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CAMBIO CLIMATICO
¿QUE ES EL CAMBIO CLIMATICO?
En los últimos años, el ritmo acelerado de desarrollo industrial y de vida hizo que estos
impactos alcancen niveles nunca antes vistos, con consecuencias graves, como el
Cambio Climático.
La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático lo define
como “una alteración del clima atribuido directa o indirectamente a la actividad
humana, como consecuencia de una alteración de la composición de la atmósfera, y
que se suma a la variabilidad natural del clima”.
El clima de la Tierra ha variado muchas veces a lo largo de su historia debido a
cambios naturales, como las erupciones volcánicas, los cambios en la órbita de
traslación de la tierra, las variaciones en la composición de la atmósfera, entre otros.

Pero, desde los últimos años del siglo XIX, la temperatura media de la superficie
terrestre ha aumentado más de 0,6 ºC. Este aumento está vinculado al proceso de
industrialización iniciado hace más de un siglo y, en particular, a la combustión de
cantidades cada vez mayores de petróleo y carbón, la tala de bosques y algunos
métodos de explotación agrícola.

El cambio climático es un problema reconocido por la población. El discurso sobre el


cambio climático es ya un discurso social —y no solo científico—, en buena medida
por su presencia habitual en los medios de comunicación y su tratamiento cada vez
más relevante en el currículo escolar. La inserción del cambio climático en la agenda
pública implica que cualquier propuesta formativa ha de tener en cuenta que sus
destinatarios ya habrán oído hablar, muy probablemente, de él. Y esto quiere decir que
ya poseen ideas previas, valoraciones y representaciones sobre el cambio climático
que es necesario contemplar para no desvirtuar la acción educativa.

La representación del cambio climático que la sociedad está incorporando a la cultura


común contiene zonas oscuras (p.ej.: los efectos sobre la salud), creencias erróneas
(p.ej.: la asociación causal entre el agujero en la capa de ozono y el cambio climático)
y valoraciones desajustadas (p.ej.: sobre la urgencia de actuar). Estos «ruidos»
pueden tener una gran influencia en la toma de postura individual y colectiva ante él.
Otro ejemplo relevante es la tendencia a señalar la contaminación industrial como una
de las causas antrópicas principales, minusvalorando las emisiones de gases de
efecto invernadero que derivan del consumo doméstico asociado a determinados
patrones de movilidad, alimentación o bienestar.

Los productos científicos que informan de la naturaleza de las alteraciones climáticas


causadas por la interferencia humana son, a día de hoy, muy abundantes y diversos
en las temáticas que abordan, aunque priman aquellos que se ocupan de sus
manifestaciones biofísicas. A pesar de que en las causas y las consecuencias del
cambio climático el factor humano es esencial, lo cierto es que la única dimensión
social del problema que ha recibido una mirada más profunda por parte de organismos
como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) es la económica,
básicamente para contrastar los costes potenciales del cambio climático en relación
con los posibles costes de las políticas de respuesta. Este sesgo se expresa también
en los materiales y recursos didácticos relacionados con esta amenaza, que tienden a
dar mayor presencia y relevancia a contenidos relacionados con las «ciencias del
clima», ante la necesidad de hacer socialmente comprensible la naturaleza de la
amenaza y de «objetivar» su gravedad.

La Tierra está protegida de las radiaciones solares más intensas por una fina y
delicada capa de gases, a la que se conoce como atmósfera.
Desde la formación del planeta se han ido creando las condiciones necesarias para el
origen y la evolución de la vida. Los organismos vivos y los ecosistemas han ido
adaptándose a los cambios en el clima, en la composición de la atmósfera, en la
distribución de los mares, en los ecosistemas, en las especies, etc.
El planeta Tierra, desde la aparición de los seres humanos, ha sido capaz de
regenerarse y asumir los impactos que sobre él se hacían, manteniendo su equilibrio
como ecosistema global. Sin embargo, desde hace unos doscientos años, con la
revolución industrial, el incremento de la población y la utilización irresponsable de los
recursos, se está produciendo un cambio global caracterizado por las graves
alteraciones y problemas ambientales que rompen su equilibrio: Sobreexplotación de
los océanos, pérdida de suelo, contaminación del agua, pérdida de diversidad
biológica, deforestación y, entre otros el calentamiento global, que está dando lugar al
cambio climático.
Las causas del Cambio Climático

El cambio climático es un fenómeno de índole compleja, que afecta a todo el planeta,


en el que intervienen muchos factores y cuyas consecuencias pueden llevar a cambios
sustanciales en todos los ecosistemas.
La causa más importante del cambio climático que está sufriendo el planeta en la
actualidad es el aumento del efecto invernadero, producido por los llamados Gases de
Efecto Invernadero (GEI) y que, actualmente, son emitidos en los procesos de
producción (industrial y agrícola), transporte y consumo que conlleva este modelo de
desarrollo.
El efecto invernadero
La Tierra está rodeada por una envoltura gaseosa denominada atmósfera, cuyo grosor
aproximado es de 1000 Km. Ésta es imprescindible para que exista la vida en la Tierra
tal y como se conoce hoy en día. Esto es así ya que la atmósfera regula la
temperatura de la Tierra, impidiendo que haga demasiado frío por la noche o
demasiado calor durante el día, y además impide que lleguen a la superficie terrestre
las radiaciones solares más nocivas.
La capa de gases de efecto invernadero (GEI), situada en una zona relativamente baja
de la atmósfera, deja pasar la radiación de onda larga que emite el Sol hacia la Tierra:
esta radiación alcanza la superficie terrestre, que se calienta. Este calor es emitido de
nuevo hacia la atmósfera y retenido por los GEI que no lo dejan escapar directamente
hacia el espacio. A este fenómeno se le denomina efecto invernadero
El efecto invernadero es un fenómeno natural e imprescindible para la vida en la
Tierra. De hecho, si éste no tuviera lugar, la temperatura media en nuestro planeta
sería de unos 18ºC bajo cero, y gracias al efecto invernadero es de unos 15º C sobre
cero. En base a esto, puede afirmarse que la atmósfera regula la temperatura de la
Tierra, impidiendo que se alcancen temperaturas extremas. Pero al aumentar la
cantidad de GEI en la atmósfera, incrementamos su capacidad para retener el calor, y
por lo tanto se elevara la temperatura media del planeta.

