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“MODELOS ATÓMICOS”
METALURGIA FÍSICA
20 DE AGOSTO DE 2021
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INDICE
DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS MODELOS ATÓMICOS ............................................. 3
I. INTRODUCCIÓN................................................................................................................. 3
1.1. Primeras ideas: los antiguos griegos ............................................................................ 3
II. MODELOS ATÓMICOS ................................................................................................. 4
2.1. Modelo atómico de Dalton ............................................................................................ 4
2.2. Modelo atómico de Thomson........................................................................................ 5
2.3. Modelo atómico de Rutherford .................................................................................... 7
2.4. Modelo atómico de Bohr ............................................................................................. 12
2.5. Modelo atómico de Sommerfeld................................................................................. 16
2.6. Modelo atómico de la mecánica cuántica .................................................................. 16
III. BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................. 22
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DESARROLLO HISTÓRICO DE LOS MODELOS ATÓMICOS
I. INTRODUCCIÓN.
El ser humano ha logrado conceptualizar muchas ideas extraordinarias, pero hay una que sin
duda se posiciona entre las mejores: la existencia del átomo. No hizo falta contar con un
poderoso microscopio electrónico para saberlo. En la Antigua Grecia, Demócrito (460a 370
a. C.) y Leucipo (460 a 370) concibieron por primera vez la idea de que la materia puede
dividirse en partículas cada vez más pequeñas; por ejemplo, si una migaja de pan se
desmorona aún más, puede dividirse en partículas más finas que si se pulverizan generan
partículas tan diminutas que sólo es posible observarlas con ayuda de una lupa y si a éstas se
les divide aún más y más, debe llegarse a la partícula de materia más pequeña del Universo,
una que no es posible ver a simple vista, ni siquiera con una buena lupa. A esta partícula se
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II. MODELOS ATÓMICOS
Durante más de dos mil años, esta idea de átomo prevaleció casi intacta. Pero para el siglo
existencia de dos tipos de carga eléctrica, positiva y negativa, que son opuestas y se
conocimientos sobre leyes de los gases, entre otros. Una pregunta que surgió entonces fue:
John Dalton (1776-1844) intentó dar respuesta y retomó la idea de átomo, concibiéndola
como una esfera sólida y diminuta, que conforma tanto a los elementos (átomos iguales),
como a los compuestos (unión de átomos distintos). Estableció entonces un modelo de átomo
2. Durante los cambios físicos y químicos, los átomos conservan su identidad, son
3. Los átomos del mismo elemento tienen la misma masa y las mismas propiedades
físicas y químicas, mientras que los átomos de elementos distintos difieren en masas
relativos.
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Figura 1. El modelo atómico de Dalton concibe al átomo como esferas diminutas, distintas para cada elemento.
Este modelo atómico, aunque razonable, no permitía explicar fenómenos relacionados con la
existencia de cargas eléctricas en la materia (los protones y los electrones fueron descubiertos
a finales del siglo XIX), ni otros hallazgos que fueron surgiendo, como la existencia de
En 1886, Eugen Goldstein, empleando el tubo de Crookes con el cátodo perforado, descubrió
los rayos canales, formados por partículas con carga eléctrica positiva a las que denominó
protones. En el experimento, llenó el tubo con gas y lo conectó a una fuente de alto voltaje.
Los electrones chocaron con las moléculas de gas y éstas adquirieron carga positiva, por lo
que fueron atraídas hacia el cátodo perforado que tiene carga negativa; algunas partículas
atravesaron las perforaciones formando los rayos canales (rayos positivos). Estos rayos
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fueron ligeramente atraídos por campos eléctricos y magnéticos, lo cual indica que están
formados por partículas con masa y carga eléctrica positiva (el protón).
