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Pedro Paulet

Biografía
Nació en Arequipa, Perú, el 2 de julio de 1874, en una familia formada por Pedro Paulet
y Antonina Mostajo y Quiroz. Fue siempre un estudiante activo, idóneo para la ciencia y
apasionado por el arte. Desde niño mostró un gran interés por viajar al espacio.
A los 19 años, recibió una beca en reconocimiento por su excelencia académica, por
parte del gobierno peruano que le permitió viajar a Europa a cursar estudios de
ingeniería. Fue entonces en París donde estudió en La
Sorbona ingeniería y arquitectura y se graduó en el Instituto de Química Aplicada,
obteniendo con la más alta distinción el título de Ingeniero químico
Fue un sabio multidisciplinario: arquitecto, ingeniero, mecánico, químico, economista,
geógrafo, escultor, diplomático, escritor, periodista, conferencista e inventor visionario.
De niño, Paulet lanzaba cohetes caseros que había aprendido a fabricar. "De la Tierra a
la Luna" (1865), el libro de Julio Verne inspiró su sueño de viajar por el espacio. Y él
experimentaba con rigor lógico y precisión matemática que, decía Víctor Andrés
Belaúnde, primaban en el colegio donde ambos estudiaron, San Vicente de Paul.
Por su origen humilde, casi no fue a la universidad. El Rector de la Universidad San
Agustín, Dr. Luciano Bedoya, conocía sus dotes de genio y pidió al jurado que le
tomaran un examen, el cual aprobó entre aplausos. Luego el gobierno de Remigio
Morales Bermúdez supo de él y lo becó para estudiar Ingeniería y Arquitectura en el
Instituto de Química Aplicada de la Universidad La Sorbona, en Francia. A fines del siglo
XIX, inventó allí el motor-cohete espacial de combustible líquido. El mayor conocedor de
la ciencia de los explosivos, Marcelin Berthelot, su profesor, le aconsejó probar con las
panclastitas, explosivo recién inventado por Eugene Turpin. Pedro Paulet concluyó que
el peróxido de nitrógeno y la gasolina que lo componían eran los propelentes ideales
para su motor.
En 1902, siendo cónsul peruano en Amberes, Bélgica, diseñó el Avión Torpedo, el
primer antecedente de una nave impulsada por cohetes. El año siguiente en 1903, los
hermanos Wright hicieron volar un aeroplano. Paulet volvió al Perú en 1905, convencido
de que su nave era mejor. Pero se impusieron los aviones de hélice, al que él
consideraba pobres cometas. Él volvió a Europa en 1911 en busca del ambiente propicio
para su invento.
En 1927, el norteamericano Charles Lindbergh logró volar de New York a París en
treinta y tres horas y media. El austriaco Max Valier, en su artículo "De Berlín a New
York en una hora", propuso un proyecto de una nave empujada por cohetes de
combustible líquido para batir ese récord. A continuación, el peruano Paulet difundió en
alemán una carta, publicada el 7 de octubre de 1927 en el diario peruano El Comercio,
en la cual él aseguraba que tres décadas antes había diseñado un avión-cohete superior
y estaba buscando los fondos para fabricarlo.
Para él, su nave era superior a la de Valier porque tenía un ala delta pivotante con varios
motores-cohete en la base. Con la punta hacia arriba, despegaría verticalmente. Al girar
el ala, se desplazaría en forma horizontal. De nuevo en posición vertical, el descenso
sería cómodo. La de Valier, que no tenía algo así, obligaría a sus ocupantes a dar
volatines al volver a la Tierra.
Pero el plato de fondo era su motor de combustible líquido. El rumano-alemán Hermann
Oberth había dejado claro, en su libro "Los cohetes hacia el espacio interplanetario"
(1923), que los viajes al espacio serían posibles con motores de esa clase. La carta de
Paulet llegó cuando los alemanes buscaban desarrollar uno.
Oberth era el líder moral de la Sociedad para Vuelos Espaciales (Verein für
Raumschiffahrt o VfR) Alemana. Valier era el hombre de acción. Había publicado en
1925 un libro, "El Avance en el Espacio", para difundir las ideas de Oberth entre la gente
