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CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

Causas del cambio climático

La acción humana como principal causa del cambio


climático
Las causas del cambio climático tienen que ver principalmente con la acción
humana. Esto implica la utilización desmedida por los combustibles fósiles, el
carbón y gas a gran escala. Todo ello provoca el aumento de la temperatura del
planeta. 

Las causas del cambio climático incluyen la influencia humana como la responsable de


la contribución de los cambios drásticos que se están provocando en la atmósfera
terrestre, concretamente en referencia al aumento de las concentraciones de CO2 en la
atmósfera en los últimos 650.000 años, particularmente desde la Revolución Industrial.

Los gases de efecto invernadero y los aerosoles afectan al clima al alterar la radiación
solar entrante y la radiación saliente, que forman parte del equilibrio energético de la
Tierra.

Por otra parte, los gases fluorados causan un potente efecto de calentamiento, hasta
23.000 veces superior al producido por el CO2. Sin embargo, estos gases se emiten en
cantidades más pequeñas y la legislación de la UE prevé su eliminación progresiva.

Sin embargo, la deforestación y la degradación forestal también son una de las


principales causas provocadas por el hombre, ya que supone el 25% del total de los
gases de efecto invernadero de todo el planeta.

La mayor contribución conocida proviene de la combustión de combustibles


fósiles, carbón, petróleo y gas, que liberan el gas de dióxido de carbono y óxido
nitroso a la atmósfera.
Consecuencias del calentamiento global

Las consecuencias del calentamiento global son ya


inevitables
Las consecuencias del calentamiento global. Algunos gases de la atmósfera actúan
como el cristal de un invernadero, ya que retienen el calor e impiden que se escape
fuera. Muchos de esos gases se producen de forma natural, pero  debido a la
actividad humana, las concentraciones de algunos de ellos están aumentando en la
atmósfera. 

El CO2 es producido principalmente por la actividad humana y es responsable del 63%


del calentamiento global causado por el hombre. Su concentración en la atmósfera
supera actualmente en un 40% el nivel registrado al iniciarse la industrialización. El
resto de gases mencionados se emiten en menores cantidades, situando el metano como
el responsable del 19% del calentamiento global de origen humano y el óxido nitroso
del 6%.

El exceso de los gases es generado por perjudiciales actividades humanas, tales como el
uso de energías eléctricas, la dependencia de las indústrias por los combustibles fósiles,
la contaminación de zonas urbanas, la deforestación, el mal uso de los residuos y los
contaminantes procesos industriales, entre otros.

Aunque las políticas adoptadas y los esfuerzos realizados para reducir las emisiones
sean eficaces, es inevitable que se produzcan algunos cambios en el clima. En
consecuencia, debemos desarrollar también estrategias y acciones para adaptarnos a los
efectos del cambio climático y del calentameiento global, tanto en Europa como en
otros lugares del mundo. Sin embargo, se debe incidir y prestar especial atención a las
zonas del planeta menos preparadas y a la vez más perjudicadas por este fenómeno,
tanto a nivel técnico como económico.
El aumento excesivo de estos gases de efecto invernadero contribuye a la
alteración de la temperatura del planeta y al deterioramiento de la capa de ozono,
constituida por dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxidos de nitrógeno
(NOx).

Consecuencias del cambio climático

El cambio climático ya está afectando a las vidas de


muchas personas
Las consecuencias del cambio climático se hacen cada vez más
evidentes sobre el ser humano, sobre el paisaje y sobre el propio
clima que se transformará aún más en el futuro, así impactará en
el estilo de vidas de todos los habitantes del planeta.

El cambio climático ya está afectando las vidas de muchas personas,


sus medios de subsistencia, su salud, sus ecosistemas,
sus economías y su seguridad alimentaria. Las comunidades más
pobres y vulnerables están siendo las más afectadas, ya que tienen
una capacidad de adaptación limitada y el cambio climático amenaza
con condenar a comunidades enteras a la pobreza, destruyendo
beneficios conseguidos durante décadas de desarrollo.

Las comunidades de los países subdesarrollados ven su vida


interrumpida por tormentas violentas, sequías o inundaciones a las
que tienen que hacer frente sin contar con planes concretos de
adaptación.

