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Universidad de Concepción

Facultad de Ciencias Químicas


Departamento de Ciencias de la Tierra

ESTRATIGRAFIA, PETROGRAFIA Y GEOQUIMICA


DEL VOLCAN ANTUCO Y SUS DEPOSITOS
(ANDES DEL SUR, 37º25’S)

Memoria para optar al título de Geólogo

SILKE LOHMAR

Profesor Patrocinante y Guía: Leopoldo López-Escobar


Geólogo Guía: Hugo Moreno Roa
Profesores Comisión: María Eugenia Cisternas Silva
Oscar Figueroa Arriagada

Concepción, Chile.
2000
RESUMEN
El Volcán Antuco se ubica en la Cordillera de los Andes de la Región del Bío-Bío. Corresponde a un
estratovolcán compuesto, localizado en la Zona Volcánica Sur Central de los Andes. La actividad de este centro
volcánico comenzó hace unos 130.000 años y en él se distinguen dos unidades principales: 1) un edificio
primario (Antuco I) cuya evolución terminó con el colapso del cono y la formación de una caldera hace,
aproximadamente, 6.200 años, y 2) un cono más joven (Antuco II), anidado en la caldera mencionada. El colapso
del cono está probablemente relacionado con una violenta erupción freatomagmática, de tipo Bandai-San,
generándose una voluminosa avalancha, que descendió por el valle del Río Laja. Además, la erupción estuvo
acompañada por descargas de una gigantesca oleada piroclástica, que descendió también hacia el W, por el
mismo valle, alcanzando una distancia de alrededor de 60 km del centro volcánico. Su volumen mínimo estimado
es de unos 5 km3, siendo una de las mayores a nivel mundial.
El basamento del Volcán Antuco está constituido por rocas sedimentarias de edad miocena (Formación
Curamallín) y unidades volcánicas pleistocénicas pertenecientes al Volcán Sierra Velluda.
Durante su evolución, el Volcán Antuco ha emitido abundantes flujos de lavas y piroclásticos subordinados, de
composición predominantemente basáltica y andesítico-basáltica. Sin embargo, durante el desarrollo de este
trabajo se encontraron lavas y diques de composición andesítica a dacítica en las unidades del Antuco I. Además,
se observaron depósitos de flujos piroclásticos pumicíticos generados por el Antuco I a comienzos del
Postglacial.
Independiente de la unidad a que pertenecen, los basaltos y andesitas basálticas del Volcán Antuco presentan
textura porfírica y contienen fenocristales de plagioclasa, principalmente, y olivino y clinopiroxeno, en menor
cantidad. Las rocas del Antuco I contienen, además, ortopiroxeno. La textura de la masa fundamental es,
generalmente, intergranular a intersertal y, localmente, pilotaxítica.
Las andesitas y dacitas del Antuco I presentan también textura porfírica y contienen fenocristales de plagioclasa,
principalmente, y clinopiroxeno, ortopiroxeno y olivino, en menor cantidad. Algunos fenocristales muestran
características de desequilibrio. La textura de la masa fundamental varía de pilotaxítica e hialopilítica a
intergranular e intersertal. La secuencia del Antuco I está intruida por diques y filones mantos cuya composición
varía entre andesita basáltica y dacita. En un filón manto dacítico se encontró anfíbola.
Este estudio ha revelado una historia explosiva desconocida para el Volcán Antuco. En efecto, aparte de, a lo
menos, tres flujos piroclásticos asociados a la actividad del Antuco II, se han encontrado depósitos de materiales
de caída, tipo ceniza y lapilli escoriáceo y pumíceo, hacia el oriente de la zona de estudio. Estos depósitos
evidencian la ocurrencia de erupciones de tipo estrombolianas vigorosas a subplinianas. Intercalados en ellos, se
encontraron depósitos de flujos piroclásticos que remontaron cordones montañosos de más de 500 m de altura y
se internaron dentro de territorio argentino. Estos antecedentes, colocan al Volcán Antuco entre los volcanes más
peligrosos de los Andes del Sur entre Los Angeles (37,4ºS) y Puerto Montt (41,5ºS). En tiempos históricos y sólo
desde 1624, el volcán ha presentado, al menos, 19 erupciones siendo la mayor en 1853 y la última en 1911.
Los elementos mayores y trazas del Volcán Antuco indican un considerable fraccionamiento de olivino,
clinopiroxeno, plagioclasa y magnetita durante la diferenciación de sus magmas. El empobrecimiento marcado de
los HFSE (elementos de alta densidad de carga) en las muestras de este centro volcánico podría sugerir la
existencia de rutilo residual en la corteza oceánica que subducta, el cual retiene dichos elementos. Así, los fluidos
derivados de la deshidratación del ‘slab’ (corteza oceánica subductada) pueden estar lo suficientemente
deprimidos en HFSE, evitando el enriquecimiento subsecuente de estos elementos en la cuña de manto. Lo
anterior es congruente con las bajas razones de Rb/Cs (< 20) y razones relativamente altas de Ba/La (21-27) de
las muestras del Volcán Antuco, que indican mayor influencia de fluidos provenientes de la placa oceánica
subductada en la cuña de manto. Esto implica, a su vez, mayor grado de fusión, dando razones relativamente
bajas de La/Yb (< 6). Los basaltos de este centro volcánico son pobres en MgO, Ni y Cr, lo cual indica que sus
magmas primarios experimentaron un fraccionamiento de olivino y piroxeno. Sus bajas razones isotópicas de Sr
y relativamente altas de Nd, que son aproximadamente constantes en el rango basalto-andesita, sugieren que los
magmas evolucionaron en sistema cerrado. Los magmas primarios del Volcán Antuco se habrían generado por
10% de fusión fraccionada de un manto consistente de peridotita de granate, enriquecido en Sr, Rb y Ba por
fluidos provenientes de la corteza oceánica subductada. En su ascenso, los magmas se habrían estancado en la
corteza inferior, donde habrían experimentado un fraccionamiento dominado por olivino y clinopiroxeno. En
cámaras magmáticas superficiales habría predominado el fraccionamiento de plagioclasa sobre los minerales
anteriores.
INDICE GENERAL

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RESUMEN

1 INTRODUCCION............................................................................................. 1

1.1 OBJETIVOS................................................................................................ 1
1.2 UBICACION DEL AREA DE ESTUDIO Y VIAS DE ACCESO.......... 1
1.3 METODO DE TRABAJO.......................................................................... 2
1.3.1 Etapa de Pre-Terreno......................................................................... 2
1.3.2 Etapa de Terreno................................................................................ 3
1.3.3 Trabajo de Laboratorio y Gabinete................................................. 3
1.4 CLIMA, FLORA Y FAUNA...................................................................... 4
1.5 GEOMORFOLOGIA.................................................................................. 4
1.6 ESTUDIOS ANTERIORES....................................................................... 5
1.6.1 Geología Regional............................................................................... 5
1.6.2 Petrología y Geocronología............................................................... 9
1.7 RECURSOS................................................................................................. 11
1.8 AGRADECIMIENTOS.............................................................................. 11

2 MARCO GEOLOGICO REGIONAL............................................................ 13

2.1 INTRODUCCION....................................................................................... 13
2.2 GEOLOGIA DEL BASAMENTO DEL VOLCAN ANTUCO............... 14
2.2.1 Rocas Estratificadas........................................................................... 14
2.2.1.1 Formación Curamallín........................................................... 14
2.2.2 Rocas Intrusivas................................................................................. 18
página

2.2.3 Volcán Sierra Velluda........................................................................ 19


2.2.3.1 Generalidades......................................................................... 19
2.2.3.2 Unidad Sierra Velluda I......................................................... 19
2.2.3.3 Unidad Sierra Velluda II....................................................... 20
2.2.3.4 Edad del Volcán Sierra Velluda............................................ 21
2.2.4 Cono Poligénico de Quilleco.............................................................. 22
2.3 VOLCAN ANTUCO................................................................................... 23
2.3.1 Antuco I............................................................................................... 23
2.3.2 Depósito de Avalancha Volcánica del Volcán Antuco.................... 23
2.3.3 Antuco II............................................................................................. 24
2.4 DEPOSITOS NO CONSOLIDADOS....................................................... 24
2.4.1 Depósitos Morrénicos Antiguos........................................................ 24
2.4.2 Terrazas Poligénicas de Trupán-Laja.............................................. 25
2.4.3 Depósitos Avenidales......................................................................... 27
2.4.4 Depósitos Morrénicos Recientes....................................................... 28
2.4.5 Depósitos de Conos Proglaciales....................................................... 29
2.4.6 Depósitos de Terrazas Fluviales....................................................... 29
2.4.7 Depósitos Aluvionales........................................................................ 30
2.4.8 Depósitos de Cursos Fluviales................................................. ......... 30
2.4.9 Depósitos Coluviales y Conos de Deyección.................................... 31
2.4.10 Depósitos de Escombreras............................................................... 31
2.4.11 Depósitos Lacustres......................................................................... 32
2.4.12 Depósitos de Playas Lacustres........................................................ 33
2.4.13 Depósitos Laháricos......................................................................... 33
2.4.14 Depósitos Piroclásticos.................................................................... 34
2.4.15 Depósitos Eólicos.............................................................................. 34
2.5 ESTRUCTURAS Y FASES TECTONICAS.............................................. 35
página

3 GEOLOGIA DEL VOLCAN ANTUCO........................................................ 37

3.1 GENERALIDADES.................................................................................... 37
3.2 ACTIVIDAD EFUSIVA DEL VOLCAN ANTUCO I............................. 42
3.2.1 Estratigrafía........................................................................................ 42
3.2.2 Petrografía Microscópica.................................................................. 49
3.3 AVALANCHA VOLCANICA................................................................... 57
3.4 ACTIVIDAD EFUSIVA DEL VOLCAN ANTUCO II........................... 60
3.4.1 Estratigrafía........................................................................................ 60
3.4.2 Petrografía Microscópica.................................................................. 65
3.5 CENTROS VOLCANICOS ADVENTICIOS.......................................... 69
3.5.1 Centro Volcánico La Herradura........................................................ 70
3.5.2 Centro Volcánico NN......................................................................... 71
3.5.3 Centro Volcánico Los Pangues......................................................... 72
3.6 DISCUSION PETROGRAFICA............................................................... 74
3.7 ACTIVIDAD EXPLOSIVA DEL VOLCAN ANTUCO......................... 77
3.7.1 Introducción........................................................................................ 77
3.7.2 Depósitos Piroclásticos....................................................................... 77

4 HISTORIA GEOLOGICA............................................................................... 88

4.1 HISTORIA DEL BASAMENTO DEL VOLCAN ANTUCO.................. 88


4.2 HISTORIA ERUPTIVA Y EVOLUCION DEL VOLCAN ANTUCO... 89
página

5 GEOQUIMICA DEL VOLCAN ANTUCO................................................... 95

5.1 INTRODUCCION....................................................................................... 95
5.2 GEOQUIMICA DE ELEMENTOS MAYORES..................................... 95
5.2.1 Diagramas Discriminatorios.............................................................. 100
5.2.2 Diagramas de Harker......................................................................... 104
5.2.3 Discusión.............................................................................................. 108
5.3 GEOQUIMICA DE ELEMENTOS TRAZAS......................................... 109
5.3.1 Elementos Trazas versus Sílice normalizada................................... 122
5.3.2 Geoquímica de Tierras Raras........................................................... 129
5.3.3 Diagramas Multielementales............................................................ 130
5.3.4 Razones de Elementos Incompatibles.............................................. 133
5.3.5 Razones Isotópicas............................................................................. 140
5.3.6 Discusión............................................................................................. 143
5.4 PETROGENESIS........................................................................................ 145
5.4.1 Introducción........................................................................................ 145
5.4.2 Identificación de Procesos................................................................. 145
5.4.3 Modelo de Fusión Parcial.................................................................. 146
5.4.4 Cálculo del Sólido Residual............................................................... 150
5.4.5 Modelo de Cristalización................................................................... 151
5.4.6 Discusión............................................................................................. 154

6. CONCLUSIONES............................................................................................ 156

7 REFERENCIAS................................................................................................ 160
INDICE DE FIGURAS

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Figura 1: Mapa de ubicación y acceso del área de estudio............................. 2


Figura 2: Mapa de ubicación del Volcán Antuco dentro de la
Zona Volcánica Sur (modificado de LOPEZ-ESCOBAR
et al., 1993). Abreviaciones: NVZ = Zona Volcánica Norte;
CVZ = Zona Volcánica Central; SVZ = Zona Volcánica Sur;
AVZ = Zona Volcánica Austral; NSVZ = Zona Volcánica
Sur Norte; TSVZ = Zona Volcánica Sur Transicional;
CSVZ = Zona Volcánica Sur Central;
SSVZ = Zona Volcánica Sur Sur...................................................... 39

Figura 3: Columna estratigráfica Sector Estero El Aguado (Subunidad I1).


Descripción de muestras en Anexo A. La simbología empleada
en todas las columnas está explicada en el Anexo B........................ 44

Figura 4: Columna estratigráfica Sector Agua Enterrada (Subunidad I1).


Descripción de muestras en Anexo A.............................................. 46

Figura 5: Diagrama de variación de los contenidos modales


de fenocristales en las muestras del Volcán Antuco
versus su abundancia en sílice.......................................................... 75

Figura 6: Columna estratigráfica Sector Paso Pichachén.


Descripción de muestras en Tabla 4. .............................................. 81

Figura 7: Columna estratigráfica Sector Río Pino.


Descripción de muestras en Tabla 4. .............................................. 82

Figura 8: Columna estratigráfica Sector Estero Correntoso.


La secuencia piroclástica está parcialmente retrabajada
y corresponde, probablemente, a la actividad del Antuco II.
Descripción de muestras en Tabla 4................................................. 84

Figura 9: Columna estratigráfica del sector en el extremo S del Lago Laja.


La secuencia que yace sobre el depósito morrénico se podría
correlacionar, tentativamente, con la columna de la Figura 8.
La datación de 14C realizado en restos de carbón extraídos del
flujo piroclástico superior dio 270±60 A.P....................................... 85
página

Figura 10: Columna estratigráfica de la secuencia observada en la


ladera S del valle del Río Laja, 5 km al W de la localidad
de Abanico. La datación por 14C en el flujo piroclástico
superior del afloramiento dio 100±40 A.P. (Muestra 220199-6c)... 87

Figura 11: Diagrama álcalis total versus sílice. La línea gruesa


corresponde al límite entre las series alcalina y subalcalina
de IRVINE y BARAGAR (1971); las segmentadas limitan
el campo de alto aluminio definido por KUNO (1966).
En este diagrama se observa que las distintas unidades del
Volcán Antuco se ubican en el campo subalcalino.
Dentro de este, la mayoría de las rocas del Volcán Antuco se
distribuyen en el campo de alto aluminio. ..................................... 101

Figura 12: Diagrama de clasificación de rocas volcánicas


(PECCERILLO y TAYLOR, 1976), para las muestras
del Volcán Antuco. A modo de comparación, se
muestran los campos ocupados por otros volcanes
de la SVZ (LOPEZ-ESCOBAR, datos inéditos)............................ 103

Figura 13: Diagrama AFM para las muestras del Volcán Antuco.
El límite entre los campos toleítico y calcoalcalino es el
propuesto por IRVINE y BARAGAR (1971). .............................. 104

Figura 14: Diagramas de Harker para el Volcán Antuco


(valores en % p/p)........................................................................... 105

Figura 15: Diagramas de elementos trazas (en ppm) versus sílice


normalizada (en % p/p).................................................................. 124

Figura 16: Diagrama de tierras raras normalizadas a los valores


del condrito de McDONOUGH y SUN (1995), para
muestras del Volcán Antuco........................................................... 129

Figura 17: Concentraciones de elementos trazas normalizadas con


respecto al manto (valores normalizados de McDONOUGH
y SUN, 1995), para muestras del Antuco I..................................... 131

Figura 18: Concentraciones de elementos traza normalizadas con


respecto al manto (valores normalizados de McDONOUGH
y SUN, 1995), para muestras del Antuco II
y centros adventicios....................................................................... 131
página

Figura 19: Diagramas de razones de elementos incompatibles versus


sílice normalizada (en % p/p) para el Volcán Antuco................... 133

Figura 20: Diagramas que involucran los elementos Al, Sr


(afines con la plagioclasa), Ca y Sc (afines con el
clinopiroxeno), para el Volcán Antuco........................................... 137

Figura 21: Diagrama de 143Nd/144Nd versus 87Sr/86Sr para el Volcán Antuco.


Como una comparación, esta figura también incluye datos de:
a) otros centros volcánicos de la CSVZ (LVP: Lanín-Villarrica-
Puyehue, OS: Osorno y CA: Calbuco)
b) centros volcánicos de la NSVZ y TSVZ (PP-NCH: Planchón
Peteroa-Nevados de Chillán, MA: Maipo y SJ: San José) y
c) ambientes oceánicos (EPR: Dorsal del Pacífico Este,
EI: Isla de Pascua, SG: Archipiélago Sala y Gómez,
JF: Archipiélago Juan Fernández, SA: Isla San Ambrosio,
SF: Isla San Félix).
(modificado de LOPEZ-ESCOBAR y VERGARA, 1997)................ 141

Figura 22: Diagrama de 207Pb/204Pb versus 206Pb/204Pb para el Volcán


Antuco. Se muestran, a modo de comparación, los campos
definidos por las distintas provincias de la Zona Volcánica
Sur (SVZ) (modificado de LOPEZ-ESCOBAR et al., 1993;
basado en HILDRETH y MOORBATH (1988) y referencias
incluidas e HICKEY et al. (1989) y referencias incluidas)............ 142

Figura 23: Diagrama de 208Pb/204Pb versus 207Pb/204Pb para el Volcán


Antuco. Se muestran, a modo de comparación, los campos
definidos por las distintas provincias de la Zona Volcánica
Sur (SVZ) (modificado de LOPEZ-ESCOBAR et al., 1993;
basado en HILDRETH y MOORBATH (1988) y referencias
incluidas e HICKEY et al. (1989) y referencias incluidas)............ 143

Figura 24: Diagrama de Cr versus Y para el Volcán Antuco. Además,


se presenta la curva modelo del proceso de fusión parcial
fraccionada, indicando el porcentaje de fusión de una fuente
ideal (manto primitivo de McDONOUGH y SUN, 1995).............. 146
página

Figura 25: Diagrama de tierras raras normalizadas (condrito de


McDONOUGH y SUN, 1995) que muestra la composición del
sólido parental, líquido generado y sólido residual, luego de
10% de fusión parcial fraccionada. A modo de comparación,
se presenta el patrón de tierras raras de una de las
muestras más primitivas del Volcán Antuco
(17L; 49,91% de SiO2).................................................................... 150

Figura 26: Diagrama de tierras raras normalizadas (condrito de


McDONOUGH y SUN, 1995) que muestra los patrones del
líquido residual tras 5% de fraccionamiento de olivino y
clinopiroxeno. A modo de comparación, se presenta el rango
de los basaltos del Volcán Antuco.................................................. 153

Figura 27: Concentraciones de elementos trazas normalizadas con


respecto al manto (valores normalizados de McDONOUGH y
SUN, 1995), para el líquido residual, calculado a partir del
fraccionamiento de 5% de olivino y clinopiroxeno, y la
Muestra 17L del Volcán Antuco.................................................... 154

Figura 28: Diagrama triangular de BAKER y EGGLER (1987), para el


Volcán Antuco.
Ol = (FeO+Fe2O3+MgO+MnO+Al2O3-CaO-Na2O-K2O)/2
Pl =Al2O3+Na2O+K2O
SiOr = SiO2-2K2O-(Al2O3+FeO-Fe2O3+MnO+
MgO+3CaO+11Na2O+3K2O)/2......................................... 155

Figura 29: Diagrama de resumen de la posible petrogénesis de las


lavas del Volcán Antuco................................................................. 155
INDICE DE FOTOGRAFIAS

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Foto 1: El Volcán Antuco, distinguiéndose la caldera del edificio I


y el cono casi perfecto del edificio II (Antuco I y II)............................ 40

Foto 2: Corte transparente de un basalto típico del Antuco I


(Subunidad I1, Muestra 230199-6), con textura porfírica
y fenocristales de plagioclasa (pl) y ortopiroxeno (opx)
formando una textura glomeroporfírica. La masa fundamental
presenta una textura intergranular. Nicoles cruzados (20x)................ 51

Foto 3: Corte transparente de un basalto del Antuco I (Subunidad I1,


Muestra 230199-9) que contiene un xenolito de cuarzo (Qz).
La lava presenta una textura porfírica, con fenocristales de
plagioclasa (pl). Nicoles cruzados (20x)................................................. 52

Foto 4: Corte transparente de un filón manto que intruye a las


lavas del Antuco I (Subunidad I1, Muestra 230199-1),
con fenocristales de oxihornblenda (ohbl). Luz polarizada
plana (20x)............................................................................................. 53

Foto 5: Corte transparente de una dacita del Antuco I (Subunidad I1,


Muestra 250199-1), con fenocristales de plagioclasa (pl) y
olivino (ol), el cual está rodeado por ortopiroxeno (px) y
presenta óxido de hierro (oh) en sus bordes y a lo largo
de sus fracturas. Nicoles cruzados (40x)................................................ 54

Foto 6: Corte transparente de una andesita del Antuco I


(Muestra 250199-4) que contiene un probable xenolito con
cristales grandes de plagioclasa, olivino y clinopiroxeno.
Los minerales máficos están muy alterados, de color negro.
Luz polarizada plana (20x).................................................................... 55

Foto 7: Corte transparente de la misma andesita anterior, con un


probable xenolito de naturaleza subvolcánica, compuesto por
plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y minerales opacos.
Nicoles cruzados (40x)........................................................................... 55

Foto 8: Corte transparente de la andesita mencionada anteriormente,


el cual muestra un probable xenolito de textura subofítica,
constituido por clinopiroxeno y plagioclasa.
Luz polarizada plana (40x).................................................................... 56
página

Foto 9: Depósito de oleadas piroclásticas (op) debajo de las primeras


coladas de lavas emitidas por el Antuco II (QvaII1).
Separando a las dos unidades se observa un posible
depósito aluvional (Qaf)........................................................................ 62

Foto 10: Corte transparente de una andesita basáltica de la Subunidad II1


del Antuco I (Muestra 211098-6), que muestra una textura
glomeroporfírica compuesta por plagioclasa (pl), olivino (ol) y
clinopiroxeno (cpx). La masa fundamental presenta una textura
intersertal. Luz polarizada plana (40x). ............................................. 67

Foto 11: Típica textura “sieve” en fenocristales de plagioclasa


pertenecientes al Antuco II. La masa fundamental posee una
textura intergranular a intersertal (Muestra 211098-3).
Luz polarizada plana (40x). ................................................................ 68

Foto 12: Corte transparente de una andesita basáltica del Antuco II


(Muestra 211098-2), con fenocristales de plagioclasa (pl),
olivino (ol) y clinopiroxeno (cpx). Se observa que el clinopiroxeno
presenta embahiamiento. Nicoles cruzados (20x). ............................. 68

Foto 13: Corte transparente de una colada basáltica del Centro Volcánico
La Herradura (Muestra 250199-13). Se aprecia una textura
glomeroporfírica, constituida por olivino (ol), clinopiroxeno (cpx)
y plagioclasa (pl), además de un probable autolito (au).
Nicoles cruzados (20x). ....................................................................... 71

Foto 14: Corte transparente de la colada andesítico-basáltica del Centro


Volcánico NN (Muestra 230199-12). Se observan fenocristales
de plagioclasa (pl) y olivino (ol) que, localmente, forman una
textura glomeroporfírica. Nicoles cruzados (20x)............................... 72

Foto 15: Corte transparente de la colada basáltica del Centro Volcánico


Los Pangues (Muestra 201098-1), mostrando fenocristales de
olivino (ol) y plagioclasa (pl) que forman, localmente, una
textura glomeroporfírica. Nicoles cruzados (20x)................................ 73

Foto 16: Corte transparente de la misma lava anterior, mostrando un


probable xenolito subvolcánico, constituido por plagioclasa,
olivino, clinopiroxeno y ortopiroxeno. Nicoles cruzados (20x)........... 74
página

Foto 17: Lente de pómez (base) y escoria (techo), dispuesto entre dos
morrenas de la última glaciación. Se indica el movimiento del
hielo que va de NW a SE......................................................................... 79

Foto 18: Secuencia piroclástica observada en el Sector Paso Pichachén.


Corresponde a la columna de la Figura 6 y se trata de una
alternancia entre flujos piroclásticos y material de caída.................. 80

Foto 19: Afloramiento a orillas del Río Pino cuya secuencia está
detallada en la columna de la Figura 7............................................... 83
INDICE DE TABLAS

página

Tabla 1: Resumen petrográfico de las muestras analizadas del Antuco I.


Simbología en Anexo C....................................................................... 50

Tabla 2: Resumen petrográfico de las muestras analizadas del Antuco II.


Simbología en Anexo C....................................................................... 66

Tabla 3: Resumen petrográfico de las muestras analizadas de los


distintos centros volcánicos adventicios del Volcán Antuco.
Simbología en Anexo C......................................................................... 69

Tabla 4: Resumen de las características granulométricas y


composicionales de los depósitos de caída del Volcán Antuco........... 78

Tabla 5: Abundancia de elementos mayores en lavas del Volcán Antuco I.... 96

Tabla 6: Abundancia de elementos mayores en lavas del Volcán Antuco II... 98

Tabla 7: Abundancia de elementos mayores en lavas de los distintos


centros adventicios del Volcán Antuco. ............................................ 98

Tabla 8: Abundancia de elementos mayores en depósitos de


piroclastos de caída del Volcán Antuco.............................................. 99

Tabla 9: Abundancia de elementos trazas en lavas del Volcán Antuco I....... 111

Tabla 10: Abundancia de elementos trazas en lavas del Volcán Antuco II.... 116

Tabla 11: Abundancia de elementos trazas en lavas de los


distintos centros adventicios del Volcán Antuco.............................. 118

Tabla 12: Abundancia de elementos trazas en depósitos de


piroclastos de caída del Volcán Antuco............................................ 119

Tabla 13: Coeficientes de distribución (mineral/fundido) para


composiciones basálticas y andesítico-basálticas
(ROLLINSON, 1993 y referencias incluidas)................................... 128

Tabla 14: Razones de elementos incompatibles para el Volcán Antuco......... 138

Tabla 15: Razones isotópicas para muestras del Volcán Antuco.................... 140
página

Tabla 16: Datos del modelo de fusión parcial fraccionada y sólido residual
para un grado de fusión de 10%.
Explicaciones:
Kmineral/líquido: coeficiente de distribución específico
Pmineral: fracción de líquido generado que proviene de la
fase mineral original
Xmineral: abundancia relativa de la fase mineral en el
sólido parental..................................................................... 148

Tabla 17: Datos del modelo de cristalización fraccionada de Rayleigh.


Explicaciones:
Kmineral/líquido: coeficiente de distribución específico
Zmineral: fracción de líquido que cristaliza como fase mineral
D=1/F ∑(K Z).................................................................................... 152

INDICE DE ANEXOS

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ANEXO A: DESCRIPCION DE CORTES TRANSPARENTES................... 168

ANEXO B: SIMBOLOGIA EMPLEADA EN COLUMNAS


ESTRATIGRAFICAS.................................................................... 182

ANEXO C: SIMBOLOGIA EMPLEADA EN TABLAS 1, 2 Y 3.................. 184

ANEXO D: MAPA GEOLOGICO DEL AREA DEL VOLCAN


ANTUCO (MODIFICADO DE MORENO ET AL.,
1984 Y 1986).............................................................................. fuera de texto
1 INTRODUCCION

1.1 OBJETIVOS

Los objetivos del presente estudio son:


(a) Identificar y describir los depósitos, tanto de carácter efusivo como explosivo, del Centro
Volcánico Antuco.

(b) Determinar las características petrográficas y geoquímicas de las distintas unidades del
centro volcánico.

(c) Modelar los procesos que influyeron en la generación y evolución de los magmas que
originaron los productos del Volcán Antuco.

1.2 UBICACION DEL AREA DE ESTUDIO Y VIAS DE ACCESO

El sector estudiado se sitúa en la Cordillera de los Andes de la Región del Bío-Bío (Fig. 1) y
pertenece a la provincia del mismo nombre. Está comprendido entre las siguientes
coordenadas geográficas: 37o21’- 37o30’ latitud S y 71o15’ – 71o29’ longitud W. Sus
coordenadas UTM son: N 5.847.000 m - N 5.864.000 m y E 280.000 m - E 300.000 m.
El acceso se realiza desde la ciudad de Los Angeles por el camino internacional a
Argentina (Q-45). Este se encuentra pavimentado y en buenas condiciones hasta el pueblo de
Antuco. Luego, es ripiado hasta alcanzar la frontera con Argentina en el Paso Pichachén.

1
72º N
lín
iguil
Río D
37º
ta
Ita
Rí o
SANTIAGO Río
Río Laja Cholguán Laguna
h del Laja
CONCEPCION
h 5 Trupán Polcura
h h Paso
Antuco VOLCAN Pichachén
LOS Villa Las Mercedes
h h
ANGELES hANTUCO
Œ
Œ
Q- 4 5
h Abanico
Quilleco SIERRA
h VELLUDA

ARGENTINA
0 700 km

Río
Bio
bío

Río
0 500 km Mu
lch
én

Zona de estudio 0 10 20 km

Figura 1: Mapa de ubicación y acceso del área de estudio.

1.3 METODO DE TRABAJO

Este trabajo se realizó en tres etapas: Pre-terreno, Terreno y Trabajo de laboratorio y


gabinete.

1.3.1 Etapa de Pre-Terreno

Consistió en la recopilación y análisis crítico de toda información geológica,


petrográfica y geoquímica existente relacionada con el Volcán Antuco.

2
Luego, se realizó una interpretación fotogeológica del área estudiada, utilizando
fotografías aéreas del vuelo OEA vertical de 1961, a escala media 1:50.000. Este análisis fue
fundamental para adquirir familiaridad con la zona, lograr un acercamiento a las características
geomorfológicas y geológicas generales de ésta, elaborar un mapa fotogeológico y planificar
las futuras actividades de terreno.

1.3.2 Etapa de Terreno

Se realizaron dos salidas a terreno. La primera, que consistió en un reconocimiento del


área, tuvo 2 días de duración y la segunda y principal se extendió por 10 días.
El trabajo de terreno tuvo por objetivos: (a) precisar las distintas unidades del Volcán
Antuco, tanto efusivas como explosivas, detectadas por fotogeología; (b) levantar columnas
estratigráficas, (c) muestrear sistemáticamente, y con control estratigráfico, las distintas
unidades, tanto de carácter efusivo como explosivo y (d) obtener muestras de carbón en los
distintos flujos piroclásticos, a fin de datarlas por el método del 14C y obtener así la edad del
flujo hospedante y elaborar la cronoestratigrafía de este centro volcánico.

1.3.3 Trabajo de Laboratorio y Gabinete

Se realizaron las siguientes actividades:


(a) Confección de cortes transparentes de las muestras de roca para caracterizarlas
petrográficamente y seleccionar aquellas que serían analizadas químicamente por
elementos mayores y trazas (incluyendo tierras raras). Se estudiaron 37 cortes
transparentes (utilizando la clasificación de STRECKEISEN, 1978, en LE MAITRE,
1989) y se realizaron 27 análisis químicos de roca.
(b) Selección de 14 muestras de piroclastos de caída para ser analizadas químicamente por
elementos mayores y trazas.
(c) Preparación de muestras de carbón, extraídos de distintos flujos piroclásticos, para su
posterior datación por C-14.
(d) Confección de columnas estratigráficas.
(e) Análisis crítico de la información adquirida y redacción de la Memoria de Título.

3
1.4 CLIMA, FLORA Y FAUNA

Según ROMERO (1985), el sector del Volcán Antuco tiene un clima de tipo
mediterráneo, presentando una temperatura media anual de 12,5 oC.
Específicamente, el valle del Río Laja presenta 6 meses templados y secos y 6 meses
fríos y húmedos. La zona de estudio se ubica sobre los 1.000 m de altura y el clima es frío
sobre los 1.500 m de altura. En el Parque Nacional Laguna del Laja se registra una
precipitación media anual de 2.170 mm. Entre junio y noviembre, esta precipitación ocurre
principalmente en forma de nieve, observándose que la media anual de nieve acumulada,
equivalente en agua, es de 525 mm. El espesor del manto nival puede variar entre 3 y 9 m
(MARDONES y JAQUE, 1991).
De acuerdo con MARDONES y JAQUE (1991), el patrón climático está
condicionado por la latitud y la notable disminución de altura de la Cordillera Andina al sur de
Talca. Esto se traduce en una situación crionival deficiente, que limita la formación de
glaciares. En efecto, el Volcán Antuco tiene su límite de neviza a los 2.700 m y la Sierra
Velluda a los 2.600 m.
En la parte baja de los valles, la vegetación está constituida por bosques, con arboles
como coigüe (Nothofagus dombeyi), lenga (Nothofagus pumilio) y olivillo (Aextoxicon
punctatum); en la parte alta, se encuentra ñirre (Nothofagus antarctica) y ciprés de la
cordillera (Austrocedrus chilensis) (NIEMEYER y MUÑOZ, 1983).
Entre los animales más importantes que viven en el área del Volcán Antuco están el
puma (Felis concolor), el zorro culpeo (Dusicyon culpaeus), el conejo (Oryctolagus
cuniculacus), la lagartija común (Liolaemus sp.) y el cóndor (Vultur gryphus)
(QUINTANILLA, 1983).

1.5 GEOMORFOLOGIA

El área de estudio se emplaza en el dominio de la Cordillera de los Andes, cuyas


alturas máximas, en este sector, corresponden a las de la Sierra Velluda (3.350 m) y del
Volcán Antuco (2.979 m).

4
El tramo superior del valle del Río Laja fue modelado, principalmente, por la acción
glaciaria pleistocena temprana en rocas estratificadas y plutónicas de edad terciaria.
Posteriormente, procesos asociados a la acción volcánica, tanto de la Sierra Velluda como del
Volcán Antuco, jugaron un papel preponderante en determinar las características
geomorfológicas del valle superior del Laja (THIELE et al., 1998). Según estas características,
el valle del Río Laja se sitúa dentro de la región fluvioglaciovolcánica definida por BÖRGEL
(1983).
De acuerdo a lo anterior, el Lago Laja ocupa un antiguo valle glaciar y su drenaje ha
sido obturado por materiales emitidos por la actividad del Volcán Antuco. Uno de los mayores
embalses se produjo como consecuencia del colapso del volcán antiguo (Antuco I). Este
colapso generó una avalancha volcánica que, junto con descender por el valle del Río Laja,
produciendo una morfología accidentada, embalsó el Lago Laja. La ruptura de esta barrera
alisó la topografía y originó flujos de detritos que formaron mantos, entre los cuales es posible
observar, localmente, cerrillos de la avalancha. Por otro lado, la erosión fluvial del Río Laja es
la responsable de la excavación profunda del mismo valle y de la formación de distintos
niveles de terrazas a lo largo de este.

1.6 ESTUDIOS ANTERIORES

1.6.1 Geología Regional

POEPPIG (1835) proporcionó antecedentes sobre las erupciones del Volcán Antuco
acaecidas en 1820 y 1828-1829. El consideró que existía una estrecha relación entre el Lago
Laja y el volcán, dado que ambas erupciones terminaron con la generación de “corrientes frías
de barro”.

DOMEYKO (1845) publicó un informe sobre sus salidas a terreno al área del Volcán
Antuco y Lago Laja. Este informe incluyó una descripción de las características del Lago Laja
antes de la erupción del Volcán Antuco ocurrida en 1853 y una interpretación de la morfología
del volcán. Domeyko indicó que el lago tenía una longitud de 8 a 10 km y era drenado por un

5
gran cañón (este desapareció después de la erupción de 1853). Postuló, además, que el edificio
del Antuco había experimentado levantamientos, acompañados por fracturas circulares y un
gran deslizamiento.

BRÜGGEN (1942) realizó importantes observaciones del Volcán Antuco y de su


historia eruptiva. Distinguió dos unidades: una antigua que llamó Volcán Laja y un cono
nuevo que denominó Volcán Antuco. También describió un depósito endurecido, en el lugar
del Salto del Laja, interpretándolo, junto al “Banco del Laja”, como morrenas del último
período de glaciación.

WRIGHT (1959) interpretó el “Banco del Laja” como una “corriente rápida de escoria
incandescente” que, probablemente, se originó en el Volcán Antuco.

MUÑOZ-CRISTI (1960) fue el primero en usar el nombre de “Banco del Laja” para
esos depósitos duros que forman el salto del Río Laja, interpretándolos como una corriente de
barro de tipo volcánico.

ENRIONE y VILLARROEL (1962) realizaron el levantamiento geológico del área de


la Central Hidroeléctrica El Toro, definiendo informalmente varias unidades rocosas.

GONZALEZ y VERGARA (1962) definieron una serie de unidades de roca del


basamento de los volcanes cuaternarios entre los 35 y 38º de latitud S. Entre ellas destaca la
Formación Curamallín, la cual aflora en el área de estudio.

CASERTANO (1963) dio algunas características generales del Volcán Antuco y


describió algunas de sus erupciones históricas.

6
Mac PHAIL (1966) estudió el “Banco del Laja”, interpretándolo como un gran lahar
que él llamo “el Gran Lahar del Laja”. Postuló que la arena negra depositada sobre el “Banco
del Laja” tenía un origen eólico. Señaló, además, que una erupción del Volcán Antuco
provocó el colapso de su parte superior occidental y dio origen a un gran deslizamiento, siendo
el Cerro Cóndor una fracción del lado occidental del volcán. Asumió que este proceso fue
similar al experimentado por el Volcán Bandai-San en Japón, el cual tuvo una erupción
catastrófica en 1888.

VERGARA y KATSUI (1969) realizaron el primer estudio geológico, petrográfico y


geoquímico sistemático del Volcán Antuco. Postularon que el Cerro Cóndor era un antiguo
volcán.

VERGARA (1974) escribió una guía geológica sobre el área volcánica Antuco-Sierra
Velluda para el Simposio de la Asociación Internacional de Volcanología y Química del
Interior de la Tierra (IAVCEI), que tuvo lugar en Santiago de Chile.

ABELE (1981) postuló que la gran avalancha volcánica del Antuco provocó la
formación de su caldera, de 4 km de diámetro, abierta hacia el oeste. El señaló que esta caldera
era similar a aquella dejada por la erupción del Volcán Santa Helena (EE.UU.), ocurrida en
1980.

VARELA y MORENO (1982) efectuaron un estudio geológico regional de los


depósitos cuaternarios de la Depresión Central. En este trabajo reconocieron y mapearon, a
escala 1:250.000, las arenas negras de Laja. Asumieron que estos depósitos se originaron por
un flujo generado a partir de la ruptura del embalse del Lago Laja, construido por la avalancha
volcánica del Antuco, ocurrida hace 9,7 ka.

NIEMEYER y MUÑOZ (1983) confeccionaron el mapa geológico de la Laguna de la


Laja, a escala 1:250.000.

7
MORENO, VARELA, LAHSEN y VERGARA (1984) realizaron un estudio
geológico, a escala 1:25.000, del grupo volcánico Antuco-Sierra Velluda. Obtuvieron nuevos
datos geológicos y geoquímicos, mapearon la avalancha volcánica y descubrieron que el Cerro
Cóndor, considerado hasta ese momento como un volcán, correspondía a un megabloque
caído.

VARELA y MORENO (1985) publicaron un mapa geológico-geomorfológico del


sector Los Angeles-Angol, a escala 1:250.000. En este mapa precisan la distribución de las
arenas negras de Laja.

VARELA, MORENO, LAHSEN y VERGARA (1988) describieron la extensión de la


cubierta cuaternaria en las nacientes del Río Laja. Nuevamente asumieron que las arenas
negras fueron depositadas por un flujo, causado por la ruptura del embalse del Lago Laja,
embalse que fue construído, hace 9,7 ka, por la avalancha del Volcán Antuco.

PETIT-BREUILH (1994, 1999 y 2000) publicó una síntesis de la actividad volcánica y


cronología eruptiva histórica del Volcán Antuco, estableciendo que la primera erupción
documentada de este centro volcánico fue aquella de 1624 y que el siglo XIX fue el período
histórico de mayor actividad.

THIELE y MORENO (1995) y THIELE, MORENO, ELGUETA, LAHSEN,


REBOLLEDO y PETIT-BREUILH (1998) estudiaron la evolución geológico-geomorfológica
pleistocénica a reciente del tramo superior del valle del Río Laja. Reconocieron, por primera
vez, que las arenas negras corresponden más bien a flujos piroclásticos, tipo oleada, que a
depósitos de flujo. Los flujos piroclásticos responsables de estos depósitos estarían asociados
con la erupción catastrófica que el Volcán Antuco experimentó hace 9,7 ka. Descubrieron,
además, otros tres depósitos de flujos piroclásticos más jóvenes.

8
LOHMAR (2000) presenta la estratigrafía, petrografía y geoquímica de elementos
mayores del Volcán Antuco y sus depósitos. Indica que el colapso del edificio ancestral
(Antuco I) habría ocurrido hace 6.250±60 años A.P., de acuerdo a una datación 14C realizada
en un tronco encontrado en la avalancha, contrastando con el dato anterior de 9.700±600 años
A.P.

MORENO, LOHMAR, LOPEZ-ESCOBAR y PETIT-BREUILH (2000) contribuyen al


conocimiento de la evolución geológica, geoquímica e impacto ambiental del Volcán Antuco.

1.6.2 Petrología y Geocronología

LOPEZ-ESCOBAR, FREY y VERGARA (1976 y 1977) analizaron las características


de los elementos trazas y la posible petrogénesis de las rocas volcánicas pleistocenas de los
Andes del Sur, entre los 33° y 41°30’S, incluyendo algunas muestras del Volcán Antuco.
Concluyeron que los magmas que dieron origen a estas rocas volcánicas fueron generados por
fusión parcial de peridotita y evolucionaron, principalmente, por un proceso de cristalización
fraccionada que involucró a aquellos minerales presentes, como fenocristales, en dichas rocas.

LOPEZ-ESCOBAR, VERGARA y FREY (1981) publicaron un estudio preliminar


sobre la geoquímica y petrogénesis de lavas del Volcán Antuco y conos satélites. Concluyeron
que las lavas del Antuco no son el producto de una fusión parcial de los basaltos de la Placa de
Nazca que subducta. Por el contrario, las características geoquímicas de estas lavas son
consistentes con una generación por fusión fraccionada del manto y una evolución por
fraccionamiento de minerales máficos. La composición química de estas lavas no requiere de
una contribución significativa de la corteza continental.

VERGARA y MUÑOZ (1982) estudiaron las características petrográficas e


interpretaron la petrología de la Formación Cola de Zorro, ubicada en la alta cordillera andina
entre los 36 y 39ºS. Junto con definir su distribución espacial y temporal, contribuyeron a
caracterizarla químicamente.

