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HIPEREMIA Y CONGESTIÓN

Los términos hiperemia y congestión aluden al aumento del volumen de sangre dentro de un tejido, aunque los
mecanismos de base son distintos.
La hiperemia es un proceso activo, que se debe a la dilatación arteriolar con aumento del flujo de entrada de
sangre, como sucede en los focos de inflamación o en el músculo esquelético durante el ejercicio.

 Los tejidos hiperémicos están más enrojecidos de lo habitual, porque se produce una acumulación de
sangre oxigenada.
La congestión es un proceso pasivo secundario a la alteración del flujo de salida venoso de un tejido. Puede
producirse a nivel sistémico, como sucede en la insuficiencia cardíaca, o local, como consecuencia de una
obstrucción venosa aislada.

 En ocasiones, los tejidos congestionados presentan un color rojo-azulado anómalo (cianosis), debido a
la acumulación de hemorragia desoxigenada en la zona afectada. En la congestión crónica a largo plazo,
la perfusión inadecuada de los tejidos y la hipoxia mantenida pueden causar la muerte de las células
parenquimatosas y una fibrosis secundaria de los tejidos, y el aumento de las presiones intravasculares
puede provocar edema y, en ocasiones, la rotura de los capilares, con aparición de hemorragias focales.

MORFOLOGIA
Las superficies de corte de los tejidos hiperémicos o congestivos aparecen húmedas y es típico que
rezumen sangre.
 El estudio microscópico muestra que la congestión pulmonar aguda se caracteriza por
ingurgitación de los capilares alveolares, con grados variables de edema de los tabiques
alveolares y hemorragia intraalveolar.

 En la congestión pulmonar crónica, los tabiques aparecen engrosados y fibróticos, y los


espacios alveolares contienen numerosos macrófagos cargados de hemosiderina («células de
la insuficiencia cardíaca») que se deben a la fagocitosis de los eritrocitos.

 En la congestión hepática aguda, la vena central y los sinusoides aparecen distendidos por
sangre, e incluso puede haber necrosis de hepatocitos centrales. Los hepatocitos periportales,
que están mejor oxigenados por su cercanía a las arteriolas hepáticas, sufren una hipoxia
menos grave y pueden presentar exclusivamente un cambio graso reversible.

 En la congestión pasiva hepática crónica, las regiones centrales de los lobulillos hepáticos
aparecen pardo-rojizas en el examen macroscópico y algo deprimido (por la pérdida de células),
y se ven acentuadas respecto de las zonas circundantes de hígado de color pardo no
congestivo, que en ocasiones muestra cambio graso (hígado en nuez moscada).

 Entre los hallazgos microscópicos se encuentran necrosis de los hepatocitos centrolobulillares,


hemorragia y macrófagos cargados de hemosiderina

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