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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER

CAPÍTULO I

LA LLUVIA MULTICOLOR

Adolf observó su rostro en las pantallas gigantes del estadio Madison Square

Garden. La polifonía de sonidos que llegaba a sus oídos lo tenían paralizado: «se

ruega al auditorio calibrar su catapulta en daño mínimo», «mamá me compras el

muñequito de Hitler apedreado», «las bailarinas están súper buenas», «a qué hora

empezará el juicio?, «el clon de Hitler está bien tonificado?», «ojalá el clon no se

muera con las piedras lanzadas por los niños», «mamá me compras una piedra para

lanzarla a Hitler», «los regentes se lucieron hoy con el espectáculo», «mira la cara

de ese clon, tiene una mirada diferente», «el clon de la semana pasada se orinó de

miedo». Como si esas voces extrañas no fueran suficientes, su cerebro lo empezó

a bombardear con recuerdos y dudas. «Hijo cuando te estén juzgando recuerda que

eres inocente de cuanto te acusen», «no demuestres miedo, pues más querrán

hacer daño». «El sadismo humano no tiene límites». «Dios no existe, por tanto no

le temas a su castigo». «La muerte es un sueño, la vida una pesadilla». «Mira a los

verdugos a los ojos, veinte mil piedras matan en segundos, pero ellos recordarán

para siempre tu mirada desafiante». «Ordena a tus piernas que no tiemblen».

Sobreponiéndose al sonido estridente de las galerías, a las luces cegadoras de

los reflectores, al miedo de morir aplastado por la lluvia multicolor de piedras, al

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horror de ver su rostro en las pantallas del estadio, del profundo sentimiento de

impotencia y tristeza por haber visto a su madre en la tribuna, se irguió como un

león orgulloso y desafiante miró hacia las cámaras de televisión. Pues ya sabía que

iba a morir, ya sabía que nadie haría nada para cambiar su destino.

El locutor ordenó apagar las luces del estadio, los asistentes aplaudieron. Luego

ordenó accionar la catapulta, dos segundos después, siete mil piedras pintadas de

verde fosforescente, siete mil piedras pintadas de amarillo fosforescente y siete mil

piedras pintadas de rojo sangre fosforescente, todas con dibujos de animales

salvajes, volaron en dirección de la humanidad del clon de Hitler.

Las cámaras de televisión captaron el rostro sonriente de Adolf, él estaba

deslumbrado por la lluvia multicolor que lo liberaría de la pesadilla en un par de

segundos…

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CAPÍTULO II

APARECE LA ESTERILIDAD MASCULINA

20 DE MARZO DE 2172, PRESENTACIÓN DE LAS NAVES

INTERGALÁTICAS DE COMBATE, SEDE PRINCIPAL DE LA COMPAÑÍA DE

BIOTECNOLOGÍA STEGMAN, GOBIERNO UNIFICADO DE LA TIERRA, NUEVA

YORK.

Jim Stegman Hernández, dueño de la Compañía de Biotecnología Stegman,

terminó de revisar las palabras que escribió con motivo de la presentación de las

tres naves intergalácticas de combate. Destapó una botella de whisky, cogió un vaso

y lo llenó hasta la mitad, para celebrar los excelentes resultados de su gestión. Las

melodías del westminster de Londres de su reloj de pie Jawaco Dinastía, al marcar

las tres de la tarde, le hicieron erizar la piel y recordar a la mujer que lo acompañó

durante cuarenta años. Bebió otro trago pensando en ella, deseó encontrarla en el

más allá. Dejó la copa encima del reloj y se dirigió al salón Maya, donde lo

esperaban el Gobernador general Albert Meyer Pérez, los ciento ochenta y tres

gobernadores de los países que conforman el Gobierno Unificado de la Tierra, los

gobernadores de las ciudades independientes de Chiminigagua y de Alkonost en la

Luna, y de Domovói en Marte. Tan pronto ingresó al recinto, los cancilleres se

pusieron en pie y aplaudieron hasta que él empezó su discurso.

En el año 2090, cientos de naves extraterrestres aterrizaron en miles de nuestras

ciudades, llenando de terror o curiosidad a sus habitantes. Gracias a su alta

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tecnología dominaron a nuestros ejércitos sin disparar un solo proyectil. En esa

época tuvimos que aceptar que nos colonizaran durante veinte años, tiempo en el

cual saquearon nuestras riquezas minerales. Pero lo más triste fue no haber podido

evitar que se llevaran a más de doscientos millones de hombres a su planeta. A

pesar de que han pasado muchos años, no puedo olvidar la tristeza de sus rostros

por tener que dejar hijos, esposas y amigos.

El 15 de agosto de 2100, cuando yo tenía siete años, tuve que despedirme de

tres tíos. Mi padre se salvó porque tenía un problema cardiaco crónico, que a la

postre lo llevó a la tumba. El día que él murió, juré ser el mejor físico del mundo,

para impedir que nos volvieran a invadir.

Cuando los Anunnakis se marcharon de la Tierra, la rabia y el deseo de

venganza hicieron que los líderes mundiales y la mayoría de las personas nos

uniéramos como especie. Para nuestra fortuna, no hemos vuelto a saber de ellos.

Pero sabemos que están ahí y que volverán cuando necesiten algo.

En el año 2108, en la ciudad de Bogotá, una nave Anunnaki se estrelló contra el

Cerro de Monserrate. La policía local trasladó la nave a un lugar seguro bajo tierra.

En el año 2135 me escogieron para hacer parte del equipo que se encargó de su

estudio. Treinta años después pudimos descifrar la complejidad de su tecnología y

usarla en nuestras naves. Hoy quiero presentar ante ustedes, las tres naves

intergalácticas de combate, que apoyarán las bases militares en la Luna, Marte y

Venus, todas con tecnología anunnaki.

Las naves, con forma de escorpión, despertaron la admiración de los asistentes,

cuando les dijeron que podían bajar al hangar y recorrerlas, sonrieron como niños

y de inmediato empezaron a hacer la fila.


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26 de marzo de 2172, Bogotá.

Ethan y Michael se pusieron las gorras electromagnéticas para desviar la

radiación ultravioleta que estaba afectando al planeta desde el año 2090 y salieron

a trotar hasta el Complejo Acuático, aprovechando que aún no empezaba a llover.

Nadaron un par de horas, luego al percibir que se estaban formando nubarrones,

padre e hijo salieron del parque. Cuando iban a mitad de camino, empezó a

lloviznar, en pocos minutos se formaron charcos, ambos empezaron a saltar encima

para ver quién salpicaba más. Al llegar a la casa, William, Elizabeth y Susan,

estaban concentrados en la pantalla del televisor. Ellos subieron al segundo piso,

para cambiarse de ropa y poner a secar los tenis.

― ¡Ethan! ―gritó Susan.

Él bajó de inmediato.

―Amor, ya sabemos por qué Susan y yo no hemos quedado embarazadas.

Ethan la miró sin entender nada.

―El secretario de salud afirmó que los hombres somos o seremos estériles.

Habló de una maldita bacteria caníbal que se come a los espermatozoides, aseguró

que por el momento no existe un medicamento o una vacuna capaz de eliminarla o

de prevenir su contagio —dijo William.

― ¡No lo puedo creer! ―dijo escandalizado ante la cruda revelación.

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Corrió hasta la biblioteca y prendió el computador para ver en diferido el discurso

del ministro acerca de la nueva y apocalíptica bacteria. La noticia fue un duro golpe

para él, la ilusión de tener una hija la vio lejana.

La cena fue un momento incómodo para todos, nadie quería comer o hablar, se

habían contagiado del pesimismo de la prensa y de la comunidad científica

internacional.

Michael, a sus siete años, no entendía la congoja de los mayores, él estaba feliz

por no tener que compartir su cuarto con una bebé que se la pasaría llorando día y

noche.

A Ethan le realizaron un examen especializado para saber cómo estaban sus

espermatozoides, cinco días después se dirigieron a la clínica Marly, para conocer

el resultado.

—Buenos días doctor Álvarez, ¿cuál es el resultado de mi examen? —preguntó

Ethan con ansiedad.

—Buenos días, les tengo malas noticias, el espermiograma indica que el señor

Ethan tiene Azoospermia, no se encontró espermatozoides. Ni uno solo.

El doctor Álvarez les repitió la conclusión del secretario de salud: «La infertilidad

afecta a todo el género masculino y no tiene cura».

Ante la cara dubitativa del señor Ethan, agregó:

—La bacteria Menkin 2172, fue descubierta por la doctora Miriam Menkin, hace

cuatro meses. Científicos de todo el planeta hemos realizado experimentos con

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miles de voluntarios y todos hemos hallado lo mismo: la bacteria está presente en

el semen y se alimenta de los espermatozoides; los medicamentos, incluyendo los

antibióticos, no sirven para nada.

Al observar la tristeza de sus dos pacientes, dijo sonriendo:

— ¡Pero no pongan esas caras!, recuerden que la ciencia camina a pasos

gigantescos. Aún son jóvenes y pueden esperar una vacuna. En este momento hay

cientos de laboratorios trabajando las veinticuatro horas del día en su elaboración.

Yo tengo fe, sé que en unos meses habrá alguna solución.

Ethan, desilusionado y frustrado, salió del consultorio sin despedirse. Estaba

triste por la noticia y por haber gastado diez mil dólares en exámenes clínicos, que

confirmaron lo que ya sabía.

Ethan, tan pronto llegó a casa, empezó a investigar acerca de la pandemia. En

la revista Science, encontró un artículo del doctor Álvarez que lo dejó perplejo:

«… Después de muchas investigaciones, la comunidad científica reconoció que

la bacteria Menkin 2172, causante de la infertilidad masculina, es una mezcla de las

siguientes bacterias: Neisseria gonorrhoeae, Treponema pallidum, Lactobacillus

crispatus y Gardnerella vaginalis. Aún se desconoce cómo y por qué se mezclaron.

Pero se sabe que burla al sistema inmunitario, gracias a su alta velocidad para

transmutarse».

La noticia no era buena, sin embargo, indagó en las redes sociales qué pensaba

la gente. Encontró una página interesante que afirmaba: «chamanes de la

Amazonía brasileña están curando la infertilidad con medicina tradicional». De

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inmediato compró dos pasajes aéreos para viajar a Brasil y sorprender a Elizabeth

con unas vacaciones, pero el sorprendido fue él, cuando Elizabeth le dijo que no

creía en la medicina indígena, que ella quería someterse al procedimiento de la

inseminación artificial.

—Amor, recuerda que yo tengo azoospermia.

—Ethan, para eso están los bancos de semen —dijo sonriendo.

Esa misma tarde se dirigieron al consultorio del doctor Álvarez, quien les explicó

las alternativas en reproducción asistida, la pareja escogió la fecundación in vitro y

de inmediato empezaron a realizar los exámenes médicos prescritos.

Ethan no quiso devolver los pasajes y se los obsequió a su hijo, William los

aceptó encantado pues ya habían hablado con Susan de su deseo de ir a la

amazonia en busca de una cura milagrosa. Además, deseaban aprender a bailar

samba en la escuela de Beija-Flor.

Ethan y Elizabeth decidieron festejar el 14 de abril, el éxito del procedimiento de

la fecundación in vitro, cenando comida asiática en Wok. En el restaurante se

encontraron con Claudia y Rafael, que también estaban celebrando su próxima

paternidad. Las dos mujeres hicieron voto solemne de no fumar ni beber durante el

embarazo. Sus esposos se solidarizaron con ellas: «nosotros también prometemos

no beber durante nueve meses».

Las parejas bebieron una sola copa de champaña, para sellar la promesa.

Elizabeth desarrolló un antojo peculiar en su primer mes de embarazo: comer

fresas con crema de leche al desayuno y a la cena. Por lo demás, su vida transcurrió
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con normalidad. Sin embargo, un par de semanas después, la fatalidad apareció en

la prensa: «centenares de mujeres que se sometieron al procedimiento de la

inseminación artificial están presentando embarazos ectópicos», también

advirtieron que si alguna mujer presentaba alguno de los siguientes síntomas, debía

acudir a urgencias: dolor en los hombros, sangrado vaginal o desmayos.

Claudia, acostumbrada a sentir algunas dolencias musculares, típicas del

entrenamiento en el gimnasio, no prestó atención al dolor recurrente en los hombros

ni al desánimo que sentía.

Entretanto, las mujeres que habían optado por la fecundación in-vitro estaban

felices, sus embarazos avanzaban de maravilla y su vida sexual había cobrado un

segundo aire.

Una llamada a las diez de la noche alteró la tranquilidad de Elizabeth, Claudia

estaba en el centro médico debido a un fuerte dolor abdominal y sangrado vaginal.

Elizabeth temió lo peor, despertó a Ethan y ambos se dirigieron hacia la clínica.

Rafael les confirmó sus temores: su esposa había perdido el bebé.

Fue una noticia triste para la pareja y para la comunidad médica.

El 14 de mayo cuando Elizabeth cumplió su primer mes de embarazo, madrugó

para su control prenatal.

Ante las buenas noticias del doctor Álvarez, llamó a su esposo.

—Amor, todo está súper, el doctor Álvarez me aseguró que hasta el momento

ninguna mujer sometida a la fecundación in vitro ha tenido problemas, estoy

dichosa, quiero que nos veamos temprano, tenemos que celebrar.


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Esa noche salieron a comer al Taj Mahal Indian, para complacer el antojo de

Elizabeth por la comida picante de la India. Luego fueron a ver una obra de teatro

experimental al renovado barrio la Candelaria, que tenía un nombre bastante

curioso «La vida es un video juego». El nombre de la obra provocó en Ethan el

recuerdo de una vieja canción de Sofía Carson «Love is the name», que empezó a

tararear:

We gonna burn it up like rockstars

Go nirvana in here

We gonna set it off, tick-tock

Life is a video game

And we could be in love or not lie

See I really don't care

I just wanna be right here

I just wanna be right here, ahh

We can rule the oceans

We can rule the world

We'd be the commotion, baby

So we'll never regret that life's

Going to be what we be

So we'll turn the music up tonight

Let the beat set you free

Give it everything you got

And dance all your worries away

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Forget yesterday

This life is a game

And Love is the name.

I love the way your skin feels on mine

I'm digging your style

The way you let me in

On secrets

That are already mine

Ethan prendió su iPhone y puso la canción, Elizabeth empezó a cantar y a bailar,

decidieron romper la rutina e ir a un motel, como dos adolescentes bebieron,

bailaron y tuvieron sexo hasta la madrugada.

En la mañana, los gritos histéricos de Elizabeth despertaron a su soñoliento

esposo. La cama estaba llena de sangre, Ethan palideció, enmudeció.

— ¡No, no, esto no puede ser, no merezco que me suceda esto!».

Ethan, venció su mutismo y llamó una ambulancia. En la clínica, después de los

exámenes de rigor, una psicóloga se acercó a la pareja y les dijo que Elizabeth

había tenido un aborto espontáneo.

Elizabeth se convirtió en la primera mujer sometida a la fecundación in vitro en

abortar.

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«Si no hubiera bebido y tenido sexo toda la noche…», empezó a recriminarse.

Mortificada por el sentimiento de culpa y dominada por una profunda tristeza, se

refugió en la religión.

Ethan quedó deshecho con la pérdida del bebé y con la actitud obsesiva de

Elizabeth, pasó varios días bebiendo y por primera vez en su vida faltó al trabajo

por estar ebrio.

Decidido a recuperar la relación con su mujer, empezó a acompañarla a la

Iglesia, pero hablar sobre teología por horas, no era lo suyo, se sentía

desconectado, fuera de lugar y con un profundo sentimiento de soledad.

Ethan durante varias semanas intentó seducir a Elizabeth, pero las invitaciones

a cine, teatro, restaurantes, caminar, todas eran ignoradas, «mejor vamos a la

iglesia, hay tantas cosas que hacer allá», respondía.

23 DE JULIO DE 2172, ENTREVISTA DEL PERIODISTA DANIEL GOSSAÍN,

EN DIRECTO, CON EL DIRECTOR GENERAL DE SALUD, DANIEL ÁLVAREZ,

CARACOL.

Periodista: buenos días, doctor Álvarez, en los últimos días se han presentado,

en todo el planeta, miles de abortos espontáneos, ¿cuál es la causa?

Director General de Salud: buenos días Daniel, al día de hoy, se han presentado

134 444 abortos espontáneos en el Gobierno Unificado de la Tierra y treinta mil en

las ciudades independientes de la Luna y Marte. Es una tragedia, no solo para las

familias afectadas, sino para la humanidad.

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Periodista: ¿los médicos saben la causa?

Director General de Salud: sí, después de miles de análisis, se ha podido concluir

que la bacteria Menkin 2172, responsable de la esterilidad masculina, es también,

la causante de los abortos. Hace unos meses la comunidad científica creía que la

bacteria caníbal, como le dicen de manera coloquial, estaba alojada en los

testículos, pero no es así. La bacteria también se encuentra en los ovarios.

Periodista: pero si la fecundación in vitro se produce por fuera del cuerpo

femenino, ¿por qué se contaminan los óvulos?

Director General de Salud: los espermatozoides que se usaron, son los que

estaban congelados en los laboratorios, los médicos verificaron que el líquido

seminal no tuviera la bacteria, con esa certeza se realizó la extracción del óvulo de

la madre y se procedió a unirlo a un espermatozoide, cuando el óvulo fecundado se

divide, se convierte en un embrión, su crecimiento puede durar entre tres a cinco

días, después se transfiere al útero de la mujer. Es allí, donde la bacteria despierta

y ataca al embrión.

La declaración del Director General de Salud liberó del sentimiento de culpa a

Ethan, sin embargo, Elizabeth no cambió de actitud. La relación entre ellos se fue

deteriorando cada día más, la costumbre y no el deseo o el amor, era la que los

unía como pareja.

La indiferencia sexual y afectiva entre Ethan y Elizabeth se trasladó a todos los

ámbitos, dejaron de salir a trotar, los viernes de cine familiar se acabaron y las

salidas con los viejos amigos eran cosas del pasado. En las noches, para no

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enfrentar la incomodidad de ver a su esposa despierta, empezó a trabajar hasta

tarde, llegaba después de las once de la noche y salía antes de las siete de la

mañana, hora en que Elizabeth se levantaba. Ella tampoco deseaba tener ningún

contacto con él y elaboró su propio ritual. En las noches, si aún estaba despierta,

fingía estar dormida. Si despertaba antes que él, se quedaba inmóvil en un rincón

de la cama, mientras su esposo despertaba y se marchaba.

Ethan, aburrido de su situación, fue a desahogarse a un bar. En la barra

encontró a Paula y a Wendy, dos compañeras de trabajo. Las saludó y se puso a

beber con ellas. Al rato, el novio de Paula llegó y se fueron de inmediato. Ethan y

Wendy escogieron una mesa junto a una chimenea para seguir conversando.

Después de varios tragos, Ethan se embriagó, se culpó del aborto de su esposa y

de sentir fastidio hacia ella. Desinhibido confesó:

—Desde que llegaste a la empresa me enamoré de ti, lástima que tú seas veinte

años más joven que yo, si yo fuera más joven…

Wendy estaba feliz escuchando las confesiones de Ethan, a quien admiraba por

su dedicación al trabajo y porque lo consideraba diferente a los otros hombres de la

compañía, pues todos, casados y solteros, habían intentado seducirla.

Ethan y Wendy siguieron compartiendo sus secretos y anhelos en la cama de

ella. Enamorados, empezaron a encontrarse todas las noches de siete a once.

1 DE OCTUBRE DE 2172, PRIMER CONGRESO PARA LA SALVACIÓN

ETERNA, SEDE DEL GOBIERNO UNIFICADO DE LA TIERRA, NUEVA YORK.

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El Regente, Benedito Scamoti, afirmó:

—Todos sabemos que el consumo de bebidas alcohólicas y de cigarrillo produce

cáncer, favorece la aparición de enfermedades cardiovasculares y respiratorias; en

el ámbito comportamental promueve la violencia, el desenfreno sexual, los suicidios

y múltiples problemas sociales. Yo propongo que utilicemos la ciencia para acabar

con su consumo.

—Regente Benedito, ¿qué propone? —preguntó el Gobernador General del

Gobierno Unificado de la Tierra, Albert Meyer Pérez.

—Hace unos meses, cuando estaba en Ciudad de México, vi por la televisión

que varios estudiantes se intoxicaron al consumir aguardiente adulterado con

metanol, este es un alcohol no bebible, ya que es tóxico, los chicos que más

bebieron quedaron ciegos o murieron.

— ¡Lo que propone es que envenenemos a la gente con metanol! —gritó el

gobernador general.

—No, por supuesto que no, quiero proponer dos cosas: primero, realizar una

campaña a nivel mundial afirmando que las bebidas alcohólicas y las sustancias

psicoactivas hacen que la bacteria Menkin 2172 mute y ataque cualquier órgano del

cuerpo. Segundo, que las empresas productoras de bebidas alcohólicas usen una

cantidad mínima de etanol para que los consumidores padezcan algún tipo de

malestar.

Los asistentes discutieron la propuesta y concluyeron que era impensable

acabar con la venta de bebidas alcohólicas de un momento a otro, pues afectaría la

economía y la población se revelaría. Pero el Regente de la Verdad Alejandro Díaz,


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les recordó que ante la inminente aniquilación de la raza humana, la economía

pasaba a un segundo plano. Los industriales tenían suficiente dinero acumulado

para vivir sin preocupaciones hasta el fin de sus días. Con convicción les dijo:

—Esta es una oportunidad de oro para acabar con tanto problema social, pero

como no queremos arruinar a nadie, propongo que el alcohol sea reemplazado por

una sustancia que nuestros científicos han inventado, que está compuesta por:

endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina, que son fundamentales para que el ser

humano se sienta feliz, la cerveza con esta fórmula será un éxito.

Los asistentes se pusieron de pie y aplaudieron durante varios minutos.

Los miembros del Gobierno Unificado de la Tierra, concluyeron que los seres

humanos habían hecho un pésimo uso del internet, como consecuencia decidieron

controlar su uso. No era admisible que los periodistas continuaran publicando

noticias que iban en contra de sus intereses o que cualquiera utilizara las redes

sociales para opinar con libertad, porque para propiciar un cambio en las personas

era necesario controlar la información que recibían.

El regente Alejandro Díaz, argumentó que el control se debería extender a las

librerías físicas y en línea, ya que allí vendían libros inspirados en la perversión

extraterrestre, que atentaban contra la moral. Mencionó que había encontrado a un

regente leyendo un libro sobre terapia psicológica para la población LGBTIQ+,

recordó que los extraterrestres eran los que habían promovido esas conductas.

También comentó que había encontrado decenas de libros que incitaban a que los

humanos vieran a los extraterrestres como a dioses.

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El regente Benedito Scamoti estuvo de acuerdo con el regente Alejandro Díaz,

empezó a explicar su propuesta para lograr el control de los medios de

comunicación sin que pareciera censura.

—En el imaginario de las personas está muy arraigada la idea de la libertad de

prensa, no podemos llegar con leyes que limiten su función. Lo que tenemos que

hacer es lograr que los periodistas estén de nuestra parte, hacerles ver que la

sociedad es corrupta y está enferma porque carece de moral, como consecuencia

de la desinformación que escriben grupos de desadaptados en libros y en la internet,

cuyo propósito es cooperar con los intereses de los invasores extraterrestres y de

las pocas naciones que no se han unido al Gobierno Unificado de la Tierra.

El gobernador de Argentina afirmó que la mejor manera para que la gente hiciera

lo que ellos querían, era hacer que creyeran que las nuevas leyes solo beneficiaban

al pueblo. Explicó que el mundo de la política era similar al comercial, puesto que la

mayoría de las personas compran por impulso, movidos por sus emociones y no por

la razón. Reiteró que la publicidad, con estrategias de psicología del consumidor,

de mercadeo y repitiendo lo mismo una y otra vez, lograba controlar la mente del

consumidor y que en la política se aplicaba el mismo principio, pues los electores

creen las promesas de los candidatos de tanto escucharlas una y otra vez, que su

credulidad crecía cuando se asociaba una verdad a medias con una mentira. Con

vehemencia solicitó que la prensa empezara a publicar estudios con respecto a los

perjuicios de leer sobre los extraterrestres y sus perversiones.

El regente Alejandro Díaz estuvo de acuerdo con empezar a censurar lo más

rápido posible y agregó que se debía controlar a los centros de enseñanza, que

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docentes, padres de familia y estudiantes debían colaborar quemando los libros

prohibidos.

El regente Alejandro hizo una última propuesta:

—Señores, si queremos pensar en el bienestar de la raza humana, en erradicar

el sufrimiento y lograr la vida eterna, tenemos que hacer visibles a los más

desamparados de nuestras comunidades, estoy hablando de los habitantes de la

calle, que en los últimos años se han duplicado. No hay nada más triste que ver

personas durmiendo en la calle. Debemos recoger a los mendigos de nuestras

ciudades y llevarlos a centros de rehabilitación.

Los asistentes aplaudieron la propuesta.

El gobernador general Albert Meyer declaró para la prensa:

Los líderes del Gobierno Unificado de la Tierra y los Regentes de la Verdad,

acuerdan crear leyes que permitan que los últimos años de la especie humana sean

pacíficos y se logre trascender a la esfera espiritual. Un siglo donde se promueva el

arte, la sana convivencia y la eliminación de todo tipo de conducta delictiva. Un siglo

donde se promueva el bien común y se elimine el egoísmo.

Ethan y Wendy estaban viendo una película de suspenso cuando fue

interrumpida por publicidad.

―Estoy aburrida con tanta propaganda de los Regentes de la Verdad, están

insoportables. Tienen publicidad en toda la programación, ni que hablar de la

internet, con toda esa propaganda ganarán el plebiscito para cogobernar.

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Ethan no dijo nada, pero tembló ante esa posibilidad, la cual le parecía real, sabía

que las propuestas de los regentes con el fin de que la población alcanzara la

salvación eterna, solo eran una excusa para extender su poder y robar a la

población su más preciada posesión, la libertad.

Wendy se levantó de la cama y sacó dos cervezas de la nevera, se sentó en el

sofá y prendió el televisor para ver un documental sobre las pandemias más

aterradoras de la historia de la humanidad. El primer episodio trató acerca de la

peste negra que apareció en el siglo XIV en Eurasia. Sin apartar la mirada del

televisor pensó que sería excelente caminar por las calles sin estar preocupada por

mendigos o la delincuencia común. Finalizando el documental, presentaron una

entrevista con el secretario de salud, quien afirmó que los regentes habían creado

un medicamento que eliminaba la adicción a las drogas sintéticas. Ethan confirmó

las palabras del médico, pues el hijo de uno de sus compañeros de trabajo, que

había sido internado varias veces debido a sobredosis con droga sintética, recibió

ese tratamiento y fue curado.

Wendy aceptó que las ideas de los regentes eran interesantes, sin embargo, no

les brindaría su apoyo por una sencilla razón: si ellos triunfaban sería el fin de la

privacidad y su relación con Ethan se convertiría en ilegal.

El exceso de publicidad logró el efecto deseado para los Regentes de la Verdad,

su propuesta de cogobernar fue aprobada por el 95% de los electores. El día 1 de

diciembre publicaron sus primeras leyes en el periódico oficial del Gobierno

Unificado de la Tierra.

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Ethan aprovechó la hora del almuerzo para leer el periódico, quedó pasmado

con una de las primeras leyes emitidas por los regentes. «Las relaciones

extramaritales quedan prohibidas». La sanción le pareció desproporcionada y

estúpida. Pero tembló ante la posibilidad de ir a la cárcel o de perder a Wendy, sin

perder tiempo le envió un mensaje de texto:

«Lee el periódico, nuestro mayor temor se hizo realidad. Nos vemos en tu

apartamento».

Ethan salió de la oficina directo a la floristería que estaba al frente del edificio

donde trabajaba, compró un ramo de rosas rojas. Cuando llegó al apartamento de

Wendy, ella lo esperaba. Estaba triste, sin embargo, las flores la hicieron sonreír.

Las nuevas leyes los angustiaron, pues el castigo para el adulterio era la

castración química y la cárcel. Además, Ethan y Wendy no deseaban terminar su

relación. Él maldijo no haberse divorciado de Elizabeth, cuando comprendió que

ella no iba a cambiar.

— ¡Te das cuenta de lo que han hecho esos locos de mierda!, —dijo Ethan,

enfurecido contra los regentes.

Wendy recordó una frase que su abuela repetía cada vez que una pareja

discutía «el odio está a un paso del amor y el amor a un paso del odio», se quedó

mirando a Ethan y con preocupación dijo:

—Tú eres mi primer amor, no quiero que en unos años, si terminamos, nos

miremos o recordemos con odio.

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Ethan la abrazó y prometió amarla para siempre. Luego sacó del maletín varios

documentos y se los entregó con una sonrisa llena de picardía. Era la escritura de

propiedad de su nueva casa, donde vivirían como esposos. Esa noche acordaron

cambiar de trabajo, así evitarían ser descubiertos por casualidad. Mientras tanto,

actuarían con indiferencia en la empresa, para que nadie se diera cuenta de su

romance.

Al otro día se mudaron a su nuevo hogar, un sitio tranquilo, a las afueras de la

ciudad. Con un jardín exterior amplio, que separaba las casas vecinas, dándoles la

intimidad que necesitaban. En la noche celebraron bebieron y bailando hasta la

madrugada.

Wendy, soñolienta y con una fuerte resaca, se levantó para ir a trabajar, escrito

en el espejo del peinador encontró:

Un joven poeta pensando en la mujer que ama, empezó a escribir versos con su viejo

bolígrafo. Él se sentía orgulloso, su sangre plasmaba palabras mágicas que hablaban de

la soledad, el amor y la vida.

Una mañana, al observarse en el espejo, vio que su sangre se agotaba con cada palabra

que el poeta escribía.

En la noche, cuando el poeta empezó a escribir a la mujer que amaba, el bolígrafo supo

cuál era su finalidad. Dejó su última gota de sangre en «te amo Wendy», que escribió un

loco enamorado una madrugada de diciembre.

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25 MARZO DE 2173, COLAPSAN LOS CENTROS MÉDICOS POR

INTOXICACIÓN MASIVA, DIARIO OFICIAL SIN FRONTERAS.

Como consecuencia de más de tres millones de intoxicados, los servicios de

salud colapsaron en todos los países miembros del gobierno unificado.

El director de salud Daniel Álvarez, afirmó que la intoxicación masiva había sido

causada por la bacteria Menkin 2172, que presentó varias transmutaciones debido

al consumo de bebidas alcohólicas y de psicotrópicos. Advirtió que la única manera

de evitar las intoxicaciones consiste en prohibir la fabricación de todo tipo de bebida

alcohólica, con esa medida más de quinientos millones de personas escaparían de

una muerte prematura.

Los Regentes de la Verdad afirmaron: «Dios ha revelado a muchos de nuestros

profetas, que para alcanzar la salvación eterna, debemos renunciar a ciertos

comportamientos, que a través de la historia, han esclavizado al ser humano. Estos

vicios lo han hecho prisionero del sexo, la comida y el confort. Dios nos ha dicho

que la esterilidad masculina es el Juicio Final y que sólo se salvarán los virtuosos,

los que sean capaces de renunciar al placer mundano».

