Está en la página 1de 3

La mayordomía bíblica y el evangelio de la prosperidad.

Autor: Gerson Pérez González

En este ensayo, se buscará aclarar con brevedad los conceptos de la mayordomía bíblica y el evangelio de la
prosperidad, con el fin de analizar y presentar las premisas que los sostienen, también se filtrara a través de
la biblia cada uno de los postulados, con el fin de dar un orden textual donde se presente primeramente cada
concepto y así sea posible durante el desarrollo distinguir sus significados positivos y negativos. Al final se
dará una conclusión definitiva que nos otorgué claridad entre lo que es correcto según el precepto bíblico.
En primer lugar, la mayordomía bíblica es la forma en que nosotros vivimos en respuesta a los preceptos de
Dios en cuanto a la primicia de que todo fue creado por él y, por lo tanto, todo es de él y nosotros somos
simplemente administradores de eso, por ende, servimos a Dios, pero también tenemos su confianza,
Genesis 15:2-3; 39:4. La mayordomía bíblica se desarrolla en la base de un buen administrador de acuerdo a
los deseos de Dios. Esto por supuesto incluye ser buenos administradores de nuestro cuerpo, dones y cada
característica que nos ha regalado 1 Pedro 4:10. En el A.T nos queda claro que somos mayordomos de Dios,
eso lo vemos desde Genesis 2:15 donde el hombre esta a cargo del jardín, pero también vemos que Dios le
da al hombre ciertas ordenanzas que debe guardar en ese jardín Genesis 2:16-17 cuando el hombre fracaso,
tuvo que dar informe de como administro en ese lugar y finalmente fue expulsado, esto nos conecta con la
idea de que el ser humano no debe seguir sus voluntades sino las de Dios, pues en la práctica lo podemos
ver con ciertos individuos en la biblia y con el pueblo Israel, además vemos que en el momento en que
administraron mal lo que Dios les había dado, fueron expulsados Deuteronomio 11:8-32;30:19-20.
En la misma línea de idea, el ser mayordomos de Dios implica una fidelidad primeramente en las cosas
pequeñas Mateo 25:14-30, y para esto Jesús nos dio ejemplo con su vida, como un mayordomo perfecto,
pues él fue un claro ejemplo, enseñándonos que no vino a ser servido sino a servir Mateo 20:28, y como buen
servidor nunca hizo su voluntad sino la del dueño “Dios” Juan 5:36; 9:4, Marcos 10:45, Lucas 22:42, incluso
fue profetizado como siervo Isaías 42:1.
Para profundizar, aunque la mayordomía bíblica se define por sí misma en su origen intrínseco, se debe
resaltar que la estimación de Dios ante nosotros como mayordomos también nace de un origen un poco
peyorativo, ya que en el pasaje de Levítico 25:23 dice que ni siquiera somos mayordomos sino forasteros y
extranjeros para con Dios, en la idea central de la mayordomía esto ayuda a ver una relación fundamental
entre Dios y nosotros, pues como fieles al precepto bíblico debemos ver los negocios, bienes y recursos,
siempre en relación con Dios. Un ejemplo de esto son los modelos de empresas que algunos jefes optan
ejercer, donde ellos se ponen las mismas ganancias de sus empleados con el fin de mostrar que son
simplemente mayordomos y sirven para sus empleados con equilibrio y al mismo tiempo evitan la idolatría o el
ego de cometer el error de creerse dueños de lo que Dios les ha dado. Incluso cuando observamos en las
escrituras a la iglesia primitiva, vemos la imagen en Hechos 4:32,34 donde la iglesia era un reflejo de buenos
administradores con el fin de glorificar a Dios.
Pero, por otra parte, en un mundo posmoderno como el nuestro, es difícil poder hablar de mayordomía sin
relacionarla directamente con el dinero, lo que ha ocasionado por lógica de desarrollo llegar a extremos con
excusas como la necesidad por la seguridad humana y el deseo de poder, lo cual nos puede llevar a llenarnos
los bolsillos justificado con una buena intención, pero también nos puede hacer ver el dinero como un veneno
y algo demoniaco o nos puede llevar a servir al dinero y no a Dios, Lucas 16:13 cada una de las
mencionadas, son solo algunos de los aspectos negativos de un mal precepto de la mayordomía bíblica.
En segundo lugar, en términos cortos, el evangelio de la prosperidad en un cristianismo tan posmoderno que
nos hace ver a Jesús como si el existiera para traernos “felicidad, gozo, prosperidad y estabilidad”, este
evangelio, vende la idea de que Dios nos va prosperar materialmente, nos va sanar sin importar la
circunstancia y nos va dar éxito en la vida a como de lugar y aunque ciertamente Dios nos puede prosperar
en todos esos sentidos, no es su fin último; este evangelio se equivoca en la idea de que debemos creer en
Dios si queremos ser ricos, lo cual sin duda desprecia la obra en la cruz, reduciéndola a un Dios que murió
para cumplir mis deseos, inequívocamente esta teología es la misma propuesta que él diablo le hizo a Jesús
mientras caminaba por el desierto Mateo 4:1-11. Pero para dar un ejemplo más claro, el mensaje en
