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Delitos contra el honor

Bien jurídico protegido. Sistematización

Injuria

Calumnia. De nición

Delitos contra el honor y la libertad de prensa

Referencias

Revisión del módulo


Lección 1 de 6

Bien jurídico protegido. Sistematización

En este tipo de figuras, el bien jurídico que la norma intenta proteger, y que la
acción del autor lesiona, es el honor. El honor es la propia personalidad,
entendida como la suma de cualidades físicas, morales, sociales y/o
profesionales, valiosas para la comunidad y atribuibles a una persona
(Nuñez, 1964, como se citó en Pazos Crocitto, agosto de 2011). El honor
subjetivo u honra, está constituido por las cualidades que se atribuye el
propio interesado. En cambio, cuando son terceros los que atribuyen esas
cualidades al interesado, se habla de “honor objetivo” o crédito. No es
requisito que el sujeto pasivo de la ofensa posea realmente las cualidades
valiosas que se le niegan, se presupone que siempre existe honor.

Subjetivamente, los delitos contra el honor reclaman el conocimiento del


carácter ofensivo de las expresiones por parte del sujeto activo y la voluntad
de ofender al sujeto pasivo con el desarrollo de esa conducta. Asimismo, la
nueva redacción de la Ley 26551 del año 2009, requiere que las injurias y
calumnias sean hechas de manera asertiva. Con ello, se requiere que se
afirme de manera categórica alguna cualidad deshonrosa hacia la persona.
Todo ello significa que las mismas requieren dolo directo, y con un
especial  animus injuiriandi, atento a que la misma ley derogó las injurias
equívocas o encubiertas existentes en el Código. Finalmente, solo pueden
ser sujetos pasivos de este tipo de delitos las personas físicas, no así las
personas jurídicas.

A continuación, y antes de adentrarnos en los contenidos teóricos de la


materia, vamos a analizar un fallo perteneciente al Tribunal Superior de
Justicia de la Provincia de Córdoba (T. S. J.):

SENTENCIA NÚMERO: CIENTO OCHENTA Y CUATRO: En la


ciudad de Córdoba, a los nueve días del mes de agosto de dos
mil once, siendo las diez horas, se constituyó en audiencia
pública la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia, presidida
por la doctora María Esther Cafure de Battistelli, con asistencia
de las señoras Vocales doctoras Aída Tarditti y María de las
Mercedes Blanc G. de Arabel, a los fines de dictar sentencia en
los autos “Querella presentada por GHIGGIA Hender Bautista c/
TURINA Azucena María del Valle por calumnia -Recurso de
Casación-” (Expte. “Q”, 1/2010), con motivo del recurso de
casación interpuesto por el Dr. Ernesto José Gavier, con el
patrocinio letrado del Dr. Tristán Gavier, a favor de la imputada
Azucena María del Valle Turina, en contra de la Sentencia
número cincuenta y cuatro, del diecisiete de noviembre de dos
mil nueve, dictada por el Juzgado Correccional de Segunda
Nominación de la ciudad de Córdoba. 
Abierto el acto por la Sra. Presidente, se informa que las
cuestiones a resolver son las siguientes: 

1°) ¿Ha sido indebidamente inobservada la conciliación arribada


entre Hender Bautista Gigghia y Azucena María del Valle
Turina? 

2°) ¿Qué resolución corresponde dictar? 

Las señoras Vocales emitirán sus votos en el siguiente orden:


Dras. Aída Tarditti, María Esther Cafure de Battistelli y María de
las Mercedes Blanc G. de Arabel. 

A LA PRIMERA CUESTIÓN: 

La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo: 

I. Por Sentencia n.° 54, del 17 de noviembre de 2009, el Juzgado


Correccional de Segunda Nominación de la ciudad de Córdoba,
en lo que aquí resulta de interés, resolvió: "...Disponer el
sobreseimiento total en la causa a favor de Azucena María del
Valle Turina, ya filiada, por el delito de calumnias que en los
términos del art. 109 del C. Penal le atribuía la querella, en
función de lo dispuesto por los arts. 434 última parte y 350 inc. 3,
cuarto supuesto del CP...." (fs. 20 vta.). 
II.1. En primer lugar, el Dr. Enrique José Gavier, con el patrocinio
letrado del Dr. Tristán Gavier, en favor de la imputada formula un
planteo de inconstitucionalidad de los arts. 434, 445 y 472 del
CPP, pues considera que dichas normas afectan las garantías
constitucionales de defensa en juicio (arts. 41, C. Pcial. y 18,
CN), tutela judicial efectiva (art. 8, inc. 1 de CADH), el derecho a
ser oído (arts. 40, C. Pcial. y 18, CN), y el derecho al doble
conforme o derecho al recurso (art. 8, inc. h, CADH y art. 75, inc.
22 CN). 

Bajo el acápite "Resolución recurrible", el quejoso caracteriza al


fallo impugnado como sentencia definitiva que pone fin a la
acción y cierra irrevocable y definitivamente al proceso, para el
caso de que no se considere definitiva, según aquel, deberá
igualmente anularse el fallo pues causa un perjuicio de
imposible reparación ulterior. Por último, alega que no empiece
la viabilidad de la impugnación la modificación operada por la
Ley 26551 al Título II, Delitos contra el Honor del CP, dando
razones de ello. 

Recuerda que la impugnabilidad objetiva es uno de los requisitos


formales de la casación, advirtiendo que la sentencia de
sobreseimiento en crisis no se encuentra taxativamente entre
las enumeradas en el art. 472, pues no es condenatoria,
tampoco de sobreseimiento o absolutoria que imponga a la
acusada una medida de seguridad o lo condene a la restitución
de daños, ni un auto que deniegue la extinción, conmutación o
suspensión de la pena. 

Entiende que las disposiciones legales cuestionadas impiden la


defensa en juicio que tiene jerarquía constitucional, en tanto el
principio de taxatividad en el que aquellas se asientan a la
postre la perjudicarán en razón de los fundamentos invocados
en el sobreseimiento. 

Expresa que también viola la tutela judicial efectiva y el derecho


a ser oído, pues al actuar la jurisdicción correccional como única
instancia cesa allí la protección, impidiendo a la defensa ser
escuchada frente a la patente resolución arbitraria. 

Asimismo, expone que se violenta la garantía de la doble


instancia, pues la ley procesal la habilita a la querellada a
solicitar que la sentencia sea revisada. 

Explica que el interés en recurrir se patentiza en el acta de


conciliación, del 12/11/2009 (fs. 18), en donde el fenómeno
jurídico producido es una conciliación y no una retractación,
como se lo ha considerado inexplicablemente en la sentencia de
sobreseimiento, poseyendo ambos institutos diferente
naturaleza. 
Enuncia que la retractación presupone una conducta de la
querellada que lesiona el honor y la personalidad de la
querellante, es decir, supone la "confesión" de haber cometido el
delito de calumnia, lo que no ha sucedido de ninguna manera.
Con esta atribución, se coloca a su asistida en la situación
eventual de ser obligada a "publicar" a su costa dicha
retractación que no existió (art. 441 del CPP). A su vez, con ello
se le asigna el carácter de "arrepentida", lo que tampoco es
cierto. 

Especifica que, por el carácter de delegada electa para


representar a la Colegiación de Farmacéuticos, si aquella
circunstancia se mantuviera, se la consideraría "mentirosa y
falsa", lo cual, además de agraviarla moralmente, la condiciona a
una posible sanción ora directamente por su aparente conducta
antitética, ora por significar un descrédito ante sus pares y ante
terceros, lo cual configuraría un mal desempeño. 

Reitera que el beneficio del sobreseimiento se presenta como


degradante para la imputada, quien si hubiera conocido este
resultado, hubiera preferido enfrentar el juicio y probar sus
dichos. Manifiesta que el sentenciante ha castigado a quien ha
cumplido con su deber, ponderando como cierto lo alegado en la
querella de Ghiggia. 
Advierte que no se trata de una casación motivada por una mera
alteración del orden de las causales del art. 350, del CPP, sino de
una pésima aplicación de la ley penal sustantiva. Diferencia que
la retractación es un instituto del derecho sustantivo, y la
conciliación, del derecho adjetivo. 

