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Imperio español

Antecedentes de la colonización de Filipinas

Escudo de Felipe I de Castilla, usado por Carlos I de España antes de convertirse en


emperador.
A principios del siglo xvi ocupaba el solio pontificio León X, protector de las artes y de las
letras. En 1516 por la muerte de Fernando el Católico, un príncipe de diecisiete años es
dueño de unos estados de cuya extensión y poderío no había ejemplo en el mundo desde los
tiempos de Alejandro y Carlomagno. Carlos I de España Emperador del Sacro Imperio
Romano Germánico, rey de España, Nápoles, Sicilia y Cerdeña, duque titular de Borgoña y
archiduque de Austria había arribado al puerto de Tazones donde había recibido el
Gobierno de manos del Regente de la Corona de Castilla, el cardenal Adriano de Utrech,
futuro papa con el nombre de Adriano VI.

Reinaba en Francia el caballeroso Francisco I, cuya rivalidad con el Emperador le redujo a


ser su prisionero de guerra a consecuencia de la famosa batalla de Pavía. Enrique VIII, el
brazo derecho de la Reforma gobernaba la Inglaterra; y el famoso Don Manuel que había
levantado su país al apogeo de su grandeza, reinaba en Portugal extendiendo sus alientos al
par de España, á todas las regiones del Orbe, con sus empresas y conquistas, como fue el
descubrimiento de la ruta atlántica hacia las Indias por el cabo de Buena Esperanza y el
descubrimiento del Brasil.
...Constituida España bajo el genio profundamente organizador de los Reyes Católicos
había conseguido la unidad nacional, base de su poder, formando de diversos estados
independientes una sola y compacta Monarquía; había elevado á gran altura todos los
ramos del saber humano, ascendiendo á cerca de cuatrocientos el número de escritores
cuyas obras se publicaron en aquella época llamada del renacimiento de las ciencias y de
las artes; y había en fin adquirido toda la plenitud de su ser, pues haciéndose conquistadora,
é imponiendo su ley á las demas naciones, hizo resonar con el nombre de sus victorias las
cuatro partes del mundo y extendió su dominio hasta mas allá de sus límites geográficos...
Felipe M. de Govantes5
Época primera (1515-1564)
Artículo principal: Expedición de Magallanes-Elcano

Magallanes.
Los descubrimientos, tanto los de Cristóbal Colón como los de Vasco de Gama asombraban
al mundo, cuando los portugueses rivalizaban con los españoles en navegaciones atrevidas,
buscando las especias de las islas Molucas. Hernando de Magallanes conjeturó la existencia
de la unión de los dos mares, Atlántico y Pacífico, proponiendo su descubrimiento al rey de
Portugal. Desatendido en esta corte acude a Valladolid en compañía del cosmógrafo Rui
Faleiro donde los recibe Carlos I, a quien explican cómo es posible llegar a las Molucas por
Occidente, atravesando mares no reservados a los portugueses por el Tratado de Tordesillas
y, además de eso, según Faleiro, probar que las Islas de la Especiería se encontraban en el
hemisferio castellano. Con la influencia de Juan Rodríguez de Fonseca, obispo de Burgos,
consiguieron la aprobación del rey Carlos I.

El 22 de marzo de 1518 Carlos I nombra capitanes a Magallanes y Faleiro para que partan a
la búsqueda de las Islas de la Especiería, y en julio los eleva al grado de comendadores de
la Orden de Santiago y les otorga un conjunto de privilegios6

Réplica de la nao Victoria (Isla Cristina, 1991) en su visita a Japón en 2005, en el muelle de
Odaiba de Tokio.
...Honrado con el hábito de la Orden militar de Santiago y lleno de esperanzas, trasladóse
Magallanes á Sevilla donde el patriotismo del comercio contribuyó extraordinariamente á la
eficacia de los preparativos, anticipando las cantidades necesarias. Allí recibió el estandarte
real de manos del asistente de aquella ciudad D. Martín de Leyva; prestó con toda su gente
el juramento de fidelidad al Rey Carlos I en la iglesia de Santa María de la Victoria y el día
10 de agosto de 1519, después de haber hecho públicas oraciones se dio á la vela en
Sanlúcar de Barrameda llevando a sus órdenes las naves Trinidad, San Antonio, Victoria,
Santiago y Concepción con doscientos treinta y cuatro hombres y víveres para dos años. ...
Felipe M. de Govantes7
Habiendo recorrido dos mil leguas en el mar del Sur desde fin de noviembre de 1520 hasta
marzo de 1521, descubren dos hermosas islas habitadas por idólatras. Eran parte de las
Marianas y en ellas obtuvieron agua y víveres. La expedición vióse entonces salvada.

