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Primeros Auxilios

en bebés y niños

Manual para el alumnado


© Cruz Roja Española

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Edita:
Cruz Roja Española
Avd. Reina Victoria, 26
28003 - MADRID

Fotografías: Cruz Roja Española

Diseño y maquetación:
Cyan, Proyectos Editoriales, S.A.

1ª Edición-Junio 2008
2ª Edición-Octubre 2009
3ª Edición-Marzo 2010
4ª Edición actualizada-Enero 2013
4ª Edición 1ª reimpresión-Marzo 2015
5ª Edición actualizada-Junio 2016

Imprime:

ISBN:

DEPOSITO LEGAL:
Presentación
Con el permanente interés de Cruz Roja Española por ofrecer
respuestas actualizadas a las necesidades sociales, hay que
destacar la voluntad que tiene el presente Manual en facilitar
y extender el aprendizaje de las técnicas de primeros auxilios.
Desde el principio, el compromiso en el socorro a los heridos,
procurando prevenir y aliviar su sufrimiento, ha sido siempre y
hasta hoy una prioridad en la actividad del conjunto de nuestra
organización mundial.

Este Manual de Primeros Auxilios Básico utiliza una metodología


sencilla y práctica sobre aspectos generales (de primeros auxi-
lios) y forma parte de una colección más específica de manua-
les dedicados a ayudar a resolver emergencias por accidentes
referidos a Bebés y Niños, Personas Mayores, Hogar, Deporte,
Naturaleza, al Ámbito Laboral y a los Cooperantes.

Esperamos que el contenido de este Manual sea de asequible


utilidad a todos. También que sirva para estimular la realización
de cursos sobre prevención y primeros auxilios, como los ofre-
cidos on line por el campus virtual de formación de Cruz Roja
Española, o bien los presenciales en las diferentes oficinas terri-
toriales de la Institución.

Javier Senent García


Presidente de Cruz Roja Española

3
Índice
Objetivos 7

Características especiales en la atención a niños 11

Cadena de supervivencia 17

Pautas generales de actuación ante la situación de


emergencia 21

Paro cardiorrespiratorio en pediatría 27

Triángulo de evaluación pediátrica 33

Soporte vital básico (SVB) 39

Posición lateral de seguridad 63

Valoración secundaria 69

Primeros auxilios 75

Cuerpos extraños 78
Hemorragias 86
Quemaduras 97
Heridas 104
Traumatismos 110
Intoxicaciones 127

Urgencias pediátricas frecuentes 137

Situaciones de dificultad respiratoria 139


Deshidratación 145
Shock en el niño 149

5
Enfriamiento (hipotermia) 151
Fiebre (hipertermia) 153
Convulsiones febriles 156
Alteraciones de consciencia y convulsiones
no relacionadas con fiebre 158
Fiebre y manchas o puntos rojos en la piel
(petequias) 160
Reacciones alérgicas 162
Reacciones vacunales 164
Síndrome de la muerte súbita del lactante 164

Botiquín 169

Consejos de prevención 175

Algoritmo SVB Universal 185

Bibliografia 189

6
Objetivos
Objetivos
El objetivo principal de esta guía es dar a la población en general, y a
los primeros actuantes en particular, los conocimientos más elementa-
les para poder ofrecer una ayuda efi caz a los lactantes y niños que han
sufrido una situación de emergencia sea por accidente o enfermedad.
De este modo, podrán afrontar esos decisivos primeros minutos con la
máxima seguridad.

Intentaremos proporcionar conocimientos para:

• Identificar y resolver situaciones de urgencia vital.

• Aprender a prevenir accidentes.

• Aplicar los procedimientos y las técnicas más adecuadas en


autoprotección y soporte a los primeros auxilios.

9
Características
especiales en la
atención a niños
Características
especiales en la
atención a niños
La presencia de niños enfermos o víctimas de accidentes en el
entorno extrahospitalario suele producir angustia a las personas
que los rodean o que se ven involucradas en ellos.

Cuando en primeros auxilios hay que atender a un niño, se nos


presenta un reto, ya que tanto en el aspecto psicológico como en
el físico tienen características diferentes a los adultos. A pesar
de ello, la actuación en general no será muy distinta.

Aspectos especiales de los niños


En los menores de dos años, las actuaciones sanitarias prin-
cipales están motivadas por problemas médicos más o menos
evolucionados (fiebre, dificultad respiratoria…), por accidentes
domésticos (intoxicaciones, quemaduras…), y por problemas de
origen traumático (caídas, heridas…) situaciones estas últimas
más frecuentes en niños mayores.

Haremos un análisis de aquellas patologías de aparición más


frecuente en los bebés y niños. Analizaremos las causas e in-
dicaremos cuál es la actuación más idónea, en cada caso, por
parte de los adultos (padres, tutores, cuidadores…) e intentare-
mos proporcionarles los recursos adecuados para afrontar las
diferentes situaciones.

13
Primeros Auxilios en bebés y niños

Aspectos psicológicos
Un niño no es un adulto pequeño. Tiene unas características psi-
cológicas que debemos considerar en el momento de relacionar-
nos con él. El niño suele tener miedo y desconfianza hacia todas
las personas que están lejos de su círculo habitual de relaciones.
Por tanto, será necesario establecer con él un buen “contacto”
para poder realizar las primeras intervenciones o auxilios.

Es conveniente considerar las siguientes pautas:

• Tenemos que ganarnos su confianza hablando con él, expli-


cándole todas las acciones que vamos a hacer y el por qué,
diciéndole que son necesarias para su curación.

• Debemos hablar con los padres o tutores y darles toda clase


de explicaciones. Hemos de considerar que en las situacio-
nes de accidentes domésticos y tráficos los padres se suelen
sentir culpables.

• La presencia del familiar más próximo (generalmente, la ma-


dre) es básica para poder examinar al niño.

• Si es un bebé o un niño pequeño, será conveniente ver el


comportamiento del niño, y puede sernos de utilidad que la
madre lo coja en brazos.

• Es necesario utilizar un lenguaje sencillo.

• El asistente no debe hacerse el simpático utilizando diminuti-


vos, ya que la mayoría de veces esto provoca el efecto con-
trario de lo que se pretende.

• Una actitud normal, comunicativa, saber escuchar, será su-


ficiente para establecer una buena relación con el niño y/o
los padres.

14
Características especiales en la atención a niños

Para conseguir una buena valoración, utilice recursos que


den tranquilidad al niño, utilice a la madre o familiares, no lo
mueva de forma brusca, tómese su tiempo para ver su com-
portamiento, relaje el ambiente, observe el entorno y procure
no producir más dolor, incomodidad o crispación de la que por
regla general rodea a la urgencia pediátrica. Igualmente hay
que estar atento a los miedos y reacciones exageradas de los
niños y niñas, que pudieran ser reflejo de alguna situación de
riesgo psicosocial, que detectada a tiempo puede poner en
marcha los mecanismos de intervención necesarios para su
tratamiento.

Aspectos físicos de los niños


Según la etapa de crecimiento y desarrollo de los niños se pre-
sentan una serie de aspectos físicos diferenciales con respecto
al adulto, tales como: frecuencias cardiacas y respiratorias su-
periores, diferencias en la constitución ósea, articular, etc. que,
además, irán cambiando durante las diferentes etapas del desa-
rrollo.

Una de las situaciones más habituales en los niños es el llanto


y, si bien puede responder a enfermedad o malestar, normal-
mente será su forma de solicitar atención o mostrar su incomo-
didad.

Muchas veces, el niño que llora es el que despierta más angus-


tia, el que genera una actuación más rápida, porque da la sensa-
ción de que está más grave y, en cambio, el que sólo lloriquea o
gime, transmite sensación de más calma, pero alerta. Si bien es
cierto que ambos pueden reflejar gravedad, este último tiende a
pasar más inadvertido.

Debemos evitar que estos signos nos lleven a engaño.

15
Primeros Auxilios en bebés y niños

El niño o bebé poco activo, que llora poco, que gime o está
pálido y que rehúsa los alimentos requiere nuestra atención
inmediata.

16
Cadena de
supervivencia
Cadena de
supervivencia
Desde el punto de vista de la salud, es necesario siempre preve-
nir antes que curar. Los primeros auxilios consisten en prestar la
primera asistencia a un accidentado o enfermo, y eso en muchas
ocasiones significará que han fallado las medidas de prevención

Ante una situación de emergencia inmediata con riesgo vital,


está demostrado que la resolución última del caso dependerá,
en gran medida, de la primera respuesta sanitaria que se le dé.
Los servicios sanitarios tratan de adaptarse a estas nuevas si-
tuaciones, pero la mayoría de las veces, cuando se producen,
son las personas más próximas las que deberán actuar primero.

Las acciones que permiten que una víctima de paro cardiorrespi-


ratorio sobreviva reciben el nombre de cadena de supervivencia.
Esta cadena universal incluye:

• Identificación rápida de la emergencia y la activación precoz


del sistema de Emergencias,

• La realización precoz de maniobras de reanimación cardio-


pulmonar,

• La desfibrilación precoz,

• El soporte vital avanzado.

Esta cadena, de forma general, es aplicable a todas las edades si bien


en bebés y niños el primer anillo de la cadena de supervivencia debe
incluir la prevención de los cuadros que pueden llevar al paro cardior-
respiratorio.

19
Primeros Auxilios en bebés y niños

CADENA DE SUPERVIVENCIA
Reconocer y pedir RCP inmediata para Desfibrilación precoz Curas posreanimación
ayuda pronto para ganar tiempo para reiniciar el para restaurar la
prevenir el paro corazón calidad de vida
cardíaco. En bebés
y niños, prevención
de los cuadros que
pueden llevar al paro
cardiorespiratorio

Como hemos comentado, en pediatría la cadena de la super-


vivencia otorga una especial importancia a la prevención y al
inicio de las maniobras de reanimación inmediatas dejando, si
no hay más remedio, porque estamos solos, la activación al 112
tras 1 minuto de RCP, debido a que la causa principal de paro en
pediatría es la respiratoria.

Sin embargo, y a pesar de que las cadenas son diferentes, el


objetivo será el mismo: activar adecuadamente la ayuda para
que se prosigan las maniobras de forma adecuada y con ma-
terial específico. La cadena de la supervivencia universal
es perfectamente aplicable a lactantes y niños, según las
recomendaciones de 2005 y como nuevamente reafirman
las guías de 2015.

20
Pautas generales
de actuación ante
la situación de
emergencia
Pautas generales
de actuación ante
una situación de
emergencia
La secuencia de actuaciones frente a cualquier situación que
precise nuestra intervención será lo que llamamos PAS, que son
las siglas de:

1. Proteger, tanto al niño como a uno mismo o a los demás.

2. Avisar, alertar a los Servicios de Atención Sanitaria.

3. Socorrer al accidentado o herido.

1. Proteger
Antes de llevar a cabo cualquier acción, hay que hacer una va-
loración cuidadosa del entorno a fin de detectar posibles riesgos
que puedan afectar al niño que precisa nuestra ayuda, y a noso-
tros mismos.

• Hay que tomar medidas de autoprotección adecuadas siem-


pre que sea posible.

• Deben tomarse las medidas oportunas para evitar riesgos


adicionales.

23
Primeros Auxilios en bebés y niños

Ejemplos: Abrir ventanas, cerrar la llave del gas en caso de


escapes o intoxicaciones, tapar una sartén que ha prendido
fuego, etcétera.

• En accidentes de tráfico se debe señalizar el lugar del acci-


dente (antes y después de éste) y estacionar nuestro vehícu-
lo en el arcén, a la distancia correcta.

• Desconectar la electricidad antes de atender a un niño que


permanece asido a cables eléctricos o enchufes eléctricos.

2. Avisar
Llame al teléfono de emergencias 112, teléfono único de Emer-
gencias de uso en el ámbito de toda la Comunidad Europea.
Acceso gratuito y para cualquier tipo de emergencia (bomberos,
policía y ambulancias).

Lo habitual es que el profesional que le atienda le pregunte los


datos que necesita. Esté preparado para ello:

24
Pautas generales de actuación ante la situación de emergencia

• Hay que proporcionar la localización exacta de los hechos:

– Carretera, punto kilométrico o puntos de referencia co-


nocidos, sentido del accidente (en caso de accidente de
tráfico).

– Calle, número de la casa, piso y población.

• Explicar lo ocurrido:

– Tipo de accidente y número de personas involucradas.

– Tipo de lesiones, síntomas, o características especiales


del niño si las conocemos

• Escuchar y contestar lo que nos preguntan.

– El aviso puede darlo cualquier persona (transeúntes,


compañeros, vecinos etc.), no siendo preciso que lo dé la
persona que presta la ayuda sanitaria.

– No cuelgue el teléfono hasta que se lo digan. Si es


posible, déjelo en manos libres con el altavoz conec-
tado.

25
Primeros Auxilios en bebés y niños

3. Socorrer
En primer lugar, procure tranquilizarse al saber que la ayuda ya
está en camino y la zona segura. Evalúe el estado del niño siguien-
do las recomendaciones que le vamos a proporcionar en este ma-
nual y actúe en consecuencia. No desplace ni mueva al bebé o al
niño, aunque crea que puede hacerlo, si no es estrictamente nece-
sario o no se lo han indicado. Hay que saber esperar la llegada de
los servicios de socorro: una manipulación inapropiada puede te-
ner consecuencias graves. El peso de los niños y su vulnerabilidad
nos empujan a moverlos con rapidez. Recuerde…Los niños NO
SON DE GOMA, todo lo contrario, tienen más facilidad para tener
fracturas óseas pero que ocasionan menos deformidad.

RECUERDE

Establezca medidas de autoprotección, y prevención de nuevos accidentes. Si a pesar


de ello la situación no es segura, alerte al 112 y espere.

Alerte al 112. Si no está solo, puede dar la alerta otra persona. Asegúrese de que sabe
qué datos tiene que dar.

No desplace ni mueva a la víctima si no existe riesgo vital.

26
Paro
cardiorrespiratorio
en pediatría
Paro
cardiorrespiratorio
en pediatría
A diferencia de los adultos, en general, los niños que están a
punto de sufrir una parada cardiorrespiratoria nos mostrarán una
serie de “pistas” para poder sospechar que están en una situa-
ción de compromiso o situación de inestabilidad y crítica.

En edad pediátrica es menos frecuente que en el adulto la situa-


ción de parada cardiorespiratoria, y más aún de forma súbita,
pero en cambio su pronóstico es muy malo, por lo tanto, será
importante conocer los diferentes signos y síntomas de alarma
o que pueden conducir a una parada cardiorespiratoria para
poder activar la ayuda y actuar en consecuencia.

El conjunto de situaciones que pueden poner en compromiso la


vida de un niño serán enfermedades predominantemente respi-
ratorias y lesiones derivadas de accidentes, tanto de tipo domés-
tico como en medio acuático o de tráfico.

Causas de parada cardiorrespiratoria


Las causas más frecuentes de muerte en pediatría varían en
función de la edad.

En los lactantes el origen suele ser más por enfermedades (pro-


blemas respiratorios, infecciosos, cardiacos, neurológicos o alte-
raciones congénitas) y situaciones específicas, como la muerte
súbita, mientras que, en los niños más mayores, los accidentes

29
Primeros Auxilios en bebés y niños

(domésticos, asfixia por inmersión o situaciones traumáticas


como tráfico) son más habituales.

A diferencia del adulto, en que el paro, en general, responde


a causas cardiacas, en el niño el origen principal será el respi-
ratorio; en segundo lugar, y a bastante distancia, tendremos el
fracaso circulatorio; y, finalmente, estará la causa cardiaca.

• Las causas de origen respiratorio serán la obstrucción de


la vía aérea por cuerpos extraños con o sin atragantamiento
evidente, situaciones de dificultad respiratoria por infecciones
o inflamaciones de vías respiratorias altas, bronquilitis bron-
quiales o pulmonares, como neumonías, bronquitis, asma,
epiglotis, lesiones que comporten traumatismos torácicos,
ahogamiento, o en lactantes la muerte súbita, que, si bien
no conocemos sus causas oel mecanismo de su producción,
sin duda involucra de alguna manera al sistema respiratorio.

• De origen circulatorio serán las que comprometen el es-


tado circulatorio de los niños, como la deshidratación por
gastroenteritis, quemaduras o hemorragias; la diabetes, y
situaciones graves como infecciones generalizadas Lo que
denominamos sepsis y alergias por anafilaxia.

• Y en último lugar, las causas cardiacas, normalmente en ni-


ños o lactantes con antecedentes de enfermedades previas.
Ante todas estas posibles causas, las medidas de preven-
ción domésticas y de seguridad vial y, sobre todo, el saber
detectar una situación potencialmente grave o generadora
de paro en pediatría deben ser el objetivo de cualquier pri-
mer actuante.

• A lo largo del capítulo haremos un análisis de cómo actuar


ante las víctimas pediátricas, sus aspectos diferenciales res-
pecto al adulto, y veremos cómo se pueden detectar aque-
llas situaciones capaces de desembocar en un deterioro rá-
pido del niño e incluso paro; aprenderemos algunas técnicas

30
Paro cardiorrespiratorio en pediatría

diferenciales y veremos casos concretos de algunas urgen-


cias comunes.

La actuación ante el paro cardiorrespiratorio, la obstrucción de


la vía respiratoria o la víctima traumática se tratan en cada apar-
tado específico.

Pero antes de entrar en los capítulos propios de la atención a los


niños, es preciso recordar que, según las recomendaciones del
Consejo Europeo de Reanimación del año 2005 (ERC 2005 y en
vigor en las nuevas guías 2015), la clasificación de edades en
pediatría, que se aplica exclusivamente a la atención a los paros
cardiorrespiratorios, es:

• Recién nacido: Sólo se considera la atención en sala de


partos o en partos domiciliarios atendidos por personal sa-
nitario, por tanto no será motivo de estudio en este manual.

• Lactante: Nos referimos al menor de un año.

• Niño: Desde el año hasta la pubertad.

• Adulto: A partir de la pubertad.

31
Primeros Auxilios en bebés y niños

El primer actuante tiene la potestad de aplicar los protocolos de


una u otra edad según su criterio, en función de tamaño, edad,
aspectos de la víctima etc., de forma justificada y con el objetivo
de mejorar la reanimación.

32
Triángulo de
evaluación
pediátrica
Triángulo de
evaluación pediátrica
En los últimos años, las sociedades científicas pediátricas han
adoptado un sistema original de la Academia Americana de Pedia-
tría, por el que, mediante un análisis SENCILLO, RAPIDO y BÁSI-
CAMENTE VISUAL de varios aspectos del bebé o niño, podemos
hacernos una idea de su posible gravedad y de la necesidad de
activar la ayuda o un rápido consejo de los sistemas sanitarios.

Este sistema es perfectamente aplicable por cuidadores, padres


o personas que conviven con niños, ya que no precisa de cono-
cimiento médico ni de exploración física; sólo MIRAR y ESCU-
CHAR los ruidos al respirar.

Los signos principales que forman parte de este “triángulo” y que


denotarán si un niño puede presentar problemas que impliquen
una situación de compromiso vital y por tanto de inestabilidad,
que requieran la atención de un servicio de urgencias, son:

1. Apariencia o aspecto alterado (“no le veo como siempre”, “le


veo mal”), rigidez o flacidez, se muestra muy activo o muy
pasivo, no nos sigue con la mirada, está irritable constan-
temente o inconsolable, tiene clara tendencia a dormirse e
interactúa poco con nosotros.

2. Dificultad para mantener una respiración normal o lo que lla-


mamos trabajo respiratorio, lo cual se manifiesta de esta ma-
nera:

• Aleteo nasal en las respiraciones (dilatación de las alas


de la nariz que se abren en cada respiración intentando
buscar el aire que les falta).

