Está en la página 1de 112

Máster en Psicología

General Sanitaria
Evaluación e Intervención en
Psicología de la Salud en Tercera
Edad

“Todos deseamos llegar a viejos y todos negamos que hayamos llegado”.


Quevedo.

“El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones”.


Olliver Wendell Holmes.

“Envejecer es como escalar una gran montaña; mientras se sube las fuerzas
disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena”.
Ingmar Bergman.

“La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza”.


Proverbio Hindu.

“Cuando me dicen que soy demasiado viejo para hacer una cosa, procuro
hacerla enseguida”. Pablo Picasso.
ÍNDICE

1. Justificación………………………………………………………………………………………………… Pág. 4.
2. Relato: “Cinco Remordimientos de la Vejez”…………………………………………….. Pág. 5.
3. Introducción……………………………………………………………………………………………… Pág. 9.
 Mitos y prejuicios que afectan a las personas ancianas……………………………. Pág. 11.
 Envejecimiento………………………………………………………………………………………… Pág. 12.
 Psicología del Envejecimiento………………………………………………………………….. Pág. 12.
 Funciones del Psicólogo……………………………………………………………………………. Pág. 13.
4. 10 Mitos y Verdades sobre el Envejecimiento…………………………………………….. Pág. 15.
5. Evolución Psicológica normal de la Vejez…………………………………………………….. Pág. 19.
 Calidad de Vida………………………………………………………………………………………… Pág. 21.
 Relaciones afectivas…………………………………………………………………………………. Pág. 24.
 Temor a la enfermedad o a enfermarse…………………………………………………… Pág. 27.
 Jubilación…………………………………………………………………………………………………. Pág. 28.
 Temor a la muerte……………………………………………………………………………………. Pág. 33.
6. Trastornos y Psicopatologías de la Vejez……………………………………………………… Pág. 37.
 La Depresión en la Vejez…………………………………………………………………………… Pág. 37.
 Suicidio…………………………………………………………………………………………………….. Pág. 39.
 Demencia Senil………………………………………………………………………………………… Pág. 40.
 Alzheimer…………………………………………………………………………………………………. Pág. 42.
 Deterioro Cognitivo de la Vejez……………………………………………………………….. Pág. 45.
7. Evaluación en Ancianos………………………………………………………………………………. Pág. 50.
 Trastornos del Ánimo……………………………………………………………………………….. Pág. 50.
o Entrevista Clínica……………………………………………….………………………… Pág. 50.
o Cuestionarios de Depresión…………………………………………………………. Pág. 51.
o Dificultades más comunes y estrategias de solución……………………. Pág. 54.
 Trastornos de Ansiedad……………………………………………………………………………. Pág. 55.
o Cuestionarios de Ansiedad..…………………………………………………………. Pág. 55.
 Deterioro Cognitivo en la Demencia…………………………………………………………. Pág. 57.
o Introducción al proceso de evaluación…………………………………………. Pág. 57.
o El proceso de evaluación del deterioro cognitivo…………………………. Pág. 57.
o Instrumentos de evaluación del deterioro cognitivo y la demencia Pág. 58.
8. Psicoterapia Cognitiva de Urgencia……………………………………………………………. Pág. 65.

ii
 Urgencias en ancianos. Consideraciones teóricas…………………………………….. Pág. 65.
 Diez factores específicos de la P.C.U con ancianos…………………………………… Pág. 66.
9. Tratamientos y Técnicas en la Vejez………………………………………………………….. Pág. 71.
 Trastornos de Ansiedad……………………………………………………………………………. Pág. 71.
o Intervención Farmacológica…………………………………………………………. Pág. 71.
o Intervención Psicológica………………………………………………………………. Pág. 72.
 Trastornos del Estado de Ánimo………………………………………………………………. Pág. 76.
o Intervención Farmacológica…………………………………………………………. Pág. 76.
o Intervención Psicológica………………………………………………………………. Pág. 76.
 Programa de prevención del deterioro cognitivo y detección precoz e
intervención en la demencia………………………………………………………………….. Pág. 83.
10. Bibliografía…………………………………………………………………………………………………. Pág. 101

iii
JUSTIFICACIÓN1

La vejez es un estado en la vida y el envejecimiento un proceso que sucede a lo largo


del ciclo vital. Tanto la vejez como el envejecimiento humano son objetos de conocimiento
multidisciplinares en el sentido en el que el individuo humano
es un entre bio-psico-social. Por esta razón, el individuo
envejeciente o viejo es un sujeto de conocimiento psicológico.
La Psicología es una ciencia básica dedicada al estudio
del comportamiento humano a los niveles de complejidad
necesarios y, por tanto, incluye tanto la conducta motora (lo
que una persona hace), emocional (lo que siente) y cognitiva
(lo que piensa) así como complejos atributos humanos como
la conciencia, la experiencia, la personalidad, la inteligencia o la mente.
Como ciencia básica, la Psicología tiene por objetivo el establecimiento de principios
básicos que rigen en los fenómenos psicológicos pero también se ocupa de en qué condiciones
los comportamientos o atributos psicológicos difieren entre los individuos; o, en otros
términos, bajo que supuestos se producen diferencias individuales en el comportamiento de
las personas con base en su edad, su sexo, u otras condiciones biológicas o sociales. O sea,
hasta qué punto las mujeres difieren de los hombres en ciertas características de la
personalidad o, en qué medida, las personas de más educación difieren de las de menos
estudios.
También la Psicología se ocupa del comportamiento humano a lo largo de la vida, de
cómo evoluciona y se desarrolla. Es del común saber que un recién nacido es un organismo
biológico que emite unos comportamientos muy primarios (algunos reflejos), que no se
diferencian, básicamente, de los que emiten otras especies. Es con el paso del tiempo, con la
maduración de ese organismo en interacción recíproca con el contexto socio-cultural en el que
vive, cuando emergen toda una serie de complejas constelaciones comportamentales que van
desde habilidades motoras (desde subir escaleras a conducir el más sofisticado artificio) a los
más complicados sistemas de pensamiento (ser capaz de inventar un teorema matemático) o
las más excelsas emociones (en el gozo de escuchar una sinfonía de Beethoven). Es en esa
evolución cuando el ser humano adquiere (siempre en contacto con otras personas) las dos
condiciones más propiamente humanas: la propia conciencia de sí mismo y el lenguaje como
forma de comunicación.
Así pues, la Psicología también se ocupa del comportamiento a lo largo de la vida
tratando de establecer tanto cuales son las pautas o los patrones típicos o cuáles son los
1
La Psicología de la Vejez. Rocío Fernández-Ballesteros. Catedrática de Personalidad, Evaluación y
Tratamiento Psicológico. Universidad Autónoma de Madrid.

[4]
cambios que se producen con el paso de la edad o a través del ciclo vital y, cómo derivación,
cuales son las más notables diferencias a lo largo de la vida desde el nacimiento hasta la
muerte.

CINCO REMORDIMIENTOS DE LA VEJEZ…


Experiencia de vida de una enfermera que estuvo cuidando muchos años a pacientes enfermos
terminales...
Ella nos dice lo siguiente: “Aún hay tiempo para nosotros; para que no tengamos
ninguno de los remordimientos que describo abajo. Durante muchos años trabajé en el área de
cuidados paliativos. Mis pacientes eran aquellos enviados a casa para morir allí. Compartimos
algunos momentos increíblemente especiales. Yo estuve con ellos los últimos tres a doce
semanas de sus vidas. La gente crece un montón cuando se enfrentan con su propia
mortalidad. Yo aprendí a no subestimar jamás la capacidad de crecimiento de los demás.
Algunos cambios eran fenomenales. Sin embargo, todos los pacientes encontraban su paz
antes de partir ¡todos! Cuando se les preguntaba si tenían algún remordimiento o si hubieran
hecho algo de manera diferente, surgían los mismos temas una y otra vez. Aquí están los cinco
remordimientos más comunes:

1. DESEARÍA HABER TENIDO EL CORAJE DE VIVIR UNA VIDA VERDADERA CONMIGO


MISMO, NO LA VIDA QUE OTROS ESPERABAN QUE YO VIVIERA. Este era el más común de
los remordimientos. Cuando la gente
comprende que su vida está terminando y
miran atrás con claridad, es fácil ver cuántos
sueños no han sido cumplidos. La mayor parte
de la gente no había honrado ni siquiera la
mitad de sus sueños y tenía que morir sabiendo
que ello se debía, a las elecciones que hicieron y
a las que no tomaron en su vida. Es muy importante intentar honrar al menos algunos de
los sueños que surgen en el camino. Desde el momento en que pierdes tu salud, ya es

[5]
demasiado tarde. La salud trae una libertad que pocos comprenden hasta que ya no la
tienen.

2. DESEARÍA NO HABER TRABAJADO TANTO. Esto lo dicen todos los


pacientes masculinos que cuidé. Se perdieron la juventud de sus
hijos y la compañía de sus parejas. Las mujeres también tienen
este remordimiento. Pero como la mayoría pertenecía a la
generación más vieja, muchas de las pacientes no habían sido
proveedoras del pan en sus hogares. Todos los hombres que
cuidé lamentaban haber pasado tanto de sus vidas ganándose la vida. Si hubieran
simplificado su estilo de vida y hubieran hecho otras elecciones, la vida podría haber sido
posible sin necesitar tanto ingreso como creían necesario. Y al crear más espacio en sus
vidas, hubieran sido más felices y hubieran estado más abiertos a nuevas oportunidades,
que hubieran sido mejores para su nuevo estilo de vida.

3. DESEARÍA HABER TENIDO EL CORAJE DE EXPRESAR MIS SENTIMIENTOS. Muchas personas


reprimieron sus sentimientos para mantener la
paz con otros. Muchas enfermedades surgieron
como resultado de su amargura y resentimiento.
Como resultado, llevaron una existencia mediocre
y nunca se convirtieron en aquello que eran
verdaderamente capaces de ser. No podemos
controlar las reacciones de los otros. Sin embargo, aunque la gente puede inicialmente
reaccionar cuando tu cambias la forma como te comportas, si hablas honestamente, al
final eso eleva la relación aun nivel totalmente nuevo y más saludable. Ya sea que ocurra
eso o que abandones una relación insalubre de tu vida, en cualquiera de los dos casos, tú
ganas.

[6]
4. DESEARÍA HABER ESTADO MÁS EN CONTACTO CON MIS AMIGOS. A menudo ellos no
habían comprendido verdaderamente todos los
beneficios que proporcionan los viejos amigos hasta que
están en sus últimas semanas de vida y ya no es posible
dar marcha atrás. Muchos se habían recortado tanto en
sus propias vidas que habían dejado de lado el "oro" de
los viejos amigos. Habían muchos remordimientos muy
profundos sobre no haber dado a los viejos amigos el
tiempo y esfuerzo que ellos merecían. Cuando estaban muriendo todos extrañaban a sus
amigos. Es muy común, en todos los que llevan un estilo de vida muy ocupado, ir dejando
de lado a los amigos. Pero cuando te enfrentas a una muerte que se te acerca, los detalles
de la vida física se van desvaneciendo. La gente desea tener sus asuntos financieros en
orden si es posible. Pero no es el dinero o el status lo que tiene verdadera importancia
para ellos. Ellos desean tener las cosas en orden más por beneficio de los que aman. Pero
generalmente ellos están demasiado enfermos y preocupados como para poder ocuparse
de estas tareas. Al final todo se resumen en el amor y las relaciones. Es todo lo que queda
en las últimas semanas, el amor y las relaciones.

5. DESEARÍA HABERME PERMITIDO A MÍ MISMO SER MÁS FELIZ. Este es un remordimiento


sorprendentemente común. Muchos no
comprenden hasta el final que la felicidad es una
elección. Ellos habían permanecido atrapados en los
viejos patrones y hábitos. El así llamado “confort”
había inundado sus emociones así como la psicología
de sus vidas. El miedo al cambio los hacía presumir
ante los demás y ante sí mismos, de que estaban
contentos. Cuando en lo profundo dentro de ellos estaba el deseo de reír con ganas y
poner un poco de "relax" en sus vidas nuevamente. Cuando estás en tu lecho de muerte,
lo que otros piensen de ti esta a una larga distancia de tu mente. Cuan maravilloso sería
dejarse ir y sonreír nuevamente, sin pretensiones ni exigencias, antes de morir! Elige

[7]
conscientemente; elige sabiamente; elige honestamente; elige desde tu corazón; elige la
felicidad. Aun tienes tiempo.

“SÁCALE FELICIDAD A LA VIDA, PERO SOBRE TODO A LA MUERTE”…

Ser mayor es quien tiene mucha edad; viejo


es quien perdió la jovialidad.
La edad causa la degeneración de las
células; la vejez produce el deterioro del
espíritu.
Usted es mayor cuando se pregunta: ¿vale
la pena? Usted es viejo cuando sin pensar,
responde que no.
Usted es mayor cuando sueña; usted es
viejo cuando apenas consigue dormir.
Usted es mayor cuando todavía aprende, usted es viejo cuando ya no enseña.
Usted es mayor cuando consigue hacer ejercicios; usted es viejo cuando la mayor parte
de su tiempo lo pasa sentado o acostado.
Usted es mayor cuando el día que comienza es único; es viejo cuando todos los días son
iguales.
Usted es mayor cuando en su agenda tiene proyectos y obligaciones para cumplir
mañana, pasado o la semana que viene; es viejo cuando su agenda está en blanco y
solo vive pensando en el ayer.
El mayor trata de renovarse cada día que comienza, el viejo se detiene a pensar que
ese puede ser el último de sus días y se deprime, porque mientras…

[8]
El mayor pone la vista en el horizonte, donde el sol sale e ilumina sus esperanzas, el
viejo tiene cataratas que miran las sombras del ayer.
En suma, el mayor puede tener la misma edad cronológica que el viejo, pues sus
diferencias están en su espíritu o en su corazón.
¡¡¡Qué todos vivan una larga vida y nunca lleguen a ser “VIEJOS” y el que está viejo…
que aprenda a disfrutar como “MAYOR”, cada minuto de su día!!!
Fuente: Blog demayores.com

INTRODUCCIÓN

Los Trastornos Psicológicos de la Tercera


Edad son cada vez más frecuentes debido en parte a
que la esperanza de vida en nuestro país es de las
más altas de toda Europa, 87 años en las mujeres y
83 en los hombres. Estas cifras convierten a España
en uno de los países más longevos del mundo.
El destino del anciano con problemas psicológicos es en la mayoría de los casos la
atención primaria donde la falta de tiempo y personal especializado en psicología geriátrica le
aboca a un tratamiento únicamente farmacológico que con frecuencia le lleva a una
dependencia de los psicofármacos.
Trastornos psicológicos como las demencias, la Depresión y la ansiedad afectan a las
personas de la tercera edad cada vez con mayor frecuencia.
La situación social, económica y familiar de los ancianos es particular respecto a la del
resto de la población. Las causas de sus trastornos psicológicos son distintas y por ello su
diagnóstico y tratamiento ha de tener muy en cuenta esta multicausalidad para tener éxito.
Aspectos como la actividad del anciano, su personalidad, sus competencias sociales, su estado
somático, su percepción o su capacidad de disfrute son variables que al anciano le afectan de
una manera distinta que a la persona joven.

[9]
Por ello, los tratamientos psicológicos en la tercera edad son especiales y son tratados
desde la Psicogerontología, disciplina nueva que se encarga del diagnóstico y tratamiento de
los trastornos psicológicos de los mayores.
El Tratamiento Cognitivo-Conductual dentro de la Psicoterapia Integrativa es el más
eficaz para los trastornos psicológicos del anciano y utiliza técnicas como la reestructuración
cognitiva, el entrenamiento neuropsicológico, el entrenamiento en competencias sociales o la
psicoestimulación centrándose específicamente en el paciente y sus necesidades concretas.

La palabra vejez se asocia para muchos con


fragilidad y angustia debido a que el envejecimiento
está cargado de muchas concepciones falsas, temores,
creencias y mitos.
Las ideas que persisten actualmente sobre la
vejez datan de tiempos remotos, las actitudes a lo
largo de la historia se mueven en dos extremos que
van desde abandonar, aislar, descuidar y no prestar
atención a la persona anciana hasta sobreprotegerla,
cuidarla, venerarla y hacerla sujeto de consideraciones
especiales.
Estas nociones representan mitos y prejuicios que dificultan el envejecer bien y limitan
una adecuada inserción del adulto mayor en la sociedad.
Los mitos y los estereotipos son procesos que forman generalizaciones, creencias o
actitudes hacia grupos de población que no responden a la realidad y obligan a la persona a
ajustarse a ella.
Como parte de esos mitos y estereotipos se dice que algunos adultos mayores son
tercos y cascarrabias, inactivos e inútiles, que siempre están enfermos porque vejez y
enfermedad van de la mano, que les gusta aislarse y vivir en soledad, que no son creativos, ni

[10]
flexibles y que no son productivos. Además, se dice que el sexo en los mayores no es
placentero, la sociedad lo ve como algo anormal y repugnante por lo que el adulto mayor debe
ser asexual.
Esta actitud negativa hacia los adultos mayores se cree que surge del miedo de las
generaciones jóvenes a envejecer y de su rechazo a lidiar con los retos económicos y sociales
relacionados con el incremento de la población mayor.
Los estereotipos y mitos sobre la vejez podrían desaparecer si se conceptualiza el
envejecer como el aprendizaje de unas nuevas funciones sociales y se presta mayor atención a
otras cosas del envejecimiento, como el valor cultural del individuo y su familia.
A mayor edad, mayor satisfacción sexual. La satisfacción sexual femenina aumenta con
la edad, esto significa que a mayor edad mayor satisfacción sexual femenina, reveló una
investigación en la publicación The American Journal of Medicine, durante enero de 2012. La
encuesta se realizó a mujeres que transitaban la etapa de la vejez, y los resultados
evidenciaron que la mayoría de ellas notaban un aumento en la satisfacción sexual y en la
vivencia de orgasmos, una información que se orienta en sentido contrario a los mitos de la
vejez y la sexualidad.
Fueron 806 mujeres las que integraron el estudio, a todas se les monitoreó su salud
durante 40 años, conformando así un gran estudio realizado en la Escuela de Medicina de San
Diego, de la Universidad de California. Los investigadores incluyeron el registro y medición de
la frecuencia en la actividad sexual, del deseo sexual, información sobre lubricación vaginal
(cambio sustancial durante la excitación femenina), orgasmo, satisfacción, así como uso previo
de anticonceptivos, dolor durante los encuentros sexuales, datos demográficos e información
de su salud en general.
De las mujeres sexualmente activas, 67% disfrutaba de un orgasmo placentero la
mayor parte del tiempo o siempre, cabe aclarar que el 63% de las mujeres que participaron en
el estudio se encontraban en la postmenopausia.
El 40% de las mujeres participantes reportó no tener nunca o casi nunca deseo sexual,
pero aún así participaron en un encuentro erótico que las llevó a informar datos de
satisfacción sexual.

[11]
Mitos y prejuicios que afectan a las personas ancianas

1- El mito del envejecimiento cronológico. Los


individuos se valoran por el número de años que
han vivido. Sabemos que esto no es o no debe
ser así. Que una persona de edad puede tener
un espíritu joven, que a fin de cuentas es lo que
le mantiene vivo.
2- El mito de la improductividad. La creencia general es la de que el anciano es un ser
incapaz de producir, pero esto también es falso. De hecho, la historia está salpicada de
personajes que han dado muestras de sus capacidades creativas, de trabajo, a edades
avanzadas. La improductividad hay que buscarla en la enfermedad. La buena salud es
fundamental para vivir con ilusión y, en consecuencia, mostrar la capacidad de innovación.
3- El mito de la inflexibilidad. Se dice que los ancianos no son capaces de adaptarse a los
nuevos tiempos, a las situaciones nuevas. Que su intransigencia, su falta de flexibilidad, se
lo impide. Es el carácter del individuo el que determina la adaptación a las modernidades
(Fuente: http://hoy.com.do/falsos-mitossobrela-vejez/).
Envejecimiento

Sin lugar a dudas uno de los retos a los que se


enfrentan los países desarrollados en relación a la
investigación en el campo del envejecimiento a nivel
psicológico es el poder dar respuesta a la población
mundial cada vez con mayor edad.
Así la promoción de la salud, la prevención y
como no, la intervención en el deterioro cognitivo
asociado a las demencias, son las líneas actuales de
actuación de los Psicólogos especializados en personas
mayores.

[12]
El diseño de las políticas actuales por parte de los gobiernos de los países, en este
campo, tienen que ir orientadas fundamentalmente hacia la prevención, tratando de fomentar
lo que se conoce como envejecimiento activo. Con el objetivo de incorporar hábitos y estilos
de vida saludables que ahorren costes tanto a los sistemas sanitarios como sociales, con una
población mayor con menos dependencia de ellos.
De todo esto se tomó especial conciencia después de la II Asamblea Mundial en al año
2002, que organizadas por las Naciones Unidas vino a tratar sobre el envejecimiento,
adoptando como principal medida un Plan de Acción Internacional de Madrid sobre el
envejecimiento.
Ya en enero de 2011 el Parlamento Europeo en sesión plenaria aprobó por amplia
mayoría de la importancia de la psicología en la contribución a un envejecimiento activo y a su
contribución sobre la lucha contra el Alzheimer y otras demencias, con la intención de que los
países miembros doten de recursos la investigación e intervención en estas áreas que cubre la
psicología del envejecimiento.

Psicología del Envejecimiento

Los cambios psicológicos que se producen cuando vamos cumpliendo años han sido
objeto de estudio desde la Grecia Antigua. Con ello queremos expresar el hecho que la
investigación del envejecimiento humano patológico o sano está muy estudiado a nivel
psicológico.
La Psicología del Envejecimiento estudia los cambios psicológicos que se llevan a cabo
en el envejecimiento y sobre cómo influyen en la
enfermedad. A continuación expondremos los cambios
que fundamentalmente se van produciendo a nivel mental
cuando se produce el envejecimiento:
Cambios a nivel cognitivo: tiene una elevada
variabilidad entre los individuos, afectan también
los estilos de vida, nivel cultural, déficits

[13]
sensoriales, enfermedades médicas o profesión empleada. Si bien unas funciones
cognitivas se deterioran otras se mantienen o mejoran.
Cambios de personalidad: si bien muchas teorías afirman que la personalidad se
mantiene durante toda la vida, según ha sido la persona, hay una serie de cambios a
nivel de quejas hipocondríacas o las ideas paranoides.

Muchos otros cambios se producen en el individuo y la psicología del envejecimiento


trata de darle explicación y formar a los profesionales que asisten a este sector de población
para mejorar la calidad de vida de las personas mayores, tanto para el mayor enfermo como el
sano.

Funciones del Psicólogo

Las funciones que corresponden al Psicólogo del envejecimiento y especializados en


personas mayores son las que figuran a continuación:
La evaluación psicológica de la persona mayor.
Elaboración y presentación de informes psicológicos a petición del interesado o del
juzgado correspondiente.
Intervenciones y terapias tanto individuales como colectivas en grupos de trabajo.
Asesoramiento gerontológico tanto al usuario como a la familia del mismo.
Implantar programas que fomenten la calidad de vida, tanto de promoción de la salud
como de prevención de la enfermedad y rehabilitación cognitiva.
Apoyo, formación y asesoramiento psicológico tanto a familiares, otros profesionales o
gerontólogos.
Coordinar los distintos equipos multidisciplinares que contemplan profesionales como
educadores, trabajadores sociales, terapeutas ocupaciones, enfermeros y auxiliares.
Tratar déficit cognitivos, trastornos emocionales, disfunciones conductuales y motoras.
Prevención de deterioro cognitivo mediante la Estimulación Cognitiva y así mejorar la
calidad de vida.

