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Instituto Politécnico Nacional

Centro de Estudios Tecnológicos 1 Ing. Walter Cross Buchanan

Sistemas eléctricos y electrónicos

Ing. Joel Montesinos Licona

Romero Juárez Jonathan Antuan No 4IV9

El átomo

12/febrero/2020

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INDICE
Caratula……………….……………….……………….……………….……………….……………….……………….………1
indice……………….……………….……………….……………….……………….……………….……………….………….2
introducion……….………………….………………….………………….………………….………………….…………….3
objetivo….………………….….………………….….………………….….………………….….………………….….…….4
antecedentes históricos…………………….….………………….….………………….….………………….…..……5
desarrollo del tema…………..…………..…………..…………..…………..…………..…………..…………..………8
estructura atómica…………….………….………….………….………….………….………….………….………….…8
modelos atómicos………….………….………….………….………….………….………….………….………….…….9
identificación de átomos………….………….………….………….………….………….………….………….…….13
isotopos………….………….………….………….………….………….………….………….………….………….………14

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INTRODUCCIÓN
• ¿Qué es un átomo?
Un átomo es la partícula básica de que están hechos todos los elementos.
• Los diferentes elementos tienen diferentes propiedades debido a que sus átomos
son diferentes.
• A través de los tiempos ha habido diversas teorías acerca de la forma y
composición del átomo.
• Hace aproximadamente 100 años, los científicos pensaban que el átomo era la
partícula mas pequeña de la materia.
• Hoy en día sabemos que dentro del átomo existen partículas subatómicas
llamadas:
protones, neutrones y electrones.
• Entendiendo la estructura del átomo, podemos comprender mejor las propiedades
de la materia.

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Objetivo
• Conocer la historia del átomo.
• Conocer la estructura última de la materia y su constitución por partículas
cargadas eléctricamente.
• Conocer los distintos modelos atómicos de constitución de la materia.
• Aprender a identificar las partículas subatómicas y sus propiedades más
relevantes.
• Explicar cómo está constituido el núcleo atómico y cómo se distribuyen los
electrones en los distintos niveles electrónicos.
• Aprender los conceptos de número atómico, número másico y masa atómica.
• Entender los conceptos de isótopo e ion.

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Antecedentes Históricos
La historia del átomo inicia 450 años antes de Cristo con las afirmaciones postuladas por el
filósofo griego Demócrito de Abdera. El filósofo se interesó por el descubrimiento de las
sustancias esenciales que contienen todas las sustancias. Él aseguró que la materia podía
ser dividida indeterminadamente en partículas cada vez más diminutas hasta llegar al
punto más indivisible de aquella materia, a las que Demócrito llamó átomos, palabra que
en griego significa inseparable. Así que, la materia se componía de átomos y estos eran
inseparables, de manera que Demócrito marcó una distinción entre los pensadores
anteriores, que nombraron elementos átomos a elementos como el agua, el aire y el
fuego. Demócrito afirmó, que estos no eran átomos en sí mismo, sino que estaban
compuestos por miles de ellos.
En suma, Demócrito supuso que toda la materia se encuentra compuesta por partículas
sólidas, indivisibles e invisibles al ojo humano, los famosos átomos. Aunque este filósofo
interesado por los procesos físicos y químicos nunca tuvo una prueba verídica que
comprobara la existencia del átomo. Podemos afirmar que fue la primera persona en
hablar sobre este y consolidar una concepción atomista, conocida actualmente como la
Discontinuidad de la Materia, generando un largo debate con el pasar de los siglos.
El filósofo Leucipo de Mileto se basó en el átomo para sustentar su idea racional del
origen del universo; asegurando que el universo estaba integrado por miles de partículas
indivisibles que se juntaron luego de un evento similar a un torbellino. Por su parte
Epicuro de Samos, filósofo procedente de Atenas, con su doctrina de la naturaleza,
aseguró, reelaborando la versión de Demócrito, Epicuro indica que la formación del
universo pudo responder a un proceso de azar, en otras palabras, la probabilidad que los
átomos sufran desviaciones en su trayectoria, colisionando entre sí.
Tuvieron que trascurrir varios siglos, hasta que en 1776 nació el hombre que cambiaría el
rumbo de la concepción atomista legada por los antiguos filósofos griegos: John Dalton,
conocido como el padre de la teoría atómica. Nació en el Reino Unido, específicamente en
Cumbria. Desde la edad de 12 años demostró su inteligencia. Siendo más joven se
interesó por la meteorología y de ahí explotó su atracción por ciertos fenómenos
químicos. Dalton, con sus postulados marcó un gran cambio en el conocimiento sobre los
átomos y su comportamiento.
En ese sentido, el científico aseguró que la materia se constituye de átomos indivisibles,
dicha afirmación no tenía mucho de novedoso. Pero, además agregó que los átomos
tienen un carácter inmutable, ósea nunca pueden transformarse unos en otros, lo que
tiene valor mutable son las combinaciones químicas porque están conformadas por
moléculas idénticas y estas a su vez por átomos. Gracias a un sinfín de experimentos
llevados a cabo por Dalton, se estableció la Teoría Atómica de Dalton.
La mencionada teoría ayudó a calcular el peso atómico de los elementos, como los
elementos gaseosos. Descubrió las masas atómicas de varios elementos relacionándolos
con la masa del hidrogeno. Estos descubrimientos fueron expuestos el 21 de octubre de
1803 durante una conferencia en la Sociedad Literaria y Filosófica de Manchester. Luego,

