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El desarrollo humano es considerado como las Unidades que tienen cada persona de poder

acceder a una vida más larga y saludable y más plena la cual puede incluir aspectos políticos y
culturales. El crecimiento económico proporciona los recursos que permiten mejorar
interrumpidamente el desarrollo humano, mientras qué el mejoramiento de mano de la obra
permite un crecimiento económico.

Es importante conocer a fondo si estos dos pueden de alguna forma más adecuada y optima
para desarrollarse en materia de política.

En consecuencia a esto hay que examinar dos cadenas causales distintas: una de ellas va del
crecimiento económico al desarrollo humano a medida que los recursos provenientes del
ingreso nacional se asignan actividades que contribuyen a este último; la segunda va del
desarrollo humano al crecimiento económico e indica de qué manera el desarrollo humano
aparte de ser un objetivo primordial contribuye a aumentar el ingreso nacional. Tal como se
muestra en la siguiente gráfica:

América latina ha sido quizá el campo más fértil para la proposición de ideologías y nuevos
modos de afrontar el desarrollo que no han tenido éxito.

En comparación con el promedio general del mundo en desarrollo en el período 1960-2000


América latina en su conjunto se caracterizó por niveles relativamente altos de desarrollo
humano y avances en este campo pero con comportamientos menos favorables en materia de
crecimiento económico. De la misma forma en los comienzos de 1960 la esperanza de vida de
América latina era bastante superior a la del resto del mundo debido a una posible
independencia política adelantada que conllevó a un mayor compromiso con el desarrollo
humano en especial por parte de las élites. Al mismo tiempo entre las regiones fue
Latinoamérica la que registró mayor desigualdad en la distribución del ingreso.
El coeficiente de gasto social en América latina tiene números elevados el crecimiento de pib
no siempre se tradujo en una mejora significativa del desarrollo humano lo que indica que en
cada país se dieron situaciones concretas que afectaron la solidez de la cadena.

Esto trae consigo dos problemas relevantes: un menor logro educativos para personas sin
recursos y efectos negativos en las políticas del crecimiento económico.

La siguiente gráfica muestra la distribución del ingreso medida por el coeficiente de gini
presentado por los puntos (escala derecha).

En esta vemos una correlación alta entre el ingreso nacional y el ingreso de los más pobres.
Esto implica que para la mayoría de los países el ingreso per cápita.

En la siguiente gráfica se representa en el eje derecho INB per cápita del primer quintil. El
coeficiente de gini el clima para todos los países por tanto la desigualdad disminuye como
resultado del gasto social.
En resumen la América latina tiene una distribución muy desigual y estás una importante
desventaja para el crecimiento económico. La fragmentación social deteriora la calidad de las
políticas económicas y disminuye el potencial de crecimiento. Los niveles altos de la
desigualdad tienden de inducir políticas que pueden generar distorsiones significativas y dañar
al crecimiento económico. La búsqueda de la disminución de la desigualdad podría inducir
algunas deficiencias tales como salarios mínimos y las regulaciones del mercado del trabajo.
Como ya se ha ilustrado la eficacia del gasto social también tiene límites.

Además hay algunos problemas como la financiación del presupuesto que podrían inclinar la
balanza lo suficiente para introducir distorsiones debido a la imposibilidad de obtener todas las
recaudaciones requeridas. Por último la existencia de adecuados Marcos institucionales y
políticos es importante para el éxito de las políticas en favor de los pobres.

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