[14]
Estas son sólo algunas de las funciones que desempeña la psicología del envejecimiento en
este ámbito de actuación, pero también diseña programas de intervención que a continuación
pasamos a citar:
Programas de promoción de la salud y de hábitos
de vida saludables para prevenir la enfermedad.
Aquí se pueden englobar los conocidos como
talleres de memoria, práctica de la relajación,
compensación cognitiva, fomento de la capacidad
funcional y de actividades de la vida diaria, apoyo
en caso de cuidados paliativos y entrenamiento
de desórdenes emocionales, entre otros.
También pueden diseñar programas de animación sociocultural y de envejecimiento
activo, en los cuales se fomenten proyectos educativos, voluntariado, de mejora
psicológica o de seguridad vial, están siendo planificados por los Psicólogos que
trabajan actualmente con este sector de población.
Además también suelen programar en atención a las familias, mayores considerados
como vulnerables y de entrenamiento en relaciones sociales.

10 MITOS Y VERDADES SOBRE EL ENVEJECIMIENTO2

¿Todo lo que se dice sobre la vejez es


verdad? ¿Tiene usted estereotipos sobre el
envejecimiento? Si queremos empezar a
respetar y a conocer mejor el envejecimiento, el
primer paso es pensar sin estereotipos. La
experta Ana María González nos explica qué es el

2
http://blog.infoelder.com/10-mitos-y-verdades-sobre-el-envejecimiento

[15]
edadismo y otros esterotipos, y en la segunda parte nos invita a realizar un test con 10
preguntas que nos ayudan a evaluar qué idea tenemos sobre el envejecimiento.
Cada uno de nosotros, con un poco de suerte en un momento de nuestra vida seremos
personas mayores y seremos vistas como tales por el resto de la sociedad. La cual actualmente
valora la juventud y la belleza por encima de la vejez y la sabiduría. Entonces toca preguntarse
cómo nos gustaría que nos vieran y nos trataran: como seres únicos, con nuestras propias
fortalezas y debilidades, o bajo la lupa de las creencias estereotipadas que la sociedad tiene
sobre nosotros, sin la posibilidad de demostrar lo que seguimos siendo y podemos ser. La
respuesta está clara.
Podemos definir los estereotipos como las creencias que mantiene una persona o un
grupo de personas sobre un grupo social. Se traduce en una imagen subjetiva sobre ese
colectivo. Los efectos que ejercen los estereotipos sobre las personas mayores son
enormemente tóxicos e influyen en ellos a través de dos vías: la de la sociedad en la que vive
(familiares, cuidadores profesionales, etc.) y la de los autoestereotipos. La primera de ellas
influye implantando lo que se denomina edadismo, o en otras palabras, la discriminación de
las personas debido a su edad, comenzando por algo tan simple como el lenguaje empleado
con palabras como “viejo”. De la concepción negativa sobre el envejecimiento deriva que sean
tratadas con infantilismos (“son como niños pequeños”), sin darles la posibilidad de demostrar
que aún tienen valía (por ejemplo, poniéndoles pañales en lugar de entrenarles en control de
esfínteres) y sin favorecer el cambio (“es normal que esté triste porque es mayor”). Esto se
produce hasta el punto de excluirles de los ámbitos en los que antes eran agentes y ahora son
sólo observadores.
Como consecuencia, pero actuando juntas
como en un círculo vicioso, se encuentran las
creencias erróneas negativas que tienen hacia ellas
mismas, los autoestereotipos, los cuales precipitan
que se comporten de manera ajustada a lo que se
espera de ellas (“yo ya soy mayor”); se aumenta el
estrés y la resignación (“yo ya no sé hacer estas
cosas porque soy mayor”), en diferentes tipos de tareas, lo que disminuye irremediablemente

[16]
el rendimiento. Tanto unas como otras, exageran las características negativas, o inventan otras
sin base real, sin atender a importantes características positivas, ignorando la variabilidad y
dificultando el cambio. Las consecuencias pueden ser una pérdida de la independencia de
forma prematura, mayor discapacidad, mayores índices de Depresión y una mortalidad
anticipada en personas que llevarían una vida satisfactoria en otras circunstancias. De hecho,
existen estudios que demuestran que las personas mayores con una imagen positiva del
envejecimiento, viven una de media de casi 8 años más que las personas que no la tienen.

TEST
Os proponemos que comprobéis si mantenéis estereotipos hacia las personas mayores y
cuáles son estos estereotipos, respondiendo brevemente a las siguientes preguntas que os
formulamos y posteriormente, probando cuáles son mito y cuáles, verdad:
1- ¿La mayoría de las personas mayores tienen demencia?
2- ¿Las personas mayores tienen mayores dificultades visuales y auditivas?
3- ¿Las personas mayores tienen más accidentes de tráfico como conductores que otros
grupos de edad?
4- ¿Las personas mayores ya no tienen capacidad de aprendizaje?
5- ¿Ser joven es lo más importante para estar en buena forma física?
6- ¿Las personas mayores son más infelices que otros grupos de edad?
7- ¿Las personas mayores tienen menos apetito sexual?
8- ¿Es para las personas mayores más difícil cambiar?
9- ¿Las personas mayores son muy parecidas entre sí?
10- ¿La Depresión es más común en la vejez?
Respuesta 1: Mito. Tan sólo entre el 6 y el 10% de las personas mayores de 65 años
padecen demencia. Y de entre las personas de más de 85 años, un 20% la padecen.
Además, algunos tipos de demencias pueden ser reversibles.
Respuesta 2: Verdad. A partir de los 40 años aproximadamente se comienza a producir un
deterioro en la capacidad visual y auditiva. Sin embargo, solamente el 30% de los sujetos
mayores de 70 años tienen verdaderos problemas de audición. En edades más avanzadas

[17]
hay una pérdida del sentido del gusto. Sin embargo, la mayoría envejecen de forma
satisfactoria.
Respuesta 3: Mito. Las personas
mayores suelen tener menos accidentes
que los conductores más jóvenes, de
hecho, los conductores con más
accidentes son los que obtuvieron el
carnet de conducir cuatro años atrás. La
explicación de esto es que las personas
mayores, a pesar de ser más vulnerables debido al deterioro de sus capacidades
cognitivas, sensoriales y motoras, también son conscientes de ello y por tanto, evitan
situaciones que pueden ser de riego como conducir por la noche, realizar recorridos
desconocidos, velocidades elevadas, etc.
Respuesta 4: Mito. Pueden aprender prácticamente igual que una persona joven si se
encuentran motivados en la tarea. Únicamente necesitan más tiempo y mayor número de
ensayos.
Respuesta 5: Mito. La práctica es más importante para estar en buena forma física que la
edad. De hecho, podemos compensar la pérdida de fuerza física, por ejemplo, dedicándole
más tiempo.
Respuesta 6: Mito. La infelicidad no está relacionada con la edad. De hecho, hay estudios
que indican que los más felices son las personas de 20 y 90 años.
Respuesta 7: Verdad. Con el envejecimiento desciende el apetito sexual, debido en gran
parte a los cambios hormonales que se producen. El 30% de los hombres mayores de 65
años manifiestan seguir teniendo apetencia, frente a un 7% de las mujeres.
Respuesta 8: Verdad. Debido a la adquisición de hábitos fuertemente asentados a lo largo
de la vida, las personas mayores son menos susceptibles a los cambios, y por tanto, es más
difícil que cambien. Sin embargo, si están motivadas en hacerlo y disponen de la ayuda
necesaria, podrán hacerlo. Las personas mayores también pueden aprender cosas como
utilizar las nuevas tecnologías.

[18]
Respuesta 9: Mito. El haber vivido más
tiempo supone haber experimentado
muchas más cosas, tanto positivas
como negativas, diferentes a las que
experimentan otras personas. Estas
vivencias configuran el carácter por lo
que es de entender que las personas
mayores sean más diferentes entre sí,
maximizándose la variabilidad.
Respuesta 10: Mito. En determinadas poblaciones la prevalencia de Depresión no
muestra diferencias entre personas jóvenes y mayores. Este estereotipo puede ser
explicado porque la prevalencia de Depresión en instituciones es muy alta, debido a los
cambios que experimenta la persona en su vida. Sí es cierto que las personas mayores
confiesan tener más sentimientos de soledad, pero en realidad, la aparición de estos
sentimientos es dependiente de la red de apoyo con la que cuenta la persona.

Después de comprobar cuáles de nuestras creencias sobre las personas mayores son tan
sólo estereotipos que no se ajustan a la verdad, pero que se comparten en la sociedad, nos
queda una cosa por hacer. Darles el lugar que les corresponde y que merecen, como seres
únicos y diferenciados, y tratarles de ahora en adelante de una manera más ajustada a la
realidad.

Escrito por: Ana María González. Psicóloga especializada en Psicogerontología.

EVOLUCIÓN PSICOLÓGICA NORMAL DE LA VEJEZ

Las causas del envejecimiento mental normal se deben a la intervención de cuatro


factores:

[19]
 El deterioro progresivo de las propias funciones físicas.
 El declinar progresivo de las facultades y de las funciones mentales.
 La transformación del medio familiar y de la vida profesional.
 Las reacciones del sujeto ante estos diversos factores.
Los tres primeros factores ejercen sobre el
psiquismo humano efectos directos procedentes del
deterioro o de las transformaciones sufridas, y efectos
indirectos sobre el comportamiento (así la presbicia
comporta la disminución de la agudeza visual de
cerca, pero también crea la costumbre de mirar las
cosas de lejos). El último factor provoca diversas
reacciones tanto en el plano de las actitudes expresadas como en el de la vida interior.
Finalmente, estos diferentes factores y sus efectos evolucionan progresivamente, pero en
formas de etapas sucesivas. Se comprende en estas condiciones la complejidad del problema y
la dificultad de exponer claramente la evolución psicológica de las personas de edad.
Para muchas personas la vejez es un proceso continuo de crecimiento intelectual,
emocional y psicológico. Se hace un resumen de lo que se ha vivido hasta el momento, y se
logra felicitarse por la vida que ha conseguido, aún reconociendo ciertos fracasos y errores. Es
un período en el que se goza de los logros personales, y se contemplan los frutos del trabajo
personal útiles para las generaciones venideras.
La vejez constituye la aceptación del ciclo vital único y exclusivo de uno mismo y de las
personas que han llegado a ser importantes en este proceso. Supone una nueva aceptación del
hecho que uno es responsable de la propia vida.
Comienza a los 65 años aproximadamente y se caracteriza por un declive gradual del
funcionamiento de todos los sistemas corporales. Por lo general se debe al envejecimiento
natural y gradual de las células del cuerpo. A diferencia de lo que muchos creen, la mayoría de
las personas de la tercera edad conservan un grado importante de sus capacidades cognitivas y
psíquicas.

[20]
A cualquier edad es posible morir. La diferencia estriba en que la mayoría de las
pérdidas se acumulan en las últimas décadas de la vida.
Es importante lograr hacer un balance y elaborar la proximidad a la muerte. En la
tercera edad se torna relevante el pensamiento reflexivo con el que se contempla y revisa el
pasado vivido. Aquel posee integridad se hallará dispuesto a defender la dignidad de su propio
estilo de vida contra todo género de amenazas físicas y económicas.
Quien no pueda aceptar su finitud ante la muerte o
se sienta frustrado o arrepentido del curso que ha tomado
su vida, será invadido por la desesperación que expresa el
sentimiento de que el tiempo es breve, demasiado breve
para intentar comenzar otra vida y buscar otras vías hacia la
integridad.
El duelo es una de las tareas principales de esta
etapa, dado que la mayoría debe enfrentarse con un
sinnúmero de pérdidas (amigos, familiares, colegas).
Además deben superar el cambio de status laboral y la
merma de la salud física y de las habilidades.
Para algunas personas mayores la jubilación es el momento de disfrutar el tiempo libre
y liberarse de los compromisos laborales. Para otros es un momento de estrés, especialmente
de prestigio, el retiro supone una pérdida de poder adquisitivo o un descenso en la
autoestima.
Si ha sido incapaz de delegar poder y tareas, así como de cuidar y guiar a los más
jóvenes; entonces no sería extraño que le resulte difícil transitar esta etapa y llegar a elaborar
la proximidad de la muerte. Estas personas se muestran desesperadas y temerosas ante la
muerte, y esto se manifiesta, sobretodo en la incapacidad por reconocer el paso del tiempo.
No lograron renunciar a su posición de autoridad y a cerrar el ciclo de productividad haciendo
un balance positivo de la vida transcurrida.
Es la etapa en la que se adquiere un nuevo rol: el de ser abuelo. El nieto compensa la
exogamia del hijo. La partida del hijo y la llegada del nieto son dos caras de la misma moneda.
El nuevo rol de abuelo conlleva la idea de perpetuidad. Los abuelos cumplen una función de

[21]
continuidad y transmisión de tradiciones familiares. A través de los nietos se transmite el
pasado, la historia familiar.
Por esta razón, una vejez plena de sentido es aquella en la que predomina una actitud
contemplativa y reflexiva, reconciliándose con sus logros y fracasos, y con sus defectos. Se
debe lograr la aceptación de uno mismo y aprender a disfrutar de los placeres que esta etapa
brinda. Entonces, recuerde: hay que prepararse activamente para envejecer, para poder
enfrentar la muerte sin temor, como algo natural, como parte del ciclo vital.

Calidad de vida

La calidad de vida ha sido estudiada desde


diferentes disciplinas. Socialmente calidad de vida tiene
que ver con una capacidad adquisitiva que permita vivir
con las necesidades básicas cubiertas además de disfrutar
de una buena salud física - psíquica y de una relación
social satisfactoria.
Entre los investigadores no hay consenso en la
definición de "calidad de vida". N concepto que involucra
muchas variables subjetivas satisfacción, felicidad, autoestima...es difícil de medir. Las
variables objetivas son de medición más fácil, la economía, el nivel socio - cultural los déficits
funcionales, problemas de salud.
Los investigadores con orientación clínica suelen definir calidad de vida en términos de
salud y/o de discapacidad funcional. Rivera, aporta que "no hay duda que la variable salud es
la de mayor peso en la percepción de bienestar de los ancianos y, que los déficits de salud
constituyen el primer problema para ellos”.
En las sociedades que envejecen a ritmo creciente, promocionar la calidad de vida en
la vejez y en la vejez dependiente es el reto más inmediato de las políticas sociales. El creciente
aumento de la esperanza de vida, el descenso sin precedentes históricos de la tasa de
natalidad, los cambios en la estructura, en el tamaño, en las formas en la familia, los cambios

[22]
en el status de las mujeres, la reducción creciente de las tasas de actividad laboral entre las
personas de cincuenta y cinco y más años, han convertido el envejecimiento de la sociedad en
una cuestión de máximo interés.
Son muchas las consecuencias de todos esos procesos, tanto a nivel macrosocial como
en las experiencias individuales. Cómo dar sentido a la vida tras una jubilación llegada en
muchas ocasiones de forma anticipada e imprevista, cómo hacer frente al mantenimiento de
un hogar –en ocasiones con hijos/as dependientes- con una pensión, cómo enfrentarse a la
enfermedad crónica y a la dependencia de uno o más miembros ancianos de la familia. Son
sólo algunos temas que necesitan un abordaje teórico y práctico responsable y riguroso. La
sociedad se encuentra ante nuevos retos para los que necesita instrumentos nuevos. Se
requiere un concepto nuevo de solidaridad entre las generaciones y entre los distintos grupos,
en un mundo cada vez más complejo, más inseguro, más indeterminado.
La calidad de vida en la vejez tiene que ver con la seguridad económica y con la
inclusión social que se asegura por medio de infraestructuras de apoyo y redes sociales. Todo
ello promoverá la participación de las personas de edad como miembros activos de la
comunidad, una de cuyas funciones puede ser transmitir sus experiencias a las generaciones
más jóvenes, al tiempo que comprenden su estilo de vida y los desafíos que les son propios.
Todo ello en una sociedad inmersa en procesos que la llevan también a ella a aprender a
envejecer.
La calidad de vida en la vejez dependiente implica necesariamente el apoyo social y
familiar a las personas que desean continuar viviendo en la comunidad, siendo cuidadas en
familia, para que puedan seguir haciéndolo, al tiempo que siguen desarrollándose todas sus
potencialidades hasta el último momento. Eso conlleva el apoyo material y afectivo a los
familiares que, con distintos grados de implicación, participan en la acción de cuidar. Políticas
que tengan presente la dimensión femenina de los cuidados de salud, para que no contribuyan
a seguir reforzando el rol dependiente de las mujeres cuidadoras.

[23]
Mucho mejor para algunos y peor para
otros. Los americanos mayores que no
desarrollan alguna enfermedad debilitante
están más sanos y vigorosos que sus
homólogos de hace varias generaciones.
Tienen un aspecto más juvenil, se sienten
mejor y actúan con más vitalidad que sus
padres y abuelos a su misma edad. Estos
jóvenes – mayores (muchos ya han
sobrepasado su ochenta cumpleaños) dicen sistemáticamente a los investigadores "soy mucho
más joven que mi madre o mi padre a esta edad". En la mayoría de las personas, los problemas
graves de salud no surgen hasta al menos los 75 años. Los que se encuentran entre los 65 y 74,
por ejemplo, casi el 80 por 100 no tiene ninguna dificultad con las actividades del cuidado de la
casa –incluyendo las tareas pesadas. Desde 1900, las formas de convivencia de las personas
mayores han cambiado de tal forma que nada tiene que ver con las anteriores. Al inicio del
siglo XX pocas personas mayores eran propietarios de su casa. Ya fuera una casa, apartamento
o una habitación en una pensión, sólo el 29 por 100 de los adultos mayores casados y el 11 por
100 de los solteros vivían independientemente. En 1986, la situación dio un giro a la inversa.
Dos factores han amparado esta tendencia. Una es la riqueza. Las personas mayores medias
tienen más bienes que a principios de siglo. Pocas personas mayores se ven forzadas por las
circunstancias a vivir con un hijo u otro familiar (generalmente algún hermano/a). El segundo
factor es el bajo índice de nacimientos durante la Gran Depresión. En 1975, los americanos
tenían menos hijos de quienes depender cuando llegaran a la tercera edad.
Los padres de la generación del baby-
boom, que ahora están llegando a la jubilación,
también será una cohorte acomodada, porque
nacieron durante la Gran Depresión y entraron en
el mercado laboral en un momento de expansión
económica, cuando relativamente poco dinero

[24]
ofrecía amplias oportunidades económicas. Aunque tendrán más hijos vivos en quienes poder
confiar, la mayoría los necesitarán menos que en generaciones anteriores. Cuando los hijos del
baby-boom se jubilen, es posible que estén en peor situación que sus padres, y debido a su
bajo índice de natalidad, probablemente tendrán menos hijos vivos.
En el futuro, un número cada vez mayor de parejas llegará a la tercera edad en etapas
discrepantes de la vida. Al haber una proporción mayor de mujeres de mediana edad que
trabajan fuera de casa, más hombres se encontrarán con que aunque ellos ya estén a punto de
jubilarse, sus esposas todavía estarán muy absorbidas en sus trabajos.
Puesto que la mayoría de las mujeres son más jóvenes que sus esposos, esta tendencia
aumentará - y cuanto mayor sea la diferencia de edad, más se agudizará el problema -. Otro
tremendo cambio ha propiciado esta situación.
En 1870 no había problemas de jubilación. La mayoría de los hombres morían a los 61,
cuando todavía estaban trabajando duro, y los que vivían más no podían retirarse porque no
había pensiones ni seguridad social.

Relaciones afectivas

La vida de la mayoría de los individuos de edad avanzada se enriquece por la presencia


de personas que cuidan de ellos y a quienes éstos sienten cercanos.
La familia es todavía la fuente
primaria de apoyo emocional, y en la edad
avanzada tiene sus propias características
especiales. Ante todo es probable que sea
multigeneracional. La mayoría de las
familias de las personas de edad avanzada
incluyen por lo menos tres generaciones;
muchas alcanzan cuatro o cinco. La presencia de tantas personas es enriquecedora pero
también crea presiones especiales. Además, la familia en la edad avanzada tiene una historia

[25]
larga, que también presentan sus más y sus menos. La larga experiencia de afrontar tensiones
puede dar confianza a estas personas en el manejo de cualquier situación que la vida ponga en
su camino.
Por otra parte, muchos ancianos aún están resolviendo asuntos inconclusos de la niñez
o de la edad adulta temprana. Muchos eventos de la vida son especialmente típicos de la
familia de edad avanzada (aunque no se limitan a ellas): volverse abuelo o bisabuelo, retirarse
del trabajo y perder al cónyuge.
Las relaciones personales, especialmente con los miembros de la familia, continúan
siendo importantes bien entrada la vejez. A continuación se verán las relaciones que tienen las
personas de edad avanzada con las personas de su propia generación, los cónyuges, hermanos
y amigos, y con sus hijos y nietos. También se examinará la vida de los adultos de mayor edad
que se divorcian o enviudan, los que nunca se han casado y han casado y los que no tienen
hijos.

Matrimonio. El matrimonio que dura largo tiempo, es un fenómeno relativamente


novedoso; la mayoría de los matrimonios, como la mayoría de las personas, solían tener
una vida más corta. Muchos hombres perdían a una o más esposas en el parto; y, en
general, ambos sucumbían a la enfermedad siendo jóvenes. En la actualidad los
aniversarios quincuagésimos son más comunes, aunque son más comunes, aunque aún
muchos matrimonios se terminan más temprano por muerte o divorcio.
Dado que las mujeres comúnmente se casan con hombres mayores y por lo general
viven más largo tiempo que éstos, muchos más hombres que mujeres viven con sus
cónyuges.

La felicidad conyugal. Las parejas casadas que


están todavía juntas en sus 60 años tienen
mayor probabilidad que las parejas de edad
intermedia de considerar su matrimonio como
satisfactorio. Muchos dicen que su matrimonio

[26]
ha mejorado a través de los años. Puesto que desde hace algunos años el divorcio ha sido
más fácil de obtener, los esposos que todavía están juntos en una época tardía de la vida
han elegido estar juntos.
Por lo general la decisión de divorciarse llega temprano en un matrimonio; las parejas
que permanecen juntas a pesar de las dificultades son capaces de superar sus diferencias y
de llegar a una relación mutuamente satisfactoria.
Otra posible razón por la cual las personas de edad avanzada reportan mayor
satisfacción en el matrimonio es que a esta edad están más satisfechas con la vida en
general. Su satisfacción puede surgir de factores externos al matrimonio, como el trabajo,
el fin de la crianza de los hijos, ó más dinero en el banco.
También es posible que consideren que su matrimonio es feliz como una justificación
consciente o inconsciente por haber permanecido en él tan largo tiempo.