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las disertaciones fueron plasmadas en su célebre libro Nuevo sistema de filosofía química,
publicado en 1808.
En este texto se puede destacar las siguientes afirmaciones generales: La materia se
compone de partículas atómicas, de carácter indivisible e indestructible, los átomos de un
mismo elemento son iguales, al igual que su peso y cualidades, los átomos no se dividen
aun cuando se combinen por medio de reacciones químicas, los átomos de diversos
elementos pueden combinarse y formar átomos compuestos, por último, los compuestos
químicos nacen por la unión de átomos de dos o más elementos distintos. Muchas
afirmaciones de Dalton fueron rebatidas o reafirmadas.
En un futuro, Michael Faraday reformuló varios de los planteamientos de Dalton. En 1883,
descubrió que el flujo de la corriente eléctrica de una sustancia a otra produce ciertos
cambios químicos, lo que indica la existencia de una relación entre electricidad y materia,
asegurando que los átomos debían tener una estructura eléctrica que suministra la
cantidad de corriente eléctrica adecuada al peso de la sustancia química descompuesta.
En el año de 1906 sale a la luz el Modelo Atómico de Thomson, que claramente invalidaba
el anterior Modelo Atómico de Dalton ya que este no reflexionaba sobre la estructura
interna del átomo. El físico británico Joseph John Thomson se valió del uso de los rayos
catódicos dispuestos en un tubo de vacío que eran desviados al aplicar un campo
magnético para obtener las pruebas para dar a luz este modelo.
El modelo atómico de Thomson postula que: el átomo en su interior posee electrones de
carga negativa incrustados en una esfera de carga positiva, dichos electrones se
encuentran de manera uniforme por todo el átomo, la carga del átomo es neutro de
modo que las cargas negativas de los electrones se compensan con la carga positiva, los
electrones se pueden extraer del átomo de cualquier sustancia. Entonces, Thomson
representó el átomo con un modelo estático, en donde los electrones se hallaban fijos
dentro de la masa positiva, este modelo fue aprobado por la comunidad científica porque
permitió explicar cualitativamente fenómenos como la emisión de luz por los átomos,
aunque hechos posteriores modificaron esta hipótesis.
El encargado de modificar el modelo de Thomson fue Ernest Rutherford, quien en 1911
consideró que en el núcleo central del átomo se encuentra la carga positiva y la masa;
mientras que alrededor se encuentran los electrones girando a gran velocidad. Por otro
lado, descubrió que el núcleo posee una corteza y un núcleo, los electrones que giran lo
hacen en la corteza del átomo alrededor del núcleo; esta región es pequeña y se ubica en
el centro del átomo que posee la carga positiva.
Tan solo dos años después, Niels Bohr, estudiando disciplinadamente el modelo de
Rutherford, profundizó la manera en que los electrones se mantenían bajo una órbita
estable alrededor del núcleo sin radiar energía, además gracias al número cuántico n,
pudo asegurar que primero: existe una distancia entre la órbita y el núcleo; segundo que
no todos los electrones circulan por todas las orbitas y tercero calculó el radio de la órbita.
Bohr también expresó porqué los átomos presentaban espectros de emisión
característicos y como los electrones pueden emitir o absorber energía durante los saltos
de una órbita a otra. Al poco tiempo, vino el modelo de Sommerfeld que basado en el de

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Bohr, formula aportes a la mecánica relativista indicando que los electrones recorren
velocidades cercanas a las de la luz. También se puede destacar que para Sommerfeld, el
electrón es básicamente una corriente eléctrica. En 1924, sale a la luz el Modelo de
Schrödinger, que como innovación tiene en cuenta los cuatro números cuánticos: n, i, m,
s. para afirmar que en un átomo no hay electrones con los cuatro números cuánticos
iguales.
En los años 60 los físicos estadounidenses Murray Gell-Mann y Georg Zweig, detectaron
una partícula subatómica denominada quark. En el siglo XXI un equipo de científicos
realizó experimentos en el Gran Colisionador de Hadrones encontrado el pentaquarks.
Este descubrimiento de la partícula subatómica sirve para comprender mejor la
constitución de la materia ordinaria, los neutrones y los protones.

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Desarrollo del tema
Estructura atómica
El átomo es divisible
Una vez aceptada la teoría atómica de la materia, los fenómenos de electrización y
electrólisis pusieron de manifiesto, por un lado, la naturaleza eléctrica de la materia y, por
otro, que el átomo era divisible, es decir, que estaba formado por partículas más
pequeñas que el propio átomo.
Los fenómenos eléctricos son una manifestación de su carga eléctrica.
Del mismo modo que existen 2 tipos de fenómenos eléctricos (atracción y repulsión), se
admite que las propiedades que poseen los cuerpos electrizados se deben a la presencia
en ellos de 2 tipos de cargas eléctricas denominadas, de forma arbitraria, negativa y
positiva.
Dos cuerpos que hayan adquirido una carga del mismo tipo se repelen, mientras que si
poseen carga de distinto tipo se atraen.
En general, la materia es eléctricamente neutra, es decir, tiene la misma cantidad de cada
tipo de carga. Cuando adquiere carga, tanto positiva como negativa, es porque tiene más
cantidad de un tipo que de otro.
el electrón
Al estudiar los fenómenos eléctricos se llegó a la conclusión de que la teoría de Dalton era
errónea y, por tanto, debían existir partículas más pequeñas que el átomo, que serían las
responsables del comportamiento eléctrico de la materia.
En 1897, el físico británico J. J. Thomson realizó experiencias en tubos de descarga de
gases, que eran tubos de vidrio que contenían un gas a muy baja presión y un polo
positivo (ánodo) y otro negativo (cátodo) por donde se hacía pasar una corriente eléctrica
con un elevado voltaje.
Thomson observó que se emitían unos rayos desde el polo negativo hacia el positivo, los
llamó rayos catódicos.
Al estudiar las partículas que formaban estos rayos se observó que eran las mismas
siempre, cualquiera que fuese el gas del interior del tubo. Por ello se dedujo que en el
interior de todos los átomos existen una ó más partículas con carga negativa y se les dio el
nombre de electrones.
En esta escena se puede ver una representación esquemática del experimento realizado
con el tubo de descarga de gases:

