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RAFAEL ÁNGEL VISO INGENUO

Inpreabogado: 40.236
 

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA


PODER JUDICIAL
Juzgado Sexto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito
y Bancario de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas.
199º y 150º
ASUNTO: AP11-O-2009-000089
PARTE PRESUNTAMENTE AGRAVIADA: Ciudadana MARITZA
GALINDEZ VADEL, venezolana mayor de edad, de este domicilio,
titular de la cédula de identidad Nº V-5.140.393.-
ABOGADO ASISTENTE DE LA PARTE PRESUNTAMENTE
AGRAVIADA: Ciudadana MILDRED GALINDEZ BADEL, abogado en
ejercicio, inscrita en el Inpreabogado bajo el Nº 36.965.-
PARTE PRESUNTAMENTE AGRAVIANTE: La JUNTA DE
CONDOMINIO DE LA TORRE A DEL CONJUNTO RESIDENCIAL DON
PEDRO, en la persona de las ciudadanas MARYS DEL VALLE
FRANCO REYES, MARIA DE JESUS BERROTERAN, ANANINA
GUIDELIA YEGUEZ y TERESA DEL CARMEN LOPEZ, venezolanas,
mayores de edad, de este domicilio, titulares de la cédula de
identidad Nº V-3.249.039, V-4.251.716, V-4.117.802 y V-
3.415.496, en su carácter de Presidente, Tesorera, Vicepresidente
y Secretaria, respectivamente.-
APODERADAS JUDICIALES DE LA PARTE PRESUNTAMENTE
AGRAVIANTE: Ciudadanas ANA BLANCO y ANA LOPEZ DE BLANCO,
abogados en ejercicio, inscritas en el Inpreabogado bajo el Nº
31.541 y 105.771, respectivamente.
FISCAL DEL MINISTERIO PÚBLICO: Ciudadana SOLANGE JOSEFINA
MANRIQUE ROJAS, titular de la cédula de identidad Nº V-
4.597.002, Fiscal 87º del Área Metropolitana de Caracas.-
MOTIVO: AMPARO CONSTITUCIONAL.-
SENTENCIA: DEFINITIVA.-
I
ANTECEDENTES
Se inició la presente Acción de Amparo Constitucional, mediante
escrito libelar consignado ante la Unidad de Recepción y
Distribución de Documentos del Circuito Judicial de los Juzgados
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Bancario de
la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en
fecha diez (10) de agosto de dos mil nueve (2009),
correspondiéndole conocer a este Juzgado, incoada por la
ciudadana MARITZA GALINDEZ VADEL, en contra de la JUNTA DE
CONDOMINIO DE LA TORRE A DEL CONJUNTO RESIDENCIAL DON
PEDRO, según su decir por violación de los artículos 19, 60, 115,
156 ordinales 29º y 32º, y 178 ordinal 5º, de nuestra Carta
Magna.-
Argumenta la querellante, que es propietaria de un inmueble
identificado con el Nº 3-2, ubicado en la Avenida Intercomunal del
Valle, Conjunto Residencial Don Pedro, Torre A, piso 3, según
consta de documento de propiedad que riela a los autos en copia
simple, asimismo que en fecha catorce (14) de marzo del dos mil
nueve (2009), debido a una emergencia de salud, pudo observar
que le habían sido bloqueadas las llaves de acceso al ascensor,
tanto de su persona, como las de su madre e hijo, que al
preguntar a que se debía dicha medida le fue informado que era
una manera de presión a los morosos.
Igualmente señaló que por su estado de salud no puede subir ni
bajar escaleras, ya que padece una enfermedad arterial coronaría
obstructiva; alega también que se le ha colocado al escarnio
público al señalarla en la cartelera y áreas comunes como morosa.
Finalmente, en su petitum del escrito libelar, solicitó que la
presente solicitud de Amparo Constitucional, sea declarada con
lugar y se le restituya la situación jurídica infringida.
Mediante auto de fecha once (11) de agosto de dos mil nueve
(2009), fue admitida la presente acción de amparo constitucional
y se ordenó notificar al presunto agraviante y al Ministerio
Público, para la celebración de la Audiencia Constitucional.
En fecha veintiséis (26) de agosto de dos mil nueve (2009),
mediante diligencia del ciudadano Alguacil de este Circuito
ciudadano JOSE VICENTE RUIZ, consignó las boletas de
notificación libradas a los supuestos agraviantes y a la Vindicta
Pública, seguidamente mediante auto de fecha veintisiete (27) de
agosto de dos mil nueve (2009), se fijó el viernes veintiocho (28)
de agosto de dos mil nueve (2009) a las once de la mañana (11:00
a.m.) para la Audiencia Oral Constitucional.