Fortalezas y tensiones en el matrimonio en la edad adulta tardía. Estar enamorado es


todavía importante para el matrimonio exitoso en la edad adulta tardía. Los esposos de
edad avanzada también valoran el compañerismo y la expresión abierta de los
sentimientos, como también el respeto y los intereses comunes. Pero pueden surgir
problemas provenientes de diferencias en valores, intereses y filosofías.
Una nueva libertad llega en cuanto el esposo y la esposa se apartan de los roles de
sostén de la familia y de la crianza de los hijos, a medida que cada uno de los dos se vuelve
más interesado en la personalidad del otro, y a medida que cada uno disfruta de modo
creciente la compañía del otro. Además, la capacidad de las personas casadas para
manejar los altibajos de la edad adulta tardía con relativa serenidad puede resultar de su
mutuo apoyo. Esto refleja tres beneficios importantes del matrimonio: intimidad (sexual y
emocional), interdependencia (compartir tareas y recursos), y sentido de la pareja de
pertenecer uno al otro.
El éxito de un matrimonio en la edad adulta tardía
puede depender de la capacidad de la pareja para adaptarse
a los cambios de personalidad de la edad adulta intermedia,

[27]
los que con frecuencia llevan a hombres y mujeres en direcciones opuestas. Como el
esposo se involucra menos con el trabajo y está más interesado en la intimidad, la esposa
puede interesarse más en el crecimiento personal y la autoexpresión. En el cambio de
roles, las parejas pueden argumentar sobre tareas domésticas, entre otras.
Los matrimonios de edad avanzada por lo general se ponen a prueba por las dolencias
de salud de uno de los cónyuges. Las personas que deben cuidar de su pareja incapacitada
pueden sentirse aisladas, enojadas y frustradas, sobre todo, cuando ellos mismos tienen
precaria salud. Cuidar a un cónyuge que padece demencia es algo que exige de manera
especial, y comúnmente da como resultado un sentido de pérdida de identidad. Tanto la
personalidad como el desempeño externo influyen en la manera como los responsables
del cuidado pueden adaptarse a las exigencias que se le presentan. Aquellos que son
optimistas y están bien adaptados para comenzar con esta labor y los que mantienen
contacto con amigos, logran desempeñarse mejor.
Algunas parejas disfrutan el retiro porque les permite tener tiempo de ocio para viajar,
pasar momentos con los hijos y nietos, y perseguir otros intereses, juntos o por separado.
No obstante, la jubilación no siempre hace que un matrimonio sea mejor.
Surgen problemas con mayor frecuencia en aquellas situaciones en que el esposo se
retira y la esposa todavía sigue trabajando. La esposa puede sentir que su carga de trabajo
es injusta, dado que los esposos en edad de retiro gastan menos de ocho horas a la
semana, en promedio, en tareas domésticas, mientras que sus esposas invierten cerca de
20 horas más a la semana y hacen más de tres cuartas partes de los quehaceres
domésticos.

Temor a la enfermedad o a enfermarse

La actual cultura occidental, consumista y elitista, ha colocado a la juventud en un


lugar privilegiado frente a las demás etapas de la vida. Sin embargo, la felicidad, el bienestar, la
productividad, entre otros, se pueden desarrollar a lo largo de toda la existencia.

[28]
El mito de que la vejez es una etapa de restricciones, privaciones y sufrimientos debe
ser desterrado, y así permitir que los viejos (y en el futuro nosotros mismos) podamos gozar de
bienestar y salud hasta el fin de la vida.
Se puede llegar a viejo sin problemas de salud
físicos, ni mentales, todo depende del estado que
mantenga previamente una persona. Si bien es cierto
que del proceso de envejecimiento no está libre de
problemas, la enfermedad no es exclusiva de la vejez
como no lo es la salud de la juventud.
En efecto, la enfermedad puede aparecer en
cualquier etapa de la vida, no hay una edad fija.
Mientras personas jóvenes y aún niños padecen
variadas enfermedades muchos viejos son saludables.
El hecho de que aparezcan ciertas limitaciones no quiere decir que no se goce de una
buena salud. Existe un estado ideal, un bienestar propio de cada etapa de la vida. Y si estas
etapas se viven al máximo de cuidado y prevención, se pueden conservar una gran proporción
del organismo en forma saludable en la última etapa de la vida.
El envejecimiento afecta a las funciones perceptivas, sensoriales, y la memoria. Las
funciones sensorio-perceptivas disminuyen con la edad: en el plano sensorial ante todo, se
manifiestan en alteraciones de la agudeza visual y de la agudeza auditiva, pero también en una
disminución de la adaptación a la oscuridad, lenta desde los 30 a los 60 años, y luego acelerada
a partir de los 60 años. El olfato se debilita. Por el contrario, el gusto, en lugar de disminuir con
la edad, más bien aumenta y concretamente se hace más sensible a los alimentos azucarados.
La pérdida del oído favorece la desconfianza, los celos, el egocentrismo; el présbita no puede
ya leer y se aburre. Por lo que el cuadro de apatía, de inactividad y de desinterés general que
puede observase en el anciano se debe tanto a la disminución de la sensorio-receptividad
como a la de la actividad cerebral: la vigilancia, la capacidad de atención, incluso el nivel de
conciencia están efectivamente en razón directa con el número de estímulos recibidos.

[29]
La salud y la enfermedad no son acontecimientos que ocupan exclusivamente el
espacio de la vida personal. La calidad de vida, el cuidado y promoción de la salud y la mente
misma acontecen en el denso tejido social y ecológico en el que transcurre la historia personal.
La "salud" significa un estado del organismo que no está enfermo; "enfermedad" se
relaciona con alteraciones del organismo que perturban su funcionamiento normal.
Para una buena salud mental y un comportamiento saludable es importante: La
actividad física regular, prácticas nutricionales adecuadas, comportamientos de seguridad,
reducir el consumo de drogas, prácticas adecuadas de higiene, desarrollo de un estilo de vida
(minimizador del estrés), desarrollo de competencias para establecer relaciones sociales y
resolver problemas interpersonales, desarrollo de comportamientos adecuados para el manejo
de situaciones, cumplimiento y seguimiento de las prescripciones de salud.

Jubilación

La idea estéril de que realmente no hay vida que valga la pena cuando se ha dejado el
trabajo ha sido refutada muchas veces. Cada vez más, los estudios acerca de los años de
jubilación revelan una diversidad de "vidas futuras". No todos los jubilados permanecen
retirados, muchos continúan activos en campos relacionados con inclinaciones que han tenido
toda su vida, otros cultivan nuevas aficiones o vuelven a algunas que antes no pudieron
realizar.
Es probable que valores tales como el
aprendizaje, el descubrimiento de si sí mismos y la
ayuda a otras personas sean considerados con tanto
respeto, en el futuro, como trabajar y producir. Ya
hay indicios de que utilizar el tiempo para recreo y
satisfacción personal está menos acompañado del
sentimiento de culpa que en el pasado. Esto significa que la persona de edad madura que se
halle inmersa en su fase productiva no poseerá todos los valores que son verdaderamente

[30]
"valiosos". Las actividades no laborales no serán consideradas como simples indicadores de un
período para los "demasiado jóvenes" y los "demasiado viejos".
Son muchas las personas que pasan largos años de su vida soñando con el momento
en que cumplan la edad reglamentaria para la jubilación. Año tras año vienen acariciando el
día en que dirán adiós a su trabajo. No más relojes despertadores, no más horas regulares para
entrar y salir de las labores diarias. A dormir todo lo que uno quiera. Se hará lo que se desee
cuando uno lo desee. Por fin el individuo será dueño de su destino. No son pocas las personas
que sueñan con el retiro como si éste fuese un paraíso.
En el asunto del retiro, se encuentran también, muchas diferencias individuales.
Probablemente haya personas que se retiran a la vida descansada, sin albergar propósitos ni
perspectivas adicionales, a disfrutar tranquila y sosegadamente de los años postreros de la
vida, sin que les perturben ansiedades y zozobras. Pero también hay personas que habiendo
forjado grandes ilusiones, se dan cuenta que al entrar el retiro, no existe aquello de lo que
habían soñado. Es hondo el abismo entre la ilusión y la realidad. También hay otros individuos
que, al entrar a los años de la jubilación, encuentran que tienen por delante muchas otras coas
que hacer, en las cuales ellos no habían pensado.
La vida no tiene que ser fácil para ser
maravillosa. De hecho, la vida fácil es el camino
más corto hacia la monotonía. Hay que pensar
en un retiro dinámico, disparado hacia el
porvenir. El trabajo debe concebirse en todo
momento como un medio de realización
personal, aun en los años de vejez. La persona
retirada debe conservar siempre el derecho a
ser útil y a serlo con dignidad. Cada individuo
debe descubrir a tiempo sus capacidades y
limitaciones.
El planeamiento para el retiro no debe circunscribirse a la mera consideración de las
actividades que uno vaya a realizar al dejar las tareas que han exigido lo más y mejores años de

[31]
la vida. Es decir, no deber ser únicamente un plan en el nivel de la actividad. Muy fundamental
también es planear desde el punto de vista psicológico.
En la planificación para la vejez uno no debe quedarse en el nivel de la mera actividad.
El retiro exige, como una condición esencial, la preparación psicológica anticipada.
La vida activa en la vejez será posible siempre y cuando la persona haya planeado su
retiro desde el punto de vista financiero, a fin de que no le sorprendan las estrecheces
económicas. Condición esencial además es que se disfrute de una razonable salud física y
mental. Las muertes rápidas después del retiro son frecuentes, pero hay pruebas de que la
mala salud precede el retiro y no lo sigue. Hay individuos que se retiran a una edad temprana,
tan pronto sus ingresos lo permitan, para así abandonar el trabajo como dominio principal de
ocupación personal y poder dedicarse a actividades que les resultan más satisfactorias.
La higiene mental es clara y precisa en su recomendación de la vida activa. La actividad
es un atributo de la persona mentalmente saludable. Para que la vida tenga propósito,
dirección y sentido, requiérase que el individuo defina un plan de acción que tienda a
conseguir ciertos objetivos convenientes para él y aceptables para el grupo social del cual es
miembro. Este plan deber ser de tal naturaleza que absorba el interés y la atención de las
persona. La vida saludable ineludiblemente exige actividades que repercutan en sentimientos
de satisfacción. La pasividad estanca y deteriora. Los propósitos que lleven a la persona a
concentrarse en la tarea de realizarlos tienden a impedir su desintegración, evitando que
surjan preocupaciones enfermizas.
El retiro, tal como indica la situación actual,
constituye un problema psicológico y social para
muchas personas. Probablemente psicológico y social
para muchas personas. Probablemente, ante la
presión de las nuevas generaciones, la sociedad ha
descuidado la planificación de los años de la vejez.
En el momento de retirarse, con frecuencia la
persona encuentra que ya sus hijos se han
independizado. En numerosos casos existe una
condición de viudez. Si la persona ha sido obligada a retirarse a una edad en que todavía tiene

[32]
suficientes recursos físicos y mentales para desempeñar adecuadamente tareas significativas
desde el punto de vista social, y si no ha sabido planear debidamente su jubilación, lo más
probable es que ella se encuentra abocada a tremendas crisis psicológicas. Un retiro
inesperado, como a veces ocurre, puede provocar un colapso total.
El ser humano necesita vivir en sociedad. La soledad engendra inseguridad. Depresión
y deterioro. Es en las labores diarias, dedicadas a ganar el pan, donde establecemos con
frecuencia las mejores formas de convivencia.
Los efectos psicológicos de tal quiebra en las relaciones humanas no pueden
exagerarse. La necesidad de afiliación es una de las más potentes en la criatura humana. A lo
que se llama felicidad es en gran parte el producto de las relaciones con los demás. Si se
observa que esta vida de relación se deteriora, es de esperar que un acoso de sentimientos de
soledad e incertidumbre.
Todo individuo normal necesita mantener un mínimo de intercambio con su ambiente
social. No hay duda de que hay personas que aceptan el retiro como una liberación de las
exigencias sociales. Por otra parte, hay otras que rehúyen tenazmente tal situación, dado que
el retiro constituye para ellas una admisión de derrota, de dejar de ser, de cesar en sus
funciones como miembro útil del cuerpo social.
El retiro positivo y exitoso empieza con un estado mental, con el reconocimiento de
que es una oportunidad para comenzar una nueva vida en muchos sentidos. Por eso se reitera
una y otra vez la necesidad que tiene todo individuo de planear anticipadamente en qué va
ocuparse cuando le llegue el turno de la jubilación. Jamás este plan debe posponerse para la
última hora.

El retiro es una ruptura. En la vida afectiva.


El retiro hace pasar al hombre del estadio
de la vida profesional durante el cual el
trabajo se concibe y se exalta como la
virtud cardinal, al estadio del descanso
obligatorio libremente consentido o

[33]
impuesto. Ello produce una perturbación del equilibrio mental y fisiológico.
En la organización de la jornada. Repentinamente, los horarios de trabajo, de
descanso, de sueño, entre otros, que había llegado a un alto grado de automatismo
después de años de vida idénticos a sí mismos, resultan inadaptados, no corresponden ya
a la situación objetiva; de donde una perturbación del equilibrio físico y fisiológico con
repercusión sobre la salud y sobre el carácter.
En las condiciones de la vida social. Se produce a la vez una ruptura de las relaciones
profesionales (no se ve ya a los compañeros de empresa o fabrica), un cambio en la
naturaleza de ciertas relaciones (ya no se puede hablar del trabajo) y una modificación en
las relaciones hogareñas con el cónyuge (se pasa de doce a quince horas de vida en
común, a veinticuatro; de donde se desencadena una perturbación en los equilibrios
afectivos).
En las condiciones de vida financiera. La pérdida de una parte de los recursos tiene por
efecto la perturbación del equilibrio general del presupuesto y sus repercusiones
psicológicas y fisiológicas.
En la vida cultural y el ocio: El retirado va a pasar de una situación, con poco tiempo
que dedicar a las distracciones, a una situación con mucho más tiempo libre, de donde una
nueva perturbación del equilibrio del individuo.

La preparación psicológica. La jubilación, como el matrimonio, es una gran decisión en la


que conviene reflexionar seriamente. La principal pregunta que se hace el que se va a
jubilar es "¿Qué es lo que voy a hacer ahora?".
Sin duda todos los que han tenido la
oportunidad de encontrar en su trabajo
todas las satisfacciones deseables
considerarán su retiro como una
prolongación natural, aunque en su
status más liberal, de su vida de trabajo;
los que han soportado durante decenas

[34]
de años un trabajo que no les gustaba pueden esperar del retiro las satisfacciones que no
han tenido: el retiro puede permitirles así hacer lo que siempre han deseado. Sea lo que
fuere lo que le agradaría hacer, recuerde que debe estar dispuesto a realizarlo desde el
primer momento de su jubilación. Algunas de estas cosas exigen, sino un hábito, por lo
menos una preparación: si no está acostumbrado a caminar suficientemente, le será difícil
dar largos paseos: pronto se sentirá cansado y abandonará el ejercicio; si desea cultivar las
plantas, comience por la jardinería. Todo lo nuevo requiere esfuerzo, todo esfuerzo
requiere entrenamiento y todo entrenamiento debe ser progresivo, y, por lo tanto, debe
programarse.
Así muchos años antes de que llegue el momento, comience a reflexionar y a
preguntarse. He aquí algunas preguntas que puede hacerse para esbozar las grandes
opciones de su jubilación: ¿Cómo veo mi retiro?. ¿En qué situación económica me
encontraré?, ¿Viviré en un apartamento, en un pabellón, en la ciudad o en el campo?,
¿Cómo concibe mi mujer mi retiro?, ¿Habré de tener actividades externas en lugar de
permanecer en casa todo el día? O bien aceptaré con indiferencia el tener que vivir lejos de
ellos?, ¿Me agradará vivir con mis hijos y nietos o bien aceptaré con indiferencia el tener
que vivir lejos de ellos?. ¿Me gusta ver una película, oír un concierto, asistir a
una conferencia, visitar una exposición, entre otros?
Cuando estas preguntas se plantean es posible ver más claro al interior de cada
persona y determinar las grandes direcciones de sus propios gustos y aspiraciones. Al
recordar todos los acontecimientos de la vida que han producido alegrías y satisfacciones,
al anciano le es más fácil hacer lo que ha deseado desde la infancia. La felicidad y la
oportunidad de realizarse por fin completamente, dependen de su sinceridad frente a sí
mismo.
El anciano debe llevar un programa equilibrado para su jubilación, teniendo en cuenta:
 Una actividad individual y una actividad colectiva.
 Una actividad al aire libre y una diversión de interior.
 Un desgaste físico y una distracción que descansa, y piense que los ocios
de su vida activa pueden prepararle útilmente para sus actividades
regulares cuando llegue la jubilación.

[35]
Temor a la muerte

El hombre es el único ser viviente


que tiene conciencia de la muerte y, por
tanto, la teme. Se nace sin conciencia de
que algún día se debe que morir, pero
pronto se advierte de manera creciente
de que la vida tiene un ciclo: nacer,
crecer, declinar y morir.
Si se ha llevado una vida de
provecho, si se han dejado huellas
decorosas en el mundo, si se ha vivido
digna y eficazmente, si a la hora de hacer el balance pesan más los créditos que los débitos, si
se experimenta la satisfacción de haber vivido plenamente, habiéndose realizado en forma
adecuada y ayuda a los semejantes, si la conducta estuvo razonablemente regida por elevados
valores éticos, entonces la muerte no será la experiencia difícil y angustiosa que es para
aquellos que no han sabido dar un significado noble a su vida.
A pesar de que hay grandes diferencias individuales en lo que se refiere al
encaramiento con la muerte, desde el individuo que la afronta con serenidad hasta aquel que
experimenta una tremenda angustia, casi todos los seres humanos temen a la terminación de
su existencia. Desde muy temprano en la vida se debe tener conciencia de que algún día se ha
de morir. Al hombre le angustia saber que eventualmente va a desaparecer del escenario de la
vida y que ésta seguirá su marcha sin su presencia. Saber que no sólo se dejará vacío el espacio
físico que diariamente ocupa el cuerpo, sino también el espacio psicológico que llena la
conducta, saber que después de la muerte se irá lentamente muriendo en el recuerdo de la
gente, en la memoria de los familiares y de la sociedad, ese ir desapareciendo gradualmente
en todos los particulares, he aquí uno de los orígenes de la angustia y el terror de la muerte.

[36]
Como regla general, el miedo a la muerte es menos agudo entre los viejos que entre
los adultos de edad media. Sin embargo, el anciano piensa más en la muerte que el individuo
de edad mediana, dado que aquél está más próximo a ella. Aunque con el avance de los años
el individuo va resignándose al hecho de que cada día se acerca más a la tumba, por la misma
razón el tema de la muerte está más presente en el pensamiento del anciano como algo que se
espera, como algo inminente.
La investigación realizada por Alexandra Meneses Zuluaga sobre "actitudes frente a la
muerte en personas de la tercera edad", pretende dar cuenta, la actitud que tienen las
personas de la tercera edad frente a la muerte, dado que se asume "que a esa edad hay más
cercanía a la muerte". En muchos casos cuando muere un anciano se escuchan expresiones
como: "ya era hora", "había vivido muchos años", " se fue a descansar".

¿Qué es la muerte?. La muerte misma puede ser desconocida, pero la separación y la


pérdida son una áspera realidad tanto para quienes
deben irse como para quienes se queda. Se deja atrás
toda una vida de pensamientos, sentimientos y
relaciones cuando finalmente nos despedimos. En las
últimas etapas de la vida salen a la superficie los
sentimientos mutuos y la experiencia originada por la
separación.
Puede haber ansiedad y desesperación o puede haber un nuevo sentimiento de
intimidad y realización, incluso la muerte, para la que se cree estar preparados, puede
hacer que la persona se sienta vacía y sacudida cuando sucede. Si se supone que todas las
personas mayores están "listas" para morir, entonces, algunas veces, puede pasar que su
pérdida no afectará mucho a sus sobrevivientes. De acuerdo con esto, es poco, en la forma
de apoyo social, lo que pueda ofrecer durante el tiempo que duran las consecuencias
psicológicas de la pérdida.
No resulta sencillo determinar cuándo es que una persona ha muerto. Se distingue
entre muerte fisiológica y muerte clínica.

[37]
En el caso de la muerte fisiológica, todos los órganos vitales dejan de funcionar y el
organismo no puede seguir subsistiendo en ningún sentido del término. Al ser privadas
de oxígeno y de nutrientes las células del cuerpo van muriendo gradualmente. La muerte
clínica consiste en la terminación de toda la actividad cerebral, indicada por la ausencia
de ondas cerebrales. El organismo humano deja de operar como una unidad mente –
cuerpo autosuficiente, aunque el corazón y los pulmones pueden funcionar con apoyo
artificial.

¿Qué es el duelo?. La pérdida de un ser querido


es uno de los acontecimientos más estresantes
de la vida. La pérdida es seguida de un período
de luto y de aflicción por la persona fallecida. El
proceso de duelo puede durar un breve período
o no terminar nunca. Las reacciones al duelo se
presentan en cuatro niveles.
 Reacciones Físicas. El duelo es acompañado por una amplia gama de reacciones
físicas que pueden incluir al insomnio, la falta de apetito o el comer en exceso, las
molestias estomacales, diarrea, fatiga, dolores de cabeza, insuficiencia
respiratoria, sudoración excesiva y mareos.
 Reacciones Emocionales. Estas incluyen la Depresión, abatimiento, llanto,
conmoción e incredulidad, enojo, ansiedad, irritabilidad, preocupación y
pensamientos del fallecido, sentimientos de desamparo, dificultad para
concentrarse, olvidos, apatía, indecisión y aislamiento o sentimientos de soledad.
 Reacciones Intelectuales. Estas incluyen los esfuerzos por explicar y aceptar las
causas de la muerte de la persona y en ocasiones de racionalizar o tratar de
comprender las razones de la muerte. La gente desea saber qué fue lo que sucedió
y por qué pasó. Una reacción intelectual común al duelo es la idealización, es decir,
el intento por purificar la memoria del fallecido disminuyendo mentalmente sus
características negativas.

[38]
 Reacciones Sociológicas. Las reacciones sociológicas al duelo incluyen los esfuerzos
de la familia y los amigos para unirse y compartir la experiencia y ofrecerse apoyo
y comprensión. La reacción sociológica también incluye los esfuerzos por
reorganizar la vida después de la pérdida: los reajustes financieros, la
reorientación de los roles de los roles familiares y comunitarios, el regreso al
trabajo, la reanudación de actividades sociales y comunitarias.