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El protón
En 1886, el físico alemán E. Goldstein realizó algunos experimentos con un tubo de rayos
catódicos con el cátodo perforado. Observó unos rayos que atravesaban al cátodo en
sentido contrario a los rayos catódicos. Recibieron el nombre de rayos canales.
El estudio de estos rayos determinó que estaban formados por partículas de carga positiva
y que tenían una masa distinta según cual fuera el gas que estaba encerrado en el tubo.
Esto aclaró que las partículas salían del seno del gas y no del electrodo positivo.
Al experimentar con hidrógeno se consiguió aislar la partícula elemental positiva o protón,
cuya carga es la misma que la del electrón, pero positiva y su masa es 1837 veces mayor.
En la siguiente escena puede verse el experimento en el cual se descubrieron los rayos
canales:
El neutrón
Mediante diversos experimentos se comprobó que la masa de protones y electrones no
coincidía con la masa total del átomo; por tanto, Rutherford supuso que tenía que haber
otro tipo de partícula subatómica en el núcleo de los átomos.
Estas partículas se descubrieron en 1932 por J. Chadwick. Al no tener carga eléctrica
recibieron el nombre de neutrones. El hecho de no tener carga eléctrica hizo muy difícil su
descubrimiento.
Los neutrones son partículas sin carga y de masa algo mayor que la masa de un protón.
Partículas elementales

Masa Carga

Electrón (e-) 1/1837 uma Negativa

Protón (p+) 1 uma Positiva

Neutrón (n) 1 uma Sin carga

Nube de electrones
Los electrones en el átomo son atraídos por los protones a través de la fuerza
electromagnética. Esta fuerza los atrapa en un pozo de potencial electrostático alrededor
del núcleo, lo que hace necesaria una fuente de energía externa para liberarlos. Cuanto
más cerca está un electrón del núcleo, mayor es la fuerza atractiva, y mayor por tanto la
energía necesaria para que escape.
Los electrones, como otras partículas, presentan simultáneamente propiedades de
partícula puntual y de onda, y tienden a formar un cierto tipo de onda estacionaria
alrededor del núcleo, en reposo respecto de este. Cada una de estas ondas está
caracterizada por un orbital atómico, una función matemática que describe la
probabilidad de encontrar al electrón en cada punto del espacio. El conjunto de estos
orbitales es discreto, es decir, puede enumerarse, como es propio en todo sistema
cuántico. La nube de electrones es la región ocupada por estas ondas, visualizada como
una densidad de carga negativa alrededor del núcleo.

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Cada orbital corresponde a un posible valor de energía para los electrones, que se
reparten entre ellos. El principio de exclusión de Pauli prohíbe que más de dos electrones
se encuentren en el mismo orbital. Pueden ocurrir transiciones entre los distintos niveles
de energía: si un electrón absorbe un fotón con energía suficiente, puede saltar a un nivel
superior; también desde un nivel más alto puede acabar en un nivel inferior, radiando el
resto de la energía en un fotón. Las energías dadas por las diferencias entre los valores de
estos niveles son las que se observan en las líneas espectrales del Átomo

Modelos atómicos
Modelo de Dalton
Fue el primer modelo atómico con bases científicas, fue formulado en 1803 por John
Dalton, quien imaginaba a los átomos como diminutas esferas.26 Este primer modelo
atómico postulaba:
La materia está formada por partículas muy pequeñas llamadas átomos, que son
indivisibles y no se pueden destruir.
Los átomos de un mismo elemento son iguales entre sí, tienen su propio peso y cualidades
propias. Los átomos de los diferentes elementos tienen pesos diferentes.
Los átomos permanecen sin división, aun cuando se combinen en las reacciones químicas.
Los átomos, al combinarse para formar compuestos guardan relaciones simples.
Los átomos de elementos diferentes se pueden combinar en proporciones distintas y
formar más de un compuesto.
Los compuestos químicos se forman al unirse átomos de dos o más elementos distintos.
Sin embargo desapareció ante el modelo de Thomson ya que no explica los rayos
catódicos, la radioactividad ni la presencia de los electrones (e-) o protones(p+).
Modelo atómico de Thomson
Al ser tan pequeña la masa de los electrones, el físico inglés J.J.Thomson propuso, en
1904, que la mayor parte de la masa del átomo correspondería a la carga positiva, que
ocuparía la mayor parte del volumen atómico. Thomson imaginó el átomo como una
especie de esfera positiva continua en la que se encuentran incrustados los electrones,
más o menos como las uvas pasas en un pudin.
En esta escena se puede observar cómo sería un átomo con este modelo:
Este modelo del “pudin de pasas” de Thomson era bastante razonable y fue aceptado
durante varios años, ya que explicaba varios fenómenos, por ejemplo los rayos catódicos y
los canales:

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el experimento de Rutherford
En 1911, el físico y químico Ernest Rutherford y sus colaboradores bombardearon una fina
lámina de oro con partículas alfa (positivas), procedentes de un material radiactivo, a gran
velocidad. El experimento permitió observar el siguiente comportamiento en las partículas
lanzadas:
La mayor parte de ellas atravesaron la lámina sin cambiar de dirección, como era de
esperar.
Algunas se desviaron considerablemente.
Unas pocas partículas rebotaron hacia la fuente de emisión.
En esta escena se pueden ver los detalles del experimento:
El comportamiento de las partículas no podía ser explicado con el modelo de Thomson, así
que Rutherford lo abandonó y sugirió otro basado en el átomo nuclear.
Modelo de Thomson: De acuerdo con este modelo, en el cual la carga positiva de cada
átomo está distribuida de forma homogénea, las partículas positivas que atraviesan la
lámina no deberían ser apreciablemente desviadas de su trayectoria inicial.
Evidentemente, esto no ocurría.
Modelo de Rutherford: La carga positiva está concentrada en un núcleo central, de
manera que las partículas positivas que pasan muy cerca de él se desvían bastante de su
trayectoria inicial y sólo aquellas pocas que chocan directamente con el núcleo regresan
en la dirección de la que proceden.
En esta escena se puede observar lo que tenía que haber ocurrido con cada uno de estos
modelos, el de Thomson (que dejó de ser válido) y el nuevo propuesto por Rutherford:

Modelo de Nagaoka
Nagaoka rechazó el modelo de Thomson, debido a que las cargas son impenetrables por la
opuesta de cada una. Debido a su disconformidad propuso un modelo alternativo en el
que un centro de carga positiva estaba rodeado por un número de electrones que giran,
haciendo el símil con Saturno y sus anillos.
En 1904, Nagaoka desarrollo uno de los primeros modelos planetarios del átomo.1 Tales
como el Modelo atómico de Rutherford. El Modelo de Nagaoka estaba basado alrededor
de la analogía con el planeta Saturno, y con las teorías que explicaban la estabilidad y
relaciones gravitatorias entre este y sus anillos. La cuestión era esta: los anillos son muy
estables porque el planeta que orbitan es muy masivo. Este modelo ofrecía dos
predicciones:

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Un núcleo muy masivo (en analogía a un planeta muy masivo). Electrones girando
alrededor del núcleo atómico, atados a esa órbita por las fuerzas electroestáticas (en
analogía a los anillos girando alrededor de Saturno, atados a este por su fuerza
gravitatoria).
modelo atómico de Rutherford
El Modelo de Rutherford establecía:
El átomo tiene un núcleo central en el que están concentradas la carga positiva y
prácticamente toda la masa.
La carga positiva de los protones es compensada con la carga negativa de los electrones,
que se hallan fuera del núcleo. El núcleo contiene, por tanto, protones en un número igual
al de electrones del átomo.
Los electrones giran a gran velocidad alrededor del núcleo y están separados de éste por
una gran distancia.
Rutherford supuso que el átomo estaba formado por un espacio fundamentalmente vacío,
ocupado por electrones que giran alrededor de un núcleo central muy denso y pequeño.
En la siguiente escena se puede ver el Modelo de Rutherford para átomos de los 5
primeros elementos de la tabla periódica:

El átomo queda constituido por:


Una zona central o núcleo donde se encuentra la carga total positiva (la de los protones) y
la mayor parte de la masa del átomo, aportada por los protones y neutrones.
Una zona externa o corteza donde se hallan los electrones, que giran alrededor del
núcleo.
Hay tantos electrones en la corteza como protones en el núcleo, por lo que el conjunto del
átomo es eléctricamente neutro.
modelo atómico de Bohr
El físico danés Niels Bohr realizó una serie de estudios de los que dedujo que los
electrones de la corteza giran alrededor del núcleo describiendo sólo determinadas
órbitas circulares.
En el átomo, los electrones se organizan en capas y, en cada capa tendrán una cierta
energía, llenando siempre las capas inferiores y después las superiores.
En la siguiente escena puede observarse la representación de los átomos de los 12
primeros elementos de la tabla periódica con este modelo:
La distribución de los electrones en las capas se denomina configuración electrónica y se
realiza de la siguiente manera:
La 1ª capa puede contener, como máximo, 2 electrones.
La 2ª capa puede contener, como máximo, 8 electrones. Comienza a llenarse una vez que
la 1ª ya está completa.
La 3ª capa puede contener, como máximo, 18 electrones. Comienza a llenarse una vez que
la 2ª capa ya está completa.

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Se representa por números separados por comas y entre paréntesis. Por ejemplo, el
átomo de sodio tiene 11 electrones; por tanto, 2 llenan la 1ª capa, 8 quedan en la 2ª capa
y el último electrón quedaría en la 3ª capa.
Modelo de Sommerfeld
El modelo atómico de Bohr funcionaba muy bien para el átomo de hidrógeno, sin
embargo, en los espectros realizados para átomos de otros elementos se observaba que
electrones de un mismo nivel energético tenían distinta energía, mostrando que existía un
error en el modelo. Su conclusión fue que dentro de un mismo nivel energético existían
subniveles, es decir, energías ligeramente diferentes. Además desde el punto de vista
teórico, Sommerfeld había encontrado que en ciertos átomos las velocidades de los
electrones alcanzaban una fracción apreciable de la velocidad de la luz. Sommerfeld
estudió la cuestión para electrones relativistas.
El físico alemán finalmente Arnold Sommerfeld, con la ayuda de la teoría de la relatividad
de Albert Einstein, hizo las siguientes modificaciones del modelo de Bohr:
Los electrones se mueven alrededor del núcleo, en órbitas circulares o elípticas.
A partir del segundo nivel energético existen dos o más subniveles en el mismo nivel.
El electrón es una corriente eléctrica minúscula.
En consecuencia, el modelo atómico de Sommerfeld es una generalización del modelo
atómico de Bohr desde el punto de vista relativista, aunque no pudo demostrar las formas
de emisión de las órbitas elípticas, solo descartó su forma circular.
Modelo de Schrödinger
Después de que Louis-Victor de Broglie propuso la naturaleza ondulatoria de la materia en
1924, la cual fue generalizada por Erwin Schrödinger en 1926, se actualizó nuevamente el
modelo del átomo.
En el modelo de Schrödinger se abandona la concepción de los electrones como esferas
diminutas con carga que giran en torno al núcleo, que es una extrapolación de la
experiencia a nivel macroscópico hacia las diminutas dimensiones del átomo. En vez de
esto, Schrödinger describe a los electrones por medio de una función de onda, el
cuadrado de la cual representa la probabilidad de presencia en una región delimitada del
espacio. Esta zona de probabilidad se conoce como orbital. La gráfica siguiente muestra
los orbitales para los primeros niveles de energía disponibles en el átomo de hidrógeno.
Modelo de Dirac
El modelo de Dirac usa supuestos muy similares al modelo de Schrödinger aunque su
punto de partida es una ecuación relativista para la función de onda, la ecuación de Dirac.
El modelo de Dirac permite incorporar de manera más natural el espín del electrón.
Predice niveles energéticos similares al modelo de Schrödinger proporcionando las
correcciones relativistas adecuadas.
Modelos posteriores
Tras el establecimiento de la ecuación de Dirac, la teoría cuántica evolucionó hasta
convertirse propiamente en una teoría cuántica de campos. Los modelos surgidos a partir
de los años 1960 y 1970 permitieron construir teorías de las interacciones de los
nucleones. La vieja teoría atómica quedó confinada a la explicación de la estructura