Unos años después, en 1897, Joseph John Thomson (1856-1940) estudiando otro tipo de
rayos que también se producen en el tubo de Crookes, los rayos catódicos, descubiertos entre
1858 y 1859 por Julius Plücker, encontró que estaban conformados por “corpúsculos” de
carga negativa a los que posteriormente George J. Stoney dio el nombre de electrones. En el
experimento se saca todo el aire del tubo de Crookes para que esté al vacío y se conecta a
una fuente de alto voltaje. Al cargar los electrodos del tubo se observan unos rayos que viajan
denominados “rayos catódicos”. Estos rayos pueden observarse si se coloca una pantalla
fluorescente; entonces se ven como un resplandor de color verde. Los rayos catódicos se
desvían al acercar una placa con carga positiva, además, al atravesar un rehilete pueden
moverlo, lo que comprueba que están constituidos por partículas con masa.
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Figura 3. Descubrimiento del electrón en un tubo de rayos catódicos.
Pero ¿dónde están esas partículas llamadas protones y electrones? ¿Qué relación tienen con
el átomo? Thomson intenta dar una respuesta señalando que, en realidad, el átomo es una
partícula positiva dentro de la cual están “embebidos” los electrones, separados entre sí en
forma equidistante, gracias a las fuerzas de repulsión que hay entre partículas con la misma
carga; ello los hace distribuirse de forma tal como están las pasas en un pudín; de aquí que
En 1895, un poco antes de que Thomson propusiera su modelo atómico del pudín de pasas,
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en su naturaleza, pero mucho más penetrante, y lo hizo también utilizando el tubo de rayos
Figura 5. Una de las primeras fotografías tomadas por Roentgen, utilizando rayos X. La mano pertenece a la esposa de
Roentgen.
que, de manera imprevista, se ennegrecían. Becquerel explicó que esto se debía a que el
uranio emitía ciertos rayos capaces de atravesar cuerpos opacos y muchos otros objetos. A
estos rayos los denominó radiactividad, fenómeno que llamó mucho la atención de un gran
quien por esas fechas se encontraba en la Universidad de Cambridge, trabajando bajo la tutela
En 1898, Rutherford descubrió que las emisiones radiactivas están compuestas por dos tipos
de rayos: los rayos alfa (núcleos de helio, con carga positiva) y los rayos beta (conformados
por un flujo de electrones, con carga negativa). Para explicar estos últimos teorizó sobre la
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confirmar su existencia; esto último lo consiguió otro alumno de Rutherford, James
Chadwick, en 1932, indicando que los neutrones son partículas sin carga eléctrica, de masa
y volumen muy similar a la de los protones. Chadwick mezcló berilio con un poco de polonio
y los colocó dentro de una cámara al vacío. Los rayos alfa emitidos por el polonio, al
colisionar con los átomos de berilio generaron unos rayos neutros, tan intensos que son
capaces de atravesar el plomo. Al dirigir estos rayos contra un blanco de parafina se liberaron
átomos cargados que al incidir sobre un detector que ioniza el nitrógeno que contiene,
provoca una corriente eléctrica que puede medirse y esto permite a su vez contar átomos y
conocer su velocidad. A las pesadas partículas sin carga que salían del blanco las llamó
neutrones.
Dos años después, Rutherford descubrió un tercer tipo de rayos que conforman la
radiactividad, a los que denominó rayos gamma (de naturaleza electromagnética, como la luz
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Figura 7. Capacidad de penetración de distintos tipos de rayos en diferentes materiales
Con estos hallazgos, en 1903, Rutherford y su colega Frederick Soddy formularon una nueva
teoría que señala la posibilidad de que los átomos puedan desintegrarse, desdiciendo la idea
que prevalecía aún sobre la naturaleza indivisible e indestructible del átomo. Por estas
con Geiger y Marsden (un estudiante de tan sólo 20 años de edad), ideó un experimento con
la intención de conocer más la naturaleza de los rayos alfa: utilizaron un elemento radiactivo,
el polonio, protegido dentro de una caja de plomo con un orificio que deja pasar un rayo de
partículas alfa (rayos α); enfrente colocó una laminilla de oro muy delgada para observar el
comportamiento de los rayos al chocar con la laminilla. Como los rayos son invisibles,
alrededor del dispositivo descrito colocó una pantalla impregnada de sulfuro de zinc que
emite destellos (puntitos luminosos) al ser golpeada por las partículas del rayo.