Mapa del primer viaje de circunnavegación mundial, con salida y llegada a Sevilla y
mostrando su escala prolongada en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), España.
La primera visita registrada por el mundo occidental se da con la llegada del portugués
Fernando de Magallanes a la isla de Homonhon, al sudeste de Samar el 16 de marzo de
1521, viajando bajo la bandera de España y que murió en la batalla de Mactán tras
intervenir para apoyar al rajá Humabon de Cebú, en una contienda entre facciones rivales.

Sultanatos y rajanatos de Filipinas (1200-1589)


Artículos principales: Reino de Tondo, Rajanato de Cebú y Reino de Maynila.
Cuando los españoles llegaron a Filipinas existía ya un buen número de estados
establecidos, algunos de los cuales habían existido desde hacía más de seis siglos. El más
tempranamente establecido fue el reino de Tondo en el siglo x, mientras que el rajanato de
Cebú o la confederación de Madja-as se remontaba al siglo xiii. El reino de Manila había
sido establecido hacia 1500.

Los primeros asentamientos españoles permanentes en la isla de Cebú empezaron con la


expedición de Miguel López de Legazpi en 1565, quien con tan solo cinco barcos y
cuatrocientos hombres acompañados de cinco monjes agustinos, y reforzado en 1567 por
otros doscientos soldados, pudo repeler a los portugueses y comenzar la era de la
colonización española que duraría más de tres siglos. Su nieto, Juan de Salcedo, con
cuarenta y cinco hombres conquistó el norte de Luzón (las provincias de Zambales,
Pangasinán, La Unión, Ilocos y la costa de Cagayán), y aseguró la sumisión de sus pueblos
al dominio español.

López de Villalobos renombró las islas Filipinas en honor del Infante de España, el futuro
Felipe II, poco después de la llegada de los españoles a las islas. Durante el dominio
español, se unificó políticamente el archipiélago que anteriormente estaba compuesto por
un cierto número de estados y ciudades-estado independientes. Muchos de estos estados
tenían el islam como religión principal y tenían acceso a rutas comerciales que los
conectaban a Asia y al resto del mundo musulmán. Los españoles introdujeron sus códigos
basados en el derecho romano, así como la imprenta y el calendario gregoriano, que
sustituyó en muchos estados al calendario musulmán.

La llegada de los ibéricos al archipiélago filipino supuso el freno a la paulatina expansión


islámica hacia el norte del archipiélago. Al llegar la expedición de Magallanes, en el año
1521, el islam estaba establecido en algunos lugares de Mindanao, Joló, en comarcas
tagalas de Luzón, en Palawan y en las islas Calamianes, aunque de una forma muy laxa,
sobre todo en los tres últimos lugares. Con el envío de frailes agustinos a la ciudad de
Cagayán de Oro, al norte de la isla de Mindanao, se detuvo el avance del islam en la
comarca. Incluso la Santa Sede intentó facilitar la conversión al cristianismo
concediéndoles a los habitantes de la isla privilegios tales como quedar exentos de la
jurisdicción del Tribunal de la Santa Inquisición, no estar sujetos a muchos impedimentos
matrimoniales legislados, y no tener que pagar diezmos ni primicias.

El conflicto con los musulmanes entró en vías de solución en 1645, cuando el sultán
Kudarat y los demás jefes de Mindanao cedieron parte de su territorio a los españoles y
permitieron la labor de los misioneros en sus dominios, mientras que los españoles
reconocieron la soberanía de los líderes musulmanes. Además, se delimitaron los territorios
ocupados por los musulmanes y los cedidos a los españoles y se permitió predicar a los
misioneros cristianos en los territorios de los musulmanes.

Virreinato de Nueva España (1565-1821)

Mapa del Virreinato de Nueva España en 1794. Anterior a la paz de Basilea y al abandono
del Fuerte de San Miguel en la isla de Vancouver.
El territorio de las Filipinas fue gobernado por el Virreinato de Nueva España desde 1565
hasta la independencia de México en 1821. Hasta entonces las islas eran administradas
desde la Ciudad de México y controladas a través del puerto de Acapulco, en la costa
novohispana del Pacífico. No fue hasta la independencia de México cuando pasaron a ser
administradas directamente por Madrid.

