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“UNIVERSIDAD UNIVER MILENIUM PLANTEL CIENCIAS DE LA SALUD”

“VIVENCIA DEL PROCESO DE DUELO POR MUERTE DE LOS HABITANTES DE

45 A 60 AÑOS DE SAN LORENZO TEPALTITLÁN, TOLUCA”.

PROYECTO DE TESIS QUE PARA OBTENER EL GRADO DE LICENCIADO EN

PSICOLOGÍA PRESENTA:

RAMIREZ QUINTANA DIEGO ENRIQUE

ASESOR LIC. RODOLFO GARCIA BARRAZA.

Toluca, Estado de México, julio del 2022

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………………………………….. 4

JUSTIFICACIÓN.………………………………………………………………………………………….. 6

MARCO TEÓRICO. CAPÍTULO I. DUELO.…………………………………………………………… 8

Definición……………………………………………………………………………………………………. 8

Tipos de duelo……………………………………………………………………………………………….. 9

Duelo patológico…………………………………………………………………………………………….. 9

Duelo anticipado……………………………………………………………………………………………. 11

Duelo inhibido o negado……………………………………………………………………………………. 11

Duelo crónico……………………………………………………………………………………………….. 12

Etapas del duelo………………………………………………………………………………………….. 14

Negación…………………………………………………………………………………………………. 15

Ira……………………………………………………………………………………………………… 18

Negociación……………………………………………………………………………………………. 20

Depresión…………………………………………………………………………………………….. 22

Aceptación……………………………………………………………………………………………. 24

Etapas del duelo según Igor Caruso.…………………………………………………………………… 25

Catástrofe del yo………………………………………………………………………………………….. 25

Agresión…………………………………………………………………………………………………….. 26

Búsqueda de la indiferencia……………………………………………………………………………… 27

Huida hacia adelante……………………………………………………………………………………… 27

Ideologización…………………………………………………………………………………………… 28

Propuestas de otros autores……………………………………………………………………………… 28

Sentimientos generados en el duelo.……………………………………………………………………… 29

Ansiedad.………………………………………………………………………………………………… 30

Angustia.………………………………………………………………………………………………… 31

Enojo………………………………………………………………………………………………………. 32

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Tristeza.………………………………………………………………………………………………… 33

Ausencia de sentimientos.……………………………………………………………………………… 34

Capítulo II. MANERAS DE AFRONTAR EL DUELO. …………………………………………… 35

2.1. Espiritualidad.…………………………………………………………………………………… 35

Terapia.………………………………………………………………………………………………… 37

Modelo cognitivo-conductual.………………………………………………………………………… 38

Modelo Humanista.…………………………………………………………………………………… 38

Modelo psicodinámico.……………………………………………………………………………… 39

Grupos de apoyo.……………………………………………………………………………………… 40

CAPÍTULO III. ETAPAS DEL DESARROLLO HUMANO.……………………………………… 43

Adultez media.………………………………………………………………………………………….. 44

Desarrollo físico.………………………………………………………………………………………… 45

Desarrollo cognoscitivo.………………………………………………………………………………… 46

Desarrollo psicosocial…………………………………………………………………………………… 47

CAPÍTULO IV. TIPOS DE PÉRDIDAS POR MUERTE.……………………………………………. 50

PÉRDIDA DE LOS PROGENITORES.………………………………………………………………… 51

PÉRDIDA DE UN HERMANO/A.……………………………………………………………………… 52

PÉRDIDA DEL CÓNYUGE. ………………………………………………………………………… 53

PÉRDIDAS ANTICIPADAS INESPERADAS.…………………………………………………… 54

METODOLOGÍA.………………………………………………………………………………………. 56

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.……………………………………………………………… 56

OBJETIVOS.…………………………………………………………………………………………… 58

Objetivos específicos.………………………………………………………………………………… 58

HIPÓTESIS…………………………………………………………………………………………… 58

DEFINICIÓN DE CATEGORÍAS…………………………………………………………………… 59

TIPO DE ESTUDIO.………………………………………………………………………………… 60

ENFOQUE.…………………………………………………………………………………………… 61

TIPO DE DISEÑO.…………………………………………………………………………………… 62

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POBLACIÓN Y MUESTRA.…………………………………………………………………………… 62

TÉCNICA O INSTRUMENTO DE RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN.…………………… 65

PROCEDIMIENTO.…………………………………………………………………………………… 67

PRESUPUESTO.………………………………………………………………………………………… 67

CRONOGRAMA.………………………………………………………………………………………. 69

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.………………………………………………………………… 73

ANEXOS.………………………………………………………………………………………………… 81

CONSENTIMIENTO INFORMADO.………………………………………………………………… 82

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INTRODUCCIÓN.

Cualquier tipo de pérdida significativa puede desencadenar una pelea, ya sea la pérdida de un
trabajo, una mascota, una relación de pareja , una alianza, etc.Sin embargo, este proceso de duelo
generalmente se vuelve más intenso después de una pérdida, particularmente el fallecimiento de
un ser querido .No es solo un sentimiento ; más bien , es una colección de sentimientos,
emociones, pensamientos y comportamientos que deben superarse durante un período de tiempo.
Debido a que hay varias etapas en este proceso y es común que las personas pasen por estas
etapas o fases ya que es imposible acortar este período de tiempo .
Es posible que alguien pase por todas estas etapas en un día , que retroceda por una etapa que
creía haber superado , que se " estanque " en una etapa del proceso , etc.
El duelo ocurre o comienza inmediatamente después, o en los meses posteriores, a la muerte de
una persona amada y solo se permite por un tiempo específico ; no dura a lo largo de toda la
vida.Es comprensible que cada proceso experimente o perciba el tiempo de manera diferente en
cada persona y se afronte con diversas estrategias o recursos.