35
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Esfuerzos evidentes para respirar (respiración profunda,


marcándose las costillas).

• Ruidos al respirar (ronquera, afonía, escuchar sibilantes


“pitos”).

• Respiración abdominal (con el diafragma).

• Respiración rápida e irregular. No puede respirar estirado


o debe adoptar una posición diferente para respirar.

3. Alteraciones de la coloración de la piel:

• palidez cutánea,

• piel marmórea o reticulada,

• azulada…

En esta valoración es bueno que el niño esté en una posición


cómoda, sin forzar situaciones que le generen estrés o lucha (se
trata de evaluar la enfermedad o lesiones que tenga); es bueno
ver el comportamiento del trabajo respiratorio o de la circulación
en la piel y, si es preciso, la valoración se hará en brazos de la
madre, o en su cama o cuna, etc.

Ante la presencia de alguno de estos signos o síntomas, debe


saber que el niño puede estar en una situación comprometida y
deberá pedir consejo médico de forma rápida, acudir a un centro
sanitario o solicitar ayuda al 112.

No obstante, la no presencia de estos signos sólo signica que


el niño se encuentra en una situación estable, pero no quiere
decir que no tenga que solicitar consejo si lo considera oportuno;
por ejemplo una fiebre elevada puede no alterar el triángulo de
evaluación pediátrico y en cambio precisar visita por el pediatra.

36
Triángulo de evaluación pediátrica

Piense que los niños pueden evolucionar con el tiempo en sus


enfermedades. Hay otras situaciones en las que independiente-
mente del estado actual del niño se debe requerir intervención
sanitaria de forma precoz:

• Que haya sufrido convulsiones.

• Vómitos persistentes.

• Fiebre en lactantes menores de 3 meses de edad.

• Todas aquellas situaciones en que usted vea un deterioro


progresivo del estado del niño.

37
Soporte vital
básico (SVB)
Soporte vital básico
(SVB)
En pediatría, ante las situaciones de paro cardiorrespirato-
rio (PCR) rápidamente se generan muchas dudas, tanto en
los testigos presenciales como en primeros actuantes, sobre
cómo actuar, qué algoritmo utilizar y qué técnicas se precisan.
En 2005, 2010 y 2015, las guías de reanimación del ERC (Eu-
ropean Resucitation Council) han intentado reducir al mínimo
estas situaciones en la medida de lo posible, a fin de facili-
tar la actuación de primeros actuantes. En la actualidad está
perfectamente aceptado que la población general aplique, en
caso de paro, el algoritmo universal o del adulto a cualquier
edad, con la única recomendación de adaptar las técnicas de
compresiones torácicas (dos dedos, un talón de la mano o
dos...) al tamaño y/o edad del niño a reanimar. Este algoritmo
universal se puede consultar extensamente en el Manual de
Soporte Vital Básico (SVB) y Desfibrilación Externa Semiauto-
mática (DEA) y en la página 187 de este manual.

No obstante, y dadas las características que rodean a una


situación de paro en pediatría (situaciones habitualmente de
compromiso respiratorio de cierta evolución o de lesiones por
accidentes), a aquellas personas que habitualmente conviven
con niños o los cuidan (padres, educadores...) se les reco-
mienda una serie de modificaciones sobre el protocolo habi-
tual y en soporte vital básico, que son específicas en pediatría
y que serán motivo de explicación en este manual. Se reco-
mienda, no obstante, reforzar con prácticas los conocimientos
que podrá encontrar en este manual.

41
Primeros Auxilios en bebés y niños

Concepto de SVB
El concepto de soporte vital básico supone una ampliación en lo
comúnmente denominado Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
El SVB integra la prevención y el reconocimiento de aquellas
situaciones de emergencia médica o peligro inminente para la
vida, la intervención precoz, la solicitud de ayuda de forma ade-
cuada y el conjunto de maniobras de soporte respiratorio y cir-
culatorio a las víctimas con PCR; es un concepto mucho más
integral que sólo las técnicas de reanimación.

Es importante también saber que actualmente, en soporte vital bá-


sico por personal no sanitario, NO necesitamos conocer el latido
cardiaco ni palpar el pulso, en ninguna edad y en ningún momen-
to, para decidir si hemos de realizar las maniobras de RCP con
compresiones torácicas. Nos bastará la ausencia de signos de
vida (Ausencia de consciencia y respiración normal) para iniciar
la secuencia completa de reanimación. También es importante re-
saltar que las técnicas que explicaremos serán aplicables a todas
aquellas situaciones de paro, incluidas causas traumáticas y aho-
gamientos, evitando brusquedad en las movilizaciones y técnicas.

Para la realización del Soporte Vital Básico no necesitaremos


ningún instrumento específico; nos bastará con nuestras manos,
nuestra boca y la intención de realizar las maniobras adecuadas.
Pero siempre que nos sea posible, utilizaremos sistemas o dis-
positivos de protección (guantes, mascarillas faciales...).

En la actualidad el SVB en ámbito extrahospitalario debe hacer-


se de forma individual, aunque en el escenario del paro haya
más personas para poder llevar a cabo las técnicas de reani-
mación. En este supuesto será recomendable que los diferentes
actuantes se alternen cada dos minutos hasta la llegada de los
servicios sanitarios o la recuperación de la víctima.

Ya hemos comentado la importancia que tiene en la actualidad


para la población en general el algoritmo de SVB universal o

42
Soporte vital básico (SVB)

del adulto en el que la activación de la cadena se realiza tras


la comprobación de la pérdida de consciencia (es decir falta de
respuesta a estímulos externos); la petición de ayuda específica
al 112 se realiza tras la comprobación de ausencia de respira-
ción normal; y las compresiones torácicas (“masaje cardiaco”) se
inician de manera inmediata.

MODIFICACIONES DEL ALGORITMO UNIVERSAL EN LACTANTES Y


NIÑOS POR PERSONAS QUE ATIENDEN NIÑOS CON ENTRENAMIENTO

Aunque este protocolo que se realiza, está aceptado para todas las edades, las
siguientes modificaciones en la secuencia de actuación la harán más adecuada para
los lactantes y niños:

• Haga cinco ventilaciones de rescate iniciales antes de comenzar con las compre-
siones torácicas, siguiendo después con la combinación 30/2.
• El reanimador realizará la RPC durante 1 minuto antes de alertar al 112.
• Comprima el tórax aproximadamente un tercio de su profundidad; use sólo dos
dedos en lactantes para lograr una profundidad de compresión adecuada, y una o
dos manos según necesite para realizar compresiones de una profundidad de un
tercio del tórax en niños (4 cm en lactantes y 5 cm en niños)..

Protocolo de actuación
Las recomendaciones que vamos a dar abarcan desde el naci-
miento (excepto si es en una sala de partos) hasta la pubertad
del niño, haciendo especial hincapié en las diferencias que ha-
brá entre lactantes (0-1 año) y niños (a partir del año).

Es muy importante que la aproximación que se haga al esce-


nario donde se ha podido producir una situación de paro sea
correcta, considerando diferentes factores como la edad del niño
a reanimar, la presencia o no de personas que puedan ayudar,
cómo se ha producido la situación de paro y, fundamentalmente,
la ausencia de riesgo para usted, la víctima y terceros al hacer
la valoración de la víctima y posteriormente las maniobras que
precise.

43
Primeros Auxilios en bebés y niños

Procure seguir siempre los siguientes pasos.

1. Acercarse con precaución


Tener precaución al acercarse, asegurándose de que no hay pe-
ligro para nosotros, ni para la víctima, ni para terceros. Se debe
comprobar la existencia de posibles fuentes de peligro, como
electricidad, gas, circulación, fuego… Si existe peligro, intente
eliminarlo, y, si no podemos actuar sobre la víctima, hay que
alertar al número de teléfono 112, especificando la naturaleza
del peligro, y esperar.

2. Posición del reanimador o primer


actuante
Deberá colocarse preferiblemente arrodillado a un lado del niño,
a la altura de los hombros cuando el niño esté en el suelo. En ca-
sos de lactantes es frecuente que podamos encontrarlos sobre
alguna superficie adecuada que pueda servir para realizar las
maniobras (mesas, cambiador…). En ese caso sitúese también
de forma lateral a la altura de los hombros.

44
Soporte vital básico (SVB)

3. Comprobar si responde
Acérquese, hable y estimule con el tacto al lactante o al niño
(agitándolo suavemente por los hombros), y si es un niño mayor
preguntándole en voz alta si se encuentra bien.

No lo zarandee nunca.

Si responde:

• Déjele preferiblemente en la posición en la que le encontró y


evite moverlo de forma innecesaria.

• Pregunte directamente a él o al entorno, qué ha ocurrido.

• Busque los signos de hemorragia grave.

• Efectúe la exploración secundaria.

• Siga controlando periódicamente el estado de consciencia


del niño y que su respiración y su coloración sea normal.

• Alerte al 112 si fuera necesario.

Si no responde:

• Activaremos la cadena de socorro.

• Si está solo, grite “ayuda”, para alertar al entorno, pero sin


que eso suponga ningún tipo de pérdida de tiempo en el si-
guiente paso (abrir vía aérea) y por supuesto sin abandonar
al niño.

• Si hay alguien más, llámelo y pídale que active al 112, que


esté a su lado y deje el móvil encendido con altavoz abierto
y esté a su lado por si necesita ayuda.

45
Primeros Auxilios en bebés y niños

Si la posición de la víctima dificultad las maniobras de reanima-


ción, debemos colocarla en posición de reanimación cardiopul-
monar, es decir, tumbada boca arriba sobre una superficie hori-
zontal lisa y dura, con los brazos tendidos a lo largo del cuerpo
y manteniendo la alineación cabeza-tronco. Esta posición nos
permitirá abrir la vía aérea y comprobar la respiración normal
(ver, oir, sentir) así como aplicar en caso necesario el resto de
maniobras de reanimación.

3. Abrir la vía aérea (maniobra


frente–mentón)
Niños

En los niños (mayores de 1 año) que están inconscientes, la


lengua, las estructuras de la orofaringe (amígdalas, adenoides,
etc…) y la posición de la cabeza pueden obstruir la vía aérea.
La maniobra que realizaremos es la “frente–mentón”, que con-
siste en:

• Poner a la víctima estirada sobre su espalda.

46
Soporte vital básico (SVB)

• Poner una mano en la frente empujando la cabeza hacia


atrás con cuidado.

• Desplazar la mandíbula hacia delante con la punta de los


dedos de la otra mano situados bajo la barbilla.

Con esta combinación de movimientos se conseguirá la apertu-


ra de la vía aérea separando la lengua de la parte posterior del
cuello.

Lactantes

También haremos la maniobra “frente-mentón”, pero es peli-


groso en el lactante el hecho de realizar una extensión cervical
excesiva, ya que con ello se podría comprimir la tráquea (ésta
se adelgaza al doblarla con la hiperextensión) y de esta forma
cerrar la vía aérea.

En caso de presencia de cuerpo extraño visible y fácilmente


extraíble en la boca, intente retirarlo con la punta de los dedos,
pero recuerde que no se debe realizar un barrido a ciegas de
la cavidad bucal nunca.

47
Primeros Auxilios en bebés y niños

4. Comprobar la respiración
Manteniendo la vía aérea abierta, compruebe si el bebé o niño
respira con normalidad. Mirando hacia el tórax del niño, acerque
su oreja nunca a menos de 20 cm, y realice el MIRAR, ESCU-
CHAR, SENTIR.

• MIRAR, mire si hay movimiento del pecho.

• ESCUCHAR, escuche si hay ruidos respiratorios.

• SENTIR, note la respiración en su mejilla.

Mire, escuche y note durante no más de 10 segundos antes de


decidir si la víctima respira con normalidad.

En los primeros minutos posteriores a un paro cardiaco puede pa-


sar que la víctima respire de forma imperceptible o lo haga cogien-
do aire de una manera infrecuente y ruidosa y totalmente inefectiva,
lo que se conoce como “respiración agónica” (como un pez fuera
del agua). Es importante no confundirla con la respiración normal,
considerar que el paciente no respira y actuar en consecuencia.

Si respira:

En este caso tenemos un bebé o niño que está inconsciente


pero respira.

Coloque al niño en posición lateral de seguridad (PLS) siempre


que pueda y alerte al 112. Es necesario ir revalorando periódica-
mente su estado ya que puede complicarse, hasta la llegada de
la ayuda (Cómo poner en PLS ver página 65).

En caso de bebés o menores de 1 año la PLS resulta complicada


de realizar. En este caso podemos coger al lactante en brazos
o procurar ponerlo de lado en una superficie firme (lisa y dura).

48
Soporte vital básico (SVB)

Si no respira o no respira de forma normal:

Si está solo:

• Realice 5 ventilaciones de rescate (ver punto 6) iniciales y


siga con las técnicas de reanimación durante 1 minuto.

• Al minuto llame al 112 (abandone momentáneamente a la


víctima si es necesario).

Si no está solo:

• Envíe a llamar al 112 (asegúrese de que la persona en cues-


tión conoce la información a transmitir).

• Realice 5 ventilaciones de rescate y prosiga con las manio-


bras de RCP.

La persona que llame al 112 ha de comunicar la ubicación


exacta de la víctima, e indicar que se trata de un niño, lactante,
etc…, lo que ocurre (especificar si se da el caso de que la vícti-
ma sufre un paro cardiorrespiratorio y si se están iniciando ma-
niobras). Es bueno identificarse y debe dejarse el teléfono en
manos libres con el altavoz conectado. Las Recomendaciones
2015 del ERC destacan la importancia crítica de las interaccio-
nes entre el operador telefónico del servicio de emergencias
médicas, el testigo que realiza la RCP y el despliegue a tiempo
de un desfibrilador externo. Esta coordinación mejora la super-
vivencia de la parada cardiaca extrahospitalaria en todas las
edades.

Si puede, active un desfibrilador semiautomático (DEA) o consi-


ga uno tan pronto como sea posible. (Ver pág. 59). Actualmente
puede utilizarse el desfibrilador en todas las edades aunque con
precaución por debajo del año.

49
Primeros Auxilios en bebés y niños

5. Realizar ventilaciones de rescate


Ya hemos visto que, en lactantes y niños, debido a que en gene-
ral la causa del paro es respiratoria, es recomendable iniciar la
secuencia con 5 ventilaciones y después combinar las compre-
siones torácicas con las ventilaciones.

Después de cada 30 compresiones, haga 2 ventilaciones.

Como norma general las insuflaciones deberán hacerse con el


volumen y la fuerza necesarios para elevar el pecho del niño o
lactante como en una respiración normal.

Niños (boca a boca)

• Mantener la vía aérea abierta con la maniobra “frente-


mentón”. Con una mano, mantenga la cabeza hacia atrás
y con dos dedos (pulgar e índice) tape la nariz del niño.
Con los dedos de la otra mano, mantenga la mandíbula
levantada.

• Coja aire de forma normal y ponga los labios sobre la boca


de la víctima de forma que quede completamente sellada.
Practique una insuflación constante a la víctima, durante
aproximadamente 1 segundo. Mire el pecho del niño para
ver si se levanta con cada ventilación de rescate.

• Manteniendo la vía aérea abierta, destape la nariz y retire su


boca de la de la víctima; observe si el pecho baja con la sali-
da del aire; si baja visiblemente y por completo habrá hecho
una ventilación efectiva.

• Vuelva a coger aire y repita la operación para realizar una


nueva ventilación.

50
Soporte vital básico (SVB)

Lactantes (boca a boca y nariz)

Debemos tener en cuenta que la capacidad respiratoria del lac-


tante es menor que la del niño. Por tanto, la cantidad de aire
insuflado debe ser menor. El mejor indicador para saber cuándo
debemos cesar la insuflación es comprobando que el tórax se le-
vanta correctamente; entonces debemos dejar que salga el aire.

Utilizaremos la técnica boca a boca y nariz, colocando la boca


del primer actuante de manera que abarque completamente la
boca y nariz del lactante.

Igual que en el niño, se realizarán en primer lugar cinco ven-


tilaciones de 1 segundo cada una, para posteriormente iniciar
las compresiones torácicas si no ha habido ningún tipo de res-
puesta.

En todos los casos, si las ventilaciones no se corresponden con


una elevación del tórax como en una respiración normal, piense
que lo más probable es que hayamos hecho mal la técnica. An-
tes de volver a intentarlo:

• Vuelva a comprobar que el lactante se encuentra en posi-


ción neutra. Recuerde que en lactantes ha de ser mínima;

51
Primeros Auxilios en bebés y niños

no realice más insuflaciones de las que manda el algoritmo,


aunque no sean efectivas.

• Compruebe la boca de la víctima y sólo saque cualquier obje-


to que sea visible y fácilmente extraíble, por si de un cuerpo
extraño se tratase. Nunca realice una exploración o barrido
a ciegas.

6. Realizar compresiones torácicas


Para practicar compresiones torácicas, la víctima debe estar es-
tirada boca arriba, con la espalda sobre un plano duro, liso y
estable.

El objetivo es conseguir que la sangre salga del corazón y circu-


le por el cuerpo, mediante la diferencia de presiones que conse-
guimos y la compresión del corazón.

En las últimas recomendaciones ERC 2015, la realización de


las compresiones torácicas se considera una prioridad en todas
las situaciones y edades. Por tanto, ya sea al comprobar la au-
sencia de respiración en caso de aplicar el algoritmo universal o
tras haber realizado cinco ventilaciones y comprobar que no ha

52
Soporte vital básico (SVB)

habido cambios (es decir, que sigue sin respiración efectiva), en


el protocolo pediátrico iniciaremos las compresiones torácicas,
adaptadas al tamaño o la edad del niño y procurando no inte-
rrumpirlas en ningún caso durante más de 10 segundos, para lo
que realizaremos los siguientes pasos:

Niños

• Ponga el talón de una mano en el centro del pecho; en la


mitad inferior del esternón, un dedo por encima de la apófisis
xifoides, donde se unen las costillas inferiores en el centro,
con la otra puede sujetar la frente de la víctima.

• En niños grandes o de forma ocasional puede hacerlo con


dos manos. Para aplicar una presión correcta, ponga la otra
mano sobre la primera y entrelace los dedos.

• Con los codos rectos sitúe los hombros hasta que queden
directamente sobre el pecho de la víctima.

• Al comprimir, la profundidad ha de ser de 1/3 del diámetro o


grosor del tórax.

53
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Deje que el tórax se expanda completamente sin dejar de man-


tener el contacto con el pecho de la víctima. Utilice el mismo
tiempo para comprimir que para descomprimir (50 % - 50 %).

• El ritmo de las compresiones torácicas recomendado es de


100-120 por minuto). Practique 30 compresiones torácicas.

Puede ser útil contar en voz alta “Uno y dos… hasta treinta”,
pero ahorre energía.

Lactantes

Aunque las frecuencias cardiacas y respiratorias son distintas


según la edad y los lactantes tienen una frecuencia cardiaca
más rápida, el ritmo de masaje que realizaremos será el mismo
en todas las edades, es decir, 100 por minuto, y aplicaremos las
siguientes particularidades:

• Localizaremos el punto de compresión, en el tercio inferior


del esternón.

• Apoyaremos dos dedos. (Realmente los que nos permita ha-


cer la presión adecuada).

54
Soporte vital básico (SVB)

• Iniciaremos compresiones a un ritmo de 100-120 por minuto


y a una profundidad de un tercio del diámetro torácico o unos
4 cm.

• Alternaremos 30 compresiones con 2 insuflaciones boca a


boca-nariz.