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Figura 8. Experimento de Rutherford que llevó a deducir la existencia del núcleo atómico y modelo atómico relacionado.
Su hipótesis era que cuando los rayos alfa (positivos) golpearan a la parte positiva de un
átomo metálico, por rechazo entre cargas iguales se desviarían, de modo que, si las cargas
Thomson, sólo 50% de los rayos alfa serían desviados y el resto pasaría de largo. Sin
embargo, lo que observaron fue algo completamente inesperado: menos de 5% de los rayos
modelo del pudín de pasas de Thomson no explicaba estos eventos, por lo que en 1911
Rutherford propuso un nuevo modelo atómico. Explicó que toda la carga positiva del átomo
debía estar concentrada en un núcleo tan diminuto que la probabilidad de que los rayos alfa
pasaran cerca y se desviaran o impactaran de lleno en él, rebotando en consecuencia, era muy
baja. Este modelo supone que los electrones deben girar alrededor de ese núcleo positivo,
abarcando un área 100 mil veces mayor (cuando los rayos alfa pasan cerca de los electrones
no se desvían).
Este modelo resultó excelente para explicar el fenómeno de los rayos alfa al incidir en las
laminillas de oro, pero dejó algunas preguntas sin respuesta: según las leyes de la física
clásica, una partícula cargada que gira alrededor de un núcleo de carga opuesta iría perdiendo
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energía para finalmente chocar contra el núcleo por la fuerte atracción, lo cual habría
producido el colapso del átomo a los pocos instantes de su existencia, pero esto no era así.
¿Qué sucedía realmente con los electrones? Por fortuna el profesor Rutherford contaba con
el gran apoyo de sus alumnos para salvar su modelo atómico y uno de ellos, Niels Bohr, dio
una buena respuesta, explicando con más detalle lo que sucede con los electrones alrededor
Para entender mejor cómo es que Niels Bohr (1885-1962) postuló la hipótesis para explicar
el comportamiento de los electrones que giran alrededor del núcleo, es importante señalar
de otras formas de energía similares (radio ondas, microondas, infrarrojo, luz ultravioleta,
rayos X y rayos gamma), señalando que son formas de radiación electromagnética, en otras
palabras, son ondas que viajan a grandes velocidades y difieren entre sí por características
propias de una onda: amplitud, longitud y frecuencia, lo que las hace más o menos energéticas
El espectro de la radiación electromagnética reúne a los siete tipos de ondas, de las cuales
sólo podemos percibir con la vista una muy pequeña fracción, a la que llamamos luz visible
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y que, a su vez, se descompone en los siete colores básicos (los mismos que aparecen en un
arcoíris).
Todos los cuerpos, al ser calentados, emiten cierta cantidad de radiación y las teorías
disponibles hasta entonces (finales del siglo XIX) predecían que la intensidad de la radiación
con las predicciones teóricas, especialmente en la región ultravioleta del espectro. A este
En 1900, Max Planck intentó dar una explicación a este fenómeno mediante formulaciones
matemáticas: aseguró que las “vibraciones” de los átomos eran las responsables de que se
contenían una cantidad específica de energía. Las ideas de Planck sirvieron para que más
adelante Albert Einstein (1879-1955) explicara el “efecto fotoeléctrico”, por lo cual recibió
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Figura 11. El efecto fotoeléctrico se observa cuando ciertos tipos de luz de alta frecuencia inciden sobre una superficie
metálica, lo que provoca una emisión de electrones. Este fenómeno fue descubierto por Albert Einstein.
Al combinar sus observaciones con la ecuación de Planck, incorporó una nueva idea: la luz
no sólo tiene propiedades de onda, también tiene propiedades de partícula, pero sin masa, y
Cuando un objeto se calienta, absorbe energía y emite un espectro de luz que contiene todas
las longitudes de onda, lo que se conoce como espectro continuo. Sin embargo, cuando se
aplica alto voltaje a átomos en estado gaseoso, producen un espectro distinto, denominado
espectro de emisión de líneas, es decir, sólo emiten algunas longitudes de onda, no todas.