9
MUÑOZ y NIEMEYER (1984) realizaron un estudio petrológico de la Formación
Trapa-Trapa. En este estudio incluyeron consideraciones relativas al volcanismo mioceno
ubicado entre las latitudes 36° y 39°S.

DERUELLE, HARMON y MOORBATH (1983) estudiaron la relación isotópica entre


Sr y O y la petrogénesis de las rocas volcánicas andinas de Sudamérica.

LOPEZ-ESCOBAR (1984) y NOTSU, LOPEZ-ESCOBAR y ONUMA (1987)


determinaron la composición isotópica de Sr de lavas pleistocénicas de los Andes del Sur,
incluyéndo lavas del Volcán Antuco. Concluyeron, entre otras cosas, que, isotópicamente, el
Volcán Antuco es el estratovolcán más primitivo de toda la Zona Volcánica Sur de los Andes.

VERGARA, LAHSEN, MORENO y VARELA (1985) aportaron nuevos antecedentes


sobre la evolución petrológica del grupo volcánico Antuco-Sierra Velluda, reconociendo
andesitas y andesitas silíceas en la unidad antigua del Antuco.

MORENO, THIELE, LAHSEN, VARELA, LOPEZ-ESCOBAR y VERGARA (1985)


y MORENO, LAHSEN, VARELA y VERGARA (1986) realizaron un estudio geocronológico
de las rocas volcánicas cuaternarias de los Andes del Sur, entre las latitudes 37° y 38°S, que
incluyó determinaciones de edad K-Ar en las muestras del Volcán Antuco, obteniendo una
edad de 130 ka en las lavas más antiguas de la unidad Antuco I.

LOPEZ-ESCOBAR, CEMBRANO y MORENO (1995) estudian la geoquímica y


tectónica del volcanismo cuaternario de los Andes del Sur, entregando importantes hipótesis
sobre la composición química de los productos del volcanismo y el alineamiento de los
distintos centros eruptivos.

LOHMAR, LOPEZ-ESCOBAR, MORENO y DERUELLE (1999) entregaron nuevos


datos acerca de la petrografía y geoquímica del Volcán Antuco, indicando que este centro
volcánico es, isotópicamente, uno de los estratovolcanes más primitivos de los Andes del Sur.

10
1.7 RECURSOS

El abastecimiento de víveres, combustibles y otros puede realizarse en la localidad de


Antuco, ubicada unos 15 km al oeste del área de estudio. El pueblo de Abanico, ubicado
dentro de la zona de estudio, cuenta con servicio de alojamiento, teléfono y pequeños
almacenes.
En la ladera occidental del Volcán Antuco existe un pequeño centro de esquí, con
restaurantes y refugios.
Dada la cercanía a la frontera con Argentina, en el extremo sur del Lago Laja se
localiza un regimiento del Ejército de Chile y un retén de Carabineros.

1.8 AGRADECIMIENTOS

Este estudio ha sido posible gracias al financiamiento otorgado por el Proyecto


FONDECYT 198-0136, denominado “The Antuco Volcano and its deposits (Southern Andes,
37o25’S): Geology, Volcanology, Geochemistry and Environmental Effects”, cuyo
investigador responsable es el Dr. Leopoldo López-Escobar. A través de estas líneas quiero
agradecer de todo corazón a todas las personas que colaboraron y estimularon el desarrollo de
este trabajo.
En primer lugar quiero destacar y agradecer al Dr. Leopoldo López-Escobar, profesor
guía principal, por su orientación y constante apoyo durante la realización de este trabajo.
Al Geólogo Sr. Hugo Moreno Roa, por ser el guía de la parte volcanológica del
presente estudio y por su orientación y dedicación durante las salidas a terreno.
Al Profesor Oscar Figueroa y a la Dra. María Eugenia Cisternas, por su valiosa y
desinteresada ayuda.
A los profesores Laura Hernández, Osvaldo Rabbia, Dr. Robert King y Miroslav
Rodríguez, por su buena disposición a ayudarme.
A la Srta. Marcia Vargas Mac-Carte, dibujante del Instituto GEA, por su constante
apoyo, tanto en el plano profesional como personal.

11
A todo el personal técnico, auxiliar y administrativo del mismo establecimiento, en
especial a la Sra. Ximena Bruna y los sres. Pedro Henríquez, Luciano Romero, Jorge Briceño,
Victor Ferrada, Emiliano Navarrete, Juan Herrera, Esteban Otárola y Hugo Puentes.
Al Sr. Diego Morata, profesor del Departamento de Geología de la Universidad de
Chile, por su gran ayuda.
Al Dr. Bernard Déruelle, profesor de la Universidad Pierre et Marie Curie (Paris,
Francia), por su contribución de datos geoquímicos.
A la Srta. Ana Carolina Rodríguez, geóloga del Servicio Nacional de Geología y
Minería, por facilitarme gran cantidad de material bibliográfico.
A mis compañeros de oficina Eduardo Hidalgo, Camilo Raggo, Juan Hermosilla,
Marianne Münzenmayer, Martin Reich y Verónica Herrera por su buena disposición a
ayudarme.
A las srtas. Sandra Aguayo, Griselda Rodríguez, Ingrid Cedeño, Ximena Contardo y
Daniela Villablanca agradezco sinceramente su amistad y apoyo en todo momento.
Especialmente a mis padres que siempre han confiado en mí.
Finalmente agradezco a todas aquellas personas que me ayudaron de una u otra manera
y que no fueron mencionadas.

12
2 MARCO GEOLOGICO REGIONAL

2.1 INTRODUCCION

El Volcán Antuco junto con su vecino, el Volcán Sierra Velluda, forman el Grupo
Volcánico Antuco-Sierra Velluda. Este grupo volcánico, que es parte de los Andes del Sur,
está emplazado directamente sobre un basamento terciario, de carácter sedimentario-
volcánico, continental, atravesado por cuerpos intrusivos (MORENO et al., 1984). Las rocas
terciarias, junto con las pleistocénicas y holocénicas, corresponden a las últimas etapas de la
evolución geológica andina y tienen una amplia distribución en el área del Volcán Antuco.
Rocas mesozoicas no afloran en el área del Grupo Volcánico Antuco-Sierra Velluda,
pero sí lo hacen al norte y sur de ella y también hacia el este, en territorio argentino. Es
probable que estas rocas también formen parte del basamento de este grupo volcánico. Las
rocas mesozoicas corresponden a las primeras etapas de la evolución tectónica del Ciclo
Orogénico Andino y conforman el relleno de la cuenca andina. Están constituidas,
principalmente, por secuencias sedimentarias, marinas y continentales, cuyas edades van
desde el Triásico al Cretácico (MORENO et al., 1984).
Si bien rocas paleozoicas tampoco afloran directamente en el área del Grupo Volcánico
Antuco-Sierra Velluda, se distribuyen tanto en la Cordillera de la Costa como en el sector
centro-occidental de la Provincia de Neuquén, en territorio argentino. Por tal motivo, es
también probable que, al igual que las rocas mesozoicas, formen parte del basamento de este
grupo volcánico. Las rocas paleozoicas pertenecen al Ciclo Orogénico Hercínico y constituyen
el basamento cristalino de los Andes (MORENO et al., 1984).
El esquema estructural del sector andino en consideración es relativamente simple y se
caracteriza por pliegues más o menos amplios, acompañados, ocasionalmente, por fallas
inversas y normales de pequeña magnitud. Estas afectan, localmente, hasta los niveles de rocas
pleistocénicas. Prácticamente, la totalidad de las deformaciones están asociadas sea a una
tectónica compresiva de fines del Terciario o a una distensiva, asignable al Cuaternario
Inferior (MORENO et al., 1984).

13
2.2 GEOLOGIA DEL BASAMENTO DEL VOLCAN ANTUCO

Según MORENO et al. (1984), el basamento, sobre el cual se edificó el Grupo


Volcánico Antuco-Sierra Velluda, consta fundamentalmente de rocas estratificadas, plegadas,
de la Formación Curamallín (GONZALEZ y VERGARA, 1962), de edad eocena a miocena
media, intruidas por numerosos cuerpos filonianos andesíticos y dacíticos (Mioceno Superior-
Pleistoceno Superior temprano).
Hacia el oeste, fuera del área de estudio, la Formación Curamallín está intruida,
además, por granodioritas y dioritas cuarcíferas (tonalitas), que le ocasionaron un
metamorfismo de contacto (ENRIONE y VILLARROEL, 1962). La edad de estas rocas
plutónicas se asigna, tentativamente, al Mioceno Medio a Superior (NIEMEYER y MUÑOZ,
1983).

2.2.1 Rocas Estratificadas

2.2.1.1 Formación Curamallín (Eoceno-Mioceno Medio, EMc)

Las rocas de esta formación son las más antiguas que afloran en la zona de estudio.
La Formación Curamallín, específicamente el miembro inferior, denominado Río
Queuco, constituye el sustrato del Grupo Volcánico Antuco-Sierra Velluda (MORENO et al.,
1984). Sin embargo, cabe mencionar que NIEMEYER y MUÑOZ (1983) consideran que es la
Formación Trapa-Trapa (Mioceno Medio-Superior) la que aflora en los alrededores de ese
grupo volcánico. La autora de este estudio confía en la información de MORENO et al.
(1984), ya que se trata de un trabajo más detallado que el de NIEMEYER y MUÑOZ (1983).

- Definición y relaciones estratigráficas

La Formación Curamallín fue definida por GONZALEZ y VERGARA (1962) al norte


del Volcán Callaqui, en los ríos Queuco y Polcura, como una secuencia, de 1300 m de espesor,
consistente de areniscas, conglomerados, tobas y algunos “queratófiros”. Corresponde a lo que

14
ERICKSEN (1962, en THIELE y MORENO, 1995) y ENRIONE y VILLARROEL (1962)
definieron como Formación Polcura. NIEMEYER y MUÑOZ (1983) ampliaron el rango de la
Formación Curamallín, incluyendo en ella a la Formación Malla- Malla, de carácter
sedimentario, definida previamente por GONZALEZ y VERGARA (1962). De acuerdo con
NIEMEYER y MUÑOZ (1983), la Formación Curamallín se dividiría en dos miembros
concordantes y transicionales entre sí: uno inferior, de carácter volcanoclástico al que
denominaron Miembro Río Queuco y otro superior, de origen sedimentario al que llamaron
Miembro Malla-Malla.
Según MORENO et al. (1984), en la zona de estudio afloran rocas pertenecientes al
Miembro Río Queuco de la Formación Curamallín, dispuestas en capas bien estratificadas y
plegadas, cuya base no aparece expuesta. Están cubiertas, en relación claramente discordante,
por los productos volcánicos y depósitos no consolidados cuaternarios.

- Distribución y litología

NIEMEYER y MUÑOZ (1983) describen la Formación Curamallín como una


secuencia con muy buena estratificación. Su parte inferior (Miembro Río Queuco) está
constituida, principalmente, por tobas brechosas, tobas finas y tobas arenosas, con algunas
intercalaciones de conglomerados, areniscas y, subordinadamente, por andesitas. Su parte
superior (Miembro Malla-Malla) contiene areniscas, areniscas conglomerádicas,
conglomerados y lutitas, con intercalaciones carbonosas y calcáreas.
En los alrededores del Volcán Antuco aflora el Miembro Río Queuco, el cual
corresponde a una secuencia compuesta esencialmente de brechas volcánicas y tobas de
colores gris verde, con intercalaciones de lavas andesíticas, conglomerados y areniscas
(MORENO et al., 1984). Según estos mismos autores, los afloramientos más extensos de esta
secuencia se reconocen en los cerros más elevados ubicados al norte del Río Laja y al oeste
del lago homónimo (ver Mapa Geológico, Anexo D). Estos cerros forman parte del extremo
sur de la Cordillera de Polcura. Al oeste del Estero El Toro, en el Cerro Las Romazas afloran,
fundamentalmente, brechas volcánicas con tobas subordinadas e intercalaciones de lavas
andesíticas. La disposición de los estratos es en dirección N20°-30°E, con manteos de 20°-
30°E. Por otra parte, al este del Estero El Toro, en el cordón de cerros que lo separa del Lago

15
Laja, existen capas de tobas que predominan sobre las brechas volcánicas. Además, es posible
observar intercalaciones de conglomerados gruesos. En este lugar, los estratos están
notablemente plegados según un anticlinal asimétrico, cuyo eje de plano axial, subvertical y de
dirección N-S, buza hacia el sur. En el flanco occidental del pliegue existen manteos de 25°-
45°WSW, mientras que en el flanco oriental estos alcanzan hasta 70°E. Fallas en distintas
direcciones y abundantes diques cortan la secuencia.
Otros afloramientos de esta formación, en los alrededores de la zona de estudio, se
ubican en los sectores de Los Barros (ribera meridional del Lago Laja, ver Mapa Geológico) y
Mallín Florido (ribera suroriental del mismo lago).

- Espesor

El espesor máximo de esta formación ha sido estimado entre unos 1.000 m y 2.000 m,
al sur de la zona de estudio (NIEMEYER y MUÑOZ, 1983; THIELE et al., 1987 en THIELE
y MORENO, 1995).

- Edad y correlaciones

En base a estudios paleontológicos realizados en el Miembro Malla-Malla


(COVACEVICH, 1975 y OSORIO, 1982, ambos en NIEMEYER y MUÑOZ, 1983) y
dataciones radiométricas efectuadas en muestras del Miembro Río Queuco (DRAKE, 1976),
se asume una edad eocena a miocena media para la Formación Curamallín.
El Miembro Queuco se correlaciona con los dos miembros inferiores de la Formación
Polcura, definida por ENRIONE y VILLARROEL (1962).
Hacia el este, en territorio argentino, la Formación Curamallín es correlacionable con
los Estratos del Arroyo Tábanos y Estratos del Arroyo Carbón (ULIANA, 1979 en
NIEMEYER y MUÑOZ, 1983). Los Estratos de Pilun-Challa (GROEBER, 1921 en
NIEMEYER y MUÑOZ, 1983) se correlacionan con el Miembro Malla-Malla y la Formación
Epulahuquen (PESCE, 1981 en NIEMEYER y MUÑOZ, 1983) con el Miembro Río Queuco.
Al sur del área de estudio, la Formación Curamallín es directamente correlacionable
con la Formación Lolco (SALINAS, 1979 en NIEMEYER y MUÑOZ, 1983) y, hacia el oeste,

16
el Miembro Malla-Malla se correlaciona con la Unidad Volcano-Sedimentaria Pierna Blanca
(IIG-MMAJ, 1979 en NIEMEYER y MUÑOZ, 1983).
El Miembro Malla-Malla se puede correlacionar, además, con los esquistos o pizarras
bituminosas de Lonquimay de BURHART (1900), FELCH (1915), RODRIGUEZ y MUÑOZ
CRISTI (1931) y SANDOVAL (1977) (todos en THIELE y MORENO, 1995). Esta unidad ha
sido definida también como Formación Lonquimay por CISTERNAS y DIAZ (1984) y como
Estratos de Pedregoso-Rahue por THIELE et al. (1987) (ambos en THIELE y MORENO,
1995).
La Formación Curamallín se puede correlacionar, tentativamente, con la Formación
Curarrehue, en los Andes del sur de Chile, entre las latitudes 39°00’ y 41°30’S (MORENO y
PARADA, 1976; MORENO, 1977; ambos en MORENO et al., 1984).

- Ambiente de depositación

Las tobas del Miembro Río Queuco representan una intensa actividad volcánica de
carácter silíceo a intermedio que originó depósitos de flujos piroclásticos. Las frecuentes
intercalaciones de sedimentos arenosos con estratificación cruzada indican que los materiales
piroclásticos fueron, en parte, retrabajados por el agua, antes de ser depositados (NIEMEYER
y MUÑOZ, 1983).
Las características del Miembro Malla-Malla sugieren una depositación en ambiente
fluvial de pie de monte, con escasa oxidación. Este ambiente fluvial se relaciona,
parcialmente, con un ambiente lacustre y la presencia de mantos carbonosos y de bitumen, en
algunos lugares, sugiere condiciones de depositación en aguas estancadas (NIEMEYER y
MUÑOZ, 1983). Ambos tipos de ambientes se habrían desarrollado en una cuenca
intermontana continental, de extensión restringida (VERGARA y DRAKE, 1976 en
NIEMEYER y MUÑOZ, 1983).

17
2.2.2 Rocas Intrusivas

Según MORENO et al. (1984), los cuerpos plutónicos granodioríticos y tonalíticos,


que intruyen a la Formación Curamallín y desarrollan rocas metamórficas de contacto, no
afloran en la zona de estudio, pero sí inmediatamente al oeste de ella. Los estudios geológicos
efectuados por estos autores revelan sólo la presencia de cuerpos menores de tipo filoniano
(diques y filones mantos) que intruyen a las rocas estratificadas de la Formación Curamallín
en la zona de estudio. Lo anterior se observa, en particular, en la ladera oriental del Cerro El
Toro, donde el control estructural de esas intrusiones es evidente. Las direcciones N40°W y
NS son las más frecuentes en los diques; litológicamente corresponden, esencialmente, a rocas
andesíticas y dacíticas, con textura porfírica y fenocristales de plagioclasa, ferromagnesianos
y, ocasionalmente, cuarzo. La alteración que los afecta es moderada y está representada
principalmente por limonita y minerales arcillosos.
La edad máxima de estas intrusiones está dada por la edad radiométrica (K-Ar) mínima
determinada en rocas de la Formación Curamallín (14,5±1,4 m.a., DRAKE, 1976). Por otra
parte, la edad mínima de los cuerpos filonianos está acotada, en el área de estudio, por las
efusiones del Grupo Volcánico Antuco-Sierra Velluda, de edad Pleistoceno Superior-
Holoceno. En consecuencia, las rocas plutónicas intruyeron a la Formación Curamallín en el
lapso Mioceno Medio-Pleistoceno Superior temprano. No obstante, es probable que el
desarrollo máximo de la fase filoniana haya coincidido con las etapas finales de las
inyecciones magmáticas plutónicas, probablemente durante el Mioceno Superior (MORENO
et al., 1984).

18
2.2.3 Volcán Sierra Velluda

2.2.3.1 Generalidades

La Sierra Velluda es la unidad volcánica más antigua del Grupo Volcánico Antuco-
Sierra Velluda. Corresponde a un estratovolcán fuertemente erosionado, formado por flujos de
lava y depósitos laháricos y piroclásticos que irradian desde la cumbre actual (MORENO et
al., 1984).
Las coladas de lava se extienden por mas de 10 km desde el centro de emisión y, en
parte, han sido excavadas por la acción glaciar, dando origen a numerosos valles radiales al
centro volcánico (esteros La Cueva, El Aguado, Los Pangues, Trubunleo; ver Mapa
Geológico). Regionalmente, sus flujos se apoyan con discordancia de erosión sobre rocas
graníticas miocenas (inmediatamente al oeste de la zona de estudio) y sobre estratos de la
Formación Curamallín. En el sector sur del área estudiada infrayacen discordantemente a los
flujos de lava de los volcanes Antuco I y II.
Los materiales volcánicos, lavas, piroclastos y depósitos laháricos cubren un área de
mas de 60 km2 en el sector estudiado y se extienden por mas de 150 km2 fuera de ella
(MORENO et al., 1984).
En el Volcán Sierra Velluda se han diferenciado dos unidades litológicamente bien
contrastadas y con discordancia de depositación entre ellas, denominadas Volcán Sierra
Velluda I (Qvsv I) y II (Qvsv II). La Unidad Sierra Velluda I es la más antigua y está formada
principalmente por flujos de lahares y piroclastos, con escasos coladas lávicas andesíticas
intercaladas. Por otro lado, la Unidad Sierra Velluda II está constituida fundamentalmente por
flujos de lava (MORENO et al., 1984).

2.2.3.2 Unidad Sierra Velluda I (Qvsv I)

Las rocas de la Unidad Sierra Velluda I están intensamente afectadas por erosión
glacial que ha excavado circos glaciales y valles en U. Esta unidad aflora en las serranías de
ambas laderas del Estero Trubunleo, en el sector sur del Estero Los Pangues, en las paredes
del Estero La Cueva y en el curso superior del Estero El Aguado o El Volcán (ver Mapa

19
Geológico). En los primeros dos lugares, la secuencia aflorante alcanza 700 m,
aproximadamente (MORENO et al., 1984).
En la ladera occidental del Estero Trubunleo esta unidad se encuentra intruida por
numerosos filones, comúnmente verticales, de rumbo principalmente N60-70°W y,
subordinadamente, N30°E. Hacia el oriente, los filones son predominantemente de rumbo
N40-60°E. La secuencia que aflora en las nacientes de los esteros La Cueva y El Aguado está
constituida por brechas volcánicas gruesas y estratificadas y se presenta cortada por
numerosos filones basálticos y andesítico-basálticos, los cuales presentan diferentes
orientaciones (MORENO et al., 1984).
Las brechas volcánicas gruesas han sido interpretadas como depósitos de flujos
laháricos. Están constituidas por bloques monolitológicos de andesita basáltica de piroxeno.
La matriz está formada por fragmentos de la misma composición y la brecha presenta una
marcada estructura columnar (MORENO et al., 1984).
En general, el estilo estructural de la Unidad Sierra Velluda I se caracteriza por
constituir secuencias homoclinales con suaves ondulaciones, las cuales, en el sector
noroccidental, muestran una disposición radial desde la cumbre del Sierra Velluda. En cambio,
en el sector suroriental (esteros La Cueva y El Aguado), la posición estructural de la unidad
está controlada por la topografía existente al momento de su depositación (MORENO et al.,
1984).

2.2.3.3 Unidad Sierra Velluda II (Qvsv II)

La Unidad Sierra Velluda II corresponde a las emisiones principalmente lávicas


depositadas en los valles glaciales excavados en la Unidad Sierra Velluda I. Con ellas culminó
la actividad del Centro Volcánico Sierra Velluda (MORENO et al., 1984).
La unidad está constituida por una sucesión de coladas de lavas principalmente
andesíticas, comúnmente con desarrollo de niveles brechosos en su parte basal. Intercaladas en
estas coladas de lavas se presentan, ocasionalmente, brechas volcánicas, de probable origen
lahárico, y algunos niveles de lapilli y cenizas (MORENO et al., 1984).
Las lavas de esta unidad muestran una disposición radial desde la cumbre del Sierra
Velluda, área donde habría estado ubicado el centro de emisión y que se caracteriza por

20
presentar una fuerte alteración hidrotermal, que confiere a las rocas coloraciones ocres y
rojizas (MORENO et al., 1984).
El espesor de esta unidad varía entre 400 y 700 m, con un máximo cercano a los 1.750
m, correspondiente a la cumbre ubicada en las nacientes del Estero Trubunleo (MORENO et
al., 1984).

2.2.3.4 Edad del Volcán Sierra Velluda

El Volcán Sierra Velluda se levantó sobre una topografía relativamente abrupta,


producto, en gran medida, de acción glacial, la cual, entre otras cosas, excavó los valles que,
posteriormente, serían ocupados por el Lago Laja. Lo anterior permite deducir una edad
máxima pleistocena inferior para este volcán (MORENO et al., 1984).
Los autores anteriores dataron, por el método K-Ar en roca total, una muestra del techo
de la Unidad Sierra Velluda I, en 495±88 mil años, es decir, Pleistoceno Superior bajo. Esta
unidad está constituida, esencialmente, por material lahárico, para cuya formación se requiere
una cantidad de agua, como la que ocurre en una glaciación. Este período glacial, que podría
corresponder a la Glaciación Mindel, desarrollada entre 500 a 350 mil años A.P. en el
hemisferio norte, habría afectado, además, a la secuencia, dando origen a la discordancia de
erosión que la separa de la unidad superior (MORENO et al., 1984).
Otra muestra datada por el mismo método y por los mismos autores, correspondiente a
una lava de la base de la Unidad Sierra Velluda II, ubicada sobre la muestra anterior, arrojó
una edad de 381±40 mil años. La parte superior de esta unidad, en la localidad de Los Barros,
había sido datada en 300±100 mil años por DRAKE (1976).
Estos antecedentes indican una edad pleistocena superior baja para el Volcán Sierra
Velluda, sin descartar la posibilidad que se hubiese iniciado a fines del Pleistoceno Inferior.

21
2.2.4 Cono Poligénico de Quilleco

Fue definido por VARELA y MORENO (1982) como un amplio abanico que se
extiende hacia el oeste dentro de la Depresión Central y que está constituido por materiales
que representan las facies mixtas volcanoclásticas y sedimentarias de engrane con las
secuencias volcánicas pleistocenas (Volcán Sierra Velluda, en el caso de la zona de estudio).
Según THIELE y MORENO (1995), está formado por dos unidades: una inferior
eminentemente volcanoclástica y una superior compuesta por depósitos fluviales e
intercalaciones volcanoclásticas distales. El Cono de Quilleco está cubierto por un manto de
depósitos de flujos piroclásticos postglaciales (trumaos).
La unidad inferior corresponde a lo que se ha denominado el Banco (MUÑOZ CRISTI,
1960) o Gran Lahar del Laja (Mac PHAIL, 1966). Sin embargo, según THIELE y MORENO
(1995), se trata de un conjunto de ignimbritas escoriáceas, con intercalaciones de tobas,
brechas y conglomerados consolidados (probablemente, facies laháricas distales) que forman
una secuencia volcanoclástica.
La unidad superior está constituida por depósitos clásticos estratificados de gravas
fluviales. En el techo de esta secuencia se presentan comúnmente los denominados rodados
multicolores (HAUSER, 1986), que son suelos y paleosuelos derivados por meteorización
química durante el desarrollo de un clima templado y húmedo, en cualquier depósito clástico
expuesto en superficie por un período prolongado.
Mac PHAIL (1966) realizó una datación de 14C en un nivel carbonoso, que
corresponde a una turba, desarrollada como paleosuelo, en la unidad inferior del Cono de
Quilleco, obteniendo una edad de 15.000±500 años A.P. Posteriormente, THIELE y
MORENO (1995) dataron la misma turba en 27.260±230 años A.P. A pesar de contar con
estas dos dataciones, los últimos autores señalan que existen antecedentes, como el grado de
consolidación y meteorización (rodados multicolores en la unidad superior), el diaclasamiento
y morfología con escarpes de erosión glaciar, que permiten suponer que la secuencia basal del
Cono de Quilleco es mucho más antigua, tal vez pre-última glaciación.

22
2.3 VOLCAN ANTUCO (Qva)

En esta sección se da una pequeña introducción al Volcán Antuco, para situarlo dentro
del marco geológico regional. En el Capítulo 3 será analizado con mayor detalle, ya que su
estudio es el principal objetivo de este trabajo.
El Volcán Antuco corresponde a un estratovolcán mixto y compuesto, cuya actividad
se inició a comienzos del Pleistoceno Superior, aproximadamente 130.000 A.P. (THIELE et
al., 1998). Consta de dos unidades principales: un primer edificio volcánico (Antuco I) que
culminó con la formación de una caldera, originando una avalancha volcánica, y un cono
central posterior (Antuco II), el cual se desarrolló en su interior.

2.3.1 Antuco I (QvaI)

Es de composición basáltica a dacítica, alcanzó mas de 2.000 m de altura, con un


diámetro basal de 12 km. Está edificado sobre la Formación Curamallín y los materiales
volcánicos de la Sierra Velluda. Hace unos 6.250 años A.P., su actividad culminó con el
colapso lateral del edificio, de 3.500 m s.n.m., aproximadamente. Este evento dejó su cono
truncado con un anfiteatro de 4 km de diámetro, abierto hacia el oeste y con forma de
herradura.

2.3.2 Depósito de Avalancha Volcánica del Volcán Antuco (Qava)

THIELE et al. (1998) designan con este nombre a una potente unidad de relleno del
valle del Río Laja. Su origen está relacionado con una violenta erupción freatomagmática, de
tipo Bandai-San, que causó el colapso gravitacional del cono del Volcán Antuco I,
generándose una voluminosa avalancha, que descendió por el valle ya mencionado. Según
MORENO et al. (1984), este evento catastrófico ocurrió hace 9.700±600 años A.P. Sin
embargo, la edad determinada durante el presente estudio resultó ser 6.250±60 años A.P.
THIELE y MORENO (1995) señalan que la erupción estuvo acompañada por descargas de
oleadas piroclásticas dirigidas lateralmente, las cuales originaron las arenas negras de Trupán-

23
Laja, cuyos depósitos se extendieron hasta la Depresión Central, en forma de un gigantesco
abanico.

2.3.3 Antuco II (QvaII)

Comenzó a crecer al interior de la caldera, después de la fase catastrófica, edificándose


el cono basáltico a andesítico-basáltico actual. Este es un cono, casi perfecto, de
aproximadamente 1.000 m de altura sobre la base del anfiteatro. La actividad del Antuco II dio
origen, además, a varios centros adventicios menores. Como consecuencia de su actividad
siguieron acumulándose coladas de lavas, flujos de detritos, lahares y flujos piroclásticos en el
valle superior del Río Laja.

2.4 DEPOSITOS NO CONSOLIDADOS

2.4.1 Depósitos Morrénicos Antiguos (Qma)

Según MORENO et al. (1984), estos depósitos forman un grueso apilamiento de


sedimentos en el borde sur del Lago Laja. Constituyen una colina alargada de 200 m de altura
y unos 4 km2 de extensión, que yace sobre rocas de la Formación Curamallín. Sin embargo,
hacia el oeste se adosan lateralmente sobre la Unidad II de la Sierra Velluda. Su techo es la
actual superficie de terreno, pero, en algunos sectores, están cubiertos por depósitos
aluvionales o coluviales recientes. La morrena no presenta estratificación interna, posee
fragmentos desde 1 cm hasta bloques de 4 m, los que varían desde angulosos hasta
subredondeados. Está compuesta, principalmente, por lavas andesíticas, con cantidades
menores de lavas andesítico basálticas y brechas volcánicas, provenientes de la Sierra Velluda
y algunos escasos clastos de lavas y tobas de la Formación Curamallín y de rocas graníticas.
La matriz corresponde a una arena cinerítica volcánica y el grado de cohesión del depósito es
mediano a bajo. La morrena tiene un espesor estimado en 90 m, pudiendo alcanzar unos 200
m, de acuerdo al relieve del cordón generado por ella (MORENO et al.,1984).

24
Los mismos autores sostienen que el origen de esta unidad está relacionado con
morrenas laterales, en parte terminales o frontales, generadas por gruesas lenguas de hielo que
descendían por los valles glaciales del Estero El Aguado y del Río Petronquines. Los
investigadores mencionados atribuyen estos depósitos a la última glaciación (Würm), debido a
su extensión y asociación a una morfología caracterizada por amplios y profundos valles
glaciales. Por lo tanto, corresponderían a los depósitos de relleno más antiguos reconocidos en
el área considerada.

2.4.2 Terrazas Poligénicas de Trupán-Laja (Qttl)

THIELE y MORENO (1995) identifican, en el área inmediatamente al oeste de la zona


estudiada, terrazas altas discontinuas en los márgenes del valle del Laja (y localmente en el
fondo del valle), constituidas por dos subunidades:
a) una inferior, compuesta por depósitos de gravas arenosas, de grano grueso y de origen
fluvial, con intercalaciones de arenas moderadamente consolidadas que forman el nivel de
terrazas más antiguas, encima del valle del Laja actual y
b) una superior que corresponde a un potente horizonte de arenas y gravas basálticas de grano
fino, con clastos angulosos, compactas y de color gris oscuro, intercaladas con niveles de
gravas aluvionales (hasta 40 m de espesor).
Estas terrazas yacen bajo, por lo menos, tres depósitos de flujos piroclásticos
descompuestos (trumaos).
VARELA y MORENO (1982) describen, inicialmente, las arenas basálticas de la
unidad superior de las Terrazas de Trupán-Laja como un abanico aluvional del curso medio de
los ríos Itata, Laja y Coreo, el cual se extendía desde el valle del Laja hacia la Depresión
Central. Este depósito, constituido por arenas de grano medio a grueso, de color gris oscuro y
composición basáltica, fue interpretado como un depósito avenidal o aluvional que se habría
producido por la ruptura del Lago Laja, posterior al represamiento provocado por la avalancha
volcánica (VARELA y MORENO, 1985; VARELA et al., 1988).
Sobre la base de los siguientes antecedentes, THIELE y MORENO (1995)
reinterpretan las arenas basálticas mencionadas como provenientes de violentas proyecciones

25
de flujos piroclásticos turbulentos, tipo oleadas, que acompañaron a la erupción
freatomagmática de tipo Bandai-San ocurrida, según ellos, hace 9.700 ± 600 años A.P.:
a) El horizonte de arenas negras está constituido por varios niveles o pulsos alternados y
sucesivos de gravas finas arenosas angulosas e imbricadas, de composición basáltica,
gravas gruesas arenosas de la misma composición y, localmente, por flujos de cenizas
finas ocres con vesículas.
b) El conjunto presenta estratificación, imbricación y rasgos de gradación y estratificación
entrecruzada.
c) Algunos clastos angulosos de hasta 30 cm de diámetro están imbricados dentro de las
gravas arenosas.
d) Existen bloques de hasta 1,5 m de diámetro dentro del depósito.
e) Entre los pulsos se observan niveles limo-arcillosos muy delgados de color ocre.
Según los autores mencionados, estas características corresponden a pulsos de flujos de
detritos volcánicos, con una alta velocidad y energía de transporte, los cuales contenían
volúmenes significativos de agua. Además, debido a la homogeneidad y abundancia de
material anguloso (fragmentado), se trataría de un proceso volcánico explosivo de tipo
freatomagmático, con proyección de flujos turbulentos de alta velocidad, tipo oleadas de base
húmedas (“wet base surges”). Esta oleada descendió por el valle del Río Laja, alcanzando
localidades como Trupán (a 42 km del volcán) y Quilleco (a 56 km). El depósito de oleada
cubre una superficie de unos 300 km2. En Trupán su espesor alcanza hasta 40 m y cerca de
Quilleco tiene un espesor mínimo de 13 m. Su volumen mínimo estimado es de unos 5 km3,
siendo una de las más voluminosas a nivel mundial.
El agua involucrada en el proceso pudo provenir tanto de un lago cratérico como de
infiltración de agua del primitivo Lago Laja o un importante nivel freático. Las violentas
explosiones, provocadas por la interacción de magma y agua, debilitaron la estructura del
estratovolcán, hasta causar el deslizamiento de su cima y flanco occidental, dejando una
cicatriz de avalancha en forma de herradura, abierta hacia el oeste.
Por lo tanto, el flujo de arenas negras de la unidad superior de las Terrazas Poligénicas
de Trupán-Laja y la avalancha volcánica del Antuco estarían temporalmente relacionadas y
serían el resultado de un mismo episodio volcánico.

26
En consecuencia, el depósito de oleada piroclástica húmeda de gravas arenosas
angulosas de composición basáltica, además de flujos de detritos asociados, correspondería al
gran abanico que rellenó la Depresión Central (THIELE y MORENO, 1995).

2.4.3 Depósitos Avenidales (Qav)

Según MORENO et al. (1984), esta unidad tiene amplia distribución en la zona
noroccidental del área de estudio, desarrollándose tanto en la Planicie Los Cipreses como en la
parte inferior del valle del Estero El Aguado, en el sector de Los Barros.
De acuerdo a estos autores, los depósitos de la Planicie Los Cipreses cubren 8 a 9 km2
y su espesor varía entre 5 y 40 m. Se apoyan, mediante una superficie marcada de erosión,
sobre los depósitos de la avalancha volcánica, los cuales forman parte importante del sustrato
de la planicie, emergiendo, en algunos lugares, en forma de montículos, cordones
semianegados y cerros importantes. El techo de la unidad avenidal es la actual superficie del
terreno y los depósitos están formados por un agregado de fragmentos, cuyos tamaños varían
desde 1 cm hasta 1 m de diámetro, y algunos bloques de 2 a 3 m. La composición de los
clastos es, principalmente, andesítico-basáltica. La matriz es arenosa y no contiene ceniza. La
unidad no presenta estratificación interna.
MORENO et al. (1984) indican que el origen de estos depósitos está relacionado con el
escape violento de un gran volumen de agua y sedimentos, el cual erosionó, a su paso, los
depósitos sueltos o poco consolidados existentes. Esto provocó la incorporación de detritos de
todos los tamaños, entre ellos bloques, lo cual le confirió un mayor poder erosivo. La
depositación se produjo cuando dicha avenida de agua y detritos había perdido gran parte de
su energía y violencia inicial. Los autores mencionados asocian el escape violento de un gran
volumen de agua con la ruptura del embalse natural, construido previamente por los depósitos
asociados a la avalancha volcánica en la zona del actual Lago Laja. Por lo anterior, los mismos
depósitos producidos por el colapso del Volcán Antuco I fueron los más afectados por la
erosión debido al rebalse. Dado que la generación de estos depósitos se produjo
inmediatamente después de los depósitos de la avalancha volcánica, su edad es considerada
holocénica inferior (MORENO et al.,1984).

27
Según los autores anteriores, en el curso inferior del valle del Estero El Aguado o del
Volcán, se presenta un abanico avenidal de 1,5 km2 de superficie, aproximadamente. Está
formado por un depósito diamíctico, compuesto por clastos volcánicos, de composición
intermedia a básica, de diferentes tamaños, que incluyen bloques de hasta 3 m de diámetro.
Este abanico tampoco posee estratificación interna y tiene un espesor de 15 m,
aproximadamente. Probablemente, este depósito se originó debido a la ruptura de un embalse
formado por lavas del Volcán Antuco que obstruyeron el curso medio del Estero El Aguado.
MORENO et al. (1984) asignan, a estos depósitos, una edad holocena superior.

2.4.4 Depósitos Morrénicos Recientes (Qmr)

Según MORENO et al. (1984), estos depósitos se distribuyen en distintas zonas


elevadas del área de estudio y están asociados, por un lado, a lenguas glaciales activas y, por
otro, a depósitos formados por antiguas lenguas de hielo, cuyo avance estuvo relacionado a los
períodos fríos holocénicos.
Las lenguas glaciales activas bajan del cono superior del Volcán Antuco y desde la
cumbre de la Sierra Velluda, produciendo depósitos morrénicos a unos 2.500 m s.n.m.
Los depósitos más importantes se encuentran en el curso superior del Estero Trubunleo
y en el curso medio del Estero Los Pangues (ver Mapa Geológico). Se trata de materiales
diamícticos, constituidos por agregados polimícticos de bloques y clastos de tamaños variables
y formas subredondeadas a subangulosas. Presentan estratificación interna masiva a caótica y
alcanzan espesores comprendidos entre 5 y 50 m. Poseen algunas depresiones en su superficie,
las cuales corresponden a marmitas o kettles. Estos depósitos morrénicos se habrían generado
a partir de lenguas de hielo que se desarrollaron durante los períodos de avances glaciales
holocénicos, probablemente, durante el Estadial Preboreal o Subatlántico (MORENO et
al.,1984).

28
2.4.5 Depósitos de Conos Proglaciales (Qcp)

Según MORENO et al. (1984), estos depósitos corresponden a gruesas acumulaciones


en forma de conos, con pendiente de unos 15o y de 0,5 a 1 km de extensión longitudinal. Se
ubican en la cabecera de los principales sistemas fluviales del área y al pie de los circos
glaciares, labrándose en la pendiente rocosa de la Sierra Velluda. Los conos más desarrollados
están en la cabecera de los valles del Estero Trubunleo, Estero Los Pangues, Estero El Aguado
o del Volcán y Estero La Cueva. Los depósitos corresponden a un apilamiento, principalmente
de bloques, de formas redondeadas a subangulosas y tamaños entre 0,5 y 3 m. No poseen
matriz intersticial y son caóticos, sin estratificación interna y con espesores estimados en unos
20 a 50 m.
Estos depósitos se generan por el lavado violento de depósitos morrénicos, así como de
material coluvial y de remoción en masa, el cual elimina los materiales más finos de estos
depósitos. El gran volumen de agua necesario para su formación provendría de la fusión de
hielos glaciales, durante la etapa final de retroceso.
MORENO et al. (1984) asignan estos depósitos a la Subedad Subatlántico.

2.4.6 Depósitos de Terrazas Fluviales (Qtf)

Los principales sistemas de terrazas fluviales del área se ubican en ambos bordes del
valle del Río Laja (MORENO et al., 1984).
De acuerdo a su altura con respecto al río, las terrazas fluviales forman dos grupos: las
terrazas altas, que son las más antiguas, están situadas a alturas relativas de 50 a 350 m sobre
el nivel del río, y las terrazas bajas, cuyas cotas relativas están comprendidas entre 15 y 40 m
sobre el río.
VARELA et al. (1988) indican que, los sedimentos que forman estas terrazas,
corresponden a gravas y ripios arenosos, en los cuales se intercalan algunos niveles arenosos
de grano grueso a medio. El origen de estos depósitos va desde fluvial normal a torrencial-
aluvional y su edad es estimada holocénica media a superior.

29
2.4.7 Depósitos Aluvionales (Qaf)

Corresponden a depósitos de tipo fluvial torrencial violento, que originan abanicos en


los sectores de quiebre de pendiente de ríos con circulación variable o estacional (MORENO
et al., 1984).
En la zona del curso inferior y desembocadura del Estero La Cueva, en el borde sur del
Lago Laja, se encuentra el depósito más extenso que cubre un área de 1,5 km2, con una
pendiente superficial de 5° promedio. Está compuesto por ripio arenoso, con clastos
redondeados, y la matriz es arena gruesa y contiene algo de ceniza. Estos depósitos tienen un
espesor estimado de 15 a 20 m.
Depósitos de este mismo tipo se encuentran en la zona de la planicie superior del
Estero Los Pangues, en el fondo del valle del Estero Trubunleo, en forma de abanico en la
desembocadura del Estero El Toro en el Río Laja, en la desembocadura del estero que baja
desde el Cerro Las Romazas al valle del Laja y en la salida del Estero Agua Enterrada en el
Lago Laja (ver Mapa Geológico). Todos corresponden a depósitos fluviales de grano grueso
que pueden presentar desarrollo de abanicos. Tienen pendientes superficiales relativamente
fuertes (hasta 30-35°) y están constituidos por clastos y bolones grandes y matriz arenosa
gruesa. Su origen está relacionado con ríos intermitentes, que se forman durante períodos
estacionales con gran volumen de agua, proveniente de precipitaciones o de la fusión de hielo
y nieve.