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electrónica que sigue siendo explicada de manera adecuada mediante el modelo de Dirac
complementado con correcciones surgidas de la electrodinámica cuántica. Debido a la
complicación de las interacciones fuertes solo existen modelos aproximados de la
estructura del núcleo atómico. Entre los modelos que tratan de dar cuenta de la
estructura del núcleo atómico están el modelo de la gota líquida y el modelo de capas.
Posteriormente, a partir de los años 1960 y 1970, aparecieron evidencias experimentales y
modelos teóricos que sugerían que los propios nucleones (neutrones, protones) y
mesones (piones) que constituyen el núcleo atómico estarían formados por
constituyentes fermiónicos más elementales denominados quarks. La interacción fuerte
entre quarks entraña problemas matemáticos complicados, algunos aún no resueltos de
manera exacta. En cualquier caso lo que se conoce hoy en día deja claro que la estructura
del núcleo atómico y de las propias partículas que forman el núcleo son mucho más
complicadas que la estructura electrónica de los átomos. Dado que las propiedades
químicas dependen exclusivamente de las propiedades de la estructura electrónica, se
considera que las teorías actuales explican satisfactoriamente las propiedades químicas de
la materia, cuyo estudio fue el origen del estudio de la estructura atómica.

Identificación de átomos
el número atómico y el número másico
La identidad de un átomo y sus propiedades vienen dadas por el número de partículas que
contiene. Lo que distingue a unos elementos químicos de otros es el número de protones
que tienen sus átomos en el núcleo. Este número se llama Número atómico y se
representa con la letra Z. Se coloca como subíndice a la izquierda del símbolo del
elemento correspondiente. Por ejemplo, todos los átomos del elemento Hidrógeno tienen
1 protón y su Z = 1, los de helio tienen 2 protones y Z =2, los de litio, 3 protones y Z = 3,…
Si el átomo es neutro, el número de electrones coincide con el de protones y nos lo da Z.
El Número másico nos indica el número total de partículas que hay en el núcleo, es decir,
la suma de protones y neutrones. Se representa con la letra A y se sitúa como superíndice
a la izquierda del símbolo del elemento. Representa la masa del átomo medida en uma, ya
que la de los electrones es tan pequeña que puede despreciarse.

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representación de iones
Un ion se representa mediante el símbolo del elemento del que procede, con un
superíndice a la derecha, que indica la carga que posee mediante un número y el signo + o
el signo -.
Los cationes han perdido electrones en el número que indica la carga positiva. Por
ejemplo, +3 indicará que ese átomo ha perdido 3 electrones.
Los aniones han ganado electrones, en el número que indica la carga negativa. Por
ejemplo, -2 indicará que ese átomo ha ganado 2 electrones.
En esta escena puedes determinar las distintas partículas subatómicas de una especie
atómica:

Este átomo corresponde al elemento Aluminio. Tiene 13 protones y 14 neutrones. Es un


catión con carga +3, lo que quiere decir que ha perdido 3 electrones respecto a su estado
neutro; por tanto, tiene 13-3 = 10 electrones.
Isotopos
isótopos
todos los átomos de un elemento químico tienen el mismo número de protones, pero
pueden diferenciarse en el número de neutrones.
se llaman isótopos los átomos que tienen el mismo número de protones y se diferencian
en el número de neutrones. por tanto, presentan el mismo número atómico (z) y diferente
número másico (a).
los isótopos tienen masa diferente, ya que tienen distinto número de neutrones.
para nombrarlos se indica su nombre seguido de su número másico; por ejemplo, sodio-
23 (na-23).

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Propiedades del átomo
Masa
La mayor parte de la masa del átomo viene de los nucleones, los protones y neutrones del
núcleo. También contribuyen en una pequeña parte la masa de los electrones, y la energía
de ligadura de los nucleones, en virtud de la equivalencia entre masa y energía. La unidad
de masa que se utiliza habitualmente para expresarla es la unidad de masa atómica (u).
Esta se define como la doceava parte de la masa de un átomo neutro de carbono-12 libre,
cuyo núcleo contiene 6 protones y 6 neutrones, y equivale a 1,66 · 10−27 kg
aproximadamente. En comparación el protón y el neutrón libres tienen una masa de 1,007
y 1,009 u. La masa de un átomo es entonces aproximadamente igual al número de
nucleones en su núcleo —el número másico— multiplicado por la unidad de masa
atómica. El átomo estable más pesado es el plomo-208, con una masa de 207,98 u.
En química se utiliza también el mol como unidad de masa. Un mol de átomos de
cualquier elemento equivale siempre al mismo número de estos (6,022 · 1023), lo cual
implica que un mol de átomos de un elemento con masa atómica de 1 u pesa
aproximadamente 1 gramo. En general, un mol de átomos de un cierto elemento pesa de
forma aproximada tantos gramos como la masa atómica de dicho elemento.
Tamaño
Los átomos no están delimitados por una frontera clara, por lo que su tamaño se equipara
con el de su nube electrónica. Sin embargo, tampoco puede establecerse una medida de
esta, debido a las propiedades ondulatorias de los electrones. En la práctica, se define el
radio atómico estimándolo en función de algún fenómeno físico, como la cantidad y
densidad de átomos en un volumen dado, o la distancia entre dos núcleos en una
molécula.
Los diversos métodos existentes arrojan valores para el radio atómico de entre 0,5 y 5 Å.
Dentro de la tabla periódica de los elementos, el tamaño de los átomos tiende a disminuir
a lo largo de un periodo —una fila—, para aumentar súbitamente al comienzo de uno
nuevo, a medida que los electrones ocupan niveles de energía más altos.
Las dimensiones del átomo son miles de veces más pequeñas que la longitud de onda de
la luz (400-700 nm) por lo que estos no pueden ser observados utilizando instrumentos
ópticos. En comparación, el grosor de un cabello humano es equivalente a un millón de
átomos de carbono. Si una manzana fuera del tamaño de la Tierra, los átomos en ella
serían tan grandes como la manzana original.

