Está en la página 1de 3

Misión de la teología: hablar sobre la gracia y dejar que la gracia hable

Leonardo BOFF*

1. SIGNIFICADO DE LA PALABRA «GRACIA» Jesús es la salvación para todos los hombres (Tit
2,11); en él «se hizo visible la bondad de Dios y su
El término «gracia» intenta traducir la experien-
amor por los hombres» (Tit 3,4). El mismo Dios
cia cristiana más originaria y original: la experiencia
puede definirse como «gracia», ya que es siempre
de Dios, por un lado, cuya simpatía y amor hacia
comunicación, éxodo, amor y simpatía para con
los hombres son tales que llega a darse a ellos; por
otros diferentes de él. No se trata de una cualidad
otro, la experiencia del hombre, capaz de dejarse
de Dios, sino de la esencia –divinitas– de Dios mis-
amar por Dios, abriéndose él también al amor y al
mo. Dios no tiene gracia. Es gracia.
diálogo filial. El resultado de tal encuentro es la be-
lleza, gratuidad y bondad que se reflejan en toda la El hombre, a su vez, en cuanto persona, es cons-
creación y, por modo especial, en el hombre y en su titutivamente un ser relacional, abierto a un poder-
historia. El hombre es bueno, agraciado, agradeci- ser, estructurado no simplemente como un ser-ahí
do, noble, cor-dial, miseri-cor-dioso, porque ha sido u objeto, sino como ex-sistencia; por eso vive siem-
visitado por un Dios magnífico, miseri-cor-dioso, pre un encuentro con lo diverso de sí mismo. Es
cor-dial, benévolo, atrayente y bueno que le hizo ser siempre un más. De ahí que la gracia constituya su
lo que es. La gracia significa la presencia de Dios en entorno supremo, si se entiende por gracia el en-
el mundo y en el hombre. Y cuando Dios se hace cuentro y la dimensión de apertura y comunión sin
presente, el que estaba enfermo queda sano; el caí- límites. El hombre vive en la atmósfera de lo divino,
do se levanta; el pecador queda rehabilitado; el si lo divino consiste en la plena comunión y auto-
muerto retorna a la vida; el oprimido experimenta la donación. Sólo en lo divino es el hombre plenamen-
libertad y el desesperado siente protección y con- te hombre. Sólo en la gracia, en lo que es más que
suelo. él, se constituye el hombre como ser humano. De
ahí que el hombre sea siempre más que «hombre»,
Gracia significa también apertura del hombre a
es decir, más de lo que podemos decir, analizar,
Dios, capacidad de relacionarse con el Infinito y de
comprender, definir y sistematizar sobre el hombre.
establecer un diálogo que conquista progresivamen-
te su humanidad y lo premia con la deificación. Cuando se habla de gracia se intenta expresar
ese fenómeno que, según se infiere de lo dicho,
Gracia es siempre encuentro, en una extrapola-
rompe todas las barreras de lo que nosotros deno-
ción de Dios, que se da al hombre, y del hombre,
minamos realidades, dimensiones, mundos. La gra-
que se da a Dios. La gracia es, por naturaleza, rup-
cia instaura un mundo único donde se encuentran
tura de mundos cerrados sobre sí mismos, relación,
los opuestos: Dios-hombre, criatura-Creador. Gra-
éxodo y comunión, encuentro y diálogo, apertura y
cia es la unidad y la reconciliación. Gracia es, pues,
salida, historia de dos libertades y encrucijada de
sinónimo de salvación, de unión perfecta entre el
dos amores.
hombre y Dios.
Por eso la gracia habla de reconciliación entre el
cielo y la tierra, entre Dios y el hombre, entre el
tiempo y la eternidad. La gracia es más que el tiem- 2. GRACIA Y «DES-GRACIA»
po, más que el hombre, más que la historia. Es
La gracia es encuentro, apertura, salida, libertad
siempre ese más que tiene lugar, en una gratuidad
en acto; pero va siempre acompañada de una ame-
inesperada e insospechada. Como decía admirable-
naza, que significa des-gracia. Puede darse el des-
mente Leonardo Coimbra, «la gracia es siempre un
encuentro, la clausura, el rechazo del diálogo, el en-
exceso sobre la utilidad del instante, sobre el límite
si-mismamiento. Gracia y des-gracia son posibilida-
de la forma; un exceso sobre todo tiempo, sobre to-
des para la libertad humana. Ese es el misterio de
do espacio, sobre toda forma y toda vida»1.
la creación. Misterio absoluto e indescifrable para la
Dios Padre se autorrealiza incesantemente y por razón. La gracia da a todo su sentido pleno. Es la
toda la eternidad como misterio que se autodona luz que ilumina y aclara todo. La des-gracia es el
como Hijo y como Espíritu Santo. Al crear el mundo absurdo absoluto. Es la carencia de toda luz. Es
prolonga su comunicación y donación en formas pura tiniebla. Carece de toda racionalidad: no existe
mundanas. Y, después de crear el mundo, penetra razón lógica para la des-gracia y el pecado. Por eso
más hondamente en él con una inesperada super- el pecado no puede entenderse de ninguna manera.
abundancia de amor y autodonación, haciéndose él Sólo puede cometerse. Es un hecho bruto que se
mismo mundo y llamándose Cristo Jesús. Cristo
2 HABLAR SOBRE LA GRACIA Y DEJAR QUE LA GRACIA HABLE