En dicha fecha tuvo lugar la Audiencia Constitucional, se hicieron
presentes las ciudadanas Maritza Galíndez y Mildred Galíndez
Badel, parte supuestamente agraviada y abogada asistente,
respectivamente, las ciudadanas Mary Franco, Maria Berroterán,
Ananay Yeguez, Teresa Pacheco y Ana Isabel Blanco López, parte
presuntamente agraviante y su abogada asistente. Se hizo
presente la ciudadana representante del Ministerio Público,
abogado Solange Josefina Manrique Rojas, titular de la cédula de
identidad Nº 4.597.002, en su condición de Fiscal 87º del Área
Metropolitana de Caracas, el Tribunal luego de oídos los
argumentos de la querellante, los querellados y el Ministerio
Público, agregó a los autos los recaudos presentados por la parte
querellada y el escrito de opinión fiscal, asimismo luego de
verificar las actas del proceso, declaró Con Lugar la presente
acción de amparo.
En fecha veintiocho (28) de agosto de dos mil nueve (2009), la
parte querellada otorgó poder apud-acta, asimismo ratificó lo
argumentado en la audiencia pública constitucional.
II
DE LA COMPETENCIA DEL TRIBUNAL
El artículo 27 de la Constitución de la Republica Bolivariana de
Venezuela establece el derecho que tiene toda persona a ser
amparada por los tribunales en el goce y ejercicio de los derechos
y garantías constitucionales. Este derecho de amparo se hace
valer mediante un Recurso que es de naturaleza extraordinaria, y
según la norma antes citada, se tramita mediante un
procedimiento que se caracteriza por su oralidad, publicidad,
brevedad, gratuidad, y sin sujeción a formalidades. De este modo,
la Constitución configura que es la autoridad judicial a quien
competente el conocimiento de la solicitud que se haga en este
sentido, y en ejercicio de esa atribución puede reestablecer la
situación jurídica infringida o la situación que mas se asemeje a
ella. Para esto, el constituyente previó que todo tiempo es útil y
su trámite es preferente a cualquier otro asunto.
Considera menester este Juzgado pronunciarse acerca de su
competencia para conocer la presente Acción de Amparo
Constitucional. En este orden de ideas, el Articulo 7 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales,
dispone:
“Son competentes para conocer de la acción de amparo, los
Tribunales de Primera Instancia que lo sean en la materia a fin con
la naturaleza del Derecho o de las Garantías Constitucionales
violados o amenazados de violación en la Jurisdicción
correspondiente al lugar donde ocurrieren el hecho, acto u
omisión que motivare la acción de amparo”.
En caso de duda, se observaran, en lo pertinente, las normas
sobre competencia en razón a la materia.
Sí un Juez se considerare incompetente, remitirá las actuaciones
inmediatamente al que tenga competencia.
Del Amparo de la Libertad y seguridad personal conocerán los
Tribunales de Primera instancia en lo Penal, conforme al
procedimiento establecido en esta ley. (Subrayado del Tribunal)”.
Del contenido del artículo anteriormente transcrito, se evidencia
que este Juzgado es competente para conocer acerca de la
presente acción de amparo, en virtud que tiene competencia en
la jurisdicción correspondiente al lugar donde ocurrió el hecho,
acto u omisión que motivó a la presente solicitud de amparo. En
consecuencia, y establecida como ha sido la competencia de este
Tribunal, conforme al contenido del artículo 7 de la ley Orgánica
sobre Derechos y Garantías Constitucionales, pasa este Despacho
a decidir el fondo de este asunto. Y ASÍ SE DECLARA.
III
DE LA AUDIENCIA PUBLICA
ALEGATOS DE LA PARTE PRESUNTAMENTE AGRAVIADA: En la
oportunidad legal fijada por el Tribunal para la celebración de la
audiencia oral y pública, el abogado asistente de la parte
presuntamente agraviada expuso: “Ratifico en todas y cada una
de sus partes tanto en los hechos como en el derecho el amparo
presentado, ya que la parte querellada, ha bloqueado las llaves
que dan acceso a la puerta principal y ascensores del conjunto
residencial, no autorizan a mi representada a que se le permita un
puesto de estacionamiento, asimismo la han colocado al escarnio
público fijando carteles en áreas comunes, argumentando la
deuda existente y por último señaló la existencia de un
expediente de cobro de bolívares por cuotas de condominio, en
este Tribunal signado bajo el Nº 11265”.
