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Tema: Caso 2
Integrantes:
Carrera: Psicología
Semestre: Quinto
La Paz – Bolivia
2021
1. Desglose del CASO 2
La paciente es un ama de casa de 70 años de edad con dos hijos adultos.
1.1. Motivo de consulta: La paciente siempre había sido siempre una persona muy
ordenada, por lo tanto cuando comenzó a olvidarse cosas elementales, su
esposo comenzó a preocuparse. La llevó al médico de familia quien la derivó al
servicio de psiquiatría de un hospital general para su examen. Según su
marido, los problemas de memoria se hicieron evidentes cuando la paciente se
quejaba de que no podía recordar algunos nombres. Su esposo notó que a
veces era incapaz de acordarse de cosas que habían sucedido el día anterior.
Debido a que cada vez su problema progresaba más, tenía dificultad para
calcular el dinero al ir de compras, y a menudo volvía sin las cosas que
necesitaba. Siempre había estado orgullosa de su forma de cocinar pero ahora
arruinaba la comida. Cada vez que cocinaba, le ponía demasiada sal o no la
salaba. Se olvidaba también de apagar la cocina o dejar la canilla abierta.
Durante los doce meses anteriores a la consulta no había podido hacer las
tareas del hogar sin ayuda de su marido. Consultó a su médico familiar varias
veces y éste le recetó fármacos neurotróficos, sin resultados aparentes.
● Labilidad emocional.
● Irritabilidad.
● Apatía.
04. Para que el diagnóstico clínico sea seguro, los síntomas del criterio 01 deben haberse
presentado al menos durante seis meses. Si el período transcurrido desde el inicio de la
enfermedad es más corto, el diagnóstico sólo puede ser provisional
a) Pruebas de inicio y progresión muy lentos y graduales (el grado de progresión sólo
puede conocerse retrospectivamente tras el curso de tres o más años).
F. La alteración no se explica mejor por la presencia de otro trastorno del eje I (p. ej.,
trastorno depresivo mayor, esquizofrenia)
3.2. F00.1 Demencia tipo Alzheimer, de inicio tardío
Su inicio es después de los 65 años
4. Posibles tratamientos
El Alzheimer es la enfermedad neurodegenerativa que provoca los síntomas de demencia
de forma más frecuente, en el 60% de los casos. Es irreversible, pero aunque no se
puede frenar el deterioro cognitivo que avanza de forma progresiva, existen
cuidados paliativos que contribuyen a garantizar y mantener las capacidades del
paciente el máximo de tiempo posible.
● Estimulación cognitiva
Es un conjunto de varias técnicas que se centran en mantener y optimizar el funcionamiento
de las capacidades cognitivas, así como de enlentecer su deterioro, trabajando áreas como
la memoria, el cálculo, la percepción, la atención o el lenguaje. Aunque también están
pensadas para recuperar capacidades originales, cuando se aplican para tratar el Alzheimer
se encaminan más al desarrollo de estrategias compensatorias, que sirvan como vía
alternativa de las funciones perdidas. Varias investigaciones demuestran que a pesar de la
demencia, los enfermos conservan algo de capacidad de aprendizaje (plasticidad cerebral)
que mejora o se deteriora menos gracias a la estimulación cognitiva. Los recursos en esta
terapia son muchos y variados, desde puzles, juegos, crucigramas y hojas de cálculo, hasta
la utilización de los recuerdos para trabajar la memoria, o de la logopedia para mejorar el
lenguaje.
● Orientación a la realidad
Esta terapia tiene un carácter muy práctico y está dirigida principalmente a conseguir que el
paciente mantenga el conocimiento sobre sí mismo y sobre el medio que le rodea durante el
mayor periodo de tiempo posible, reduciendo así el malestar derivado de la confusión sobre
quién es, dónde se encuentra y en qué momento. También incluye técnicas diversas y con
ellas se trabaja la orientación temporal, la espacial y la personal. En la primera se sitúa en
las horas, días, meses o estaciones del año, mediante calendarios, relojes, deduciendo a
través del clima, etc. En la segunda la prioridad es distinguir dónde se encuentra,
especialmente cuando se pasa la mayor parte del tiempo fuera de casa, en un centro de día
o en una residencia de mayores. La orientación personal se centra en que el enfermo
refresque la información sobre su identidad, su experiencia vital y las personas de su
entorno.