Los gases de efecto invernadero


Los principales gases con efecto invernadero que dependen de la actividad humana
no contribuyen de igual forma al calentamiento global, tanto por las proporciones que
se emiten (Figura 3), como por el distinto potencial de calentamiento que tienen (Tabla
1). Los GEI incluidos en el Protocolo de Kioto son:
Dióxido de carbono (CO2).
Es el mayor responsable del calentamiento global. Se emite principalmente con la
quema de combustibles fósiles, la destrucción de los bosques y los incendios
forestales.
Metano (CH4).
Se libera en la descomposición de la materia orgánica en ausencia de oxígeno como
ocurre en las zonas pantanosas, en los vertederos, etc. También se libera con ciertos
cultivos, como el arroz y en la ganadería.
Óxido Nitroso (N2O).
Se libera en la producción industrial y en el uso de fertilizantes agrícolas nitrogenados.
Tiene un alto potencial de calentamiento.
Hidrofluorocarbonos (HFC), Perfluorocarbonos (PFC), Hexafluoruro de azufre
(SF6).
Son gases fluorados artificiales creados por la industria para usos específicos (relleno
de pelotas de tenis, conducción de equipos de alta tensión, refrigerantes, etc.).
Permanecen mucho tiempo en la atmósfera y tienen un elevadísimo potencial de
calentamiento.
Las emisiones de gases de efecto invernadero
Las emisiones de GEI pueden proceder de dos tipos de fuentes:
■ 1. Fuentes fijas: Producidas por las grandes industrias (centrales térmicas,
refinerías, siderurgia, cementeras, papeleras, etc.), que emiten aproximadamente la
mitad de los GEI de España. Existían unas 1100 instalaciones en 2009 de las cuales
aproximadamente 180 correspondían a Andalucía y sus emisiones están controladas
por el Plan Nacional de Asignación de Emisiones.

Fuentes difusas: Corresponden a las emisiones de GEI realizadas por el resto de


sectores y que no están controladas a través del Plan Nacional de Asignación de
Emisiones. Se incluyen en este grupo los sectores residencial, comercial, agrario,
institucional, y el más importante de todos, el sector del transporte.

Un modelo de desarrollo
El modelo de desarrollo actual usa los recursos de una forma poco solidaria, basado
en la creencia de que son ilimitados y de que el planeta tiene capacidad para absorber
todos los impactos que se hacen sobre él.
Durante milenios el planeta globalmente ha sido capaz de absorber los impactos que
la sociedad humana hacía sobre él, hasta que a finales del siglo XIX las emisiones de
CO2 empezaron a aumentar rápidamente como consecuencia de la utilización de
combustibles fósiles.
Hoy, el contenido de GEI en la atmósfera es mayor de lo que ha sido en los últimos
420.000 años. Las emisiones empezaron a aumentar rápidamente a partir de la
industrialización a finales del siglo XIX, con el desarrollo de máquinas que necesitaban
carbón, petróleo y gasolina como combustible y la tala de bosques para ampliar las
zonas agrícolas y ganaderas. Progresivamente, los países ricos han basado su
desarrollo en la utilización irresponsable de combustibles fósiles para la obtención de
energía y en el consumo desmedido de materias primas a un ritmo tan elevado que
impide su regeneración, generando graves problemas ambientales como podemos ver
en la figura 4.
Según el Plan Andaluz de Acción por el Clima (PAAC) las actividades
cuantitativamente más importantes en relación con las emisiones de GEI son el sector
de la producción y la transformación de energía y el transporte. Así, en el año 2004,
considerando todos los sectores de actividad, se establece que casi el 31% de
emisiones de GEI proceden exclusivamente de la combustión en la producción y en la
transformación de energía. El 21% de emisiones de GEI proceden del transporte por
carretera, el 22% le corresponde al conjunto de la industria y un 8% procede de la
agricultura.
Por otra parte, las emisiones globales de España han crecido desde el año 1990 un
148,05%, muy alejadas de los objetivos planteados por el protocolo de Kyoto, aunque
en los últimos años se ha comenzado una disminución como consecuencia de las
políticas de ahorro y eficiencia energética, el incremento de la utilización de energías
“limpias” y el menor consumo asociado a la crisis económica.
Una muestra del crecimiento del consumo energético se puede apreciar en la gráfica
de la figura 5, en la que se ve como en los últimos veinte años prácticamente se ha
duplicado el consumo de energía eléctrica en Andalucía.
El incremento de GEI es debido principalmente a la actividad humana. Por lo tanto, el
calentamiento del planeta es consecuencia directa de nuestro modelo de vida,
fundamentalmente del modelo de vida de los países enriquecidos. En la imagen se puede
observar un mapamundi en el que aparece la iluminación que tendría el planeta en el caso de
que la noche fuera al mismo tiempo en toda la Tierra. Otro ejemplo sobre el modelo de
desarrollo de los países enriquecidos se contempla en la gráfica de la figura 6, en la que se
recogen las emisiones de CO2 en diversas naciones y regiones del mundo en el año 2000. El
área de los rectángulos es proporcional a las emisiones de cada una de ellas. En vertical se
representan las emisiones per cápita. En horizontal se indica la población. La media per cápita
global es algo superior a una tonelada de carbón (contenido en el CO2) al año.
La toma de conciencia de la gravedad del problema por parte de la sociedad y las autoridades
(científicas y políticas) ha abierto una línea de reflexión y de actuación política sobre el modelo
de desarrollo actual, planteándose otras alternativas ligadas a la sostenibilidad, que hacen
referencia a la necesidad de disminuir el nivel de consumo, a pensar en el futuro del planeta y
a buscar formas de vida más solidarias y respetuosas con la Tierra.