ALEGATOS DE LA PARTE PRESUNTAMENTE AGRAVIANTE: En la
oportunidad legal fijada por el Tribunal para la celebración de la
audiencia oral y pública, la representación judicial de la parte
presuntamente agraviante expuso: “Negó, rechazó y contradigo lo
argumentado por la parte querellante, ya que no se le ha negado
el acceso al ascensor, edificio o su departamento, así como el
escarnio público alegado, asimismo señaló que no ha sido
cancelada la deuda y que para verificar la cancelación expuesta
deben ser consignados los vauchers de pago”.
OPINIÓN FISCAL: En la oportunidad legal fijada por el Tribunal
para la celebración de la audiencia oral y pública, la
representación de la vindicta pública expuso: “Considera la
actuación de la Junta de Condominio, como una acción
atentatoria contra la prohibición de hacerse justicia por si mismo,
y viola los derechos y garantías constitucionales alegados por la
quejosa, por lo que solicitó se declare con lugar la acción de
amparo”.
Siendo la oportunidad legal para dictar la decisión definitiva en la
presente causa, conforme al criterio sostenido por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en decisión
dictada en fecha 1° de febrero de 2000, con ponencia del
magistrado Jesús Eduardo CABRERA ROMERO, caso José Amando
Mejía Betancourt, expediente N° 00-0010, este Tribunal actuando
en Sede Constitucional, previamente hace las siguientes
consideraciones:
IV
DE LA MOTIVACIÓN QUE SUSTENTA EL PRESENTE FALLO
Tal como puede apreciarse de las actas procesales contenidas en
la presente causa, en la acción de amparo constitucional que nos
ocupa, se han delatado como supuestamente vulnerados, los
derechos constitucionales contenidos en los artículos 19, 60, 115,
156 ordinales 29º y 32º, y 178 ordinal 5º, de la Constitución
Bolivariana de Venezuela, referidos a: el respeto a los derechos
humanos, a la protección del honor y vida privada, al derecho de
propiedad, a los servicios públicos, legislación en materia de
derechos, deberes y garantías y a la salubridad y atención
primaria en salud.
Ahora bien, la acción de amparo constitucional, señala el
uruguayo Enrique VESCOVI, en su trabajo titulado “De los
Recursos Judiciales y Demás Medios Impugnativos en
Latinoamérica” p. 466, se trata de una acción de proteger, que
conforme al Diccionario de la Real Academia, es “favorecer,
proteger” y proviene del latín “anteparere, prevenir”, siendo un
remedio para proteger los derechos fundamentales consagrados
en la Constitución y Declaraciones de Derechos, hablándose en la
mayoría de las legislaciones de un procedimiento breve, sumario,
rápido y eficaz, que se da en la medida de la inexistencia de otros
medios ordinarios que puedan restablecer la lesión sufrida, ya
que el amparo es considerado como un medio de impugnación
extraordinario contra actos u omisiones que lesionen o amenacen
con lesionar derechos fundamentales, con el fin de remover los
obstáculos que impiden el libre y pacífico derecho constitucional.
La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia N° 80, del nueve (09) de marzo del dos mil (2000), con
ponencia del Magistrado JOSÉ MANUEL DELGADO OCANDO, con
relación a la acción de amparo constitucional, ha señalado que se
trata de una acción de carácter extraordinaria, cuya procedencia
está limitada solo a casos en los que sean violados a los
solicitantes de manera directa, inmediata y flagrante derechos
subjetivos de rango constitucional o previstos en los instrumentos
internacionales sobre derechos humanos, para cuyo
restablecimiento no existen vías procesales ordinarias, eficaces,
idóneas y operantes.
De esta manera, el amparo constitucional se concibe como una
acción que tiende a proteger derechos y garantías
constitucionales –no legales- pues de lo contrario el amparo
constitucional –de carácter extraordinario- se convertiría en un
mecanismo ordinario de control de la legalidad.