Reitera consideraciones acerca de su interés en recurrir,


sosteniendo que, si no procediera el planteo de
inconstitucionalidad, tenga a bien este Tribunal declarar abierto
el recurso en función de una interpretación armónica de las
normas procesales contenidas en la ley procesal penal (arts. 1,
3, 4,33, 190, 432, 343, primera parte, 442,443, 445,456, 468 y ss
del CPP). 

2. Para el caso que se admitiera el recurso de casación, el


impugnante al amparo del motivo sustancial (art. 468 inc. 1, del
CPP) cuestiona la resolución mencionada, pues estima que han
sido erróneamente aplicados los arts. 434, segunda parte y 350
inc. 3, 4to. supuesto del CPP, en función del art. 117 del CP
(aclarando que este fue dispuesto implícitamente por cuanto se
dio su concepto y las normas procesales se relacionan
necesariamente con él). 

Repasa las constancias de la causa y luego afirma que en la


audiencia de conciliación efectuada el 12/11/2009, ambas
partes, junto con sus abogados, acordaron renunciar
mutuamente a las acciones civiles y penales que pudieran
corresponder por el conflicto suscitado entre ellos, y que las
costas serían por el orden causado. Señala que el querellante
aceptó las explicaciones dadas por la querellada considerando
que las mismas eran satisfactorias, expresando en particular
esta que "en ningún momento sintió que había sido amenazada
en dichas circunstancias". 

Afirma que, dados estos antecedentes, el juez correccional


errónea y arbitrariamente calificó tal acuerdo o explicación como
una retractación formulada por su asistida, disponiendo el
sobreseimiento de conformidad a lo normado por el art. 434,
segunda parte, del CPP, basado en la existencia de una excusa
absolutoria (CPP, art. 350, inc. 3). 

Aduce que las expresiones vertidas en dicha audiencia no


suponen que la querellada haya asumido el hecho endilgado, se
haya arrepentido o desdicho de lo expuesto, y menos aún,
pedido perdón, como correspondería para el caso de una
retractación válida. Reseña doctrina sobre la diferencia entre
esta y la conciliación. 

Entiende que las distintas consecuencias que acarrean ambos


institutos demuestran el gravamen irreparable que la decisión
cuestionada implica; advierte que la conciliación es una causa
extintiva de la acción penal no por mandato autónomo del
derecho procesal, pues ello resultaría inconstitucional, sino
porque es una forma legal de reglamentar un supuesto de
renuncia del agraviado regulado en el derecho sustantivo (CP,
art. 59 inc. 4). 

Reitera que la conciliación significa que las partes han llegado a


un acuerdo por cuanto se han dado explicaciones satisfactorias
sobre la cuestión traída a juicio, renunciando estas a las costas
penales y civiles en juego; mientras que, en la retractación, la
querellada asume como propia las acusaciones vertidas en la
querella por calumnias y se desdice, es decir, se retracta,
habilitando al querellante a ejecutar la sentencia, mediante la
orden de publicación (art. 441 del CPP). Pondera que la
aplicación de este último instituto no constituye una derivación
razonada del derecho según las circunstancias comprobadas en
la causa. Cita jurisprudencia sobre estos supuestos. 

Observa que un análisis breve de lo expresado por su defendida


da cuenta de las razones explicitadas. En primer lugar, señala
que lo único que ella reconoció es que presentó una nota el
1/09/2009, y no que el contenido de dicha presentación fuera
calumnioso o que hubiera cometido delito mediante la misma.
Al contrario, la querellada depuso que esa nota fue dispuesta en
cumplimiento de sus deberes de delegada titular de la Caja de
Previsión Social para Profesionales de la Salud de la Provincia de
Córdoba, cargo que ostenta por elección de sus pares. Agrega
que de la lectura atenta de aquella surge que se trata de un acto
funcional propio de quien actúa con lealtad, dedicación y celo de
su cargo en un organismo público según lo establece el art. 1 de
la Ley Provincial n.° 8577, que es la que regula su actividad
previsional, la cual asimila a la de un funcionario público. 

Recuerda que esta comunicación concuerda con otra anterior


presentada por la imputada ante la misma autoridad e
institución en la que denunciaba dos irregularidades; una residió
en que el Director Ghiggia llevaba con el asesor legal externo de
la Caja, el Dr. Miguel Escalera, un juicio particular, siendo que
debido a su calidad funcional -esto es, encargado de la
administración, supervisión y control del área de legales- debía
controlar al letrado; la otra, consistió en que su hijo, Sebastián
Ghiggia, veterinario, afiliado a la Caja, a pesar de ser deudor
moroso de esta ni siquiera se lo intimó para que regularizara su
deuda. Se pregunta cómo podía vigilar al abogado sin que
influyan sus intereses personales y funcionales en dicha
inspección. Acompaña esta segunda nota con el presente
recurso. 

Entiende que estos antecedentes desataron la ira del


querellante que habló con la acusada por teléfono con intención
de amenazarla, lo que provocó, a su vez, que esta postulara el
libelo considerado calumnioso. No era, según el recurrente, una
cuestión personal, sino funcional, y eso fue lo que se le explicó al
a quo, no significándose con ello que aquella se retractaba de
los escritos aludidos. Todo lo contrario, representó la ratificación
de la denuncia, especificándose que sus afirmaciones fueron en
cumplimiento de sus deberes. Es que, insiste, su asistida no
podría desdecirse de aquello que por sus funciones pretende
que se investigue; esto le fue expuesto específicamente al
querellante antes del acuerdo conciliatorio, a continuación de la
explicación sustentada -es decir, que no era nada personal- que
quedó plasmada en la frase "no pretendiendo afectar su buen
nombre y honor". 

Por otra parte, expresa que la querellada cuando afirmó que "en
ningún momento se sintió amenazada", de ninguna manera
puede considerarse que ello evidencia una intención de
retractarse. Ello, porque dicha aseveración no supone que no
hubo amenaza, sino que la misma no tuvo efectos sobre su
defendida, demostrándose, en consecuencia, que no hubo un
arrepentimiento de su parte. 

Estima que esas frases separadas o juntas no expresan el


instituto cuestionado, tratándose dicha consideración de un
error inexplicable, injustificable e incomprensible por parte del
sentenciante. Incluso, sostiene, con ello se ha incurrido en una
contradicción, pues cuando se fija la base fáctica, se mencionan
las frases de Turina en conjunto con la conformidad de Ghiggia,
aduciendo que por esas dos concurrencias estamos frente a una
retractación, la cual, en rigor, es un acto unilateral. Añade que, si
los dichos de la querellada configuraran una retractación, en
nada influirían los dichos del querellante, en tanto que quien
decide sobre la existencia o no de la misma es el juez. 

Expone que "la dirigencia corrupta encaramada en parte del


Directorio levanta burlonamente esta falsa retractación como
bandera de triunfo y se refugia en ella garantizando su
impunidad ante el fracaso que implica no tener que investigar
los hechos que la querellada, cumpliendo con su deber,
denunció. De esa manera, se evitará que la delegada pueda
cumplir con su deber y que sea postulada nuevamente por los
cuatro mil farmacéuticos que ella representaba. En mayo/2010
caduca su mandato y es necesario postularse nuevamente para
uno nuevo". 

Finalmente, enuncia sus conclusiones, a saber: - la querellada


efectuó explicaciones que fueron de satisfacción del
querellante, - estimó actuar en cumplimiento de sus deberes
como delegada, y no pretendió afectar el buen nombre y honor
de Ghiggia, -no sintió que había sido amenazada, - no se desdijo
de las manifestaciones, así como tampoco asumió el delito
endilgado, ni pidió perdón, - la interpretación de que tales actos
significaron una retractación, no sigue los lineamientos de la ley,
la doctrina y la jurisprudencia imperante aplicable al caso de
marras, - dicha consideración causa los gravámenes
irreparables expuestos. 

Solicita que se corrija el error de derecho que vicia la sentencia


de sobreseimiento, postulando al acto de la audiencia de
conciliación, como una verdadera "conciliación", sobreseyendo a
la querellada de conformidad a lo previsto en el art. 350, inc. 4,
CPP, en función del art. 343, primera parte del mismo digesto. 

3. En subsidio de lo anterior, el quejoso aduce el motivo formal


(CPP, art. 468 inc. 2) por cuanto considera que se ha inobservado
en la fundamentación de la sentencia las reglas de la sana
crítica racional (CPP, art. 413 inc. 4, supuesto 2 y 142). 