TRASTORNOS Y PATOLOGÍAS DE LA VEJEZ3

La Depresión en la Vejez

Es erróneo creer que es normal que los


ancianos se depriman. Por el contrario, la
mayoría de las personas de edad se sienten

3
Rita Giardino. Psicóloga Clínica.

[39]
satisfechas con sus vidas. Cuando un anciano se deprime, a veces su Depresión se considera
erróneamente un aspecto normal de la vejez.
La Depresión en las personas de la tercera edad es un importante problema de salud
mental por su mayor gravedad, su elevado riesgo de suicidio y las dificultades que puede
ofrecer para su correcta identificación, ya que el anciano frecuentemente padece al mismo
tiempo enfermedades crónico degenerativas como la diabetes, la hipertensión, cáncer, o
incluso otros padecimientos del sistema nervioso central como Parkinson y Alzheimer.
Es importante destacar el fuerte riesgo de suicidio que tiene la persona deprimida en
esta edad, cuatro veces mayor que los deprimidos de menor edad. Existen una serie de
variables que se asocian con este riesgo, entre las que destacan, la ausencia de apoyo familiar,
mala salud física, alcoholismo y sentimiento de culpa, entre otras. Desafortunadamente, la
Depresión senil no recibe la atención que merece por su magnitud y trascendencia y sólo un
escaso porcentaje de ancianos con Depresión recibe un tratamiento adecuado.
El hecho de que se considere a la Depresión como una
consecuencia lógica del envejecimiento, constituye un factor muy
importante que actúa negativamente en detectar el
padecimiento. Cuando la persona de edad va al médico, puede
solo describir síntomas físicos. Esto pasa por que el anciano
puede ser reacio a hablar de su desesperanza y tristeza. La
persona mayor puede no querer hablar de su falta de interés en
las actividades normalmente placenteras, o de su pena después de la muerte de un ser
querido, incluso cuando el duelo se prolonga por mucho tiempo.
Entre los factores que favorecen la aparición de Depresión en la tercera edad,
se encuentran los cambios biológicos o bioquímico-cerebrales, enfermedades y las limitaciones
psicofísicas, además de los distintos acontecimientos desfavorables que va sufriendo a lo largo
de la vida, como la pérdida de familiares y amigos, la jubilación que implica una pérdida
económica y privación de status social y prestigio y el rechazo familiar, entre otros.
Si se hace el diagnóstico de Depresión, el tratamiento con medicamentos o
psicoterapia ayuda a que la persona deprimida recupere su capacidad para tener una vida feliz
y satisfactoria. La investigación científica reciente indica que la psicoterapia breve es efectiva

[40]
para reducir a corto plazo los síntomas de la Depresión en personas mayores. La psicoterapia
también es útil cuando los pacientes ancianos no pueden o no quieren tomar medicamentos.

Síntomas

Aunque el síntoma básico es la tristeza


vital, el anciano suele “enmascararla” con
quejas relativas a síntomas físicos inespecíficos.
El anciano con cierta frecuencia se queja de que
la tristeza surge dentro o que se arraiga en el
pecho o en el vientre, sin embargo, la
Depresión se puede diferenciar de un episodio
de tristeza por la duración de tiempo. La señal
más temprana de Depresión es la disminución
de la capacidad para experimentar placer, felicidad o bienestar. El anciano ya no muestra
interés alguno por sus ocupaciones favoritas, nada le ilusiona, nada le llama la atención. Más
adelante, puede experimentar angustia en mayor o menor grado, acompañada de dolores de
cabeza, diarrea, bolo esofágico, tensión muscular, agitaciones y dolores diversos inespecíficos.
Con frecuencia, el anciano sufre alteraciones del sueño, siendo el insomnio la más
común; puede encontrarse irritable, ya sea en un estado general de malhumor o simplemente
intolerante ante motivos mínimos, y en la mayoría de los casos, los hombres pueden perder
peso y apetito; mientras que en las mujeres se incrementa.
Características clínicas de las depresiones seniles:
 Agitación frecuente.
 Ansiedad y quejas somáticas diversas.
 Disminución de memoria, raciocinio y concentración.
 Mayor riesgo suicida.
 Humor deprimido.
 Rápida progresión de los síntomas.

[41]
 Comienzo del trastorno bastante preciso.
 Frecuentes respuestas de “no sé”.

Suicidio

Los factores físicos y la funcionalidad, el número de


enfermedades crónicas, el grado de discapacidad fueron
analizados en diferentes estudios encontrándose asociación
entre estos y el "deseo a morir", sin embargo, en la mayoría de
los casos estos se asociaban a problemas psicológicos
especialmente la Depresión. La discapacidad física puede ser un
fuerte predictor de suicidio especialmente en hombres por lo
que es necesario remarcar la importancia de una evaluación
psiquiátrica.
Dentro de los factores sociales asociados a suicidio se encuentran el aislamiento y falta
de soporte social. La religiosidad y espiritualidad fueron encontrados como factores
protectores en ancianos. Los divorciados, solteros y viudos presentan mayor riesgo que los
casados. Los factores precipitantes más frecuentemente reportados en las últimas semanas
previas al suicidio fueron la enfermedad física y la pérdida de algún familiar, con menor
importancia en problemas interpersonales, legales, financieros o de trabajo frecuentes en
grupos etarios más jóvenes.

Demencia Senil

Definimos la demencia senil como un síndrome


mental orgánica que se caracteriza por un deterioro de la
memoria a corto y largo plazo, asociado a trastornos del
pensamiento abstracto, juicio, funciones corticales superiores
y modificaciones de la personalidad. Todas estas alteraciones

[42]
son lo suficientemente graves como para interferir significativamente en las actividades de
relación, laborales o sociales. Aparecen como rasgos asociados a la demencia: ansiedad,
síntomas obsesivos, aislamiento social, ideación paranoide o celotipia y vulnerabilidad
incrementada al estrés.
La edad de comienzo de la demencia senil es después de los 65 años, aunque existe
otra demencia de inicio presenil. El curso de acuerdo con la terapéutica puede ser, progresivo,
estático o reversible (hipotiroidismo, hematoma subdural, hidrocefalia normotensiva). Según
la etiologia puede ser de inicio brusco y curso estable (enfermedad neurológica), de inicio
insidioso y curso lentamente progresivo (enfermedad degenerativa) y de inicio y curso lentos
(tumores, hematoma subdural, metabolopatias, etc.).
El deterioro del estado general es variable. Leve, cuando conserva la capacidad de
independencia, con un juicio relativamente intacto y una adecuada higiene personal;
moderado, cuando necesita algún grado de supervisión y grave, cuando necesita supervisión
continua, con estado vegetativo. A lo largo de la evolución de la enfermedad aparecen una
serie de complicaciones, auto y heteroagresividad, delirio, traumatismos, infecciones diversas,
desorientación temporoespacial, etc. Destacando la demencia tipo Alzheimer como la más
común.
Tenemos que hacer un diagnóstico diferencial de la Demencia Senil,
fundamentalmente con el envejecimiento normal, Delirium, Esquizofrenia, episodios de
Depresión Mayor y otros trastornos con síntomas de deterioro cognoscitivo.

Características clínicas de la demencia senil:


 Pruebas evidentes de deterioro de la memoria a corto plazo (incapacidad para
recordar el nombre de tres objetos al cabo de cinco minutos) y a largo plazo
(incapacidad para recordar información que le era conocida en el pasado o
conocidos por todos).

[43]
 Deterioro del pensamiento abstracto (dificultad para definir conceptos,
semejanzas, significado de términos, etc.).
 Deterioro de la capacidad de juicio (incapacidad de resolver problemas
relacionados con la vida diaria, laboral, social, incapacidad de planificar, etc.).
 Otros trastornos corticales superiores, como afasia, apraxia, agnosia y
dificultadesconstructivas.
 Modificaciones en la personalidad (alteración o acentuación de rasgos
premórbidos).

Síntomas

Los síntomas de la demencia podemos clasificarlos en:

1. Cognoscitivos o neurológicos: Amnesia,


afasia expresiva y receptiva, apraxia,
agnosia, trastornos del aprendizaje,
desorientación, convulsiones, contracturas
musculares, alteraciones de los reflejos,
temblor, incoordinación motora.
2. Funcionales: Dificultad para caminar, comer, asearse, vestirse, realizar las tareas del
hogar y en general las de la vida diaria.
3. Conductuales: Reacciones catastróficas, cuadros de furor, episodios maníaco-
depresivos, violencia, apatía, vagabundeo, trastornos del sueño, lenguaje obsceno,
alucinaciones, ideación delirante, robos, paranoia, trastornos del juicio, conductas
paradójicas, trastornos sexuales, inadaptación social, trastornos de personalidad.
4. Síntomas asociados: Delirium, alteraciones sensoriales (auditivas, visuales, gustativas,
olfativas), con otras patologías (cardiopatías, artritis, artrosis, diabetes, osteoporosis).

[44]
Alzheimer

Entre las demencias neurodegenerativas, la más


frecuente es la enfermedad de Alzheimer. Las pérdidas
graduales de memoria y atención se acompañan de afasia,
apraxia, agnosia y alteraciones de la percepción visual
espacial; este cuadro sintomático se completa con las
alteraciones emocionales, inestabilidad psíquica y cambios
de la personalidad propios de los estadíos avanzados.
Relacionado con este cuadro se han descrito varias alteraciones patológicas entre las
que destacan una marcada atrofia de la corteza cerebral, la pérdida de neuronas corticales y
subcorticales, la formación de placas seniles. Obviamente, estos cambios profundos de la
cognición y la personalidad deben estar asociados a una pérdida de eficacia de la
neurotransmisión en varias sinapsis y centros cerebrales.
Las demencias en general y la enfermedad de Alzheimer en particular se caracterizan
por el deterioro progresivo de las facultades físicas y mentales de los pacientes que conducen
a una situación de total dependencia de una tercera persona para poder subsistir. Por ello,
cuando una persona padece Alzheimer, toda la familia sufre la enfermedad en mayor o menor
medida.
Aparecen numerosos problemas relacionados, por ejemplo, con el aseo, la
alimentación, la incontinencia de esfínteres, el sueño nocturno o la disposición del hogar.

Síntomas:
 Alteraciones en el aseo.
 Alteraciones en la alimentación.
 Incontinencia de esfínteres.
 Alteraciones en el sueño nocturno.
 Alteraciones en el reconocimiento de personas o lugares.
 Conductas paranoides.

[45]
Intervención Psicosocial

Existen ciertas evidencias de que la


estimulación de las capacidades cognitivas ayuda a
ralentizar la pérdida de estas funciones y habilidades.
Esta estimulación consiste en trabajar aquellas áreas
que aún conserva el paciente, de forma que el
entrenamiento permita compensar las pérdidas que el
paciente está sufriendo con la enfermedad.
Las intervenciones psicosociales se usan
conjuntamente con el tratamiento farmacológico y se
clasifican en abordajes orientados al comportamiento, las emociones, lo cognitivo y la
estimulación. Las investigaciones sobre la efectividad de estas intervenciones aún no se
encuentran disponibles y, de hecho, rara vez son específicas a la EA, enfocándose en la
demencia en general.
Las intervenciones en el área del comportamiento intentan identificar y reducir los
antecedentes y consecuencias de los problemas de conducta. Este abordaje no ha mostrado
éxito en mejorar el funcionamiento general del paciente, en especial en relación con su
entorno, pero ha podido ayudar a reducir ciertos problemas específicos de comportamiento,
como la incontinencia urinaria. Existe aún una falta de datos de calidad sobre la efectividad de
estas técnicas en otros problemas como las deambulaciones del paciente.
Las intervenciones orientadas a las emociones incluyen la Terapia de Validación, la
Terapia de Reminiscencia, la Psicoterapia de Apoyo, la Integración Sensorial (también
denominada Snoezelen) y la Terapia de Presencia Estimuladora. La psicoterapia de apoyo ha
tenido poco estudio científico formal, pero algunos especialistas le encuentran utilidad en
pacientes con trastornos leves. La terapia de reminiscencia incluye la discusión de experiencias
del pasado de manera individual o en grupo, muchas veces con la ayuda de fotografías, objetos
del hogar, música y grabaciones u otras pertenencias del pasado. Igualmente, en esta terapia,

[46]
no hay muchos estudios de calidad sobre su efectividad, aunque puede resultar beneficiosa
para la reestructuración cognitiva y el humor. La terapia con presencias estimuladas se basa en
las teorías de la adherencia e implica escuchar voces grabadas de los familiares y seres más
cercanos del paciente con Alzheimer. Las evidencias preliminares indican que dichas
actividades reducen la ansiedad y los comportamientos desafiantes.
Finalmente, la terapia de validación se basa en la aceptación de la realidad y la
experiencia personal de otras personas, mientras que la integración sensorial se basa en
ejercicios guiados que estimulan los sentidos. Aún no hay suficientes evidencias que apoyen el
uso de estas terapias en pacientes con Alzheimer.
La finalidad de las terapias cognitivo-
conductuales, que incluyen la orientación y la
rehabilitación cognitiva, es reducir las
distorsiones cognitivas. La orientación hacia la
realidad consiste en la presentación de
información acerca de la época, el lugar o la
persona con el fin de aliviar su entendimiento
acerca de sus alrededores y el lugar que ellos
juegan en dichos sitios. Por el otro lado, el entrenamiento cognitivo intenta mejorar las
capacidades debilitadas al ejercitar las habilidades mentales del paciente. Ambos ejercicios
han mostrado cierta efectividad en el mejoramiento de las capacidades cognitivas. Sin
embargo, en algunos estudios, estos efectos fueron transitorios y en otros tenían un efecto
negativo, pues añadían frustración al paciente, según los reportes.
Los tratamientos orientados a la estimulación incluyen la arteterapia, la musicoterapia
y las terapias asistidas por mascotas, el ejercicio físico y cualquier actividad recreacional. La
estimulación tiene apoyo modesto al ser aplicado con la intención de mejorar la conducta, el
humor y, en menor grado, el funcionamiento del paciente. Sin embargo, si bien son efectos
importantes, el principal beneficio reportado entre las terapias de estimulación es el
mejoramiento en las rutinas de la vida diaria del paciente.

[47]
Cuidados

Debido a que el Alzheimer no tiene cura, con el tiempo el cae en un estado de


imposibilidad de autosuficiencia para cuidar de sí mismos, por lo que los cuidados por terceros
son una medida vital para esa deficiencia y deben ser abordados cuidadosamente durante el
curso de la enfermedad.
En las fases tempranas y moderadas, las modificaciones al ambiente donde vive el
paciente y a su estilo de vida, pueden darle seguridad y reducirle las cargas al cuidador.
Algunos ejemplos de dichas modificaciones son la adherencia a rutinas simplificadas, como son
la colocación de candados, el etiquetado de los objetos del hogar y el uso de utensilios
modificados para la vida diaria. Puede llegar el punto en que el paciente no sea capaz de
alimentarse a sí mismo, de modo que debe empezar a ingerir sus alimentos en porciones más
pequeñas o en dietas no sólidas con la ayuda de otras personas. Cuando aparezca una
dificultad para tragar, puede que sea indicado el uso de sondas gástricas. En tales casos, la
efectividad médica y ética de tener que continuar alimentando al paciente son consideraciones
importantes que deben tomar los cuidadores y los familiares del individuo. El uso de
restricciones físicas rara vez se indica en cualquier fase de la enfermedad, aunque hay
situaciones en que son necesarias para prevenir que el paciente con Alzheimer se dañe a sí
mismo o a terceros.
A medida que progresa la enfermedad,
pueden aparecer distintas manifestaciones
médicas, como las enfermedades orales y
dentales, úlceras de presión, desnutrición,
problemas de higiene o infecciones
respiratorias, urinarias, de la piel o los ojos,
entre otras. El manejo cuidado del paciente
puede prevenir dichos problemas, pero de
llegar a aparecer, deben ser tratados bajo supervisión médica. Durante las etapas finales de la
enfermedad, el tratamiento se centra en mantener la calidad de vida hasta el fallecimiento.

[48]
Deterioro Cognitivo de la Vejez

Funcionamiento cognitivo a lo largo del ciclo de la vida

Las estructuras bio-físicas que son el


soporte de nuestro funcionamiento intelectual
envejecen, lo cual quiere decir que, poco a poco,
se tornan menos eficientes. En efecto, la
neurología básica ha puesto de relieve qué
cambios ocurren en nuestro SNC a lo largo de la
vida: pérdida de peso, pérdida de volumen
cerebral, ampliación de los surcos hemisféricos,
calcificaciones en las meninges, cambios vasculares, tendencia a la aparición de
microaneurismas, restricción del tejido neural, entre otros. Estos cambios se expresan en
correlatos comportamentales y cognitivos.
Sin embargo, el envejecimiento psicológico no parece ser isomórfico al envejecimiento
neurobiológico: el comportamiento está determinado por una serie de complejas
transacciones entre el organismo y el ambiente. Por lo que cabe esperar una gran variabilidad
en las formas de envejecer, en cada sujeto. Por lo que atenderemos a:
Qué ocurre a lo largo de la vida con el
funcionamiento intelectual en sujetos
normales: el más conocido como medida de
inteligencia (infancia-edad adulta) es El Test
de Matrices Progresivas de Raven, medida de
inteligencia abstracta y razonamiento
inductivo y que requiere también habilidades
viso-espaciales (velocidad ejecución).

[49]
Qué funciones o habilidades cognitivas cambian y cuáles no: para medir otras
habilidades generales como ocurre en las Escalas de Medida de la Inteligencia de
Wechsler que cuenta con dos Subescalas de Verbal y Manipulativa.
En definitiva, parecen existir dos perfiles de funcionamiento intelectual: a)
inteligencia cristalizada (habilidades verbales como el vocabulario y la información)
que permanece bastante estable y; b) inteligencia fluida (razonamiento inductivo,
fluidez verbal, tiempo de reacción) que declina muy rápida y tempranamente.
Resumiendo, a lo largo de la vida existe un declive, que puede considerarse normal,
de algunas funciones cognitivas, porque ocurre con alta probabilidad en sujetos
normales. Ahora bien, después habrá que matizar porque estos datos están basados
en puntuaciones directas obtenidas comparando sujetos de distintas edades en test de
inteligencia, después miraremos el deterioro mediante tests estándar en los cuales
existen baremos de edad.
Qué condiciones ambientales modulan o afectan los cambios que ocurren a lo largo de
la vida y, más aún, en la vejez: encontramos las siguientes condiciones ambientales:
condiciones generacionales, condiciones socio-personales, condiciones bio-médicas.

El deterioro cognitivo y sus patologías de base

Definición y delimitación del deterioro cognitivo.


Lo más destacado del deterioro cognitivo es
tener en cuenta que existen diferencias individuales,
no existe un patrón único de envejecimiento
cognitivo.
También es importante destacar que existe
cierta certeza que existen cambios en el cerebro
conforme envejecemos lo cual parece ser la base
biológica del déficit en el funcionamiento cognitivo.

[50]
Wechsler hizo la siguiente apreciación: el deterioro cognitivo implica una disminución
manifiesta de las aptitudes mentales que se manifiestan en el funcionamiento cotidiano del
sujeto. En otras palabras, mientras que el declive supone una disminución del funcionamiento
cognitivo que no compromete la vida cotidiana del sujeto, el deterioro cognitivo compromete
actividades sociales, profesionales e, incluso, familiares. Este deterioro, inferimos que está
producido por un trastorno orgánico cerebral.
Por todo ello, es muy importante establecer una clara delimitación entre los cambios
cognitivos que se producen de forma natural y aquellos patológicos, tarea no exenta de
dificultades.
Cuando se aprecia un determinado deterioro y no se cumplen los criterios de
demencia habría que pensar en un grado de deterioro benigno y/o una fase premórbida de la
demencia. Esta hipótesis se relaciona directamente con la hipótesis de capacidad de reserva o
plasticidad cognitiva: sólo después de un determinado nivel de disminución del
funcionamiento cognitivo se puede prever la aparición de un proceso de demencia, aunque el
deterioro hubiera comenzado a cursar con anterioridad. En las personas con un mayor
potencial de reserva cognitiva, la enfermedad se retrasaría hasta un momento posterior.
Importantes los estudios realizados en esta área y que determinaron: Tests como el
Buschke Selective Reminding Tets y la Escala de Memoria Wechsler, son más discriminativos
que los Exámenes del Estado Mental para evaluar el deterioro cognitivo, pero no así para el
diagnóstico de demencia.
En otro estudio: de todas las medidas
neuropsicológicas, el recuerdo demorado es más fiables
para diferenciar una demencia tipo Alzheimer respecto a
sujetos normales, observando, además, que las medidas
de rendimiento de reconocimiento, fluidez verbal y
praxis constructivas eran las más discriminativas para
apreciar una demencia severa.
Para reconocer tempranamente el deterioro cognitivo antes de proceder al
diagnóstico de una demencia la <<Conferencia de Consenso: Enfermedad de Alzheimer y otras
Demencias>>, ha establecido que las facultades intelectuales que se ven afectadas son:

[51]
 Deterioro de la orientación.
 Dificultad para realizar tareas complejas.
 Dificultad en la adquisición de información nueva.
 Trastornos en el lenguaje.
 Deterioro de la memoria reciente.
 Incapacidad para la programación.
 Problemas en el razonamiento lógico.
 Dificultades en el cálculo.
 Los síntomas persisten durante 6 meses.

*Resumen: El deterioro ha de ser diferenciado del declive así como puede darse un deterioro
benigno que habría que diferenciar de aquel que permite predecir un estado pre-mórbido de
la demencia.

Entidades diagnósticas que conllevan un deterioro cognitivo.


Definimos la demencia como un deterioro adquirido y persistente del funcionamiento
intelectual por lo que se ven afectadas la memoria, la atención, las praxias y gnosias y, por
tanto, la orientación temporo-espacial, la capacidad ejecutiva, de juicio y de abstracción y, lo
más importante, estas alteraciones deben ser persistentes en el tiempo y repercutir en la vida
cotidiana del sujeto restándole funcionalidad.

Características demencia:
 Tiene como principal síntoma el deterioro
cognitivo del funcionamiento intelectual
anterior y conlleva graves repercusiones
funcionales y sociales.

[52]
 Es la expresión de una enfermedad del SNC y en el caso del Alzheimer presentando
también condiciones genéticas.
 Está fuertemente asociada a la edad, pero no está causada por la edad. Es el
producto de un conjunto de enfermedades degenerativas, vasculares, traumáticas,
infecciosas, metabólicas, tumorales, o es debida a la ingestión de drogas o tóxicos.
 La más frecuente es la enfermedad de Alzheimer (60%; 20% de carácter vascular y
el otro 20% de tipo mixto).
 Son patologías de progresión lenta, por eso es tan importante su temprana
detección, pero esto es muy difícil teniendo en cuenta que el primer síntoma es el
deterioro intelectual y éste no es fácilmente distinguible. Para un diagnóstico
temprano hay que evaluar minuciosamente los potenciales trastornos de la
memoria, de la orientación temporo-espacial, del aprendizaje, del cálculo y el
lenguaje (procesos cognitivos superiores). Para llegar a un diagnóstico diferencial,
algunas entidades que incluyen un declive acusado en los procesos de memoria u
otras funciones cognitivas pero que no cumplen todos los criterios clínicos para ser
diagnosticadas como una patología demencial.

EVALUACIÓN EN ANCIANOS

TRASTORNOS DEL ÁNIMO

Entrevista Clínica.

