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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS

DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA

CÁTEDRA: GEOGRAFÍA FÍSICA

CURSO: GEOGRAFÍA FÍSICA DE VENEZUELA

UNIDAD III DELTA DEL ORINOCO

INFORME MONOGRAFICO

Caracas, septiembre 2021


REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS

DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA

CÁTEDRA: GEOGRAFÍA FÍSICA

CURSO: GEOGRAFÍA FÍSICA DE VENEZUELA

UNIDAD III DELTA DEL ORINOCO

INFORME MONOGRAFICO

Profesor: Franklin Núñez Estudiantes C.I


Delgado José
18.223.246
Nieves Carlos
20.841.196
Caracas, septiembre 2021

INDICE GENERAL
CAPÍTULO I..........................................................................................................................1
SITUACIÓN GEOASTRONÓMICA Y ADMINISTRATIVA......................................1
CAPITULO II........................................................................................................................2
RASGOS GEOLOGICOS.................................................................................................2
...............................................................................................................................................19
CAPITULO III.....................................................................................................................21
RASGOS HIDROGAFICOS E HIDROSEDIMENTOLOGICOS...............................21
CAPITULO IV.....................................................................................................................31
RASGOS CLIMATOLOGICOS....................................................................................31
...............................................................................................................................................34
CAPÍTULO V.......................................................................................................................35
RASGOS EDÁFICOS......................................................................................................35
CAPITULO VI.....................................................................................................................39
RASGOS BIOGEOGRÁFICOS.....................................................................................39
CONCLUSIONES GENERALES......................................................................................43
GLOSARIO DE TERMINOS.............................................................................................45
REFERENCIAS...................................................................................................................47
LISTA DE GRAFICOS

Figura No. 1 Ubicación del área de estudio, entidades que conforman los andes venezolanos.
.................................................................................................................................................1
Figura No. 2 Columna estratigráfica de los Andes Venezolanos..............................................7
Figura No. 3 Ubicación de la Falla de Bocono señalada con la flecha y principales fallas
tectónicas de Venezuela...........................................................................................................9
Figura No. 4 Falla Normal.....................................................................................................12
Figura No. 5 Falla de Corrimientos........................................................................................12
Figura No. 6 Falla Trasncurrente...........................................................................................13
Figura No. 7 Circo Glacial.....................................................................................................16
Figura No. 8 Valle Glacial.....................................................................................................16
Figura No. 9 Valle Colgado...................................................................................................17
Figura No. 10 Horns...............................................................................................................18
Figura No. 11 Vista del cauce del Rio Chama........................................................................24
Figura No. 12 Cuenca del río Chama. Los triángulos rojos identifican los principales picos
que marcan la divisoria de agua de la cuenca. En verde las áreas ocupadas por los parques
nacionales dentro de la cuenca del Chama.............................................................................27
Figura No. 13 Laguna de Mucubaji........................................................................................30
Figura No. 14 Batimetría de la Laguna de Mucubaji..............................................................30
Figura No. 15 Ubicación del Lago de Maracaibo, el Lago más Grande de Suramérica.........33
Figura No. 16 Relámpago del Catatumbo..............................................................................34
Figura No. 17 Perfil de suelo de Paramo................................................................................37
Figura No. 18 Composición de los suelos, en los Andes Venezolanos, donde se muestran los
tipos de suelo en cada formación...........................................................................................38
Figura No. 19 Frailejones.......................................................................................................41
Figura No. 20 pisos térmicos de los Andes Venezolanos.......................................................42
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO DE CARACAS
DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA E HISTORIA
CÁTEDRA: GEOGRAFÍA FÍSICA
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UNIDAD III DELTA DEL ORINOCO

INFORME MONOGRAFICO

Profesor: Franklin Núñez Estudiantes C.I


Delgado José
18.223.246
Nieves Carlos
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RESUMEN

Descriptores: Situación Geoastronomíca, rasgos geológicos, rasgos hidrológicos


rasgos climáticos, rasgos edáficos, rasgos biogeográficos
CAPÍTULO I

SITUACIÓN GEOASTRONÓMICA Y ADMINISTRATIVA

La unidad natural Delta del Orinoco se localiza en el nororiente del país y abarca
la totalidad del estado Delta Amacuro y algunos km2 de los estados Monagas y Sucre
abarcando así todas las desembocaduras de Orinoco ubicándose en las coordenadas
9°00´N 61°30´O / 9,-61.5 se divide sectorialmente en dos secciones, en la parte mas
norte del sistema, ubicada entre Caño Mánamo y la orilla izquierda de Caño Araguao,
donde se establecen la mayoría de las aldeas, incluida la capital del estado Tucupita; y
la secundaria, entre la margen derecha del Caño Araguao y Rio Grande. (Fig.1)

Figura No. 1 Ubicación de la Zona de estudio

1
CAPITULO II

RASGOS GEOLOGICOS

El delta del Orinoco posee una superficie de aproximadamente 30.000 km 2


limitado por la serranía de Imataca al sur, la cual presenta un cinturón granulitico, las
planicies aluviales de sedimentos del Pleistoceno de la formación Mesa en el estado
Monagas al oeste, el Golfo de Paria al norte y el Océano Atlántico al este y suroeste.

El Delta del Orinoco ha desarrollado sus facies deltaicas de forma efectiva a


partir de la transgresión del Holoceno, desde el momento en que el ascenso del nivel
del mar se hizo mas lento hace 7.500-7.000 años A.P, es en este momento donde se
establecen las condiciones del equilibrio entre la descarga de sedimentos, su
distribución en la plataforma continental, aumento del nivel del mar y la subsidencia.

Durante la regresión marina pre-holocenica derivada de la glaciación Wisconsin


el Proto-Orinoco descargaba los sedimentos directamente desde la plataforma
continental hasta los ambientes sedimentarios mas profundos del Océano Atlántico
desarrollando facies tubitidas esto quiere decir que los primeros sedimentos previos
a los deltaicos estuvieron conformados por las facies fluviales sobre la actual
plataforma continental.

Los sedimentos modernos del delta suprayacen a los sedimentos fluviales y


fluvio deltaicos de la formación Mesa, los cuales se extienden desde el limite
Plioceno- Pleistoceno temprano hasta el Pleistoceno tardío, los sedimentos de la
Formación Mesa afloran en el estado Monagas, parte de Anzoátegui, este de Guárico
y probablemente se extienden al sur del rio Orinoco, en el norte del estado Bolívar
esto indica que el canal actual del rio Orinoco corta los sedimentos del Pleistoceno de
la formación Mesa (ASCANIO,1997)

2
En las zonas al noreste de Monagas el sur del estado Sucre y parte del golfo de
Paria se conoce como la formación Rio Salado, a sedimentos principalmente
piemontinos y de abanicos aluviales, los cuales en sus facies mas distales y de arenas
muy finas, limos y arcillas se denominan formación Güiria. En El Golfo de Paria se
sedimento se sedimento la formación Paria, la cual representa las facies proximales y
distales marinas correspondientes a las facies más deltaicas y prodeltaicas de los
sedimentos fluviales y fluvio deltaicos de la Formación Mesa (LEV,1970, 1977,
MENDEZ BAAMONDE, 1998).

Según KIDWELLY HUNT (1958), en el área de Pedernales y el Golfo de Paria,


la formación Paria subyace a un paleosuelo desarrollado en la parte superior de la
Formación de Las Piedras. En Isla Plata cerca de pedernales se encuentra expuesto en
la superficie una serie de bloques rodados de areniscas, probablemente pertenecientes
a la formación Las Piedras, así como al noreste de la línea de la costa de Capure en
dirección a la isla de Trinidad, los cuales son visibles durante el nivel más mínimo de
la marea baja.

La sedimentación del Cretácico este compuesto por las areniscas, limolitas y


lutitas de las formaciones Tigre y Canoa del Grupo Temblador depositados en
ambientes de facies marinas someras

3
En
la

Figura No. 2 Columna estratigráfica de los Andes Venezolanos

4
región de los Andes la historia sísmica comienza en el año de 1.599, con el reporte de
un terremoto que sacudió a La Grita y otros pueblos de Mérida. El siguiente evento
de que se tiene noticias ocurrió en 1.610, cuando los cronistas reportaron detalles de
un terremoto desastroso al cual se le asignó, de acuerdo con estudios recientes de la
distribución de daños e intensidades sísmicas, una magnitud de 7.3 grados en la
escala de Richter.

Desde ese entonces hasta la presente fecha han ocurrido en la zona al menos
otros 7 eventos sísmicos de características destructoras en los años de 1.644, 1.775,
1.812, 1.834, 1.845, 1.894 y 1.932. Entre ellos destaca el ocurrido en el año de 1.812,
en plena gesta independentista de Venezuela. La historia sísmica de esta región es
bastante incompleta, ya que sólo alcanzaron a registrarse los eventos más grandes.
Este registro muestra una secuencia de terremotos de moderados a grandes, que ha
sido resumida por varios autores (Febres-Cordero, 1931; Centeno-Grau, 1940;
Fiedler, 1961; Cluff y Hansen, 1969; Dewey, 1972; Grases, 1980).