Figura 12. Espectro continuo y espectros de líneas, las huellas digitales de los átomos.
Cada elemento tiene su propio espectro de emisión de líneas, como si fuera su propio “código
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Considerando las teorías anteriores, en 1913, Niels Bohr explicó que los electrones no son
atraídos por el núcleo atómico porque giran a grandes velocidades a su alrededor, ocupando
ciertos niveles de energía u órbitas estables, de modo que la energía de los electrones en el
átomo está “cuantizada”; estableció también que los electrones describen trayectorias u
órbitas circulares, también llamados niveles de energía, en torno al núcleo, tal y como lo hace
la Tierra y otros planetas alrededor del Sol; por ello al modelo atómico de Bohr se le conoce
Figura 13. Modelo atómico de Bohr, el modelo del sistema solar en miniatura.
Bohr explica que existen siete niveles de energía para los electrones, con radios distintos que
aumentan conforme se alejan del núcleo, nombrados con las letras K, L, M, N, O, P y Q, (del
más cercano al más lejano al núcleo) y en cada nivel hay una cantidad máxima posible de
electrones: 2, 8, 18, 32, 50, 72, 98 y 128, respectivamente. Por supuesto que aún no se
conocen átomos con más de 118 electrones, pero este modelo contempla en qué nivel de
Estas teorías dieron lugar, años después, a lo que se conoce como número cuántico principal
(N), del modelo atómico de la mecánica cuántica, el modelo actual, donde los niveles de
La teoría de Bohr también afirma que cuando un electrón “salta” de un nivel de energía a
otro, absorbe o desprende energía. Estableció diversas ecuaciones que explican muy bien el
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fenómeno y permiten medir la cantidad de energía que se requiere para que un electrón salte
de un nivel de energía a otro. Cuando experimentó con átomos de hidrógeno, se dio cuenta
de que su espectro de líneas correspondía muy bien con las predicciones de su modelo
atómico y matemático, pero no sucedió lo mismo para átomos de otros elementos. ¿Qué
En 1916, Arnold Sommerfeld (1868-1951) encontró la falla del modelo atómico de Bohr.
Explicó que los electrones no sólo giran en trayectorias circulares alrededor del núcleo,
Figura 14. Modelo atómico de Sommerfeld que demuestra que no sólo hay orbitales circulares, sino que también hay
algunos que tienen forma elíptica.
Indicó también que, a partir del segundo nivel de energía de Bohr, existen “subniveles de
energía”, idea que fue incorporada más adelante al modelo atómico de la mecánica cuántica,
con el número cuántico secundario o azimutal (ℓ) y el número cuántico magnético (m). Este
modelo predice muy bien las líneas espectrales de otros átomos, pero no de todos, algo que
siguió motivando la curiosidad de los científicos de aquella época para poder establecer un
modelo atómico capaz de predecir correctamente distintos fenómenos en todos los átomos.
Los modelos anteriores, con sus aciertos y errores, incitaron a diversos científicos a seguir
abordando el inconcluso tema del mejor modelo atómico, y sus estudios y aportaciones
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fueron dando forma a un modelo de átomo mucho más complejo de lo que se había planteado
hasta entonces.
En 1924, Louis V. de Broglie (1892-1987) retomó las ideas de Einstein en relación a que la
luz tiene tanto propiedades de onda como de partícula y se preguntó si no sólo la luz tiene
esta naturaleza “dual”: ¿qué hay de la materia? Entonces propuso que tanto una bola de
béisbol como un electrón libre cuya masa se mueve a cierta velocidad, deben llevar asociado
a este movimiento una longitud de onda y estableció una ecuación matemática donde
la vibración) y la longitud de onda asociada; sin embargo, la longitud de onda que posee la
bola de béisbol es tan pequeña (1.2 × 10–34 m) que es imposible apreciarla o medirla con los
instrumentos disponibles, pero para partículas tan pequeñas como el electrón, los valores
de la longitud de onda están en el orden de 1 × 10–3 m, lo que resulta más factible de medir.