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Niveles de energía
Un electrón ligado en el átomo posee una energía potencial inversamente proporcional a
su distancia al núcleo y de signo negativo, lo que quiere decir que esta aumenta con la
distancia. La magnitud de esta energía es la cantidad necesaria para desligarlo, y la unidad
usada habitualmente para expresarla es el electrónvoltio (eV). En el modelo
mecanocuántico solo hay un conjunto discreto de estados o niveles en los que un electrón
ligado puede encontrarse —es decir, enumerables—, cada uno con un cierto valor de la
energía. El nivel con el valor más bajo se denomina el estado fundamental, mientras que
el resto se denominan estados excitados.
Cuando un electrón efectúa una transición entre dos estados distintos, absorbe o emite
un fotón, cuya energía es precisamente la diferencia entre los dos niveles. La energía de
un fotón es proporcional a su frecuencia, así que cada transición se corresponde con una
banda estrecha del espectro electromagnético denominada línea espectral.
Un ejemplo de líneas de absorción en un espectro
Cada elemento químico posee un espectro de líneas característico. Estas se detectan
como líneas de emisión en la radiación de los átomos del mismo. Por el contrario, si se
hace pasar radiación con un espectro de frecuencias continuo a través de estos, los
fotones con la energía adecuada son absorbidos. Cuando los electrones excitados decaen
más tarde, emiten en direcciones aleatorias, por lo que las frecuencias características se
observan como líneas de absorción oscuras. Las medidas espectroscópicas de la
intensidad y anchura de estas líneas permite determinar la composición de una sustancia.
Algunas líneas espectrales se presentan muy juntas entre sí, tanto que llegaron a
confundirse con una sola históricamente, hasta que fue descubierta su subestructura o
estructura fina. La causa de este fenómeno se encuentra en las diversas correcciones a
considerar en la interacción entre los electrones y el núcleo. Teniendo en cuenta tan solo
la fuerza electrostática, ocurre que algunas de las configuraciones electrónicas pueden
tener la misma energía aun siendo distintas. El resto de pequeños efectos y fuerzas en el
sistema electrón-núcleo rompe esta redundancia o degeneración, dando lugar a la
estructura final. Estos incluyen las correcciones relativistas al movimiento de electrón, la
interacción de su momento magnético con el campo eléctrico y con el núcleo, etc.
Además, en presencia de un campo externo los niveles de energía se ven modificados por
la interacción del electrón con este, en general produciendo o aumentando la división
entre los niveles de energía. Este fenómeno se conoce como efecto Stark en el caso de un
campo eléctrico, y efecto Zeeman en el caso de un campo magnético.
Las transiciones de un electrón a un nivel superior ocurren en presencia de radiación
electromagnética externa, que provoca la absorción del fotón necesario. Si la frecuencia
de dicha radiación es muy alta, el fotón es muy energético y el electrón puede liberarse,
en el llamado efecto fotoeléctrico.
Las transiciones a un nivel inferior pueden ocurrir de manera espontánea, emitiendo la
energía mediante un fotón saliente; o de manera estimulada, de nuevo en presencia de
radiación. En este caso, un fotón «entrante» apropiado provoca que el electrón decaiga a
un nivel con una diferencia de energía igual a la del fotón entrante. De este modo, se

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emite un fotón saliente cuya onda asociada está sincronizada con la del primero, y en la
misma dirección. Este fenómeno es la base del láser.

Interacciones eléctricas entre protones y electrones


Antes del experimento de Rutherford la comunidad científica aceptaba el modelo atómico
de Thomson, situación que varió después de la experiencia de Ernest Rutherford. Los
modelos posteriores se basan en una estructura de los átomos con una masa central
cargada positivamente rodeada de una nube de carga negativa.
Este tipo de estructura del átomo llevó a Rutherford a proponer su modelo en que los
electrones se moverían alrededor del núcleo en órbitas. Este modelo tiene una dificultad
proveniente del hecho de que una partícula cargada acelerada, como sería necesario para
mantenerse en órbita, radiaría radiación electromagnética, perdiendo energía. Las leyes
de Newton, junto con las ecuaciones de Maxwell del electromagnetismo aplicadas al
átomo de Rutherford llevan a que en un tiempo del orden de 10 −10 s, toda la energía del
átomo se habría radiado, con la consiguiente caída de los electrones sobre el núcleo.

Ley de Avogadro
El estudio de los gases atrajo la atención del físico italiano Amedeo Avogadro, que en 1811
formuló una importante ley que lleva su nombre (véase ley de Avogadro). Esta ley afirma
que dos volúmenes iguales de gases diferentes contienen el mismo número de moléculas
si sus condiciones de temperatura y presión son las mismas. Si se dan esas condiciones,
dos botellas idénticas, una llena de oxígeno y otra de helio, contendrán exactamente el
mismo número de moléculas. Sin embargo, el número de átomos de oxígeno será dos
veces mayor puesto que el oxígeno es diatómico.

18
La tabla periódica

A mediados del siglo XIX, varios químicos se dieron cuenta de que las similitudes en las
propiedades químicas de diferentes elementos suponían una regularidad que podía
ilustrarse ordenando los elementos de forma tabular o periódica. El químico ruso Dmitri
Mendeléiev propuso una tabla de elementos llamada tabla periódica, en la que los
elementos están ordenados en filas y columnas de forma que los elementos con
propiedades químicas similares queden agrupados. Según este orden, a cada elemento se
le asigna un número (número atómico) de acuerdo con su posición en la tabla, que va
desde el 1 para el hidrógeno hasta el 92 para el uranio, que tiene el átomo más pesado de
todos los elementos que existen de forma natural en nuestro planeta. Como en la época
de Mendeléiev no se conocían todos los elementos, se dejaron espacios en blanco en la
tabla periódica correspondientes a elementos que faltaban. Las posteriores
investigaciones, facilitadas por el orden que los elementos conocidos ocupaban en la
tabla, llevaron al descubrimiento de los elementos restantes. Los elementos con mayor
número atómico tienen masas atómicas mayores, y la masa atómica de cada isótopo se
aproxima a un número entero, de acuerdo con la hipótesis de Prout.

