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Lectura #2. Contracultura y Underground
Lectura #2. Contracultura y Underground
CONTRACULTURA
Y UNDERGROUND*
1. LA CONTRACULTURA
Frente a la ética clásica, sobre todo frente a la moral kantiana, esto es, la moral del
deber de la época moderna, surge una serie de pensadores que Victoria Camps
coloca dentro de las anti-éticas. Las antiéticas serían filosofías muy seguras de sí
* Sacado de: Memorias II Congreso de Filosofía. Caldas-Antioquia. (Julio 30), 1997. p. 257-290
1 DE VILLENA, Luis Antonio. “Contracultura”. En: F. Savater. L.A. Villena, Heterodoxias y
contracultura. 2ª ed. Barcelona: Montesinos, 1989. p. 90.
2 RACIONERO, Luis. Filosofía del underground. 5ª. Ed. Barcelona: Anagrama, 1987. p. 10
3 CAMPS, Victoria. Más allá del bien y del mal. En: La imaginación ética. Barcelona: Seix Barral,
1983.
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Estas antiéticas plantean que hay un mal general y que hoy que buscar la salvación
por una determinada vía con el propósito de llegar a una meta. En el caso de
Spinoza, el mal sería una desorientación o desubicación del hombre y la causa
estaría en la ignorancia. Spinoza propone, por así decirlo en términos simplistas,
una reforma del entendimiento para llegar a la meta de un hombre sabio.
La vía de salvación estaría en una transformación de los valores; porque los valores
superiores, los valores transcendentes son valores de los esclavos, de los siervos,
valores que obedecen a una forma de vida que podríamos llamar vil y baja y la meta
sería el superhombre.
Del mismo modo, Marx encontraría que el problema está en la sociedad (es decir,
el hombre en Spinoza, la humanidad en Nietzsche y la sociedad en Marx). Estamos
ante una sociedad de clases, o sea, una sociedad injusta, viciada y corrupta. La
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causa de ese mal sería la explotación económica, de acuerdo con la tesis de Marx
de que es lo económico lo determinante en última instancia.
Para acabar con ese mal y destruir dicha causa, la solución que propone el
marxismo es una revolución de orden social y político. Y la meta, una sociedad sin
clases, lo que se ha llamado el comunismo.
1.2 LA JUVENTUD
Antes de los años 60 no existía la juventud, existían los jóvenes, pero estos jóvenes
no lo eran en el sentido estricto de la palabra, según el análisis que hace José Luís
Aranguren4. Antes de los años 60, sólo existían jóvenes preadultos o jóvenes
adultos. Los jóvenes pre-adultos son aquellos que intentan copiar el modelo de los
adultos. Se plantea una relación entre el joven y el adulto, igual o similar a la que se
establecería entre el aprendiz y el maestro en un arte particular. En este caso, el
aprendiz trata de seguirle el paso al maestro y tal vez con la esperanza de
reemplazarlo algún día, pero ya su mentalidad está orientada por la imagen, pro el
modelo del maestro.
Los jóvenes adultos aparecen, según José Luís Aranguren, en los años 50. la causa
es la Segunda Guerra Mundial. En la Primera Guerra se nota un esfuerzo por parte
de los adultos de canalizar los sentimientos y aspiraciones públicas de los jóvenes.
Y entonces se conforman movimientos políticos para los jóvenes, movimientos
programados por adultos para captar a los jóvenes. Con la Segunda Guerra
Mundial, los jóvenes comienzan a sospechar y a retirarse de los ideales políticos de
los adultos. Entonces recurren a lo que Aranguren llamó “el retiro a la vida privada”:
los jóvenes se preocupan por realizarse profesionalmente y llevar una vida familiar
más o menos satisfactoria. Pero, aunque se apartan de lo público, sin embargo
exhiben un comportamiento más o menos adulto en el sentido en que transan o
aceptan las normas o patrones de vida del sistema. Entonces eso es lo que justifica
que los jóvenes de los 50 no sean llamados “jóvenes jóvenes”.
El rock es un fenómeno de los 60, el cual inicialmente se llama pop porque llega a
impactar en las listas. Uno podía seguir el movimiento del rock a través de pop ten.
