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Tomo I
Edicion oficial
2N01
EDUARDO ACEVEDO
JOSE ARTIGAS
SU OBRA CIVICA
ALEGATO HISTORICO
MONTEVIDEO
Imp. "Atenas." _ Cerro Largo, 1376
1950
ACEVEDO
100 NICASIO H. GARCÍA
Liso de la B
ir - iba
EJERCICIO
USO DE LA B
bubón bucólico bufo busto cubierta
bucal butaca , bujia busilis cubierto
bucle buzón bulbo buscapié búsqueda
búcaro bullicio burla cubo buscavidas
buzo buñuelo ' buril cúbico buscapleitos
budín buque bursátil cubilete cubicación
burro bufanda burbuja cuba cubismo
búfalo bufar buscar . Cuba cuboides
buche bufón cubil cúbito cubrecama
Se usa b en las palabras que empiezan por bu, bur,
bus, y después de la sílaba cu.
BUJIA CUBETA
DE CERVANTES
A LA ASAMBLEA GENERAL.
PROYECTO DE LEY
DECRETAN
PROYECTO DE LEY
E1 Presidente de la República,
DECRETA:
PRELIMINARES
La rehabilitación de Artigas.
Fuentes de información.
Hechos y documentos.
El medio ambiente.
Contra Bolívar.
Bolívar es otro gran proscripto de la Revolución
ricana.
Vayan estos extractos como testimonios indicativos de
su consagración a la causa general y de su altruismo
patriótico (Larrazábal, =Vida y correspondencia del liber-
tador Bolívar=)
Dirigiéndose al general Santa Cruz:
=Primero el suela nativo que nada, general; él ha for-
mado con sus elementos nuestro sér; nuestra vida no es
otra cosa que la herencia de nuestro pobre país; allí se en-
cuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores
de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la
educación: los sepulcros de nuestros padres yacen allí y
nos reclaman seguridad y reposo; todo nos recuerda un
deber, todo nos excita a sentimientos tiernos y memorias
deliciosas: allí fué el teatro de nuestra inocencia, de nues-
tros primeros amores, de nuestras primeras sensaciones y
de cuanto nos ha formado. ¿Qué títulos más sagrados al
amor y á la consagración? Sí, general; sirvamos a la patria
nativa, y después de este deber coloquemos los demás..
«Quisiera tener>, dijo en otra oportunidad, =una fortu-
na material que dar a cada colombiano; pero no tengo nada.
No tengo más que un corazón para amarlos, y una espada
para defenderlos=.
A1 Congreso constituyente de 1830, pidiéndole
mita su renuncia:
«Si un hombre fuera necesario para sostener el Estado,
ese Estado no debería existir, y al fin no existiría=.
Al general O'Leary, reprobándole la idea de establecer
un trono en Colombia.
«Yo no concibo que sea posible siquiera establecer
reino en un país que es constitucionalmente democrátic
porque las clases inferiores y las más numerosas,
esta prerrogativa con derechos incontestables. La
legal es indispensable donde hay desigualdad física,
corregir en cierto modo la injusticia de la naturaleza
PRELIMINARES 37
El complemento de la ignorancia.
El lenguaje de la época.
Ni general, ni Gervasio.
EL PROCESO ARTIGUISTA.
CARGOS Y ACUSACIONES.
Cavia y su libelo.
El sitio de Montevideo.
Clasificación de Artigas.
Rengger y Longchamp.
Aires; armó los indios del Gran Chaco Gualambé; llevó sus
devastaciones hasta el Paraguay cometiendo las más inau-
ditas crueldades. Bajo sus banderas hallaron guarida y
protección las heces de la especie humana; cuanto asesino,
pirata, salteador, desertor y vago se le presentaba, era muy
bien acogido por él; de suerte que por donde quiera que pa-
saba dejaban sus tropas las huellas más profundas de deso-
lación, exterminio y ferocidad. Motivó con sus demasías la
guerra contra el Brasil; en una palabra, el resultado de los
nueve. años de su dominio, fué la completa ruina del Estado
Oriental que en aquella época era uno de los más flore-
cientes».
Artigas, agrega más adelante, fué el azote de su país. Su
proceder con los españoles en el Hervidero = fué lo más
atroz que puede caber en humana mente=. Entre sus con-
sejeros estaba Barreiro, que mandó =asesinar secretamente
a diversos individuos, especialmente españoles peninsulares,
como lo demuestran los documentos y escritos existentes
de la época. Muchos españoles habrían sido desterrados y
enviados al Hervidero, e infaliblemente llegado a ser vícti-
mas del implacable odio de Barreiro, si Artigas no se hu-
biera negado sendas veces a consumar estas hecatombes
cuando se dejaba guiar por sus movimientos de hombre en
intervalos lúcidos. Don Miguel Barreiro en sus últimos
años mostró arrepentimiento, y mientras fué miembro de
la administración de notables, practicó actos de virtud y
dió pruebas de buenas cualidades=.
¿Dónde están los documentos de la época que
los cargos contra Artigas y contra su secretario
guel Barreiro, un miserable asesino, que luego se
y consigue destacarse por su virtud? Es inútil buscarla.
Como los documentos todos del proceso artiguista,
existen en la fantasía calumniadora de sus audaces
jadores.
El doctor Mellan Laflnur, en su opúsculo =Las charrete-
ras de Oribe=, se expresa así acerca del historiador brasile-
ño de que acabamos de ocuparnos:
84 JOSÉ ARTIGAS
Un diplomático furibundo.
Juicio de un viajero.