Al minuto, nos aseguraremos de que está avisado el 112 o lo


haremos nosotros, para posteriormente seguir, a la espera de
la llegada de ayuda, hasta que estemos exhaustos o se recupe-
re. No es recomendable, hacer maniobras de reanimación con
el lactante en brazos y movimiento. Solo de forma excepcional
puede movilizar al niño en el caso de desplazarse para solicitar
ayuda, siguiendo con las maniobras en ese lugar.

7. Combinación compresiones torácicas


e insuflaciones
Continuar combinando 30 compresiones torácicas con dos ven-
tilaciones hasta:

• La llegada de ayuda profesional.

• Que el actuante esté físicamente exhausto.

• Que la víctima recupere la respiración efectiva.

Si no puede (por lesiones en la boca o nariz…) o no quiere


practicar las respiraciones de rescate, haga las compresiones
torácicas. Si únicamente se realizan compresiones torácicas,
éstas se deben realizar de forma continuada y a un ritmo de
100-120 por minuto. Este supuesto ha de ser la excepción, de-
bido al origen asfíctico o respiratorio de la mayor parte de paros
en pediatría.

55
Primeros Auxilios en bebés y niños

Solo debe parar de realizar las maniobras si la víctima empieza


a respirar de forma normal, si está agotado y no puede conti-
nuar, o con la llegada de la ayuda.

Procure efectuar las técnicas de ventilación y compresiones to-


rácicas con una corrección extrema, al mismo tiempo que alter-
na con la frecuencia necesaria, para que de este modo se con-
siga “bombear” un volumen de sangre que permita una correcta
oxigenación cerebral.

En el caso de estar presente más de un primer actuante, con el


fin de aumentar la efectividad y disminuir el cansancio, hagan
relevos cada 2 minutos.

Recuerde la obligación de avisar al minuto al 112 si no lo ha


hecho antes.

56
Soporte vital básico (SVB)

RECUERDE

La actuación ante un paro cardiorrespiratorio de un niño o lactante, no difiere


mucho de la actuación que se debe realizar a un adulto.

Tras comprobar la inconsciencia y la falta de respiración normal, haga


5 ventilaciones iniciales antes de comenzar las comprensiones torácicas,
siguiendo después con la combinación 30/2.

Un reanimador solo, debe aplicar RCP durante 1 minuto aproximadamente, antes


de ir en busca de ayuda.

Comprima el tórax aproximadamente un tercio de su profundidad.


Use dos dedos, una o ambas manos, en funcion de la edad o tamaño del niño
(lo que sea necesario para lograr una profundidad de compresión
adecuada).

Si no recuerda o no conoce los aspectos diferenciales, no se preocupe, la


reanimación se puede practicar con éxito en niños y lactantes utilizando la misma
secuencia que con los adultos, adaptando las ventilaciones y las compresiones al
tamaño del niño.

57
Primeros Auxilios en bebés y niños

ALGORITMO SVB EN NIÑOS Y BEBÉS


Comprobar conciencia

Valoración 2ª. Descarte


No Sí
gran hemorragia y aplique
Grite pidiendo ayuda el triángulo de valoración
sin interrumpir las ¿Consciente? pediátrica.
maniobras. Solicite ayuda, si es
Abra la vía aérea. preciso, al 112.

Sí Busque lesiones
potencialmente letales y
Comprobar si respira. pida ayuda al 112 ponga
Mirar, escuchar y sentir en PLS siempre que
10 segundos ¿Respira pueda.
con normalidad?

No
Si está solo haga 5
Si no está solo, envíe a insuflaciones y, si no hay
alguien a llamar al 112. cambios, haga 1 minuto de
RCP y después llame
al 112.

Iniciar RCP.
Empiece con 5 insuflaciones y, si no hay cambios (no respira),
realice 30 compresiones alternadas con 2 insuflaciones.
Continuar hasta la llegada de ayuda o la recuperación espontánea de
la respiración.

58
Soporte vital básico (SVB)

Desfibrilador semiautomático en pediatría


(DEA)
El desfibrilador automatizado es un aparato capaz de dar des-
cargas eléctricas en el tórax, y que es aplicable en aquellas
situaciones en las que el paro se debe a un tipo de arritmia
cardiaca determinada que puede conllevar la muerte. Su obje-
tivo es revertir este ritmo maligno a uno normal. Es una técni-
ca que debe administrarse siempre junto con el soporte vital,
compresiones torácicas y ventilaciones. Hasta 2005 sólo era
aplicable en víctimas adultas, pero en la actualidad, y dado
que los niños también pueden presentar este tipo de arrit-
mia en algunas ocasiones, el uso del DEA es aplicable en
todas las edades, aunque con mayor precaución en menores
de un año, utilizando atenuadores de energía y por supuesto
en situaciones de paro cardiorrespiratorio (Es decir, a efectos
prácticos en las situaciones de ausencia de consciencia y de
respiración normal).

Ahora bien, es conveniente para su manejo disponer de un cur-


so de formación específica, recordando siempre combinarlo con
las técnicas de SVB comentadas.

59
Primeros Auxilios en bebés y niños

En caso de existir un primer actuante con conocimientos de apli-


cación del DEA y de que éste estuviera disponible, debería apli-
carse dentro del algoritmo del SVB lo antes posible.

Complicaciones de la reanimación
cardiopulmonar
Aire en el estómago

La complicación más frecuente durante la práctica de la respira-


ción artificial es la entrada de aire en el estómago de la víctima,
que podría dar lugar a vómitos, lo que dificultaría el proceso de
reanimación. Se minimiza realizando una correcta apertura de la
vía aérea, insuflando durante 1 segundo, adaptando el volumen
del airea al tamaño del tórax de la víctima y con la vía aérea bien
abierta.

Hiperventilación del primer actuante

Cuando la persona que da el soporte vital inicia una respiración


forzada con el objeto de insuflar aire dentro de la víctima, lo que
consigue a los pocos minutos es una mala oxigenación propia y
un agotamiento más rápido. Se evita manteniendo un ritmo ade-
cuado; se debe respirar sin esfuerzo y de forma normal.

Mala apertura de vías respiratorias

Cuando la apertura de las vías respiratorias no se ha realiza-


do correctamente, podemos tener la sensación de obstruc-
ción. Se debe corregir la posición de la cabeza y del cuello
(técnica frente-mentón). Recuerde que en los lactantes no se
debe realizar hiperextensión por el riesgo de obstrucción de
la tráquea...

60
Soporte vital básico (SVB)

Cuerpos extraños no detectados

Al iniciar las insuflaciones, podemos encontrarnos con que el


aire no entra en los pulmones. Compruebe que las vías respi-
ratorias están abiertas correctamente. Si sigue teniendo la sen-
sación de que hay un obstáculo, observe posible presencia de
cuerpos extraños en la cavidad bucal la presencia de cuerpos
extraños visibles y fácilmente extraíbles. No siempre se pueden
ver los cuerpos extraños. No realice nunca un barrido a ciegas.

Nariz mal tapada

En el caso de SVB a niños, si la nariz no queda bien tapada, pue-


den aparecer fugas de aire y, por lo tanto, no entrará suficiente
aire en los pulmones, lo que hará más difíciles los movimientos
torácicos y aumentará nuestro cansancio.

Fuga entre bocas

No sellar correctamente nuestra boca con la de la víctima o, en


el caso de lactantes, la boca y la nariz, provocará fugas de aire,
al igual que en el caso anterior.

61
Posición lateral
de seguridad
Posición lateral
de seguridad
La posición lateral de seguridad (PLS) mantendrá abierta la vía
aérea en cualquier víctima inconsciente con respiración nor-
mal. Evita que la lengua bloquee la vía aérea, evita el atragan-
tamiento con sus secreciones, y permite la salida de fluidos por
la boca, en caso de ser abundantes, o de vómitos.

Es una técnica que se puede aplicar a cualquier edad y de


fácil ejecución en niños y adultos. En lactantes, dadas las ca-
racterísticas anatómicas que tienen, será difícil de realizar,
por lo que como hemos dicho con anterioridad podría substi-
tuirse por una posición de lado en un plano duro aunque fuera
con apoyo.

65
Primeros Auxilios en bebés y niños

Pasos a seguir en una PLS:

1. Retire cualquier tipo de gafas que lleve la víctima.

2. Arrodíllese al lado de la víctima y asegúrese de que las pier-


nas están alineadas.

3. Coloque el brazo más cercano a usted formando un ángulo


recto con el cuerpo, con el codo flexionado y la palma de la
mano hacia arriba.

4. Con una mano, pase el otro brazo por encima del pecho y
mantenga el dorso de la mano contra la mejilla de la víctima
que está más cercana.

5. Con la otra mano, sujete la pierna más alejada por encima de


la rodilla y levántela manteniendo el contacto del pie con el
suelo.

6. Manteniendo la mano presionada sobre la mejilla, tire con


la otra mano de la pierna más alejada para hacer girar a la
víctima hacia usted sobre su lado.

66
Posición lateral de seguridad

7. Ajuste la pierna superior para que la cadera y la rodilla for-


men un ángulo recto.

8. Recoloque la cabeza hacia atrás para garantizar la apertura


de la vía aérea.

9. Recoloque la mano bajo la mejilla, si es necesario para man-


tener la cabeza elevada.

10. Compruebe la respiración con regularidad. No es recomen-


dable mantener esta postura más de 30 minutos. Si fuera
posible cambie de lado.

67
Valoración
secundaria
Valoración
secundaria
Una vez hecha la comprobación de riesgos, la presencia o au-
sencia de consciencia y la constatación de respiración efectiva o
normal, lo que denominamos valoración primaria, seguiremos
con el resto de exploración de la víctima, siempre que ésta esté
fuera de peligro inmediato. A esta segunda “fase” la llamamos
VALORACIÓN SECUNDARIA. En general se trata de controlar
a la víctima y prever cualquier agravamiento mientras espera-
mos la recuperación total y la llegada de la ayuda sanitaria. Se
tratará de aplicar una sistemática de actuación, con un análisis
de la situación realizado con más calma y una exploración com-
pleta también denominada exploración secundaria.

Signos y síntomas
En el manual nos referiremos a estos conceptos cuando hable-
mos de enfermedades o lesiones por accidentes, definiendo
como síntoma lo que el niño indica que le sucede (picor, dolor...)
y, como signo, lo que puede ser constatado por varios actuantes
(pérdida de conocimiento, sangrado...). Otro concepto que po-
dremos ver será el de síndrome, que no es más que un conjunto
de síntomas y signos que se ven de forma habitual en un proce-
so o enfermedad.

Los pasos a seguir serán


• Aplicaremos de forma rápida y visual el triángulo de evalua-
ción pediátrica, la apariencia, el trabajo respiratorio y la colo-
ración de la piel. (Ver pág. 35).

71
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Elaboración de un historial, mediante diversas preguntas al


niño, padres o a testimonios presentes en el lugar de los
hechos.

– ¿Qué ha pasado?

– ¿Cómo se encuentra, qué síntomas tiene?

– ¿Cómo se ha producido la lesión?

– ¿Tiene alguna enfermedad, toma medicación?

– Alergias conocidas (medicamentos, alimentos….).

– Nombre, edad, domicilio, teléfono de familiares o persona


de contacto.

• Busque pistas externas, si está inconsciente o no colabora-


dor.

– Presencia de medicamentos, inhaladores.

– Recetas, informes…

– Pulseras de alerta médica.

– Jeringas, botellas…

• Exploración física: examen físico que realizaremos de forma


sistematizada desde la cabeza a los pies tomando nota de:

– Signos que encontramos (detalles físicos que podemos


ver, tocar, medir…).

• Que podemos ver: sudoración, heridas, orificios san-


grantes, contusiones, color de la piel, contracturas mus-
culares, deformidades, acortamientos, edemas…

72
Valoración secundaria

• Que podemos palpar: humedad, temperatura corporal,


deformidades, asimetrías…

• Que podemos oír: ruidos respiratorios, respuesta inade-


cuadas, sonidos incomprensibles…

• Que podemos oler: alcohol, acetona, gasolina, disol-


ventes, cola, orina, excrementos, sangre, quemado…

– Valorando síntomas (sensaciones que el niño pueda des-


cribir).

• Dolor.

• Ansiedad.

• Calor, frío.

• Náuseas, vértigo.

• Sensación de hueso roto.

• Reevaluar de forma periódica los signos vitales: consciencia,


respiración y circulación de la piel (los tres aspectos de la
evaluación pediátrica).

73
Primeros Auxilios en bebés y niños

RECUERDE

Solo debe realizarla si la víctima está fuera de peligro vital inmediato.

Aplique el triángulo de evaluación de forma rápida y visual.

Historial ajustado a lo sucedido y antecedentes.

Busque pistas externas.

Pregunte al niño, a testigos, familiares…

Exploración física de cabeza a pies


• Evaluar síntomas • Anotar signos

Reevaluación periódica de: signos vitales, respiración, conciencia:

Alerte a 112 si es preciso y no lo ha hecho antes.

74
Primeros auxilios
Primeros auxilios
Introducción
En la infancia, la posibilidad de tener que realizar primeros auxi-
lios básicos es muy elevada, debido a la gran cantidad de riesgo
de accidentes a los que están sometidos los niños.

No hay duda de que la prevención en el hogar, el seguimiento


de las normas de seguridad vial y de protección en espacios
lúdicos (parques, piscinas…) influyen a la hora de disminuir el
número de lesiones por accidente. Pero los lactantes y los niños
están en la edad de mayor desarrollo psicomotor y, por tanto, de
afán por conocer el entorno en el que habitan, de familiarizarse
con él y de descubrir nuevos estímulos, lo que les confiere una
situación constante de riesgo de accidente y, a su vez, hace más
complicado, si cabe, para los adultos, el control de estas situa-
ciones.

El desarrollo del niño ya es evidente desde los primeros meses.


En un primer momento tiene poco movimiento, situación que
por otra parte también los hace vulnerables. Pero poco a poco
van adquiriendo la capacidad de moverse, girarse, de mirar y
observar y de llevarse todo a la boca. Cualquier objeto pasará
por ahí de una forma refleja, lo que claramente aumentará el
riesgo de atragantamientos ya desde esta edad. Con la adqui-
sición de la sedestación a partir de los 6-8 meses se amplia
“su campo de acción”; mejorará la manipulación y rápidamente
empezará el desplazamiento por el suelo y posteriormente la
deambulación inestable con los primeros pasos a partir de los
10 meses.

Después, el riesgo está servido aún en mayor grado. Los ni-


ños son EXPLORADORES natos de su entorno, intentando

77
Primeros Auxilios en bebés y niños

conocer todo aquello que los rodea y les atrae; son CURIO-
SOS por naturaleza, eso les hace desarrollarse, pero no son
conscientes de los peligros y sobre todo de sus limitaciones y
poca capacidad de reacción ante situaciones potencialmente
peligrosas. A los padres y educadores no nos queda más re-
medio que intentar minimizar estos riesgos aplicando todas las
normas de prevención de accidentes posibles, analizando los
lugares de uso común, viéndolos desde el punto de vista de los
niños, desde su perspectiva, su altura, etc.

Intentaremos ofrecer el mayor número de recursos para po-


der prevenir accidentes, pero a pesar de eso los atraganta-
mientos por cuerpos extraños, las contusiones por caídas,
las heridas, las quemaduras, las intoxicaciones, las lesiones
por electricidad… que se producirán en las diferentes es-
tancias de la casa, parques o escuelas, serán por desgracia
comunes.

Para facilitar las normas de prevención, realizaremos reco-


mendaciones en el capítulo específico destinado a NOR-
MAS DE PREVENCIÓN, donde podrá consultar por tipos de
lesiones y dispondrá de un listado completo.

Cuerpos extraños
Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño en
pediatría

Tos efectiva

Si, tras un atragantamiento, el lactante o niño balbucea, llora,


habla o tose, es señal de que el aire está pasando por las vías
aéreas, por lo que probablemente estemos ante una situación
de obstrucción parcial. La tos es el mecanismo reflejo más po-
tente capaz de revertir esta situación.

78
Primeros auxilios

Actuación

Qué debemos hacer

Estimular y facilitar que la tos siga produciéndose. De forma


instintiva a menudo se dan golpes en la espalda, sin asegurar
que la cavidad bucal, que será el lugar por donde deberíamos
extraer el cuerpo extraño, esté más baja que el tórax. Eso pue-
de mover el cuerpo extraño y convertir una obstrucción parcial
o solucionable en una obstrucción total, siempre mucho más
grave.

Qué no debemos hacer

• Dar palmadas en la espalda, sin adoptar una correcta posi-


ción del niño.

• Dar de beber, sin haberse recuperado.

• Comprimir el abdomen en cualquier punto tampoco.

• Cogerlo por los pies y zarandearlo.

79
Primeros Auxilios en bebés y niños

Tos inefectiva

En el caso de que no haya tos o ésta, claramente, no sea


efectiva, se generará angustia y ansiedad, lo que nos sugerirá
que estamos delante de una situación grave, una obstruc-
ción total de la vía aérea. Seguidamente grite pidiendo
ayuda para alertar al entorno y que alguien active al 112
si se precisa.

A la hora de aplicar las técnicas adecuadas, diferenciaremos


entre si la víctima está consciente o inconsciente y si se tra-
ta de niños o lactantes. Cuando las tos es inefectiva, en los
pacientes conscientes, se deberán aplicar diferentes técnicas
para la extracción del cuerpo extraño, las compresiones inte-
rescapulares, las compresiones torácicas y las compresiones
abdominales o Heimlich, que podrán ser combinadas y aplica-
das de forma secuencial, adaptándolas a según la edad de la
víctima, en las víctimas inconscientes deberemos realizar las
maniobras de RCP.

Niño consciente

• Grite pidiendo ayuda o haga activar el 112 lo antes posible.

80
Primeros auxilios

• Debemos colocarnos al lado y detrás del niño (si es muy pe-


queño podemos ponernos de rodillas), para ponerlo de pie e
inclinado, con la cabeza más baja que el resto del cuerpo y
con una mano que pase por debajo de las axilas, sujetando
el pecho.

• Con la otra mano, daremos hasta 5 golpes interescapula-


res entre los omoplatos, observando después de cada golpe
si en alguno de ellos expulsa el cuerpo extraño.

• Si no hay expulsión del cuerpo extraño, iniciaremos las com-


presiones abdominales o maniobra de Heimlich, hasta 5 ve-
ces. Esta maniobra consiste en:

– Colocarse detrás de la víctima y rodearle la cintura con


los brazos.

– Cerrar una mano y colocar el nudillo del pulgar por encima


del ombligo, a nivel de “la boca del estómago”, entre el
ombligo y el tórax.

– Cogerse el puño con la otra mano.

81
Primeros Auxilios en bebés y niños

– Realizar una fuerte presión hacia adentro y hacia arriba,


con la finalidad de desplazar el diafragma hacia arriba, lo
que provoca un aumento de presión en el tórax, obligando
a salir al aire que queda dentro de los pulmones, arras-
trando el cuerpo extraño.

• Comprobaremos con cada maniobra si ha salido el cuerpo


extraño. No debemos hacer barrido ni limpieza a ciegas; sólo
se deben extraer los cuerpos extraños visibles y fácilmente
extraíbles.

• Repetiremos todo el ciclo completo. Y seguiremos hasta la


recuperación, la llegada de ayuda o la pérdida de conoci-
miento.

Esta técnica es similar a la que se aplica también a los adultos


en caso de obstrucción de la vía aérea, consciente y con tos
inefectiva.

Lactante consciente

• Grite pidiendo ayuda o haga activar la ayuda lo antes posible.


Haga llamar al 112.