Apocalipsis 3:20 dice “estoy a la puerta y llamo” este versículo, muestra ciertas características de una iglesia
que tenía similitudes con el evangelio de la prosperidad, pues el texto es dirigido a la iglesia de la odisea la
cual era una iglesia grande y rica, pero Dios le está haciendo un llamado, diciéndoles “Estoy a la puerta y
llamo” ya que tenían a Jesús por fuera.
En la biblia, encontramos un lado oscuro sobre el amor al dinero 1 Timoteo 6:10, pero también historias como
la de José, la cual es usada para el evangelio de la prosperidad con el fin de enseñar que no importa si todo
se ve mal, Dios te ha hecho rey. Sin embargo, lo anterior es una mentira y José lo tenía claro, por eso
Genesis 50:20 dice “ustedes pensaban hacerme mal pero Dios uso esto para bien, para darle vida a mucha
gente”, el texto quiere decir que si para el plan global de Dios, él quiere hacerte rico o te quiere preso
entonces así será, y si duele entonces Dios estará contigo como individuo pero no evitará que estés en la
cárcel si eso sirve para su plan global, porque Dios siempre ha puesto sus ojos sobre su cuerpo, su iglesia, su
esposa.
Por otra parte, es cierto que Dios bendice con bienes materiales y eso lo vemos en el A.T, un ejemplo es el
libro de Deuteronomio donde encontramos una cantidad de promesas que Dios nos da por obedecer la ley y
en su mayoría son bendiciones materiales, lo mismo encontramos en el libro de Proverbios donde se habla
mucho de promesas similares, al comportarnos sabiamente. Pero, también es cierto que siempre debemos
ver los bienes materiales en relación con Dios, pues sería fatal que nos jactáramos de nuestra relación con
Dios midiéndola en la forma en que me bendice materialmente y si otros no viven como yo entonces significa
que no tienen una relación como la que yo tengo con Dios, esto es algo similar a lo que dice Gordon Fee
“Sirve a Dios para ser rico”. De hecho un pasaje clave, de donde nace toda esta teología es el de Mateo 6:33,
este es utilizado para decir que Dios nos hará prósperos si lo buscamos primero a él, pero el texto no está
hablando de riquezas, ni de carros, ni casa, ni de trabajo, ni de ropa bonita, sino que el texto nos menciona
las cosas por las cuales no debemos preocuparnos, pero también nos habla sobre la naturaleza de Dios y lo
que él suple en su naturaleza, el texto nos invita a tener una prioridad con el reino de Dios y nada más. El
evangelio de la prosperidad, ha impulsado negativamente ideas desastrosas para el cristianismo, por ejemplo,
se cree hoy día que si no somos prósperos es porque hemos fracasado como cristianos o porque no hemos
sido generosos al darle dinero a un pastor o porque no somos personas consumistas, entre otras creencias.
En menos palabras, el evangelio de la prosperidad ha demostrado ser similar a la idolatría, lo cual se ha
traducido en un vacío ideológico y una falta de cosmovisión cristiana, pues nos ha adecuado a las corrientes
del mundo y hemos apartado a Cristo del mensaje. Es por eso que Dios nos enseña que Él es lo importante
del mensaje, incluso Jeremías 9:23,24 nos enseña que se trata de una relación con Dios y que eso basta
Lucas 12:15, pero también nos enseña que todo es para su gloria y todo es de él, por eso le pide al Joven rico
que venda todo, lo de a los pobres y lo siga Lucas 18:18-30. Además de esto, nos enseña muchas cosas más
que no alcanzarían a exponer en este texto, pero si puedo concluir este apartado diciendo en forma jocosa
que, si el evangelio de la prosperidad fuese el deseo de Dios para el mundo, entonces habría que devolver el
tiempo y decirle al apóstol Pablo que se equivocó al ser pobre, vivir en lo poco y morir por la causa de Cristo.
En conclusión, en cuanto a una buena mayordomía, es algo que solo existe cuando hay una relación viva con
Cristo, la cual nos lleva a ser imagen y semejanza del mejor mayordomo que ha existido Colosenses 3:10, 2
Corintios 3:18, pues Cristo es el mejor ejemplo de un servidor y administrador de las riquezas de Dios, que
siempre se vieron reflejadas en una relación con el Padre celestial. En cuanto a la teología de la prosperidad,
sin duda es una idea insostenible bíblicamente, pues nuestra relación con Dios va más allá de las riquezas
materiales, por eso una cosmovisión clara y un buen entendimiento del precepto de Dios en relación con su
reino y la administración, nos enseña que su deseo no es un mundo color de rosa lleno de prosperidad, ni un
mundo sin dolores o enfermedades y aunque él puede usar eso para su gloria, al final solo desea enseñarnos
que existe algo más grande que todo eso y es un corazón que viva en conformidad a Cristo y se sienta
conforme con lo que Dios mismo significa, tan conforme, que el ser humano esté dispuesto a pactar con su
propia vida por una causa más grande que es Cristo y sus planes, ya que todo es de Dios, por Dios y para
Dios. Romanos 11:36 “Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas…”.

También podría gustarte