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UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN FACULTAD

DE CIENCIAS DE LA SALUD

E.P. psicología

MONOGRAFÍA

Tema: Estilos de vida saludable

Docente: Dianeth Plácida Jove Bejar

Alumna: Camila Laleska Yupanqui Vizcarra

Grupo: 4

Puno, 04 de agosto de 2020

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Índice General

Índice General.............................................................................................................................................1
1. Introducción........................................................................................................................................2
2. Estilos de vida saludable......................................................................................................................3
3. Hábitos de una vida saludable.............................................................................................................4
4. Alimentación saludable.......................................................................................................................6
4.1. Características que debe tener una alimentación saludable.......................................................6
4.2. Cantidad de alimentos que se debe consumir.............................................................................7
5. Conclusión...........................................................................................................................................9
Bibliografía................................................................................................................................................10
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1. Introducción

El deterioro de la salud de la población y el aumento de la prevalencia de las


enfermedades crónicas es un problema mundial cuyas causas son multifactoriales y complejas.
La sociedad de consumo en la que vivimos no invita a llevar una vida saludable, y las
consecuencias son más devastadoras si tenemos en cuenta las desigualdades sociales, el contexto
económico y la explosión demográfica de las últimas décadas.
La expansión de los malos hábitos nutricionales, la obesidad y la hipertensión
contribuyen cada vez más a un desarrollo epidémico de las enfermedades cardiovasculares.
En este contexto, la capacidad de los organismos nacionales e internacionales y de las
agencias reguladoras para actuar sobre los intereses de la industria es muy limitada y es
necesario buscar vías alternativas para reducir la carga de enfermedad.
Los estudios publicados en los últimos años sobre las tasas de cumplimiento de los
cambios en el estilo de vida por parte de los pacientes y de su adherencia a la medicación
prescrita arrojan datos alarmantes. Más del 50% de los enfermos, como promedio, deciden
abandonar el tratamiento que se les había prescrito, y los objetivos propuestos para mejorar sus
hábitos (dejar de fumar, perder peso o realizar mayor actividad física) se cumplen en un
porcentaje igual o menor.
Es necesario buscar soluciones a este problema que, más allá de las consecuencias que
tiene para la salud individual, cuestiona seriamente la relevancia de los resultados de los estudios
clínicos y acarrea un enorme gasto económico, ya que se asocia a fracaso en la consecución de
los objetivos terapéuticos y mayor tasa de hospitalizaciones y muerte.
La mejora de la comunicación entre médicos y enfermos, la participación activa de otros
profesionales de la salud y el desarrollo de formulaciones farmacológicas combinadas se perfilan
como estrategias capaces de mejorar la adherencia al tratamiento y reducir los costes
económicos.
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2. Estilos de vida saludable

Los estilos de vida saludables en adultos y niños están basados en una alimentación sana

y equilibrada, en la actividad física frecuente y en evitar malos hábitos como fumar o beber

alcohol. Llevar una vida saludable es fundamental para mantenerte sano, prevenir enfermedades,

ser productivo, feliz y mantener buenas relaciones con tus personas cercanas.[ CITATION Lif \l

10250 ]

Estilo de vida, hábito de vida o forma de vida hace referencia a un conjunto de

comportamientos o actitudes cotidianos que realizan las personas, algunos de los cuales pueden

ser no saludables.

De igual modo, el estilo de vida es la base de la calidad de vida, concepto que la

Organización Mundial de la Salud –OMS- define como "la percepción que un individuo tiene de

su lugar en la existencia, en el contexto de la cultura y del sistema de valores en los que vive y en

relación con sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes".[ CITATION tel \l

10250 ]

Está relacionada con los siguientes aspectos: 

 Satisfacción en las actividades diarias.


 Satisfacción de las necesidades.
 Logro de metas de vida.
 Autoimagen y la actitud hacia la vida.
 Participación de factores personales y socio ambientales.

Entre los estilos de vida que afectan la salud y con ello la calidad de vida de las

personas, se encuentran los siguientes:


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Consumo de sustancias tóxicas:

 Tabaco, alcohol y otras drogas. 


 Sedentarismo, falta de ejercicio. 
 Insomnio. 
 Estrés. 
 Dieta desbalanceada. 
 Falta de higiene personal. 
 Errada manipulación de los alimentos. 
 No realizar actividades de ocio o aficiones. 
 Falta de relaciones interpersonales. 
 Contaminación ambiental. 

Algunos estilos de vida saludables que debemos tener en cuenta para alcanzar la calidad

de vida que deseamos son: 

 Tener sentido de vida, objetivos de vida y plan de acción. 