El 14 de abril de 2173, Ethan cansado de la doble vida, de tener que dejar a

Wendy a las once de la noche y de no compartir con Michael las tardes de cine o

las salidas a trotar y a patinar, decidió decirle la verdad. Escogió un sábado mientras

iban a nadar al complejo acuático Simón Bolívar.

Esa mañana sabatina decidieron ir trotando. Pasaron a las duchas y nadaron

dos horas, Michael demostró que ya había superado a su padre en el estilo

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

mariposa y nadando por debajo del agua. Ethan se sintió viejo y fuera de forma.

Añoraba el estado físico que había logrado en la fuerza aérea. Pero un escalofrío

que recorrió su cuerpo, le recordó que después de diez años, había dejado el

servicio activo debido a que su helicóptero Defiant XXX, cuando lo estaba probando

a velocidad supersónica, se estrelló contra una bandada de patos, varias aves

fueron absorbidas por las turbinas ocasionando que perdiera el control y tuviera que

eyectar, estuvo perdido durante veinte días en el departamento de Guainía, ese

accidente casi le cuesta la vida, siguiendo su intuición, solicitó la baja.

Ethan empezó a relatar a su hijo los problemas que tenía con Elizabeth, confesó

que ya no existía amor entre ellos, que estaba enamorado de otra mujer y deseaba

vivir con ella, también lo invitó a irse a vivir con ellos.

Michael sonrió y dijo:

—Ya lo sabía, tú crees que no he visto los cambios entre ustedes, ya no hablan

ni se besan, por supuesto que me voy contigo. Mi mamá me tiene aburrido

obligándome a ir a sus reuniones con los regentes, yo no quiero seguir los pasos de

William, yo quiero ser piloto de combate y defender la Tierra de los invasores

extraterrestres.

Llegaron a la casa decididos a hablar con Elizabeth, pero el destino tenía

preparada una noticia que los dejó perplejos. La encontraron tendida en el piso de

la cocina sin vida. Los resultados de la autopsia fueron concluyentes: «muerte

súbita por arritmia cardíaca».

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

En la cremación de Elizabeth, William llegó en compañía de un grupo numeroso

de regentes, quienes dieron el pésame a Ethan y se marcharon casi de inmediato.

Padre e hijo apenas se saludaron. Michael no quiso ir a la ceremonia de cremación,

ver a su madre volverse polvo en un tubo transparente, lleno de flores, no era algo

que deseaba recordar.

El 30 de abril de 2173 la empresa de Biotecnología Stegman abrió una sede en

Bogotá, Ethan fue contratado para probar un exoesqueleto de combate, que

revolucionaría la industria militar.

Ethan quedó sorprendido con la velocidad y fuerza que adquiere un soldado que

usa un exoesqueleto. Encontró un problema con las conexiones neuronales

después de correr o volar por más de treinta minutos: los pilotos experimentarán

dolorosas contracciones espasmódicas en todos sus músculos.

Los ingenieros de Stegman empezaron a trabajar de inmediato en los defectos

encontrados por Ethan.

6 DE ENERO DE 2174, COMUNICADO DE LA SECRETARIA DE SALUD A

TODAS LAS GOBERNACIONES, NUEVA YORK.

Nuestros científicos han descubierto que la bacteria Menkin 2172, ha

transmutado, podemos hallar más de cinco cepas que atacan el sistema inmunitario,

estimulando la aparición de cáncer de piel, de hígado y páncreas, en otros casos se

ha comprobado que produce migraña y ceguera. Pero en un esfuerzo sin

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

precedentes, la comunidad científica ha logrado crear un medicamento para evitar

que la bacteria transmute y además, elimina otras enfermedades.

El medicamento fue bautizado con el nombre de «pastilla milagrosa», por sus

propiedades curativas. Los primeros que se beneficiaron de ella fueron los

farmacodependientes. También fue probada con éxito en los centros penitenciarios

para lograr que los reclusos redujeran sus instintos violentos.

Teniendo en cuenta la efectividad de la pastilla milagrosa, los regentes han

autorizado su uso para la población en general, no obstante, se empezará a usar

en los niños mayores de diez años.

El 7 de enero de 2174, el destino o la mala suerte para Ethan y Wendy, permitió

que William los viera mientras se besaban, los mandó arrestar y pidió ante el juez

la máxima condena, como era su costumbre. Ella fue condenada a mutilación genital

y él a castración química, y ambos, a diez años de prisión.

Ethan estaba destruido, no entendía cómo su propio hijo lo había hecho

condenar a la pena más alta. Lloró por el futuro de su pequeño hijo Michae y por

Wendy.

Ethan fue trasladado a la cárcel Modelo, que había sido clausurada en el año

2075, pero reabierta por los Regentes de la Verdad en el 2173, debido a la gran

cantidad de presos. En el vestíbulo, se vio rodeado de personas comunes, cuyo

crimen había sido dejarse tentar por una relación extraconyugal o por poseer

material pornográfico o algún libro prohibido.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Un guardia les entregó un uniforme cuatro tallas más grande, luego los llevó al

comedor, allí recibieron un cóctel de pastillas, para evitar que contrajeran una

infección que se estaba propagando por el penal. Eso fue lo que les dijeron.

Ethan compartió la celda con un joven de diecisiete años condenado a dos años

y a castración química, por posesión de material pornográfico y sustancias

psicoactivas. A la hora del desayuno, Ethan no sintió deseo de comer, se sentía

mareado, con dolor de cabeza y deprimido. El comedor era inmenso, lo sorprendió

ver que todos los hombres presentaban sobrepeso. Los reclusos recién llegados

eran los únicos delgados. Se alarmó por la ausencia de guardias en el comedor,

tuvo miedo de ser atacado por algún reo.

A los reclusos nuevos los sentaron en la parte de atrás del comedor. Un

enfermero se acercó y dijo:

—Tienen que comer todo lo que les sirven, tengan o no hambre, cuando

ingresaron al penal se les realizó la castración química, todos tomaron acetato de

medroxiprogesterona y otros medicamentos. La falta de apetito, el insomnio, la

migraña, son algunos de los efectos secundarios, pero desaparecen después de un

par de semanas, si no comen bien, los efectos secundarios serán más fuertes. Si

tienen vómito agudo van a la enfermería.

Nadie hizo preguntas, pero los platos quedaron vacíos.

Después de una semana, Ethan comprobó que los reos eran dóciles, carecían

de voluntad, deambulaban en el patio esperando que el sonido de la campana les

indicara que pasaran a las celdas, al comedor o a tomar la pastilla milagrosa.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ethan, cuando pensaba en Wendy, recordaba el miedo que sentían, cada vez

que salían a la calle, de que algún conocido se diera cuenta de su relación y los

denunciara para ganarse una buena recompensa. Ellos habían visto cómo la

policía arrestaba a decenas de parejas por convivir sin estar casados. Por ese

motivo decidieron casarse con documentos falsos, pero fueron capturados el día

anterior al matrimonio.

Con cada día que Ethan pasaba en la cárcel, crecía su dificultad para recordar a

sus seres queridos. Su esposa era el recuerdo borroso de una mujer rubia, alta y

flaca, sus hijos parecían fantasmas lejanos. Su pasado se había convertido en un

sueño nebuloso y sus pensamientos eran gobernados por la desesperanza.

Tampoco podía dominar los sentimientos de impotencia y miedo hacia el futuro.

Poco a poco los medicamentos transformaron su musculatura definida en una

masa de carne decadente, con treinta kilos de sobrepeso. Ethan se sentía con el

cuerpo de un adulto de setenta años, sus movimientos eran lentos, taciturnos y se

le dificultaba hablar con fluidez. Su lengua se trababa en oraciones sencillas, ni

siquiera era capaz de mirar a los ojos de su interlocutor, ya que se sentía miserable

ante cualquiera que no fuera otro reo.

El medicamento y el encierro, hicieron que Wendy apareciera en la mente de

Ethan, como la imagen desteñida que la lluvia deja al mojar una hoja escrita con

bolígrafo.

Los guardias en la prisión no tenían armas, no las necesitaban, pues los reos

eran borregos sin voluntad.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Michael, que se había escondido en el armario cuando Ethan y Wendy fueron

arrestados, pidió el favor a Joseph, vecino y amigo de la familia, para que lo llevara

a la cárcel a visitar a su padre. Esa tarde no pudo evitar llorar por los cambios físicos

y mentales de Ethan.

Hijo y vecino prometieron no descansar hasta verlo libre.

Joseph le dijo a Michael, que su padre estaba siendo envenenado sin que se

diera cuenta. «Tu padre está recibiendo varios medicamentos que lo están

convirtiendo en otra persona, tenemos que desintoxicarlo». Acordaron que para la

segunda visita tendrían que burlar la vigilancia para entrar algunos medicamentos.

En la segunda visita, Joseph explicó la situación a Ethan, le dijo con claridad que

no debía tomar los medicamentos que suministraba la prisión, ya que eran utilizados

para anular su voluntad, sentimientos y recuerdos.

Michael sacó de sus tirantes varias pastillas, se las entregó y le dijo que se las

debía tomar con las comidas.

Con el medicamento que Michael le entregó a Ethan, se detuvo la osteoporosis,

que era un efecto secundario de la castración química. También empezó a bajar de

peso, a controlar sus pensamientos, sentimientos y emociones. Después de tres

meses de desintoxicación, era una vez más dueño de su voluntad. Preocupado por

la suerte de Wendy, suplicó a Joseph que averiguara qué había sucedido con ella,

pues no se atrevía a imaginar la pesadilla que estaba viviendo.

Joseph no encontró a Wendy donde se suponía, la prisión. Allí no había registro

de su llegada, tampoco en la oficina de los regentes, nadie sabía nada de ella. Le

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

pareció raro, pues el procedimiento consistía en registrar en el sistema a las

personas arrestadas o sentenciadas.

Ethan recordó la dirección de la casa de las hermanas de Wendy y la entregó a

Joseph. Ellas afirmaron que las autoridades habían permitido una visita antes de la

condena, pero que de un día para otro, Wendy había desaparecido sin dejar rastro;

después de mucho investigar, recibieron un comunicado: «la ciudadana Wendy

Acosta, fue remitida a la ciudad de Medellín para que cumpliera su condena, pero

en el viaje sufrió un ataque fulminante al miocardio y murió».

Joseph le dijo a Ethan que era muy raro lo sucedido con Wendy, ya que ella

debía haber sido sometida a la mutilación genital, pero no había registro de ello.

Entonces compartió con él un rumor: «En la ciudad opera una nueva mafia, que

trafica con las presas bonitas, las obligan a trabajar para ellos, si no aceptan, las

someten a una lobotomía y a la mutilación genital».

Ethan entendió que debía escapar como diera lugar, no sería difícil, pues sus

carceleros creían que todos los reos eran dulces borregos, incapaces de tomar

decisiones por sí mismos. Decidió empezar a ejercitarse, empezó a trotar en el

patio, cuando no había guardias, que era casi todos los días; en la celda, inició con

flexiones de apoyo alto, flexiones con apoyo bajo y flexiones con pierna de rana; la

segunda semana incorporó las flexiones lentas, rápidas, asimétricas y abiertas;

para la tercera semana; con diez kilos menos, pudo hacer flexiones con un pie

levantado, hacia los lados y llevando la cadera hacia arriba; la cuarta semana ya

pudo hacer flexiones con los nudillos, en diamante y las espartanas; con veinte kilos

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

menos pudo hacer barras, tres meses después, su tono muscular y la resistencia

cardiovascular eran similares a los que tenía cuando fue capturado.

La indiferencia de los guardias hacia los prisioneros, no les dejó ver los cambios

físicos de Ethan. No se dieron cuenta que su rostro ya no tenía la mirada perdida

de los demás reos. Consciente de sus cambios físicos, pidió a Michael que le trajera

maquillaje para crear una cara demacrada y un traje acolchado para verse más

obeso.

Josep hackeó las cámaras de seguridad de la cárcel, luego le instaló un virus al

smartphone de Michael para que se activara cuando los guardias pasaran el

escáner para revisar que no llevara armas o droga.

Gracias al virus, Joseph y Michael pudieron tener acceso a cada rincón de la

cárcel, aprendieron los hábitos de los guardias y decidieron que el mejor momento

para escapar era un sábado en la noche, puesto que los guardias tenían la

costumbre de ver combates de artes marciales mixtas en directo, aprovechando la

pantalla gigante de la sala de eventos.

El plan era simple, Ethan fingió una enfermedad media hora antes de que

empezara el programa de televisión, un guardia lo llevó a la enfermería, le dijo al

médico que tenía vómito y diarrea. Este lo examinó rápido y sin interés, pues ya iba

a empezar el programa; lo canalizó para administrarle suero y medicamentos, lo

acostó en una camilla y le dijo que tratara de dormir.

Los gritos y risas de los guardias y enfermeros, indicaron a Ethan que era el

momento para escapar. Se lavó la cara, para dejar a la vista su rostro lozano, se

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

vistió con un uniforme de enfermero, tomó los desechos hospitalarios que estaban

atiborrados en la enfermería, se aseguró de tener la cajetilla de cigarros y salió con

calma hacia el parqueadero. Saludó y ofreció un cigarro a los guardias. Arrojó la

basura y se quedó fumando, junto al portón de la salida, con uno de ellos. Después

de hablar un rato le dijo que si le regalaba un minuto para llamar a su hijo. El guardia

marcó, cuando contestó Michael, le pasó el celular. «Hola chiquis, todo está bien».

Michael entendió el saludo y le dijo: «nos vemos en diez minutos, cuando estemos

al frente pitamos, estamos en un Jeep verde».

Ethan terminó de fumar con calma, cuando escuchó el pito le dijo al guardia que

debía salir por unos minutos para recibir un medicamento y dar unas instrucciones

a su hijo, que no se demoraba. Antes de salir le ofreció otro cigarrillo.

Ethan salió, se subió al Jeep y se marchó sin problema. Las autoridades se

dieron cuenta de su ausencia una semana después, cuando otro recluso preguntó

por él a un guardia.

Ethan, con una nueva identidad, empezó a planear el rescate de Wendy, se

dirigió al viejo hotel Tequendama, que a raíz del incendio del año 2092, fue

restaurado y usado para las oficinas de la Orden de los Regentes de la Verdad.

Ingresar no fue tan fácil como él esperaba, entonces decidió conseguir trabajo en

un restaurante que estaba enfrente del edificio y donde los regentes iban a comer o

a beber Nepente, que era la nueva bebida inventada y distribuida por la Compañía

de Biotecnología Stegman, que estaba reemplazando a las bebidas alcohólicas, las

cuales estaban prohibidas. Debido al consumo de Nepente, nadie se quejaba de

las arbitrariedades de los regentes ni del gobierno.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Gracias al carisma y educación de Ethan, logró ganarse la confianza de los

funcionarios que trabajaban con los regentes y poco tiempo después consiguió

ingresar al edificio para colaborar en oficios generales, trabajo ideal para saber qué

hacían en cada piso y quiénes entraban y salían del edificio. A las pocas semanas

comprobó que ingresaban mujeres acusadas de delitos contra la moral pública; a

las bonitas, las subían a los pisos 17, 18, 19 o 20, luego no se sabía más de ellas.

A las demás, las conducían al piso 10 para realizarles la mutilación genital, después

de un par de horas, las dejaban en la calle. Las mujeres que debían pagar condena,

eran enviadas a los diferentes centros de reclusión del gobierno unificado.

Ethan comprobó que los hombres adinerados de la ciudad llegaban y parqueaban

después de las ocho de la noche y eran conducidos hasta los pisos superiores, para

que disfrutaran en la clandestinidad de licor, apuestas y servicios sexuales.

Una noche, Michael observó que su padre revisaba los planos de un edificio, le

preguntó para qué lo hacía. Ethan le dijo que era para rescatar a Wendy, pues

estaba seguro de que en ese edificio la encontraría. Michael dijo que él podía

hackear las cámaras, Ethan no pudo evitar sonreír, pensó que tener un hacker en

la familia era muy bueno. Con el control de las cámaras, conoció cada rincón del

Edificio. Wendy estaba en el piso 16, en el casino. Ya podía empezar sus

preparativos para rescatarla. Su primer paso fue clonar una tarjeta con acceso a

todos los pisos del edificio. Luego dejó una pistola láser y la ropa necesaria para su

actuación en el armario del cuarto destinado a servicios generales, en el piso doce.

Después se encontró con un viejo amigo de la fuerza aérea que trabajaba para la

Compañía de Biotecnología Stegman y le compró tres face hologram para poder

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

ingresar al edificio sin ser reconocido; una vez rescatada Wendy, huir junto con

Michael, a otra gobernación o a una de las pocas naciones que no formaban parte

del Gobierno Unificado de la Tierra.

Ethan programó el face hologram para verse como un adulto de sesenta años,

con el pelo gris y ojos de color verde; el de Wendy lo programó con la apariencia de

un hombre de setenta años, calvo, con barba larga y con varios lunares en la cara.

El día del rescate de Wendy, llegó a trabajar como de costumbre, pero no salió

a las seis de la tarde, se quedó en el piso doce, se vistió y se puso el face hologram,

programó la pistola láser para aturdir y la guardó, se comunicó con Michael y le dijo

que apagara las cámaras de los pisos quince al dieciocho; se dispuso a subir al piso

quince, a la administración. Un cliente estaba cambiando fichas y solicitando

permiso para sacar a la calle a su acompañante, privilegio exclusivo de los más

adinerados.

Ethan cambió un cheque por fichas y salió al pasillo a esperar a la pareja, cuando

estos se iban a subir al ascensor, él les disparó a los dos. Detuvo el ascensor en el

piso doce, los amarró, amordazó y los encerró en el cuarto de aseo, tomó la tarjeta

de crédito del anciano y subió a buscar a Wendy. No la halló en el casino, sitio

donde la había visto la noche anterior a través de las cámaras. Pensó en llamar a

Michael para que la buscara a través de las cámaras, pero los celulares estaban

bloqueados en esa área, entonces decidió preguntar por ella, lo hizo a la chica que

atendía la ruleta, «la trasladaron a la discoteca del piso 18», contestó.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

En la discoteca, las mujeres bailaban, bebían o conversaban entre ellas. Wendy

estaba sentada en la barra con un hombre alto y corpulento. Ethan no pudo

disimular los celos, escogió una joven y hermosa mujer y se sentó al lado de ellos.

Ethan haciendo alarde de simpatía, invitó a la pareja a su mesa, pidió los licores

más costosos; para tener un minuto a solas con el otro hombre, le dijo a las chicas

que se cambiaran de ropa, pues quería el show de música oriental. Cuando las

chicas se fueron, le dijo a su ebrio compañero «cambiamos parejas, la mujer que

está contigo se parece a una ex novia y quisiera recordar viejos tiempos». El señor

Manrique aceptó. Después del baile, Ethan llevó a Wendy a la suite presidencial,

tan pronto entraron, él apagó el face hologram. Wendy casi muere de la dicha.

Sin perder tiempo, Ethan le colocó el face hologram y salieron de la habitación

rumbo a las escaleras, la idea era bajar al parqueadero y salir como cualquier

cliente. Pero sus planes se vieron truncados, cuando estaba en el piso 12 recibió

una llamada de Michael, le advirtió que ya lo habían identificado y que para cambiar

la configuración del face hologram lo tenía que conectar a un computador. Pero no

había tiempo ni el equipo para ello, así que le dijo a Michael que apagara las luces

de todo el edificio. Decidió bajar al parqueadero. Programó su pistola laser a la

máxima potencia, nadie lo detendría, así tuviera que destruir el edificio.

Cuando Ethan estuvo en el primer piso, le dijo a Michael que conectara la luz y

las cámaras de seguridad, excepto las del parqueadero. El carro que había dejado

estacionado desde la mañana estaba atrapado entre dos limusinas. Maldijo su mala

suerte. Pensó en abrir alguna por la fuerza pero eso podría llamar la atención de los

guardias, era mejor evitar un enfrentamiento. Wendy se dio cuenta que había un

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

chofer leyendo dentro de una, Ethan se acercó y le propuso que se ganara cien mil

dólares por sacarlos del edificio, el chofer pensó que por esa cantidad de dinero

valía la pena correr el riesgo y aceptó. Ethan apagó su face hologram y el de Wendy,

se subieron a la limusina como si fueran dos clientes. Los vigilantes miraron con

detenimiento a los pasajeros, como no correspondían con las fotografías enviadas

los dejaron salir sin problema.

Un automóvil los esperaba a pocas cuadras, su conductor era Joseph y su

copiloto el pequeño Michael.

Ethan abrazó a su hijo, ambos lloraron de felicidad, condujeron hasta su nueva

casa, Joseph les entregó identificaciones falsas y les dijo que lo mejor era esperar

y ver cómo sucedía todo, que en unas semanas los ayudaría a escapar a la ciudad

independiente de cuba o de Irlanda. Ethan se despidió con un fuerte abrazo y reiteró

su agradecimiento por haberlo salvado de la cárcel, por ayudarlo a encontrar a

Wendy y cuidar de Michael.

La emotiva despedida no era para siempre, pues Ethan estaba dispuesto a luchar

con todas sus fuerzas para liberar a la humanidad del régimen impuesto por los

Regentes de la Verdad.

Escapar a otra gobernación era una posibilidad válida, pero Michael le dijo a su

padre que él había logrado ingresar al sistema de los Regentes de la Verdad y del

Gobierno y que había borrado los antecedentes de toda la familia, incluyendo las

multas de tránsito.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Ahora tú y Wendy están casados ante la ley. Estoy feliz porque tengo mami

nueva, eso sí, alteré tu fecha de nacimiento, pues con veintidós años no es normal

que tengas un hijo de casi diez.

Dos semanas después del rescate de Wendy, Michael llegó triste a su casa,

Ethan le preguntó qué le sucedía, él le comentó que ayer en la tarde un anciano se

había caído cuando pasaba por su lado, que su aspecto era descuidado, se veía

enfermo, flaco y su acento era mexicano. Cuando iba a llamar a emergencias, el

anciano le suplicó que no lo hiciera, que deseaba morir mirando cómo aparecían las

estrellas en el cielo. Le pidió que lo ayudara a recostarse junto a un árbol, cuando

estuvo cómodo lo miró a los ojos y le dijo: «acabo de visitar la tumba de mi mujer y

la de mis hijos, ellos murieron hace cincuenta años por mi culpa, por conducir

borracho, ya les pedí perdón. Siento que mi muerte llegará en unos minutos, por

favor, cuando muera no informes a la policía ni a los regentes». Miró hacia el cielo,

murmuró un par de palabras y murió. Ethan no pudo evitar preguntar acerca de lo

que el anciano había dicho cuando estaba muriendo:

— ¿Qué dijo?

—«Gracias Dios por devolverme la libertad».

—No imagino a qué se refería… Es raro que haya querido morir solo y en un

parque.

—Su muerte me puso a pensar en la soledad de las personas mayores, los niños

nunca nos sentimos solos. Pero también estoy preocupado por mis compañeros de

colegio, la semana pasada a los niños mayores de diez años les dieron un

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

medicamento, para evitar las nuevas enfermedades que están apareciendo y desde

ese día los veo raros...

— ¿Raros? ¡No te entiendo!

—No quieren jugar, permanecen todo el tiempo de pie en un mismo sitio, mirando

hacia el suelo, no hablan; los profesores están igual, las clases son aburridas, lo

bueno es que no nos molestan para nada.

Ethan le explicó que no se preocupara por sus compañeros, ya que los médicos

habían asegurado que los efectos secundarios de la pastilla milagrosa eran

temporales, que duraban de dos a cuatro semanas, después de ese tiempo se podía

consumir la pastilla milagrosa sin temer a sus efectos secundarios.

Al día siguiente Michael amaneció enfermo y no fue al colegio por tres días,

cuando volvió, encontró que el comportamiento aletargado de sus compañeros no

había cambiado, incluso, los observó más lentos, más ensimismados. Sus

compañeros de curso también estaban comentando sobre el cambio de los niños

más grandes.

Ethan recogió a Michael a la salida del colegio para llevarlo a una cita médica, él

le dijo que observara a los profesores y a los niños mayores. Su padre le hizo caso,

se sorprendió que los niños estuvieran tan callados y mirando hacia el piso. Sintió

desconfianza con la inexpresividad de los docentes. Se alegró cuando observó a la

profesora de literatura fumando, mientras esperaba que los niños se subieran al bus

escolar; se acercó y la saludó.

—Buenas tardes profesora Sonia.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ella siguió fumando, perdida en su mundo interior.

—Buenos días profesora —saludó más fuerte.

—Buenos días señor Ethan.

— ¿Cómo va con la novela que está escribiendo?

—He abandonado ese proyecto. Ya no me apasiona la escritura, ese tema del

amor… no lo entiendo.

Ethan se dio cuenta que la profesora seguía mirando hacia el horizonte, que no

lo miraba a los ojos, ni sonreía, ni hablaba de Víctor Hugo o de Poe, ni de ningún

otro escritor del siglo XIX, como era su costumbre.

Para demostrar a su padre que las cosas eran delicadas, Michael le dijo a la

profesora un completo disparate:

—Mi madre ha sido secuestrada esta mañana por una secta comandada por

extraterrestres y mi padre y yo estamos preparando un viaje interplanetario para

rescatarla, por ese motivo no le podré traer la tarea mañana, ¿se la puedo presentar

otro día?

La profesora, sin mirarlo, respondió:

—Bueno, espero tu tarea el próximo lunes.

Ethan quedó perplejo con la respuesta de la docente, observó a los demás

profesores, incluyendo al rector, en todos encontró la mirada perdida, la misma que

observaba en los niños. El comportamiento de profesores y estudiantes hizo que

prohibiera a su hijo tomar la pastilla milagrosa o vacunarse. Le explicó que la pastilla

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

milagrosa era la responsable de los estados alterados de conciencia de sus

compañeros y docentes.

Previendo que el colegio obligara a los niños a tomar la pastilla, Ethan pensó que

la mejor estrategia sería que su hijo no regresara a clase, pero eso haría que la

trabajadora social les hiciera una visita, entonces decidió instruirlo para que no

recibiera el medicamento. Su primera recomendación fue que bajo ninguna

circunstancia aceptara tomar la pastilla, que si los iban a obligar, pidiera permiso

para ir al baño, se escondiera allí y de inmediato lo llamara. Padre e hijo pensaban

que engañar a unos docentes enajenados no iba a representar ningún problema.

Ethan revisó en su celular los exámenes de laboratorio que le habían realizado

a Michael, todos salieron sin ninguna patología, así que decidió no ir al médico. En

el camino de regreso a su casa observó que la policía y los regentes estaban

entregando la pastilla milagrosa barrio por barrio, que las personas se la tomaban

para liberarse de alguna complicación debido a las nuevas cepas de la bacteria

Menkin 2172.

Al día siguiente, Michael abrió la puerta al escuchar el timbre, era una trabajadora

social que estaba preguntando en el sector si ya les habían entregado la pastilla

milagrosa o vacunado. Cuando Michael vio a un regente en la calle con su

imponente exoesqueleto, salió a verlo. El regente se molestó con sus preguntas y

le preguntó qué edad tenía.

—Nueve.

— ¿Tus amigos y compañeros de colegio se comportan como tú?

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Los de mi edad sí, los mayores no, ellos parecen robots, siempre están

callados y mirando hacia el piso.

La trabajadora social tan pronto vio a Ethan se dio cuenta que no se estaba

tomando la pastilla milagrosa, así se lo hizo saber, le recalcó la importancia de

tomarla todos los días, pues evitaba las enfermedades complejas que estaba

causando las nuevas cepas de la bacteria Menkin 2172. Sorprendido por su

afirmación le preguntó:

— ¿Por qué lo dice?

—Porque hay un efecto secundario, que dura de dos a cuatro semanas, las

personas se tornan un poco lentas, a usted lo veo normal. Debe empezar a tomar

la pastilla hoy mismo.

La vocecilla interior de Ethan le dijo que debía asentir a todo lo que le dijeran.

—Sí señora, no la he tomado porque tuve fiebre, además en la empresa donde

trabajo nos programaron la vacuna, en vez de la pastilla, dicen que es más efectiva

para los adultos. Pero respóndeme una pregunta, ¿después de las cuatro semanas

volveremos a ser como antes?

— ¡Claro!, quedamos mejor que antes, gracias a la vacuna el sistema inmunitario

se fortalece y ya no nos enfermaremos de casi nada. Los dejo, debo seguir con las

visitas.

Michael temió que le hicieran tomar la pastilla o vacunarse y se negó a volver al

colegio, sin embargo Ethan y Wendy lo convencieron de terminar su año académico,

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

siempre y cuando tuviera cuidado y por ninguna razón tomara la pastilla o se dejara

vacunar. Michael aceptó volver, pero para alertar a sus amigos.

Ethan interrumpió su conversación para contestar una llamada a su celular. Era

la enfermera del colegio, activó el altavoz, «mañana vamos a vacunar a todos los

niños menores de diez años, debe traer al niño, así esté enfermo», le advirtió. Ethan

se comprometió a llevarlo, pero le dijo a Michael, que mañana lo iba a retirar del

colegio de manera oficial, así evitaría que la trabajadora social los visitara.

Ethan se reunió con el director del curso de Michael para comunicarle que se

iban a mudar de ciudad, pero la conversación fue interrumpida por los gritos de

varios padres que no querían que sus hijos fueran vacunados, ya que temían a los

efectos secundarios de la pastilla milagrosa.

Minutos después llegaron al colegio varios regentes y se llevaron detenidos a los

padres, los que no quisieron ir por las buenas fueron inmovilizados con descargas

eléctricas y llevados en camiones como si fueran objetos. Cuando los regentes

interrogaron a Ethan sobre su hijo, él tragó saliva y actuó como si no tuviera

emociones, miró al suelo y con voz sumisa respondió:

—Mi hijo no pudo venir, la empresa donde yo trabajo, vacunó a mi familia, Michael

está con diarrea y vómito. Nos dijeron que eso era normal en algunos niños,

también me dijeron que lo dejara en casa por tres días.

Los regentes lo observaron con detenimiento, su excusa era convincente, pues

algunas empresas estaban vacunando a los familiares de empleados en sus casas,

además, Ethan no mostraba miedo, ira o tristeza. En cambio, se llevaron a una

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

señora que acababa de llegar y su rostro reflejaba preocupación. Mientras la subían

al camión, ella gritaba a todo pulmón que le estaban violando sus derechos

constitucionales.

Cuando Ethan estaba a punto de abandonar el colegio, el regente William llegó y

se dirigió a la entrada, el director salió de inmediato y lo invitó a que viera cómo se

quemaban más de mil libros que preconizaban la llegada de los anunnakis antes

del año 2200. Ethan lo vio y se ocultó detrás de un policía alto y gordo, sabía que si

su hijo lo veía, todo terminaría para él.