La valoración en la tercera edad debe basarse en


una detección multidimensional de déficits en la esfera
clínico-médica, funcional, mental, y social, con el fin de

[53]
conseguir un plan racional e integrado de tratamiento y seguimiento. Va orientada hacia la
funcionalidad del sujeto, y por tanto no se centra exclusivamente en un área.
Nuestra tarea como Psicólogos, será cubrir la valoración psicológica teniendo en
cuenta el resto de resultados interdisciplinares. La evaluación psicológica considera que el
funcionamiento del anciano ha de ser evaluado en una triple vertiente: funcionamiento
cognitivo, funcionamiento afectivo y funcionamiento social.
La entrevista del mayor, como es lógico, no difiere en términos generales respecto a la
realizada en otras edades. Sin embargo conviene puntualizar una serie de indicaciones que nos
ayudarán a resolver ciertos problemas que se nos pueden presentar, y a realizar entrevistas
más satisfactorias. En este sentido, es básica la triada escuchar – comprender – observar.
Debemos tener en cuenta sus costumbres arraigadas y, al menos en el primer
contacto, hablarle al paciente de “usted”. Aunque la mayoría acepte el tuteo, es favorable que
sea algo que decida el mayor. Es fundamental tenerlo en cuenta para mostrarse respetuoso y
empático, ya que hasta que no lo conozcamos no sabemos la forma más conveniente de trato.
Además, aparte de las preguntas estandarizadas que realicemos según la entrevista,
también deberemos observar aspectos relacionados con la promoción de su salud (si vemos
“descuido” en su vestimenta, datos de malnutrición…). Enfatizar especialmente, en variables
psicológicas sociales (recursos sociales, actividades gratificantes para el anciano y habilidades
sociales), empatizando con pérdidas, carencias y temores.
Si la funcionalidad del sujeto es buena no es necesario, pero otras veces puede ser de
ayuda contar con un acompañante que, en lo posible, debiera ser lo más estable posible en las
visitas sucesivas.
Éste nos ayudará a que se expresen las demandas, se asimilen las indicaciones, etc.
Además es de resaltar que el acompañante suele coincidir muchas veces con que es el
"cuidador", con la importancia que esto conlleva en el cuidado prestado.
En cuanto a depresión, el funcionamiento social del mayor es fundamental. Éste hace
referencia a los recursos sociales, las actividades sociales gratificantes del anciano, y las
habilidades sociales del anciano.
La Entrevista Clínica con el anciano y sus allegados nos permite preguntarle por el
estado actual de sus relaciones y los conflictos presentes. Podemos recoger información del

[54]
tipo de actividad que el anciano comparte con sus familiares y amigos, y si le resulta agradable
o no.
Dada la necesidad de evaluación multimodal en la vejez, se recomienda la utilización
de entrevistas tales como la CARE, Comprehensive Assessement and Referral Evaluation
(Gurland y cols., 1977). Se designa integral porque cubre áreas psiquiátricas, médicas,
problemas nutricionales, económicos y problemática social.
En España se conoce como la Evaluación Integral de evaluación y derivación, que
cuenta a su vez con una subescala (Short – CARE) dirigida a la evaluación de la depresión.

Cuestionarios de Depresión.

Con el fin de tener en cuenta la diversidad de factores


etiológicos de la depresión, es preciso realizar un examen
médico que descarte enfermedades físicas, así como los
potenciales efectos secundarios de los fármacos en curso y un
diagnóstico diferencial con la demencia cuando los síntomas
así lo indiquen, a través de una evaluación neuropsicológica.
Desde el punto de vista psicológico, será precisa la valoración de la gravedad de los
síntomas depresivos (a través de los criterios señalados por el DSM – V), la determinación de
las condiciones ambientales antecedentes y consecuentes del problema (a través del análisis
funcional) y la especificación de los repertorios conductuales del sujeto.
Existen una serie de instrumentos específicos para la evaluación de la depresión,
entre los cuales están:
 Test de Yesavage: La GDS, de Brink, Yesavage y col., 1982 – 1983 fue construida para
detectar síntomas de depresión en ancianos y como medida de la evolución de esos
síntomas. Pero aunque ayuda al diagnóstico, no debe confiársele una capacidad que
no posee, ya que el diagnóstico de depresión (al igual que el de demencia) es clínico.
Actualmente, es de los tests más utilizados sobre todo en instituciones geriátricas por
su practicidad y efectividad.

[55]
 Escala de Hamilton: Esta destinada para valorar la severidad de la depresión en
población adulta de todas las edades.
 SDS de Zung: Escala de autoevaluación.
 Inventario de Depresión de Beck: Es uno de los
instrumentos más extendidos para la evaluación de la
depresión, aunque más utilizado en edad adulta por
resultar tal vez, algo más complicado para mayores.
 Lista de adjetivos para la Depresión (DACL): Evaluadora
del “humor depresivo”.
 Hopkins Sympton Check List: Sensible al cambio en los ancianos deprimidos tratados
en psicoterapia.
 Affect - Balance Escale: Diseñado por Bradburn en 1969 como test sencillo para
explorar el “status” afectivo de la población en general.
 Escala de Depresión para ancianos, de Reig: Adaptada por Reig en 1991.
 Escala de Depresión OARS: Perteneciente a la batería OARS, con una ventaja principal
que es su brevedad.
 Lista de Conductas de Autocuidado de Williams, Barlow y Agras: Plantilla de
observación diseñada por Williamn, Barlow y Agras en 1992, y utilizada para registrar
el comportamiento de sujetos deprimidos en marcos hospitalarios.

Dentro de las condiciones potencialmente relevantes de la depresión en personas


mayores cabe destacar, de un lado, el sistema de refuerzos disponible y, de otro, los
repertorios conductuales mediadores como son las habilidades sociales y las actividades
placenteras que realiza el sujeto.
También existen alternativas complementarias para evaluar este trastorno. La forma
más común consiste en evaluar las variables asociadas a la depresión:

 Habilidades Sociales:

[56]
 Evaluación conductual de habilidades de conversación (basada en la
observación natural de una interacción social) y evaluación conductual de
comunicación (que obtiene los datos a partir de una situación de role –
playing).
 Entrevista de Evaluación de Habilidades de
Conversación.
 Entrevista estructurada en la que se cuestiona al
sujeto sobre actividades sociales en una
institución geriátrica.
 Means Ends Problems Solving, MEPs. “Solución
de problemas medios – fines”, para la evaluación
de habilidades cognitivas en la resolución de problemas interpersonales.
 Batería de Competencia Interpersonal. Se trata de una batería de habilidades
interpersonales para ancianos desarrollada y validada por Pelechano y de
Miguel en 1992.
 Cuenta con la evaluación de: Asunción de perspectivas para Ancianos,
Generación de Alternativas, Articulación de medios para logros de fines,
Atribución Causal y Previsión de consecuencias.
 Mediciones del funcionamiento social en los afectados de deterioro cognitivo:
 Escala para medir la conducta social mínima.
 Escala VIRO. Método de evaluación del Vigor, la Integridad, las Relaciones y la
Orientación de los pacientes geriátricos.
 Eventos y actividades placenteras:
 Escala de Eventos Placenteros y Escala de Eventos no – Placenteros. Se centra
en la evaluación de la actividad del propio sujeto funcionalmente asociada con
la depresión, como postula la teoría de Lewinshon (F. Ballesteros, 1992a,
p.334).
 Inventario de Actividades Agradables para personas Ancianas.
 Acontecimientos vitales:

[57]
 Inventario de Situaciones Conflictivas para Ancianos, de Mª Izal (ISCA).
 Geriatric Scale of Recent Life Events.

Dificultades más comunes y estrategias de solución.

 Hipoacusia: Una buena estrategia para casos


de hipoacusia es hablar alto y claro, utilizando
frases cortas, favoreciendo el contacto facial y
empleando movimientos claros de los labios
que dirigiremos a nuestro interlocutor.
También ayudarán los complementos escritos
de nuestra información, así como el empleo de
resúmenes altos y concisos, y la corroboración
de lo entendido. Muchas veces obtendremos
ayuda del acompañante.
 Trastorno Cognitivo: Dependiendo del grado de deterioro, puede ser de utilidad la
colaboración del acompañante, usar un lenguaje sencillo, con frases cortas, así como el
uso de complementos escritos y corroborar que se haya entendido lo que queremos
transmitir al paciente.
 Paciente con serio deterioro Clínico – Funcional:
En muchas ocasiones no debemos infravalorar la asimilación por parte del mayor
de información, así como su participación en la toma de decisiones. Debemos tener en
cuenta su conocimiento previo, para que nuestras decisiones estén en consonancia
con su manera de ser, etc. Igualmente, debemos prestar atención también a su
cuidador y a quienes les rodean. Al acabar la entrevista, es conveniente dirigirnos
siempre al mayor y emplear el contacto físico.
Facilita la entrevista con el anciano la integración en consultas habituales de
actividades de promoción de la salud y preventivas, el empleo del abordaje integral, el
uso de elementos y técnicas facilitadoras de una escucha activa, la frecuente

[58]
corroboración de la información y el no infravalorar la capacidad de comunicación, y
de negociación de los sujetos.
 Paciente descuidado, con malas maneras: Con este tipo de pacientes, nos
enfrentamos a un obstáculo para su abordaje, y es una evidencia que su manejo, hasta
cierto punto condicionado por un posible contraste de costumbres, educación y
estatus social, es menos agradable; sin embargo, son pacientes que pueden
beneficiarse enormemente de nuestra intervención. La regla de oro es luchar contra
los estereotipos e interferencias (fundamentalmente sociales o culturales) e intentar,
en primer lugar, averiguar los motivos por los que está así, y su cronología (puede ser,
por ejemplo, un inicio de demencia que le lleve a un descuido o un cuadro depresivo).
 El paciente no tiene iniciativa para
hablar. Sobre todo en la primera
sesión, ocurre que el paciente
únicamente habla con monosílabos y
por tanto el terapeuta no tiene
información sobre el paciente. Ante
esta situación, lo más conveniente como terapeutas es que aprovechemos esa primera
sesión para explicar al paciente en qué va a consistir la terapia en general y explicarle
que su papel ha de ser activo y participativo, ya que si no la terapia no funcionará.
 El paciente responde a las preguntas del terapeuta con excesivo detalle y pasa de
una pregunta a otra: Quiere dar tanta información que no sabe cómo hacerlo. Cuando
el terapeuta observe esta situación, habrá de cortar el discurso con contundencia,
explicando que más adelante ya se comentarán las cosas con exhaustividad, ya que no
podrán avanzar en la evaluación. Otra forma de evitar que la persona cuente
demasiada información es realizándole preguntas cerradas, para que la persona tenga
que responder de forma escueta.

TRASTORNOS DE ANSIEDAD EN ANCIANOS

[59]
Cuestionarios de Ansiedad.

En una evaluación abierta, se puede pedir al paciente que nos comente sus problemas
actuales. Inicialmente es preferible una actitud directiva en la entrevista preguntándole por
posibles problemas en diversas áreas de su vida.
Para facilitar el diagnóstico, el terapeuta puede tener en mente un listado de tareas y
preocupaciones típicas de la vejez como guía para detectar las posibles preocupaciones del
paciente anciano. Temas frecuentes son la pérdida de amigos y parientes, los aspectos sociales
del envejecimiento, las enfermedades, el mantenimiento de la autoestima y el cambio de roles
tras la jubilación.
Es importante interrogar al paciente
para conocer si siempre tuvo muchas
preocupaciones y si estas interfieren en sus
actividades y su vida; si se suele preocupar
porque le pueda suceder algo malo, y si los
amigos o familiares le mencionan que se preocupa en exceso. Siempre se debe evaluar el
impacto de estos síntomas sobre el funcionamiento del paciente y su calidad de vida.
Se analizan si las preocupaciones del paciente exceden las que manifiestan otros
individuos de características similares, la duración de los síntomas, la frecuencia y la intensidad
de la preocupación, la cantidad de motivos por los cuales se preocupa, su capacidad para
controlar la preocupación y el malestar y las limitaciones secundarias a los síntomas.
Además de la presencia de depresión, se debe investigar la de otros síntomas como el
pánico y las fobias, controlar los fármacos que toma, si consume otras sustancias que puedan
causar estos síntomas, y la ingesta excesiva de alcohol y de cafeína.
Se cuenta con muy pocas escalas desarrolladas específicamente para medir la ansiedad
en ancianos. En un reciente compendio de instrumentos para su utilización en psicogeriatría
no se observó una escala para la valoración de los trastornos primarios de ansiedad,
comparado con las más de 15 escalas para la depresión. No obstante, recientemente se han
desarrollado algunos instrumentos específicos para su empleo en ancianos, a saber:

[60]
 10-item Short Anxiety Screening Test. Prueba corta de 10 ítems para medir la ansiedad
en pacientes internados y ambulatorios.
 La Escala FEAR de 4 ítems para utilizarla en las personas responsables del cuidado
primario de los ancianos.
 Rating Anxiety in Dementia (RAID). Escala de Valoración de la Ansiedad en la
Demencia, para ancianos con demencia.
 Escala de Depresión y Ansiedad de Goldberg. La más utilizada, Cada una de las
subescalas se estructura en 4 ítems iniciales de despistaje para determinar si es o no
probable que exista un trastorno mental, y un segundo grupo de 5 ítems que se
formulan sólo si se obtienen respuestas positivas a las preguntas de despistaje (2 o
más en la subescala de ansiedad, 1 o más en la subescala de depresión).
 Indicadores de tensión y ansiedad de Cautela y Upper.

DETERIORO COGNITIVO EN LA DEMENCIA

Introducción al proceso de evaluación.


Importante la temprana identificación. Para llevar a cabo con éxito el proceso diagnóstico hay
que:
Utilizar pruebas de medida de la inteligencia
que nos ofrezca una medida del deterioro
intelectual a través des tests que cuenten con
baremos adecuados a la persona que se va a
evaluar.
Utilizar los criterios diagnósticos diferenciales
que discriminen in proceso de demencia de
otras patologías.
Seleccionar cuidadosamente los restantes instrumentos de evaluación que vaya a ser
utilizados para valorar los diferentes factores implicados en el proceso demencial

[61]
(cognitivos, funcionales, conductuales y socio-ambientales), así como realizar una
evaluación multidimensional.
Habrá que tenerse en cuenta todas las condiciones personales que pueden influir en la
evaluación así como en la aparición de un falso deterioro cognitivo o una demencia
(nivel educativo, problemas sensoriales, problemas emocionales, contexto
sociocultural, fármacos, etc.).
Tener siempre en cuenta que la demencia es una enfermedad del SNC que ha de ser
diagnosticada por un médico. El diagnóstico de la demencia requiere el compromiso
de un médico esencialmente neurólogo.

El proceso de evaluación del deterioro cognitivo. Siguientes pautas a seguir:


Obtener o confeccionar un historial clínico (datos personales y sociodemográficos,
antecedentes personales y familiares, valoración general del estado de salud y estado
nutricional, valoración neuropsicológica y funcional, valoración del estado de ánimo,
valoración red social, tratamientos en curso, datos globales sobre el estado de salud
del paciente) mediante entrevista. De esta manera se puede planificar el proceso de
evaluación, obteniendo el perfil clínico y médico del paciente.
Entrevista con familiares. Con el fin de obtener información sobre el funcionamiento
cognitivo y su historia y la conducta del paciente en su vida cotidiana. También es una
información que ayudará a la planificación de la evaluación. Esta entrevista puede ser
confeccionada por el clínico en un formato semiestructurado, o utilizar entrevistas
estructuradas diseñadas para tal efecto. A destacar: Cuestionario de Información sobre
el declive cognitivo en la vejez, (IQCODE), instrumento de cribaje del deterioro
cognitivo temprano con un valor similar al MMSE.
*Con esta información de paso 1+2 ya se puede proceder a una evaluación
programada, es decir, valorar el funcionamiento intelectual del paciente mediante
instrumentos de evaluación. Sin embargo, no debemos olvidar que la demencia es una
enfermedad que, en la actualidad, es evaluada mediante procedimientos
neurobiológicos que completan las exploraciones psicopatológicas. En definitiva, la

[62]
evaluación del Psicólogo se reduce a la evaluación de los síntomas de la enfermedad,
le toca al médico la valoración de las condiciones orgánicas del paciente.
Análisis del funcionamiento intelectual para
determinar la potencial existencia de un
deterioro cognitivo mediante todos los tests y
exámenes posibles.
Examen del funcionamiento de las actividades
de la vida diaria básicas e instrumentales y
socio-afectivas para llegar a un diagnóstico
diferencial.
Cumplimiento de los criterios del DSM-V o del CIE-10 mediante los exámenes
pertinentes.

Instrumentos de evaluación del deterioro cognitivo y la demencia (sólo de los instrumentos


las dimensiones que evalúan, y el MMSE).

Diferenciamos 5 grandes grupos:


TEST DE INTELIGENCIA. Utilidad (medir deterioro, la disminución en el rendimiento
intelectual; han de ser complementarios por otros exámenes):
o Cuando contamos con una medida de la inteligencia del sujeto en el
pasado (situación pre-mórbida): se puede hacer mediante dos vías, realizar
una estimación de la inteligencia de la persona a través de sus realizaciones
educativas y profesionales, o también evaluando aquellas funciones que se
ven poco afectadas por una potencial demencia (vocabulario, capacidad
lectora) y considerar esa puntuación en los test de medida de esas funciones
como un indicador de la inteligencia
premórbida.
o Aplicando tests de inteligencia que cuentan
en la actualidad con baremos de edad con los

[63]
que podemos comparar a nuestro sujeto según su grupo normativo: las
puntuaciones directas han de ser convertidas en puntuaciones normativas de
edad. Se puede, por lo tanto, examinar el deterioro mediante distintos tipos
de tests de inteligencia, el sujeto debería presentar u decremento de su
inteligencia superior a lo que declinaría dada su edad. Ahora bien, ¿Cómo
verificar que existe un deterioro (y no sólo un declive) del funcionamiento
intelectual?: examinar mediante las puntuaciones típicas que nos ofrece el test
(el WAIS-III) y precisar en qué medida la persona evaluada obtiene una
puntuación por debajo de lo que sería de esperar dado su nivel de edad.
o Utilizando diseños intrasujeto por los que el deterioro se establece con base
en la diferencia existente entre dos o más puntuaciones del mismo sujeto en
el transcurso del tiempo: la comparación de resultados debe hacerse teniendo
en cuenta tanto las puntuaciones directas como las normativas y, en todo
caso, utilizar el error de medida del test y su desviación típica a la hora de
establecer la probabilidad de que una personas haya modificado su
puntuación intelectual.

EXÁMENES DEL ESTADO MENTAL Y ESCALAS DE APRECIACIÓN DE DETERIORO (para


diagnóstico demencia).
 Exámenes del estado mental: el más destacado es el MMSE (*Mini-Examen del
Estado Mental), con su versión española MEC, estudiados en población general en
mayores de 18 años y en población mayor de 65 años. Hay que destacar su grado de
aceptación en el ámbito clínico y en estudios de investigación, es una manera breve de
evaluar el funcionamiento intelectual y que puede ser tomado como medida de un
potencial deterioro cognitivo. El MMSE consta de 30 ítems que evalúan de forma
sencilla las siguientes funciones cognitivas: orientación espacio-temporal, memoria
inmediata y diferida, concentración, cálculo, lenguaje, función ejecutiva y praxia
constructiva. El punto de corte se establece en 24 (y menos) que deberá ser modulado
en España dependiendo del nivel de educación de la persona. Nos ofrece una
sensibilidad (capacidad para detectar a los verdaderos positivos) del 84% y una

[64]
especificidad (capacidad para detectar los verdaderos negativos) del 88% para
detectar un deterioro cognitivo.
Es importante resaltar la utilidad de una versión del MMSE denominada
Modified Mini-Mental State Examination (3MS): consta de un recuerdo demorado
adicional de 3 ensayos de los tres ítems de recuerdo del MMSE. Se ha obtenido una
sensibilidad en solo dos ensayos de un 96,2%, y una especificidad del 90,4%, a la hora
de diferenciar entre sujetos diagnosticados con demencia y sujetos sin deterioro
cognitivo. Con los 3 ensayos de recuerdo demorado se logra diferenciar a personas
mayores que poseen un riesgo de padecer un deterioro cognitivo leve de aquellos que
poseen un funcionamiento cognitivo normal.
Por otra parte, la fiabilidad y validez de los
exámenes del estado mental es relativamente alta,
aunque disminuyen cuando el deterioro cognitivo
es leve o el nivel cultural de la persona es bajo o
muy alto. Más concretamente, si el nivel de
escolaridad es inferior a 8 años se incrementa la
sensibilidad y disminuye la especificidad, mientras
que conforme se avanza en edad, a partir de 80
años, disminuye su especificidad. Algunos autores
han propuesto administrar este instrumento junto
a una prueba de fluidez verbal y, así, poder
incrementar su sensibilidad a la hora de detectar a
los verdaderos positivos.

 Escalas de apreciación de expertos para establecer el curso y la gravedad del


deterioro global del paciente: denominadas escalas para el diagnóstico evolutivo,
destacaremos dos también por su mayor aceptación y uso en el ámbito clínico y de
investigación.

[65]
- 1ª Escala Global de Deterioro (GDS) de
fácil aplicación para expertos y se utiliza
para evaluar el estado evolutivo de EA,
aunque puede ser utilizada con otros
tipos de demencia, y para discriminar
entre personas mayores normales que
no tienen ningún deterioro cognitivo o
que tienen un grado de deterioro muy
leve (estadios 1 y 2), el estadio 4 y 5
seria moderado y moderado/grave, el 6
y 7 grave y muy grave.
- 2ª Escala Clínica de Demencia (CDR) que contiene 5 estadios (0-0,5-1-2-3),
siendo el 3 la demencia severa. Es un instrumento que expresa el estado de
la demencia en seis dominios cognitivos: memoria, orientación, resolución
de problemas y razonamiento, funcionamiento en asuntos comunitarios, del
hogar y entrenamientos y cuidado personal (este último no tiene un nivel
0,5).

TEST NEUROPSICOLÓGICOS. Objetivo: identificar y detallar las funciones cognitivas que


presentan algún tipo de alteración y las conductas desadaptativas. Deben ser evaluadas
las siguientes funciones:
 Nivel de consciencia.
 Atención para responder a los estímulos sin distraerse.
 Orientación temporal y espacial.
 Memoria.
 Lenguaje.
 Gnosias visuales y auditivas.
 Praxias.
 Capacidad de abstracción.

[66]
 Juicio y programación de secuencia.
 Tener en cuenta el nivel cultural y la presencia de algún tipo de alteración sensorial
que pueda inferir en la exploración.

Para realizar la exploración existen instrumentos específicos, que evalúan una función
cognitiva determinada e instrumentos neuropsicológicos globales que realizan una exploración
del conjunto de las funciones cognitivas. Destacamos los siguientes:
 Test de Memoria de Rivermead (RBMT): valora los
problemas de memoria cotidianos que
corresponden con las quejas de memoria más
frecuentes, y mide la frecuencia y la severidad de
estos déficits. En la versión española encontramos
tareas de memoria tan cotidianas como: recordar el
nombre de una persona, recordar un objeto
personal escondido y recordar una cita.
 Test de Categorías de Isaacs (S-TI): lenguaje; medir fluidez verbal categorial del
paciente al solicitarle hasta un máximo de 10 respuestas de las siguientes categorías:
colores, animales, frutas y ciudades.
 Test de Boston (BNT): lenguaje; evalúa las habilidades de denominación de objetos
dibujados en láminas (memoria semántica).
 Test de Dibujo del Reloj (Clock Test; CDT): perceptivo-motoras; evaluación de las
funciones visuoespaciales y constructivas. Se aplica, generalmente, cuando el
paciente ha obtenido una puntuación normal en el MMSE, pero se sospecha un déficit
en la función visuoespacial, que puede preceder, en algunos casos, a déficits en la
memoria y ser indicativo de un proceso de demencia.
 Test de Barcelona (TB): 1ª batería neuropsicológica de España para evaluar el
funcionamiento cognitivo (funciones ejecutivas, de categorización y abstracción, de
razonamiento y la conducta general del paciente durante la prueba). Tiene una

[67]
correlación alta con los tres factores principales del WAIS: comprensión verbal,
organización perceptiva y atención-concentración.