Los Beatles sustituían a Elvis Presley en las listas y la mayoría de los grupos
británicos de los años 60 alcanza altas posiciones en las listas, pero para nosotros
este pop es rock. El rock rompe con el rock and roll y con una serie de
manifestaciones musicales que le preceden.
Si hacemos una breve historia del rock, podríamos decir que tiene un origen próximo
y un origen remoto. El origen remoto es el grito de los negros cuando fueron
5
Ese blues urbano habla de los problemas de los negros, habla de la sexualidad, del
trabajo, es decir, de la situación misma del negro; ese blues comienza a ser
distribuido a través de las “race records”, música de negros. Pero la sociedad
capitalista olfatea siempre donde hay un buen negocio y entonces las marcas
nacionales comienzan a producir ese rhytm ‘n’ blues, pero ya cantado por blancos,
y a esto se llama rock and roll. Aparecen Elvis Presley, Buddy Holly, Carl Perkins,
en fin, una serie de cantantes blancos que tocan rock and roll.
Pero ese rock and roll es ya un blues degenerado, es tomado por la sociedad de
consumo y la industria del entretenimiento como música de baile. Más tarde aparece
el twist, en 1958, y luego una serie de ritmos bailables, como el jerk, el surf, el
Meshed potatoes, el popeye y luego viene el high-school, música de colegio:
jóvenes con sonrisas amplias, con cuellos de tortuga y muy bien peinaditos. Este
proceso de decadencia se suspendió porque los ingleses comienzan a hacer covers
(versiones) de los blues de Chicago, aunque de una forma distinta. Uno no puede
ignorar su tierra, uno está marcado por la tierra. Desde Inglaterra se hace una
versión del blues de Chicago y aparece ese fenómeno que es el rock.
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Entendemos por rock una manifestación cultural hecha por los jóvenes y para
jóvenes. Con la cultura del rock, los jóvenes adquieren una identidad, un sentido de
“pueblo”, como dice Finkielkraut, y se sienten por primera vez protagonistas de la
historia, intentando relevar en el cargo de “la revolución” a los marxistas.
Hasta ahora estábamos acostumbrados a creer que la filosofía fuera algo teórico y
profundamente intelectual y racional. El proceso de descubrimiento, de divulgación
y de aceptación de una filosofía ha sido el siguiente: un hombre, un pensador,
elabora una concepción del mundo, o de la sociedad; si la teoría es bastante
persuasiva, se convierte en un relato que gana una serie de adeptos y se forma
entonces una escuela, un movimiento o un “ismo”; y entonces los filósofos se
integran a esos movimientos, a esas escuelas y eso genera transformaciones. Pero
los jóvenes de los 60 nos enseñan una nueva práctica de la filosofía: no son primero
las teorías, las concepciones intelectuales del mundo, sino las experiencias; luego
se puede hacer una reflexión sobre esas experiencias y esa reflexión podría
llamarse filosofía. Ésta, antes de ser un discurso o una teoría, es una forma de vida,
es una relación con la experiencia. Foucault es un ejemplo de esa clase de filosofía.
En su última época, Foucault llega a tener conciencia de que la filosofía lo que tiene
que hacer son problematizaciones; ya no analítica ni teoría, sino simplemente
problematizaciones y éstas provienen de ciertas experiencias, como la sexualidad,
el crimen, la cárcel. Esto explica que no haya un pensador de los 60 (en plural).
Veníamos hablando de Nietzsche, Spinoza y Marx y de pronto le agregamos al
esquema un plural: los jóvenes de los 60.
1.4 COMPRENSIÓN DE LA ACTITUD DE LOS JÓVENES DE LOS 60 A PARTIR
DEL MARXISMO
Los jóvenes de los 60 invierten la causalidad. Mientras que para Marx el mal es la
sociedad y la causa la explotación económica, para los jóvenes de los 60 la causa
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es la sociedad y el mal la forma de vida de los adultos que se han integrado a una
sociedad capitalista que de producción y consumo y, como tal, sólo hace dos
exigencias a los individuos: producir y consumir. Producir ordenada,
disciplinadamente y consumir desmesuradamente. Si la producción genera
frustración, el hombre debe buscar gratificación a través del consumo. La
producción y el consumo son las mayores exigencias que la sociedad le hace a un
hombre.
