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Las TICs y las nuevas dinámicas culturales de la

tradición oral: Internet y la preservación del Patrimonio


Inmaterial del Carnaval de Barranquilla

Livingston Crawford Tirado / Joseph L. Crawford Visbal


Universidad del Norte / Universidad ICESI. Cali, Colombia.
crawfordstone@yahoo.com joseph.crawford.visbal@gmail.com

Resumen
La irrupción del discurso acerca del “Patrimonio cultural inmaterial” generó una nueva
valoración de las expresiones culturales basadas en la tradición oral, las cuales se hicieron
más visibles a través de los nuevos medios electrónicos. Con el fin de analizar esta nueva
relación entre patrimonio cultural inmaterial e internet, hemos escogido como objeto de
estudio el Carnaval de Barranquilla pues en esta fiesta Obra Maestra del Patrimonio Cultural
e Intangible de la Humanidad, se evidencian las tensiones entre la vigencia de la tradición
oral y la irrupción de una nueva cultura oral y escrita en tiempos de Internet.

Abstract
The emergence of the discourse about the “intangible cultural heritage” resulted in a
reassessment of the cultural expressions based on oral tradition, which became more visible
through the new electronic media. With the objective of analyzing this new relationship between
immaterial and cultural heritage and the Internet, we have chosen the Carnival of Barranquilla as
an object of study, since this festival, a Masterpiece of Intangible Cultural Heritage of
Humanity, shows us the tensions between the validity of the oral tradition and the emergence of
a new written and oral culture in the epoch of the Internet.

Palabras clave:
Patrimonio Cultural, TICs, Tradición Oral, Portadores de la Tradición, Patrimonio inmaterial

El patrimonio inmaterial no es solamente


sede de la memoria de la cultura de ayer
sino también el laboratorio
donde se inventa la memoria

KoichiroMatsuura

Existe una relación dinámica entre el hombre

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agente activo del proceso de comunicación,
el lenguaje (el medio utilizado) y el contenido
(la información o conocimiento transmitido).
Creemos, sin duda, que desde la tradición oral
al internet, esta relación ha sido determinante
para explicar cómo el hombre se comunica,
cómo asimila, forma y transmite conocimiento,
cómo cambia su entorno y, naturalmente
se cambia a sí mismo

Mohammed Caballos

A manera de introducción

En su ensayo “Del Rancho al Internet” Carlos Monsiváis nos propone una audaz metáfora
acerca de los procesos de “migración cultural” que hemos experimentados los habitantes de
los países latinoamericanos. Según este autor el impacto social producto del surgimiento de
los grandes medios masivos de comunicación nos presionó a “migrar” de la radio a la prensa,
del cine a la televisión y luego de todos ellos al internet. Esta migración no fue sólo
tecnológica pues también, con ellos, migrábamos de las viejas costumbres rurales a las
múltiples maneras de ser urbano. Sin embargo este proceso, en el caso de América Latina
presenta una paradojal situación sociocultural: mientras el “rancho” aumenta, el internet
disminuye. Esto es: mientras la pobreza de nuestros países aumenta, existen cada vez más
personas con poco acceso a una conectividad vía internet de calidad, configurándose así un
fenómeno social descrito por algunos autores como Brecha Digital.

En el presente texto, que hemos denominado “: Las TICs y las nuevas dinámicas culturales de
la tradición oral: Internet y la preservación del Patrimonio Inmaterial del Carnaval de
Barranquilla”, retomando la propuesta de Monsiváis, nos proponemos realizar una pesquisa a
la relación entre Internet y el Patrimonio inmaterial en el Carnaval de Barranquilla, pues
consideramos que en esta fiesta se expresan de manera fehaciente las tensiones entre “rancho
e internet”.

A continuación describiremos los ejes argumentales que nos permitirán describir este proceso
cultural en el que las TICs comienzan a desempeñar un papel importante en la divulgación del
patrimonio cultural del Carnaval de Barranquilla.

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1. La revitalización del concepto de patrimonio cultural en tiempos de globalización

El proceso de globalización surgido como correlato del proyecto de economía de mercado


presionó grandes transformaciones en la vida cotidiana de la mayoría de comunidades
humanas a través del mundo. Una de esas transformaciones se evidencia a partir del
surgimiento de una nueva concepción de la cultura, ya no desde el viejo debate entre cultura
culta versus cultura popular sino desde el surgimiento de una nueva tendencia que
encontraba en la cultura una nueva dimensión de la economía.