El 28 de abril de 1750 en Panique, obispado de Nueva Segovia, provincia de Pangasinán


recibió el bautismo don Fernando I Alimudín, titulado rey de Joló.8

Mapa de la Capitanía General de las Filipinas.


En 1785 el rey Carlos III de España crea la Real Compañía de las Filipinas asumiendo las
funciones que hasta ese momento había venido desarrollando la Real Compañía
Guipuzcoana de Caracas. Impulsada por empresarios vascos tuvo el monopolio de la
industria del comercio y sirvió para mantener una actividad estable entre Asia y España y
reforzó el papel de Filipinas en el entorno asiático. No obstante, redujo los derechos de
monopolio de las demás compañías del imperio lo que dio lugar a problemas sobre
competencias con los que operaban con productos similares con América. Más graves
fueron los conflictos con los propios filipinos, que usaban la ruta con Acapulco para sus
actividades y con el Reino Unido, que mantenía el comercio asiático como primera
potencia. Estos problemas derivaron en una progresiva decadencia del proyecto a partir de
1794, quedando prácticamente inoperativa a finales del siglo xviii y comienzos del XIX.
Durante la regencia de María Cristina en nombre de Isabel II, la compañía fue disuelta.

La Diputación Provincial de las Islas Filipinas fue un órgano creado en 1813 por la Junta
Superior Provincial dependiente de la Junta Suprema Central Gubernativa de España e
Indias, creada como gobierno temporal de España en plena Guerra de la Independencia
Española.

En 1814 Fernando VII reinstauraría el absolutismo, por lo que las diputaciones provinciales
quedaron abolidas hasta el pronunciamiento liberal del Rafael de Riego de 1820, que daría
lugar a su resurgimiento.

Durante el periodo español se fundaron numerosas ciudades y núcleos urbanos, se creó


mucha infraestructura, se introdujeron varios cultivos y ganados. El comercio floreció. Los
misioneros españoles cristianizaron a la mayoría de la población y fundaron escuelas,
universidades y hospitales por todas las islas.

De la Revolución filipina a la independencia


Revolución filipina
Al final del siglo xix se desarrolla un movimiento independentista, el Katipunan, que se
enfrentaría en un conflicto armado con la gobernación española y daría lugar a la llamada
Revolución filipina. Uno de los personajes clave de este movimiento fue José Rizal,
cirujano oftalmólogo y novelista, injustamente acusado de ser miembro del Katipunan, pero
su asesinato por las autoridades españolas en 1896 hizo de él un mártir nacional y reforzó la
resistencia al régimen virreinal. Otros personajes claves fueron Andrés Bonifacio fundador
del Katipunan y el general Emilio Aguinaldo otro de los líderes del movimiento
independentista.

Tras la intervención de Estados Unidos durante la Guerra Hispano-Americana, que en un


principio manifestó que solo quería ayudar a los rebeldes a alcanzar la independencia, se
produjo la derrota española con la proclamación de independencia y el establecimiento de
la Primera República Filipina.

Gobernadores
Véase: Gobernadores de Filipinas.
El Real Gobernador General de las Filipinas dirigió esta colonia española hasta su traspaso
a los Estados Unidos de América. El gobernador también poseía el título de capitán general,
un rango militar conferido por las Cortes españolas. Estos gobernantes controlaron desde la
estratégica posición de Manila a las islas Filipinas y al resto de las Indias Orientales
españolas desde 1565 a 1821, fecha en que dejan de formar parte del Virreinato de Nueva
España y pasan a constituir una capitanía general aislada hasta 1898, subsistiendo hasta
1899 con los archipiélagos de las Carolinas, Marianas y Palaos.

Guerra Hispano-Estadounidense
Véase: Guerra Hispano-Estadounidense.
Durante la Guerra Hispano-Estadounidense, los Estados Unidos fomentan el movimiento
independentista en Filipinas y luego aplastan la presencia militar española. El 10 de
diciembre de 1898, el Tratado de París que pone fin a la guerra hispano-norteamericana,
establece que España ceda sus últimas colonias, incluso las Filipinas, por 20 millones de
dólares pero entre 1899-1900 se tiene que hacer un nuevo tratado de París por los islotes de
Simbuctú y Cagayán y además se les condenó por ayudar a los filipinos contra sus tropas
desde esos islotes.

