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La pregunta es: ¿es posible pensar en una evaluación que sea de utilidad
a lo profesores, que no defraude al alumnado en su proceso de
aprendizaje, y brinde orientación a ambos sobre la marcha de la
enseñanza y el aprendizaje?
En la primera Unidad de este Seminario trabajamos sobre algunos aspectos de
la evaluación. Aquí retomaremos, a modo de síntesis, aquellas postulaciones a
fin de encuadrar el modelo didáctico que se propone en esta unidad y con el
dar respuesta a esta pregunta.
La evaluación es uno de los temas centrales en la enseñanza de las ciencias.
Su importancia se debe entre otros elementos, a la baja calidad de los
aprendizajes que se logran en este campo.
Es posible que esto ocurra por una derivación de formas de obtener y tratar
datos desde el campo de las ciencias experimentales. Estas formas se hallan
instaladas entre los docentes de la especialidad, en pensamientos del tipo, de
que es sencillo evaluar en ciencias dado que los conocimientos son exactos,
los resultados son unos y no son opinables, etc.
Es la idea de la medición con instrumentos y parámetros de las ciencias
experimentales volcada a un hecho que es del dominio de las ciencias sociales,
como lo es la educación. La evaluación es sin dudas un proceso complejo, que
intenta recoger información, analizarla y emitir un juicio sobre el resultado y
finalmente, tomar decisiones de acuerdo al punto anterior.
Cuando los resultados de la evaluación son comunicados a los padres o a la
sociedad en su conjunto, nos obliga a la reflexión sobre las funciones que se le
atribuyen a la evaluación. En ese sentido podemos identificar la función social
que establece una selección, clasificación y orientación del alumno. En esta
función es donde se puede observar en algunas oportunidades, cierta
estigmatización de los alumnos con dificultades en el aprendizaje de ciencias
experimentales.
Función pedagógica: esta vinculada a la regulación del proceso de enseñanza
y aprendizaje en tanto permite el reconocimiento de los cambios necesarios en
dicho proceso en función de lograr un aprendizaje significativo.
Es importante señalar que en la actualidad es frecuente encontrar en las
escuelas que la evaluación se focaliza casi con exclusividad en la primera de
las funciones relegando a un papel secundario, cuando se la considera, a la
función pedagógica.
Es muy frecuente que procedamos a evaluar los aprendizajes hacia el final de
las Unidades Didácticas, es decir sumativamente, obteniendo una fotografía del
final del proceso de aprendizaje de una clase, lo que otorga un tipo de
información. El problema lo tenemos si basamos en esta “foto” las decisiones
que se deberían deducir del proceso.
Entonces mencionar que la evaluación es un proceso es necesario hablar de la
idea de la evaluación formativa.
Esta hace referencia a acompañar el proceso con una batería de instrumentos
que permitan la regulación del mismo tanto por parte del docente como del
alumno. La información obtenida debería ser utilizada para "formar"
aprendizajes en el plano del alumno y también, y resultaría de utilidad al
docente para su planificación. Es decir aquí comenzamos a pensar en
procesos de regulación del aprendizaje.
Otro tema a resolver es la relación entre los modelos de
enseñanza/aprendizaje y la evaluación. Pensamos que aún existe una
discordancia entre el modelo didáctico y el modelo de evaluación. Si
aceptamos que desarrollamos un modelo didáctico que tome distancia de la
mera transmisión, no es posible evaluar de acuerdo a modelos que ponen el
énfasis en la transmisión.
En este punto resulta oportuno recordar las diferentes respuestas que se han
dado, en las actividades de la Unidad 1, a las ya clásicas preguntas ¿Por qué
evaluar, para quien, para hacer qué?
Evaluación formadora:
Normalmente en las clases los estudiantes reciben una información sobre que
van a aprender, en ocasiones se les comentan los objetivos. Esto es
absolutamente necesario para que los estudiantes puedan generar su
orientación del aprendizaje. Si no tuvieran esta información se tornaría muy
dificultoso llegar a un compromiso con la actividad propuesta. Sin embargo la
comunicación de las finalidades de las distintas tareas no se produce
espontáneamente, hay que producirlo con intencionalidad didáctica de producir
una regulación de ésta representación. Cuando el docente produce esta
actividad en el aula seguramente se producirá una modificación en su propia
representación del objetivo de su clase y es de esperar que dicha alteración
este en función de las representaciones que sus alumnos han realizado en el
mismo momento de la clase.
