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COLEGIO DE EDUCACION PROFESIONAL TECNICA

DEL ESTADO DE MEXICO.


PLANTEL VILLA VICTORIA.
ENFERMERIA GENERA.
GRUPO: 508.
TEMA: CONDICIONES LABORALES DE LOS OBREROS EN EL SIGLO XIX.
MODULO: CONTEXTUALIZACION DE FENMENOS POLITICO, SOCIALES Y ECONOMICOS.

INTEGRANTES DEL EQUIPO:


• BEATRIZ CRUZ CASTILLO
• IVONNE MATIAS HIDALGO
• KEILA IRASU RANGEL MARTINEZ
• ANTONIO GARDUÑO PILAR
• EDGAR ALEJANDRO CASIMIRO GARCIA
• DIANA LAURA MARIN BARRUETA

DOCENTE: SIMON PAULINO ESCAMILLA.


Condiciones de trabajo para los
obreros en el siglo XIX.
Las largas jornadas de trabajo, los salarios insuficientes e inconstantes,
la precariedad de las viviendas, el hambre y las enfermedades
amenazaban constantemente la estabilidad del grupo familiar, el cual,
pese a de ser considerado como el centro de las fuerzas productoras de
la nación, estaba en crisis.
Horas de trabajo de los obreros.
El número de horas de trabajo de los obreros en la Europa del siglo XIX
fue muy variable, en función de la actividad desarrollada. En las fábricas
algodoneras la duración de la jornada podía llegar a las quince horas. La
duración de la jornada fue disminuyendo a lo largo del siglo XIX. Hacia
1870, los obreros ingleses trabajaban como media unas doce horas diarias
y con pocos días de descanso. En la década de los años ochenta, la
jornada se fue rebajando hasta las diez o nueve horas. Una de las grandes
reivindicaciones de las organizaciones obreras durante todo el siglo XIX y
los primeros años del siglo XX fue la jornada de ocho horas de trabajo,
seis días a la semana. En algunos países de Europa se tardaron décadas en
conseguirlo.
En la década de los años ochenta, la jornada se fue rebajando hasta las
diez o nueve horas. Una de las grandes reivindicaciones de las
organizaciones obreras durante todo el siglo XIX y los primeros años del
siglo XX fue la jornada de ocho horas de trabajo, seis días a la semana. En
algunos países de Europa se tardaron décadas en conseguirlo.
Personal.
Mujeres y niños constituían una buena parte de la mano de obra de la
época de la Revolución Industrial. En el año 1839, la mitad de la clase
obrera británica estaba constituida por mujeres. En el inicio de la década
de los años cincuenta, se sabe que trabajaba el 28% de la población
comprendida entre los 10 y 15 años.
Salarios que les ofrecían.
Los salarios eran muy bajos y muy ajustados para satisfacer las
necesidades básicas de los trabajadores. El trabajo infantil estaba mucho
peor remunerado, lo mismo que el de las mujeres, que percibían
alrededor de la mitad del salario de los hombres. A partir de los años
cincuenta del siglo XIX, los salarios tendieron a subir, especialmente para
los obreros cualificados, pero el nivel de vida de los trabajadores continuó
siendo muy bajo.
Formas de pago.
El pago a los trabajadores se hacía mediante vales o fichas ("monedas" acuñadas
por la fábrica o hacienda) que sólo se podían canjear en la tienda de raya del
patrón, quien recuperaba todo el dinero erogado en pagar los sueldos ya que por
lo general revendía los productos a un precio más alto.
Viviendas.
En las zonas industriales se pensó que sería conveniente que las
viviendas de los trabajadores estuvieran cerca de las fábricas. Así
surgieron los barrios obreros, con edificios de dos o tres plantas al
principio, pero que aumentaron progresivamente en altura y volumen, a
la vez que se extendían por los suburbios de las principales ciudades.
Los barrios obreros crecieron de forma desordenada, sin que los
poderes municipales se preocupasen de atender a los servicios, como
eran el trazado ordenado de calles, alumbrado público, conducción de
aguas, alcantarillas, basuras, etc. Las calles y patios estaban muy
degradados por el amontonamiento de basuras y desperdicios.
Al no haber desagües, las aguas sucias se estancaban. Esa situación, unida al
hacinamiento y la mala ventilación, aumentaban el peligro de infecciones. El interior
de las viviendas era muy pobre, con pocas habitaciones, siendo frecuentes las cocinas
y letrinas comunitarias.
Colonias industriales.
A finales del siglo XIX y comienzos del XX se extendieron por Europa
las conocidas como colonias industriales fuera de las ciudades. Se
trataba de una especie de barrios para los empleados de una fábrica,
y se edificaban junto a la misma. Eran colonias construidas por
iniciativa del empresario. El propietario vivía en una gran mansión,
los directivos ocupaban casas amplias y los obreros tenían pequeñas
casas. También tenían iglesias, tiendas, escuelas y hasta cementerios,
en algunos casos. Las condiciones de vida eran mejores, pero con un
acusado paternalismo de la patronal.
Vida en el campo y la ciudad.
Durante la primera mitad del siglo XIX, las ciudades de México eran
pequeñas y poco pobladas; la mayor parte de la población vivía
en áreas rurales y se dedicaba a labores agrícolas.
Con el paso del tiempo, el cambio más importante en el campo fue el
crecimiento gradual de las propiedades como ranchos y haciendas, que
llegaron a tener gran extensión. Ante esto, muchas personas
abandonaron sus lugares de origen para irse a vivir a estas propiedades.
Vida en el campo
Se enfocaban principalmente en la agricultura y la ganadería. Estaban
muy alejados de la tecnología sin embargo sabían usar muy bien los
recursos naturales. Los animales eran usados como medio de
transporte. El comercio, la agricultura y la ganadería eran las
principales actividades desarrolladas.
Alimentación que tenían.
En relación con la dieta, el alimento principal siguió siendo la harina en forma de pan
o de gachas, y la patata, que se difundió de forma extraordinaria hacia la mitad del
siglo XIX. El consumo de carne, frutas, verduras y pescado fue, en cambio siempre
muy escaso. El gasto en vestidos era muy reducido. La indumentaria del trabajador
se diferenciaba claramente de la de los burgueses: la blusa y la gorra eran elementos
distintivos de los hombres; y un vestido largo, era el atuendo común de las mujeres
humildes.
Vestimenta.
El gasto en vestidos era muy reducido. La indumentaria del trabajador se
diferenciaba claramente de la de los burgueses: la blusa y la gorra eran elementos
distintivos de los hombres; y un vestido largo, era el atuendo común de las mujeres
humildes.
Fuentes bibliográficas.
Las condiciones laborales de los obreros del siglo xix - Trabajos finales -
323 Palabras (buenastareas.com)

Los obreros en México, 1875-1925 - Monografias.com

https://image.slidesharecdn.com/cambios-sociales-1234902432289419-
2/95/cambios-y-movimientos-sociales-en-el-siglo-xix-13-
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