El presente trabajo de investigación se realizó con el propósito de explicar las distintas maneras
en que se vivencia este proceso de duelo. Como parte de una labor profesional humanística,
tratando de saber que emociones, sentimientos experimenta un grupo de hombres y mujeres en la
etapa de la adultez media, tomando como base de este estudio, las etapas del duelo propuestas por
la doctora Elisabeth Kübler-Ross. Para lograr el objetivo, el estudio se realizó con un grupo de
personas de 45 a 60 años de edad de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca, Estado de
México, que hayan vivido una pérdida

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de duelo por muerte de no más de tres años, de un familiar directo, ya sea cónyuge, hijo (a),
madre, padre o hermano.

La investigación está dividida en tres capítulos, el lector encontrará en el capítulo I los apartados
que conceptualizan el duelo, así como las etapas propuestas por distintos autores; en el capítulo II
se describen las maneras en que las personas afrontan dicho proceso y las emociones y
sentimientos involucrados. En el capítulo III se explican las etapas del desarrollo humano,
detallando la etapa en la que se encuentra el grupo de personas que formaron parte de esta
investigación. Por último, en el capítulo IV se abordan los tipos de pérdida por muerte que
pueden llegar a relacionarse con el tipo de duelo que atraviese cada persona.

La metodología empleada en la investigación se abordó desde un tipo de diseño fenomenológico,


con un estudio de tipo descriptivo y un enfoque cualitativo. Para lo cual se realizarán entrevistas
a profundidad que explicarán los sentimientos que generó la pérdida de un ser querido, cómo les
afectó y cómo lo han afrontado.

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JUSTIFICACIÓN.

La presente investigación busca conocer acerca del proceso de duelo que viven las personas de
45 a 60 años de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México, ya que a
pesar de que la muerte es el único hecho seguro, muchas personas experimentan angustia,
incertidumbre y la mayoría de las veces temor a morir o a perder alguien. Y el problema aumenta
cuando ocurre la defunción de un ser querido ya que en esos momentos se vivencia una serie de
sentimientos como puede ser fragilidad, vulnerabilidad y amargura lo cual a veces no se está listo
para atravesar y vivir con ellos; ante esto la mente reacciona de manera muy intensa, con cambios
psicológicos, conductuales y emocionales los cuales se viven durante una etapa denominada
duelo. Se necesita que las personas comprendan qué es el duelo, por lo que de manera inicial se
les otorgará la información necesaria que soliciten o les sea indispensable para tener en claro
sobre el proceso que atraviesan o vivenciaron con anterioridad. Por lo tanto, se cree necesario
indagar más a fondo la manera en que las personas de 45 a 60 años de la delegación de San
Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México viven este proceso, y dentro de esto, se indagará
sobre si atraviesan las 5 etapas que marca la doctora Elisabeth Kübler-Ross que son negación, ira,
negociación, depresión y aceptación y conocer la vivencia personal de cada una de estas, también
sería importante que las personas reconozcan si cuentan con el apoyo necesario para afrontar las
etapas, en que se refugian o apoyan, si cambio algo en sus vidas, en su rutina, si aún les causa
angustia, si surgió algún temor después de la pérdida.

De igual manera, como parte de la investigación se requiere saber si dentro de su proceso de


duelo asisten a terapia psicológica, si se refugian en la religión, se apoyan en la familia, empiezan
hacer nuevas actividades, o si empiezan ayudar a otros para generar cierta calma en sí mismos y
también conocer acerca de cómo repercute en otras actividades de su vida que se han visto
afectadas.

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Es por ello que la presente investigación permitirá que al indagar acerca del proceso de duelo que
vivencian las personas de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México, se generan diversos
beneficios, tales como el poder orientar acerca del proceso que conlleva el duelo, y de esta manera,
al momento de informar a las personas, ellos podrán tomar una decisión para trabajar su duelo en
psicoterapia si así lo consideran necesario, y de igual manera para que atraviesen el proceso de
duelo de manera oportuna con algún profesional del área de la salud mental, se les podrá proponer
actividades y brindar recursos para trabajar dentro de terapia y que logren culminar con sus
proceso de duelo por muerte.

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MARCO TEÓRICO.
CAPÍTULO I. DUELO.
Dentro de este primer capítulo se revisarán las definiciones históricas del concepto de duelo, las
modificaciones que ha sufrido, y las aportaciones al tema de diversos autores. Los tipos de duelo
son duelo patológico, duelo anticipado, duelo inhibido, duelo crónico. Seguido se abordarán las
etapas del duelo donde se tomará como base principalmente los escritos acerca del tema de
Elisabeth Kübler-Ross, ella describe 4 etapas que son ira, negociación, depresión y aceptación.
Igualmente se revisarán cuáles son los sentimientos que posiblemente se generan en el duelo,
estos pueden ser ansiedad, tristeza, angustia, enojo, culpa o posiblemente puede ser el caso que se
presente ausencia de sentimientos.
1.1 Definición

El duelo es una respuesta emocional tanto como comportamental que se experimenta en forma de
aflicción y sufrimiento cuando un vínculo afectivo se rompe. Es una reacción adaptativa normal
que surge la mayoría de las ocasiones en situaciones como la muerte de un ser querido, como
respuesta ante la pérdida de este.
El término duelo es una palabra homónima, en ella recaen dos significantes. Etimológicamente
proviene de dos vocablos latinos:
“Dolus del latín tardío, que significa dolor, pena o aflicción. Demostraciones que se hacen para
manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien.” A. Bauab (2021)
“Duellum, variante fonética arcaica de bellum, que significa batalla, desafío, combate entre
dos.” A. Bauab (2021)

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1.2 Tipos de duelo

El duelo no en todas las ocasiones se presenta del mismo modo esto puede deberse a la relación
que tengan las personas, a la experiencia de duelos pasados o el contexto general en que la
persona se encuentre inmersa. Algunos tipos de duelo son, duelo patológico donde la persona se
siente desbordada y recurre a conductas desadaptativas. Duelo anticipado se refiere a cuando el
proceso de duelo empieza antes de que la persona muera. Duelo inhibido es donde las personas se
niegan a afrontar la pérdida e incluso la niegan. Duelo crónico es cuando el proceso para afrontar
la pérdida se extiende durante años o incluso durante toda la vida, donde las personas se quedan
estancadas en su pérdida.