Como consecuencia del paradigma de la Tectónica de Placas, el extremo sur del


Mar Caribe ha sido definido como la frontera entre las Placas del Caribe y la Sur
Americana (Molnar y Sykes, 1969). En el presente esta frontera está definida por el
sistema de fallas Boconó-Morón-El Pilar (Rod, 1956; Schubert, 1981, 1984) y otras
zonas de fallas, sumergidas y expuestas, al norte de Venezuela (Schubert, 1988;
Schubert y Krause, 1984). Este sistema de fallas corta y desplaza el extremo oeste de
las montañas del Caribe, lo que sugiere que su desplazamiento rumbo-deslizante
comenzó en tiempos geológicos recientes, posiblemente a partir del Terciario tardío.

La frontera entre ambas placas, en los Andes Venezolanos, está definida por la
Zona de Fallas de Boconó, orientada aproximadamente en dirección N45°E y
expuesta unos 500 km a lo largo de la parte central de esta cadena montañosa.
Grandes terremotos, inclusive de magnitud 8 (Richter), han ocurrido a lo largo de
toda su longitud en tiempos históricos y recientes, y el análisis de sus mecanismos
focales es consistente con un movimiento rumbo-deslizante lateral derecho y una
dirección aproximada de compresión este-oeste. La distribución espacio-temporal de

5
la sismicidad indica una actividad más intensa hacia el extremo suroeste de la zona de
fallas, donde la mayoría de los grandes terremotos han ocurrido.

Geomorfológicamente, la Falla de Boconó se manifiesta por una serie de valles


alineados, depresiones lineales y otros rasgos alineados en un corredor de 1 a 5 km de
ancho, orientado, aproximadamente, en dirección N 45° E y a lo largo de unos 500
km en la parte central de los Andes Venezolanos, entre la depresión del Táchira y el
Mar Caribe. Al este de Morón, a lo largo de la costa del Caribe, ella se continúa en las
fallas de Morón y El Pilar. Hacia el suroeste, termina en una serie de corrimientos y
fallamientos inversos en la depresión del Táchira, al extremo norte de la Cordillera
Oriental de Colombia. Es la mejor conocida de todas las fallas de Venezuela porque
fué una de las primeras en ser reconocida (Rod, 1956), posee una fuerte expresión
topográfica y está claramente expuesta a todo lo largo de su extensión. (fig.3)

Figura No. 3 Ubicación de la Falla de Bocono


señalada con la flecha y principales fallas
tectónicas de Venezuela

Su movimiento rumbo-deslizante se refleja, principalmente, en el desplazamiento


de estructuras pleistocenas. La mayoría de los grandes terremotos ocurridos en
tiempos históricos en el occidente de Venezuela, han sido asociados con movimientos
de este corredor de fallas. Aunque algunos autores han postulado un desplazamiento

6
principal en sentido normal a lo largo de la Zona de Fallas de Boconó (Shagam, 1972,
1975; Giegengack et al., 1976) y solo movimientos menores rumbo-deslizantes, más
recientemente, un detallado estudio de evidencias neotectónicas a lo largo de toda su
extensión (Schubert,1980, 1982, 1984) ha revelado la existencia en esta zona de
grandes cuencas cenozóicas (cenozóico tardío) de tracción (pull-appart basins), en las
cuales, sin embargo, se pueden evidenciar grandes desplazamientos locales verticales
(normales), separados por estrechos segmentos de fallas, con un claro desplazamiento
de rumbo lateral-derecho.

El análisis y el modelaje sísmico sugieren que la Falla de Boconó puede ser parte
de una frontera de placas desde hace aproximadamente 5 millones de años (Dewey,
1972). La oblicuidad de esta falla en relación al rumbo de los Andes Venezolanos y el
hecho de que ella corta y desplaza provincias geológicas de origen y edad diferentes
(Cordillera de los Andes y del Caribe) sugiere que es una estructura externa a esos
sistemas, que fue incorporada a la frontera entre las placas del Caribe y Suramérica en
un pasado geológico relativamente reciente. El análisis de los mecanismos focales de
terremotos recientes es consistente con un desplazamiento predominantemente
lateral-derecho, profundidades focales generalmente menores de 35 km e indica una
dirección aproximada de compresión este-oeste (Folinsbee, 1972; Dewey, 1972;
Fernandez et al., 1977)

Shagam, consideró que la falla de Boconó era una extensa fosa tectónica post
paleozoica, a lo largo de la cual ocurrieron desplazamientos verticales importantes,
asociados al levantamiento e inclinación de los Andes merideños durante el Terciario
Tardío y el Cuaternario. En el año 1976 hallaron indicios de ambos tipos de
desplazamiento, transcurrente hacia la derecha y vertical o normal, durante el
Cenozoico Tardío. Weingarten en 1977 describió un paleosuelo a elevaciones de
1200 a 2200 m sobre el nivel del río Chama, en la cuenca de La González (al sur de
Mérida), al cual interpretó como levantado muy por encima de la elevación a la cual
se formó.

7
Finalmente, Schubert postuló la existencia de cuencas de tracción, tales como la
cuenca de La González, a lo largo de la zona de falla de Boconó, rellenadas con
sedimentos cuaternarios, las cuales se caracterizan por desplazamientos normales
grandes; estas cuencas están separadas por zonas de falla angostas y con
desplazamiento principalmente transcurrente hacia la derecha

El efecto del desplazamiento a lo largo de la falla de Boconó sobre los rasgos


pleistocenos fué estudiado por Schubert y Sifontes, Giegengack y Grauch Giegengack
et al. (25, 26) y Schubert (73, 74, 75). Estos autores describen rasgos
geomorfológicos desplazados en las cuencas altas de los ríos Chama, Santo Domingo
y Aracay. Entre estos rasgos se encuentran morrenas laterales desplazadas, las cuales
pertenecen al último estadio de la Glaciación Mérida del Pleistoceno Tardío. El
desplazamiento transcurrente hacia a derecha observado varía entre 60 y 100 m desde
que los glaciares se retiraron de su posición terminal, y 250 m desde que el glaciar del
valle de la quebrada La Mucuchache llegó a su posición terminal por primera vez.

Basado en estos datos, la velocidad del desplazamiento transcurrente puede


calcularse entre un máximo de 0.8 cm/año y un mínimo de 0.3 cm/año, suponiendo
que el desplazamiento es constante y no esporá. La sismicidad de la falla de Boconó
fue estudiada en detalle por Dewey en 1972 quien, con base en el análisis de
“movimientos iniciales”, demostró que el desplazamiento a lo largo de ella es
consistente con un desplazamiento hacia el este de la placa del Caribe, con respecto a
América del Sur, así como también de que el contacto entre ambas placas está
localizado parcialmente a lo largo de la falla de Boconó (48, 70, 72).

De acuerdo con Dewey, este contacto incluye a la falla de Boconó desde el


Plioceno (aproximadamente hace 5 millones de años). La orientación transversal de la
falla de Boconó con respecto a la cordillera, así como el hecho de que corta
provincias geológicas y tectónicas distintas, es indicio de que esta falla es una
estructura externa a los Andes y de que ella se incorporó al límite entre las placas en
el Terciario Tardío.

8
Las fallas pueden tener cualquier orientación o dirección: vertical, horizontal,
oblicua o una combinación de éstas. De acuerdo al desplazamiento relativo que se
observa a través de las fallas estas pueden clasificarse en forma general en:

 Fallas normales: Se generan por fuerzas extensionales. El bloque de techo


desciende en relación con el bloque piso. (fig.6)

Figura No. 4 Falla Normal

 Fallas inversas o de corrimientos: Se generan por fuerzas de compresión. El


bloque de techo se mueve hacia arriba en relación con el bloque de piso.
(Fig.7)

Figura No. 5 Falla de Corrimientos

 Fallas transcurrentes: Son aquellas en las cuales el plano de fallas es


esencialmente vertical y el desplazamiento es paralelo a la traza de la falla en

9
el suelo, o sea, es horizontal. Son llamadas también fallas rumbo-deslizantes.
(Fig.8)

Figura No. 6 Falla Trasncurrente

En los procesos internos resulta necesario resaltar la importancia de la tectónica


activa en la configuración del paisaje actual de los Andes venezolanos, enmarcada
entre las placas Caribe, Suramérica y Nazca principalmente, además de algunos
bloques continentales más pequeños, lo que hace complejo el estudio de la
geodinámica interna actuante en esta región del país. Sin embargo, existe un amplio
consenso al movimiento relativo de la placa del Caribe hacia el este de Suramérica,
pero no es un límite de placa rumbo-deslizante sencillo, ya que se trata de una zona
de deformación transpresivo (compresivo transcurrente) de más de 100 km de ancho.
Este cinturón de deformación compresivo-transcurrente acorta los Andes de Mérida
transversalmente en dirección NO-SE, mientras que la zona de fallas de Boconó (de
rumbo aproximado: N 45° E) acomoda movimiento transcurrente dextral (Audemard,
2002). A su vez, ésta divide la sierra de la Culata al Norte de la sierra Nevada al Sur,
dejando entre ellas una serie de valles intramontanos alineados.