Es en este contexto en donde surge renovado el viejo debate sobre la cultura popular, esta vez
desprovisto de los sesgos ideológicos de si la cultura popular representaba a los agraviados
del proyecto liberal sino de cómo las manifestaciones más representativas de la cultura
popular de cada comunidad se convertirían en la dimensión social que definía, en tiempos de
lo global, los rasgos distintivos de lo “local”.

El hito teórico que ilustra esta “migración cultural” se expresa en la valoración que UNESCO
promueve al promulgar en el 2003 la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio
Inmaterial.(2003, París) El inciso C de esta convención lo anuncia así: c) la sensibilización en
el plano local, nacional e internacional a la importancia del patrimonio cultural inmaterial y
de su reconocimiento recíproco”.(UNESCO, 2003) Es precisamente en esta condición de
“reconocimiento recíproco” en donde el gran acervo cultural de las tradiciones culturales
populares ingresa a la economía de mercado como un “patrimonio de la humanidad”.

De esta manera el discurso de la cultura como componente fundamental de la nueva


economía colocaba a las expresiones de la cultura popular en un nuevo escenario social en el
que la triada patrimonio, economía y turismo promovería la revitalización de las tradiciones
orales como un elemento diferenciador en un mundo en donde se ha exacerbado la noción de
“lo diverso”. Al mismo tiempo se han estandarizado unas agendas mediáticas globales
agenciadas por rituales culturales promovidos por las nuevas tecnologías de la comunicación.

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Es en este nuevo escenario cultural en el que esta especie de retorno a la oralidad genera una
nueva oferta de servicios turísticos, vinculados con lo “vivencial” dirigidos a un consumidor
global, ávido de diversidad y experiencias exóticas.

2. El Carnaval de Barranquilla y su ingreso a la lista UNESCO de Obras Maestras del


Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

En el año 2002 el Estado Colombiano inscribió al Carnaval de Barranquilla en la


convocatoria UNESCO para analizar las diversas expresiones del patrimonio inmaterial que
reunieran los requisitos de ser reconocidas como Obra Maestra del Patrimonio Oral e
Intangible de la Humanidad. . A finales de 2003 esta fiesta logró dicho reconocimiento. Se
inicia así una nueva etapa en la dinámica cultural de este carnaval. Es importante anotar que
esta declaratoria es otorgada a expresiones de patrimonio oral e inmaterial que se encuentran
en grave riesgo de desaparición. Y es que el Carnaval de Barranquilla al ser una expresión
de patrimonio intangible se había convertido en un gran receptor de tendencias culturales de
todo tipo que poco a poco iban desplazando las raíces culturales tradicionales que dieron
origen a la fiesta. Hoy, nueve años después de esta declaratoria podemos reconocer que existe
una gran revitalización de las expresiones folclóricas tradicionales agenciada principalmente
por las organizaciones de la sociedad civil quienes son las impulsoras de los nuevos desfiles,
eventos e iniciativas culturales novedosas por su carácter de autogestión y por la promoción
de las raíces culturales de la fiesta. Los rasgos culturales más significativos de este proceso de
revitalización son:

 Aumento de la valoración por parte de la ciudadanía de la importancia cultural de la


fiesta.

 Surgimiento de un reconocimiento por parte de las entidades públicas de la


importancia de generar una política pública que favorezca los procesos de
conservación y divulgación del patrimonio cultural impulsando ejercicios de
presupuesto participativo en donde las organizaciones sociales conformadas por los

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portadores de la tradición encuentren la posibilidad de apalancar recursos financieros
para cubrir los altos costos que implica participar en el Carnaval.

 Apropiación por parte de las entidades privadas de la “marca Carnaval” para


promocionar sus bienes y servicios.

 Surgimiento de nuevos eventos de Carnaval promovidos por las organizaciones de la


sociedad civil que han descentralizado la fiesta aproximándola más a los sectores
sociales que habitan la periferia de la ciudad, lo cual ha favorecido un interesante
proceso de inclusión social a partir de generar el derecho a disfrutar la fiesta en un
entorno de proximidad desprovisto de vallas, cercas y palcos.

 Aumento de la representación en internet del volumen de información cultural sobre


el Carnaval de Barranquilla, superando incluso, en algunos casos, la información que
sobre la fiesta circula en los medios tradicionales de comunicación.