Señala que la justificación vertida en el punto II del decisorio


atacado es falsa, por cuanto ha considerado como si fuera una
retractación los dichos de su asistida que, en rigor, fueron
dirigidos a confeccionar un acuerdo conciliatorio, esta
consideración le generó los perjuicios detallados en los puntos
anteriores, remarcando que con dicha resolución se ha
determinado que la querellada se desdijo y se la ha mostrado
como confesante del delito de calumnia, arrepentida, mentirosa
o falsa, poco confiable, de mal desempeño, todo lo cual le
impedirá postularse nuevamente como delegada de los
farmacéuticos ante la Caja de Previsión y le acarreará otros
efectos que desvaloran su moral. 
Para el recurrente la arbitrariedad expuesta surge manifiesta
dado que los elementos de prueba obrantes en autos (esto es, lo
expresado por las partes en el acuerdo conciliatorio) no cumplen
con los requisitos propios de una retractación, violándose los
principios de razón suficiente y no contradicción. Además,
reseña lo dicho en torno a la falta de fundamentación basada en
que el iudex no explicitó por qué consideró a tales expresiones
como una retractación, en tanto ello no se evidenciaba de su
simple lectura. 

Estima, entonces, que este Tribunal debe hacer lugar a la


pretensión que se esgrime y, en consecuencia, anular la
resolución u ordenar al inferior producir una nueva sentencia
conforme a derecho. Hace reserva del caso federal (fs. 23/31). 

III.  La parte querellante, Hender Batista Gigghia, con el


patrocinio de las letradas María Noel Costa y María Gracia
Cardone, produjo informe en la alzada del citado recurso, en
razón de lo previsto en los arts. 475 y 476, que remiten a los arts.
462, 465 siguientes y concordantes del CPP, solicitando que, en
razón de los siguientes argumentos se confirme la sentencia
recurrida. 

1. En primer lugar, reseñan los motivos y fundamentos de la


casación interpuesta por la defensa. A continuación, enuncian
que este informe centrará su análisis en reforzar la correcta
interpretación dada por el a quo en la sentencia al aceptar la
retractación que de manera clara y categórica efectuó la
querellada. 

Advierte que por un orden lógico y jurídico, será tratado de un


modo específico el objeto del presente proceso, esto es la
calumnia y su retractación, no ingresando esta parte, a la
contestación de todos los agravios vertidos en el texto recursivo,
en contra de asesores y miembros del directorio de la Caja de
Profesionales de la Salud, pues, más allá de la sorpresa que
causan las expresiones vertidas por el abogado defensor de la
querellada, no corresponde su análisis, ya que no son parte de
este proceso, sin perjuicio de las acciones que en otro proceso o
instancia pudieran hacerse valer. Reseña las manifestaciones a
las que alude. 

Aduce que esta confusión de objetos procesales en que incurrió


el impugnante, tal vez, lo hayan conducido erróneamente a
entender que no ha existido retractación en los presentes autos,
y expresar, por ejemplo, como fundamento de sus pretensiones,
lo siguiente: "desde el punto de vista funcional nuestra clienta
nunca se podría haber retractado de algo que ella pretende que
se investigue por las autoridades de la Caja...", siendo que
dichas circunstancias evidentemente no eran objeto de esta
causa; además, las autoridades de dicha institución no han
intervenido en la misma, sumado a que tampoco tomaron
conocimiento de que hayan sido objeto de denuncia penal
alguna. 

2. Considera que no concurre en autos el requisito de


impugnabilidad subjetiva como lo alega el quejoso, pues no
existe un interés directo, ni un gravamen irreparable. Funda tal
aserto en que este supuesto no está previsto entre los
enumerados por el art. 472 del CPP. Dado este escollo, solicita
que se declare la inconstitucionalidad de los arts. 443, 445 y 472
del CPP, sosteniendo que dichas normas vulneran las garantías
constitucionales de defensa en juicio, tutela judicial efectiva,
derecho a ser oído y la doble instancia, a la vez que la decisión
cierra definitivamente el proceso. 

Recuerda que, según el impugnante, dicha vulneración causa


gravámenes irreparables que se asientan en una sentencia
"injusta" que basa el sobreseimiento en la retractación (art. 434,
segunda parte, CPP). 

Contrariamente a lo narrado, estima que ninguno de estos casos


tiene la calidad enunciada. Da razones: 

*"La retractación implica asumir culpabilidad". Ello es


contradicho por el informante pues el art. 117 en su redacción
actual expresamente establece que: "la retractación no
importará para el acusado la aceptación de su culpabilidad"
(conf. Ley n.° 26551). En razón del principio de la aplicación de la
ley penal más benigna, se desdibuja y pierde sustento cualquier
agravio que se argumentara a favor del referido perjuicio. 

*"Que puede ser obligada a publicar a su costa la retractación".


Observa que dicha posibilidad se diluye dado que ha sido
prevista solo para el caso del art. 114 (calumnias e injurias
difundidas por la prensa) y no para el del 117 del CP. Además, ha
caducado la oportunidad en la que dicha publicación puede ser
impuesta (es decir, con la querella o bien en la audiencia de
conciliación). Señala que resulta lógica la previsión del art. 114
CP, pues la propia injuria o calumnia ha sido difundida por la
prensa, pero ello no autoriza a su extensión al art. 117 como
pretende hacer notar el recurrente. Tampoco el presente es el
caso previsto para el art. 441 del CPP, aludiendo doctrina al
respecto.

*"La querellada puede ser sancionada". Según el impugnante, a


la acusada se le puede achacar mal desempeño y, por ende,
sancionársela. El querellante estima que ello está alejado de la
realidad, ya que la propia querellada reconoce que la nota en
cuestión ha sido presentada cumpliendo con sus deberes de
delegada titular de la Caja de Previsión Social, lo cual torna
contradictorio que con ello haya incurrido en un mal
desempeño. 
Además, el informante refiere que con el sobreseimiento
dictado no quedará constancia de estos antecedentes penales,
a la vez que la reglamentación de la actividad (Ley provincial n.°
8755) solo excluye por mal desempeño a los miembros del
directorio. Aduce que, aunque la querellada posee el cargo de
delegada, las presentes actuaciones no le impedirían acceder a
un puesto con mayor jerarquía. 

Aseguran que la amenaza objeto de la calumnia nada tiene que


ver con su desenvolvimiento en el mencionado carácter, es
decir, en la manera que la misma ejerce su cargo y desarrolla su
trabajo, sino con cuestiones relativas a incompatibilidades de
caracteres entre las partes. 

En suma, manifiesta, la parte querellada carece de un interés


directo y, por ende, de legitimación subjetiva suficiente a los
fines del planteamiento de inconstitucionalidad deducido, no
correspondiendo hacer lugar al recurso de casación interpuesto. 

3. En cuanto al meollo del recurso, esto es, si existió o no


retractación, repara en que dada la confusión de objetos
procesales en que incurrió el impugnante, corresponde delimitar
nuevamente la materia que abarca la querella. Conforme
trasciende de las constancias de autos -resolución y querella-,
aquí se examina lo siguiente: el 3/09/2009 la Sra. Azucena
María del Valle Turina en ocasión de remitir nota al Presidente
de la Caja de Previsión Social para profesionales de la Salud, el
Dr. Francisco Goleniowski, expresamente manifiesta que con
fecha 2/09/2009 habría recibido una llamada telefónica, en la
cual, el querellante le habría expuesto: "que si en el transcurso
de la tarde del día de la fecha no me comunicaba con el Dr.
Escalera algo muy feo me iba a pasar", declarando la querellada
que "...tales expresiones constituyen una clara amenaza y serán
objeto de la correspondiente denuncia...". A continuación,
expresa que posteriormente según el acta obrante a fs. en la
audiencia fijada por el Tribunal, la misma, al rectificarse de sus
dichos, manifestó textualmente: "que con la nota de referencia
estimó actuar en cumplimiento de sus deberes como delegada,
no pretendiendo afectar su buen nombre y honor en su
desempeño en el ejercicio de vocal de la Caja; y que en ningún
momento sintió que había sido amenazada en dichas
circunstancias...". 

