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Caso Biodiesel argentino. Argentina vs.

UE

La política europea sobre biocombustibles se enmarca en la política energética,

específicamente, la dirigida a las energías renovables. A su vez, existe un entramado de

medidas e instrumentos que la vinculan con la política energética general, la ambiental, la

agrícola y la industrial. A modo de comparación, y en torno a ese andamiaje, la situación

actual simula el guión de una pieza teatral donde existen muchos actores que establecen

relaciones entre sí, las que no terminan de desarrollarse, y acerca de las cuales no es

posible ver claramente si existe un objetivo último o integral que pueda conducir a un

desenlace previsto. La crisis económica, como un factor externo que no estaba en los

pronósticos de los actores económicos, cambió el objetivo primario de la política

energética-ambiental, que era el traspaso de las energías basadas en los combustibles

fósiles a las energías “limpias” o renovables. Los efectos nocivos de esta crisis de larga

duración han llevado al replanteo de la política energética europea. El paso a las energías

renovables fue y sigue siendo muy costoso. El bajo precio de la electricidad mayorista

hace inviables los proyectos de energía renovable. Por otro lado, paradójicamente, los

consumidores europeos vienen observando la suba en sus facturas de luz, incrementos

que se destinan a subsidiar esos proyectos renovables. En ese sentido, las inversiones

“limpias” sólo son posibles con ayudas significativas y esta situación está generando

mucha controversia. Actualmente, se observa una sobrecapacidad en el sector eléctrico

que compite con la oferta de energías renovables, lo que genera una puja entre ambas

fuerzas. Asimismo, el conflicto entre Ucrania y Rusia ha manifestado claramente a los

europeos el problema de su dependencia energética respecto de los combustibles fósiles,

pero también ha puesto en evidencia el alto costo del traspaso a las energías limpias.

Todo indica que la UE está poniendo un freno a ese pasaje y que nos encontramos ante

una transición que no permite vislumbrar el objetivo final. Ahora priman el pragmatismo y
las políticas de corto plazo, y se aprecia cierta incoherencia y confusión en las políticas

adoptadas. La política de biocombustibles no escapa a esta realidad. El sector surgió bajo

el amparo de las directivas energéticas, ambientales y climáticas europeas, y se ha

sostenido gracias a la obligación de corte con los combustibles fósiles y a las

desgravaciones impositivas. Este estímulo artificial condujo al desarrollo de una industria

sobredimensionada que no tuvo en cuenta la relación entre la producción y las

proyecciones de consumo ni la presencia de competidores externos reales y potenciales.

Tampoco consideró el análisis de los factores de competitividad respecto de sus socios

comerciales. Todo ello confluye en la necesidad de proteger esa estructura industrial que

por si sola no sobreviviría. Para ello, la Unión Europea ha debido recurrir al diseño y

aplicación de barreras no arancelarias, que con el objetivo último de proteger el ambiente,

están siendo utilizadas de manera creciente para limitar el comercio internacional. Este

conjunto de medidas se conoce como “proteccionismo verde” y cuenta con la ventaja de

tener mayor grado de legitimidad a los ojos de los ciudadanos al “preservar” el ambiente y

con la posibilidad de aplicar dichas medidas con mayor discrecionalidad. Esos

instrumentos junto con medidas de defensa comercial, como la imposición de derechos

antidumping, no hacen más que proteger una industria ineficiente con el fin de aumentar

su competitividad. El efecto final es la suba de los precios del biodiesel europeo, costo

que deben absorber los consumidores europeos, para alentar la producción local del

producto. Por lo que detrás de un objetivo que pareciera ser de protección ambiental

subyace uno de carácter industrial. Al mismo tiempo, se observan objetivos industriales y

ambientales contradictorios porque al impedir o reducir el ingreso del producto extranjero

más competitivo se está frenando el pasaje a las energías limpias mencionado

anteriormente. Por lo tanto, se entremezclan aspectos de política ambiental, energética,

industrial y de competitividad internacional del sector.


Como conclusión puede sostenerse que la aplicación de los derechos antidumping al

biodiesel originario de Argentina e Indonesia, no es una medida aislada sino que

responde a una política más amplia de neto corte proteccionista aplicada por la UE, dadas

las ventajas competitivas con la que cuentan países como Argentina e Indonesia y la falta

eficiencia de productores de la Unión a la hora de competir por un lado y el gran peso que

tiene este sector para la Unión Europea por otro.