Ferrer (1999) realiza un análisis de la tectónica regional bajo dos escalas


temporales distintas: una a largo plazo y otra más dinámica, en periodos más
reducidos. Para el primer caso, el levantamiento de los Andes venezolanos
proporciona las condiciones necesarias para que el relieve alcance un período de
juventud (del mencionado ciclo geográfico), seguido de condiciones de estabilidad,
más o menos sostenidas en el tiempo, que permiten a los procesos geomorfológicos

10
rebajar las pendientes y los relieves, es decir, se produce un aumento en los procesos
erosivos, tanto por su influencia en la creación de nuevas formas como en el control
de los depósitos (Gutierrez, 2008). A su vez, en tiempos más recientes, el fallamiento
activo vinculado con la zona de fallas de Boconó responde por la sismicidad del área
estudiada, dejando numerosas morfoestructuras que indican su consistencia y
continuidad a lo largo del área, como, por ejemplo: ciénagas y contraescarpes de falla
(Mucuchíes), escarpe de falla (La Toma), lomos y trincheras de falla (Apartaderos), y
otros rasgos morfoestructurales típicos de fallas rumbodeslizantes (Paez, 2011).

Al mencionar las formas del relieve resultante de procesos geodinámicos


externos, se debe tener en cuenta todas aquellas paleoformas que responden a
condiciones climáticas distintas a las que imperan hoy en día, es decir, a paleoclimas,
ya que, como comenta Ferrer (1999), la conducta hidráulica de los ríos y quebradas,
así como la respuesta dinámica de las vertientes se encuentra estrechamente
relacionada con las condiciones climáticas. A diferencia de lo que se pensaba en
cuanto a la influencia de los cambios climáticos que experimentaron latitudes
templadas durante el Cuaternario, y que en zonas intertropicales no se había sentido,
ahora se sabe que no fue un período de estabilidad para las zonas tropicales, sino que
fueron sensiblemente afectadas por las fluctuaciones ambientales pleistocenas y
holocenas (Vivas, 1992), no solo en lo que al clima se refiere, sino también los otros
elementos del paisaje natural se ven fuertemente afectados, tanto por el clima como
por las características litológicas: relieve, hidrografía, suelo, vegetación, entre otros,
que a su vez condicionan, en mayor o menor medida, la localización y distribución
espacial de la población y sus actividades.

En este sentido, las primeras evidencias de cambio climático y paleoformas


asociadas, se corresponden con el modelado morrénico dejado por antiguos glaciares
de montaña en el área de estudio, al que Schubert (1980), basado en criterios
morfológicos y radiocarbónicos, correlacionó con el último período frio andino-
venezolano denominado por él mismo Glaciación Mérida. Algunos autores

11
correlacionan la Glaciación Mérida con la última glaciación mundial, llámese Würm
o Wisconsin (Vivas, 1992; Schubert y Vivas, 1993; Ferrer, 1999)

Por esta razón, encontramos entre Mucuchíes y la laguna de Mucubají depósitos


cuaternarios (desde el Pleistoceno Inferior hasta el Holoceno) de esos diferentes
orígenes, principalmente las geoformas: morrenas, canchales, deslizamientos,
abanicos aluviales, abanicos de detritos y abanicos terrazas o terrazas. En este caso as
terrazas aluviales o fluviales, si queremos ser más precisos, constituyen un tipo de
relieve comúnmente dispuesto a lo largo de los ríos; es decir, paralelamente a sus
superficies longitudinales. Se caracterizan por su diseño original, en especie de mesa
o de amplios bancos alargados; de reverso plano y frente de talud abrupto.

Algunas geoformas derivadas de la Glaciación podemos mencionar las


siguientes:

 Circo glacial: Se reconocen como cuencas parecidas a anfiteatros que se


ubican generalmente en la cabecera de los valles glaciares, y pueden o no
estar conectados a los mismos por alguna de sus partes (Wicander y Monroe,
2000). Bajo éste premisa, se considera circo glaciar a lugar ubicado en lo alto
de los valles glaciares donde ocurre la acumulación de las nieves (zona de
acumulación), en donde el peso de las mismas le imprime la forma de tazón
que corresponde a su fisionomía. En los espacios de la Laguna de Mucubají,
ubicada a 3550 msnm en la Sierra Nevada del estado Mérida, se evidencia en
lo alto del valle la presencia de un circo glacial entre los picos Mifés y Silla de
Cabello (Sierra Santo Domingo), donde ocurría la acumulación de las nieves
del glaciar que modeló geomorfológicamente la zona (Labarca y Chourio,
2016). (fig.7)

12
Figura No. 7 Circo Glacial
 Valle glacial: Un valle
glacial es el recorrido que esculpe el hielo glacial cuando avanza desde el
circo hasta la zona donde se estanca o retrocede. Para Thornbury (1960), un
valle glacial también se le denomina “artesa glacial”, siendo el camino
generado por el desplazamiento de la masa de hielo, la cual le imprime rasgos
distintivos, entre ellos: perfil transversal en forma de U, fondo plano, paredes
escarpadas y acumulaciones morrénicas. En Venezuela, en el complejo
lagunar de Mucubají, el rasgo característico más resaltante es la presencia de
un valle o artesa glacial, que va desde el circo hasta la el lugar donde se
emplaza la laguna. (fig.8)

Figura No. 8 Valle Glacial

13
 Valles colgantes: La erosión de la masa de hielo de un glaciar es constante,
por lo tanto, cada vez profundiza más el valle por donde discurre generando
su hundimiento, quedando así los valles tributarios por encima de la artesa
principal, a esos valles se les denominan “valles colgantes”. Wicander y
Monroe (2000), definen a los valles colgantes como valles tributarios cuyo
piso está por encima del valle glacial principal, de modo que cuando el glaciar
desaparece estos valles quedan colgados por encima, trayendo como
consecuencia la afluencia de corrientes de agua que generan cascadas. (fig.9)

Figura No. 9 Valle Colgado

 Aristas: El levantamiento de una especie de cresta dentada que ocurre en la


intersección de dos circos contiguos, se le denomina arista. En opinión de
Strahler y Strahler (1989), las aristas son crestas muy excavadas y afiladas que
se producen cuando se intersectan las paredes opuestas de dos circos. Un
ejemplo de aristas, en el caso venezolano, se encuentra en el complejo
gemorfológico de la Laguna de Mucubají, representado por los picos Mifés y
Silla de Caballo (Labarca y Chourio, 2016), (fig.9).

14
 Horns: Son levantamientos rocosos generados por la intersección opuesta de
tres o más circos, se les considera las formas más majestuosas de las
geoformas glaciales (figura 6). En opinión de Wicander y Monroe (2000), los
horns son picos piramidales que se formas en la coalescencia de tres o más
circos, los cuales se erosionan hacia arriba constituyendo así el levantamiento
rocoso en forma de pico.

Figura No. 10 Horns

15
La litología de los andes venezolanos está compuesta por El núcleo de la
Cordillera andina está formado por rocas metamórficas, como gneises, esquistos y
micaesquistos, intrusionados por rocas ígneas graníticas y básicas su morfología
estructural, no corresponde a una orogénesis de plegamiento de los estratos, como en
Los Alpes, sino dislocaciones de grandes bloques fallados, originando fosas graben y
pilares. Las secuencias estratigráficas estudiadas son las siguientes:

1) Micaesquistos:
a) Grupo Iglesias: representa el grupo mas antiguo de las rocas en los andes
venezolanos, de edad precámbrica superior, constituidos principalmente por
gnesis dioriticos y graníticos, micaesquistos granatiferos, con mantos (sills) de
anfibolita altamente plegados y metamorfizados, cuya localidad tipo, se
encuentran en el Cerro las Iglesias en el Estado Mérida.
b) Formación Bella Vista: es de edad precámbrica, no contiene fósiles es una
secuencia litológica formada principalmente por esquistos sericitos, cloríticos
y grafitosos, de colores grises y verdosos. Pizarras oscuras a negras con
intrusiones locales de granito rosado. La localidad tipo, es el rancho Bella
Vista en el camino a Santa Barbara Mucuchachi.
c) Formación Caparo: toma su nombre del rio Capen el Estado Mérida. La
secuencia Caparo-Bella Vista está formada por limolitas arenáceas y micáceas
de color gris oscuro, areniscas de grano fino y grueso, areniscas calcáreas y
pizarras fosilíferas. Se le ha asignado edad Ordovícica media de un espesor de
200 metros. La formación ha sido intrusionada por diques graníticos.
2) Areniscas Calcáreas:
a) Formación Mucuchachi: forma una secuencia estratigráfica principalmente
formada por grises y marrones, a veces carbonosas, limosas que contienen
fósiles y piritas. Areniscas conglomeráticas, verdes oscuros. Su espesor ha
sido estimado en 5.000 metros. La localidad tipo se encuentra en el área de
Mucuchachi en el Estado Mérida y su edad corresponde a la Ordovícica-
Pérmica.