En otra oportunidad, señaló la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, en sentencia N° 18, de fecha veinticuatro
(24) de enero del dos mil uno (2001), caso Paúl Vizcaya Ojeda, que
el amparo constitucional es la garantía o medio a través del cual
se protegen derechos fundamentales que la Constitución
reconoce a las personas, que está destinada a restablecer a través
de un procedimiento oral, público, breve, gratuito y no sujeto a
formalidad, los derechos lesionados o amenazados de violación,
constituyendo un instrumento para garantizar el pacífico disfrute
de los derechos y garantías inherentes a la persona, operando la
misma según su carácter extraordinario, sólo cuando se den las
condiciones previamente expuestas y aceptadas como necesarias
de la institución de amparo, conforme con la Ley que regula la
materia.
También ha dicho la Sala Constitucional en sentencia N° 95, de
fecha quince (15) de marzo del dos mil (2000), caso Isaías Rojas
Arena, en cuanto a la naturaleza de la acción de amparo
constitucional, que se trata de una forma diferenciada de tutela
jurisdiccional de los derechos y garantías constitucionales, el cual
tiene como propósito el garantizar a su titular, frente a la
violación o amenaza de violación de derechos y garantías
constitucionales, la continuidad en el goce y ejercicio del derecho,
a través del otorgamiento de un remedio específico que, a objeto
de restablecer la situación jurídica infringida, evite la
materialización o permanencia del hecho lesivo y de sus efectos.
El amparo constitucional, se trata de una acción de carácter
extraordinario, cuya procedencia se limita a la violación o
amenaza de violación del solicitante, de manera directa,
inmediata y flagrante, de derechos constitucionales, derechos
subjetivos de rango constitucional o previsto en instrumentos
internacionales sobre derechos humanos, para cuyo
restablecimiento no existen vías ordinarias, eficaces, idóneas y
operantes, cuyas características son las siguientes:
1. Se trata de una acción que tiende a tutelar derechos
constitucionales vulnerados o amenazados de vulneración, por
cualquier acto, hecho u omisión, lo que se traduce en que no se
trata ni de un recurso ni un derecho, estando más dentro del
mundo de las garantías, que no protege la vulneración o amenaza
de vulneración de derechos legales ni contractuales, tal como se
ha señalado en la sentencia de la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, N° 18, de fecha veinticuatro (24) de enero
del dos mil uno (2001), con ponencia del Magistrado IVÁN
RINCÓN URDANETA.
2. Se trata de una acción de carácter “extraordinaria”, pues solo
procede ante vulneraciones o amenaza de vulneración de
derechos constitucionales o derechos humanos previstos en
tratados internacionales, de manera que no puede referirse a
violaciones de norma de carácter legal, para lo cual existe la vía
ordinaria, no siendo el amparo constitucional una tercera
instancia, vale decir, que no se trata de una vía de control de
legalidad, ello no obstante a que la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en decisión N° 657, de fecha cuatro
(04) de abril del dos mil cuatro (2004), con ponencia del
Magistrado JOSÉ MANUEL DELGADO OCANDO, señaló lo
siguiente: “Dentro de este marco constitucional y para concretar
la tutela judicial efectiva, se consagró la acción de amparo
constitucional prevista en el artículo 27 del Texto Constitucional
como una garantía constitucional específica, por tanto no
subsidiaria, tampoco extraordinaria, sino discrecionalidad
constitucional determinada por el problema para el que se exige
tutela constitucional.”
3. Procede en la medida que la vulneración o amenaza de
vulneración de los derechos constitucionales, sea directa,
inmediata, cierta, flagrante, no mediata o indirecta.
4. Procede en la medida que no existan vías ordinarias o
preestablecidas para restituir o evitar la vulneración
constitucional, salvo que aún existiendo la vía ordinaria
preestablecida, la misma no sea idónea, expedita y breve, es lo
que se conoce con el carácter sucedáneo de la acción de amparo
constitucional, a lo cual se le suma el carácter no subsidiario de la
misma, referido a que no depende del agotamiento de las vías
ordinarias.
5. Mediante la acción de protección constitucional, se busca el
restablecimiento de la situación jurídica infringida.
6. La acción de amparo constitucional, debe tramitarse a través de
un procedimiento breve, sumario, expedito y oral, caracterizado
por la informalidad.