Las evidencias del cambio climático

Desde el pasado siglo se viene observando científicamente, y hoy se puede decir que se tienen
bastantes datos que demuestran que el cambio climático es ya una realidad.

Aumento de la temperatura media del planeta.


Desde 1861 la temperatura media de la Tierra ha aumentado 0.74ºC, aumento que se ha
producido en un período de tiempo muy corto si se considera a escala geológica.

Pérdida de hielo y subida del nivel del mar.


Se pierde alrededor del 6% de la superficie helada de los polos cada diez años. Además, el agua
del mar se expande, ya que absorbe más del 80% del calor añadido al sistema climático,
contribuyendo al aumento del nivel del mar. Como consecuencia de todo lo anterior, el nivel
del mar subió 1,8 mm/año entre 1961 y 2003, según el Cuarto Informe del IPCC.
En 1984 había 1.779 hectáreas de glaciares en el Pirineo español, en 2008 sólo quedaban 206
hectáreas, según la publicación “Datos sobre la nieve y los glaciares en las cordilleras
españolas” del programa ERHIN (1984-2008), Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y
Marino

Las soluciones
La solución a este problema global de gran complejidad se conoce: disminuir de forma
drástica las emisiones de gases efecto invernadero. Para superar las dificultades que
esto supone se plantean tres líneas de acción relacionadas con la mitigación, la
adaptación y la comunicación.
■ Mitigación: el objetivo de la mitigación es la reducción de las emisiones de GEI, así
como el aumento de los sumideros de estos gases.
■ Adaptación: su fin es prevenir los posibles daños y riesgos que se van a producir en
los sistemas naturales y humanos e intentar paliarlos, así como aprovechar las
oportunidades que pueda ofrecer.
■ Comunicación: para sensibilizar e informar objetivamente a la ciudadanía del
problema, y así actuar en consecuencia. La mitigación y la adaptación no serán
posibles sin la acción de todas las personas.
El carácter planetario del problema, la velocidad de los cambios que se están
produciendo, y el riesgo de que el proceso, ya irreversible, se retroalimente
internamente, obligan a actuar desde todos los ámbitos de forma rápida y efectiva,
teniendo en cuenta lo que se podría llamar ecuación del cambio climático (Tabla 2),
que vincula los esfuerzos por detenerlo con los costes económicos y sociales que
habrá que afrontar:

Para detener el cambio climático y paliar sus efectos, tarde o temprano, tendremos que actuar
de forma decidida llegando a acuerdos internacionales, incorporando tecnologías limpias y
eficientes, cambiando las pautas de movilidad y consumo, etc. Cuanto antes se actué, menos
esfuerzos tendrán que invertirse en adaptarse a sus consecuencias, con menos coste
económico y generando menos sufrimiento humano.
Cuanto más tardemos en actuar de forma comprometida será más costoso social, económica y
tecnológicamente atajar el problema, generando más sufrimiento para los países y las
sociedades con menos capacidad de respuesta, que son las más empobrecidas.
Si se tarda demasiado el fenómeno se desarrollará de forma acelerada e imprevisible, tendrá
consecuencias sociales y económicas incontrolables, no solo para la supervivencia de nuestro
modelo social, sino también para todos los ecosistemas del planeta.
El problema del cambio climático, por su carácter global, requiere respuestas a todos los
niveles, desde la comunidad internacional, hasta la local. Además, también requiere
respuestas de la ciudadanía, a nivel individual y por parte de los colectivos sociales.
La respuesta social
Las respuestas dadas por los gobiernos, las administraciones y la comunidad científica no son
suficientes ante la lucha contra el cambio climático, ya que la ciudadanía también debe
emprender acciones, asumiendo su parte de responsabilidad y actuando en función de ella.
Como ciudadanos y ciudadanas somos responsables del problema, ya que con nuestras
acciones diarias contribuimos a las emisiones de GEI. Nuestro modelo de vida, es decir, nuestra
forma de usar la energía, de comprar, de movernos, influyen en el cambio climático.
Ahorrar energía, reducir nuestro nivel de consumo, hacer un uso eficiente de la calefacción, el
agua y la electricidad, así como compartir el coche, utilizar el transporte público o usar la
bicicleta, son acciones que contribuyen a disminuir las emisiones de CO2. También es
importante tomar conciencia de que para combatir el cambio climático hay que desarrollar
acciones colectivas que sumen esfuerzos en los centros educativos, en el trabajo, en las
asociaciones, etc. En definitiva en todos los ámbitos en los que se desarrolla nuestra vida
social.
Nuestra forma de vida y nuestras pequeñas acciones cotidianas nos han llevado a esta
situación, la suma de nuestras pequeñas acciones ahorradoras nos tienen que ayudar a parar
el cambio climático.