Señala que según la definición del Diccionario de la Real


Academia Española retractación significa "rectificarse de lo que
se había afirmado, constituyendo sinónimos de la misma los
siguientes conceptos: contraorden, revocación, enmienda, y
arrepentimiento". Observa que rectificar, conforme al mismo
glosario, implica corrección, enmienda, modificación, cambio,
alteración, retoque, reforma, perfeccionamiento, innovación. De
ello, asevera que de la simple lectura del hecho y las
exposiciones posteriores de la querellada trasciende de manera
clara, categórica e indubitable que ha efectuado una
retractación, porque se ha rectificado de sus dichos, toda vez
que los ha revocado y modificado. 

Todo ello, a su criterio, ha sido correctamente entendido por el a


quo, tanto es así que esta parte renunció a iniciar acciones
civiles que pudieran originarse a partir de dicha retractación. Cita
jurisprudencia de esta Sala, y entiende que de hacerse lugar al
recurso se produciría un verdadero gravamen a su parte, es
decir, dispondría erróneamente el sobreseimiento de la
querellada en razón de la extinción de la pretensión penal. 

Considera que, comparando este caso con lo regulado para la


apelación, la imputada puede recurrir cuando se ha inobservado
el orden de los incisos, no siendo el presente el supuesto allí
previsto, pues aquí se mantuvo dicho orden. 

Concluye que lo anterior surge del correcto análisis de ambas


causales porque, mientras que la causal que la querellada
pretende implica que se está frente a una acción típica
antijurídica culpable y punible; en el inciso aplicado por la
sentencia en crisis, se está frente a una acción típica antijurídica
y culpable, pero en razón de una cuestión de política criminal, no
punible (fs. 42/43). 
IV. Como cuestión preliminar, recordamos que el juez
correccional mediante Auto n° 63, del 14/12/2009, estimó que la
impugnación había sido interpuesta en tiempo oportuno, por
quien tenía derecho a recurrir y en contra de una resolución
definitiva notificada a las partes el día 23/11/2009. Ello fundaba
la concesión de los recursos de casación e inconstitucionalidad
articulados por el quejoso (fs. 34). 

A partir de estas consideraciones, el Tribunal implícitamente ha


aceptado, por vía de interpretación, como lo sugiere el quejoso
en su presentación, la admisión del recurso, por lo que carece de
interés la resolución del planteo de inconstitucionalidad de las
normas limitativas del recurso de casación instado por la
querellada, pues este ha devenido abstracto. A continuación,
nos avocaremos a la evaluación de su procedencia. 

V.1. El impugnante denuncia la errónea calificación legal de la


conducta atribuida a la querellada en la audiencia de
conciliación, ya que esta no se retractó de los dichos que
motivaron la presente querella, sino que en esa oportunidad las
partes arribaron a un acuerdo conciliatorio. En razón de ello,
considera que debe ser sobreseída por este motivo que
encuadra en la renuncia del ofendido dispuesta como causal de
la extinción de la acción penal (art. 434 primer párrafo, y 350 inc.
4 del CPP y 59 inc. 4 del CP). 
En primer lugar, recordamos que el 12 de noviembre de 2009, se
hizo constar que "...Concedida la palabra a la querellada, esta
efectuó explicaciones que son de satisfacción del querellante,
habida cuenta que manifestó que, con la nota de referencia,
estimó actuar en cumplimiento de sus deberes como delegada,
no pretendiendo afectar su buen nombre y honor en su
desempeño en el ejercicio de Vocal de la Caja, y que en ningún
momento sintió que había sido amenazada en dichas
circunstancias. Asimismo, manifestaron las partes, que las
costas serán por su orden, renunciando mutuamente a las
acciones civiles y penales que pudieran corresponder por este
conflicto", finalizando allí el acto firmando las partes la
conformidad del mismo. 

Al analizar el presente caso, el Juez Correccional reiteró lo


manifestado por Turina, y consideró que la explicación dada por
esta y la aquiescencia prestada por el querellante debían ser
interpretadas como una retractación formulada por aquella con
plena eficacia jurídica, dictando en consecuencia el
sobreseimiento de la primera pues dicha retractación constituía
una excusa absolutoria (arts. 434 última parte y 350 inc. 3,
cuarto supuesto, del CPP). Dados estos antecedentes, dispuso
la imposición de costas por su orden (fs. 19/20). 

2. En ese contexto, a fin de ponderar la corrección jurídica del


fallo bajo examen, es preciso detallar las características
relevantes que definen ambos institutos. 

En primer término, la conciliación consiste en el avenimiento o


arreglo armónico entre las partes -por tanto, es bilateral-, que se
produce cuando el querellante acepta las explicaciones,
aclaraciones o excusas voluntariamente expresadas por el
querellado. Además, dicho acuerdo, solo por razones
sistemáticas y por la identidad de los efectos que produce en
relación con la acción penal, corresponde considerarlo una
modalidad especial de renuncia del querellante; en especial,
porque no deriva de un acto unilateral, sino que es consecuencia
de la bilateralidad del avenimiento y de la imposibilidad legal de
continuar con posterioridad -dada la voluntariedad y efectos
jurídicos- con la persecución penal (CAFFERATA NORES, José
Ignacio - TARDITTI, Aída, Código Procesal Penal de la Provincia
de Córdoba -Comentado, Mediterránea, Córdoba, 2003, T. 2, p.
338/9). 

En relación a las costas, la conciliación -dada su bilateralidad que


impide considerar a una sola de las partes como vencida-
conlleva una regla específica en cuya virtud se distribuyen en el
orden causado, salvo convenio en contrario (CAFFERATA
NORES, José Ignacio - TARDITTI, Aída, ob. cit., p. 339). 

De otro costado, la retractación es una excusa absolutoria que


opera exclusivamente para los delitos de injurias y calumnias
(art. 117 CPP), y consiste en un acto voluntario y unilateral del
querellado de arrepentimiento activo -aunque no obedezca a un
móvil noble-, a través del cual se desdice de lo dicho, escrito o
hecho (CAFFERATA NORES, José Ignacio - TARDITTI, Aída, ob.
cit., p. 339). Además, la mayoría de la doctrina coincide en que
esta tiene el carácter de una excusa absolutoria de
responsabilidad criminal cuyo fundamento político es el
arrepentimiento activo del ofensor enderezado a reparar el daño
causado al honor ajeno. A raíz de ello, la admisibilidad o no de la
retractación no queda librada a la aceptación de la contraparte,
sino a la decisión del juez (Carrera y otros, "Estudios de las
Figuras Delictivas" T. 1, pág. 252; "Código Procesal Penal de la
Provincia de Córdoba", Lerner 2da. ed., nota 1 al art. 457, pág.
427 y vta., TSJ, Sala Penal, "Querella formulada por Oddone de
Fragueiro c/Yankelevich", S. n° 94, 31/10/02). 

Es necesario aclarar que la exigencia de publicidad de la


retractación (CP, art. 117) se entiende suficientemente cumplida
cuando se efectúa dentro del proceso penal que tiene ese
carácter y ante el juez interviniente. Solo cuando dichos delitos
fueren propagados por la prensa, el querellante podrá requerir la
publicación de la retractación, es decir, esta publicidad adicional
es posible, solo en ese caso particular, a pesar de la aparente
generalidad del art. 441. 
Finalmente, dado que quien se retracta asume el hecho que
motiva la querella, las costas son a su cargo, pues en definitiva
se trata del vencido (CAFFERATA NORES, José Ignacio -
TARDITTI, Aída, ob. cit., p. 340/41). 

3. En ese marco, se advierte claramente que el sentenciante ha


nominado erróneamente las expresiones de la imputada Turina
como retractación, cuando, en rigor, las mismas pretendieron
promover un acuerdo conciliatorio entre las partes, lo que
finalmente ocurrió. 

En efecto, de los términos reseñados supra surge prístino que la


querellada con sus manifestaciones brindó explicaciones a su
contraparte de lo vertido en la nota remitida por ella al
presidente la Caja de Previsión Social para profesionales de la
Salud de la provincia, en donde se consignó que "la presión
moral que ejerce el abogado Escalera sobre mi colega Hender
Ghiggia han sido confirmadas. Concretamente, el día 02.09.09
recibí una comunicación telefónica en la que el Sr. Ghiggia
textualmente me manifestó: "que si en el transcurso de la tarde
del día de la fecha no me comunicaba con el Dr. Escalera, algo
muy feo me iba a pasar". Tales expresiones constituyen una
clara amenaza y serán objeto de la correspondiente denuncia"
(fs. 6). 
La querellada aclaró que el motivo de tales manifestaciones fue
simplemente satisfacer sus funciones como delegada, no
habiendo confeccionado la misma con el fin de afectar el honor
del querellante. Además, cuando precisó que "no se sintió
amenazada" quiso significar que Gigghia no logró intimidarla, lo
que se evidencia con la nota presentada un día después de
producido el llamado. 