El 23 de enero de 1899 se promulgó la Constitución de la República Filipina, y Aguinaldo


fue nombrado presidente de la República. Posteriormente, Emilio Aguinaldo, ante la
pregunta del periodista Guillermo Gómez Rivera sobre si se arrepentía de algo de su vida
declaró:
Sí. Estoy arrepentido en buena parte por haberme levantado contra España y, es por eso,
que cuando se celebraron los funerales en Manila del Rey Alfonso de España, yo me
presenté en la catedral para sorpresa de los españoles. Y me preguntaron por qué había
venido a los funerales del Rey de España en contra del cual me alcé en rebelión… Y, les
dije que sigue siendo mi Rey porque bajo España siempre fuimos súbditos, o ciudadanos,
españoles pero que ahora, bajo Estados Unidos, somos tan solo un Mercado de
consumidores de sus exportaciones, cuando no parias, porque nunca nos han hecho
ciudadanos de ningún estado de Estados Unidos… Y los españoles me abrieron paso y me
trataron como su hermano en aquel día tan significativo…
16 de Diciembre de 1958.9
Guerra Filipino-Estadounidense
Artículo principal: Guerra Filipino-Estadounidense
El gobierno estadounidense había asegurado a los rebeldes filipinos que su único interés
residía en derrotar a España, y de paso, ayudar a los filipinos a conseguir la independencia.
El presidente estadounidense McKinley había declarado públicamente que la anexión de las
Filipinas, «habría sido, de acuerdo a nuestro código moral, una agresión criminal». Pero
tras la derrota de España, los Estados Unidos se volvieron contra los filipinos, quienes les
habían proporcionado importante ayuda militar e información logística, y se apoderaron de
las Filipinas convirtiéndola en una colonia estadounidense. McKinley explicaría que «los
filipinos eran incapaces de auto-gobernarse», y que Dios le había indicado que no podían
hacer otra cosa más que «educarlos y cristianizarlos», a pesar de que las Filipinas ya habían
sido cristianizadas por los ibéricos a lo largo de varios siglos, algo normal si se tiene en
cuenta una anécdota que cuenta que cuando le anunciaron la toma de Manila, tuvo que
buscar las Filipinas en un mapa pues desconocía donde se ubicaban.

Yo caminaba por la Casa Blanca, noche tras noche, hasta medianoche; y no siento
vergüenza al reconocer que más de una noche he caído de rodillas y he suplicado luz y guía
al Dios Todopoderoso. Y una noche, tarde, recibí Su orientación, no sé cómo, pero la
recibí: primero, que no debemos devolver las Filipinas a España, lo que sería cobarde y
deshonroso; segundo, que no debemos entregarlas a Francia ni a Alemania, nuestros rivales
comerciales en el oriente, lo que sería indigno y mal negocio; tercero, que no debemos
dejárselas a los filipinos, que no están preparados para auto-gobernarse y pronto sufrirían
peor desorden y anarquía que en tiempos de España; y cuarto, que no tenemos más
alternativa que recoger a todos los filipinos y educarlos y elevarlos y civilizarlos y
cristianizarlos, y por la gracia de Dios hacer todo lo que podamos por ellos, como prójimos
por quienes Cristo también murió. Y entonces, volví a la cama y dormí profundamente, y a
la mañana siguiente mandé llamar al ingeniero jefe del Departamento de Guerra (nuestro
creador de mapas) y le dije que pusiera a las Filipinas en el mapa de Estados Unidos, ¡y allí
están, y allí quedarán mientras yo sea presidente!
William McKinley10

Viñeta de un periódico estadounidense donde se denunciaba como soldados


norteamericanos fusilaban a niños filipinos mayores de 10 años.
Cuando el recién proclamado Gobierno de Filipinas comprobó que había sido engañado, y
que en realidad las tropas estadounidenses se habían desplazado a Filipinas para invadir el
país, proclamó una declaración de guerra contra Estados Unidos el 2 de junio de 1899.

Aguinaldo dirigió las tropas filipinas contra las fuerzas superiores en número de los
ocupantes. El 23 de marzo de 1901 fue capturado por las fuerzas estadounidenses en
Palanan, provincia de Isabela, gracias a una estratagema ideada por el general Frederick
Funston, en la que los soldados estadounidenses simularon rendirse.
Puesto ante la alternativa de ser sumariamente ejecutado o renunciar a la acción militar y
aceptar la soberanía estadounidense, Aguinaldo cedió y firmó la rendición el 1 de abril de
1901. Pese a la perseverancia de focos aislados de resistencia que siguieron combatiendo
por la independencia hasta 1913, con la rendición de Aguinaldo se oficializó la ocupación
estadounidense de las Filipinas.