82
Primeros auxilios

• Colocar al lactante boca abajo sobre el antebrazo del so-


corrista, con la cabeza más baja que el cuerpo y sujetando
con la mano la barbilla del lactante. Debemos procurar que
la boca permanezca abierta y vigilar la posición de los de-
dos.

• Con la otra mano, dé hasta 5 golpes entre los omoplatos.

• Si no hay expulsión del cuerpo extraño, es necesario dar la


vuelta al lactante y colocarlo sobre el antebrazo mirando ha-
cia arriba y aguantando el cuello con la mano.

• Con la otra mano, aplicaremos compresiones torácicas en el


tercio inferior del esternón, hasta 5 compresiones en direc-
ción superior, hacia el tórax.

• Comprobar si ha salido el cuerpo extraño. No se debe ha-


cer un barrido o limpieza a ciegas, sólo se deben extraer los
cuerpos extraños visibles y fácilmente extraíbles.

• Repetir todo el ciclo completo. Y seguir hasta la recupera-


ción, la llegada de ayuda o la pérdida de conocimiento.

83
Primeros Auxilios en bebés y niños

Niño inconsciente

Dada la ausencia de conocimiento volveremos a gritar pidiendo


ayuda e iniciaremos las maniobras de RCP según protocolo, si-
guiendo con 30 compresiones torácicas y 2 insuflaciones, hasta
la recuperación o la llegada de ayuda. Recuerde solicitar ayuda
al 112 al minuto si está sólo o si no lo ha hecho nadie.

Lactante inconsciente

Gritaremos pidiendo ayuda e iniciaremos las maniobras de RCP


según protocolo, siguiendo con 30 compresiones torácicas y 2
insuflaciones hasta la recuperación o la llegada de ayuda. Re-
cuerde solicitar ayuda al 112 al minuto si está sólo o no lo ha
hecho nadie. Debemos seguir hasta la llegada de personal sani-
tario o la recuperación de la respiración.

La maniobra de Heimlich no es una técnica adecuada para


realizar en un lactante o menor de un año, por el riesgo de
ocasionarle lesiones en vísceras abdominales.

Cuando se realiza una reanimación en una obstrucción de la vía


aérea por cuerpo extraño, lo que pretendemos es de alguna ma-
nera movilizarlo para intentar que en algún momento entre parte
del aire que administramos, lo mismo ocurre con las compresio-
nes torácicas, que lo que pretenden es conseguir la expulsión, o
al menos la movilización, del cuerpo extraño.

Es habitual que el aire en estas situaciones no entre, no se eleve


el tórax o cueste mucho introducirlo, no obstante compruebe la
técnica.

En el supuesto de que el tórax se elevara con facilidad, reevalúe


la situación, pero, si sigue inconsciente y no respira normalmen-
te, deberá proseguir con las maniobras.

84
Primeros auxilios

Cuerpos extraños en otros orificios corporales

Los niños pequeños están en una fase de conocimiento de su


cuerpo y del entorno y constantemente utilizan la boca para ello,
aunque también tienen afición por otros orificios como el conduc-
to auditivo, la nariz, etc. A veces podemos sospecharlo porque le
cuesta respirar por la nariz, tiene dolor, huele mal o el aliento es
fétido, o le sangra la nariz, el oído…

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Tranquilizar al niño y a nosotros mismos.

• En caso de sospecha de cuerpo extraño ocular podemos ha-


cer irrigar con agua corriente desde la parte nasal al exterior.

• Acudir al centro de salud o servicio de urgencias.

¿Qué no debemos hacer?

• Manipular orificios, ya que podemos provocar lesiones ma-


yores.

• En caso de lesiones en el ojo, poner colirio sin indicación


médica.

85
Primeros Auxilios en bebés y niños

ATRAGANTAMIENTO SEVERO

Tos inefectiva. Tos efectiva.

ANIME A TOSER
Continuar hasta
INCONSCIENTE CONSCIENTE
la resolución de la
Abrir vía aérea. 5 golpes espalda
obstrucción o que la tos no
Iniciar RCP. 5 compresiones Heimlich
sea efectiva.
(torácicas lactantes)
(abdominales niños).

Hemorragias
Concepto y tipos de hemorragias

Una hemorragia es la salida de sangre de los vasos sanguí-


neos. El objetivo de la persona que presta los primeros auxilios
es detener la pérdida de sangre del accidentado siempre que
sea posible, y habitualmente será consecuencia de heridas por
accidentes. Hay varios tipos de hemorragias comunes en la
infancia.

Hemorragias externas

Son aquellas hemorragias en las que la sangre se vierte al exte-


rior del organismo a través de una herida. Son visibles.

Las hemorragias más importantes se producen en las extremi-


dades y en el cuero cabelludo, ya que son las partes del cuerpo
más expuestas a traumatismos, y por donde los vasos pasan de
forma más superficial.

86
Primeros auxilios

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• No se angustie, intente transmitir tranquilidad al niño, la san-


gre es muy escandalosa por sí misma.

• Valore la pérdida sanguínea. Piense que en los lactantes y


niños la cantidad de sangre circulante es menor que en el
adulto; una sobrevaloración de la cantidad de sangre perdida
es mejor que no darle importancia.

• Controle y detenga la hemorragia mediante compresión directa.

• Utilice guantes o material de barrera.

• En caso de que se haya detenido la hemorragia, se proce-


derá a cubrir la herida y se trasladará al accidentado a un
centro sanitario.

• Controle el estado de conciencia y actúe en consecuencia.

• Alerte al 112, si es necesario.

• Tienda al accidentado con la cabeza más baja que los pies,


si las lesiones que presenta lo permiten.

• Esté preparado para iniciar una RCP.

Compresión directa

En la actualidad parece ser la técnica más efectiva, capaz de


detener el mayor número de hemorragias y con menos riesgo de
efectos no deseados.

Para efectuar una compresión directa, hay que seguir los si-
guientes pasos:

87
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Efectuar presión en el punto sangrante. Para hacerlo, hay


que utilizar un apósito lo más limpio posible (gasas, pañue-
lo...) y utilizar guantes siempre que pueda.

• Es aconsejable efectuar la presión durante un tiempo mínimo


de 10 minutos de reloj.

• Si es preciso colocar más apósitos, hágalo sin quitar el pri-


mero, ya que arrastraríamos el coágulo que se está forman-
do. La coagulación del propio niño es el mejor sistema de
control de la hemorragia.

• Si no para de sangrar puede ser útil realizar un vendaje de


sujeción.

• Si la hemorragia está situada en una extremidad, la técnica


no cambia.

No se ha demostrado que la elevación de la extremidad o


la presión a distancia aporten más beneficios que la simple
compresión. Puede ser beneficioso aplicar frío local, con o
sin presión, para la hemorragia menor o cerrada de una ex-
tremidad.

88
Primeros auxilios

Pasado este tiempo, se aliviará la presión, pero NUNCA se


retirará el primer apósito.

• Si la hemorragia no para, insista; ponga más paños encima


del primero.

• Llame al 112.

• Abrigue al niño o bebé, evite la pérdida de calor corporal.

• Controle en todo momento la apariencia, la respiración y el


aspecto de la piel.

¿Qué no debemos hacer?

• Aplicar remedios como poner pimienta, pegamento… sobre


el punto sangrante.

• Ir levantando el apósito para ver si sangra.

• No realizar la compresión durante el tiempo necesario.

• Realizar movilizaciones de la zona de sangrado.

89
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Aplicar un “torniquete” sobre la extremidad. La aplicación del


torniquete tiene unas indicaciones concretas y deberían ser
indicadas por personal sanitario. Es necesaria una formación
adecuada para garantizar la aplicación segura y eficaz de un
torniquete.

Hemorragia por el oído

Las lesiones que producen este tipo de hemorragia tienen que


ser consultadas con personal sanitario. Son especialmente gra-
ves:

• Las que son asociadas a traumatismo craneoencefálico.

• Las que son resultado de un trauma directo timánico como


perforación por cuerpo extraño (lápiz, bastoncillos…).

• Las producidas por barotraumatismo (traumatismo por pre-


sión) ya sea acústico (explosión o petardos) o en accidentes
de inmersión en medio acuático.

Actuación

• Si sospecha que es consecuencia de un traumatismo cra-


neal, evite mover la cabeza y alerte al 112.

• Si no hay evidencia de que sea por trauma craneal:

– Tranquilice al niño, a veces puede tener sensación de ma-


reo o sentir como pitidos.

– Ayude a la víctima a reclinarse con la cabeza apoyada


sobre el lado que sangra para facilitar la salida de la san-
gre.

– Sujete con suavidad un apósito o compresa para absorber


la sangre.

90
Primeros auxilios

– En caso de cuerpo extraño, no intente sacarlo; acuda al


centro de salud más cercano.

– Alerte al 112.

Hemorragias nasales

Se denomina epistaxis. El origen de estas hemorragias es diver-


so, y pueden ser producidas por un golpe, por un estornudo, por
alergias, por una erosión producida al rascarse o, de forma más
infrecuente en niño, como consecuencia de un aumento de la
presión arterial (hipertensión), o alteraciones sanguíneas.

También puede ser indicación de cuerpo extraño en orificios na-


sales, sobre todo si se acompaña de aliento fétido.

Esta situación es poco frecuente en un lactante salvo por una


situación de traumatismo nasal. Por lo tanto, consulte siempre
a su pediatra.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Tranquilice al niño.

• Pídale que se siente y que incline la cabeza hacia delante


para permitir la salida de la sangre por los orificios nasales.

• Dígale que respire tranquilamente por la boca, y que se pre-


sione la nariz por la parte blanda, con los dedos pulgar e
índice.

• Debe permanecer con la nariz pinzada, intentando no hablar,


tragar, toser, no sonarse ni escupir, ya que estas acciones
retrasan la formación del coágulo dentro de la nariz.

91
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Después de 10 minutos, libere la presión. Si la hemorragia no


se ha detenido, debe repetir la operación. Si la hemorragia
no se detiene, llame al 112.

• Una vez la hemorragia se ha detenido, limpie los alrededores


de la nariz con agua.

• La aplicación de frío local puede ayudar a detener la hemo-


rragia y a aliviar el dolor. Pero recuerde que la cara es muy
sensible; el frío intenso mantenido puede dar dolor.

¿Qué no debemos hacer?

• Los esfuerzos no favorecen la formación del coágulo, evíte-


los y, especialmente, sonarse la nariz.

• Inclinar la cabeza hacia atrás para que no salga la sangre.

• Hacer taponamientos con algodón o gasas (aunque sea una


técnica habitual en centros sanitarios tras una revisión na-
sal), usted limítese a apretar las alas nasales...

92
Primeros auxilios

Hemorragia por la boca

Aunque de la boca puede salir sangre procedente de otras zo-


nas, la sangre roja suele proceder de cortes en la lengua, labios
o paredes de la boca, o de la pérdida de piezas dentarias. Habi-
tualmente se autolimita en pocos minutos pero, a veces, pueden
sangrar de manera abundante y alarmante.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Pida a la víctima que se siente con la cabeza inclinada lige-


ramente hacia delante.

• Si la situación lo permite, ponga una gasa sobre la herida y


haga compresión unos 10 minutos seguidos.

• Si la hemorragia es por la pérdida/extracción dentaria, pon-


ga una gasa taponando el espacio y pida a la víctima que
lo muerda. En caso de pérdida dental, si consigue la pieza
póngala en leche entera y consulte a un odontólogo, la reim-
plantación es el mejor tratamiento.

• Si la hemorragia continúa, añada otra gasa a la que ya está


empapada de sangre y siga realizando presión.

• Si la hemorragia persiste, la herida es grande o se está to-


mando medicación anticoagulante, llame al 112. En caso de
pérdidas dentales, consulte también a personal sanitario.

¿Qué no debemos hacer?

• No realice enjuagues bucales en sangrados activos.

• No tome líquidos ni comida caliente durante unas horas.

93
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Evite rozarse con la lengua aunque la hemorragia se haya


detenido.

• No aplique antisépticos bucales sin prescripción médica.

Gravedad de las hemorragias

Aunque las hemorragias por heridas suelen ceder en pocos mi-


nutos, en caso de sangrados abundantes el organismo intentará
poner todos los mecanismos a su disposición para compensar
esa pérdida y parar la hemorragia.

Las posibilidades de supervivencia de una víctima que ha sufri-


do una hemorragia aguda están en relación con el volumen de
sangre perdida por los vasos sanguíneos: cuanto mayor es la
cantidad perdida, mayor riesgo existe para el mantenimiento de
la vida.

La posibilidad de sangrado por heridas en los lactantes y niños


pequeños es muy elevada, ya que habitualmente sufren heridas
en zonas de mucha irrigación sanguínea, como el cuero cabe-
lludo, etc.

94
Primeros auxilios

Debemos tener en cuenta que la cantidad de sangre circulante


en un cuerpo humano va en función de su tamaño y peso y, por
tanto, cuando son más pequeños tienen menos sangre circulan-
te; por ejemplo, un lactante de 10 kg tiene menos de 1 litro de
sangre, lo que puede confundirnos si, al atender una hemorra-
gia, sólo consideramos la sangre perdida.

Además habrá situaciones en las que existirá sangrado pero que


no se visualizará externamente (hemorragias internas), debido
por ejemplo a sangrados en cavidad abdominal o torácica. En
esas situaciones sólo podremos sospecharlo por el mecanismo
de la lesión, y los signos que comentaremos seguidamente.

Deberemos estar alerta de la presencia de una serie de SIGNOS


Y SÍNTOMAS DE ALARMA:

• Latido cardiaco o pulso muy rápido y débil. (No obstante, no


se obsesione en buscar el pulso o latido. En los lactantes y
niños en condiciones normales ya es difícil palpar bien, por lo
que difícilmente nos servirá de ayuda; todo lo contrario, nos
puede confundir más).

• Respiración rápida y superficial.

• Palidez o presencia de piel reticulada o como mármol.

• Alteración en su estado de consciencia; al inicio puede haber


agitación, después cada vez menos conexión con el entorno.

Este conjunto de síntomas y signos define una situación muy


grave que denominamos shock (ver página 149). El organismo
intenta compensar la pérdida de líquidos, sangre en este caso,
aumentando la velocidad con la que mueve la sangre y la oxige-
nación, pero sólo durará un tiempo antes de entrar en una situa-
ción crítica de claudicación con riesgo de muerte inminente; de
forma progresiva observaremos empeoramiento, con alteración

95
Primeros Auxilios en bebés y niños

en la apariencia, una circulación de la piel muy comprometida, y


un aumento de la frecuencia y el trabajo respiratorio.

Llegados a este punto, sólo nos quedará asegurar que los servi-
cios de emergencias están avisados y acudiendo, intentar seguir
controlando la hemorragia, estirar y abrigar al lactante o niño y
acompañarlo en todo momento.

RECUERDE

Si la herida es grande y persistente la hemorragia, busque asistencia médica, el


tiempo de valoración por parte del primer interviniente no debe superar los diez
minutos en este caso.

Control del estado de la consciencia y si es necesario alertar al 112, y tender al


accidentado con la cabeza más baja que los pies, si las lesiones que presenta lo
permiten.

Está probado que la compresión directa encima de la herida es la mejor técnica


para detener la hemorragia.

Ni la elevación de la extremidad ni la compresión en puntos a distancia se han


demostrado efectivos en el control de las hemorragias externas.

Controle de forma periódica apariencia, trabajo respiratorio y estado de circulación


de la piel.

96
Primeros auxilios

Quemaduras
Concepto de quemadura

Las quemaduras son una de las lesiones más comunes en lac-


tantes y niños.

Se define como quemadura toda lesión local producida por una


excesiva exposición a una fuente de calor. Puede deberse a di-
ferentes mecanismos, tales como la exposición prolongada al
sol, llamas, explosiones, fricciones, la acción de agentes físicos,
químicos o eléctricos y, por escaldadura.

Son comunes los accidentes que producen quemaduras, habi-


tualmente con cierto grado de negligencia por parte de padres y
cuidadores (por ejemplo, no poner cremas solares protectoras,
o no comprobar la temperatura del agua del baño, dejar cables
expuestos…).

La prevención juega un gran papel en todas las lesiones, pero


en las quemaduras, por el riesgo de gravedad y de dejar lesio-
nes permanentes, deberíamos ser muy cuidadosos. No obstan-
te, cuando ya se ha producido la lesión ¿qué debemos hacer?

Qué debemos evaluar

La piel es una zona protectora contra agentes externos que nos


ayuda a mantener nuestro grado de hidratación, temperatura
adecuada y protección contra la infección.

Para evaluar una quemadura, es preciso saber cómo se ha pro-


ducido, la extensión, es decir la superficie de la piel que está
afectando, la localización de la zona quemada y la profundidad
de la quemadura.

La extensión. En quemaduras extensas, la pérdida de líquidos


puede ser muy importante. Los lactantes, por el tipo de piel y por

97
Primeros Auxilios en bebés y niños

la dependencia que tienen de una buena hidratación, constitu-


yen un grupo de niños en el que las quemaduras extensas pue-
den comportar la presencia de signos de shock y comprometer
su vida.

Determinar la extensión, utilizando el tamaño de la palma de la


mano de la víctima, es un método viable; la palma de la mano
con los dedos corresponde a un 1%.

La localización es un índice de gravedad, ya que hay zonas


corporales que por su trascendencia pueden comportar serios
riesgos, ya sean inmediatos o diferidos. Se consideran zonas de
grave afectación:

• La cara, por el riesgo de afectación respiratoria (nariz y boca),


lesiones oculares o secuelas estéticas.

• Manos y pies, por el riesgo de pérdida funcional de los movi-


mientos digitales.

• Zona genital, por la posibilidad de infección, pérdida de la


función de los esfínteres (incontinencia), y de la función se-
xual o reproductiva.

• Los alrededores de los orificios naturales (boca, nariz, ojos,


oído, ano) pueden alterar su forma y función por las cicatri-
ces.

• Articulaciones y zonas de flexión, por el riesgo de compre-


sión nerviosa o vascular.

• Quemaduras que rodeen completamente toda la circunferen-


cia de una parte de cuerpo.

98
Primeros auxilios

La profundidad. La profundidad hace referencia a las capas de


la piel que se ven afectadas. Dependiendo del agente causal y
del tiempo de exposición al foco de calor podemos encontrar:

• Quemaduras superficiales con afectación sólo de la capa su-


perficial de la piel (también se denominan de primer grado).
Se caracterizan por el enrojecimiento, inflamación y dolor al
contacto; no hay formación de ampollas. Las más comunes
son las solares o las procedentes de pequeños accidentes
domésticos. Suelen curarse bien.

• Quemaduras que afectan a la dermis (2º grado). La piel está


enrojecida y en carne viva. Se forman ampollas con conteni-
do líquido procedente de los tejidos dañados. Son muy dolo-
rosas. Necesitan de cuidados y control sanitario.

• Graves quemaduras que afectan todas las capas de la piel,


incluso puede afectar tejido graso, músculo y vasos sanguí-
neos (3er grado). Se pierde la sensación de dolor (por afecta-
ción de los nervios). La piel puede tener una coloración que
puede ir de cérea (aspecto de corteza) a negra (carboniza-
ción). Requieren atención sanitaria inmediata y control de los
signos vitales.

99
Primeros Auxilios en bebés y niños

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Utilice guantes de protección siempre que pueda.

• Enfriar la herida cuanto antes con agua fresca y corriente.


Durante 15-20 minutos o hasta que el dolor remita. En cual-
quier caso no menos de 10 minutos.

• Retirar las ropas afectadas del niño o lactante, así como to-
dos los objetos que puedan comprimir y retener calor (ani-
llos, piercing, brazaletes, pulseras, relojes...) si no están ad-
heridos a la piel y no precisan de maniobras complicadas.

