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U4 - Fronterotta - La Dialéctica - Método, Refutación y Verdad
U4 - Fronterotta - La Dialéctica - Método, Refutación y Verdad
Pradeau
(dir.)" PUF, Paris, 2010, p. 68-72)
Si uno se remite ante todo a los libros VI y VII de la República, la dialéctica (he dialektik~
tékhn~) se compara a un camino (poreía: Rep.532e3), a una subida (anábasis: Rep.519dl;
epánodos: Rep. 521 e7), a una conversión de un día "nocturno" a un día "verdadero" (periagQge:
Rep. 521e6-7). Se trata de un método (métodos: Rep.510b8, 531dl, 533b3 Y c7) en el sentido de
un recorrido (odós) que avanza (metá), una investigación que progresa por un itinerario hacia un
término final. La dialéctica es la ciencia suprema a la cual uno accede después de una larga
preparación (epist~m~ m~ tes megist~s: Rep.532a-d). Por otra parte, si se hace referencia al
conjunto de los diálogos platónicos, la dialéctica es, simplemente, el medio discursivo que se
funda sobre el intercambio verbal entre dos personas que discuten (dialégousin) - que
"intercambian" sus discursos (lógoi) - sobre un cierto tema, por preguntas y respuestas,
He aquí por lo tanto el cuadro general de lo que los comentadores llaman "dialéctica" en Platón:
1) el dialégesthai socrático y 2) la "dialéctica" de Zenón en el Parménides, que apuntan ambas a
una preparación y ejercicio preliminar a la investigación de la verdad; 3) un método hipotético en
la República, que está en relación con 4) un método asociado a la geometría en el Menón y en el
Fedón; para terminar, 5) un método "diairético" o "de división" en el Fedro, el Sofista y el
Político. Es necesario sin embargo constatar que Platón no emplea el término "dialéctica" sino en
relación con 1), 3) Y 5), Y es sólo a estos tres procedimientos que se dedicará lo que sigue.
El método socrático, que lleva el nombre de elenkhos, es una práctica discursiva en la cual el que
interroga refuta la respuesta dada por aquel que es interrogado sobre un tema en discusión, con el
fin de poner a luz sus falsas opiniones y de purificarlo del error: : esta refutación tiene lugar,
normalmente, mostrando que la respuesta del que es interrogado está en contradicción con otras
tesis que él defiende, o bien que ella implica consecuencias que son por ellas mismas
contradictorias. El elenkhos depende además de un cierto número de principios suplementarios:
se trata ante todo de una modalidad dialéctica que se articula en el diálogo entre dos
interlocutores, pues Sócrates no se dirige a los hombres en general, sino a un solo interlocutor,
exigiendo el elenkhos una relación exclusiva y duelo entre el que interroga y el que es
interrogado. Con este fin, Sócrates sugiere por hábito recurrir a discursos breves, por preguntas y
respuestas, en lugar de discursos largos que él pretende no ser capaz de seguir (ver Prot. 328e-
329b y 334d-335c; Gorg. 449b-c y 461 d-462b). En tales condiciones, el criterio de la verdad de la
investigación reside esencialmente en el acuerdo (homología) entre los interlocutores, cada uno
de ellos debiendo interrogar o responder, brevemente, con sinceridad y espontaneidad (parr{¿sía),
a partir de premisas que pueden ser verdaderas o falsas, pero que todos admiten.
En los diálogos tardíos, a partir del pasaje del Fedro 265c-266b, después en el Sofista y en el
Político, el acceso a la verdad queda como lo propio del dialéctico, como del filósofo con el cual
coincide. La dialéctica es presentada en este contexto como un método de definición y de
clasificación, o más bien como un método de definición en tanto que método de clasificación. Se
trata del método llamado "diarético" - en la medida en que procede por "divisiones" (diareseis)-
que permite definir no importa qué cosa existente sobre la base de relaciones que ella mantiene, o
que ella no mantiene, con las otras. Si se quiere por ejemplo definir un objeto "x", es necesario
reconducido (sunagQg~) a una clase "A" a la que pertenece; después, es necesario dividir
(diaresis) la clase "A" en dos subclases "B" y "C", que se excluyen recíprocamente y que se
distinguen porque "B" posee ciertas características b, propias a "x", de las cuales "c" está por el
contrario desprovisto. Dejando de lado "C", se procede dividiendo "B" según el mismo principio.
Estas divisiones se repiten hasta que se llega a una división que no coincide sino con "x", y que
pone por consecuencia a la luz las características que "x" no comparte con ningún otro objeto.
Este conjunto de características constituye la definición, o ellogos, de "x". ~ división en cuestión
no divide necesariamente por dos, bajo una forma "dicotómica", sino también por tres o por
cuatro (ver, por ejemplo Fedro 26Y-b; Sofista 266a-c); como puede tratarse, más bien que de una
verdadera división (como en el caso de una clase compuesta de muchos elementos), de una
distinción de muchas realidades singulares en el interior de una multiplicidad.
Bajo esta nueva forma, la dialéctica tiene por misión conducir al que la practica al conocimiento
y a la verdad, y es por eso que ella está identificada con la ciencia suprema y con la filosofía
misma. Pues el dialéctico, por su método, llega a clasificar por división y por distinción todas las
cosas que existen en su multiplicidad, reconstruyendo las relaciones de identidad y de diferencia
que cada una mantiene con todas las otras, llegando así a dibujar una "carta" completa de lo real,
con las "coordenadas" que permiten situar cada realidad entre las cosas que son.