común y se convirtió en un líder de opinión en la materia. Luego, dispuesto a pasar a la
práctica, viajó por Alemania, dando charlas para explicar su plan: probar cohetes en
autos, luego en aviones y al final en una nave espacial; además de construir un motor de
combustible líquido. Valier buscaba adeptos pero sobre todo financistas. Halló uno: el
fabricante de autos Opel.
Según Paulet, su motor podía funcionar durante al menos una hora. Pero los alemanes
parecían escépticos. Valier y Opel empezaron con autos impulsados por cohetes de
pólvora negra, o sea combustible sólido. Apenas lograron una combustión de segundos,
decidieron hacer presentaciones masivas. El 15 de marzo de 1928, Opel y Valier
realizaron el Opel Rak I, un evento multitudinario de autos impulsados por cohetes de
pólvora. Exactamente, ese mismo día, Valier escribió en Die Rakete (El Cohete), el
boletín de la VfR, que el motor de Paulet era de "asombrosa potencia".
Atención con esto. El 23 de mayo de 1928, ante dos mil asombradas personas, en el
autódromo de AVUS, cerca de Berlín, se realizó el Opel Rak II. Irónicamente, ese mismo
día, Oberth defendía sus teorías ante el stablishment científico alemán, que mostró su
escepticismo. Lo importante es que el 24 de mayo, Paulet representaba al Perú en el
Centenario de la Sociedad Geográfica de Berlín. ¿Estuvo un día antes en AVUS viendo
las demostraciones? ¿Se vio con los miembros de la VfR?
Hay indicios para creer que sí. Como que en su informe posterior al congreso pedía
fomentar la inmigración de científicos alemanes al Perú. Pero sobre todo porque Valier
actualizó su libro ese mismo año y escribió que Paulet "ha probado por primera vez
-comparado con los pocos segundos de combustión de los cohetes de pólvora- que es
posible, usando combustibles líquidos, construir un motor cohete que logre una
combustión de una hora".
La pasión por los vuelos espaciales crecía de la mano de Valier, que ya era un héroe
popular. El cineasta Fritz Lang iba a filmar la película "La Mujer en la Luna" y pensó que
sería buena publicidad lanzar el día del estreno un cohete de combustible líquido
fabricado por Oberth. Éste no tenía habilidades de mecánico, así que la gran
oportunidad era también un gran reto. Ese año salió el libro "El cohete para transporte y
vuelo", donde el ruso A.B. Scherschevsky, miembro de la VfR, consagraba al peruano.
Die Rakete había elogiado el libro del ruso. Oberth contrató al ruso para que fabricase la
cámara de combustión de su cohete. Pero éste tampoco sabía de mecánica y no
lograron nada que volase. Lang rompió el contrato.
En 1929, entró a la VfR un adolescente que, por imitar a Valier, puso cohetones a su
deslizador y acabó preso. Le pusieron de apodo "El joven delincuente". Se llamaba
Wernher von Braun. Se cuenta que la VfR quiso desarrollar la nave de Paulet y él se
negó al descubrir que querían hacer misiles de guerra. Esto tendría que ver con lo que
dice el escritor alemán Manfred Nagl, que Valier se reunió con Hitler -según dijo el propio
Führer- para pedirle financiar los misiles.
Ése fue el punto de quiebre. En 1929, Valier construyó un motor de combustible líquido
pero su auto no corrió muy veloz. Paulet habría mantenido en secreto la fórmula del
combustible. Valier sabía que era cosa de probar. En una de esas pruebas, una
explosión le quitó la vida en 1930. Su asistente, Arthur Rudolph, perfeccionó el motor y
en pocos años sería de los científicos que secundaron a Von Braun en el desarrollo de
los misiles V-2 en la Segunda Guerra Mundial.
Paulet siguió buscando que el Perú financiara su nave. Incluso propuso en Buenos Aires
la creación de una industria aeronáutica sudamericana (1944). Murió en 1945, meses
antes de que las fuerzas norteamericanas capturasen a Von Braun, Rudolph y otros,
quienes después construirían para la NASA el Saturno V, parte del programa Apolo, que
pondría al hombre en la Luna en 1969.