16
b) Formación Sabaneta: esta formada principalmente por areniscas amarillas,
grises, rojas, violáceas y marrones de grano grueso y fino con fósiles
vegetales frecuentemente con intercalaciones de calizas y lutitas carbonáceas.
La localidad tipo se encuentra en la Quebrada Sabaneta del Estado Mérida su
espesor se estima en 3.300 metros y su edad geológica pertenece a la
Carbonifero-Permica.
c) Formación Palmarito: La localidad tipo de esta formación se encuentra en el
área de Palmarito al sur del Estado Mérida. La secuencia litológica consta
principalmente de lutitas grises a oscuras, limos, arenas, margas, calizas
negras muy fosilíferas. Se le ha asignado un espesor de 500 metros y su edad
Carbonífero-Pérmica.
d) Formación La Quinta: La localidad tipo se encuentra en La Quinta, cerca de
La Grita Estad Mérida. Está formada principalmente por conglomerados rojos
a verdosos, areniscas arcillosas de color rojo ladrillo, lutitas con areniscas
conglomeráticas blancas manchadas de rojo. Se le ha asignado un espesor de
2.400 metros y su edad es la Triásica superior a Jurásica inferior.

17
CAPITULO III

RASGOS HIDROGAFICOS E HIDROSEDIMENTOLOGICOS

El comportamiento hidrológico de la masa cordillerana se refleja en las


respuestas hidrológicas de sus ríos, lo cual depende de un conjunto de agentes o
factores condicionantes. Particularmente dos de éstos: el clima y las coberturas
superficiales son los que están generando perturbaciones biofísicas que pudiesen estar
transformando las dinámicas funcionales de las cuencas andinas, con lo cual la oferta
de agua en cuanto a calidad y cantidad, pudiera estar disminuyendo a escalas locales.
No obstante, la notoria falta de información y registros hidroclimáticos no permite
identificar tendencias o trayectorias específicas acerca de cuan intenso es el cambio
en la funcionalidad hídrica de los ríos en esta región.

El sistema hidrográfico de la región coincide, prácticamente, con el de la cuenca


del Lago de Maracaibo. Espacialmente hablando, el lago está situado en el centro de
la región, la cual está enmarcada por las cumbres montañosas en sus límites oriental,
occidental y austral, determinando, en consecuencia, un sistema de cursos de aguas
centrípetos al lago. Los cursos de agua permanentes y temporarios que corren por la
cuenca superan los 135; de estos, los de mayor importancia son Limón, Palmar, San
Juan, Apón, Santa Ana y Catatumbo, que desembocan en la margen occidental del
lago; Zulia, Escalante, Chama y Mucujepe en la margen sur, y Motatán, Misoa,
Machango, Pueblo Viejo, Apure, y Palmar en la margen oriental del Lago de
Maracaibo.

Como todos los ríos de montaña, los de esta región no son la excepción, no son
navegables, correntosos y de corto recorrido. Vierten sus aguas a dos ollas
hidrográficas; A la del Caribe a través del lago de Maracaibo y a la del Orinoco, a
través del río Apure. El paisaje de montaña, con sus vertientes fuertemente inclinadas
y sus acentuados

18
desniveles entre cumbres de las serranías y fondos de los valles, confiere a los
ríos una serie de características particulares.

El perfil longitudinal de los cauces acusa una pendiente pronunciada,


acelerándose así la velocidad del escurrimiento y dándoles a los ríos un aspecto de
torrente corriendo sobre lechos pedregosos. La pendiente del río Chama, por ejemplo,
entre su nacimiento y su confluencia con el río Mocotíes, varía entre 2 y 6%; la del
río Mocotíes entre 3 v 7%. Los tributarios de estos cursos de agua, en particular los
que drenan la Sierra Nevada, tienen cauces aún más inclinados, con pendientes del
orden de 10 a 20% o más (10)

La consecuencia de la característica anterior es que los ríos de montaña tienen


una alta capacidad de arrastre y transporte de sedimentos. En efecto, para muchos de
los ríos andinos, la masa anual de sólidos acarreados, medida globalmente al final de
su cuenca montañosa, al salirse los cursos de agua del piedemonte para desembocar a
la planicie de los Llanos, se cifra en millones de toneladas. El acarreo anual del río
Motatán en Agua Viva es de 4.6 millones de Tm., el del río Uribante en Puente
Uribante es de 3,8 millones de Tm., el del río Boconó en Peña Larga es de 1,9
millones de Tm. (16). Estos tres valores no son directamente comparables, para
concluir que un río transporta más sedimentos que otro, ya que el peso total de
sólidos acarreados en un determinado punto de la cuenca depende de la extensión de
esta última.

Por tal motivo, resulta más ilustrativo, para señalar la energía del trabajo
mecánico realizado por un río y sus tributarios, transformar el acarreo total anual en
peso de material arrastrado por unidad de superficie territorial, "Así es que el
rendimiento anual de los ríos antes mencionados se sitúa entre 1.000 v 1.500
toneladas de partículas sólidas quitadas a cada Km2 de su respectiva cuenca. La
magnitud del volumen de sedimentos transportados constituye una grave limitación
para la vida útil de los embalses. Los ríos de montaña presentan frecuentemente
trazados ortogonales, llamados también trazados en bayoneta y caracterizados por la
ocurrencia de recodos bruscos, en ángulo recto, separados por trechos prácticamente

19
rectilíneos. Este tipo de configuración es el resultado de una íntima adaptación de los
ríos a la presencia de líneas de fallas o la consecuencia de su localización en estrechas
fosas tectónicas. Así, los ríos Mocotíes, Chama, Santo Domingo y Motatán, en sus
tramos superiores, corren por el surco central de la Cordillera de los Andes y
constituyen conjuntamente una alineación hidrográfica casi rectilínea, superpuesta al
trayecto que describe la geofractura maestra de la Falla de Boconó, orientada en
dirección NE-SO.

Los caudales de los cursos de agua manifiestan evidentes variaciones


estacionales a lo largo del año. En la mayor parte de la Cordillera de los Andes, las
aguas altas de los ríos se producen generalmente a principios del período lluvioso, en
los meses de junio y julio El río Mocotíes en Puente Victoria, por ejemplo, muestra
un primer pico de gasto entre abril y junio, seguido por un segundó más importante,
en noviembre y diciembre. Inclusive, un mismo río puede experimentar los dos tipos
de comportamiento, según el tramo considerado: el río Chama tiene un solo máximo
en Mucurubá, pero en Ejido presenta dos. Este último se presta para ser tomado como
ejemplo, con fines de ilustrar la magnitud de los gastos medios de los ríos
cordilleranos: 10 a 12 m3 /seg. durante el período de aguas bajas; unos 40 m3/ seg.
durante el período de aguas altas en Ejido.

La mayor parte de la alimentación de agua proviene de la zona altimétrica situada


entre 500 y 1.500 m.s.n.m., la cual corresponde a la faja de óptimo pluviométrico. El
derretimiento de las nieves, en la Cordillera de los Andes, significa solo una pequeña
contribución al engrosamiento de los caudales. Sin embargo, las aguas de fusión
nival, en combinación con el clima fresco de altura, originan condiciones ambientales
muy favorables al desarrollo de la truchicultura.

Aportando un poco más los datos sobre el Río Chama, se tiene que este caudal
natural de agua dulce, se constituye como uno de los más representativos y
emblemáticos de Venezuela y de mucha influencia para el Estado Mérida; cuya
cabecera se halla hacia el occidente de este país, y es también uno de los numerosos

20
ríos que drenan su caudal en la cuenca del Lago de Maracaibo, también icónico para
el territorio venezolano. (fig.11)

Figura No. 11 Vista del cauce del Rio Chama

La Cuenca del Río Chama representa un afluente relevante de la base andina,


llegando a comunicar el centro de la Cordillera con el total de la misma, tanto al
suroeste y como al noreste. Mientras que su cauce acerca a la cuenca del Motatán,
que ocupa un área próxima a las 50.000 ha, delimitando todo un alto canal que
termina con una diferencia de 2.800 mts. de altitud entre las tierras más altas y las
más bajas. Así mismo, el conocido Alto Chama, se erige como un valle longitudinal,
ya que dispone de una superficie fundamentalmente plana, por lo que históricamente
sus riberas han servido de asiento de numerosas poblaciones dedicadas básicamente
al desarrollo de la agricultura.