2.4.8 Depósitos de Cursos Fluviales (Qf)

De acuerdo a MORENO et al. (1984), esta unidad forma franjas estrechas, que bordean
los principales cursos fluviales actuales del área de estudio. Estos cursos se encuentran
generalmente encajonados. Los depósitos asociados más importantes se ubican en el curso
medio inferior del Estero El Aguado o del Volcán, entre la Casa de Válvulas y los Ojos de
Agua (Salto Las Chilcas) en el Río Laja, en el curso inferior del estero que drena hacia la
planicie del Estero Los Pangues, en el curso medio e inferior del Estero La Cueva y en el
curso medio inferior del Estero El Toro. Se trata de depósitos compuestos por gravas y ripios

30
arenosos, con algunos clastos de mayor tamaño y matriz arenosa de grano medio a grueso. Sus
espesores, generalmente, no sobrepasan los 5 m.

2.4.9 Depósitos Coluviales y Conos de Deyección (Qc)

Según MORENO et al. (1984), estos depósitos forman gruesas coberturas, que pueden
llegar a tener algunas decenas de metros de espesor, al pie de la mayor parte de los faldeos
existentes en el sector. Estos conos presentan una pendiente superficial fuerte (35-40°) y están
constituidos por materiales diamícticos. Poseen una matriz arenosa-cinerítico-arcillosa
bastante abundante y con mala selección. Los clastos tienden a ser de composición
monomíctica, lo cual está estrechamente relacionado con las características del área de origen.
Los sectores más importantes que presentan este tipo de depósitos se ubican en: la ladera que
bordea por el este la Planicie Los Cipreses, los faldeos del borde sur del Río Laja entre las
localidades de Cascada y Chacay, las laderas que caen al valle del Laja desde la Planicie El
Toro, en ambos faldeos del Estero La Cueva y en el faldeo sur del valle del Estero El Aguado
(ver Mapa Geológico).
Estos depósitos serían el producto de caídas gravitacionales de materiales sueltos o
meteorizados a partir de laderas de fuerte pendiente, con la participación, en mayor o menor
grado, de la acción del agua, proveniente de lluvias o deshielo.

2.4.10 Depósitos de Escombreras (Qe)

Según MORENO et al. (1984), este tipo de depósitos tiene una amplia distribución en
el área de estudio. Sin embargo, debido a que forman, en muchos casos, sólo manchas
delgadas y discontinuas, ellos no son mapeables a la escala del mapa. En general, se presentan
como láminas de material suelto que cubre el talud de muchos de los afloramientos de
depósitos no consolidados, tales como depósitos fluviales, deslizamientos de roca y detritos,
depósitos morrénicos y también sobre laderas empinadas de material rocoso muy tectonizado
y meteorizado. El principal depósito de este tipo es la escombrera que se desarrolla sobre el
talud que cae del Cerro Cóndor a la localidad de Chacay y que está formado por afloramientos

31
de la Subunidad Qva I1 del Antuco (ver Mapa Geológico). Estos depósitos tienen una
pendiente superficial de 35 a 40% y alcanzan, probablemente, hasta unos 15 m de espesor.
De acuerdo a los autores mencionados, estos depósitos son el producto de la extracción
de material, por procesos de meteorización física, de los afloramientos rocosos y su
desplazamiento pendiente abajo, se debe a la gravedad. En este caso específico, el proceso ha
sido acelerado por el fuerte tectonismo o dislocación gravitatoria que han experimentado las
rocas del Cerro Cóndor, debido a las fuertes inclinaciones del terreno y por la acción
esporádica del agua de lluvia y nieve.

2.4.11 Depósitos Lacustres (Ql)

Corresponden a depósitos finos que ocupan cuencas sin drenaje o con drenaje muy
obstaculizado (MORENO et al., 1984).
Los depósitos más importantes de este tipo se pueden observar en el curso superior del
Estero El Toro, donde cubren, aproximadamente, una superficie de 1 km2, con espesores
estimados entre 3 y 25 m. Los sedimentos se depositaron en un ambiente de lago relativamente
profundo y permanente, que se produjo debido a la irrupción brusca de la avalancha volcánica
en el antiguo valle del Estero El Toro, lo cual habría obstruido su drenaje normal. Se estima
una edad holocénica inferior para estos sedimentos lacustres que se puede extender hasta
períodos más recientes.
También existen depósitos de este tipo en el curso medio del Estero Los Pangues (ver
Mapa Geológico). Aquí cubren un área de 0,2 km2 y corresponden a sedimentos cineríticos
finos. Estos sedimentos se originaron, probablemente, por la obstrucción producida en el valle
del Estero Los Pangues, por las lavas que descienden del Volcán Antuco y que pertenecen a la
Unidad II.
MORENO et al. (1984) reconocieron depósitos lacustres de grano fino en el curso
medio inferior del valle del Estero Trubunleo. Estos se ubican aguas arriba de una zona de
derrumbe de roca que obstruyó, en forma temporal, el drenaje expedito del Estero Trubunleo.
Al oeste del curso medio del mismo estero se encuentra un pequeño ambiente lacustre antiguo,
el cual se formó debido a la obstrucción que ejerció la misma corriente de depósitos de
remoción en masa sobre valles laterales.

32
También es posible reconocer ambientes y depósitos lacustres al norte de la Planicie
Los Cipreses, que se disponen sobre materiales de la avalancha volcánica. Son zonas
deprimidas, producto ya sea de la erosión de antiguos cursos o de formas generadas durante el
mismo proceso de flujo viscoso del deslizamiento. Según VARELA et al. (1988), estos
depósitos lacustres son actuales a subactuales, con algunos casos de edades holocénicas
inferiores.

2.4.12 Depósitos de Playas Lacustres (Qpl)

Según MORENO et al. (1984), estos sedimentos se ubican en los bordes del Lago Laja
(ver Mapa Geológico). Se trata de depósitos actuales y subactuales de playa lacustre, los
cuales son esporádicamente cubiertos por las aguas del lago, dependiendo de sus variaciones
estacionales o seculares de nivel. Están compuestos por gravillas arenosas de composición
andesítico-basáltica, con contenidos variables de matriz cinerítica fina. Tienen espesores
estimados en unos 5 a 10 m y estratificación interna bien definida. Estos depósitos se generan
por una “deriva litoral” lacustre que origina una morfología de barras, espigas y ganchos
orientados hacia el sur. Esto indica que las olas, de embate oblicuo, que se generan en
períodos de tormentas, tienen ese mismo sentido general.

2.4.13 Depósitos Laháricos (Qlh)

MORENO et al. (1984) reconocen este tipo de depósitos sólo en el faldeo suroriental
del Volcán Antuco y en el área de la planicie del Estero Los Pangues (ver Mapa Geológico).
Esta limitada ocurrencia se explica por la relativa escasez de mantos de hielo, los cuales se
presentan únicamente en la parte suroriental alta del cono del Volcán Antuco.
En el sector del faldeo suroriental del Volcán Antuco, los autores mencionados
reconocieron dos abanicos que cubren 1 a 2 km2 cada uno. Estos abanicos descienden hacia la
zona de la desembocadura del Estero El Aguado, con pendientes superficiales que varían entre
3 y 12°. Están compuestos por un agregado de lapilli y ceniza monomíctica, de composición
andesítico-basáltica. De acuerdo a los autores mencionados, estos depósitos laháricos se han

33
originado durante erupciones volcánicas recientes, que afectaron a los glaciares existentes en
la ladera suroriental alta del cono del Volcán Antuco.

2.4.14 Depósitos Piroclásticos (Qp)

Según MORENO et al. (1984), estos depósitos cubren la mayor parte del área
estudiada, con extensiones y espesores variables. Por este motivo, sólo se representan las
principales áreas de acumulación en el mapa. Entre estas se tienen los depósitos ubicados
directamente sobre los faldeos del cono del Volcán Antuco, los mantos piroclásticos en el
faldeo que limita la Planicie El Toro por el este y los que se disponen en distintas zonas del
cordón de cerros que bordea el Lago Laja por el oriente (parte superior de la Punta Los
Gringos, por ejemplo) (ver Mapa Geológico). Se trata de depósitos constituidos por un
agregado monomíctico de lapilli escoriáceo y cenizas, con bombas de distintos tamaños y de
composición andesítico-basáltica, en los sectores más cercanos al Volcán Antuco. Estos
materiales han sido emitidos durante diferentes períodos de actividad histórica y prehistórica
de dicho volcán.

2.4.15 Depósitos Eólicos (Qeo)

De acuerdo a MORENO et al. (1984), corresponden a acumulaciones actuales de


arenas que forman mantos, los cuales, en algunos casos, llegan a constituir dunas. Estos
depósitos se pueden reconocer en el borde oriental de la Planicie El Toro y en algunas partes
altas del valle del Estero La Cueva.
En el área de la Planicie El Toro, estos materiales ocupan un área de aproximadamente
0,2 km2 y tienen un espesor estimado entre 5 y 10 m. Corresponden a arenas medias,
constituidas por líticos de composición andesítico-basáltica y fragmentos de cristales
(plagioclasa, olivino y ferromagnesianos).

34
2.5 ESTRUCTURAS Y FASES TECTONICAS

Según MORENO et al. (1984), el esquema estructural del área en estudio es


esencialmente el resultado de una tectónica compresiva, caracterizado por la presencia de
pliegues y fracturas subverticales que afectan a la Formación Curamallín, y una tectónica
distensiva que se reconoce, principalmente, en las unidades de la Sierra Velluda.
Con respecto a la Formación Curamallín, el estilo estructural de las rocas de esta
formación está definido por pliegues kilométricos a hectométricos, acompañados, localmente,
por grupos de fallas que, en determinados sectores, han permitido la inyección de cuerpos
filonianos (MORENO et al., 1984). En el área del Estero El Toro, la posición de los estratos
sugiere un amplio sinclinal, cuyo eje de pliegue, de dirección aproximada N20°E coincide, en
general, con la elongación del valle. Más al este, en el Cerro El Toro, se desarrolla un apretado
anticlinal asimétrico, de plano axial subvertical, ligeramente inclinado al oeste y cuyo eje de
dirección N-S buza hacia el sur. El flanco oriental de este anticlinal cae abruptamente al Lago
Laja (MORENO et al., 1984). Hacia el este y sureste del área estudiada, los afloramientos de
la Formación Curamallín presentan una disposición subhorizontal o con manteos de hasta
30°E (VERGARA y KATSUI, 1969; NIEMEYER y MUÑOZ, 1983).
Las estructuras de la Formación Curamallín se encuentran truncadas por una
discordancia angular, sobre la cual se disponen las unidades más jóvenes, prácticamente, no
deformadas. En las cercanías de Abanico, localidad inmediatamente al oeste de la zona de
estudio, la superficie de discordancia afecta tanto a la Formación Curamallín, de edad eocena-
miocena media, como a cuerpos graníticos que la intruyen y que afloran en la vertiente sur del
Río Laja. En consecuencia, el período de deformación y consiguiente erosión habría ocurrido
en el lapso comprendido entre el Mioceno Superior y el Pleistoceno. Según NIEMEYER y
MUÑOZ (1983), este período se ubicaría en el límite Mioceno Superior-Plioceno Inferior y
sería asignable a la Fase Orogénica Quechua, que ha sido considerada como el último evento
compresivo en este sector de los Andes.
Según MORENO et al. (1984), la fase tectónica distensiva, que se desarrolló a
continuación y que se sobreimpuso a la tectónica compresiva del final del Mioceno, descrita
anteriormente, se reconoce claramente en unidades como la Sierra Velluda y aún mas jóvenes.
Lo anterior se expresa en juegos de fracturas orientadas, preferentemente, al NE y NW, que

35
afectan las secuencias de la Unidad Sierra Velluda I. Esto es particularmente evidente en el
sector sudoccidental del área estudiada, donde estas superficies de debilidad han facilitado la
inyección de numerosos filones subverticales, de composición andesítica y basáltica
(MORENO et al., 1984). Gran parte de estos filones ha sido cortada por la superficie de
erosión glacial, sobre la cual se ha depositado la Unidad Sierra Velluda II y, por lo tanto, no
alcanzarían a afectar a esta última unidad.
La Unidad Sierra Velluda II muestra, en líneas generales, un fracturamiento menos
intenso, destacándose, además de las fracturas NW y NE, un juego de fracturas cercanamente
N-S. A través de estas fracturas se han inyectado juegos de diques ligados a la actividad
volcánica póstuma de la Sierra Velluda (MORENO et al., 1984).
Las fracturas de dirección NE controlan, probablemente, la distribución de la actividad
volcánica del Pleistoceno-Reciente (MORENO et al., 1984).

36
3 GEOLOGIA DEL VOLCAN ANTUCO

3.1 GENERALIDADES

El Volcán Antuco pertenece a la Zona Volcánica Sur de los Andes (33º-46ºS), la cual
es el producto de la subducción de la Placa de Nazca bajo la Placa Sudamericana (Fig. 2). Su
límite norte (33ºS) está definido por la ausencia de volcanes activos y coincide con el
encuentro de la Dorsal de Juan Fernández con la Fosa de Chile y con una disminución en el
ángulo de subducción (BARAZANGI y ISACKS, 1976; BEVIS y ISACKS, 1984; KAY et al.,
1987; TORMEY et al., 1991). Este límite coincide también con el término septentrional de la
Depresión Central en Chile y con el final meridional de las Sierras Pampeanas en Argentina
(JORDAN et al., 1983). En el sur (46ºS), la ausencia de volcanes activos de arco está marcada
por el Punto Triple (encuentro de las placas Sudamericana, de Nazca y Antártida) (HERRON
et al., 1981). Existen límites secundarios que subdividen la SVZ. A los 37ºS, se produce la
intersección de la proyección de la Zona de Fractura Mocha (MFZ en Fig. 2), perteneciente a
la Placa de Nazca, con el frente volcánico (HERRON et al., 1981). Además, al norte de los
37º, la edad de la corteza que subducta es de 40 m.a., mientras que al sur de esa latitud tiene
sólo 18 m.a. (HERRON et al., 1981). Hacia el norte de los 37ºS decrece el espesor de los
sedimentos en el eje de la fosa. Por el contrario, hacia el sur, la potencia es considerable.
También existen diferencias en el espesor de la corteza continental al norte y sur de este límite.
Al norte de los 37º, el espesor cortical aumenta rápidamente desde 35 km (a los 37ºS) hasta 55
km (a los 34,5ºS). La potencia cortical al sur de los 37º es relativamente uniforme (35 km)
(HILDRETH y MOORBATH, 1988). Otro límite dentro de la SVZ ocurre a los 34,5ºS y está
definido en la placa continental: el volcanismo alcalino de intra- y tras-arco, que se desarrolla
al este del frente volcánico desde los 47ºS hacia el norte, termina a esa latitud (MUÑOZ y
STERN, 1988). El rápido incremento en el espesor de la corteza continental también termina
aquí. Los límites a los 34,5 y 37ºS también definen regímenes geoquímicos diferentes en el
frente volcánico activo. Por todas las razones anteriores, TORMEY et al. (1991) denominaron
Zona Volcánica Sur Norte (NSVZ) al segmento entre los 33 y 34,5ºS y Zona Volcánica Sur
Transicional (TSVZ) al segmento entre los 34,5 y 37ºS. LOPEZ-ESCOBAR et al. (1995 y

37
referencias incluidas) llamaron Zona Volcánica Sur Central al segmento entre los 37 y 41,5ºS
y Zona Volcánica Sur Sur (SSVZ) a la región que se extiende entre los 41,5 y 46ºS (Fig. 2).
Todos estos segmentos tienen características petrográficas distintivas.
El Volcán Antuco pertenece a la provincia petrográfica central (CSVZ) de la Zona
Volcánica Sur (SVZ) de los Andes (Fig. 2). Esta provincia se extiende por 550 km,
aproximadamente, entre los 37° y los 41,5°S. El ancho promedio del arco volcánico, cuyo eje
se encuentra a unos 270 km de la fosa, es de 80 km, con un máximo de 120 km y un mínimo
de 70 km. La CSVZ está formada por rocas basálticas a riolíticas, con una predominancia de
basaltos y andesitas basálticas. Durante los tiempos postglaciales (últimos 15.000 años), la
actividad volcánica de este arco ha sido continua con erupciones en los numerosos
estratovolcanes y cientos de centros eruptivos menores. Las rocas postglaciales, en ambos
tipos de volcanes, corresponden principalmente a basaltos y andesitas basálticas (LOPEZ-
ESCOBAR et al., 1995).
Al sur de los 37ºS, los lineamientos regionales de dirección NNE-SSW son la
característica estructural principal del basamento y pertenecen a la Zona de Falla Liquiñe-
Ofqui (LOFZ; HERVE et al., 1979). La distribución de los estratovolcanes en esta provincia
está restringida principalmente a alineamientos cuyos rumbos son oblicuos con respecto al eje
del arco magmático. Así, los estratovolcanes Tolhuaca-Lonquimay, Villarrica-Quetrupillán-
Lanín y Puyehue-Cordón Caulle forman lineamientos de dirección N50-60°W; en cambio, los
estratovolcanes Antuco-Sierra Velluda, Llaima-Sierra Nevada y Osorno-Puntiagudo-Cordón
Cenizos constituyen lineamientos N50-70°E (LOPEZ-ESCOBAR et al., 1995). Los productos
asociados a estos últimos se caracterizan principalmente por ser lavas basálticas a andesítico-
basálticas. Esto es consistente con una permanencia corta de los magmas en la corteza, lo cual
permite sólo un fraccionamiento y una contaminación cortical limitados en magmas generados
en el manto. Por otro lado, los edificios volcánicos controlados por fracturas y fallas de
dirección NW-SE pueden estar sometidos a una combinación de acortamiento y deformación
por fallas en el rumbo, lo cual podría causar una residencia intracortical mayor del magma,
mmm

38
Figura 2: Mapa de ubicación del Volcán Antuco dentro de la Zona Volcánica Sur
(modificado de LOPEZ-ESCOBAR et al., 1993).
Abreviaciones: NVZ = Zona Volcánica Norte; CVZ = Zona Volcánica Central;
SVZ = Zona Volcánica Sur; AVZ = Zona Volcánica Austral; NSVZ = Zona
Volcánica Sur Norte; TSVZ = Zona Volcánica Sur Transicional;
CSVZ = Zona Volcánica Sur Central; SSVZ = Zona Volcánica Sur Sur.

39
dando una composición más madura y diferenciada. Lo anterior podría ser la razón del por qué
estos últimos muestran una secuencia de roca más amplia, con la ocurrencia de no sólo
basaltos y andesitas basálticas, sino también de andesitas medias, dacitas y aún riolitas,
eruptadas incluso en tiempos históricos (LOPEZ-ESCOBAR et al., 1995).
El Volcán Antuco es un típico estratovolcán compuesto (MORENO et al., 1984) y está
constituido por dos unidades principales: un volcán antiguo cuya evolución culminó con la
formación de una caldera (Antuco I o Volcán Laja de BRÜGGEN, 1942) y un cono central
que se desarrolló en el interior de la caldera (Antuco II) (Foto 1). La morfología del Volcán
Antuco es muy similar a la del Volcán Vesubio en Italia, cuyo cono central emerge desde el
interior de una caldera, en forma de herradura conocida como “Monte Somma”.

Foto 1: El Volcán Antuco, distinguiéndose la caldera del edificio I (Antuco I) y el cono


casi perfecto del edificio II (Antuco II).

La actividad del Volcán Antuco comenzó hace unos 130.000 años (MORENO et al.,
1984) con la elevación de un estratovolcán de unos 2.500 m de altura y 12 km de diámetro
basal (Antuco I). Su evolución culminó con el colapso lateral del edificio hace 6.200 años,
aproximadamente. Este evento dejó su cono truncado, con un anfiteatro de 4 km de diámetro,
abierto hacia el oeste y con forma de herradura (THIELE et al., 1998). La formación de la
caldera está probablemente relacionada con una violenta erupción freatomagmática de tipo
Bandai-San, que causó el colapso gravitacional del cono del Volcán Antuco I, generándose

40
una voluminosa avalancha, que descendió por el valle del Río Laja. Además, la erupción
estuvo acompañada por descargas de oleadas piroclásticas (Terrazas Poligénicas de Trupán-
Laja), dirigidas lateralmente. Los depósitos de estas oleadas se extendieron hasta la Depresión
Central, donde formaron un gigantesco abanico.
Con posterioridad a esta fase, la actividad volcánica continuó en el interior de la
caldera, dando lugar a un cono casi perfecto, de 4 km3 de volumen, que se eleva unos 1.000 m
sobre el piso de la caldera (Antuco II) (MORENO et al., 1984). Este edificio volcánico
principal se habría construido con una tasa de emisión promedio de 65 x 106 m3 por siglo
(MORENO et al., 2000).
Según MORENO et al. (1984), el Volcán Antuco, durante su evolución, ha emitido
abundantes flujos de lavas y piroclásticos subordinados, de composición predominantemente
basáltica y andesítico-basáltica. Sin embargo, durante el desarrollo de este trabajo se
encontraron lavas y diques de composición andesítica a dacítica, estos últimos sólo se ven
relacionados al Antuco I. Además, se observaron depósitos de flujos piroclásticos asociados a
la actividad de este centro volcánico.
La formación del Volcán Antuco represó el desagüe de varios valles cordilleranos
dando lugar al Lago Laja. La acción fluvial erosiva y las erupciones de lava, entre otros
fenómenos naturales, han provocado notables variaciones del nivel del lago a lo largo de su
inestable evolución. La última erupción de lavas, en el año 1853, represó el desagüe del Lago
Laja e hizo que su nivel se elevara a la cota actual (MORENO et al., 1984).
Los depósitos piroclásticos de caída, que se reconocen en toda el área de estudio con
espesores variables, forman un manto casi continuo en el flanco oriental del Volcán Antuco I
y, en parte, cubren a las rocas de la Formación Curamallín. Este material está constituido por
bombas, bloques, lapilli escoriáceo y cenizas de color negro a gris pardo oscuro, y está ligado
a las etapas eruptivas más recientes de la Unidad Antuco II (MORENO et al., 1984). Las
características geoquímicas de muestras de piroclastos de caídas, tomadas en distintos puntos
y niveles estratigráficos, determinadas en el transcurso del presente estudio, demuestran que
este tipo de depósitos exhibe una gran variación composicional.
Para la realización de este estudio se trabajó con ayuda del mapa geológico a escala
1:25.000, confeccionado por MORENO et al. (1984).

41
3.2 ACTIVIDAD EFUSIVA DEL VOLCAN ANTUCO I

3.2.1 Estratigrafía

MORENO et al. (1984) denominan Volcán Antuco I a los materiales volcánicos que
constituyen el estratovolcán antiguo o Volcán Laja de BRÜGGEN (1942). Esta unidad está
constituida por lavas y productos piroclásticos que yacen en discordancia sobre los estratos
plegados de la Formación Curamallín (Eoceno-Mioceno) y sobre los materiales volcánicos
pertenecientes a la Sierra Velluda. Sobre la base de criterios morfológicos, estratigráficos y, en
parte, composicionales, apoyados con algunos antecedentes geocronológicos absolutos,
MORENO et al. (1984) han distinguido tres subunidades dentro de la secuencia estratificada
del Volcán Antuco I. Estas subunidades son QvaI1, QvaI2 y QvaI3 (Q=Cuaternario,
va=Volcán Antuco), ordenadas de mayor a menor antigüedad.

Subunidad I1 (QvaI1)

Esta subunidad corresponde a los estratos basales del Volcán Antuco I, es decir, a los
productos volcánicos emitidos durante el período inicial de actividad de este centro eruptivo.
En el sector occidental del volcán, esta unidad está representada por la secuencia estratificada
expuesta en el Cerro Cóndor y en los flancos oriental y sur por afloramientos de paredes
abruptas, labradas por la acción glacial (ver Mapa Geológico).

• Cerro Cóndor
Aunque el Cerro Cóndor no se estudió durante el presente estudio, se dará una
descripción breve en base a lo analizado por MORENO et al. (1984), ya que juega un rol
importante en la evolución del centro volcánico. En él, es posible reconocer una sucesión de,
al menos, 500 m de potencia, compuesta por coladas de lavas, con intercalaciones de escasos
materiales piroclásticos escoriáceos. La base no es visible y el techo ha sido erosionado y está
cubierto por morrenas recientes y lavas del Volcán Antuco II.
La secuencia consiste en mantos de lavas de 2 a 5 m de espesor, muy regulares, de
colores grises, negros y rojizos, con niveles de piroclastos escoriáceos tipo lapilli intercalados,

42
y está intruida por juegos de diques subverticales, de dirección preferencial N60-70°W. Las
lavas y diques son, preferentemente, de composición basáltica y presentan textura afanítica o
porfírica, con fenocristales de plagioclasa, olivino y, ocasionalmente, clinopiroxeno. Además,
varios juegos de fallas normales de orientación N45-50°E y N-S cortan la secuencia, dando
lugar a un conjunto de bloques dislocados y escalonados. En consecuencia, la estratificación
presenta variaciones notables de rumbos y manteos.
Una datación radiométrica realizada por MORENO et al. (1984), por el método K-Ar,
en una muestra de basalto, obtenida de una lava de la parte inferior de la secuencia, dio una
edad menor a 100 mil años, es decir, Pleistoceno Superior. Además, dado que no existen
materiales laháricos, aluviales o morrénicos en la secuencia de lavas del Cerro Cóndor, es
probable que estos flujos hayan sido emitidos durante el Interglacial Riss-Würm.
El Cerro Cóndor es, aparentemente, un remanente dislocado de la base del Volcán
Antuco I, que habría sobrevivido al colapso del cono y posterior deslizamiento de su flanco
occidental, que culminó con la formación de la caldera.

• Flanco sur
Los mejores afloramientos corresponden a paredes abruptas, labradas por la acción
glacial. En ellas se encuentran expuestas coladas de lavas bien estratificadas, con
intercalaciones de brechas y aglomerados, localmente poco consolidados. Las capas poseen
manteos de 5 a 20° con buzamientos dispuestos en forma radial, desde el borde de la caldera.
Debido a lo anterior, en terreno sólo afloran las secciones superiores de esta subunidad
(MORENO et al., 1984).
En el valle del Estero El Aguado o del Volcán, los escarpes de origen glacial revelan
coladas de lavas de 2 a 8 m de potencia, sobre las cuales se dispone un filón manto. Los
paquetes estratificados tienen espesores expuestos de hasta 300 m y la sección estudiada está
representada en la columna estratigráfica de la Figura 3. Según MORENO et al. (1984), estos
estratos se apoyan, en discordancia angular, sobre los estratos de la Sierra Velluda. Las lavas
corresponden a basaltos y andesitas basálticas (muestras 230199-2 a 10), de textura porfírica,
m

43
con fenocristales de plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y ortopiroxeno. El filón manto es de
composición dacítica y contiene anfíbola (Muestra 230199-1). Una datación, realizada por el
método K-Ar, de una andesita basáltica, proveniente de la parte media de la secuencia, reveló
una edad menor que 124 mil años (MORENO et al.,1984).

• Flanco oriental
En la localidad de Agua Enterrada (ver Mapa Geológico) se observa la secuencia
representada en la Figura 4, que tiene un espesor aproximado de 100 m. Corresponde a una
serie de coladas, cuyos espesores varían entre 2 y 10 m y cuyas composiciones se extienden
desde basáltica a dacítica. Esta secuencia está cortada por un dique dacítico, cuyo espesor es
de 15 m. Todas las rocas (muestras 250199-1 a 10) presentan textura porfírica, con
fenocristales de plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y, ocasionalmente, ortopiroxeno. Los
minerales máficos de las rocas más diferenciadas presentan texturas de desequilibrio, lo cual
se discutirá en el subcapítulo de Petrografía.
MORENO et al. (1984) reconocieron, a 2,5 km al NNE de Los Barros, una secuencia
estratificada de 75 m de espesor, perteneciente a la Subunidad I1, la cual está constituida por
brechas de origen lahárico, coladas de lava andesítico-basálticas y brechas relacionadas con
flujos piroclásticos. Una datación K-Ar, realizada en una de las coladas citadas, dio una edad
menor que 100 mil años. A 5 km al NNE de Los Barros, una lava andesítica, de color gris
medio, porfírica, con fenocristales de plagioclasa y olivino, fue datada, por el mismo método,
en 83±46 mil años.
Todas las edades radiométricas obtenidas por MORENO et al. (1984) (83±46 mil años,
menos que 124 mil y menos de 100 mil años) pertenecen a la parte alta del Pleistoceno
Superior. Además, la presencia local de lahares intercalados en la secuencia y las evidencias
de erosión glacial permiten suponer que las erupciones de la Subunidad I1 se produjeron desde
el Interglacial Riss-Würm y durante la última glaciación, cuyo máximo avance habría ocurrido
hace unos 60 mil años.

45
Subunidad I2 (QvaI2)

Según MORENO et al. (1984), esta subunidad tiene su mejor desarrollo en el flanco
norte del Volcán Antuco y está bien expuesta en la pared interna de la caldera (ver Mapa
Geológico). Además, algunas coladas asignadas a esta unidad escurrieron hacia el sur y este,
encauzándose en pequeños valles y quebradas labrados, por la acción erosiva del hielo, en los
materiales volcánicos de la Subunidad I1. Los productos lávicos y piroclásticos que
constituyen la Subunidad I2, habrían formado gran parte del cono volcánico del Antuco I,
cuyo posterior colapso dio origen a la caldera. Localmente, las coladas más jóvenes de esta
subunidad están afectadas por una incipiente erosión glacial, particularmente en los sectores
elevados y en el flanco sur y suroriental del volcán, donde los hielos permanecieron por mayor
tiempo.

• Flanco norte
En la pared interna de la caldera, a 2,5 km al SSE del Refugio de la Universidad de
Concepción, se puede reconocer una secuencia estratificada, de 280 m de espesor, compuesta
por lavas andesíticas, andesítico-basálticas y basálticas, con una intercalación de aglomerado
de 20 m de potencia. Sobre esta yace una colada de lava basáltica postglacial, perteneciente a
la Unidad I3.
MORENO et al. (1984) asignaron las lavas grises oscuras, que afloran en la península
cercana al Refugio de la Universidad de Concepción, a la Subunidad I2 (ver Mapa Geológico).
En este sector se recolectó una muestra (Muestra 211098-4) correspondiente a una andesita
basáltica, de textura porfírica, con fenocristales de plagioclasa y olivino. La pequeña península
es de unos 500 m de largo, paralela a la costa, separada de ésta por un cañadón de 150 m de
ancho, de bordes abruptos, con un “escalón” en su ladera sureste. Mientras DANILCHIK
(1967, en MORENO et al., 1984) atribuye el origen de esta morfología a erosión fluvial de
tipo cascada en retroceso y ABELE (1981) a erosión glacial, MORENO et al. (1984) la
interpretan como una depresión de tipo graben, limitada por escarpes de fallas normales de
dirección N45°E. Los últimos autores argumentan que, en terreno, no se observan rasgos de
erosión, sino que la superficie de la lava conserva aún su estructura rugosa original. Además,
tampoco existen depósitos de origen glacial ni fluvial y el “escalón” de la ladera sureste

47
indicaría un origen estructural. Sin embargo, no creen en un fenómeno tectónico sino que, más
bien, en algún tipo de asentamiento local.

• Sector occidental de la zona de estudio


En el lugar de la Bocatoma del Canal Abanico, en el lecho del Río Laja, también
afloran lavas andesítico-basálticas asignadas a la Subunidad I2 (MORENO et al.,1984) (ver
Mapa Geológico). Son de textura porfírica, con fenocristales de plagioclasa, olivino y trazas
de ortopiroxeno (Muestra 010283-6). Estas coladas forman una cascada, actualmente seca
(Salto del Abanico), y subyacen a un depósito lahárico consolidado, que está cubierto por los
materiales de la avalancha volcánica del Volcán Antuco.
El estado de conservación de las lavas de la Subunidad I2 y su relación de contacto con
las unidades infra- y suprayacentes permiten estimar que las erupciones que dieron origen a
estas lavas habrían tenido lugar en la etapa tardiglacial del Pleistoceno Superior e
inmediatamente antes del postglacial, es decir, entre unos 16.000 y 11.000 años A.P.
(MORENO et al., 1984).

Subunidad I3 (QvaI3)

Esta unidad correspondería a los flujos postglaciales ligados a la etapa final de


efusiones del Volcán Antuco I y son idénticos a los del Volcán Antuco II. Debido a lo
anterior, es difícil distinguirlos, unos de los otros, ya que la nieve, los glaciares actuales y los
depósitos morrénicos recientes ocultan el borde de la caldera y las lavas emitidas por el
Antuco II. Considerando criterios morfoestructurales, MORENO et al. (1984) asignaron los
flujos de lava con superficies escoriáceas de tipo aa, del flanco norte y noreste del volcán, a
esta subunidad (ver Mapa Geológico). Estos flujos están claramente relacionados con la
caldera. Tienen espesores de 2 a 3 m y escurren sobre las lavas asignadas a la Subunidad I2.
Las rocas de esta subunidad corresponden a basaltos y andesitas basálticas, de textura
porfírica, con fenocristales de plagioclasa, olivino y clinopiroxeno (muestras 010283-1 y
201098-4).
De acuerdo a MORENO et al. (1984), la erupción de estas lavas habría ocurrido al
inicio del postglacial y con anterioridad a la formación de la caldera y de la avalancha

48
volcánica resultante, la cual descendió por el valle del Río Laja. Una datación 14C realizada en
un resto de madera, incluido en materiales asignados a esa avalancha, fuera del área de
estudio, dio una edad de 9.700±600 años (BAROZZI, comunicación verbal, en MORENO et
al.,1984) Sin embargo, la edad determinada, por el mismo método, en un tronco encontrado en
la avalancha misma, durante el desarrollo del presente estudio, resultó ser 6.250±60 A.P.
Debido a lo anterior, es posible concluir que las lavas de la Unidad I3 habrían sido emitidas en
el lapso 11.000 a 6.200 años A.P.

3.2.2 Petrografía Microscópica

Se estudiaron 26 cortes transparentes pertenecientes a la Unidad Antuco I. Veintidós


son de la Subunidad I1, dos de la Subunidad I2, dos de la Subunidad I3 (su descripción, junto
con la de todos los cortes analizados del Volcán Antuco, se encuentra en el Anexo A). Esto se
debe a que los mejores afloramientos se encuentran en la subunidad más antigua, la cual
exhibe también la mayor variedad composicional. En la Tabla 1 se presenta un resumen de la
información petrográfica del Antuco I.

Subunidad I1

Corresponden a las muestras ubicadas en las columnas estratigráficas de las figuras 3 y


4.

• Basaltos y andesitas basálticas


Corresponden a las litologías más abundantes de esta subunidad. En ambas la textura es
porfírica, con fenocristales de plagioclasa (5-18%), olivino (3-7%), clinopiroxeno (0-1%) y
ortopiroxeno (0-4%). Los fenocristales de plagioclasa están fuertemente zonados y su
composición varía entre labradorita y bytownita (An 51-79). En muchos fenocristales de
plagioclasa se observa textura “sieve”, siendo también común la textura glomeroporfírica, con
agregados compuestos por plagioclasa, ortopiroxeno y olivino, o alguna combinación de los
minerales mencionados (Foto 2).

49
Tabla 1: Resumen petrográfico de las muestras analizadas del Antuco I. Simbología en
Anexo C.

50
ANTUCO I

250199-12
230199-10

250199-10

260199-3
010283-1

010283-6

201098-4

211098-4

230199-1

230199-2

230199-3

230199-4

230199-5

230199-6

230199-7

230199-8

230199-9

250199-1

250199-2

250199-3

250199-4

250199-5

250199-6

250199-7

250199-8

250199-9
Muestra

Lava x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x
Tipo

Dique x x

Filón manto x

QvaI1 x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x
Unidad

QvaI2 x x

QvaI3 x x

Dacita x x x x

Andesita x x
Roca

Andesita basáltica x x x x x x x x x

Basalto x x x x x x x x x x x

Pl + + ++ + + ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++ + + + ++ + + + + + + +++ ++

Ol + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +
Fenocxs

Cpx + + + + + + + + + + + + + +

Opx + + + + + + + + + + + + + + + + + +

Anf +

Pl ++++ ++++ +++ ++++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ +++ ++++ +++ ++++ ++++ ++++ ++++ ++++ ++++ +++ ++

Ol + + + ++ + + + + + + + + + + + + + + ++ ++ ++ ++ + ++ +

Cpx ++ +++ ++ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + ++ ++ ++ +
fundamental

Opx + + + + + + + + + + + + + + + + +

Anf +
Masa

Vidrio + ++ + + + + + + + + + ++++ ++++ + +++ +++ + + + +++

Mop + + ++ + ++ + + + + + + + + + + + + + + + + + + + +

Fenocxs Sieve (pl) x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x

Glomeropd x x x x x x x x x x x x x x x x x

Intergranular
Textura

x x x x x x x x x x x x x x x x x x x x

Intersertal x x x x x

Mf Hialopilítica x x x

Pilotaxítica x x x x

Vitrofídica x

Vesículas * ** * ** ** ** ** ** ** ** ** ** ** ** ** ** * *
Estructuras
Xenolito x x x x x
Los tamaños de los fenocristales contenidos en estas rocas oscilan entre los 0,05 y 4,9
mm, en el caso de la plagioclasa y entre los 0,05 y 3,25 mm para el olivino. El clinopiroxeno
alcanza tamaños de 2,25 mm, con un mínimo de 0,12 mm y los tamaños de los fenocristales de
ortopiroxeno se extienden entre los 0,1 y 2,75 mm. Lo anterior también es válido para los
basaltos y andesitas basálticas pertenecientes a otra subunidad del Antuco I.

Foto 2: Corte transparente de un basalto típico del Antuco I (Subunidad I1, Muestra
230199-6), con textura porfírica y fenocristales de plagioclasa (pl) y
ortopiroxeno (opx) formando una textura glomeroporfírica. La masa
fundamental presenta una textura intergranular. Nicoles cruzados (20x).

La masa fundamental de estas rocas presenta, generalmente, una textura intergranular a


intersertal y está compuesta por microlitos de plagioclasa (30-50%), olivino (5-20%),
clinopiroxeno (5-15%), ortopiroxeno (0-10%), vidrio (0-10%) y minerales opacos (5-10%).
Estas rocas carecen, comúnmente, de enclaves. Sin embargo, en una muestra de basalto
(Muestra 230199-9) se observó un xenolito, compuesto por cuarzo con un halo café (Foto 3).
Los diques de composición andesítico-basáltica, que cortan a la Subunidad I1, tienen
características mineralógicas y texturales muy similares a las de las lavas que intruyen,
diferenciándose de ellas por tener un mayor contenido de fenocristales de plagioclasa (30%).

51
Foto 3: Corte transparente de un basalto del Antuco I (Subunidad I1, Muestra 230199-9)
que contiene un xenolito de cuarzo (qz). La lava presenta una textura porfírica,
con fenocristales de plagioclasa (pl). Nicoles cruzados (20x).

• Andesitas y dacitas
En el sector del Estero El Aguado (Fig. 3), se observó un filón manto dacítico, único en
su especie, por su contenido de anfíbola (oxihornblenda, 0,1 a 5 mm de tamaño), además de
fenocristales de plagioclasa, ortopiroxeno y trazas de clinopiroxeno, en una masa fundamental
intersertal (Foto 4).
En el sector de Agua Enterrada (Fig. 4), la columna analizada está representada, en su
parte superior, por dos coladas de composición dacítica y dos coladas andesíticas, separadas
de las coladas basálticas y andesítico-basálticas infrayacentes por un dique de composición
dacítica. Todas las dacitas y andesitas (tanto lavas como diques) están compuestas por
fenocristales de plagioclasa (3-20%), olivino (trazas a 3%), clinopiroxeno (trazas a 2%) y
ortopiroxeno (0-1%). Localmente, se observa una textura glomeroporfírica, constituida por
cúmulos de plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y ortopiroxeno, o combinaciones de los
minerales mencionados. La plagioclasa está fuertemente zonada y su composición varía entre
andesina y labradorita (An 46-63). Las dacitas se clasifican como tales en base a los análisis
químicos realizados (SiO2>63%).

52
Foto 4: Corte transparente de un filón manto que intruye a las lavas del Antuco I
(Subunidad I1, Muestra 230199-1), con fenocristales de oxihornblenda (ohbl).
Luz polarizada plana (20x).

Las andesitas y dacitas presentan minerales con indicios de desequilibrio. El olivino


está fuertemente corroído y rodeado por pequeños cristales de ortopiroxeno (Foto 5). Además,
se observan dos tipos de clinopiroxeno: uno normal y limpio y otro zonado y sucio. Al igual
que las rocas más básicas (basaltos y andesitas basálticas), algunos fenocristales de plagioclasa
presentan textura “sieve”.
La mayoría de los fenocristales máficos en las andesitas y dacitas posee bordes de
óxido de hierro y, en especial, el olivino también presenta estos minerales opacos a lo largo de
las fracturas (Foto 5). Lo anterior es probablemente producto de un proceso de oxidación.
Los tamaños de los fenocristales contenidos en estas rocas oscilan entre los 0,025 y 2,6
mm, en el caso de la plagioclasa y entre los 0,025 y 1 mm para el olivino. El clinopiroxeno
alcanza tamaños de 1,75 mm, con un mínimo de 0,05 mm y los tamaños de los fenocristales de
ortopiroxeno se extienden entre los 0,025 y 2,25 mm.

53
Foto 5: Corte transparente de una dacita del Antuco I (Subunidad I1, Muestra 250199-
1), con fenocristales de plagioclasa (pl) y olivino (ol), el cual está rodeado por
ortopiroxeno (px) y presenta óxido de hierro (oh) en sus bordes y a lo largo de
sus fracturas. Nicoles cruzados (40x).

En la mayoría de las muestras analizadas, la masa fundamental tiene una textura


hialopilítica. Pero también es posible observar, en algunas de ellas, texturas pilotaxítica e
intergranular a intersertal. Esta masa está compuesta por microlitos de plagioclasa (30-75%),
olivino (1-5%), clinopiroxeno (1-5%), ortopiroxeno (0-3%), vidrio (5-50%) y minerales
opacos (3-10%).
Estas rocas contienen, comúnmente, agregados de minerales de distintas texturas, que
podrían corresponder a xenolitos de origen ígneo, pero de composición muy similar a la de la
roca circundante. Se trataría de xenolitos parentales que son aquellos derivados de una fuente
en común con el magma hospedante (BARNES, 1981). Esta fuente en común es la cámara
magmática del Volcán Antuco. Se encontraron agregados con las siguientes características:
- de textura equigranular, que podrían representar niveles profundos del aparato volcánico
(Foto 6)
- de naturaleza subvolcánica, que indican niveles intermedios del conducto (Foto 7) y
- de textura subofítica, lo que es típico en rocas de cuellos volcánicos, diques o filones
mantos, pedazos de los cuales pueden haber sido arrastrados en pulsos posteriores (Foto
8).

54
Foto 6: Corte transparente de una andesita del Antuco I (Muestra 250199-4) que
contiene un probable xenolito con cristales grandes de plagioclasa, olivino y
clinopiroxeno. Los minerales máficos están muy alterados, de color negro. Luz
polarizada plana (20x).