Los jóvenes también piensan que hay una alienación en el consumo, puesto que
hay como una especie de trampa en el capitalismo. Se le plantea una especie de
libertad al individuo a través del consumo, pero como no le queda otra posibilidad
más que consumir, es una forma de libertad, pero al mismo tiempo una forma de
sometimiento.
Noten ustedes que la revolución es un concepto moderno; tiene que ver con lo
grande; se aplica a una gran cantidad de hombres, una gran cantidad de recursos,
un programa de orden universal. Es decir, tiene que ver con lo abstracto, mientras
la vida humana es algo concreto. Toda revolución exige el sacrificio de todos los
aspectos concretos del hombre, de la vida humana, por ideas abstractas, oscuras y
a veces manipuladas y difíciles de controlar. Los jóvenes de los 60 ven en la
revolución una forma de alienación; así también el trabajo, el estudio, la técnica, es
decir, valores inclusive aceptados dentro de la sociedad nuestra, pueden llegar a
ser forma de alienación.
Otra “causa del mal” son las instituciones modernas. Saben ustedes que uno
siempre tiene que estar en una institución y que todas las instituciones tienen la
misma estructura. Dice Deleuze: “Primero la familia, después la escuela (“ya no
estás en tu casa”), después el cuartel (“ya no estás en la escuela”), a continuación
la fábrica, cada cierto tiempo el hospital y a veces la cárcel, el centro de encierro
por excelencia”5. A pesar de que siempre se establece un salto de una institución a
otra, de alguna manera la institución anterior te prepara para la nueva, es decir, si
uno ha pasado por la universidad, uno está preparado para ir a la cárcel, porque
ambas son instituciones de encierro; hay un elemento común, un isomorfismo de
estructuras entre la familia, la escuela, el colegio, la universidad, la empresa y la
cárcel. La cárcel es una institución de encierro para “castigar”, porque allí el poder
se ejerce de la manera más directa y más cruel, mientras en las otras instituciones
se ejerce el poder de una manera más sutil, más simbólica.
Los jóvenes de los años 60 cuestionan directamente las instituciones. Por ejemplo,
a la familia la llaman una fábrica de neurosis. De la universidad dicen que es
También le hacen una crítica a instituciones como el ejército. Elvis Presley perdió
su prestigio entre los jóvenes cuando aceptó ir al ejército. Era un rebelde y se
convierte en un ciudadano modelo en Norte América. Pasa a ser colocado al lado
de los grandes como Sinatra o John Wayne. Él mismo termina de una manera muy
triste: gordo y cantando en las Vegas para los ejecutivos, para los yupis.
También se hace una crítica al trabajo. Noten ustedes que el trabajo nunca fue un
valor para los jóvenes. El trabajo es una institución y ésta representa un valor propio
de la sociedad capitalista y de los adultos. Antes, cuando yo empecé a trabajar, era
suficiente conseguir un trabajo; ahora la gente tiene que tener dos, tres o cuatro
trabajos. Un trabajo es una ocupación y al mismo tiempo genera una preocupación
6Cfr. HEGEL, George Wilhelm F. Lecciones sobre la filosofía de la historia universal. Barcelona:
Altaza, 1994. Tomo II. P. 509
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Tercera “causa del mal”: la visión moderna, la visión científica del mundo.
Podríamos decir que nuestra cultura está marcada con el signo de la ciencia y los
jóvenes de los 60 ven en predominio de la visión científica del mundo la creación de
un nuevo tipo de conciencia que es la “conciencia objetiva”. Se trata de una
conciencia de la distancia, de la neutralidad, de la objetividad, es decir, implica la
concepción cartesiana del mundo. La res cogitans por acá y la res extensa por fuera.
1.4.2 Rebelión. Hemos analizado el mal y sus causas. Pasemos ahora a la vía de
la salvación, a la búsqueda de una salida. En el caso del marxismo, la salvación se
busca por la vía de la revolución política y social; sólo ésta puede solucionar el
problema de la división de la sociedad de clases. Los jóvenes de los 60 pretenden
relevar en el cargo de la revolución al proletariado, pero cambiando la idea misma
de revolución. Los que plantean más bien es una rebelión. Y aquí conviene hacer
una distinción.
