forma progresiva, existen
cuidados paliativos que contribuyen a garantizar y mantener las capacidades del
paciente el máximo de tiempo posible.

● Estimulación cognitiva
Es un conjunto de varias técnicas que se centran en mantener y optimizar el funcionamiento
de las capacidades cognitivas, así como de enlentecer su deterioro, trabajando áreas como
la memoria, el cálculo, la percepción, la atención o el lenguaje. Aunque también están
pensadas para recuperar capacidades originales, cuando se aplican para tratar el Alzheimer
se encaminan más al desarrollo de estrategias compensatorias, que sirvan como vía
alternativa de las funciones perdidas. Varias investigaciones demuestran que a pesar de la
demencia, los enfermos conservan algo de capacidad de aprendizaje (plasticidad cerebral)
que mejora o se deteriora menos gracias a la estimulación cognitiva. Los recursos en esta
terapia son muchos y variados, desde puzles, juegos, crucigramas y hojas de cálculo, hasta
la utilización de los recuerdos para trabajar la memoria, o de la logopedia para mejorar el
lenguaje.
● Orientación a la realidad
Esta terapia tiene un carácter muy práctico y está dirigida principalmente a conseguir que el
paciente mantenga el conocimiento sobre sí mismo y sobre el medio que le rodea durante el
mayor periodo de tiempo posible, reduciendo así el malestar derivado de la confusión sobre
quién es, dónde se encuentra y en qué momento. También incluye técnicas diversas y con
ellas se trabaja la orientación temporal, la espacial y la personal. En la primera se sitúa en
las horas, días, meses o estaciones del año, mediante calendarios, relojes, deduciendo a
través del clima, etc. En la segunda la prioridad es distinguir dónde se encuentra,
especialmente cuando se pasa la mayor parte del tiempo fuera de casa, en un centro de día
o en una residencia de mayores. La orientación personal se centra en que el enfermo
refresque la información sobre su identidad, su experiencia vital y las personas de su
entorno.
● Fisioterapia y ejercicio terapéutico
El ejercicio físico nos beneficia a todos, y particularmente a las personas que padecen
Alzheimer, ayudándolas a dormir mejor, mejorar el estado de ánimo, mantener la movilidad,
los reflejos, el equilibrio y la coordinación, mientras socializan con diferentes grupos. A esto
se unen ventajas comunes del ejercicio terapéutico como pueden ser mejorar la salud
cardiovascular, evitar dolores de espalda, etc. A medida que avanza el deterioro cognitivo
las actividades se van simplificando, pero la fisioterapia resulta útil incluso en las fases más
severas, a través de masajes, fomentando el movimiento pasivo o facilitando los cambios
posturales.
● Terapia ocupacional
Pasamos la mayor parte de nuestra vida realizando todo tipo de actividades que requieren
habilidades manuales y cognitivas, no sólo para percibir un sueldo, también como
entretenimiento, aprendizaje, relajación, etc. Continuar con alguna de estas labores como
tratamiento de las personas con demencia es una forma de fomentar su relación con el
entorno, y proporcionarles motivación e ilusión por el día a día. A través de tareas sencillas,
se promueve que el paciente utilice las capacidades que todavía no han desaparecido del
todo, y aunque es preferible elegir aquellas actividades afines o para las que siempre ha
tenido una cierta facilidad (jardinería, costura, cocina, carpintería…), se busca una forma
alternativa para ponerlas en práctica, acorde a su momento actual.
● Terapia con perros (Canoterapia)
Como ya habíamos comentado, el tratamiento con perros produce en los enfermos de
Alzheimer mejoras en el plano físico, social, emocional y cognitivo, repercutiendo de forma
positiva en su estado de ánimo, motivación y movilidad general. Recordar el nombre de la
mascota, darle de comer, pasearla, cepillarle el pelo, disfrutar de su compañía y de su
afecto, son actos que benefician al paciente, tanto en su motricidad como en su memoria,
especialmente si siempre ha sido una persona amante de los animales, ya que el afecto que
desarrollan por ellos también contribuye a suplir pérdidas o carencias sociales.
● Musicoterapia
Cuando las capacidades cognitivas se ven afectadas la música muchas veces sigue siendo
un excelente medio para comunicarse y dejar salir la creatividad y las emociones, incluso
cuando existen dificultades severas en el lenguaje. Actualmente se utiliza con éxito para
tratar personas con Alzheimer, demencia, Parkinson, autismo o enfermedades psiquiátricas.
Se ha demostrado que la musicoterapia estimula diferentes áreas de la memoria, contribuye
a incrementar la autoestima, sirve como método de contacto con la realidad y es una base
sólida para formar nuevas relaciones sociales. También se utiliza para evocar recuerdos o
sensaciones agradables y en definitiva generar un profundo bienestar en los pacientes.
● Estimulación multisensorial
La estimulación multisensorial se realiza en una sala preparada para ello, denominada sala
o espacio snoezelen, en la que encontramos material técnicamente preparado para
estimular de forma controlada nuestros órganos sensoriales: ojos, nariz, boca, piel y oídos.
Este modelo importado de Holanda (de ahí su nombre) permite a los pacientes de
Alzheimer disfrutar de la estimulación de los sentidos, a la vez que se relajan en un
ambiente seguro y muy agradable. En la sala podemos encontrar pintura fluorescente,
luces, música, sonidos de la naturaleza, peluches, texturas, piscinas de bolas o columpios y
tumbonas, entre otros elementos. La Universidad Ramón Llull y Sanitas Mayores investigan
actualmente sobre los beneficios principales que producen este tipo de espacios, apostando
por los avances en atención gerontológica, un elemento clave para seguir progresando en la
atención de los mayores con demencia. Todas estas terapias se presentan como
complementarias a los tratamientos convencionales y deben aplicarse de forma
personalizada en función del avance de la enfermedad y las características y circunstancias
personales de cada paciente. También hay otras muchas formas de fomentar el cuidado
activo de los mayores con Alzheimer, y proporcionarles apoyo y bienestar a través de los
tratamientos no farmacológicos. Con la ayuda de especialistas y cuidadores, podremos
encontrar las más adecuadas.

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