Aportes
El primer dispositivo diseñado por Pedro Paulet consistió en una rueda
de bicicleta provista de dos cohetes, alimentados por tubos unidos a los radios, por los
que la carga venía de una especie de carburador fijo, colocado cerca del eje, con un
anillo de agujeros por donde entraba la mezcla explosiva a dichos tubos, cada vez que
su boquilla pasaba por uno de los agujeros. El diseño se asemeja a las turbinas hoy
utilizadas por los aviones de reacción pero, en realidad, se trata de un motor industrial.
Estudió mucho el desplazamiento del calamar, lo cual le dio la idea de la creación de la
masa química para crear el desplazamiento a propulsión a chorro, masa que inventó y
que actualmente usan los cohetes espaciales, incluso este invento basado en el calamar
se difundió en una estampillas del correo estadounidense con el sello de la "NASA" en el
año 1974 al cumplirse 100 años de su natalicio.

Pedro Paulet en 1910.


Pedro Paulet tuvo la certeza de haber encontrado en el cohete el motor insuperable para
toda clase de vehículos y especialmente para los aéreos, aunque modificando
totalmente la estructura y la forma de los aviones conocidos en ese entonces. Frente a
los motores a vapor, eléctrico y de explosión que eran los más avanzados al principio
del siglo XX en materia de locomoción mecánica, Pedro Paulet ya había logrado diseñar
y construir un motor que superaba dichos motores mediante la utilización de fuerzas
explosivas retro-propulsoras de cohetes.
El "avión torpedo" que posteriormente Paulet prefiere llamar "autobólido" estaba
diseñado sobre la base de su motor a reacción y poseía una forma de "punta de lanza".
Esta nave aeroespacial tenía un espacio interior adecuado para una tripulación,
revestido a su vez en su parte externa con una capa de material resistente a las
condiciones del espacio y de la atmósfera. Paulet eligió el diseño esférico de la cabina
debido a que ésta forma geométrica es más resistente a las presiones externas
producidas por el medio ambiente y porque a su vez permite una completa libertad de
movimiento a la tripulación. Así mismo el diseño consideraba el uso de paredes térmicas
y la producción de electricidad para el instrumental por medio de baterías
termoeléctricas.
La nave espacial diseñada por Pedro Paulet estaba basada en principios completamente
diferentes a los conocidos en ese entonces. La nave de Paulet no tenía alerones, un
fuselaje con alas de avión tradicional, un motor a gasolina, ni tiene hélices. La nave
estaría construida de una esfera de aluminio con un interior de acero, con unas medidas
de 3 metros y medio de largo por dos y medio metros de ancho. La propulsión de
cohetes cayó en completo desuso por un tiempo, de tal modo que ni los mismos
aviadores tomaban en serio a los nuevos ingenieros de planeadores con motor de
hélice. En esta época la industria aeronáutica recién comenzaba, y a las personas no les
interesaba la teoría, sino los resultados prácticos.
En 1902 el físico-matemático ruso Konstantín Tsiolkovski, uno de los precursores de
la astronáutica diseñó una nave a retropropulsión para viajes interplanetarios guiándose
en los diseños y el prototipo denominado "Autobólido" que en 1895 había diseñado
Pedro Paulet. Asimismo en 1912, el profesor estadounidense Robert Goddard y
el científico alemán Hermann Julius Oberth (en 1923) perfeccionaron sus motores
experimentales sobre la base de la concepción inicial de Paulet.
Fue el propio director de la NASA y director del primer vuelo tripulado a la Luna, el
científico Wernher von Braun, quien reconoció que con su esfuerzo el peruano Pedro
Paulet ayudó a que el hombre abordara la Luna, y en el libro que el mismo von Braun
escribió conjuntamente con Ordway – "Historia Mundial de la Astronáutica" - recuerda
que Pedro Paulet, en París, entre 1895 y 1897 experimentó con su pequeño motor de
dos kilos y medio de peso, logrando un centenar de kilogramos de fuerza, y agrega "por
este hecho, Paulet debe ser considerado como el pionero del motor a propulsión con
combustible líquido".
Pedro Paulet también participó en la reconstrucción nacional del Perú. En honor al gran
inventor Pedro Paulet Mostajo, el 2 de julio se celebra en el Perú el "Día de la
Tecnología Aeroespacial".
Pedro Ruiz Gallo

