Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
− Efecto invernadero.
El efecto invernadero es un fenómeno natural que se produce en la atmósfera de la Tierra.
Los gases de efecto invernadero son aquellos gases que se acumulan en la atmósfera de la
Tierra y que absorben la energía infrarroja del Sol. Este fenómeno se produce cuando la
radiación térmica emitida por la superficie terrestre es absorbida por los gases de efecto
invernadero (GEI) atmosféricos. Parte de esta radiación es devuelta hacia la superficie
terrestre y la atmósfera inferior, lo que resulta en un aumento de la temperatura superficial
media respecto a lo que habría en ausencia de los GEI.
El efecto invernadero natural de la Tierra es esencial para la vida como la conocemos, ya que,
sin él, la temperatura media en la superficie sería de 18°C bajo cero, lo que no haría posible
la vida en el planeta. Sin embargo, las actividades humanas han intensificado el fenómeno
natural, causando un calentamiento global. Si se aumentan la cantidad de gases de efecto
invernadero en la atmósfera, se produce una amplificación del efecto invernadero, lo que
resulta en un incremento de la temperatura superficial media.
− El aumento de gases de efecto invernadero.
Los principales gases de efecto invernadero son el vapor de agua (H2O), el dióxido de carbono
(CO2), el óxido nitroso (N2O), el metano (CH4) y los clorofluorocarbonos (CFC).
El dióxido de carbono (CO2) es el gas de efecto invernadero más importante porque es el que
más se asocia a actividades humanas, y el principal responsable de este efecto. La
concentración de CO2 en la atmósfera se debe al uso de combustibles fósiles para la
generación de energía, la industria y el transporte. El óxido nitroso (N2O) se produce
principalmente por la actividad agrícola, como la fertilización y el manejo de estiércol. El
metano (CH4) se produce por la actividad agrícola, la gestión de residuos, la producción de
energía y la extracción de combustibles fósiles. Los clorofluorocarbonos (CFC) son gases
sintéticos que se utilizan en la refrigeración, la fabricación de espumas y los aerosoles.
En el futuro, se espera que los efectos del cambio climático empeoren si no se toman medidas
para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos del cambio
climático en el planeta y sus habitantes.
− Huella de carbono.
La huella de carbono es una medida que se utiliza para cuantificar el impacto que una
actividad o proceso tiene sobre el cambio climático, expresado como la cantidad de gases de
efecto invernadero que producimos. El aumento de los niveles de estos gases en la atmósfera
está provocando un cambio climático global. La huella de carbono se utiliza para identificar
las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan en una actividad o proceso y
para establecer medidas para reducirlas. A continuación, se presentan algunas formas en que
la huella de carbono puede ser utilizada para enfrentar el cambio climático:
o Medición**: La huella de carbono se utiliza para medir las emisiones de gases de
efecto invernadero que se generan en una actividad o proceso. Esto permite
identificar las áreas en las que se pueden tomar medidas para reducir las emisiones y
mitigar los efectos del cambio climático.
o Gestión**: La huella de carbono se utiliza para gestionar las emisiones de gases de
efecto invernadero en una organización o empresa. Esto permite establecer objetivos
y metas para reducir las emisiones y mejorar la eficiencia energética.
o Comunicación**: La huella de carbono se utiliza para comunicar el desempeño de una
organización o empresa en relación con el cambio climático. Esto permite informar a
los grupos de interés, como proveedores, clientes, inversionistas, gobierno y otros,
sobre las medidas que se están tomando para reducir las emisiones y mitigar los
efectos del cambio climático.
o Concienciación**: La huella de carbono se utiliza para concienciar a las personas sobre
el impacto que tienen sus actividades diarias en el cambio climático. Esto permite que
las personas tomen medidas para reducir su huella de carbono, como reducir el
consumo de energía, utilizar medios de transporte sostenibles y reducir el desperdicio
de alimentos.
− Energías renovables.