Radiactividad
Una serie de descubrimientos importantes realizados hacia finales del siglo XIX dejó claro
que el átomo no era una partícula sólida de materia que no pudiera ser dividida en partes
más pequeñas. En 1895, el científico alemán Wilhelm Conrad Roentgen anunció el
descubrimiento de los rayos X, que pueden atravesar láminas finas de plomo. En 1897, el
físico inglés J. J. Thomson descubrió el electrón, una partícula con una masa muy inferior
al de cualquier átomo. Y, en 1896, el físico francés Antoine Henri Becquerel comprobó que
determinadas sustancias, como las sales de uranio, generaban rayos penetrantes de
origen misterioso. El matrimonio de científicos franceses formado por Marie y Pierre Curie
aportó una contribución adicional a la comprensión de esas sustancias "radiactivas"
(véase radio). Como resultado de las investigaciones del físico británico Ernest Rutherford
y sus coetáneos, se demostró que el uranio y algunos otros elementos pesados, como el
torio o el radio, emiten tres clases diferentes de radiación, inicialmente denominadas
rayos alfa (a), beta (b) y gamma (g). Las dos primeras, que según se averiguó están
formadas por partículas eléctricamente cargadas, se denominan actualmente partículas

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alfa y beta. Posteriormente se comprobó que las partículas alfa son núcleos de helio (ver
más abajo) y las partículas beta son electrones. Estaba claro que el átomo se componía de
partes más pequeñas. Los rayos gamma fueron finalmente identificados como ondas
electromagnéticas, similares a los rayos X pero con menor longitud de onda (véase
radiación electromagnética).
Líneas espectrales
Uno de los grandes éxitos de la física teórica fue la explicación de las líneas espectrales
características de numerosos elementos (véase Espectroscopia: Líneas espectrales). Los
átomos excitados por energía suministrada por una fuente externa emiten luz de
frecuencias bien definidas. Si, por ejemplo, se mantiene gas hidrógeno a baja presión en
un tubo de vidrio y se hace pasar una corriente eléctrica a través de él, desprende luz
visible de color rojizo. El examen cuidadoso de esa luz mediante un espectroscopio
muestra un espectro de líneas, una serie de líneas de luz separadas por intervalos
regulares. Cada línea es la imagen de la ranura del espectroscopio que se forma en un
color determinado. Cada línea tiene una longitud de onda definida y una determinada
energía asociada. La teoría de Bohr permite a los físicos calcular esas longitudes de onda
de forma sencilla. Se supone que los electrones pueden moverse en órbitas estables
dentro del átomo. Mientras un electrón permanece en una órbita a distancia constante
del núcleo, el átomo no irradia energía. Cuando el átomo es excitado, el electrón salta a
una órbita de mayor energía, a más distancia del núcleo. Cuando vuelve a caer a una
órbita más cercana al núcleo, emite una cantidad discreta de energía que corresponde a
luz de una determinada longitud de onda. El electrón puede volver a su órbita original en
varios pasos intermedios, ocupando órbitas que no estén completamente llenas. Cada
línea observada representa una determinada transición electrónica entre órbitas de
mayor y menor energía.
En muchos de los elementos más pesados, cuando un átomo está tan excitado que
resultan afectados los electrones internos cercanos al núcleo, se emite radiación
penetrante (rayos X). Estas transiciones electrónicas implican cantidades de energía muy
grandes.
Radiactividad artificial
Los experimentos llevados a cabo por los físicos franceses Frédéric e Irène Joliot-Curie a
principios de la década de 1930 demostraron que los átomos estables de un elemento
pueden hacerse artificialmente radiactivos bombardeándolos adecuadamente con
partículas nucleares o rayos. Estos isótopos radiactivos (radioisótopos) se producen como
resultado de una reacción o transformación nuclear. En dichas reacciones, los algo más de
270 isótopos que se encuentran en la naturaleza sirven como objetivo de proyectiles
nucleares. El desarrollo de "rompeátomos", o aceleradores, que proporcionan una
energía elevada para lanzar estas partículas-proyectil ha permitido observar miles de
reacciones nucleares.
Reacciones nucleares
En 1932, dos científicos británicos, John D. Cockcroft y Ernest T. S. Walton, fueron los
primeros en usar partículas artificialmente aceleradas para desintegrar un núcleo

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atómico. Produjeron un haz de protones acelerados hasta altas velocidades mediante un
dispositivo de alto voltaje llamado multiplicador de tensión. A continuación se emplearon
esas partículas para bombardear un núcleo de litio. En esa reacción nuclear, el litio 7 (7Li)
se escinde en dos fragmentos, que son núcleos de átomos de helio. La reacción se expresa
mediante la ecuación
Aceleradores de partículas
Alrededor de 1930, el físico estadounidense Ernest O. Lawrence desarrolló un acelerador
de partículas llamado ciclotrón. Esta máquina genera fuerzas eléctricas de atracción y
repulsión que aceleran las partículas atómicas confinadas en una órbita circular mediante
la fuerza electromagnética de un gran imán. Las partículas se mueven hacia fuera en
espiral bajo la influencia de estas fuerzas eléctricas y magnéticas, y alcanzan velocidades
extremadamente elevadas. La aceleración se produce en el vacío para que las partículas
no colisionen con moléculas de aire. A partir del ciclotrón se desarrollaron otros
aceleradores capaces de proporcionar energías cada vez más altas a las partículas. Como
los aparatos necesarios para generar fuerzas magnéticas intensas son colosales, los
aceleradores de alta energía suponen instalaciones enormes y costosas.
Fuerzas nucleares
La teoría nuclear moderna se basa en la idea de que los núcleos están formados por
neutrones y protones que se mantienen unidos por fuerzas "nucleares" extremadamente
poderosas. Para estudiar estas fuerzas nucleares, los físicos tienen que perturbar los
neutrones y protones bombardeándolos con partículas extremadamente energéticas.
Estos bombardeos han revelado más de 200 partículas elementales, minúsculos trozos de
materia, la mayoría de los cuales, sólo existe durante un tiempo mucho menor a una
cienmillonésima de segundo.