Como resultado de esta inestabilidad, numerosos derechos humanos


como el derecho a la alimentación, la vida, la salud y el desarrollo
están siendo amenazados. El cambio climático también amenaza con
echar por tierra los avances logrados en los últimos años en asistencia
sanitaria, educación, transporte y empleo decente. Las personas más
pobres, especialmente las mujeres, los niños y las personas con
discapacidad en las zonas rurales son las más afectadas por el
cambio climático, siendo al mismo tiempo, los grupos que menor
incidencia han tenido sobre el fenómeno.

El impacto potencial del cambio climático está produciendo cambios en


las condiciones de producción de alimentos y un aumento de desastres
naturales. Hablamos de un fenómeno ambiental de profundas
consecuencias económicas y sociales.

Biodiversidad en peligro

La biodiversidad en peligro como consecuencia del


cambio climático
La biodiversidad está en peligro. Los cambios en las
temperaturas no solo afectan a la especie humana, sino también
a la rica biodiversidad del planeta. La pérdida de hábitat está
aumentando vertiginosamente, lo que provoca que numerosas
especies se encuentren en peligro de extinción.

La biodiversidad del planeta está en juego. El cambio climático se


considera una de las cinco presiones principales que impulsan la
pérdida de la biodiversidad en el mundo, junto con la pérdida de
hábitat, la sobreexplotación, la contaminación y las especies exóticas
invasoras.

Debido al cambio climático, se prevén múltiples efectos sobre la


diversidad biológica que agravarán sus problemas de conservación,
por lo que las medidas o acciones dirigidas a conservar y usar de
modo sostenible la biodiversidad deben tener en cuenta las
necesidades de adaptación al cambio climático.
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza WWF, entre los
ecosistemas más afectados destacan:

-Arrecifes de coral. Con el aumento de temperatura del mar y


acidificación del agua los arrecifes sufren un fenómeno llamado
"blanqueamiento" en el que se rompe la relación simbiótica con las
algas que les permiten tener alta productividad y mantener numerosas
especies.

-Bosques de niebla. Se ubican en un rango altitudinal muy


específico, pues requieren la humedad contenida en la niebla. Con el
aumento de temperatura, la niebla se sitúa en lugares más altos y las
especies del bosque no reciben la humedad suficiente para su
desarrollo.

-Humedales costeros. El aumento del nivel del mar y unas "mareas


de tormenta" más intensas implican mayor erosión y pérdida de hábitat
para los humedales costeros, los cuales necesitarán espacio para
migrar tierra adentro.

-Selvas secas. El incremento de temperatura amenaza seriamente a


las selvas secas por la mayor propensión a sufrir incendios forestales
y por limitar su rango de distribución.

Cambios que afectan la distribución y propagación de especies:

-Fenología. Los ciclos de un gran número de especies están ligados a


patrones atmosféricos. Por ejemplo, los tiempos de floración,
reproducción y migración se relacionan con las estaciones del año. Si
el ciclo de una especie es afectado por el cambio climático también
hay repercusiones en toda la red alimenticia que depende de esa
especie.

-Especies invasoras. Los cambios en temperatura, precipitación y


fenología pueden dar ventajas competitivas a especies exóticas e
invasoras. Por ejemplo, en los últimos 20 años se han observado las
invasiones más intensas jamás registradas del escarabajo
descortezador, el cual ha afectado millones de hectáreas de bosque
desde Alaska hasta California.

No olvidemos que los bosques tropicales y subtropicales juegan un rol


central frente al cambio climático porque tienen la capacidad de
capturar parte de los gases emitidos a la atmósfera, lo que provoca el
calentamiento global.

Asimismo, deben considerarse y potenciarse las políticas de


conservación de la biodiversidad y las de mitigación y adaptación al
cambio climático, pilares fundamentales en los que se basa la lucha
global contra el cambio climático.

Cuando estos bosques son destruidos y degradados, a causa de la


deforestación, la ganadería, la implantación de represas
hidroeléctricas, la construcción de carreteras o por la producción de
biocombustibles tales como la soja, el aceite de palma o la caña de
azúcar, no solo se destruye el hogar de las comunidades indígenas
que allí habitan provocando una destrucción a nivel cultural y social,
sino que se deja de absorber este dióxido de carbono y otros gases
que antes eran contenidos por los bosques y selvas.

Cambio climático y agua

El cambio climático genera cambios drásticos en el


agua
El cambio climático y el ciclo del agua como una de las consecuencias más
evidentes en el planeta. Los científicos pronostican más sequías e inundaciones, la
fusión de los glaciares y cambios drásticos en los patrones de precipitación.