El Teniente Coronel Pedro Ruiz nació en la villa de Eten el 24 de junio de 1831. Fueron sus
padres: el coronel español don Pedro Manuel Ruiz y doña Juliana Gallo, siendo niño perdió a su
padre. Estudió y trabajó en su pueblito natal, hasta los once años, edad en que pierde a su
madre, lo que lo obliga a viajar a Chiclayo y a trabajar en el oficio de relojero.

Su primer invento: una caja musical


Desde muy niño reveló su genio precoz, todos sus juegos infantiles revelaban al futuro inventor.
Se pasaba horas enteras en la playa, observando el vuelo de las aves y desde ya manifestaba
ansias de volar. Le fascinaba la mecánica. Llamó la atención un aparato de cuerda que hizo,
cuando tenía 10 años, aparato que producía hermosos sonidos. En Chiclayo se sostuvo
componiendo relojes y dedicado siempre a sus tenaces investigaciones. Todo indicaba en él que
estaba predestinado a grandes empresas.

Carrera militar
A los 15 años se trasladó a la capital. Movido por su vocación militar ingresó como cadete en
1848. Muy pronto por su corrección, valor y pericia, logró ascender a alférez y se inició así su
brillante carrera militar, bajo la égida de Castilla, del General Mariano Ignacio Prado, San Román,
Balta y Diez Canseco que le dispensaron gran consideración y afecto; sobre todo Castilla, Balta y
el General Prado, a lado del cual se batió en el glorioso combate del 2 de mayo de 1866.

Explorando la Amazonía
Sus más destacados servicios a la Patria comienzan por el año 1855 cuando tenía don Pedro Ruiz
el grado de Capitán. Era ayudante de la Prefectura de Amazonas, siendo Prefecto de ese
departamento el Coronel Cabada, cuando nuestro héroe inicia sus empresas de Explorador de la
Amazonía. Siguiendo el curso del gran afluente del Marañón descubre la ruta fluvial que une
Bongará con la capital amazonense y llega hasta el Pongo de Manseriche y, escapando de ser
victimado por los salvajes, debido a sus conocimientos de los dialectos nativos y a su don de
fascinarlos con la música de su violín, descubre la tribu de los Agua Ruma, las minas de pizarra y
mármol de chiliquín y salva de los efectos mortíferos de la picadura de las vívoras de la selva,
merced a sus conocimientos médicos.

Descubre una vacuna


En 1856 incursiona en la medicina, a causa de la epidemia de viruela, descubriendo una vacuna
con la cual salva la vida de miles de personas. Fue catalogado como el médico militar salvador.

El reloj de Chachapoyas
Después de estas hazañas fue ascendido a Mayor graduado en enero de 1865 y a Mayor efectivo
en febrero del mismo año, siendo Allende el Ministro de la Guerra. La gratitud de los
amazonenses fue grande para don Pedro Ruiz y de sus días en Chachapoyas quedó cual
monumento de su pericia el reloj público de aquella localidad.
Vencedor del Combate del 2 de mayo

Al iniciar el general Prado el movimiento de la Restauración, el entonces mayor Pedro Ruiz se alió
a tan noble y patriótica causa y peleó valientemente en el glorioso Combate del 2 de Mayo de
1866, en la Segunda Compañía del Regimiento de Jefes y Oficiales que comandaba el Teniente
Coronel Montalbán y cuyo jefe fue el Coronel Robles. La junta Calificadora presidida por el
General don Miguel Medina, lo declaró Vencedor del Combate del 2 de mayo; por cuyo motivo el
Gobierno del General Prado le concedió diploma de honor, la medalla de oro de la gratitud
nacional y su ascenso a Teniente Coronel.