1.2.1 Duelo patológico

En este tipo de duelo la persona intensifica el dolor a tal punto que puede llegar a sentirse
paralizada durante días, niega la muerte de su ser querido, pueden llegar a presentar síntomas
somáticos e incluso oír la voz u oler al fallecido de manera espontánea. Algunas personas pueden
llegar a presentar pensamientos suicidas ya que predominan las estrategias de afrontamiento
negativas lo que favorece el mantenimiento y agravamiento de la situación

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1.2.2 Duelo anticipado

En este tipo de duelo el deudo vive el proceso de manera adelantada ya que se da antes de que
fallezca la persona, se da normalmente en personas que tienen a un familiar muy cercano con
alguna enfermedad terminal.
El duelo no tiene comienzo en el momento de la muerte, sino que el deudo ya ha empezado la
elaboración del dolor de la pérdida tiempo antes de que esta ocurra. Cuando se emite un
pronóstico con desenlace fatal irremediable, se produce tristeza en el familiar, pero de igual
manera es una forma de anticipar la pérdida que inevitablemente ocurrirá en un determinado
periodo de tiempo.

1.2.3 Duelo inhibido o negado

Se presenta en personas que en las etapas tempranas del duelo no presentan o muestran
afectaciones, estas parecen no haber sufrido pérdida alguna, tienen dificultades para la expresión
de sus sentimientos al principio de la pérdida, no dan signos de afectación o dolor por la muerte
de su ser querido. Se niega la expresión del duelo porque la persona no afronta la realidad de la
pérdida. En ocasiones puede prevalecer una falsa euforia que sugiere la tendencia patológica de
la aflicción.

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Estas personas se pueden encontrar tensas o irritables. Procuran evitar recuerdos del fallecido y
evitan los temas que involucren a éste. Entre los antecedentes personales de aquellos que han
presentado un duelo crónico se encuentran las personas con patrón de apego inseguro evitativo,
que tratan de negar las necesidades de apego y suprimir los pensamientos y sentimientos
relacionados con el apego y de evitar pedir ayuda en caso de necesidad, el sistema
comportamental de apego está inhibido, desactivado, por temor a ser rechazados por la figura de
apego.
Este tipo de personas tienen el hábito de negar la importancia de vivir sus duelos, y evitan
conversar sobre el difunto, de igual manera procuran evitar ir a lugares, comer cosas que antes
hacían con su ser querido que ha muerto. Esquivan los pensamientos y sentimientos dolorosos, a
través del mecanismo de exclusión defensiva.
El estado de evitación consciente del duelo por lo general no se mantiene indefinidamente y llega
a un punto de quiebre. Este quiebre la mayor de las veces ocurren de manera inesperada a raíz de
algún evento como el cumpleaños del difunto, el aniversario de muerte o por la muerte de algún
otro ser querido.
Otras veces las personas no presentan un quiebre, pero suelen estar insatisfechas con sus vidas,
perciben sus vidas vacías y que sus sentimientos se encuentran inhibidos siendo incapaces de
demostrar estos, percibiendo como personas frías incapaces de demostrar calidez y de sentir algo
puede ser enojo.

1.2.4 Duelo crónico

Es aquel que presenta una duración excesiva y parece no tener fin, se alarga durante mucho
tiempo, la persona se queda anclada ante la pérdida de su ser querido, lo que le imposibilita
seguir con su vida ya que esta gira en torno a la persona fallecida, ya que el deudo considera una
ofensa ante el fallecido volver a su vida normal.

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La persona se siente inútil, vacía, poco valiosa, sin deseos de nada, la vida no tiene sentido

sin su ser querido. De igual manera la autoestima del deudor se ve afectada a diferencia de lo que
ocurre en el duelo normal. En la medida que el sujeto se vea absorbido por estos sentimientos le
resultará muy difícil volver a organizar su vida (Montuori (2011). El enojo y el reproche se
presentan de manera intensa y fuera de lugar. El deudo siente que no puede desprenderse del ser
querido que ha fallecido, no lo puede dejar ir. Haciéndole pensar que es imposible volver a su
rutina cotidiana sin la presencia de éste. A veces las personas que se encuentran en un duelo
crónico pueden presentar el deseo de reunión con el ser querido que ha fallecido hasta el punto de
querer morirse para así poder estar con él. No pueden imaginar, desear o esperar otro futuro
considerando como una ofensa hacia el difunto restablecer cierta normalidad.

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Las personas que viven un duelo crónico en algunas ocasiones se sienten culpables, se reprochan
el no poder haber hecho algo para evitar la muerte de la persona o inclusive se pueden llegar a
sentir como los responsables de lo sucedido.
Estos actos pueden ir acompañados de desesperanza y sensación de desamparo. Sienten que una
parte de ellos mismo, de su self murió junto con el ser querido y que no existe ninguna esperanza
de recuperación.