En tanto el cauce del Río Chama se divide en alta, media y baja, donde las
cuencas, tanto el alta como la media constituyen el sistema de mayor producción de
agua y sedimentos de la región, y cuya cuenca alta se extiende hasta el río la
González y la media hasta el río Mocotíes respectivamente. La tendencia del río
Chama, en las secciones ubicadas después de la confluencia del río La González y la
quebrada La Sucia, es acumular sedimentos e incrementar la socavación lateral hacia

21
la ribera derecha, impulsado por la acción de los torrentes locales; situación que
parece agravarse debido a la intervención humana.

Los caudales máximos estimados para 50, 100 y 200 años son: 1.512 m3/s;
1.672,7 m3/s y 1.840 m3/s, respectivamente. En este sector el perfil longitudinal del
río Chama es de menor pendiente debido a la influencia del deslizamiento La
González y procesos de obturaciones naturales (Tricart y Michele, 1965; Ferrer,
1991; 1993; 1999b; Ferrer et al., 2005)

Otra característica relevante de esta región es su riqueza hídrica, especialmente


en las unidades ecológicas de páramo y de selva nublada, unidades que funcionan
como grandes reservorios naturales de agua por su capacidad de captar la escorrentía
proveniente del deshielo de los glaciares y de las diferentes formas de precipitación
(lluvia, llovizna, nieve, aguanieve y granizo) y de almacenarla en humedales como
lagunas, turberas, ciénagas y pantanos. Además, los glaciares, páramos y selvas
nubladas ejercen una función reguladora sobre el suministro de agua, al estabilizar los
caudales de las corrientes superficiales y subterráneas que dan origen a manantiales,
quebradas y ríos que son las vías fluviales por las cuales se transporta y distribuye el
agua hacia las zonas circundantes y las tierras bajas (Monasterio y Molinillo 2003).

La cuenca del río Chama se puede dividir en dos grandes subunidades: una
sección que en lo sucesivo se denominará cuenca intramontana por estar totalmente
enclavada dentro de la Cordillera de Mérida y una sección que se identificará como
cuenca lacustre por estar asentada sobre la Depresión del Lago de Maracaibo. La
mayor parte de la cuenca intramontana del río Chama sigue la traza principal de la
Falla de Boconó, surco tectónico-fisiográfico que con una disposición axial
longitudinal y orientación SO-NE atraviesa la Cordillera de Mérida en toda su
extensión. Sobre esta fosa se asientan las depresiones de los ríos Chama y Mocotíes,
cuyas aguas drenan en sentidos opuestos confluyen en la cota 320. Ambos ríos,
conforman un extenso valle longitudinal a los ejes mayores de relieve central de la
Cordillera de Mérida, con una longitud de unos 170 km.

22
La cuenca lacustre del río Chama se inicia una vez que el curso del río abandona
el piedemonte andino y se extiende en dirección norte por cerca de 70 km sobre una
planicie aluvial que rellena la porción suroriental de la Depresión del Lago de
Maracaibo. Después de haber recorrido cerca de 13 km desde la población de El
Vigía (Municipio Alberto Adriani del estado Mérida), el río traspasa la frontera del
estado Mérida y entra en el Municipio Francisco Javier Pulgar del estado Zulia dentro
del cual hace su recorrido final hasta el Lago de Maracaibo. En todo este recorrido el
río no recibe el aporte de afluentes por lo que sólo funciona como colector de aguas
superficiales de escorrentía de las zonas aledañas a sus riberas. Geológicamente, la
depresión del lago es una fosa tectónica originada por el levantamiento de la
Cordillera de Mérida y la Sierra de Perijá. La cuenca ha estado sometida por millones
de años a un continuo desecamiento y acumulación de sedimentos por la erosión y el
transporte de aluviones cordilleranos (Espinoza 1992).

El río Chama ha determinado la sedimentación de las áreas aledañas a su cauce


mediante el transporte de sedimentos gruesos. Esta continua acumulación de material
grueso determina una formación permanente de bancos e islas, que le dan poca
estabilidad espacial y temporal al cauce. A pesar de esta inestabilidad es posible
identificar tres tipos de formaciones geomorfológicas en su cauce. Aguas abajo de la
ciudad de El Vigía, sitio que marca el inicio del recorrido del río Chama sobre la
llanura aluvial, el cauce es anastomosado. Seguidamente, en la mayor parte de su
recorrido el cauce pasa a ser meándrico, para finalmente, poco antes de su
desembocadura en el lago, adquirir una forma deltaica (Pereira 1999) (fig.12)

23
Figura No. 12 Cuenca del río Chama. Los triángulos rojos identifican los principales
picos que marcan la divisoria de agua de la cuenca. En verde las áreas ocupadas por
los parques nacionales dentro de la cuenca del Chama.

24
La estructura y dinámica fluvial del río Chama está estrechamente asociada al
complejo relieve de su cuenca. El efecto que tiene la heterogeneidad del relieve sobre
la hidromorfología del río en la cuenca alta (> 800 msnm) fue evidenciado por
Segnini y Chacón (2005). Estos autores estimaron los valores de variables hidráulicas
y morfológicas en 115 sitios de muestreo ubicados en 46 ríos y distribuidos en tres
unidades ecológicas: el Páramo Andino, la Selva Nublada y los Bosques Bajos, que
incluyen la Selva Semicaducifolia Montana y el Bosque Siempreverde Seco Montano
Bajo (Tabla 3). Los datos de la Tabla 3 muestran en primer lugar la existencia de un
gradiente de altitud de condiciones hidromorfológicas que explican las diferencias
ambientales entre los ríos que drenan las tres unidades ecológicas antes mencionadas,
especialmente entre aquellos ríos de Páramo y los de Bosques Bajos. En segundo
lugar, se evidencia la asociación que existe entre la altitud y la pendiente con el
tamaño y caudal de los cauces.

El caudal refleja claramente el efecto de la altitud sobre las condiciones


hidrológicas. Para el caso del río Chama, el gasto promedio ha sido estimado en 4,0
m³/s en la cota 2.300, en 24,6 m³/s en la cota 1.100 y en 54 m³/s cerca de su
desembocadura en el Lago de Maracaibo. Los dos primeros registros corresponden al
promedio mensual de aforos medidos en el río Chama en las estaciones hidrológicas
de Mucurubá (2.300 msnm) y de Ejido (1100 msnm) entre 1964 y 1992 (INAMEH
2011).

El caudal también muestra importantes variaciones a lo largo del año debido al


cambio estacional de las precipitaciones. En la estación de mayor altitud (Mucurubá),
el gasto medio mensual presentó un patrón unimodal. con un máximo en el mes de
julio. Este patrón se corresponde con el patrón unimodal de precipitaciones que
caracteriza las zonas más altas de la cuenca del río Chama. En la estación de menor
altitud (Ejido), el régimen estacional del caudal fue bimodal con dos máximos, uno en
mayo y otro en octubre.

Este patrón igualmente responde al patrón bimodal de precipitaciones que


caracteriza la cuenca hidrográfica del río Chama por debajo de los 2.700 m de altitud.

25
El material del fondo de los ríos de la cuenca del Chama resulta de un proceso de
estructuración del lecho que pasa por tres etapas sucesivas: transporte,
semideposición y deposición El traslado de sedimentos se produce en el canal
principal del río, aguas arriba de su confluencia con el río Mucujún (1.460 msnm) y
en algunos ríos tributarios como La Mucuy, Mocotíes, Albarregas, La González y
Nuestra Señora, todos ellos caracterizados por poseer lechos formados mayormente
por rocas y gravas, con pronunciados gradientes de pendiente y anchos máximos
cercanos a los 10 m La semideposición ocurre en el tramo comprendido entre la
confluencia del Chama con el rio Mucujún y su entrada en la planicie aluvial del
Lago de Maracaibo (110 msnm). En esta sección son depositados y almacenados
temporalmente la mayor parte de los sedimentos producidos en la zona más alta de la
cuenca antes de ser trasladados aguas abajo y finalmente depositados sobre el lecho a
la salida del piedemonte andino.

Desde este sitio, el material sólido migra progresivamente aguas abajo, formando
banco e islas, especialmente en épocas de estiaje, que frenan la corriente y originan el
amplio abanico aluvial compuesto por arena, limo y arcilla que caracteriza la planicie
por donde discurre el tramo final del cauce del río Chama.