Estas explicaciones permitieron que las partes arribaran a un


arreglo en el que, de común acuerdo, decidieron renunciar a las
acciones penales y/o civiles que recíprocamente surgían de los
sucesos comentado, poniéndose de relieve aquí la bilateralidad
del acto. 

Asimismo, el propio juzgador consideró que las costas debían


imponerse por su orden, lo cual se condice con las
características de la conciliación. 

Como vemos, no existió arrepentimiento activo por parte de


Turina, quien se limitó a precisar las reales dimensiones de lo
expuesto en su presentación, sin que ello implique una disculpa
hacia el querellante. 

Por último, entendemos que han sido contestados por el


informante los puntos relativos a la existencia de interés de la
imputada en la modificación de la causal de sobreseimiento,
esto es, la asunción de responsabilidad, la posibilidad de
publicación, la afectación moral y el eventual sometimiento a un
proceso de destitución. 

Sin embargo, de mantenerse la resolución, se pondrían en riesgo


las renuncias articuladas por ambas partes en orden a las
pretensiones civiles o penales que les asisten a raíz del hecho
analizado dado el carácter unilateral que se le asigna a la
retractación. Consideramos, por ello, que esta circunstancia
determina la necesidad de corregir la errada solución arbitrada
por el a quo. 

A mayor abundamiento, esta Sala Penal ha sostenido en


reiterada jurisprudencia que en el análisis de los supuestos
previstos en el art. 350 del CPP debe tenerse en cuenta que
atento a la naturaleza sustancial de las distintas causales de
sobreseimiento, las extintivas de la acción –como lo es la
renuncia del agraviado, respecto de delitos de acción privada-
deben ser de previa consideración. Es así que la sola presencia
de una causal extintiva de la acción debe ser estimada
independientemente, cualquiera sea la oportunidad de su
producción y de su conocimiento por el Tribunal, toda vez que -
en términos procesales- significa un impedimento para
continuar ejerciendo los poderes de acción y de jurisdicción en
procura de un pronunciamiento sobre el fondo. Es decir, no
queda librada a la voluntad del juzgador la posibilidad de optar
por realizar un análisis objetivo o subjetivo de las causales, sino
que la ley impone un camino a recorrer (T. S. J., Sala Penal,
“Moreno”, S. n.° 32, 20/03/2007; “Martínez”, S. n.° 116,
8/06/2007). 

Por todo lo expuesto, concluimos que el sentenciante ha


inobservado erróneamente el instituto de la conciliación,
imputándole, equivocadamente, a la querellada una retractación
que esta no formuló. 

A la primera cuestión, voto afirmativamente. 

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli,


dijo: 

La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones


necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por
ello, adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido. 

La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc G. de


Arabel, dijo: 

Estimo correcta la solución que da la señora Vocal doctora Aída


Tarditti, por lo que adhiero a la misma en un todo, votando, en
consecuencia, de igual forma. 
A LA SEGUNDA CUESTIÓN: 

La señora Vocal doctora Aída Tarditti, dijo: 

I. En virtud de la votación que antecede, corresponde hacer lugar


al presente recurso y, en consecuencia, casar la resolución
cuestionada que calificó jurídicamente la conducta de la
querellada como retractación. En su lugar, corresponde
sobreseer a Azucena del Valle Turina por el delito de calumnias
(art. 109 del CP), en razón de haber arribado las partes a un
acuerdo conciliatorio, que implicó la renuncia del ofendido
Hender Batista Ghiggia a la acción penal (art. 434, 350 inc. 4 del
CPP, y 59 inc. 4 del CP). 

II.1. Por su parte, esta Sala ha dicho que el principio general que
emana de los artículos 551 del CPP es que las costas se
imponen al vencido, esto es, a quien obtiene un
pronunciamiento adverso a su pretensión. Dicho código rituales,
empero, autoriza al Tribunal a eximir total o parcialmente de las
costas al condenado a su pago, debiendo, en ese supuesto,
motivar su decisión para apartarse del principio objetivo de la
derrota, en criterios objetivos de apreciación suficientemente
explicitados, pues por tratarse de una excepción debe ser
admitida restrictivamente (arts. 551, 1° párrafo, CPP). 
En tal sentido, de modo mayoritario la doctrina ha interpretado
que tal eximición no significa imponer las costas al vencedor, ni
que el vencido quede totalmente exento del pago de la totalidad
de las costas, sino solo que este no debe hacerse cargo de las
que correspondan al vencedor (TSJ, Sala Penal, “Meza”, S. n.°
38, 17/03/2008). 

2.  En autos, en razón del planteo casatorio, se dispuso la


modificación de la causal de sobreseimiento afirmada en la
decisión del a quo. 

No obstante, ello, a los efectos de la imposición de las costas,


resulta relevante que la parte querellante -vencida en esta
instancia- complementó en su informe lo resuelto por el
sentenciante, en cuanto a que correspondía desincriminar al
imputado por concurrir en el supuesto bajo análisis una excusa
absolutoria, y no un supuesto de extinción de la acción penal
(art. 350, inc. 3). Además, el informante en su presentación
contestó motivadamente a cada uno de los fundamentos
ofrecidos por la defensa para rebatir la conclusión del Juez
Correccional. Estas circunstancias constituyeron importantes
razones objetivas que generaron en el querellante razonables
expectativas para creer que el fallo no sería revocado. 

3. Entonces, al haber existido razones plausibles para litigar por


parte del informante en la presente causa, estimo justo y
prudente imponer las costas por el orden causado (CPP, arts.
550 y 551). 

Así voto. 

La señora Vocal doctora María Esther Cafure de Battistelli,


dijo: 

La señora Vocal preopinante, da, a mi juicio, las razones


necesarias que deciden correctamente la presente cuestión. Por
ello, adhiero a su voto, expidiéndome en igual sentido. 

La señora Vocal doctora María de las Mercedes Blanc G. de


Arabel, dijo: 

Estimo correcta la solución que da la señora Vocal del primer


voto, por lo que adhiero a la misma en un todo, votando, en
consecuencia, de igual forma. En este estado, el Tribunal
Superior de Justicia, por intermedio de la Sala Penal; 

RESUELVE: I) Hacer lugar al presente recurso y, en


consecuencia, casar la resolución cuestionada que calificó
jurídicamente la conducta de la querellada como retractación.
En su lugar, corresponde sobreseer a Azucena del Valle Turina
por el delito de calumnias (art. 109 del CP), en razón de haber
arribado las partes a un acuerdo conciliatorio, que implicó la
renuncia del ofendido Hender Batista Ghiggia a la acción penal
(art. 434, 350 inc. 4 del CPP, y 59 inc. 4 del CP). 

II) Costas por el orden causado (CPP, arts. 550 y 551). Con lo que
terminó el acto que, previa lectura y ratificación que se dio por la
señora Presidente en la Sala de Audiencias, firman esta y las
señoras Vocales de la Sala Penal del Tribunal Superior de

Justicia, todo por ante mí, el Secretario, de lo que doy fe1. 

[1] T. S. J. de la Provincia de Córdoba, “Querella presentada por Ghiggia Hender Bautista c/

Turina Azucena María del Valle por calumnia -Recurso de Casación-” (2011). Recuperado de

http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2014/12/Fallos32267.pdf

Te proponemos analizar esta resolución judicial luego de internalizar los


conceptos, centrándote en las distintas figuras penales analizadas en la
lectura, y resolver en función de la aplicación de estas y los argumentos
expuestos por el Tribunal Superior.

Es importante aclarar que pienses en las figuras penales en función de lo


decidido por los jueces.

Art. 110

El que intencionalmente deshonrare o desacreditare a una persona física
determinada será reprimido con multa de pesos mil quinientos ($ 1.500.-) a
pesos veinte mil ($ 20.000.-). En ningún caso configurarán delito de injurias
las expresiones referidas a asuntos de interés público o las que no sean
asertivas. Tampoco configurarán delito de injurias los calificativos lesivos del
honor cuando guardasen relación con un asunto de interés público.

