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Hoy les traje un cuento con el que muchos de ustedes, se van a sentir identificados.

Lo llamaremos El empleado feo (al brillante emprendedor)


En algún punto de su vida, una persona oscura y gris, decide empezar a trabajar a merced de
grandes capitales, o bajo el yugo de órdenes que no harían más que subestimar sus habilidades y
su potencial.

Al tiempo de circular entre esos ríos de gente, se ha visto señalado por sus pares:

-Tus ideas no tienen lugar aqui!

-¡Limítate a hacer tu trabajo! ¡Lo que se te pidió!

-Aquí hay que trabajar por el dinero, hazlo y vete.

- ¿Para qué quieres hacer eso? Seguro te va a ir mal… ¿Cómo vas a hacer para sobrevivir?

Pongámosle un nombre a este pobre empleado feo. Juan. Que mal se debería estar sintiendo Juan
en este momento.

El lleno de ideas, energía, y fuerzas, para reformular su mundo… y solo se encuentra entre
desaprobación y la desesperanza…

No querrán imaginar lo que les voy a relatar a continuación, porque no va a hacer más, que llenar
sus corazones de tristeza.

Luego de unos 2 años de trabajar “poniéndose la camiseta” por la empresa (que cabe decir que
nada lo identificaba, más que un “ideal” hacia la cultura del trabajo), se acercó a su jefe, a quien le
guardaba mucho respeto, ya que el confiaba ciegamente aun en la “cadena de mando”, y le dijo a
su jefe Pedro:

J -Pedro, sabes que… he estudiado que si ejecutábamos todas estas acciones, nuestra producción,
y redito, crecerían exponencialmente, creo que además pode..

P -Shhhhh, que nadie te oiga Juan.

J -¿Qué pasa Pedro? ¿Está mal esto que te presente?

P -No, no… Juan…. Jajajaja. Yo te explico. Cuando en esta empresa, vos te salís de tus tareas, y te
dedicas a estas cosas, se te trata de entrometido… Y que estabas perdiendo tiempo de TU trabajo,
para el que se te contrato, y algunas esas otras tareas extras que necesitamos.

Hagamos una cosa, esto déjamelo a mí, que lo analizo, y estudio bien los datos que me diste.

Yo se lo voy a presentar a Hector, el manager de la torre.

Te felicito, se ve que fue ardua tu tarea, pero insisto, por tu bien, que quede entre nosotros, si
tengo una novedad, yo te aviso.
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MOMENTO! Hagamos una pausa en esta historia. Recapitulemos lo que venimos oyendo, no
quiero perderlos, ya que este cuento, aun no va ni por la mitad.

Juan es lo que muchos de ustedes llamarían… un… Soñador.

Un agente de cambio, con ideas nuevas y revolucionarias, frescas y poderosas.

No son pocos quien trataron a este aun Oscuro y Gris Juan, de LOCO, Si, nada menos.

Y acá yo aquí veo algo que me parece muy extraño. Fue una sensación mía, o Pedro, esta persona
digna de su admiración,

¿Estaría a punto de robarle sus ideas y llevarse el crédito que no le corresponde?


¿Puede esta situación resultarles familiar?

Espero que no. Y espero estarme equivocándome respecto a lo que podría suceder o no a
continuación.

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Pasaron ya digamos, 6 meses desde que Juan, nuestro empleado feo, presento su carpeta, a su jefe
Pedro, lleno de sueños de cambio, y un futuro brillante para su carrera.

Me gustaría decirles que Juan, recibió alguna novedad por ello, pero, no solo esto no fue asi, sino
que además, la carga de su “TRABAJO” se había hecho más y más pesada, día a día, semana a
semana…

Ya habían pasado al menos unos largos 9 meses desde que Juan vio sus ilusiones, hacerse añicos.

Un día cualquiera, llega Carla, su compañera, casi desesperada a su puesto de trabajo y le dice:

C - ¡¡JUAN!! ¿¿TE ENTERASTE LO QUE PASO CON PEDRO??

J - o.O? ¿Estás bien Carla? Cálmate un poco. ¿Le paso algo? ¿Tuvo un accidente?

C - CALLATE TONTO! NADA DE ESO!! A, Pedro nuestro supervisor, luego de una reunión con la
junta directiva de la empresa, LO ASCENDIERON A GERENTE REGIONAL.

J - ¿De qué hablas? ¿Vos estas segura de esto que me decís?

Mira, no tiene sentido, el puesto que le seguía al de él, era Gerente raso, él era solo un supervisor,
como es posible que incluso, con tan pocos años de carrera en la empresa, se haya salteado un
escalafón, y haya saltado tantas trabas…

Me parece que vos tomaste algo raro con el desayuno.