El Acuerdo relativo a la aplicación del Artículo VI del Acuerdo General sobre Aranceles

Aduaneros y Comercio de 1994 (Código Antidumping) establece en su Artículo 3.5 lo

siguiente:

“Habrá de demostrarse que, por los efectos del dumping que se mencionan en los

párrafos 2 y 4, las importaciones objeto de dumping causan daño en el sentido del

presente acuerdo. La demostración de una relación causal entre las importaciones objeto

de dumping y el daño a la rama de producción nacional se basará en un examen de todas

las pruebas pertinentes de que dispongan las autoridades. Estas examinarán también

cualesquiera otros factores de que tengan conocimiento, distintos de las importaciones

objeto de dumping, que al mismo tiempo perjudiquen a la rama de producción nacional, y

los daños causados por esos otros factores no se habrán de atribuir a las importaciones

objeto de dumping. Entre los factores que pueden ser pertinentes a este respecto figuran

el volumen y los precios de las importaciones no vendidas a precios de dumping, la

contracción de la demanda o variaciones de la estructura del consumo, las prácticas

comerciales restrictivas de los productores extranjeros y nacionales y la competencia

entre unos y otros, la evolución de la tecnología y los resultados de la actividad

exportadora y la productividad de la rama de producción nacional.”


Queda claramente reflejado en el articulado del Acuerdo, que se examinará cualquier otro

factor distinto de las importaciones objeto de dumping que estén dañando a la industria

local, y ese daño no se habrá de atribuir a las importaciones objeto de dumping.

Como se comentó en párrafos anteriores, nos encontramos frente a una industria europea

del biodiesel sumamente regulada como consecuencia de su propia ineficiencia. Por

tanto, el daño que causen las importaciones en condiciones leales, no deben ser objeto

de medidas antidumping, ni de medidas compensatorias.

Artículo 1: WTO vindicates Argentina on antidumping duties imposed to biodiesel

Artículo 2: WTO rules against EU in Argentina biodiesel case

Caso medidas proteccionistas argentinas. UE vs. Argentina

Denuncia contra Argentina ante la OMC por prácticas proteccionistas

Argentina - Medidas que afectan a la importación de mercancías

Este caso resulta muy controvercial debido a que casi 40 países, incluidos los de la Unión

Europea, EE UU, Japón, México y Panamá, se quejaron ante la Organización Mundial del

Comercio (OMC) por las restricciones que aplica Argentina contra las importaciones. El

Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner incremento en forma paulatina las barreras

desde la crisis mundial de 2008, pero sobre todo a partir del 2011, en la medida en que se

redujo el superávit comercial por el incremento de las compras externas.

La crisis mundial transformó el escenario tanto en el plano nacional como internacional.

En el sistema multilateral del comercio, la contracción del intercambio mundial disminuyó


la voluntad de los países para seguir con la ronda de negociaciones. Por otro lado, en

plano nacional, el gobierno kirchnerista decidió hacer frente a los choques exógenos con

un giro hacia un desarrollismo más “nacionalista”. La profundización del intervencionismo

estatal y las medidas contra-cíclicas como medio para afrontar la crisis externa,

desembocó en una escalada de conflicto entre la Argentina y la OMC. El incremento de

esta discordia, que había iniciado ya durante la presidencia de Néstor Kirchner, se reflejó

en cuatro aspectos: 1- el desempeño en el Órgano de Solución de Diferencias (OSD); 2-

el ambiente de suma beligerancia en el Órgano de Examen de Políticas Comerciales

(OEPC); 3- la profundización del discurso reactivo respecto a las normas de la OMC y el

“proteccionismo de los poderosos”; 4- la diversificación temática de la agenda de

reclamos. A continuación se desarrollan cada uno de estos aspectos.

a) detectar cuáles son los principios de la OMC sobre los cuales los actores

(países) se apoyan para aplicar barreras comerciales y, su contraparte, para estar

en desacuerdo.

R.-

b) detectar cuáles son los actores involucrados en forma directa e indirecta en las

disputas y cuáles son los actores beneficiados y perjudicados por sus

consecuencias.

R.-

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