Efecto invernadero y calentamiento global


El efecto invernadero es una característica esencial de nuestro planeta que ha permitido que
exista la vida en él durante milenios. La atmósfera, una fina capa gaseosa que envuelve a la
Tierra, permite que penetre una parte de la radiación emitida por el Sol y caliente el planeta.
Para ello, esta capa contiene ciertos gases (principalmente dióxido de carbono, CO2) que
absorben una parte de esta energía recibida, manteniendo la temperatura en el planeta.
Estos gases con capacidad de absorción del calor se denominan gases de efecto invernadero
(GEI). Si estos aumentan en cantidad, su capacidad para retener la radiación solar se
incrementa, con el consecuente aumento de la temperatura media del planeta. Este
incremento de los GEI presentes en la atmósfera supone la causa más importante del
calentamiento global, del que deriva el cambio climático en el que nos encontramos.
El cambio climático
El cambio climático está causado por una variación en la temperatura global de la Tierra (tanto
un incremento como una disminución) debida a causas naturales o antropogénicas (por acción
del ser humano). En los últimos años, sin embargo, el efecto asociado a esta última causa ha
sido fundamental, sin olvidar que antes de que el hombre pisara la Tierra ya tuvieron lugar
otros cambios en el clima global del planeta.
De hecho, a lo largo de la historia de la Tierra se han sucedido ciclos de glaciación y deshielo
como resultado de la subida o descenso de la temperatura media del planeta. Estos períodos
han sido resultado de factores naturales, entre los que se encuentran los siguientes:
• Variaciones de la actividad solar
• Impacto de meteoritos
• Actividad volcánica
• Variaciones en la disposición de los continentes y de las corrientes marinas
• Variación en la órbita terrestre o en la inclinación del eje de giro de la Tierra
• Cambios en la composición de la atmósfera
Pero no fue hasta hace dos siglos que el ser humano comenzó a tener un impacto notable en
el clima. Con la revolución industrial, iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII, las emisiones
de CO2, principal gas de efecto invernadero, empezaron a crecer debido a las grandes
cantidades de combustibles fósiles extraídos de la naturaleza y utilizados para producir
energía.
Desde entonces, la cantidad de emisiones no ha hecho más que crecer y, por primera vez, se
está produciendo (o al menos, acelerando) un calentamiento global por la acción del hombre.
Tal es el punto al que se ha llegado, que la comunidad científica ya afirma que las
temperaturas seguirán subiendo en las próximas décadas y que las consecuencias serán cada
vez más visibles.
Los gases de efecto invernadero
Desde hace años hemos estado emitiendo una gran cantidad de gases de efecto invernadero
que se van acumulando en la atmósfera, procedentes, principalmente, de la industria, los
transportes y nuestro consumo energético. Los principales GEI son seis: dióxido de carbono
(CO2, el más abundante), metano (CH4), óxido nitroso (N2O),
hidrofluorocarbonos (HFC), perfluorocarbonos (PFC) y hexafluoruro de azufre (SF6).
La mitad de estos gases tienen un origen natural, aunque su producción se ha visto
incrementada por la actividad humana, mientras que la otra mitad, agrupados dentro de los
gases fluorados, son originados en la industria. El origen de cada uno de ellos es el siguiente:
• Dióxido de carbono (CO2): la principal fuente natural de CO2 proviene de la respiración de
animales, plantas y otros microorganismos. También se origina en los incendios forestales,
donde las reservas de carbono de los árboles y plantas son liberadas a la atmósfera en forma
de este gas. No obstante, el hombre ha incrementado exponencialmente sus emisiones a
través del uso de combustibles fósiles como fuente de energía
• Metano (CH4): su origen natural está principalmente en la ganadería, los humedales y los
volcanes. Sin embargo, su concentración se ha visto incrementada por la actividad humana por
la extracción y uso del gas natural, en su mayor parte formado por metano.
• Óxido nitroso (N2O): se origina de forma natural en los procesos de descomposición de la
materia orgánica, pero también por la acción humana en la quema de combustibles fósiles.
• Gases fluorados: únicos GEI que no tienen un origen natural. Los principales son los
hidrofluorocarbonos (HFC) y los perfluorocarbonos (PFC), empleados como refrigerantes,
agentes extintores de incendios, disolventes y para la fabricación de espumas aislantes; y el
hexafluoruro de azufre (SF6), usado como aislante eléctrico.
EVIDENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO
Desde el pasado siglo se llevan notando ciertos cambios en la Tierra que han evidenciado una
modificación en los patrones meteorológicos del planeta. Gracias a la ciencia se ha podido
comprobar que, efectivamente, nos encontramos en medio de un cambio climático. De hecho,
se ha demostrado que este cambio se ha visto notablemente incrementado por la acción del
hombre.
Como consecuencia, han nacido diferentes iniciativas internacionales que tienen por fin buscar
soluciones que permitan frenar el cambio climático. Mediante la cooperación entre países, se
establecen propuestas para mitigar su riesgo (por medio de una reducción de las emisiones de
GEI) y adaptar nuestras ciudades a estas nuevas condiciones climáticas.
Protocolo de Kioto
El Protocolo de Kioto sobre el cambio climático es un acuerdo internacional establecido en la
ciudad de Kioto, Japón, el 11 de diciembre de 1997. Surge como respuesta al exceso de
emisiones de GEI que producen un incremento del calentamiento global. Por tanto, su misión
principal es reducirlos, especialmente en los países más industrializados.
Este instrumento jurídico se enmarca en la CMNUCC, pues surgió en la COP-3 y es uno de los
más importantes destinado a luchar contra el cambio climático. Contiene los primeros
compromisos asumidos por los países para reducir sus emisiones de GEI.
Este instrumento jurídico se enmarca en la CMNUCC, pues surgió en la COP-3 y es uno de los
más importantes destinado a luchar contra el cambio climático. Contiene los primeros
compromisos asumidos por los países para reducir sus emisiones de GEI.
Para ello, los países se comprometen a tomar decisiones que ayuden a mitigar los efectos del
cambio climático. Entre ellas se encuentran, según queda establecido en el Artículo 2 del
Protocolo, las siguientes:

 Fomento de la eficiencia energética.


