https://mitologiacelta.

com/mitos-celtas/la-dama-del-
lago/#:~:text=La%20Dama%20del%20Lago%20es,%2C%20curandera%2C%20reina%20
y%20diosa
La dama del lago
La Dama del Lago es un personaje de los cuentos arturianos. Mucho se ha escrito sobre
ella y la tierra de Avalon, que significa la Tierra de las Manzanas. También
llamada Viviane, Vivienne, Niniane o Nimue que son otros nombres para la diosa del
agua .
En la tradición artúrica, era la amante del mago Merlín y su alumna más capaz. Fue la
madre adoptiva de Sir Lancelot.
Viviane le dio Excalibur, la espada mágica, al Rey Arturo al comienzo de su reinado.
Antiguamente, se adoraban a las deidades del agua, creyendo que representaban la
esencia de la vida. Las ofrendas a las deidades del agua eran comunes, especialmente
los regalos de espadas y otros artículos de metal. Tales prácticas continúan hoy, por
ejemplo, cuando alguien tira una moneda al agua y pide un deseo .
Se supone que la espada Excalibur debe haber sido una ofrenda para la diosa del agua.
Después de una batalla al principio de su gobierno, el Rey Arturo le comenta a Merlín que
no tiene espada. Merlín confiesa que conoce el paradero de una gran espada en un lago
cercano. En medio del lago, el brazo de una dama sostiene una espada en alto. Merlin
explica que la mujer es la Dama del Lago, que proviene de un lugar en una roca
escondida en las nieblas del lago: en otras palabras, Avalon. Arturo le pide a la Dama que
le dé la espada.
Aunque la leyenda artúrica generalmente representa a la Dama del Lago como un
personaje benévolo, a veces también es representada como un agente del mal, o un ser
humano con virtudes y defectos comunes, como la paciencia y el rencor. Las múltiples
versiones de la historia artúrica cuentan detalles diferentes sobre el personaje, a veces
incompletos o contradictorios. En términos generales, la historia de la Dama del Lago
puede resumirse como sigue:
Era nieta de Diana la cazadora, hija del rey de Northumberland. Según se relata aprendió
las artes mágicas del mago Merlín, el cual estaba encantado con su belleza.
Después de la muerte de Ban de Benwick a manos del rey Claudas, la Dama del Lago
raptó a Lanzarote y lo llevó a vivir con ella a su palacio bajo las aguas. La Dama del Lago
lo crió como si fuera su hijo. Lanzarote creció sin conocer su verdadera identidad, la cual
le fue revelada por su madre adoptiva al cumplir los 18 años.
En este momento, la Dama del Lago llevó a Lanzarote a Camelot, para que fuese armado
caballero.
La Dama del Lago es responsable de la desaparición de Merlín, al encerrarlo para toda la
eternidad en una cueva, aprovechando la influencia que tiene sobre el mago enamorado.
Según algunas historias, Merlín enseñó sus secretos mágicos a Niniane, por la promesa
que ésta le hizo de que, en pago, le entregaría su amor. Sin embargo, Niniane aprovecha
el conocimiento de estos secretos para encerrar a Merlín. El mago ya había visto su
propio destino, pero no fue capaz de evitarlo, lo cual supone que Niniane poseía un poder
extraordinariamente fuerte para manipular y encantar, incluso a un gran hechicero.
Tras la muerte de Merlín, la Dama del Lago ocupa la posición de este como consejera del
Rey Arturo, protegiéndolo, entre otras cosas, de los ataques del Hada Morgana, la
hermana de Arturo que también había sido alumna de Merlín. No obstante, tanto la Dama
del Lago como Morgana se encontraban en la barca que transportó al moribundo Arturo a
la isla de Avalon tras su última batalla. Ambas hechiceras se encargaron de cuidar y
atender al rey en sus últimos momentos.
 https://es.wikipedia.org/wiki/Dama_del_Lago

Izquierda: La Dama del Lago, en una ilustración hecha por Lancelot Speed.

Derecha: La Dama del Lago se lleva a Lanzarote. Grabado de George Wooliscroft y Louis
Rhead, publicado en la edición de 1898 de Los idilios del rey, de Lord Tennyson.

Véase también: Fuentes originales de la materia de Bretaña

Izquierda: «La Dama del Lago le cuenta a Arturo de la espada Excálibur». Ilustración de
Aubrey Beardsley.

Derecha: La seducción de Merlín, pintura del prerrafaelita Edward Burne-Jones, 1874.