Después de incinerar los libros, William ordenó que los niños se formaran en el

patio, Ethan aprovechó y se refugió en el cuarto de aseo, tres niños llegaron también

para esconderse, estaban asustados, no querían convertirse en robots, Ethan los

conocía, eran los amigos de su hijo. Les dijo que apagaran los celulares y no

hicieran ruido. Tendrían que permanecer allí hasta que todos se marcharan, a pesar

de que el cuarto era pequeño e incómodo, el miedo no permitió que alguien se

quejara.

Los niños se quedaron dormidos después de un rato. Ethan sacó su móvil y

empezó a chatear con Michael, le dijo lo que había sucedido en el colegio, le advirtió

que tendría que esconderse, que no permitiera que lo viera algún vecino y que no

abriera la puerta, que si llegaba la policía o los Regentes de la Verdad, huyera por

la puerta trasera.

Michael se asomó por la ventana y observó que los regentes estaban revisando

casa por casa para verificar que los niños estuvieran en los colegios, se asustó y

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

salió corriendo, la trabajadora social lo vio y lo hizo detener, «te llevaré al colegio»,

le dijo, mientras lo subía a su camioneta.

Michael no protestó, sabía que no serviría de nada, pero de inmediato empezó

a maquinar un plan para escapar. Decidió que la mejor opción era bajarse de la

camioneta cuando esta se estacionara. Sin embargo, a los pocos minutos cambió

de opinión, era mejor escapar antes de llegar al colegio, pues una vez allí, sería

imposible y estaría condenado a actuar como un robot.

Michael sacó su celular y envió a su padre el siguiente mensaje de texto: «La

trabajadora social me lleva al colegio para que me vacunen, voy a escapar cuando

la camioneta pare en uno de los semáforos. Nos vemos en el centro comercial que

queda detrás del colegio, en la zona de comida, te espero el tiempo que sea

necesario, deséame suerte».

Ethan se puso pálido con la nefasta noticia, decidió salir del cuarto para mirar

qué estaba sucediendo y estar pendiente de la llegada de la trabajadora social.

Michael tenía dos oportunidades para huir, dos semáforos, con el primero no

tuvo suerte, estaba en verde; el segundo, también estaba en verde, sin embargo,

un camión de la basura, salió de improviso deteniendo el tráfico, Michael supo que

era su oportunidad, abrió la puerta y saltó, la trabajadora social lo alcanzó a sujetar

de la chaqueta, pero él jaló con fuerza y escapó, se metió entre los carros y

desapareció. La mujer miró a su alrededor y no lo encontró. Decidió ir al colegio a

recibir instrucciones.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ethan vio la camioneta de la trabajadora social estacionarse en el parqueadero,

temió lo peor, descansó cuando no vio a su hijo. Se devolvió al cuarto, pues ya

habían quemado los libros y vacunado a los niños. Los chicos encerrados con él,

estaban despiertos y con hambre. Ethan aprovechó para contarles que su hijo había

logrado escapar.

Entre tanto, Michael llegó al centro comercial y de inmediato se sentó al lado de

una pareja que estaba comiendo pizza, él también compró una porción. La policía

llegó a verificar que las personas se hubieran aplicado la vacuna, la gente empezó

a mostrar la citación, algunos la tenían para ese día, otros para el siguiente; cuando

llegaron a la mesa donde estaba Michael, los adultos mostraron la citación que

tenían, los policías la observaron y se marcharon, Michael sonrió, ya había pasado

lo peor. Terminó de comer y sacó su celular para jugar, «tendré que esperar a mi

papá varias horas», pensó.

Ethan se asomó por la ventana, la policía se había ido, el patio estaba vacío,

entonces les dijo a los niños que salieran y los acompañó hasta el salón, tomaron

sus maletas e ignoraron lo que la profesora les dijo.

Ethan recogió a Michael, quien había comprado pizza para todos, luego se reunió

con los padres de los niños, quienes quedaron anonadados ante sus revelaciones.

Para comprobar las historias relatadas por Ethan, bastaba con caminar por las

calles para encontrar que los rostros de las personas parecían de caucho, no

reflejaban ningún tipo de emoción.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Los científicos de la Orden de los Regentes de la Verdad habían logrado, con su

pastilla milagrosa, no solo evitar que hombres y mujeres desearan tener sexo, sino

que habían doblegado su voluntad, por fin tenían sociedades perfectas, donde cada

cual hacía lo que se le decía; las voces que reclamaban igualdad, equidad y justicia,

eran cosas del pasado.

Michael y sus amigos, serían de los pocos niños despiertos en el mundo. Los

demás, pronto formarían parte de la masa humana aletargada que deambulaba por

la ciudad.

Michael salió con sus tres amigos a montar bicicleta al parque, se entristecieron

con el panorama: no había niños ni adultos corriendo, patinando o comiendo, solo

se veía una masa uniforme de gente sombría caminando rumbo al trabajo o a sus

casas.

Los vigilantes del parque caminaban de un lado para otro sin ningún propósito,

el personal de aseo recogía las hojas que se caían de los árboles y limpiaba el polvo

de las sillas.

Dylan invitó a sus compañeros a tomar onces, fue a un kiosco y pidió

hamburguesa y gaseosa para todos, al momento de pagar, le dijo al mesero que

pagaría mañana o cualquier otro día, que se le había olvidado la billetera y que le

empacara media docena de hamburguesas para llevar, el mesero empezó a

preparar el pedido, cuando estuvo listo se lo entregó. Dylan lo recibió y lo guardó en

su maleta.

Los chicos rieron hasta el cansancio con la actitud sumisa del mesero. Se

dirigieron a otro kiosco y Estefany pidió helados para comer ahí y para llevar, al

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

momento de pagar, le dijo al administrador que su madre vendría cualquier día y

cancelaría, que la esperara sentado. El administrador de inmediato se sentó a

esperar.

Los chicos estaban muertos de la risa, los adultos se habían transformado en

peleles, que obedecían cualquier cosa que se les dijera.

Michael quiso hacer lo mismo en una pastelería, pidió ocho tortas y le dijo al

pastelero que se sentara a esperar a su padre, que él llegaría en cualquier momento

a saludarlo y a pedir más tortas.

El pastelero, lo miró con rabia,

— ¡Qué está creyendo este maldito mocoso! ¿Acaso crees que yo soy como los

zombis que están por todas partes?

Michael quedó pálido, no esperaba encontrar a alguien normal, tomó la bolsa

con los pasteles y salió corriendo, el pastelero salió detrás, maldiciendo y

vociferando. En ese momento un Regente de la Verdad pasó y lo miró con interés,

el pastelero se dio cuenta que había cometido un error al no actuar como los demás.

El Regente lo interrogó durante varios minutos, después llegó una patrulla y lo

llevó detenido. Frustrado y con rabia, empezó a gritar que había cuatro chicos que

estaban robando en el sector.

Dos días después, dominado por la curiosidad, Michael se arriesgó a volver a la

pastelería, aunque por las dudas, esta vez llevó suficiente dinero, no hubo sorpresa,

estaba el pastelero con la cara ida, su rostro reflejaba absoluta indiferencia, cuando

le pidió las tortas se las entregó sin mirarlo a los ojos, Michael le dijo en tono fuerte,

siéntate encima de la registradora, el dependiente se subió en una silla y se sentó

encima de la registradora.
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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Eso te pasó por estúpido, para qué saliste a perseguirme, ya nadie está

comprando tortas. Te vas a quedar ahí toda la noche y en la mañana coges diez

tortas y te las comes de desayuno.

Salió de la pastelería satisfecho de su logro, se sentía poderoso, los adultos

incluso los policías le obedecían.

En la noche, la imagen del pastelero sentado encima de la registradora no le

permitió dormir, sintió remordimiento, recordó el miedo que había experimentado

cuando la trabajadora social lo llevó para que le aplicaran la vacuna. Montó su

bicicleta y emprendió la marcha a través de las calles vacías, la vida nocturna de la

ciudad había desaparecido; a un par de cuadras de la pastelería observó un carro

de la policía, estaban dos de ellos interrogando al pastelero, un regente estaba

observando una cámara de seguridad.

Michael sudó del susto, si la cámara funcionaba, ya sabrían que él no se estaba

tomando la pastilla milagrosa y si miraban los videos de los días anteriores,

descubrirían que el pastelero tenía razón cuando gritó que unos niños lo habían

robado.

El Regente salió furioso de la pastelería, antes de subir a la patrulla hizo varias

llamadas. Michael sintió miedo por las travesuras que hizo con sus amigos,

temiendo lo peor, se devolvió y contó a Wendy y a su papá lo que él y sus amigos

habían hecho durante las últimas semanas.

— ¡Los he metido en un lío!

— ¿De qué hablas? —preguntó Wendy.

Michael les contó lo que él y sus amigos habían hecho. Ethan decidió abandonar

la casa de inmediato, pues si la imagen de su hijo era nítida, el identificador facial


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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

de los regentes pronto les daría los datos de la casa. Salieron con lo que tenían

puesto, el automóvil lo dejaron junto con las demás pertenencias. Llamaron a los

padres de los otros niños y se reunieron en la casa del Señor Rodríguez. Desde allí

se podía ver si la policía entraba al barrio. Las horas pasaron y nada ocurrió. El

señor Rodríguez los invitó a quedarse por si acaso la policía llegaba a media noche.

Aceptaron, pensando en su seguridad.

Los niños dijeron a sus padres:

—Los adultos obedecen las órdenes que se les da, sea la que sea.

El señor García, quiso aprovechar la situación para ganar dinero fácil, se

disfrazó, fue a un banco y le dijo al gerente que le entregara todo el dinero que

tenían. Incluso llamó una patrulla de la policía para que le ayudaran a cargar el

dinero; en un sitio sin cámaras de seguridad, se cambió de ropa y de disfraz, luego

se fue a un apartamento que había rentado una semana antes, para guardar el

botín. Se quedó con cincuenta mil dólares para sus gastos personales y familiares.

Feliz y en medio de risas, llamó a sus vecinos y les comentó sus andanzas, «la

situación se puede complicar, yo les sugiero ir a los bancos y hacer algunos retiros,

no olviden cargar dos o tres disfraces para evitar que las cámaras de seguridad

graben su cara».

Michael comentó que las cámaras de seguridad estaban fuera de servicio por

falta de mantenimiento, que él y sus amigos habían ingresado a varios negocios y

que en todos ellos no funcionaban las cámaras de vigilancia, porque estaban

desactivadas, sin internet o con la memoria llena. También dijo que él podía hackear

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con facilidad cualquier empresa, ya que los ingenieros que se encargaban del

mantenimiento y vigilancia estaban adormecidos por la pastilla milagrosa. Incluso

narró que en la mañana ingresó a la base de datos de los regentes y cambió el

estado de vacunación de la familia de pendiente a vacunada y que a William lo dejó

registrado como si hubiese sido adoptado.

Ethan lo escuchó con emoción, no entendía cómo un niño era capaz de hacer

tantas cosas con un celular o un computador.

—Estuvimos escuchando la radio de la policía, parece que nosotros no somos

los únicos despiertos, hay varias docenas y todos están saqueando los bancos y las

joyerías, hablaron de pérdidas importantes en colecciones de arte, un oficial dijo,

que el problema con los dormidos, así llamaron a la gente que está vacunada, es

que cumplen las órdenes o instrucciones al pie de la letra —dijo Dylan.

22 DE ENERO DE 2175, III CONGRESO PARA LA SALVACIÓN, NUEVA

YORK.

Los altos dignatarios evalúan el alcance de la vacuna, concluyen que ha sido un

éxito total, sin embargo, deciden disminuir la dosis para mantener a la población

más alerta, así evitar errores prevenibles en la ejecución de las actividades

cotidianas. Las dosis se reducirán de acuerdo con las actividades realizadas por

cada persona.

Los reportes de los regentes alrededor del mundo, confirman que en todas las

gobernaciones hay personas que no han tomado la pastilla milagrosa. También se

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

estableció que un 0.25% de la población es inmune, por tanto, se aprobó crear un

grupo élite para identificar y capturar a los despiertos, pues no es conveniente que

un sector de la población ande sin control y conscientes de todo.

Además, se aprobó la castración química y la cirugía de los lóbulos frontal y

parietal, a los despiertos, con el propósito de reducir su capacidad intelectual y

conseguir su completa docilidad, sin embargo, deciden que podrán ser útiles a la

sociedad trabajando en el sector de la minería, labor exigente, pero que garantizará

que alcancen la vida eterna.

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CAPÍTULO III

LA JUSTICIA TE TRAERÁ LA SALVACIÓN ETERNA

William y Susan partieron a Brasilia el 8 de abril de 2172, sin presentir que ese

viaje cambiaría sus vidas para siempre. Allí hicieron transbordo a Manaos, donde

vivía el chamán, quien era, según les habían contado varios amigos, un santo, pues

había logrado milagros que la ciencia era incapaz de explicar.

Al bajar del avión, sintieron el calor y el olor del trópico. Tomaron un taxi hasta el

hotel Villa Amazonía, de inmediato salieron a recorrer la ciudad. En la tarde, fueron

a la casa del chamán, la cual estaba llena de parejas que habían llegado de todo el

planeta con la intención de tener un hijo.

Dentro de la casa el calor era insoportable, hablaron con el asistente del chamán

y quedaron de regresar después de las ocho de la noche. Con varias horas libres,

decidieron conocer el puerto y probar la gastronomía local. Inconscientes del peligro

para los extranjeros, se alejaron del centro turístico.

Mientras miraban hacia el puerto, fueron rodeados por un grupo de diez

adolescentes, que estaban armados con puñales y garrotes. Los despojaron de lo

que llevaban y como no quedaron satisfechos, le dijeron a William que si quería ver

a su mujer otra vez, les tendría que dar más dinero. William prometió volver con lo

que tenía. Miró a Susan y le dijo que no se preocupara, que no se iba a demorar.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Una hora después llegó al puerto pero no encontró a nadie, la habían raptado.

De inmediato interpuso la denuncia ante la policía local. Después regresó al hotel,

a esperar que los secuestradores o la policía se comunicaran.

La policía brasileña no consiguió información de la secuestrada, era como si la

tierra se la hubiera tragado. Desesperado llamó a su padre, Ethan le dijo que

contratara a un detective privado y le envió más dinero para que cubriera sus gastos.

Días después William volvió a llamar su padre para desahogarse.

—Es increíble que nos haya sucedido esto. Esos malditos delincuentes se

arrepentirán de haberse metido conmigo, ya compré una pistola, los estamos

buscando, pero no aparecen por ningún lado.

William deprimido por su infructuosa búsqueda se devolvió a Bogotá el 20 de

mayo, sin embargo, dejó al detective João para que continuara con la búsqueda. La

experiencia vivida en Manaos provocó en él, un profundo odio hacia cualquier

persona que violara la ley, para él no había categorías, era tan culpable el asesino,

como el que robaba un bolso o el que mentía.

El 1 de junio de 2172 el gobierno de Brasil le informó a William que no existía

ninguna pista sobre el paradero de la señora Susan. La noticia la esperaba, pues

no había visto interés en el detective que llevaba la investigación. Sin embargo, el

caso lo resolvería el detective privado João, gracias a una fotografía en una página

social de la revista Cosmopolitan.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

«Susan se casó con un narcotraficante brasileño, él la trata como si fuera una

reina, ella se acostumbró a una vida de lujos y no creo que quiera regresar con

usted, ya le envié las fotografías a su correo electrónico».

William observó las fotografías con rabia, la maldijo, quiso vengarse de ambos,

pero sabía que eso era imposible, pues el tipo con quien estaba tenía una escolta

numerosa. Histérico quemó los objetos que lo unían a ella.

Elizabeth que estaba sumergida en la Orden de los regentes lo invitó a que la

acompañara a sus reuniones para que así se distrajera y no pensara en Susan.

William que deseaba castigar a las personas que no cumplían las leyes tomó la

decisión de unirse a la Orden de los Regentes de la Verdad, en su primera visita.

El 26 de agosto, William recibió una llamada que volvería a transformar su vida,

le comunicaron que había sido aceptado para tomar el curso de regente. Sus padres

lo felicitaron, sin embargo, Ethan quedó preocupado cuando lo escuchó decir con

vehemencia: «en poco tiempo me encargaré de que todos acaten las nuevas leyes,

nadie va a seguir haciendo lo que se le dé la gana; de ahora en adelante, velaré por

el cumplimiento de la Ley de Dios, cueste lo que cueste y caiga quien caiga, ese es

mi compromiso con Dios». Dos días después, su preocupación creció cuando lo vio

quemar fotografías, libros y ropa. Él creía que con ese rito podría empezar de cero.

La mañana en que se marchó para iniciar su entrenamiento como regente, le dijo

a su hermano:

―Cada año están muriendo ochenta millones de personas, eso quiere decir que

la humanidad desaparecerá en los próximos cien años. No quiero imaginar la suerte

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de los ancianos, no tendrán transporte, médicos, hospitales, medicamentos ni

comida; un mundo lleno de ancianos no puede ser más patético. Tendrán que

sobrevivir en una selva de cemento, llena de animales salvajes, pues estos poco a

poco se tomarán las ciudades. Nunca olvides que la esterilidad que afecta a la

humanidad es un castigo de Dios, por no respetar sus reglas, por eso seré parte de

los Regentes de la Verdad, para asegurar mi entrada al Reino de Dios, pues los que

no cumplan con su Ley, irán al infierno, donde soportarán un sufrimiento eterno.

Michael quedó aterrado con los pronósticos apocalípticos descritos por su

hermano. Se visualizó viejo, enfermo, solo, hambriento y escondiéndose de los

depredadores. Se imaginó corriendo para no ser devorado por ellos y

enfrentándolos con un lanzallamas. También Michael pensó que sería conveniente

estudiar medicina y química, así podría curarse y fabricar su propio medicamento.

Miró a sus padres y les dijo:

―Quiero aprender técnicas de supervivencia, artes marciales y manejo de

armas. Aprender a manejar un tanque de guerra sería fabuloso.

A sus nueve años, Michael no podía concebir el mundo sin su iPod holográfico,

«tendré que comprar una buena cantidad de juegos y de pilas», reflexionó con

preocupación.

Elizabeth deseaba hablar con William todos los días, pero él no pasaba al

teléfono la mayoría de las veces. Cuando lo hacía contestaba con frases cortas y

sin interés: «estoy bien», «no me queda mucho tiempo libre», «después te contaré».

Sus conversaciones no duraban más de un minuto. Ethan se sentía triste debido al

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

comportamiento frío y distante de William, pero Elizabeth lo justificaba: «ser regente

es una vocación que implica entrega total», decía orgullosa.

Los regentes encargados del adiestramiento físico, teológico y militar de William,

preocupados porque él no se integraba con sus compañeros, lo llamaron para

evaluar su proceso en la Orden, pues temían que no se acoplara a la vida de un

regente.

—William, hoy cumples ocho meses en la Orden, tu desempeño ha sido

excelente en todas las áreas, sin embargo, te hemos llamado para que nos digas

por qué rechazas todos los intentos que hacen tus compañeros para integrarte en

sus actividades sociales, debes comprender que la vida de un regente se

fundamenta en el servicio, en la amistad y en la fidelidad a la Orden.

William se sintió atacado, pero el respeto que le generaban los regentes, lo

contuvo, sin dejarse intimidar por sus acusaciones les dijo:

—Yo estoy en este sagrado recinto porque estoy obedeciendo un llamado

interior, el cual me asegura que si respeto y hago respetar las leyes, el ser humano

alcanzará la salvación eterna. Si no acepto salir con mis compañeros se debe a una

simple razón, tengo un año para asimilar la instrucción que ustedes me están

brindando, no quiero distracciones, pues son muchas las leyes que hay que

aprender para hacer una excelente labor.

Los regentes se sintieron complacidos con las palabras de William. El 1 de mayo

de 2173 lo graduaron con honores.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

William era implacable en la aplicación de las nuevas leyes. Por regla general,

las mujeres que osaban salir a la calle con algún escote eran multadas y

encarceladas por un par de días; pero William, en estos casos, llevaba la ley al

extremo, las interrogaba y realizaba visitas domiciliarias, en estas revisaba: ropa,

libros, música, fotografías y las redes sociales; gracias a esas pesquisas

exhaustivas de su intimidad, lograba que las condenaran con multas que las

dejaban en la ruina o con la mutilación genital.

Su ahínco persecutor lo convirtió en el regente más temido por los ciudadanos y

sus propios compañeros, pues cada vez que tenía oportunidad, recriminaba su

permisividad «en el cumplimiento de las santas leyes».

William pensaba que gracias a su comportamiento intachable y hacer cumplir

las leyes, lograría que la especie humana escapara de la perdición, de la verdadera

aniquilación. «Si todos cumplimos las normas impuestas por la Santa Orden, el ser

humano alcanzará la salvación eterna, eso es lo único que importa, todos deben

entender que esta es la última oportunidad que Dios nos da, por tanto, debemos

exigir y guiar a los inconscientes. Los que conocemos la verdad, estamos

autorizados por Dios para guiar a la especie humana», pensaba.

1 DE MARZO DE 2174. SEGUNDO CONGRESO PARA LA SALVACIÓN

ETERNA, BOGOTÁ.

Análisis del Regente de la Verdad Alejandro Díaz:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Estamos reunidos con el fin de celebrar los cambios significativos que logró el

uso de la pastilla milagrosa en nuestra sociedad. Ya no se ven pordioseros,

prostitutas ni drogadictos en las calles. Ese ha sido un trabajo impecable, que se le

debe agradecer a la comisión para la Dignidad Humana, con la creación de la

pastilla milagrosa. Hoy también quiero reconocer el trabajo de un verdadero soldado

de Dios, quien ha logrado que se juzgue con severidad y amor a miles de personas,

estamos hablando de William Bernal, que ha demostrado gran valor y determinación

para hacer valer la ley. Su celo por el deber lo llevó a detener y condenar a su padre,

quien mantenía una relación extraconyugal. Démosle la bienvenida.

—Buenas noches, venerables, para mí es un honor estar compartiendo este

santo recinto, sé que no tengo la jerarquía para estar acá con ustedes, por eso doy

gracias, me invitaron para dar mi testimonio acerca de mi proceso como regente,

solo quiero decir que no fue un acto extraordinario apresar a mi padre, pues mi

deber hacia Dios y hacia la humanidad están por encima de los lazos familiares.

Inconcebible es permitir que las personas no respeten las leyes, las cuales fueron

promulgadas para que la humanidad pueda ingresar al reino de Dios; nuestra meta

es lograr que todas las personas se den cuenta de la oportunidad histórica de hacer

las cosas de acuerdo al plan de Dios. A veces hay que tener la mano firme para

evitar males mayores, por ejemplo cuando los padres permiten que el niño haga lo

que quiera, este crece con serios problemas para relacionarse con sus pares, como

consecuencia después será un niño desobediente, un problema para padres,

profesores y la sociedad. Yo propongo que los infractores sean castigados con

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

severidad delante de los demás, de esta manera la gente entenderá que es mejor

cumplir con la ley.

Los asistentes celebraron el carácter firme y decidido de William, ese mismo día

lo nombran comandante de la Gobernación de Colombia.

Muchas veces se dice que el poder corrompe, William no fue la excepción, el 6

de julio de 2174, cuatro meses después de su nombramiento, realizó una

depuración al interior de la Orden, sentenció a doscientos regentes a dos años de

prisión, por no aplicar la ley con la severidad requerida. Después de tres meses en

la cárcel, algunos recibieron la siguiente propuesta: «la empresa de biotecnología

Stegman, ha inventado un exoesqueleto que los convertirá en los mejores soldados

sobre la faz de la tierra; su misión consiste en atrapar a los infractores y destruir

pequeños grupos revolucionarios. El exoesqueleto está provisto de un láser

paralizante y otro de cristal sólido, un escáner, que detecta si algún ciudadano está

consumiendo alcohol, tabaco o cualquier otra sustancia psicoactiva. Para aceptar el

cargo con sus responsabilidades, deben diligenciar el formato 20f-w40, el cual

adjunto».

Estos nuevos soldados eran implacables, no perdonaban el más mínimo de los

delitos, por ese motivo las cárceles y centros de retención colapsaron. Para afrontar

la crisis, se empezó a ordenar la castración química y la mutilación genital de los

infractores, sin la mediación de un juez. La población aterrada empezó a cumplir las

leyes al pie de la letra.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El 25 de septiembre, un rostro del pasado invadió de odio el alma de William y

quiso vengarse. Observó a su exnovia con su nuevo amor, el exnarcotraficante

brasileño, caminando felices en el aeropuerto el Dorado, con un niño; de inmediato

ordenó arrestarlos. Durante dos días los mantuvo incomunicados. La familia Da

Silva, no sabía por qué los habían detenido y qué iban a hacer con ellos. Estaban

asustados, temían por el pasado de Marcelo. Aunque ante la ley, no tenían ningún

proceso pendiente, pues él se había acogido al «Perdón y Olvido» ofrecido por el

Gobierno Unificado de la Tierra, a las personas con negocios ilícitos para que

entregaran el 90% de su fortuna a cambio de un indulto absoluto por sus delitos.

Ahora, subsistían de los ingresos que les proporcionaba un restaurante subterráneo

de lujo en Copacabana, que les permitía vivir de manera cómoda y honrada.

Llevaron a la familia, en una cápsula transparente, a la sede subterránea de

investigación de los regentes, el niño estaba feliz con las luces de los túneles, con

las naves de combate estacionadas y con los tanques de guerra. Sus padres

estaban aterrados, pues les habían colocado un visor que no les dejaba ver ni

escuchar nada, no sabían lo que estaba sucediendo ni lo que sucedería.

William los esperaba en una oficina, con un paisaje electrónico, pues estaban a

más de doscientos metros bajo tierra. Vestía una pantaloneta blanca, una camisa

azul marino y un sombrero de paja, era la misma ropa que tenía la noche en que

Susana fue secuestrada.

William le quitó el visor a Marcelo, él lo miró con desconcierto, no lo conocía.

Tuvo miedo, pues estaba frente a un hombre con mucho poder, se sintió indefenso,

temió por su vida y por la seguridad de su familia.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

William disfrutó de la impotencia del prisionero por unos minutos, después, retiró

el visor de Susan, ella cerró y abrió los ojos varias veces, para acostumbrarse a la

luz de la lámpara.

Al mirar a su alrededor se encontró con la mirada de William, quedó pálida, en

shock.

—Hola Susan, me alegra que estés bien.

Ella no supo qué decir, miró al niño, a su esposo y luego a William.

Empezó a llorar, intuyó que su detención tenía un toque de venganza.

— ¡Qué rápido me has olvidado!

—Perdóname William, todo fue tan confuso esa noche, los adolescentes que me

secuestraron me iban a vender, pasé varios días en su poder, soportando que me

drogaran todo el tiempo. Gracias al destino, cruzó por mi camino Marcelo y me

rescató. Debido a la droga que me obligaban a consumir, perdí la memoria y durante

mucho tiempo no supe quién era, cuando recuperé la memoria no supe qué hacer,

quise llamarte, preguntar por ti, pero después de tanto tiempo, tuve miedo, miedo

de saber si entenderías todo lo que tuve que vivir. Espero no me odies, si fueran

otras las circunstancias, te contaría muchas cosas, pero estamos detenidos y no

sabemos por qué, pues nosotros cumplimos con cada una de las leyes.

Marcelo no se atrevía a mirar a Susan ni a William, no entendía o no quería

entender lo que estaba sucediendo, solo sentía un profundo miedo por lo que

pudiera ocurrir.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

William sabía que Susan decía la verdad. Miró a Marcelo con rabia, pero antes

de hacer una locura le dijo que se fuera, que más tarde su esposa lo acompañaría.

Marcelo entendió que debía salir lo más rápido que pudiera, lo mejor era no estar

en el radar de aquel hombre que podía hacer con ellos lo que quisiera.

Susan no se despidió, lloró de emoción, no sentía miedo, por el contrario, respiró

aliviada cuando su familia se subió a la cápsula. El niño estaba tan cansado que no

protestó por tener que irse sin su madre.

—No has cambiado, te veo igual que aquella noche en que el destino nos cambió

la vida. Incluso tienes la misma ropa.

William no dijo nada, tantas veces había soñado tenerla frente a frente, besarla,

abrazarla, ahora que la tenía a escasos centímetros, no sentía ninguna emoción.

— ¿Cómo te embarazaste? —preguntó intrigado por el niño.

—El niño no es mío, pero lo amo como si lo fuera, su madre murió cuando él

nació y yo lo adopté.

— ¡Creí que habías muerto!

—Perdóname, nunca quise hacerte daño, tú sabes lo mucho que te amaba, que

te amo.

—Cuando supe que estabas viva y con otro hombre, quise matarlos con mis

manos. Ahora, quiero que desaparezcan de mi vida, espero no verlos nunca más.

Vete antes que cambie de opinión.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Susan no pudo contener el llanto, el desprecio de William la dejó destrozada, con

un profundo sentimiento de culpa y un nudo en la garganta que le impidió hablar.

William sintió deseo de beber un trago de whisky y tener sexo, pero se contuvo pues

no era el comportamiento de un guerrero de Dios, ni la conducta de un santo.

Cambió la botella de whisky por unos guantes de boxeo, el cuerpo de una mujer por

una tula y pasó dos horas golpeándola, hasta que el cansancio lo hizo dormir.

A principios de diciembre de 2174, William escuchó el rumor de que uno de los

edificios usados por la Orden de los Regentes de la Verdad, estaba siendo utilizado

como escenario para cometer los crímenes que él estaba tratando de erradicar de

la faz de la Tierra. De inmediato usó un satélite para vigilar el edificio. Comprobó

que en las noches llegaban millonarios en autos lujosos, entraban por el

parqueadero y salían antes de las cinco de la mañana, incluso algunos se quedaban

hasta el mediodía.

Para poder observar el interior del edificio, William mandó hackear las cámaras

y durante una semana, fotografió y grabó a los visitantes. Después solicitó

información del administrador de la sede, se desilusionó cuando le dijeron que era

el regente Pablo Casas, íntimo amigo del Gobernador General.

William maldijo la hipocresía del regente Casas, pues dos noches antes habían

hablado de la importancia de cumplir con las nuevas leyes. «La medicina inventada

por la Orden, es una bendición de Dios, por fin hemos logrado vencer mucha de la

perversidad que ha aquejado a la humanidad durante siglos, esto es un suceso

histórico, que por sí sólo merece nuestra salvación eterna», aseguró el regente

Casas.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

William se enfureció al recordar la sonrisa del regente Casas cada vez que

hablaba de la virtud de los regentes y políticos actuales. Sin embargo, le dio el

beneficio de la duda y empezó a investigar si él hacia parte de la mafia que había

descubierto.

Cuando las cámaras detectaron la presencia del regente Casas, el viernes a las

ocho de la noche, de inmediato, William decidió erradicar la maldad, viniera de

donde viniera sin importar quién cayera. Se colocó un face hologram, con la

apariencia de un hombre negro de unos cuarenta años, alquiló una limusina y se

dirigió al edificio.