A. en los años 70, precisamente como un eco, como una resonancia de lo que había
pasado en el 68 en París.
Según los jóvenes de los 60, todo acto es político y se da siempre en el instante, en
el momento. Los Doors decían: “Queremos la salvación pero la queremos ahora”.
El joven de los 60 no cree en promesas de reconciliación con el mundo, la naturaleza
o la sociedad; la única promesa en la que se puede creer es aquella que tiene un
cumplimiento inmediato. Uno no creería en una amante que le diga: “Te amaré
mañana”; el único amor que tiene sentido es el actual. Alguna vez le preguntaban a
Joaquín Sabina por qué sus canciones tienen que ver con amores pasados. Y él
hacía esta diferencia: “Uno le canta a los amores pasados porque con los amores
presentes uno hace el amor”: a los pasados no les puede hacer el amor, entonces
se les canta.
1.5 LA CONTRACULTURA
La salud para los griegos, como dice Foucault, hacía parte de la dietética; era parte
de la preocupación de cada sujeto por su cuidado, que implicaba además la
economía y la erótica. Con la cultura moderna, la salud viene a ser algo producido
por la institución sanitaria, por el hospital, a través del médico y consumida por el
paciente.
Lo mismo pasa con la comunicación que se produce entre los hombres, a través de
la amistad, del afecto, de la interlocución. En la academia y en todas partes hay esa
comunicación. Pero la modernidad hace que la comunicación la produzcan los
medios a través de los periodistas y deba ser consumida por el público. La función
de los medios es formar, manipular (dirían los jóvenes de los 60) la opinión pública.
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Con la educación pasa lo mismo. Hay un dicho que dice: “uno aprende todos los
días”. Pero en la modernidad uno debe aprender en la escuela. La educación, que
se convierte en enseñanza, es producida por la institución escolar a través de los
maestros y consumida por los estudiantes. En la modernidad, como vemos en estos
casos, aparece como decisiva la diferencia entre productores y consumidores,
dirigentes y dirigidos, en fin, entre quienes ejercen un poder y quienes se someten
a él.
La contracultura está más cerca de los griegos que de esta figura medieval. Sus
valores son horizontales y en contraste con la mentalidad tecno-científica.
Habíamos dicho que la neutralidad, objetividad y distancia que caracteriza a la
conciencia objetiva produce un enfriamiento de las relaciones humanas que
llamamos elegantemente “cortesía”. Muchos matrimonios se acaban por exceso de
cortesía: lo que debería ser amor y pasión se transforma en mera cortesía. Frente
a esto los jóvenes de los 60 proponen valores de contacto, de comunicación, de
afecto, de espontaneidad y de simplicidad. Por eso adquieren mayor importancia el
contacto físico, los gestos, los comportamientos y el lenguaje verbal que implica un
soporte racional. La comunicación no pasa siempre por lo verbal y lo racional. Para
entender esto partamos de la distinción que hacen los hermenéuticos. En la
conversación entre amigos se supone que hay perfecta compresión: lo que uno
comprende no necesita interpretarlo. ¿Cuándo aparece la necesidad del proceso
hermenéutico? Cuando el texto tiene una cierta opacidad. Ejemplo: dos amigos
están escuchando música y entonces uno le dice al otro: “¿No te parece que esa
música es muy tenaz?”. El otro responde: “Sí, hermano, tenacísima”. Es un ejemplo
de comprensión y de comunicación, de sincronización afectiva y corporal. Pero
supongamos que el otro le dice: “Oíste, ¿y vos que entendés por tenaz?”. Entonces
en ese momento se rompe la comunicación; habría que entrar en un ejercicio
hermenéutico. El primero dice: “Hombre, yo pensaba en el ritmo, en la armonía o en
el punteo del guitarrista… yo no sé”. Aparece una explicación fría y la comunicación
se vuelve ambigua y pobre…
Importa más lo que los jóvenes de los 60 llamaban “feeling” (sentimiento) que las
palabras. Acudamos a Luís Carlos Restrepo para ejemplificar mejor. Él utiliza la
mano como figura y dice que con ella se pueden hacer dos cosas: acariciar o
agarrar. La caricia remite a la ternura y el agarre remite a la violencia. Luís Carlos
Restrepo establece que el contacto con la mano es inequívoco: si a uno lo tocan,
sabe inmediatamente para qué lo están tocando. En cambio, con las palabras uno
no sabe su le están diciendo la verdad o si lo están engañando, si lo están
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ver cine, escuchar música; hay quienes saben amar, quienes saben vivir, pues no
basta vivir para saber vivir; no basta estar en una práctica cualquiera para ser un
sabio de dicha práctica.
