Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¿Por qué menciono todo esto? Pues porque de esta trinidad, el patrón
se repite en el número cuatro, cinco y seis. El cuatro representa el plano, la
dimensión. El cinco es la materia y el movimiento, y el seis la conciencia o
el autoconocimiento. Aquí encontramos un patrón de que todo lo que se
crea o es emanado ocurre en un patrón de tres, por eso el 3, 6 y 9 son
números muy importantes, porque, así como el Uno se contempla a sí
mismo y se vuelve el entendimiento de la Dualidad, y esta autoconciencia
se transforma en una Tríada de formación, el 3, 6 y 9 son el fenómeno de
autogeneración del 1, 2, 3 en otros planos. El siete, al seis obtener
conciencia, representa la perfección: materialización y expresión perfecta
del uno consciente de sí mismo (1+6=7), el ocho como resultado es el
desarrollo continuo, procesos o ciclos, y el nueve es la realización plena y
la formación.
Por eso todo lo que hacemos regresa en una proporción triple, porque
toda expresión de voluntad tiene una manifestación triangular, por así
decirlo. Tenemos la intención (la Voluntad mágica es el 1), luego tenemos
la dualidad o la expresión externa, y por último la cristalización o
manifestación de la Voluntad hecha evento. 1 + 2 = 3. Entonces, ese
acontecimiento que acabamos de generar a su vez puede considerarse una
voluntad en sí misma y se repite el ciclo, hasta que vuelve a nosotros ya que
la vida misma es una expresión triangular de una Voluntad mayor. Nuestra
esencia espiritual es el 1, nuestra encarnación es la esencia espiritual
mirándose a sí misma (2, dualidad) y cada evento es la interacción entre ese
uno y el dos, creando la ilusión “triangular” de estar vivos. 1 + 2 = 3. Es
una multiplicación exponencial que empieza y acaba en nosotros,
infinitamente.
Así como existen este tipo de doctrinas, hay muchas más. Los ciclos
y las temporadas son muy celebradas porque representan el
desenvolvimiento de fuerzas cósmicas para sincronizarnos con ellas.
Tenemos los Sabbaths como el Invol. En resumen, el ciclo evolutivo del Sol
se utiliza como analogía de interacciones cósmicas donde hay un período de
invierno, o infertilidad, después uno de renacimiento, fertilidad, agitación,
que desemboca en la plenitud máxima de la fuerza solar hasta regresar al
mismo punto de ausencia. Tenemos de nuevo el mismo patrón del tres:
creación, desarrollo, muerte. Aunque los Sabbaths no son exclusivamente
tres, se basan en esta fórmula, por así llamarle.