A la entrada del edificio, una hermosa mujer le preguntó:

―Buenas noches, ¿a qué piso quiere que lo lleve?

William quería saber cómo funcionaba el sitio:

―Hoy deseo que me sorprendan, ¿qué me recomiendas?

La mujer lo sujetó del brazo y lo llevó al casino, William se sintió incómodo con

la proximidad de la piel y las formas de la chica, pero antes de proceder a atrapar a

los asistentes, quería saber cómo funcionaba el sitio. El casino era grande y

elegante, estaba atendido por hermosas mujeres, al fondo había varias habitaciones

para que los clientes celebraran el triunfo en la ruleta, los dados o en cualquiera de

las otras atracciones. La mujer le preguntó en qué mesa lo ubicaba, pero él le dijo

que no quería jugar, que le ofreciera otra cosa.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

―Podemos subir al bar, hoy hay un desfile en tanga y después se escogerá la

mujer con el culo más bonito. O podemos ir al piso 18, allí encontrará las mujeres

más bonitas de la ciudad dispuestas a cumplir sus más exigentes fantasías.

William quedó con la boca abierta debido a la cantidad de delitos que se estaban

cometiendo. Para comprender lo que pasaba allí, preguntó a la chica:

―Quiero ir a los reservados, pero no para estar con cualquier mujer, te deseo a

ti, ¿se puede?

―Sí señor, usted manda. ¿Quiere comer o beber algo? ¿Desea que me vista de

alguna manera en especial?

―No, así estás bien, pide lo que acostumbras beber y comer.

William, después de muchos años de soledad, sintió deseo por esa mujer

morena, alta y delgada que vestía un traje largo, ajustado al cuerpo y que le dejaba

ver sus espléndidas tetas. La chica se sirvió un whisky doble, miró a su

acompañante y se quitó el vestido.

William quedó atónito, su cuerpo era perfecto, tuvo una erección, pero se levantó

de la silla y le gritó que se vistiera y desactivó su face hologram. La chica tembló de

miedo, lo reconoció al instante.

―No temas, no te haré ni dejaré que te hagan daño, siempre y cuando me

respondas con la verdad.

La chica, pálida aún, por quien tenía a su lado, se tomó otro whisky y le dijo:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

―Lo primero que debe saber es que ninguna de las mujeres que estamos aquí

es por nuestra voluntad, todas fuimos forzadas.

William no podía creer que el regente Casas hubiera caído tan bajo, furioso sacó

su teléfono y se comunicó con sus hombres, sesenta segundos después, doscientos

policías rodearon el edificio y cuarenta regentes con exoesqueleto ingresaron

rompiendo muros y puertas, el propio William subió a la oficina del regente Casas,

que estaba bebiendo y teniendo sexo con dos mujeres.

―Eres una maldita vergüenza para la Orden, tus crímenes serán juzgados en la

plaza pública y te aseguro la más horrenda de las muertes.

El regente Pablo Casas empezó a gritar «¡la represión no da la santidad! ¡La

represión no da la santidad!»

William, sin ningún tipo de pudor o consideración, lo sacó a rastras del edificio,

el regente gritaba que lo perdonara, que había sido tentado por el demonio, que él

era su víctima.

William ordenó que las mujeres fueran dejadas en libertad, pero con el

compromiso de empezar a tomar la pastilla milagrosa para que dejaran sus

adicciones al trago, el sexo y las drogas.

«¡La represión no da la santidad!». Esas palabras, dichas por el regente Casas,

empezaron a intranquilizar a William en la soledad de su habitación. No podía negar

que volver a ver a su exnovia, le había despertado un fuerte deseo sexual que

recorrió cada célula de su cuerpo. Ese mismo deseo, apareció cuando vio a la mujer

que lo recogió en el parqueadero, era un deseo tan difícil de controlar que tuvo que

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

morderse los labios para no arrojarse a los brazos de ella, cuando dejó caer el

vestido y lo miró con lujuria.

Después de varias horas de insomnio, concluyó que el camino hacia la santidad

debe vencer muchas tentaciones y que el mérito reside en no sucumbir ante ellas.

13 DE DICIEMBRE DE 2174, DIARIO OFICIAL SIN FRONTERAS, BOGOTÁ.

El viernes 10 de diciembre, fueron ejecutados treinta miembros de la Comunidad

del Aro, organización compuesta por treinta funcionarios del gobierno y de la Orden

de los Regentes de la Verdad, líderes políticos y militares. Está comunidad era

liderada por el regente Pablo Casas, íntimo amigo del Gobernador General, con

quien tiene parentesco en tercer grado de consanguinidad.

La organización delictiva fue desarticulada, gracias a la denuncia anónima de un

vecino del lugar que se comunicó con el regente William Bernal, que de inmediato

dispuso un operativo, que incluyó cámaras espías, interceptación de llamadas y de

redes sociales e inteligencia. «Este arresto demuestra que las manzanas podridas

serán arrancadas y destruidas, también revela una señal a la comunidad, que no

hay nadie intocable cuando viola la Ley de Dios», concluyó el regente William en

rueda de prensa.

Secuestro y explotación sexual a mujeres y hombres que habían sido

condenados por delitos menores, consumo de bebidas alcohólicas, posesión de

material pornográfico, practicar relaciones sexuales sin estar casados, etc., fueron

algunas de las acusaciones ejecutadas en contra de los miembros de La Comunidad

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

del Aro. Las víctimas también comentaron que si no aceptaban trabajar para la

organización, las consecuencias eran terribles, mutilación genital para las mujeres

y castración química para los hombres; además, a hombres y mujeres les

practicaban una lobotomía, con el fin de evitar que las víctimas tuvieran conciencia

de sus actos.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

CAPÍTULO IV

¡¿Y MIS DERECHOS DÓNDE QUEDAN?!

10 DE SEPTIEMBRE DE 2172, SISMO DE MAGNITUD 7,2 CAUSA CINCO

MUERTOS DE UNA MISMA FAMILIA, EN CIUDAD DE MÉXICO, DIARIO OFICIAL

SIN FRONTERAS, CIUDAD DE MÉXICO.

A las 10:35 de la noche de ayer, un sismo de 7,2 grados en la escala de Richter,

ocasionó que el techo de una casa colapsara y aplastara a cinco miembros de una

misma familia. La Coordinación Nacional de Protección Civil manifestó que el

desplome del techo se debió a problemas estructurales de la vivienda.

Ester estaba leyendo la noticia del día, mientras hacía fila en una de las oficinas

de la Compañía de Biotecnología Stegman para comprar una gorra y dos sombrillas

electromagnéticas, para protegerse de la nociva radiación ultravioleta, la cual

estaba enfermando de cáncer de piel a la población mundial; preciso en ese instante

su madre le recordó que tenía una clienta a las once de la mañana. Ester frunció el

ceño, ya no podría tomarse un café en Juan Valdez, tendría que regresar a casa de

inmediato.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Llegó justo a tiempo para prender su computadora y conectarse con Wendy, una

joven y hermosa mujer que conoció en la sala de espera de una clínica odontológica

en Bogotá, mientras la atendían por una caries.

—Hola Wendy, me alegra verte, acabo de llegar del centro comercial Oasis

Coyoacán, estaba comprando un par de sombrillas electromagnéticas, tú sabes

que por estos lados la radiación está terrible; además, los escudos que instalaron

en algunos sitios de la ciudad están fallando y como siempre la compañía Stegman

acusa a los operadores de ser negligentes en su mantenimiento.

Wendy sonreía escuchando a su muy comunicativa interlocutora, después de

contarle que ella nunca salía a la calle sin su gorra electromagnética, que su familia

estaba feliz porque ella había encontrado trabajo en la Compañía Stegman, en el

departamento de biofarmacéutica de innovación donde estaba trabajando en una

nueva crema antiarrugas y de comprometerse a enviarle una muestra, pudo

preguntar sobre su vida amorosa.

Ester usó las cartas de los Ángeles que le habían llegado de Barcelona. Su

primer augurio era que iba a aparecer en su vida un hombre cariñoso, gentil y con

buenas intenciones, pero que la relación no les convenía.

— ¿Por qué no me conviene? —preguntó intrigada Wendy.

—Él está casado, tiene hijos y es mucho mayor que tú.

Wendy confesó que ese hombre ya hacia parte de su vida, que se habían

enamorado en unas pocas semanas. Ester continuó consultando las cartas:

—Debes ser precavida, veo problemas legales… traición…


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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

― ¿¡Traición!?

Ante el grito de asombro de Wendy, Ester aclaró que el hombre la amaba, sin

embargo, los problemas eran provocados por un hombre joven, que se interpondría

entre ellos y los separaría, debido a cuestiones legales. La conclusión de la lectura

no fue prometedora:

―Tu vida cambiará de un día para otro.

Las dos mujeres se despidieron. Wendy prometió ir con su novio a Ciudad de

México para las vacaciones de diciembre. La mamá de Ester, que había escuchado

la consulta, advirtió que su hija quedó preocupada por la última carta de la tirada, la

cual no quiso interpretar, porque predecía encierro y esclavitud.

Ester se quedó atendiendo otra video llamada, esta vez desde la gobernación de

España. Su madre entró a la cocina y preparó café, en pocos minutos llegarían

clientas que no perdonaban que no se les ofreciera una taza recién preparada. El

timbre sonó y la mamá de Ester se asomó por la ventana, torció la boca, el cliente

no era de sus favoritos.

—Hija llegó ese cliente que nunca paga, que todo lo pide al fiado, ¿le digo que

se vaya? —gritó desde la ventana, para que el mendigo escuchara y se fuera.

—No, hazlo pasar, si viene es porque me necesita.

—Como desees, pero cuando no tengamos con qué pagar los servicios o comer,

te acordarás de mis palabras, no fíes. Pues a nosotras no nos fía nadie.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ester soltó una sonora carcajada, pensó que su madre era demasiado fatalista,

que por un cliente, no se iban a arruinar.

La madre de Ester miró al mendigo y le dijo que la esperara un minuto, subió a

la oficina de su hija y le advirtió que por ningún motivo le prestara el baño y que le

dijera que se bañara y se cambiara de ropa, cuando viniera a consulta.

Jorge ingresó a la oficina agradecido con Ester por no negarse nunca a una de

sus consultas. Ella sabía que él estaba con una afección grave en los riñones y le

pregunto por su salud.

—He estado mal, la semana pasada me hicieron diálisis, que cosa tan horrible,

me están dando un montón de medicamento, parezco una droguería. Para

completar me dijeron que necesito un trasplante de riñón y que cambie de oficio,

ellos todo lo ven tan fácil, que coma esto o aquello, que no beba, que no fume.

Ester sonrió con la respuesta de Jorge y para saciar su curiosidad le preguntó

cómo llegó a ser mendigo. Él no quiso responder, pues no quería amargarse el día

recordando un pasado que lo perseguía cada día de su vida.

Ester entendió que no era el momento, lo tomó de las manos y le aseguró que la

podía visitar cuántas veces quisiera. De alguna manera ese pordiosero le recordaba

que a pesar de que las naciones se habían unido en torno a un solo gobierno y a

una misma religión, el ser humano era una criatura llena de temores y con una

profunda soledad a cuestas. El anciano no tenía una pregunta específica, deseaba

una lectura general. Ester usó el tarot de Marsella, en la primera fila le salió la luna,

la torre y la muerte.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Estás sufriendo a causa de un secreto oscuro, violento, con sangre de por

medio, fue algo que te sucedió hace poco tiempo.

Jorge se sorprendió con la lectura inicial, pues en efecto, tres semanas antes

había encontrado dinero en una bolsa, el suficiente para comprar dos botellas de

vino, que bebió en un parque que estaba cerca al albergue donde duerme. El vino

hizo que se acostara en medio de un matorral, al amanecer los gritos de una mujer

lo despertaron. Un hombre joven, la tenía amenazada con una navaja y la estaba

violando. Jorge se enfureció y con su navaja le cortó el cuello. La muchacha,

aterrada por la escena, salió gritando como loca. Él se quedó paralizado por un

minuto, pero la sangre que salía a chorros del cuello de ese bandido, lo hizo huir.

Ahora se sentía culpable por haber matado a un ser humano.

—Defendiste a una mujer que estaba siendo violentada, puedes explicar a las

autoridades lo que pasó —dijo Ester, para sosegar la conciencia del viejo.

—No, mírame, soy un indigente, sin el testimonio de la mujer, me van a meter a

la cárcel; no es que le tema, pero quiero comer un tamal, mientras observó a los

niños jugar y morir en un parque, mirando las estrellas de mi tierra natal. Si me

meten preso, no podré hacerlo.

Ester le aseguró que no salía por ninguna parte la prisión y que tenía razón en no

ir a las autoridades, que lo mejor era dejar las cosas así. Antes que se fuera su

invitado le preguntó en dónde había nacido, pues deseaba ayudarlo a cumplir su

sueño.

—En Bogotá, Colombia.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

24 DE SEPTIEMBRE DE 2172, EDITORIAL DE LA REVISTA INDEPENDIENTE

NUEVO MUNDO, CIUDAD DE MÉXICO.

En el año 2110, los anunnakis se marcharon de la tierra sin decir nada, su legado

después de veinte años de gobierno: cien millones de seres humanos muertos como

consecuencia de enfermedades infectocontagiosas y se llevaron doscientos

millones de hombres obligados a trabajar en su planeta. Las religiones colapsaron

cuando los anunnakis acabaron con el mito humano de Dios y las naciones tuvieron

que unirse para poder enfrentar a un enemigo común. Un enemigo que vio a la raza

humana como a unos insectos. Pero de las cenizas de las creencias ancestrales

nació la Orden de los Regentes de la Verdad, gracias a ellos la humanidad volvió a

creer que el ser humano tiene un alma inmortal y que la muerte no es el final del

camino sino la llegada al paraíso.

Desde que los regentes están cogobernando, el cambio social ha sido

asombroso, se ha disminuido el homicidio y el hurto en un 40%, las zonas de

tolerancia, donde la prostitución, la droga y el licor reinaban, ya no existen. Sin

embargo, quedan sitios clandestinos, donde se sigue mercantilizando el cuerpo y

condenando al alma. Los líderes de la Orden de los Regentes de la Verdad han

asegurado que están inventando una pastilla milagrosa que se encargará de ayudar

a la humanidad a vencer sus inclinaciones perversas.

Algunos han criticado la destrucción de los libros, nosotros estamos a favor de

que los ciudadanos quemen los libros que pretenden que reconozcamos a los

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

invasores extraterrestres como nuestros dioses. No se puede entender que haya

humanos escribiendo a favor de los anunnakis, escribiendo que ellos son nuestros

creadores y que también serán nuestros salvadores. Por eso insto a la sociedad, a

que siga destruyendo los libros que aparecen en la lista que se publica en la página

web de los regentes. No olviden las palabras del gobernador general Albert Meyer

Pérez. «Alabo el buen juicio de la ciudadanía para destruir las fuerzas del mal que

se esconden bajo el nombre del arte».

La señora Piedad, madre de Astrid, escuchó en el salón de belleza a dos

mujeres, esposas de oficiales de policía, hablar acerca de la prohibición de algunos

libros y de varias páginas de internet que promueven una nueva religión basada en

los anunnakis, que también iban a prohibir las artes adivinatorias por considerarlas

peligrosas, pues muchos videntes habían sido dominados por los extraterrestres

para manipular a las personas en el pasado.

—Hija, acabo de escuchar que el gobierno ha prohibido cualquier arte

adivinatoria.

—No mamá, lo que están diciendo es que para ejercer la actividad adivinatoria

se necesita un permiso especial, que se debe legalizar ante las autoridades.

—Eso no me gusta, los Regentes de la Verdad me dan mala espina.

Ester ya había consultado con el tarot y este le indicó que no hiciera nada, que

era una trampa. Pero se sentía entre la espada y la pared, ya que si no tramitaba el

permiso no podría trabajar en ningún país que formara parte del gobierno unificado.

La presencia de Alexander, un viejo cliente, la trajo al presente.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Él trabajaba como bombero desde hacía veinte años, y por fin los directivos

reconocían su esfuerzo y dedicación, postulándolo para el cargo de jefe de estación.

Pero como era homosexual tenía miedo de ser rechazado, pues era consciente que

su mundo laboral era machista. «Tú no te imaginas los chistes y comentarios que

hacen mis compañeros sobre la población LGBTIQ+», le había dicho en varias

ocasiones a Ester.

Ester hizo una tirada con el tarot de Marsella, puesto que era infalible para las

cuestiones laborales y afectivas.

—Bueno, miremos qué nos dicen las cartas… aquí aparece tu novio, él te

apoyará, tu nombramiento se dará antes de un mes, se ven algunos chismes de

pasillo, pero eso es todo. Te sugiero no mezclar tu vida personal con la laboral, el

hecho que seas homosexual no implica que todos los que están a tu alrededor

deban saberlo, eso es parte de tu vida privada.

La respuesta de la adivina entusiasmó a Alexander, los músculos de su rostro

se relajaron cambiando su expresión, incluso el tono colorado de sus cachetes se

aclaró. Lleno de emoción le dijo:

—Estercita te adoro, eres un ángel. Te estaré contando, esperemos que todo

suceda según lo pronosticado por el tarot.

La mamá de Ester estaba preocupada por el ambiente hostil que se sentía en el

aire con respecto a los videntes por parte de los regentes. Sus sospechas se vieron

intensificadas, luego de leer en el periódico oficial, que estaban cerrando los

consultorios de los videntes que no se habían inscrito ante las autoridades. Sin

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

perder tiempo llamó a varios colegas de Ester, estos aseguraron que sólo estaban

multando o arrestando a los videntes que aún no se habían inscrito. Entonces instó

a su hija a cumplir con la ley para evitar problemas mayores. Pero Ester era

obstinada y respondía siempre que el tarot le decía que no lo hiciera.

Aunque su hija no era creyente, ella sí lo era, aceptaba lo que los regentes le

dijeran y en todas las reuniones la instaban a deshacerse de los libros que hablaran

de anunnakis o de los dioses antiguos. Ella había quemado algunos de sus libros,

pero su hija se rehusaba a deshacerse de ellos, con la excusa de que lo que querían

los regentes era controlarla. «Ahora quieren vigilar lo que leo, después querrán que

ame a quien ellos elijan y no a quien mi corazón escoja, que se vayan al diablo todos

esos estúpidos, mis libros me los dejas quietos», decía con rabia.

La discusión terminaba cuando la señora Piedad le recordaba que ella era su

mamá y merecía respeto.

Ester se sorprendió de que Carmen llegara media hora tarde a su cita, la vio

estresada a causa de los cierres de las vías que se estaban haciendo en la ciudad,

debido a la conexión de decenas de escudos electromagnéticos que la Compañía

de Biotecnología Stegman estaba instalando en algunos parques y zonas

comunitarias.

—Hola Carmen, te ves fabulosa, mira que esa cirugía de feminización facial te

hace ver hermosa, esa Nuez de Adán desapareció, para serte franca, lo único que

no me agrada es tu busto, te quedaron muy grandes.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Estercita, tú sabes que a los hombres les gustan así, grandes, que una sea

bien dotada, me fascina verlos echar la baba. Lo malo es que si estoy mucho tiempo

de pie, me duele la espalda. Aún no me acostumbro a su peso. Tú tienes una cara

hermosa, pero te recomiendo una condrolaringoplastía, desapareciendo tu Nuez,

quedarás regia, como una reina o una modelo internacional.

Después de enumerar las cualidades físicas de Ester, le contó que había

conocido a un hombre heterosexual y que él había quedado fascinado con el cuerpo

de ella. Pero que le puso peros a su voz, por parecerle gruesa y necesitaba saber

si podía hacerse ilusiones con él.

Mientras Carmen barajaba las cartas una y otra vez, para que estas se

impregnaran con su energía, Ester le contó que mañana se iba a realizar el raspado

traqueal, por tanto, estaría un par de semanas sin hacer consulta. Después de cinco

minutos de barajar, Carmen partió el mazo por la mitad. Astrid dispuso las cartas en

cruz celta:

—El tipo solo quiere sexo; además, sale una mujer junto a él, ella es delgada,

pelirroja, bajita y posesiva.

—Eres una bruja, el tipo está comprometido, anoche se confesó, la mujer es tal

como la describiste, también dijo que no me veía para algo serio, que yo le gustaba

por mis formas, pero que la relación tendría que ser a escondidas, nada de salidas

como si fuéramos novios, nada de celos, nada de detallitos cursis.

— ¿Qué respondiste?

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Que estaba de acuerdo, que nos viéramos en mi apartamento cuando él

quisiera. Ha venido todas las noches y se queda hasta la mañana, tomamos todo el

trago que podemos y tenemos sexo. Yo doy todo de mí para que él esté a gusto.

Estercita, yo no quería enamorarme, pero ya he metido las patas hasta el fondo,

estoy loca por él. ¿Qué hago?

Ester le volvió a decir que barajara un rato y esta vez hizo una lectura circular.

Le dijo que su pretendiente iba a terminar con la novia, pero que estaba lleno de

prejuicios, que él no quería que la gente supiera que ella no era una mujer. Carmen

no se sorprendió, ya lo sabía, pues él cada vez que estaba ebrio, le decía: «tú eres

una verdadera hembra, eres la más femenina de todas las novias que he tenido».

Sin embargo, también se sentía incómodo con su voz. Por ese motivo ella estaba

asistiendo a una terapia de feminización de la voz, que aunque costosa, los

resultados valían la pena. Estaba aprendiendo a manejar el tono, entonación y los

patrones de comunicación no verbal. Llevaba un mes y estaba feliz con el progreso,

pues el tono cada vez era más natural y dulce. La conclusión de la lectura de tarot

era prometedora, si Carmen resistía los primeros tres meses, su romance sería una

relación estable.

La señora Piedad, que estaba en el primer piso le gritó:

—¡Llegó tu cliente millonario!

Ester le dijo que no se burlara de él, que lo hiciera entrar a consulta antes de que

llegara la señora de las doce.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Jorge estaba feliz con los consejos que Ester le había dado, ya no se sentía

culpable y había vuelto a dormir, sin embargo, se quejó de que los problemas lo

estaban persiguiendo, pues la policía no quería pordioseros ni recicladores en la

calle. También se quejó porque a varios de sus amigos se los habían llevado

detenidos por vagancia. Sentía miedo de salir a la calle en la noche, pues no quería

que lo obligaran a ir a un hospital o a un centro de rehabilitación. Él no quería que

le alargaran la vida con un montón de operaciones complicadas y tampoco deseaba

pasar sus últimos días entre cuatro paredes. Ester para tranquilizarlo le dijo que las

autoridades no podían pasar por encima de sus derechos. A lo que el anciano

contestó:

—Derechos, eso es para los ricos, nosotros los miserables, los olvidados de

Dios, no tenemos nada, pero no quiero quejarme, ya tomé una decisión, no permitiré

que me realicen el trasplante de riñón, no quiero que me alarguen la vida, ¿para

qué?

Ester empezó a enumerar las cosas lindas de la vida, para que no fuera tan

pesimista. Él no escuchó nada de lo que ella decía, pues sabía que era un viejo

enfermo y con una visión del mundo nada romántica. Él solo quería enfrentar lo que

la vida le tuviera preparado como castigo por sus malas decisiones y acciones.

Jorge terminó de beber el café que le ofreció Ester, volvió a acomodarse en la

silla, tragó saliva y preguntó:

— ¿Qué me sucederá cuando me muera?

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ester quedó con la boca abierta ante una pregunta tan inesperada, pues hacía

muchas décadas nadie hablaba de ese tema. Todos aceptaban que si eras bueno,

morías y renacías en un paraíso y si eras malo, morías y no renacías, solo

desaparecías para siempre.

—Esa es la pregunta más difícil que alguien me ha hecho, no te tengo una

respuesta, lo siento, pues el tarot tampoco me da una respuesta.

El anciano salió triste, pero luego se sintió aliviado, pues era mejor no vivir bajo

el imperio de lo que puede suceder.

Ester pasó quince días sin atender, por la incapacidad que le dejó el raspado

traqueal, aprovechó el tiempo libre para leer algunos libros que estaban haciendo

fila en su biblioteca, se entusiasmó con un estudio comparado sobe las religiones

antiguas, sobre todo las que habían durado miles de años en la tierra pero que

desaparecieron a causa de la presencia extraterrestre. Los anunnakis necesitaron

solo veinte años para acabar con las certezas que tenían los humanos en esa

época. Se sorprendió que algunas prácticas como la astrología y la cartomancia

hubieran sobrevivido. Tal vez, porque los nuevos amos del mundo, predecían el

futuro, pero con unas supercomputadoras de cristal cuántico, mientras los terrestres

lo hacían con barajas, runas y la posición de los astros.

La mamá de Ester la llamó angustiada, había encontrado a Astrid golpeada en

la calle.

— ¿Qué ocurrió Astrid? ¿Por qué estás llorando? —preguntó Ester, mientras le

limpiaban la sangre de la cara y de las manos.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Es que Thomas me acaba de abandonar, el muy desgraciado se fue con una

mujer que conoció hace unos días en la clínica odontológica.

— ¿Y qué vas a hacer?

—No sé, ¡necesito que me ayudes!

Ester le entregó el tarot y le advirtió que mezclara las cartas pensando en lo que

deseaba. Después de unos minutos, Astrid le dijo que formara un grupo y pensando

en la pregunta lo dividiera en dos. Las primeras tres cartas en aparecer fueron la

torre, la muerte y el coche, la interpretación no dejaba lugar a dudas, por quien

estaba preguntando la consultante se marcharía durante unas semanas, mientras

tuviera dinero. Las cartas también anunciaban que él regresaría y continuaría

tratándola mal. En la conclusión final las cartas advertían que no regresara con él.

Astrid, dejándose llevar por la rabia más que por lo que en verdad sentía dijo que

ya estaba harta de él y lo mejor era que se largara con esa mujerzuela para siempre.

Astrid salió furiosa de la casa, la adivina confirmó lo que ella sabía pero no quería

reconocer. De lo furiosa que salió casi derriba a una pareja de ancianas que se

disponían a entrar a consulta. Tres días después Astrid llegó gritando y maldiciendo:

— ¡Ese desgraciado!, ya no puedo más, ya no aguanto más, hace lo que se le

da la gana conmigo, yo por miedo a estar sola, permito que me maltrate.

—El mes pasado te dije que no lo volvieras a perdonar, que él está contigo por

tu dinero, que no te quiere, es duro lo que te diré, pero es mejor ser sincera, las

cartas me dicen que él siente fastidio y repugnancia cada vez que tiene sexo

contigo.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Astrid confirmó lo que Ester dijo, pues él nunca tenía un detalle con ella, nunca

la invitaba a cenar a un restaurante, a un bar; pero en cambio, siempre se burlaba,

de ella por estar pasada de kilos, cada vez que discutían le decía ballena, que si

quería salir con él, debía bajar setenta kilos. Pero a pesar de ser maltratada ella no

podía estar sin él. Temblando de ira le contó a Astrid que anoche, para evitar que él

se fuera y ante la promesa que se iban de viaje, le entregó sus ahorros, pero que

se acababa de enterar que hacía pocas horas se había ido con una mesera que

conoció en un restaurante.

También dijo que lo había demandado por violencia doméstica, por ese motivo

la policía lo estaba buscando. En medio de la consulta Astrid recibió una llamada,

contestó porque era él, se puso de pie y le dijo a Ester que se marchaba para la

estación de policía, iba a retirar la demanda, para darle una última oportunidad.

Ester la acompañó hasta la salida. Cuando ya se habían despedido, Astrid le dijo

«tú estás preciosa, ojalá yo tuviera tu cuerpo. ¡Maldita naturaleza!, ¿por qué me

habrá hecho así?

La mamá de Ester que siempre estaba mirando noticieros y leyendo el periódico

oficial, quedó sorprendida con los avances de la medicina, pues los regentes

estaban probando un medicamento que prometía eliminar las adicciones a cualquier

sustancia psicoactiva. «Lástima que esos científicos hayan dejado ganar a la

bacteria caníbal», pensó. El timbre de la puerta la hizo mirar por el intercomunicador,

era el novio de su hija, bajó y lo hizo seguir, como estaba haciendo calor le ofreció

un refresco. Él aceptó y se dirigió a la biblioteca, ya que observó que Ester estaba

limpiando el polvo de la porcelana. Se quedó mirando los libros y dijo:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Tienes muchos libros que deben ser quemados, esas novelas y libros

esotéricos no son bien vistos por el nuevo gobierno, los Regentes de la Verdad han

criticado a las personas que siguen creyendo que los anunnakis son nuestros

salvadores, nuestros dioses. Ellos son seres muy poderosos, pero nosotros algún

día superaremos su tecnología, eso es indudable. Yo quemé un montón de libros

que en verdad nunca me sirvieron para nada.

—Amor, por favor, no me pidas eso. No quiero quemar ni regalar mis libritos.

—Ester, todos debemos colaborar, si tú no te unes a la cruzada, parecerá que

estás en contra de la sociedad, me parece un acto egoísta de tu parte.

Como Ester no quería discutir con su novio, accedió a entregar la mayoría de

sus libros. Pero dejó claro que ella no los quemaría. Francisco se comprometió a

llevarlos al centro de recolección, pues estaba en su camino, «me llevo a tu madre,

para que las personas del barrio se den cuenta que esta familia sí está de acuerdo

con erradicar el mal», advirtió.

A Ester se le hizo raro que la visitara en horas de oficina, Francisco le comunicó

que había aceptado una oferta laboral de la compañía Stegman muy ventajosa,

pues lo trasladarían a las oficinas de Bogotá con el doble de sueldo y quería que

ella lo acompañara.

—Debo pensar en mis clientes, ellos me necesitan. En una ciudad nueva, es

difícil empezar y más ahora que los videntes estamos vigilados.

—En Bogotá, empezaremos una nueva vida, sin tus prácticas, pues un amigo

que trabaja para los regentes me dijo que prohibirán todo lo relacionado con la

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

adivinación, me aseguró que en estos días publicarán la ley. Te aconsejó que te

fueras de la ciudad y cambiaras de oficio.

Ester se enfadó con Francisco por no compartir antes esa información. Pero él

se excusó asegurando que la discreción era indispensable para no arriesgar la

seguridad de su amigo, pues si ella no guardaba el secreto, su amigo podría verse

en problemas legales con los regentes, por filtrar información confidencial.

La mamá de Ester gritó desde el primer piso que había llegado Astrid y que

estaba ensangrentada. Ester y Francisco, bajaron de inmediato. Astrid tenía unas

tijeras y la ropa manchada de sangre. Al ser interrogada, respondió que solo se

había defendido, que ella le había advertido que no la golpeara más, que ya estaba

cansada de sus malos tratos y de que la robara, que estaba cansada de mendigar

amor. Sim embargo, no le obedeció, continuó golpeándola, llamándola ballena,

diciéndole que era una perra fría y frígida. A ella se le acabó el aguante, se le acabó

la paciencia, se le acabó el amor, le enterró las tijeras en los pies una y otra vez,

cuando él se cayó al piso, se llenó de miedo y salió corriendo.