Foto 7: Corte transparente de la misma andesita anterior, con un probable xenolito de


naturaleza subvolcánica, compuesto por plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y
minerales opacos. Nicoles cruzados (40x).

55
Foto 8: Corte transparente de la andesita mencionada anteriormente, el cual muestra un
probable xenolito de textura subofítica, constituido por clinopiroxeno y
plagioclasa. Luz polarizada plana (40x).

También se observan xenolitos de composición basáltica en rocas dacíticas.

Subunidad I2

Las lavas de los afloramientos de la península cercana al Refugio de la Universidad de


Concepción, asignadas por MORENO et al. (1984) a esta subunidad, presentan una estructura
columnar y son de composición andesítico-basáltica (Muestra 211098-4). Además, las lavas
que afloran en el lecho del Río Laja, cerca de la Bocatoma del Canal Abanico, asignadas
también a la Subunidad I2, son andesítico-basálticas (Muestra 010283-6) y de características
petrográficas muy similares a las anteriores. Ambas lavas presentan textura porfírica, con
escasos fenocristales de plagioclasa (2-4%), olivino (1%) y, en el caso de las lavas del lecho
del Río Laja, trazas de ortopiroxeno. La plagioclasa está fuertemente zonada, presenta textura
“sieve” y composición labradorítica (An 59-67). Localmente, es posible observar textura
glomeroporfírica de plagioclasa y olivino. La masa fundamental presenta una textura
intergranular y está constituida por microlitos de plagioclasa (50%), olivino (10-15%),
clinopiroxeno (10-22%), ortopiroxeno (0-10%), vidrio (0-10%) y minerales opacos (5-10%).

56
Subunidad I3

Como se señaló anteriormente, a esta subunidad pertenecen los flujos de lava, con
superficies escoriáceas de tipo aa, que descienden por los flancos norte y noreste del volcán.
Estos flujos están claramente relacionados con la caldera. Tienen espesores de 2 a 3 m y
escurren sobre las lavas asignadas a la Subunidad I2.
Las rocas de esta subunidad corresponden a basaltos y andesitas basálticas (muestras
010283-1 y 201098-4), de textura porfírica, con fenocristales de plagioclasa (10-15%), olivino
(4%) y clinopiroxeno (1%). Los fenocristales de plagioclasa están fuertemente zonados,
presentan textura “sieve” y composición labradorítica (An 66-68). Localmente, se pueden
apreciar texturas glomeroporfíricas, compuestas por plagioclasa y olivino. La masa
fundamental presenta una textura intergranular y está constituida por microlitos de plagioclasa
(40-45%), olivino (10%), clinopiroxeno (15-20%) y minerales opacos (10-15%).

3.3 AVALANCHA VOLCANICA (Qava)

THIELE et al. (1998) designan con el nombre de depósito de avalancha volcánica del
Volcán Antuco a una potente unidad de relleno del valle del Río Laja. Su origen está
relacionado con la violenta erupción freatomagmática, de tipo Bandai-San, que causó el
colapso gravitacional del cono del Volcán Antuco I, generándose una voluminosa avalancha,
que descendió por el valle ya mencionado. El cono del Antuco quedó truncado, con una
caldera de avalancha de 4 km de diámetro, abierta hacia el oeste. Sobre la base del volumen
del depósito de avalancha, que alcanzó una distancia de 20 km del volcán, por el valle del
Laja, se estima que el volumen del cono volcánico que habría colapsado, es superior a los 5
km3.
Según MORENO et al. (1984), este evento catastrófico habría ocurrido hace
9.700±600 años A.P, de acuerdo a información entregada por BAROZZI (comunicación
verbal). Una nueva datación realizada por el método de 14C, durante el transcurso de este
estudio, en un tronco de coigüe encontrado en la avalancha, en la ladera N del valle del Río
Laja, 2,5 km al E de la confluencia de los ríos Polcura y Laja y 2 km al NW de la localidad de

57
Abanico, dio como resultado una edad de 6.250±60 A.P. (Muestra 270199-4), lo que permite
precisar mejor la edad de ese fenómeno.
THIELE y MORENO (1995) señalan que la erupción estuvo acompañada por
descargas de oleadas piroclásticas dirigidas lateralmente, las cuales originaron las arenas
negras de Trupán-Laja, cuyos depósitos se extendieron dentro de la Depresión Central en
forma de un gigantesco abanico.
MORENO et al. (1984) dividieron los depósitos de la avalancha volcánica en dos
unidades:
a) Avalancha de rocas y
b) Avalancha de detritos.

a) Unidad avalancha de rocas (Qrmr)

Este depósito, de remoción en masa, se encuentra en el valle del Río Laja,


distribuyéndose en forma de dos cordones, a ambos lado de éste. Su extensión alcanza unos 17
km, entre el sector del Cerro Las Romazas, a 1.600 m s.n.m. y la confluencia de los ríos Laja y
Polcura (fuera del área de estudio), a 700 m s.n.m.
Esta unidad consiste de una gruesa acumulación de material diamíctico, de unos 300 a
350 m de espesor, que forma el sustrato de la Planicie de Los Cipreses y de otros relieves
adyacentes (ver Mapa Geológico). Tiene una superficie rugosa, con desarrollo de sistemas de
acanaladuras longitudinales que originan crestas y áreas deprimidas, las cuales carecen de
desagüe y están ocupadas por ambientes lacustres.
Desde el punto de vista textural, los materiales que la forman son extremadamente
caóticos. Incluyen desde apilamiento de grandes bloques hasta secuencias volcánicas
andesítico-basálticas, muy poco distorsionados, que sólo muestran leves movimientos de
rotación de bloques y presencia de distintos grados de fracturamiento. Los grandes bloques
corresponden, a veces, a una parte importante de una secuencia volcánica andesítico-basáltica
estratificada, con algunos niveles de cenizas, aglomerados y lahares volcánicos muy
distorsionados.

58
La coloración de los materiales de este depósito es muy variada, incluyendo distintos
tonos de rojo, blanco, amarillo y gris, hasta negro. Esto indicaría que los materiales originales,
antes del deslizamiento, estaban afectados por alteración hidrotermal.
El techo de esta unidad es, por lo general, la superficie del terreno. Sin embargo, en la
zona de la caja del Río Laja, está erosionada y cubierta por depósitos fluviales posteriores.
Así, en la Planicie El Toro está recubierta por material de remoción en masa, perteneciente a
los depósitos de deslizamientos-avalancha de detritos y bloques (Qrmd) y en la Planicie Los
Cipreses subyace a depósitos avenidales. Según sondajes realizados por ENDESA en la
Planicie El Toro, la base de esta unidad yace sobre la Formación Curamallín. En el sector de la
Bocatoma, descansa sobre depósitos laháricos, los cuales se apoyan, a su vez, sobre lavas
basálticas de valle de la Subunidad I3 del Volcán Antuco.
Según MORENO et al. (1984), el mecanismo de generación de este depósito está dado
por una avalancha o deslizamiento de material rocoso y detrítico, que formaba el flanco
noroccidental del antiguo Volcán Antuco I. Producto de este evento, se habrían originado
coladas o lenguas de gran espesor y viscosidad, las cuales se desplazaron valle abajo,
rodeando al Cerro Cóndor. Este corresponde a un bloque afectado, aunque poco distorsionado,
por este mismo fenómeno. Este proceso habría ocurrido durante la explosión violenta y
consecuente formación de la caldera que afecta a la estructura del Antuco I.

b) Unidad Avalancha de detritos (Qrmd)

Esta unidad, consistente en depósitos de remoción en masa, se encuentra en el área del


curso superior del Río Laja. Se observa en la Planicie El Toro y en el faldeo suroriental del
Cerro Las Romazas. Los depósitos que forman esta unidad son diamícticos y están
constituidos por grandes bloques angulosos de lava andesítico-basáltica, escoriácea, gris
negra, que alcanzan hasta 2 y 6 m de diámetro, comprendidos en una matriz de granulometría
muy homogénea. Posee baja cohesión y presenta espesores que oscilan, aproximadamente,
entre 5 y 70 m (MORENO et al., 1984).
Estos depósitos descansan sobre los depósitos de deslizamiento de roca (Qrmr), que
rellenan el antiguo valle glacial de El Toro; su techo es la actual superficie del terreno. Esta
superficie desarrolla montículos, de tipo hummocks, que tienen unos 5 a 10 m de altura.

59
Localmente, estos depósitos están cubiertos por sedimentos piroclásticos de caída y
aluvionales y, hacia el interior del Valle El Toro, por sedimentos lacustres, sobresaliendo sólo
algunos hummocks.
Según MORENO et al. (1984), la génesis de esta unidad está dada por un proceso de
remoción en masa, del tipo deslizamiento-avalancha de detritos y bloques, que afectó a
depósitos volcánicos y piroclásticos sueltos y algunos niveles de coladas de lava. Este evento
también está asociado al fenómeno explosivo que afectó al Antuco I, generando la caldera. Tal
suceso se produjo simultáneamente o un poco después de los deslizamientos de roca (Qrmr) y
se diferencia de ellos por la calidad de los materiales deslizados.

3.4 ACTIVIDAD EFUSIVA DEL VOLCAN ANTUCO II

3.4.1 Estratigrafía

MORENO et al. (1984) designaron bajo el nombre de Antuco II a los materiales


volcánicos, principalmente lavas, que constituyen el estratovolcán moderno, edificado al
interior de la caldera, generada por el colapso del cono volcánico del Antuco I. Como la
caldera estaba abierta hacia el oeste, los flujos escurrieron preferentemente en esa dirección.
Por otro lado, el borde oriental y sur de la caldera fue erosionado por glaciares modernos,
formándose portezuelos, lo cual permitió que algunas coladas del Antuco II rebalsaran y
escurrieran por los flancos.
En algunos sectores del aparato volcánico, las coladas de lava y productos piroclásticos
de esta unidad cubren, parcialmente, a los materiales volcánicos del Antuco I. En otros,
pueden yacer, en discordancia, sobre los estratos plegados de la Formación Curamallín, o
cubren unidades pertenecientes a la Sierra Velluda o yacen sobre los depósitos de la
avalancha. Además, los flujos engranan con depósitos de relleno más recientes, los cuales son,
principalmente, de tipo fluvial, aluvional, glacial y lahárico.
Usando criterios morfológicos y estratigráficos, apoyados con antecedentes históricos,
MORENO et al. (1984) distinguieron cinco subunidades cronoestratigráficas relativas. Tales

60
subunidades se denominan, de mayor a menor antigüedad, QvaII1, QvaII2, QvaII3, QvaII4 y
QvaII5 (Q=Cuaternario, va=Volcán Antuco).

Subunidad II1 (QvaII1)

Esta subunidad corresponde a los flujos más antiguos del Antuco II, es decir, están
ligados a la etapa inicial de la actividad del estratovolcán moderno. Estas coladas habrían
fluido aguas abajo por el valle del Río Laja, rellenándolo parcialmente.
En los alrededores de la Bocatoma del Canal Abanico y en la ribera sur del Río Laja
afloran dos coladas superpuestas, de lavas andesítico-basálticas, de espesores estimados en 10
a 15 m cada una, que presentan estructura columnar. El basamento de esta secuencia está
formado por la avalancha volcánica, producto del colapso del Antuco I. Específicamente, los
flujos yacen sobre posibles ripios aluviales y depósitos de las oleadas piroclásticas, las que
originaron las arenas negras de Trupán-Laja (Foto 9).
Petrográficamente, las lavas andesítico-basálticas de esta subunidad tienen textura
porfírica, con fenocristales de plagioclasa, olivino y clinopiroxeno, en una masa fundamental
de textura intergranular a intersertal (muestras 211098-5 y 211098-6).
Entre las dos coladas existen depósitos con clastos subangulosos a
subredondeados, aparentemente de origen lahárico. Toda la secuencia fue excavada por la
erosión fluvial del Río Laja, cuya gran intensidad de desgaste fue favorecida por la poca
competencia del sustrato, es decir, los depósitos de la avalancha volcánica. La continuación de
las coladas aguas arriba del Río Laja no es visible debido a esta erosión, por lo cual no es
posible determinar si las lavas descendieron por el valle del Estero Los Pangues o por el valle
del Río Laja, rodeando la base del Cerro Cóndor. Considerando: a) que la edad del
deslizamiento es de 6.250±60 A.P (según una datación por 14C de un tronco extraído de la
avalancha, realizada en el transcurso de este estudio) y b) que la erosión fluvial afectó a los
materiales previo a que fueran parcialmente cubiertos por las lavas, la edad máxima de esta
subunidad sería de unos 6.000 años.

61
Foto 9: Depósito de oleadas piroclásticas (op) debajo de las primeras coladas de lavas
emitidas por el Antuco II (QvaII1). Separando a las dos unidades se observa un
posible depósito aluvional (Qaf).

Subunidad II2 (QvaII2)

Esta subunidad incluye a las lavas que afloran en el fondo del valle del Río Laja, en la
localidad de Chacay y hasta 2 km aguas arriba (ver Mapa Geológico). Las coladas se apoyan,
directamente, sobre los estratos plegados de la Formación Curamallín y sobre los depósitos de
la avalancha volcánica y sedimentos fluviales. A su vez, los flujos yacen bajo sedimentos
fluviales y lavas de la Subunidad II3.
Las coladas de lava están compuestas por andesitas basálticas grises, de textura
porfírica y con fenocristales de plagioclasa, olivino y clinopiroxeno (Muestra 211098-2).

62
La intensidad de la acción erosiva del Río Laja se reconoce en el Salto Las Chilcas
(Ojos del Laja), el cual ha retrocedido 1 km hacia el este. Los chorros de agua en este sector
provienen de filtraciones del Lago Laja y surgen entre los flujos y en la superficie de contacto
con la roca fundamental.

Subunidad II3 (QvaII3)

Esta subunidad está constituida por coladas de lavas basálticas y andesítico-basálticas,


que forman gran parte de la estructura del cono principal del Volcán Antuco (ver Mapa
Geológico). Los flujos yacen directamente y recubren en forma parcial a lavas de la
Subunidad II2 y de la Unidad I. En algunos sectores se apoyan sobre la Formación Curamallín
y, en otros, sobre los estratos de la Sierra Velluda y los materiales de la avalancha y
sedimentos aluviales del valle del Río Laja. A su vez, sedimentos aluviales, laháricos,
glaciales recientes, depósitos piroclásticos y coladas de la Subunidad II4 cubren parcialmente
a los flujos de lavas mencionados.
Las lavas consisten en flujos de 2 a 20 m de potencia, a menudo sobrepuestos. Son
rocas con textura porfírica, presentando fenocristales de plagioclasa, olivino y clinopiroxeno
(muestras 211098-3 y 250199-11).
La superficie de las lavas está afectada por una incipiente erosión fluvial y glacial,
siendo esta última más intensa en el flanco suroriental del volcán. Aquí, abundantes detritos
morrénicos y laháricos recubren las coladas anteriores. Lo mismo se observa en las cabeceras
del Estero Los Pangues, donde las lavas poseen una cubierta casi continua de sedimentos
glaciales y laháricos de 1 a 2 m de espesor. Una situación similar existe en el camino antiguo
de acceso al Lago Laja, entre Chacay y la Casa de Válvulas del Túnel de Vaciado, donde las
coladas muestran, localmente, acumulaciones de detritos laháricos sueltos en su superficie,
caracterizados por bloques subredondeados y piroclásticos retransportados.
La presencia de una cubierta parcial de sedimentos glaciales permite suponer que la
Subunidad II3 está relacionada a alguna neoglaciación, probablemente a la más reciente,
acontecida hace unos 2.500 a 1.000 años A.P. Por el otro lado, las abundantes lavas de la
Subunidad II4 que la cubre, indican un período no muy corto de actividad volcánica posterior,
por lo que una edad mínima razonable para ella sería 1.000 años A.P.

63
Subunidad II4 (QvaII4)

A esta subunidad pertenecen las lavas prehistóricas, más recientes, eruptadas antes del
año 1624 (año en que inicia el registro histórico). Estas coladas no están afectadas por erosión
glacial y sus superficies son del tipo “aa”. Se derramaron sobre gran parte de las coladas de la
Subunidad II3 y fluyeron, preferentemente, hacia el flanco occidental, provenientes del cráter
principal del Volcán Antuco y de otros centros de emisión parásitos, localizados en los flancos
norte y suroccidental del cono (ver Mapa Geológico). Además, cubren parcialmente a las lavas
de la Subunidad I1, a los depósitos morrénicos recientes y a los materiales deslizados por el
valle del Río Laja. Localmente, los flujos de esta subunidad muestran, en sus superficies,
evidencias del paso de pequeños lahares, relacionados a erupciones más recientes.
Las rocas de esta subunidad son basaltos y andesitas basálticas de textura porfírica, con
fenocristales de plagioclasa, olivino y, localmente, clinopiroxeno.
PETIT-BREUILH (2000) indica que el registro de actividad histórica del Volcán
Antuco comienza en el año 1624, en que se describe una erupción con ruidos subterráneos,
explosiones y generación de una columna de gases y cenizas. Hasta 1853, cuando se produjo
una erupción acompañada por flujos de lava que alcanzaron el Lago Laja (Subunidad II5),
ocurren erupciones en los años 1713, 1739, 1750, 1752, 1758, 1786, 1806, 1820, 1828, 1835,
1839, 1845 y 1848. La mayoría de los eventos anteriores consisten en erupciones de
piroclastos, de tipo estromboliano. Unicamente al término de la erupción del año 1820 se
generó un lahar que bajó por el valle del Río Laja y solamente durante la actividad de los años
1828 y 1845 las erupciones son acompañadas por emisiones de lava (PETIT-BREUILH,
1994).
Por lo tanto, las grandes erupciones de lavas asignadas a la Subunidad II4 se habrían
producido antes del año 1624.

64
Subunidad II5 (QvaII5)

Esta subunidad está representada por las lavas generadas durante la erupción del mes
de enero de 1853. Este evento tuvo lugar en el flanco norte del Volcán Antuco II. El flujo fue
emitido de una fisura de 500 m de largo, situada entre los 2.100 m y 2.300 m s.n.m., a lo largo
de la cual se edificaron pequeños conos piroclásticos rojizos, de 20 a 40 m de altura, con
cráteres de 50 a 100 m de diámetro. La colada, que es de composición basáltica, tiene, en
promedio, 3 km de largo y 1 km de ancho. Presenta una superficie rugosa y escoriácea de tipo
“aa”. Este flujo llegó al Lago Laja, haciendo que su nivel se elevara en una altura estimada de
20 m. Además, recubre parcialmente las coladas de las subunidades I3, II3 y II4.
Las rocas corresponden a basaltos de textura porfírica, con fenocristales de plagioclasa,
olivino y clinopiroxeno, en una masa fundamental de textura intergranular (Muestra 010283-
3).
Durante esta misma erupción, un pequeño cono piroclástico, originado en alguna
erupción anterior y situado dentro del cráter principal del Antuco II, presentaba,
aparentemente, una actividad estromboliana de pequeña magnitud. Con posterioridad se
registraron erupciones débiles en los años 1861, 1862 y 1863, todas las cuales habrían
ocurrido en el conito piroclástico (también denominado Sombrerito) de la cima del volcán.
Durante la erupción de 1861 se generó una colada de lava, la cual, según PETIT-BREUILH
(1994), no llegó a la base del cono. Después del año 1863 la actividad es esencialmente
fumarólica, con una excepción en el año 1911, donde se forma una pequeña columna eruptiva
con expulsión de cenizas.
Actualmente, el volcán presenta una débil actividad fumarólica intermitente.

3.4.2 Petrografía Microscópica

Todas las subunidades del Antuco II son de composición basáltica y/o andesítico-
basáltica y presentan características mineralógicas y texturales muy similares, por lo cual se
describen en conjunto. El resumen de los cortes descritos del Antuco II se presenta en la Tabla
2.

65
Las lavas de la Subunidad II1, que están ubicadas en el sector del Estero Trubunleo,
son las únicas que se diferencian del resto, desde el punto de vista textural. Ellas se
caracterizan por un bajo contenido de fenocristales de plagioclasa (2-4%), olivino y
clinopiroxeno (no mayor a 1%, en conjunto) (muestras 211098-5 y 211098-6). La plagioclasa
(bytownita, An 70-73) está fuertemente zonada y algunos fenocristales presentan textura
“sieve”. Localmente, se observa una textura glomeroporfírica, constituida por plagioclasa,
olivino y clinopiroxeno (Foto 10). La masa fundamental presenta una textura intergranular a
intersertal y está compuesta por microlitos de plagioclasa (50-55%), olivino (10-12%),
clinopiroxeno (15%), vidrio (0-15%) y minerales opacos (5-15%).

Tabla 2: Resumen petrográfico de las muestras analizadas del Antuco II. Simbología en
Anexo C.

ANTUCO II
Muestr

250199-11
010283-3

211098-2

211098-3

211098-5

211098-6

220199-4

Tipo Lava x x x x x x x

QvaII1 x x

QvaII2
Unidad

QvaII3 x x

QvaII4 x

QvaII5 x

Andesita basáltica x x x x

Roca Basalto x x x

Pl ++ ++ ++ + + ++ ++
Fenocxs

Ol + + + + + + +

Cpx + + + + + +

Pl +++ +++ +++ ++++ ++++ +++ ++++


fundamental

Ol + ++ + ++ + + +

Cpx ++ ++ ++ ++ ++ ++ ++
Masa

Vidrio + + ++ +

Mop + + + ++ + + +

Sieve (pl) x x x x x x x
Fenocxs
Textura

Glomeropd x x x x

Intergranular x x x x x x
Mf
Intersertal x x x x

Estructuras Vesículas ** * * ** **

66
Foto 10: Corte transparente de una andesita basáltica de la Subunidad II1 del Antuco I
(Muestra 211098-6), que muestra una textura glomeroporfírica compuesta por
plagioclasa (pl), olivino (ol) y clinopiroxeno (cpx). La masa fundamental
presenta una textura intersertal. Luz polarizada plana (40x).

El resto de las subunidades del Antuco II corresponde a basaltos y andesitas basálticas


porfíricos, con fenocristales de plagioclasa (14-20%), olivino (4-6%) y clinopiroxeno (0-1%).
La mayoría de los fenocristales de plagioclasa presenta textura “sieve” (Foto 11) y su
composición varía entre labradorita y bytownita (An 58-74). Localmente, se observan
fenocristales de clinopiroxeno con embahiamiento (Foto 12). La masa fundamental, de textura
intergranular a intersertal, está constituida por microlitos de plagioclasa (35-40%), olivino (10-
15%), clinopiroxeno (13-20%), vidrio (0-10%) y minerales opacos (5-10%).

Los tamaños de los fenocristales de todas las rocas del Antuco II oscilan entre los 0,05
y 5 mm, en el caso de la plagioclasa, y entre los 0,05 y 3,25 mm para el olivino. El
clinopiroxeno alcanza tamaños de 2 mm, con un mínimo de 0,05 mm.

67
Foto 11: Típica textura “sieve” en fenocristales de plagioclasa pertenecientes al Antuco
II. La masa fundamental posee una textura intergranular a intersertal (Muestra
211098-3). Luz polarizada plana (40x).

Foto 12: Corte transparente de una andesita basáltica del Antuco II (Muestra 211098-2),
con fenocristales de plagioclasa (pl), olivino (ol) y clinopiroxeno (cpx). Se
observa que el clinopiroxeno presenta embahiamiento. Nicoles cruzados (20x).

68
3.5 CENTROS VOLCANICOS ADVENTICIOS

Existen tres centros volcánicos adventicios en los flancos oriental y occidental de los
volcanes Antuco I y II: La Herradura (Qcvlh), Sin Nombre (Qcvnn) y Los Pangues (Qcvlp)
(VERGARA y KATSUI, 1969; MORENO et al., 1984) (ver Mapa Geológico). Todos son de
pequeñas dimensiones y están asociados con flujos de lavas de composición basáltica y
andesítico-basáltica. El resumen de las características petrográficas y texturales de los cortes
transparentes estudiados, pertenecientes a estos centros volcánicos, se presenta en la Tabla 3.

Tabla 3: Resumen petrográfico de las muestras analizadas de los distintos centros


volcánicos adventicios del Volcán Antuco. Simbología en Anexo C.

CENTROS ADVENTICIOS

230199-12

250199-13

250199-14
Muestra

201098-1

Lava x x x

Tipo Lacolito x

Qcvnn x

Unidad Qcvlh x x

Qcvlp x

Andesita basáltica x

Roca Basalto x x x

Pl ++ ++ ++ ++

Fenocxs Ol + + + +

Cpx + + + +

Pl +++ +++ +++ +++


fundamental

Ol ++ + ++ ++

Cpx ++ ++ + ++
Masa

Vidrio + +

Mop ++ + + +

Sieve (pl) x x x x
Fenocxs
Glomeropd x x x x
Textura

Intergranular x x x
Mf
Intersertal x x

Vesículas ** ** ** **
Estructuras
Auto-/Xenolito x x

69
3.5.1 Centro Volcánico La Herradura (Qcvlh)

Está constituido por una extensión de lavas basálticas cordadas, cuyo punto de emisión
no formó un cráter. En el sitio de la erupción se presenta sólo un cono de unos 50 m de altura.
Sin embargo, en las cercanías del Lago Laja y al lado del camino que conduce hacia Los
Barros, existe un cráter de 250 m de diámetro, el cual se habría originado por una explosión
freática (MORENO et al., 1984) (ver Mapa Geológico).
En el fondo del cráter existe un lacolito, que se habría inyectado después de la efusión
de las lavas. Es un cuerpo de forma ovalada, con la parte central brechizada. Presenta
autoclastos alterados, hidrotermalmente, a hematita y limonita. Además, posee diaclasamiento
de enfriamiento, es decir, de superficies curvas. El afloramiento está cortado abruptamente, lo
cual puede ser consecuencia directa de la explosión violenta que originó, posteriormente, el
cráter. Debido a este evento se derrumbaron las lavas del borde W, quedando a la misma altura
que el lacolito. En el cráter se observa material piroclástico (bombas) de color rojizo, lo cual
indica el contacto con agua en el momento de su erupción.
En el borde del lago, las lavas de este centro volcánico forman un acantilado, el cual
sería producto de erosión fluvial, combinada con caídas gravitacionales.
Tanto las lavas como el lacolito (muestras 250199-13 y 250199-14) son rocas
porfíricas, de composición basáltica, con fenocristales de plagioclasa (18%), olivino (4%) y
clinopiroxeno (3%). La plagioclasa está fuertemente zonada y algunos fenocristales poseen
textura sieve. Su composición es An 58 (labradorita). Localmente, se observa una textura
glomeroporfírica compuesta por olivino, clinopiroxeno y plagioclasa (Foto 13). La masa
fundamental está constituida por microlitos de plagioclasa (35-40%), olivino (15%),
clinopiroxeno (10-15%), vidrio (0-10%) y minerales opacos (5%). Presenta una textura
intergranular a intersertal. En la lava existen varias inclusiones, que son probables autolitos,
los cuales corresponden a material ígneo que cristaliza tempranamente a partir del mismo
magma (BARNES, 1981). Están compuestos por pequeños microlitos de plagioclasa, rodeados
por vidrio negro (Foto 13).
MORENO et al. (1984) correlacionan la edad de este centro volcánico con la de la
Subunidad II3 del Volcán Antuco, es decir, Holoceno tardío.

70
Foto 13: Corte transparente de una colada basáltica del Centro Volcánico La Herradura.
Se aprecia una textura glomeroporfírica, constituida por olivino (ol),
clinopiroxeno (cpx) y plagioclasa (pl), además de un probable autolito (au).
Nicoles cruzados (20x).

3.5.2 Centro Volcánico NN (Qcvnn)

Este centro volcánico está formado por un pequeño cono piroclástico, de 50 m de


altura, situado a 5 km al NNW de Los Barros y a 2.250 m s.n.m. (MORENO et al., 1984) (ver
Mapa Geológico). A él se asocia un extenso flujo de lavas andesítico-basálticas, el cual
descendió por un valle glacial, alcanzando el Lago Laja, a 5,5 km de distancia.
La roca es de textura porfírica y contiene fenocristales de plagioclasa (15%), olivino
(4%) y clinopiroxeno (1%) (Muestra 230199-12). La plagioclasa está fuertemente zonada,
algunos fenocristales presentan textura “sieve” y corresponde a bytownita (An 77).
Localmente, se observa una textura glomeroporfírica, compuesta por plagioclasa y olivino
(Foto 14).
El cono piroclástico está afectado por avanzada erosión glacial y las lavas, de tipo “aa”,
poseen una gruesa cubierta piroclástica, proveniente del Volcán Antuco II. La edad estimada
de este centro volcánico es similar a la de la Subunidad II2, es decir, entre 5.000 y 3.000 A.P.
(MORENO et al., 1984).

71
Foto 14: Corte transparente de la colada andesítico-basáltica del Centro Volcánico NN
(Muestra 230199-12). Se observan fenocristales de plagioclasa (pl) y olivino (ol)
que, localmente, forman una textura glomeroporfírica. Nicoles cruzados (20x).

3.5.3 Centro Volcánico Los Pangues (Qcvlp)

Se ubica en el curso superior del Estero Los Pangues, inmediatamente al oeste del
Volcán Antuco (ver Mapa Geológico). Está constituido por un cono piroclástico escoriáceo, de
color gris negro y rojizo, de un diámetro basal cercano a los 250 m y unos 50 m de altura.
Posee un cráter circular en su cima, de 20 m de diámetro y 4 m de profundidad. Existen otros
dos pequeños conos piroclásticos adyacentes al anterior, de unos 6 m de altura y del tipo
“hornitos” (MORENO et al., 1984).
Las lavas emitidas por este centro volcánico son, por lo menos, dos flujos de basaltos
de olivino, producto de un mismo proceso eruptivo, las cuales descendieron por el valle del
Estero Los Pangues, hasta su desembocadura en el Río Laja, que se encuentra a 5 km de
distancia. Efectivamente, se trata de rocas de textura porfírica, con fenocristales de plagioclasa
(20%), olivino (5%) y trazas de clinopiroxeno (Muestra 201098-1). La plagioclasa
corresponde a bytownita (An 72), está fuertemente zonada y presenta textura “sieve”.
Localmente, se aprecia una textura glomeroporfírica compuesta por plagioclasa y olivino
(Foto 15). Además, se observa un agregado de fenocristales que podría corresponder a un

72
xenolito parental, probablemente, de naturaleza subvolcánica, de forma ovalada y compuesto
por plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y ortopiroxeno (Foto 16).
Ni el cono ni las coladas, que poseen superficies de tipo “aa”, están afectados por
erosión glacial y yacen sobre depósitos morrénicos y coladas de lavas de la Subunidad II3 del
Volcán Antuco, las cuales muestran erosión glacial de altura. Por otro lado, los flujos de Los
Pangues están parcialmente cubiertos, en su extremo meridional, por depósitos de pequeñas
avalanchas laháricas, relacionadas con las erupciones más recientes del Antuco II.
Según PETIT-BREUILH (1994), estas lavas, que bajaron por el valle del Estero Los
Pangues, son producto de la erupción de 1845.

Foto 15: Corte transparente de la colada basáltica del Centro Volcánico Los Pangues
(Muestra 201098-1), mostrando fenocristales de olivino (ol) y plagioclasa (pl) que
forman, localmente, una textura glomeroporfírica. Nicoles cruzados (20x).

73
Foto 16: Corte transparente de la misma lava anterior, mostrando un probable xenolito
subvolcánico, constituido por plagioclasa, olivino, clinopiroxeno y ortopiroxeno.
Nicoles cruzados (20x).

Los tamaños de los fenocristales de todas las rocas estudiadas de los distintos centros
adventicios oscilan entre los 0,1 y 6,5 mm, en el caso de la plagioclasa, y entre los 0,1 y 2,75
mm para el olivino. El clinopiroxeno alcanza tamaños de 2,25 mm, con un mínimo de 0,1 mm.

3.6 DISCUSION PETROGRAFICA

A modo de resumen, se presentan los diagramas de la Figura 5, que muestran la


variación de los contenidos modales de fenocristales al cambiar el porcentaje de SiO2 en las
rocas del Volcán Antuco. En el caso del olivino, y considerando el conjunto de todos los
datos, el contenido de este mineral tiende a disminuir al aumentar el grado de diferenciación.
Sobre los 63% de SiO2, ninguna muestra presenta un contenido de olivino mayor a 1%. Con
respecto a las otras fases minerales, no se observa ninguna tendencia. En el caso del Antuco II,
los contenidos de clinopiroxeno y plagioclasa también tienden a reducirse al incrementarse la
abundancia en sílice, pero esto puede ser consecuencia de la menor cantidad de muestras
correspondientes a esta unidad.

74
Figura 5: Diagrama de variación de los contenidos modales de fenocristales en las
muestras del Volcán Antuco versus su abundancia en sílice.
8 3,5

olivino clinopiroxeno
7
3

6
2,5
% modal de fenocristales

% modal de fenocristales
5
2

1,5
3
Antuco I
Antuco I
1 Antuco II
2
Antuco II
Centros adventicios
Centros adventicios

0,5
1

0 0
50 55 60 65 70 50 55 60 65 70
SiO2 (% p/p) SiO2 (% p/p)

30 40

plagioclasa total de fenocristales


35
25

30
% modal de fenocristales

% modal de fenocristales

20
25

15 20 Antuco I
Antuco II
Antuco I
Centros adventicios
Antuco II 15
10 Centros adventicios

10

5
5

0 0
50 55 60 65 70 50 55 60 65 70
SiO2 (% p/p) SiO2 (% p/p)

En base al estudio petrográfico realizado, se determinó el siguiente orden de


cristalización para las lavas del Volcán Antuco, teniendo en cuenta que existe un extenso
traslape entre las distintas fases minerales:
olivino ⎡ ortopiroxeno ⎡ clinopiroxeno ⎡ plagioclasa ⎡ oxihornblenda

Las características texturales descritas en las muestras del Volcán Antuco, permiten
hacer las siguientes observaciones:

75
• Los fenocristales de olivino en las andesitas y dacitas del Antuco I están corroídos, lo cual
indicaría desequilibrio. Además, están rodeados por pequeños cristales de ortopiroxeno,
sugiriendo la ocurrencia de la siguiente reacción:
olivino + líquido rico en sílice = ortopiroxeno.
La textura descrita sugiere que esta reacción se interrumpiría, antes de ser completada, por
el enfriamiento rápido del magma durante su ascenso (COX et al., 1979).

• La textura “sieve” corresponde a inclusiones de vidrio u otro material de la masa


fundamental que rellenan oquedades en los fenocristales de feldespato (SHELLEY, 1993).
Estas cavidades en la plagioclasa se deben a la disolución parcial de la misma, la cual,
según SEAMAN (2000), puede ocurrir como resultado de:
(1) inyección de magma más caliente, es decir, más anortítico,
(2) ascenso del magma (cambios de las condiciones de presión y temperatura) o
(3) inyección de agua en la cámara magmática, haciéndose más estable la plagioclasa más
rica en Ca. La depresión del liquidus de la plagioclasa, con el aumento del contenido
de agua del magma, produce un incremento en los contenidos de An en la plagioclasa,
que está en equilibrio con el magma.

• La presencia de distintos tipos de clinopiroxeno (limpio y zonado/sucio) en las


andesitas y dacitas del Volcán Antuco sugiere, probablemente, una mezcla de magma.

76
3.7 ACTIVIDAD EXPLOSIVA DEL VOLCAN ANTUCO

3.7.1 Introducción

Los primeros indicios de una actividad explosiva importante del Volcán Antuco fueron
mencionados por THIELE y MORENO (1995). Previo a esta fecha, sólo se habían descrito los
productos lávicos de este centro volcánico. THIELE y MORENO (1995) descubrieron, por lo
menos, tres flujos piroclásticos que descendieron por el valle del Río Laja. Reconocieron,
además, que las arenas negras de Trupán-Laja corresponden a flujos piroclásticos turbulentos,
de tipo oleadas piroclásticas húmedas, dirigidas lateralmente, que acompañaron a la erupción
freatomagmática, que provocó la avalancha volcánica del Volcán Antuco I.
El presente estudio ha permitido: a) encontrar y analizar distintos depósitos
piroclásticos, b) levantar columnas estratigráficas en diferentes lugares, c) determinar la
composición química de los depósitos de caída y d) obtener dataciones radiométricas, por
método de 14C, en materiales carbonosos encontrados en varios flujos piroclásticos.

3.7.2 Depósitos Piroclásticos

• Sectores S y SE del Volcán Antuco


En estas zonas se encuentran los afloramientos de depósitos piroclásticos de caída
mejor desarrollados y conservados. Casi siempre están intercalados con flujos piroclásticos,
debido a lo cual se describirán, en conjunto, las características de ambos tipos de depósitos.
Es difícil asignar dichos depósitos a una u otra unidad del Volcán Antuco (I y II), pues
los afloramientos son muy locales y no se sabe, salvo algunas excepciones, cual es su relación
estratigráfica. Además, dado que todos los depósitos piroclásticos son muy similares, es difícil
establecer correlaciones estratigráficas entre las distintas columnas. La Tabla 4 resume las
características granulométricas y composicionales de los depósitos de caída, a los cuales se
hará referencia en este capítulo.

77
Los únicos depósitos de caída, que pertenecen con certeza a los productos de la
actividad del Antuco I, son los encontrados, en forma de lente, emparedados por dos morrenas,
en un corte del camino internacional, a 3 km al S del Lago Laja (Foto 17) (210199-3). Estas
morrenas son productos de la última glaciación, la cual terminó hace 15.000 años.
Corresponde a un nivel de pómez basal, de 15 cm de espesor máximo, bajo un nivel de escoria
cuya potencia máxima alcanza los 65 cm. Mientras la pómez es de composición dacítica, la
escoria es de composición andesítico-basáltica.

Foto 17: Lente de pómez (base) y escoria (techo), dispuesto entre dos morrenas de la
última glaciación. Se indica el movimiento del hielo que va de NW a SE.

La secuencia de mayor registro se ubica, en otro corte de camino, en las cercanías del
Paso Pichachén (200199-2) (Foto 18). La columna, correspondiente a esta secuencia, se
muestra en la Figura 6. Se trata de una alternancia de flujos piroclásticos y depósitos de caída.
La composición de estos últimos varía entre basáltica y andesítica (escoria y pómez,
respectivamente) (Tabla 4). No se sabe si esta secuencia es producto de la actividad del
Antuco I o del II.

79
Foto 18: Secuencia piroclástica observada en el Sector Paso Pichachén. Corresponde a la
columna de la Figura 6 y se trata de una alternancia entre flujos piroclásticos y
material de caída.

A orillas del Río Pino, 4 km al S del Lago Laja, se observa un interesante afloramiento
(Foto 19), descrito en la columna estratigráfica de la Figura 7 (210199-2). Se trata de un
potente paquete de sedimentos glaciolacustres (>25 m) que yace bajo un depósito morrénico,
sobre el cual se disponen distintos tipos de depósitos piroclásticos. Los sedimentos
glaciolacustres se depositaron, probablemente, durante el período de cese del volcanismo en la
zona, es decir, entre el término de actividad volcánica de la Sierra Velluda (300.000 A.P.) y el
nacimiento del Volcán Antuco (130.000 A.P.; MORENO et al., 1984), lo cual correspondería
a la Edad Glacial Riss. Los depósitos de caída de la secuencia son de composición andesítico-
basáltica. Se distinguen dos niveles, el superior corresponde a escoria, mientras que el inferior
se describe como pómez, debido a su color (Tabla 4). No es posible asignar estos depósitos a
alguna de las unidades del Volcán Antuco.

80
Foto 19: Afloramiento a orillas del Río Pino cuya secuencia está detallada en la columna
de la Figura 7.

Los piroclastos de caída examinados, que con mayor seguridad son producto de la
actividad explosiva del Volcán Antuco II, son aquellos del Sector Estero Correntoso (Figura
8), los cuales se ubican, estratigráficamente, sobre el depósito morrénico de la secuencia
descrita a 3 km al S del Lago Laja (Foto 17). Corresponden a dos niveles delgados de escoria,
de composición basáltica (Muestra 210199-4e), separados por un flujo piroclástico y
dispuestos sobre un nivel de ceniza basal.
En el valle del Estero Pichicoyahue, 2 km al W del Paso Pichachén, el material de
caída, encontrado en superficie, corresponde a bombas escoriáceas de composición basáltica y
pómez andesítica de la última erupción del Volcán Antuco (200199-1). Las bombas gradan a
lapilli grueso, fino y, finalmente, ceniza en profundidad y todo este evento eruptivo tiene un
espesor de 9 cm. Esta gradación inversa se puede explicar por el cambio en la dirección del
viento durante la erupción o por una evolución de pacífica a violenta durante la actividad.

83
recopiladas de PETIT-BREUILH (1999) no hay ningún indicio de ocurrencia de flujos
piroclásticos. Además, la posición de la secuencia sobre una terraza antigua del Río Laja, a
100 m sobre el nivel actual de este, indica que el depósito debe ser de una edad mucho mayor.
En el borde N del valle, 6 km al NW del sector anterior y 5 km al W de la confluencia
de los ríos Polcura y Laja, aflora otro flujo piroclástico que contiene carbón y que dio una
edad de 60±60 A.P. (Muestra 260199-2c). Este flujo descansa sobre una terraza fluvial
antigua, la cual, en otro sector, se apoya sobre los depósitos de la avalancha volcánica. La
edad obtenida tampoco parece acercarse a la real, dado que un flujo piroclástico no habría
pasado desapercibido por la población y habría figurado dentro de la información reunida por
PETIT-BREUILH (1999). Los malos resultados pueden deberse a que el carbón muestreado
no es producto del flujo piroclástico sino que consecuencia de un incendio posterior.

86
4 HISTORIA GEOLOGICA

4.1 HISTORIA DEL BASAMENTO DEL VOLCAN ANTUCO

Según MORENO et al. (1984), el basamento del Grupo Volcánico Antuco-Sierra


Velluda está formado por rocas volcánicas y sedimentarias clásticas continentales, que
constituyen la Formación Curamallín, de edad eocena-miocena media. Esta formación
presenta plegamiento y fracturamiento local, estructuras que son el resultado de una tectónica
compresiva, correspondiente a la Fase Orogénica Quechua (límite Mioceno Superior-Plioceno
Inferior).
Luego de esta fase tectónica, existió, durante el Plioceno y Pleistoceno Inferior, un
período de intensa erosión, que produjo el truncamiento de los estratos plegados de la
Formación Curamallín. Sobre esta superficie de erosión, y en discordancia, se depositaron los
materiales volcánicos y sedimentos del Pleistoceno Superior.
La actividad volcánica en el extremo suroccidental del área originó el Volcán Sierra
Velluda I, constituido por brechas y aglomerados laháricos, con intercalaciones de lavas
andesítico-basálticas. Este evento eruptivo se inició a principios del Pleistoceno Superior,
desarrollándose durante los comienzos de la Glaciación Mindel. Probablemente, existió un
paleolago Laja en el sector donde actualmente se encuentra el Volcán Antuco.
Durante la edad glacial mencionada terminó la actividad del Volcán Sierra Velluda I.
La fase final de esta glaciación produjo la erosión de los materiales volcánicos, excavando
valles en U y circos. Además, tuvo lugar un evento tectónico distensivo que generó fracturas
de rumbo NW-SE y NE-SW. MORENO et al. (1984) estiman que el paleolago Laja se vació
durante este período de inactividad volcánica.
Durante el Interglacial Mindel-Riss se habría reactivado el volcanismo en la Sierra
Velluda, con la emisión principal de lavas, que construyeron un estratovolcán de unos 3.800 m
s.n.m. (Sierra Velluda II). Estos materiales obstruyeron nuevamente el valle cordillerano
interior, desarrollándose un eventual paleolago Laja en el mismo sector del antiguo. La
actividad volcánica en la Sierra Velluda concluyó antes del inicio de la Glaciación Riss. Esta
erodó intensamente el estratovolcán, y habría hecho desaparecer el eventual paleolago.