El cambio climático provoca cambios en el ciclo del agua. A medida que el fenómeno
del calentamiento global se hace más patente en nuestro planeta, sus efectos son más
perceptibles dentro del ciclo hidrológico, motivo por el cual los científicos pronostican
períodos de sequías e inundaciones más prolongados, aceleración de la fusión de los
glaciares y cambios drásticos en los patrones de precipitación y nieve.

El mundo ya está experimentando cambios a gran escala en lugares como los Andes y el
Himalaya, donde están desapareciendo los glaciares y llevándose consigo la fuente de
agua potable y riego para millares de personas. Katmandú o La Paz dependen del
glaciar del Himalaya y de los Andes respectivamente, por lo que pueden verse sin el
agua necesaria.

Por otra parte, se estima que a finales del siglo XXI es probable que el cambio climático
haya aumentado la frecuencia y la intensidad de las sequías a nivel regional y mundial.
A su vez, la necesidad de más agua de los distintos usos, sobre todo el de los cultivos,
será mayor en las épocas con menos recursos. Tanto las campañas de riego como la
turística se desarrollan fundamentalmente en los meses de verano.

Las zonas de mayor sensibilidad serán, por lo tanto, aquellas que actualmente
tienen un perfil de mayores temperaturas y menores precipitaciones, en las que
pueden disminuir los aportes de agua en un 50%, que a su vez son las mayores
consumidoras de agua.

Esto incrementa la incertidumbre de disponibilidad del recurso agua para garantizar las
necesidades sociales y ambientales futuras.

El cambio climático y la reducción de los recursos hídricos disponibles, aparte de sus


negativas consecuencias ambientales y sociales, también va a conllevar daños
gravísimos a la economía global, produciendo muy posiblemente una recesión
económica importante.

Los impactos del cambio climático dependen de los usos y manejos que efectuemos del
agua a medida que los aportes de agua vayan disminuyendo, pues junto a la sequía
climática, existe una sequía antrópica provocada por el hombre, que se debe a una
nefasta gestión de este recurso natural. Este hecho se explica considerando que
consumimos agua por encima de las posibilidades que tenemos de disponer de ella, lo
que ha llevado en muchas zonas a superar un consumo medio de un 20% de los recursos
hidráulicos renovables totales, lo que se considera como el límite de sobreexplotación
de un sistema. Es necesario limitar el crecimiento de la demanda de agua en muchas
zonas del mundo hasta recuperar el equilibrio hídrico.

Deshielo de los polos

El deshielo de los polos se acelera


El deshielo de los polos en el Ártico y en la Antártida ya es un
hecho demostrado por la comunidad científica internacional. El
cambio climático, causado principalmente por las emisiones de
gases de efecto invernadero, ha afectado a muchos ecosistemas.

El deshielo de los polos se acelera. Hay evidencias de que la


temperatura de los océanos ha aumentado, lo que podría ser el
detonante original del adelgazamiento del casquete de hielo. La
temperatura de la superficie de la Tierra también está cambiando y
afectando al calentamiento. El año 2014 fue el más cálido registrado
desde 1880. ¿Cómo afecta esto a los polos del planeta? La situación
de deshielo de los glaciares que está sufriendo la Antártida, se ha
catalogado como irreversible.
Es en esta zona del planeta, junto con Groenlandia donde más se
produce un aumento del nivel del mar.

Por otra parte, la capa de hielo de los lagos se redujo a un 22% en


veinte años, entre 1991 y 2011, como consecuencia del cambio
climático, según la Agenci Espacial Europea (ESA).

Es indiscutible que los efectos del cambio climático están


repercutiendo en estas zonas frágiles del planeta,  donde una
variación en las temperaturas conlleva trágicas consecuencias.

De hecho, si los gases de efecto invernadero siguen aumentando, el


deshielo provocará una elevación del océano global de entre 1 y 37
centímetros.

Sin embargo, no olvidemos que el deshielo perturba gravemente la


fauna y la flora de las regiones costeras y que cambia completamente
la vida de la zona polar, por ejemplo el acceso al alimento de los osos
polares. Se alteran también las corrientes oceánicas, lo que puede
provocar temporales y fenómenos climáticos no previstos. De hecho,
ya se han observado algunas situaciones, como en el Océano Ártico,
donde se han detectado por primera vez olas de hasta cinco metros
de altura, que se deben en gran medida al rápido retroceso del hielo.