Francisco se puso nervioso con la situación, temía que la policía empezara a

hacer preguntas y Ester saliera perjudicada. La señora Piedad ayudó a limpiar a

Astrid, cuando esta recobró la calma la convenció para que se entregara a la policía.

Francisco los llamó y él mismo la ayudó a subir a la patrulla.

Ester, afligida por Astrid, no quiso seguir atendiendo. Su novio les tenía una

sorpresa, las invitó a comer a un nuevo restaurante subterráneo que estaban

inaugurando en el centro comercial La Casa de los Mayas. La carta tenía variedad

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

de platos internacionales, los tres pidieron comida colombiana: Astrid, Ajiaco; la

señora Piedad, sancocho y Francisco, bandeja Paisa.

Después del postre, Francisco sacó un anillo, tomó la mano izquierda de Ester y

le colocó el anillo en el dedo índice, según la tradición, luego le preguntó que si lo

aceptaba como su esposo. Ella lo besó con emoción, con ternura y le dijo que sí.

Ese día ninguno de los dos regresó a trabajar, fueron a probar las nuevas

piscinas que el centro comercial había construido bajo tierra con lodo volcánico, la

pareja disfrutó durante dos horas de las burbujas que salían de la arcilla, que al ser

mezcladas con aceites y esencias florales, ayudaban a eliminar el estrés e hidratar

y suavizar la piel.

Ester empezó a dejar sus asuntos en regla, pues en un par de días empezaría

su nueva vida, en una ciudad que había visitado en el pasado y que le había

encantado.

La mañana siguiente, Jorge llegó justo cuando la señora Piedad estaba tomando

café, lo hizo seguir y le ofreció una taza con una torta de chocolate. Jorge aunque

no tenía hambre, comió y bebió para no contrariar a la anfitriona. Después que

comió subió al segundo piso, a la oficina de Ester, que estaba terminando una

consulta por video llamada.

—Buenas tardes mi princesa, el mundo se va acabar…

—Hola Jorge, ja, ja, ja, de qué hablas.

—Tu mamá… hoy no me recibió con burlas, ni haciendo mala cara, incluso me

ofreció café y un pedazo de torta, el mundo está patas arriba.


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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Malo si molestan al señor, malo si consienten al señor, ¿qué vamos a hacer?,

me tenías olvidada, ¿por qué no habías vuelto?

Jorge le contó que una noche no quiso quedarse en el albergue, prefirió dormir

en un parque, aprovechando que la compañía Stegman había instalado un escudo

electromagnético, y que el calorcito que emitía era perfecto para dormir viendo las

estrellas y soñando con su tierra natal. Pero que a la una de la madrugada, tres

policías lo despertaron y lo llevaron a un albergue, porque estaba prohibido dormir

en el espacio público. Lo retuvieron hasta que memorizó las nuevas leyes.

Jorge también contó con rabia que lo habían obligado a tomar una pastilla, que

según ellos, era milagrosa, pues curaba un montón de enfermedades. Dejó en claro

que la famosa pastilla milagrosa, sí funcionaba, pues se sentía más sano que nunca,

pero que ya no era el mismo, porque antes disfrutaba bebiendo cerveza o tequila,

pero ahora le producía náuseas; ante sentía placer mirando a las mujeres, soñando

con volver a ser joven para seducirlas, ahora ni las determinaba, además no podía

pensar con claridad, ya no disfrutaba caminar por la calle o por los parques; ahora

los árboles, las estrellas y la humedad de la tierra le eran indiferentes.

También dijo que un médico especialista le explicó su condición renal y que la

única alternativa para curarse era someterse a un trasplante de riñón, la diálisis la

debe hacer cada tercer día, hasta que se encontrara el donante, de lo contrario

morirá. Ester quedó conmovida con su relato y ofreció leerle el tarot. Pero él le dijo:

—Hoy no vengo por una consulta, vine a despedirme, nadie me ha tratado tan

bien como tú, solo te deseo lo mejor, que seas feliz, también quiero advertirte que

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

corres peligro, escuché a un regente decir, mientras hablaba por teléfono, «la

próxima semana no puedo asistir a tu cumpleaños, pues tendré que arrestar a más

de una docena de videntes», eso fue lo que escuché. Esos regentes son unos

miserables, no saben a cuánta gente has ayudado.

— ¿Sí, ya lo imaginaba, el tarot ha estado advirtiendo del peligro en que estamos

los videntes, pero gracias por confirmar mis sospechas. ¿Y tú qué vas a hacer

ahora?

— Después de las recomendaciones médicas decidí escapar del albergue, llevo

varias semanas sin tomar la pastilla milagrosa y también suspendí la diálisis.

Ester sacó del cajón de su escritorio un tiquete aéreo para Bogotá y se lo entregó,

pues ella quería ayudarlo a que cumpliera con sus sueños: caminar sin rumbo,

comer un tamal con chocolate, dormir mirando las estrellas, que llorara y pidiera

perdón por los hijos que abandonó, por las mujeres que lastimó y por las que amó.

—Gracias Estercita, has ayudado a que un viejo pueda morir cumpliendo su

sueño más preciado. Cuando esté muriendo, recordaré tu rostro, pues quiero que

sea el último de mis recuerdos en desaparecer… No llores, no me hagas caso, los

viejos nos volvemos sentimentales, nos da por arrepentirnos de todo y nos

aferramos a los recuerdos.

Ester se despidió con un fuerte abrazo y le dio dinero para sus gastos. Lo

acompañó a la puerta y vio pasar a Astrid, la llamó varias veces hasta que ella por

fin prestó atención. Ester tuvo que salir a su encuentro, pues la vio extraña, con la

mirada perdida, sin el ímpetu de antes. Presa de la curiosidad preguntó:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

— ¿Qué te hizo la policía?¿Qué pasó con tu novio?

Astrid, sin dejar de mirar hacía el piso, le dijo que los habían detenido a ambos,

les habían aplicado una vacuna y desde ese día ya nunca más habían vuelto a

discutir. Ester no quiso seguir preguntando, entendió que Astrid ya estaba tomando

la famosa pastilla milagrosa, por eso estaría así unas semanas, pues eran los

efectos secundarios del medicamento.

El teléfono sonó y Ester tuvo que correr para contestar, las noticias no eran

buenas, sus amigas clarividentes habían sido arrestadas, sin que les dijeran el

motivo. Preocupada llamó a su novio, él respondió que empacaran lo esencial y

salieran de inmediato para su casa, ya que cualquiera de las amigas de ella, podría

mencionarla en los interrogatorios y la policía se daría cuenta que ella estaba

trabajando sin estar inscrita. Aunque el castigo no era grave, sí tenían que

someterse a un curso de reeducación y a multas económicas

Ester y su madre empacaron ropa, documentos y salieron de la casa. En ese

preciso momento fueron interceptadas por varios policías.

— ¿Es la señora Ester Herrera?

—Sí señor, ¿en qué puedo servirle?

—Queda arrestada por faltas contra la moral pública

—Debe haber algún error, yo no he hecho nada

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El policía no escuchó explicaciones, estaba cumpliendo una orden y eso era

todo. A la mamá de Ester la dejaron libre. Madre e hija se despidieron con un fuerte

abrazo.

En la estación de policía le informaron que diez ciudadanos la habían acusado

de practicar las artes adivinatorias, sin estar registrada. A lo que Ester contestó que

había tenido varias cirugías y controles médicos y por tanto, no había podido hacer

la inscripción en los tiempos establecidos.

—Si gusta, puede mirar mi expediente médico —dijo en tono desafiante.

El oficial leyó el expediente con atención, su mirada de admiración por la belleza

de Ester la cambió por una mueca de antipatía, sin poder controlar su disgusto le

preguntó que si era un hombre o una mujer, pues en unos documentos aparecía

con nombre de hombre y en otros con nombre de mujer, cuando Astrid se disponía

a responder la mandó a callar. La trató de bicho raro, de no estar conforme con el

sexo que Dios le había dado, que su belleza era una fachada para ocultar los deseos

pecaminosos de una mente corrompida por el sexo, la promiscuidad y la

adivinación. También recalcó que había logrado cambiar su aspecto físico por la

complacencia de algunos médicos de dudosa reputación, pero que nadie podía

cambiar los designios divinos.

Ante las palabras ofensivas del policía, Ester argumentó que desde hacía siglos

la población LGBTIQ+ había conquistado derechos que estaban protegidos por la

constitución, que estaban en pleno siglo XXII y no en la edad media.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ante la respuesta furibunda de la detenida, el detective se sintió atacado y llamó

a uno de sus subalternos, a quien le dijo de manera despectiva que se llevara a la

princesita a una celda, hasta que confirmara si era hombre o mujer, ya que en la

historia clínica aparecía con el nombre de Omar Sánchez y en los documentos de

identidad se llamaba Ester Sánchez.

Al policía le sorprendió que una mujer tan hermosa y femenina fuera un hombre.

La tomó por un brazo y la condujo a la celda.

—Esa es su celda, estará sola, perdón solo, ah, con ustedes uno no sabe qué

decir, ¡la verdad eso no me importa, yo no discrimino!, si te sientes solita me llamas,

ja, ja, ja.

Entre tanto, la mamá de Ester llamó a Francisco y lo puso al corriente de la

detención de su hija.

—Yo les dije que salieran de inmediato —dijo enojado.

—Eso hicimos, nos atraparon cerrando la puerta, ¡estuvimos de malas!

Francisco de inmediato llamó a un amigo que trabajaba con los regentes para

que lo ayudara, este lo puso en contacto con un abogado y ambos llegaron a la

estación de policía.

—Oficial, soy familiar de una detenida, la señorita Ester Sánchez, él es su

abogado.

—Ella ya no está en esta estación, anoche se puso violenta y la mandamos a la

cárcel de mujeres de Cefereso.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Enrique y el abogado se pusieron furiosos pues los policías habían violado el

debido proceso, sus reclamos fueron soslayados por el detective:

—En el referéndum de 2172, los ciudadanos decidieron que Los Regentes de la

Verdad iban a cogobernar, ahora ellos están implementando las medidas

necesarias para que los seres humanos alcancemos la salvación eterna. Ayer nos

llegó la orden de desmantelar los juegos de azar, las consultas de adivinación,

prohibir que los nacidos hombres se conviertan en mujeres y que las nacidas

mujeres, se transformen en hombres. Ellos deben empezar un proceso de

desintoxicación hormonal y psicológica, deben volver a ser lo que Dios quiso que

fueran.

CÁRCEL DE MUJERES DE CEFERESO.

Ester llegó a las once de la noche a la cárcel en un bus, su chaqueta en paño no

la protegió del frío intenso que se podía sentir a esa hora. Un regente la entrevistó

y diligenció un formulario, luego la llevó al pabellón número dos, donde estaban las

detenidas por faltas contra la moral. La celda asignada era individual, tenía una

cama construida en cemento, pero con un colchón que permitía dormir sin problema.

La luz la apagaban a las diez de la noche, su primera noche la pasó a oscuras. La

frustración y la rabia no la dejaron dormir. Maldijo la llegada de los regentes al poder,

pues estaban repitiendo las atrocidades de algunas comunidades religiosas siete

siglos atrás.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

En la mañana un regente reunió, en la cafetería, a las mujeres que estaban en

el pabellón y les dijo:

Están aquí por designio de Dios, para que nosotros purifiquemos sus corazones

y almas. Ustedes han sido pervertidos por una sociedad con leyes permisivas, que

aceptaban que una mujer actuara como un hombre y que alentaban a los hombres

a comportarse como mujeres, esas conductas antinaturales han llevado a la

aniquilación de la especie humana. Ahora, ya no se tolerarán estos

comportamientos, en este momento ustedes tienen dos caminos; el primero, es

aceptar que fueron víctimas de esa sociedad aberrante que los hizo ir en contra de

los designios de Dios y someterse a una reconversión, es decir, volver a ser como

nacieron. Las cirugías necesarias y el tratamiento, los asumimos nosotros. El

segundo camino es permanecer en prisión, pues no queremos manzanas podridas

entre nuestros niños y jóvenes.

Las detenidas quedaron en shock, no esperaban ese trato discriminatorio de los

regentes, pues todas creían que la sociedad y sus gobernantes habían enterrado

en los siglos anteriores todo tipo de discriminación sexual. Pero no tuvieron en

cuenta que los anunnakis eran bisexuales, que ellos habían mantenido relaciones

sexuales con hombres y mujeres, y que los regentes odiaban todo lo que se

relacionara con el comportamiento de los extraterrestres.

Un mes después de su detención, los regentes permitieron que su madre la

visitara, con el propósito de que la convenciera de empezar a tomar la pastilla

milagrosa para que dejara de sentirse mujer y asumiera su rol de hombre.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

— ¿Nena cómo te han tratado?

Fue su primera pregunta, luego de consentirla y de observar el estado de la celda

y del pabellón, el cual estaba casi vacío, pues las demás reclusas ya habían

aceptado renunciar a su orientación sexual, para conseguir la libertad. Trató de

convencerla de la importancia de salir de esa prisión tan deprimente, pero Ester

estaba luchando por dos causas: su derecho a elegir qué hacer con su vida y por el

amor de Francisco.

La señora Piedad sabía que su hija jamás le haría caso, así que llamó a

Francisco que ya estaba viviendo en Bogotá y le suplicó que convenciera a Ester

de empezar el tratamiento.

Después de muchos ruegos y súplicas, Francisco decidió volver a Ciudad de

México para visitar a su exnovia. Antes de entrar a la cárcel recibió una charla del

director del programa de rehabilitación sexual, que le advirtió sobre las

consecuencias judiciales que tendría que afrontar Ester si no aceptaba asumir su

condición sexual original. «Haga que ella lo odié», fue su última recomendación.

Francisco llegó de sorpresa a la celda de Ester, ella casi se desmaya de la dicha,

pero el lenguaje corporal de Francisco actuó como barrera, evitando que ella lo

abrazara.

—Hola Ester, espero estés bien.

Su tono de voz distante e indiferente, la dejó perpleja por unos instantes. Ella

había pasado varios meses soñando con su reencuentro, pero la realidad la había

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

puesto frente a un hombre al que se le había congelado el corazón y las ganas de

amar.

Venciendo su voz interior que le gritaba que no preguntara nada, que lo mandara

al diablo, le dijo:

—Esperaba un saludo acorde a nuestros sentimientos y no esa actitud tan

indiferente.

—No seas tan dramática, el mundo ha cambiado, ninguno de los dos somos los

mismos.

—Yo soy la misma, soy la mujer que te ama.

Francisco tragó saliva, recordó que debía herirla para que no lo siguiera amando

y sin compasión le dijo:

—Tú no eres una mujer, debes comprenderlo, entre más rápido lo aceptes mejor

para todos, te ahorrarás muchos sufrimientos. No quiero herirte, pero después de

estos meses de separación he comprendido el error de nuestra relación, que Dios

nos perdone.

Ester quiso morir en ese instante, no pudo contener las lágrimas, no pudo

mantener las piernas firmes, se apoyó contra la pared para no caer, no podía abrir

la boca, su lengua estaba congelada al igual que su alma.

Después de un minuto que pareció para Francisco una hora, ella le dijo que se

largara, que él acababa de morir para ella.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Francisco también estaba petrificado por sus palabras y por la cara de Ester,

estuvo a punto de flaquear cuando la vio desmoronarse, también tuvo miedo cuando

ella se abalanzó sobre él y lo sacó a empellones de la celda.

Mientras él daba la vuelta para alejarse, sus miradas se encontraron por un

segundo, los dos se dieron cuenta que su relación había terminado para siempre.

ANÁLISIS DE LOS EFECTOS DE LA PASTILLA MILAGROSA, POR EL

REGENTE ALEJANDRO DÍAZ, SEDE DE LOS REGENTES DE LA VERDAD,

CIUDAD DE MÉXICO.

—La pastilla milagrosa fue probada en niños y adolescentes, los resultados

fueron satisfactorios, los chicos de inmediato empezaron a cumplir con sus deberes,

se olvidaron de los videojuegos, desistieron de cuestionar a sus superiores y de

pensar en amoríos. Los efectos secundarios fueron: leves dolores de cabeza, mareo

y vómito, sin embargo, los síntomas desaparecieron a los pocos días.

»Debido al éxito que se tuvo con los niños y adolescentes, se empezó a medicar

a los adultos, en ellos se observó el mismo cambio milagroso, ya nadie se interesaba

en entablar noviazgos, amoríos o en desobedecer una orden. Los efectos

secundarios graves fueron esporádicos, apenas el uno por ciento de la población

entre los dieciséis a los treinta años, presentó mareos, vértigos y desmayos súbitos.

Las personas de mediana edad experimentaron extraños zumbidos en los oídos y

algunas alucinaciones auditivas, estas les insinuaban que se quitaran la vida,

mediante rituales, que fueron documentados por varios psicólogos. Yo creo que

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

estas personas tienen un trastorno psiquiátrico, ya se instruyó a los gobernadores

para que les hagan acompañamiento médico. El dos por ciento de los adultos

mayores, tuvieron que soportar los famosos calores nocturnos, taquicardias,

agudización de la demencia senil y la catalepsia. Les describiré un ejemplo, en

Ciudad de México, hubo ciento veintidós casos de ancianos que iban a ser

enterrados por sus familiares, pues los hallaron sin signos vitales y rígidos como los

cadáveres, pero al ser escaneados, los médicos encontraron actividad cerebral.

»Un hecho insólito, relatado en el diario oficial Sin Fronteras, encendió las

alarmas entre los adultos mayores. El ciudadano Carlos Fuentes, residente en

Ciudad de México, murió, lo velaron y lo enterraron. Su nieta Ana, de seis años,

que estaba apegada a él, dejó en el ataúd su celular como despedida. Una llamada

a las tres de la madrugada casi mata del susto a la madre de Ana, «¡me han

enterrado vivo! ¡Me han enterrado vivo! ¡Sáquenme que no quiero morir asfixiado!»,

gritó el pobre anciano desde el cementerio.

»De inmediato la Señora Inés, se comunicó con el cementerio para que lo

desenterraran, lo irónico del caso, es que dos días después el anciano se desnucó,

al salir de la bañera.

»A partir de ese evento, algunos ancianos, temerosos de ser quemados vivos,

solicitaron instalar teléfonos satelitales, celulares y timbres, en sus ataúdes. No

aceptaron las explicaciones de los médicos de que a todos los muertos se les hace

un escaneo para confirmar si el cerebro tiene actividad.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

CAPÍTULO V

APARECEN LOS CLONES

El Doctor Jim Stegman madrugó a trotar, ya que a las ocho de la mañana tenía

un desayuno de trabajo con su viejo amigo Albert Meyer y su esposa Melania.

Haciendo alarde de sus cultivos de naranja, ordenó que hubiera varias jarras de

jugo fresco y frío.

Sus invitados llegaron a la hora señalada. Jim se sorprendió con el buen

semblante del Gobernador General Albert, a pesar de haber soportado una cirugía

de apéndice, que lo tuvo tres días en el hospital.

―Albert, creí que estarías por lo menos una semana hospitalizado.

—La cama es para las señoritas, ja, ja, ja, yo soy el Gobernador General más

viejo que ha tenido el Gobierno Unificado de la Tierra y debo dar ejemplo de

fortaleza, además quiero que mi hija Lorena, se postule para una gobernación en el

año 2188.

El doctor Stegman recordó que Lorena Meyer había tenido algunos cargos

importantes en las últimas administraciones, pensó que con un buen despliegue

publicitario y contando con el beneplácito de los Regentes de la Verdad, no tendría

inconveniente. Además, sabía que Albert tenía una excelente relación con ellos y

que incluso le iban a entregar el equipo de criogenización que utilizó el anterior

Regente General, el cual había sido infectado por una bacteria que lo estaba

dejando sin huesos, para que se pudiera congelar durante ochenta años.
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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El Gobernador General quería despertar cuando la humanidad estuviera a punto

de desaparecer. Deseaba ser uno de los últimos seres humanos con vida en el

planeta. Su deseo había sido alimentado por sueños recurrentes, en los últimos

meses, donde se veía en la cima de una montaña, mirando hacia la ciudad, la veía

cubierta de hierbas, árboles y animales.

Los sueños le generaban una sensación agridulce; por un lado, sentía una paz

interior indescriptible; pero también, tristeza debido a la desaparición de la especie

humana.

Por el contrario, Melania prefería morir en el presente, rodeada de comodidades,

lujos y de las excentricidades que el dinero puede brindar.

Después del desayuno, Albert y Melania manifestaron al doctor Stegman, su

deseo de invertir en su compañía, pues veían que la clonación era el negocio del

futuro y la única alternativa para que la especie humana no desapareciera de la faz

de la Tierra.

―Están en lo cierto, yo me siento el rey Midas cuando pienso en la clonación.

―Albert y yo, queremos invertir mil millones en tu empresa, la verdad, yo también

quiero ser la reina Midas, ja, ja, ja.

Para formalizar el negocio y poder conseguir contratos con el gobierno unificado,

el doctor Stegman aceptó la propuesta y nombró a Lorena Meyer como

vicepresidenta de operaciones comerciales.

Melania se sorprendió que Jim estuviese sin su nueva esposa, él comentó que

ella tenía influenza y que su suegra la estaba cuidando en la casa de ella, pero que
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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

la próxima semana irían a la subasta de la limusina Rolls Royce del fallecido sultán

de Brunei. Melania sonrió, pues ella iba a acompañar a Lorena, para que comprara

el Lamborghini Roadster, que tenía una autonomía de vuelo de cinco horas,

suficiente para viajar hasta el casino que habían inaugurado en la Luna. El

automóvil era el regalo de aniversario para su esposo.

Mientras se despedían, Jim Stegman les dijo:

―Debo ser franco con ustedes, la competencia entre las empresas de

biotecnología será despiadada, aunque hay mercado para todos, es conveniente

conseguir contratos con el Gobierno Unificado de la Tierra.

― ¿Tú crees que yo estoy aquí sin haber previsto para nuestra compañía los

mejores contratos? Acabo de agendar una conferencia en mi sede, allí podrás

explicar a todos los gobernadores, las estrategias de la compañía con el fin de lograr

que el ser humano no desaparezca de la faz de la Tierra. Ya me han contactado

veinte gobernadores para que les ayude con el tema de la clonación, sólo falta tu

firma.

2 DE FEBRERO DE 2174, SEDE DEL GOBIERNO UNIFICADO DE LA

TIERRA, NUEVA YORK.

El Doctor Stegman, presidente y dueño de la compañía de Biotecnología

Stegman, ante el fracaso de los métodos de fecundación asistida, propuso a los

gobernadores, la clonación de los seres humanos, como única alternativa para

preservar la especie humana. Afirmó que los costos para clonar eran altos, pero que

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

si las gobernaciones hacían clonaciones masivas, el costo se reduciría el 60%.

También se comprometió con los gobernadores que firmaran contrato con su

empresa para entregarles cien mil clones el primer año. Confirmó la primicia de que

su empresa haría una prueba piloto en la gobernación de Colombia, en la ciudad de

Bogotá, con 35 200 familias nucleares y monoparentales, con los suficientes

recursos económicos para sufragar el costo de la clonación. Por último, para que

los gobernadores comprendieran la complejidad de la prueba piloto, entregó a cada

uno de ellos, una tablet con la información técnica, logística y humana, que su

compañía iba a emplear.

Después del éxito de su intervención con los gobernadores, el doctor Stegman

empezó a revisar la logística necesaria en Bogotá para la prueba piloto. Aunque la

sede era nueva y tenía los últimos avances tecnológicos, sus instalaciones eran

insuficientes para realizar con eficiencia la prueba piloto, por tanto, decidió comprar

tres bodegas aledañas a la Compañía.

El doctor Stegman que se caracterizaba por su visión prospectiva, la cual

sostenía a su Compañía como la empresa multinacional más poderosa del gobierno

unificado, pensó en los contratos para clonar que afrontaría en los próximos meses

y empezó a revisar la estructura logística de su Compañía, inspeccionando todas

las sedes. Su análisis lo dejó preocupado y de inmediato convocó una reunión con

los principales accionistas.

El doctor Stegman presentó una propuesta para adecuar las instalaciones a las

necesidades de los treinta contratos firmados con igual número de gobernaciones.

Albert Meyer, experto en finca raíz, le dijo que una de sus empresas estaba

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

construyendo edificios subterráneos en las gobernaciones que habían firmado y

que salía más económico dejar diez o veinte pisos para ser usados como

laboratorios, que adecuar los ya existentes, que en su mayoría eran externos, por

tanto, tenían que ser protegidos con escudos electromagnéticos.

El Doctor Stegman estuvo de acuerdo con la propuesta del gobernador general

Albert, no obstante, advirtió la necesidad de comprar propiedades en diez

gobernaciones; sin embargo Albert Meyer, que siempre estaba varios pasos

adelante, dijo:

―Recuerda que yo soy el constructor, ya tengo varios equipos de asesores

comprando terrenos para construir hoteles subterráneos de cinco estrellas, por

supuesto dejaré para nuestro negocio, diez pisos o si tu equipo lo considera

necesario, veinte.

El gobernador general Meyer aprovechó para contarle que había negociado con

Alexander Putin el presidente de la ciudad independiente de Domovói en Marte, un

exoesqueleto de combate que revolucionará el mercado. Le contó que Putin con un

grupo de científicos lo habían diseñado y perfeccionado durante veinte años, pero

que lo querían comercializar por intermedio de Stegman, pues si lo hacían mediante

el consejo de la ciudad de Domovói, las ganancias se reducirían a una quinta parte.

Sacó su computador cuántico y le enseñó las gráficas con las ganancias

proyectadas, ambos sonrieron.

1 DE DICIEMBRE DE 2174, CLÍNICA MARLY, BOGOTÁ.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El doctor Stegman está presente en el acontecimiento del año: el nacimiento de

Camilo, el primer bebé clon. La televisión transmite en directo, desde la sala de

partos. Las cámaras acompañan a la señora Alba, que con gusto permitió que

transmitieran el nacimiento de su hijo.

El periodista Carlos Caballero, es el encargado de narrar los detalles:

―Es un suceso histórico para la humanidad, este bebé y los que vendrán, son

la esperanza para que el ser humano no desaparezca de la faz de la tierra.

¡Atención, siendo las tres de la tarde, el clon ha nacido! Como pueden observar, el

médico lo ha entregado a las enfermeras para que lo bañen, en instantes podremos

conocer al bebé.

La cámara enfocó a las personas que estaban alrededor del bebé, estos lo

miraban con desconcierto, nadie decía nada.

El silencio de los médicos y del periodista inquietaron a la señora Alba, que

presintió que algo andaba mal con su hijo, luego se tranquilizó al sentir su llanto,

dejó de pensar que había nacido muerto.

La cámara siguió a la enfermera en su recorrido hasta la cama de la madre. Esta

recibió al bebé, pero gritó sin que pudiera hacer nada, cuando observó que su bebé

tenía la apariencia de un anciano.

Los médicos retiraron a la señora de la sala y la llevaron lejos de las cámaras.

El periodista Carlos Caballero detuvo al doctor Gutiérrez para preguntarle por qué

el bebé nació con cara de un anciano de setenta años. El doctor Gutiérrez respondió

que lo más probable era que el bebé sufriera del síndrome de Hutchinson-Gilford,

102
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

no obstante, afirmó que se realizarán los exámenes médicos necesarios para

determinar la causa de la inusual apariencia del bebé y que tan pronto tuviera los

resultados de los exámenes, procedería a dar un comunicado oficial. El doctor

Gutiérrez se niega a responder otras preguntas y abandona la sala.

El presidente de Stegman se limitó a decir que se reuniría con su equipo científico

para evaluar lo sucedido. Se negó a responder las preguntas de los periodistas.

A las diez de la noche del 2 de diciembre, en la sede principal de la Compañía

de Biotecnología Stegman, Jim se reunió con su director científico para determinar

por qué Camilo nació con el síndrome de Hutchinson-Gilford.

―Doctor Stegman, lamento decirle que la bacteria Menkin 2172 es la causante,

no destruye a los embriones, pero altera su desarrollo —dijo Samuel Wood, mirando

hacia el piso. Se sentía culpable por no haber previsto lo sucedido y por no haber

impedido la transmisión en vivo del nacimiento del clon.

El doctor Stegman quedó pálido, tuvo que sentarse para no desfallecer, temió lo

peor, se vio involucrado en miles de demandas, que podrían dejarlo en la ruina, o

por lo menos amargarle la vida durante muchos años. En medio de su angustia,

agradeció tener una buena cantidad de dinero en la ciudad independiente de

Domovói. «Por lo menos podré mantener mi estilo de vida en Marte”, pensó.

Samuel se acercó y le dijo:

―Doctor Stegman, tenemos que detener la clonación.

El Doctor Stegman asintió, pero le dijo que se encargara con Lorena de redactar

el comunicado para la prensa, que él no tenía cabeza para nada. En ese momento
103
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

ingresó Albert Meyer con su esposa Melania; estaban aterrados viendo el desastre

transmitido en directo.

― ¿Qué sucedió? ¿Por qué los clones nacen con aspecto de ancianos de

setenta años? —preguntó Melania.

―Es la maldita bacteria caníbal, provoca que los clones nazcan con progeria —

se apresuró a responder Samuel.

Melania se quejó por la inminente aniquilación de los seres humanos ante el

fracaso de la clonación e intranquilizó a su pálido socio cuando le contó que los

abogados habían aconsejado no seguir clonando y devolver el dinero a las familias

que no hubieran recibido su clon. El Doctor Stegman no pudo ocultar su

preocupación por el dinero invertido.

―Las pérdidas serán astronómicas, pues ya se ha invertido en la compra de

terrenos y en la logística necesaria, sin contar con las demandas por

incumplimiento.

Albert sonrió, pues él había comprado los terrenos en sitios estratégicos, por

tanto, iba a construir casinos, hoteles o restaurantes de lujo; por otro lado, Melania

aseguró que los contratos realizados con las familias estaban amparados por

seguros y que en caso de demandas ellos tendrían que asumir las respectivas

indemnizaciones.

Jim Stegman sintió alivio. Melania le dio otra buena noticia:

―No te preocupes por los contratos con las gobernaciones, haremos efectiva

la cláusula 23, en ella se prevé que si los clones nacen con algún defecto genético,
104
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

por circunstancias que estén fuera del control de la compañía, se descontará del

contrato como gastos operativos.

Jim Stegman sonrió, sus temores quedaron en el olvido, se acercó a su

escritorio, sacó una botella de champaña y brindó por la familia Meyer, de inmediato

llamó a Lorena y la felicitó por haber incluido esa cláusula salvadora.

―Por fortuna, ningún gobernador dijo nada con respecto a las cláusulas, es la

ventaja de negociar a un alto nivel —aseguró Melania mientras bebía su copa.

El doctor Randy Lewis, científico dedicado a la aracnología y al estudio de las

telarañas, director del área de biotecnología de la Compañía de Biotecnología

Stegman, llegó a su oficina a las ocho de la mañana para continuar con sus estudios

tendientes a mejorar un repelente contra una nueva especie de insectos

radioactivos que con sus picaduras estaban causando serias enfermedades en

animales y seres humanos.