88
Según THIELE y MORENO (1995), el Cono Poligénico de Quilleco, que corresponde
a un extenso abanico que se extiende hacia el oeste, alcanzando la Depresión Central, se habría
originado antes de la última glaciación (Würm). Está constituido por materiales que
representan las facies mixtas volcanoclásticas y sedimentarias de engrane con las secuencias
volcánicas pleistocenas de la región, es decir, de la Sierra Velluda, Cordillera Lagunillas y
Cerro Pan de Azúcar, que afloran inmediatamente al oeste del área de estudio. La unidad
inferior de este cono corresponde a sucesivos flujos piroclásticos y laháricos, combinados con
sedimentos sinvolcánicos, que condicionan la acumulación de secuencias volcanoclásticas
medias y distales, actualmente muy consolidadas. Flujos de corrientes, con un régimen de alta
energía, originaron depósitos fluviales con intercalaciones volcanoclásticas distales (unidad
superior). Estos materiales están muy meteorizados, formando rodados multicolores. Según
Mac PHAIL (1966), este evento habría ocurrido hace 15.000±500 años A.P., pero una

datación de 14C, realizada por THIELE y MORENO (1995), arrojó una edad de 27.260±230
años de antigüedad. Sin embargo, los últimos autores sostienen que el Cono de Quilleco es
mucho más antiguo dado sus rasgos geomorfológicos, el grado de erosión y meteorización de
los materiales y su engrane con rocas volcánicas pleistocenas.

4.2 HISTORIA ERUPTIVA Y EVOLUCION DEL VOLCAN ANTUCO

Las primeras erupciones del Volcán Antuco se habrían producido a través de una fisura
de dirección NE, ubicada en el ancho valle glacial situado al norte del Volcán Sierra Velluda.
Las sucesivas efusiones de lavas basálticas, andesítico-basálticas, andesíticas y dacíticas, con
algunas intercalaciones laháricas y piroclásticas, originaron un estratovolcán de unos 2.500 m
de altura y 12 km de diámetro basal, llamado Volcán Antuco I o Volcán Laja de BRÜGGEN
(1942). Los productos de este volcán fluyeron hacia el W por el primitivo valle glacial,
alcanzando la localidad de Abanico, cubriendo, además, gran parte del valle cordillerano,
actualmente ocupado por el Lago Laja.
Dataciones realizadas por MORENO et al. (1984) en lavas basálticas y andesítico-
basálticas de la unidad inferior del Antuco I dan edades que fluctúan entre 83±46 mil años y
menos de 100 mil años. Según estos datos, las erupciones del Volcán Antuco I se habrían

89
iniciado durante el Interglacial Riss-Würm (130-90 mil años A.P.), continuando durante la
Glaciación Würm, cuyo máximo avance se produjo hace 60 mil años (MERCER, 1976 en
MORENO et al., 1984). Lo anterior está apoyado por las intercalaciones laháricas existentes
en las lavas del Antuco I. Además, la unidad inferior del Volcán Antuco I muestra huellas
dejadas por erosión glacial, por lo que la Glaciación Würm la afectó en forma parcial. La
actividad del Volcán Antuco I habría continuado, ininterrumpidamente, hasta principios del
Postglacial, basándose en las coladas más recientes que tuvieron especial desarrollo hacia el
flanco norte del cono. El Volcán Antuco I generó, además, flujos piroclásticos pumicíticos a
principios del Postglacial, los cuales se distribuyeron hacia el valle superior del Laja, donde
alcanzan hasta 5 m de espesor.
El desarrollo del Antuco I culminó con el colapso del cono y su deslizamiento aguas
abajo por el valle del Río Laja, dejando una caldera volcánica de 4 km de diámetro
(MORENO et al., 1984). Con respecto al mecanismo que generó esta caldera hay que destacar
los siguientes antecedentes:
DOMEYKO (1845) postula que el edificio del Antuco había sufrido levantamientos
acompañados por fracturas circulares y un gran deslizamiento.
Mac PHAIL (1966) señala que una erupción del Volcán Antuco provocó el colapso de
su parte superior occidental y dio origen a un gran deslizamiento, representando el Cerro
Cóndor una fracción del lado oeste del volcán. El mismo autor asume que este proceso fue
similar al experimentado por el Volcán Bandai-San en Japón, el cual tuvo una erupción
catastrófica en 1888.
VERGARA y KATSUI (1969) postulan que el Cerro Cóndor es un antiguo volcán y
clasifican a la caldera como una caldera de colapso tipo Glencoe, debido a la falta de una gran
erupción de pómez y ceniza de naturaleza ácida, como sucede en el tipo Krakatoa. La caldera
de tipo Glencoe se origina por un colapso del cono, gatillado por un mecanismo de vaciado de
la cámara magmática, lo cual provoca una gran efusión de lavas.
ABELE (1981) postula que la gran avalancha volcánica del Antuco provocó la
formación de su caldera de 4 km de diámetro, abierta hacia el oeste. El señaló que esta caldera
era similar a aquella dejada por la erupción de 1980 del Volcán Santa Helena (EE.UU.).
MORENO et al. (1984) postulan que el mecanismo de generación de la caldera en el
Volcán Antuco I sería una combinación de los mecanismos que originaron las calderas del

90
Monte Santa Helena (1980) y Bandai-San (1888). En el primer caso, los magmas, de
composición intermedia a ácida (andesítica-dacítica) y viscosidad moderada a alta, a medida
que ascendían e intruían en el edificio volcánico, provocaron una protuberancia en su flanco
norte. Esta creció en tamaño hasta alcanzar una notable inestabilidad gravitacional. A
consecuencia de un sismo de grado 5 se produjo su derrumbe, acompañado por una violenta
explosión lateral y la expulsión de abundantes piroclastos ácidos. Este evento catastrófico fue
el que generó una caldera en forma de herradura. En el caso del Volcán Bandai-San, en Japón,
se abrió una fisura antigua en su base, lo que permitió el ingreso de grandes volúmenes de
agua subterránea. El contacto entre éstas y los magmas ascendentes, produjeron violentas
explosiones freáticas, que causaron el desplome de uno de los flancos del volcán en el plano
de la fisura, originando un gran anfiteatro y depósitos de avalancha.
Según MORENO et al. (1984), en el caso del Volcán Antuco, la fisura NE, que en
parte controla la distribución actual de algunos centros de emisión del Antuco II, habría
permitido la entrada de aguas subterráneas provenientes del Lago Laja. Las grandes
explosiones freáticas resultantes habrían provocado el colapso del flanco occidental y cumbre
del Volcán Antuco I, formándose un anfiteatro de 4 km de diámetro en dirección NS y grandes
depósitos de deslizamientos aguas abajo del valle del Río Laja.
THIELE y MORENO (1995) agregan que el colapso originó una voluminosa
avalancha, que descendió, por lo menos, unos 20 km a lo largo del valle del Laja. La
generación de esta avalancha estuvo acompañada, casi simultáneamente, por descargas de
flujos piroclásticos turbulentos (oleadas), dirigidas lateralmente, que generaron las arenas de
Trupán-Laja. Esta oleada, de características fría y húmeda, descendió también hacia el W, por
el valle del Río Laja, extendiéndose hasta una distancia de unos 60 km desde centro volcánico.
Su volumen mínimo estimado es de unos 5 km3, siendo una de las mayores a nivel mundial.
Las arenas de Trupán-Laja se mezclaron con grava fina y angulosa y se depositaron encima
del material de la avalancha y sobre una terraza muy antigua del Laja, encajada en los flancos
del valle y constituida por gravas arenosas, de tamaño grueso y de origen fluvial, con
intercalaciones de arenas moderadamente consolidadas. Estos depósitos corresponden a la
unidad inferior de las Terrazas Poligénicas de Trupán-Laja.

91
Según MORENO et al. (1984), este fenómeno cataclísmico, de corta duración, habría
ocurrido a comienzos del postglacial, hipótesis apoyada por una datación 14C, efectuada en un
resto de madera de un depósito asignado a la avalancha, fuera del área considerada, la cual dio
9.700±600 años (BAROZZI, comunicación verbal en MORENO et al., 1984). Sin embargo,
una datación 14C realizada en un tronco de coigüe encontrado en la avalancha, durante el
desarrollo del presente proyecto, dio un resultado de 6.250±60 A.P.
Según THIELE y MORENO (1995), parte de la avalancha del Volcán Antuco embalsó
el Lago Laja, cuyo nivel subió en unos 100 m. La ruptura posterior de este embalse originó, a
lo menos, tres aluviones o flujos de detritos, los cuales se encauzaron por la caja del Laja.
Hay evidencias que tanto la avalancha como la oleada experimentaron retrabajo y
redepositación. También se han encontrado depósitos aluvionales, generados por la ruptura de
lagos represados en los valles laterales al del Laja.
Posteriormente, la actividad volcánica, consistente en efusiones de lavas andesítico-
basálticas, continuó en el fondo del anfiteatro del Antuco I, probablemente a lo largo de
fisuras. Así se originó un nuevo cono al interior de la caldera, el Volcán Antuco II, producto
de continuas erupciones, cuyas efusiones alcanzaron hasta la localidad de Campamento Viejo,
aguas abajo por el valle del Río Laja (MORENO et al., 1984).
A partir de la evolución del Antuco II se produjo la emisión de, por lo menos, tres
flujos piroclásticos sucesivos que descendieron por el valle del Río Laja y se depositaron,
formando variados espesores (THIELE y MORENO, 1995). Cubren al Miembro Río Queuco
de la Formación Curamallín, a los materiales de la avalancha volcánica y a las Terrazas
Poligénicas de Trupán-Laja. En terreno se reconocieron estos flujos que corresponden a
depósitos piroclásticos homogéneos, no presentan estratificación interna y reflejan un régimen
de tipo flujo laminar. Están muy meteorizados y forman suelos arcillosos tipo trumao.
Las coladas de lavas se extendieron preferentemente hacia el oeste, pero algunas
rebalsaron el borde de la caldera (llamado somma, debido a que es similar al anfiteatro
alrededor del Vesubio, vestigio del antiguo Monte Somma) y escurrieron hacia el este y,
probablemente, hacia el sur.
Además, se instalaron pequeños centros de emisión adventicios en el Volcán Antuco II cuyos
productos son de composición basáltica y andesítico-basáltica. Estos depósitos dieron origen a
los centros La Herradura y Sin Nombre (NN), en el flanco oriental, y Los Pangues en el flanco

92
occidental. Este último emitió una colada de lava en el año 1845, la cual descendió por el valle
del Estero Los Pangues (PETIT-BREUILH, 1994).
Al mismo tiempo que crecía el Antuco II, ocurrían pequeños avances glaciales
(Neoglaciación Postglacial) y el valle superior del Laja experimentaba una prolongada y
profunda erosión fluvial. Este río desaguaba el inestable lago homónimo embalsado por las
sucesivas coladas. En un momento, que aún se desconoce, se produjo la ruptura del Lago Laja,
generándose un aluvión que arrasó todo el valle superior y originó un gigantesco abanico de
arenas negras dentro de la Depresión Central, principalmente retransportadas de la oleada
piroclástica. Parte del aluvión descendió por los ríos Laja, Itata y Biobío, alcanzando el
Océano Pacífico, donde formó grandes abanicos tipo “fan-deltas”. Debido a las corrientes
marinas y a los vientos que inciden preferentemente desde el SW, grandes volúmenes de
arenas basálticas fueron retransportados en un corto período de tiempo hacia el N, a lo largo
del litoral, por más de 250 km, dando lugar a extensas playas como Cobquecura, Constitución,
Curanipe, Pelluhue, Chanco y Vichuquén (36,5º a 35ºS).
El registro de actividad histórica del Volcán Antuco comienza en el año 1624 (PETIT-
BREUILH, 2000), en que se describe una erupción con eyección de ceniza. Hasta 1853,
cuando se produjo una erupción acompañada por flujos de lava que alcanzaron el Lago Laja
(Subunidad II5), ocurren erupciones en los años 1713, 1739, 1750, 1752, 1758, 1786, 1806,
1820, 1828, 1835, 1839, 1845 y 1848. La mayoría de los eventos anteriores consisten en
erupciones de piroclastos, de tipo estromboliano. Unicamente al término de la erupción del
año 1820 se generó un lahar que bajó por el valle del Río Laja. Solamente durante la actividad
de los años 1828 y 1845 las erupciones son acompañadas por emisiones de lava.
Durante la erupción de 1853 se generó una colada de lava basáltica que embalsó el
Lago Laja, elevando su nivel en 20 m, alcanzando su cota actual.
Con posterioridad, se registraron erupciones débiles en los años 1861, 1862 y 1863,
todas las cuales habrían ocurrido en el conito piroclástico, denominado Sombrerito, de la cima
del volcán. Durante la erupción de 1861 se generó una colada de lava, la cual, según PETIT-
BREUILH (1994), no llegó a la base del cono. Después del año 1863, la actividad es
esencialmente fumarólica, con excepción de la erupción del año 1911, donde se forma una
pequeña columna eruptiva con expulsión de cenizas (PETIT-BREUILH, 1994).

93
Actualmente, el volcán presenta una débil fumarola intermitente en su pequeño cráter ubicado
en el borde norte de su cima (MORENO et al., 1984).

94
5 GEOQUIMICA DEL VOLCAN ANTUCO

5.1 INTRODUCCION

Este estudio se basa en 41 análisis químicos de rocas, de los cuales 14 provienen de


trabajos previos. Se incluyen estos últimos pues ahora, con la información aportada por
MORENO et al. (1984), se conoce con mayor certeza la subunidad a qué pertenecen dichas
muestras. Se analizaron también 14 muestras de piroclastos de caída. Además, por gentileza
del Profesor Bérnard Déruelle, se presentan, en la parte de Geoquímica de Elementos Trazas
(subcapítulo 5.3), 10 análisis adicionales, algunos de los cuales comprenden también datos de
razones isotópicas (subcapítulo 5.3.5).
Los 41 análisis químicos realizados durante el presente estudio (27 de roca y 14 de
piroclastos) fueron ejecutados en el laboratorio químico del Departamento de Geología de la
Universidad de Chile, por el método de plasma por acoplamiento inductivo y óptica de
emisión espectroscópica (ICP-OES), utilizando un equipo Perkin Elmer P 400.

5.2 GEOQUIMICA DE ELEMENTOS MAYORES

La geoquímica de elementos mayores de todas las lavas consideradas en este estudio se


presenta en las tablas 5, 6 y 7. Además, se analizaron químicamente 14 muestras de piroclastos
de caída. Los resultados de estos análisis se encuentran en la Tabla 8.

95
Tabla 5: Abundancia de elementos mayores en lavas del Volcán Antuco I.

Nº Muestra 250199-7 260199-3 010283-01 1803-1 201098-04 051177-06 250199-10


Referencia este trabajo este trabajo este trabajo Vergara este trabajo López-Escobar este trabajo
et al. (LLE) et al.
(1985) (1981)
Unidad QvaI1 Av. Volc. QvaI3 QvaI QvaI3 QvaI3 QvaI1
Tipo Lava Clasto Lava Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5857,5 5864,2 5861,4 5861,9 5861,4 5857,5
(U.T.M.) E 296,9 275,4 294,2 292,7 294,2 297,0
Sector Agua valle del flanco norte Refugio U. de flanco norte Agua
Enterrada Río Laja Volcán Concepción Volcán Antuco Enterrada
Antuco
Datación (K-Ar)
SiO2 (% p/p) 51,20 52,50 51,48 51,95 52,10 52,15 52,65
TiO2 0,98 1,12 1,05 1,02 1,10 0,94 0,94
Al2O3 18,56 17,88 19,69 20,51 20,11 18,42 17,78
Fe2O3 (total) 7,33 8,12 9,01 9,26 7,51 8,49 7,61
MnO 0,13 0,15 0,19 0,13 0,13 - 0,13
MgO 6,61 4,82 4,89 3,96 3,47 5,67 6,43
CaO 9,75 9,08 9,08 9,59 10,01 9,1 9,15
Na2O 3,15 3,34 3,75 3,67 3,76 3,05 3,19
K2O 0,94 0,93 0,81 0,68 0,66 0,75 0,98
P2O5 0,14 0,21 0,19 0,20 0,19 0,22 0,15
ppc 0,69 1,13 0,31 0,43 0,48 - 0,37
Suma 100,06 99,86 99,81 101,40 99,99 98,79 99,92
Mg# 0,64 0,54 0,52 0,46 0,48 0,57 0,63

Nº Muestra 051177-05 1803-4 211098-04 010283-06 250199-12 230199-2


Referencia LLE et al. (1981) Vergara et al. este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo
(1985)
Unidad QvaI2 QvaI1 QvaI2 QvaI2 QvaI1 QvaI1
Tipo Lava Dique Lava Lava Dique Lava
Ubicación N 5861,6 5859,1 5861,3 5858,7 5858,0 5854,4
(U.T.M.) E 291,8 288,1 291,1 283,6 296,6 292,5
Sector Refugio U. de Cerro Cóndor Refugio U. de Bocatoma Agua Estero El
Concepción Concepción Enterrada Aguado
Datación (K-Ar) 52 ± 34 ka
SiO2 (% p/p) 52,80 53,03 53,38 54,12 54,27 54,30
TiO2 1,02 1,06 1,45 1,42 1,45 1,20
Al2O3 18,29 20,43 17,00 17,18 16,90 17,90
Fe2O3 (total) 8,80 8,26 9,78 11,24 9,59 7,30
MnO 0,15 0,12 0,17 0,17 0,17 0,13
MgO 5,65 2,97 3,74 3,58 3,50 4,15
CaO 8,75 9,32 7,87 7,46 7,10 7,84
Na2O 3,48 3,85 4,17 4,31 4,58 3,94
K2O 0,78 0,80 0,86 0,85 0,97 1,38
P2O5 0,19 0,22 0,26 0,21 0,23 0,28
ppc 0,32 0,62 0,48 0,32 0,45 0,68
Suma 100,23 100,68 99,16 100,86 99,89 99,68
Mg# 0,56 0,42 0,43 0,39 0,42 0,53

96
Nº Muestra 051177-01 230199-5 230199-10 051177-01 H-125 H-114

Referencia LLE et al. este trabajo este trabajo LLE et al. Vergara et al. Vergara et al.
(1981) (1981) (1985) (1985)
Unidad QvaI2 QvaI1 QvaI1 QvaI2 QvaI QvaI
Tipo Lava Lava Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5858,7 5854,1 5853,8 5858,7 5854,1 5853,9
(U.T.M.) E 283,6 292,4 292,3 283,6 296,1 292,3
Sector Bocatoma Estero El Estero El Bocatoma Los Barros Estero El
Aguado Aguado Aguado
Datación (K-Ar) <100 ka <124 ka
SiO2 (% p/p) 54,88 54,95 55,12 55,19 55,48 55,48
TiO2 1,33 1,17 1,08 1,38 1,53 1,17
Al2O3 16,50 17,43 17,67 16,99 17,70 18,38
Fe2O3 (total) 11,05 7,32 7,28 11,06 10,43 8,41
MnO 0,19 0,12 0,12 - 0,16 0,12
MgO 3,28 4,10 4,76 3,35 2,80 3,46
CaO 7,25 7,92 7,52 7,41 6,61 6,98
Na2O 4,44 4,09 3,76 3,92 4,69 4,11
K2O 0,84 1,44 1,33 0,86 1,28 1,47
P2O5 0,21 0,29 0,26 0,24 0,29 0,28
ppc 0,28 0,30 0,32 - 0,41 0,79
Suma 100,25 99,96 99,72 100,40 101,38 100,65
Mg# 0,37 0,53 0,56 0,38 0,35 0,45

Nº Muestra 250199-2 H-103 250199-4 250199-3 250199-5 250199-1 230199-1

Referencia este trabajo Vergara et al. este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo
(1985)
Unidad QvaI1 QvaI QvaI1 QvaI1 Qva I1 QvaI1 QvaI1
Tipo Lava Lava Lava Lava Dique Lava Filón manto
Ubicación N 5857,3 5855,4 5859,4 5857,3 5857,5 5857,4 5854,5
(U.T.M.) E 296,9 297,6 296,9 296,9 297,0 296,9 292,6
Sector Agua flanco este Agua Agua Agua Agua Estero El
Enterrada Volcán Antuco Enterrada Enterrada Enterrada Enterrada Aguado
Datación (K-Ar) 83 ± 46 ka
SiO2 (% p/p) 58,10 59,46 59,63 63,05 63,12 64,40 65,08
TiO2 1,11 1,00 1,06 0,76 0,72 0,73 0,68
Al2O3 17,89 18,70 17,43 16,48 16,78 16,11 16,40
Fe2O3 (total) 6,50 6,88 6,27 5,38 5,74 5,36 4,48
MnO 0,17 0,14 0,16 0,16 0,16 0,15 0,11
MgO 2,08 2,00 2,18 1,35 1,28 1,27 1,15
CaO 5,43 5,39 5,29 3,92 3,62 3,60 3,70
Na2O 4,78 4,84 5,03 5,25 5,36 5,09 4,66
K2O 1,70 1,40 1,70 2,28 2,35 2,27 2,70
P2O5 0,40 0,29 0,37 0,27 0,27 0,27 0,26
ppc 1,25 0,37 0,24 0,67 0,35 0,48 0,31
Suma 99,89 100,47 99,86 99,97 100,15 100,09 99,79
Mg# 0,39 0,37 0,41 0,33 0,31 0,32 0,34

97
Tabla 6: Abundancia de elementos mayores en lavas del Volcán Antuco II.

Nº Muestra 010283-03 250199-11 211098-02 051177-07 310183-06 211098-05 211098-06

Referencia este trabajo este trabajo este trabajo LLE et al. este trabajo este trabajo este trabajo
(1981)
Unidad QvaII5 QvaII3 QvaII2 QvaII4 QvaII QvaII1 QvaII1
Tipo Lava Lava Lava Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5860,5 5858,6 5852,9 5860,0 5852,6 5858,7 5859,0
(U.T.M.) E 290,6 296,6 292,3 289,2 292,4 282,9 282,3
Sector Embarcadero La Estero El Casa de Estero El Estero Estero
Herradura Aguado Válvulas Aguado Trubunleo Trubunleo
SiO2 (% p/p) 50,88 52,10 52,20 52,86 52,88 55,24 56,80
TiO2 0,98 1,11 1,10 0,99 1,08 1,56 1,48
Al2O3 17,68 19,50 19,50 17,22 19,45 16,80 16,41
Fe2O3 (total) 9,61 8,08 7,43 10,51 8,55 9,36 8,50
MnO 0,14 0,14 0,13 0,17 0,15 0,17 0,17
MgO 7,46 3,70 4,29 6,78 4,39 3,08 2,89
CaO 8,80 9,40 9,01 8,15 9,08 6,71 6,63
Na2O 3,33 3,79 4,01 3,43 3,80 4,45 4,42
K2O 0,79 0,72 0,73 0,67 0,72 1,12 1,18
P2O5 0,21 0,19 0,22 0,23 0,22 0,31 0,29
ppc. 0,42 0,57 0,45 0,20 - 0,23 0,50
Suma 100,30 99,79 99,66 101,21 100,32 99,03 99,27
Mg# 0,61 0,48 0,53 0,56 0,50 0,39 0,40

Tabla 7: Abundancia de elementos mayores en lavas de los distintos centros adventicios


del Volcán Antuco.

Nº Muestra 310183-11 051177-03 230199-12 801 801

Referencia este trabajo LLE et al. este trabajo LLE et al. LLE et al.
(1981) (1981) (1981)
Unidad Qcvlh Qcvlp Qcvnn Qcvlh Qcvlh
Tipo Lava Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5859,3 5858,6 5854,5 5859,3 5859,3
(U.T.M.) E 296,2 284,8 296,9 296,2 296,2

SiO2 (% p/p) 51,66 51,81 52,28 53,08 53,23


TiO2 1,14 0,94 1,06 1,18 0,80
Al2O3 18,00 18,17 20,17 18,19 21,52
Fe2O3 (total) 9,76 9,65 7,29 9,87 6,29
MnO 0,14 0,16 0,14 - 0,18
MgO 5,75 6,12 3,52 5,95 3,22
CaO 8,86 9,05 9,73 8,85 9,70
Na2O 3,62 3,42 3,71 3,83 3,87
K2O 0,81 0,67 0,67 0,80 0,49
P2O5 0,2 0,21 0,18 0,27 0,06
ppc 0,59 0,31 0,26 - -
Suma 100,53 100,51 99,59 102,02 99,36
Mg# 0,54 0,56 0,49 0,54 0,50

98
Tabla 8: Abundancia de elementos mayores en depósitos de piroclastos de caída del
Volcán Antuco.

Nº Muestra 210199-3e 210199-3p 200199-2H 200199-2De 210199-2e 200199-2Fe

Unidad QvaI QvaI Antuco Antuco Antuco Antuco


Ubicación N 5847,2 5847,2 5852,2 5852,2 5845,9 5852,2
(U.T.M.) E 299,1 299,1 312,2 312,2 301,0 312,2
Sector 3 km al S 3 km al S Paso Paso Pichachén Río Pino Paso
Lago Laja Lago Laja Pichachén Pichachén
SiO2 (% p/p) 53,71 60,20 50,00 51,30 52,12 53,10
TiO2 1,27 0,83 1,00 1,47 1,31 1,60
Al2O3 17,34 16,59 20,53 18,30 19,33 17,42
Fe2O3 (total) 9,12 5,92 7,93 9,94 8,67 9,32
MnO 0,16 0,14 0,13 0,17 0,19 0,16
MgO 4,07 1,91 4,68 2,96 2,02 3,07
CaO 7,79 4,23 9,70 6,78 4,99 6,64
Na2O 4,21 4,87 3,51 3,96 4,17 4,02
K2O 0,91 1,70 0,58 0,99 0,82 1,07
P2O5 0,23 0,27 0,16 0,32 0,35 0,31
ppc 0,62 2,63 1,36 3,15 5,48 2,58
Suma 99,43 99,29 99,58 99,34 99,45 99,29
Mg# 0,47 0,39 0,54 0,37 0,32 0,39

Nº Muestra 200199-2Fp 210199-2p 200199-2B 200199-2Dp 210199-4e 200199-1A


Unidad Antuco Antuco Antuco Antuco QvaII QvaII
Ubicación N 5852,2 5845,9 5852,2 5852,2 5847,3 5852,5
(U.T.M.) E 312,2 301,0 312,2 312,2 299,1 310,4
Sector Paso Río Pino Paso Paso Pichachén Estero Estero
Pichachén Pichachén Correntoso Pichicoyahue
SiO2 (% p/p) 56,22 56,80 58,98 59,36 48,60 50,58
TiO2 1,29 0,95 0,99 0,88 0,96 1,18
Al2O3 17,45 18,20 17,50 17,60 19,61 20,81
Fe2O3 (total) 7,93 6,93 6,71 6,06 8,04 8,24
MnO 0,16 0,17 0,15 0,16 0,17 0,15
MgO 2,09 1,31 2,01 1,25 6,03 3,18
CaO 4,81 3,70 5,00 3,74 8,85 9,00
Na2O 4,52 4,63 5,02 5,22 2,98 3,80
K2O 1,59 1,32 1,38 1,50 0,51 0,68
P2O5 0,37 0,31 0,33 0,30 0,17 0,25
ppc 3,00 5,22 1,47 3,50 3,52 1,70
Suma 99,43 99,54 99,54 99,57 99,44 99,57
Mg# 0,34 0,27 0,37 0,29 0,60 0,43

99
Nº Muestra 220199-3p 200199-1B
Unidad QvaII QvaII
Ubicación N 5861,3 5852,5
(U.T.M.) E 289,4 310,4
Sector El Toro Estero
Pichicoyahue
SiO2 (% p/p) 51,05 57,55
TiO2 1,22 1,00
Al2O3 19,36 18,20
Fe2O3 (total) 8,20 6,78
MnO 0,14 0,17
MgO 3,18 1,60
CaO 6,63 4,11
Na2O 4,02 4,73
K2O 0,88 1,35
P2O5 0,28 0,31
ppc 4,28 3,79
Suma 99,24 99,59
Mg# 0,43 0,32

100
Para los diagramas, que se presentan a continuación, se normalizaron a 100% los
resultados de todos los análisis químicos, sin considerar los contenidos de pérdida por
calcinación (ppc), dado que éstos, sobre todo en las muestras de los piroclastos de caída, son
elevados (ppc hasta 5,5%). Los contenidos normalizados de los óxidos se indican con el
símbolo ( )N, por ejemplo, (K2O)N.

5.2.1 Diagramas Discriminatorios

El contenido de sílice en las lavas colectadas del Antuco I varía entre 51 y 65%
(basaltos a dacitas), mientras que las muestras de las unidades más nuevas (Antuco II y centros
adventicios) tienen un rango más restringido (50 a 57%, es decir, basaltos y andesitas
basálticas) (Fig. 11 y 12). Las muestras de composición dacítica del Antuco I (4 muestras)
corresponden, en 2 casos, a coladas de lavas, la tercera es un dique y la cuarta es un filón
manto con anfíboles (Tabla 5).
Dado que los piroclastos de caída tienen características geoquímicas similares a las de
las unidades rocosas, sus composiciones se plotearon en los mismos diagramas
discriminatorios del resto de las muestras analizadas del Volcán Antuco. Por otra parte, debido
a que se desconoce, en muchos casos, si estos productos provienen del Antuco I o II, ellos se
representan con un solo símbolo. Los piroclastos analizados presentan una composición

100
bimodal, ubicándose en los rangos de 50,67 a 55,46% de (SiO2)N y 58,30 a 62,28% de (SiO2)N
(Fig. 11 y 12).

Figura 11: Diagrama álcalis total versus sílice. La línea gruesa corresponde al límite
entre las series alcalina y subalcalina de IRVINE y BARAGAR (1971); las
segmentadas limitan el campo de alto aluminio definido por KUNO (1966).
En este diagrama se observa que las distintas unidades del Volcán Antuco se
ubican en el campo subalcalino. Dentro de este, la mayoría de las rocas del
Volcán Antuco se distribuyen en el campo de alto aluminio.

Las muestras analizadas del Volcán Antuco (lavas, diques, un filón manto y piroclastos
de caída) son subalcalinas (Fig. 11). Para contenidos de SiO2 < 57%, las rocas del Antuco I y
las del II son semejantes en sus abundancias de álcalis, presentando un contenido total
normalizado de éstos en el rango de 3,85 a 5,91% en peso. Los piroclastos de caída, de
composiciones más básicas (SiO2 < 55,5%) se ubican en el mismo rango (3,64 a 5,31% en
peso normalizado). Como es de esperar, el contenido de álcalis se incrementa con el de SiO2
(Fig. 11). Así, en las andesitas del Antuco I el contenido varía entre 6,23 y 6,79% en peso y en
las dacitas del Antuco I fluctúa entre 7,42 y 7,76% en peso (ambos normalizados). En las

101
composiciones más evolucionadas de los piroclastos de caída, sus abundancias en álcalis se
extienden entre los 6,34 y 6,99% en peso normalizado, siendo semejantes a la de las lavas de
igual contenido en SiO2.
Prácticamente todas las muestras del Volcán Antuco, incluidos los piroclastos de caída,
se ubican en el campo de alto Al, definido por KUNO (1966), pero las muestras más
diferenciadas del Antuco I se encuentran sobre éste (Fig. 11).
En el diagrama AFM (Fig. 13), la mayoría de las muestras analizadas pertenece a la
serie calcoalcalina, definida por IRVINE Y BARAGAR (1971). Sólo algunas muestras del
Antuco I (051177-1, 010283-6 y H-125) y de los piroclastos de caída (200199-2De, 210199-
2e y 210199-2p) se ubican en el campo toleítico. Esto no significa necesariamente que estas
muestras sean realmente toleíticas, sino que podría reflejar problemas en el análisis químico.
Por ejemplo, las muestras de piroclastos presentan altos contenidos de pérdida de calcinación,
por lo que su normalización a 100% puede inducir un error en los contenidos de los óxidos.
Además, las seis muestras mencionadas se ubican cerca del límite propuesto por IRVINE y
BARAGAR (1971), el cual es un límite de tipo estadístico. Si se consideraran los límites
definidos por KUNO (1968), prácticamente todas las muestras del Volcán Antuco (excepto
210199-2e y 210199-2p, que son piroclastos y las cuales no definen una serie) se ubicarían en
el campo calcoalcalino. El estudio de otras características geoquímicas, tanto de elementos
mayores como trazas (más adelante), muestra que el Volcán Antuco presenta un
comportamiento calcoalcalino típico.
En el esquema de clasificación K2O versus SiO2 de PECCERILLO y TAYLOR (1976)
(Fig. 12), las lavas y los piroclastos del Volcán Antuco se ubican en el campo de las rocas con
contenido medio de K. En cambio, la muestra del filón manto dacítico del Antuco I (230199-
1) es comparativamente más rica en K (2,72% en peso normalizado). Existe una buena
correlación positiva entre los contenidos de K2O y SiO2 de las muestras analizadas aunque las
lavas del Antuco I presentan una variación más amplia en el contenido de (K2O)N (0,67 a
2,31% en peso) que las del Antuco II, incluyendo los centros adventicios (0,66 a 1,19% en
peso). Esto es lógico puesto que el Antuco I muestra mayor rango de sílice que las otras
unidades de este centro volcánico. La relación K2O-SiO2 en los piroclastos es semejante a la
exhibida por el resto de las muestras.

102
Todos los basaltos del Volcán Antuco tienen un alto contenido de Al2O3 (> 17% en
peso), de CaO (> 8% en peso) y un bajo contenido de TiO2 (< 1,2% en peso) y un contenido
relativamente bajo de K2O (< 1% en peso). Los contenidos de (MgO)N para estas rocas varían
entre 3,92 a 7,47 % en peso y el número magnesiano (Mg#) es < 0,65 (ver tablas 5, 6 y 7).
Estas características son típicas de los basaltos de arcos de islas y margen continentales
circumpacíficos (EWART, 1976).

Figura 12: Diagrama de clasificación de rocas volcánicas (PECCERILLO y TAYLOR,


1976), para las muestras del Volcán Antuco. A modo de comparación, se
muestran los campos ocupados por otros volcanes de la SVZ (LOPEZ-
ESCOBAR, datos inéditos).

103
Figura 13: Diagrama AFM para las muestras del Volcán Antuco. El límite entre los
campos toleítico y calcoalcalino es el propuesto por IRVINE y BARAGAR
(1971).

5.2.2 Diagramas de Harker

Los diagramas de Harker permiten mostrar variaciones entre muestras cogenéticas e


identificar tendencias al variar el grado de diferenciación (contenido de SiO2) en un centro
volcánico. Dichas tendencias pueden ser negativas, positivas o erráticas. En los diagramas de
Harker presentados en este trabajo, se graficaron tanto los análisis de roca como los de
piroclastos de caída, ambos normalizados al 100% libre de volátiles, con el fin de
compararlos.
En términos generales, los contenidos de TiO2, Al2O3, Fe2O3, MgO y CaO decrecen y
los de Na2O y K2O aumentan al incrementarse el contenido de sílice (Fig. 14).
En la mayoría de los diagramas se observa una gran dispersión de los datos en las
composiciones menos diferenciadas y un menor rango de variabilidad hacia los productos más
evolucionados. Esto se puede explicar por la heterogeneidad del magma al comienzo del
proceso de cristalización fraccionada y su posterior homogenización, debido al

104
fraccionamiento de distintas fases minerales. Sin embargo, hay que tener en cuenta que son
pocas las muestras de composiciones más diferenciadas (de hecho, corresponden sólo a
productos del Antuco I), lo que también influye en la contracción de los campos. Además, el
Antuco I tiene una historia mucho más larga que el Antuco II (aproximadamente, 124.000
años versus 6.000 años, respectivamente), por lo que es imposible que las muestras
correspondan a un solo episodio volcánico.
Figura 14: Diagramas de Harker para el Volcán Antuco (valores en % p/p).

1,8 12

TiO2 Fe2O3
11
1,6

10

1,4
9

1,2 8

7
1,0

6 Antuco I
Antuco I
Antuco II Antuco II
0,8
Centros adventicios 5 Centros adventicios
Piroclastos de caída Piroclastos de caída
0,6 4
49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67
SiO2 SiO2

22 11

Al2O3 CaO
10
21

9
20
8

19 7

18 6

5
17
Antuco I
Antuco I 4
Antuco II
Antuco II
16
Centros adventicios 3 Centros adventicios
Piroclastos de caída Piroclastos de caída
15 2
49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67
SiO2 SiO2

105
8 5,8

MgO Na2O

7
5,3

6
4,8

4,3

3,8
3
Antuco I
Antuco I
Antuco II
Antuco II 3,3
2 Centros adventicios
Centros adventicios
Piroclastos de caída
Piroclastos de caída
1 2,8
49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67
3,2 SiO2 0,45 SiO2

K2O P2O5
0,40
2,7

0,35
2,2

0,30

1,7

0,25

1,2
0,20
Antuco I Antuco I
0,7 Antuco II Antuco II
0,15
Centros adventicios Centros adventicios
Piroclastos de caída Piroclastos de caída
0,2 0,10
49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67
SiO2 SiO2

a) TiO2
Los datos presentan un cierto grado de dispersión, el cual es mayor en las muestras más
básicas. En las lavas existe una tendencia del TiO2 a aumentar hasta los 56% de (SiO2)N,
aproximadamente, y luego el contenido del mismo disminuye hacia los productos efusivos
más diferenciados. En los piroclastos de caída, el TiO2 muestra una tendencia similar, pero su
abundancia máxima se alcanza alrededor de los 55% de (SiO2)N.

b) Fe2O3
Los datos son bastante dispersos, particularmente en las muestras más básicas. Sin
embargo, en este diagrama se puede observar que el contenido de Fe2O3 tiende a disminuir
linealmente, al aumentar la abundancia de SiO2.

106
c) Al2O3
Los contenidos de este óxido en las lavas son muy variables al cambiar la abundancia en
SiO2, sobre todo en las muestras con (SiO2)N < 56%. Sin embargo, en términos generales, el
contenido de Al tiende a disminuir al aumentar el contenido de sílice. En el caso del Antuco II,
las muestras con un contenido de (Al2O3)N > 19% en peso son más ricas en fenocristales de
plagioclasa que las que presentan (Al2O3)N < 19%. En el caso del Antuco I, es más difícil
comprobar esta relación, ya que muchas de las muestras enriquecidas en Al provienen de
trabajos anteriores, desconociéndose sus características petrográficas.
Los piroclastos de caída tienden a ser más ricos en (Al2O3)N que las lavas y diques con
igual contenido de (SiO2)N.

d) CaO
En el diagrama de CaO versus SiO2 se observa que las muestras de lava y de piroclastos
del Volcán Antuco forman prácticamente una sola población, en la que el CaO tiende a
disminuir, linealmente, al aumentar el contenido de SiO2. Las muestras con mayor contenido
de (CaO)N no corresponden a las más enriquecidas en Al, por lo que no reflejarían una
acumulación de plagioclasa.

e) MgO
En las muestras del Volcán Antuco, el contenido de MgO tiende a disminuir al aumentar el
grado de diferenciación. Se observa que en el rango más básico, la pendiente de disminución
es más fuerte que en las composiciones más enriquecidas en sílice. Este cambio de pendiente
se produce cerca de los 55% de (SiO2)N.

f) Na2O y K2O
La abundancia de ambos óxidos tiende a aumentar con el incremento del contenido de
SiO2. Los campos de los piroclastos de caída y de las lavas del Volcán Antuco coinciden en un
amplio rango, llegando los productos lávicos del Antuco I a composiciones más diferenciadas.

107
g) P2O5
Los datos de (P2O5)N presentan un cierto grado de dispersión, pero tanto en los piroclastos
de caída como en las unidades lávicas del Volcán Antuco el (P2O5)N tiende a aumentar con el
incremento de SiO2 hasta alcanzar un máximo; luego decrece al aumentar el grado de
diferenciación. Este cambio en la tendencia se produce a los 58% de (SiO2)N,
aproximadamente.

5.2.3 Discusión

En base a los diagramas de Harker, se pueden inferir distintos procesos que han
ocurrido durante la evolución de los magmas del Volcán Antuco:
1. La distribución de los datos de las unidades rocosas del Volcán Antuco en los
diagramas de Harker coincide, generalmente, con la presentada por los piroclastos de
caída. Se puede deducir, por lo tanto, que corresponden al mismo magma.
2. El Fe se comporta como elemento compatible, ya que su tendencia general en los
diagramas de Harker es disminuir al aumentar el contenido de SiO2. Este elemento se
incorpora, principalmente, en la magnetita, por lo que la tendencia indica un
fraccionamiento de este mineral en todo el rango composicional.
3. En el diagrama de Ti se observa que este elemento es incompatible hasta alcanzar un
contenido de (SiO2)N cercano a los 55%, en el caso de los piroclastos de caída, y
cercano a los 56%, para las unidades rocosas del Volcán Antuco. Superados estos
máximos, su abundancia decrece, lo cual refleja que es compatibles y se incorpora,
probablemente, a la estructura de la magnetita para formar titanomagnetita.
4. El Na y K se comportan enteramente como elementos incompatibles ya que sus
abundancias aumentan con el incremento de SiO2, tanto en las lavas como en los
piroclastos.
5. El Mg, en general, es compatible, ya que su contenido disminuye con el incremento de
SiO2. Sin embargo, la disminución es más rápida en el rango de 50 a 55% de (SiO2)N
que en el rango de 55 a 66% de (SiO2)N. Esto puede indicar que existe un predominio
del fraccionamiento de olivino sobre clinopiroxeno en el rango básico y un predominio

108
del fraccionamiento de este último sobre el primero hacia las composiciones más
diferenciadas.
6. Tanto el contenido de Al como el de Ca disminuyen al aumentar el contenido de SiO2,
lo cual sugiere un fraccionamiento significativo de plagioclasa.
7. El P se comporta como un elemento incompatible durante las primeras etapas de
diferenciación (hasta los 58% de (SiO2)N), pero luego sus contenidos disminuyen
cuando empieza a cristalizar y fraccionarse apatito, al evolucionar el magma.