Esto de ninguna forma significa “hacer lo que los alumnos quieren o deciden”.
Es en realidad acercar las representaciones que de la tarea tienen en la clase
los alumnos, cada uno de ellos, y el profesor.
En este proceso de comunicación es muy significativo que los alumnos trabajen
en grupo, de forma que sea posible la co-regulación de la representación del
objetivo.
Una ayuda importante de tipo opertivo, es comunicar a todos cual es el objetivo
representado. Para ello basta con escribirlo en un papel lo suficientemente
grande como para que sea visto desde cualquier punto del aula, en todo
momento y con lugar suficiente para escribir posibles correcciones que se
hagan en el transcurso de la tarea.
Un ejemplo tomado de un trabajo de campo realizado por la profesora Elizabet
Borches, en el marco de este seminario es el siguiente:
b) En pequeños grupos:
Comparen entre todos las respuestas dadas en el punto a) y respondan
¿Para qué creen que realizamos esta actividad?
¿Qué necesitarían conocer para corroborar si las respuestas del punto a) son
correctas?
Entendemos que los contenidos tienen diferentes facetas, pero no que hay tres
tipos de contenidos independientes unos de otros. Consideramos que el
docente puede poner el énfasis en una determinada faz del contenido pero por
ello no deja de tener las demás componentes que se hacen presentes en el
desarrollo de la clase.
2. Se dio a cada estudiante una lámina en la que se incluía una mosca, una
vaca, un perro, un pez y una serpiente y se pidió que indicaran en que se
basaban para decir que cada animal pertenecía a una especie.
El alumnado escribió afirmaciones del tipo: “es un ser vivo” o “ha de ser un
animal”, y ”se han de parecer”, “han de tener características iguales”, en
muchos casos nombraban, “han de ser del mismo tipo”, etc.
Los estudiantes sabían que la rana y el renacuajo son dos fases de vida de un
mismo animal por lo que dedujeron que la característica en segundo lugar para
1
Denominamos base de orientación al instrumento que concreta la orientación de la acción,
que consiste en la representación de la acción y de las condiciones necesarias para que esta
se lleve a termino por parte del alumno.
identificar una especie no era la adecuada. Después de discutir, la formulación
acordada fue la de: 'b') que todos tuvieran características similares en la etapa
adulta.
El único que puede corregir sus errores es quien aprende. Por lo cual es
necesario que se prevean situaciones en las cuales los alumnos asuman a los
errores como nuevas situaciones de aprendizaje.
Una manera de trabajar con el error es una vez que el alumno ha determinado
en que y como se equivoco, generar entre el docente y el alumno un contrato
en el cual se pauten las condiciones que deberán cumplirse para que el mismo
pueda corregir el error. En este contrato el alumno expresa y se compromete a
determinadas acciones que consensúa con el docente. Se pone un plazo y una
forma de acreditación de lo actuado.
Entonces con este último ensayo sobre la evaluación podemos decir que
enseñar, aprender y evaluar son todas partes inseparables de un mismo
proceso.
Tema: Evolución
Indicar en el lugar correspondiente:
a. Si has estudiado el concepto coloca el numero que exprese tu opinion:
1. = no
2. = si
b. Grado de conocimiento/ comprensión del concepto:
1. = no lo conozco/ no lo comprendo
2. = a lo mejor lo conozco parcialmente
3. = conocimiento/ comprensión parcial
4. = conocimiento/ compresión buenos
5. = lo puedo explicar a un compañero
Concepto: Estudio previo Grado de
conocimiento/comprensión
Biodivesidad
Selección natural
Tamir y Lunetta, 1977.