7. Es una acción netamente jurisdiccional.
De lo antes dicho se observa, que cuando el derecho
constitucional es vulnerado o amenazado de vulneración, toda
persona –natural o jurídica, de derecho público o privado,
nacional o extranjera- tiene el derecho, poder o potestad
subjetivo y abstracto, de poner en movimiento el aparato
jurisdiccional, para obtener como resultado o respuesta el
proceso de amparo constitucional,, que terminará mediante una
decisión judicial que resuelva el conflicto planteado, que podrá
ordenar la restitución del derecho constitucional vulnerado o
amenazado con vulnerar, o bien la situación jurídica que mas se le
asemeje, cuando se demuestre la denuncia o infracción
constitucional delatada, lo que se traduce en que el amparo
constitucional, al reunir los elementos de ser un mecanismo por
conducto del cual puede ponerse en movimiento el aparato
jurisdiccional, para que mediante el trámite de un proceso se
determine si hubo o no violación o amenaza de violación del
derecho constitucional denunciado, el cual culminará con una
decisión jurisdiccional que podrá reconocer o no la vulneración de
los derechos delatados, según lo alegado, probado y determinado
oficiosamente por el juzgador, en cuyo caso, de existir vulneración
se ordenará la restitución de la situación jurídica infringida o la
situación que mas se le asemeje, se ubica dentro del concepto de
acción.
De esta manera, el amparo constitucional se considera como una
acción autónoma, pues a través de ella se pone en
funcionamiento la maquinaria jurisdiccional, para discutir la
vulneración de derechos constitucionales y obtener
eventualmente un mandamiento de amparo que restituya la
situación jurídica infringida o a la que mas se le asemeje, una vez
determinada la vulneración o amenaza delatada en la solicitud;
pero además de autónoma, es de carácter extraordinaria, como lo
ha sostenido la doctrina y la jurisprudencia, en el sentido, que
solo procede en la medida que vulneren en forma directa e
inmediata derechos constitucionales, vale decir, que no se trata
de una acción pertinente ni viable para controlar la legalidad de
los actos ni se activa cuando se trata de violaciones legales y no
constitucionales; es de carácter sucedánea, pues existiendo vías
ordinarias y persistentes para delatar y reparar la situación
constitucional infringida, vale decir, la violación o amenaza de
violación de derechos constitucionales, el amparo puede ser
utilizado en la medida que estas vías no sean breves, expeditas o
idóneas; y es de carácter no subsidiaria, en el sentido que no
depende del agotamiento de vías ordinarias, vale decir, que para
su ejercicio no se requiere previamente que se agoten todas las
vías ordinarias existentes, pero su viabilidad estará limitado a que
aquellas vías que no requieren previo agotamiento, no sean
idóneas, breves o expeditas para el restablecimiento de la
situación jurídica constitucional infringida, circunstancia esta de
suma importancia en el caso de autos, pues como puede
apreciarse de la solicitud de amparo constitucional.
Expuesto lo anterior observa esta Juzgadora que la parte
denunciante para demostrar la ocurrencia de las presuntas
violaciones constitucionales trajo a los autos los siguientes
documentos: 1) Copia fotostática de documento de propiedad del
inmueble identificado con el Nº 3-2, ubicado en la Avenida
Intercomunal del Valle, Conjunto Residencial Don Pedro, Torre A,
piso 3, Parroquia El Valle, Municipio Libertador, Distrito Capital,
registrado ante la Oficina Subalterna del Cuarto Circuito de
Registro Público del Municipio Libertador del Distrito Capital, en
fecha trece (13) de noviembre de mil novecientos noventa (1990),
bajo el Nº 3, Tomo 8, Protocolo Primero, Cuarto Trimestre,
marcado con la letra “A”; 2) Informe Médico de fecha veintisiete
(27) de junio del dos mil siete (2007), expedido por el ciudadano
JOSE ROBINSON VASQUEZ, medico Cardiólogo, marcado con la
letra “B”; 3) Copia fotostática de documento privado, suscrito por
la querellante y dirigido a la Junta de Condominio de la Torre A,
del Conjunto Residencial Don Pedro, marcado con la letra “C”; 4)
Copia fotostática de recibo de condominio correspondiente al
mes de junio del dos mil ocho (2008), del apartamento 3-2,
marcado con la letra “D”; 5) Copia fotostática de recibo de
condominio correspondiente al mes de septiembre del dos mil
tres (2003), del apartamento 3-2, marcado con la letra “E”; 6)
Copia de Decreto Nº 2.304, según Gaceta oficial Nº 37.626 del seis
(06) de febrero del dos mil tres (2003), sin identificación; 7) Copia
fotostática de escrito, sin fecha ni suscrito, marcado con la letra
“F”; 8) Fotos impresas en papel bond a color de cartelera,
marcada con la letra “G”; 9) Inspección Judicial, realizada por el
Juzgado Décimo Séptimo de Municipio de la Circunscripción
Judicial del Área Metropolitana de Caracas, en la solicitud Nº
AP31-S-2009-002864, marcado con la letra “H”; el Tribunal en
cuanto al documento marcado con la letra “A”, por cuanto es un
documento emanado de un ente público, no fue tachado o