3. Las nuevas dinámicas de la representación mediática y la preservación de los


testimonios orales de los portadores de la tradición en el Carnaval de Barranquilla
Una dimensión poco valorada de la “sociedad del conocimiento” implica reconocer hoy que
podemos acceder, como en ningún momento de la historia de documentos sonoros, visuales y
audiovisuales que nos permite aproximarnos desde lo testimonial a las más diversas fuentes
documentales. En esta dinámica cultural podemos reconocer que en el Carnaval de
Barranquilla la representación mediática de los portavoces de la tradición sigue siendo
precaria pues quienes ilustran testimonialmente la complejidad cultural de la fiesta muchas
veces son los funcionarios públicos o los representantes de las entidades privadas que
organizan la fiesta, desnaturalizándose así el sentido de difusión del acervo cultural del
carnaval que fue declarado Patrimonio de la Humanidad. En esta dinámica de construcción
del discurso que “comunica” los diversos tópicos de la fiesta, los contenidos culturales son
construidos básicamente por las empresas privadas, las cuales se apropian de la “marca
carnaval” para promover sus negocios en el marco de la fiesta. Esta tendencia ha generado
un “círculo virtuoso” referido a la venta de servicios turísticos, ocupación hotelera, venta de
boletas para espectáculos de carnaval; y como correlato, un “círculo vicioso” de precariedad

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presupuestal que impide que las organizaciones folclóricas puedan participar en los eventos
de carnaval en condiciones decorosas. A esta dinámica también se suma la invisibilidad de
los portadores de la tradición en los medios masivos de comunicación y en internet pues al no
contar con políticas públicas que les permita acceder a las nuevas herramientas tecnológicas
vuelven a quedar invisibilizadas a pesar de ser ellas quienes han mantenido viva las
tradiciones del Carnaval como un hecho cultural complejo y totalizante. Algunos de los
representantes de las organizaciones folclóricas definen este escenario cultural con la frase
“Para ellos la plata, para nosotros la cultura”.

4. La necesidad de una política pública vinculada a la formación en TICs dirigida a


las organizaciones de grupos folclóricos que hacen posible que el Carnaval de
Barranquilla siga siendo un patrimonio cultural común.
El procedimiento para postular una manifestación del patrimonio cultural inmaterial como
Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad implica que el Estado
miembro de Naciones Unidas presente esta candidatura. Es decir que desde el mismo proceso
de postulación cada país está asumiendo el compromiso de formular políticas públicas que
favorezcan la preservación y dinamización de su patrimonio cultural. Sin embargo, una de
las grandes debilidades del proceso de revitalización del patrimonio inmaterial a nivel global
se expresa en la ausencia de políticas públicas efectivas y eficaces expresadas en acciones
concretas que permitan identificar cómo los Estados han asumido el compromiso de valorar
su patrimonio cultural. Sin embargo debido a que el patrimonio inmaterial es conservado por
personas en su mayoría de estratos populares las políticas públicas de promoción del
patrimonio inmaterial no han alcanzado el prestigio que ha logrado la conservación del
patrimonio cultural material, el cual es promocionado y financiado no sólo por el Estado sino
por las empresas privadas que encuentran en él un espacio de posicionamiento de prestigio y
consolidación de sus marcas.

Como una explicación a esta dicotomía, Néstor García Canclini, en su artículo “Los usos
sociales del patrimonio cultural “(1999), ubica el contexto del patrimonio cultural en la
sociedad teniendo en cuenta que al estar segmentada la sociedad en diversos estratos
socioeconómicos, en relación con el uso y la apropiación del patrimonio cultural, los estratos

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bajos carecen de recursos, acceso a la información, y tiempo libre para dedicarse a la
preservación cultural. Es decir que generalmente no pueden acumular capital cultural,-
usando la categoría propuesta por Pierre Bordieu (1930-2002). Este capital cultural es un bien
que se produce en el seno familiar, apoyándose por otros conocimientos adquiridos de forma
externa y se considera como capital porque puede ser acumulado y transferido.
Paradójicamente, en el caso del Carnaval de Barranquilla, históricamente han sido los
sectores populares los que han mantenido vivas las tradiciones, asumiendo los altos costos
financieros que implica participar en la fiesta a pesar de sus precarias economías personales y
familiares.

En ese mismo sentido, Arsenio Dacosta, en su artículo, “Musealizar la Tradición” (2008),


describe otra dimensión del problema, argumentando que la cultura tradicional apenas está
viva. Este autor reconoce que los patrimonios inmateriales se encuentran en un deterioro
progresivo, debido a que las intenciones o los significados que se les dan han tenido un
cambio, y éste, obedece a una creciente demanda de productos culturales, como fusiones
musicales, dancísticas, etc. Los nuevos públicos buscan expandir sus horizontes, y generan
una creciente demanda por conocer y experimentar “lo nuevo”.