En otros aspectos hidrográficos, los andes de Venezuela en particular uno de los


estados que lo conforman, en este caso Mérida cuenta con dos vertientes: la del
Caribe a través del lago de Maracaibo y la del Atlántico, por las aguas que van al
Orinoco. En la primera destaca la cuenca del Chama. En ella, así como en las cuencas
que drenan al sur del lago, se presentan lagunas formadas por efectos de los glaciares,
debido a que en la segunda mitad del terciario las cumbres fueron cubiertas por las
glaciaciones de la era cuaternaria y posteriormente, al retirarse los glaciares se
originaron varias de estas lagunas. Destacan entre ellas la laguna de Mucubaji, laguna
Negra, laguna Verde, laguna Urao y laguna Santo Cristo. (fig.13)

26
Figura No. 13 Laguna de Mucubaji

En particular la laguna de Mucubaji, tiene una data de alrededor de diez mil años
cuando las morrenas se construyeron por el trabajo constante de los glaciares y el
peso del hielo mantuvo una depresión de 15 metros de profundidad. Al mismo tiempo
las aguas de la quebrada de Mucubaji fueron capturadas por la cuenca del llano en la
divisoria de aguas, en lugar de hacia el lago de Maracaibo y el Caribe. (fig.13)

Figura No.13 Batimetría de la Laguna de Mucubaji

27
CAPITULO IV

RASGOS CLIMATOLOGICOS

En esta región desde el punto de vista climatológico por sus características de


extensión, masividad, altitud y exposición, modifican las condiciones climáticas,
generando tipos de clima de montaña tropical (Andressen, 2007). Los climas de altura
investigan sobre este tipo climático comprenden una amplia variedad de meso y
topoclimas ubicados en los pisos térmicos.

Los climas de altas alturas se le conocen con el nombre de Clima Templado


Tropical de Altura. Entre 1800 y 2700 metros las temperaturas anuales varían de 10°
a 16°, según la altura, produciéndose escarchas y heladas.

Sierra de Perijá. Es el brazo occidental de los andes suramericanos, que se


extiende en territorio venezolano y alcanza altitudes cercanas a los 3800 m (pico
Maratara 37730m). Esta región está prácticamente carente de información
climatológica; por analogía con los andes merideños y en función de la precipitación
mensual y anual estimadas a partir de estaciones de la parte occidental de la cuenca
del lago de Maracaibo, se puede considerar la extensión de un pico climático meso
térmico húmedo entre los 1.000 y 3.000 y un piso de paramo subhúmedo, no muy
extenso, en la sierra de Perijá propiamente dicha.

Cordillera de los andes merideños. Es el sistema montañoso más importante del


país, donde se encuentran las cumbres máximas del relieve venezolano. También se
le denomina cordillera de Mérida y extiende desde el suroeste, en la depresión del
Táchira, hasta el noreste, en las depresiones de Carora y Barquisimeto, cubriendo una
longitud aproximada de 460 km, con una anchura que oscilan entre los 80 y 130 km,
y presente numerosas unidades de paisajes.

La relación entre la temperatura media anual y la altitud, aunque sigue un patrón


general característico de las montañas tropicales presenta diferentes valores que

28
dependen de las condiciones topográficas exposición y vegetación, el gradiente alto-
térmico promedio para la vertiente interior de la sierra nevada de Mérida es de -0-
63C/100m y varía desde -0-45C a 0-90C/100meste ultimo valor entre lagunillas y
Mérida, muy cercano al gradiente adiabático del aire de seco es el resultados del
pronunciando enfriamiento que experimenta el aire entre lagunillas (1.078m) y
Mérida (1.479m).

En los andes de Mérida, los efectos de la altitud sobre la precipitación anual se


pueden ilustrar a través del caso del valle del Chama identifican un sector de bajas
precipitaciones menores a 600mm/año, en la parte media del valle comprendida entre
estanques y lagunillas. A partir de este sector seco, la precipitación aumenta de
valores superiores a 1.600mm/año en Mérida. La montaña sobre la vertiente interna
de la sierra nevada, luego disminuir nuevamente a valores menores a 700mm/año
sobre los 3000 m de altitud en el páramo subhúmedo seco, y finalmente aumentar
ligeramente hacia los 4.000m la sequedad en la parte media del valle del Chama
podría deberse a la subsidencia de aire causada por la circulación del valle y montaña.

Ahora bien, hacia la Sierra de Perijá se da un fenómeno único e irrepetible en el


mundo como lo es el relámpago del Catatumbo, ubicado en el estado Zulia producto
de un conjunto de condiciones atmosféricas que además es la primera fuente
regeneradora de la capa de ozono en el planeta, los vientos alisios del noreste en la
Sierra de Perijá los obliga a cambiar de rumbo y forma un vértice que genera una baja
presión, se ha comprobado que son de vital importancia en la producción del
relámpago. Estas tierras anegadas por el Catatumbo, fomentan la descomposición
vegetal que en combinación con la temperatura pueden llegar hasta 50 grados Celsius,
en la superficie estimulando la evaporación del agua y otras sustancias como el
metano. Además, factor clave en la producción del fenómeno, ya que, es más ligero
que el aire y genera un cambio de polaridad tanto en la superficie como en la nube,
cuyos cristales de agua generan una celda eléctrica natural que produce la descarga de
los múltiples rayos en esta región.

29
El fenómeno fue bautizado como "Relámpago del Catatumbo" porque se creía
que solo sucedía en el delta del río Catatumbo, mientras desembocaba en el lago de
Maracaibo, el más grande de Sudamérica. (fig.15)

Figura No. 14 Ubicación del Lago de Maracaibo, el Lago más


Grande de Suramérica.

El fenómeno en cuestión es un ciclo de tormentas eléctricas nube-nube nocturnas


que se generan sobre la desembocadura del rio Catatumbo con el más largo periodo
de recurrencia al año en la Tierra, desde abril a noviembre, con ciclos nocturnos de
hasta 8 horas de tormentas eléctricas y una intensidad de hasta 60 relámpagos por
minuto.

Se debe a la existencia de un gran lago tropical, el Lago de Maracaibo (el lago de


mayor extensión en Latinoamérica 13.210 km²) y al efecto orográfico producido por
la circulación de los vientos Alisios que provienen del Noreste de la región costera de
Venezuela, que al entrar a la Depresión del Zulia son forzados por la Serranía de
Perijá a cambiar de rumbo hacia el Sur sobre los Andes Venezolanos. Durante el día,
el suelo costero se calienta mucho más rápido que el agua del lago, la diferencia de
temperatura provoca que el viento sople del lago hacia la playa en dirección a la
Serranía de Perijá y la Cordillera de los Andes. (fig.16)

30
Figura No. 15 Relámpago del Catatumbo

Los Andes venezolanos, como unidad fisiográfica, constituyen una prolongación


de Los Andes colombianos orientales, que al entrar en Venezuela se bifurcan en la
Sierra de Perijá y en la Cordillera de Los Andes (MARN, 2004). En esta región se
presentan grandes variaciones de precipitación y temperatura, por lo que constituyen
los factores formadores que generan la mayor diversidad de suelos. De acuerdo con
Elizalde et al. (2007), la precipitación media anual varía desde menos de 400 mm
hasta más de 3500 mm, mientras que la temperatura media anual varía desde valores
bajo cero en las cumbres más altas y hasta cerca de 24 ºC en los sitios más bajos de la
región. La altitud varía desde 1000 hasta más de 4400 msnm, que representa una alta
proporción de la superficie (70%) ocupada por topografías escarpadas que encierran
pequeños valles intramontanos, el resto del territorio lo conforman paisajes de
piedemonte y planicies de las vertientes que drenan hacia los llanos y el Lago de
Maracaibo (MARN, 2004). Esta condición origina una compleja interacción entre el
relieve, los elementos y los sistemas atmosféricos (Andressen, 2007).

31
CAPÍTULO V

RASGOS EDÁFICOS

En la región de los Andes Venezolanos con una extensión que supera los 30.000
Km2 solo se ha realizado cartografía de unos pocos suelos del área. Algunos suelos de
la región de los Andes fueron descritos y clasificados en la 7 ma aproximación: la
serie paramo en el estado Mérida como Criumbrepte Entico y las series Zumbador y
Bramon en el estado Táchira como Tipocrulte Rodico y Tipumbrulte,
respectivamente.
Posteriormente fueron descritos y clasificados otros dos suelos, el Ureña franco
arcilloso como Ortustente Ustolico y el Capacho arcilloso como Calcustol Rendico.
Bajo condiciones de relieve tan accidentado y pendientes tan fuertes, los suelos están
sujetos a un activo proceso de rejuvenecimiento en las vertientes por el movimiento
de los materiales originarios a la superficie y en los fondos del valle y en los
pedimentos por el aporte de los materiales y el enriquecimiento por infiltración.
Solamente algunos suelos formados en restos de terrazas del Pleistoceno
presentan menor influencia de estos procesos y por lo tanto perfiles más desarrollados
relativamente. Las mayores variaciones de los suelos de esta unidad fisiográfica se
asocian con su posición en la terraza. Hasta hace unos 10 años estos suelos como hoy
los conocemos fueron dedicados al cultivo de diversos rubros agrícolas
En el área de la cuenca, los materiales transportados y depositados por los
procesos de aluvionamiento y coluviación han sido clasificados así: los de
granulometría gruesa, en la proximidad del piedemonte, y los más finos hacia la parte
central de la cuenca. Los suelos de la región se han desarrollado sobre una gran
variedad de materiales litológicos y texturales bajo cambiantes condiciones climáticas
y topográficas.