C O NT I NU A R
Lección 2 de 6

Injuria

Concepto, medios, aspectos subjetivos

La injuria es una ofensa genérica al honor ajeno, por contraposición a la


calumnia, que es una ofensa especializada. La “deshonra” es una lesión al
derecho que tienen las personas a que los terceros respeten las cualidades
que —según su propia estimación— le asignan a su personalidad. La
“desacreditación” es una lesión al derecho que tienen las personas a que no
se perjudique la opinión que sobre su personalidad puedan tener los terceros
(fama o reputación). El descrédito no solo requiere que trascienda a terceros,
sino que exista voluntad de lograr esa trascendencia.

La injuria, entonces, en sus dos modalidades, deshonra y descrédito,


consiste en la imputación de una calidad, costumbre o conducta socialmente
disvaliosa, aun cuando las imputaciones sean verdaderas. Es un delito
doloso que se consuma cuando esta llega a conocimiento de su destinatario
o un tercero; es, además, formal, y no requiere que el hecho dañe
efectivamente la honra o el crédito ajeno.
La prueba de la verdad

Art. 111

El acusado de injuria, en los casos en los que las expresiones de ningún modo
estén vinculadas con asuntos de interés público, no podrá probar la verdad de
la imputación salvo en los casos siguientes:

1. Siel hecho atribuido a la persona ofendida, hubiere dado lugar a un


proceso penal. 

2. Si el querellante pidiera la prueba de la imputación dirigida contra él.

En estos casos, si se probare la verdad de las imputaciones, el acusado


quedará exento de pena.

Una consecuencia del modo objetivo de proteger el honor es la prohibición de


“la prueba de la verdad”, salvo que un interés social más valioso que el honor
individual exija la acreditación. Este supuesto está reglado en el artículo
transcripto y su desarrollo puede estudiarse sin dificultad del manual de la
bibliografía básica. Sin embargo, debemos tener presente que, en orden a la
prueba de la injuria, la nueva ley prevé que no constituyen calumnia o injuria
aquellas expresiones referidas a asuntos de interés público2, sin que sea
necesario, ni probar que se está defendiendo un interés público y sin que sea
preciso que ese interés público sea actual. De este modo, cualquier conducta
ofensiva relacionada con un interés público, actualmente es una conducta
atípica.

[2] Art. 110, Ley 11179. (1984). Código Penal de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación

Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-

19999/16546/texact.htm#15

Con relación a la figura que estamos analizando, y en comparación al delito


de “calumnia”, el T. S. J. señaló lo siguiente: 

…la doctrina actualmente afirma, en forma unánime, que los


delitos contra el honor ofenden a las personas de manera
directa e inmediata en su personalidad, vale decir, en el conjunto
de las cualidades morales, jurídicas, sociales y profesionales,
apreciadas como valiosas por la comunidad, atribuibles a las
personas (Ricardo C. Núñez, Derecho Penal Argentino, Omeba,
Buenos Aires, 1964, T. IV, ps. 18/19; Sebastián Soler, Derecho
Penal Argentino, T.E.A., Buenos Aires, 1970, T. III, p. 184; Carlos
Fontán Balestra, Tratado de Derecho Penal, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1968, T. IV, p. 401; Carlos Creus, Derecho Penal:
Parte Especial, Buenos Aires, Astrea, 1999, T. 1, p. 125). Con
respecto a este bien jurídico, el Código Penal prevé solamente
dos tipos fundamentales de delitos contra el honor: el de injurias
es el tipo genérico, y consiste en "deshonrar o desacreditar a
otro" (art. 110 C.P.); el delito de calumnias es un tipo específico
en relación al anterior, porque consiste en imputar falsamente a
otro un delito que dé lugar a una acción pública (art. 109 C.P.)
(Ricardo C. Núñez, op. cit., p. 55; Carlos Creus, op. cit., T. 1, p.
131). Ahora bien, en lo que aquí concierne, es conveniente
destacar el carácter imputativo de la conducta injuriosa. En
efecto, la injuria, como deshonra o como descrédito, es siempre
una conducta significativa de desmedro para las calidades
estructurantes de la personalidad. Debe estar constituida, por
consiguiente, por imputaciones de calidades, costumbres o
conductas susceptibles de ser apreciadas como peyorativas
para la personalidad del ofendido, por este o por los terceros.
Para arribar a esta conclusión, se sostiene que el art. 110 del
Código, apartándose del Proyecto Tejedor (part. II, tít. VII, art. 1),
el Código de 1886 (art. 179) y el Proyecto de 1891 (art. 138),
inspirados a su vez en el Código peruano de 1862 (art. 281) y en
el Código español de 1848 (art. 379), abandonó el menosprecio
como forma constitutiva de injuria y mantuvo la deshonra y el
descrédito como tipos posibles de este delito. Pero al proceder
así, el legislador no entendió comprender en la deshonra el
menosprecio, esto es, la conducta que, sin imputarle a la víctima
de ella una calidad, costumbre o conducta deshonrante, la tiene
en menos de lo que merece por su dignidad o decoro. Tanto es
así, que el artículo 111 supone que la injuria implica siempre una
imputación al ofendido susceptible de probarse por el
querellado. Esto no puede ocurrir respecto del simple
menosprecio, el cual no señala calidad, costumbre o conducta
de la víctima sometible a prueba. Además, cuando la ley ha
querido castigar las infracciones al decoro, lo ha hecho
específicamente (como ocurría con el desacato del art. 244,
Cód. Penal, que derogó la ley 24.198) (Cfr. Ricardo C. Núñez, op.
cit., p. 58; Carlos Fontán Balestra, op. cit., p. 432; Carlos Creus,

op. cit., p. 125)…3.

[3] T. S. J. de la Provincia de Córdoba, “Querella formulada por Clara Bomheker c/ Isaac

Jacobo Plotnik p.s.a. injurias e incumplimiento de los deberes de asistencia familiar - Recurso

de Casación-" – Expte. "Q", 04/98.  

Injurias recíprocas y en juicio

Injurias recíprocas

Art. 116

Cuando las injurias fueren recíprocas, el tribunal podrá, según las
circunstancias, declarar exentas de pena a las dos partes o a alguna de ellas.
Las injurias no adquieren el carácter de recíprocas porque el querellante y el
querellado se hayan injuriado uno a otro (simultáneamente). Este carácter se
adquiere cuando una de las injurias tiene su causa en la otra, es decir, debe
existir entre ambas una relación de causalidad subjetiva (se injuria en razón
de una injuria sufrida anteriormente, y a causa de esta). No es necesario que
las “injurias” sean equivalentes, simultáneas (que se hayan dado en un
mismo contexto), ni que se encuentren temporalmente próximas. La
facultad del juez constituye una excusa absolutoria (si bien es facultativa, no
implica que pueda ser discrecional).

Art. 115

Las injurias proferidas por los litigantes, apoderados o defensores, en los
escritos, discursos o informes producidos ante los tribunales y no dados a
publicidad, quedarán sujetas únicamente a las correcciones disciplinarias
correspondientes.

Injurias en juicio

Esta excepción funciona para las injurias y no para los supuestos de


calumnias, debido a que, en estos casos, existe un interés social en que se
averigüe la posible comisión de un delito.

Este supuesto no presenta mayores dificultades. No obstante, conviene


resaltar los siguientes aspectos señalados por la jurisprudencia de la Cámara
Nacional en lo Criminal y Correccional Federal:

1) …No es procedente aplicar la excusa absolutoria prevista en el


art. 115, C.P. -de aplicación si las expresiones prima facie
injuriantes son proferidas en juicio y no son dadas a publicidad-,
cuando las frases injuriantes habrían sido pronunciadas
directamente ante periodistas en el marco de una entrevista
televisiva. La expresión "en juicio" se refiere exclusivamente a
los escritos, discursos o informes que se produzcan ante los
Tribunales. Es que el motivo de esta norma es el resguardo del
derecho a la libre defensa en juicio, es decir, en los procesos
judiciales en los que se dirima un litigio, sea dentro del principal o
en sus incidentes. No puede extenderse a cualquier otro ámbito
en que se pretenda desmentir una acusación. El giro "dadas a
publicidad" se refiere a que las expresiones sean sacadas
intencionalmente por el autor del ámbito desaparece la

necesidad de resguardar el ejercicio de la defensa en juicio4.  

[4] Cám. Nac. en lo Criminal y Correccional Federal, Sala VI, “Soaje Pinto, José M - 8/08/02 - c.

