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La escuela Alejandrina

Clemente de Alejandría

El lema de la escuela Alejandrina era: “A menos que creas, no entenderás” (lo


cual, de paso, es una interpretación errónea del texto de la LXX de Isaías 7:9).

El primer gran maestro y expositor de esta escuela de interpretación fue Titus


Flavius Clemente. Clemente adoptó el método alegórico de Filón y propuso el
principio de que toda la Escritura debe entenderse alegóricamente. “Por muchas
razones” –afirmaba- “las Escrituras ocultan el sentido. Casi toda la Escritura está
expresada a manera de enigmas”. Al hacer esto, puede decirse que “bautizó”
(cristianizó) el método de Filón. En ese sentido, entonces, llegó a considerar que
tanto Moisés, Platón, así como los egipcios, se encuentran en el mismo rango.

Aparentemente, Clemente creía que un texto dado podía tener cinco sentidos
diferentes:

1. El histórico

2. El doctrinal, religioso, o teológico

3. El profético

4. El filosófico, especialmente de influencia estoica

5. El místico

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Entre las conclusiones a las que arribó tomando en cuenta estos cinco sentidos,
encontramos que:

 Las tablas de la Ley simbolizan el universo;


 Sara y Agar simbolizan la sabiduría verdadera y la filosofía pagana;
 La esposa de Lot simboliza el apego a las cosas terrenales y a la impiedad,
la cual produce en el corazón una especie de ceguera en cuanto a Dios y su
verdad.
La carta que Clemente escribió a los Corintios, cerca del año 95 DC, es un buen
ejemplo que denota su uso de la Escritura (ambos Testamentos) a fin de ilustrar
sus convicciones teológicas y exegéticas.

Orígenes de Alejandría

Discípulo de Clemente que vivió alrededor de los años 185-253 DC, fue
probablemente el más grande teólogo de sus días. Más famoso por su obra en el
área de la crítica textual que por su obra en la interpretación bíblica, Orígenes
también siguió el método alegórico de Filón, pero le dio a éste una base bíblica y
afirmó que las Escrituras tienen un triple sentido:

 El corpóreo o carnal (fleshly),


 El físico y
 El espiritual.

Bosquejó estos tres sentidos en su obra De Principiis, obra considerada como el


primer tratado de teoría hermenéutica cristiana.

De acuerdo a Orígenes,

 Todos los textos bíblicos tienen un sentido espiritual, pero


 No todos tienen un sentido literal.

El hecho de que hubiera tantos eventos en el Antiguo Testamento con un sentido


estrictamente literal, “forzó” a Orígenes a leer en el texto un alcance “más
profundo”. En consecuencia, el método que utilizó para su hermenéutica bíblica fue
el denominado en griego anagoge (“ascensión”), refiriéndose con esto al
proceso de “elevación” del alma, del nivel de la carne, hacia el ámbito del
espíritu.

En ese contexto, llegó a declarar que el propósito de la Escritura es la revelación


de “verdades intelectuales”, más que del obrar divino en la historia, ya que en
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ocasiones la historia meramente esconde la verdad. Algunos de sus ejemplos al


respecto son: los primeros tres días de la creación sin el sol, la luna y las estrellas;
el concepto del árbol del bien y el mal; etc.

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