Deshielo del ártico

El deshielo del Ártico igualará su máximo histórico


Para demostrar el fenómeno del deshielo del Ártico, la agencia
Efeverde publicó el 21 de abril de 2016 que: "El deshielo del
Ártico puede igualar su máximo histórico desde 2012". Se
menciona que según los expertos, los datos del 2016 son tan
desalentadores como los de 2012, cuando se redujo la superficie
de hielo marino del Ártico a un mínimo histórico de 3,4 millones
de kilómetros cuadrados.

El deshielo del Ártico ya es un hecho. Un grupo de científicos alertó


hoy de que este año el deshielo del Ártico podría igualar el récord de
2012, cuando se produjo la mayor pérdida de superficie registrada
hasta entonces. Los físicos polares del centro alemán Alfred Wegener
presentaron sus cálculos en Viena durante la asamblea de la Unión
Europea de Geociencia, en la que explicaron que sus pronósticos se
basan en la evaluación de datos por satélite.

El calentamiento global en el Ártico es mucho mayor que en otras


regiones del planeta por el conocido como "efecto albedo", que mide
la reflexión de la luz solar sobre la Tierra. Cuando el albedo tiene
valores muy altos -como en zonas de nieve y hielo- se da un efecto de
enfriamiento, ya que se retiene menos energía en la Tierra; y al
contrario, valores bajos de albedo provocan un efecto de
calentamiento.

Siguen mencionando que: "El deshielo del Ártico generará también un


mayor oleaje en la región, ya que las capas de hielo suponen una
barrera natural para las olas del Atlántico. Estas olas más potentes
acelerarán también el deshielo en el Ártico, ya que golpearán de forma
más virulenta las masas de hielo. Además, podría afectar a la capa de
hielo permanente que cubre el suelo en determinados lugares fríos del
planeta, conocido como permafrost, y que contiene metano, un gas de
efecto invernadero".

De esta forma, la pérdida de hielo tiene un efecto multiplicador del


calentamiento en el Ártico.

El clima del futuro


Sequías e inundaciones como consecuencias del cambio
climático
El clima del futuro se caracterizará por unos desajustes a nivel
climático que ya está provocando una serie de fenómenos
naturales de gran impacto, tales como sequías e incendios,
inundaciones, olas de calor, un aumento en la frecuencia de las
tormentas tropicales y una pérdida irrecuperable de la
biodiversidad en las zonas más importantes del planeta, como las
selvas y los bosques.

El clima del futuro se caracterizará  en Europa por un incremento de


las restricciones de agua debido a la reducción del flujo de los ríos y
acuíferos subterráneos, a la vez que aumenta la demanda de
irrigación, energía, industria y uso doméstico. Este proceso se
intensificará en determinadas zonas del continente debido a una
mayor pérdida de agua a través de la evaporación, que a su vez está
provocada por el aumento de las temperaturas.

Sin embargo, estas altas temperaturas también provocan olas de


calor, tales como las que vivimos en Europa en 2003, por lo que tienen
un impacto negativo en la salud, el bienestar público, la productividad
laboral, la producción agrícola y la calidad del aire, así como el riesgo
de un aumento.

Por otra parte, el 2014 fue el año más caluroso de Brasil, por lo que se
sucedieron severas sequías e inundaciones, que no solo afectaron a
este país, sino también a Paraguay, Argentina y Uruguay. Se alerta de
una mayor probabilidad de inundaciones, concretamente en las zonas
costeras y las cuencas de los ríos, a causa de la urbanización
creciente, la erosión de la costa y el aumento del nivel del mar por la
descongelación de los glaciares.
Se prevén también sequías en todo centroamérica y el Caribe, en el área
nordeste como Venezuela y Guyana, así como también la zona suroeste,
concretamente en Chile y el sur de Argentina. Sin embargo, las
precipitaciones y posiblemente inundaciones, se prevén en Ecuador,
Colombia y Uruguay.

Este último fenómeno mencionado también está provocado por el


calentamiento global, ya que es el aumento de las temperaturas lo que
provoca el derretimiento acelerado de las capas de hielo y los
glaciares, así como también de la nieve de las altas cumbres del
mundo. El agua liberada se acumula finalmente en el mar, lo que
podría provocar que en los próximos 45 años se experimente un
aumento considerable del nivel del mar, lo suficiente como para
inundar ciudades costeras de las zonas bajas del planeta, así como
los deltas de los ríos.