 Mantener la autoestima, el sentido de pertenencia y la identidad. 
 Mantener la autodecisión, la autogestión y el deseo de aprender. 
 Brindar afecto y mantener la integración social y familiar. 
 Promover la convivencia, solidaridad, tolerancia y negociación. 
 El autocuidado. 
 Tener acceso a seguridad social en salud. 
 Controlar factores de riesgo como obesidad, vida sedentaria, tabaquismo, alcoholismo, abuso
de medicamentos, estrés y algunas patologías como hipertensión y diabetes. 
 Realizar actividades en tiempo libre y disfrutar del ocio. 
 La estrategia para desarrollar estilos de vida saludables radica esencialmente, según Bassetto,
en el compromiso individual y social que se tenga.

3. Hábitos de una vida saludable

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de

completo bienestar físico, mental y social”, lo que supone que este concepto va más allá de la

existencia o no de una u otra enfermedad. En consecuencia, más que de una vida sana hay que
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hablar de un estilo de vida saludable del que forman parte la alimentación, el ejercicio físico, la

prevención de la salud, el trabajo, la relación con el medio ambiente y la actividad social.

Desde esta perspectiva se puede determinar que los hábitos necesarios para llevar una

vida saludable son los siguientes:   

 Dieta equilibrada: una alimentación saludable se rige por incluir todos los alimentos
contemplados en la pirámide nutricional, pero en las proporciones adecuadas y en la cantidad
suficiente (no más) para mantener las necesidades nutricionales del organismo en función del
consumo energético que éste realiza con la actividad diaria. El valor energético diario de la
dieta debe ser de 30-40 kilocalorías por hilo de peso. Los hidratos de carbono deben ocupar
un 50-55% de los nutrientes, con no más de un 10% de azúcares simples. Las grasas han de
ser un 30% del valor energético total, repartiéndose del siguiente modo: un 15-20% de grasas
mono insaturadas, un 5% de poliinsaturadas y no más de un 7-8% de saturadas. Las proteínas
consumidas no deben superar el 10% de la dieta. Finalmente, se debe aportar al organismo
unos 20-25 gramos de fibra vegetal.
  
 Hábitos tóxicos: el tabaco, el alcohol y las drogas inciden de forma muy negativa sobre la
salud. La única tolerancia se refiere exclusivamente al vino o la cerveza, de los que incluso se
recomienda el consumo del equivalente a una copa diaria.
  
 Ejercicio físico: las recomendaciones generales determinan unos 30 minutos diarios de
actividad física, siendo suficiente caminar a paso rápido durante este tiempo. Ello permite
quemar las calorías sobrantes y fortalecer músculos y huesos, pero también ayuda a controlar
la tensión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa en sangre, además de contribuir a la
eliminación del estrés y ayudar a dormir mejor, adquirir un estado de relajación y evitar
cambios de humor, mejorar la autoestima y el estado de satisfacción personal. También
puede ser un buen medio para desarrollar una saludable actividad social cuando el ejercicio
se hace en compañía.
  
 Higiene: una higiene adecuada evita muchos problemas de salud: desde infecciones a
problemas dentales o dermatológicos. El concepto de higiene no sólo se refiere al aseo y
limpieza del cuerpo, sino que afecta también al ámbito doméstico.
 Productos tóxicos: son muchos los productos a los que la exposición del organismo, puntual
o continuo, puede resultar en un serio riesgo para la salud. La contaminación ambiental de las
ciudades está considerado como uno de los factores de riesgo más importantes para la salud.
  
 Equilibrio mental: no se refiere a la existencia de enfermedades mentales, sino al estado de
bienestar emocional y psicológico, necesario para mantener y desarrollar las capacidades
cognitivas, las relaciones sociales y el afrontamiento de los retos personales y profesionales
de la vida diaria. El estrés, el cansancio, la irascibilidad, la ansiedad son, entre otros, algunos
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de los signos que indican que el estado mental no es del todo saludable.
  
 Actividad social: las relaciones sociales son un aspecto fundamental para la salud del ser
humano y, en consecuencia, para un envejecimiento saludable. El aislamiento social puede
llevar a un deterioro gradual e irreversible de las capacidades físicas y mentales, incluso a la
incapacidad física y la demencia.[ CITATION San \l 10250 ]

4. Alimentación saludable

La alimentación saludable es aquella que aporta a cada individuo todos los alimentos

necesarios para cubrir sus necesidades nutricionales, en las diferentes etapas de la vida (infancia,

adolescencia, edad adulta y envejecimiento), y en situación de salud. Ten en cuenta que este

apartado hace referencia a la alimentación saludable en general, y lo puedes utilizar como base

en tu alimentación diaria. En caso de presentar síntomas específicos relacionados con la

enfermedad o el tratamiento, debes dirigirte al apartado de recomendaciones dietéticas

específicas.

Cada persona tiene unos requerimientos nutricionales en función de su edad, sexo, talla,

actividad física que desarrolla y estado de salud o enfermedad.