17.813”.
2) … Si los términos considerados injuriosos por el querellante
habrían sido vertidos en el trámite de procesos judiciales, es
aplicable la exención contemplada en el art. 115 del código
sustantivo. "Pensamos que el art. 115 se refiere también a las
injurias proferidas contra terceros. La norma es amplia, pero no
ilimitada (...) El límite de las injurias comprendidas está, pues,
fijado por la naturaleza de su contenido vinculado a la
controversia, sean dirigidas a las partes o a terceros". "Las
injurias a las que se refiere el art. 115 del C.P. son las que se
profieren en los escritos presentados por los litigantes en un
juicio y mientras se desarrollen dentro de ese contexto y no sean
dadas a publicidad, se los exime de responsabilidad. La
expresión "en juicio" se refiere exclusivamente a los escritos,
discursos o informes que se produzcan ante los Tribunales. Es
que el motivo de esta norma es el resguardo del derecho a la
libre defensa en juicio, es decir, en los procesos judiciales en los
que se dirima un litigio, sea dentro del principal o en sus
incidentes". Si las cuestiones vertidas en el juicio no fueron
comunicadas a terceros ajenos al juicio, no se han dado a
publicidad, sino que, en todo caso, fueron conocidas por las
partes interesadas en los pleitos y por los órganos estatales
encargados de investigar y juzgar. Por ello, corresponde
confirmar el auto que desestima la causa por inexistencia de

delito…5.

[5] Cám. Nac. en lo Criminal y Correccional Federal, Sala VI, “FILANDINO, Lucrecia R. - 23/05/06

- c. 28.943”.
3) …Si las actuaciones se iniciaron a raíz de la querella incoada
por el apoderado de la querellante, quien indicó que las
calumnias habrían sido proferidas al momento de la
presentación de un escrito por parte de la querellada en el
Juzgado Comercial en los autos que allí tramitan, el hecho
investigado, de adecuarse a algún tipo penal sería el de injurias y
no el de calumnias. "La imputación calumniosa requiere que se
atribuya un delito determinado o, cuando menos, determinable
como hecho real; no basta, por consiguiente, atribuir un delito
según la calificación exclusivamente penal; es imprescindible
que la determinación se establezca en virtud de sus
circunstancias fácticas (víctima, lugar, tiempo, objeto, medios,
otros), aunque no contenga a todas, pero sí las que basten para
permitir la individualización".

"Es suficiente con que la injuria se profiera en las circunstancias


típicas del art. 115 para que sea procedente la exención, aunque
no concierna específicamente al objeto del juicio en el cual se
produce". "Se ha puesto de acuerdo la doctrina en que la
publicidad mencionada por la norma no es el procedimiento
destinado a que la ofensa tome estado público con su
conocimiento por un número indeterminado de personas, sino la
circunstancia de que ese conocimiento haya sido llevado, por
obra intencional del agente, a terceros ajenos al juicio, antes de
la presentación de la instancia en el tribunal (...) o después de
ella..."."Las injurias a las que se refiere el art. 115 del C.P. son las
que se profieren en los escritos presentados por los litigantes en
un juicio y mientras se desarrollen dentro de ese contexto y no
sean dadas a publicidad, se los exime de responsabilidad. La
expresión "en juicio" se refiere exclusivamente a los escritos,
discursos o informes que se produzcan ante los Tribunales. Es
que el motivo de esta norma es el resguardo del derecho a la
libre defensa en juicio, es decir, en los procesos judiciales en los
que se dirima un litigio, sea dentro del principal o en sus
incidentes". En consecuencia, debe confirmarse el auto que

desestima la querella6. 

[6] Cám. Nac. en lo Criminal y Correccional Federal, Sala VI, “Barbero, Delfina - 18/04/06 - c.

29.055”.

Esta noticia da cuenta de una tensión existente entre la afectación del honor
como bien jurídico protegido y la afectación de la libertad de prensa de los
periodistas:

Un funcionario querelló a un periodista: ¿defensa del honor o límite a la


libertad de prensa? - Noticias - Elentrerios.com

Un funcionario querelló a un periodista: ¿defensa del


honor o límite a la libertad de prensa? - Noticias -
Elentrerios.com
Por Adrián Pino En 2015 el entonces secretario de Hacienda Municipal de Concepción del
Uruguay, Oscar "Cacho" Colombo, inició una acción penal por calumnias e injurias contra
el periodista Juan Carlos Botta.
MÁS INFORMACIÓN UN FUNCIONARIO QUERELLÓ A UN PERIODISTA: ¿DEFENSA DEL
HONOR O LÍMITE A LA LIBERTAD DE PRENSA? - NOTICIAS - ELENTRERIOS.COM 

Fuente: Pino, A. (31 de marzo de 2016). Un funcionario querelló a un periodista: ¿defensa del honor o límite a la

libertad de prensa? Elentreríos [versión digital]. Recuperado de https://www.elentrerios.com/actualidad/un-

funcionario-querella-a-un-periodista-adefensa-del-honor-o-lamite-a-la-libertad-de-prensa.htm

C O NT I NU A R
Lección 3 de 6

Calumnia. Definición

Art. 109

La calumnia o falsa imputación a una persona física determinada de la
comisión de un delito concreto y circunstanciado que dé lugar a la acción
pública, será reprimida con multa de pesos tres mil ($ 3.000.-) a pesos treinta
mil ($ 30.000.-). En ningún caso configurarán delito de calumnia las
expresiones referidas a asuntos de interés público o las que no sean
asertivas.

Estructura del delito

Mientras que en la injuria los términos ofensivos no están tipificados, en la


calumnia sí (delito que dé lugar a la acción pública). Se justifica que esta
conducta esté más severamente penada por la naturaleza de la imputación y
el peligro que para el ofendido implica la eventualidad de verse sometido a
un proceso penal. La calumnia consiste en atribuir a una persona
determinada —verbalmente, por escrito o por otro acto— y a sabiendas de la
falsedad de la imputación, ser autor o partícipe de un delito perseguible
mediante acción pública. 

Sujeto activo y pasivo: solo personas físicas. No es suficiente atribuir una


conducta criminal indeterminada (por ejemplo, “Usted es un ladrón”), ya que
esa conducta tipificaría como injuria. Resulta imprescindible que se señalen
las circunstancias del hecho delictivo que se atribuye al sujeto pasivo. No
estaremos ante una calumnia si el hecho (tal como fuera descripto por el
sujeto activo), ocurrió realmente. La calumnia se consuma cuando la falsa
imputación llega al propio sujeto o a un extraño. Admite tentativa.

En cuanto a esta figura, el T. S. J. de la Provincia de Córdoba, señaló 

… en el plano objetivo, para que se configure el delito de


calumnias es necesario que la imputación delictiva realizada sea
falsa; la falsedad de la imputación es un requisito expresamente
contemplado (T. S. J., Sala Penal, S. N.° 3, 10/03/04, “Querella
Riutort de la Sota c/ Martínez García”; Núñez, Ricardo C.,
Derecho Penal argentino, Bibliográfica Omeba, Buenos Aires,
1964, T. IV, ps. 57, 58 y 134; Soler, Sebastián, Derecho Penal
Argentino, T.E.A., Buenos Aires, 1970, T. III, ps. 219 y 240; Fontán
Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal, Abeledo Perrot,
Buenos Aires, 1968, T. IV, p. 457 y 483; Creus, Carlos, Derecho
Penal. Parte Especial", Astrea, Buenos Aires, 1999, T. I, ps. 136 y
143; Vázquez Rossi, Jorge, La protección jurídica del honor,
Rubinzal-Culzoni, Santa Fe, 1995, p. 67; Pérez Barberá, Gabriel,
Libertad de prensa y derecho al honor: Repercusiones
dogmático- penales de la doctrina constitucional de la "real
malicia", Alveroni, Córdoba, 1999, p. 41). En consecuencia –se
agregó– la esencia de la calumnia es subjetiva, y la imputación
es falsa cuando el autor, conociendo en forma cierta que la
víctima es inocente o en la duda sobre ello, le atribuye un delito
incierto, o un hecho cierto con circunstancias inciertas que lo
vuelven delictivo, o una responsabilidad inexistente en un delito
cierto (v. Núñez, op. cit., ps. 133 y 134; Soler, op. cit., ps. 253 y
254; Creus, op. cit., 136; Vázquez Rossi, op. cit., 65. T.S.J., Sala
Penal, S. n.° 100, 2/11/01, "Sarsfield Novillo c/ Croce"; “Querella
Riutort de la Sota c/ Martínez García”, cit.). Es que, con acierto ha
señalado Carlos Creus, la falsedad objetiva de la imputación no
implica de por sí el dolo (Carlos Fontán Balestra, op. cit., p. 495)

…”7 y 8.