impone simplemente como absurdo. Y, sin embargo, dentro de la comunidad de fe: reflexionar sobre la
existe como hecho y como experiencia. experiencia de la gracia que se está realizando hoy
en el mundo y en la Iglesia. La teología prolonga así
Para el ser creado, la gracia va unida a la posibi-
una experiencia que se da constantemente en la
lidad de la des-gracia. De ahí que el hombre sea
Iglesia y en el mundo y crea un lenguaje que expre-
siempre un ser amenazado, expuesto a ser des-
sa con viveza dicha experiencia.
graciado. La historia, como historia del pecado y de
los mecanismos de destrucción, como historia de la De ahí que haya un segundo modo de abordar el
fealdad y de la malicia, de la violencia, de la inhu- tema de la gracia: consiste en articular y sistemati-
manidad y crueldad, del crimen, etc., no es más que zar la experiencia que hoy se tiene de la misma,
la historia de la des-gracia en el mundo, su encar- formulándola de manera adecuada a nuestro tiem-
nación en las articulaciones cerradas y ensimisma- po y en forma accesible y aceptable por la comuni-
das. dad creyente, de suerte que dicha comunidad pueda
identificarse con su tradición cristiana y al mismo
El hombre concreto vive este drama de ser a la
tiempo sentirse creadora y continuadora de dicha
vez a-graciado y des-graciado: omnis homo Adam,
tradición. El acento, por consiguiente, no se pone
omnis homo Christus2, todo hombre es Adán y Cris-
tanto en hablar sobre la gracia –todo discurso es
to, Cristo y anticristo, apertura y clausura. Su ex-
siempre discurso sobre– cuanto en dejar que hable
periencia concreta es siempre paradójica: experi-
la gracia. En otros términos: se trata de elaborar
menta conjuntamente la gracia y la des-gracia.
una reflexión y un lenguaje que nos permitan tomar
El objetivo de la presente obra es reflexionar so- conciencia de la gracia divina, en la que ya nos en-
bre la experiencia de la gracia. Pero al mismo tiem- contramos, y nos ayuden a detectar la presencia de
po tomaremos conciencia de la experiencia de la Dios y de su amor en el mundo, presencia que no
des-gracia, de la perdición y del pecado. Sin embar- depende de que nosotros hablemos y reflexionemos
go, hablaremos de la gracia; intentaremos proyectar sobre ella. La gracia no comienza a existir cuando
su luz sobre esas tinieblas que envuelven también hablamos de ella. Hablamos de ella porque existe
nuestra existencia. previamente en nuestra vida. De ahí que quizá ex-
perimentemos la verdadera gracia y presencia de
Dios, sin darles tal nombre. La función de la teolo-
3. TEOLOGIA: HABLAR DE LA GRACIA Y DEJAR QUE LA gía no es crear las realidades sobre las que habla,
GRACIA HABLE sino hablar de las realidades con que se encuentra
y que son anteriores a su discurso en la vida hu-
Cuando se aborda el tema de la gracia se puede mana.
proceder de dos maneras. Cabe hablar de la gracia
siguiendo la historia del tratado sobre la misma a lo Nos hallamos ya dentro del milieu divin de la
largo de la experiencia histórica cristiana. Con otras gracia. El problema de la teología radica en la forma
palabras: se puede hablar de la gracia con el len- de elaborarlo y en hablar de la gracia de manera
guaje de los manuales de teología en el tratado con- significativa para el mundo de hoy, con el fin de evi-
sagrado al tema. En dichos manuales se ofrece la tar que un lenguaje anacrónico y sin mordiente im-
elaboración hecha por los teólogos y por la Iglesia pida al hombre tomar conciencia o captar la hondu-
frente a las doctrinas heterodoxas inaceptables para ra de la efectiva realidad que está viviendo sin darse
la comunidad eclesial. La teología escolar llegó a cuenta de ello. El hombre vive la gracia, pero no lo
crear todo un sistema sobre la gracia, con un voca- sabe ni reflexiona sobre tal hecho. La teología es re-
bulario propio y una doctrina bien determinada. Es- flexión sobre esa realidad. Y no reflexiona para mo-
te método centra todo en el aspecto doctrinal: se nopolizarla, sino para concientizar al hombre de la
habla sobre la gracia. Apenas aparece la gracia gracia que impregna su vida.
misma, su experiencia, su presencia en el mundo. A
este nivel, la teología tiene muy poco que pensar; se
limita a administrar un pensamiento ya elaborado, 4. LA REFLEXION TEOLOGICA SOBRE LA GRACIA NO
explícito, estructurado y oficialmente aprobado. Lo MONOPOLIZA LA ACCION DE LA GRACIA
cual tiene su importancia, puesto que nos pone en
Aquí se corre siempre un riesgo que conviene
contacto, a título informativo, con la experiencia de
advertir: al hablar de la gracia se puede pensar que
la gracia tal como se ha realizado en la historia de
sólo está presente y actúa allí donde se la mencio-
la Iglesia y tal como se fue expresando semántica-
na. Pero es la relación inversa la verdadera: sólo
mente.
podemos hablar de la gracia por preexistir a nuestro
Pero es evidente que la teología no puede ni debe discurso. Pero el discurso es un momento de la
limitarse a la mera transmisión de un saber apro- misma gracia, forma parte de su proceso de explici-
bado y sancionado –cosa que no carece de impor- tación en el hombre. De todos modos hemos de evi-
tancia–, sino que tiene una tarea imprescindible tar a toda costa el error, frecuente en la teología, de
HABLAR SOBRE LA GRACIA Y DEJAR QUE LA GRACIA HABLE 3