-Los diarios de clase: el sentido del empleo de los diarios como instrumento de
autorrevisión/ evaluación del proceso de enseñanza es útil para obtener datos con un
carácter procesual de continuidad, que permiten reconocer posteriormente el cambio
producido. Por el hecho mismo de tener que escribirlo, el diario sirve igualmente para
reflexionar sobre lo que ha sucedido en el aula en el día o la semana en cuanto al
ambiente de clase, lo que se ha hecho, las actitudes de los alumnos, o para proponer
acciones o perspectivas alternativas. La redacción del diario, permite preservar la
percepción de los hechos de la distorsión que se produce por acción del tiempo sobre la
memoria. Puede tener carácter personal o grupal y en él se recogen observaciones,
sentimientos, reflexiones, frustraciones, preocupaciones, interpretaciones, toma de
posición, explicaciones, hipótesis de cambio, comentarios, etc.
Este instrumento es particularmente útil en la búsqueda de conductas metacognitivas
que los alumnos desarrollan en las clases. Es interesante comparar el registro en el
diario de clase llevado por los alumnos con el que realiza el docente. De esa forma es
muy probable que el docente se sorprenda al encontrar diferencias notables.
-Los ejercicios de autoevaluación: Se trata de instrumentos elaborados para que el
alumno juzgue adecuadamente su trabajo para poder introducir las modificaciones
oportunas en orden a mejorar su calidad. Este ejercicio es posible sólo si el alumno se
ha apropiado de los criterios de evaluación que le permitan emitir su propio juicio, de lo
contrario, se trataría de una instancia con una gran carga de subjetividad. Por otra parte
“las propuestas de autoevaluación constituyen un poderoso mecanismo de desarrollo
personal, siempre que el estudiante esté comprometido y motivado hacia el propio
mejoramiento, ya que su valor está en el incremento de la calidad cognitiva al
profundizar en el conocimiento de sus fortalezas y debilidades” (Angulo, 1996).
Algunos diarios pude contener preguntas hechas por el docente, de forma tal que sean
orientadoras del registro del alumno. Por ejemplo: ¿Qué hemos aprendido hoy? ¿Cómo
lo hemos estudiado? ¿ qué es lo que todavía no se muy bien? Las dos primeras apuntan
a saber si los alumnos reconocen los objetivos del trabajo, dato esencial para determinar
si el alumno ha construido el órgano de orientación de la acción. La tercera pone el
énfasis en la reflexión que debe realizar el alumno sobre sus dificultades situándose
entonces en una perspectiva proactiva en el aprendizaje.
-Los ejercicios de coevaluación: Son instrumentos que tienen como objetivo la
interacción entre alumnos. Este tipo de actividad, promueve el interés por las causas de
los resultados y no sólo por las notas. También favorece el intercambio entre los
alumnos, en su propio lenguaje, respecto de sus maneras de aproximarse a una mejor
resolución de las tareas propuestas.
-Los contratos didácticos: Según plantean Jorba y Sanmartí (1993) se trata de pactos
explícitos entre el profesor y el alumno y entre los mismos alumnos en relación con las
normas de convivencia o con el itinerario de aprendizaje. Un pacto o contrato es el
acuerdo y compromiso clara y libremente establecido entre las partes que se
comprometen en pos de la mejora del aprendizaje. Cada grupo-clase, cada pequeño
grupo o cada alumno puede negociar sus propios contratos. Estos instrumentos se
ubican en el plano de la negociación permanente que ocurre en el aula durante las
clases. Normalmente se va estableciendo un pacto entre las propuestas del docente y las
realizaciones del alumno. Entonces estos instrumentos relevan esos pactos implícitos
tornandolos evidentes y quitando del medio posibles especulaciones, que en general
perjudican a los alumnos al hacerlos suponer situaciones inexistentes.
El contrato puede retomar el KPSI inicial, utilizado por ejemplo en el diagnostico del
alumno y en función de los logros o dificultades que entre el alumno y el docente
acuerde, redactar el contrato que contiene, los contenidos sobre los que debe mejorar su
aprendizaje y las sugerencias de como hacerlo.
Bibliografía:
BONNIOL, J.J., 1981. Déterminants et mécanismes des comportements
d´evaluation d´epreuves. Thèse d`état. Univesite de Bourdeaux II.
JORBA, J. & SANMARTÍ, N. 1992. Làvaluació: una peça clau del dispositiu
pedagogic. Guix, 182, 39-48.