Este aumento del nivel del mar afectará a más de 600 millones de
personas que viven en las áreas costera de Latinoamérica y el Caribe,
en forma de severas inundaciones en las costas. Por otra parte,
también se sufrirá un calentamiento de los océanos y la acidificación
asociada al cambio climático, lo que disminuirá aún más la pesca
marítima.

Evidencias del daño ambiental

Las evidencias del daño ambiental son claras


Las evidencias del daño ambiental  y del cambio climático son medibles
científicamente en todas las partes del planeta. Afectan tanto a las personas como
al medio ambiente, lo que provocará cambios drásticos y repercursiones
irreversibles.

Las evidencias del daño ambiental se destacan...


• La atmósfera contiene más dióxido de carbono. El CO2 es el principal gas
responsable del cambio climático, su concentración en la atmósfera ha aumentado de
278 partes por millón, antes de la era industrial, a 379 ppm.

• El mundo industrializado ha aumentado un 30% la concentración de gases de efecto


invernadero desde el siglo pasado.

• Estrés hídrico. Desde los años 70 se han observado en muchas regiones sequías más
intensas y prolongadas, especialmente en el Sahel, el Mediterráneo, África meridional y
partes de Asia meridional.

• La fundición de glaciares y placas de hielo, respectivamente ha producido un


aumento del nivel del mar. Se calcula que en el siglo XX el aumento total fue de 0.17
metros.

• El Ártico se calienta. La extensión media anual del hielo del Océano Ártico se redujo
en un 2,7% por decenio, el hielo marino disminuye en general en verano en un 7,4%.
Los glaciares de montaña y la cubierta de nieve han disminuido en ambos hemisferios.

• Aumento de los fenómenos climatológicos. El cambio de la temperatura de la Tierra


genera que la intensidad de fenómenos meteorológicos se transformen, las lluvias y
tormentas duran más de lo habitual, al igual que las nevadas y las olas de calor. Las
zonas húmedas se han vuelto más húmedas, y las zonas secas llegan a ser casi
desérticas.

• Se estima que la temperatura media mundial podría aumentar entre 1 ºC y 6 ºC en


este siglo y las lluvias disminuir a casi la mitad.

Impacto ambiental del cambio


climático
El impacto ambiental del cambio climático puede
apreciarse ya
El impacto ambiental del cambio climático se agravará
rápidamente. La temperatura media global se ha elevado 0,85
grados entre 1880 y 2012, un incremento que se ha acentuado en
las últimas tres décadas.

El impacto ambiental del cambio climático aumenta la frecuencia y la


intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, como olas de
calor, sequías e inundaciones, así como la degradación de hábitats y
extinción de especies. Se espera que este impacto se agrave más si
cabe.

En Europa, los mayores aumentos de temperatura se observan en las


regiones meridional y ártica. Las precipitaciones disminuyen en el sur
de Europa y aumentan en el norte y noroeste. Son cambios que
afectan a los ecosistemas naturales, la salud humana y los recursos
hídricos. En los sectores económicos como la silvicultura, la
agricultura, el turismo y la construcción, donde las consecuencias
serán negativas en su mayor parte.

A nivel medioambiental, el cambio climático provoca un impacto


repentino en forma de desastres naturales, tales como inundaciones o
terremotos, pero a su vez también provoca un impacto lento, en forma
de sequías o en un aumento del nivel de los océanos, lo que causa
desplazamientos humanos.

En los países más pobres, las consecuencias del cambio climático


también serán evidentes, ya que disminuirá la producción agrícola, subirá
el nivel del mar, empeorará la calidad de vida como consecuencia del
estrés hídrico, y se producirá un aumento del riesgo de conflictos
regionales.
Efectos del cambio climático

Los efectos del cambio climático son ya catastróficos


Uno de los temas más controvertidos en la actualidad es el
cambio climático y los efectos que tiene sobre el planeta. Es un
tema de debate, donde sus efectos ya son notables y amenazan
con ser generalizados y catastróficos. Estos efectos tienen
incidencia en los medios de subsistencia de todas las partes del
planeta, en las economías, en la salud y en la seguridad
alimentaria global.