Las energías renovables son una solución importante para enfrentar el cambio climático. Estas
fuentes de energía son limpias, inagotables y cada vez más competitivas. A diferencia de los
combustibles fósiles, las energías renovables no emiten gases de efecto invernadero en los
procesos de generación de energía, lo que las convierte en una solución limpia y viable frente
a la degradación medioambiental.
El uso de energías renovables puede ayudar a reducir la huella de carbono y mitigar los
efectos del cambio climático. Según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA),
si se duplicase la cuota de energías renovables en el panorama energético mundial hasta
alcanzar el 32% en 2030, traería consigo un incremento del 3,7% en el bienestar y el aumento
del empleo en el sector hasta más de 24 millones de personas.
Las energías renovables pueden ser utilizadas en diferentes sectores, como la generación de
electricidad, la calefacción y el transporte. Existen diversas fuentes de energías renovables,
como la energía eólica, la solar, la hidráulica, la biomasa, la geotérmica, la mareomotriz, la
undimotriz y el bioetanol.
− Reforestación.
− Acuerdos internacionales.
Varios acuerdos internacionales han sido creados para abordar el cambio climático. Entre
ellos, destaca la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC), establecida en 1992 para estabilizar las emisiones de gases de efecto invernadero
y evitar interferencias peligrosas en el sistema climático. El Protocolo de Kioto, iniciado en
1997 y vigente desde 2005, busca reducir las emisiones en países industrializados en un 5,2%
respecto a 1990, siendo el primer acuerdo vinculante en este ámbito.
El Acuerdo de París, adoptado en 2015, tiene como objetivo limitar el calentamiento global a
menos de 2°C sobre niveles preindustriales y fomentar esfuerzos para no superar 1,5°C.
Aunque no es vinculante, establece un marco universal para la colaboración internacional en
la lucha contra el cambio climático. La Cumbre de Copenhague de 2009, aunque no logró un
acuerdo vinculante, impulsó la meta de limitar el calentamiento global a menos de 2°C. Estos
acuerdos buscan reducir emisiones y frenar el calentamiento global para contrarrestar los
efectos del cambio climático en el planeta y su población. Es esencial tomar medidas para
reducir la huella de carbono y mitigar los impactos del cambio climático.
− Innovación tecnológica.
o Drones para reforestación: Los drones pueden agilizar y mejorar la reforestación al plantar
árboles de manera más rápida y eficiente, ayudando a recuperar áreas degradadas y reducir
la huella de carbono.
o Big Data para gestión de desastres: Utilizando el Big Data, se pueden crear bases de datos en
tiempo real para calcular emisiones de carbono, prever y manejar desastres naturales,
estudiar la pérdida de biodiversidad y optimizar la producción agrícola.
o Innovación fotovoltaica: La evolución de la tecnología fotovoltaica ha dado lugar a paneles
solares más eficientes y económicos, incluyendo tejas solares que se integran en edificios.
o Enzimas degradantes del plástico: Investigadores japoneses descubrieron enzimas capaces
de descomponer el plástico en días en lugar de siglos, lo que puede reducir la acumulación
de plástico en el medio ambiente.
o Blockchain para energía limpia: La tecnología blockchain puede impulsar el comercio de
energía renovable, agilizar transacciones de activos de carbono y respaldar criptomonedas
ecológicas como Solarcoin.
o Energías renovables: Fuentes como la energía eólica, solar, hidráulica, biomasa y geotérmica
son fundamentales para reducir la huella de carbono y mitigar el cambio climático.
o Tecnología contra desperdicio de alimentos: Mediante programas en la nube y computación,
se puede rastrear el desperdicio de alimentos en cocinas comerciales y controlar la
producción agrícola, contribuyendo a una economía más sostenible.
o Estas innovaciones demuestran cómo la tecnología puede jugar un papel crucial en abordar
el cambio climático al mejorar la eficiencia energética, reducir emisiones y fomentar
prácticas más sostenibles