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El triaje es un proceso que permite una gestión del riesgo clínico para poder manejar
adecuadamente y con seguridad los flujos de pacientes cuando la demanda y las
necesidades clínicas superan a los recursos. Debe ser la llave de entrada a una
asistencia eficaz y eficiente, y por tanto, una herramienta rápida, fácil de aplicar y que
además poseen un fuerte valor predictivo de gravedad, de evolución y utilización de
recursos.
El sistema de triaje hospitalario está diseñado para optimizar los tres tiempos de la
atención del Servicio de Emergencia, como son:
3. Destino óptimo del paciente al servicio, hospital o centro de salud que requiera
para su diagnóstico y tratamiento.
El sistema de triaje ha de permitir controlar de forma continua todo lo que pasa dentro
y fuera del servicio de emergencia y en las áreas de espera, evaluando periódicamente
a los pacientes, garantizando la satisfacción de sus necesidades, controlando los
tiempos de espera, dando información fluida a sus familiares y permitiendo la gestión
ordenada de la actividad de los diferentes equipos asistenciales. Su beneficio es mayor
en las situaciones en las que la demanda supera a los recursos disponibles-
• Permite identificar rápidamente a los pacientes que padecen una enfermedad que
pone en peligro su vida, con el objetivo de priorizar su asistencia para disminuir el
riesgo.
• Permite controlar de forma continua todo lo que pasa dentro y fuera del cuarto de
emergencias y el área de espera.
• Se ha de realizar las 24 horas del día, con independencia del tipo de paciente, del
centro o del cuarto de urgencias donde se aplique (trauma, gineco-obstetricia,
pediatría, medicina interna).
• Introduce un lenguaje común para todos los profesionales que asisten las urgencias y
emergencias, independientemente de la medida, estructura o ubicación de los centros
asistenciales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define emergencia como aquel caso en que
la falta de asistencia conduciría a la muerte en minutos en el que la aplicación de
primeros auxilios por cualquier persona es de importancia vital. También se dice que
en una emergencia, la persona afectada puede llegar hasta a la muerte en un tiempo
menor a una hora.
Los servicios de emergencia pre hospitalarios tienen como filosofía y razón de ser, la
de aportar los cuidados de soporte vital que precisa el paciente de forma inmediata y
en el mismo lugar donde surge la pérdida brusca de salud, como si de un cuarto de
urgencias o box vital de un hospital se tratara, para así intentar preservar la vida o
disminuir las secuelas. Realmente su actividad consiste en acercar los diagnósticos y
tratamientos de emergencia, allí donde lo necesita el herido o enfermo. Para
garantizar esto, los servicios de emergencias médicas se han basado en unos principios
de accesibilidad (recursos disponibles desde cualquier lugar y momento), eficacia
(asistencias con tiempos cortos de respuesta y asistencia al tratarse de patologías
tiempo dependientes), calidad (actuaciones según estándares o recomendaciones
clínicas validadas científicamente-protocolos) y continuidad (garantizar el cuidado del
paciente de forma continuada entre eslabones asistenciales mediante el traslado al
centro óptimo para sus tratamientos definitivos).
De este modo, los problemas éticos que antes solo afectaban a los profesionales de la
salud, en los establecimientos sanitarios, ahora se han trasladado a los entornos
sociales habituales donde el sanitario de emergencia actúa, convirtiéndose en un
condicionante más, y a veces superior, de su actuación.
Esta forma de hacer medicina con pacientes en estado crítico, en situaciones de riesgo
y en entornos alejados de la seguridad y control del establecimiento sanitario,
condiciona de una forma importante el despliegue de capacidades y competencias
que debe poner en juego un sanitario (médico o enfermera), y exige, por parte de ellos
mismos y del sistema sanitario que los acoge, una preparación técnica y psicológica,
apoyada en procedimientos asistenciales y entrenamiento, así como una reflexión
ética integrada que permita una toma rápida de decisiones en el momento de la
emergencia, basada en la deliberación previa de las posibles soluciones a tomar.