Su monumental reloj de Lima

Terminado el conflicto con los españoles, Pedro Ruiz Gallo se dedica por entero a su obra
maestra: el reloj monumental, que embelleció nuestra capital y que fue llevado como botín por
el ejército chileno cuando entró a Lima.

El año 1868 un decreto del Presidente Balta consideró al Teniente Coronel don Pedro Ruiz
agregado al Estado Mayor General para que pudiese terminar su obra. Esta es la época de
mayores luchas de nuestro héroe. Se esgrimen contra él envidias e incomprensiones . Le quitan
hasta su ordenanza; le apresan su ayudante: le niegan sus sueldos; lo mal informan ante Balta; él
sigue sereno, impasible, rectilíneo, tenaz, perseverante en su obra monumental. 
Al fin un día ve realizado su sueño. El Congreso de 1868 a iniciativa del diario "El Comercio" de
Lima que aboga en su favor, da la ley necesaria y el gobierno de Balta, acatando al Congreso,
otorga la protección debida. Y el 6 de Diciembre de 1870 se inaugura la obra insigne. En los
jardines de la Exposición (el actual "Parque de Lima") se levantó el Reloj, comparable al reloj de
Strasburgo. 
Tenía once metros de altura, 16 de ancho y 5 de espesor; nueve esferas y señalaba los días, los
años, los meses, las estaciones, las fases de la luna, izaba el pabellón nacional y entonaba
nuestro mágico Himno. Cada hora renovaba un cuadro de la Historia y dos centinelas
presentaban armas, al son de la Marcha de Banderas, cuando izaba nuestro bicolor. Este reloj fue
el orgullo de nuestra capital, hasta que se lo llevó el ejército chileno en la desastrosa Guerra del
Pacífico.

Precursor de la aviación

Terminada su obra maestra, se dedicó a sus estudios y descubrimientos de aviación. Desde niño
tenía la obsesión de poder descubrir un aparato para volar. Hizo estudios serios sobre el vuelo
aerostático. Escribió una obra sobre navegación aérea: Estudios Generales sobre la Navegación
Aérea y Resolución de este importante problema", donde estudia los globos aerostáticos y
proyecta un aparato llamado "El Ornitoptero", que tendría la forma de un ave, pero funcionaría
con un motor, como los actuales ultra-leves. Es presumible que esta obra genial haya circulado
en todo el mundo científico por su interés y novedad. 
A excepción en un vuelo en San Cristóbal, todos sus ensayos los hizo en el Callao, en una casa
que hace esquina en las calles México y Sucre; donde hoy (desde 1938) hay una placa de bronce
que perpetúa su recuerdo y donde, todos los años desfilan el pueblo y los escolares,
recordándolo con el corazón henchido de emoción patriótica; porque ese también fue el
escenario de su heroico sacrificio definitivo.

Su sacrificio en la Guerra del Pacífico 

Este sacrificio tuvo lugar el 24 de abril de 1880. La escuadra chilena había bloqueado nuestro
primer puerto. En tan difíciles circunstancias el Gobierno comisionó al Teniente Coronel Pedro
Ruiz para que preparara torpedos contra la escuadra enemiga. 
Se encontraba pues en tan patriótica labor, a las doce de aquel aciago día, cuando por descuido
de su ayudante, una explosión, puso fin a una vida tan cara para la patria, tan preciosa y útil para
esos momentos que vivía el Perú. Así trágicamente pasó a la inmortalidad este epónimo
peruano, honra de la Nación. 

La Asamblea Constituyente de 1884, resolvió trasladar sus preciosos restos a la Cripta de los
Héroes (en el Cementerio Museo Presbítero Matías Maestro, que es el más antiguo de Lima);
acto de gratitud nacional y justicia histórica que se corroboró por resolución suprema de abril de
1938; desde 1940 los restos de nuestro héroe Pedro Ruiz reposan al lado de Grau y Bolognesi. Su
recuerdo está nimbado por la Gloria. Su nombre lo pregona la Fama, el Perú le debe un
monumento. El bronce, con sus voces eternas, hablará a las futuras generaciones.
(Extraído de "Paradigmas" de Diego Camacho

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