Este mundo subnuclear salió a la luz por primera vez en los rayos cósmicos. Estos rayos
están constituidos por partículas altamente energéticas que bombardean constantemente
la Tierra desde el espacio exterior; muchas de ellas atraviesan la atmósfera y llegan
incluso a penetrar en la corteza terrestre. La radiación cósmica incluye muchos tipos de
partículas, de las que algunas tienen energías que superan con mucho a las logradas en
los aceleradores de partículas. Cuando estas partículas de alta energía chocan contra los
núcleos, pueden crearse nuevas partículas. Entre las primeras en ser observadas
estuvieron los muones (detectados en 1937). El muón es esencialmente un electrón
pesado, y puede tener carga positiva o negativa. Es aproximadamente 200 veces más
pesado que un electrón. La existencia del pión fue profetizada en 1935 por el físico
japonés Yukawa Hideki, y fue descubierto en 1947. Según la teoría más aceptada, las
partículas nucleares se mantienen unidas por "fuerzas de intercambio" en las que se
intercambian constantemente piones comunes a los neutrones y los protones. La unión
de los protones y los neutrones a través de los piones es similar a la unión en una
molécula de dos átomos que comparten o intercambian un par de electrones común. El
pión, aproximadamente 270 veces más pesado que el electrón, puede tener carga
positiva, negativa o nula.

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Partículas elementales
Durante mucho tiempo, los físicos han buscado una teoría para poner orden en el confuso
mundo de las partículas. En la actualidad, las partículas se agrupan según la fuerza que
domina sus interacciones. Todas las partículas se ven afectadas por la gravedad, que sin
embargo es extremadamente débil a escala subatómica. Los hadrones están sometidos a
la fuerza nuclear fuerte y al electromagnetismo; además del neutrón y el protón, incluyen
los hiperones y mesones. Los leptones "sienten" las fuerzas electromagnética y nuclear
débil; incluyen el tau, el muón, el electrón y los neutrinos. Los bosones (una especie de
partículas asociadas con las interacciones) incluyen el fotón, que "transmite" la fuerza
electromagnética, las partículas W y Z, portadoras de la fuerza nuclear débil, y el
hipotético portador de la gravitación (gravitón). La fuerza nuclear débil aparece en
procesos radiactivos o de desintegración de partículas, como la desintegración alfa (la
liberación de un núcleo de helio por parte de un núcleo atómico inestable). Además, los
estudios con aceleradores han determinado que por cada partícula existe una
antipartícula con la misma masa, cuya carga u otra propiedad electromagnética tiene
signo opuesto a la de la partícula correspondiente. Véase Antimateria.
En 1963, los físicos estadounidenses Murray Gell-Mann y George Zweig propusieron la
teoría de que los hadrones son en realidad combinaciones de otras partículas elementales
llamadas quarks, cuyas interacciones son transmitidas por gluones, una especie de
partículas. Esta es la teoría subyacente de las investigaciones actuales, y ha servido para
predecir la existencia de otras partículas

.
Liberación de la energía nuclear
En 1905, Albert Einstein desarrolló la ecuación que relaciona la masa y la energía, E = mc2,
como parte de su teoría de la relatividad especial. Dicha ecuación afirma que una masa
determinada (m) está asociada con una cantidad de energía (E) igual a la masa
multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz ©. Una cantidad muy pequeña de

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masa equivale a una cantidad enorme de energía. Como más del 99% de la masa del
átomo reside en su núcleo, cualquier liberación de grandes cantidades de energía atómica
debe provenir del núcleo.
Hay dos procesos nucleares que tienen gran importancia práctica porque proporcionan
cantidades enormes de energía: la fisión nuclear -la escisión de un núcleo pesado en
núcleos más ligeros- y la fusión termonuclear -la unión de dos núcleos ligeros (a
temperaturas extremadamente altas) para formar un núcleo más pesado. El físico
estadounidense de origen italiano Enrico Fermi logró realizar la fisión en 1934, pero la
reacción no se reconoció como tal hasta 1939, cuando los científicos alemanes Otto Hahn
y Fritz Strassmann anunciaron que habían fisionado núcleos de uranio bombardeándolos
con neutrones. Esta reacción libera a su vez neutrones, con lo que puede causar una
reacción en cadena con otros núcleos. En la explosión de una bomba atómica se produce
una reacción en cadena incontrolada. Las reacciones controladas, por otra parte, pueden
utilizarse para producir calor y generar así energía eléctrica, como ocurre en los reactores
nucleares.
La fusión termonuclear se produce en las estrellas, entre ellas el Sol, y constituye su
fuente de calor y luz. La fusión incontrolada se da en la explosión de una bomba de
hidrógeno. En la actualidad, se está intentando desarrollar un sistema de fusión
controlada. Véase Energía nuclear; Armas nucleares.

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Bibliografía
• https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%81tomo
• https://www.monografias.com/trabajos/atomo/atomo.sht
ml
• http://newton.cnice.mec.es/materiales_didacticos/el_ato
mo/objetivos.htm

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conclusión
se puede decir que con los diferentes modelos que dieron los científicos, se trato de dar una
explicación al átomo , que con el tiempo se fueron mejorando , hasta que la actual ,que una de
ellas es la cuantica.
Pero en definitiva, en casi todos los modelos , se dice que el átomo esta formando por electrones
que estos tiene carga negativa y un núcleo , en su mayoría.
Esto modelos nos dan las bases de saber como son los átomos , o lo que quisieron decir a través
de sus modelos, y como lo hicieron.
Por otra parte tratan de explicar el significado de las cosas, de todo lo que esta hecho en nuestro
planeta , tratando de decir que todas las cosas que nos rodean están hechas por átomos
Con esto se ve en definitiva, que todos los científicos que estudiaron el átomo, tenían sus razones,
sus principios y hacían sus experimentos para comprobar su teoría.
Esto modelos atómicos han servido con el tiempo , para definir como es el átomo al cual ayudan a
los científicos a explicar esto.

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