1.3 Etapas del duelo

En un inicio, estas etapas tenían un nombre diferente al actual, pero con el paso del tiempo se han
aplicado a otras circunstancias y hoy se conocen como las etapas del proceso de duelo.
Pero dichas etapas y las emociones implicadas, no son solo típicas únicamente de morir, en
realidad, no tiene nada que ver con el morir. Sólo llamamos “etapas de morir” porque la muerte
es la causa más común de una pérdida y, por ende, de un duelo.
Según la doctora Kubler-Ross (1995) Si nos abandona nuestra pareja, si perdemos un trabajo, o
si nos obligan a mudarnos de nuestra casa donde hemos vivido los últimos años, y aunque sólo
hayamos perdido una mascota o algún objeto, es posible que pases por las mismas etapas de
morir. “Gracias al trabajo pionero de la doctora Kubler-Ross estamos en la posibilidad de ayudar
a que la gente conozca lo que debe esperar cuando sucede una tragedia en su vida” (O´Conor,
1990) D´Angélico (1990), O´Connor (1990) y Viorts (1990) coinciden respectivamente en que
cada ser humano cuenta con características propias y cada quien reacciona de diferente manera
ante las pérdidas, por lo tanto, no debe esperarse que las personas “pasen” por todas las etapas del
duelo y tampoco que las experimenten en orden lineal, incluso puede experimentarse alguna de
las etapas más de una vez y existe la posibilidad de nunca llegar a la etapa final. Por otra parte,
enfatizan la

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importancia de no resistirse a experimentar el duelo, de lo contrario, es posible que la salud
física, mental o ambas, resulten afectadas.
De acuerdo a las aportaciones que la Dra. Kübler Ross ha realizado sobre el tema, menciona que
cuando se vive un duelo, y aunque cada persona es un ser único finalmente cuando se tiene una
perdida pasamos por una serie de etapas que fluctúan y que no pasan de forma ordenada que a
continuación intentaremos explicar.
1.3.1 Negación

El proceso de duelo se experimenta atravesando por distintas etapas, una de ellas es la negación,
la cual, de acuerdo a la Teoría de Kübler-Ross (1995), comienza o sucede al momento de recibir
la noticia, e implica que la personase niega abiertamente ante el hecho, es decir, ante la muerte.
En esta etapa, la persona puede experimentar sensaciones diferentes, dependiendo, por ejemplo,
de si es alguien que pierde a un ser querido, o si es él quién está en riesgo de morir, en un
moribundo, por ejemplo, esta etapa de negación puede parecer incredulidad. La persona puede
seguir su vida con normalidad y negar ante los demás o a si mismo la existencia de una
enfermedad terminal.
Para alguien que ha perdido a un ser querido, la negación es más simbólica, a diferencia del
moribundo, donde la negación se manifiesta de manera literal.
Cuando se atraviesa la etapa de la negación, las personas pueden quedarse paralizadas al
principio, o pueden refugiarse en la insensibilidad. La negación no necesariamente es aún la
negación de la muerte como tal, Por ejemplo, alguien pueda decir: “no puedo creer que esté
muerto” sin embargo, la persona puede estarlo diciendo, porque, al principio, la realidad es
excesiva para su mente, es demasiado que procesar o asimilar.
De acuerdo a Kübler- Ross (2006) La primera etapa del duelo ayuda a sobrevivir a la pérdida. Es
común que en ella el mundo se torna absurdo y existan pensamientos constantes acerca de que la

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vida no tiene sentido. Las personas se sienten confundidas, desorientadas, es decir, se encuentran
conmocionadas y es por ello que niegan los hechos. Es común que se perciba o se piense que se
vuelven insensibles, e incluso ellos se perciban a sí mismos como tal, puesto que, como se
mencionó anteriormente, la realidad es demasiado difícil y dolorosa para procesar. Las personas
que pierden a un ser querido se preguntan cómo seguir adelante, e incluso se preguntan si es
posible seguir adelante, y si es así, necesitan saber por qué se debería seguir. En esta etapa se
intenta superar cada día, es común que los dolientes solo despierten y esperen a que se haga de
noche, sin encontrar sentido alguno al paso de las hora, días o semanas. La negación y la
conmoción ayudan a afrontar la situación y a sobrevivir. Esta etapa ayuda a dosificar el dolor de
la pérdida, hay un cierto alivio y descarga en ella. Por decirlo de alguna manera, la negación es la
forma natural de dejar entrar únicamente lo que el ser humano es capaz de soportar, es decir,
funciona como un filtro para la psique humana.
Toda esta serie de emociones y sentimientos son importantes, puesto que a través de ellos se
dosifica el dolor, son mecanismos de protección de la psique. Dejar entrar de golpe todas las
emociones y sentimientos que provoca la pérdida sería una situación que provocaría un impacto
probablemente catastrófico para la psique human, puesto que supone algo emocionalmente
abrumador.
La razón por la que la persona doliente no puede o se niega a creer lo que ha sucedido es porque,
de hecho, en ese momento es incapaz de hacerlo. Procesarlo, asimilarlo, creerlo y aceptar la
muerte, aceptar la realidad, seria excesivo, sería una exigencia sobrehumana para la mente y las
emociones humanas.
La negación se manifiesta ce manera muy común en un cuestionamiento y autocuestionamiento
de la realidad. Las personas se plantean preguntas como ¿Es cierto? ¿Ha pasado realmente? ¿Es

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verdad que ya no está? “La cuestión no es olvidar, sino aprender a vivir con la pérdida” (Kübler-
Ross, 2006)
Las personas suelen contar la historia de su pérdida una y otra vez, este comportamiento
repetitivo funciona como un desahogo, es una de las formas en que la mente afronta los traumas.
Es una manera de refugiarse, de negar el dolor o postergarlo mientras se intenta aceptar la
realidad de la pérdida. Poco a poco, esta etapa será sustituida por la realidad de la pérdida, o al
menos eso es lo que se espera en un duelo normal, un duelo que no se convierte en patológico.
En este proceso, según la teoría de Kübler-Ros (2006), las preguntas acerca de si tiene sentido
continuar, desaparecen o son menos frecuentes, ya que son reemplazadas por preguntas de otro
tipo; las personas dolientes comienzan a preguntarse el cómo y el porqué, es decir, en lugar de
negarse ante algo que sucedió, comienzan a preguntarse ¿Cómo ha sucedido?, se repasan las
circunstancias, se deja de contar la historia de la pérdida, o al menos se hace con menos
frecuencia, ya que la mirada deja de dirigirse a los demás, se vuelve la mirada hacia adentro para
intentar encontrar una explicación. Se repasa y se indaga o explora sobre todos los detalles que
rodean la pérdida. Se plantean interrogantes como: ¿Tenía que suceder? ¿Tenía que suceder de
esa forma?
¿Podría haberse evitado?