• Aplicar apósitos mojados (gasas o pañuelos limpios) des-


pués de haber enfriado la quemadura.

• Aconsejar a la víctima que acuda a un médico. Él valorará


e indicará tratamiento y necesidad de vacunación antite-
tánica.

• Controlar el estado de la conciencia y actuar en conse-


cuencia.

100
Primeros auxilios

• Controlar la apariencia, el trabajo respiratorio y la coloración


de la piel, y reevaluar periódicamente.

• En caso de paro cardiorrespiratorio, iniciar el protocolo de


Soporte Vital Básico.

• Alertar al 112.

¿Qué no debemos hacer?

• Romper las ampollas intactas de una quemadura. La cura


adecuada ya se hará en los centros de salud.

• Aplicar pomadas, ungüentos o antibióticos cuando se presta


el primer auxilio.

• Excederse en el enfriamiento, Se debe tener cuidado cuando


se enfríen quemaduras extensas térmicas o quemaduras en
lactantes y niños pequeños, para no inducir hipotermia.

Ya hemos visto que las quemaduras pueden tener muchas for-


mas de presentación, con riesgo de compromiso vital, y ade-
más pueden comportar secuelas a largo plazo derivadas de la
infección y de la cicatrización de las lesiones. Por lo tanto, toda

101
Primeros Auxilios en bebés y niños

quemadura que cumpla los siguientes criterios será considerada


grave y precisará de valoración facultativa:

• Lactantes y niños menores de 5 años.

• Que afecte a cara, orejas, manos, pies, articulaciones, zona


genital.

• Que comprometa la respiración o vía aérea (por ejemplo, por


la inhalación de humo o de gases calientes).

• Que sean circunferenciales. Las lesiones que afectan a la


totalidad o casi totalidad del perímetro del cuello, torso o ex-
tremidades.

• Que afecten a las capas más profundas de la piel.

• Causadas por el efecto térmico de la electricidad, por produc-


tos químicos, radiaciones ionizantes.

• Que afectan a más del 5% de la superficie corporal total en


niños y adolescentes.

102
Primeros auxilios

RECUERDE

Las quemaduras tienen que ser inmediatamente enfriadas con un chorro de


agua, durante un mínimo de 10 minutos.

Prevenga la hipotermia del niño o lactante al enfriar la zona quemada.

No romper las flictenas o ampollas de la quemadura.

No utilizar cremas, ungüentos, pomadas ni antibióticos como medicamente de


primer auxilio.

Utilizar el tamaño de la mano de la víctima para estimar el tamaño de la


quemadura: la palma y los dedos representan cerca del 1% de la superficie total
del cuerpo.

Active el 112, si es necesario, pedir a alguien que esté allí que llame a los servicios
de urgencia. El socorrista tiene que hacerlo él mismo si está solo.

Evitar el uso de auga muy fría para refrescar la quemadura. Después,


proteger la víctima del viento y utilizar mantas para que no pierda calor
corporal.

Controle en todo momento la aparencia, trabajo respiratorio y el aspecto de la piel.

103
Primeros Auxilios en bebés y niños

Heridas
Definición de herida

Es la pérdida de continuidad de la piel o de las mucosas, que


produce una comunicación entre las estructuras profundas de la
piel y el exterior.

Están ocasionadas por cortes, erosiones, lesiones punzan-


tes, que suelen ser resultado de caídas o accidentes domés-
ticos.

El riesgo principal de las heridas será la hemorragia en un primer


momento y la infección posteriormente. Además de una cicatriz
anómala si no se atienden adecuadamente.

Síntomas y signos comunes a las heridas

• Dolor.

• Hemorragia visible.

• Separación de bordes.

Consideramos herida potencialmente grave y que precisará


asistencia sanitaria toda herida que no sea erosión superfi-
cial y, en particular, las siguientes:

• Heridas con bordes que no se juntan o son rugosos, y que


miden más de 2 o 3 cm.

• Si el tamaño de la herida, aunque sea erosión, es más gran-


de que la palma de la mano de la víctima.

• Con presencia de hemorragia que no se detiene.

• Aquellas que dejan ver tejido subcutáneo, músculo, hueso…

104
Primeros auxilios

• Las que afectan a articulaciones, manos o pies, ojos y genitales.

• Heridas punzantes.

• Heridas que penetran en cavidades.

• Enclavamiento de cuerpos extraños.

• Las heridas que no se pueden limpiar de manera adecuada.

• Mordeduras de personas o animales.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Si hay sangrado, evitar el contacto con la sangre de la


víctima o con otros líquidos corpóreos. Tanto para evitar
la infección de la lesión como para nuestra protección, he-
mos de ponernos guantes desechables siempre que sea
posible.

• Detener la hemorragia presionando directamente encima


de la herida, si no se ha parado espontáneamente (ver
pág. 88).

• Si la herida no sangra, nos lavaremos las manos con agua


y jabón si no lo habíamos hecho antes, o nos pondremos
guantes, antes de empezar con el primer auxilio.

• Haremos limpieza de la herida con agua limpia corriente y


fría a chorro. Si no hay ningún grifo a nuestro alcance, utili-
zaremos otra fuente de agua potable.

• Dejaremos que el agua corra directamente encima de la


herida para arrastrar los cuerpos extraños (tierra, restos
de tejidos). Seguiremos de este modo hasta que no quede

105
Primeros Auxilios en bebés y niños

suciedad alguna. Si no conseguimos dejar la herida limpia


con este procedimiento, la consideraremos herida sucia, la
taparemos y recurriremos a la atención médica.

• Después, secaremos los tejidos que haya alrededor, si es


necesario, pero evitaremos tocar la herida.

• Si un cuerpo extraño está clavado en la herida, no es reco-


mendable extraerlo sin más, por el contrario intentaremos
sujetarlo para evitar su movimiento.

• Cubriremos la herida con un apósito estéril. Si no tene-


mos ninguno al alcance, utilizaremos un pañuelo seco y
limpio.

• Recomendaremos acudir a los servicios sanitarios. Él va-


lorará si el niño o lactante está vacunado contra el tétanos.

• Nos volveremos a lavar las manos después de haber presta-


do el primer auxilio.

• Recordemos que, debido a la herida, aunque ésta sea leve,


o mientras se realiza la cura, puede haber personas que,
ante su visión, la sangre y el dolor, puedan sufrir mareos y

106
Primeros auxilios

desvanecimientos fugaces, por lo que intentaremos pre-


servar la discreción. Se procurará realizar la cura de for-
ma que la víctima no sufra nuevas lesiones en caso de
caerse.

Habitualmente se ha venido utilizando agua y jabón para la


limpieza de las heridas, pero ¡cuidado! esto no está exento de
problemas. Consulte con su médico o pediatra el tipo de jabón
adecuado para la limpieza de las heridas.

De todas formas, la irrigación con agua limpia es el mejor méto-


do hasta el momento.

¿Qué no debemos hacer?

• Frotar la herida para quitar la suciedad.

• Colocar pimienta, pegamento u otros remedios para evitar


que sangre.

• Poner vendajes o adhesivos (esparadrapo) circulares apreta-


dos para que no sangre.

• Cauterizar la herida (“el fuego lo cura todo”).

107
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Poner antisépticos. No todos los productos van bien y pue-


den ser tóxicos para la piel y puede aplazar el proceso natu-
ral de cura. En todo caso consulte a personal sanitario.

Su uso ha de ser valorado y recomendado por personal sanita-


rio. Aunque el uso de suero fisiológico o agua oxigenada puede
ser adecuado en algunas heridas, en general no aportan mayor
beneficio a la cura explicada anteriormente.

• Poner pomadas, ungüentos o antibióticos sobre la herida.

• Intentar extraer un cuerpo extraño clavado en la herida.

• Usar algodón y alcohol, en cualquiera de sus formas.

• Retrasar la asistencia médica, pues el plazo para que se


puedan aplicar puntos de sutura en una herida que así lo
requiera es de un máximo de entre 4 y 6 horas.

Signos y síntomas de infección en una herida

La infección es un riesgo común en las heridas: en las super-


ficiales porque suelen ser extensas, y en las punzantes por la
profundidad. Deberemos tomar todas las precauciones posibles.

Los signos y síntomas de infección que puede presentar una


herida son los siguientes:

• Inflamación y edema de los bordes.

• Enrojecimiento del contorno de la herida.

• Calor local.

• Dolor.

• Sensación de pinchazos en la herida.

108
Primeros auxilios

Si la infección está avanzada, se añadirá:

• Exudado en la herida de color amarillento–verdoso (pus o


supuración y mal olor).

• Fiebre.

• Malestar general.

Tétanos

De entre las infecciones producidas por una herida, la que


puede tener mayores repercusiones es la provocada por un
grupo de microorganismos llamados clostridium, uno de los
cuales, el tetani, merece una mención especial, ya que no
sólo afectará a la zona dañada sino que ocasionará lesiones
neurológicas graves. Es una enfermedad contra la que dispo-
nemos de vacuna.

En nuestro país, como prevención de esta enfermedad y de for-


ma sistemática, los niños inician su vacunación ya a los dos me-
ses de edad, debiendo recibir dosis periódicas de recuerdo. A
pesar de ello, cuando se produzca una herida será conveniente
verificar el correcto estado vacunal, que debe estar registrado en
su carné de salud.

En caso de no haber recibido ninguna dosis de esta vacuna o


que haya sido administrada de forma incompleta, se acudirá a
un centro médico para realizar una profilaxis antitetánica ade-
cuada.

Hay que descartar la creencia de que únicamente puede trans-


mitirse el tétanos por heridas producidas por hierros, material
oxidado o por exposición a heces de animales; todas las heridas
están expuestas a la infección, sobre todo las sucias, las profun-
das y las contusas.

109
Primeros Auxilios en bebés y niños

Traumatismos
Como ya hemos ido comentando, son frecuentes en los niños las
lesiones de origen traumático, ya sea por accidentes domésticos,
caídas, etc. (la mayoría de poca gravedad), ya sea por accidentes
de tráfico, donde los niños son víctimas frecuentes y en las que
las lesiones suelen revestir mucha gravedad y dejar secuelas. En
cualquier caso, existe un denominador común, y es que todas ge-
nerarán dolor, ya sea moderado o importante, y deberemos tener-
lo en cuenta a la hora de realizar los primeros auxilios.

Las lesiones pueden ser muy variadas: contusiones, esguinces,


luxaciones, fracturas de huesos, y afectar a muchas estructuras:
cráneo, columna y extremidades. En cualquier caso nuestro ob-
jetivo no será realizar el diagnóstico de las lesiones, sino senci-
llamente evitar su empeoramiento y activar los sistemas sanita-
rios de forma adecuada y precoz.

Por las características propias del desarrollo de huesos y arti-


culaciones de los niños, es fácil infravalorar lesiones sufridas
por traumatismos. Así pues, sea cauto, no movilice y, si lo hace,
hágalo con las mayores precauciones.

Piense siempre en que puede haber más lesión de la que ve.

Contusiones

Es la lesión más común, la conocemos como “golpe”.

Signos y síntomas

• Dolor.

• Tumefacción.

• Hematoma.

110
Primeros auxilios

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Tranquilice a los niños o lactantes; el apoyo y cariño puede


ayudar a calmar el dolor y la angustia.

• Aplique frío local encima de la lesión. Si utiliza hielo, que sea


protegido. Si no hay hielo a su alcance, utilice una bolsa de
frío químico.

• Trate las heridas o erosiones como se indica en el apartado


correspondiente.

• Si tiene dudas consulte con su centro de salud.

¿Qué no debemos hacer?

• Dejar el hielo mucho tiempo. Nunca deje el hielo más de 20


minutos seguidos.

• Aplicar frío directamente encima de la lesión.

111
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Movilizar innecesariamente, tanto a la víctima como la extre-


midad.

• Dar medicación sin indicación médica.

Traumatismos en las extremidades

En general, y salvo en lesiones complejas, un traumatismo en


las extremidades no suele originar una situación de riesgo vital,
pero será muy importante realizar los primeros auxilios de forma
adecuada para evitar secuelas importantes e incluso grados de
discapacidad.

Signos y síntomas que sugerirán lesión

• Dolor generalmente intenso y que aumenta con el intento de


la movilidad.

• Impotencia funcional (dificultad para mover la extremidad).

• Edema, hinchazón, rubor.

• Deformidad anatómica.

• Rotación y/o acortamiento de la extremidad.

• Intento de la víctima de aliviarse el dolor sujetándose la zona


lesionada.

Si el actuante tiene dudas sobre la severidad de la lesión, tendrá


que asumir que el miembro está roto.

Si en el sitio de la fractura hay también una hemorragia exter-


na, el primer actuante tiene que presionar directamente sobre
ella o utilizar un vendaje compresivo para detener la hemo-
rragia.

112
Primeros auxilios

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Tranquilice a los niños o lactantes, el apoyo y cariño pueden


ayudar a calmar el dolor y la angustia.

• Aplique frío local encima de la lesión. Si utiliza hielo, que sea


protegido, Si no hay hielo a su alcance, utilice una bolsa de
frío químico.

• Aconseje que no se apoye en la pierna o en el pie lesionado.

• Si la lesión está en la mano, en el brazo o en el hombro, pro-


cure que se pegue el brazo al tronco.

• Para calmar el dolor el frio y la inmovilización son efectivos,


no es recomendable dar analgesia oral sin consultar a per-
sonal sanitario.

• Alerte al 112.

¿Qué no debemos hacer?

• Intentar reducir miembros que aparezcan anormales o dislo-


cados. El realineamiento en lesiones osteoarticulares debe
realizarlo sólo personal sanitario entrenado.

• Inmovilizar un miembro lesionado de forma laboriosa, si tiene


que llegar luego una ayuda profesional.

• Dejar hielo mucho tiempo. Nunca deje el hielo más de 20


minutos seguidos.

• Aplicar frío directamente, sin protección, encima de la le-


sión.

113
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Movilizar innecesariamente, tanto a la víctima como la extre-


midad.

• Dar medicación sin indicación médica.

Pronación dolorosa

La pronación dolorosa es una lesión que ocurre en el codo y que


es común en los primeros años.

Se trata de un desplazamiento de la articulación del codo, ex-


tremadamente dolorosa y que impide el movimiento. Ocurre
por tracción que habitualmente realizan los padres, cuando in-
tentan levantar a los niños del suelo o en la acera, al tirarles
del brazo. No es grave pero necesita atención por parte de
personal sanitario, que con una breve maniobra resolverá el
problema.

Procure no generar más dolor, no movilice la extremidad y no


intente resolver usted la situación.

FOTO 62 FOTO 63

114
Primeros auxilios

RECUERDE

Ante un traumatismo en una extremidad, debemos tener en cuenta las siguientes


cuestiones:

La valoración inicial de una lesión de un miembro es difícil. Ante la duda de si hay


fractura o no, actuaremos siempre como si la hubiera.

La aplicación de calor provoca inflamación, y, en una primera asistencia, está


contraindicado.

No aplique hielo directamente sobre la lesión. Envuélvalo con un pañuelo.

Evite el uso de pomadas, linimentos y otros medios de producción de calor como


medida de primeros auxilios, ya que pueden favorecer la formación
de edema.

Evite que la víctima se apoye en la pierna lesionada. La autoinmovilización de la


mano, brazo u hombro lesionados, son suficientes, en la mayoría de los casos, y
duelen menos que poner ventajes o cabestrillos.

No intente reducir miembros que aparezcan anormales o dislocados.

115
Primeros Auxilios en bebés y niños

Traumatismos que afectan a la cabeza, la cara y la


columna

Consideraciones generales

Los traumatismos en el cráneo y la cara son especialmente impor-


tantes, ya que la intensidad del golpe puede producir alteración de
la conciencia, lesión del tejido cerebral, o afectación de los vasos
del interior del cráneo con o sin afectación del hueso. Aunque el
lactante no suele caminar hasta el año de vida, el desplazamiento
en él es habitual, ya sea de forma autónoma o con el uso de ele-
mentos de peligro, como caminadores, correpasillos, etc.

Es importante saber si las contusiones o golpes que sufren los


lactantes o niños pueden suponer problemas añadidos. Por nor-
ma general, consideraremos impacto de alta energía, y por tanto
de riesgo elevado, cualquier caída de altura superior a un metro
en un lactante, o bien cualquier altura superior a su talla, y los
accidentes de velocidad.

Así pues, después de un fuerte impacto en la cabeza, nos po-


demos encontrar situaciones muy variadas: una herida simple
de la cabeza o la cara, una fractura craneal, signos de afectación
cerebral o varias de estas lesiones conjuntamente, incluso sin
signos externos claros. Además, siempre que nos encontremos
ante un traumatismo craneal debemos sospechar la posibilidad
añadida de una lesión en la columna vertebral.

Contusiones que afectan a la cabeza

La piel de la cabeza es muy gruesa y se desplaza con cierta fa-


cilidad sobre la superficie del cráneo; esto provoca que, en caso
de traumatismo (golpe, pedradas…), se generen hematomas,
“chichones” o heridas.

La gran presencia de vasos sanguíneos en la zona hace que


estas heridas sangren abundantemente.

116
Primeros auxilios

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Detener la hemorragia (ver página 88).

• Aplicar frío local encima de la lesión. Si utiliza hielo, que sea


protegido. Si no hay hielo a su alcance, utilice una bolsa de
frío químico.

• Deberemos también valorar otras lesiones más profundas.

¿Qué no debemos hacer?

• Dejar el hielo mucho tiempo. Nunca deje el hielo más de 20


minutos seguidos.

• Aplicar frío directamente, sin protección, encima de la le-


sión.

• Dar medicación sin indicación médica.

Traumatismos que afectan a la cabeza (traumatismos


craneales)

Todas las lesiones craneales pueden ser graves y necesitan una


valoración adecuada, ya que pueden derivar en una alteración
de la conciencia.

Un traumatismo craneal puede producir conmoción cerebral,


que es una pérdida breve de conciencia seguida de una recu-
peración total.

Algunas pueden producir afectaciones cerebrales que derivan


en lesiones importantes y mortales. De ahí la importancia de sa-
ber reconocer los signos y síntomas de alerta en traumatismos
craneales.

117
Primeros Auxilios en bebés y niños

Signos y síntomas de alerta

• Alteración de la conciencia o cambios de conducta, que pue-


den ser incluso transitorios.

• Pérdida de memoria de los hechos anteriores y/o posteriores


al accidente.

• Vómitos repetidos, y que se prolongan en el tiempo.

• Dolor de cabeza intenso si se trata de niños, o llanto e irrita-


bilidad en los lactantes.

Signos y síntomas que nos indicarán gravedad

• Una pérdida de consciencia o el empeoramiento de los sig-


nos anteriores o su persistencia.

• Alteración de las pupilas:

• Dilatación del tamaño de las pupilas.

• Alteración de la simetría de las pupilas, teniendo cada una de


ellas una medida diferente.

118
Primeros auxilios

• Ausencia de reflejo pupilar (no reaccionan a la intensidad de


la luz).

• Hemorragia por los orificios naturales de la cara (nariz,


oído).

• Aparición de hematomas alrededor de los ojos o tras las


orejas.

• Deformidad evidente de los huesos del cráneo o la presencia


de hematomas blandos en la cabeza de los lactantes.

• Alteración de la respiración (respiración lenta con breves pa-


radas).

• Convulsiones.

Estos signos pueden aparecer inmediatamente, o cuando ya


ha transcurrido algún tiempo desde que tuvo lugar el trauma-
tismo.

Por este motivo, es muy importante que los niños o lactantes


que han sufrido, o se sospecha que hayan sufrido, un traumatis-
mo craneal, sean valorados por un facultativo.