 Batería Cambridge (CAMDEX): la más utilizada. Contiene criterios para el diagnóstico


diferencial, discriminando entre los diferentes tipos de demencia más frecuentes y,
entre un proceso de demencia y otros trastornos cognitivos. Además, permite
clasificar el grado de severidad del deterioro cognitivo. Se compone de 8 secciones:
Sección A, entrevista con el paciente; Sección B, examen cognitivo; Sección C,
observaciones entrevistador; Sección D, examen físico; Sección E, pruebas analíticas (si
están disponibles); Sección F, listado de medicamentos; Sección G, información
adicional; Sección H, entrevista con informador (pariente cercano o allegado).

EVALUACIÓN FUNCIONAL Y SOCIO-AFECTIVA.


Habilidades Funcionales: nivel de
independencia de una persona para
desenvolverse en su vida cotidiana y se
operacionalizan a través de las denominadas
Actividades de la Vida Diaria (AVDs). Se
refieren a aspectos relacionados con el
cuidado personal (AVD-I o básicas) y el
manejo de la persona en su entorno más
amplio (AVD-II o instrumentales). Generalmente los déficits en las AVDs, en personas que
sufren un proceso de deterioro cognitivo progresivo, suelen surgir en estadios moderados
o avanzados de la enfermedad. A parte del deterioro en el funcionamiento cognitivo
podemos encontrar trastornos conductuales debidos a la demencia, como por ejemplo la
de ambulación o vagabundeo, desinhibición social, agitación psicomotriz, agresividad,
ideas delirantes, trastornos de la alimentación, trastornos del sueño, incontinencia
urinaria, persecución, gritos y preguntas repetitivas, entre otras. Para evitar la subjetividad
en la estimación del impacto que la conducta del paciente tiene en el cuidador principal,

[68]
contamos con escalas objetivas que valoran los síntomas conductuales en un enfermo de
demencia, que veremos a continuación.

TÉCNICAS E INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN NEUROBIOLÓGICA.


La más destacas es la Escala Neurobiológica (NRS), destacada al ser un instrumento de
observación del profesional que evalúa y por tener una versión traducida al castellano.
Esta escala, en un principio, fue diseñada para valorar las secuelas conductuales que
producían las lesiones cerebrales y otras patologías psiquiátricas, y que los pacientes no
podían autoinformar.
Evalúa los siguientes síntomas: estado de
alerta, enlentecimiento motor, ansiedad,
agitación psicomotriz, labilidad emocional,
desinhibición social, hostilidad, recelo,
alucinaciones, desorientación.
Existen otras patologías mentales y
conductuales que conllevan un aparente
deterioro (falso deterioro), por tanto, toda
evaluación de deterioro en la vejez debe
conllevar la evaluación del estado de ánimo con
el fin de descartar procesos depresivos que cursan con síntomas similares a los de un falso
deterioro cognitivo. Por ejemplo: Escala de Depresión Geriátrica (GDS).
Como ya hemos señalado, la demencia procede de un conjunto de enfermedades que
conllevan patologías del SNC. Estas patologías pueden ser evaluadas mediante técnicas
neurobiológicas. Algunas de ellas forman parte del protocolo básico de exploración
diagnóstica (analítica completa de sangre y bioquímica, serología, TAC, ECG y rayos X de
tórax), y otras se realizan en función de las sospechas clínicas que han de descartarse
(punción lumbar, EEG, SPECT, serología SIDA, etc.). En general se pueden clasificar en dos
tipos: pruebas de laboratorio y técnicas de neuroimagen.

[69]
PSICOTERAPIA COGNITIVA DE URGENCIA4

URGENCIAS EN ANCIANOS. CONSIDERACIONES TEÓRICAS.

En el planteamiento psico-evolutivo de Slaikeu pone el inicio de la vejez sobre los 65


años. Considera que el motivo guía de esta fase es la integración de la experiencia pasada vs
desesperación. Tareas y preocupaciones específicas que corresponden a esta etapa de la vida
serian: generar una segunda aspiración/nuevos estudios/intereses en pasatiempos, compartir
la sabiduría de la experiencia con otros, evaluar el sentido del pasado y la satisfacción de la
propia vida, disfrutar de una cantidad razonable de comodidad física y emocional y mantener
una suficiente movilidad para relacionarse con el ambiente.
Los problemas o crisis que más se relacionan con la vejez estarían relacionados con:
dificultades financieras, conflictos relacionales con los hijos, conflictos con los vecinos o
conocidos, indiferencia por parte de los familiares más jóvenes, muerte de amigos, conciencia
de soledad, enfermedad o incapacidad y dificultades en la adaptación a la jubilación.
Los problemas psicopatológicos que pueden generar más urgencias en el paciente
anciano se relacionan con la demencia, la ansiedad, la Depresión , el intento suicida, el estado
confusional, los estados paranoides y los trastornos del sueño.
Los ancianos suelen mantener una serie de actitudes hacia el tratamiento psiquiátrico
o psicológico: Rara vez solicitan tratamiento por su propia iniciativa, aunque experimenten un
alto grado de malestar psíquico. Cuando comentan con el médico o el asistente social sus
problemas se suelen referir a su estado físico y problemática relacional. Esta tendencia parece
mantenida por creencias personales en torno a significados relacionados con que el pedir
tratamiento psíquico implica que uno está loco, será ingresado, que los problemas se han de
resolver por uno mismo, o que uno no debería causar ciertos problemas o cargas a otros.

4
Juan José Ruiz Sánchez (*), Juan José Imbernón González (**), Justo José Cano Sánchez (**).
(*) Psicólogo Clínico, (**) Psiquiatras. ESMD-ÚBEDA, 1ª Edición 1999.

[70]
Esto indica que los clínicos han de tener inicialmente una actitud de entrevista
directiva con estos pacientes y sus allegados, a la hora de detectar sintomatología psíquica.

Diez factores específicos de la P.C.U con ancianos.

1. Evalúe las preocupaciones del anciano. El terapeuta puede tener en mente el listado de
tareas y preocupaciones típicas de la vejez como guía para detectar las posibles
preocupaciones del paciente anciano. Temas frecuentes son la pérdida de amigos y
parientes, los aspectos sociales del envejecimiento, las enfermedades, el mantenimiento
de la autoestima, y el cambio de roles tras la jubilación.
Se puede pedir al paciente que nos comente sus problemas actuales, pedirle que nos
diga qué le preocupa de ellos y qué le hace creer eso. Inicialmente es preferible una
actitud directiva en la entrevista preguntándole por posibles problemas en diversas áreas
de su vida.

2. Evalúe el estado mental general del anciano. Autoras como Fernández Ballesteros
consideran que el funcionamiento psicológico del anciano ha de ser evaluado en una triple
vertiente: (1) Funcionamiento Cognitivo, (2) Funcionamiento Afectivo y (3)
Funcionamiento Social.
La evaluación del funcionamiento
cognitivo trata de determinar el grado de
déficit y conservación de las capacidades
cognitivas del sujeto, como la memoria, la
orientación espacio-temporal, razonamiento,
etc. Déficits en estas áreas pueden estar
relacionados con procesos demenciales o
confusional de diversa etiología. Las escalas breves de detección o screening de déficit
cognitivo son a menudo útiles para detectar el funcionamiento cognitivo del sujeto (p.e el
Mini-examen cognoscitivo de Lobo). Si se detecta déficit sé pasaría a una evaluación

[71]
neurológica y neuro-psicológica más precisa mediante pruebas más específicas como el
WAIS, la batería psico-neurológica de Halstead, etc.
En la evaluación del estado afectivo del anciano junto a la entrevista clínica se pueden
emplear escalas e inventarios para evaluar la Depresión como la Escala de Zung y el
Inventario de Depresión de Beck; y otras escalas para evaluar el estado mental general (p.e
El Examen Geriátrico del Estado Mental de Gurland, 1976).
El funcionamiento social del anciano hace referencia a los recursos sociales, las
actividades sociales gratificantes del anciano, y las habilidades sociales del anciano. Existen
también escalas específicas para evaluar estos aspectos (Fernández Ballesteros, 1981).

3. Evalúe el estado médico del anciano. Es de suma importancia que el clínico cuente con
datos del historial médico del anciano y/o datos de evaluación médica y neurológica
actual. Muchos estados psicopatológicos pueden deberse a enfermedades médicas. Por
ejemplo la enfermedad de Addison o Hipoadrenalismo produce unos síntomas que se
asemejan a la Depresión clínica.
La evaluación neurológica puede estar justificada en casos de detección de déficit
cognitivo.
El clínico que trabaja en una unidad hospitalaria debe de estar coordinado con los
especialistas de los otros servicios en la evaluación del anciano cuando este presenta
psicopatología y problemas médicos asociados.

4. Evalúe la calidad de las relaciones


interpersonales del anciano. La
entrevista clínica con el anciano y sus
allegados nos permite preguntarle por
el estado actual de sus relaciones y los
conflictos presentes. Podemos recoger
información del tipo de actividad que
el anciano comparte con sus familiares y amigos, y si le resulta agradable o no. Existen
también escalas específicas para evaluar este aspecto.

[72]
El anciano puede presentar conductas molestas para sus familiares como un intento de
recuperar el afecto que él percibe perdido. Si ocurre este caso se deben de establecer las
condiciones para que esta persona se sienta significativa en su entorno.
Otras veces la familia vive la presencia del anciano como una carga obligatoria con
ambivalencias entre el malestar que genera y sentimientos de culpa o responsabilidad por
su cuidado. El terapeuta debe de evaluar las posibilidades alternativas a esta situación,
como la existencia de redes de amigos, actividades potenciales a la rutina casera y
actividades comunes más agradables con los familiares.

5. Evalúe el nivel de actividad gratificante del anciano.


Un anciano que se ha jubilado o ha perdido su rol
funcional anterior sin haberlo sustituido por una gama
de actividades agradables alternativas tiene más
posibilidades de tener problemas psíquicos. El
terapeuta debe de valorar el nivel de actividad actual
del anciano, por ejemplo preguntándole con detalle
que le describa que hace un día normal desde que se
levanta hasta que se acuesta, y qué actividades le
resultan más agradables. También puede preguntarle
por proyectos o ilusiones anteriores no llevadas a cabo
y por las posibilidades de realizarla en el momento
actual. El uso de las escalas de refuerzos es otra forma
de evaluar el nivel potencial de actividades agradables
del anciano.

6. Reestructure los significados disfuncionales. Una vez que el terapeuta ha identificado las
preocupaciones y significados disfuncionales del anciano puede trabajar en la modificación
de los mismos. Utilizará los métodos cognitivos en función de la capacidad cognitiva del
paciente.

[73]
Con pacientes con capacidad cognitiva más deteriorada es mejor usar señales externas
y listas de recuerdos que guíen su conducta funcional. Con pacientes con una capacidad
cognitiva normal pueden usarse el cuestionamiento cognitivo sobre la base de evidencias,
los experimentos personales para poner a prueba sus cogniciones, usar modelos de otros
ancianos que han superado problemas similares, las auto-instrucciones usar el rol playing
para representar las viejas creencias y sus alternativas, etc. Como en otros casos es
importante haber establecido una relación empática previa antes de realizar el
cuestionamiento cognitivo.

7. Aborde los síntomas de los trastornos mentales. La presencia de trastornos mentales


específicos como la Depresión mayor, trastornos paranoides o trastornos cognoscitivos,
suele conllevar el uso selectivo de psicofármacos y otras intervenciones médicas. Con
frecuencia la presencia de estos trastornos se convierte en el objetivo central de la
urgencia. Un objetivo complementario suele ser la psico-educación de los familiares o
sanitarios en el manejo de estos trastornos. Para este último punto el terapeuta puede
usar la explicación, la biblioterapia, cd y el rol playing de escenificación de problemas y su
manejo por modelado.

8. Atienda las necesidades médicas del paciente. La presencia o sospecha de enfermedad


médica debe hacer que el clínico contacte con los servicios médicos pertinentes. El
terapeuta debe estar informado de la evolución y tratamiento médico del paciente, y
coordinado con los especialistas que atienden esta área. Esto le permite poder abordar
con mayor eficacia los significados y conductas disfuncionales que el paciente puede
desarrollar en torno a este tema.

9. Trabaje con la familia o allegados del anciano. La terapia familiar o institucional con el
anciano puede consistir en la
búsqueda de estrategias de
resolución de problemas para los
conflictos relacionales que se

[74]
presentan. Estas intervenciones pueden ser más eficaces si se considera el estado
emocional de los implicados en esos conflictos, se les pregunta sobre sus conductas, y sus
cogniciones en esas situaciones problemáticas (sus pensamientos, preocupaciones y
significados), de modo que se puede trabajar en el ámbito cognitivo modificando las
cogniciones disfuncionales y a nivel conductual desarrollando soluciones alternativas.
Como en otras modalidades de trabajo, el terapeuta puede mostrar el conjunto de
problemas y alternativas haciendo que los implicados representen y psico-dramaticen
escenas relevantes del caso en cuestión. Esas escenas se pueden parar y repasar en varios
puntos de su secuencia, amplificando los detalles y pidiendo feedback a los presentes en la
terapia.

10. Aumente el nivel de actividad gratificante del anciano. La programación gradual de


actividades potencialmente agradables con el anciano es muy útil en el manejo de los
síntomas depresivos, y en el nivel de satisfacción general. Se va proponiendo un nivel de
actividad gradual que inicialmente puede ser llevado a cabo con el apoyo de un trabajador
social o un monitor, y que sé va revisando en consulta con el propio anciano. En este punto
es importante atender a las razones y objeciones del anciano para esas actividades, de
modo que se puedan diferenciar los problemas reales y sus alternativas (p.e problemas de
desplazamiento) de las funciones cognitivas (p.e creerse incapaz sin evidencia de llevar a
cabo una actividad).

[75]
[76]
TRATAMIENTOS Y TÉCNICAS PARA LOS TRASTORNOS EN LA VEJEZ

TRASTORNOS DE ANSIEDAD

Intervención Farmacológica

El tratamiento farmacológico en el anciano ha de ser


evaluado con cuidado ya que no siempre el riesgo-beneficio
es aceptable para una persona mayor. Hay que tener en
consideración las particularidades de esta edad en la que
hay modificaciones biológicas que pueden tener
repercusiones en la farmacodinámica y la farmacocinesia.
Esto puede producir una mayor sensibilidad del Sistema
Nervioso Central a las benzodiacepinas.
Se necesita un control riguroso de un médico ya que
hay muchos efectos adversos en las personas de la tercera
edad debido a la auto-poli-medicación. Algunos de ellos son:
 Somnolencia, sedación, ataxia y amnesia anterógrada.
 Cefaleas, vértigos, desorientación, temblores, disartria, alteraciones visuales y
retención urinaria.
 Intoxicación, ictericia, urticaria y alteraciones hematológicas.
 Reacción paradógica: agresividad, pesadillas, hiperactividad, insomnio y alucinaciones.
Las benzodiacepinas es el fármaco más indicado en el caso del trastorno de ansiedad
generalizada y de la fobia específica, y en general para la mayoría de trastornos de ansiedad.
Están contraindicadas en pacientes con apnea del sueño.

[77]
Hay riesgo también de sufrir un accidente cuando el uso de este fármaco es de acción
larga pero es ampliamente recomendado por los especialistas en estas edades cuando son de
acción corta.
Debido a la gran comorbilidad de la ansiedad con trastornos depresivos también se
emplean fármacos antidepresivos que son de gran utilidad en la tercera edad, incluso en
combinación con las benzodiacepinas. Se recomiendan especialmente los inhibidores
selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS). Se comienza con una dosis muy baja y se
aumentan lentamente para evitar un incremento inicial de la ansiedad.

Intervención Psicológica

Las intervenciones psicológicas más recomendadas para la ansiedad en estas edades


son de diversos tipos y hay una gran variedad de técnicas para trabajar con ellos.

Terapia Cognitivo-Conductual

Dentro de la TCC hay numerosas técnicas eficaces en el tratamiento de la ansiedad


tales como el entrenamiento en habilidades sociales, la exposición gradual a situaciones de
estrés, resolución de conflictos, entrenamiento en relajación y respiración, etc.
Stanley y colaboradores presentaron un PROGRAMA DE TRATAMIENTO para un
grupo de pacientes mayores de 60 años diagnosticados de ANSIEDAD GENERALIZADA que
consta de unas 15 sesiones aproximadamente. El programa consiste en:

SESIÓN 1: Psicoeducación y entrenamiento en concienciación.


 Objetivo: Ayudar al paciente a encontrar la naturaleza del
trastorno de ansiedad, que aprenda cómo funciona la
ansiedad en las personas para que pueda identificar y
controlar los síntomas asociados.

[78]
 La Psicoeducación es esencial en el tratamiento de un trastorno de ansiedad: mostrarle
el significado de la ansiedad como mecanismo adaptativo, su diferenciación de la
ansiedad patológica, formas de manifestarse, importancia del pensamiento en el
desencadenamiento de ésta, etc. Le explicaremos la curva de la ansiedad y cómo
reaccionamos las personas al estrés.

SESIONES 2-5: Entrenamiento en Relajación Progresiva.


 Objetivo: Ayudar al paciente a controlar la respuesta fisiológica de ansiedad que a su
vez provoca pensamientos ansiógenos.
 La Técnica de Relajación Progresiva de Jacobson: tensando y relajando
sistemáticamente varios grupos de músculos y aprendiendo a discriminar las
sensaciones resultantes de la tensión y la distensión muscular. Una persona puede
eliminar casi completamente las contracciones musculares y experimentar una
sensación de relajación profunda. Es recomendable hacerla en un lugar que evite, en la
medida de lo posible, los estímulos auditivos y visuales que puedan ser distractores, en
un ambiente tranquilo, sin ruido, lejos de estímulos ambientales perturbadores, con
una temperatura adecuada, luz moderada y bien ventilada. La persona debe ir con
ropa cómoda y quitarse accesorios que puedan incomodarle como las gafas, el reloj,
etc. Podremos utilizar un sillón o silla cómoda, a ser posible que la persona tenga
apoyados los brazos y la cabeza. Los grupos musculares que se trabajan, por orden,
son los siguientes:
1. Mano y antebrazo dominante. Apretar el puño.
2. Brazo dominante. Apretar el codo contra el brazo del sillón.
3. Mano y antebrazo no dominante.
4. Brazo no dominante.
5. Frente. Levantar las cejas.
6. Ojos y nariz. Apretar los párpados y arrugar la nariz.
7. Boca. Apretar los dientes, los labios y la lengua contra el paladar.
8. Cuello. Empujar la barbilla contra el pecho.
9. Hombros, pecho y espalda. Echar los hombros hacia atrás.

[79]
10. Estómago. Encoger la barriga como para recibir un golpe.
11. Muslo dominante. Apretar el muslo.
12. Pierna dominante. Doblar los dedos del pie hacia arriba.
13. Pie dominante. Doblar los dedos del pie hacia dentro, curvar el pie.
14. Muslo no dominante.
15. Pierna no dominante.
16. Pie no dominante.

SESIONES 6-10: Terapia Cognitiva.


 Objetivo: Ayudar al anciano a reducir los pensamientos ansiógenos a través de la
evaluación de pensamientos irracionales.
 Técnica de Reestructuración Cognitiva: Es una técnica cuyo objetivo es identificar,
analizar y modificar las interpretaciones o los pensamientos erróneos que las personas
experimentan en determinadas situaciones sometiéndolos a razonamiento para
comprobar si son verdaderas o no.
 Lo primero que debe hacer el paciente es anotar en un autorregistro los
pensamientos que le vengan a la cabeza en determinada situación.
 El paciente debe saber identificar el pensamiento negativo cuando sufre una
crisis.
 Buscar evidencias a favor y en contra de ese
pensamiento: Se analizan las razones que
llevan a pensar que es cierto. El terapeuta
utilizará preguntas para que el paciente
opine, preguntas como: “¿tengo evidencias
suficientes para decir que ese pensamiento
es cierto?” “¿Siempre se cumple todo lo que
pienso?” “¿Alguna vez he creído en algo y
luego me he dado cuenta de que no era cierto o estaba equivocado?”.
 Analizar las probabilidades de que suceda ese pensamiento (de 0 a 10).

[80]
 Interpretaciones alternativas: Cuando el paciente reconoce que existe la
posibilidad de que se esté equivocando deberemos trabajar las posibles
alternativas que pueden existir a ese pensamiento.
 Descatastrofización: Trataremos de reflexionar con el paciente qué sería lo
peor que podría ocurrirle si ese pensamiento fuera como él piensa.
 Utilidad de pensamiento: Hacerle ver al paciente que aunque su pensamiento
fuera cierto, qué utilidad tiene para él y qué consecuencias le está trayendo.
 En un último paso le volveríamos a preguntar qué puntuación de 0 a 10 le daría
al pensamiento sobre cuánto se lo cree.

SESIÓN 11-15: Técnica de Exposición Gradual.


 Objetivo: Enseñar al paciente a utilizar nuevas habilidades de afrontamiento a través
de la práctica graduada de situaciones generadoras de ansiedad. Cuando la persona
evalúa que la situación temida no conlleva ningún peligro y conoce la relajación ya
puede enfrentarse a las situaciones temidas.
 Haremos hincapié en la curva de ansiedad que le
enseñamos al paciente en la fase de
Psicoeducación en la que la ansiedad se eleva
hasta un punto alto con las consecuencias de que
se sentirá mal pero llegará un momento en que se
mantendrá para comenzar a bajar y desaparecer.
 Podemos crear con la persona una jerarquía de
situaciones que le provoquen ansiedad aunque podemos hacerlo también sin
jerarquía.
 Diseñaremos tareas para que el anciano practique el afrontamiento de las situaciones
generadoras de ansiedad.

Técnica de Respiración Diafragmática.

[81]
 Es una técnica sencilla de aplicar, se le explica al anciano en la consulta o incluso se
puede aplicar en grupo en centros residenciales y geriátricos. Resulta muy útil en
Trastornos de Ansiedad Generalizada y para los síntomas somáticos de la ansiedad.
 También es un ejercicio apropiado para llevar la sobrecarga de los cuidadores de
personas mayores.
 El paciente debe estar sentado en un ambiente tranquilo y debe concentrarse en su
respiración, después seguirá los siguientes pasos:
 Debe poner las manos sobre su abdomen de manera que las puntas de los dedos
se toquen.
 Inhalar el aire lentamente por la nariz llenando su abdomen, debe observar cómo
sus dedos se separan.
 Retener la respiración 3 ó 4 segundos.
 A continuación expirar el aire lentamente por la boca, debe observar que sus
dedos vuelven a juntarse en el abdomen.
 Hacer una pausa de 3 ó 4 segundos.
 Volver a comenzar el ciclo.

TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO

Intervención Farmacológica

Han de tenerse en cuenta en estas


edades las variaciones que se producen
en la farmacocinesia y la farmacodinámica
como la distribución diferente de la masa
corporal en estas edades, la disminución
de receptores y de neurotransmisores,
además de cambios estructurales y
funcionales de los órganos diana como también consideraciones específicas sobre esta

[82]
población que pueden repercutir sobre la adherencia al tratamiento como puede ser la
polifarmacia, la presencia de funciones cognitivas reducidas o el riesgo de suicidio.
Los efectos de los antidepresivos tricíclicos (ADT) son equivalentes a los producidos por
los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), por tanto, el criterio de
elección en la tercera edad no recae en la eficacia sino en la seguridad (tolerancia, efectos
secundarios, interacción, etc.).
En este sentido, los ADT tienen una tolerancia más pobre que los ISRS, producen
efectos cardíacos, efectos anticolinérgicos, somnolencia, deterioro de la memoria, entre otros
y tienen otros efectos secundarios exacerbados si se prescriben con otros fármacos como las
benzodiacepinas.
Los ISRS no están asociados a efectos cardíacos por lo tanto son más seguros que los
ADT con efectos terapéuticos similares.

Intervención Psicológica

Los métodos psicológicos para el tratamiento de la Depresión en la vejez suelen ser los
mismos, o muy parecidos, a los empleados con adultos más jóvenes pero con algunas
adaptaciones.
La terapia con personas mayores frecuentemente implica redescubrir las habilidades
ya existentes en la persona más que aprender otras nuevas, aprovechando los aspectos
positivos de la madurez como la sabiduría, la experiencia, etc.
Karel y Hinrich reúnen las principales conclusiones que se pueden alcanzar sobre la
Psicoterapia Antidepresiva en ancianos:
 La Terapia Cognitivo-Conductual, en formato individual o grupal, está bien
documentada en cuanto a su eficacia para tratar la Depresión en los ancianos.
 Puede no haber diferencias significativas en la eficacia de la Terapia Cognitiva,
Conductual y Dinámica para tratar la Depresión en la vejez.
 Los logros terapéuticos conseguidos con la Terapia Cognitivo-Conductual parecen
duraderos en estudios de seguimiento que sugieren el mantenimiento de las mejoras
tras dos años.

[83]
 La Psicoterapia parece tan efectiva como la medicación antidepresiva para el
tratamiento de la Depresión leve, mientras que el tratamiento combinado es más
efectivo para el tratamiento y prevención de recaídas en depresiones más severas.

Es importante realizar algunas adaptaciones en la terapia con las personas mayores.


Según Andrés y Bas:
La duración de las sesiones variará según las
características de la persona, habrá pacientes que
no aguanten sesiones de una hora y deberemos
adaptarlas en el tiempo para ellos.
Utilizaremos diversos materiales que faciliten la
terapia como bloc de notas, pizarras, grabadoras
o carteles recordatorios.
Es importante al inicio de la sesión utilizar alguna
técnica breve de relajación o respiración.
Debemos ser asertivos y no tener miedo a preguntarle cosas.
Reestructuración de las creencias que impidan obtener pensamientos nuevos, no
utilizaremos la palabra “cambio” sino que es más adecuado utilizar “aprendizaje”.
Graduar las tareas para casa de las más fáciles a las más difíciles.
Evitar la pasividad del paciente por sus problemas físicos, le ayudaremos en lo que
haga falta pero deberemos dejar que se levante solo y fomentar su independencia.

Terapia Cognitivo-Conductual

El tratamiento de la Depresión mediante la Terapia Cognitivo-Conductual es la que más


atención empírica ha recibido en la vejez. La eficacia de este tipo de terapia se fundamenta en
diferentes motivos:
Se centra en el “aquí y ahora”.

[84]
Incrementa la habilidad del afrontamiento y la práctica.
Se trata de una intervención estructurada.
Se entrena al paciente en autocontrol.
Tiene una fase educativa.
Está orientada a una meta u objetivo.

Existe un programa de intervención bastante utilizado en el tratamiento de la


Depresión en ancianos: PROGRAMA COGNITIVO CONDUCTUAL DE LAIDLAW y está basado en
el modelo de Aaron T. Beck. En este programa además de abordar los pensamientos
disfuncionales se actúa sobre el aumento de los niveles de actividad, la resolución de
problemas y el entrenamiento en relajación muscular progresiva. Consta de las siguientes
fases:

PRIMERA FASE (aproximadamente 3 sesiones):


 Primer objetivo: Establecer una alianza terapéutica,
abordar las expectativas del paciente sobre el
tratamiento, explicar la naturaleza colaborativa de la
TCC (Terapia Cognitivo-Conductual), clarificar que este
tipo de terapia es de tiempo limitado, destacar el “aquí
y ahora” y establecer unas metas con el paciente.
 Segundo objetivo: Aprender acerca del paciente y su
historia vital.
 Tercer objetivo: Explicar el modelo de la TCC y cómo vamos a proceder.
 Cuarto objetivo: Abordar las principales quejas.
 Quinto objetivo: Tratar cuestiones prácticas que puedan dificultar el desarrollo de la
terapia.

SEGUNDA FASE (10-12 sesiones):

[85]
 Formulación del caso elaborada por el
terapeuta para guiar la elección de las
estrategias de intervención.
 Entrenar al paciente en una o más
habilidades cognitivas y/o conductuales
con el objetivo de practicarlas hasta que
las aprenda bien y pueda servirle para
abordar quejas iniciales.
 Existirán los autorregistros, se enseñará al paciente cómo usarlos y explicarle la
importancia (y obligación) de realizarlos en casa para su automejora.
 Reforzamiento de la realización de tareas para casa, trabajo de las dificultades y
resistencias del paciente y reconocer cuándo y cómo aplicar los procesos cognitivos
recomendados cuando aparezcan pensamientos negativos.

FASE FINAL (4-5 sesiones): En esta fase es importante tener en consideración algunas
cosas como espaciar las últimas sesiones más de lo habitual, considerar el ofrecer sesiones
“de apoyo” a lo largo del siguiente año, etc.

Preparar la finalización del tratamiento:


 Abordar la importancia de la relación terapéutica en la vida del paciente.
 Dificultad que puede tener a la hora de encontrar otra persona con la que compartir
sus pensamientos y sentimientos.
 Miedo a futuros episodios de estrés emocional.

Planificar la prevención de posibles recaídas:


 Pedir al paciente que manifieste las principales habilidades que ha aprendido durante
el tratamiento.
 Pedir al paciente que anticipe futuras situaciones que puedan causarle de nuevo
Depresión o ansiedad.
 Crear conjuntamente una “guía de supervivencia”.

[86]
Además del Programa anteriormente expuesto, también existe otro programa para
intervenir en pacientes ancianos en casos de Depresión. Lo proponen Andrés y Bas (2000) y se
centra en el papel activo del paciente a través del análisis y modificación de sus creencias:

PRIMERAS SESIONES:
 Recogida de información y análisis funcional.
 Formulación y explicación al paciente y a la familia de las hipótesis del mantenimiento.
Objetivo: Instaurar un nuevo lenguaje y eliminar el estilo atribucional interno y estable
para los fracasos.
 Definir y justificar los objetivos de la intervención.
 Ajustar las expectativas a la terapia.
 Crear expectativas de cambio y aliviar el estado de ánimo.
 Generar empatía.
 Informar a la familia.

INTERVENCIÓN:
 Actividades agradables. Hay una relación entre el
número de actividades agradables que la persona
realiza y su estado de ánimo. Hay que elaborar una
lista de actividades: “actividades placenteras
pasadas”, “actividades placenteras presentes” y
“actividades placenteras futuras”.
 Reestructuración cognitiva: Educar al paciente en el
modelo cognitivo, identificar y autoobservar los
pensamientos disfuncionales, discutir sobre los
pensamientos disfuncionales, ejercitar el contraste

[87]
de hipótesis, desarrollar creencias y explicaciones alternativas más adaptativas,
comprobar en la práctica la aplicación de creencias y explicaciones nuevas.

Terapia de Reminiscencia

La reminiscencia se fundamenta en
el enfoque del ciclo vital y en las propuestas
de Eric Erikson acerca de la última etapa del
ciclo vital donde considera que la tarea de la
persona mayor consiste en contemplar la
vida en conjunto y encontrar en ella sentido
y coherencia. Se necesita una visión global e
integradora de la vida de la persona.
Butler fue el primero en reconocer el potencial de esta técnica para el tratamiento de
la Depresión en la vejez afirmando que la reminiscencia es un proceso natural de recuerdo que
busca resolver conflictos del pasado y construir el balance de su vida.
La pérdida de la memoria biográfica en la persona es el desvanecimiento de su pasado
y de su identidad como persona, además hay diversas investigaciones que revelan que las
personas mayores con Depresión recuperan más recuerdos de carácter general que
específicos, centrándose en períodos largos y negativos; por ello, esta técnica intentará que la
persona recuerde también hechos positivos y tenga una visión completa de su pasado. A
través de la memoria biográfica se accede a tres niveles de conocimiento autobiográfico:
 Períodos vitales: Largas fases de tiempo medidos en años o décadas.
 Eventos generales: Corresponde a experiencias generales, sucesos repetidos
distribuidos en el tiempo, semanas, meses, años.
 Conocimiento de eventos específicos: Eventos concretos, una boda, nacimiento de
alguien, etc.

[88]
Técnicas para ordenar y dar sentido a los recuerdos de la vida del paciente:
 Autobiografía: Se trata de hacer unas memorias sobre la vida, pueden ser tanto
escritas como grabadas. La persona cuenta su historia personal, tanto lo positivo como
lo negativo. Puede realizarse mediante una hoja de registro, llamada historia de vida,
donde el paciente irá rellenando los hechos de su vida en cada columna; antecedentes
familiares, hechos biológicos, hechos afectivos, matrimonio, trabajo y estudios,
aspectos sociales, autoconcepto y autoestima, hechos traumáticos, etc.
 El peregrinaje: Se trata de estimular el recuerdo del paciente a través de fotografías o
incluso visitar lugares significativos de su pasado, volver a su pueblo, a la iglesia donde
se casó, etc.
 La genealogía: Sirve para estudiar las relaciones significativas que tiene la persona con
su entorno, se analiza su árbol genealógico familiar para que recuerde y cuente todo lo
que sepa de cada persona.
 La fotobiografía: Se le pide al anciano que traiga álbumes de fotografías que sean
significativas para él, a través de ellas contarán historias sobre su vida y sobre las
personas.

Otras actividades para realizar sobre reminiscencia:


 Conversación sobre hechos pasados, dibujos, pintura, collage, elaboración de listas,
visualización de mapas, utilización de música del pasado que le gusta al paciente,
excursiones a lugares conocidos anteriormente, conversaciones “entonces y ahora”,
repasar proverbios o refranes, estimulación sensorial para recordar hechos pasados,
etc. Estas actividades son recomendables, sobre todo, para terapia grupal.

Otras Terapias:

Terapia Psicosocial: Resulta de gran utilidad en diversos campos en la vida del anciano,
aspectos que pueden estar influyendo en su Depresión y en los que se debería trabajar
como el restablecimiento de actividades después de la jubilación, el mantenimiento o
ampliación del círculo de amigos, mantener la actividad social de la persona como ir al

[89]
cine, a exposiciones, excursiones, etc. Es decir, ayudarle a mantener una vida activa y
buscar soluciones y alternativas para que salga de casa.

Terapia Grupal: Puede ser una alternativa o actividad complementaria a la terapia


individual, favorece la socialización y facilita el conocer nuevas personas y hacer nuevos
amigos en un momento de pérdida de vida social, de familiares, etc. También proporciona
una oportunidad de apoyo mutuo y ayuda a las personas a enfrentarse a la ansiedad de
adaptarse al declive de sus recursos y favorece la autoestima.

PROGRAMA DE PREVENCIÓN DEL DETERIORO COGNITIVO Y DETECCIÓN PRECOZ E


INTERVENCIÓN EN LA DEMENCIA5.

Con la edad el sistema nervioso sufre múltiples


cambios que afectan a todos los niveles funcionales en
mayor o menor grado. Su localización, mecanismo y
consecuencias son los elementos característicos que
configuran y definen el proceso de envejecimiento. El
curso de este proceso no sólo viene definido por cambios
físicos cerebrales, el contexto sociocultural también tiene
una repercusión directa, haciendo que hoy en día el
envejecimiento sea un proceso muy largo (aumento de la
esperanza de vida) y activo, es decir, el individuo
envejece con unas exigencias intelectuales mucho más elevadas, y, por tanto, esto le hace ser
mucho más sensible a los cambios que sufre. Todo esto lleva a una demanda creciente de
conocimientos sobre cómo detectar todos aquellos cambios, que propios o no de la edad,
pueden afectar en las actividades sociales y de la vida diaria del individuo, y cómo intervenir

5
Mercè Llach Forcada. Neuropsicóloga. Responsable de Consultas Externas. ISPA (Instituto de Sociología
y Psicología Aplicadas).

[90]
con el objetivo de prevenir o retrasar la pérdida de independencia y autonomía. Con este
objetivo ISPA desarrolla este Programa con la pretensión de:
1. Detectar de forma precoz todos aquellos cambios que se suceden en el individuo, tanto
a nivel cognitivo, emocional como conductual con el fin de determinar si estos cambios
están asociados al propio proceso de envejecimiento o, por el contrario, son debidos a
una causa neurológica de tipo degenerativo. Para ello es necesario realizar una
evaluación breve (screening cognitivo) que contemple las tres áreas que se encuentran
directamente implicadas en una enfermedad neurológica degenerativa. Ésta
evaluación, por tanto, consta de cuatro tests con una gran sensibilidad para detectar el
deterioro intelectual, de dos escalas para evaluar el funcionamiento del individuo en
su vida diaria y finalmente de un escala para detectar alteraciones conductuales.

2. Intervenir de forma adecuada a los resultados encontrados en la evaluación


anteriormente descrita. Existen tres líneas diferenciadas de intervención no
farmacológica. Por un lado, talleres de entrenamiento de la memoria y/o talleres de
mantenimiento de la memoria y otras capacidades cognitivas orientados, hacia la
prevención y que consisten en “entrenar a los sujetos de un modo sistemático en el
conocimiento, utilización y control de los procesos, estrategias, técnicas y vivencias
implicadas en el funcionamiento de la memoria”. Estos programas están dirigidos a
personas de distintas edades que no presentan alteraciones cognitivas, funcionales ni
conductuales significativas, a aquellas que presentan un deterioro asociado a la edad
o a aquellas que manifiestan una alteración leve sin cumplir criterios de enfermedad
neurológica.

Por otra parte, talleres de Estimulación


Cognitiva orientados a retrasar el avance de la
enfermedad y que consisten en la aplicación de
múltiples actividades orientadas a ejercitar la
función intelectual. Estos talleres están dirigidos

[91]
tanto a personas con un deterioro cognitivo leve como a personas que padezcan alguna
enfermedad neurológica como la demencia tipo
Alzheimer.
Para el adecuado diseño y funcionamiento de estos talleres es necesario un
diagnóstico previo que establezca el tipo de enfermedad neurológica. Este diagnóstico debe
ser realizado por un médico especialista a través de una exploración neurológica, con el
soporte de una evaluación neuropsicológica, realizada por un neuroPsicólogo.
Finalmente el Programa también pretende abarcar otras patologías neurológicas,
secundarias a otra patología médica y que no cursa de forma progresiva, como, por ejemplo,
los traumatismos craneoencefálicos (TCE), los accidentes vasculares cerebrales (AVC), la
encefalitis, etc. En estos casos y previo diagnostico a través de una exploración neurológica y
neuropsicológica completa se ofrecen talleres de Rehabilitación Cognitiva y funcional, con el
fin de que “la persona con déficits cognitivos pueda retornar de manera segura, productiva e
independiente a sus actividades cotidianas”.

Qué es un Taller de Memoria

En los últimos años y debido a que la pérdida de


memoria es una de las quejas más frecuentes en la
población tanto joven como de la tercera edad, se han
diseñado numerosos programas de estimulación, que para
diferenciarlos de los que van dirigidos más específicamente
a población con demencia u otras patologías neurológicas,
han adquirido otros nombres, como por ejemplo
entrenamiento de la memoria, mantenimiento de la
memoria, etc., teniendo cada uno de ellos definiciones,
objetivos, metodología y ámbitos de aplicación diferentes.
Entrenar es adiestrar de un modo sistemático en el conocimiento, utilización y control
de los procesos, estrategias, técnicas y vivencias implicadas en el funcionamiento de la
memoria y en la mejora de su rendimiento.

[92]
Mantenimiento significa ejercitar la memoria y otras capacidades cognitivas con el fin
de conservar el nivel de funcionamiento propio de cada individuo
Por lo que se refiere a los destinatarios deben ser personas sin ninguna patología
neurológica y que por tanto su queja de memoria no debe constituir un déficit cuantificado a
través de tests psicométricos, sino que debe ser una sensación subjetiva de funcionamiento en
la vida diaria.
Habitualmente son personas que su queja tiene una relación directa con el fenómeno
de la distractibilidad. Por lo que se refiere a las personas de edad avanzada la queja más
común hace referencia a la dificultad de recordar nombres propios pero esto en ningún caso
afecta a las actividades de la vida diaria y por tanto la queja de memoria no constituye un
cuadro de demencia, sino un cambio propio del proceso de envejecimiento y que
generalmente no afecta a las demás capacidades cognitivas.
En conclusión antes de iniciar cualquier tipo de actividad estimulativa deben evaluarse
las capacidades cognitivas y funcionales del paciente para determinar si su problema de
memoria es benigno y forma parte del propio proceso de envejecimiento o de alguna otra
causa distinta de aquellas patologías del sistema nervioso central cuyo síntoma principal es la
pérdida de memoria (demencia tipo Alzheimer, demencia vascular, deterioro cognitivo leve,
etc.), pero que también afecta a las demás capacidades cognitivas y funcionales. En estos
últimos casos el tratamiento más adecuado será distinto al del taller de memoria.

Objetivos

Dar a conocer el funcionamiento básico de la


memoria.
Cambiar las actitudes y estereotipos negativos sobre
la irreversibilidad de las alteraciones o el déficit de
memoria.
Entrenar en estrategias y técnicas de memoria.
Estimular el proceso básico de la atención.

[93]
Estimular otros procesos básicos cognitivos como: percepción, lenguaje, capacidad
lógica,...
Aplicar las estrategias adecuadas para resolver los fallos de memoria de la vida diaria.
Promover la transferencia de los conocimientos y hábitos adquiridos en el entrenamiento
a la vida diaria.
Conocer el funcionamiento de la propia memoria (metamemoria) y tener una adecuada
percepción de este fenómeno.
Mejorar la ejecución de memoria evaluada por los tests.
Disminuir la puntuación en el cuestionario de quejas.
Mejorar el estado de ánimo tal y como se mide en la escala de Depresión .
Mejorar la autoestima
Facilitar la comunicación entre los participantes en el Programa
Favorecer la participación de los usuarios en otras actividades de la comunidad
Disminuir la ansiedad previa a la tarea mediante la relajación y favorecer su práctica.

Metodología

Fase de selección. En esta fase se usan tests neuropsicológicos breves para diferenciar
aquellos pacientes que no sufren ningún tipo de deterioro neurológico (candidatos al
taller) de aquellos con posible demencia (no candidatos al taller)…
Fase de evaluación de la memoria y del estado de ánimo. Mediante el Cuestionario de
Olvidos Cotidianos (COC) y la Escala Hamilton de Depresión se evalúa la sensación
subjetiva de pérdida de memoria y si existe sintomatología depresiva que repercute en el
rendimiento cognitivo.
Fase de Taller. El número óptimo de sesiones oscila entre 10 y 12.
Evaluación post entrenamiento. Deben utilizarse los mismos test que en la fase de
evaluación de la memoria y además se pasa la escala de Depresión para evaluar el
impacto del entrenamiento de la memoria en el estado de ánimo del sujeto.

¿Cómo se organiza un taller?

[94]
Normalmente un taller de mantenimiento de la
memoria tiene una duración de 1 hora y 15 minutos. Se
inicia con una sesión de relajación para pasar a recordar
brevemente lo que se había realizado en la sesión
anterior. Seguidamente se hace una introducción teórica
de los conceptos que se van a trabajar para después
realizar los ejercicios propuestos. Por tanto teóricamente
un taller queda organizado de la siguiente forma:
. Relajación (15 minutos).
. Repaso (15 minutos).
. Introducción (15 minutos).
. Ejercicios (30 minutos).
El tiempo en cada una de las etapas es aproximado y siempre se ajusta a las
características del grupo y a sus necesidades.

LA ESTIMULACIÓN COGNITIVA

La Estimulación Cognitiva es un tratamiento no farmacológico que pretende actuar


sobre las funciones superiores de aquellos pacientes afectados por un síndrome de demencia.
Básicamente consiste en estimular las capacidades cognitivas y funcionales que el
paciente mantiene todavía preservadas mediante diferentes actividades adecuadas a su grado
de deterioro. En base a esto la Estimulación
Cognitiva pretende estos
Objetivos.

Mejorar la autonomía personal del


paciente, incidiendo en la mejora del

[95]
desarrollo funcional en las actividades de la vida diaria.
Ralentizar el curso evolutivo de la enfermedad actuando sobre aquellas capacidades que
aún están preservadas y sobre aquellas que están parcialmente deterioradas por su falta
de uso.
Mejorar la calidad de vida del paciente, reduciendo la sintomatología ansioso-depresiva
reactiva muchas veces al deterioro cognitivo.

Con todo esto lo que se pretende en último término y, como objetivo principal de la
intervención cognitiva, es mejorar la calidad de vida de los pacientes y de sus familiares
cuidadores. Si por un lado intentamos que el paciente se mantenga autónomo en las
actividades de la vida diaria el mayor tiempo posible y lentificamos el proceso de pérdida de
las capacidades intelectuales, disminuimos en cierta manera los niveles de dependencia de sus
cuidadores…

Metodología.

Desde un punto de vista formal hay toda una serie de técnicas específicamente
desarrolladas para intervenir en el campo de las demencias, orientadas todas ellas a trabajar
específicamente las tres áreas básicas del paciente, la funcional, la cognitiva y la emocional.

Terapia de Orientación a la Realidad (TOR). Hay dos formas diferenciadas de utilizar esta
técnica; la más formal, que se denomina TOR a clase y la más informal, denominada TOR
24 horas. La primera consiste en sesiones de un hora en las que primero se trabajan
aspectos de orientación temporal (fecha completa), espacial (lugar donde se encuentran) y
personal (nombre y edad de los participantes) y en segundo lugar se introducen ejercicios
variados para trabajar otros aspectos cognitivos. Hay tres tipos o niveles, el básico, el
estándar y el avanzado en función de la gravedad de los participantes. La de 24 horas es
más informal y se basa en la realización diaria de actividades de tipo rutinario que ayuden
al paciente a mantenerse permanentemente orientado. El objetivo principal de esta
técnica es el de fomentar la autonomía y las relaciones sociales incidiendo en sus
capacidades de orientación temporo-espacial y personal.

