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La crisis energética que amenaza a Europa – MIX VOLATIL E

INTERMITENTE
13 octubre, 2021El Español, en Portada - Daniel Lacalle

«Enslaving the young and destroying the old, run to the hills, run for your lives».
Steve Harris.

Esta semana el precio mayorista de la electricidad ha sobrepasado la barrera


psicológica de los 200 euros por megavatio hora en la mayoría de los países de la
Unión Europea. Aunque el precio diario solo afecta al 15% de la energía vendida, ya
que el resto se cierra a medio plazo a precios muy inferiores, es una señal de riesgo
a futuro. Miles de contratos van a tener que revisarse con enormes subidas.

El precio de los derechos de emisión de CO2 ha aumentado más de un 1.000%


desde 2017, más de un 200% en 2021. Este concepto, que es un impuesto por el
cual los gobiernos de la Unión Europea van a recaudar más de 21.000
millones de euros en 2021. El estado español recaudará más de 2.300 millones de
euros.

Estos ingresos extraordinarios -esto sí que son beneficios caídos del cielo- deben
ser usados para mitigar en las facturas los aumentos de precio y evitar una crisis
energética en Europa que hunda la recuperación.

El precio del gas natural licuado (GNL) se ha disparado a 34 dólares/mmbtu


entrega diciembre y enero. En términos energéticos comparables sería unos 197
dólares por barril de petróleo equivalente, según Morgan Stanley.

Mientras tanto, el precio del gas natural (NBP) ha subido más de un 200% en
2021. La media de subida del precio del gas, sin embargo, no es esa, ya que se
modera con el precio del gas que se vende a medio y largo plazo. El 85% del
suministro de gas a Europa se hace con contratos de medio plazo marcados a
precios de futuros.

La escalada de precios de la energía tiene dos claves y en ambas está la


responsabilidad de los gobiernos: El cierre forzoso de la economía es un factor
clave para entender el destrozo generado en la capacidad de suministro, y la
prohibición de inversión en recursos de gas natural unida a una decisión política de
imponer un mix energético volátil e intermitente ha dejado a Europa mucho más
dependiente y expuesta a los vaivenes de precio.

Las energías renovables funcionan un 20% del tiempo y cuando no funcionan,


la única garantía de suministro es usar gas natural justo cuando se ha disparado
su precio.
«La escalada de precios de la energía tiene dos claves y en ambas está la
responsabilidad de los gobiernos»

¿Y por qué se ha disparado su precio?


Por supuesto que la demanda es un factor muy importante pero no podemos olvidar
que, en gas natural, como en carbón, no existe ningún problema de suministro.
Hay capacidad excedentaria.
En circunstancias normales el precio del gas natural y el CO2 se habrían moderado
una vez que el efecto base se disipó (en junio), pero olvidamos dos factores: el
monetario y el intervencionismo. 

La subida de los derechos de emisión de CO2 es directamente culpa de la


voracidad recaudatoria de los Estados que han limitado masivamente la oferta de
esos derechos para que el precio subiera. La subida del precio de muchos bienes y
servicios es directamente causa de haber aumentado masivamente la masa
monetaria en 2020 muy por encima de la demanda de dinero, generando
inflación por decreto.

No entiendo como la voracidad fiscal de algunos gobiernos les ciega ante dos
importantes riesgos: una crisis energética que deje a pymes y familias
asfixiadas por un aumento de precios causado por decisiones políticas, y
una masiva reacción de la población en contra de las políticas
medioambientales al ver los precios dispararse por errores de planificación (mix
energético más volátil e intermitente y dependiente del gas) y de legislación (cargar
a los ciudadanos todo el coste de las políticas medioambientales y hacer que el que
contamine paga y el que no, pague todavía más).

Las estimaciones más cautelosas alertan de que la crisis energética puede dejar
hasta un 25% de empresas (pyme) en Europa en quiebra -ya que para ellas la
energía es el 33% de sus costes- y erosionar hasta un 1,5% del crecimiento de la
eurozona, que ya de por sí es pobre y endeudado.
«La crisis energética puede dejar hasta un 25% de empresas (pyme) en Europa en
quiebra»

Si queremos que los ciudadanos no reaccionen contra las políticas


medioambientales, los políticos deben ser conscientes de sus errores y
solventarlos. Necesitamos un mix energético equilibrado y no ideológico y para
una transición energética competitiva es clave contar con la nuclear y el gas
natural.

Es clave, además, no hundir la economía ni aumentar la inseguridad jurídica con


legislaciones destructivas como la de España porque se pone en peligro la ingente
cantidad de inversiones en renovables e infraestructuras que necesitamos.

Finalmente, no se pueden crear mecanismos extractivos y que destruyen el poder


adquisitivo de los ciudadanos y luego culpar a los demás de la inflación.

Lo que necesita Europa -y España- es más competencia, tecnología e innovación


y menos intervencionismo. Esta crisis energética no va a ser culpa del mercado,
sino de la obstinación ideológica de políticos que ignoran el cálculo económico.

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