119
Primeros Auxilios en bebés y niños

Actuación

¿Qué debemos hacer?

Ante un traumatismo con signos de alerta, contusión craneal im-


portante o fractura, la actuación de la persona que presta los
primeros auxilios se basa en:

• Activar de forma inmediata la cadena de socorro. Llame al


112.

• Tranquilizar a los niños y familiares e intentar convencerlos de


que no se muevan. Recordar que la ayuda está en camino.

• Evitar el movimiento de la víctima; procurando que ni se


mueva ni la muevan, protegiendo la columna cervical, si
es posible.

• Cuidado con los lactantes y niños pequeños: aunque pesen


poco y crea que puede manipularlos fácilmente, vigile, ya
que puede agravar más las lesiones.

• Vigilar el estado de conciencia y el triángulo de evaluación


pediátrico.

• Si es necesario, inicie las maniobras de reanimación cardio-


rrespiratoria, coloque a la víctima boca arriba, impidiendo en
lo posible los desplazamientos del cuello y la cabeza, y siga
la secuencia habitual.

¿Qué no debemos hacer?

• Sujetar cabeza y cuello de la víctima contra su voluntad (si la


víctima está nerviosa o agitada, o intenta luchar defensiva-
mente con nosotros).

• Mover a la víctima innecesariamente.

120
Primeros auxilios

• Dar de beber a la víctima.

• Dejar marchar a la víctima. Recuerde que al ser menor de


edad debe estar bajo tutela de sus padres o de un mayor de
edad que se haga responsable.

Traumatismos en la cara

Estas lesiones pueden tener importancia tanto si implican lesio-


nes en ojos, boca y nariz como por su implicación en la función
respiratoria y en los órganos sensoriales.

Lo común son contusiones frontonasales o bucales, que ocasio-


nan heridas en labios, lengua, frenillo lingual o en algún alveolo
dentario o diente, ya sea temporal (de leche) o definitivo.

Algunos accidentes afectan al paladar y la boca del niño, por


ejemplo al enclavarse objetos que estaban chupeteando al caer,
como palos de golosinas o lápices. Estas lesiones siempre re-
querirán acudir a un servicio sanitario.

Pero, en contusiones importantes y con independencia de la


existencia de heridas más o menos graves, podemos encontrar-
nos con:

• Una fractura de los huesos de la nariz, con hemorragia nasal.

• Una fractura o fisuras de la mandíbula con pérdida de piezas


dentales, lo que requerirá mayor atención.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

En los casos anteriormente mencionados hay que activar el tras-


lado a un centro sanitario. Llame al 112, teniendo en cuenta lo
siguiente:

121
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Controle la conciencia.

• Controle en todo momento la apariencia del lactante, el as-


pecto de la piel y la respiración.

• Controle las hemorragias, realice compresiones con apósitos


o un pañuelo limpio (ver página 88).

• Vigile que no haya piezas dentarias sueltas en el interior de


la boca (guarde las piezas dentales, póngalas en solución
salina, leche entera o incluso clara de huevo, puede haber
posibilidad de reimplante).

• Aplique frío local (hielo envuelto con un pañuelo, frío sintético…).

¿Qué no debemos hacer?

• Palpar enérgicamente la cara.

• Dejar el frío local mucho tiempo. Nunca debemos dejarlo du-


rante más de 20 minutos seguidos.

• Aplicar el frío directamente, sin protección, encima de la le-


sión.

Traumatismos en la columna

La columna vertebral como conjunto de huesos no presenta un


riesgo por la fractura en sí misma, sino por la posible lesión que
pueda producirse en la médula espinal.

Causas

Las causas suelen ser muy diversas. Las más frecuentes son:

• Caída sobre los pies o glúteos desde una cierta altura; caída
desde altura igual o superior a la talla.

122
Primeros auxilios

• Golpes violentos sobre la columna (caída sobre la espalda,


accidente en un parque infantil, etc.).

• Movimientos violentos y forzados de la columna (determina-


dos juegos, manipulación enérgica…).

• Golpes directos en la cabeza.

No hay que olvidar que la mala manipulación de un lactante o


niños pequeños, tras haber sufrido un accidente (tráfico, caída,
etc.), puede agravar o incluso desencadenar una lesión de co-
lumna-médula. Es común coger inadecuadamente a los lactan-
tes y moverlos sólo porque es más fácil, pesan menos, PERO,
como ya hemos dicho, puede ser una TRAMPA LETAL.

Signos y síntomas

• Dolor, no siempre muy intenso, localizado en el punto de la


lesión, a veces irradiado, o siguiendo el trayecto del nervio
que se vea afectado.

• Rigidez muscular (contractura).

• Posibilidad de pérdida de la movilidad y/o de la sensibilidad


de las extremidades, sobre todo de las inferiores.

• Alteración en la apariencia, sobre todo irritabilidad en lactan-


tes, trabajo respiratorio y aspecto de la piel.

• Incontinencia de esfínteres.

• Puede haber dificultad respiratoria, debido a que no funcio-


nan los músculos torácicos, realizándose la respiración me-
diante la musculatura abdominal (diafragma).

• En los varones, incluso en niños pequeños, erección intensa


mantenida y dolorosa (priapismo).

123
Primeros Auxilios en bebés y niños

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Sospechar de un mecanismo de lesión que presuponga un


impacto violento con el cuerpo (caída de altura igual o supe-
rior a la talla, accidente de tráfico…).

• Evitar el movimiento. Una técnica de sujeción de la cabeza


bimanual es adecuada, una mano en cada lado de la cabeza
y cara evitando movimientos de flexión y laterales del cuello.
Si está consciente, indicarle que NO se mueva.

• Activar la cadena de socorro. Llame al 112.

• Abrigar a la víctima para evitar pérdida de calor.

• Controlar respiración y conciencia.

• Controlar en todo momento la apariencia del lactante, el as-


pecto de la piel y la respiración.

• En caso de que sea necesario, colocarlo estirado boca arriba


sobre una superficie dura y estable para practicar maniobras
de Soporte Vital Básico.

• Se debe proteger el eje cabeza-cuello-tronco, y mantenerlo


alineado. Evite desplazamientos del cuello o la cabeza.

¿Qué no debemos hacer?

• Mover a la víctima, lo cual incluye sacar a los heridos del in-


terior de los vehículos, si no es por causa mayor (peligro de
explosión, incendio, parada cardiorrespiratoria…).

• Dar líquidos.

124
Primeros auxilios

• Trasladar nosotros mismos al accidentado, incluso si se dis-


pone de collarín cervical, la aplicación rutinaria de un collarín
cervical por quien proporciona primeros auxilios ya no se re-
comienda salvo si se tiene una formación adecuada, por el
riesgo de empeorar la situación.

Urgencias y traumatismos oculares

Generalidades

Hemos de tener en cuenta que a pesar de poder realizar algunas


técnicas de primeros auxilios en las urgencias y traumatismos
oculares, en este tipo de lesiones será necesario consultar con
personal sanitario o un oftalmólogo, no obstante una buena ac-
tuación por parte de la primera persona que atiende al paciente
puede evitar lesiones mayores y a menudo determinará el grado
de daño en la estructura ocular y en su función e impedirá lesio-
nes más graves como la pérdida visual.

Serán signos y síntomas comunes, el dolor, la sensación de


cuerpo extraño, alteraciones visuales o la fotofobia, es decir
molestias con la luz.

Hay que evitar la manipulación innecesaria del ojo.

125
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Nunca deberíamos intentar entreabrir el párpado ver el ojo si


no es de forma voluntaria.

• Si no se puede ver bien el ojo, se puede colocar un ele-


mento que realice una función de escudo protector, pero no
directamente sobre el globo ocular, el escudo debe apoyar-
se en los huesos faciales por fuera del borde orbitario, sin
presión sobre el globo ocular ni sobre los contenidos
orbitarios.

• NO hemos de colocar apósitos directamente apoyados so-


bre el ojo, no debemos aplicar presión y se ha de facilitar la
realización precoz de visita del paciente a un centro apro-
piado.

• En casos de contusión o de sospecha de perforación, he-


mos de vigilar con realizar presión involuntaria con nuestros
dedos sobre las estructuras oculares ya que podríamos em-
peorar la lesión.

En caso de haber recibido una salpicadura química ocular es


esencial realizar la irrigación con solución salina o agua al me-
nos 30 minutos. Lo más importante es instigar gran cantidad de
volumen de líquido.

Lesiones en los párpados

Podemos tener, contusiones, laceraciones, etc…Estas lesiones


suelen ir asociadas a considerable hinchazón de los párpados
con hematomas, normalmente se resuelven con pocas secue-
las, pero pueden asociarse a lesiones de huesos faciales y de
la órbita e incluso puede haber riesgo de perforación del globo
ocular.

Actuaremos de la misma forma, manipulando lo menos posible y


protegiendo el globo con sistema de escudo, facilitando lo antes
posible la visita a un sanitario o especialista.

126
Primeros auxilios

RECUERDE

Alertar al 112

Que, como en todas las lesiones óseas, los síntomas pueden aparecer más tarde,
y un mal criterio de actuación puede producir una lesión mucho más
importante.

La lesión ósea presentará inflamación y edema, que pueden afectar al interior del
canal medular, originando una lesión de la médula.

Ante la duda o sospecha, considerar siempre lesión.

Evite el movimiento innecesario.

Si es necesario inicie el RCP.

Intoxicaciones
Los lactantes y niños pequeños, por su curiosidad y por las fa-
ses de su desarrollo psicomotor, están expuestos a colocarse
en la boca multitud de objetos, líquidos, medicamentos y pro-
ductos domésticos de todo tipo. Si añadimos a eso las pocas
medidas de prevención que, a pesar de los avisos, se tienen
en cuenta en los domicilios y lugares públicos y, además, su-
mamos lo llamativo de la presentación (colores, envases, plás-
ticos…) de muchos productos nocivos para la salud, obtene-
mos uno de los mayores riesgos de accidente a los que están
sometidos.

127
Primeros Auxilios en bebés y niños

Los síntomas variarán en función del producto, la cantidad inge-


rida, el tiempo transcurrido, la edad y peso, etc.

En el caso de los niños, la principal actuación relativa a las in-


toxicaciones se basa en la prevención (que no tengan acceso fá-
cil a productos de limpieza, guardar las medicinas en el botiquín
y fuera de su alcance…).

Concepto de tóxico y tipo de intoxicaciones

Llamamos “tóxico” a cualquier sustancia que, una vez introduci-


da en el organismo, es capaz de lesionarlo, ya sea a largo plazo,
o bien de manera inmediata.

Las intoxicaciones pueden tener efectos a largo plazo (crónicas)


o pueden provocar signos y síntomas de forma inmediata (agu-
das), éstas últimas las más frecuentes en pediatría.

Pero también existen otros factores que tienen un papel muy


importante en la evolución de la intoxicación:

• Edad.

• Enfermedades previas.

128
Primeros auxilios

• Combinación del tóxico con otros elementos. Si se han inge-


rido determinadas medicinas antes de la intoxicación o si se
ha ingerido más de un tóxico, la intoxicación puede ser más
grave.

Vías de penetración de los tóxicos

Vía digestiva

Algunos de los principales tóxicos que penetran en el cuerpo por


vía digestiva son:

• Medicamentos.

– Venenos (insecticidas, raticidas).

– Algunos alimentos como setas, plantas…

– Productos de limpieza de uso doméstico.

Vía respiratoria

De esta manera penetran en el organismo, por ejemplo:

• Humos.

• Gases.

• Aerosoles.

• Vapores.

Vía cutánea o mucosa

Es mucho más frecuente en los ambientes laborales que en el


hogar. Se da por contacto con la piel, las mucosas externas, la
conjuntiva, etc. Por ejemplo:

129
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Insecticidas.

• Desengrasadores industriales, productos químicos.

• Picaduras de animales.

Signos y síntomas

Dependerán básicamente del tipo de tóxico, influyendo la canti-


dad, la vía de entrada, el tiempo de exposición, etc.

En general podremos encontrar una serie de signos propios del


tóxico y otros inespecíficos:

• Dolor o molestias abdominales. Vómitos, náuseas y diarreas


(pueden ser de aparición tardía).

• Aumento de temperatura corporal.

• Afectación del estado general.

• Erupción cutánea.

• Sudoración importante.

130
Primeros auxilios

• Alteración de la conciencia.

• Visión nublada.

• Convulsiones.

Actuación general ante un intoxicado

¿Qué debemos hacer?

• Protegernos para evitar la autointoxicación. Por ejemplo, uti-


lizar guantes en caso de tratar con tóxicos por contacto (in-
secticidas, venenos…).

• Eliminar el riesgo o alejar al niño de dicho riesgo. Por ejem-


plo, quitarle la ropa o, en caso de contaminación ocular u
otra parte del cuerpo, irrigar abundantemente con agua co-
rriente.

• Controlar en todo momento la apariencia del lactante o niño,


la respiración y el aspecto de la piel.

• Asegurar la permeabilidad de la vía aérea.

• Identificar el tóxico, la cantidad y el tiempo que ha pasado


desde la exposición al mismo (siempre que sea posible).

• Recoger, si es posible, una muestra del tóxico.

• Airear la estancia en caso de disolventes o hidrocarburos.

• Estar preparado para iniciar la RCP.

• Llamar al 112 o excepcionalmente al teléfono de toxicología


(915620420) para obtener información y/o alertar a los servi-
cios de emergencias.

131
Primeros Auxilios en bebés y niños

¿Qué no debemos hacer?

• Administrar remedios caseros para “diluir o desactivar el tó-


xico” (leche, clara de huevo…) sin previo consejo médico.

• Provocar el vómito, si no nos lo han recomendado.

Intoxicación por consumo de alcohol

El alcohol es, sin duda, la droga que más muertes ocasiona en


un año.

A las defunciones derivadas de los trastornos y las enfermeda-


des que produce, añadiremos que el alcohol es el responsable
del 30% al 50% de los accidentes mortales, básicamente de trá-
fico. De hecho, el alcohol constituye la primera causa de morta-
lidad de los jóvenes de entre 17 y 24 años. De los 12 a 14 años,
más de un tercio de los adolescentes reconocen el consumo de
alcohol al menos una vez al mes. En niños menores ocurre por
falta de prevención (bebidas alcohólicas al alcance de los niños,
falta de control, costumbres populares (pan con vino y azúcar…).

Intoxicación aguda por ingesta de alcohol

Se conoce popularmente como borrachera, y podemos encon-


trar signos y síntomas claros o bien en ocasiones muy variados
por las diferentes mezclas de sustancias (alcohol y otras drogas
de abuso).

Signos y síntomas

• Euforia (desinhibición producida por su efecto depresor so-


bre el sistema nervioso central, que disminuye el nivel de
consciencia y de autocontrol).

• Cambios bruscos de humor.

132
Primeros auxilios

• Dificultad de concentración, coordinación, y pronunciación.

• Agitación y trastornos del equilibrio.

• Confusión.

• Descoordinación psicomotriz (dificultad para realizar movi-


mientos con precisión).

• Alteraciones de la marcha (incapacidad de andar en línea


recta).

• Tendencia a la hipotermia y a la disminución de los niveles de


azúcar en la sangre.

Actuación

Los efectos inicialmente desinhibidores hacen que los adoles-


centes tengan mucha menos percepción del riesgo, lo que, junto
con la disminución de los reflejos y la descoordinación psicomo-
triz, puede dar lugar a accidentes de todo tipo. La combinación
del consumo de alcohol con drogas estimulantes puede generar
conductas violentas.

¿Qué debemos hacer?

• Buscar ayuda sanitaria.

• Proporcionar al adolescente un espacio físico seguro y libre


de peligros.

• Control de constantes vitales (consciencia y respiración).

• Controlar y asegurar la vía aérea (posición lateral de segu-


ridad en prevención del vómito, si se produce descenso del
nivel de conciencia).

133
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Evitar pérdida de calor corporal. Abrigarlo.

• Si está consciente y no tiene nauseas puede darle bebidas


azucaradas.

• Quedarse a su lado y efectuar revalorizaciones periódicas.


Preguntar si ha tomado otras sustancias.

• Activar al 112, si el estado del adolescente se deteriora.

¿Qué no debemos hacer?

• Dejarlo solo.

• Permitir que continúe con la ingesta de bebidas alcohóli-


cas.

Es totalmente falso que

• Un café reduce los efectos del alcohol.

• Una ducha mejora los reflejos.

• Beber agua disminuye los efectos del alcohol.

134
Primeros auxilios

• Emitir gran cantidad de orina, elimina el alcohol.

• El vómito elimina el alcohol de la sangre.

• Se puede beber más alcohol si se come mucho.

Todas estas acciones dan sensación de mejora momentánea,


pero no eliminan el alcohol de la sangre.

Si la alcoholemia pasa de determinada concentración sanguí-


nea, que será variable en función de la edad, el peso, el sexo,
etc., la persona puede entrar en coma y puede morir por parada
respiratoria.

135
Urgencias
pediátricas
frecuentes
Urgencias pediátricas
frecuentes
Ya desde los primeros meses de la vida los lactantes están so-
metidos a la acción de múltiples microorganismos. En un primer
momento, el efecto protector de las defensas procedentes de
la madre, por la placenta durante el embarazo y por la lactan-
cia posteriormente, evita gran número de enfermedades, pero a
partir de los 4-6 meses, la presencia de infecciones será mayor,
y aún más si consideramos la escolarización precoz, en guarde-
rías y escuelas.

La mayoría de procesos son de vías respiratorias (no en vano se


les llama mocosos), y digestivos, habitualmente benignos y au-
tolimitados, pero ocasionalmente se presentan situaciones más
graves o diferentes que requerirán nuestra atención.

Situaciones de dificultad respiratoria


Los procesos respiratorios infecciosos en los lactantes y niños
son muy frecuentes. La mayoría de ellos, de tipo viral (catarros,
rinitis, bronquitis…), suelen ser de curso banal y se resuelven
en pocos días, pero también nos podemos encontrar con situa-
ciones que podrán generar dificultad para realizar una respira-
ción normal o adecuada, que se manifestarán con los signos
ya comentados de aumento del trabajo respiratorio (costillas
marcadas, aleteo, ruidos…). En estos casos, siempre se deberá
consultar al pediatra.

No obstante, hay algunas patologías que merecen mención


aparte.

139
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Laringitis aguda o inflamación repentina de la glotis (edema


de glotis, crup laríngeo, estridor laríngeo).

• Infección severa de la zona supraglótica o epiglotitis.

• Bronquitis.

• Cuerpo extraño. (Ver pág. 78).

Todas ellas requieren valoración por un facultativo. Llame al 112.

Laringitis aguda (también llamada crup)

Es una inflamación de la zona laríngea, donde se encuentran las


cuerdas vocales. Habitualmente, es de origen infeccioso, viral,
pero puede deberse también a procesos alérgicos. Y se presen-
ta en el periodo de lactante y primera infancia.

• Se inicia de una manera repentina y predominantemente por


las noches o después de la siesta.

• Puede haber un cuadro previo de catarro de las vías altas


con mucosidades.

• Se observa dificultad respiratoria con ronquera, voz afónica,


tos estridente (perruna), ansiedad y, a veces, fiebre, en ge-
neral poco alta.

• En pocos casos se darán complicaciones graves, caracteriza-


das por signos de dificultad respiratoria como los siguientes:

• Aleteo nasal. Las aletas nasales se abren en cada respira-


ción buscando el aire que les hace falta.

• Esfuerzos evidentes para respirar (respiración profunda,


marcándose las costillas).

140
Urgencias pediátricas frecuentes

• Respiración rápida.

• Color pálido o azulado de la piel (cianosis).