 Promoción de prácticas sostenibles en la gestión forestal, forestación,
reforestación y agricultura
 Aumento del uso de energías renovables.
 Limitación y/o reducción de las emisiones de los GEI.
Consecuencias físicas

El
cambio climático lleva consigo una serie de efectos que, en mayor o menor medida, tienen un
impacto directo sobre nuestras vidas. Los principales son:
• Incremento de las temperaturas: Debido al aumento de gases de efecto invernadero en la
atmósfera, en los últimos 130 años la temperatura de la Tierra ha aumentado en torno a 1°C.
Durante los últimos 30 cada década ha sido más cálida que cualquiera precedente desde 1850,
año en el que se inician los registros.
• Subida del nivel del mar: Como consecuencia del aumento de temperaturas, los glaciares y
casquetes polares se derriten y se incrementa la cantidad de agua en mares y océanos, lo que
hace subir el nivel del mar en nuestras costas.
• Escasez de agua, sequía y desertización: Causados por el aumento de las temperaturas y
reducción de las precipitaciones.
• Inundaciones: Debido a precipitaciones torrenciales como resultado del calentamiento
global y una mayor evaporación de océanos y mares.
• Escasez de alimentos: La sequía, los cambios en el clima en zonas dependientes de la
agricultura y ganadería y el calentamiento de los océanos afectan a la producción agrícola,
ganadera y pesquera.
• Fenómenos meteorológicos extremos: : Se producen por el incremento de energía térmica
acumulada en la atmósfera, la cual activa los meteoros (fenómenos atmosféricos) haciéndolos
más violentos y agresivos contra el ser humano. Algunos de estos fenómenos serían: ciclones,
vientos huracanados, olas de frío y calor, así como los eventos de lluvias torrenciales. A estos
fenómenos se les denomina extremos debido a que, dada su intensidad, producen grandes
daños con consecuencias devastadoras, así como por ser raros o impropios de la estación en la
que ocurren. Se han visto triplicados desde 1970 y causan más de 60.000 muertes al año,
especialmente en países en desarrollo.
Es necesario puntualizar que los impactos del cambio climático se multiplican cuando se trata
de zonas pobres del planeta. Muchos de los países menos contaminantes son, precisamente,
los que más riesgo sufren frente al cambio climático. Como consecuencia de ello se ha
producido un incremento del número de “refugiados climáticos”, es decir, personas que se
tienen que desplazar de un país a otro debido a factores ambientales. En la actualidad se
calcula que hay más de 1.000 millones de personas que residen en zonas extremadamente
vulnerables de verse afectadas por fenómenos meteorológicos extremos.
Por este motivo, es de una importancia crucial que los países desarrollados, mayores emisores
de gases de efecto invernadero, sean los primeros en tomar conciencia de la situación.
Consecuencias para la salud Dentro de las consecuencias del cambio climático, se encuentran
aquellas que, de forma directa o indirecta, afectan a nuestra salud. En este sentido, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) señala una serie de riesgos que, en función de su
causa, quedarían agrupados de la siguiente manera:
• Calor extremo: Incrementa las muertes por enfermedades cardiovasculares y respiratorias,
sobre todo entre las personas de edad avanzada; aumenta los niveles de polen y otros
alérgenos; y puede provocar asma, dolencia que afecta a unos 300 millones de personas en el
mundo.
• Desastres naturales y variación de la pluviosidad: El cambio en las precipitaciones puede
afectar el suministro de agua dulce, lo cual a su vez puede derivar en un mayor riesgo de sufrir
enfermedades diarreicas. Asimismo, mientras que la escasez de agua por falta de
precipitaciones puede provocar sequías y hambruna, una mayor intensidad de estas causa
inundaciones que pueden provocar ahogamientos, lesiones y muertes. Por último, los cambios
meteorológicos afectan a la producción de alimentos, consecuencia que incrementa el número
de individuos en riesgo de malnutrición y desnutrición.
• Distribución de las infecciones: Las condiciones climáticas ejercen una gran influencia en las
enfermedades que se transmiten por el agua y por los insectos. Un cambio en el clima podría
prolongar las estaciones de transmisión de importantes enfermedades y alterar la distribución
geográfica de los organismos que las transmiten.
Existen dos líneas de actuación diferenciadas para combatir el cambio climático, basadas en
mitigar el riesgo y en adaptarse a sus consecuencias. No obstante, lo ideal es coordinar
acciones de ambos tipos. De este modo, una reducción de las emisiones de gases en las
próximas décadas puede aminorar los riesgos futuros y facilitar nuestra adaptación a las
consecuencias del cambio climático, contribuyendo así a un desarrollo sostenible.
Además, dado que es un problema que afecta a todo el planeta, es necesaria una actuación
global que esté basada en la cooperación internacional. En este sentido, las políticas locales de
mitigación y adaptación se tornan poco efectivas si estas no tienen en cuenta el impacto global
y no están basadas en un enfoque colaborativo. En resumen, el cambio climático ha de verse
como un problema global al que hay que enfrentarse mediante acciones locales: Piensa
globalmente, actúa localmente.
Mitigación del cambio climático
La mitigación consiste en tratar de ralentizar y aminorar las consecuencias potenciales del
cambio climático mediante acciones encaminadas a disminuir la emisión de gases de efecto
invernadero a la atmósfera.
Las acciones a desarrollar para mitigar el cambio climático se pueden agrupar en tres líneas
principales:
•Mejorar la eficiencia energética y el uso racional de la energía.
• Hacer mayor uso de las fuentes de energía renovables.
• Fomentar los sumideros de carbono.
Adaptación al cambio climático
Estas acciones tienen la finalidad de paliar los efectos del cambio climático, es decir, preparar a
las ciudades con antelación, de forma que su incidencia no sea tan severa sobre los
ciudadanos.
Entre las acciones encaminadas a una adaptación a los cambios venideros, se podrían citar:
• Incremento de áreas con sombras en el entorno urbano y periurbano.
• Fomentar la vegetación en zonas urbanas.
• Adaptar nuestros edificios mediante la utilización de protecciones solares que
pueden ser de origen vegetal (fachadas y cubiertas verdes).
• Incrementar las zonas de drenaje que compensen la impermeabilización del suelo producida
por el asfalto.
• Recogida separada de pluviales para evitar escorrentías y fomentar su
aprovechamiento.
• Reforestar bosques que actúan como sumideros de carbono y reducen el efecto de isla
térmica urbana.
• Protección de las infraestructuras mediante soluciones basadas en la naturaleza.
• Reforzar la respuesta a emergencias.
http://www.cambioclimatico.gov.co/o
tras-iniciativas
¿Qué es el cambio climático?
El cambio climático se refiere a una variación significativa en los
componentes del clima cuando se comparan períodos prolongados, pudiendo
ser décadas o más. Por ejemplo, la temperatura media de la década del 50 con
respecto a la temperatura media de la década del 90.