Aumento del nivel del mar: cuando la temperatura de la superficie


terrestre se calienta, se produce la fusión del hielo de los glaciares, del
hielo marino, así como de la plataforma de hielo polar. Cuando esto
sucede, aumenta la cantidad de agua que desemboca en los océanos
de todo el mundo y conduce a que crezcan los niveles del mar
drásticamente, poniendo en peligro numerosas ciudades que se sitúan
bajo el nivel del mar.

Olas de calor: las olas de calor se han vuelto cada vez más comunes,
y la tazón es que los gases de efecto invernadero que están atrapados
dentro en la atmósfera. Los estudios indican que estas olas de calor
seguirán aumentando en los próximos años. Esto dará lugar a un
aumento de enfermedades relacionadas con el calor y también
desencadenar innumerables incendios.

Tormentas: cuando la temperatura de los océanos se vuelve más


cálida, las tormentas son más intensas. El calentamiento global hará
que las tormentas puedan llegar a ser extremadamente graves. El
agua caliente del océano alimentará la intensidad de las tormentas y
dan como resultado un mayor número de huracanes. Efectos como
estos se están sintiendo ya hoy.

Sequía: las sequías se encuentran en el polo opuesto de este


espectro y podemos ver que ya están causando estragos en varias
partes de nuestro planeta. El planeta se está calentando y, a su vez
disminuye el agua dulce, lo que lleva a malas condiciones en la
agricultura. Esto conlleva la pérdida de cosechas y a incertidumbre
respecto a la seguridad alimentaria.

Especies de extinción: la desertificación, el aumento de las


temperaturas de los océanos así como la deforestación está
contribuyendo a los cambios desastrosos e irreversibles que se están
produciendo en el hábitat y amenaza con poner en peligro a varias
especies, que pronto podrían extinguirse. Una característica crucial
para la supervivencia humana es la biodiversidad, y la pérdida de flora
y fauna a causa de la extinción en masa que amenazan a nuestro
planeta, nos pone en peligro.

Enfermedades: cuando hay un cambio en el hábitat, las temperaturas


más cálidas, inundaciones y sequías, crean condiciones adecuadas
para que las ratas, mosquitos, así como otras plagas que son
portadores de enfermedades, se desarrollen. Enfermedades como el
cólera, virus del Nilo Occidental, la enfermedad de Lyme o la fiebre del
dengue son cada vez mayores.

Inestabilidad económica: la economía de un país está directamente


relacionada con las consecuencias del cambio climático. Los
desastres naturales como inundaciones o huracanes son costosos. La
crisis mundial está dando lugar a tensiones económicas por controlar
las materias primas que cada vez cuestan más.
Destrucción de ecosistemas: el aumento de los gases de efecto
invernadero no sólo está provocando cambios drásticos en la
atmósfera, sino que también afecta al suministro de agua, el aire
limpio y a la agricultura, así como a los recursos energéticos. Las
plantas y los animales mueren o se trasladan a otros hábitats cuando
los ecosistemas de los que dependen para sobrevivir se ven
amenazados por el calentamiento de la temperatura del mar, como es
el caso de los arrecifes de coral.

Cambios en los ecosistemas

El cambio climático también impacta en los


ecosistemas
Los ecosistemas estan sufriendo el impacto del cambio climático a gran escala. Los
más afectados son los Andes, las selvas tropicales, las sabanas o las regiones
circumpolares. Como consecuencia, los pueblos de estas regiones dependen de
estos recursos naturales cada vez más amenazados.  

Los ecosistemas cambian por el cambio climático. Los pueblos situados en las zonas de


los Andes, los bosques tropicales, las sabanas o las regiones circumpolares, dependen de
los recursos naturales para subsistir, recursos cada vez más amenazados.

La mayoría de pueblos indígenas de América Latina se basa en una economía de


subsistencia (propio cultivo de hortalizas y cereales, la caza y la pesca) y dependen en
gran medida de las condiciones naturales. A la vez, su acceso a información,
infraestructura y tecnología sigue siendo menor que en otros grupos poblacionales. Así,
los pueblos indígenas de América Latina formarán parte de los grupos poblacionales
más afectados por los cambios climáticos ya ocurridos o previsibles.