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Mantener la calma, y tranquilizar al niño, ya que el inicio re-


pentino del proceso crea angustia generalizada.

• El tratamiento consistirá, en el primer momento, en hacer


respirar aire frío al lactante o niño: abriendo las ventanas de
la calle, saliendo al balcón o, según algunos autores, abrien-
do la puerta del frigorífico durante 5-8 minutos. (No obstante,
el niño debe estar abrigado…).

• Posteriormente, puede ser beneficioso humedecer el am-


biente, evitando calor excesivo.

• Procurar mantenerlo erguido para facilitar la respiración.

• Alertar al 112 o acudir al centro de salud, si está cerca.

141
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Pero siempre tendrá que ser visitado por un médico y empe-


zar un tratamiento.

• Controle en todo momento la apariencia, el aspecto de la piel


y la respiración del bebé o niño.

¿Qué no debemos hacer?

• Prepararle vahos o inhalaciones (eucaliptos…) muy calien-


tes.

• Desabrigar al niño, exponerlo al frío.

• Darle medicación por nuestra cuenta.

Epiglotis aguda

Es una infección producida por una bacteria que afecta a la epi-


glotis, zona de entrada de la vía respiratoria. Afecta a lactantes y
niños (de meses hasta los 5 o 6 años de edad). Es una auténtica
emergencia médica, ya que puede causar la muerte del niño.

Signos y síntomas

• Sensación de grave enfermedad.

• Fiebre elevada.

• Dificultad para tragar y salivación abundante.

• Voz apagada y poca tos.

• Ruidos al respirar (al inspirar, entrar aire).

• Signos de dificultad respiratoria severa: aleteo nasal. Las


aletas nasales se abren en cada respiración buscando el aire
que les hace falta.

142
Urgencias pediátricas frecuentes

• Palidez cutánea, primero, y coloración azulada, posterior-


mente (cianosis).

• Afectación progresiva del estado de la conciencia.

Tiene un curso fulminante. El aspecto general del niño nos indica


su malestar, con una gran angustia y que no tolera ninguna posi-
ción que no sea sentado, a veces con la cabeza con ligera flexión.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Alertar al 112 o trasladar al enfermo de manera urgente a un


centro sanitario.

• Nos aseguraremos de que haya apertura de la vía respirato-


ria y limpiaremos, sin forzar ni manipular, la cavidad bucal de
secreciones.

• Tratar la fiebre (ver página 153).

• Siempre dejaremos al niño sentado, lo que le permitirá res-


pirar.

• Controle en todo momento la apariencia, el aspecto de la piel


y la respiración del lactante o niño.

¿Qué no debemos hacer?

• Darle antibióticos por nuestra cuenta.

• Abrigar en exceso al niño.

• Forzar o manipular la cavidad bucal.

• Darle bebidas calientes.

143
Primeros Auxilios en bebés y niños

Bronquitis

Las bronquitis, bronquiolitis en lactantes, o lo que se conoce


como asma, son inflamaciones de los bronquios, habitualmente
de origen viral o alérgico, que pueden aparecer desde los pri-
meros meses. Se trata de las enfermedades respiratorias más
frecuentes de los niños.

Signos y síntomas

• Tos, ruidos respiratorios como pitos.

• Angustia.

• Dificultad respiratoria, con aleteo nasal y utilización de la


musculatura accesoria del tórax (se marcan los músculos y
las costillas).

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Tranquilizar al niño y a nosotros mismos.

• Facilitar la respiración, aflojando ropa y posicionando al niño


sentado o semisentado.

• Si dispone de medicación prescrita por su pediatra para si-


tuaciones de crisis, adminístrela. Se ha demostrado que la
administración de un broncodilatador en el asma reduce el
tiempo de resolución de los síntomas en niños y reduce el
tiempo para la sensación de mejora. Se debe ayudar a los
individuos con asma que tienen dificultades para respirar, a
administrarse su broncodilatador, si está pautado médica-
mente..

• Controle la apariencia y evolución del cuadro.

144
Urgencias pediátricas frecuentes

• Llame al 112 según la evolución del cuadro o si lo cree ne-


cesario.

¿Qué no debemos hacer?

• Tenerlo estirado.

• Exponerlo a corrientes de aire.

• Crear un ambiente tenso. El nerviosismo o el miedo aumen-


tarán la frecuencia respiratoria y la sensación de ahogo.

• Dar medicación no pautada (por nuestra cuenta).

Deshidratación
Deshidratación aguda

La deshidratación es la pérdida de agua del organismo. El lac-


tante y el niño pequeño, por sus características físicas, pueden
perder agua con más rapidez.

145
Primeros Auxilios en bebés y niños

Las causas principales son las siguientes

• Gastroenteritis aguda. Es un problema del aparato digestivo,


debido a una intoxicación alimentaria o a una infección vírica
o bacteriana que se caracteriza por náuseas, vómitos, dia-
rreas, dolores abdominales y ocasionalmente fiebre.

• En los lactantes pequeños, podemos observar cuadros de


deshidratación relacionados con problemas digestivos o pro-
blemas de mala absorción alimentaria.

• Mala preparación de los biberones por no seguir las indicacio-


nes tanto higiénicas como de dosis pautadas por el puericultor.

• Niños expuestos a temperaturas ambientales muy altas o al


efecto del sol.

• Trastornos médicos específicos (problemas renales, hormo-


nales y metabólicos).

Síntomas y signos

Será importante observar los signos de deshidratación:

• Niño o lactante irritable en el primer momento; a medida que


pasa el tiempo está más decaído y somnoliento. Con aspec-
to de enfermedad.

• Signo del pliegue: la piel, al pellizcarla, mantiene el pliegue,


no se estira, no vuelve a la posición inicial. La zona ideal
para hacer esta prueba es el abdomen.

• Las mucosas, la lengua y los labios estarán secos o muy


pastosos.

• En casos graves, los glóbulos oculares estarán hundidos, y


el niño, muy ojeroso.

146
Urgencias pediátricas frecuentes

• Ocasionalmente, fiebre.

• Poca emisión de orina, en caso de lactantes pañales reitera-


damente secos de orina.

Son signos de mucha gravedad

• Inconsciente y con clara alteración del triángulo de evalua-


ción pediátrico (apariencia, trabajo respiratorio y aspecto de
la piel).

• Shock debido a la pérdida de líquidos. (Ver página 149).

• Falta de emisión de orina.

• Ojos abiertos con córneas secas.

• Fiebre superior a 40º C.

• Convulsiones.

147
Primeros Auxilios en bebés y niños

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Lo más importante es saber reconocer la situación de gra-


vedad y el cuadro de deshidratación, para activar el 112 y
realizar un traslado lo más urgente posible.

• Sólo si el niño está consciente, podemos intentar una hidra-


tación oral con líquidos que contengan agua, sales minerales
(de sodio, bicarbonatos, de potasio) y glucosa. Actualmente,
se comercializan diferentes productos que reúnen estas ca-
racterísticas. Lo más importante es saber reconocer el cua-
dro de deshidratación.

• Si no está consciente, alerte al 112. No administre líquidos


por vía oral, mantenga la vía aérea abierta, controle la tem-
peratura y observe el color de la piel.

• Si es posible, cuantifique la orina y las defecaciones.

• Coloque al niño tumbado boca arriba o en posición lateral.


Controle en todo momento la apariencia del lactante o niño,
el aspecto de la piel y la respiración.

• Alerte al 112.

• Procurar mantener, en los casos graves, los párpados cerrados.

• Colocar al niño en PLS.

• Mantener la vía aérea abierta y controlar el estado de con-


ciencia, la temperatura y el color de la piel, y actuar en con-
secuencia.

Sea cual sea el grado de deshidratación, todos los casos han de


ser valorados por un facultativo.

148
Urgencias pediátricas frecuentes

¿Qué no debemos hacer?

• Mantener al niño expuesto a focos de calor (sol, estufas…).

• Darle cantidades grandes de líquidos de una vez, porque


facilita el vómito. (Es mejor darle pequeñas cantidades de
forma más seguida).

• Darle medicamentos por nuestra cuenta.

Sea cual sea el grado de deshidratación, en todos los casos los


niños deben ser visitados por un facultativo y, mejor aún, trata-
dos en un centro sanitario.

Shock en el niño
La causa del shock en el niño es, principalmente, la hemorragia
de origen traumático, si bien el shock puede acompañar también
otras situaciones, las deshidrataciones fundamentalmente en
lactantes, y quemaduras importantes.

Ya habíamos comentado que la situación de shock es una situa-


ción progresiva y dinámica, que lo que intenta es compensar la
situación, pero que a la vez es extremadamente grave.

149
Primeros Auxilios en bebés y niños

Signos y síntomas

En los primeros momentos aparecen

• Palidez.

• Sudor frío.

• Piernas pálidas y frías.

• Pulso acelerado acompañado de respiración superficial y


acelerada.

A medida que el shock se confirma aparecen

• Sed.

• Poca o nula emisión de orina.

• Lentitud de los latidos del corazón, que puede llevar a un


paro cardiaco inminente.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Valorar conciencia y respiración.

• Aplicar triangulo de evaluación pediátrico.

• Asegurar la apertura de las vías aéreas.

• Alertar al 112.

• Controlar la hemorragia (ver página 88), las quemaduras (ver


página 97).

150
Urgencias pediátricas frecuentes

• En caso de pérdida de líquidos por causa digestiva, diarreas,


sólo si el niño está consciente, podemos intentar una hidrata-
ción oral con líquidos que contengan agua, sales minerales y
glucosa. Actualmente, se comercializan diferentes productos
que reúnen estas características.

• Colocar al niño tumbado boca arriba sobre una superficie


dura y estable, si es posible con las piernas elevadas.

• Prepárese para realizar una RCP.

Enfriamiento (hipotermia)
Los sistemas de regulación de la temperatura en el lactante y ni-
ños pequeños no están aún lo suficientemente desarrollados; es
por eso que el lactante puede desarrollar una hipotermia (tempe-
ratura corporal inferior a 35ºC) en un ambiente frío.

La hipotermia es más grave cuanto más pequeño es el lactante,


y en el periodo neonatal puede provocar situaciones incluso de
compromiso vital.

Signos y síntomas

• Piel fría al tacto, y, aunque puede tener aspecto/coloración


normal, es común en lactantes una piel pálida de fondo re-
ticular, que demuestra poca perfusión sanguínea de la piel.

• Niño poco activo, inusualmente tranquilo.

• Temblores.

• Respiración lenta y poco profunda.

• Falta de apetito, no querrá comer.

151
Primeros Auxilios en bebés y niños

Actuación

Debemos calentarlo poco a poco y evitar la pérdida de calor.

¿Qué debemos hacer?

• Retire prendas mojadas y cambie pañales.

• Cubra la cabeza con un gorrito para evitar pérdida de calor.

• Envuélvalo en una manta.

• Caliente el habitáculo.

• Si el estado de conciencia es bueno, dele bebidas calientes.

• Controle en todo momento la apariencia del lactante, el as-


pecto de la piel y la respiración.

¿Qué no debemos hacer?

• Bañarlo con agua caliente (atención a los cambios bruscos


de temperatura).

• Darle friegas enérgicas.

152
Urgencias pediátricas frecuentes

• Tenerlo expuesto a corrientes de aire y humedad ambiental.

Fiebre (hipertermia)
Se considera fiebre la temperatura corporal superior a los 38º.
Por sí misma no constituye ninguna enfermedad, sólo refleja una
reacción del organismo ante infecciones o inflamaciones.

Generalmente, está causada por enfermedades infecciosas be-


nignas y raramente será causa de complicaciones, sobre todo
en fiebre moderada.

Pero también podremos encontrar aumento de temperatura cor-


poral por situaciones que sometan a los niños a altas temperatu-
ras, calor ambiental, exposición solar, ejercicio desmesurado…

Ante la sospecha de fiebre en el niño

• Asegúrese de que toma la temperatura de forma correcta.

• Si está preocupado por el estado del niño, acuda a su centro


de salud o pediatra.

• No se angustie; intente controlar la temperatura con los me-


dicamentos habituales (recomendados por su pediatra) o por
métodos físicos.

• Fiebre no es igual a gravedad.

¿Cómo comprobar la temperatura corporal?

Para obtener una lectura adecuada de la temperatura corporal,


debemos utilizar un termómetro. Actualmente no deben utilizar-
se los de mercurio.

153
Primeros Auxilios en bebés y niños

Asegúrese de que sabe cómo manipular el tipo concreto de ter-


mómetro que vaya a utilizar.

Signos de fiebre

• Temperatura corporal alta.

• Temblores o tiritona ocasional.

• Rubor facial (mejillas coloradas) y sudor.

• A veces, extremidades frías y pálidas.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Controle en todo momento la apariencia del niño, el aspecto


de la piel y la respiración.

• Mantenga al niño fresco y cómodo, poco abrigado.

• Dele bebidas frescas y ligeras con tal de reponer los líquidos


perdidos por el sudor.

154
Urgencias pediátricas frecuentes

• Refresque al niño con agua tibia por medio de compresas o


en la bañera, si mantiene un buen estado de conciencia.

• Siga la pauta de medicación (antitérmicos) recomendada por


su pediatra.

• Reevalúe la situación y, si está preocupado por el estado del


niño, acuda a su centro de salud o pediatra.

• Sería conveniente acudir a un centro de salud o llamar al 112


en los siguientes casos:

– Temperatura superior a 40ºC.

– Lactantes menores de 3 meses.

– Presencia de espasmos, rigidez o convulsiones.

– Alteración del triángulo de evaluación pediátrico.

– Aparición de erupciones o manchas.

¿Qué no debemos hacer?

• Abrigar y tapar al niño “para que sude”.

155
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Darle bebidas calientes.

• Bañarlo en agua fría.

• Darle antibióticos u otro tipo de medicación no prescrita por


el pediatra.

Convulsiones febriles
Es una de las causas más frecuentes de urgencias en los lactan-
tes y niños. Generalmente, suelen ser consecuencia de un au-
mento de la temperatura corporal (fiebre) rápido, aunque puede
deberse a fiebre alta mantenida.

Las convulsiones febriles afectan a los lactantes y niños norma-


les entre seis meses y seis años en un porcentaje de un 2 a un
5 %, aunque la mayor incidencia se da entre uno y dos años.
Así pues, es un proceso habitual en pediatría que no debemos
asociar por norma a enfermedades graves.

Signos y síntomas

• Pérdida de conciencia y desconexión del medio.

• Las convulsiones febriles son crisis que afectan a todo el


cuerpo. Suelen ser de contracción–relajación, pero tam-
bién podemos encontrarlas en un cuerpo flácido o sólo
rígido.

• Suelen ir acompañadas por la desviación de la mirada, fija


hacia un lado.

• Las convulsiones suelen durar entre 1 y 10 minutos y no sue-


len superar los 15 minutos, aunque pueden repetirse.

156
Urgencias pediátricas frecuentes

• Posteriormente el bebé o niño se queda somnoliento durante


un tiempo.

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Es necesario tranquilizarse, ya que, como hemos dicho an-


tes, se trata de un proceso habitualmente benigno.

• Asegurar la apertura de la vía aérea. Recordemos que el niño


tendrá mucosidad abundante y que, junto con la contracción
continuada de la musculatura, tendrá dificultades al respirar.

• Evitar que el niño se dé golpes y pueda autolesionarse.

• Una vez cede la crisis procurar bajarle la fiebre Para ello, le


quitaremos la ropa y refrescaremos el ambiente.

• Colocar al niño acostado de lado, después de la crisis.

• Siempre tiene que ser visto por un pediatra.

• Controle en todo momento la apariencia del niño, el aspecto


de la piel y la respiración.

¿Qué no debemos hacer?

• Bañarlo directamente en agua fría, puede empeorar la situación.

• Poner los dedos en su boca “para que no se trague la lengua”.

• Poner objetos en su boca “para que no se muerda la lengua”.

• Sujetarlo fuertemente para evitar que se mueva.

• Trasladarlo durante la crisis.

157
Primeros Auxilios en bebés y niños

Alteraciones de la consciencia
y convulsiones no relacionadas con fiebre
Los cuadros de alteración el estado de consciencia en los lac-
tantes y niños (somnolencia, obnubilación y coma) en las que la
respuesta a estímulos externos está disminuida, pueden ocurrir
en pediatría por diversas causas intoxicaciones ( medicamen-
tos, drogas, plantas…) traumatismos, lesiones o infecciones con
afectación general, como l el shock o la sepsis, enfermedades
neurológicas o metabólicas , destacando las bajadas de azúcar
(hipoglicemia ) sea en niños diabéticos o no.

Ante una alteración de consciencia en un lactante o un niño,


debemos:

• Avisar a 112.

• Intentar averiguar la causa.

• Proteger la vía aérea y controlar el triángulo de evaluación.

• En caso de alteración de consciencia en pacientes pediátri-


cos con diabetes, si el estado de consciencia lo permite sería

158
Urgencias pediátricas frecuentes

recomendable admninistrar azúcar oralmente de alguna for-


ma. En caso de inconsciencia no debe realizarse.

Convulsiones
Las convulsiones no relacionadas son poco frecuentes en pedia-
tría y pueden obedecer a las mismas causas comentadas, apa-
reciendo tras una alteración progresiva de la consciencia o bien
directamente.

Actuación ante convulsiones

¿Qué debemos hacer?

• Asegurar la apertura de la vía aérea. Recordemos que el


niño suele tener mucosidad abundante y que, junto con la
contracción continuada de la musculatura, tendrá dificulta-
des al respirar.

• Evitar que el niño se dé golpes y pueda autolesionarse.

• Intente mantener la calma, procure actuar ordenadamente y


activar el sistema de emergencias.

159
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Colocar al niño acostado de lado, después de la crisis.

• Siempre tiene que ser visto por un pediatra.

• Controle en todo momento la apariencia del niño, el aspecto


de la piel y la respiración.

¿Qué no debemos hacer?

• Trasladarlo durante la crisis.

• Poner los dedos en su boca “para que no se trague la len-


gua”.

• Poner objetos en su boca “para que no se muerda la lengua”.

• Sujetarlo fuertemente para que no se mueva.

Fiebre y manchas o puntos rojos en la


piel (petequias)
Es una enfermedad infecciosa en más del 98% de los casos.

Signos y síntomas

• Proceso febril habitualmente de pocas horas de evolución con


una afectación del estado general y la aparición por todo el
cuerpo y de manera progresiva de unas manchas rojas pe-
queñas que no desaparecen cuando las comprimimos (pete-
quias).

• Si la situación empeora con el aumento de las lesiones, de


modo que se conviertan en verdaderas hemorragias cutá-
neas, estamos delante de una auténtica emergencia médica.

160
Urgencias pediátricas frecuentes

Actuación

¿Qué debemos hacer?

• Tratar la fiebre como se describe en el apartado anterior (Fiebre).

• Controlar el aspecto, la respiración y la coloración de la piel.

• Siempre que aparezcan petequias y fiebre, es prioritario el


traslado del niño a un centro sanitario.

• Alerte al 112.

• Marcar las zonas donde no hay manchas y controlar la apa-


rición de éstas en esos sitios.

• Durante el traslado o la espera, se deberán controlar los sig-


nos vitales y la fiebre, si es posible.

¿Qué no debemos hacer?

• Demorar la asistencia/valoración por parte del pediatra.

• Darle antibióticos u otro tipo de medicación no prescrita por


el pediatra.

161
Primeros Auxilios en bebés y niños

Reacciones alérgicas
Los niños, ya desde el nacimiento, se exponen a múltiples agen-
tes capaces de desencadenar reacciones alérgicas: la ropa, los
detergentes y jabones, la leche de vaca maternizada y todo el
resto de alimentos que se introducen de forma progresiva, en
los que algunos pueden tener capacidad para producir cuadros
alérgicos (huevo, fruta roja, pescado azul, frutos secos…).