32
En los límites de la región se encuentran los suelos desarrollados sobre la roca
basal con relieve escarpado, y en la parte central, de topografía plana u ondulada, los
suelos se desarrollaron sobre materiales transportados

Entre los factores genéticos, el clima ha sido preponderante al causar un proceso


de formación continuo durante todo el ciclo anual, resultando perfiles muy
meteorizados salvo en los aluviones recientes.
Las áreas de suelos con mayores potencialidades agrícolas se localizan al sur del
Lago de Maracaibo, entre los ríos Zulia-Catatumbo al oeste y el río Mucujepe al este,
la cuenca del río Motatán, y el área situada entre los ríos Palmas y Apón. Los otros
suelos de la región varían en su potencialidad, pero tienen un significado singular los
de la sierra de Perijá por su vocación forestal y funciones de captación de agua; los
del área de la Guajira, por su aridez y textura arenosa, y el área entre los nos Santa
Ana y Catatumbo, de suelos orgánicos, bajo un régimen de inundación
semipermanente.
Muchos investigadores están de acuerdo en que ese "comportamiento
hidrológico" del páramo, se debe, en gran medida, a sus suelos.28 Sin embargo,
conviene tener presente que se trata de suelos muy sensibles a diferentes acciones que
los alteran.
Sin embargo, esta diversidad no es tanta como la que se tendría en zonas bajas y
más templadas debido principalmente al clima frio que hace más lentos los procesos
de descomposición químico de las rocas y formación de nuevos minerales. Por esta
razón la mayoría de los suelos de páramo son relativamente jóvenes y escasamente
desarrollados. En distintas zonas, los suelos parameros pueden cambiar e incluso
pueden hacerlo dentro de un mismo lugar, respondiendo a condiciones de vegetación,
topografía, posición en el paisaje y condiciones de humedad.
Los suelos de una buena parte de los páramos se formaron a partir de materiales
de origen glaciar y volcánico (rocas y cenizas volcánicas) modificados por los
factores de formación hasta llegar a constituir lo que reconocemos hoy como suelo.

33
En comparación con suelos de otros lugares, los suelos del páramo son relativamente
jóvenes. (fig.17)

Figura No. 16 Perfil de suelo de Paramo.

Este material meteorizado, con el tiempo, se va transformado y evolucionando


junto con la materia orgánica producida por la vegetación y otros organismos que se
establecen sobre él. La velocidad con la que se dan estos cambios y transformaciones
depende de la intensidad con la que actúan los siguientes factores de formación del
suelo

La Cordillera de los Andes geológicamente, está formada por rocas que han sido
expulsadas en forma de lava. Muchas de estas rocas que constituyen la cordillera, han
sido fragmentadas y arrastradas por la acción de los glaciares, los cuales además han
esculpido muchos de los paisajes del reglón, un ejemplo son los valles en forma de
"u". Todas estas rocas y fragmentos de roca son los materiales que dan origen al
suelo.

34
Otra característica de la cordillera de los Andes es la presencia de volcanes,
muchos de los cuales aún permanecen activos. Donde existen volcanes activos, estos
continúan aportando cenizas y otros materiales piroclásticos que se van depositando
en capas, que con el tiempo han contribuido a la formación de los suelos de algunas
zonas

Las diferencias entre los suelos que provienen de zonas de volcanismo antiguo y
las de volcanismo activo (cenizas recientes), son notorias y se manifiestan en muchas
de sus características. Por ejemplo, la textura del suelo en zonas de volcanismo
activo, aparece más áspera al tacto que la textura del suelo de volcanismo antiguo.
Existen regiones en la cordillera en donde las rocas son de origen metamórfico, lo que
también contribuye a que existan suelos con diferentes características.

En las cumbres andinas más altas los suelos se desarrollaron sobre depósitos y
sedimentos transportados por la acción de los glaciares, que fueron más extensos que
los vestigios que hoy se observan. La mayor parte de los paisajes de suelos de los
Andes se corresponden con laderas de las montañas con variaciones asociadas a las
pendientes (fig.18).

35

Figura No. 17 Composición de los suelos, en los Andes Venezolanos, donde se muestran los tipos de suelo en cada
formación.
CAPITULO VI

RASGOS BIOGEOGRÁFICOS

La vegetación andina está estrechamente vinculada con la pluviosidad elevada,


especialmente en la vertiente de altitud media y alta. Caracterizada por los numerosos
tipos boscosos y paramos con elevado grado de endemismo florístico. Entre la
variada gama de bosques basimontanos, submontanos y montanos cabe destaca la
selva nublada (Huber et al; 1998). Es importante señalar, que la selva nublada andina
destaca especies como pino aparrado y pino laso que alcanzan alturas hasta más de 40
metros. Por otro lado, los tipos de bosques que van de manera decreciente según la
altitud presentan como característica relevante la diversidad.

Obviamente, la unidad de paisaje vegetal reportada por Huber (2007) de los


andes es el páramo, que, en Venezuela, entre las depresiones de Tama y las últimas
estribaciones de Humicaro en Lara se evidencia una diversidad vegetal. Vivas en el
año 1992 indica que el páramo son regiones semi a hiperhúmedas, que destacan por
ser entre frescas y frías, es decir, que presenta una variabilidad en temperaturas típico
de las altas montañas tropicales; originarios de las regiones de los trópicos
determinados por rasgos climáticos donde se vincula lo vegetal, edáfica,
geomorfológico y micro climático que otorgan un especial condicionamiento de las
unidades vegetales, con variaciones locales gracias a la influencia de la precipitación
y otros elementos atmosféricos además del relieve.

Adicionalmente, se debe considerar que durante el pleistoceno (Salgado-


Labouriau, 1980) y el holoceno se fueron dando las últimas configuraciones de este
ecosistema gracias a la incidencia bio y rexhistática del último período glacial.
Monasterios (1980) divide en el páramo en tres grandes conjuntos:

36
1. El subpáramo, dominado por arbustos.

2. El páramo, cuyo predominio son las gramíneas y las espeletias (frailejones)


( fig.19)

3. El súperpáramo donde el endemismo se vincula con el rango altitudinal de las


nieves perpetúas.

En la Sierra de Perijá el predominio es de arbustrales parameros que se definen


como comunidades vegetales típicas de las zonas altoandinas por encima del límite de
los bosques y el límite entre ambos depende de las condiciones locales de
temperatura, la longitud de la estación seca y la masa relativa de las cadenas
montañosas. Por ejemplo, para la cordillera de Mérida, Monasterio y Reyes (1980)
reportan vegetación de páramo a 2.500 m. Por su parte, Azócar y Fariña (2003)
definen el límite inferior de la formación en 3.000 m para las vertientes secas y 3.400
m para las húmedas. Es posible observar algunos parches reconocidos como
vegetación paramoide a elevaciones menores que las señaladas para la cordillera de
los Andes.

Es propicio mencionar que, esta formación se desarrolla en ambientes


microtérmicos que pueden ser secos o húmedos dependiendo de la vertiente de la
montaña donde se encuentren, es decir, si están en sombra de lluvia o no. No
obstante, su distribución es fragmentada y su parche de mayor extensión está
asociado al estado Mérida según reporta Schubert (1976).

Es importante destacar, que el páramo andino se caracteriza por presentar un


estrato herbáceo con cañas, plantas en cojín, arbustos y hierbas en rosetas o
caulirrósulas y arboles aislados cuyas especies alcanzan una altitud promedio entre
los 0 y 2 metros de altura.

Para finalizar, el sistema andino es una región mega diversa en especies y


unidades vegetales que engloban un sinfín de ecosistema como páramos desérticos,

37
periglaciales, altoandinos, parameros; todo naciente en el piedemonte llanero y cuya
adaptación viene otorgada por la pedogénesis, el tiempo geológico al que han sido
expuesto y las variantes locales de los tipos climáticos existentes en la región.

Periglaciales: Se refiere un proceso geomórfico creados por el congelamiento de


agua en el hielo y a las áreas en donde estos procesos operan. La palabra periglaciar
aplicaba a áreas y procesos que ocurrían en las áreas aledañas a glaciares.
Actualmente se usa para asociar ciertas geoformas al congelamiento de aguas o a un
régimen de clima frio. También se le conoce como las zonas periglaciares son
aquellas regiones situadas alrededor de los glaciares.

