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PORTADA…………………………………………………………... 1
INDICE……………………………………………………………… 2
INTRODUCCIÓN……………………………………………………3
DESARROLLO………………………………………………………4
CONCLUSIONES……………………………………………………7
BIBLIOGRAFÍA COMPENDIADA…………………………………8
Hay un movimiento que promueve la distorsión de la Palabra de Dios sobre la prosperidad. Una
enseñanza central de este movimiento de la Palabra de Fe o Confesión Positiva es que Dios quiere que
cada cristiano disfruta gran prosperidad económica. Si un creyente vive en pobreza, está viviendo
afuera de la voluntad de Dios. La Biblia presenta otra vista hacia la pobreza y la riqueza. La pobreza
material no es una reflexión sobre su espiritualidad o la fuerza o calidad de su fe, sino tiene que ver con
la voluntad de Dios para esta persona. Esta línea de pensar es totalmente rechazada por el movimiento
de fe.
Frederick K.C. Price – “Si tienes fe de un dólar, y pides por algo de diez mil dólares, no funcionaría
así. No va a funcionar. Jesús dijo, ‘Según tu fe’, no según la voluntad de Dios por ti, en Su buen
tiempo, si es Su voluntad, o si Dios puede meterlo entre tanto que tiene de hacer. Dios dijo,
‘Conforme a vuestra fe, os sea hecho” Él dijo, ‘según tu fe será para ti.’ Ahora yo quiero un Rolls
Royce (coche caro) pero tengo la fe de una bicicleta, ¿adivina que voy a recibir? Una bicicleta.”
Copeland “Tienes que darte cuenta que es la voluntad de Dios que tu prosperas. Esto es
disponible para ti, y sinceramente, será tonto de ti de no tomar de ello.” “La voluntad de Dios
Robert Tilton “Siendo pobre es un pecado, cuando Dios te promete la prosperidad. ¿Nueva
casa? ¿Nuevo coche? Esto no es nada comparado a lo que Dios quiere hacer por ti.”
Benny Hinn - "Pobreza es del diablo y Dios quiere a todos los cristianos prósperos."
La doctrina de la prosperidad se presenta como algo bueno, pero lo cierto es que está disfrazada de
oveja. La vida de los maestros del Movimiento de la Fe son marcadas por lujos excesivos, riquezas, el
perseguir y jactarse de riquezas, y ofrecen que todos sus seguidores pueden (hasta obligan a los demás
si van a ser obedientes a Cristo) gozar de lo mismo. Ellos usan “nuevas revelaciones” para apoyar sus
la Biblia.
La Biblia afirma:
Lc 12:15 “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la
1Co 6:10 “ni los ladrones, ni los avaros… heredarán el reino de Dios”.
Ef 5:3-5 “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como
conviene a santos; 5 Porque sabéis esto, que ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra,
Sal 10:3 “Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová”.
Jer 6:13 “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde
Col 3:5 “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas,
Pues es curioso que siempre el camino a la prosperidad pasa por la charola de la ofrenda. Debemos
recorrer unos versículos sobre los falsos maestros (¿Qué son las marcas de un falso maestro?), porque
la Biblia presenta la amenaza de los falsos profetas o maestros muy clara, y ellos se identifican
un fuerte enemigo al alma del creyente. La Biblia deja en claro que para el cristiano sus
La Palabra de Dios nos lleva por el camino de la verdad poniendo al descubierto los peligros de estas
tendencias. Se impone la necesidad de buscar primeramente el reino de Dios y su justicia, porque nadie
por mucho que tenga, o quiera tener, afanándose con las cosas terrenales puede añadir a su estatura un
codo. La Iglesia de nuestro señor Jesucristo tiene que permanecer firme ante esta herejía que se quiere
propagar con engaño y confusión, creciendo en el conocimiento de Cristo para no ser arrastrado por
doctrina de hombres. La Palabra de Dios dice en Ef. 4:13-16 “hasta que todos lleguemos a la unidad
plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de
doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error,
sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de
quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose
en amor”, y en 2P 3:15-18 “Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación;
como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,
casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de
entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su
propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que
arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la
eternidad”.
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu
alma”, 3Jn 1:2 “seas prosperado… y tengas salud” - Este pasaje es usado mucho para defender la
relación que establecen del evangelio de prosperidad y salud. Pero este versículo es un simple deseo de
un cristiano que otro tenga prosperidad y salud. No es malo esto, pero tampoco es una promesa de Dios
para Gayo, menos para todo el mundo cristiano. Esta expresión es simplemente igual a la nuestra,
“Saludos”; para cristianos, “Que Dios te bendiga.” Es una forma de despedirse cordialmente. Esto era
un deseo de parte del Apóstol Juan, y no es necesariamente una promesa que tenemos clamar.
La idea aquí en el evangelio de Juan es que la “vida” es vida eterna, y “que la tengan en abundancia”
significa que disfruta y abunde la vida eterna en cada uno. O sea, que los creyentes disfrutan y gozan de
El conocer este tema nos conduce a estar cada vez más alerta, puesto que el apóstol Pablo en su carta a
los corintios cuenta que no debemos ignorar las maquinaciones del enemigo “para que Satanás no
gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”. En el liderazgo es
necesario aplicarlo enseñando la sana doctrina, explicando los peligros que representa la doctrina de la
prosperidad, deshaciendo cualquier confusión que el enemigo quiera traer a los jóvenes con relación al
asunto, entendiendo que más que cualquier otro sector, es la juventud la más atacada en este tema. Jn
10:10 “El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y
refiere que si no hay prosperidad material es porque Dios no te ha bendecido. La Biblia deja en claro
que el amor a las riquezas lleva a la perdición, porque “Ninguno puede servir a dos señores; porque o
aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios
y a las riquezas”. Por tanto aman el dinero y encuentran insatisfacción, infelicidad, así como fomentar
la codicia como forma de vida, en esto la Palabra alerta: “porque raíz de todos los males es el amor al
dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”.
Dios quiere que el tesoro del cristiano esté en el cielo y no en la tierra, eso no significa que poseer
riquezas materiales sea un pecado, pero sí significa una alerta a la inclinación del corazón del hombre
hacia el amor a las posesiones que son temporales y acaban, las que terminan sustituyendo nuestro
Dios establece el precepto de amarle con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas. Por
tanto el amar al dinero y las posesiones materiales contradice tal precepto, no es pecado tener
posesiones, pero si es pecado amarlas, porque donde está tu tesoro ahí está tu corazón. Este es un tema
importante para la Iglesia de hoy, puesto que la doctrina de la prosperidad está trayendo confusión en
muchas personas, sobre todo en un mundo como el nuestro donde las sociedades de consumo imponen
patrones que incitan a codicia y la vanagloria, poniendo la mirada en las cosas terrenales, donde el orín
corrompe y destruye, más aún tratando de alimentar total dependencia y apego a esas cosas.
La idea de que el materialismo es actualmente una medida de espiritualidad o mandado por Dios es
Dios, si lo es el Espíritu Santo que nos sella como Hijos de Dios, nuestro Padre eterno. Nuestra
condición espiritual para salvación del alma, no depende de nuestra condición material, sí de nuestra fe
en el Señor Jesucristo como único salvador que nos lleva a una relación correcta con Dios.
Price Frederick K.C. “Praise the Lord” en TBN, 21 Septiembre 1990, tomado de Documentación para