5.3 GEOQUIMICA DE ELEMENTOS TRAZAS

En los últimos 20 años, la geoquímica de elementos trazas, sola o en combinación con


razones isotópicas de Sr, Nd y Pb, ha contribuido notablemente al conocimiento de la génesis
y evolución de los magmas que dan origen a la Zona Volcánica Sur de los Andes (entre otros,
LOPEZ-ESCOBAR et al., 1976 y 1977; HICKEY et al., 1986; HILDRETH y MOORBATH,
1988; STERN et al., 1984). Todos estos trabajos concuerdan al señalar que la fuente principal
está en el manto, pero los magmas pueden sufrir distintos procesos entre ésta y la superficie
(diferentes grados de fusión parcial, contaminación de la fuente por fluidos provenientes de
corteza oceánica y sedimentos subductados, contaminación con material proveniente de la
corteza continental, ya sea a nivel de la inferior, media o superior, mezcla de magmas), lo cual
provoca distintas características en los contenidos o razones de elementos trazas.
Debido a lo anterior, los elementos trazas son una herramienta importante en la
evaluación de hipótesis relativas a las fuentes y procesos que han intervenido en la génesis y
evolución de sistemas ígneos. Conociendo la afinidad de los diferentes elementos trazas por
los distintos minerales formadores de rocas ígneas, la cual se expresa cuantitativamente a
través de los coeficientes de partición, tanto específicos como globales, se puede predecir
cuales de estos elementos tienen preferencia por las fases sólidas (elementos compatibles) y
líquidas (elementos incompatibles) que están involucradas en los procesos de génesis y
evolución magmática. La afinidad de un determinado elemento por algún mineral depende de:

109
- la diferencia o similitud entre la carga del elemento mayor que forma parte de la estructura
de un determinado mineral y la carga del elemento traza que sustituye al anterior,
- la diferencia o similitud entre el radio iónico del elemento mayor que forma parte de la
estructura de un determinado mineral y el radio iónico del elemento traza que sustituye al
anterior,
- su electronegatividad y
- las características del sitio donde dicho elemento se quiere incorporar (sitio octahédrico,
tetrahédrico).

En este subcapítulo se compararán las características geoquímicas de elementos trazas


del Volcán Antuco con las de otros volcanes de la SVZ, como son las del Volcán San José
(LOPEZ-ESCOBAR et al., 1985), ubicado en la Zona Volcánica Sur Norte (NSVZ) a 33º45’
de latitud S y edificado sobre una corteza continental mucho más gruesa que la del Volcán
Antuco (55 km versus 35 km, aproximadamente), y con las del Volcán Puyehue (40,5ºS)
(GERLACH et al., 1988), situado, al igual que el Volcán Antuco, en la Zona Volcánica Sur
Central y sobre una corteza continental de 35 km de espesor. Este volcán tiene mayor rango
composicional que el Antuco (basalto a riolita), y las lavas más silíceas están relacionadas con
las más básicas por un proceso de cristalización fraccionada, el cual ocurre a presiones
moderadas a bajas (< 5 kbares) e involucra la cristalización de plagioclasa, clinopiroxeno,
ortopiroxeno y magnetita, principalmente (GERLACH et al., 1988).
La geoquímica de elementos trazas de todas las lavas consideradas en este estudio se
presenta en las tablas 9, 10 y 11. Los resultados del análisis de los piroclastos de caída se
muestran en la Tabla 12.

110
Tabla 9: Abundancia de elementos trazas en lavas del Volcán Antuco I.

Nº Muestra 250199-7 17E 010283-01 17D 201098-04 17G


Referencia este Déruelle (1979) este trabajo Déruelle este trabajo Déruelle
trabajo (datos (datos
inéditos) inéditos)
Unidad QvaI1 QvaI QvaI3 QvaI3 QvaI3 QvaI3
Tipo Lava Lava Lava
Ubicación N 5857,5 5862,1 5861,4 5861,7 5861,9
(U.T.M.) E 296,9 292,7 294,8 293,7 292,7
Sector Agua flanco norte Refugio U. de
Enterrada Volcán Antuco Concepción
SiO2 (% p/p) 51,20 51,42 51,48 52,01 52,10 52,14
Ti (ppm) 5876 6235 6296 6355 6595 6475
P 611 960 829 916 829 742
K 7803 5644 6724 6557 5478 6225
Rb 23 18 11
Cs 0,84 0,95 0,80
Sr 484 470 485 485 500 421
Ba 235 214 221 240 183 203
Ga
Pb
Sb 0,11 0,16 0,17
Sc 24 25,2 22 23,8 26 27,5
V 173 209 220 213 239 222
Cr 124 104 60 107 29 63
Co 24 28,9 24 32,4 23 27,4
Ni 65 47 39 68 15 45
Cu 55 32 68 36 68 56
Zn 65 80 79
Y 14 17 19
Zr 85 86 87 97 70 41
Nb 6
Hf 2,1 2,3 2 2,51 2,6 2,24
Ta 0,19 0,22 0,18
Th 4 1,48 2 2,11 2 1,5
U 0,43 0,50 0,49
La 12 8,9 8 9,5 9 8,5
Ce 26 23 20 20,7 23 18,6
Pr
Nd 13 14 15
Sm 2,75 2,96 3,16
Eu 0,89 1,20 0,97 1,20 1,09 0,97
Gd 2,78 3,02 3,48
Tb 0,48 0,45 0,49
Dy 2,80 3,16 3,70
Ho 0,55 0,68 0,74
Er 1,42 1,79 1,95
Tm
Yb 1,39 1,76 1,98
Lu 0,22 0,28 0,29

110
Nº Muestra 260199-3 250199-10 051177-05 17C 211098-04 010283-02
Referencia este trabajo este trabajo López-Escobar Déruelle este trabajo LLE et al.
(LLE) et al. (1979) (1981)
(1981)
Unidad Av. Volc. QvaI1 QvaI2 QvaI3 QvaI2 QvaI
Tipo Clasto Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5864,2 5857,5 5861,6 5861,3 5861,7
(U.T.M.)
E 275,4 297,0 291,8 291,1 292,2
Sector valle del Río Agua Refugio U. de Refugio U. de
Laja Enterrada Concepción Concepción
SiO2 (% p/p) 52,50 52,65 52,80 52,89 53,38 53,80
Ti (ppm) 6715 5636 6116 6415 8694 8573
P 916 655 829 567 1117 1178
K 7469 8135 6475 6889 7139 7885
Rb 23 22
Cs 1,20 1,08
Sr 524 469 589 481 427 430
Ba 257 221 260 228 257 250
Ga 19
Pb 7
Sb 0,24
Sc 29 24 27,64 23 29 27
V 259 175 186 221 259 18
Cr 53 129 128,60 81 24 30
Co 25 26 31,7 28 21 25
Ni 18 74 100 42 16 16
Cu 30 40 32 73 62
Zn 74 70 72,1 96 101
Y 18 13 15,9 24 24
Zr 90 85 87,3 121 102 106
Nb 2,6 8
Hf 3 2 1,77 2,58 3,5 2
Ta 0,18
Th 2 4 2,32 1,99 3 3
U 0,49
La 13 10 10,6 9,3 11 10
Ce 32 25 26,30 21 28 26
Pr
Nd 18 13 14,70 20 19
Sm 3,91 2,69 3,10 4,01 4,02
Eu 1,11 0,92 1,17 1,12 1,43 1,22
Gd 3,65 2,68 4,43 4,12
Tb 0,56 0,51
Dy 3,72 2,63 4,4 4,59
Ho 0,7 0,53 0,7 0,9 0,94
Er 1,90 1,31 2,4 2,45
Tm
Yb 1,87 1,31 1,75 2,5 2,4
Lu 0,29 0,2 0,29 0,37 0,37

111
Nº Muestra 010283-06 250199-12 230199-2 051177-06 051177-01 230199-5
Referencia este trabajo este trabajo este trabajo LLE et al. LLE et al. este
(1981) (1981) trabajo
Unidad QvaI2 QvaI1 QvaI1 QvaI3 QvaI2 QvaI1
Tipo Lava Dique Lava Lava Lava
Ubicación N 5858,7 5858,0 5854,4 5858,7 5854,1
(U.T.M.)
E 283,6 296,6 292,5 283,6 292,4
Sector Bocatoma Agua Estero El Bocatoma Estero El
Enterrada Aguado Aguado
SiO2 (% p/p) 54,12 54,27 54,30 54,35 54,88 54,95
Ti (ppm) 8514 8694 7195 5575 7975 7015
P 916 1004 1222 742 916 1266
K 7056 8052 11456 5976 6973 11954
Rb 25 17
Cs 1,05 0,63
Sr 460 478 530 583 485 546
Ba 240 270 360 265 265 381
Ga 20 22,8
Pb 8 7
Sb
Sc 30 28 23 27,11 33,26 21
V 314 254 200 180 213 205
Cr 15 4 22 96,4 12,2 19
Co 25 23 24 31 24,5 25
Ni 10 6 29 100 40 33
Cu 83 39 48 48
Zn 114 96 84 76 83,1 84
Y 23,0 23 20 15,20 23,7 18
Zr 104,0 105 125 80,00 90,8 131
Nb 9 1,9 2,2
Hf 1 3 4 1,67 1,93 3,2
Ta
Th 1 3 4 2,02 2 4
U
La 9 14 21 9,8 9,98 20
Ce 23 33 46 24,1 25,2 44
Pr
Nd 17 20 24 14,5 14,6 24
Sm 3,64 4,64 4,75 3,01 2,91 4,36
Eu 1,25 1,5 1,4 1,07 1,38 1,36
Gd 3,7 4,39 4,34 4,01
Tb 0,47 0,7
Dy 4,08 4,58 3,99 3,64
Ho 0,88 0,94 0,75 0,7 0,9 0,71
Er 2,38 2,5 1,92 1,79
Tm
Yb 2,27 2,54 1,96 1,59 2,41 1,78
Lu 0,35 0,38 0,29 0,31 0,41 0,26

112
Nº Muestra 230199-10 310183-09 250199-2 17A 250199-4 17F
Referencia este este trabajo este Déruelle (datos este Déruelle (datos
trabajo trabajo inéditos) trabajo inéditos)
Unidad QvaI1 QvaI2 QvaI1 QvaI QvaI1 QvaI
Tipo Lava Lava Lava Lava Bloque Caído
Ubicación N 5853,8 5856,4 5857,3 5859,4 5860,8
(U.T.M)
E 292,3 296,9 296,9 296,9 290,7
Sector Estero El Agua Agua
Aguado Enterrada Enterrada
SiO2 (% p/p) 55,12 57,98 58,10 58,38 59,63 60,07
Ti (ppm) 6476 5995 6655 7554 6356 7374
P 1135 1178 1746 1091 1615 1571
K 11041 12699 14113 10790 14113 10624
Rb 26 37
Cs 0,71 2,46
Sr 504 430 442 465 430 389
Ba 360 370 473 326 380 418
Ga
Pb
Sb 0,2 0,67
Sc 24 18 19 21,5 18 20,6
V 197 103 85 133 71 146
Cr 57 14 2 2 2 0
Co 24 14 16 13,9 15 3,4
Ni 46 8 5 8 0
Cu 48 12 10 10 11 13
Zn 87 77 102 87
Y 20 28 33 32
Zr 131 156 167 154 173 152
Nb 7 9 8
Hf 3,6 3 4,60 3,23 4,8 4,01
Ta 0,31 0,23
Th 4 4 4 3,73 5,00 3,18
U 1,01 0,86
La 19 14 21 13,2 21 14,2
Ce 43 34 49 26,2 50 31,9
Pr
Nd 22 24 29 28
Sm 4,40 4,74 6,17 5,65
Eu 1,35 1,40 1,81 1,81 1,64 2,16
Gd 3,98 4,83 5,77 5,61
Tb 0,73 0,95
Dy 3,86 5,14 5,86 5,80
Ho 0,77 1,06 1,23 1,22
Er 1,94 2,75 3,62 3,48
Tm
Yb 1,95 2,80 3,59 3,54
Lu 0,29 0,42 0,55 0,53

113
Nº Muestra 250199-3 250199-5 250199-1 230199-1
Referencia este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo
Unidad QvaI1 QvaI1 QvaI1 QvaI1
Tipo Lava Dique Lava Filón manto
Ubicación N 5857,3 5857,5 5857,4 5854,5
(U.T.M.)
E 296,9 297,0 296,9 292,6
Sector Agua Enterrada Agua Enterrada Agua Enterrada Estero El Aguado
SiO2 (% p/p) 63,05 63,12 64,40 65,08
Ti (ppm) 4557 4317 4377 4077
P 1178 1178 1178 1135
K 18927 19508 18844 22414
Rb
Cs
Sr 340 345 305 330
Ba 430 483 510 570
Ga
Pb
Sb
Sc 13 13 12 8
V 27 25 30 292
Cr 2 12 2 2
Co 10 12 10 10
Ni 4 5 6 4
Cu 11 13 10 4
Zn 82 85 91 70
Y 33 35 33 21
Zr 170 240 206 194
Nb 7 6 7 8
Hf 5,8 6,3 5,9 4,5
Ta
Th 6 7 7 8
U
La 23 24 24 26
Ce 53 54 56 58
Pr
Nd 29 30 29 29
Sm 5,89 6,68 5,63 4,86
Eu 1,60 1,62 1,58 1,25
Gd 5,27 6,05 5,46 3,91
Tb
Dy 6,08 6,46 6,04 4,03
Ho 1,30 1,38 1,26 0,85
Er 3,74 3,94 3,64 2,39
Tm
Yb 3,70 4,06 3,67 2,45
Lu 0,57 0,61 0,57 0,37

114
Tabla 10: Abundancia de elementos trazas en lavas del Volcán Antuco II.

Nº Muestra 17K 010283-03 250199-11 211098-02 17J 051177-07


Referencia Déruelle (1979) este trabajo este trabajo este trabajo Déruelle (datos LLE et al.
inéditos) (1981)
Unidad QvaII3 QvaII5 QvaII3 QvaII2 QvaII3 QvaII4
Tipo Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5859,8 5860,5 5858,6 5852,9 5860 5860,1
(U.T.M.) E 287,9 290,6 296,6 292,3 288,4 289,2
Sector Embarcadero La Estero El Casa de
Herradura Aguado Válvulas
SiO2 (% p/p) 50,62 50,88 52,10 52,20 52,50 52,86
Ti (ppm) 6175 5876 6655 6595 6595 5936
P 698 916 829 960 829 1004
K 5561 6345 5783 5863 7553 5381
Rb 17 15 17
Cs 0,9 1,22 0,99
Sr 499 478 525 490 429 538
Ba 203 233 196 220 252 216
Ga 18
Pb 4
Sb 0,16 0,21
Sc 24,8 23 27 27 22,4 25,48
V 211 210 212 225 207 185
Cr 104 150 36 51 63 119,2
Co 30,1 28 22 22 28,6 43,6
Ni 50 86 20 31 67 16
Cu 58 74 67 68 29
Zn 81 72 82 88
Y 19 19 19 17,1
Zr 71 96 95 88 78,0 81,6
Nb 6 2,3
Hf 2,17 1 2,90 2,40 2,52 1,7
Ta 0,18 0,22
Th 1,48 2 2 2 2,19 1,62
U 0,39 0,55
La 8,5 9 10 10 11,1 9,4
Ce 20,3 23 24 25 23 24,2
Pr
Nd 16 15 16 13,7
Sm 2,93 3,22 3,29 3,2
Eu 1,17 0,88 1,10 1,09 1,01 1,08
Gd 2,94 3,44 3,42
Tb 0,47 0,51 0,52
Dy 3,16 3,51 3,77
Ho 0,68 0,73 0,75 0,80
Er 1,76 1,95 1,99
Tm
Yb 1,70 1,90 2,04 1,81
Lu 0,27 0,29 0,30 0,31

115
Nº Muestra 310183-06 211098-05 211098-06
Referencia este trabajo este trabajo este trabajo
Unidad Qva II Qva II1 Qva II1
Tipo Lava Lava Lava
Ubicación N 5852,6 5858,7 5859,0
(U.T.M.) E 292,4 282,9 282,3
Sector Estero El Aguado Estero Trubunleo Estero Trubunleo
SiO2 (% p/p) 52,88 55,24 56,80
Ti (ppm) 6476 9354 8874
P 960 1353 1266
K 5977 8995 9477
Rb 16
Cs
Sr 548 411 380
Ba 211 306 301
Ga 20,1
Pb 8,4
Sb
Sc 28 27
V 198 239 215
Cr 7 10
Co 22 18
Ni 25 10 11
Cu 91 91
Zn 85,1 126 97
Y 20,1 28 26
Zr 92,4 130 130
Nb 2,1 10 8
Hf 3,3 3
Ta
Th 3 3
U
La 14 14
Ce 36 36
Pr
Nd 23 22
Sm 4,98 5,03
Eu 1,60 1,57
Gd 5,48 5,43
Tb
Dy 5,26 5,16
Ho 1,00 1,04
Er 2,76 2,83
Tm
Yb 2,70 2,85
Lu 0,41 0,45

116
Tabla 11: Abundancia de elementos trazas en lavas de los distintos centros adventicios
del Volcán Antuco.

Nº Muestra 17L 310183-11 051177-03 230199-12 17B 801


Referencia Déruelle (datos este trabajo LLE et al. este trabajo Déruelle (datos LLE et al.
inéditos) (1981) inéditos) (1981)
Unidad Qcvlp Qcvlh Qcvlp Qcvnn Qcvlh Qcvlh
Tipo Lava Lava Lava Lava Lava
Ubicación N 5859,3 5858,6 5854,5 5859,3 5859,3
(U.T.M.) E 296,2 284,8 296,9 296,2 296,2
SiO2 (% p/p) 49,91 51,66 51,81 52,28 52,72 53,08
Ti (ppm) 5935 6835 5636 6356 7254 7075
P 655 873 916 786 742 1178
K 5312 6505 5381 5381 6972 6425
Rb 17 17 20 20
Cs 1,10 0,96 1,02 1,14
Sr 534 480 555 518 477 470
Ba 195 245 200 193 254 150
Ga 20 18,6 19,3
Pb 5,3 6 7,7
Sb 0,16 0,16
Sc 25,1 25 26,97 27 26,00 20,20
V 210 225 229 255
Cr 111 140 104,7 28 110 174
Co 32,90 24 35,5 20 31,50 19
Ni 78 48 100 20 54 69
Cu 61 78 55 34
Zn 78 74 77
Y 16,8 20 16,5 18 20,60
Zr 79,00 117 84 109
Nb 2,30 8
Hf 2,13 2,00 1,54 2,30 2,80 1,70
Ta 0,18 0,59 0,24 0,40
Th 1,53 2 1,59 2 2,17 2
U 0,40 0,58
La 9,2 10 8,80 10 10,8 6,7
Ce 22 24 21,90 25 22,4 18,8
Pr
Nd 12,9 17 12,8 15 10,3
Sm 3,2 3,60 2,66 3,37 2,49
Eu 0,96 1,09 1,06 1,19 1,49 1,01
Gd 2,79 3,55 3,20
Tb 0,46 0,53 0,59
Dy 2,84 3,92 3,54
Ho 0,55 0,78 0,70 0,71 0,50
Er 2 1,95
Tm
Yb 1,62 1,90 1,82 1,94 1,60
Lu 0,24 0,30 0,31 0,30 0,23

117
Tabla 12: Abundancia de elementos trazas en depósitos de piroclastos de caída del
Volcán Antuco.

Nº Muestra 210199-3e 210199-3p 200199-2H 200199-2De 210199-2e 200199-2Fe


Referencia este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo
Unidad QvaI QvaI Antuco Antuco Antuco Antuco
Ubicación N 5847,2 5847,2 5852,2 5852,2 5845,9 5852,2
(U.T.M.) E 299,1 299,1 312,2 312,2 301,0 312,2
Sector 3 km al S 3 km al S Paso Paso Río Pino Paso
Lago Laja Lago Laja Pichachén Pichachén Pichachén
SiO2 (% p/p) 53,71 60,20 50,00 51,30 52,12 53,10
Ti (ppm) 7614 4976 5995 8813 7853 9592
P 1004 1178 698 1396 1527 1353
K 7553 14110 4814 8217 6806 8881
Rb
Cs
Sr 470 362 524 385 401 378
Ba 288 429 215 319 361 332
Ga
Pb
Sb
Sc 29 15 28 30 20 34
V 245 57 179 240 92 251
Cr 24 9 50 9 5 8
Co 20 14 22 24 20 29
Ni 19 8 31 10 8 11
Cu 69 56 66 112 44 98
Zn 102 90 74 109 100 103
Y 22 28 18 26 34 30
Zr 97 171 76 124 151 134
Nb 7
Hf 2,5 4,4 2,9 2,8 4,2 4,6
Ta
Th 3 4 3 4 4 3
U
La 13 21 11 15 19 17
Ce 31 51 25 38 48 41
Pr
Nd 19 28 14 25 29 24
Sm 4,07 5,90 3,24 5,29 6,66 5,48
Eu 1,35 1,59 1,12 1,60 2,00 1,68
Gd 3,75 4,98 3,27 5,04 5,84 5,40
Tb
Dy 4,26 5,58 3,34 5,49 6,49 5,68
Ho 0,81 1,10 0,68 1,05 1,30 1,10
Er 2,18 3,12 1,88 2,71 3,65 3,05
Tm
Yb 2,17 3,10 1,81 2,69 3,60 3,10
Lu 0,34 0,49 0,28 0,39 0,57 0,50

118
Nº Muestra 200199-2Fp 210199-2p 200199-2B 200199-2Dp 210199-4e 200199-1A
Referencia este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo este trabajo
Unidad Antuco Antuco Antuco Antuco QvaII QvaII
Ubicación N 5852,2 5845,9 5852,2 5852,2 5847,3 5852,5
(U.T.M.) E 312,2 301,0 312,2 12,2 99,1 10,4
Sector Paso Río Pino Paso Paso Estero Estero
Pichachén Pichachén Pichachén Correntoso Pichicoyahue
SiO2 (% p/p) 56,22 56,80 58,98 59,36 48,60 50,58
Ti (ppm) 7734 5695 5935 5276 5755 7074
P 1615 1353 1440 1309 742 1091
K 13197 10956 11454 12450 4233 5644
Rb
Cs
Sr 328 332 380 298 456 491
Ba 441 432 400 436 243 225
Ga
Pb
Sb
Sc 20 16 16 17 30 28
V 122 39 94 37 159 226
Cr 7 9 8 6 170 22
Co 18 13 13 11 28 21
Ni 8 7 8 7 73 22
Cu 56 38 54 26 72 91
Zn 102 107 98 103 83 88
Y 32 34 27 34 18 20
Zr 184 165 165 187 84 85
Nb
Hf 4,5 5,6 3,9 4,3 2,5 3,1
Ta
Th 5 5 4 5 5 1
U
La 22 22 17 21 11 11
Ce 52 51 42 52 25 27
Pr
Nd 30 32 27 32 17 17
Sm 6,62 6,58 5,59 6,75 3,52 3,67
Eu 1,79 1,89 1,50 1,84 1,12 1,22
Gd 6,02 6,16 4,91 6,09 3,44 3,86
Tb
Dy 6,55 6,76 5,37 6,75 3,41 3,85
Ho 1,30 1,38 1,06 1,38 0,68 0,78
Er 3,65 3,96 2,95 3,91 1,88 2,11
Tm
Yb 3,60 3,90 2,85 3,86 1,86 2,06
Lu 0,57 0,61 0,45 0,58 0,28 0,32

119
Nº Muestra 220199-3p 200199-1B
Referencia este trabajo este trabajo
Unidad QvaII QvaII
Ubicación N 5861,3 5852,5
(U.T.M.) E 289,4 310,4
Sector El Toro Estero Pichicoyahue
SiO2 (% p/p) 51,05 57,55
Ti (ppm) 7314 5995
P 1222 1353
K 7304 11205
Rb
Cs
Sr 413 314
Ba 279 377
Ga
Pb
Sb
Sc 25 19
V 171 65
Cr 29 9
Co 22 13
Ni 18 5
Cu 64 49
Zn 80 90
Y 23 30
Zr 124 193
Nb
Hf 4,3 4,7
Ta
Th 3 5
U
La 15 21
Ce 36 50
Pr
Nd 22 28
Sm 4,64 5,84
Eu 1,41 1,65
Gd 4,52 5,40
Tb
Dy 4,40 5,87
Ho 0,93 1,20
Er 2,55 3,43
Tm
Yb 2,50 3,30
Lu 0,40 0,51

120
A continuación se analizan los resultados obtenidos en la determinación de elementos
trazas, en muestras del Volcán Antuco.

121
5.3.1 Elementos Trazas versus Sílice normalizada

• Elementos compatibles

a) Cr
Los contenidos de este elemento son muy variables en el rango de 49 a 55% de SiO2,
incluso para muestras que tienen similar abundancia en sílice (Fig. 15). No obstante, se
observa una tendencia descendente del Cr hacia las composiciones más diferenciadas y la
pendiente de disminución es más fuerte en el rango más básico (50-55% de SiO2) que en el
más silíceo (55-65% de SiO2). Los mayores contenidos (170 ppm) se registran tanto en
muestras de los centros adventicios como en las de los piroclastos de caída, y los valores
mínimos (2 ppm) se presentan en los productos más diferenciados del Antuco I.

b) Co
Este elemento tiende a disminuir al aumentar el grado de diferenciación (Fig. 15). Los
contenidos más altos (33-43 ppm) se observan en muestras de los centros adventicios y del
Antuco II con SiO2 < 53%. Muestras de estas unidades llegan a valores mínimos de 18 ppm,
alrededor de los 57% de sílice. En cambio, tanto los piroclastos de caída como las rocas
pertenecientes al Antuco I presentan un rango de Co que fluctúa entre 33 ppm en las rocas más
básicas y 10-12 ppm en las composiciones más silíceas (65% de SiO2, aproximadamente).

c) Ni
Este elemento muestra una distribución muy similar a la del Cr, es decir, existe una gran
dispersión de los datos, sobre todo en el rango más básico, pero su tendencia general es
disminuir al aumentar el contenido de sílice (Fig. 15). La pendiente de disminución es más
fuerte en el rango más básico que en el más enriquecido en sílice, produciéndose este cambio
de pendiente también a los 55% de SiO2. Los mayores contenidos (100 ppm) se registran tanto
en muestras del Volcán Antuco I como en las de los centros adventicios y los valores mínimos
(5-8 ppm) se reconocen en los productos más diferenciados del Antuco I y de los piroclastos
de caída.

122
d) Sc
Este elemento presenta una tendencia general a disminuir al aumentar el grado de
diferenciación (Fig. 15). Lo anterior se observa, sobre todo, en las muestras pertenecientes a
los piroclastos de caída y al Antuco I. Estas registran sus mayores contenidos (30-34 ppm) en
el rango más básico (50 y 55% de SiO2) y sus abundancias menores (8-15 ppm de Sc) se
observan en las composiciones más enriquecidas en SiO2 (62-65%). Las rocas del Antuco II y
de los centros adventicios tienen un rango de SiO2 más restringido (50-57%) y, por lo tanto,
su rango de Sc también lo es (20-28 ppm).

e) V
Muestra bastante dispersión, pero, en general, existe una tendencia a disminuir al
incrementarse el contenido de sílice. Este comportamiento se observa mejor en las muestras
del Antuco I y de los piroclastos de caída que en muestras del Antuco II y de los centros
adventicios, dado el mayor rango de SiO2 de los primeros. Los contenidos máximos de V son
de 300 ppm y los mínimos alcanzan 25 a 30 ppm en muestras con SiO2 > 63%.

f) Sr
Los datos presentan un cierto grado de dispersión, pero, en general, el contenido de Sr
disminuye al aumentar el grado de diferenciación (Fig. 15). Las abundancias en Sr para las
muestras del Antuco I varían entre 589 y 305 ppm y las de los piroclastos de caída se
extienden entre los 524 y 298 ppm. En cambio, los rangos para las muestras del Antuco II y
centros adventicios son más restringidos (548-380 y 555-470 ppm, respectivamente).
El Volcán San José (33º45’S) tiene mayor contenido de Sr para muestras de semejante
abundancia en sílice (450-500 ppm para SiO2 > 61% (LOPEZ-ESCOBAR et al., 1985), en
comparación con 350 ppm para el Volcán Antuco). En cambio, los contenidos de Sr del
Volcán Puyehue (HICKEY et al., 1986 y referencias incluidas) se traslapan con los del
Antuco, pero este último llega a mayores contenidos de Sr para muestras de similar
abundancia en SiO2 (350-480 ppm de Sr en basaltos y andesitas basálticas en comparación
con el rango de 350-590 ppm para el Volcán Antuco).

123
180

Cr
160 Figura 15: Diagramas de
140
elementos trazas (en
ppm) versus sílice
120
normalizada (en %
100 p/p).
80

60
Antuco I
Antuco II
40
Centros adventicios
Piroclastos de caída
20

0
45 50 55 60 65 70
SiO2

45
160
Co Ni
40

140
35

120
30

100
25

80
20

60
15
Antuco I
Antuco I Antuco II
40
10
Antuco II Centros adventicios
Centros adventicios Piroclastos de caída
5 20
Piroclastos de caída

0 0
45 50 55 60 65 70 45 50 55 60 65 70

SiO2 SiO2

35 350

Sc V
300
30

250

25

200

20

150

15
100

Antuco I Antuco I
10 Antuco II Antuco II
50
Centros adventicios Centros adventicios
Piroclastos de caída Piroclastos de caída
0
5
45 50 55 60 65 70
45 50 55 60 65 70
SiO2
SiO2

124
600 40

Sr Rb

550 35

500 30

450 25

400 20

350 15
Antuco I
Antuco II Antuco I
300 Centros adventicios 10 Antuco II
Piroclastos de caída Centros adventicios

250 5
45 50 55 60 65 70 45 50 55 60 65 70

SiO2 SiO2

600

Ba
550

500

450

400

350

300

250
Antuco I
200 Antuco II
Centros adventicios
150 Piroclastos de caída

100
45 50 55 60 65 70
SiO2

30 4,5

La Yb
4,0
25

3,5
20

3,0

15

2,5

10
2,0

Antuco I Antuco I
5 Antuco II
Antuco II 1,5
Centros adventicios Centros adventicios
Piroclastos de caída Piroclastos de caída
0 1,0
45 50 55 60 65 70 45 50 55 60 65 70
SiO2 SiO2

125
• Elementos incompatibles

g) Rb
La abundancia de este elemento tiende a aumentar con el incremento del contenido de
SiO2, alcanzando valores cercanos a 37 ppm, en muestras del Antuco I con 60% de sílice (Fig.
15). Los contenidos mínimos de Rb para muestras de esta unidad son de 11 ppm. En las
muestras del Antuco II y centros adventicios, los contenidos de Rb varían entre 15 y 20 ppm.
Los basaltos y andesitas basálticas del Volcán Puyehue (40,5ºS) tienen similares
contenidos de Rb que las rocas de la misma composición del Volcán Antuco, pero este último
alcanza valores levemente más altos (7-20 ppm en el caso del Puyehue (HICKEY et al., 1986
y referencias incluidas) y 11-25 ppm para el Antuco). El Volcán San José (33º45’S) tiene
valores de Rb mucho más elevados (alrededor de 50 ppm en andesitas basálticas y hasta 100
ppm en dacitas; LOPEZ-ESCOBAR et al., 1985).

h) Ba
Al igual que el Rb, los contenidos de Ba muestran un incremento al aumentar la abundancia
en sílice (Fig. 15). Las muestras del Antuco I alcanzan valores máximos de 570 ppm de Ba
para contenidos de 65% de SiO2 y sus mínimos son de aproximadamente 183 ppm en
muestras con 52% de SiO2. Los contenidos de Ba en las muestras del Antuco II y centros
adventicios varían entre 150 y 300 ppm.
Tanto el Volcán Puyehue (40,5ºS) como el San José tienen contenidos de Ba similares a los
del Volcán Antuco para composiciones basálticas y andesítico-basálticas. Sin embargo, las
andesitas del San José son levemente más ricas en Ba que las del Volcán Antuco (HICKEY et
al., 1986 y referencias incluidas; LOPEZ-ESCOBAR et al., 1985).

i) La e Yb
Los contenidos de ambos elementos tienden a aumentar con el grado de diferenciación
(Fig. 15). Las muestras del Antuco I llegan a valores máximos de 26 ppm de La y 4 ppm de
Yb, mientras que el Antuco II sólo presenta hasta 14 ppm y 3 ppm, de La e Yb,
respectivamente. Los mínimos de La son de 8 ppm (para Antuco I y II), pero los centros
adventicios alcanzan mínimos de 6,70 ppm. El Yb tiene contenidos mínimos de 1,3 ppm, en

126
las muestras del Antuco I, y de 1,6 ppm, en el Antuco II y centros adventicios.
Tanto los contenidos de La y Yb en el Volcán Puyehue como en el caso del Volcán San
José son semejantes a los del Antuco para muestras de composición basáltica y andesítico-
basáltica. Las andesitas del Volcán San José son levemente más ricas en La y notoriamente
más empobrecidas en Yb que las del Antuco (27-28 ppm versus 22-24 ppm para el La y 4
versus 2 ppm para el Yb).

• Discusión

Para interpretar los diagramas presentados, se utilizan los coeficientes de distribución para
líquidos basálticos y andesítico-basálticos recopilados por ROLLINSON (1993, Tabla 13).
Valores de Cr en el rango de 500-600 ppm y de Ni en el rango de 250-300 ppm son
típicos de magmas primarios generados a partir de una fuente mantélica de peridotita
(WILSON, 1989). Así, los bajos contenidos de estos elementos en las muestras del Volcán
Antuco señalan que las muestras consideradas no son representativas de magmas primarios,
sino de magmas que han evolucionado mediante procesos de cristalización fraccionada.
Según la Tabla 13, el Cr es compatible con el piroxeno y, sobre todo, con la magnetita. Su
disminución, a medida que aumenta el grado de diferenciación, apunta a un importante
fraccionamiento de estos minerales, sobre todo en el rango más básico.
El Co y Ni son elementos compatibles con el olivino y, en menor grado, con el piroxeno.
Por lo tanto, su descenso indicaría el fraccionamiento de estos minerales, predominando el
fraccionamiento de olivino sobre el de piroxeno.
El Sc es compatible con el piroxeno, su tendencia a disminuir al aumentar el contenido de
SiO2 indicaría el fraccionamiento de este mineral en todo el rango composicional.
El V, en general, es compatible con el clinopiroxeno y, sobre todo, con la magnetita, por
lo que su disminución, al aumentar el grado de diferenciación, sugiere el fraccionamiento de
ambos minerales.
El Sr tiene compatibilidad sólo con la plagioclasa y la disminución de este elemento en
todo el rango composicional sugiere un importante fraccionamiento de este mineral.

127
Tabla 13: Coeficientes de distribución (mineral/fundido) para composiciones basálticas y
andesítico-basálticas (ROLLINSON, 1993 y referencias incluidas).

Elemento Olivino Ortopiroxeno Clinopiroxeno Plagioclasa Magnetita


Zr 0,012 0,18 0,100 0,048 0,10
Nb 0,013 0,263 0,051 2,0-4,0
Cr 0,70 10 34 153,0
Co 6,60 2-4 0,5-2 7,4
Ni 5,9-29 5 1,5-14 29
V 0,06 0,6 1,35 7,4
Sc 0,17 1,2 1,7-3,2
Rb 0,0098 0,022 0,031 0,071
Sr 0,0140 0,040 0,060 1,830
Ba 0,0099 0,013 0,026 0,230
K 0,0068 0,014 0,038 0,170
La 0,0067 0,056 0,190 0,1477 1,5-3,0
Sm 0,0070 0,05 0,445 0,067 0,0394 1,1-2,2
Yb 0,0140 0,0491 0,34 0,62 0,542 0,067 0,0232 0,9-1,8

Todo lo anterior es apoyado por la petrografía ya que tanto la plagioclasa, el olivino, el


piroxeno y la magnetita son los constituyentes principales de las muestras del Volcán Antuco.
En cambio, el Rb, Ba, La e Yb se comportan como elementos incompatibles en todo el
rango composicional.

Al comparar los resultados del Volcán Antuco con aquellos de centros volcánicos
situados tanto al sur como al norte de él, se puede concluir que:
• En comparación con muestras semejantes en el contenido de SiO2 del Volcán San José,
situado sobre una corteza continental más gruesa, las rocas del Volcán Antuco están
empobrecidas en Rb, Sr, Ba y La y enriquecidas en Yb. Lo anterior puede reflejar una
menor influencia de la corteza continental o un mayor grado de fusión del manto, en la
génesis de los magmas del Volcán Antuco (TORMEY et al., 1991).

128
• En comparación con muestras semejantes en el contenido de SiO2 del Volcán Puyehue,
ubicado sobre una corteza continental de espesor similar a la del Volcán Antuco, las rocas
de este último centro tienden a estar enriquecidas en Rb, Sr y La. Lo anterior se podría
explicar por un mayor grado de fusión en el caso del Volcán Puyehue o una mayor
influencia de fluidos provenientes de la corteza oceánica que subducta, en el caso del
Volcán Antuco.

5.3.2 Geoquímica de Tierras Raras

Los patrones de tierras raras de los basaltos del Volcán Antuco tienen una pendiente
suave y presentan contenidos de tierras raras livianas (La) entre 38 y 51 veces el valor
condrítico y tierras raras pesadas (Yb) entre 9 y 13 veces dicho valor (Fig. 16). Estas rocas
tienen una razón La/Yb que varía entre 5 y 9 y una razón La/Yb normalizada que lo hace entre
3 y 6. Las muestras más diferenciadas son más ricas en tierras raras y sus patrones son
subparalelos a los de los basaltos (Fig. 16). No se observa una anomalía negativa de Eu ni en
las rocas ricas ni en las pobres en SiO2.

Figura 16:
Diagrama de tierras
raras normalizadas a
los valores del condrito
de McDONOUGH y
SUN (1995), para
muestras del Volcán
Antuco.

129
La ausencia de una anomalía negativa de Eu podría indicar que las muestras más
diferenciadas están relacionadas con las menos diferenciadas por un proceso de cristalización
fraccionada dominado por olivino y clinopiroxeno. El fraccionamiento de plagioclasa,
sugerido por la conducta de los elementos Sr y Al, se llevaría a cabo en un ambiente más
oxidante (menor profundidad), donde el Eu estaría con estado de oxidación +3, lo cual
impediría que reemplazara al Ca, con valencia +2, en la plagioclasa.

5.3.3 Diagramas Multielementales

En este trabajo se presentan los datos del Volcán Antuco normalizados con respecto al
manto primitivo, es decir, a la composición hipotética del manto antes de que se formara la
corteza continental. Existen otras dos formas de normalizar los contenidos de elementos traza
para presentarlos en un diagrama multielemental: una es con respecto al MORB (‘Mid Ocean
Ridge Basalt’) y otra es con respecto al condrito. No se utiliza la normalización con respecto
al MORB, ya que ésta sería útil para comparar distintos ambientes geotectónicos (dorsales
mesooceánicas con margen continental activo, por ejemplo), lo cual no es el objetivo de este
estudio. Tampoco se presentan los diagramas normalizados con respecto al condrito, debido a
que estos no permiten visualizar, en forma clara, los procesos que han influido en el origen y
la evolución de los magmas del Volcán Antuco.
En los gráficos que muestran los datos del Centro Volcánico Antuco normalizados con
respecto al manto (Fig. 17 y 18), se sigue el ordenamiento de PEARCE (1982), es decir, los
elementos más móviles (Sr, K, Rb y Ba) están ubicados en el extremo izquierdo del diagrama,
ordenados de acuerdo a su grado de creciente incompatibilidad. Los elementos inmóviles (Th
a Yb) se disponen, desde menor a mayor compatibilidad, de izquierda a derecha.

130
100

52,01% SiO2
ANTUCO I / MANTO

51,42% SiO2

53,80% SiO2
10

Figura 17:
Concentraciones de
52,80% SiO2 elementos trazas
normalizadas con
respecto al manto
17E (valores normalizados
17D
de McDONOUGH y
051177-05
010283-02 SUN, 1995), para
1 muestras del Antuco I.
Sr K Rb Ba Th Ta Nb Ce P Zr Hf Sm Ti Y Yb

100
ANTUCO II / MANTO

52,86% SiO2

51,66% SiO2
10
Figura 18:
Concentraciones de
50,62% SiO2
elementos trazas
normalizadas con
49,91% SiO2 respecto al manto
(valores normalizados
17L (Qcvlp)
310183-11 (Qcvlh)
de McDONOUGH y
051177-07 SUN, 1995), para
17K muestras del Antuco II
1 y centros adventicios.
Sr K Rb Ba Th Ta Nb Ce P Zr Hf Sm Ti Y Yb

131
En los diagramas resultantes (Fig. 17 y 18) se observan algunas características
interesantes:
- Los patrones presentados por las distintas subunidades del Volcán Antuco (Antuco I, II y
centros adventicios) son muy similares.
- Existe un enriquecimiento en los elementos Sr, K, Rb, Ba y Th con respecto al resto de los
elementos. Dentro de ellos, el Sr presenta un empobrecimiento relativo, el cual es más
notorio en las muestras del Antuco I.
- Hay una marcada anomalía negativa en los elementos Ta y Nb (ambos son elementos de
alta densidad de carga (HFSE)).
- Desde el Ce al Yb, los patrones tienen una tendencia descendente relativamente suave y,
en general, los contenidos de Ce, Sm e Yb (tierras raras) son mayores en relación a los de
Zr, Hf, Ti e Y (HFSE).
Todas estas características son típicas de rocas de arcos volcánicos calcoalcalinos
(PEARCE, 1982).

• Discusión
El contenido levemente menor del Sr en comparación con otros elementos
incompatibles (K, Rb, Ba y Th), es consistente con un fraccionamiento de plagioclasa. La
ausencia de una anomalía negativa de Eu en los patrones de tierras raras sugiere que este
fraccionamiento habría ocurrido, de preferencia, a bajas presiones, donde la fugacidad de O es
relativamente alta.
El empobrecimiento marcado de los elementos Ta y Nb y no tan pronunciado de otros
HFSE podría indicar la existencia de algún mineral en el manto o en la corteza oceánica que
subducta, que retiene dichos elementos. Según BRENAN et al. (1994), sólo pequeñas
cantidades de rutilo residual (0,2% p/p, aproximadamente) en la placa oceánica subducida son
necesarias para evitar el enriquecimiento de HFSE en la cuña del manto, por fluidos derivados
de sedimentos pelágicos o de la porción basáltica de dicha placa. Según los autores citados, las
concentraciones medidas de HFSE en rutilo de eclogitas en los Alpes occidentales (cuyo
protolito corresponde a gabros oceánicos) sugieren que los fluidos, que pueden haber estado
en equilibrio con tales rocas, están fuertemente deprimidos en HFSE y, por eso, no tendrían la
capacidad de alterar el contenido de HFSE en la cuña de manto ubicada bajo el arco volcánico.