La guerra filipino-estadounidense tuvo como resultado pérdidas masivas en la población


filipina, dejando un número total de bajas en la parte filipina en más de un millón de
muertos, muchos de ellos civiles. Algunos episodios de este enfrentamiento fueron
especialmente crueles, como las órdenes del entonces comandante estadounidense, Jacob
Smith, diciendo a sus tropas: «cuanto más asesinéis, mayor placer me daréis». Smith
además ordenó a sus soldados matar a todos los hombres, mujeres y niños mayores de 10
años, en respuesta a la masacre de Balangiga, una acción militar de la guerrilla filipina, que
lanzó un ataque sorpresa contra la infantería estadounidense. La venganza, descargada
sobre la población civil inocente de Samar provocó más de 50 mil muertos.

Ocupación estadounidense
Artículo principal: División Administrativa de Filipinas de 1916
El 31 de diciembre de 1916 se organiza territorialmente el archipiélago sobre la base de tres
grandes divisiones: treinta y seis provincias, las siete provincias del Departamento de
Mindanao y Sulu, y el territorio de la ciudad de Manila.11

Las treinta y seis provincias son las siguientes: Albay, Ambos Camarines, Antique, Bataan,
Batanes, Batangas, Bohol, Bulacan, Cagayan, Capiz, Cavite, Cebú, Ilocos Norte, Ilocos
Sur, Iloilo, Isabela, Laguna, La Unión, Leyte, Mindoro, Misamis, Mountain Province,
Nueva Ecija, Nueva Vizcaya, Negros Occidental, Negros Oriental, Palawan, Pampanga,
Pangasinan, Rizal, Samar, Sorsogon, Surigao, Tarlac, Tayabas y Zambales.

Las provincias del Departamento de Mindanao y Sulu son las siguientes: Agusan,
Bukidnon, Cotabato, Davao, Lanao, Sulu y Zamboanga.

La ciudad de Manila va a contar con una jurisdicción independiente, de modo que no estará
incluida en el territorio de una provincia, pero, a falta de disposiciones especiales, el
término «provincia» puede ser interpretado para incluir la ciudad de Manila, con el
propósito de dar cumplimiento a las leyes de aplicación general.
En septiembre de 1901, 34 soldados estadounidenses murieron en una acción de la
resistencia nacionalista cerca de la ciudad de Balangiga. La población de la ciudad fue
masacrada un mes después en una operación de represalia del ejército estadounidense.12

Durante la guerra, la técnica de ''water cure" – que consistía en mantener a un prisionero en


el suelo y al hacerle absorber agua en abundancia – se utilizó masivamente para hacer
hablar a los prisioneros filipinos.13

Segunda Guerra Mundial y ocupación japonesa


Artículo principal: Campaña de las Filipinas (1944-45)
La invasión japonesa comenzó el 8 de diciembre de 1941. Las fuerzas estadounidenses,
ayudadas por numerosos efectivos filipinos, bajo el mando del General Douglas
MacArthur, fueron forzadas a retirarse a la península de Batán, aunque su resistencia
continuó hasta abril.

Fotografía de Intramuros destruido en abril de 1945.


Después de su rendición, los supervivientes fueron conducidos hasta Batán, en la que fue
conocida como la Marcha de la muerte de Batán. La resistencia aliada continuó por un mes
más en la isla fortaleza de Corregidor.

El 14 de octubre de 1943, se proclamó la Segunda República Filipina, un gobierno


dependiente de Japón. José P. Laurel, excolaborador de Quezón fue nombrado presidente
por las autoridades japonesas. En ese año se produjo el incidente Laurel en el que se vieron
involucrados, además de los filipinos, los estadounidenses y españoles.

En 1944 las tropas del General MacArthur desembarcaron en la isla de Leyte,


produciéndose la batalla del Golfo de Leyte, desde el 23 de octubre hasta el 26 de octubre
de 1944, la batalla naval más grande de la historia del mundo moderno.

Tras Varsovia y Stalingrado, Manila fue una de las ciudades que más destrucciones
sufrieron. Más de 50 000 civiles murieron, muchos asesinados como fue el caso de los 50
españoles que se encontraban en el consulado cuando fue asaltado por los nipones. El 11 de
abril de 1945 el gobierno de España, por las atrocidades cometidas en Intramuros, rompe
sus relaciones diplomáticas con el Imperio Japonés.14 De los cerca de 1300 misioneros
católicos españoles, presentes entonces en el archipiélago, al menos 66 murieron durante la
guerra, muchos de ellos asesinados por los japoneses.15

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