El clima de la Tierra ha variado muchas veces a lo largo de su historia debido a


cambios naturales, como las erupciones volcánicas, los cambios en la órbita de
traslación de la tierra, las variaciones en la composición de la atmósfera, entre
otros.

Pero, desde los últimos años del siglo XIX, la temperatura media de la


superficie terrestre ha aumentado más de 0,6 ºC. Este aumento está
vinculado al proceso de industrialización iniciado hace más de un siglo y, en
particular, a la combustión de cantidades cada vez mayores de petróleo y
carbón, la tala de bosques y algunos métodos de explotación agrícola.

Un informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático


(IPCC) afirma que “el calentamiento desde los niveles preindustriales hasta la
década 2006-2015 se estima en 0,87 °C” (IPCC, 2018:51).

Los Gases de Efecto Invernadero (GEI), entre los que se encuentran el dióxido


de carbono (CO2), el óxido nitroso (NO2) y el metano (CH4), tienen la propiedad
de absorber y reemitir la radiación infrarroja que la Tierra recibe del sol. Gracias
a ellos, ocurre un fenómeno conocido como efecto invernadero natural, que
permite que la Tierra mantenga una temperatura promedio 15 ºC. Si no
existiera este efecto, la temperatura promedio sería de -18 ºC.
Si bien algunos de estos gases se encuentran naturalmente en la atmósfera,
otros son producidos por el ser humano (de origen antrópico) como resultado
de actividades vinculadas a la generación de energía, el transporte, el uso del
suelo, la industria, el manejo de los residuos, etc. La acumulación de estos
gases en la atmósfera potencia el efecto invernadero natural y esto se traduce
en aumento de la temperatura del planeta.

De acuerdo con el último inventario de Gases de Efecto Invernadero de la


Argentina, el 53 % de las emisiones del país están vinculadas al sector
energético; el 37 % agricultura, ganadería y silvicultura y otros usos de la
tierra; el 6 % a la industria y el 4 % restante a los residuos..

Los impactos que hoy sufre el planeta obligan a tomar medidas


inmediatas que implican grandes esfuerzos económicos. En general, son los
países que aún no han alcanzado su pleno desarrollo quienes sufren con
mayor gravedad este fenómeno, a pesar de no ser los principales causantes.
En este sentido, el cambio climático incrementa las desigualdades ya
existentes entre los diferentes países, pudiendo generar un nuevo obstáculo al
desarrollo sostenible de los países.

Los científicos dejan claro que será necesario un gran cambio institucional y
tecnológico para que el calentamiento global no supere los 2 ºC promedio
sobre la superficie del planeta y para que exista una mayor probabilidad de
evitar la ocurrencia de daños catastróficos e irreversibles.

Entre las principales consecuencias del cambio climático se destacan:

 El cambio de circulación de los océanos.

 El aumento o disminución de las precipitaciones (según la zona


geográfica).

 El aumento del nivel del mar.

 El retroceso de los glaciares.

 El aumento de los eventos climáticos extremos.

 El aumento de las olas de calor y frío.

 El aumento de las migraciones forzadas (tanto por emergencias


causadas por catástrofes, como por trabajo).
Propósitos generales
● Promover el uso de los equipos portátiles en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

● Promover el trabajo en red y colaborativo, la discusión y el intercambio entre pares, la

realización en conjunto de la propuesta, la autonomía de los alumnos y el rol del docente

como orientador y facilitador del trabajo.

● Estimular la búsqueda y selección crítica de información proveniente de diferentes

soportes, la evaluación y validación, el procesamiento, la jerarquización, la crítica y la

interpretación.

Introducción
El incremento del efecto invernadero junto con el adelgazamiento de la capa de ozono

constituyen los dos fenómenos que definen, en primera instancia, el denominado “cambio

climático global”.

Conocer las causas que convierten el efecto invernadero (necesario para vivir en el planeta

Tierra) en un problema ambiental, permite conocer también qué acciones pueden realizarse

para mitigar esa tendencia.

Objetivos de las actividades


Que los estudiantes:
identifiquen qué es el efecto invernadero;

conozcan las causas que convierten el efecto invernadero en un problema

ambiental;

reconozcan la relación entre el efecto invernadero y el cambio climático global;

identifiquen acciones que pueden contribuir a mitigar este problema ambiental.