Para mantener la salud y prevenir la aparición de muchas enfermedades hay que seguir un

estilo de vida saludable; es decir, hay que elegir una alimentación equilibrada, realizar actividad

o ejercicio físico de forma regular (como mínimo caminar al menos 30 minutos al día) y evitar

fumar y tomar bebidas alcohólicas de alta graduación. [ CITATION Aea \l 10250 ]

4.1. Características que debe tener una alimentación saludable

Una dieta saludable tiene que reunir las características siguientes:


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 Tiene que ser completa: debe aportar todos los nutrientes que necesita el organismo:

hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas, minerales y agua.

 Tiene que ser equilibrada: los nutrientes deben estar repartidos guardando una proporción

entre sí. Así, los hidratos de carbono (CHO) han de suponer entre un 55 y un 60% de las kcal

totales al día; las grasas, entre un 25 y un 30%; y las proteínas, entre un 12 y un 15%.

Además, hay que beber de 1,5 a 2 litros de agua al día.

 Tiene que ser suficiente: la cantidad de alimentos ha de ser la adecuada para mantener el

peso dentro de los rangos de normalidad y, en los niños, lograr un crecimiento y desarrollo

proporcional.

 Tiene que ser adaptada a la edad, al sexo, a la talla, a la actividad física que se realiza, al

trabajo que desarrolla la persona y a su estado de salud.

 Tiene que ser variada: debe contener diferentes alimentos de cada uno de los grupos

(lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves, pescados, etc.), no

solo porque con ello será más agradable, sino porque, a mayor variedad, habrá también una

mayor seguridad de garantizar todos los nutrientes necesarios.

4.2. Cantidad de alimentos que se debe consumir

El concepto de cantidad está unido al de ración. Por ración entendemos la cantidad o

porción de alimento adecuada a la medida de un plato «normal»; también puede hacer referencia

a una o diversas unidades: huevo, yogur, piezas de fruta, etc. En la tabla de frecuencia

recomendada para cada grupo de alimentos, encontrarás las medidas caseras y su peso por ración

equivalente para un adulto sano. Pero recuerda que son recomendaciones generales, si presentas
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poco apetito o algún síntoma específico debes seguir las recomendaciones para esta situación. La

tabla de frecuencia recomendada para cada grupo de alimentos te servirá de guía.

Figura 1 Frecuencia recomendada para cada grupo de alimentos


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5. Conclusión

Consumir alimentos vegetales en abundancia. Las verduras, hortalizas y frutas tienen que

ser la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra alimentación. Se recomienda

consumir 5 raciones de fruta y verdura al día.

Tomar productos lácteos desnatados. Son importantes fuentes de proteínas, minerales y

vitaminas.

Consumir pescado en abundancia y huevo. Se recomienda consumir pescado azul como

mínimo 2 veces a la semana ya que sus grasas (aunque son de origen animal) tienen propiedades

parecidas a las grasas de origen vegetal. El huevo es un alimento muy completo que nos aporta

proteínas de buena calidad, grasas y vitaminas y minerales, por lo que consumirlo 3 o 4 veces a

la semana como alternativa de la carne o el pescado es una muy buena opción.

Elegir carnes magras y tomarlas como parte de platos a base de verduras y cereales. El

consumo excesivo de grasas animales no es recomendable. Sin embargo, también contienen

nutrientes importantes como proteínas y hierro, fundamentales para nuestro organismo.

Utilizar aceites vegetales y los productos derivados de ellos, como la margarina. 

Sustituir el consumo de grasas saturadas (presentes principalmente en alimentos como la

carne, los lácteos enteros y la mantequilla) por grasas provenientes de aceites vegetales como el

girasol, el maíz o la oliva y sus derivados como la margarina pueden aportarnos beneficios en

la salud cardiovascular a largo plazo.

Incorporar el pan y alimentos procedentes de cereales a la dieta. Este tipo de alimentos es

rico en hidratos de carbono, por lo que nos aportan energía. Además, los productos integrales no
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aportaran más fibra, minerales y vitaminas. Fruta fresca para postre. La fruta fresca debería ser el

postre habitual de cada una de nuestras comidas y se deberían dejar los dulces, pasteles o postres

lácteos para ocasiones especiales.

Agua. Es fundamental para nuestro organismo y constituye la bebida más apropiada para

acompañar nuestras comidas e hidratarnos durante el día.

Realizar actividad física. Practicar a diario alguna actividad física es importante para

mantener un peso saludable y gozar de buena salud.

Bibliografía

Aeal. (s.f.). Obtenido de http://www.aeal.es/alimentacion-y-nutricion/3-alimentacion-saludable/

Lifeder .com. (s.f.). Obtenido de https://www.lifeder.com/estilos-de-vida-saludables/

Sanitas. (s.f.). Obtenido de https://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-


salud/estilo-vida/prepro_080021.html

telemedicina blogspot. (s.f.). Obtenido de


http://www.telemedicinavirginiaforero.blogspot.com/2015/03/estilo-de-vida-saludable.html

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