[96]
Terapia de Reminiscencia.
Como la anterior, también es
una técnica que se puede
hacer de manera formal a
través de sesiones dirigidas o
de manera más informal a lo
largo de todo el día. Es una
técnica que consiste en
recordar hechos de la vida
pasada. No persigue estimular la memoria biográfica, pues generalmente los pacientes
afectados de demencia mantienen la memoria pasada preservada hasta fases avanzadas
de la enfermedad. Lo que pretende es estimular las emociones y las relaciones
interpersonales a través del recuerdo con el objetivo de mantener la propia identidad de la
persona el máximo tiempo posible. En función de las limitaciones del paciente se pueden
utilizar refuerzos visuales como fotografías, objetos personales, etc., todos aquellos
elementos que ayuden a estimular el recuerdo. Las fases leves y moderadas (GDS 3, 4, 5)
son las mejores para practicar esta técnica.

Programa de Estimulación y Actividad Cognitiva. Consiste en un conjunto de actividades


y/o ejercicios destinados a estimular las diferentes capacidades cognitivas. La selección de
los ejercicios debe hacerse en base a una exploración neuropsicológica previa, para ver el
estado cognitivo del paciente y poder trabajar sobre aquellas capacidades que están
preservadas.

Adaptación Cognitiva y Funcional del


Entorno. Se trata de adaptar el entorno
a las limitaciones de los pacientes
derivadas de la demencia. Hay
diferentes maneras de intervenir,

[97]
incidiendo en el entorno físico del paciente adecuándolo a sus déficits mediante el
establecimiento de una rutina diaria que favorezca la orientación en el tiempo Facilitar el
reconocimiento de los lugares con señales o rótulos. Creando un ambiente agradable, con
luz, colores y decoración suaves y sencillas. Evitar los riesgos de caída o accidente de
cualquier tipo y utilizar ayudas técnicas para el baño, alimentación, movilizaciones. Otro
modo de intervenir seria favoreciendo y facilitando la relación y comunicación entre el
paciente y su cuidador/a. Los seres humanos somos “animales sociales” y necesitamos
relacionarnos con nuestros semejantes. El lenguaje es la herramienta fundamental para
comunicarnos, pero no es la única, la comunicación no verbal (tono de voz, sonrisa,
caricias, miradas) juega un papel muy importante en todo proceso de comunicación,
llegando a suponer el 80% del mensaje en personas sanas. Esto en el caso de personas con
demencia adquiere todavía más relevancia, siendo la comunicación no verbal
prácticamente el único medio que tenemos para comunicarnos con los pacientes. Por eso
nuestra actitud, de serenidad, cariño, comprensión y buen humor es lo más importante
para nuestros pacientes, mucho más que las palabras que podamos decirles, que en
muchos casos ya carecen de significado para ellos.

Actividades Ocupacionales de la Vida Diaria. No hay técnicas especificas para intervenir


en esta área, lo que se pretende por un lado es estimular las aficiones y preferencias del
paciente mediante la propuesta de actividades recreativas y por otro lado estimular las
actividades de tipo funcional teniendo en cuenta siempre las capacidades reales del
paciente para intervenir de forma adecuada.

Todas estas técnicas comparten muchos elementos en común y no son excluyentes las
unas de las otras. Lo importante es seleccionar la mejor o las mejores a utilizar en función del
momento evolutivo, la gravedad y el perfil cognitivo del paciente. Además todas estas técnicas
pueden ser utilizadas de forma informal en el día a día del paciente, ya sea en su domicilio o en
una institución.

[98]
LA REHABILITACIÓN COGNITIVA

La Rehabilitación Cognitiva es el conjunto


de procedimientos y técnicas que tienen por
objetivo alcanzar los máximos rendimientos
intelectuales, la mejor adaptación familiar, laboral
y social en aquellos sujetos que sufrieron un daño
cerebral debido a traumatismos craneoencefálicos,
accidentes vasculares y otros. Su fundamento
neurobiológico es la plasticidad sináptica
(neuroplasticidad), entendida como la respuesta
del cerebro para adaptarse a las nuevas
situaciones para restablecer su equilibrio alterado. Se trata de una flexibilidad morfológica del
sistema nervioso que posibilita algunos fenómenos como la sinaptogénesis y el botonamiento
axonal y colateral ya que se ha evidenciado la capacidad de las neuronas lesionadas para
regenerarse y establecer conexiones nuevas, así como la posibilidad de que las neuronas
supervivientes a una lesión puedan recuperarse y adaptarse funcionalmente. La plasticidad
neuronal depende de dos tipos de factores: la información genética o factores intrínsecos y las
influencias ambientales o factores extrínsecos como por ejemplo la educación. Sobre estos
últimos factores ambientales, es posible incidir mediante tratamientos no farmacológicos.

Objetivos.

Restitución de la función. Favorecer la recuperación de funciones, es decir, la recuperación


de la función en sí misma y la de medios, capacidades o habilidades necesarias para
alcanzar determinados objetivos.

[99]
Sustitución o compensación. Favorecer la recuperación de objetivos, trabajar con el
paciente para que pueda volver a alcanzar determinados objetivos usando unos medios
diferentes a los utilizados antes de la lesión.

El objetivo general de la
Rehabilitación Cognitiva se centra en
identificar las posibles alteraciones de las
funciones reguladas por la corteza cerebral,
así como las necesidades de tratamiento que
tienen las personas afectadas por
alteraciones en las funciones cerebrales
superiores, contribuyendo a facilitar la
máxima independencia física, intelectual y
emocional que sea posible para cada persona en su ambiente particular, posibilitando el
mayor grado de autonomía, la reinserción socio–laboral y el aumento de la calidad de vida del
paciente. El objetivo principal de la rehabilitación es por tanto la optimización en el
funcionamiento físico, vocacional y social después de una enfermedad o daño neurológico.
Muñoz y Ruíz proponen como objetivos básicos de un programa de rehabilitación
neuropsicológica los siguientes:
Proporcionar un modelo que ayude al paciente y a su familia a entender lo que ha
ocurrido.
Ayudar a la paciente a afrontar lo que significa el daño cerebral en su vida.
Proporcionar estrategias de entrenamiento y habilidades para recuperar y
compensarlos déficit cognitivos.
Mejorar la actuación del paciente en diferentes situaciones sociales.
Ayudar al paciente a establecer compromisos realistas de trabajo y de relaciones
interpersonales.
Promover un ambiente de esperanza realista.

[100]
Metodología.

En coherencia con el objetivo


anteriormente enunciado, antes de
comenzar el programa de rehabilitación,
los pacientes serán inicialmente
evaluados neuropsicológicamente. Esta
evaluación se realizará al finalizar el
programa, de modo que se puedan
objetivizar los avances obtenidos
mediante la rehabilitación al comparar
de forma directa las capacidades del
paciente en su actuación antes y después
del tratamiento. Partiendo de esta
evaluación se diseñara un programa de rehabilitación enfocado a proporcionar el máximo
grado posible de independencia y potenciando lo más posible sus capacidades, mediante la
rehabilitación cognitiva. El tratamiento se abordara desde una aproximación unitaria,
integradora y multidisciplinar para que la rehabilitación alcance su máxima potencialidad.
Antes de iniciar un programa de rehabilitación, es necesario conocer que cambios o
mejoras son explicadas por la recuperación espontánea, y no pueden ser atribuidas a nuestra
intervención. Cualquier lesión cerebral siempre se acompaña de cierto margen de
recuperación funcional espontánea, ya que superados los procesos traumáticos que acompaña
a la lesión, se produce una reorganización de las sinapsis en las zonas que no han resultado
dañadas. Es un proceso que puede durar varios años, pero que es más activo tras los primeros
meses posteriores al daño cerebral. Lógicamente, las posibilidades de recuperación
espontánea serán menores en el caso de las lesiones más extensas y graves. Según León
Carrión y Machuca, a partir del octavo mes de haber sufrido el traumatismo ya no es de

[101]
esperar ningún tipo de cambio espontáneo, por los que los cambios observados a partir de
esta fecha, pueden ser atribuidos a la intervención desarrollada.
Los programas que diseñemos deben ser
individualizados y enfocados a las necesidades de cada
persona detectados previamente en la evaluación
neuropsicológica. Según Fernández-Guinea es conveniente
llevar a cabo sesiones individualizadas para trabajar
determinados aspectos cognitivos (p.ej. entrenamiento de
la atención), emocionales (p.ej. aceptación de las
dificultades presentes y futuras) y conductuales (p.ej. la
agresividad). Éstas, según el mismo autor, deben ser combinadas con sesiones de grupo en las
que se pongan a prueba las técnicas y las estrategias que se han ensayado de forma individual
y que sirvan para generalizar los resultados a situaciones más ecológicas y comunes. Aunque
las evaluaciones y los procesos de rehabilitación deben ser individualizados y personalizados,
no se pueden obviar las intervenciones grupales. Las intervenciones grupales, según Tirapu,
Martínez, Casi, Albéniz y Muñoz reportan ventajas, cuando el objetivo del tratamiento se
centra en conductas sociales, puesto que la propia situación de grupo es una situación real,
además la presencia de otros miembros con dificultades similares tranquiliza y desinhibe al
sujeto, además de ayudarle a mejorar su conciencia de enfermedad. Las intervenciones
grupales proporcionan una amplia variedad de modelos de conducta y de afrontamiento,
factores que mejoran el aprendizaje y la generalización y supone un importante ahorro de
tiempo y dinero al posibilitar la atención simultánea de varios pacientes con uno o dos
terapeutas.
Los programas de rehabilitación deben caracterizarse por ser programas holísticos,
desarrollado por profesionales especializados en el ámbito de la neuropsicología,
interdisciplinares, con validez ecológica, haciendo uso tanto de la evaluación cuantitativa como
de la cualitativa. Se tienen que atender a varios aspectos fundamentales:

[102]
En la rehabilitación de las funciones cognitivas: Según Machuca, Madrazo, Rodríguez y
Domínguez los déficits cognitivos que con más frecuencia se observan en el traumatismo
craneoencefálico son los de orientación, atención, memoria, lenguaje y funcionamiento
ejecutivo, destacando entre todos ellos los atencionales, trastornos visoperceptivos,
solución de problemas y toma de decisiones. Las áreas cognitivas más favorecidas por este
tipo de intervención son: la atención, la memoria y el funcionamiento ejecutivo. En la falta
de conciencia de las limitaciones (anosognosia): La falta de “insight” sobre los propios
cambios establecidos tras una lesión de los lóbulos frontales y la falta de conciencia de
enfermedad y de las limitaciones que conllevan las secuelas residuales, en pacientes que
llegan a reconocer verbalmente la percepción de un cambio, pero no lo valoran
negativamente, pese a lo discapacitante que éste pueda considerase, desde una
perspectiva funcional o social. Éste es uno de los principales puntos en los que debemos
fijarnos y trabajar, ya que, si el paciente no es consciente de que tiene problemas, no va a
colaborar y no va a querer participar en un
programa de rehabilitación que trate de
mejorar dificultades que, según él, no tiene.
La conciencia de secuelas aparece como una
variable de gran importancia ya que afecta a
la motivación y grado de cooperación de los
pacientes en las sesiones de rehabilitación,
siendo un necesario prerrequisito para el
éxito duradero de los esfuerzos rehabilitadores, el mantenimiento a largo plazo de las
ganancias obtenidas y la aplicación en la vida diaria de las estrategias compensatorias
aprendidas en la fase de rehabilitación. Por otra parte, la escasa conciencia de los déficits
cognitivos y conductuales supone un condicionante en relación con la selección de los
instrumentos de evaluación más adecuados para el estudio de las personas con un daño
cerebral.
En el entrenamiento en habilidades sociales. La reducción del nivel de habilidades sociales
que se observa en estos individuos está notablemente condicionada por el nivel de
funcionamiento cognitivo de la persona afectada. La intervención en este ámbito se

[103]
centrará en tres dimensiones: entrenamiento en solución de problemas sociales,
entrenamiento en habilidades pragmáticas de la comunicación y entrenamiento en
autocontrol.
En la modificación de las conductas desadaptativas e intervención en las alteraciones
conductuales y emocionales provocadas por el daño cerebral mediante la utilización de
técnicas de modificación de conducta. Los trastornos emocionales que persisten como
secuelas de los traumatismos craneoencefálicos, dificultan la integración familiar, social y
laboral de los pacientes y determinan en gran medida el pronóstico de la rehabilitación.
Esto explica que sea otro ámbito de actuación importante.
En la rehabilitación laboral, orientada y
dirigida a la adecuación a un puesto de
trabajo ajustado a las funciones
cognitivas preservadas, potenciando las
habilidades psicosociales necesarias para
ello. Muñoz, Ríos, Ruano y Moreno nos
recuerdan que la vuelta a la actividad
laboral ofrece múltiples ventajas, pero
también expone a la persona a situaciones de estrés, competitividad, miedo al fracaso,
cambios frecuentes en el entorno... que pueden afectar al grado de satisfacción en el
empleo y a la permanencia en el mismo. Por ello, estas circunstancias no pueden ser
dejadas al azar, sino que han de acompañarse de un periodo de seguimiento posterior a la
reincorporación laboral y de una intervención temprana que permita reducir las
experiencias de fracaso, las conductas de evitación y la pérdida de autoestima que
conducen, en definitiva, a la pérdida o abandono del empleo una vez conseguida la difícil
integración.
En la orientación y terapia familiar como requisito indispensable tanto para facilitar el
proceso rehabilitador de la persona afectada como para el bienestar y la adaptación a la
nueva situación del entorno familiar.

[104]
El plan rehabilitador.

Debe establecerse combinando estrategias y técnicas individualizadas, de acuerdo con


las necesidades neuropsicológicas y educativas detectadas en la evaluación neuropsicológica.
Manga y Fournier consideran que la acción terapéutica puede centrase en los puntos débiles
que se muestran en el perfil neuropsicológico, en las habilidades intactas que son puntos
fuertes, o bien en ambos. León Carrión y Muñoz y Tirapu distinguen diferentes orientaciones
en el proceso de rehabilitación neuropsicológica: la restauración de la función dañada, la
compensación de la función perdida y la optimización de las funciones residuales. Las técnicas
y estrategias pueden agruparse, por consiguiente, en tres niveles diferentes (Anderson):
Restauración: Se estimula y mejora las funciones
cognitivas alteradas mediante la actuación
directa sobre ellas.
Compensación: Se asume que la función alterada
no puede ser restaurada y, por ello, se intenta
potenciar el empleo de diferentes mecanismos
alternativos o habilidades preservadas.
Sustitución: El aspecto central de la intervención se basa en enseñar al paciente diferentes
estrategias que ayuden a minimizar los problemas resultantes de las disfunciones
cognitivas, tal y como se realiza, por ejemplo, cuando se enseña a los individuos a utilizar
diferentes ayudas externas.

CONCLUSIÓN. Como resumen de cuanto se ha dicho anteriormente podemos señalar lo


siguiente:
1. Las actuaciones preventivas para la detección precoz del deterioro cognitivo y, en su caso,
de un proceso de demencia, son esenciales para conseguir la máxima eficacia tanto en el
tratamiento farmacológico como en las terapias no farmacológicas.
2. El conocimiento del estado de la memoria es fundamental para poder iniciar estas
actuaciones preventivas.

[105]
3. Los Talleres de Memoria son instrumentos útiles, tanto para las personas mayores sin
patología, como para las afectadas por déficits leves, debidos a diversas causas.
4. Las personas con deterioro cognitivo, leve, moderado o grave, también pueden encontrar
mejora en su estado físico y/o emocional mediante los Talleres de Estimulación Cognitiva.
5. La Rehabilitación Cognitiva es especialmente útil en los casos de traumatismos o
accidentes vasculares.
6. En cada caso particular existen métodos y técnicas que permiten mejorar los síntomas de
la enfermedad y la calidad de vida de los pacientes y sus familiares próximos.

[106]
[107]
Programas de Intervención para familiares.

En la actualidad los cuidadores informales son los principales proveedores de cuidados


a las personas mayores en situación de fragilidad. Entendemos por cuidador a la persona,
dentro de la familia, que asume la mayor parte de la responsabilidad en la tarea del cuidado y
atenciones del enfermo.
El cuidado de una persona con demencia produce una serie de efectos en el cuidador
que deberían ser abordados y tratados para que éste siga manteniéndose saludable.
Para ello, se han creado los programas psicosociales que tienen un doble objetivo
general, por una parte, disminuir la carga que experimentan los cuidadores, el estrés y el
malestar asociados y, por otra, mejorar la calidad de los cuidados que reciben los ancianos.
Estos programas utilizan una amplia gama de procedimientos, estrategias, técnicas, etc., como,
por ejemplo, los grupos de soporte, la psicoterapia de apoyo, etc. Aquí tan sólo comentaremos
de manera breve alguno de ellos.

[108]
Psicoterapia de apoyo.
El apoyo y asesoramiento a la familia y al cuidador principal es fundamental. Estos
necesitan información tanto como el paciente atención médica.
En primer lugar, es importante que el cuidador comprenda los propios sentimientos, los
reconozca y los acepte para poder tolerarlos y controlarlos mejor, no dejando que interfieran
en la atención a las propias necesidades, lo que resultará indispensable para poder atender a
las del enfermo. Algunas de los sentimientos que aparecen frecuentemente en el cuidador y
que deben abordarse como normales son:
Pena. Es una respuesta natural para alguien que haya experimentado una pérdida. Ante un
paciente con demencia cada día se pierde un poco de la persona que era.
Culpa. Es común sentirse culpable ante el comportamiento de la persona enferma,
enojarse con ella, sentir que ya no se puede aguantar más, etc.
Enojo. El enfado puede dirigirse hacia el enfermo, el médico, el propio cuidador o hacia la
situación que se vive.
Vergüenza. Cuando el enfermo tiene un comportamiento inadecuado en público.
Soledad. Muchos cuidadores terminan apartándose de la sociedad y se limitan a estar con
el enfermo.
Esto supone perder contactos sociales, y la soledad dificulta el poder sobrellevar los
problemas.
Dentro de la terapia de apoyo se pretende dar soporte emocional para intentar
normalizar la situación dramática que está viviendo la familia, y pautar también la necesidad
de cuidarse del propio cuidador. Algunas de las recomendaciones para el cuidador son:
Aceptar la ayuda de otros miembros de la familia y que los cuidados no recaigan en una
sola persona.
Compartir los sentimientos y experiencias como cuidador. Percibir que la situación que se
está viviendo es una respuesta natural a la nueva situación puede facilitar el manejo de la
misma.
Pensar con cierta anticipación para tener a alguien a quien se pueda recurrir, esto, en caso
de emergencia, evitará la sobrecarga.

[109]
Dedicar tiempo a uno mismo para mantener aficiones, contactos sociales, etc.
Conocer los propios límites y pedir ayuda cuando estos se sobrepasen.
Evitar tomarse de manera personal los enfados o las acusaciones del enfermo, recordar
que se deben a la enfermedad evitará sentimientos de frustración e impotencia.

BIBLIOGRAFÍA

 Ardila, Alfredo. La Vejez: Neuropsicología del Fenómeno del Envejecimiento. Medellín –


Prensa Creativa, 1.986.
 Baron, Robert A. Psicología. 3ª ed. México: Prentice Hall, 1996.
 Bazo, M.T. (1992): La ancianidad del futuro. S.G. Editores. Fundación Caja Madrid.
Barcelona.
 Belsky, J.K. (1996): Psicología del envejecimiento. Teoría, investigaciones e intervenciones.
Masson, S.A. Barcelona.
 Boada Rovira, M, Tárraga, L. (1996): El médico ante la demencia y su entorno. Bayer.
Barcelona.
 Carstensen, L.L. & Edelstein, B.A. (1999): Gerontología Clínica. Intervención psicológica y
social. Martínez Roca. Barcelona.
 Comfort, A. (1991): La edad dorada. Guía para entender y disfrutar la vejez. Grijalbo.
Barcelona.
 Echeverri de Ferrofino, Ligia. Familia y Vejez en Colombia. Perspectivas año 2000. Santafé
de Bogotá: Universidad Nacional de Colombia y Colciencias, 1.990.
 Fernández Ballesteros, Rocío. Evaluación e Intervención Psicológica en la Vejez. Barcelona:
s.n., 1.992.
 Fernández-Ballesteros et al. (1999): Qué es psicología de la vejez. Madrid: Morata
 Fernández-Ballesteros, R, Zamarrón, M.D. y Maciá, A. (1996): Calidad de vida en la vejez en
distintos contextos. Madrid: IMSERSO.
 Fernández-Ballesteros, R. (1992): Mitos y realidades sobre la vejez y la salud. Barcelona: SG
Editores.

[110]
 Fernández-Ballesteros, R. (1996): Psicología del envejecimiento. Lección Inaugural Curso
1996-1997. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid.
 Fernández-Ballesteros, R. (1997): Calidad de vida en la vejez: condiciones diferenciales.
Anuario de Psicología, 73: 89-104.
 Fernández-Ballesteros, R. (1998): Vejez con éxito o vejez competente. Conferencia
Inaugural: Sociedad de Gerontología Multidisciplinar.
 Fronteras en la Enfermedad de Alzheimer. Serie Científica Universidad Autónoma de
Madrid 2002.
 Hoffman, Lois; Paris, Scott; Hall, Elizabeth (1996): Psicología del desarrollo hoy. España:
Mc. Graw- Hill, Vol. 2.
 Kalish, R.A. (1983): La Vejez, Perspectivas sobre el Desarrollo Humano. Pirámide. S.A.
Madrid.
 Kastenbaum, Robert. Vejez (1980): Años de plenitud. México: Tierra Firme.
 Lehr, U. (1988): Psicología de la senectud. Proceso y aprendizaje del envejecimiento.
Herder. Barcelona.
 Nuland, Sherwin B. (1995): Cómo nos llega la muerte: Reflexiones sobre la etapa final de la
vida. Santafé de Bogotá: Norma.
 Ordoñez Plaja, Antonio (1990): Situación de la Vejez en Colombia. 2ª ed. Santafé de
Bogotá: FES.
 Papalia, Diane E; Wendkos, Sally (1997): Desarrollo humano con aportaciones para
Iberoamérica. 6ª ed. Santafé de Bogotá: Mc. Graw – Hill.
 Piaget, Jean (1972). Lógica y psicología. Barcelona: A. Redondo.
 Rice, F. Philip (1997): Desarrollo humano: Estudio del ciclo vital. 2ª ed. México: Prentice
Hall.
 Rivera, D (1992): Perspectivas en gerontología y salud. Valencia: Promolibro.
 Rodríguez, Riboo, F. (1998): La vejez y la muerte. S.L.: S.N.
 Warchel, Stephen (1998): Psicología: Fundamentos y Aplicaciones. 5ª ed. Santafé de
Bogotá: Prentice – Hall.
 Wechsler, David (1991): Escalas de Inteligencia Wechsler (WAIS, WISC-R, WPPSI). México:
El manual moderno.

[111]
 Webs consultadas:
 http://evaluacion-psicologica.blogspot.com.es
 http://psicologosoviedo.com
 http://www.medicinageriatrica.com.ar/
 http://www.monografias.com
 http://www.psicologiadelenvejecimiento.com
 Vivirsindepresion.org

[112]

También podría gustarte