impugnado por la contraparte se le da el valor probatorio que del
mismos se emana conforme a lo establecido en el artículo 429 del
Código de Procedimiento Civil, en concordancia con lo establecido
en el artículo 1357 del Código Civil; en lo que respecta al
documento marcado con la letra “H”, el Tribunal la valora
conforme a lo establecido en el artículo 507 del Código de
Procedimiento Civil, y de la misma se desprende claramente el
bloqueo de las llaves para el uso del ascensor; en cuanto a los
documentos marcados con las letras B, C, D, E y F, por cuanto los
mismos son documentos privados y algunos emanados de
terceros, los cuales aún cuando no fueron desconocidos por la
parte contra quien se reprodujo, el Tribunal considera que los
mismos no aportan prueba alguna en el thema decidendum, por
lo que los desecha, y así se decide.-
En cuanto a las pruebas aportadas por la parte accionada, trajo a
los autos los siguientes documentos:
Copia fotostática del Libro de Actas de Asambleas del Edificio
Torre A, del Conjunto Residencial Don Pedro, en diecinueve (19)
folios útiles; 2) Copia de ACTA DE NO ACUERDO ENTRE LAS
PARTES, realizada en fecha veintisiete (27) de mayo del dos mil
nueve (2009), ante el INDEPABIS, y copia de la boleta de
notificación de dicho acto; 3) Copia fotostática de boleta de
citación expedida por la Sindicatura Municipal, de fecha
veinticuatro (24) de agosto del dos mil seis (2006); 4) Documentos
en copia fotostática de gestiones realizadas por la empresa
Inversiones SERMECOB, C.A.; 5) Copias fotostáticas de los recibos
de condominio del apartamento 3-2, el Tribunal en lo que
respecta al acta levantada ante el INDEPABIS, le da pleno valor
probatorio que del mismo emana, por ser un documento
emanado un ente del estado, todo ello conforme a lo establecido
en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, en
concordancia con lo establecido en el artículo 1357 del Código
Civil; en cuanto a los demás documentos por cuanto los mismos
no aportan prueba alguna al thema decidendum, se desechan, y
así se decide.-
Por último la parte querellada, promueve testimoniales, las cuales
para esta Juzgadora visto las actas que existen en el proceso, los
alegatos esgrimidos por las partes, así como la opinión fiscal es
innecesaria su evacuación, por lo que se niega dicha evacuación
de dicha prueba y así se decide.-
Ahora bien, en el caso bajo marras nos encontramos frente a una
acción de amparo constitucional, fundamentada en el artículo 19
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; que
reza lo siguiente:
“El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de
progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio
irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos
humanos. Su respeto y garantía son obligatorios para los órganos
del Poder Público, de conformidad con esta Constitución, con los
tratados sobre derechos humanos suscritos y ratificados por la
República y con las leyes que los desarrollen.”.-
El artículo 60 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que señala:
“Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida
privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación.
La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y
la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y
el pleno ejercicio de sus derechos.”.-
El artículo 115 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, que señala:
“Se garantiza el derecho de propiedad. Toda persona tiene
derecho al uso, goce, disfrute y disposición de sus bienes. La
propiedad estará sometida a las contribuciones, restricciones y
obligaciones que establezca la ley con fines de utilidad pública o
de interés general. Sólo por causa de utilidad pública o interés
social, mediante sentencia firme y pago oportuno de justa
indemnización, podrá ser declarada la expropiación de cualquier
clase de bienes”.
El artículo 156 ordinales 29 y 32 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, que señala:
“Es de la competencia del Poder Público Nacional:
(omissis)
29. El régimen general de los servicios públicos domiciliarios y, en
especial, electricidad, agua potable y gas.
(omissis)
32. La legislación en materia de derechos, deberes y garantías
constitucionales; la civil, mercantil, penal, penitenciaria, de
procedimientos y de derecho internacional privado; la de
elecciones; la de expropiación por causa de utilidad pública o
social; la de crédito público; la de propiedad intelectual, artística e
industrial; la del patrimonio cultural y arqueológico; la agraria; la
de inmigración y poblamiento; la de pueblos indígenas y
territorios ocupados por ellos; la del trabajo, previsión y seguridad
sociales; la de sanidad animal y vegetal; la de notarías y registro
público; la de bancos y la de seguros; la de loterías, hipódromos y
apuestas en general; la de organización y funcionamiento de los
órganos del Poder Público Nacional y demás órganos e
instituciones nacionales del Estado; y la relativa a todas las
materias de la competencia nacional.”.