A nivel medioambiental, las picaduras de insectos, las plantas y


los productos domésticos son también generadores de reaccio-
nes en nuestro cuerpo.

Habitualmente las alergias en los niños suelen manifestarse de


varias maneras:

• Afectación cutánea.

• Afectación de las vías respiratorias.

• Afectación a nivel ocular.

Pueden afectar a una o varias zonas a la vez; habitualmente


serán de corta duración y se autolimitarán o aparecerán de for-
ma intermitente; pero en ocasiones podrán generar compromiso
vital. Es lo que se denomina anafilaxia o shock anafiláctico.

Signos y síntomas

• Enrojecimiento y lesiones sobre elevadas de la piel, de apa-


rición progresiva, con picor intenso.

• Edema de manos y pies y párpados.

• Enrojecimiento, picor de los ojos y lagrimeo.

• Obstrucción nasal marcada.

162
Urgencias pediátricas frecuentes

• Sensación de falta de aire.

Serán situaciones de gravedad si

• El niño indica que nota la lengua o labios hinchados.

• Existe dificultad respiratoria.

• El estado de consciencia y la apariencia del niño están muy


afectados.

¿Qué debemos hacer?

• Avise al 112, o acuda a un centro sanitario.

• Tranquilice al niño.

• Retire el agente causante.

• Controle en todo momento el aspecto, el trabajo respiratorio


y la coloración de la piel.

• Prepárese para realizar una RCP.

• Sólo en casos de alergias conocidas, en que su pediatra


aconseje la administración de un fármaco para estos casos,
hágalo.

• La anafilaxia es una reacción alérgica potencialmente fatal.


El tratamiento de muchos pacientes que saben que pueden
desencadenar este cuadro es la administración de adrenali-
na dentro de los primeros minutos de una reacción alérgica
grave. A través de autoinyectores precargados para la admi-
nistración por parte de los familiares de los niños o la adminis-
tración intramuscular en adolescentes. Asistir o favorecer la
administración de la primera dosis o si fuera necesario en una
segunda dosis a los 5-15 minutos es la recomendación actual.

163
Primeros Auxilios en bebés y niños

¿Qué no debemos hacer?

• Administrar fármacos por nuestra cuenta.

• Aplicar friegas con alcohol, o pomadas.

• Generar angustia en el entorno.

Reacciones vacunales
Como medida preventiva, ya desde los primeros meses los ni-
ños están sometidos a vacunaciones de forma sistemática. Las
reacciones que pueden presentarse habitualmente serán: fiebre
a los pocos días, que podrá controlarse con los antitérmicos ha-
bituales o medidas físicas, y reacción local en la zona de la in-
yección, con edema y dolor, que se resolverá con la aplicación
de frío local y antiinflamatorios. Raramente se desencadenarán
reacciones alérgicas.

Síndrome de la muerte súbita del


lactante
La muerte súbita del lactante se trata de una muerte repentina
e inesperada que puede ocurrir en lactantes entre un mes y un
año de edad, aunque en el 95% de los casos se da antes de los
6 meses. Se trata de una situación que no responde a una causa
clara pero que se ve favorecida por una serie de factores.

La muerte no es previsible por la historia clínica del niño y no se


hallarán las causas, ni siquiera después de un estudio posterior
minucioso.

Las causas se desconocen, pero sí hay algunos factores que


indican predisposición:

164
Urgencias pediátricas frecuentes

• Determinadas posturas al dormir. La posición menos relacio-


nada actualmente con la muerte súbita es el decúbito supino,
(sobre la espalda) con la cara ladeada.

• Infecciones previas.

• Sueño muy profundo.

• Retraso en el crecimiento uterino.

• Sobrepeso marcado.

• Antecedentes familiares de síndrome de muerte súbita del


lactante.

• Lactantes muy regurgitadores.

• Uso de almohada y colchones blandos.

• Tabaquismo materno, o en el entorno.

Pero, repetimos, no se puede atribuir con seguridad a ninguna


causa concreta.

Parece que el cuadro culmina con una obstrucción respiratoria


que desencadena un paro respiratorio, falta de oxígeno a nivel
cerebral (hipoxia) que se prolonga hasta la muerte.

El lactante suele encontrarse en la cuna o en la cama.

Signos y síntomas

Ausencia de signos de vida

• Inconsciencia con un coma no reactivo.

165
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Ausencia de respiración.

• Ausencia de signos de circulación y pulso.

• Palidez de piel o cianosis.

• Pupilas dilatadas y no reactivas a la luz.

• Según el tiempo transcurrido, hipotermia y rigidez.

Actuación

• Alertar al 112. Se activará el sistema de urgencias médicas


para trasladar al lactante a un centro hospitalario.

• Exploración de los signos vitales.

• En todos los casos, excepto si hay claros signos de muerte


real (rigidez muscular o piel muy fría), se debe intentar la
reanimación con las medidas de soporte vital básico para
lactantes. Ante la menor duda, actúe.

• Buscaremos erupciones cutáneas, petequias, hematomas;


comprobaremos la temperatura, el tono muscular, la presen-
cia de restos sanguíneos o vómitos en la cuna o en la cama.
Todo esto con el fin de tener la máxima información posible.

Ya hemos dicho que, si bien no conocemos la causa, sabemos


de la existencia de factores predisponentes. Podemos actuar
pues a modo de prevención disminuyendo el riesgo.

Las recomendaciones serían

• Actualmente se recomienda cada vez más que todos los lac-


tantes sanos duerman en decúbito supino (boca arriba sobre

166
Urgencias pediátricas frecuentes

su espalda), o de lado, para reducir la incidencia de muerte


súbita.

• Los hermanos de niños que han sufrido una muerte súbita


o aquellos lactantes que han podido sobrevivir pueden es-
tar controlados con un aparato de detección de apneas para
procurar reducir la posibilidad del síndrome.

• No poner a dormir inmediatamente después de comer.

• Limpieza de mucosidades en nariz y boca.

• Evitar colchones blandos y almohadas.

• No duerma en la misma cama con lactantes pequeños.

167
Botiquín
Botiquín
En el domicilio, o en excursiones o salidas, los niños pueden
lesionarse con frecuencia. Es conveniente disponer de un boti-
quín que contenga los materiales de uso más habitual para las
primeras curas.

¿Qué puede servir como botiquín?


Puede servir cualquier caja de metal o plástico resistente que
cierre herméticamente. Ha de ser fácilmente transportable.

Uso del botiquín

Debe colocarse en un lugar ni demasiado húmedo ni demasiado


seco, lejos de fuentes de calor.

Debe saberse dónde está guardado. Una vez utilizado debe


guardarse en el mismo sitio debiéndose reponer los productos
usados. Dejarlo fuera del alcance de los niños pequeños.

Periódicamente debe revisarse la caducidad de los productos.

Debe estar pensado para usarlo en primeros auxilios, colocando


en otro lugar los medicamentos de uso habitual.

Composición del botiquín

Variará dependiendo de los conocimientos del primer actuante y


de la actividad a realizar.

171
Primeros Auxilios en bebés y niños

Material de autoprotección:

• Mascarilla de protección para realizar ventilaciones.

• Toallitas limpiadoras sin alcohol.

• Guantes (vinilo) de un solo uso.

Material de curas:

• Suero fisiológico (envases de plástico).

• Gasas para cubrir heridas y/o quemaduras.

• Esparadrapo hipoalérgico de papel y/o de plástico.

• Tiritas: banda de tiritas para adaptar al tamaño de la lesión.

• Analgésicos/antitérmicos usados habitualmente y/o prescri-


tos por su médico o pediatra.

• Pañuelos triangulares.

• Tijera de punta redondeada.

• Pinzas sin dientes.

• Una caja con varios imperdibles.

• Dos bolsas de frío químico.

• Termómetro (No de mercurio).

• Linterna con pilas de recambio.

• Un bloc de notas con un lápiz.

172
Botiquín

• Algunos depresores linguales.

Tener presente que un fármaco mal utilizado puede ocasionar


graves alteraciones en el organismo. Una vez abiertos desechar
los materiales sobrantes y los contaminados en una bolsa de
plástico adecuada.

173
Consejos
de prevención
Consejosdeprevención
Los lactantes y niños pequeños generalmente suelen tener ac-
cidentes tanto por el afán de conocimiento del entorno como por
fallos en la prevención.

Es responsabilidad de los adultos intentar minimizar el riesgo de


accidentes, siguiendo una serie de normas de prevención.

Para prevenir los accidentes y para reaccionar adecuadamente


ante cualquier posible accidente es fundamental mantener una
actitud positiva.

Es necesario ser conscientes de todas las situaciones de riesgo


que existen en nuestras casas y adoptar las medidas de segu-
ridad adecuada en las actividades que realicemos. Es necesa-
rio adoptar una actitud “PROACTIVA” de observación constante
que nos permita estar alerta ante posibles situaciones de peligro
y reaccionar de forma correcta en caso de encontrarnos ante
una situación de riesgo. Por ello Cruz Roja ha desarrollado el
concepto AVA que resume las tres conductas claves que nos
pueden ayudar a mantener esa actitud proactiva.

• Advertir el riesgo.

• Valorar los posibles peligros.

• Adoptar una actitud segura.

Ya hemos comentado las características evolutivas; debemos


cambiar de perspectiva, ponernos en el lugar de los niños, para
descubrir riesgos. Un buen consejo es mirar la casa desde la
altura del niño.

177
Primeros Auxilios en bebés y niños

Tenga presente estas recomendaciones para evitar los siguien-


tes accidentes.

Asfixia y ahogamiento
• No deje al alcance del lactante o niño pequeño objetos pe-
queños, como botones, imperdibles, canicas, monedas…

• Preste atención a alimentos como los frutos secos.

• Vigile con las bolsas de plástico, globos y juguetes que pue-


dan desmontarse en piezas pequeñas; compruebe la homo-
logación y recomendación de edad.

• No intente introducirle alimentos en la boca mientras lloran, o


aprovechando que se están riendo.

• No coloque cadenas ni otros elementos decorativos alrede-


dor del cuello del bebé.

• Mantenga en condiciones los aparatos de calefacción, estu-


fas y calentadores, así como la salida de gases.

• No los deje solos durante el baño. Utilice bañeras apropia-


das, mejor de material plástico, e impida que el niño manipu-
le los grifos.

• Controle el acceso a piscinas, charcas, mar. Aunque su hijo


esté familiarizado con el medio acuático, no dispone de re-
cursos suficientes ante una situación inesperada.

Cuerpos extraños
• No deje al alcance del lactante o niño pequeño objetos pe-
queños, como botones, imperdibles, canicas, monedas…

178
Consejos de prevención

• Vigile la manipulación de plastilinas u objetos maleables.

Intoxicaciones
• No guarde productos tóxicos ni medicamentos al alcance de
los niños. Las formas y el colorido pueden crear confusión.

• Mantenga armarios y cajones cerrados con llave u otros ele-


mentos de seguridad.

• No guarde productos corrosivos ni medicamentos en enva-


ses que no sean los originales.

• Es recomendable evitar los termómetros de mercurio.

• Mantenga controladas o fuera de su alcance las bebidas al-


cohólicas.

• Cierre la llave de paso de los fuegos de la cocina cuando no


este cocinando.

179
Primeros Auxilios en bebés y niños

Quemaduras
• Proteja los enchufes y los cables eléctricos.

• Proteja los fogones y la vitrocerámica.

• Atención con los mecheros y las cerillas.

• Cocine en los fogones posteriores y siempre con los mangos


de sartenes y otros utensilios orientados hacia adentro. No
tenerlo en cuenta puede ser origen de graves quemaduras
en niños pequeños.

• Antes de darles líquidos calientes (biberón, sopas…), com-


pruebe la temperatura.

• Controle la temperatura del agua del baño, entre 34-37ºC. Su


piel es mucho más sensible.

• Preste atención a los mandos del agua de la bañera.

• Alerta con planchas, estufas y calefactores.

• Alerta con los fuegos artificiales y elementos pirotécnicos.

180
Consejos de prevención

Traumatismos
• Evite objetos que, encadenados, puedan utilizarse como es-
calera.

• No coloque ninguna cama (especialmente, la de un niño) de-


bajo de la ventana. El filo de una ventana que se abre hacia
adentro es sumamente peligroso. Además, un niño pequeño
puede subir a la cama, trepar a la ventana y caerse.

• Fije las estanterías.

• Proteja las zonas de desnivel.

• Tome medidas para que las alfombras no se deslicen.

• Atención a los suelos resbaladizos. Es recomendable que los


escalones tengan bandas antideslizantes.

• Evite el calzado poco adherente.

• Coloque elementos de protección en puertas, ventanas y es-


caleras.

181
Primeros Auxilios en bebés y niños

• Preste atención en los parques infantiles, tobogán, colum-


pios…

• No los deje subir solos a los ascensores.

• Procure que lleven elementos de protección en actividades


o uso de ciclomotores, bicicletas, patines (cascos, rodilleras,
coderas…).

• El uso de caminadores está desaconsejado.

Heridas
• Mantenga fuera de su alcance costureros, cuchillos, maquini-
llas de afeitar, tijeras…

• Mantenga fuera de su alcance elementos decorativos que


puedan romperse fácilmente y generar aristas cortantes (vi-
drio, cristal, porcelana…).

• Vigile ventiladores, extractores…

• Atención con las bisagras, cajones, puertas, armarios.

• Tenga cuidado con las aristas de los muebles.

Accidentes de tráfico
En el coche siempre se ha de utilizar los dispositivos de segu-
ridad, y hemos de seguir las normas que nos indica la DGT. Os
indicamos el enlace para mayor información, incluye una guía de
uso e instalación de sillitas infantiles.

http://revista.dgt.es/es/noticias/nacional/2015/07JULIO/0720Silli
tas-infantiles-en-asientos-traseros.shtml#.VzRqCPmLSUl

182
Consejos de prevención

Los menores que midan 1,35 metros o menos deberán viajar


en los asientos traseros del vehículo, con su correspondiente
sistema de retención Infantil (SRI). La normativa contempla tres
excepciones:

• Que las plazas traseras ya estén ocupadas por otros meno-


res de edad de esa altura.

• Que no sea posible instalar todas las sillitas necesarias.

• Que se trate de un vehículo biplaza.

Así mismo, Tráfico recomienda seguir utilizando el SRI homolo-


gado a su peso y talla hasta que el menor alcance los 150 cm.

Con más altura deberá usar el cinturón de seguridad del ve-


hículo.

El niño como peatón también es, por desgracia, objeto de mu-


chos accidentes. Haga respetar las normas de circulación vial,
procure que los niños pequeños vayan siempre sujetos y evite el
uso de patines, bicicletas, en lugares de circulación de vehículos
de motor.

En caso de que el niño tenga una patología que precise cuida-


dos continuos o medicación, es conveniente dar la máxima infor-
mación posible a las guarderías o colegios, tanto de la patología
como de la actuación o tratamiento a seguir.

183
Algoritmo SVB
Universal
ALGORITMO SVB UNIVERSAL

¿NO RESPONDE Y NO RESPIRA CON NORMALIDAD?

LLAMAR AL 1-1-2

30 COMPRESIONES TORÁCICAS

2 VENTILACIONES

CONTINUAR RCP 30:2

Cuando esté disponible un DEA, enciéndalo y siga sus instrucciones

187
Agradecimientos La base de los contenidos que se reflejan en esta serie de manua-
les surge de la experiencia y de los fondos documentales de Cruz
Roja en materia de socorrismo y primeros auxilios y que se han ido
constituyendo a lo largo de los años con las aportaciones de volun-
tarios, voluntarias y trabajadores de la Institución.

Nuestro agradecimiento a los artífices de la recopilación de mate-


riales y/o la redacción de los textos:
Carlos Campanales, Abel Martínez, Lluis Corominas, Manuel Jesús
Fuentes.

También extender el agradecimiento tanto a las personas que han


realizado las fotografías: Santi Carbonell, Roger Velazquez. Como
a aquellas que se han prestado a ser fotografiadas para facilitar la
comprensión de los contenidos:

Héctor Barbero Villarrubia, Manuel Jesús Fuentes, Lluis Corominas,


Marta Sevillano, Francis Santaliestra, Ainoa Valderrama, Naiara
Fernandez, Conchita Cervantes, Oscar Vicente, Biel y Gisela Casa-
nova, Carlota y Jaume Domenech.

Además, han tenido la oportunidad de realizar la lectura previa de


los materiales y aportar sugerencias y recomendaciones, el grupo
formado por las siguientes personas:

Abel Martínez, Alfonso Delgado, Ana Gómez, Ángel López, Antonio


Pérez, Carlos Campanales, Carlos Oroz, Carlos Urkia, Esmeralda
Fernández, Francisco Sánchez, Félix Zubía, Isabel Ferrera, Jesús
Fuentes del Castillo, Joaquim Ventura, José Carlos García, José
Mª Benedicto, Juan Antonio García, Lluis Corominas, Mª Teresa de
Miguel y Vicente Sánchez-Brunete.

El seguimiento global de los trabajos ha sido realizado por Antonio


Pérez y José María Benedicto.

En la revisión y actualización de 2016 han intervenido: Abel Mar-


tinez, Alejandro Fernández Ruanova, Carles Solé, Anna Albiach
y el equipo de especialistas en formación del área de socorros y
emergencias de Cruz Roja Española.
Cruz Roja Española pertenece a la Federación Internacional de So-
ciedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, que promueve las
actividades humanitarias de las Sociedades nacionales en favor de
las personas vulnerables.

Mediante la coordinación del socorro internacional en casos de de-


sastre y el fomento de la asistencia para el desarrollo, se propone
prevenir y aliviar el sufrimiento humano.

La Federación, las Sociedades nacionales y el Comité Internacional


de la Cruz Roja constituyen, juntos, el Movimiento Internacional de la
Cruz Roja y de la Media Luna Roja.

Humanidad
El Movimiento de la Cruz Roja de la Media Luna Roja, al que ha dado
nacimiento la preocupación de prestas auxilio, sin discriminación, a
todos los heridos en los campos de batalla, se esfuerza, bajo su as-
pecto internacional y nacional, en prevenir y aliviar el sufrimiento de
los hombre en todas las circunstancias. Tiende a proteger la vida y la
salud, así como a hacer respetar a la persona humana. Favorece la
comprensión mutua, la amistad, la cooperación y una paz duradera
entre todos los pueblos.

Imparcialidad
No hace ninguna distinción de nacionallidad, raza, religión, condición
social ni credo político. Se dedica únicamente a socorrer a los indivi-
duos en proporción con los sufrimientos, remediando sus necesida-
des y dando prioridad a las más urgentes.

Neutralidad
Con el fin de conservar la confianza de todos, el Movimiento se abs-
tiene de formar parte en las hostilidades y, en todo tiempo, en las
controversias de orden político, racial, religioso o ideológico.

Independencia
El Movimiento es independiente. Auxiliares de los poderes públicos
en sus actividades humanitarias y sometidas a las leyes que rigen los
países respectivos, las Sociedades nacionales deben, sin embargo,
conservar una autonomía que les permita actuar siempre de acuerdo
con los principios del Movimiento.

Voluntariado
Es un Movimiento de socorro voluntario y de carácter desinteresado.

Unidad
En cada país sólo puede existir una Sociedad de la Cruz Roja o de
la Media Luna Roja, que debe ser accesible a todos y extender su
acción humanitaria a la totalidad del territorio.

Universalidad
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja,
en cuyo seno todas las Sociedades tienen los mismos derechos y el
deber de ayudarse mutuamente, es universal.

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