Programación. Al programar una prueba, el examinador debe tomar en cuenta las
actividades que suelen realizar los examinados en esa hora del día. Por ejemplo: administrar pruebas a niños durante las horas del almuerzo o del juego, cuando acostumbran realizar alguna otra actividad placentera. El tiempo de la prueba casi nunca debe excederse de una hora al tratarse de niños pequeños o de una hora y media cuando son niños de secundaria. Debido a que 30 minutos es el límite de tiempo en que un niño de nivel preescolar y de primaria puede permanecer atento a las tareas de una prueba. Con respecto a las pruebas en el aula, debe informarse a los estudiantes con suficiente anticipación cuándo y dónde se administrará la prueba y cuánto tiempo se concederá para solverla. Los estudiantes merecen la oportunidad de prepararse intelectual, emocional y físicamente para una prueba. Por ello, regularmente no es aconsejable imponer exámenes sorpresa. Consentimiento informado. En muchos lugares, la aplicación de una prueba de inteligencia o de otro instrumento de psicodiagnóstico a un niño requiere del consentimiento informado de uno de los padres, un tutor o de otra persona legalmente responsable del niño. Excepto; (a) cuando la evaluación sin consentimiento sea ordenada por ley o por reglamentación gubernamental; (b) cuando la evaluación sea parte de las actividades habituales de la escuela. (c) cuando el consentimiento esté claramente implícito (American Educational Research Association et al., 1999, p. 87). El requisito de consentimiento informado suele cumplirse al obtener la firma de una persona legalmente responsable en una forma estándar proporcionada por el distrito escolar u otra Familiarizarse con la prueba. No debe haber duda en cuanto a la familiaridad con el material de la prueba y el procedimiento de aplicación cuando el examinador es la misma persona. Debe estudiarse con cuidado el manual adjunto antes de iniciar el proceso de evaluación, es recomendable que el examinador mismo se someta a la prueba antes de administrarla a otra persona. Por último, es aconsejable revisar las instrucciones y otros materiales del procedimiento justo antes de la aplicación. contarse con anterioridad. Las pruebas seguras que incluyen un número de serie, como la Prueba de Evaluación Académica y los Exámenes de Registro de Graduados, deben inspeccionarse en forma minuciosa y ordenarse por número. es importante que la persona que remite especifique con precisión la información requerida y lo que se hará con ella. En todo caso, el examinador debe estar familiarizado a fondo con las pruebas o los demás instrumentos psicométricos y los tipos de individuos y condiciones para los que son adecuados. Garantizar condiciones de evaluación satisfactorias: Los examinadores deben asegurarse de que los asientos, la ventilación, la temperatura, el nivel de ruido y otras condiciones físicas del ambiente de evaluación sean satisfactorios. También deberá contarse con acceso fácil a las salidas y a las instalaciones sanitarias. A sí mismo, Ya sea en una prueba individual o en una colectiva, es preciso tomar previsiones especiales para examinados físicamente discapacitados o diferentes (por ejemplo, zurdos), reducir los fraudes. Los examinadores bien capacitados están muy conscientes de la importancia de la seguridad de la prueba. Deberes del examinador durante la prueba Seguir las instrucciones de la prueba. Se informa a los examinados sobre los objetivos de la prueba y cómo anotar sus respuestas. Se pide a los examinadores de pruebas estandarizadas que sigan cuidadosamente las instrucciones de administración, aun cuando una explicación adicional podría esclarecer la tarea para los examinados. personales de los examinados. Esto puede lograrse mediante procedimientos de evaluación dinámicos o auténticos para obtener claves adicionales con fines de interpretación o diagnóstico. La evaluación del potencial de aprendizaje implica un formato de prueba-enseñanza-prueba donde se examina a una persona, se le somete a una práctica sobre los materiales de la prueba y luego vuelve a aplicársele el examen. Se calcula entonces el cambio en el nivel de desempeño de la primera a la segunda ocasión en que se resuelve la prueba como una medida del potencial de aprendizaje del examinado. Permanecer alerta. Al administrar una prueba colectivamente, ya sea estandarizada o no, el examinador debe mantenerse alerta para evitar las trampas, así como que se hable o haya ruido innecesario. También es sensato tomar la precaución de tener un mensajero disponible para casos de emergencias médicas o algún otro problema. Asi mismo informar periódicamente a los estudiantes cuánto tiempo les resta anotando la hora en el pizarrón o en otra superficie visible. Establecer una relación interpersonal. Tanto en pruebas individuales como colectivas, el comportamiento del examinador puede tener un efecto considerable en la motivación y el comportamiento de los examinados. En ocasiones, hasta una sonrisa puede brindar ánimo a los examinados nerviosos o poco preparados a fin de que conserven la calma y logren un desempeño óptimo. Prepararse para manejar problemas especiales. En determinadas circunstancias, los examinadores deben ser especialmente activos y alentadores. Una situación de evaluación produce cierta cantidad de tensión casi en cualquier persona, y en ocasiones un examinado se pone muy nervioso. Las pruebas en personas muy jóvenes, muy viejas, perturbadas mentalmente, con retraso mental, discapacidad física o desventajas culturales presentan problemas especiales. En algunas situaciones, tal vez tengan que darse las preguntas y las respuestas en forma oral y no escrita, o en una lengua en particular. El examinador no sólo debe estar familiarizado con el material de la prueba, sino también conducirse de manera alerta, flexible, cálida y objetiva. Flexibilidad. También se permite cierta flexibilidad al administrar pruebas no estandarizadas e incluso en algunos instrumentos estandarizados, pero el exceso de flexibilidad puede volver inútiles las normas establecidas con propósitos de interpretación. Contar con siguientes: 1. Proporcionar tiempo suficiente para que los examinados respondan el material de la prueba. 2. Permitir la práctica necesaria con reactivos de ejemplo. 3. Usar periodos de evaluación relativamente cortos. 4. Observar si hay signos de fatiga o angustia y tomarlos en cuenta. 5. Ser consciente y tomar las medidas pertinentes en caso de defectos visuales, de audición Pruebas orales. Los exámenes orales a menudo provocan en los estudiantes sentimientos encontrados y mucha aprehensión. Como resultado, los esfuerzos por calmar esos temores y ofrecer otros métodos de evaluación a quienes les afectan emocionalmente las situaciones de evaluación oral puede mejorar la efectividad de este tipo de pruebas. Deberes del examinador después de la prueba: Después de administrar una prueba individual, el examinador debe recoger y guardar en lugar seguro todos los materiales de la prueba. Es preciso animar a los examinados sobre su desempeño, tal vez darles alguna pequeña recompensa si se trata de niños y conducirlos al lugar adecuado. Al terminar la prueba, también se dará información sobre lo que se hará con los resultados a los examinados y/o a sus acompañantes. El examinador tranquiliza a los interesados al prometer comunicarles los resultados e interpretaciones a los propios individuos o a la institución y recomendar medidas subsiguientes.
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