El artículo 178 ordinal 5 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, que señala:
“Son de la competencia del Municipio el gobierno y
administración de sus intereses y la gestión de las materias que le
asignen esta Constitución y las leyes nacionales, en cuanto
concierne a la vida local, en especial la ordenación y promoción
del desarrollo económico y social, la dotación y prestación de los
servicios públicos domiciliarios, la aplicación de la política
referente a la materia inquilinaria con criterios de equidad,
justicia y contenido de interés social, de conformidad con la
delegación prevista en la ley que rige la materia, la promoción de
la participación, y el mejoramiento, en general, de las condiciones
de vida de la comunidad, en las siguientes áreas:
(omissis)
5. Salubridad y atención primaria en salud, servicios de protección
a la primera y segunda infancia, a la adolescencia y a la tercera
edad; educación preescolar, servicios de integración familiar de la
persona con discapacidad al desarrollo comunitario, actividades e
instalaciones culturales y deportivas; servicios de prevención y
protección, vigilancia y control de los bienes y las actividades
relativas a las materias de la competencia municipal.”.
En tal sentido, precisa este sentenciador constitucional que el
artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, establece el derecho al debido proceso en los
siguientes términos:
“El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales, y
en consecuencia; la defensa y la asistencia jurídica son derechos
inviolables en todo estado y grado de la investigación y del
proceso”.
Es así como todos los jueces, en el ámbito de su competencia
están obligados a asegurar la integridad de la Constitución y en
particular el Juez de Amparo está obligado fundamentalmente a
proteger la Constitución y cuidar de su aplicación en todo el país,
para cumplir los fines establecidos en los artículos 3 y 334 de esta
Suprema Ley. Es por ello que el Juez Constitucional debe calificar
los hechos que constituyan y configuren las violaciones,
transgresiones y amenazas a los derechos y garantías
constitucionales, sin que esté atado a los pedimentos que formule
el querellante o quejoso.
En este orden de ideas considera pertinente quien aquí decide en
sede constitucional dejar claro los siguientes hechos: 1º) la parte
querellante señalo que no se le permite el acceso a su vivienda, se
le conculcó el derecho a su honor y reputación; 2º) la querellada
en la audiencia constitucional, concluye que la querellante no ha
cancelado el monto de las cuotas de condominio y que no se le
vulneró derecho constitucional alguno.
Igualmente, es necesario determinar o aclarar a las partes
intervinientes en la presente acción lo siguiente: Los Amparos
Constitucionales no pueden ser utilizados, ni como una forma de
resolver asuntos que pueden ser resueltos por vías ordinarias,
asimismo en el caso de marras no se trata de determinar o
calificar si la supuestamente agraviada debe o no las cuotas de
condominio, ya que los amparos constitucionales se encuentran
diseñados tal y como se ha establecido por el Alto Tribunal de la
República Bolivariana de Venezuela y transcrito en el texto de la
presente decisión para discutir la vulneración de derechos
constitucional y obtener eventualmente un mandamiento de
amparo que restituya la situación jurídica infringida o a la que mas
se le asemeje a ello, y así expresamente se decide.
Ahora bien, considera quien aquí decide lo siguiente: En primer
lugar, de la Inspección Judicial realizada por el Juzgado Décimo
Séptimo de Municipio de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas, ya valorada en el texto de la presente
decisión que efectivamente las llaves entregadas a la propietaria
del inmueble identificado como 3-2 de la Torre A, del Conjunto
Residencial Don Pedro, fueron desactivadas o bloqueadas, por lo
que no permiten el acceso al ascensor; en segundo lugar,
comparte esta sentenciadora el criterio explanado por la
representación del Ministerio Público de que la conducta asumida
por la junta de condominio constituye una vía de hecho que
atenta contra el derecho de propiedad de la querellante, y su
derecho al honor, es decir que la vía de hecho de la cual se
entiende como aquellas acciones realizadas con la ausencia total
de un procedimiento previo, o sin que medie la actuación por
parte de un órgano jurisdiccional, es decir la vía de hecho podría
venir ocasionada por flagrantes irregularidades llevadas a cabo
por la querellada al no permitir el acceso de la querellante al
ascensor, ya que al limitarle el acceso, viola su derecho al uso,
goce y disfrute; en tercer lugar, la divulgación por cualquier medio
sobre la existencia o no de una deuda por parte de la junta de
condominio de cualquier co-propietario de las Residencias Don
Pedro o cualquier otra Residencia, acarrea simplemente un
comportamiento que atenta contra la moral, el honor y la
reputación de cualquier ciudadano; por todo lo anteriormente
expuesto debe concluirse que la conducta asumida por la JUNTA
DE CONDOMINIO DE LA TORRE A DEL CONJUNTO RESIDENCIAL
DON PEDRO, esta en flagrante contravención de los derechos
alegados como infringidos por la parte agraviada, y así se decide.