La idea de que la perdida es irreversible, la idea de muerte, comienza a tener un lugar en la mente
del doliente. Las ideas que rondan la mente comienzan a cambiar como signo de la superación de
esta etapa, ahora la mente comienza a aceptar que la persona no va a volver, que esta vez, no lo
consiguió. Con cada pregunta que el doliente se plantea, comienza a creer que la persona de
verdad se ha ido. El proceso de curación comienza aquí y sucede sin que el doliente se dé cuenta,
la persona se está haciendo más fuerte y la negación está empezando a remitir. Pero, conforme se
avanza, comienzan a aflorar todos los sentimientos que estábamos negando.

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1.3.2 Ira

Una vez que se supera la etapa de la negación, es decir, una vez que se acepta o reconoce que sí
sucedió la pérdida, se da una manifestación de coraje y el doliente comienza a expresar reclamos.
Kübler-Ross (2006) plantea que estas expresiones se dirigen hacia quien la persona piensa o
considera como responsable de la pérdida, por ejemplo, un médico que atendió a la persona que
falleció o a una enfermera, acusando muchas veces de incapacidad para salvar una vida, para
cumplir con su trabajo, están enfadados porque no fue posible salvar a alguien tan importante
para ello, los dolientes. Se puede acusar y dirigir la ira hacia algún ladrón implicado en el
fallecimiento, o a algún familiar implicado en el cuidado del fallecido, por no haberle cuidado
mejor. Muchas veces se dirige esta ira hacia Dios, o hacia la religión en la que crean, haciendo
reclamos sobre oraciones y peticiones no escuchadas, ocasionando incluso la pérdida de la fe. En
ocasiones puede darse el caso que estos reclamos y sentimientos de ira se dirijan hacia la persona
que murió, porque puede existir la idea de que la persona les abandonó, o surge el reclamo de que
el fallecido no haya pasado más tiempo con ellos. Normalmente se sabe que dicha persona no
quería morir, como es en la mayoría de los casos, pero, emocionalmente, esto se ignora y lo único
que se sabe es que ha muerto. Relacionado a que se sabe que dicha persona no quería morir,
puede surgir el reclamo por no cuidarse mejor, en el caso de que la muerte sucediera por una
enfermedad. Similar a la ira hacia algún familiar, esta puede ser dirigida hacia si mismo por no
haber cuidado mejor de él, tal como plantea Kübler- Ross (2006), también se puede estar
enfadado por no prever una situación, por no anticipar la realidad, o bien, por no poder hacer
nada para evitar que la pérdida ocurriera, se puede estar enfadado principalmente por verse a sí
mismo en una situación que no merecía, ni esperaba, ni mucho menos deseaba.

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De acuerdo a la obra “Sobre el duelo y el dolor” (Kübler-Ross,2006) la ira sólo aflora cuando las
personas se sienten lo bastante seguras como para saber que pase lo que pase, lo más probable es
que sobrevivirán. Al principio, el hecho de haber sobrevivido a la pérdida resulta muy
impactante, es un hecho que se vuelve sorprendente. Poco a poco surgen más sentimientos y la
ira suele estar en primer lugar, seguida de la tristeza, el pánico, el dolor y la soledad, con más
intensidad que nunca. Estos sentimientos a menudo causan confusión y preocupación a los seres
queridos y amigos, que rodean a quien sufre la pérdida, porque surgen y se manifiestan justo
cuando comenzaban a funcionar otra vez a un nivel básico.
La ira es la emoción con la que el ser humano está más acostumbrado a tratar, la psique la elige
para evitar, reemplazar o postergar los sentimientos más hondos, como la tristeza, hasta que se
está preparado para afrontarlos. A pesar de que es bien sabido que la sociedad le teme a la ira y
sus comportamientos implicados, esto porque la mayoría de personas son educadas para
percibirla como inoportuna, inapropiada o desproporcionada. Es una emoción útil, al igual que
las demás que surgen en este proceso de duelo, que, mientras se atraviese, la ira volverá a
experimentarse muchas veces, manifestándose en múltiples formas y hacia distintas personas.
El hecho de que una persona se permita experimentar la ira, significa que está progresando, que
tal como describe Kübler-Ross (2006) el doliente está permitiendo todos los sentimientos que
antes eran simplemente demasiado insoportables para dejarlos aflorar, tal como se mencionó
anteriormente. Es importante sentir la ira sin juzgarla, sin intentar hallarle un sentido, que en
realidad si lo tiene; la ira es una reacción natural a la injusticia de la pérdida.
Es posible que la intensidad de la ira abrume y sobre pase a quien la experimente, porque, para
algunos, puede ser proporcional a la cantidad de amor perdido que representa. Puede parecer que,

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si se interna en el dolor, no se saldrá de él jamás o no se terminará nunca. La ira remitirá y los
sentimientos que provoca la pérdida volverán a cambiar de forma.
1.3.3 Negociación