Cuando se disponía a salir a almorzar, uno de sus asistentes le entregó la revista

Science, un titular captó su atención: «En Teruel, España, la científica Jessica Garb

descubrió una telaraña con una antigüedad de ciento cuarenta millones de años».

Randy conocía muy bien el trabajo de su colega y ex amante, sintió felicidad por

ella, con este nuevo hallazgo superaba su propio récord, pues ya en el año 2165

había descubierto, en la misma región, en un pedazo de ámbar, una telaraña con

una antigüedad de ciento diez millones de años, los fósiles de un escarabajo, una

avispa y una mosca. Abrió la revista y empezó a leer el artículo. «… En su segundo

105
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

descubrimiento, en enero de 2174, en otra cueva de la misma región, encontró en

una telaraña, con una antigüedad de ciento cuarenta millones de años, los fósiles

de dos moscas».

Randy la llamó para felicitarla.

—Hola Jessica, felicidades, es un descubrimiento muy importante para la

ciencia.

— ¡Randy, qué sorpresa!, ¡sí, estoy feliz!, gracias a este hallazgo, me han

llamado de tres universidades para trabajar con ellos, quizás regreso a Nueva York.

—Fabuloso. Jessica, quiero preguntarte, ¿cuál es el estado de los fósiles? ¿Se

podría encontrar suficiente material genético para clonar a esos insectos?

—Sí, hay suficiente, ¿pero para qué diablos queremos clonar moscas? Ya

tenemos más de las que necesitamos.

—No me hagas caso, no estoy interesado en insectos, estoy pensando en otra

cosa. Si vienes a Nueva York te invito a cenar, tú escoges el restaurante.

Randy estaba pensando en un inhibidor de espidroína, que es una especie de

cristal líquido, que expulsan las arañas de su abdomen y al contacto con el aire se

solidifica en forma de hilos. Estudiar telarañas con millones de años de antigüedad

le permitiría hacer un análisis comparativo con las telarañas actuales, podría

observar los cambios bioquímicos que se han generado en las arañas, de esta

manera su proyecto, un repelente de arañas, se fortalecería.

106
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Randy se recriminó por no haber planteado mejor su pregunta. «Lo más seguro

es que ella acepte trabajar en la Universidad de Columbia, pues es la que mejor

remunera… Ya tendremos tiempo para conversar», pensó.

Esa noche, Randy se durmió con facilidad, sin embargo, despertó angustiado a

causa de una pesadilla: una araña gigante capturaba con sus redes pegajosas a

hombres y mujeres, los arrastraba hasta una tarima y en medio de un público ávido

de sangre, les decía: «los condeno a muerte».

Siguiendo un presentimiento, prendió el computador y empezó a buscar casas

abandonadas para la venta. Encontró una en Brooklyn y la negoció de inmediato.

Estaba semidestruida, las telarañas adornaban paredes, techos y ventanas. Randy

sonrió, miró con atención las telarañas que estaban detrás de la puerta, observó en

su tejido en espiral, varios insectos atrapados. En el patio, una mariposa estaba

luchando por liberarse de una telaraña, Randy se conmovió, la cogió con cuidado,

la limpió y la dejó en libertad. La mariposa dio varias vueltas a su alrededor,

exhibiendo sus alas multicolores, luego se marchó a otro jardín.

Randy se acostó feliz debido a la adquisición de esta casa, tenía material

suficiente para empezar sus estudios a primera hora. Sin embargo, una pesadilla lo

despertó a media noche: la cabeza de una araña tenía su rostro, la gente se

escondía ante su presencia. Las tumbas se abrían y lazos invisibles sacaban a los

muertos. La araña que tenía su cara, los levantaba con sus quelíceros y los exhibía

como trofeos, mientras otras arañas escribían en la pared «tus faltas no serán

olvidadas».

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Randy se durmió convencido de que se acercaban cambios trascendentales

para él. Un presentimiento lo hizo madrugar para ir a su nueva casa a revisarla,

empezó por la biblioteca, encontró documentos que demostraban que había sido

usada como casa de huéspedes y que la buhardilla había sido alquilada a Albert

Fish; el nombre se le hizo familiar, después de unos segundos recordó que escuchó

de él en un documental, no recordó detalles, sacó su celular y buscó el nombre en

internet.

Quedó con la boca abierta: era un asesino serial, con acusaciones de pedofilia,

canibalismo y asesinato.

Terminó de leer el artículo y se dirigió a la buhardilla, una cama carcomida por

los gorgojos y con el polvo de varias décadas estaba arrumada en una esquina,

prendió la luz, las telarañas cubrían el lugar. Su experiencia e intuición le indicaron

que mirara las telarañas que estaban alrededor de la cama, cogió varias muestras

y salió hacia su oficina. Después de minuciosos exámenes, identificó que en el polvo

atrapado en varias de sus muestras se encontraba material genético humano: restos

de piel, trozos de uñas e incluso una gota de sangre. Llevó las muestras a su amigo

Samuel Wood, para que determinara de quién era el material genético y si era

posible clonar.

Dos días después, Samuel llamó a Randy.

—Te tengo espléndidas noticias, el material genético está en perfecto estado,

pertenece a Albert Fish, asesino serial muy temido a principios del siglo XX, fue un

verdadero monstruo.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

— ¿Tú lo podrías clonar?

—Por supuesto, ¿pero para qué?

—Tengo una idea que puede convertirnos en millonarios.

Randy empezó a explicar su idea, le dijo que los Regentes de la Verdad y el

gobierno habían fracasado con la clonación como alternativa para la procreación,

por lo tanto, nada salvaría a los humanos de la extinción. También aseguró que el

consumo de la pastilla milagrosa causaba la pérdida de la voluntad, la iniciativa y la

chispa de la vida. En efecto, el 99% de las personas había soslayado sus

actividades de ocio y solo cumplían órdenes. Randy también analizó las estadísticas

de los delitos y concluyó que ya no existían crímenes reales, que los nuevos

delincuentes eran los que se rehusaban a tomar la pastilla milagrosa o los que

estaban convencidos de que los anunnakis volverían a gobernar en la Tierra y los

que no seguían las nuevas leyes promulgadas por los regentes.

Randy estaba convencido que si se ofrecía a los regentes, verdaderos

criminales, ellos los comprarían. Esta idea no convenció a Samuel, ya que los clones

no duraban con vida más de siete u ocho años.

Entonces Randy reforzó su idea comparando la intención de los regentes con lo

que en verdad la gente estaba viviendo. Argumentó que los regentes pretendían

erradicar la maldad del mundo, pero lo que habían logrado con la pastilla milagrosa

era anular la conciencia de las personas. Aseguró que si no se suspendía la ingesta

de la pastilla, el Gobierno Unificado de la Tierra colapsaría antes de dos años. Pero

lo que en realidad puso a pensar a Samuel fue el argumento de que los criminales

109
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

serían unos excelentes chivos expiatorios. Ellos serían la excusa perfecta para

justificar que Dios hubiera castigado a la humanidad con la esterilidad, ya que sus

crímenes habían quedado en la impunidad. Para comprender mejor la intención de

Randy, Samuel preguntó:

— ¿Pretendes clonar a criminales para que sean juzgados por los regentes?

—Criminales que nunca fueron juzgados, esa es la diferencia.

Samuel pensó que la idea no era tan descabellada como parecía, que después

de todo, sí podría funcionar, ya que un clon de cinco años tendría la apariencia de

un hombre de cuarenta y cinco. Entre más pensaba al respecto más se convencía

de su viabilidad. Después de un par de minutos de permanecer callado, tiempo que

pareció eterno para Randy, dijo:

—Dame unos días para analizar qué puedo hacer con el material que tenemos.

Ese mismo día Samuel aprovechó que los laboratorios de Stegman estaban

vacíos, después de tres días de arduo trabajo clonó a Albert Fish. Sin embargo, el

embrión murió antes de ser implantado en un útero. Samuel no se inmutó, que

muriera un embrión o que se produjera un aborto espontáneo, era algo normal.

Cuando iba a repetir el procedimiento cayó en cuenta que tendría que crear dos

embriones, ya que la bacteria Menkin 2172 provocaba dos tipos de progeria: en la

uno, los clones nacían con el cuerpo, la cara y las enfermedades propias de un

anciano; con la progeria tipo II, nacían con la apariencia de un bebé normal, pero

envejecían nueve veces más rápido, por tanto, necesitaría alquilar dos vientres.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Randy, recibí tu correo electrónico, pero estamos calculando mal, no podemos

ser tan optimistas y creer que nuestro primer clon nacerá con progeria tipo 2,

necesitamos dos embriones para que uno nazca con progeria tipo 1 y el otro con la

2, por tanto, debes conseguir dos vientres.

—Creo que la hermana de la señora García está desempleada, voy a llamarla,

así ambos clones nacen en la misma familia.

—Espera, se me ocurre una idea, podemos implantar los dos embriones en el

útero de la señora Dora. Será interesante ver el proceso y los resultados, uno nacerá

como un viejo y el otro como un bebé.

Siete meses después nacieron los bebés, uno muerto, el que parecía un

anciano.

13 DE MARZO DE 2175, SEDE PRINCIPAL DEL GOBIERNO UNIFICADO DE

LA TIERRA, NUEVA YORK.

Samuel Wood y Randy Lewis se reunieron con el gobernador general y con el

doctor Stegman para discutir acerca de la propuesta de clonar a criminales que no

hubieran sido condenados. Al gobernador Meyer le gustó la idea, le pareció viable

e ingeniosa, la vio como una oportunidad para hacer negocios con los Regentes de

la Verdad y los gobernadores. Sin ocultar una sonrisa llena de picardía, se

comprometió a sostener ante los regentes y políticos, que él, en medio de un sueño,

había escuchado una voz celestial, advirtiéndole que la esterilidad masculina era un

111
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

castigo de Dios debido a los criminales que murieron sin ser juzgados por la justicia

humana y que él debía revivirlos para que fueran juzgados.

―Señor gobernador, ¿cómo será la participación de Randy y la mía en este

negocio? —preguntó Samuel.

Albert Meyer miró directo a los ojos a Samuel, le dijo que le gustaban las

personas que hablaban claro y que tendrían el uno por ciento del valor de los

contratos. Al no percibir en los rostros de Samuel ni de Randy una sonrisa de

satisfacción, agregó que el porcentaje era generoso, ya que los contratos iban a ser

multimillonarios, que los gastos de clonación, juicios y la logística corrían por cuenta

de ellos.

Randy que había permanecido callado, sonrió y propuso usar los estadios

deportivos para realizar los juicios y ejecutar de manera inmediata a los clones.

Además planteó la posibilidad de montar un espectáculo artístico previo a las

ejecuciones, con transmisión vía satélite.

Randy y Samuel salieron de la oficina con la sensación de haber logrado su

independencia económica. Entre tanto, el doctor Stegman y el gobernador Meyer

se quedaron determinando los precios de los clones. El argumento que utilizarían

sería la complejidad para clonar a una persona que había estado muerta por

décadas. Por tanto, acordaron cobrar un millón de dólares por los clones de

criminales sin importancia: asesinos seriales, gánsteres. Por clones de militares,

políticos, terroristas, dependiendo de su importancia histórica, entre diez a veinte

millones de dólares.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El doctor Stegman programó ese mismo día una reunión con su equipo científico,

con el fin de realizar un documento técnico donde se evidenciara el esfuerzo

tecnológico requerido para clonar y mantener con vida al clon de una persona que

ha muerto hace varias décadas o siglos.

Randy fue nombrado director del nuevo departamento de «Análisis genético»,

encargado de la búsqueda del material genético perteneciente a criminales, el cual

no tuvo el éxito esperado ni por la Compañía Stegman ni por los regentes, pues los

ciudadanos no comprendían qué debían hacer. Sin embargo, las cosas cambiaron

a partir del mes de mayo, cuando los regentes modificaron la composición y

prescripción de la pastilla milagrosa y las personas recobraron el 80% de su

conciencia.

En julio, las bodegas de la Compañía de Biotecnología Stegman se atiborraron

con miles de muestras de material genético de posibles criminales, por esa razón,

tuvieron que contratar más técnicos para su revisión. Con estas muestras se

obtuvieron casos importantes de asesinos seriales y políticos corruptos.

Debido al éxito alcanzado con las clonaciones, el doctor Stegman realizó una

fiesta para sus socios y empleados, cuando llegó el gobernador Meyer, lo llevó de

inmediato a una oficina y le enseñó un informe con el número de clonaciones

alcanzadas hasta el mes de mayo y la proyección para los próximos seis meses.

El gobernador Albert Meyer quedó satisfecho con los resultados, sin embargo

enfatizó que se debía empezar a clonar en las demás gobernaciones. En la reunión

se acordó que Lorena Meyer creara un programa de televisión, cuyo objetivo

113
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

principal sería dar a conocer las dificultades médicas y humanas que enfrentan los

clones con progeria tipo 1.

El Doctor Stegman se alegró de ser socio de la familia Meyer, puesto que todos

eran genios para los negocios. Samuel interrumpió la reunión para llevarlos al

laboratorio. Ninguno de los clones con progeria tipo 2 recordaba nada de su pasado.

El gobernador Albert Meyer se alarmó, pues los juicios no se podrían hacer a clones

sin memoria de sus vidas pasadas. Randy comentó que conocía a un psiquiatra

chino, que se especializaba en la memoria reprimida en el inconsciente.

El gobernador pidió que le explicaran por qué los clones no podían recordar su

pasado.

―Señor presidente, un clon es una copia exacta de una persona a nivel

biológico, pero no a nivel psíquico, por tanto, los clones forman su propia

personalidad. Ningún clon podrá recordar aspectos personales ni psicosociales de

una vida que nunca experimentó —respondió el doctor Samuel.

―Eso es grave, muy grave ―dijo el gobernador Meyer.

El Doctor Stegman lo tranquilizó, afirmó que la mente de los clones se podía

moldear con facilidad, aseguró que estaba pensando en varias alternativas, pero

que deseaba conocer el trabajo del doctor Zhang, para tomar una decisión.

El gobernador recordó que los regentes esperaban que los clones tuvieran

conciencia de sus crímenes, que fueran seres capaces de comprender que habían

actuado en contra de la sociedad y de la Ley de Dios. «Queremos clones que

acepten que son castigados a causa de sus delitos, no nos interesa clones gritando

114
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

que no han hecho nada», nos advirtió el regente Benedito Scamoti cuando se

firmaron los contratos de clonación.

Con la idea de clonar criminales para ser juzgados en la plaza pública ideada por

Randy, él y Samuel Wood se volvieron millonarios, empezaron a disfrutar de los

lujos y excentricidades con las que antes solo podían soñar.

Randy, por fin era parte de los hombres adinerados de la ciudad y podría cumplir

el sueño que tuvo desde que leyó A House On the Heights, de Truman Capote,

cuando apenas era un adolescente, «si algún día tengo dinero, compraré una

hermosa casa en Brooklyn Heights», juró. Ahora, a sus cuarenta años, pudo cumplir

ese sueño.

Randy no podía llegar a su nueva casa con su modesto Volvo eléctrico ZL 2160,

por tanto, fue a un concesionario de la Mercedes-Benz y compró un hermoso

convertible último modelo, ideal para viajes intercontinentales o para recorrer las

calles, pues un campo electromagnético protegía a los ocupantes de la radiación y

de cualquier choque o atentado, seleccionó uno de color rojo sangre, del cual se

enamoró tan pronto lo vio.

La suerte quiso que conociera a Kerstin, una joven y hermosa modelo, que

estaba cotizando un automóvil, aunque estaba indecisa entre un Mercedes-Benz

clase F, tipo sedán o un Mercedes clase H, más sofisticado, pero cincuenta mil

dólares más costoso.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

―Disculpa, aunque no estás pidiendo mi opinión, yo te sugiero el Mercedes GLO

2174, si escoges el negro, te garantizo que no habrá una mujer más elegante en

toda la ciudad. Además, es un carro liviano, puesto que su blindaje es

electromagnético, mientras que el Mercedes clase H, tiene un blindaje convencional

que lo hace pesado y para los viajes largos, agotador.

Kerstin no pudo evitar sonreír, se retiró las gafas oscuras que tenía, dejando al

descubierto sus ojos verdes. Randy dejó salir un guau, que lo hizo sonrojar al sentir

las miradas de los vendedores que estaban a su alrededor.

―Tienes buen gusto, pero deseo comprar mi primer carro de contado y el GLO

excede mi presupuesto.

―Pero si el dinero no fuera un impedimento ¿qué automóvil escogerías?

―El que tú acabas de comprar está precioso, cualquiera diría que una chica

como yo escogería uno igual, pero no me gustan los convertibles, me dañan el

peinado ―sonrió con coquetería―, yo prefiero los autos elegantes, sin dudarlo

compraría el GLO.

―Te parecerá extraño, pero antes me presento, pues mi madre me enseñó a no

hablar con mujeres hermosas y desconocidas. Randy Lewis, director logístico de la

Compañía de Biotecnología Stegman.

―Mucho gusto señor Randy, mi nombre es Kerstin kozlov, soy modelo de la

Casa Chanel.

«Las mujeres rusas son las más hermosas del mundo», pensó Randy.

116
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Randy alardeó que era un místico, asegurando a Kerstin que acababa de tener

un extraño presentimiento, que si ella compraba un automóvil diferente al que en

verdad deseaba se arrepentiría y que por obvias razones él debía evitar que ella

tomara esa pésima decisión. Incluso se atrevió a sugerirle que aplazara la compra

hasta que tuviera el dinero para adquirir el Mercedes GLO 2174.

El vendedor miró con disgusto a Randy, él lo ignoró, pero grabó su rostro en su

mente. Kerstin aceptó aplazar la compra. Randy se ofreció a llevarla hasta la casa,

la dejó allí sin siquiera preguntar su número telefónico. Se despidió con afán. Una

hora después, estaba de regreso con el Mercedes-Benz GLO 2174 en color negro,

adornado con un moño de regalo. El vendedor sonreía y sostenía una carpeta con

los documentos del automóvil, sólo faltaba la firma de ella.

Randy también contrató un trío de cuerda, un grupo pop y un mariachi, que

hicieron que Kerstin y su familia se asomaran a la puerta para ver lo que sucedía.

―Mientras el grupo de pop cantaba "Marry Me" de Jason Derulo:


:

105 is the number that comes to my head

When I think of all the years I wanna be with you

Wake up every morning with you in my bed

That's precisely what I plan to do

And you know one of these days, when I get my money right

Buy you everything and show you all the finer things in life

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Will forever be enough, so there ain't no need to rush

But one day, I won't be able to ask you loud enough

Randy le pidió matrimonio a una completa desconocida, a una mujer veinte años

más joven, a la mujer que deseaba para el resto de su vida. «Él es de los pocos

hombres que está más allá de las reglas impuestas por la Orden de los Regentes

de la Verdad», pensó Kerstin y aceptó.

El doctor Zhang ordenó conseguir información de los criminales clonados:

historias clínicas, descendientes, expedientes acusatorios, con el fin de empezar su

tratamiento.

Al señor Fish, apodado el hombre gris, primer criminal clonado, le leyeron los

expedientes de cada uno de sus crímenes, tuvo que ver decenas de viejas películas

acerca de asesinos seriales, para que se identificara con los sentimientos de ellos.

Así mismo, escuchó las quejas y reclamos de los familiares de las víctimas, aunque

en realidad, eran actores. Fish despertaba en las noches a causa de las pesadillas

que tenía al recordar el sufrimiento que había causado a sus víctimas. Lo que no

sabía el hombre gris, era que sus pesadillas y su desespero eran causados por el

consumo, sin saberlo, de psicotrópicos, que alteraban su consciencia.

El resultado después de dos meses de terapia, fue espectacular para la

Compañía de Biotecnología Stegman: el señor Fish manifestó su responsabilidad

por los crímenes que le imputaron y además, su arrepentimiento era sincero.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

En el tribunal, el señor Albert Fish mantuvo la mirada perdida, cuando le tocó

confesar sus delitos lo hizo entre sollozos, los asistentes se conmovieron por su

confesión y por el arrepentimiento que se observaba en sus palabras.

El jurado lo encontró culpable y lo sentenció a muerte por fusilamiento; Albert

Fish escuchó la condena con atención, sin levantarse de la silla gritó que no estaba

de acuerdo con la pena, pues había matado y torturado a ocho personas inocentes,

por ese motivo debía pagar por sus pecados:

—Por mis crímenes atroces debo tener una muerte lenta, para dejar que el dolor

purifique mi alma. Merezco ser apedreado y que mi cuerpo agonizante, sea

devorado por las fieras —dijo al juez para que cambiara su veredicto. Pues

consideró el fusilamiento como una muerte rápida y sin dolor.

El juez manifestó que aceptaba la petición del clon y lo sentenció a morir por

apedreamiento.

El juicio y condena de Albert Fish fue un éxito total, el Yankee Stadium, albergó

a cuarenta y siete mil espectadores, que siguieron paso a paso, en las diez pantallas

gigantes dispuestas en el estadio, el primer juicio de la historia a un clon, tan pronto

Fish empezó a ser apedreado, los espectadores soltaron globos pintados con la

bandera del Gobierno Unificado de la Tierra y cientos de palomas.

16 DE FEBRERO DE 2179, INFORME INTERNO CON REFERENCIA AL

MÉTODO DE LIBERACIÓN DE LA MEMORIA REPRIMIDA EN EL

INCONSCIENTE, COMPAÑÍA DE BIOTECNOLOGÍA STEGMAN, NUEVA YORK.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Samuel Wood, explicó a los socios de la compañía, los alcances del «método de

liberación de la memoria reprimida en el inconsciente», diseñado y enseñado por el

doctor Zhang, a los psicólogos y psiquiatras encargados de que los clones

recuperaran su pasado.

Aseguró que el 100% de los clones tenía recuerdos vívidos de los crímenes

cometidos. Como dato curioso manifestó que las personas que tuvieron la

posibilidad de ver y escuchar a los clones en los juicios, describieron que estos

reflejaban un profundo arrepentimiento y sentimiento de culpa.

Otra característica que habían desarrollado los clones y que ayudaba a que

fueran influenciables, eran las pesadillas recurrentes de sus crímenes, originadas

como síntoma de los psicotrópicos formulados por el Doctor Zhang.

Samuel enfatizó que gracias a los sentimientos de culpa, a la baja autoestima y

a las pesadillas, los clones exigían la pena de muerte. Aseguró que se debía seguir

preparando a los clones para que compartieran sus más íntimos y oscuros

pensamientos con dramatismo y crudeza, al estilo de las sórdidas historias

policiacas narradas por Michel Houellebecq y Osvaldo Lamborghini».

Randy, acostumbrado a recibir cientos de muestras con material genético, no

prestó atención a una carta proveniente de Viena, Austria; sin embargo, esa noche

soñó que piloteaba un avión Heinkel HE 219, con el cual perseguía a un grupo de

aldeanos en Wieluń, Polonia y los acribillaba sin compasión. Esa pesadilla lo motivó

a cambiar de opinión. Una sensación en su corazón, lo incitó a buscar la carta. Miró

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

la hora, eran las tres de la madrugada, observó a su esposa y deseó besarla, pero

se abstuvo para no despertarla, se levantó, bajó al estudio, encontró la carta metida

en una caja que iba a mandar a una de las oficinas para su revisión. Empezó a leer:

Señor Randy Lewis.

Director logístico de la Compañía de Biotecnología Stegman.

Soy la señora Frederika Steiner, mi familia ha vivido desde hace seis

generaciones en Urfahr, pequeño suburbio de Linz, donde también vivió la familia

de Adolf Hitler. Mi tatarabuela fue amiga de la señora Klara, madre de Adolf, las dos

familias compartieron vecindad por varios años. Cuando los Regentes de la Verdad

empezaron a ofrecer recompensas por recibir objetos con material genético de

criminales que no fueron juzgados por sus delitos, recordé que el señor Adolf Hitler

fue el responsable del holocausto más grande de la historia, por eso volví a la casa

de mi abuela, pues ella le hizo el favor a la señora Klara de guardarle varias cajas y

armarios con ropa de la familia. En un armario encontré una chaqueta que

perteneció al señor Hitler, cuando él tenía dieciséis años, si observa el hombro

izquierdo hay una telaraña que debe tener material genético de él. Si puede clonar

al señor Hitler, le suplico me consigne la recompensa en mi cuenta 19630444-1417

del banco Easybank AG. Ya Hitler es uno de los personajes más cuestionados de

la historia, espero un bono adicional.

Cordialmente

Frederika Steiner

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Randy sintió escalofrío, mariposas en su estómago, le sudaron las manos y

tembló de emoción leyendo la carta de la señora Frederika. Feliz llamó a su amigo

Samuel Wood, lo puso al tanto del paquete recibido y de la carta. Emocionado

confirmó que la chaqueta tenía una telaraña en uno de sus hombros, quedaron de

encontrarse en Stegman para confirmar si había material genético, si correspondía

a Hitler y si se podía clonar.

Kerstin, que por lo general no despertaba antes de las diez de la mañana, se

levantó y entró al estudio buscando a su esposo. Él la vio con el babydoll rojo que

le había regalado, con una lujuria y pasión desenfrenada la cargó en sus brazos, la

besó, la llevó hasta la sala y tuvieron sexo junto a la chimenea. Desahogada su

pasión, la puso al corriente de la importancia de la chaqueta, sin siquiera bañarse

se vistió y se despidió, pero Kerstin le dijo:

—Dame unos minutos y te acompaño.

Randy fue incapaz de decirle que prefería ir solo, aunque temió que la

supermodelo se demorara dos o tres horas en arreglarse, sin embargo, diez

minutos después estaba bañada y vestida.

Samuel y Randy empezaron a examinar la chaqueta, entre tanto, Kerstin se

entretuvo mirando los instrumentos que estaban en el laboratorio. Un par de horas

después, los dos investigadores gritaron dichosos ¡eureka, eureka!, con la misma

emoción que sintió Arquímedes cuando salió corriendo desnudo al palacio del rey

Herón II de Siracusa.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Samuel Wood llamó de inmediato al doctor Stegman y a Lorena Meyer, ellos

también gritaron de felicidad y decidieron implantar diez embriones, para tener

mínimo tres o cuatro clones de Hitler con progeria tipo 2.

26 DE ABRIL DEL 2179, RUEDA DE PRENSA, COMPAÑÍA DE

BIOTECNOLOGÍA STEGMAN, NUEVA YORK.

Samuel Wood es el encargado de convocar a la prensa para dar una primicia: el

hallazgo de material genético de uno de los líderes políticos y militares más

importantes de todos los tiempos.

—Buenos días, hoy, 26 de abril, tengo el gusto de informar el hallazgo de

material genético atrapado en una chaqueta que utilizó Hitler hace doscientos

setenta años. Esta chaqueta fue enviada desde Viena, Austria, por la señora

Frederika Steiner, descendiente de la señora Bertha Pichler, que fue íntima amiga

de la señora Klara, madre de Adolf. Ya le consignamos cien mil dólares, que es el

monto máximo prometido, adicional un bono por otros cien mil dólares que donó la

junta directiva de la compañía. Nuestro equipo científico decidió crear diez

embriones que serán alojados en diez vientres, escogidos por nuestro equipo

médico y autorizados por el doctor Jim Stegman. Las madres que procreen clones

con progeria tipo 2, serán llevadas a un apartamento adecuado para ellas y sus

clones. Allí tendrán el apoyo del personal médico las veinticuatro horas del día. Los

avances con respecto al crecimiento de los clones, serán difundidos por nuestro

123
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

departamento de publicidad, los viernes a través del canal 123, con transmisión vía

satélite para el mundo. Si tienen preguntas, es el momento de realizarlas.

Periodista Harold Ross, The New Yorker: doctor Wood, con base en las

estadísticas, es posible tener cuatro o cinco clones con progeria tipo 2, ¿cómo se

seleccionará al clon que será juzgado, asumiendo que todos son Hitler?

Samuel Wood: es una pregunta que también nos hemos planteado nosotros,

anoche el Regente de la Verdad Benedito Scamoti, nos dio la solución: «los clones

de Hitler sean dos o diez, todos deben ser juzgados y ejecutados, pues son copias

de él».

Periodista Manuel Calderón Santos, Diario Oficial Sin Fronteras: nos hemos

enterado que la gobernación de Israel desea realizar el juicio de los clones de Hitler

en Jerusalén y ha ofrecido cincuenta millones de dólares a los regentes por los

clones, ¿cuál es la posición de la junta directiva de Stegman?

Samuel Wood: los dueños de los clones somos nosotros, ni el gobierno ni la

Orden de los regentes pueden disponer de ellos; por otro lado, la junta directiva está

estudiando la oferta, pues aunque parece razonable, no cumple con las expectativas

a las que aspira nuestra compañía. Hoy el doctor Stegman mencionó de manera

extraoficial que no venderá los clones por menos de cien millones de dólares.

20 DE ABRIL DEL 2183, COMPAÑÍA DE BIOTECNOLOGÍA STEGMAN.

Lorena se reunió con el doctor Stegman, para proponer algunos cambios en la

manera de ejecutar a los clones, ya que el público se había acostumbrado a verlos


124
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

morir por apedreamiento, la asistencia a los estadios estaba disminuyendo y el

rating de las transmisiones vía satélite, bajando.

Propuso hacer las ejecuciones más dramáticas. Apedrear a los clones en ropa

interior o en una trusa delgada y frágil, para que los espectadores pudieran ver como

las piedras rompían piel y desgarraban la carne. También comentó algunos casos,

que eran frecuentes, en los que un clon recibía una pedrada en la cabeza y moría

de inmediato, dañando el espectáculo. Para evitar que eso siguiera sucediendo

habló de estandarizar el tamaño de las piedras, ya que las grandes causaban

lesiones graves o la muerte.

Lorena insistió en la necesidad de involucrar a los asistentes, no le parecía

conveniente que los soldados fueran los verdugos, para ella, sería más emocionante

si el público asistente se apropiaba del rol de verdugo. Se estableció un protocolo

para las futuras ejecuciones. Entre el público escogerían cincuenta niños y

cincuenta adultos, las piedras serían de un diámetro de dos centímetros para los

niños y de tres centímetros para los adultos. Sin embargo, esta innovación le pareció

insuficiente y propuso colocar dos dispositivos electrónicos en las sillas para que los

asistentes escogieran entre apedreamiento clásico o lluvia de piedras.

― ¿No me has explicado qué es la lluvia de piedras?

―Es una ejecución en la cual los asistentes lanzan piedras a los clones, te

imaginas cincuenta mil piedras cayendo desde las gradas.

La idea no le gustó al doctor Stegman, le pareció peligrosa, ya que muchos de

los asistentes no tendrían la fuerza necesaria para hacer llegar las piedras a la

125
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

pasarela donde iban a estar los clones y podrían golpear a los asistentes que

estaban en la parte de abajo. Lorena lo tranquilizó:

―Planeo instalar un dispositivo electrónico que permita lanzar una piedra desde

cualquier punto de la grada, pero sin mucha potencia, porque ningún clon podrá

sobrevivir, quedarán sepultados.