132
5.3.4 Razones de Elementos Incompatibles

El objetivo de este subcapítulo es utilizar elementos incompatibles, con coeficientes de


distribución semejantes para los minerales que fraccionan durante la evolución de los magmas
del Volcán Antuco (olivino, piroxeno, plagioclasa, magnetita), y analizar la variación de sus
razones al cambiar el grado de diferenciación. Razones como Ba/La y Rb/Cs son indicadores
de procesos que ocurren en la fuente misma, como es su contaminación por fluidos
provenientes de la deshidratación de la corteza oceánica subductada (HICKEY et al., 1986).
Otras razones, como K/Ba, K/La, Rb/Ba y Rb/La son indicadores de procesos de
contaminación a nivel cortical (McMILLAN et al., 1989). Dado que estas razones se deberían
mantener constantes, si el magma evoluciona por cristalización fraccionada en sistema
cerrado, su cambio permitiría detectar cualquier tipo de contaminación cortical. En la Tabla 13
del subcapítulo 5.3.1 (p. 128) se incluyen los coeficientes de distribución para composiciones
basálticas y andesítico-basálticas de los elementos incompatibles empleados. Para efectos de
comparación, en todos los diagramas mostrados a continuación (Fig. 19), se presentan
muestras del Volcán Antuco analizadas en condiciones similares, es decir, en el mismo
laboratorio y por métodos similares.

Figura 19: Diagramas de razones de elementos incompatibles versus sílice normalizada


(en % p/p), para el Volcán Antuco.

100 45
Antuco I Ba/La
Rb/Cs
90 Antuco II 40
Centros adventicios
80
35

70
30

60
25

50
20
40

15
30

10 Antuco I
20
Antuco II
5 Centros adventicios
10
Piroclastos de caída

0 0
45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67
SiO2 SiO2

133
16 4

La/Yb Rb/La
14 3,5

12 3

10 2,5

8 2

6 1,5

4 1

Antuco I
2
Antuco II Antuco I
0,5
Centros adventicios Antuco II
Piroclastos de caída Centros adventicios
0 0
45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65
SiO2 SiO2

0,18

Rb/Ba
0,16

0,14

0,12

0,1

0,08

0,06

0,04

Antuco I
0,02 Antuco II
Centros adventicios

0
45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65
SiO2

70 1600

K/Ba K/La
1400
60

1200
50

1000
40

800

30
600

20
400
Antuco I
Antuco I
10 Antuco II
200 Antuco II
Centros adventicios
Centros adventicios
Piroclastos de caída
Piroclastos de caída
0 0
45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67 69
SiO2 SiO2

134
a) Rb/Cs
Esta razón es bastante variable para las muestras de todas las unidades. Para los centros
adventicios, oscila entre 15 y 20, para el Antuco II entre 12 y 19, mientras que las muestras
del Antuco I muestran la mayor diferencia (14-27 en el rango básico y 15-37 para muestras
con SiO2 > 57%) (Fig. 19).

b) Ba/La
La mayor concentración de datos se observa entre 20 y 22 y se mantienen bastante
constantes en todo el rango composicional (Fig. 19). Sin embargo, las muestras del Antuco
I varían entre 17 y 27, mientras que las del Antuco II y centros adventicios lo hacen entre
19 y 26.

c) La/Yb
La razón La/Yb del Antuco I varía entre 4 y 11, el valor para el Antuco II y centros
adventicios es alrededor de 5 y los piroclastos de caída presentan un rango entre 5 y 7. Se
observa una mayor concentración de datos en este mismo rango (Fig. 19).

d) Rb/La
Esta razón es relativamente variable en las rocas más básicas (50-53% de SiO2) y no se
nota un aumento significativo al pasar de éstas a las más silíceas (58-60% de SiO2). Se
mantiene constante sólo en muestras de los centros adventicios del Volcán Antuco (Rb/La
= 1,85; Fig. 19) y varía, aún para muestras con similares contenidos de sílice, en el caso
del Antuco I y II. (1,3-2,6 y 1,4-2, respectivamente) (Fig. 19).

e) Rb/Ba
Las muestras de los centros adventicios presentan una razón Rb/Ba bastante uniforme
(0,08-0,09). Los valores del Antuco II son un poco más variables (0,06-0,08), pero la
mayor dispersión se aprecia en los datos del Antuco I (0,05-0,11), sobre todo en el rango
más básico. Sin embargo, no se observa una variación significativa de esta razón con el
contenido de sílice (Fig. 19).

135
f) K/Ba
En general, los datos muestran una distribución bastante horizontal, lo cual significa que
no existe un aumento significativo al incrementarse la abundancia en sílice (Fig. 19). En el
rango más básico, la razón K/Ba permanece relativamente constante, sobre todo para las
muestras de los centros adventicios (27). En el Antuco II, la diferencia entre las razones es
pequeña (27-31). Las muestras del Antuco I muestran una mayor variación para las
composiciones más básicas (28-37), la cual crece hasta 44 en las muestras más
enriquecidas en sílice. La mayoría de las muestras de los piroclastos de caída tiene una
razón K/Ba que oscila entre 26 y 30.

g) K/La
La razón K/La muestra bastante dispersión para todas las unidades del Volcán Antuco,
pero también se observa una tendencia horizontal en todo el rango composicional (Fig.
19). La dispersión es mayor en las muestras del Antuco I (546-907) y también es grande
para los piroclastos de caída (385-672). La diferencia es menor para el Antuco II (586-
705) y relativamente pequeña en las muestras de los centros adventicios (538-650) (Fig.
19).

El Al y Sr tienen afinidad por la plagioclasa, mientras que el Ca y Sc la tienen por el


clinopiroxeno. Por eso son indicadores petrogenéticos de ambos minerales. En los diagramas
de la Figura 20 se observa que, en general, la razón Sr/Sc para las muestras del Volcán Antuco
varía entre 10 y 25 para contenidos de Sr entre 300 y 550 ppm y que la razón Al2O3/CaO
tiende a crecer al aumentar el grado de diferenciación.

136
Figura 20: Diagramas que involucran los elementos Al, Sr (afines con la plagioclasa), Ca
y Sc (afines con el clinopiroxeno), para el Volcán Antuco.
60 6

55 Sr/Sc Al2O3/CaO

50 5

45

40 4

35

30 3

25

20 2

15
Antuco I
Antuco I
10 Antuco II 1 Antuco II
Centros adventicios
Centros adventicios
5 Piroclastos de caída
Piroclastos de caída
0 0
0 100 200 300 400 500 600 700 800 900 1000 45 47 49 51 53 55 57 59 61 63 65 67
Sr (ppm) SiO2 (% p/p)

• Discusión

La razón La/Yb ha sido empleada como indicadora del grado de fusión del manto
(LOPEZ-ESCOBAR et al., 1977). Bajos grados de fusión del manto producen el
enriquecimiento de los magmas en elementos altamente incompatibles, lo cual se asocia a altas
razones La/Yb, debido a que el La es más incompatible que el Yb. Las razones La/Yb del
Volcán Antuco son relativamente bajas (mayoría de los datos < 6), lo cual sugiere grados de
fusión relativamente altos.
Bajas razones de Rb/Cs (< 20) y razones relativamente altas de Ba/La (21-27) indican
mayor influencia de fluidos provenientes de la placa oceánica subductada en la cuña de manto,
los cuales están enriquecidos en Cs con respecto al Rb y en Ba con respecto al La. Lo anterior
está relacionado también con un mayor grado de fusión. Esto se traduce en razones
relativamente bajas de La/Yb (< 6) (TORMEY et al., 1991; HICKEY et al., 1986), como es el
caso de la mayoría de las muestras del Volcán Antuco (Fig. 19), por lo cual la fuente
mantélica de este centro volcánico estaría enriquecida en Sr, Rb y Ba producto de fluidos
provenientes de la corteza oceánica que subducta, incrementándose así el grado de fusión en la
cuña del manto.
Según HICKEY et al. (1986), las rocas de arco de la SVZ (34-41ºS) se caracterizan por el
enriquecimiento de elementos alcalinos, alcalino-térreos y Pb, U y Th en comparación con las

137
tierras raras y HFSE. Dentro de estas rocas, el Volcán Antuco pertenecería a lo que los autores
anteriores denominan lavas con bajos contenidos de elementos incompatibles pero altas
razones de elementos incompatibles (LILE/HFSE y tierras raras) (Tabla 14), lo cual concuerda
con un importante aporte de la corteza oceánica subductada y mayor grado de fusión. Los
basaltos con alto contenido de elementos incompatibles (> K2O, Rb, Ba y tierras raras
livianas) y pequeñas razones de elementos incompatibles (Rb/La, Ba/La, K/La) se asocian a
centros volcánicos ubicados hacia el este. Estas lavas también tienen mayor razón La/Yb, lo
cual, junto a las características anteriores, sugiere menores grados de fusión y menor
incorporación de elementos derivados de la litósfera que subducta (MUÑOZ y STERN, 1988).

Tabla 14: Razones de elementos incompatibles para el Volcán Antuco.

Unidad Nº Muestra SiO2 (% p/p) Ba/Nb La/Nb Rb/La K/La K/Rb K/Ba
Antuco I 17E 51,42 2,58 634,16 245,39 26,37
17D 52,01 1,89 690,21 364,28 27,32
17G 52,14 1,29 732,35 565,91 30,67
17C 52,89 108,57 4,43 2,37 740,75 313,14 30,21
17A 58,38 1,97 817,42 415,00 33,10
17F 60,07 69,67 2,37 2,61 748,17 287,14 25,42
Antuco II 17K 50,62 88,26 3,70 2,00 654,24 327,12 27,39
17J 52,50 1,35 680,45 503,53 29,97
Qcva 17L 49,91 84,78 4,00 1,85 577,39 312,47 27,24
17B 52,72 110,43 4,70 1,85 645,56 348,60 27,45

Sin embargo, según HILDRETH y MOORBATH (1988), el aumento en el contenido de


elementos alcalinos, alcalino-térreos y tierras raras livianas de sur a norte y de este a oeste en
arcos magmáticos puede ser causado, en gran parte, por contribuciones progresivamente
mayores de la corteza continental y litósfera subcortical. Además, la menor variabilidad de la
razón Ba/La al sur de los 35ºS en comparación con el segmento entre los 33 y 35ºS podría
reflejar menor asimilación cortical o menor contraste composicional entre la corteza
continental más joven, menos diferenciada y más máfica y los magmas ascendentes, lo cual
implicaría una asimilación menos reconocible en esta zona. Las razones bajas de Rb/Cs,
observadas en la región donde la corteza es más joven y más delgada (al sur de los 36º),
además de ser causadas por fluidos provenientes de la corteza oceánica subductada, pueden
reflejar, un componente rico en Cs, removilizado de rocas plutónicas andinas de edad
mesozoica y terciaria.

138
McMILLAN et al. (1989) han utilizado las razones Rb/La, Rb/Ba, K/Ba y K/La como
indicadores de contaminación por corteza continental. El incremento de dichas razones al
aumentar el contenido de sílice, según estos autores, sugiere que lavas más evolucionadas han
sido contaminadas por asimilación de rocas plutónicas de la corteza superior. En el caso del
Volcán Antuco, no se observa tal relación (Fig. 19), por lo que se excluye una contaminación
importante por corteza superior.
Cuando un magma basáltico se enfría dentro de la corteza, la plagioclasa y el
clinopiroxeno son importantes fases de cristalización. Los contenidos de Al2O3, CaO, Sr y Sc
son indicadores sensibles del rol petrogenético de la plagioclasa y clinopiroxeno. Además
tienen un significado barométrico porque, a medida que va decreciendo la presión, disminuye
la razón clinopiroxeno/plagioclasa (TORMEY et al., 1991 y referencias incluidas). Por
ejemplo, en los magmas más evolucionados de estratovolcanes al sur de los 36,2ºS
(DUNGAN, 1999), contenidos bajos de Sr (150-550 ppm) y razones relativamente pequeñas
de Sr/Sc (< 25) indican una razón plagioclasa/piroxeno alta en las fases fraccionadas y, por lo
tanto, una evolución por cristalización fraccionada a baja presión. Los rangos presentados por
la mayoría de las muestras del Volcán Antuco, similares a los anteriores (300 < Sr < 550 y 11
< Sr/Sc < 27; Fig. 20), indicarían el predominio del fraccionamiento de plagioclasa sobre el de
piroxeno en los magmas más diferenciados de este centro volcánico. Por otra parte, la razón de
Al2O3/CaO tiende a crecer al aumentar el grado de diferenciación (Fig. 20), reflejando,
probablemente, la variación desde un fraccionamiento a mayor presión, dominado por
clinopiroxeno, hacia un fraccionamiento a baja presión, dominado por plagioclasa.
En conclusión, el análisis de las razones empleadas, sugiere que la fuente mantélica del
Volcán Antuco está enriquecida en Sr, Rb y Ba por fluidos provenientes de la placa oceánica
que subducta. Además, los magmas de este centro volcánico habrían evolucionado,
principalmente, por un proceso de cristalización fraccionada. Sin embargo, durante su ascenso,
los magmas podrían haber sido contaminados en la corteza inferior, lo cual es difícil de
determinar, ya que los materiales asimilados no tendrían el contraste geoquímico necesario
para ser detectados. En cambio, las razones de elementos incompatibles indicadoras de
influencia de corteza continental superior (Rb/La, Rb/Ba, K/Ba y K/La) sugieren que la
contaminación, a este nivel cortical, ha sido insignificante.

139
5.3.5 Razones Isotópicas

En la Tabla 15 se muestran las razones isotópicas (de Sr, Nd, Pb y O) disponibles en


este estudio.

Tabla 15: Razones isotópicas para muestras del Volcán Antuco.

Nº Muestra 17E 051177-05 051177-06 051177-01 17A 17K

Referencia Harmon et LLE et al. LLE et al. LLE et al. Harmon et Harmon et
al. (1984) (1981) (1981) (1981) al. (1984) al. (1984)
Unidad QvaI QvaI2 QvaI3 QvaI2 QvaI QvaII3
Ubicación N 5862,1 5861,6 5858,7 5859,8
(U.T.M.)
E 292,7 291,8 283,6 287,9
SiO2 51,42 52,8 54,35 54,88 58,38 50,62
87 86
Sr/ Sr 0,70376 0,70384 0,70391 ± 4 0,70382 ± 3 0,70369 0,70373
143
Nd/144Nd 0,512836 0,512806 ± 20 0,512824 ± 19
206
Pb/204Pb 18,500
207
Pb/204Pb 15,620
208
Pb/204Pb 38,410
δO18 6,2 6,4

Nº Muestra 051177-07 051177-03 801

Referencia LLE et al. LLE et al. LLE et al.


(1981) (1981) (1981)
Unidad QvaII4 Qcvlp Qcvlh
Ubicación N 5860,1 5858,6 5859,3
(U.T.M.)
E 289,2 284,8 296,2
SiO2 52,86 51,81 53,08
87
Sr/86Sr 0,70383 ± 3 0,70384 ± 4 0,70389 ± 3
143
Nd/144Nd 0,512839 ± 18 0,512808 ± 16 0,512835 ± 18
206
Pb/204Pb 18,561
207
Pb/204Pb 15,594
208
Pb/204Pb 38,439
δ18O 6,3

140
• Razones isotópicas de Sr y Nd
Las razones 87Sr/86Sr del Volcán Antuco varían entre 0,70369 y 0,70391 y las de
143Nd/144Nd oscilan entre 0,512808 y 0,512839 (Tabla 15). En el diagrama de la Figura 21 se
observa que las razones isotópicas de Sr de este centro volcánico están entre las más bajas de
la SVZ y que las de Nd son relativamente altas. El campo ocupado por las muestras del
Volcán Antuco es similar al de las islas oceánicas de la Placa de Nazca. Es importante notar
que la razón 87Sr/86Sr no aumenta al incrementarse el contenido de SiO2 de la muestra, es
decir, la razón se mantiene prácticamente constante en el rango basalto-andesita (Tabla 15).
Todo esto indicaría que los magmas de este centro volcánico evolucionaron en sistema
cerrado, sin intervención significativa de la corteza continental.

Figura 21: Diagrama de 143Nd/144Nd versus 87Sr/86Sr para el Volcán Antuco. Como una
comparación, esta figura también incluye datos de:
a) otros centros volcánicos de la CSVZ (LVP: Lanín-Villarrica-Puyehue, OS:
Osorno y CA: Calbuco)
b) centros volcánicos de la NSVZ y TSVZ (PP-NCH: Planchón Peteroa-
Nevados de Chillán, MA: Maipo y SJ: San José) y
c) ambientes oceánicos (EPR: Dorsal del Pacífico Este, EI: Isla de Pascua, SG:
Archipiélago Sala y Gómez, JF: Archipiélago Juan Fernández, SA: Isla San
Ambrosio, SF: Isla San Félix).
(modificado de LOPEZ-ESCOBAR y VERGARA, 1997)

141
• Razones isotópicas de Pb
Tanto en el diagrama de 207Pb/204Pb versus 206Pb/204Pb (Fig. 22) como en el de
208Pb/204Pb versus 207Pb/204Pb (Fig. 23), se observa que la muestra ploteada del Volcán
Antuco (051177-07, Tabla 15) se encuentra dentro del rango característico de las rocas
volcánicas de la CSVZ (37º-41,5ºS), determinado por HILDRETH y MOORBATH (1988) e
HICKEY et al. (1989). Además, su ubicación concuerda con la de los sedimentos de la Placa
de Nazca. Al considerar la segunda muestra del Volcán Antuco (Muestra 17A, Tabla 15) se
observó que se ubicaba fuera de todos los campos de la SVZ, considerando los límites de éstos
como se señalan en las figuras 22 y 23. Sin embargo, según la delimitación de campos de
HARMON et al. (1984), esta muestra sí pertenece a los campos de la SVZ y de los sedimentos
de la Placa de Nazca.

15,70

SVZ: 37º-41,5ºS SVZ: 33º-37ºS


SVZ: 41,5º-46ºS

15,60
• Volcán Antuco
207Pb/204Pb

Sedimentos Placa de Nazca

Basaltos Placa de Nazca


15,50

15,40
18,40 18,50 18,60 18,70 18,80 18,90
206Pb/204Pb

Figura 22: Diagrama de 207Pb/204Pb versus 206Pb/204Pb para el Volcán Antuco. Se


muestran, a modo de comparación, los campos definidos por las distintas
provincias de la Zona Volcánica Sur (SVZ) (modificado de LOPEZ-
ESCOBAR et al., 1993; basado en HILDRETH y MOORBATH (1988) y
referencias incluidas e HICKEY et al. (1989) y referencias incluidas).

142
39,0

Sedimentos
Basaltos oceánicos
38,8 de detríticos
Islas Oceánicas
SVZ: 33º-37ºS

38,6

208Pb/204Pb
• Volcán Antuco
38,4
SVZ: 37º-41,5ºS

MORB SVZ: 41,5º-46ºS


38,2
Sedimentos Placa de Nazca

Basaltos Placa de Nazca


38,0
15,45 15,50 15,55 15,60 15,65 15,70
207Pb/204Pb

Figura 23: Diagrama de 208Pb/204Pb versus 207Pb/204Pb para el Volcán Antuco. Se


muestran, a modo de comparación, los campos definidos por las distintas
provincias de la Zona Volcánica Sur (SVZ) (modificado de LOPEZ-ESCOBAR
et al., 1993; basado en HILDRETH y MOORBATH (1988) y referencias
incluidas e HICKEY et al. (1989) y referencias incluidas).

• Razones isotópicas de O
Los valores de δ18O disponibles en este estudio varían entre 6,2 y 6,4‰ (Tabla 15) y
caen dentro del rango representativo de composiciones normales de rocas, cuyos magmas
parentales tuvieron su origen en el manto (δ18O = 6,0±0,5‰) (DERUELLE et al., 1983).

5.3.6 Discusión

A continuación se destacan los aspectos importantes en relación a la génesis de los


magmas en la SVZ:
• Desde el punto de vista de la influencia de fluidos provenientes de la corteza oceánica
subductada, HICKEY et al. (1986) señalan que éstos son la fuente más probable del
enriquecimiento de elementos tales como K, Ba y Th en relación a HSFE (Nb, Zr) y tierras
raras (La) en rocas de arco. Estos fluidos tendrían bajas concentraciones de HFSE debido a
que estos elementos son retenidos por rutilo residual (BRENAN et al., 1994).

143
• Con respecto al proceso de diferenciación magmática, HICKEY et al. (1986) sostienen que
andesitas basálticas, andesitas, dacitas y riolitas, emitidas por centros que forman el frente
volcánico cuaternario en los Andes del Sur entre los 36 y 46ºS, tienen razones de
elementos incompatibles y composiciones isotópicas similares a los de los basaltos
asociados, lo cual sugiere que estas rocas, más ricas en SiO2, se originaron por
cristalización fraccionada, sin asimilación significativa de material isotópicamente
distintivo.
• Con respecto al proceso de contaminación por corteza continental, según HILDRETH y
MOORBATH (1988), las composiciones isotópicas de Pb de las secuencias del arco
chileno no están dominadas por contribuciones de fuentes tipo MORB o OIB (basaltos de
islas oceánicas), sino que muestran la desviación característica hacia valores típicos de
corteza continental superior. Como se dijo anteriormente, muchos investigadores (entre
ellos HICKEY et al., 1986), piensan que la variabilidad restringida de rocas volcánicas del
segmento entre los 37 y 41ºS refleja la mezcla subcortical de Pb de la placa que subducta y
de Pb derivado del manto. A pesar de eso, HILDRETH y MOORBATH (1988) señalan
que las características isotópicas de Pb reflejan, probablemente, una sobreimposición de
Pb asimilado de la corteza mesozoica y cenozoica de ese segmento. En cambio, la mayor
variabilidad en rocas de más al norte (33-37ºS) (Fig. 22 y 23) puede ser producto de
corteza continental paleozoica isotópicamente más heterogénea y levemente más
evolucionada que subyace al arco volcánico en ese sector.
• El análisis geoquímico realizado en el presente trabajo permite concluir que, en el caso del
Volcán Antuco, la fuente mantélica de este centro volcánico estaría enriquecida en Sr, Rb
y Ba por fluidos provenientes de la placa oceánica que subducta. Aunque las razones
isotópicas de Sr y Nd del Volcán Antuco se traslapan con aquellas de basaltos de islas
oceánicas, las razones isotópicas de Pb indican un aporte de sedimentos de la Placa de
Nazca subductada. Los magmas de este centro volcánico habrían evolucionado,
principalmente, por un proceso de cristalización fraccionada. Sin embargo, durante su
ascenso, los magmas podrían haber sido contaminados en la corteza inferior, lo cual sería
difícil de determinar, ya que los materiales asimilados no tendrían el contraste geoquímico
necesario para ser detectados (HILDRETH y MOORBATH, 1988). En cambio, las razones
de elementos incompatibles indicadoras de influencia de corteza continental superior

144
(Rb/La, Rb/Ba, K/Ba y K/La; McMILLAN, et al., 1989) permiten sugerir que tal
contaminación ha sido insignificante.

5.4 PETROGENESIS

5.4.1 Introducción

En este capítulo se tratará de identificar los procesos que intervienen en la evolución de


los magmas del Volcán Antuco, y de modelar esos procesos teóricamente.
Los contenidos de tierras raras y las razones isotópicas disponibles del Volcán Antuco,
junto con resultados de trabajos anteriores en rocas volcánicas cuaternarias de los Andes del
Sur (LOPEZ-ESCOBAR et al., 1977; TORMEY et al., 1991) indican un origen en el manto
astenosférico para las rocas del Volcán Antuco. Sin embargo, como se vio en el subcapítulo
anterior, las muestras del Volcán Antuco no son primarias, sino que han evolucionado
mediante procesos de cristalización fraccionada. Por eso, no existe ninguna muestra que se
pueda utilizar como fuente en los modelos de evolución magmática. Por el otro lado, hasta
ahora no se han identificado xenolitos mantélicos en las rocas del Volcán Antuco, por lo que
el conocimiento de las características de la fuente es bastante difícil. DERUELLE y LOPEZ-
ESCOBAR (1999) y LOHMAR et al. (1999) han propuesto una lherzolita de granate como
fuente de los magmas del Volcán Antuco y a continuación se evaluará este modelo.

5.4.2 Identificación de Procesos

El diagrama Cr versus Y (PEARCE, 1982; Fig. 24) permite determinar posibles


procesos que influyen en la evolución de los magmas. El Cr es un elemento muy compatible
con las fases que cristalizan tempranamente y el Y es un elemento incompatible en magmas
básicos. Por eso, la tendencia vertical presentada por los datos que se exhiben en el diagrama
de la Figura 24 sugiere que los magmas del Volcán Antuco evolucionan, principalmente, por
un proceso de cristalización fraccionada.

145
10000

Fuente

1000 20% Figura 24:


15%
10% Diagrama de Cr versus
5% 1% Y para el Volcán
Antuco. Además, se
Cr (ppm)

100
presenta la curva
modelo del proceso de
fusión parcial
fraccionada, indicando
el porcentaje de fusión
10
de una fuente ideal
Antuco I
Antuco II
(manto primitivo de
Centros adventicios McDONOUGH y SUN,
Piroclastos de caída 1995).
1
1 10 100
Y (ppm)

5.4.3 Modelo de Fusión Parcial

Según ROLLINSON (1993), en la literatura se describen generalmente dos procesos de


fusión parcial, los cuales representan modelos de miembros finales de procesos naturales:

• Fusión parcial en equilibrio


Describe la formación de un fundido parcial, que reacciona y se reequilibra continuamente
con el sólido residual en el lugar de la fusión, hasta que las condiciones mecánicas le
permitan escaparse como una única masa de magma.

• Fusión fraccionada
En ésta sólo se produce una pequeña cantidad de líquido, la que se separa
instantáneamente de la fuente. Así, el equilibrio se alcanza solamente entre el fundido y la
superficie de los granos minerales en la región de la fuente.

El que se verifique uno u otro proceso de fusión, en una situación particular dada,
depende de la capacidad de segregación del magma. Se ha sugerido que la fusión parcial

146
fraccionada es apropiada para algunos magmas basálticos. En cambio, en el caso de magmas
más viscosos, como los félsicos, su generación puede explicarse mejor por fusión parcial en
equilibrio. Debido a lo anterior, se presume que, en el caso del Volcán Antuco, la fusión
fraccionada es el proceso que más se acerca a la realidad ya que sus magmas son básicos. En
este tipo de fusión se supone un fraccionamiento continuo del magma desde el sólido parental,
que las fases se funden en proporción distinta a la que presentan en el sólido parental y que los
coeficientes de distribución específicos y la suma de fracciones del líquido generado que
provienen de la fase sólida original son constantes durante el proceso de fusión. La expresión
general de la fusión parcial fraccionada es:

Cl/Co = (1/F) [1-(1-PF/Do)(1/P)]


donde
Cl: concentración promedio del elemento traza en el líquido generado por acumulación de
pulsos infinitesimales,
Co: concentración inicial del elemento traza en el sólido parental,
F: grado de fusión,
P: coeficiente de distribución ponderado en el líquido generado y
Do: coeficiente de distribución ponderado en el sólido parental.

La fuente considerada en este trabajo corresponde a una lherzolita de granate


compuesta por: 58,25% de olivino, 25% de ortopiroxeno, 15% de clinopiroxeno y 1,75% de
granate, siendo 1:1:2:0 las fracciones en que se funden, respectivamente. Su composición
química es similar a la del manto primitivo de McDONOUGH y SUN (1995).
El granate en el manto es estable sobre los 22 kbar, lo cual corresponde a una
profundidad de unos 75 km (FISHER y SCHMINCKE, 1984). Considerando un ángulo de
subducción de 20º para la corteza oceánica en la región del Volcán Antuco y una distancia de
285 km entre este centro volcánico y la fosa (HILDRETH y MOORBATH, 1988 y referencias
incluidas), la profundidad a la que se generarían los magmas del Volcán Antuco, es de unos
100 km, por lo que es muy probable que el granate forme parte de la fuente.
Los resultados del cálculo de la concentración promedio de los elementos trazas en el
líquido generado se presentan en la Tabla 16.

147
Tabla 16: Datos del modelo de fusión parcial fraccionada y sólido residual para un grado
de fusión de 10%.

Elemento Traza La Ce Nd Sm Eu Gd
Kgt/l 0,001 0,007 0,026 0,102 0,243 0,680
Pgt (K*0) 0 0 0 0 0 0
Xgt (K*0,00175) 0,0000015 0,0000105 0,0000390 0,0001530 0,0003645 0,0010200
Kcpx/l 0,056 0,092 0,230 0,445 0,474 0,556
Pcpx (K*0,5) 0,028 0,046 0,115 0,2225 0,237 0,278
Xcpx (K*0,15) 0,0084 0,0138 0,0345 0,06675 0,0711 0,0834
Kopx/l 0,03 0,02 0,03 0,05 0,05 0,09
Popx (K*0,25) 0,0075 0,005 0,0075 0,0125 0,0125 0,0225
Xopx (K*0,25) 0,0075 0,005 0,0075 0,0125 0,0125 0,0225
Kol/l 0,0067 0,0060 0,0059 0,0070 0,0074 0,0100
Pol (K*0,25) 0,001675 0,0015 0,001475 0,00175 0,00185 0,0025
Xol (K*0,5825) 0,003920 0,003510 0,003452 0,004095 0,004329 0,005850
P (suma) 0,0372 0,0525 0,1240 0,2368 0,2514 0,3030
Do (sumaX) 0,0198 0,0223 0,0455 0,0835 0,0883 0,1128
1-PF/Do (F=0,1) 0,8124 0,7648 0,7275 0,7165 0,7153 0,7313
1/P 26,8998 19,0476 8,0661 4,2239 3,9785 3,3003
(1-PF/Do)1/P 0,0037 0,0061 0,0768 0,2445 0,2637 0,3560
Co 0,708 1,833 1,194 0,39 0,14 0,5
Co/F (F=0,1) 7,08 18,33 11,94 3,9 1,4 5
Cl 7,05348 18,21910 11,02296 2,94629 1,03080 3,21982
Co/(1-F) 0,78667 2,03667 1,32667 0,43333 0,15556 0,55556
Crs 0,002946367 0,012321923 0,101893245 0,105967616 0,041022647 0,197797415

Elemento Traza Dy Er Yb Lu Cr Y
Kgt/l 1,940 4,700 6,167 6,950 0,060 8,00
Pgt (K*0) 0 0 0 0 0 0
Xgt (K*0,00175) 0,0029100 0,0070500 0,0092505 0,0104250 0,0000900 0,1400000
Kcpx/l 0,582 0,583 0,542 0,506 30,000 0,900
Pcpx (K*0,5) 0,291 0,2915 0,271 0,253 15 0,45
Xcpx (K*0,15) 0,0873 0,08745 0,0813 0,0759 4,5 0,135
Kopx/l 0,15 0,23 0,34 0,42 7 0,18
Popx (K*0,25) 0,0375 0,0575 0,085 0,105 1,75 0,045
Xopx (K*0,25) 0,0375 0,0575 0,085 0,105 1,75 0,045
Kol/l 0,0130 0,0256 0,0491 0,0454 0,70 0,010
Pol (K*0,25) 0,00325 0,0064 0,012275 0,01135 0,175 0,0025
Xol (K*0,5825) 0,007605 0,014976 0,028724 0,026559 0,409500 0,005825
P (suma) 0,3318 0,3554 0,3683 0,3694 16,9250 0,4975
Do (sumaX) 0,1353 0,1670 0,2043 0,2179 6,6596 0,3258250
1-PF/Do (F=0,1) 0,7548 0,7872 0,8197 0,8305 0,7459 0,847310673
1/P 3,0143 2,8137 2,7154 2,7075 0,0591 2,010050251
(1-PF/Do)1/P 0,4284 0,5100 0,5829 0,6048 0,9828 0,716740862
Co 0,674 0,438 0,48 0,074 3000 5,5
Co/F (F=0,1) 6,74 4,38 4,8 0,74 30000 55
Cl 3,85291 2,14635 2,00228 0,29247 515,27032 15,57925
Co/(1-F) 0,74889 0,48667 0,53333 0,08222 3333,33333 6,11111
Crs 0,320788046 0,248183663 0,31085829 0,049725686 3276,081076 4,380083045

148
Elemento Traza Ti Zr Nb Rb Sr Ba
Kgt/l 0,30 0,65 0,02 0,042 0,012 0,023
Pgt (K*0) 0 0 0 0 0 0
Xgt (K*0,00175) 0,0004500 0,0009750 0,0000300 0,0000630 0,0000180 0,0000345
Kcpx/l 0,400 0,100 0,005 0,031 0,060 0,026
Pcpx (K*0,5) 0,2 0,05 0,0025 0,0155 0,03 0,013
Xcpx (K*0,15) 0,06 0,015 0,00075 0,00465 0,009 0,0039
Kopx/l 0,10 0,18 0,15 0,022 0,040 0,013
Popx (K*0,25) 0,025 0,045 0,0375 0,0055 0,01 0,00325
Xopx (K*0,25) 0,025 0,045 0,0375 0,0055 0,01 0,00325
Kol/l 0,020 0,012 0,010 0,0098 0,0140 0,0099
Pol (K*0,25) 0,005 0,003 0,0025 0,00245 0,0035 0,002475
Xol (K*0,5825) 0,011700 0,007020 0,005850 0,005733 0,008190 0,005792
P (suma) 0,2300 0,0980 0,0425 0,0235 0,0435 0,0187
Do (sumaX) 0,0972 0,0680 0,0441 0,0159 0,0272 0,0130
1-PF/Do (F=0,1) 0,7633 0,8559 0,9037 0,8529 0,8401 0,8557
1/P 4,3478 10,2041 23,5294 42,6439 22,9885 53,4045
1/P
(1-PF/Do) 0,3089 0,2043 0,0923 0,0011 0,0182 0,0002
Co 1205 10,5 0,658 0,600 19,9 6,600
Co/F (F=0,1) 12050 105 6,58 6 199 66
Cl 8327,37371 83,54729 5,97266 5,99320 195,37273 65,98396
Co/(1-F) 1338,88889 11,66667 0,73111 0,66667 22,11111 7,33333
Crs 413,6251433 2,3836341 0,067482104 0,00075514 0,403029858 0,001781689

Elemento Traza K
Kgt/l 0,015
Pgt (K*0) 0
Xgt (K*0,00175) 0,0000225
Kcpx/l 0,038
Pcpx (K*0,5) 0,019
Xcpx (K*0,15) 0,0057 Explicaciones:
Kopx/l 0,014 Kmineral/líquido: coeficiente de distribución específico
Popx (K*0,25) 0,0035 Pmineral: fracción de líquido generado que proviene de
Xopx (K*0,25) 0,0035
Kol/l 0,0068
la fase mineral original
Pol (K*0,25) 0,0017 Xmineral: abundancia relativa de la fase mineral en el
Xol (K*0,5825) 0,003978 sólido parental
P (suma) 0,0242
Do (sumaX) 0,0132
1-PF/Do (F=0,1) 0,8167
1/P 41,3223
(1-PF/Do)1/P 0,0002
Co 240
Co/F (F=0,1) 2400
Cl 2399,44300
Co/(1-F) 266,66667
Crs 0,061888528

149
5.4.4 Cálculo del Sólido Residual

La siguiente ecuación permite conocer la composición del sólido residual en un


proceso de fusión parcial fraccionada:

Crs = Co/(1-F) [1-(PF/Do)]1/P


donde
Crs: concentración final del elemento traza en el sólido residual,
Co: concentración inicial del elemento traza en el sólido parental,
F: grado de fusión,
P: coeficiente de distribución ponderado en el líquido generado y
Do: coeficiente de distribución ponderado en el sólido parental.

Los resultados de los cálculos del sólido residual se presentan en la Tabla 16. Al
graficar en un diagrama de tierras raras las composiciones del sólido parental, del líquido
generado después de 10% de fusión parcial fraccionada y del sólido residual, se observa que
este último está empobrecido en tierras raras en comparación con la fuente inicial, estando
especialmente empobrecido en tierras raras livianas (Fig. 25).
100

Figura 25:
Diagrama de tierras raras
normalizadas (condrito de
McDONOUGH y SUN,
10

1995) que muestra la


composición del sólido
roca/condrito

parental, líquido generado


1 y sólido residual, luego de
10% de fusión parcial
fraccionada. A modo de
comparación, se presenta el
0,1
patrón de tierras raras de
Sólido parental una de las muestras más
Líquido generado primitivas del Volcán
Sólido residual
Antuco (17L; 49,91% de
Muestra 17L
SiO2).
0,01
La Ce Nd Sm Eu Gd Dy Er Yb Lu

150
5.4.5 Modelo de Cristalización

Según ROLLINSON (1993), son tres los tipos más importantes de cristalización:

• Cristalización en equilibrio
Este proceso supone un equilibrio total entre el líquido residual y las fases cristalinas
formadas. No es común, pero la presencia de cristales no zonados en algunas rocas máficas
hace pensar que puede ser aplicable a ellas. No es el caso del Volcán Antuco.

• Cristalización in situ
Es un proceso por el cual la cristalización ocurre en las paredes de la cámara (zona de
solidificación) y es el líquido el que se separa de la masa cristalina formada. La zona de
solidificación avanza, progresivamente, hacia el interior de la cámara hasta que el grado de
cristalización llegue al 100%. La idea que el fraccionamiento de los cristales se efectúe por
gravitación es válida, probablemente, sólo para magmas ultramáficos.

• Cristalización fraccionada de Rayleigh


Es el caso más cercano a la realidad. Supone que los cristales son removidos de su lugar de
formación tras la cristalización y que la distribución de los elementos trazas no es un
proceso en equilibrio. Probablemente el equilibrio se alcance sólo en la superficie. La
ecuación para el fraccionamiento de Rayleigh es:

Cl/Co = (1-F)(D-1)
donde
Cl: concentración del elemento traza en el líquido residual,
Co: concentración inicial del elemento traza en el líquido inicial,
F: grado de cristalización y
D: coeficiente de distribución global en el proceso de cristalización.

151
El modelo de cristalización fraccionada será aplicado al líquido generado tras 10% de
fusión parcial fraccionada. El fraccionamiento de 5% de clinopiroxeno y 5% de olivino puede
generar líquidos de composición similar a la de los basaltos del Volcán Antuco (Tabla 17, Fig.
26 y 27).
En la Figura 27 se observa que los contenidos de Sr, K, Rb y Ba predichos por este
modelo son más bajos que los reales en las muestras del Volcán Antuco (hay que multiplicar
sus abundancias por un factor de 2,3 para que se parezcan a aquellas de las lavas este centro
volcánico).

Tabla 17: Datos del modelo de cristalización fraccionada de Rayleigh.

Elemento traza La Ce Nd Sm Eu Gd
Kcpx/l 0,056 0,092 0,23 0,445 0,474 0,556
Kol/l 0,0067 0,006 0,0059 0,007 0,0074 0,01
Zcpx 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05
Kcpx*Zcpx 0,0028 0,0046 0,0115 0,02225 0,0237 0,0278
Zol 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05
Kol*Zol 0,000335 0,0003 0,000295 0,00035 0,00037 0,0005
1-F (F=0,1) 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9
1/F 10 10 10 10 10 10
Suma (K*Z) 0,003135 0,0049 0,011795 0,0226 0,02407 0,0283
D 0,03135 0,049 0,11795 0,226 0,2407 0,283
D-1 -0,96865 -0,951 -0,88205 -0,774 -0,7593 -0,717
(1-F)D-1 1,10744711 1,1053896 1,09738847 1,08496642 1,08328733 1,07847013
Co 7,0534827 18,2191027 11,0229608 2,94629145 1,03079618 3,21982327
Cl 7,81135901 20,1392066 12,0964701 3,1966273 1,11664844 3,47248322

Elemento traza Dy Er Yb Lu Cr Y
Kcpx/l 0,582 0,583 0,542 0,506 30 0,9
Kol/l 0,013 0,0256 0,0491 0,0454 0,7 0,01
Zcpx 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05
Kcpx*Zcpx 0,0291 0,02915 0,0271 0,0253 1,5 0,045
Zol 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05
Kol*Zol 0,00065 0,00128 0,002455 0,00227 0,035 0,0005
1-F (F=0,1) 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9
1/F 10 10 10 10 10 10
Suma (K*Z) 0,02975 0,03043 0,029555 0,02757 1,535 0,0455
D 0,2975 0,3043 0,29555 0,2757 15,35 0,455
D-1 -0,7025 -0,6957 -0,70445 -0,7243 14,35 -0,545
(1-F)D-1 1,07682378 1,07605256 1,07704504 1,07929993 0,22048549 1,05910211
Co 3,85290759 2,14634703 2,00227539 0,29246883 515,270315 15,579253
Cl 4,14890251 2,30958223 2,15654077 0,31566158 113,609627 16,500019

152
Elemento traza Ti Zr Nb Rb Sr Ba
Kcpx/l 0,4 0,1 0,005 0,031 0,06 0,026
Kol/l 0,02 0,012 0,01 0,0098 0,014 0,0099
Zcpx 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05
Kcpx*Zcpx 0,02 0,005 0,00025 0,00155 0,003 0,0013
Zol 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05 0,05
Kol*Zol 0,001 0,0006 0,0005 0,00049 0,0007 0,000495
1-F (F=0,1) 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9 0,9
1/F 10 10 10 10 10 10
Suma (K*Z) 0,021 0,0056 0,00075 0,00204 0,0037 0,001795
D 0,21 0,056 0,0075 0,0204 0,037 0,01795
D-1 -0,79 -0,944 -0,9925 -0,9796 -0,963 -0,98205
(1-F)D-1 1,08679697 1,10457465 1,11023345 1,1087255 1,10678806 1,10901174
Co 8327,37371 83,5472931 5,97266107 5,99320374 195,372731 65,9839648
Cl 9050,16449 92,2842219 6,63104812 6,64481784 216,236205 73,1769916

Elemento traza K
Kcpx/l 0,038 Explicaciones:
Kol/l 0,0068 Kmineral/líquido: coeficiente de distribución
Zcpx 0,05 específico
Kcpx*Zcpx 0,0019
Zmineral: fracción de líquido que cristaliza
Zol 0,05
Kol*Zol 0,00034 como fase mineral
1-F (F=0,1) 0,9 D=1/F ∑(K Z)
1/F 10
Suma (K*Z) 0,00224
D 0,0224
D-1 -0,9776
(1-F)D-1 1,1084919
Co 2399,443
Cl 2659,76313

100

Figura 26:
roca/condrito

Diagrama de tierras raras


10
normalizadas (condrito de
McDONOUGH y SUN, 1995)
que muestra los patrones del
líquido residual tras 5% de
fraccionamiento de olivino y
Líquido residual clinopiroxeno. A modo de
mínimo basalto
Muestra 17L comparación, se presenta el
máximo basalto rango de los basaltos del Volcán
1
La Ce Nd Sm Eu Gd Dy Er Yb Lu
Antuco.