A través de estos medios naturales o artificiales su buscaba como una fusión del
concepto mental con el estado físico del cuerpo. Es decir, se buscaba una
transformación con miras a la consecución de un estado que podríamos llamar la
energía, la vitalidad, la alegría, la felicidad, etc. En términos de Foucault, podríamos
decir que los jóvenes de los 60, como los antiguos, también proponían “prácticas de
sí” como algo fundamental en la vida9.
manera. Esa es la vida organizacional y en ella somos parte de una máquina como
una pieza o un engranaje.
1.5.4 Neo-primitivismo
Boulding plantea la teoría de la Space Ship Earth (la nave espacial tierra). La tierra
es algo así como una nave espacial, al fin y al cabo tiene su trayectoria en el
espacio. Los humanos sólo contamos con los recursos que hay en esa nave y sin
embargo dilapidamos, derrochamos esos recursos como si fuesen inagotables. Los
hombres seríamos los pasajeros de esa Space Ship Earth y la conciencia de estos
debería generar una nueva actitud, un aire de simpatía con la naturaleza (lo mismo
que en el chamán).
que hace, de los proyectos que diseña y que ejecuta. Los funestos sucesos de la
Segunda Guerra Mundial revelaron a la humanidad entera que algo tenía que ver
allí la ciencia, es decir, sin el descubrimiento de la fisión nuclear del átomo, sin la
invención de la bomba atómica, no hubieron ocurrido fenómenos como Hiroshima y
Nagasaki. Entonces, la ciencia comenzó a ser cuestionada desde el punto de vista
de su responsabilidad ética. Hans Jonas dice que tenemos que mirar todo, en
particular la ciencia, en términos no de “una profecía de la gloria”, que es la idea
moderna del progreso hacia lo mejor, sino en términos de la “profecía del desastre”.
Es mejor esperar lo peor, que confiar en lo mejor. Esta profecía del desastre se
integra con una actitud pesimista que ya proponían los jóvenes punks de los años
70. La ideología del progreso dice: “The best is yet to come”, es decir, “lo mejor está
por venir”. Pero los punks afirman: “The worst is yet to come” (lo peor está por venir)
no hemos visto nada todavía.
11LIPOVETSKY, Gilles. “Narciso o la estrategia del vacío”. En: La era del vacío. 2ª. Ed. Barcelona:
Anagrama, 1987.
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Así pues, se introduce el ocio como valor: Beatniks, hippies y punks son jóvenes
ociosos. Pero así como tenemos que trabajar, también tenemos que consumir. Sin
embargo, lo que debemos consumir depende de cada quien, es una decisión
personal. Los hippies proponen que consumamos aire puro y agua fresca. Uno
podría ir a cine, pero también podría ir a un bosque, y el bosque es gratuito. Mientras
el cine cuesta, tiene precio, el bosque no lo tiene, y además está uno en un medio
natural. Ahora, ciertamente hay que comprar cosas, hay que ir al almacén de vez
en cuando, pero entonces uno puede elegir dónde y cuándo comprar. En las
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Para muchos todo esto fue flor de un día. El hippismo murió y el rock tomó otras
direcciones menos contestatarias; pero lo que se desconoce es que este
movimiento contracultural no era del todo nuevo no claudicó definitivamente.