Fase 1: Presentación del problema


Actividad 1
1. Lean la definición de “clima” elaborada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN)

y publicada en su sitio oficial.

Definición de climaEl sistema constituido por la atmósfera; la hidrosfera (comprendidas el


agua líquida que se encuentra sobre la superficie terrestre o por debajo de ella); la criosfera
(esto es, la nieve y el hielo por encima y debajo de la superficie); la litosfera superficial (que
comprende las rocas, el suelo y los sedimentos de la superficie terrestre) y la biosfera (que
comprende la vida vegetal y animal en la Tierra, así como el hombre), bajo los efectos de la
radiación solar recibida por la Tierra, determinan el clima de la Tierra.Aunque el clima solo se
relaciona fundamentalmente con los variados estados de la atmósfera, las otras partes del
sistema climático también ejercen una función significativa en la formación del clima, a
través de sus interacciones con la atmósfera.

Fuente: "Servicio Meteorológico Nacional"

a) Analicen la definición de clima elaborada por el SMN y elijan la opción correcta entre

las dos que se presentan a continuación.

b) Emitan su voto por medio de un mensaje al docente. En el mensaje debe figurar la

opción que consideren correcta.

Opción A: Cuando el SMN informa acerca de la temperatura atmosférica, se refiere al

grado de calor de la radiación solar.

Opción B: Cuando el SMN informa acerca de la temperatura atmosférica, se refiere al

grado de calor que emite la Tierra a partir de la radiación solar recibida.

2. Con algunos compañeros analicen qué relaciones pueden establecer entre los

siguientes conceptos:

Temperatura atmosférica.

Sistema climático.

Cambio climático global.


a) CTomen nota de las ideas que consideren más relevantes con la

herramienta Writer.

b) Luego, con la herramienta Cmap Tools, elaboren un esquema conceptual que

presente las relaciones entre los conceptos analizados.

Fase 2: Presentación y búsqueda de nueva información


y presentación de nuevos conceptos
Actividad 2
1. Lean la definición de  efecto invernadero elaborada por el SMN.

Recuerden que pueden copiar el texto en el escritorio de sus equipos portátiles con la

herramienta que les permite crear un archivo PDF. Luego, pueden hacer marcas y

comentarios mientras los leen.

a) Con un compañero, analicen el texto y revisen las definiciones de los conceptos y el

esquema conceptual que elaboraron.

Fase 3: Favorecer la reorganización de los esquemas


de conocimiento de los estudiantes
Actividad 3
1. Miren el capítulo titulado “El cambio climático”, de la serie Aire: cambio climático,

producida por Canal Encuentro. Les recomendamos, en particular, los primeros 13

minutos.

a) Tomen notas y registren los datos útiles para responder estas preguntas:
¿Cómo se define “cambio climático”?

¿Cuáles son las actividades antrópicas que influyen en el clima?

¿Cuáles son los fenómenos que definen el cambio climático?

¿Cuáles son los denominados “gases de efecto invernadero”?

¿Qué actividades realizadas por los integrantes de la sociedad emiten los gases de

efecto invernadero?

¿Qué propuso el Protocolo de Kioto?

¿Qué países no firmaron el Protocolo de Kioto? ¿Qué causas y motivos explican

esta negativa?

¿Qué fenómenos climáticos permiten afirmar que se está registrando un cambio

climático en la Argentina?
b) Revisen las primeras respuestas que habían elaborado y evalúen si es necesario

corregirlas y/o completarlas considerando la nueva información sobre el tema que

conocen ahora.

Fase 4 Difundir/dar a conocer por medio de la


publicación de producciones propias
Actividad 4
1. Lean las medidas preventivas propuestas por el SMN para mitigar los efectos del

efecto invernadero.

a) Con algunos compañeros, analicen el texto y elaboren un listado de las acciones

cotidianas que los integrantes de la comunidad local pueden realizar para mitigar el

efecto invernadero y la incidencia de este efecto en el cambio climático global.

2. Averigüen si hay disposiciones legislativas y/o normativas provinciales y municipales

que regulen las actividades industriales y/o las actividades agrícolas que emiten gases

de efecto invernadero. Publiquen esta información en el blog de la escuela.

3. Organicen una campaña de información sobre las acciones que los integrantes de la

comunidad local pueden realizar para mitigar el cambio climático, en escala nacional,

regional y nacional.

Entre todos, decidan qué acciones pueden resultar más efectivas para llamar la

atención de la comunidad local sobre este problema.

Conoce y valora el cambio climático: Propuestas para trabajar en


grupo
El tratamiento del tema del cambio climático por parte de la educación ambiental se puede considerar
relativamente nuevo. La generalización de acciones, programas y materiales, sufren un impulso
extraordinario en los primeros años del siglo XXI, hasta convertirse en uno de los temas más activos en
este momento
Este recurso nace con la finalidad de contribuir al desarrollo de actividades de educación ambiental
centradas en las dimensiones socialmente menos conocidas o asociadas con el cambio climático. Las
propuestas didácticas reflejan la labor creativa de un amplio grupo de personas que han hecho suya la
tarea de comunicar la amenaza del cambio climático y de mostrar posibles alternativas para mitigar y
prevenir sus consecuencias. Esta labor se realiza en y desde un amplio abanico de organismos públicos,
empresas y asociaciones no gubernamentales, una pluralidad de agentes que da idea de la necesaria
transversalidad social e institucional que esta tarea requiere. Así, las personas que han participado en el
diseño de este recurso desarrollan su labor cotidiana en el Centro Nacional de Educación Ambiental 
(CENEAM), el Colectivo de Educación Ambiental S.L. (CEAM), Ecologíay Desarrollo (ECODES),
Ecologistas en Acción, la Universidad Autónoma de Madrid, WWF-España, la Xarxa de Consum Solidari
(XCS) y la Universidade de Santiago de Compostela.
Aunque dirigida inicialmente a estudiantes de secundaria, la publicación se pretende sirva también de
respuesta a interrogantes que la población, en general, se puede llegar a plantear en torno al cambio
climático. Hace preciso elaborar y aplicar programas de educación, sensibilización y comunicación en
torno a él y sus efectos, facilitar el acceso a la información a toda la sociedad y promover la participación
del público en la elaboración de respuestas. Con las actividades que se proponen en esta publicación se
pretende concienciar en que todos somos parte del problema, y a la vez, la solución al mismo
Este material está disponible en formato pdf en la dirección
web: http://www.mapfre.com/ccm/content/documentos/fundacion/prev-ma/cursos/guia-conoce-y-valora-el-
cambio-climatico.pdf
Información:
Fundación MAPFRE Paseo de Recoletos, 23 - 28004 Madrid
http://www.mapfre.com