pretender apresar la gracia en las mallas del len- presente en todo, y nada escapa a su influjo. La teo-
guaje teológico. Tal ilusión se refleja en expresiones logía no puede olvidar en ningún momento tal dato.
como «la gracia sólo llega al mundo a través de la
Nuestra tarea de orden sistemático consistirá en
Iglesia», «sólo por la Iglesia se llega a Cristo», «la sal-
reflexionar sobre la experiencia de la gracia, tal y
vación sólo nos viene por la Iglesia». La Iglesia se
como la estamos viviendo en nuestro tiempo; par-
transforma en monopolio de lo que no puede ser
tiendo de ahí intentaremos hablar sobre la gracia de
monopolizado. No es la Iglesia la que contiene la
forma que la experiencia quede expresada adecua-
gracia. Es la gracia la que contiene en sí a la Iglesia.
damente dentro de la comunidad eclesial.
Y toda auténtica gracia tiene carácter eclesial: tien-
de a manifestarse visiblemente y a formar comuni- Sin embargo, como seres históricos, estamos in-
dad. Dios, Cristo y la gracia son siempre libres: se sertos en una corriente viva que nos viene del pasa-
manifiestan en el mundo a través de múltiples me- do y nos afecta. Somos en parte producto del pasa-
diaciones, entre las cuales está la Iglesia de forma do. Lo cual marca ya nuestra propia experiencia de
explícita, consciente y comunitaria, pero no exclusi- la gracia. Debemos tomar conciencia del legado teo-
va. Por eso la teología, al hablar sobre la gracia y lógico recibido y presente en el inconsciente colecti-
dejar hablar a la gracia, jamás ha de pretender re- vo de la comunidad cristiana.
ducir la acción de la misma gracia a los límites de
su discurso. Ello equivaldría a confinar la gracia, Nuestra primera tarea será trazar una rápida re-
reduciéndola a las dimensiones del hombre. Y en- trospectiva al pasado para descubrir la perspectiva
tonces no sería ya gracia divina, quedaría privada que nos ofrece y elaborar la prospectiva que hoy ur-
de su carácter divino. Por ser divina, la gracia está ge articular.

*
BOFF, L., «Misión de la teología: hablar sobre la gracia
y dejar que la gracia hable», en Id., Gracia y liberación del
hombre. Experiencia y doctrina de la gracia (Academia
Christiana, 2), Madrid, Cristiandad, 21980, p. 17-22.
1
L. Coimbra, A alegría, a dor e a graça (Oporto 1916)
173.
2
San Agustín, Enarrat. in Psalm., 70,21: PL 36, 891.

También podría gustarte