Los dilemas entre capital cultural y cultura tradicional también se pueden evidenciar en la
gestión pública pues por ejemplo, en el caso colombiano, muchas veces el Estado se ha
involucrado en la tarea de revalorizar algunas las tradiciones culturales, con el objetivo
principal de vincular estos patrimonios a los signos de la nueva economía de la cultura que
los asocia al turismo y a las nuevas formas de consumo cultural , en donde la tradición es la
“estrategia” de sostenibilidad de esta oferta cultural, desconociendo muchas veces la
importancia cultural de estos patrimonios en donde grupos sociales históricamente
marginados han encontrado una herramienta de reconocimiento y cohesión social.

5. A manera de conclusión
Al realizar la presente pesquisa acerca de la relación entre patrimonio inmaterial e internet
hemos identificado, tomando como referencia al Carnaval de Barranquilla algunos retos que
deben asumir las instituciones públicas y privadas así como los actores sociales con el fin de
construir relaciones culturales más democráticas que encuentren en las TICs espacios de

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representación común que contribuyan a la defensa y promoción del patrimonio cultural
común. A continuación describiremos los que consideramos más relevantes:

 Podemos afirmar que la historia del Carnaval de Barranquilla se divide en varios hitos
históricos y uno de los más importantes lo define la declaratoria en 2003 como Obra
Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Curiosamente esta
declaratoria es otorgada a expresiones de patrimonio oral e inmaterial que se
encuentran en grave riesgo de desaparición. Y es que el Carnaval de Barranquilla al
ser una expresión de patrimonio intangible de raíces rurales pero surgido en un
contexto urbano, se había convertido en un gran receptor de tendencias culturales de
todo tipo que poco a poco iban desplazando las raíces culturales tradicionales que
dieron origen a la fiesta.

 Hoy, casi dos lustros después de la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad,


podemos reconocer que existe una gran revitalización de las expresiones folclóricas
tradicionales agenciada principalmente por las organizaciones de la sociedad civil
quienes son las impulsoras de los nuevos desfiles e iniciativas culturales más
novedosas por su carácter de autogestión y la promoción de las raíces culturales de la
fiesta. En este sentido las agrupaciones folclóricas de carácter popular vuelven a ser
los protagonistas más importantes en la tarea de mantener vivas las tradiciones
culturales desde sus procesos de autogestión.

 La documentación textual, visual, sonora, y audiovisual que existe del Carnaval de


Barranquilla está inscrita en las lógicas de la representación de la cultura popular a
través de los medios masivos de comunicación y de los ensayos y análisis
sociológicos que desde la academia se han realizado. Sin embargo hoy, el acceso a las
TICs brinda a los portadores de la tradición la posibilidad de convertirse en voceros de
sus saberes sin necesidad de intermediarios académicos o mediáticos. Sin embargo
para que este proceso se logre los grupos folclóricos requieren de políticas públicas
que promuevan el acceso a los nuevos medios de comunicación social.

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 La irrupción de los nuevos medios de comunicación ha generado la necesidad de
modificar las formas de representación de los contenidos culturales del Carnaval
brindándoles a las nuevas generaciones la posibilidad de espacios de apropiación
cultural, pues hoy en tiempos de internet el patrimonio ya no viaje solamente de boca
en boca, sino de pantalla en pantalla, y de dispositivo en dispositivo.

 En el caso del Carnaval de Barranquilla, si la Administración Distrital debe promover


y dirigir una política pública para la cultura que incluya a los grupos folclóricos
permitiéndoles además tener acceso de calidad a las TICs. De no atenderse esta
necesidad cultural se estaría configurando ,nuevamente, un proceso de exclusión
social, en donde estos grupos folclóricos, históricamente conformados por personas de
estratos populares, volverían a experimentar una nueva exclusión social, es decir los
estaríamos condenando a seguir siendo, de acuerdo con Monsiváis, rancho.

Bibliografía

Caballos, M. (22 de octubre de 2003). Tecnología de la información. De la tradición oral al


mundo del internet:
http://caballos-mohamed.blogspot.com/2009/10/de-la-tradicion-oral-al-mundo-del.ht
ml

Canclini, N. G. (1999). Dialnet. Recuperado el 2012, de Los usos sociales del Patrimonio
Cultural: http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=585131

Dacosta, A. (2008). Universidad de Jaén. Recuperado el 2012, de Revista de Antropología


Esxperimental. Universidad de Jaén:
http://www.ujaen.es/huesped/rae/articulos2008/08dacosta08.pdf

Groys, B. (2005). Sobre lo nuevo: ensayo d euna economía cultural. Valencia:


PRE-TEXTOS.

9
Nivón, E. (2011). Diversidad y Creatividad: los nuevos referentes en polìticas culturales en
América Latina. (pág. 1). Barcelona: Interarts.

UNESCO, (2003). Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Inmaterial. París


http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540s.pdf

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