Figura 15. De Broglie afirma que la materia tiene naturaleza dual: es partícula y es onda.
propuesta de Louis de Broglie: si el electrón es considerado una partícula, debería ser posible
conocer su ubicación con precisión, pero si es una onda no es posible saber su ubicación
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ubicación exacta del electrón y cuánta energía posee, uno de los dos valores resulta ser muy
Si elegimos conocer la energía que posee un electrón, entonces su ubicación exacta no puede
saberse, pero es posible ubicar al electrón en una “región de probabilidad”, una zona donde
Niels Bohr, retomó también las ideas de Louis de Broglie para afirmar que el electrón se
comporta como una onda estacionaria que posee un valor de energía definido, y estableció
una ecuación matemática muy compleja que permite obtener mucha información sobre los
Figura 16. En el átomo de Schrödinger, los electrones se encuentran en zonas de probabilidad y no en órbitas bien
definidas.
Para entender mejor esto último, debe quedar claro que Bohr describió a los electrones
siguiendo trayectorias muy bien definidas, algo que no podemos conocer con precisión por
lo que explica Heisenberg, pero es posible saber que el electrón se ubica en una cierta región
donde es “probable” hallarlo y a estas zonas de probabilidad se les conoce como regiones de
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La ecuación de Schrödinger ofrece mucha información sobre un electrón, y para resolverla
se emplean tres números cuánticos que sirven para definir los estados de energía y los
orbitales disponibles para cada electrón: número cuántico principal (n), número cuántico
el número cuántico del spin (representado con la letra “s”), para complementar el modelo
atómico de la mecánica cuántica; con ello se explican aún mejor los espectros de los átomos.
La palabra spin significa “giro” y se refiere a un movimiento de rotación del electrón sobre
su propio eje que se asocia a los campos magnéticos (como el de la Tierra o el que poseen
También en 1925, Wolfgang Pauli (1900-1958) estableció que en un mismo átomo no puede
haber dos electrones con los cuatro números cuánticos iguales (n, ℓ, m y s) lo que se conoce
como “principio de exclusión de Pauli”. Esto significa que cada electrón tiene su lugar y su
que hoy dan forma a nuestro entorno, a nuestras actividades, hábitos, valores, actitudes,
costumbres y creencias.
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Figura 17. Nuestro estilo de vida actual se debe en gran medida a las ideas aportadas por el átomo de la mecánica
cuántica.
los seres vivos y al ambiente cuando no se utilizan con las debidas precauciones o cuando se
Entre 1928 y 1929, Paul A. M. Dirac (1902-1984), con la colaboración de Pascual Jordan
número cuántico del spin electrónico, lo que permite conocer la amplitud de probabilidad de
un solo electrón, explicar mejor las diversas líneas finas que aparecen en el espectro de un
descubiertos en 1932). Estas aportaciones le dan una mejor estructura a las teorías cuánticas
En las últimas décadas este modelo atómico no ha variado, pero se han ido descubriendo
muchas más partículas subatómicas: quarks, leptones (como neutrinos, positrones, muones y
tauones), mesones, piones, etc. Actualmente se sabe que estas partículas que integran a la
materia interactúan mediante cuatro fuerzas: fuerza nuclear débil, fuerza nuclear fuerte,
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fuerza electromagnética y fuerza de gravedad, que se transmiten gracias a otras partículas
Hadrones del Consejo Europeo para la Investigación Nulear, CERN por sus siglas en francés.
La importancia del descubrimiento reciente de este bosón es que ayudará a explicar cómo las
partículas elementales adquieren su “masa” y por lo tanto por qué todos poseemos masa, es
por ello que en el 2013 se le otorgó el Premio Nobel de Física a Peter Higgs por predecir
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III. BIBLIOGRAFÍA
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