Los cambios en la época y la cantidad de lluvias en la región amazónica, el deshielo de


los glaciares andinos y la resultante escasez de agua, el aumento de los huracanes en
América Central son, en su conjunto, indicios de cambios climáticos que se reflejan
directamente en la seguridad alimentaria y en las condiciones de vida de los pueblos
indígenas. Por lo tanto, los cambios climáticos conllevarán forzosamente una
modificación en las costumbres de vida y de alimentación de los pueblos indígenas.

Las consecuencias de los cambios en los ecosistemas tienen implicaciones en la manera


en que dichos pueblos los gestionan y protegen, ya que deben sustituir sus formas de
vida tradicionales por una gestión más occidental, provocando así una amenaza por la
conservación del conocimiento local y de sus modos de subsistencia.

Por lo que, para los pueblos indígenas, el cambio climático no es solo una
amenaza a nivel medioambiental, sino también como una pérdida a nivel cultural.

Para muchos pueblos es vital que la relación entre naturaleza, espíritus y seres humanos
se encuentre en equilibrio. Se teme que los efectos del cambio climático erosionen las
estructuras tradicionales de dichos pueblos.

No obstante, sorprende ver que este impacto del cambio climático en estas


comunidades no es considerado a nivel gubernamental: no se tienen en cuenta sus
derechos como seres humanos ni tampoco ese necesario conocimiento local que se debe
preservar, ya que es en estas prácticas tradicionales donde podemos encontrar las
soluciones para luchar contra el cambio climático.

Salud y cambio climático

El cambio climático ya está incidiendo en la salud


humana
El cambio climático también incide en la salud de las personas.
Las condiciones climáticas tienen gran influencia en las
enfermedades transmitidas por el agua o insectos, cosa que se
producirá con mayor incidencia en el momento en que el cambio
climático prolongue las estaciones donde se transmiten dichas
enfermedades.
El cambio climático ya está incidiendo en la salud de toda la población.
El paludismo es un ejemplo de enfermedad transmitida por un
mosquito que afecta a casi 600.000 personas al año, especialmente
niños menores de cinco años residentes en zonas africanas, según la
OMS. Enfermedades como la malaria o el dengue que históricamente
han estado en un concreto ámbito geográfico, ahora están surgiendo
en otras áreas donde la población no tiene inmunidad, añadiendo a
este hecho, los escasos conocimientos e infraestructuras de los que
disponen.

Respecto a las temperaturas del aire, éste también será un importante


factor que incidirá en las defunciones previstas, provocando
enfermedades cardiovasculares y respiratorias, sobre todo en la
población de edad avanzada. Tenemos el ejemplo de la ola de calor
que sufrió Europa en 2003, donde la cifra de defunciones ascendió a
las 70.000 personas según la OMS. No obstante, las altas
temperaturas también reducirán la producción de alimento básico que
a su vez provocará un aumento de la malnutrición y desnutrición,
causantes de la mayor tasa de mortalidad al año.

Los desastres naturales y la meteorología también tienen incidencia


en la salud, ya que el aumento del nivel del mar destruirá hogares y
servicios médicos. Por otra parte, la variabilidad de las precipitaciones
afectará al suministro de agua dulce, haciendo que su escasez ponga
en peligro la higiene y aumente el riesgo de contraer enfermedades
diarreicas, que a su vez provocan aproximadamente 760.000
defunciones en menores de cinco años, según la OMS, juntamente
con la hambruna.

Simultáneamente, se está evidenciando un aumento y frecuencia de


las inundaciones debido a las intensas precipitaciones del último siglo.
A causa de ello, se contaminan fuentes de agua dulce y se incrementa
el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua,
propiciándose a su vez los criaderos de insectos. Por otra parte,
dichas inundaciones también causan daños a las viviendas y a los
suministros médicos.

El cambio climático será entre 2020 y 2030 el causante de 250.000


muertes adicionales al año según la OMS, debido al estrés calórico,
malnutrición y paludismo, entre otros. Las zonas con escasas
infraestructuras sanitarias serán las menos capacitadas para enfrentar
esta situación.

¿Quiénes están es riesgo? Son especialmente vulnerables a este


fenómeno los habitantes de zonas costeras, polares y montañosas
que no cuentan con suficiente infraestructura sanitaria, siendo el
sector poblacional más afectado el de los niños y las personas
mayores.

