Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Patria Potestad
Patria Potestad
Patria potestad
Ibsen Kaseusku no respondió nada. Pero bajo la fina barba gris, sus
mandíbulas se endurecieron.
—Vamos por partes. Vamos por partes —se rearmó Lacarra Grey,
adoptando una postura de oración litúrgica, buscando la mejor
explicación—. Por supuesto y usted está de acuerdo, me alegra, que
un científico era un elemento demasiado frío para nuestras
necesidades. Un domador, un domador de focas, siempre obtiene una
mayor identificación en la platea cinematográfica...
—Pero ¿por qué haciendo ese trabajo inmundo? ¿Por qué? —se
atragantó de indignación Kaseusku.
—Sí —reprobó Kaseusku— pero él queda con ese tremendo dolor que
lo hace, en mi libro, terminar caminando solo, en una tarde de lluvioso
invierno, por una calle de Praga, algo loco. Desequilibrado quizás.
—Pero hay algo que tenemos que decirle, querido maestro —se animó
Lacarra Grey.
—Puede ser buena idea lo de reeditar el libro —dijo— pero habría que
cambiarle el título, quizás. Ponerle el mismo que lleva la película.