● Fisioterapia y ejercicio terapéutico
El ejercicio físico nos beneficia a todos, y particularmente a las personas que padecen
Alzheimer, ayudándolas a dormir mejor, mejorar el estado de ánimo, mantener la movilidad,
los reflejos, el equilibrio y la coordinación, mientras socializan con diferentes grupos. A esto
se unen ventajas comunes del ejercicio terapéutico como pueden ser mejorar la salud
cardiovascular, evitar dolores de espalda, etc. A medida que avanza el deterioro cognitivo
las actividades se van simplificando, pero la fisioterapia resulta útil incluso en las fases más
severas, a través de masajes, fomentando el movimiento pasivo o facilitando los cambios
posturales.
● Terapia ocupacional
Pasamos la mayor parte de nuestra vida realizando todo tipo de actividades que requieren
habilidades manuales y cognitivas, no sólo para percibir un sueldo, también como
entretenimiento, aprendizaje, relajación, etc. Continuar con alguna de estas labores como
tratamiento de las personas con demencia es una forma de fomentar su relación con el
entorno, y proporcionarles motivación e ilusión por el día a día. A través de tareas sencillas,
se promueve que el paciente utilice las capacidades que todavía no han desaparecido del
todo, y aunque es preferible elegir aquellas actividades afines o para las que siempre ha
tenido una cierta facilidad (jardinería, costura, cocina, carpintería…), se busca una forma
alternativa para ponerlas en práctica, acorde a su momento actual.
● Terapia con perros (Canoterapia)
Como ya habíamos comentado, el tratamiento con perros produce en los enfermos de
Alzheimer mejoras en el plano físico, social, emocional y cognitivo, repercutiendo de forma
positiva en su estado de ánimo, motivación y movilidad general. Recordar el nombre de la
mascota, darle de comer, pasearla, cepillarle el pelo, disfrutar de su compañía y de su
afecto, son actos que benefician al paciente, tanto en su motricidad como en su memoria,
especialmente si siempre ha sido una persona amante de los animales, ya que el afecto que
desarrollan por ellos también contribuye a suplir pérdidas o carencias sociales.
● Musicoterapia
Cuando las capacidades cognitivas se ven afectadas la música muchas veces sigue siendo
un excelente medio para comunicarse y dejar salir la creatividad y las emociones, incluso
cuando existen dificultades severas en el lenguaje. Actualmente se utiliza con éxito para
tratar personas con Alzheimer, demencia, Parkinson, autismo o enfermedades psiquiátricas.
Se ha demostrado que la musicoterapia estimula diferentes áreas de la memoria, contribuye
a incrementar la autoestima, sirve como método de contacto con la realidad y es una base
sólida para formar nuevas relaciones sociales. También se utiliza para evocar recuerdos o
sensaciones agradables y en definitiva generar un profundo bienestar en los pacientes.
● Estimulación multisensorial
La estimulación multisensorial se realiza en una sala preparada para ello, denominada sala
o espacio snoezelen, en la que encontramos material técnicamente preparado para
estimular de forma controlada nuestros órganos sensoriales: ojos, nariz, boca, piel y oídos.
Este modelo importado de Holanda (de ahí su nombre) permite a los pacientes de
Alzheimer disfrutar de la estimulación de los sentidos, a la vez que se relajan en un
ambiente seguro y muy agradable. En la sala podemos encontrar pintura fluorescente,
luces, música, sonidos de la naturaleza, peluches, texturas, piscinas de bolas o columpios y
tumbonas, entre otros elementos. La Universidad Ramón Llull y Sanitas Mayores investigan
actualmente sobre los beneficios principales que producen este tipo de espacios, apostando
por los avances en atención gerontológica, un elemento clave para seguir progresando en la
atención de los mayores con demencia. Todas estas terapias se presentan como
complementarias a los tratamientos convencionales y deben aplicarse de forma
personalizada en función del avance de la enfermedad y las características y circunstancias
personales de cada paciente. También hay otras muchas formas de fomentar el cuidado
activo de los mayores con Alzheimer, y proporcionarles apoyo y bienestar a través de los
tratamientos no farmacológicos. Con la ayuda de especialistas y cuidadores, podremos
encontrar las más adecuadas.