En esta etapa se intenta hacer un trato para obtener a cambio la restitución de lo perdido, aunque
sea imposible. Normalmente en esta etapa se ofrece como una especie de intercambio el hacer o
no hacer algo a cambio de la recuperación del “bien” perdido.
De acuerdo a la Dra. Kübler Ross (2006) en su libro “Sobre el duelo y el dolor”, cuando las
personas saben que existe un riesgo o posibilidad inminente de sufrir una pérdida, parece que
harían cualquier cosa con tal de que no se lleven a la persona que quieren. Y surgen pensamientos
o intentos de negociar, por ejemplo, se puede recurrir a Dios para suplicar por la vida del otro, o
también se pueden tener pensamientos de pacto, “no volveré a enfadarme con mi mujer nunca si
permites que viva”, por ejemplo.
Después de una pérdida, la negociación puede manifestarse como una tregua temporal, que en
ocasiones se relaciona con etapas anteriores, como la negación, teniendo pensamientos y
cuestionantes tales como “Y si dedico mi vida a ayudar al prójimo ¿Podré entonces despertarme
y descubrir que todo esto ha sido sólo una pesadilla?”
Las personas suelen encontrarse en situaciones donde no paran de repetir “ojalá”. O “¿y si...?”.
En resumen, se desea que la vida vuelva a ser como era; Se quiere que el ser querido a quien se
pierde sea resucitado, por ilógico que esto parezca, se desea con fuerza que el ser querido les sea
restituido. Tal como se mencionó anteriormente, esta etapa, tiene cierta similitud con etapas
anteriores como la negación, ya que se quiere retroceder en el tiempo, esto se puede identificar
con pensamientos y deseos, por ejemplo, en el caso de una muerte por enfermedad, se desea
encontrar antes el tumor, reconocer la enfermedad con más rapidez, etc. O bien, en una muerte
por un accidente, se desea

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impedir que el accidente suceda, etc. Deseos muy similares a los que se tiene en la etapa de
negación.
La negociación a menudo va acompañada de culpa, que no es más que ira hacia uno mismo, lo
cual reafirma que esta etapa tiene similitudes con otras de las etapas del duelo. Los “ojalas” hacen
que las personas comiencen a criticarse y a cuestionar lo que cree que podría haber hecho de otra
forma. Es posible que dentro de este “trueque” o tregua se pacte con el dolor. Se hará cualquier
cosa por no sentir el dolor de esta pérdida. Lo que también se relaciona con la etapa de negación.
Las personas pueden quedarse ancladas en el pasado.
En otros casos, tal como plantea Kübler Ross (2006), la negociación puede permitir a la mente
pasar de un estado de pérdida a otro, ya que proporciona a la psique el tiempo que necesita para
adaptarse.
Esta etapa permite al doliente creer que se puede restaurar el orden en el caos que le rodea. La
negociación cambia y se va transformando con el tiempo. Se puede comenzar pactando para que
el fallecido se salve, lo que más adelante se puede transformar a pactar para morir en su lugar.
Cuando las personas aceptan que la persona querida se va a morir, es posible que la idea de pactar
sea para para que su muerte sea indolora. Cuando ya ha muerto, la negociación en las personas de
fe religiosa suele transformarse a pactar para “volver a verla en el cielo”. Los dolientes pueden
pedir una tregua para que no haya más enfermedades en la familia, o que ninguna tragedia más
ocurra sus seres queridos.
Cuando se atraviesa esta etapa de pactos y de negociación, la mente modifica los hechos mientras
explora y se atormenta con todo lo que se podría haber hecho y no se hizo. Pero, la mente
siempre llega a la misma conclusión, a la aceptación de la trágica realidad; el ser querido se ha
ido realmente.

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1.3.4 Depresión

El desenlace de no obtener los resultados deseados en la negociación es la aparición de depresión,


que en unos casos resulta de la causa declarada y en otros de rabia y emoción no expresada en el
momento adecuado .Esta es una de las etapas más difíciles y complicadas, sin embargo, su
existencia indica que la aceptación de la pérdida va siendo más probable, porque de cierta manera
se está manifestando la rendición en una lucha, que se ve reflejada en las etapas descritas
anteriormente , una guerra contra lo innegable. Esta es una de las etapas más difíciles y
complicadas , pero su presencia sugiere que aceptar la pérdida será más probable porque muestra
la derrota en una lucha que se refleja en las etapas anteriores , una guerra contra lo inevitable .
Según Kübler-Ross (2006), tras la etapa de negociación, la atención se dirige al presente. Aparece
la sensación de vacío, y el duelo entra en la vida, llegando a los sentimientos más profundos.
Es común que las personas piensen que parece que esta etapa depresiva no va a poder superarse,
que esa sensación de tristeza y vacío va a durar para siempre, esto pueden pensarlo tanto los
dolientes, como las personas que rodean a los dolientes, pues perciben el estado de ánimo de la
persona y observan las conductas implicadas. Es importante comprender que esta depresión no es
un síntoma de enfermedad mental, como podría percibir el entono del doliente, es más bien la
respuesta adecuada y congruente ante una gran pérdida.
Se experimentan sensaciones distintas, como la falta de interés de levantarse de la cama, se es
consciente de que ha llegado la hora de levantarse, pero no se encuentra una motivación o deseo
para hacerlo. Para una persona deprimida, salir de la cama puede suponer el mismo esfuerzo que
escalar una montaña. Los dolientes y pueden sentir una sensación de pesadez y la acción de
ponerse de pie requiere un esfuerzo del que se carece.
Tal como plantea Ross (2006), si se consigue ponerse en marcha y cumplir con las actividades
diarias, cada una de ellas parece tan vacía e inútil como la anterior. Detonando cuestionantes