Asimismo, considera quien decide aclarar que los artículos 156 y
178 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
no son derechos que ostentan los ciudadanos, sino deberes del
estado, por lo que al respecto de los mismos se considera
innecesario emitir pronunciamiento alguno, y así se decide.
Sobre la base de lo expuesto es impretermitible para esta
juzgadora declarar conforme a la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, la Ley Orgánica de Amparo Sobre
Derechos y Garantías Constitucionales y acogiéndose a los
criterios jurisprudenciales supra mencionado en el texto de la
presente decisión PROCEDENTE la presente Acción de Amparo
Constitucional, debiéndose en consecuencia, ordenar a la Junta
de Condominio de la torre A, del Conjunto Residencial Don Pedro,
que codifique las llaves de la querellante, para que pueda tener
acceso al edificio y al ascensor, que retire de la cartelera o de las
áreas comunes del edificio cualquier tipo de comunicado que
indique que la querellada o cualquier otro propietario se
encuentre moroso, y así se decide.
V
DISPOSITIVA DEL FALLO
Por los razonamiento de hecho y de derecho antes expuestos,
este Juzgado Sexto de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del
Tránsito de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, actuando en sede Constitucional, administrando Justicia
en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por la
autoridad de la Ley, declara:
PRIMERO: CON LUGAR la acción de amparo constitucional
intentada por la ciudadana MARITZA GALINDEZ VADEL venezolana
mayor de edad, de este domicilio, titular de la cédula de identidad
Nº V-5.140.393, en contra de la junta de condominio de la TORRE
A DEL CONJUNTO RESIDENCIAL DON PEDRO, en la persona de sus
representantes ciudadanas MARYS DEL VALLE FRANCO REYES,
MARIA DE JESUS BERROTERAN, ANANINA GUIDELIA YEGUEZ y
TERESA DEL CARMEN LOPEZ, venezolanas, mayores de edad, de
este domicilio, titulares de la cédula de identidad Nº V-3.249.039,
V-4.251.716, V-4.117.802 y V-3.415.496, en su carácter de
Presidente, Tesorera, Vicepresidente y Secretaria,
respectivamente.-
SEGUNDO: Se ordena a la Junta de Condominio de la TORRE A DEL
CONJUNTO RESIDENCIAL DON PEDRO, que codifique las llaves
asignadas a la querellante identificadas como 213, 214 y 215, para
que puedan entrar al edificio y utilizar para marcar el ascensor.
TERCERO: Se ordena a la Junta de Condominio de la TORRE A DEL
CONJUNTO RESIDENCIAL DON PEDRO, que retire cualquier tipo de
información que vaya en detrimento o atente contra la
honorabilidad y reputación de la querellante.
CUARTO: Con fundamento en el artículo 33 de la Ley Orgánica de
Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales y dada la
naturaleza del fallo, no hay especial condenatoria en costas, por
cuanto la querellante pertenece a la comunidad de copropietarios
hoy querellada.
PUBLÍQUESE Y REGÍSTRESE
Dada, firmada y sellada en la sede del Juzgado Sexto de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil Tránsito y Bancario de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas a los
dos (02) días del mes de septiembre de dos mil nueve (2009).
Años 199º de la Independencia y 150º de la Federación.-
LA JUEZ
MARISOL ALVARADO R
EL SECRETARIO ACCIDENTAL
WARREN MATOS
En la misma fecha, siendo la doce (12) y cincuenta (50) minutos
de la tarde (12:50 p.m.), previo el anuncio de Ley, fue publicada la
anterior sentencia.-
EL SECRETARIO ACCIDENTAL
WARREN MATOS

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