Seguridad alimentaria

La seguridad alimentaria en peligro por el cambio


climático
La agricultura, la seguridad alimentaria y el cambio climático
están íntimamente relacionados. Tratar de erradicar el hambre en
el mundo al mismo tiempo que nos preparamos para alimentar a
una población cada vez mayor en el contexto de un clima
cambiante es un desafío que define nuestra era.

La seguridad alimentaria en un contexto de cambio climático resulta


un desafío.  La agricultura es un sector clave, tanto por las emisiones
que el sector en sí genera como por los efectos perjudiciales que
sufren las comunidades rurales a consecuencia del aumento de la
variabilidad del clima y la pérdida de recursos.
El sector agrícola se está viendo especialmente afectado por el
cambio climático, y las comunidades más vulnerables van a necesitar
ayuda para poder hacer frente a los desafíos relacionados con el clima
-la desertificación, la degradación de la tierra, la sequía, las
inundaciones y la escasez de agua- en el futuro más inmediato.

La agricultura de pequeña escala sufre ya los efectos adversos


derivados del cambio climático, puesto que se han ido echando a
perder cosechas, hecho que ha exacerbado la desigualdad de
ingresos,  ha reducido las rentas de los hogares campesinos y ha
socavado la seguridad alimentaria, afectando además de forma
desproporcionada a las mujeres.

Con el aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos


extremos se están volviendo más frecuentes y agresivos, ya que las
estaciones meteorológicas que antes eran estables están cambiando y
las lluvias desapareciendo.

Mientras las familias agricultoras están luchando por salir adelante,


casi mil millones de personas con pocos recursos están
experimentando graves dificultades para alimentar a sus familias.

El arroz y el maíz son dos de los cultivos más importantes -de ellos
dependen millones de personas en Asia, África y América- que están
experimentando una disminución de las cosechas. Se calcula que las
cosechas de maíz caeran un 15% hacia el año 2020 en la mayor parte
del África subsahariana y en la Índia.

Se estima que si no se actúa urgentemente se perderán de manera


inmediata 50 años de trabajo en el desarrollo de los países más
pobres, ya que el hambre provocada por el cambio climático podría
ser la mayor tragedia del siglo.
Lucha contra el cambio climático

El cambio climático requiere un plan de lucha global


El cambio climático requiere de planes de mitigación globales, no
solo a nivel gubernamental, sino también como ciudadanos, para
conseguir un plan de lucha global. La necesidad de lucha contra
el cambio climático requiere nuestra atención, haciéndose ahora
más necesario que nunca. 

La lucha contra el cambio climático también se lleva a cabo por


algunas empresas y algunos sectores industriales, quienes ya están
empezando a comprender que al recortar sus emisiones de gases
invernadero no sólo combaten el cambio climático sino que también
pueden ahorrar dinero, mejorar su competitividad y reforzar su
reputación corporativa.

Cada vez son más las empresas que trabajan para reducir sus
emisiones y luchar contra el cambio climático. Por ejemplo, una gran
empresa multinacional que fabrica diferentes productos en distintas
regiones del mundo ha ahorrado 1.500 millones de euros desde 1990
reduciendo el consumo de energía e instalando nuevas tecnologías
respetuosas con el medio ambiente en sus fábricas. Además, ahorra
entre 7 y 11 millones de euros gracias al uso de las energías
renovables. Con estas medidas, ha reducido sus emisiones de gases
invernadero en un 67% desde 1990.

Cerca de 11.500 grandes emisores del sector de la generación de


energía y calor, y de determinados sectores intensivos en energía en
la UE participan también en el comercio de las emisiones de la UE. En
virtud de estos planes, están autorizados a liberar solamente una
cantidad limitada de CO2 sin cargo alguno.Esto les anima a mejorar
su eficiencia energética y a invertir en nuevas tecnologías respetuosas
con el medio ambiente. El desarrollo de las tecnologías respetuosas
con el medio ambiente también genera nuevos puestos de trabajo y
abre nuevos mercados. Gracias a los programas de apoyo para la
energía eólica en varios países de la UE, las empresas europeas
suministran en la actualidad el 90% del mercado global de los equipos
de energía eólica.

Algunas asociaciones de fabricantes europeos, japoneses y coreanos de


automóviles se han comprometido voluntariamente a reducir las
emisiones medias de CO2 de los nuevos vehículos de pasajeros
vendidos en Europa en aproximadamente una cuarta parte de los niveles
de 1995 antes de 2008 o 2009.

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