― ¡Estupendo, tu propuesta es genial! Se me ocurre que el público pinte las

piedras con pintura fosforescente, ¿te imaginas el espectáculo?

Randy estaba feliz con su nueva y afortunada vida, el nacimiento de Hitler había

sido un éxito mediático a nivel mundial y con excelentes beneficios económicos.

Entendió que el negocio consistía en clonar personajes históricos, con el fin de

ocasionar polémica.

Un presentimiento lo hizo correr al computador para consultar en internet:

«personajes más despiadados y crueles de la historia», encabezó la lista: Calígula,

emperador romano, que afirmaba ser Júpiter y mandaba flagelar, torturar o matar a

cualquiera que estuviera a su alrededor. El segundo lugar fue para Atila, rey de los

hunos, apodado «El Azote de Dios», debido a su ferocidad. En tercer lugar apareció,

el nombre Gengis Kan, fundador del Imperio mongol, que con su ejército asesinó a

más de dos millones de personas. El cuarto lugar fue para Vlad Tepes, Príncipe

rumano, llamado «El Empalador», que en el siglo XX, inspiró a Bram Stoker para

crear el personaje del conde Drácula. Como fuera de categoría apareció el dictador

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

chino Yáng Xuàn, que esclavizó a cien millones de ciudadanos chinos para su

beneficio económico y culpó de su desaparición a los invasores extraterrestres.

Randy releyó los nombres y el de Atila lo emocionó; fue al bar y destapó una

botella de champaña, sirvió dos copas y subió hasta su habitación. Kerstin estaba

cepillando su cabello. Randy observó la espalda desnuda de su esposa durante

unos minutos, «es la mujer más hermosa del mundo», pensó. Se acercó y le entregó

una copa, ella lo miró con coquetería. Impulsado por el deseo, la desnudó, extasiado

con la suavidad de su piel, de sus formas, besó y acarició cada rincón de su cuerpo.

El tiempo pareció detenerse para los impetuosos amantes que pasaron varias horas

entregados a la pasión, la cual los llevó a tener sexo en la habitación, en la cocina,

en la alfombra de la sala, a bañarse y embriagarse con cinco botellas de champaña.

A la mañana siguiente, Randy le dijo a su soñolienta esposa que se preparara

para viajar a Francia, pues tenía una corazonada que los convertiría en

multimillonarios.

— ¿Puedo llevar a mis padres? Les prometí que los iba a invitar a Europa —

respondió la ya despabilada Kerstin.

—Por supuesto, iremos en uno de los aviones de la compañía.

—Después podemos ir a Moscú, quiero visitar a unos familiares. Además, anhelo

que conozcas el Kremlin, la Plaza Roja, la Catedral de San Basilio, el Monumento

a los Mártires rusos que murieron a manos de los anunnakis, son tantos los sitios

que debes conocer de Moscú.

127
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Randy llamó a Samuel Wood y le contó su presentimiento, inspirado gracias a

la lectura de una leyenda, que narraba el enfrentamiento entre Atila y el general

romano Flavio Aecio, en los campos Cataláunicos, en Francia; se decía que estos

dos guerreros se habían enfrentado cuerpo a cuerpo y que el general romano

desarmó e hirió al rey de los hunos, quien fue rescatado por el general Ardarico,

pero que Atila no pudo recuperar su famosa espada, la cual quedó manchada con

su sangre.

—He averiguado que la espada de Marte podría estar en el Museo Nacional de

la Edad Media de París o en el Vaticano —aseguró Randy.

La suerte no acompañó esta vez a Randy, la espada que estaba en el museo, a

pesar de ser la original, ya no tenía la sangre del rey de los hunos, pues la espada

había sido restaurada en el año 2100.

5 DE JUNIO DE 2183, RUEDA DE PRENSA CON REFERENCIA A LA

MUERTE DE TRES CLONES DE HITLER, COMPAÑÍA DE BIOTECNOLOGÍA

STEGMAN, BOGOTÁ.

Declaración del doctor Jim Stegman:

—El 01 de junio, tres de los clones de Hitler, contrajeron pielonefritis aguda, una

infección urinaria que en un lapso de veinticuatro horas, afectó sus riñones y

tuvieron que ser sometidos a diálisis. El 03 de junio, la presión arterial de los clones

se elevó formando coágulos que desencadenaron en un ataque cardíaco

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

fulminante. Los otros dos clones están en perfecto estado de salud. El gobierno de

Israel nos ofreció ciento veinte millones de dólares por uno de los clones de Hitler,

la junta directiva de Stegman estudió su propuesta y decidió aceptarla; la entrega s

hará el quince de agosto, una vez el clon haya recobrado la totalidad de memoria

reprimida en el inconsciente. Si tienen alguna pregunta pueden hacerla.

El Tiempo, periodista German Caicedo Agudelo: Doctor Stegman, ¿qué

sucederá con el clon que se queda con ustedes? ¿Se rumora que uno de los clones

padece trastornos del espectro autista?

Doctor Stegman: eso es falso, los dos clones poseen el 100% de sus

capacidades físicas y cognitivas.

ABC News, periodista Amy Robach: he estado siguiendo el proceso de

crecimiento de los clones. Cuando cumplieron dos años los entrevisté y el clon de

la madre sustituta Ana, se mostró retraído y no contestaba las preguntas, la señora

Ana me dijo que esto sucedía porque estaba enfermo, pero yo me di cuenta que su

comportamiento no era natural, tuve la impresión que pedía permiso a la señora

Ana para contestar. A ella también la sentí angustiada cuando estuve reunida en

privado con el clon. Mi pregunta es sencilla ¿quién se quedará con el clon que tiene

problemas psiquiátricos?

Doctor Stegman: lo que dice usted es una locura, ninguno de los clones padece

problemas psiquiátricos. El clon que se va para Israel ya fue valorado por El Mosad

y créame, como se dice de forma coloquial, ellos no permitirán que se les meta gato

por liebre. Ya le insertaron un rastreador químico y lo monitorean las veinticuatro

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

horas. Para resolver cualquier duda, presentaré a los dos clones en un programa

de televisión el próximo 01 de agosto, será un evento histórico, nadie se lo puede

perder.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

CAPÍTULO VI

LOS VENGADORES

Joseph cansado de las injusticias de los regentes, conformó un grupo de

adolescentes para boicotearlos, aunque sus acciones eran intrascendentes, quiso

cambiar las cosas con una acción contundente, que diera la vuelta al mundo e

hiciera pensar a la comunidad internacional sobre seguir clonando personas para

juzgarlas por actos de los cuales no tenían responsabilidad alguna. Bautizó al grupo

con el nombre «Vengadores», todos estuvieron de acuerdo con el nombre.

El primer paso de Joseph consistió en hackear el sistema de seguridad de la

bodega número 5, de la Compañía de Biotecnología Stegman, pues allí cuidan a los

clones de Hitler. Dentro de la bodega identificó cinco salones amplios que

funcionaban como apartamentos para cada clon, cada uno con baño, dos

habitaciones y un comedor. Lo más importante para su operativo era la carencia de

seguridad, solo había un guardia que actuaba como portero y se la pasaba mirando

televisión o leyendo el periódico.

Las actividades en la bodega eran rutinarias, a las seis de la mañana, los

médicos y enfermeras monitoreaban la salud de los clones y se marchaban a las

dos de la tarde. Joseph decidió allanar la bodega para rescatar a los clones, a las

dos y treinta de la tarde, pues solo tendrían que encargarse del vigilante.

Jeannette, estudiante de enfermería, recomendó esperar que los clones

cumplieran tres meses, de esa manera no tendrían problemas para separarlos de

sus madres y podrían alimentarlos con facilidad, además en los dos primeros meses

131
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

los clones presentaban algunas enfermedades infantiles que era mejor que los

médicos de Stegman las trataran.

El 24 de abril, una adolescente estacionó frente a la bodega de la compañía

Stegman, abrió el capó y empezó a examinar la batería, mientras intentaba hacer

que funcionara, su celular se cayó al suelo destruyéndose por completo. El vigilante

de la bodega le gritó desde la ventana que no podía estacionar ahí, pues era un

garaje y en cualquier momento llegaban o salían automóviles.

―El auto no quiere arrancar, parece que es la batería, no estoy segura, pues no

conozco mucho de mecánica, pero ayer se me apagó a un par de calles de aquí y

era la bendita batería, justo ahora iba a comprar una ―sonriendo y mostrando que

su celular estaba destruido le preguntó―, ¿usted me podría prestar su teléfono para

llamar a un mecánico?

El vigilante sacó su celular por la ventanilla, la joven se acercó y le disparó con

su Taser X333, dejándolo inconsciente. Cogió las llaves que tenía el vigilante

encima del escritorio y abrió la puerta.

Cinco camionetas Vans de color negro ingresaron al garaje y de inmediato

procedieron a ir por los clones. Las madres sustitutas los entregaron sin ningún

impedimento. Ana, quien lo estaba amamantando, los miró desafiante. Los chicos

se sorprendieron e intentaron arrebatárselo por la fuerza, pero Ana luchó con uñas,

dientes y gritos desesperados que hicieron que Joseph interviniera.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Le explicó que su propósito era evitar que los clones fueran juzgados en un par

de años, que ellos los iban a cuidar y educar como a personas comunes y corrientes,

para que crecieran como cualquier otro niño, lejos de la maldad de los regentes.

Ana lo miró con asombro, ese muchacho era su ángel de la guarda, sonriendo para

sí, pidió perdón a Dios por no confiar en él. Estaba tan feliz con el rescate que

acarició las manos de Joseph.

Después de amarrar a las madres sustitutas, se marcharon, cada uno hacia un

escondite. Ana se subió a la camioneta Van de Joseph.

Ana se sentía como en una película de acción, pero temía que sus ángeles

protectores fueran neutralizados con facilidad, pues eran muy jóvenes e inexpertos.

Sin embargo confió en la audacia de Joseph, y le preguntó que iba a pasar de ahora

en adelante. Él le explicó que la operación había sido planeada desde hacía varios

meses, y que cada clon sería educado de manera independiente, por familias que

no estaban de acuerdo con los regentes.

Joseph estaba orgulloso de tener hackeada a la policía y a los regentes,

cualquier operativo que ellos hicieran para recuperar los clones, él sería el primero

en enterarse.

Ana le confesó que no había pasado un solo día en que ella no pensara en huir de

la compañía Stegman, que a diferencia de las otras madres sustitutas, ella sí amaba

a su hijo. Cuando llegaron a la casa Joseph los alojó en una habitación y de

inmediato sintonizó la radio policial y los canales de noticias para estar enterado de

lo que sucedía.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

A las ocho y treinta de la mañana del 25 de abril, decenas de helicópteros

empezaron a sobrevolar la ciudad. A las nueve, las casas donde estaban los clones,

fueron allanadas por un grupo de regentes con exoesqueletos, que descendieron

desde helicópteros, logrando someter con facilidad a los secuestradores.

20 DE MAYO DE 2180, CENTRO CORRECCIONAL METROPOLITANO, DE

BOGOTÁ.

—Hola Joseph, ¿cómo te están tratando?

—Hola Michael, no pude evitar tomar el cóctel que me dieron el primer día, pero

a los pocos minutos me fui al baño y vomité, aunque no estoy tomando las pastillas

que nos dan al desayuno, no puedo hacer nada contra las inyecciones.

—Esta mañana dijeron que te juzgarán en la plaza pública, ¡tú sabes que eso es

un circo!, te asesinarán, tienes que escapar...

—Desde que saben que yo soy el líder de los «Vengadores», han intensificado

las medidas de seguridad, no será fácil, pero tampoco es imposible.

—Te traje estas pastillas, son las mismas que le diste a mi papá para que se

recuperara, espero te sirvan. Los regentes han capturado a la mayoría de tus

amigos. Tenemos que aprovechar que los vigilantes no están revisando a los

visitantes, hoy te traje un celular. Mi padre y yo estamos preparando un sitio seguro

para ti.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Michael, debes conseguir un detector de frecuencias, puede ser que me hayan

insertado un rastreador. No quiero que me encuentren con la misma facilidad que

lo hicieron con los clones.

—Ja, ja, ja, fue lo primero que mi padre me entregó, esto parece un llavero pero

es lo último en tecnología para detectar cualquier dispositivo de rastreo. Espera lo

prendo, luz verde quiere decir que estás limpio. ¡Mierda! ¡Mierda!

— ¿Qué significa la luz violeta?

—Te implantaron un rastreador químico. Tienes que darme una muestra de

sangre, tenemos que analizarla para poder buscar un inhibidor.

Joseph tomó el llavero y se cortó un dedo, se limpió con un pañuelo y lo entregó

a Michael, se despidieron de inmediato. Ethan lo esperaba a un par de calles, no le

gustó que le hubieran implantado un rastreador químico a Josehp pues estos eran

de última tecnología y su neutralización no era fácil.

Ethan volvió a recurrir a los contactos que tenía en la compañía Stegman, logró

conseguir un inhibidor isotrópico, Michael interceptó el sistema de vigilancia de la

cárcel y dos días después Joseph salió como un visitante por la puerta principal.

Con una nueva identidad Joseph dejó de lado sus convicciones pacifistas y tomó

la decisión de viajar a Roma con el propósito de boicotear el Congreso de de los

Regentes de la Verdad en Roma, al cual asistirán los líderes de todas las

gobernaciones, con el propósito de establecer un nuevo código de ética universal y

de esta manera lograr homogeneizar el comportamiento de los seres humanos para

que así pudieran alcanzar la salvación eterna.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Michael no estaba de acuerdo con la nueva ideología de Joseph, pues un ataque

armado contra los regentes tendría repercusiones hacía los simpatizantes de los

clones.

Pero Joseph no quiso entender razones, la muerte de sus amigos hirió su alma

y ahora veía la realidad como un cáncer que debía ser extirpado. Le recordó que

las nuevas leyes solo habían doblegado la conciencia y la voluntad de las personas.

El recuerdo de los castigos sufridos por millones de seres humanos, reforzó su

pensamiento.

Ante los comentarios de Michael de empezar una desobediencia civil, al estilo

de Nelson Mandela o Henry David Thoreau, sonrió y lo miró como a un soñador, un

adolescente típico, que busca el bien común, pero que está atrapado en una

realidad distópica.

Joseph no tuvo en cuenta que a pesar de tener una nueva ciudadanía, la policía

y los servicios de inteligencia, con el cambio de la dosis de la vacuna, habían vuelto

a ser eficientes y el maletín con la bomba que iba a colocar en la reunión fue

detectado por un scanner de la puerta de acceso al aeropuerto.

136
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

CAPÍTULO VII

NACE EL CLON DE ADOLF HITLER

Ana preocupada porque su madre presentaba fiebre, fue a la cocina y le preparó

un té de hierbabuena. Ella no quiso recibirlo, manifestó que el té que le servía era

el de albahaca o manzanilla, pues era el único que la hacía dormir.

Alex también empezó a quejarse de dolor de cabeza y de tener ganas de vomitar,

estaba recostado acariciando a su perro, que por primera vez no intentaba jugar,

solo miraba a su pequeño amo y le lamía las manos. Rocky, presentía que iba a

suceder algo malo y se acostó a su lado, sin hacer ruido.

Ana terminó de atender a su mamá y se acercó con termómetro en mano a la

sala, Alex ardía de fiebre. Sin pensarlo lo levantó, desnudó y lo metió en la ducha,

el agua fría le quitó el tinte colorado de la cara. Sin embargo, luego de cinco minutos,

la fiebre otra vez atacó al niño. Anna le dio dos pastillas de acetaminofén, que

disminuyeron la fiebre a 38.5 °C.

―Mamá, llevaré a Alex al centro médico, la fiebre no le baja con nada.

―Yo me siento cansada, trataré de dormir, no olvides el carné de vacunación,

siempre lo solicitan, por si acaso lo internan, llévale pijama, pantuflas, toalla y jabón,

tú también deberías llevar algo de ropa. ¡Dios te acompañe!

137
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El centro médico estaba atestado de enfermos con idénticos síntomas: fiebre,

vómito, dolor de cabeza y fatiga general. Después de esperar cuatro horas en el

pasillo, pues los asientos estaban ocupados, una enfermera le preguntó a Ana:

— ¿Por qué traes al niño?

—Desde que le aplicaron la vacuna ha estado enfermo.

—El malestar es normal, son algunos efectos secundarios, pero con toda

seguridad mañana estará bien.

Le aplicó una inyección de acetaminofén y le dijo:

—Es mejor que regresen a su casa.

Ana no quedó conforme con la explicación de la enfermera y se dirigió a otro

centro médico. Estaba igual que el anterior. Le tomó la temperatura a Alex y sonrió

al ver que sólo tenía 37.5 °C, por tanto, decidió regresar a casa.

Acostó a Alex y fue a la habitación de su mamá, se sorprendió al observar la

habitación llena de humo, cenizas y con olor a carne quemada. Abrió la ventana

para que saliera el humo y buscó qué se estaba quemando. El olor provenía de la

cama, destapó a su madre y no pudo evitar gritar de espanto, estaba hecha cenizas.

Un presentimiento atroz la hizo correr hasta el cuarto de Alex, lo encontró

moviéndose debajo de las cobijas, lo destapó y la imagen de su hermano, ocasionó

que perdiera el conocimiento.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El cuerpo del niño estaba cubierto por un fuego, que nacía de su interior, los ojos

de Alex explotaron en el preciso momento en que Ana lo destapó. Cuando recobró

la conciencia, su hermanito estaba convertido en un montón de ceniza.

Ana llamó a la policía, treinta minutos después, llegó un grupo de forenses y un

Regente de la Verdad. Un médico forense le explicó que sus familiares habían

padecido una combustión espontánea humana:

—Este fenómeno se produce cuando una prenda se incendia por el contacto

con un cigarrillo, una vela o una chispa eléctrica, el cuerpo se empieza a quemar

debido a la grasa corporal y se carboniza en pocas horas.

―Yo conozco el trabajo del forense Haan, su teoría del efecto mecha no puede

explicar lo sucedido a mi hermano, pues yo vi que se quemaba desde el interior de

su cuerpo.

La frase «yo vi que se quemaba desde el interior de su cuerpo», incitó en Ana el

recuerdo de la imagen de su hermano siendo consumido por un poderoso e

implacable fuego interno, que en pocos minutos lo volvió cenizas.

―¡¡Malditos, malditos!! ¡¡Ustedes son los culpables!! ¡Esa maldita vacuna ha

matado a mi familia! ¡Esa maldita vacuna ha matado a mi familia! ―empezó a gritar.

El regente y los médicos forenses trataron de explicarle que los efectos de la

vacuna eran otros, pero Ana entró en un estado de ansiedad que no le permitió

seguir conversando y tuvo que ser sedada.

Cuando despertó estaba en una habitación extraña, no era su casa ni la de su

novio, tardó en recordar que su madre y hermano habían muerto; al mirar con
139
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

detenimiento a su alrededor, descubrió que estaba en una clínica, aún se sentía

mareada debido a la medicina que le habían inyectado. Ese contexto, más la rabieta

de la noche anterior ocasionaron que su mente la transportara a escenarios

catastróficos. Se vio condenada a cadena perpetua por haber insultado y culpado a

los regentes de ser los causantes de la muerte de sus familiares. La idea de que iba

a ser torturada, al estilo del medioevo, aumentó su ansiedad y el deseo de salir

corriendo. Los instrumentos de tortura vistos en el Museo de la Tortura de Toledo,

en su visita a España, le provocaron sudor y temblor.

Con total convicción se dijo: «pediré perdón y clemencia; si es necesario me

arrojaré a los pies de los médicos y regentes para que no me lastimen, aceptaré los

cargos imputados sin chistar una palabra». Pues era consciente que no poseía el

carácter, ni el espíritu de un mártir para resistir un sólo azote, la simple idea de ser

golpeada o encerrada en una urna, la paralizaba de miedo.

Pasaron varias horas desde que despertó y nadie se acercó a su habitación,

situación que aumentó su ansiedad. El ruido de un carrito, que se detuvo en la

puerta, la dejó expectante, una señora vestida de blanco entró con una bandeja,

observó que le traían café, jugo, al parecer de naranja, un trozo de queso blanco,

un huevo cocido y un brownie. Una sonrisa se le escapó de los labios. «A un

condenado no lo alimentan», pensó.

A las once de la mañana entró una enfermera, le tomó la temperatura, la tensión

arterial y el ritmo cardiaco.

―¿Cómo me encuentro?

140
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

―Ya se normalizaron sus signos vitales, más tarde viene el médico a examinarla.

Ana se sintió aliviada, no le habían aplicado ningún medicamento y al parecer

estaba bien de salud. Se puso de pie y se asomó por la ventana, desde su habitación

podía ver la entrada de la clínica. Miró con interés el desfile de médicos, enfermeras

y público en general que entraban y salían. Después de un rato se acercó al armario,

su ropa estaba colgada, en su bolso estaba un libro de Pablo Neruda, empezó a

leer el soneto 22:

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,

Sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,

En regiones contrarias, en un mediodía quemante,

Eras sólo el aroma de los cereales que amo.

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa

En Angol, a la luz de la luna de Junio,

O eras tú la cintura de aquella guitarra

Que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.

En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.

Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

Mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:

Frente a mis ojos estabas, reinándome y reinas.

Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Dos palabras de la última línea del poema: hoguera y fuego, la devolvieron a la

noche en que su madre y hermano se desintegraron por un fuego que nació desde

su interior.

Una vez más sintió el peso de la mirada desesperada de su pequeño hermano,

él no sabía qué le estaba sucediendo, pero por dos o tres angustiosos segundos

sintió cómo se quemaba por dentro. La imagen desesperada de su hermano, le

provocó un doloroso llanto. Se recriminó porque no tuvo el valor de ayudarlo en sus

últimos instantes de vida.

El doctor Klaus entró justo cuando Ana estaba perdiendo el control, de inmediato

llamó a las enfermeras quienes la sedaron una vez más. Tres horas después, Ana

despertó sintiendo un sabor metálico en la boca. Tenía canalizado el brazo derecho

y le estaban suministrando suero y algunos medicamentos. Se entristeció al verse

rodeada de cables.

―Señorita Ana, ¿cómo se siente?

―Fatal, nunca me han gustado las clínicas, menos las mentales.

Le explicaron que la habían llevado porque había sufrido una crisis nerviosa y no

tuvieron otra opción que sedarla.

― ¿Y qué me van a hacer?

―Llamamos a su novio pero no contestó, dígame ¿aparte de él, podemos llamar

a alguien más?

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Ana se quedó callada, sus ojos se llenaron de lágrimas, con voz entrecortada

por los sucesos recientes dijo:

―No señor, solo tenía a mi madre y a mi hermanito, no sé por qué Dylan no

responde, deseo que se encuentre bien, a él también lo iban a vacunar ayer.

¡Espero que la vacuna no lo haya matado!

―No se preocupe por los efectos secundarios de la vacuna, para la mayoría de

la población son inocuos, el único síntoma es fiebre y dolor de cabeza, nada que un

ibuprofeno no solucione. Yo creo que mañana podemos darla de alta, en el

transcurso de la tarde será valorada por un psiquiatra y un psicólogo, pero no se

preocupe, no vamos a internarla.

Ana descansó, su corazón se calmó y empezó a latir con normalidad, sus delirios

persecutorios desaparecieron, los instrumentos de tortura retornaron al museo de

Toledo. Preguntó por la cuenta hospitalaria, pues no tenía trabajo y retirar el dinero

que su mamá tenía en el banco, sería demorado debido a los trámites legales. El

médico la tranquilizó, le explicó que los regentes asumirían los costos, que estaban

esperando que se recuperara para hablar con ella.

Ana palideció, recordó que los había culpado e insultado, las puertas del Museo

de las Torturas de Toledo se abrieron una vez más.

― ¿Se siente bien? Se ha puesto pálida, ya ordeno que le practiquen algunos

exámenes.

―Estoy bien, seré franca con usted porque veo que es honesto, anoche me

comporté mal con los regentes, los insulté y tengo miedo de sus represalias.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

―No se preocupe, ellos saben que estaba bajo los efectos de una crisis

nerviosa, además, la muerte de sus familiares no fue un suceso aislado, hoy la

prensa publicó que se han presentado cuarenta episodios de combustión humana.

También informaron que los directivos de la Orden de los Regentes de la Verdad

indemnizarán a los familiares de las víctimas.

Ana recibió doscientos mil dólares como indemnización por la muerte de sus

familiares, los depositó en su cuenta bancaria y fue a la casa de su novio, tenía

muchas cosas que contar. Él estaba en la sala con sus padres. Ella los puso al

corriente de todo lo vivido en las últimas horas, Dylan la abrazó con fuerza, buscó

su celular y se dio cuenta que estaba descargado. Él también tenía malas noticias,

media hora antes, su hermana había dado a luz al clon familiar, pero este había

nacido con la cara y las complicaciones físicas de un anciano de ochenta años y

murió una hora después de nacer.

―Elizabeth está deshecha, su clon nació en pésimas condiciones, imagínate

que padecía problemas cardíacos, renales y para completar, era ciego. A los cinco

minutos de haber nacido, le realizaron una intervención quirúrgica, debido a una

Cardiopatía isquémica, pues las arterias que llevan sangre al corazón se taponaron,

debido a su lamentable estado de salud, el bebé no aguantó la cirugía. ¡Que Dios

me perdone por lo que diré!, pero su muerte fue lo mejor para él y para nosotros,

¿te imaginas el infierno de cuidar un niño con tantos problemas de salud?

―¿Cómo reaccionó Elizabeth con la muerte del bebé?

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

―Está muy afligida, ella quería a su bebé así estuviera enfermo y su apariencia

fuera de abuelito. Amor, ¿qué harás de ahora en adelante? ¿Necesitas algo para el

funeral?

―No puedo hacer velorio ni entierro, los cuerpos de mi mamá y de mi hermano

son cenizas, además, los regentes se las llevaron para investigar lo sucedido.

Dylan la convenció de quedarse unos días en la casa de sus padres, pues no

era conveniente que regresara a la casa de ella, porque los recuerdos recientes la

podrían afectar otra vez. Ella sería una ayuda invaluable para Elizabeth, ambas se

podrían hacer compañía y vencer el duelo con mayor facilidad, ya que ambas eran

de la misma edad. Además Dylan era patético para dar condolencias fuera a quien

fuera, no sabía qué decir. Ana aceptó con el compromiso de que él la acompañara

después a su casa, pues la iba a arreglar y después a vender.

La pareja salió hacia el centro comercial; mientras abrían el auto, llegó una

enfermera, les recordó que debían recibir la vacuna, todos se vacunaron.

Dylan despertó más callado de lo habitual. Ana se bañó, preparó el desayuno y

dispuso la mesa. Se le hizo extraño que no bajaran, así que subió y les dijo que el

desayuno estaba listo. Desayunaron sin pronunciar palabra. Ana se sintió incómoda

con su silencio. Elizabeth llegó y su familia no salió a recibirla, permanecieron

sentados en el comedor.

Ana bajó y recibió a su amiga del alma, la besó y abrazó con fuerza, ambas

lloraron por sus respectivas tragedias. Elizabeth dio rienda suelta a sus frustraciones

y le contó lo terrible que fue para ella ver a su pequeño clon como un anciano, se

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

quejó por el castigo que Dios les había impuesto, ella recordó que nunca había

obrado mal. Con rabia dijo que era inadmisible que ni médicos, ni científicos, ni

nadie, hubiera previsto todo lo que había sucedido. Responsabilizó a los regentes

por hablar del amor de Dios, mientras solo recibían dolor, angustia y más dolor.

― ¿Ya te vacunaste? —preguntó Ana, para cambiar de tema.

―No, ¡qué rabia!, justo cuando lo iban a hacer, me llevaron a unos exámenes y

después a otros y se les olvidó. Ayer les recordé que no me habían vacunado, pero

me dijeron que no era conveniente porque estaba en proceso de parto. Debo ir

mañana a vacunarme.

Ana sonrió ante la buena suerte de su amiga y la puso al tanto acerca de su

tragedia familiar, para demostrar el peligro de la vacuna. También le explicó que la

mayoría de los que ya se habían vacunado parecían como autómatas, pero que ella

no decía nada para no ser acusada de paranoica. Sim embargo, no podía alejar de

su mente un mal presentimiento.

Ante la mirada dubitativa de Elizabeth, Ana le acarició las manos, le dijo que bajo

ninguna circunstancia permitiera que la vacunaran y le entregó el carné de

vacunación de ella. Elizabeth lo tomó, lo guardó y entró a la casa, saludó a sus

padres que estaban en el comedor. Sus padres la miraron sin ninguna expresión,

se limitaron a desearle una pronta recuperación, se levantaron y subieron a su

habitación. Dylan salió del baño y se encontró frente a frente con su hermana, la

miró por un segundo a los ojos, para bajar enseguida la mirada y marcharse a su

habitación.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Elizabeth quedó aturdida ante la actitud de sus familiares. Ahora sí comprendió

con claridad los efectos de la vacuna. Lloró entendiendo la suerte de sus familiares,

sintió que las desgracias no querían apartarse de su existencia. Se sintió más sola

y vulnerable que nunca. No obstante, agradeció a Dios por tener a Ana a su lado.

Después de unos días, ambas amigas decidieron vivir en la casa de Ana y

postularse para el proyecto de madres sustitutas de la Compañía de Biotecnología

Stegman.

Las dos mujeres se sometieron a varios exámenes psicológicos que superaron

con facilidad, debido a que habían sido precavidas y habían hecho varios cursos de

psicometría en internet, aprendiendo estrategias útiles para responder lo que los

examinadores de Stegman querían escuchar.

― ¡Ya estoy a un paso de volver a ser madre! Un bebé es un bebé, sus

sentimientos dependen de cómo los eduquemos. ¡Yo le daré todo el amor que hay

en mi corazón! ―dijo Elizabeth cerrando los ojos y llevando sus manos al corazón.

Elizabeth tenía la certeza que su clon nacería con progeria tipo 1, por ese motivo,

a ellos no los juzgaban, porque a pesar de verse como viejos, su mente era como

la de un bebé; así mismo, de acuerdo con las instrucciones dadas en el curso,

podían quedarse con ellos, si deseaban.

Después las llevaron al laboratorio, hicieron fila durante una hora para llegar al

cubículo donde una enfermera las esperaba con una jeringa. Ambas miraron para

otro lado cuando les introdujeron la aguja para tomarles la muestra de sangre. La

enfermera les entregó una boleta para reclamar el desayuno en el casino. «Después

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

de desayunar van a la ventanilla 23 y reclaman los resultados; si es positivo, suben

al quinto piso, en la oficina del fondo, en contratación, preguntan por el señor Smith,

él les entregará su contrato como madres sustitutas y también las inscribirá en el

curso “cómo ser una excelente madre sustituta”, al finalizar el curso se les hará un

examen», les explicó la enfermera.