Muchos asumen que la llamada “Nueva Era” (New Age) no es otra cosa que el Ave
Fénix que se levanta de las cenizas de la contracultura. Desde esta interpretación,
la contracultura no murió, sino que dio lugar a un fenómeno más amplio, más
universal. No vamos a discutir aquí este punto. Lo que sí vamos a mostrar es que
en vez de ser un fenómeno (históricamente) aislado, la contracultura es parte de un
proceso muy antiguo que proviene de la misma sociedad chamánica y transcurre
paralelo a la cultura dominante que llamamos occidental. Por tratarse de un proceso
marginal se le ha llamado “underground”.
2. UNDERGROUND
El underground tiene poetas como Walt Whitman y filósofos como Thoreau, Lao Tse
o Spinoza. Es un pensamiento sin sujeto que circula por todas las épocas y países
y se reconoce quizá por un espíritu muy cercano a la tierra, a la vida y a Dios. De
una manera muy breve, vamos a caracterizar el pensamiento underground a través
de tres aspectos: la idea de una solidaridad mundial, la resistencia a sistemas de
poder y a todo tipo de organizaciones autoritarias y la importancia que se le concede
a al vida sobre el pensamiento.
13 Ibíd. p. 11
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métodos para encontrar la unicidad del yo: por suma y por resta14. El método de la
suma consiste en ir agregando a nuestro yo todas las propiedades que vamos
adquiriendo durante nuestra vida (cargos, profesión, identificación con un partido,
posiciones, estado civil, etc.). El método de la resta consiste, por el contrario, en ir
quitando (por externas, superficiales, accesorias), una por una, todas aquellas
características que nos definen socialmente, en la búsqueda de un yo no social,
convencional o histórico. Estos dos métodos diferencian a Occidente de Oriente (o
del underground), tal y como lo expresa un personaje de la película “Siete Años en
el Tíbet”: “En Occidente un hombre es reconocido por su éxito, mientras que en
Oriente un hombre vale cuando logra olvidarse de su ego”. Para Oriente, y el
pensamiento underground en general, cuenta más el método de la resta. Si le
quitamos a nuestro yo todo aquello que consideramos “externo o prestado”, lo único
que queda es “una noche” (Bataille) o “una nada” (Borges) o un vacío (Bhagwan).
Y este sentimiento de ser una noche o una nada o un vacío hace que nos
identifiquemos con todas las cosas y con todos los hombres. Un hombre que se
olvida de su ego no se siente inferior ni superior a nadie. De aquí nace una profunda
simpatía por lo existente o, según otros, una profunda compasión. Albert Schweitzer
decía: “Yo no sé si los animales piensan o no, pero si sé que sufren y por eso los
considero mis semejantes”.
Pero no es sólo el sistema social lo que resulta sospechoso. También lo son los
deseos y los ímpetus revolucionarios. El terrorismo revolucionario resulta tan
condenable como la represión oficial. A nombre de la defensa o de la reforma de la
sociedad y de la patria se desencadenan espantosas carnicerías. Participar,
comprometerse políticamente, significa cohonestar con el mal. Por esta razón en el
underground se opta por el retiro a la vida privada, lo cual implica una actitud
marcadamente individualista. Con la valorización que se le concede a la vida privada
vienen la afirmación del individuo en su singularidad y la intensidad de las relaciones
de cada uno consigo mismo. Miradas así las cosas, la sociedad y sus problemas de
violencia, de lucha por el poder, se convierten en una abstracción.
Esto no quiere decir que haya una renuncia política. Sólo que la relación con la
autoridad y el poder no se plantea en términos de confrontación sino en términos de
resistencia. Resistencia, por ejemplo, al trabajo desde el ocio, al poder desde el
erotismo; al lenguaje y a las palabras desde el silencio.
“I just want to make love to you” – (Tan sólo quiero hacerte el amor)
Y puedo asegurar,
por la forma que tienes de caminar.
Puedo oir por el modo que tienes de hablar.
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Y puedo asegurar,
por la forma que tienes de caminar.
Puedo oir por el modo que tienes de hablar.
Puedo saber por la forma
en que tratas a una chica,
que puedo darte
todo el amor del mundo.
Todo lo que quiero es darte de comer bien,
para que estés bien alimentado.
No quiero que estés triste y apagado.
Y quiero hacerte el amor.
…hacerte el amor…
…hacerte el amor…ohhh…
…hacerte el amor…