Figura No. 18 Frailejones

El régimen
térmico constituye uno de los factores más significativos desde el punto de vista
ecológico cuando se trata de analizar el clima y la vegetación de las altas montañas
tropicales (Azócar y Monasterio 1980a - b, Baruch 1984, Sarmiento 1986). Este
factor resulta particularmente importante debido a que su variación influye en el
desenvolvimiento fisiológico vegetal, actuando sobre las tasas de crecimiento y el
mantenimiento de la integridad fisiológica vegetal (Austin y Smith 1989, Azócar y
Rada 1993, Cabrera 1996). Por tanto, la desaparición de una formación vegetal (Selva
Nublada) y la aparición de otra (Páramo) como su reemplazo está relacionados con la

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presencia de variaciones sustanciales en el hábitat, que las especies del hábitat
contiguo no podrían soportar (Armand 1992).

En cambio, para las especies de Páramo una barrera importante que dificultaría
fuertemente su avance hacia el bosque podría constituir su incapacidad de competir
adecuadamente, a menor altitud, con las especies arbóreas por recursos tan
importantes como los nutrientes y la luz en un sector dónde los árboles y arbustos
presentan un balance positivo de carbono y tasas de crecimiento relativamente
rápidas, y además alcanzan biomasas aéreas y subterráneas considerables.

En efecto, algunos autores enuncian que uno de los principales obstáculos para el
establecimiento de especies herbáceas de grandes altitudes en los bosques
circundantes de altitudes menores, podría deberse a que en éstos las especies arbóreas
dominantes influyen y recrean constantemente el suelo y el microclima del bosque
ocasionando un hábitat eventualmente hostil para las especies de altitudes mayores
(Sukachev y Dylis 1968, citados por Glavac et al 1992) (fig.20).

Figura No.19 Pisos térmicos de los Andes Venezolanos

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CONCLUSIONES GENERALES

Los Andes venezolanos, accidente orográfico más prominente del país, tienen
unos 36.120 kilómetros 39 cuadrados de extensión. Toda la cadena constituye una
culminación topográfico-tectónica, centrada en los alrededores de la ciudad de
Mérida, donde se presentan los picos más elevados (Bolívar, 5.007 metros) y las
unidades más antiguas (Grupo Iglesias, Precámbrico Superior).

Es bien sabido que para hacer referencia de esta unidad fisiográfica hacer la
conceptualización de glaciar, que no es más un cuerpo de hielo que fluye sobre una
superficie terrestre y consta principalmente de nieve recristalizada, donde la
distribución de los sedimentos nos revela que un pasado reciente las variaciones
climáticas fueron muchos menores que en la actualidad. Asi pues, las variaciones
climáticas evocan inmediatamente a los paleoclimas, que no es más que el estudio de
los climas antes del presente.

En relación al relámpago del Catatumbo, podemos decir que fenómeno natural


que ocurre en el sur del lago de Maracaibo, ha despertado la necesidad de establecer
sus múltiples causas generándose diversas hipótesis, teorías que permitan explicar el
carácter localizado, recurrente y antiguo del mismo, continua siendo hoy motivo de
controversias, de amplia discusión en el campo de la ciencia, cuyas posiciones
reflejan que no existen acuerdos para su completa comprensión, pero que sin
embargo, desde el punto de vista educativo tiene sin duda un valor pedagógico,
histórico, cultural y científico que debe ser difundido en los espacios del
conocimiento popular y académico, que conduzcan a la búsqueda ansiada del porqué
de tales eventos, teniendo presente que el fenómeno fulguroso es una manifestación

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plena de la naturaleza cuyo estudio debe darse desde el enfoque de la
interdisciplinariedad del conocimiento

Las características físicas, químicas y mineralógicas de los suelos estudiados


responden en lo fundamental a los elementos formadores material parental y clima.
Los suelos son ácidos, desaturados.

La riqueza biológica que alberga esta región es extraordinaria, pues la mayor


parte de sus especies han desarrollado complejas adaptaciones para vivir bajo las
condiciones climáticas más extremas. Mecanismos para retener el agua, protegerse
del viento y mantener una temperatura adecuada, hacen posible la existencia de la
vida en las elevadas alturas. La variedad de plantas y animales presentes en el páramo
deriva de la alta diversidad de hábitats allí desarrollados, como las lagunas de origen
glaciar, las laderas rocosas, las turberas y los pantanos.

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GLOSARIO DE TERMINOS

A
Aluvial: adj. Terreno que se ha formado a partir de materiales arrastrados y
depositados por corrientes de agua.
B
Biodiversidad: Variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente o
un espacio determinado.
C
Circo glaciar: Depresión en forma de anfiteatro producida por la erosión glaciar en
las paredes montañosas o en el nacimiento de los valles.
Cuenca sedimentaria: Zona deprimida de la corteza terrestre, de origen tectónico,
donde se acumulan sedimentos.
Clima: Estado típico o promedio de las condiciones de la atmosfera en una región
dado a lo largo de un periodo de varios años.
D
Diversidad Biológica: otro nombre para la Biodiversidad
E
Erosión: Desgaste y modelación de la corteza terrestre causados por la acción del
viento, la lluvia, los procesos fluviales, marítimos y glaciales y por la acción de los
seres vivos.
G
Gelifracción: Proceso mediante el cual los afloramientos rocosos se fracturan por el
proceso alterno y continuo del congelamiento y fusión del agua que penetra las
fisuras de la roca.
Geoformas: Estructuras simples que caracterizan un terreno
Glaciación: Intervalo de tiempo en la historia del planeta caracterizado por un
descenso de las temperaturas medias globales y la formación de glaciares
Glaciar de Valle: Tipo de glaciar que ocupa un valle de la montaña producido
originalmente por la erosión de ríos.

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H
Hidrografía: Características hídricas, especialmente de los recursos hídricos
continentales.
Hidrología: Estudio de las propiedades físicas, químicas y mecánicas del agua
continental y marítima, su distribución y circulación en la superficie de la Tierra, en
el suelo y en la atmósfera.
M
Morrena: Manto de material rocoso acarreado por un glaciar y depositado al final o a
los lados de este.

P
Placa tectónica: Partes rígidas superficiales de la tierra, del orden de un centenar de
kilómetros de espesor, cuyo conjunto constituye la litósfera.
Pluviosidad: Cantidad de lluvia que recibe un sitio en un período determinado de
tiempo.
R
Rocas metamórficas: Rocas formadas por la modificación de otras preexistentes en
el interior de la Tierra, mediante un proceso llamado metamorfismo. A través del
calor, presión y/o fluidos químicamente activos, se produce la transformación de
rocas que sufren ajustes estructurales y mineralógicos.
Rocas sedimentarias: Rocas que se forman por acumulación de sedimentos, los
cuales son partículas de diversos tamaños que son transportadas por el agua, el hielo o
el viento y son sometidas a procesos físicos y químicos, que dan lugar a materiales
consolidados.
S
Septentrional: adj. Del norte o relacionado con él

V
Vientos Alisios: Son vientos constantes que soplan del NE en el hemisferio norte y
del SE en el hemisferio sur.

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REFERENCIAS

Vivas Leonel (1992). Los Andes venezolanos. Publicación Academia Nacional


de la Historia. Los Andes venezolanos.

Zinck Alfred (1982). Los Ríos de Venezuela. Cuadernos Lagoven Los ríos de
montaña.

Carlos Schubert, (1982). Los Andes Venezolano durante la Ultima Epoca


Glacial.

La Marca, E. (1997) Origen y Evolución Geológica de la Cordillera de Mérida.


Andes de Venezuela. Cuadernos de la Escuela de Geografía. Universidad de Los
Andes. Mérida, Venezuela.

Delgadillo Alejandro, Ferrer Carlos y Dugarte Marbella (2008-2009) Aspectos


hidrogeomorfológicos de un sector de los Andes merideños (Venezuela): Un intento
de zonificación por crecidas y flujos de detritos.

Schubert C., (1977), Investigaciones geológicas en los Andes de Venezuela.


Iberoamerikanisches Archiv. N. F., 3, 295-309.

Schubert C., (1980), Bibliografía geológica de los Andes de Mérida. Boletín de


la Sociedad Venezolana de Ciencias Naturales, 34(137), 281-320.

Shagam R., (1972), Evolución tectónica de los Andes Venezolanos. Boletín de


Geología (Venezuela), Pub. Esp. 5, 2, 1201-1261.

Laffaille J., 1981, Mecanismos focales de algunos eventos sísmicos en el


occidente de Venezuela. Tesis de grado, Universidad de los Andes (ULA), Mérida.

Centeno-Grau M., 1940, Estudios Sismológicos. Litografía de Comercio,


Caracas.

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