22
similares: ¿Por qué comer? ¿Por qué dejar de comer? No importa lo suficiente como para que a la
persona deprimida le importe. Si le importara lo que pasa, podría sentir miedo, así que la persona
comúnmente prefiere que no importe nada.
A menudo, la depresión tras una pérdida se considera algo no natural, o bien, un signo de alerta
sobre la existencia de una enfermedad mental, las personas comúnmente la perciben como un
estado que hay que corregir, algo que se debe eliminar. La pérdida de un ser querido es una
situación depresiva, y la depresión es una respuesta normal humana y es adecuada.
Claro que una depresión clínica que no se trate puede conducir a un empeoramiento del estado
mental, pero en el duelo, la depresión es un recurso de la naturaleza y de nuevo, un recurso de la
psique para proteger a las personas. Actúa bloqueando el sistema nervioso para sea posible
adaptarse a algo que se sientes que no se podrá superar, como en las anteriores etapas hemos
descrito, es demasiado para procesar de un solo golpe.
En ocasiones, una intervención psicológica es de suma importancia, pero la mayor parte de las
veces se impide que el doliente experimente la depresión normal que acompaña su perdida, el
duelo.
La depresión clínica es un grupo de enfermedades que puede caracterizarse por un estado
depresivo a largo plazo, a diferencia de la depresión normal, que es la tristeza que se experimenta
en determinados momentos de la vida.
Según la doctora Kübler-Ross (2006) El tratamiento de la depresión puede ser visto como un acto
de equilibrio. Se debe aceptar la tristeza como un paso apropiado y natural de la pérdida, pero no
se debe permitir que una depresión descontrolada y permanente afecte la calidad de vida.

23
En ocasiones, además de la intervención psicológica, se requiere la intervención psiquiátrica, sin
embargo, la realidad es que la pena, el dolor y la tristeza están ahí y deben ser procesadas, con o
sin medicación. Algunas personas sienten que la medicación es solo un apoyo para afrontar la
depresión.
Por muy difícil que sea de aceptar, la depresión posee elementos que pueden ser útiles en el
duelo, obliga a ir más lento y permite evaluar de forma real la pérdida.
La reacción inicial de la mayoría de la gente ante alguien triste es intentar animarle, se desea ver
a la persona doliente feliz, el entono suele decirle que no vea las cosas negativas y vea que existe
algo bueno en su vida. Sin embargo, por duro y preocupante que pueda ser, es necesario dejar que
los dolientes experimenten el dolor y la pena de su pérdida.

1.3.5 Aceptación

La aceptación es la etapa final del proceso de duelo y también la etapa a la que se espera que
todos los dolientes de una pérdida puedan llegar, sin embargo, no siempre es así. La aceptación
suele confundirse que la persona que atraviesa por el duelo se siente bien, que ya no hay dolor ni
añoranza, o de que se está de acuerdo con lo que ha pasado.En absoluto la mayoría de las
personas no se sienten bien o no están de acuerdo De acuerdo con Kübler-Ross (2006), en esta
etapa, finalmente se acepta la realidad de que el ser querido se ha ido físicamente y se reconoce
que dicha realidad es la realidad permanente, ya no se está enfadado, hundido en la tristeza, ni
tampoco se intentan hacer pactos humanamente imposibles. A los dolientes jamás les gustará esta
realidad donde su ser querido ya no está, ni se estará de acuerdo con ella, pero, al final, se acepta.
Se aprende a vivir con ella.. Ahora es cuando la readaptación comienza, se empieza a formar una
rutina diaria, una cotidianeidad que ya no

24
incluye a la persona fallecida, se aprende a reorganizar roles, reasignándolos a otras personas o
adoptándolos a sí mismos, se inicia el proceso de reintegración.
La sanación se refleja en las acciones de recordar, recomponerse y reorganizarse. Puesto que, las
cosas han cambiado para siempre y es necesario readaptarse.
De acuerdo con Ross (2006), a medida que se vuelve a empezar a vivir y disfrutar de la vida,
muchas veces se piensa que, al hacerlo, se está traicionando a quién se perdió. Sin embargo,
resulta necesario aclarar que si bien, nunca se podrá reemplazar lo que se ha perdido, si será
posible establecer nuevos contactos, nuevas relaciones sociales y vínculos importantes. En lugar
de negar los sentimientos, en esta etapa, se comenzarán a escuchar necesidades; las personas
cambian, crecen, evolucionan.
Esta es la etapa en que se empieza a vivir de nuevo, pero no será posible hacerlo hasta que no se
le haya dedicado el tiempo correspondiente al duelo.

1.4 Etapas del duelo según Igor Caruso.

Caruso (1969) considera que el proceso de duelo consta de seis etapas.

1.4.1 Catástrofe del yo

En la separación se produce una muerte en la consciencia, de tal muerte surge la


desesperación, sentimiento relacionado con algunas etapas planteadas por Kübler-Ross, tales
como la negación, negociación e ira. Según Caruso (1969) dos personas en un vínculo
sentimental y emocional cercano de cualquier tipo, están fundidas en una unión dual que sólo
tiene un modelo, la “díada”. Por lo que la pérdida del objeto de amor, que también es el
objeto de identificación, conduce a una auténtica mutilación del Yo; a una catástrofe del Yo
por la pérdida de la identidad. Para que la “victoria” de la muerte no sea absoluta ni definitiva
y para que la

25
muerte en la conciencia no se convierta en algo catastrófico, es decir, que no se convierta en
aniquiladora de la consciencia, la llamada psicosis, y para que la muerte en la consciencia no
ocasione extinción física, es decir, el morir psicosomático o el suicidio, inmediatamente se
ponen en juego los mecanismos de defensa, mismos que podemos identificar en el nombre de
algunas de las etapas de Ross.