El casino estaba repleto de mujeres en silencio, nadie expresaba sus emociones,

nadie comentaba los avatares de su cotidianidad, nadie hablaba acerca de los

efectos secundarios de la pastilla milagrosa, nadie responsabilizaba al gobierno o a

los Regentes de la Verdad por el caos que se vivía en las calles y empresas.

Después de un rato, a Elizabeth le entregaron un sobre de papel con los

resultados donde le informaban que era apta para ser madre sustituta, que se

dirigiera al sótano por el expediente de su clon, luego al quinto piso para que firmara

el contrato. Ana abrió el suyo, también era apta para ser madre sustituta, pero

quedaba en lista de espera.

Para el tercer mes de embarazo de Elizabeth, una noticia que leyó en el diario

oficial la dejó feliz, por fin los regentes habían cambiado la composición de la

vacuna, ahora los efectos secundarios eran leves y sus padres habían mejorado,

ya actuaban con normalidad, aunque no eran los mismos de antes.

Ana también se alegró por las empresas, ya no se iban a arruinar, por la cantidad

de errores y accidentes laborales; los viejitos ya no se verían afectados por olvidar

tomar los medicamentos.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El clon de Elizabeth nació con progeria tipo 1, no obstante, ella estaba feliz pues

era lo que quería. Además, gracias a su profesión de enfermera, sabía cómo lidiar

con la mayoría de las enfermedades. Sin embargo, cuando el bebé cumplió dos

meses tuvo que ser llevado a las instalaciones de Stegman por un ataque epiléptico

muy fuerte. Pues allí estaban los mejores médicos especializados en las

enfermedades propias de los clones con progeria tipo 1.

El pequeño Simón, fue atendido al instante, los médicos lo estabilizaron y lo

dejaron hospitalizado para observar su evolución. Elizabeth se quedó con él. Ana

subió a la oficina de contratos y preguntó por qué no la habían llamado. Después

de varias horas le informaron que sus papeles se habían traspapelado, tendría que

repetir los exámenes de laboratorio y asistir de nuevo al curso para las madres

sustitutas.

Aprovechó que estaba en ayunas y se realizó los exámenes. Una hora después

le dijeron que era apta para ser madre sustituta, que en los próximos días la

llamarían.

Ana casi se desmaya cuando recibió una llamada de la compañía Stegman a las

once de la mañana, «señora Ana, usted ha sido programada hoy a las dos de la

tarde para implantarle un embrión, debe acudir acompañada», le advirtieron.

― ¡Por fin se me cumplió el milagro! ―gritó feliz.

Elizabeth lloró de alegría, la abrazó y le hizo algunas recomendaciones sobre las

respuestas que tenía que dar en la entrevista que tendría antes de que le

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

implantaran el embrión. Lo más importante era manifestar que no sentía simpatía

por ningún clon, que por el contrario, expresara aversión hacia ellos, que

manifestara que su motivación era de índole económica.

En el laboratorio descubrió que había cincuenta candidatas y que solo elegirían

a diez; las recomendaciones dadas por Elizabeth marcaron la diferencia, fue

seleccionada sin dificultad.

A las diez de la noche, Ana y las otras nueve madres sustitutas recibieron la

visita de Samuel Wood.

―Buenas noches, yo soy el director científico de esta compañía, las felicito por

haber cumplido con todos los protocolos y requisitos para convertirse en madres

sustitutas. Ustedes llevarán en su vientre a uno de los personajes más polémicos

de todos los tiempos, ustedes serán las madres sustitutas de Adolf Hitler, las

mujeres se miraron con desconcierto. Deben seguir las recomendaciones que les

han dado en el curso preparatorio, sobre todo, no crear lazos afectivos con los

clones, pues necesitamos que ellos desarrollen la personalidad que tenía el

personaje original. Tendrán que venir una vez al mes a estas instalaciones para que

nuestro equipo médico realice los respectivos controles prenatales. De Igual

manera, si tienen cualquier enfermedad no duden en llamar y un médico se

desplazará hasta sus casas. Una vez nazcan los clones, los que tengan progeria

tipo 2, se alojarán en un apartamento anexo a nuestras instalaciones con su

respectiva madre sustituta, pues el bebé recibirá una instrucción y cuidado especial.

Ustedes convivirán con ellos dos años, después de ese tiempo se podrán marchar

a sus respectivas casas. También recibirán un bono de veinte mil dólares al finalizar

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

su contrato. Recuerden que cada una de ustedes tendrá un expediente detallado de

la vida de Hitler y unas instrucciones que deberán cumplir al pie de la letra. Señoras,

nunca olviden que los clones no son sus hijos, como les explicaron en el curso, es

normal que las madres desarrollen vínculos afectivos con el feto, sobre todo, cuando

este empieza a moverse, algunas tendrán el deseo de hablarles, no lo hagan por el

bien de ustedes y de ellos. Deben tener presente que el ser humano que se está

formando en su interior, pertenece a uno de los criminales más despiadados de la

historia de la humanidad.

Una de las madres preguntó:

―Disculpe doctor, ¿ese bono aplica para todas nosotras?

―No, es exclusivo para las madres sustitutas con clones que tengan progeria

tipo 2.

Después de la charla, las madres se dirigieron a sus respectivas casas. Ana fue

portada en varias revistas debido a su apariencia estética, pues era la más bonita

de todas las madres sustitutas. Pero en vez de sentirse a gusto con las fotos y

entrevistas de los periodistas y médicos de Stegman, se sentía insegura cuando le

preguntaban por el clon. Para no delatar la alegría que le producía tenerlo en su

vientre, para no gritar que su bebé ya había empezado a darle pataditas, tenía que

pensar en el remedio más desagradable que recordaba haber tomado, sin embargo,

Ana sabía que solo tendría dos años para enseñarle a su hijo las cosas buenas y

bonitas del mundo; Ana era consciente de que debía actuar con mucha cautela,

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

pues una indiscreción la llevaría a la cárcel, por no cumplir el protocolo firmado con

la Compañía de Biotecnología Stegman.

A pesar del riesgo, Ana decidió dar a luz en su casa, incrementó los ejercicios

para el parto natural, pues quería que Adolf naciera en un ambiente lleno de amor

y naturaleza, lejos de las batas blancas y de las caras adustas de los médicos de

Stegman. Al fin y al cabo contaba con la ayuda de Elizabeth que era enfermera.

Elizabeth calculó que faltaban tres semanas para que Ana diera a luz, con ese

tiempo podrían arreglar una habitación para él, con dibujos de animales y paisajes,

la idea era que Adolf tuviera la mejor de la visiones a partir de su primer instante de

vida.

Ana empezó a llorar, sabía que la vida de su pequeño sería miserable si la dejaba

en manos de la compañía Stegman. Elizabeth la consoló advirtiéndole que a pesar

de que iban a estar atrapados entre cuatro paredes, el amor lograría que Adolf

tuviera una infancia feliz.

Ana entró en pánico cuando rompió fuente, las contracciones y el líquido

amarillento que salía de su vagina la tenían angustiada; recordó cuando tuvo su

primera menstruación y nadie le había dicho qué sucedía, al ver que sangraba se

desmayó, sólo cuando su madre notó su ausencia para el desayuno y que no

respondía a sus llamados, subió. «Hija, lamento no haberte dicho lo de la

menstruación, yo creí que en el colegio les enseñaban estas cosas, además te has

desarrollado mucho antes de lo habitual, pues hasta ahora vas a cumplir diez», fue

su excusa.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

El 10 de enero de 2180 nació Adolf sin ningún tipo de complicación, fue tan fácil

que Ana temió que tanta felicidad, la vida se la cobraría más adelante. Elizabeth lo

bañó y se lo llevó de inmediato, ambas pieles sintieron la tibieza de la otra, Ana

quedó agradecida con Dios por poder olerlo y besarlo, sin el miedo de estar

esquivando cámaras de vigilancia o la mirada indiscreta de los médicos o

enfermeras. Otro aspecto importante para Ana fue que el bebé nació con progeria

tipo 2, lo podría educar durante dos años.

Ana se sentía dichosa, su hijo, el que la despertaba con pataditas a las cinco de

la mañana, había nacido en su casa, saludable y hermoso. Elizabeth les tomó varias

fotografías, eran imágenes para la posteridad.

Ana era feliz observando a su bebé mientras dormía, solo le preocupaba que en

unos pocos días todo cambiaría, pero no se dejaba entristecer, tendría que ser

fuerte para que su hijo disfrutara de un par de años de una vida normal. En un

arrebato le dijo a Elizabeth que si se escapaba de inmediato, nadie los podría

encontrar.

La idea le pareció plausible a Elizabeth, lo primero que hicieron fue llamar a los

médicos de Stegman para dar parte de tranquilidad con los exámenes de control.

Entretanto se podría buscar un sitio donde se pudieran ocultar.

Mientras Elizabeth buscaba un sitio seguro, Ana se dedicó a conocer y disfrutar

de su bebé. Aprendió a cambiar el pañal, sacarle los gases, bañarlo, aplicarle aceite

y llevarlo a la terraza para que tomara el sol.

En el segundo día de vida de su hijo, le escribió su primera carta:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Adolf, cuando leas esta carta, ya serás un hombre, quiero que sepas que los

nueve meses que estuviste en mi vientre fueron los más felices de mi vida.

Tú hiciste que olvidara el dolor que sentía por la trágica muerte de mi madre y

hermano.

Tú me salvaste de enloquecer y de morir de desesperanza.

Tú alimentaste mi alma y mis ganas de vivir con tus pataditas.

Tú eres lo único preciado que tengo y tendré.

Te amo más de lo que las palabras pueden expresar.

Elizabeth consiguió el sitio perfecto, estaba cerca de la casa de Ana, un pequeño

apartamento arrendado por dos viejitos, que se la pasaban encerrados en su propio

mundo.

Ana se preparó para mudarse de una vez, su amiga se encargaría de hablar con

los médicos de Stegman, manifestarles que el clon había nacido muerto y que Ana,

en un ataque de pánico, se había ido de la casa.

La suerte, en este caso la mala suerte para Ana y su bebé, apareció cuando los

médicos de Stegman llegaron para realizar el control prenatal, justo en el momento

en que estaban subiendo las maletas al automóvil.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Los médicos se desconcertaron cuando vieron a Ana con el bebé en sus brazos.

Ante la estupefacción de ella, Elizabeth se apresuró a decir:

―Anoche nos sorprendió el nacimiento del clon, menos mal que yo soy

enfermera y pude hacerme cargo; preciso en este instante salíamos para allá, ya

que el clon no ha comido nada y ni modo de alimentarlo con leche materna.

―Hicieron muy bien, bajo ninguna circunstancia se debe amamantar a los

clones, esto puede generar un lazo afectivo inconveniente para la madre sustituta y

el clon.

La enfermera le dijo a Elizabeth que no hacía falta que los acompañara, que ellos

cuidarían de Ana, que si quería podía visitarla el último viernes de cada mes.

Elizabeth contuvo el llanto y las ganas de gritar, se dirigió hacia el carro y sacó dos

libros de Kahlil Gibran, El Profeta y El Loco. Ana los recibió con una sonrisa tenue

y de inmediato clavó su mirada en ellos, para no romper en llanto, para no gritar y

maldecir a Dios.

La enfermera le arrebató los libros de las manos a Ana.

—No es conveniente este tipo de lectura, ¡no entiendo por qué no los han

quemado!

—Esos libros no están prohibidos, no aparecen en la lista —se apresuró a

responder Elizabeth.

Uno de los médicos cogió y abrió el libro El Loco, un título llamó su atención y

empezó a leer en voz alta:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

DIOS

En los días de mi más remota antigüedad, cuando el temblor primero del habla

llegó a mis labios, subí a la montaña santa y hablé a Dios, diciéndole:

—Amo, soy tu esclavo. Tu oculta voluntad es mi ley, y te obedeceré por siempre

jamás. Pero Dios no me contestó, y pasó de largo como una potente borrasca. Y mil

años después volví a subir a la montaña santa, y volví a hablar a Dios, diciéndole:

—Creador mío, soy tu criatura. Me hiciste de barro, y te debo todo cuanto soy.

Y Dios no contestó; pasó de largo como mil alas en presuroso vuelo.

Y mil años después volví a escalar la montaña santa, y hablé a Dios nuevamente,

diciéndole:

—Padre, soy tu hijo. Tu piedad y tu amor me dieron vida, y mediante el amor y

la adoración a ti heredaré tu Reino. Pero Dios no me contestó; pasó de largo como

la niebla que tiende un velo sobre las distantes montañas.

Y mil años después volví a escalar la sagrada montaña, y volví a invocar a Dios,

diciéndole:

— ¡Dios mío!, mi supremo anhelo y mi plenitud, soy tu ayer y eres mi mañana.

Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo; juntos creceremos ante la faz del

sol.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Y Dios se inclinó hacia mí, y me susurró al oído dulces palabras. Y como el mar,

que abraza al arroyo que corre hasta él, Dios me abrazó.

Y cuando bajé a las planicies, y a los valles vi que Dios también estaba allí.

El médico que había leído el texto, sacó su celular y buscó la lista de libros

prohibidos o inadecuados.

Elizabeth dijo emocionada:

—Es una hermosa historia, habla de…

—Qué pena con usted no dejarla hablar, pero estos libros están en la lista de

libros que se recomienda no leer. Mire usted —le alcanzó el teléfono al tiempo que

le entregaba los libros a la enfermera y le decía—: van directo a la hoguera.

Ana empezó a llorar, los libros fueron la excusa perfecta para dejar salir su

frustración. A los médicos les pareció exagerada la reacción de Ana, pero la

ignoraron y siguieron hablando entre ellos.

Reemplazar los colores de las paredes, los paisajes, los móviles colgados en el

techo y los juguetes, por cuatro paredes blancas y sin vida, dejaron a Ana deshecha,

su pobre hijo carecería de lo mínimo para ser un niño feliz. Odio a Dios, por haber

castigado a la humanidad con «tan terrible enfermedad», también odio a regentes,

científicos, políticos y empresarios, por jugar con la justicia, por envenenar la mente

y el alma de la humanidad, los odio por despertar el monstruo que dormía en su

alma.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Venciendo la depresión, agarró un lápiz y empezó a escribir la segunda carta a

su pequeño Adolf.

No hay dolor más intenso, vida mía,

que disimular que tu sonrisa no me interesa,

no puede haber tortura más infame que tenerte a mi lado

y no poder tocarte, besarte y mimarte.

Tener que saludar a tus verdugos con una sonrisa, es mi

mayor hipocresía, pero también es la muestra que por ti

tuve que aprender a cambiar el color de mi alma.

BODEGA 5, COMPAÑÍA DE BIOTECNOLOGÍA STEGMAN, NUEVA YORK.

Kiara, una de las madres sustitutas empezó a quejarse por la lloradera de los

clones, le parecía una tortura, pero debía cumplir con el protocolo, no les podían

arrullar ni hablar, en algunos casos un biberón o un chupo era todo que recibían

para calmar la ansiedad.

Samary se santiguó para sentirse protegida ante los alcances de su clon, pues

sentía que este la intentaba conquistar mediante sonrisas, no obstante, el azul

penetrante de sus ojos le causaba miedo, pues recordaba las atrocidades cometidas

por Hitler en la segunda guerra mundial y cualquier sentimiento de afecto

desaparecía de inmediato.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Emely tomó la iniciativa para redactar una petición exigiendo somníferos, ya que

no podían dormir por culpa del llanto de los clones; también solicitaba que

contrataran una enfermera para que se quedara con ellos durante la noche.

Las cuatro madres sustitutas estuvieron conversando acerca de lo insoportable

que era la convivencia encerradas en esa bodega, decidieron reunirse todos los

días, de dos de la tarde a ocho de la noche para jugar cartas o ver películas.

Después de todo, los clones tendrían que aprender a estar solos, para poder

enfrentar su destino.

El comportamiento de Ana no pasó desapercibido, pues era la única que no se

había integrado, a diferencia de las demás, ella se sentía feliz encerrada. Pero Ana

solo tenía un propósito e hizo una petición al doctor Samuel Wood, logró que las

dejaran salir a tomar el sol con los clones para evitar que enfermaran de ictericia. A

sus compañeras no les gustó la idea de salir a caminar con los clones. Pero Ana

con habilidad las convenció de que podrían pasar buena parte de la mañana en un

parque caminando o conversando y el cambio de ambiente haría que los clones

durmieran con facilidad.

Las otras madres sustitutas estuvieron de acuerdo, pero solicitaron que las

llevaran en un autobús. Ana prefiero caminar, su argumento fue infalible «es la

manera que tengo para no estresarme». Esa caminata durante una hora, era un

tiempo invaluable para compartir con su bebé en otro ambiente. Las demás mujeres

apoyaron a Ana, así ellas disfrutarían más tiempo en el parque.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Adolf se distraía mirando los edificios, los desconocidos que pasaban a su

alrededor que no lo miraban como a un bicho raro, por ese motivo, a ellos sí les

sonreía y sentía felicidad cuando le respondían con una sonrisa o una palabra

cariñosa. Si Adolf veía un perro o un gato asomado en una ventana, no apartaba la

vista de ellos durante varios minutos, desde su cochecito los saludaba con su

sonajero, cuando alguno de los animales lo miraba, él festejaba con risas y besos.

Ana lo observaba y lloraba de felicidad, mientras tomaba con su celular decenas de

fotografías. El pequeño Adolf parecía disfrutar con las fotografías y posaba para el

lente de su madre.

Tercera Carta de Ana a su bebé.

A pesar del dolor que me causa no poder gritar al mundo cuánto te amo.

Mientras viva recordaré nuestras caminatas hacia el parque, recordaré tu risa cuando

el gato te miraba atraído por el ruido de tu sonajero, el cual tenía que esconder para que

las otras madres, ni los médicos, lo descubrieran.

Hijo, nunca podré olvidar la felicidad que te produjo un perrito de la calle, cuando se

acercó a tu coche y te lamió la mano.

Adolf, gracias por enseñarme a disfrutar de las cosas sencillas de la vida.

Ana no se cansaba de advertir a Adolf, que nunca mirara a los médicos a los

ojos, que jamás les sonriera. Pero una mañana se distrajo con una medalla de la

doctora Isabella y sin darse cuenta sonrió para disimular que lo había pillado

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

curioseando. Claro que recordó las instrucciones de Ana y para quedar como un

inadaptado le mordió la mano, esa tarde la doctora lo vio como un salvaje. Esa

mañana, Ana no pudo contener la risa, la escena había sido rápida y cómica.

Cuando estuvieron a solas, lo tomó por los cachetes, se los apretó y besó. Ana se

dio cuenta que su hijo estaba creciendo demasiado rápido, no obstante, estaba

feliz, porque su pequeño, a diferencia de los otros clones, había conocido las

caricias, la seguridad que dan las palabras dichas por personas que te aman;

incluso se había enfermado del estómago varias veces por comer helado y postres

en exceso. Gracias a la ayuda de Elizabeth, disfrutó del circo ruso; Adolf quedó

encantado con el acto de los trapecistas, con las acrobacias de los bailarines de

Kazachok, con la letra y el ritmo de Katyusha; disfrutó mucho más los actos de

ilusión, donde el mago desaparecía y aparecía de repente. «Nosotros debemos

aprender magia, así podemos escapar de los médicos y de la gente que desea

hacernos daño», le dijo a su mamá, mientras terminaba de comer su segundo

algodón de azúcar.

Ana dejó de sonreír, las palabras que le dijo Adolf ese día, revivieron su deseo

de escapar. Pero para ello tenía que bloquear el rastreador que él tenía en su

cuerpo. Tenía dos años para planear su escape, después de ese tiempo, su contrato

con la compañía Stegman culminaría y la alejarían para siempre de su hijo. Si

obedecían al protocolo, los clones deberían aprender todo lo relacionado con sus

vidas pasadas, tan pronto cumplieran los dos años de edad, ya que a los tres años

eran juzgados. Adolf miró el calendario y dijo emocionado:

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

—Este viernes cumplo un año, ¿podemos comer torta de fresa y ver una película

de vampiros?

—Mañana viene Isabel, la llamaré para que nos traiga la torta y la película. Y

recuerda que…

— «¡Nunca, nunca, contar a nadie que celebramos cada mes tu nacimiento y

tampoco que vemos películas!», repitió Adolf.

—Bueno no me imites, no quiero que después te quejes por las pesadillas, ya

sabes que los vampiros no existen.

El tiempo transcurrió demasiado rápido, un año después estaban celebrando sus

dos años, ya era mayor de edad. Adolf confesó que tenía miedo de ser adulto pues

en cualquier momento los iban a separar. En ese momento llegó una carta que Ana

abrió con temor, pues su remitente era de la compañía Stegman.

Señora Ana Davis

Madre sustituta.

La junta directiva de la compañía Stegman ha decidido que las madres sustitutas del

clon de Hitler convivan con ellos un año más, con el objetivo de ayudar a los clones en su

tratamiento de recuperación de la memoria que está reprimida en su inconsciente. Este

proceso facilitará que los clones asuman su responsabilidad en el Holocausto nazi, en el

cual murieron más de quince millones de seres humanos. Durante un mes, usted recibirá

la capacitación necesaria para que coadyuve en esta importante labor.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

De acuerdo con el contrato, le pagaremos ciento veinte mil dólares, nosotros seguiremos

pagando su seguro médico.

A partir de ahora y durante el tratamiento, los clones no podrán salir a la calle, puesto

que su apariencia puede generar problemas con la gente o crearles un conflicto que no les

posibilite afrontar su responsabilidad con los actos cometidos en la segunda guerra

mundial.

Atentamente

Dr. Samuel Wood

Director científico

Compañía de Biotecnología Stegman.

Adolf empezó a llorar de felicidad, estaría junto a su madre un año más. Se

abrazaron con fuerza, «tengo un año para encontrar la forma de escapar y dinero

suficiente para irnos a un país lejano, donde nadie quiera revivir los fantasmas del

pasado», pensó Ana.

A pesar de la buena noticia, esa noche Adolf tuvo el sueño intranquilo, sabía que

un año es poco tiempo, también sabía que su buena vida iba a desaparecer… ya

no tendría la compañía de alguien para ver películas ni alguien que le recitara a

Borges o le leyeran su cuento favorito: «El Corazón Delator», tampoco tendría a

quien contarle sus historias.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Cuando Adolf cumplió dos años y un mes, Ana le tenía una sorpresa como todos

los meses, era una torta de fresa, donas de chocolate y una película. Como de

costumbre Ana atrancó la puerta para evitar que alguien pudiera entrar de repente,

prendió el computador y colocó la película Hachikō Monogatari, luego se recostó en

la cama y Adolf se sentó en el suelo.

Cuando finalizó la película, Adolf se sentó junto a su madre, ella lo tomó de las

manos y le dijo:

—Tú siempre estarás en mi corazón, nada ni nadie podrá alterar lo que siento

por ti. Tú eres un ser puro, nunca le has hecho daño a nadie, por tanto, no te sientas

culpable por las acusaciones que te van a imputar, estas son tan irreales como las

películas de vampiros que tanto ves. Defiende tu inocencia ante todos con la

convicción de que uno es lo que hace, piensa y siente; ante la confrontación,

responde con inteligencia, nunca con gritos, ni violencia. Recuerda que Gandhi logró

la independencia de uno de los países más poblados del mundo, gracias a la no

violencia, a su carácter firme, a una voluntad y amor inmensurables. Pero tampoco

quiero que tus verdugos sientan que tú le temes a la muerte, esta no existe, en el

universo todo es vida y transformación. Los místicos y algunos poetas han afirmado

que la vida que experimentamos es una gran obra de teatro, donde cada persona

está desempeñando un papel, por esto no podemos decir que alguna persona es

mala o buena, no, no lo sabemos, ellos están actuando de acuerdo a un libreto

escrito por otros.

Adolf la besó, luego terminó de devorar las donas.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

— ¡Mamá, escucha lo que escribí anoche!:

LA PINTURA

Contemplé extasiado durante más de ocho horas el cuadro que dibujé la noche anterior.

Percibí sensaciones olvidadas: el canto de un canario amarillo con la cresta blanca y

mirada desafiante, parado en la copa de un árbol, entonando su canción de guerra para

ahuyentar a un jilguero multicolor que cantaba en otra rama del mismo árbol. Escuché

el rumor complaciente de las hojas al ser acariciadas por el viento, la risa de un par de

adolescentes que tatuaban sus nombres en la corteza del longevo árbol, donde minutos

antes dos pájaros se enfrentaron por un nido. También escuché el crujido de las raíces del

viejo árbol por ausencia de agua.

Me es difícil explicar por qué esa pintura ha despertado tantos recuerdos con respecto a

ese enorme álamo blanco.

Es curioso, traté de pensar en mi familia, pero no logré evocarlos, sin embargo, una

imagen del pasado llegó a mí: un joven lloraba porque talaban el viejo árbol, donde meses

atrás, había tallado un corazón, en cuyo interior escribió: Ana y Adolf; yo también lloré

al advertir que el bosque se convirtió en el desierto que dibujé la noche anterior.

Mi corazón se partió en mil pedazos al descubrir que yo no era el artista, que esa

tierra árida había sido mi hogar y que yo había sido ese álamo.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Al mirar mi reflejo en un espejo, comprobé que me había convertido en un lápiz. A

pesar de que en cada trazo que dibujaba el artista, mi cuerpo se deshacía, logramos

terminar los detalles finales de la pintura. Mientras él firmaba el cuadro con el último

pedazo de mi ser, pensé «la vida es una ilusión, dichoso aquel que se da cuenta ».

—Hijo, ese cuento es precioso, ¡no podemos permitir que nos sigan

manipulando! ¡Tenemos que escapar!

Elizabeth sabía que tenía que neutralizar el dispositivo de rastreo que tenía Adolf.

Decidió que a primera hora saldría a buscar a Joseph o sus amigos, pues para

escapar de la cárcel tendría que haber neutralizado el rastreador. Pero Adolf se

quejó, alegó no estar preparado para quedarse solo, le suplicó pedir ayuda a

Elizabeth, ellos la apoyarían con información. Adolf confesó que había estado

navegando en internet, a pesar de las restricciones, logrando comunicarse con

gente que no está de acuerdo con seguir juzgando a los clones.

Ana regañó a Adolf por su ligereza, porque las redes sociales eran muy

peligrosas, pues no sabían en realidad con quién se comunicaban. Sin embargo, él

le dijo que había contactado a Michael que era amigo de Joseph y que él le había

asegurado que tenía un detector de frecuencia que servía para encontrar

dispositivos espías y que los regentes estaban implantando rastreadores químicos,

por tanto eran difíciles de localizar y extraer, pero que él tenía un inhibidor isotrópico

para neutralizarlo. A pesar de la resistencia de Ana, logró convencerla de aceptar la

ayuda de Michael.

166
EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

Sin embargo, los médicos empezaron con evaluaciones y exámenes a diario

para que Adolf empezara con su proceso de recuperación de la memoria. Ana de

inmediato pensó en una estrategia para engañar a los médicos, le dijo a Adolf que

recordara la película Rain Man, con Dustin Hoffman, que actuara como Raymon

Babbitt, con la mirada perdida, que no respondiera las preguntas de los médicos de

manera directa. Si él actuaba como ese personaje, no podría ser juzgado, porque

sería diagnosticado con incapacidad cognitiva. Sin embargo, las cosas no salieron

de acuerdo con lo planeado, ya que la periodista Robach, presentó pruebas de que

Ana estaba manipulando al clon. Después de terminar de ver el noticiero, Ana

empezó a recoger los libros, películas, dibujos, juguetes, fotografías o cualquier otro

elemento que delatara algún vínculo afectivo con Adolf.

Las directivas de la compañía de Biotecnología Stegman, para no correr riesgos

innecesarios con el clon de Hitler, despidieron a Ana, Adolf quedó deshecho, ella

era su protectora y consejera. Sin embargo, empezó a preparar su defensa para

enfrentar el juicio, al fin y al cabo, él era el único que podía hacer algo.

Agosto 14 de 2182, estadio Madison Square Garden, Nueva York.

Adolf observó en directo, la manera como el otro clon sobreviviente había sido

juzgado y condenado en Israel, la muerte fue en un estadio por fusilamiento, el clon

aceptó los cargos y su destino sin objeciones. Pero él sabía que era inocente de los

crímenes por los cuales en pocos minutos tendría que responder.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

En la tribuna se situó un juez y diez jurados, integrados por cinco Regentes de

la Verdad y cinco ciudadanos. El juez miró con atención al clon, lo vio diferente a

los demás, no tenía la mirada perdida de ellos, tampoco se observaba sentimiento

de culpa en su rostro, más bien lo percibió ansioso por hablar. En efecto, cuando le

preguntó cómo se declaraba, no le sorprendió su respuesta.

—Inocente.

Las cámaras de televisión repitieron una y otra vez la respuesta del clon, los

asistentes en el estadio enmudecieron. Lo observaban con desconcierto y malestar,

era el primer clon en la historia en gritar que era inocente. Las pantallas gigantes

enfocaron el rostro pálido de Adolf, él miró al jurado y luego al juez, sin ningún temor

miró a la cámara de televisión.

—A diferencia de los demás clones, yo tuve la oportunidad de ser amado,

mimado y educado por una madre que tuvo un solo objetivo: mi felicidad. Para lograr

eso, ella rompió con los protocolos de comportamiento dispuestos por la compañía

de Biotecnología Stegman, que solo buscan hacer que los clones acepten un

pasado inexistente. Ana, mi madre, siempre encontró la forma de celebrar mi

cumpleaños, lo festejamos cada mes, comiendo torta de fresa y viendo películas,

también ideó la manera de pasearme por la calle para que conociera el mundo, ese

universo de colores, olores y formas que los demás clones nunca disfrutaron. Es

lamentable que la justicia humana nunca los quiso ver ni reconocer como a

personas, sino como a criminales oprobiosos. Desde pequeño mi madre me explicó

mi situación, nací para morir por los pecados de un hombre que existió hace cientos

de años. Mi parecido físico con él es innegable, pues fui creado en un laboratorio.

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EL JUICIO DEL CLON DE ADOLF HITLER MICHAEL SANTORINI

No obstante, les suplico que no miren este cuerpo, observen mis acciones, mis

sentimientos. Mi apariencia es la de un hombre de veintiséis años, pero en realidad

tengo dos años y medio, en este tiempo solo conocí el amor de mi madre y el de

Elizabeth, su mejor amiga. Nunca salí de Stegman, por tanto, jamás he lastimado a

nadie, mis pensamientos y emociones fueron forjados por la poesía y por la ilusión

de un futuro donde el ser humano recobre su discernimiento, su bondad y no

busque chivos expiatorios para alcanzar la salvación eterna, esta no puede existir

mientras haya seres humanos odiados por hechos de los que de ningún modo pudo

participar. Señores del jurado, les suplico me permitan vivir en compañía de mi

madre los pocos años que me quedan.

Los miembros del jurado se miraron entre sí, sus dedos oprimieron el botón rojo,

en las pantallas del estadio se iluminó la sentencia: culpable. La muchedumbre

vehemente empezó a gritar ¡lluvia de piedra!

FIN.

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