[7] T. S. J. de la Provincia de Córdoba, “Querella presentada por Grahovac, Walter Mario c/ Julia

Antonia Azzetti por injurias y calumnias -Recurso de Casación-” - Expte. “Q”, N.° 3/05.

[8] Ambos fallos se encuentran agregados en la carpeta de “Fallos y dictámenes”

correspondiente a esta unidad. En ellos puede advertirse cómo se valora la prueba en el caso

concreto y qué elementos no pueden faltar a los fines de tener por configurados estos delitos.

Figuras comunes
Publicación o reproducción de la calumnia e injuria ajena.
Propagación de la injuria o calumnia por la prensa.
Retractación. Art. 117 bis del CP

Art. 113

El que publicare o reprodujere, por cualquier medio, injurias o calumnias
inferidas por otro, será reprimido como autor de las injurias o calumnias de
que se trate, siempre que su contenido no fuera atribuido en forma
sustancialmente fiel a la fuente pertinente. En ningún caso configurarán
delito de calumnia las expresiones referidas a asuntos de interés público o las
que no sean asertivas.

Para este tipo penal no interesa la responsabilidad del “otro”. El que publica
es ajeno a la ofensa. Sin embargo, cuando el contenido de las calumnias o
injurias mismas son atribuidos a una persona, quien publica o reproduce se
encuentra exento de pena.

Propagación de la injuria o calumnia por la prensa

Art. 114

Cuando la injuria o calumnia se hubiere propagado por medio de la prensa, en
la capital y territorios nacionales, sus autores quedarán sometidos a las
sanciones del presente código y el juez o tribunal ordenará, si lo pidiere el
ofendido, que los editores inserten en los respectivos impresos o periódicos, a
costa del culpable, la sentencia o satisfacción.

Se trata de una medida reparatoria para el ofendido por la injuria o calumnia


publicada por un medio de prensa.

Art. 117 bis del CP

Art. 117 bis



1°. (Inciso derogado por art. 14 de la Ley N° 26.388, B. O. 25/6/2008)
2°. La pena será de seis meses a tres años, al que proporcionará a un tercero
a sabiendas información falsa contenida en un archivo de datos personales.
3°. La escala penal se aumentará en la mitad del mínimo y del máximo,
cuando del hecho se derive perjuicio a alguna persona.
4°. Cuando el autor o responsable del ilícito sea funcionario público en
ejercicio de sus funciones, se le aplicará la accesoria de inhabilitación para el
desempeño de cargos públicos por el doble del tiempo que el de la condena.9
[9] Art. 117 bis, Ley 11179. (1984). Código Penal de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm#15
Retractación

Art. 117

El acusado de injuria o calumnia quedará exento de pena si se retractare
públicamente, antes de contestar la querella o en el acto de hacerlo. La
retractación no importará para el acusado la aceptación de su culpabilidad.10

[10] Art. 117, Ley 11179. (1984). Código Penal de la Nación Argentina. Honorable Congreso de la Nación
Argentina. Recuperado de http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-
19999/16546/texact.htm#15

La “retractación” es el acto por el cual el culpable, arrepentido, se desdice en


el trámite del juicio de la imputación injuriosa o calumniosa. No es necesario
que asuma que mintió, sino que la retractación supone que el ofensor se
reconoce culpable y que en un acto de arrepentimiento afirma la inexactitud
de sus dichos. De esta forma, se excusa la responsabilidad penal, no la civil.

C O NT I NU A R
Lección 4 de 6

Delitos contra el honor y la libertad de prensa

Como bien lo señala Ricardo Núñez (2009), el honor y la libertad de prensa


son bienes, muchas veces, enfrentados. El honor, como derecho
personalísimo del hombre, es resguardado mediante la figura de la injuria,
aun cuando lo que se exponga de una persona sea cierto. El segundo es un
derecho de los hombres, ganado no a costa de pocos sacrificios, que implica
o se relaciona directamente con la libertad institucional. Son los jueces los
que deben decidir cuándo este segundo derecho avasalla legítimamente al
primero, imponer los límites, y en su caso, las sanciones que correspondan.

La acción penal en los delitos contra el honor

Ver artículos 71/75 del Código Penal. Para mayor abundamiento, y teniendo
en cuenta que el tema no presenta dificultades, ver Manual de Derecho Penal
– Parte Especial, de R. Núñez (2009), página 109.

Teniendo en cuenta el desarrollo eminentemente teórico de las unidades,


recomendamos leer los fallos y dictámenes fiscales que se agregan en una
carpeta adjunta a la presente unidad o lectura. La intención es que tomes
contacto directo con "Derecho Penal II" en toda su dinámica, y en este sentido,
qué mejor método que el estudio de las resoluciones emanadas por los
tribunales o procuradores fiscales, quienes tienen la tarea de poner en marcha
todo el andamiaje teórico que compone nuestra materia. Algunos fallos son
extensos y no son de tipo obligatorio; no obstante, aconsejamos —en la
medida de tu tiempo— su lectura.

C O NT I NU A R
Lección 5 de 6

Referencias

Cám. Nac. en lo Criminal y Correccional Federal, Sala VI, “Barbero, Delfina -


18/04/06 - c. 29.055”.

Cám. Nac. en lo Criminal y Correccional Federal, Sala VI, “Filandino,


Lucrecia R. - 23/05/06 - c. 28.943”.

Cám. Nac. en lo Criminal y Correccional Federal, Sala VI, “Soaje Pinto, José
M - 8/08/02 - c. 17.813”.

Pazos Crocitto, J. I. (agosto de 2011). Los delitos contra el honor. Revista del
Instituto de Estudios Penales, (5). Recuperado de
https://ar.ijeditores.com/articulos.php?idarticulo=47585&print=1

T. S. J. de la Provincia de Córdoba, “Querella formulada por Clara Bomheker


c/ Isaac Jacobo Plotnik p.s.a. injurias e incumplimiento de los deberes de
asistencia familiar - Recurso de Casación-" – Expte. "Q", 04/98. 

T. S. J. de la Provincia de Córdoba, “Querella presentada por Ghiggia Hender


Bautista c/ TURINA Azucena María del Valle por calumnia -Recurso de
Casación-” (2011). Recuperado de
http://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2014/12/Fallos32267.p
df

T. S. J. de la Provincia de Córdoba, “Querella presentada por Grahovac,


Walter Mario c/ Julia Antonia Azzetti por injurias y calumnias -Recurso de
Casación-” - Expte. “Q”, N.° 3/05.
Lección 6 de 6

Revisión del módulo

Hasta acá aprendimos

Introducción a la parte especial del Derecho Penal



El conocimiento y la legislación del Derecho Penal, sistemáticamente divididos en una Parte General y en
una Parte Especial, son el resultado de la ciencia del Derecho Penal, la cual comienza a alcanzar su pleno
desarrollo en plena época de la codificación. El Derecho Penal legislado aparece clara y metódicamente
dividido en dos partes: la primera, contiene las reglas necesarias para aplicar la otra; la segunda, contiene el
catálogo de delitos, sus penas y sus principios especiales.

Delitos contra la vida



El bien jurídico protegido es - naturalmente - la vida humana. La figura simple funciona siempre y cuando el
hecho no configure un homicidio agravado o atenuado (regla de subsidiariedad), o sea desplazado por un
tipo penal especial.

Delitos contra la integridad personal



El bien jurídico protegido en este tipo de delitos es el derecho de cada individuo a la incolumnidad de su
cuerpo y su salud, y según el grado de dicha afectación, encontramos, entre los tipos más importantes,
lesiones leves, graves y gravísimas.

Delitos contra el honor



En este tipo de figuras, el bien jurídico que la norma intenta  proteger,  y  que  la acción del autor lesiona, es
el honor.  El  honor  es  la  propia  personalidad,  entendida  como la  suma  de cualidades  físicas,  morales,
 sociales  y/o profesionales,  valiosas  para la comunidad y atribuibles a una persona.

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