C – Veo que no me crees, bueno, hoy a las 15 hacen reunión general en el salón principal, donde
van a anunciar ante todo el staff, este maravilloso suceso, parece que quieren mostrar, que las
posibilidades de progreso en esta empresa, existen.

Nunca lo hubiese creído. Que alegría por Pedro… El sí que era un buen líder, lo tiene merecido.

Se aproxima la hora del mediodía, y Juan, tenía una piedra en el estómago… sentía que algo raro,
estaba pasando.

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Ustedes que están escuchando el cuento, con muy poca imaginación, ya se deben estar dando
cuenta, de lo que va a pasar ahora, pero no creo que piensen lo peor…

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Llegaron las 15, y en la reunión informal que habían hecho para festejar el logro de Pedro, Juan de
lejos, no quería ni estar ahí, quería seguir trabajando. Cada minuto más, eran 5 papeles atrasados
en su escritorio.

La gerente de recursos humanos, Valentina, dio un pequeño discurso antes de realizar un brindis:

RH, Valentina - Esto que pasó aca, con Pedro, no es una casualidad, es fruto de su arduo esfuerzo
y preocupación por el crecimiento de NUESTRA empresa.
El hace 6 meses, se acercó a los directivos, combativo, y seguro, con un trabajo que le llevo años
de esfuerzo, y con valentía expuso sus propuestas.
Se decidió darle una oportunidad, como las que se les da a todos en ESTA empresa, NUESTRA
empresa.
Ya llevamos 3 meses, de crecimiento sostenido, a una velocidad inimaginable, y todo esto fue
gracias A PEDRO! ¿Quieres decir unas palabras Pedro?

PEDRO – No hay mucho que decir. Simplemente agradecer, y decirles a todos, que lo intenten, que
acá las oportunidades, SE LES DAN A TO-DOS.

Juan, salió de ahí, y empezó a vomitar en el baño. Se sentía MUY mal. El peor día de su vida. Desde
la traición, de quien el admiraba y en quien confiaba, hasta el decir que a Pedro le había tomado
años… ¿Cómo? ¿Si a Juan le tomo semanas, porque dijo semejante cosa?
Claramente, Pedro, ni en una vida hubiese desarrollado una estrategia similar.
Pero, lamento decirles algo mis queridos oyentes, su día aún no había terminado:

Valentina (RH), lo llamo a Juan al salir del baño.

V - Juan, tenemos que hablar con vos y con Pedro en nuestra oficina de RH, te pido que te tomes
los minutos que necesites, y te acerques a esta.

Juan ningún tonto, ya sabía lo que iba a pasar. Con 23 años, y 3 años de fidelidad a la empresa que
le había dado su primera gran oportunidad laboral, esta misma le estaría cerrando sus puertas, de
la manera más nefasta inimaginable hasta el entonces para él.

V - Juan, tenemos las métricas de tu último trimestre, tu performance decayó estrepitosamente

J – ¿Hay registro de cómo se me fue modificada la carga de trabajo en estos últimos 6 meses?

P – Si, precisamente, se te puso a prueba, y no pudiste superarla Juan, agradecemos tus servicios,
pero desde el día de la fecha, prescindiremos de ellos. Te tiene que, mañana por la mañana, llegar
un telegrama, y podrás pasar a buscar la liquidación final, indemnización, mes de preaviso,
vacaciones y aguinaldos no pagos, el próximo lunes por la mañana junto con el cheque de caja.

Lamentamos tomar esta trágica decisión, pero se trabajó mucho en ella y consideramos que a
pesar de tu lealtad, y tu buena voluntad, no estas acorde a los nuevos objetivos de la empresa. Si
necesitas una carta de recomendación mía, sin duda, te la hare con MUCHO gusto.

En la cabeza de Juan, pasaron 514 maneras de matar a Pedro, 16 formas de humillarlo


públicamente y hasta hacer girar una circular anónima con la realidad de lo ocurrido, y los secretos
de su ascenso.
Pero no hizo nada de eso, el solo asintió con la cabeza, y con una angustia dolorosa en el pecho, se
retiró con la cabeza en alto, conociendo que SU idea, sus sueños e ilusiones, habían valido, y
habían funcionado. Solo sería cuestión de tiempo, para encontrar donde ubicarlas.

No querríamos perder la atención del público, espero que hasta ahora les esté resultando
interesante este cuento, una ficción, honestamente, esperamos que no hayan vivido, o conocido
de cerca ninguna situación similar a la presentada.

Les queremos decir algo.


Este cuento no termina acá, y tiene un final feliz.
MUY FELIZ. Pero, va a haber un poco más de amargura antes de llegar a la alegría.

No se olviden del cuento de papito feo. Nos inspiramos en el a la hora de guiar nuestro cuento.

Espero puedan acompañarnos a escuchar, la segunda parte, y cierre de “El empleado Feo”

Final de parte 1.

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