¿Cuánto es una tonelada de CO2?


El CO2 (dióxido de carbono) es un gas incoloro, inodoro, no inflamable y no venenoso
que es un componente natural de la atmósfera en un 0.03%. Pero, ¿cómo podemos
visualizar una tonelada de este gas? En términos gráficos, una tonelada de CO2
equivale al volumen de una piscina de aproximadamente 10 metros de ancho, 25 de
largo y 2 metros de profundidad!
¿Quieres calcularlo con más precisión?
Primero necesitamos saber el peso de un mol de CO2. El término mol indica la
cantidad de una sustancia que contiene el mismo número de partículas como átomos
hay en 0.012 kg del núcleo de carbono 12C. Esto significa que: en la cantidad n=1
mol, hay 6.022 x 1023 partículas (Número de Avogadro). En la práctica se considera
que el peso atómico o molecular en gramos es igual a un mol. Para determinar el peso
molar tenemos que determinar qué partículas elementales se van a contar (átomos,
moléculas, iones, electrones, u otras partículas o grupos de partículas) La masa
atómica del carbono (C) es 12 g/mol; para el oxígeno (O) es de 16 g/mol. Esto significa
que 6.022 x 1023 átomos de carbono pesan 12 gramos. Según esto, el peso molecular
del CO2 es: 12 g/mol [C] + 2 x 16 g/mol [O2] = 44 g/mol. (En comparación: el
hidrógeno, por ejemplo, pesa sólo 1 g/mol, así pues, un mol de agua (H2O) pesa sólo
18 g. Según la Ley de Avogadro, un mol de cualquier gas tiene el mismo volumen que
un mol de cualquier otro gas bajo las mismas condiciones externas. El volumen de gas
que contiene un mol (6.022 x 1023) de partículas se llama volumen molar. A presión y
temperatura normales (0ºC; 1013, 25 hPa), el volumen molar de un gas ideal es de
22,4136 litros/mol. Una tonelada (1,000,000 g) de CO2 en condiciones normales tiene
por tanto un volumen de 509.400 litros (1.000.000 [g]/ 44 [g/mol] x 22,4136 [l/mol]. Esto
corresponde aproximadamente al volumen de una piscina de 10 m x 25 m x 2 m.
Construcción de modelos para simular el efecto invernadero

Un modelo muy sencillo

Materiales necesarios:

 Dos vasos
 Un cuenco transparente (o la tapa de cristal de una quesera)
 Agua
 Sol

Procedimiento:
Llena hasta la mitad los dos vasos de agua y ponlos al sol, ya sea junto a una ventana
o en el exterior. Coloca uno de los vasos dentro del cuenco transparente y otro fuera.
Los resultados:
Después de una hora, aproximadamente, el agua del vaso situado bajo el cuenco
transparente estará más caliente que el agua del vaso colocado fuera. El cuenco
transparente funciona como un invernadero: deja entrar la radiación solar en forma de
luz, pero impide que el calor se escape.
Un modelo más elaborado
Materiales necesarios:

 tabla
 Una semiesfera (por ejemplo, un balón de plástico cortado por la mitad)
 Dos termómetros (lo ideal: termómetro digital con pantalla grande)
 Un cuenco de cristal algo más grande que la semiesfera
 Un flexo con bombilla incandescente

Procedimiento:
Decora la semiesfera para que parezca el globo terráqueo y cúbrela con el cuenco de
cristal. Coloca termómetros (o terminales de un termómetro digital que captan la
temperatura) dentro y fuera del cuenco. Si no cuentas con iluminación solar
garantizada, utiliza flexos de mesa para simular el sol.
Los resultados:
La temperatura dentro del cuenco transparente será mayor que la del exterior. Es
interesante hacer notar que cuanto más brillante sea el cuerpo situado en el interior,
más luz reflejará. Esa energía relejada en forma de luz no es atrapada por el cuenco
de cristal, y podrá salir de nuevo hacia el exterior. Sin embargo, la energía que se re-
emite en forma de calor quedará en parte atrapada en nuestro invernadero. A esa
parte de la radiación luminosa que un cuerpo refleja se denomina albedo. En nuestro
planeta el albedo más elevado lo tiene la nieve. Por eso, se estima que la disminución
de la porción de la superficie terrestre cubierta por la nieve incrementará más aún el
efecto invernadero.
La interpretación de los resultados con los alumnos
De acuerdo con la edad y el nivel de los alumnos podrán plantearse cuestiones como:
¾ ¿Cuál es el origen del calor que hay en el invernadero? ¾ ¿Cómo es posible que el
calor entre y sin embargo no salga? ¾ ¿Qué pasaría si pintásemos la esfera de
negro? ¿Y si la cubriéramos de papel de aluminio?

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