153
100

Figura 27:
roca/manto

Concentraciones de elementos
10
trazas normalizadas con respecto
al manto (valores normalizados
de McDONOUGH y SUN, 1995),
para el líquido residual,
calculado a partir del
fraccionamiento de 5% de olivino
Líquido residual y clinopiroxeno, y la Muestra
Muestra 17L
17L del Volcán Antuco.
1
Sr K Rb Ba Th Ta Nb Ce P Zr Hf Sm Ti Y Yb

5.4.6 Discusión

En el diagrama triangular de BAKER y EGGLER (1987) (Fig. 28) se observa que las
lavas del Volcán Antuco son afines con fraccionamientos que ocurren a presiones menores a 8
kbar; en particular, las muestras más diferenciadas del Antuco I se disponen entre los 2 y 5
kbar. Suponiendo un gradiente de presión de 0,28 kbar/km (HALL, 1987), el fraccionamiento
de las muestras más básicas se habría producido a profundidades entre los 21 y 25 km y el de
las muestras más diferenciadas entre los 7 y 18 km de profundidad. Esto puede concordar con
el predominio del fraccionamiento de olivino y clinopiroxeno a mayores profundidades y el de
plagioclasa a menores profundidades.
Hay que considerar que, para el modelo aquí elaborado, se hicieron varias
simplificaciones. Sin embargo, los resultados son teóricamente consistentes con que los
magmas primarios del Volcán Antuco se habrían generado por 10% de fusión fraccionada de
un manto consistente de peridotita de granate (Fig. 29). El hecho que las lavas basálticas
tengan contenidos relativamente altos de Sr, K, Rb y Ba con respecto a los contenidos teóricos
obtenidos mediante el modelo, sugiere que fluidos originados de la corteza oceánica
subductada han enriquecido la fuente mantélica en dichos elementos (Fig. 29). En su ascenso,
los magmas se estancan en la corteza inferior, donde experimentan un fraccionamiento
dominado por olivino y clinopiroxeno. En cámaras magmáticas superficiales predominaría el
fraccionamiento de plagioclasa sobre los minerales anteriores (Fig. 29).

154
Figura 28:
Diagrama triangular de BAKER y
EGGLER (1987), para el Volcán
Antuco.
Ol =
(FeO+Fe2O3+MgO+MnO+Al2O3-
CaO-Na2O-K2O)/2
Pl =
Al2O3+Na2O+K2O
SiOr =
SiO2-2K2O-(Al2O3+FeO-
Fe2O3+MnO+MgO+3CaO+11
Na2O+3K2O)/2

Figura 29: Diagrama de resumen de la posible petrogénesis de las lavas del Volcán
Antuco.

VOLCAN ANTUCO
0 km
CO
R TE Fraccionamiento
ZA CORTEZA CONTINENTAL de PL
OC
EA
N IC
A
Fraccionamiento 35 km
de OL y CPX
MANTO
LITOSFERICO MAGMA
Fluidos
enriquecidos en 10% de fusión de
Rb, Sr y Ba PERIDOTITA DE 100 km
GRANATE
ASTENOSFERA

155
6 CONCLUSIONES

El estudio del Centro Volcánico Antuco permite concluir que:

1. El Volcán Antuco está constituido por dos unidades principales:


i) el edificio primario (Antuco I), cuya actividad se inició hace 130.000 años A.P. y
terminó hace 6.250 años A.P con el colapso de una parte del cono y la formación de una
caldera y
ii) el cono más joven (Antuco II), anidado en la caldera, el cual se habría construido con
una tasa de emisión promedio de 65 x 106 m3 (MORENO et al., 2000).

2. El colapso del Antuco I fue provocado por una violenta erupción freatomagmática, de tipo
Bandai-San, generándose una voluminosa avalancha (> 5 km3), que descendió por el valle
del Río Laja. Este evento catastrófico estuvo acompañado por descargas de oleadas
piroclásticas, que bajaron por el mismo valle, extendiéndose hasta una distancia de
alrededor de 60 km desde el centro volcánico. El volumen mínimo estimado de este
depósito es de unos 5 km3, siendo uno de los mayores a nivel mundial.

3. La composición de las lavas del Antuco I varía entre basalto y dacita, mientras que el
Antuco II ha generado sólo lavas basálticas y andesítico-basálticas.

4. Independiente de la unidad a que pertenecen, los basaltos y andesitas-basálticas del Volcán


Antuco presentan textura porfírica y contienen, principalmente, fenocristales de
plagioclasa (labradorita-bytownita) y, en menor cantidad, de olivino y clinopiroxeno. Las
rocas del Antuco I contienen además ortopiroxeno. La masa fundamental está compuesta
por microlitos de plagioclasa, olivino, clinopiroxeno (y ortopiroxeno en el caso del Antuco
I), minerales opacos y cantidades variables de vidrio. Su textura es, generalmente,
intergranular a intersertal y, localmente, pilotaxítica.
Las andesitas y dacitas también presentan textura porfírica y contienen fenocristales de
plagioclasa (andesina-labradorita), principalmente, y clinopiroxeno, ortopiroxeno y

156
olivino, en menor cantidad. Todos los fenocristales máficos muestran bordes de óxido de
hierro y el olivino está fuertemente corroído y rodeado por pequeños cristales de
ortopiroxeno. Además, se observan dos tipos de clinopiroxeno: uno normal y limpio y otro
zonado y sucio. Al igual que en las rocas más básicas, algunos fenocristales de plagioclasa
presentan textura “sieve”. Estas características podrían ser el producto de la inyección de
magma basáltico fresco en un reservorio de magma más diferenciado. La masa
fundamental de estas rocas está compuesta por microlitos de plagioclasa, olivino,
clinopiroxeno, ortopiroxeno, minerales opacos y vidrio. Su textura varía de pilotaxítica e
hialopilítica a intergranular e intersertal. La secuencia del Antuco I está intruida por diques
y filones mantos cuya composición varía entre andesita basáltica y dacita. En un filón
manto dacítico se encontró anfíbola.

5. Este estudio ha revelado una historia explosiva desconocida para el Volcán Antuco. En
efecto, aparte de los, a lo menos, tres flujos piroclásticos asociados a la actividad del
Antuco II, se han encontrado depósitos de materiales de caída, tipo ceniza y lapilli
escoriáceo y pumíceo, hacia el oriente de la zona de estudio. Estos depósitos evidencian la
ocurrencia de erupciones de tipo estrombolianas vigorosas a subplinianas. Intercalados en
ellos, se encontraron depósitos de flujos piroclásticos que remontaron cordones
montañosos de más de 500 m de altura y se internaron dentro de territorio argentino. Estos
antecedentes, colocan al Volcán Antuco entre los volcanes más peligrosos de los Andes
del Sur entre Los Angeles (37,4ºS) y Puerto Montt (41,5ºS). En tiempos históricos y sólo
desde 1624, el volcán ha presentado, al menos, 19 erupciones siendo la mayor en 1853 y la
última en 1911. En consecuencia, el volcán ha permanecido cerca de 90 años sin presentar
erupciones, aunque se ha observado una pequeña fumarola permanente en un conito
ubicado dentro del cráter de la cima denominado “El Sombrerito”. Sobre la base de los
estudios recientes, la ocurrencia de lahares, moderadamente peligrosos, sólo podría tener
lugar a fines del invierno, con la presencia de un manto de nieve considerable, y afectaría
al valle del Laja. Futuras erupciones de este volcán provocarían, probablemente, caídas de
cenizas y lapilli hasta una distancia de unos 50 km hacia el sector oriental y norte del
volcán, y eventuales flujos de piroclastos. Estos últimos podrían afectar tanto al valle

157
superior del Laja como a la cuenca del lago homónimo, e incluso invadir territorio
argentino.

6. Desde el punto de vista de la geoquímica de elementos mayores, las muestras del Volcán
Antuco pertenecen a la serie subalcalina y corresponden a rocas con alto contenido de Al y
abundancias medias de K. Además, son de carácter calcoalcalino.

7. La composición química de las unidades rocosas del Volcán Antuco coincide,


generalmente, con la de los piroclastos de caída. Se puede deducir, por lo tanto, que
corresponden al mismo magma.

8. Los elementos mayores y trazas del Volcán Antuco indican un considerable


fraccionamiento de olivino, clinopiroxeno, plagioclasa y magnetita durante la
diferenciación de sus magmas. Dado que no se observa una anomalía negativa de Eu, se
puede suponer que el fraccionamiento de plagioclasa se produce a menor profundidad,
donde el Eu ya no tiene afinidad por ella, ya que los comportamientos del Al2O3 y del Sr
indican que sí ocurre.

9. El empobrecimiento marcado de los elementos HFSE en las muestras de este centro


volcánico podría sugerir la existencia de rutilo residual en la corteza oceánica que
subducta, el cual retiene dichos elementos. Así, los fluidos derivados de la deshidratación
del ‘slab’ (corteza oceánica subductada) podrían estar lo suficientemente deprimidos en
HFSE, para evitar el enriquecimiento subsecuente de estos elementos en la cuña de manto.
Lo anterior es congruente con las bajas razones de Rb/Cs (< 20) y razones relativamente
altas de Ba/La (21-27) de las muestras del Volcán Antuco, que indican mayor influencia
de fluidos provenientes de la placa oceánica subductada en la cuña de manto. Esto implica,
a su vez, mayor grado de fusión, dando razones relativamente bajas de La/Yb (< 6).

10. Aunque las razones isotópicas de Sr y Nd del Volcán Antuco se traslapan con aquellas de
basaltos de islas oceánicas, las razones isotópicas de Pb indican un aporte de sedimento de
la Placa de Nazca subductada.

158
11. Los basaltos de este centro volcánico son pobres en MgO, Ni y Cr, lo cual indica que sus
magmas primarios experimentaron un fraccionamiento de olivino y piroxeno. Sus bajas
razones isotópicas de Sr y relativamente altas de Nd, que son aproximadamente constantes
en el rango basalto-andesita, sugieren que los magmas evolucionaron en sistema cerrado.
Sin embargo, debe destacarse que el reconocimiento de contaminación por corteza
continental inferior en las lavas del Volcán Antuco sería muy difícil ya que los materiales
asimilados no tendrían el contraste geoquímico necesario para ser detectados (HILDRETH
y MOORBATH, 1988). Por otra parte, las razones de elementos incompatibles indicadores
de influencia de corteza continental superior (Rb/La, Rb/Ba, K/Ba y K/La) (McMILLAN
et al., 1989) sugieren que tal contaminación no tiene mayor importancia. La mezcla de
magma, sugerida por algunas características petrográficas (punto 4), no se refleja en los
diagramas geoquímicos, por lo que debe ser de menor importancia.

12. Los magmas primarios del Volcán Antuco se habrían generado por 10% de fusión
fraccionada de un manto consistente de peridotita de granate, enriquecido en Sr, Rb y Ba
por fluidos provenientes de la corteza oceánica subductada. En su ascenso, los magmas se
estancan en la corteza inferior, donde experimentan un fraccionamiento dominado por
olivino y clinopiroxeno. En cámaras magmáticas superficiales predominaría el
fraccionamiento de plagioclasa sobre los minerales anteriores.

13. Se recomienda que trabajos a futuro en este centro volcánico incluyan estudios de
cristaloquímica y dataciones radiométricas 40Ar/ 39Ar.

159
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- Quintanilla, V. 1983. Biogeografía. Colección Geográfica de Chile. Tomo III. Instituto


Geográfico Militar (IGM, editores). 230 p.

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- Romero, H. 1985. Geografía de los Climas. Colección Geográfica de Chile. Tomo XI.
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- Varela, J.; Moreno, H.; Lahsen, A. & Vergara, M. 1988. Los depósitos de relleno
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166
- Wright, C. 1959. Observations on Some Soils of Central Chile. New Zealand Soil
Bureau. Mimeographed report.

167
ANEXO A

DESCRIPCION DE CORTES TRANSPARENTES

168
ANTUCO I

Muestra: 010283-1
Tipo: Lava
Unidad: QvaI3
Ubicación: N 5861,4; E 294,2
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de plagioclasa (pl) (10%), principalmente, y olivino (ol)
(4%) y clinopiroxeno (cpx) (1%), en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y
presentan textura sieve. Se obtuvo una composición de labradorita (An 66) para ellas. Localmente, se observa
textura glomeroporfídica compuesta por ol y pl. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,12 mm y 2,88
mm, con una moda de 0,36 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,32 mm, con un mínimo de 0,12
mm y una moda de 0,6 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre los 0,12 mm y 0,96 mm, con
una moda de 0,72 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (45%), cpx (20%), ol (10%) y minerales opacos (10%).
Presenta una textura intergranular, localmente pilotaxítica.

Muestra: 010283-6
Tipo: Lava
Unidad: QvaI2
Ubicación: N 5858,7; E 283,6
Nombre: Andesita basáltica de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (2%), principalmente, y ol (1%) y ortopiroxeno (opx, trazas), en
menor cantidad. La roca tiene muy pocas vesículas. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos
presentan textura sieve (1% de los fenocristales de pl). Se obtuvo una composición de labradorita (An 59) para
ellas. El opx presenta una aureola de cpx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,48 mm y 2,04 mm,
con una moda de 0,72 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,48 mm y el opx tiene 1,2 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (50%), cpx (22%), opx (10%), ol (10%) y minerales
opacos (5%). Presenta una textura intergranular, localmente pilotaxítica.

Muestra: 201098-4
Tipo: Lava
Unidad: QvaI3
Ubicación: N 5861,9; E 292,7
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (15%), principalmente, y ol (4%) y cpx (1%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (4%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 68) para ellas. Algunos fenocristales de ol están alterados a
iddingsita, en los bordes y a lo largo de fracturas. Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta
por ol y pl. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,15 mm y 4,9 mm, con una moda de 1,25 mm. Los
fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,25 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una moda de 0,2 mm. El tamaño
de los fenocristales de cpx oscila entre 0,25 mm y 0,45 mm, con una moda de 0,35 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (40%), cpx (15%), ol (10%) y minerales opacos (15%).
Presenta una textura intergranular.

169
Muestra: 211098-4
Tipo: Lava
Unidad: QvaI2
Ubicación: N 5861,3; E 291,1
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (4%), principalmente, y ol (1%), en menor cantidad. La roca
presenta pocas vesículas. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve
(1%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 67) para ellas. Localmente, se observa textura
glomeroporfídica compuesta por pl y ol. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,5 mm y 2,15 mm, con
una moda de 1,5 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,85 mm, con un mínimo de 0,45 mm y una
moda de igual tamaño.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (50%), ol (15%), cpx (10%), minerales opacos (10%) y
vidrio (10%). Presenta una textura intersertal.

Muestra: 230199-1
Tipo: Filón manto
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5854,5; E 292,6
Nombre: Dacita de anfíbol y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (6%), anfíbol (anf) (oxihornblenda, 3%), opx (3%) y trazas de
cpx. La roca presenta muy pocas vesículas. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y presentan muy
poco desarrollo de textura sieve (0,5%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 61-65) para ellas.
Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta por pl, anf y cpx. El tamaño de los fenocristales de
pl varía entre 0,05 mm y 2,6 mm, con una moda de 0,7 mm. Los fenocristales de anf alcanzan tamaños de 5 mm,
con un mínimo de 0,1 mm y una moda de 1 mm. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,1 mm y 1,5
mm, con una moda de 0,75 mm. Los únicos fenocristales vistos de cpx miden 0,15 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (40%), opx (8%), cpx (3%), anf (2%), minerales
opacos (15%) y vidrio (20%). Presenta una textura intersertal.

Muestra: 230199-2
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5854,4; E 292,5
Nombre: Andesita basáltica de olivino y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (17%), principalmente, y ol (4%) y opx (4%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y la mayoría presenta textura sieve (10%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 56-60) para ellas. Localmente, se observa una incipiente aureola de
cpx alrededor de un fenocristal de opx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm y 2,5 mm, con una
moda de 0,5 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,4 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una moda de
0,15 mm. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,15 mm y 2 mm, con una moda de 0,75 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (35%), ol (10%), cpx
(5%), opx (5%), minerales opacos (10%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.

170
Muestra: 230199-3
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5854,3; E 292,5
Nombre: Basalto de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (15%), principalmente, y ol (5%), opx (4%) y cpx
(1%), en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y la mayoría presenta textura sieve
(10%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 61) para ellas. El tamaño de los fenocristales de pl varía
entre 0,25 mm y 2,5 mm, con una moda de 1 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,25 mm, con un
mínimo de 0,1 mm y una moda de 0,15 mm. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,25 mm y 1,4
mm, con una moda de 0,4 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (35%), ol (10%), opx
(10%), cpx (5%), minerales opacos (5%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 230199-4
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5854,2; E 292,4
Nombre: Basalto de olivino y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (17%), principalmente, y ol (4%) y opx (4%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (5%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 62) para ellas. Localmente, se observa opx rodeado por pequeños
cristales de ol. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,75 mm y 2,5 mm, con una moda de 1,25 mm.
Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,75 mm, con un mínimo de 0,6 mm y una moda de 0,75 mm. El
tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,5 mm y 1,5 mm, con una moda de 0,75 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (30%), ol (10%), opx
(10%), cpx (5%), minerales opacos (10%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 230199-5
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5854,1; E 292,4
Nombre: Andesita basáltica de olivino y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (14%), principalmente, y ol (3%) y opx (3%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (3%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 55-61) para ellas. Se observan fenocristales de ol con una aureola de
pequeños cristales de opx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,4 mm y 2,5 mm, con una moda de
0,6 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,8 mm, con un mínimo de 0,3 mm y una moda de igual
tamaño. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,25 mm y 1 mm, con una moda de 0,5 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (35%), ol (10%), opx
(10%), cpx (5%), minerales opacos (10%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.
Muchos fenocristales y microlitos de ol están alterados a iddingsita, en los bordes y a lo largo de fracturas.

Muestra: 230199-6
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5854,0; E 292,5
Nombre: Basalto de olivino y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (15%), principalmente, y ol (3%) y opx (2%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (7%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 61) para ellas. Localmente, se observa textura glomeroporfídica
compuesta por pl y opx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,25 mm y 2,15 mm, con una moda de

171
0,5 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,7 mm, con un mínimo de 0,25 mm y una moda de igual
tamaño. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,25 mm y 1,75 mm, con una moda de 0,35 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (35%), ol (10%), opx
(10%), cpx (5%), minerales opacos (10%) y vidrio de color café oscuro (10%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 230199-7
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5853,9; E 292,5
Nombre: Basalto de olivino y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (12%), principalmente, y ol (4%) y opx (4%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y la mayoría presenta textura sieve (10%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 57-60) para ellas. Localmente, se observan texturas
glomeroporfídicas compuestas exclusivamente por pl y también por pl, opx y ol. El tamaño de los fenocristales
de pl varía entre 0,2 mm y 2,25 mm, con una moda de 0,6 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,55
mm, con un mínimo de 0,2 mm y una moda de igual tamaño. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre
0,2 mm y 1,25 mm, con una moda de 0,3 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (40%), ol (8%), opx
(7%), cpx (5%), minerales opacos (10%) y vidrio de color café oscuro (10%). Presenta una textura intergranular.
Los fenocristales y microlitos de ol están alterados a iddingsita, en los bordes y a lo largo de fracturas.

Muestra: 230199-8
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5853,9; E 292,4
Nombre: Basalto de olivino y ortopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (17%), principalmente, y ol (5%) y opx (3%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y la mayoría presenta textura sieve (10%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 57) para ellas. Localmente, se observan texturas glomeroporfídicas
compuestas por pl y opx. Localmente, se observa que el opx presenta una incipiente aureola de cpx. El tamaño de
los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm y 2,35 mm, con una moda de 0,5 mm. Los fenocristales de ol alcanzan
tamaños de 0,4 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una moda de 0,15 mm. El tamaño de los fenocristales de opx
oscila entre 0,1 mm y 2 mm, con una moda de 0,25 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (38%), ol (10%), opx (5%), cpx (5%), minerales
opacos (7%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular a intersertal.
Los fenocristales y microlitos de ol están alterados a iddingsita, en los bordes y a lo largo de fracturas.

Muestra: 230199-9
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5853,9; E 292,3
Nombre: Basalto de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (17%), principalmente, y opx (4%), ol (3%) y cpx
(1%), en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve
(7%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 51-55) para ellas. Localmente, se observan texturas
glomeroporfídicas compuestas exclusivamente por pl y por pl y opx. El tamaño de los fenocristales de pl varía
entre 0,1 mm y 3 mm, con una moda de 0,75 mm. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,1 mm y
2,75 mm, con una moda de 0,25 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 3,25 mm, con un mínimo de
0,1 mm y una moda de 0,15 mm. Los fenocristales de cpx tienen 0,4 mm y 2,25 mm de tamaño.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (35%), ol (10%), opx
(5%), cpx (5%), minerales opacos (10%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.
Existe un xenolito con cuarzo, de 7,75 mm de tamaño. El cuarzo tiene extinción ondulosa, lo cual indica que ha
sufrido deformación. Presenta un halo café.

172
Muestra: 230199-10
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5853,8; E 292,3
Nombre: Andesita basáltica de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (18%), principalmente, y ol (3%), opx (3%) y cpx
(1%), en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve
(5%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 64) para ellas. Localmente, se observa textura
glomeroporfídica compuesta exclusivamente por pl. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,15 mm y
2,5 mm, con una moda de 0,85 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,5 mm, con un mínimo de 0,15
mm y una moda de 0,2 mm. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,15 mm y 1 mm, con una moda
de 0,65 mm. Los fenocristales de cpx tienen 0,4 mm mm de tamaño.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (33%), ol (10%), opx
(10%), cpx (5%), vidrio (10%) y minerales opacos (7%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 250199-1
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,4; E 296,9
Nombre: Dacita de piroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (3%), principalmente, y ol (1%), opx y cpx (1%, en conjunto),
en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (0,5%).
Se obtuvo una composición de andesina (An 48) para ellas. Algunos fenocristales de ol presentan una aureola de
opx. La mayoría de los fenocristales máficos tienen bordes negros, compuestos, probablemente, por óxidos de Fe.
El ol se presenta en intercrecimiento, localmente de forma vermicular, con dichos óxidos y, además, se encuentra
con una aureola de pequeños cristales de opx. Algunos fenocristales de cpx poseen un núcleo con bordes difusos,
los cuales están compuestos por el mismo mineral y óxidos de Fe. Todas estas características texturales
demuestran una inestabilidad, es decir, los fenocristales están en desequilibrio con la composición de la roca que
es dacítica (64,40% SiO2). El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,25 mm y 2,5 mm, con una moda de
1,1 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1 mm, con un mínimo de 0,5 mm y una moda de 0,75 mm.
El tamaño de los fenocristales de cpx oscila entre 0,15 mm y 0,7 mm, con una moda de 0,55 mm. Los pequeños
cristales de opx que rodean el ol tienen un tamaño de 0,15 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (30%), cpx y opx (5%, en conjunto), ol (1%),
minerales opacos (10%) y vidrio (50%). Presenta una textura hialopilítica y se observa la alternancia entre bandas
claras y más oscuras (textura de flujo).

Muestra: 250199-2
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,3; E 296,9
Nombre: Andesita media de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (8%), principalmente, y ol (1%) y cpx (1%), en menor
cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (2%). Se obtuvo
una composición de labradorita (An 63) para ellas. Desde el punto de vista textural se observan dos tipos de cpx.
Un tipo es normal y limpio y el otro está zonado y sucio y parece conformado por muchos cristales menores.
Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta por pl y ol. El tamaño de los fenocristales de pl varía
entre 0,05 mm y 2 mm, con una moda de 0,25 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,85 mm, con un
mínimo de 0,05 mm y una moda de 0,15 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx oscila entre 0,05 mm y 1,75
mm, con una moda de 0,2 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (30%), ol (5%), cpx (5%), minerales opacos (5%) y
vidrio (45%). Presenta una textura intersertal, localmente hialopilítica y se observa la alternancia entre bandas
claras y más oscuras (textura de flujo).

173
Existe un probable xenolito compuesto por pl sucias, cpx y opx, de textura equigranular y de 1 mm de tamaño.

Muestra: 250199-3
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,3; E 296,9
Nombre: Dacita
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (8%), principalmente, y opx (1%), ol (0,5%) y cpx (0,5%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (2%). Se
obtuvo una composición de andesina (An 46) para ellas. Algunos fenocristales de opx presentan una corona de
reacción de cpx. El opx se encuentra, además, en textura glomeroporfídica con el ol. Localmente, se observa
textura glomeroporfídica compuesta por pl y cpx y también por cpx, ol y pl. El tamaño de los fenocristales de pl
varía entre 0,05 mm y 1,9 mm, con una moda de 0,3 mm. El tamaño de los fenocristales de opx oscila entre 0,05
mm y 2,25 mm, con una moda de 0,1 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,4 mm, con un mínimo
de 0,05 mm y una moda de 0,1 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre 0,05 mm y 1,5 mm,
con una moda de 0,1 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (75%), ol, cpx, opx (5%, en conjunto), minerales
opacos (5%) y vidrio (5%). Presenta una textura intersertal a intergranular, localmente pilotaxítica y se observa la
alternancia entre bandas claras y más oscuras (textura de flujo).
Existen dos xenolitos basálticos, de tamaños 1,5 mm y 1 mm, respectivamente. Presentan fenocristales de pl y ol
en una masa fundamental compuesta por microlitos de pl y ol, inmersos en vidrio negro.

Muestra: 250199-4
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,4; E 296,9
Nombre: Andesita media
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (20%), principalmente, y ol (3%) y cpx (2%), en menor
cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (4%). Se obtuvo
una composición de labradorita (An 60) para ellas. Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta
por pl, cpx y ol, también por cpx y pl y por pl y ol. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,05 mm y
1,875 mm, con una moda de 0,25 mm. El tamaño de los fenocristales de ol oscila entre 0,05 mm y 0,875 mm, con
una moda de 0,15 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre 0,05 mm y 1 mm, con una moda
de 0,125 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (30%), ol, cpx (5%, en conjunto), minerales opacos
(5%) y vidrio (35%). Presenta una textura intersertal, localmente hialopilítica.
Existen distintos tipos de xenolitos:
El primero tiene una forma ovalada y posee una textura subofítica, compuesta por cpx y pl. Esta textura es típica
en rocas de cuellos volcánicos, diques o filones manto que pueden haber sido arrastrados en pulsos posteriores.
Otro tipo es de textura equigranular, con cristales grandes de pl, ol y cpx. Los minerales máficos están muy
alterados, presentándo un color negruzco. El tamaño de estos xenolitos varía entre 1,4 mm y 5 mm.
Otro tipo consiste en un xenolito de naturaleza subvolcánica, compuesto por pl, ol, cpx y minerales opacos. Su
tamaño es de 1,9 mm.
Los dos últimos tipos representarían niveles profundos e intermedio del aparato volcánico, respectivamente.

174
Muestra: 250199-5
Tipo: Dique
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,5; E 297,0
Nombre: Dacita
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (8%), principalmente, y opx (1%), ol y cpx (1%, en conjunto),
en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (1%). Se
obtuvo una composición de andesina-labradorita (An 50) para ellas. Algunos fenocristales de px poseen un
núcleo con bordes difusos que están compuestos por el mismo mineral y óxidos de Fe. El tamaño de los
fenocristales de pl varía entre 0,025 mm y 2,1 mm, con una moda de 0,125 mm. El tamaño de los fenocristales de
opx oscila entre 0,025 mm y 0,9 mm, con una moda de 0,2 mm. El tamaño de los fenocristales de ol va desde los
0,025 mm hasta los 0,375 mm, con una moda de 0,25 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre
0,225 mm y 0,25 mm, con una moda de igual tamaño.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (47%), opx (3%), ol (1%), cpx (1%), minerales opacos
(3%) y vidrio (35%). Presenta una textura intergranular a intersertal, localmente pilotaxítica.
Existe un xenolito volcánico de 1,9 mm, de textura porfídica, con fenocristales de pl y probable cpx, en una masa
fundamental compuesta por vidrio y abundantes minerales opacos. Debido a esto último, es menos diferenciado
que la roca que lo contiene.

Muestra: 250199-6
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,5; E 297,0
Nombre: Basalto de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (8%), principalmente, y ol (6%) y opx (1%), en menor cantidad.
Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (4%). Se obtuvo una
composición de labradorita-bytownita (An 70-79) para ellas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,05
mm y 3,5 mm, con una moda de 0,35 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2 mm, con un mínimo de
0,05 mm y una moda de 0,35 mm. El tamaño de los fenocristales de opx es de 1,5 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (43%), ol (12%), opx
(10%), cpx (10%), minerales opacos (5%) y vidrio (5%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 250199-7
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,5; E 296,9
Nombre: Basalto de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (6%), principalmente, y ol (4%) y cpx (trazas), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y la mayoría presenta textura sieve (4%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 63) para ellas. Localmente, se observa textura glomeroporfídica
compuesta por ol y pl. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,25 mm y 4,5 mm, con una moda de 0,75
mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 3 mm, con un mínimo de 0,25 mm y una moda de 0,4 mm. El
tamaño de los fenocristales de cpx es de 0,5 mm y 0,25 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (45%), ol (15%), cpx
(10%), minerales opacos (10%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.

175
Muestra: 250199-8
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,5; E 296,9
Nombre: Basalto de olivino
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (6%), principalmente, y ol (4%) y opx (trazas), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (3%). Se
obtuvo una composición de bytownita (An 74) para ellas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,2 mm
y 3 mm, con una moda de 0,75 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 3 mm, con un mínimo de 0,2
mm y una moda de 0,5 mm. El tamaño de los fenocristales de opx es de 0,4 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (45%), ol (20%), cpx
(5%), minerales opacos (10%) y vidrio (10%). Presenta una textura intergranular.
Los fenocristales y microlitos de ol están alterados a iddingsita, en los bordes y a lo largo de fracturas y,
localmente también a bowlingsita.

Muestra: 250199-9
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,6; E 297,0
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (5%), principalmente, y ol (4%), opx y cpx (1%, en
conjunto), en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura
sieve (2%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 60) para ellas. Existe un fenocristal de ol con
embahiamiento. Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta por ol y pl. El tamaño de los
fenocristales de pl varía entre 0,15 mm y 4 mm, con una moda de 0,75 mm. Los fenocristales de ol alcanzan
tamaños de 2 mm, con un mínimo de 0,15 mm y una moda de 0,5 mm. El tamaño de los fenocristales de opx es
de 0,25 mm y 0,65 mm y el de los cpx de 0,25 mm y 0,45 mm.
La masa fundamental es relativamente gruesa y está constituida por microlitos de pl (50%), ol (15%), cpx (15%),
opx (5%) y minerales opacos (5%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 250199-10
Tipo: Lava
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5857,5; E 297,0
Nombre: Andesita basáltica de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca poco vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (8%), ol (6%) y opx (1%). Los fenocristales de
pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (4%). Se obtuvo una composición de labradorita
(An 65) para ellas. La mayoría de los fenocristales de ol está alterada a iddingsita, en los bordes y a lo largo de
fracturas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,15 mm y 3 mm, con una moda de 1 mm. Los
fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,25 mm, con un mínimo de 0,15 mm y una moda de 0,4 mm. El tamaño
de los fenocristales de opx se extiende entre los 0,25 mm y 0,5 mm.
La masa fundamental es relativamente gruesa y está constituida por microlitos de pl (50%), ol (5%), cpx (15%),
opx (10%) y minerales opacos (5%). Presenta una textura intergranular.

Muestra: 250199-12
Tipo: Dique
Unidad: QvaI1
Ubicación: N 5858,0; E 296,6
Nombre: Pórfido andesítico- basáltico de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (28%), principalmente, y ol (7%), en menor cantidad. Los
fenocristales de pl están fuertemente zonados y no presentan textura sieve. Se obtuvo una composición de
labradorita (An 58) para ellas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm y 2 mm, con una moda de

176
0,5 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,6 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una moda de 0,25
mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (33%), ol (14%), cpx (13%) y minerales opacos (5%).
Presenta una textura intergranular.
La mayoría de los fenocristales y microlitos de ol está alterada a iddingsita, en los bordes y a lo largo de
fracturas.

Muestra: 260199-3
Tipo: Bloque de lava en avalancha volcánica
Ubicación: N 5864,2; E 275,4
Nombre: Basalto de olivino vitrocristalino
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (15%), principalmente, y ol (3%) y cpx (2%), en menor
cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve. Algunos presentan
inclusiones de cpx. Se obtuvo una composición de labradorita (An 61) para ellas. Localmente, se observa textura
glomeroporfídica compuesta por pl, ol y cpx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm y 2,5 mm,
con una moda de 0,3 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,4 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una
moda de 0,2 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre los 0,1 mm y 1,4 mm, con una moda de
0,25 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (20%), ol (10%), cpx (10%) y vidrio (40%). Presenta
una textura vitrofídica.

ANTUCO II

Muestra: 010283-3
Tipo: Lava
Unidad: QvaII5
Ubicación: N 5860,5; E 290,6
Nombre: Basalto de olivino y piroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (14%), principalmente, y ol (5%) y cpx (1%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (5%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 59) para ellas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,36
mm y 2,76 mm, con una moda de 0,72 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,8 mm, con un mínimo
de 0,36 mm y una moda del mismo tamaño. El cpx tiene 0,25 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (40%), cpx (15%), ol (10%), minerales opacos (5%) y
vidrio de color café (10%). Presenta una textura intergranular a intersertal.

Muestra: 211098-2
Tipo: Lava
Unidad: QvaII2
Ubicación: N 5852,6; E 292,4
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (20%), principalmente, y ol (4%) y cpx (1%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (2%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 60) para ellas. Algunos fenocristales de cpx presentan
embahiamiento. Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta por ol y pl y también por pl, ol y
cpx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,2 mm y 4,75 mm, con una moda de 1,25 mm. Los
fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,25 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una moda de 0,5 mm. El tamaño
de los fenocristales de cpx oscila entre 0,5 mm y 2 mm, con una moda de 2 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (37%), ol (15%), cpx (13%) y minerales opacos (10%).
Presenta una textura intergranular.

177
Muestra: 211098-3
Tipo: Lava
Unidad: QvaII3
Ubicación: N 5852,9; E 294,0
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (14%), principalmente, y ol (5%) y cpx (1%), en menor
cantidad. La roca presenta pocas vesículas. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan
textura sieve (4%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 64) para ellas. Localmente, se observa textura
glomeroporfídica compuesta por pl, ol y cpx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,05 mm y 3,6 mm,
con una moda de 0,4 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 3,25 mm, con un mínimo de 0,05 mm y
una moda de 0,2 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx oscila entre 0,05 mm y 1,25 mm, con una moda de 1
mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (40%), cpx (15%), ol (10%), minerales opacos (10%) y
vidrio (5%). Presenta una textura intergranular a intersertal.

Muestra: 211098-5
Tipo: Lava
Unidad: QvaII1
Ubicación: N 5858,7; E 282,9
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (2%), principalmente, y ol y cpx (1%, en conjunto), en menor
cantidad. La roca no presenta vesículas. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y presentan textura
sieve no muy desarrollada. No se pudo determinar la composición de la pl, debido a la falta de secciones
adecuadas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm y 1,8 mm, con una moda de 0,3 mm. Los
fenocristales de ol alcanzan tamaños de 0,65 mm, con un mínimo de 0,25 mm y una moda de igual tamaño.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (55%), cpx (15%), ol (12%) y minerales opacos (15%).
Presenta una textura intergranular.

Muestra: 211098-6
Tipo: Lava
Unidad: QvaII1
Ubicación: N 5859; E 282,3
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca de textura porfídica, con fenocristales de pl (4%), principalmente, y ol y cpx (1%, en conjunto), en menor
cantidad. La roca presenta muy pocas vesículas. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos
presentan textura sieve (1%). Se obtuvo una composición de bytownita (An 70-73) para ellas. El tamaño de los
fenocristales de pl varía entre 0,2 mm y 3,25 mm, con una moda de 0,75 mm. Los fenocristales de ol alcanzan
tamaños de 0,65 mm, con un mínimo de 0,1 mm y una moda de 0,35 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx
oscila entre 0,25 mm y 1,1 mm, con una moda de 0,25 mm. Localmente, se observa textura glomeroporfídica
compuesta por pl, ol y cpx.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (50%), cpx (15%), ol (10%), vidrio de color café
(15%) y minerales opacos (5%). Presenta una textura intersertal.

178
Muestra: 220199-4
Tipo: Lava
Unidad: QvaII4
Ubicación: N 5860,2; E 288,9
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (20%), principalmente, y ol (5%), en menor cantidad.
Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (10%). Se obtuvo una
composición de labradorita-bytownita (An 69-72) para ellas. Algunos fenocristales de ol están alterados a
iddingsita en los bordes. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,05 mm y 5 mm, con una moda de 0,5
mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,5 mm, con un mínimo de 0,05 mm y una moda de 0,15 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (35%), cpx (20%), ol (10%) y minerales opacos (10%).
Presenta una textura intergranular.

Muestra: 250199-11
Tipo: Lava
Unidad: QvaII3?
Ubicación: N 5858,6; E 296,6
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (18%), ol (6%) y cpx (1%). Los fenocristales de pl
están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (4%). Se obtuvo una composición de labradorita-
bytownita (An 58-74) para ellas. Algunos de los fenocristales de ol están alterados a iddingsita, en los bordes y a
lo largo de fracturas. Localmente, se observa textura glomeroporfídica compuesta por pl y ol y también de ol, pl
y cpx. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,05 mm y 3,5 mm, con una moda de 0,6 mm. Los
fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,25 mm, con un mínimo de 0,05 mm y una moda de 0,25 mm. El
tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre los 0,05 mm y 0,75 mm, con una moda de 0,5 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (40%), cpx (15%), ol (10%), minerales opacos (5%) y
vidrio de color café (5%). Presenta una textura intergranular a intersertal.

179
CENTROS VOLCANICOS ADVENTICIOS

Muestra: 201098-1
Tipo: Lava
Unidad: Qcvlp
Ubicación: N 5858,6; E 285,4
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (20%), principalmente, y ol (5%) y cpx (trazas), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y presentan textura sieve (15%). Se obtuvo
una composición de bytownita (An 72) para ellas. Algunos fenocristales de ol presentan embahiamiento, lo cual
evidencia el desequilibrio con el magma que lo llevó. Localmente, se observa textura glomeroporfídica
compuesta por ol y pl. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,25 mm y 4 mm, con una moda de 1 mm.
Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,75 mm, con un mínimo de 0,15 mm y una moda de 0,75 mm. Los
unicos fenocristales de cpx son de 0,25 mm y 0,35 mm de tamaño.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (30%), cpx (15%), ol (12%), minerales opacos (13%) y
vidrio (5%). Presenta una textura intergranular a intersertal.
Se observa un probable xenolito subvolcánico, de forma ovalada, compuesto por pl, ol, cpx y opx. Los
fenocristales de pl son de composición An 58 (labradorita). Posee un tamaño de 6 mm.

Muestra: 230199-12
Tipo: Lava
Unidad: Qcvnn
Ubicación: N 5854,5; E 296,9
Nombre: Andesita basáltica de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (15%), principalmente, y ol (4%) y cpx (1%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (3%). Se
obtuvo una composición de bytownita (An 77) para ellas. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm
y 3,15 mm, con una moda de 0,75 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,7 mm, con un mínimo de
0,1 mm y una moda de 0,2 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx oscila entre 0,1 mm y 0,5 mm, con una
moda de 0,5 mm.
La masa fundamental está constituida por microlitos de pl (40%), ol (10%), cpx (20%) y minerales opacos (10%).
Presenta una textura intergranular.

Muestra: 250199-13
Tipo: Lava
Unidad: Qcvlh
Ubicación: N 5859,4; E 295,9
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca vesicular de textura porfídica, con fenocristales de pl (18%), principalmente, y ol (4%) y cpx (3%), en
menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y algunos presentan textura sieve (5%). Se
obtuvo una composición de labradorita (An 58) para ellas. Localmente, se observa textura glomeroporfídica
compuesta por cpx y pl que rodean al ol y también de los mismos minerales mencionados, sin algún
ordenamiento. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,25 mm y 5,9 mm, con una moda de 0,75 mm.
Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 1,5 mm, con un mínimo de 0,25 mm y una moda de igual tamaño. El
tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre los 0,25 mm y 2,25 mm, con una moda de 0,3 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (35%), ol (15%), cpx
(10%), vidrio (10%) y minerales opacos (5%). Presenta una textura intersertal.
Existen varios autolitos, compuestos por pequeños microlitos de pl, rodeados por vidrio negro.

180
Muestra: 250199-14
Tipo: Lacolito
Unidad: Qcvlh
Ubicación: N 5859,6; E 296,1
Nombre: Basalto de olivino y clinopiroxeno
Descripción microscópica:
Roca muy similar a la descrita anteriormente, vesicular y de textura porfídica, con fenocristales de pl (18%),
principalmente, y ol (4%) y cpx (3%), en menor cantidad. Los fenocristales de pl están fuertemente zonados y
algunos presentan textura sieve (4%). Se obtuvo una composición de labradorita (An 58) para ellas. Algunos de
los fenocristales de ol están alterados a iddingsita, en los bordes y a lo largo de fracturas. Localmente, se observa
textura glomeroporfídica compuesta por ol, cpx y pl. El tamaño de los fenocristales de pl varía entre 0,1 mm y 6,5
mm, con una moda de 0,75 mm. Los fenocristales de ol alcanzan tamaños de 2,75 mm, con un mínimo de 0,1 mm
y una moda de 0,3 mm. El tamaño de los fenocristales de cpx se extiende entre los 0,1 mm y 0,75 mm, con una
moda de 0,25 mm.
La masa fundamental es de grano bastante grueso y está constituida por microlitos de pl (40%), ol (15%), cpx
(15%) y minerales opacos (5%). Presenta una textura intergranular.

181
ANEXO B

SIMBOLOGIA EMPLEADA EN COLUMNAS


ESTRATIGRAFICAS

182
ANEXO C

SIMBOLOGIA EMPLEADA EN TABLAS 1, 2 y 3

184
Fenocxs Fenocristales
Mf Masa fundamental
Pl Plagioclasa
Ol Olivino
Cpx Clinopiroxeno
Opx Ortopiroxeno
Anf Anfibola
Mop Minerales opacos
Textura glomeropd Textura glomeroporfídica
+ 0-10%
Abundancia mineral ++ 11-20%
(% modal) +++ 21-40%
++++ > 40%
Vesículas * 1-3%
(% modal) ** > 3%

185

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