1.4.2 Agresión

Es bien sabido que la agresividad es un mecanismo de defensa y según Caruso (1969) en el


proceso de elaboración del estudio para su libro “La separación de los amantes” encontró tal
mecanismo como el principal.
De acuerdo a Freud y Lagache, en sus estudios psicoanalíticos anteriores, comprobaron que la
aflicción considera en general como “no egoísta”, contiene en realidad una gran dosis de
agresividad y esconde reproche: “¿Cómo pudiste abandonarme?”. Esta idea es muy similar a
lo que Kübler-Ross describe en la etapa de la ira, donde la persona hace reclamos constantes
y en ocasiones dirige esta emoción a la persona fallecida. Al modo de ver de muchas personas
la agresividad significa la desvalorización de la persona fallecida. El ser querido fallecido
respondía a las esperanzas del ideal del Yo, aun cuando se era consiente de los aspectos
negativos de la persona; es por ello, que tal como lo plantea Caruso (1969), ahora debe ser
desvalorizado, para que el Yo, que se encuentra profundamente lesionado, pueda conciliarse
con un ideal del Yo sacudido y decepcionado, y le sea posible seguir viviendo. Es por ello que
la agresión, en una situación así, se considera un mecanismo de defensa, porque parece
permitir una desidentificación con el objeto, es decir, el amor se transforma en odio, pero, a la
vez, también permite una adherencia al mismo. La agresión es la forma más segura de hacer
aceptar al Yo, y al mismo tiempo declarar como definitiva, la muerte del ser querido en la
conciencia.

26
1.4.3 Búsqueda de la indiferencia

De acuerdo a Caruso (1969) la indiferencia también es un mecanismo de defensa y en su libro


“Separación de los amantes” determina que el término engloba la expresión “me importa un
bledo”. Ahora bien, de acuerdo al autor, este mecanismo existe incondicionalmente en la
situación de separación, incluso cuando es incompatible con otros estratos de la personalidad,
ya que “provoca su represión y su rechazo de la conciencia” (Caruso, 1969).
Los factores del “me importa un bledo” ante todo son: disminución del ideal del Yo,
debilitamiento del Yo por la desidentificación e inflación correlativa del narcisismo. Similar a
lo que plantea Kübler-Ross (2006) en su libro “Sobre el duelo y el dolor” cuando habla de la
etapa de la depresión, donde aborda en cierto punto a la indiferencia cunado explica que si al
doliente le importara lo que pasa, podría sentir miedo, así que comúnmente prefiere que no
importe nada.

1.4.4 Huida hacia adelante

Esta etapa de duelo actúa, al igual que las anteriores, como un mecanismo de defensa. De
acuerdo a Caruso (1969) la huida hacia adelante está determinada, ante todo, por el Superyó,
con miras a la conservación ideal del Yo y se manifiesta primordialmente como huida en la
actividad, como un escape constante de la situación que se está experimentando,
especialmente en las personas conformistas y obsesionadas por el deber. Una alternativa
común para los dolientes es la huida en busca de placeres, sostenida por el Ello. De acuerdo
con el autor las dosis flotantes de libido buscan nuevos objetos. Algunas personas llegan a
pensar que se debe encontrar alguien o algo con que sustituir a la persona fallecida. En este
caso es común que se adopte el mecanismo de desplazamiento, ya que según Caruso (1969)
se mata mejor cuando ya se le tiene un sustituto al muerto.

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“El Yo mortificado necesita consuelo y sabe, por las experiencias pasadas, que el placer
puede proporcionárselo; pero en general se equivoca. Estas dos formas de huida hacia
adelante tienen, pues, como finalidad, dirigir la libido flotante, liberada por la defensa del Yo
contra la regresión profunda, hacia un objeto aceptable para el Superyó o el ello” (Caruso,
1969).
1.4.5 Ideologización

Esta etapa es la última racionalización, la cual “hace de la necesidad una virtud” (Caruso,
1969). La cual es conocida, al igual que etapas anteriores, como un mecanismo de defensa.
Dicha virtud puede usar distintas máscaras, como puede ser de carácter filosófico, estoico, de
autoconciencia heroica, devoción religiosa o escepticismo moderado. Cualquiera de ellas
legitima la muerte. También es posible el enriquecimiento psíquico auténtico, sin embargo, es
poco probable que conseguirlo a través de una ideología basada en mitos o por una falsa
conciencia; “es más probable que la ideologización sea, en última instancia, la afirmación de
cierta rebelión y en esta forma constituya una victoria parcial sobre la muerte padecida”
(Caruso, 1969). Por lo tanto, es más probable que la ideologización sea más bien un “no” que
un “si” frente a la separación.
1.5 Propuestas de otros autores

Fonegra (2001) propone un proceso integrado por tres etapas:

1. Shock, aturdimiento y anestesia emocional

2. Enfrentando la ausencia: fase aguda

3. Volver a la vida: cambió, reorganización y restablecimiento.

O´Connor (1990) considera que el proceso de duelo se conforma por cuatro etapas y establece
periodos para experimentar cada una:
1. Ruptura de antiguos hábitos (desde el conocimiento de la pérdida hasta un año)

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2. Inicio de reconstrucción de la vida (desde la octava semana hasta un año)

3. Búsqueda de nuevos objetivos, de amor o de amigos (desde los 12 hasta los 24 meses)

4. Terminación del reajuste (después del segundo año).

Reyes (1996) considera que el proceso de duelo consta de cuatro etapas:

1. Depresión

2. Rabia

3. Perdón

4. Aceptación

1.6 Sentimientos generados en el duelo.

Es importante tener en cuenta al discutir este subtema que los sentimientos relacionados con las
emociones pueden iniciarse , intensificarse o incluso anticiparse como resultado de participar en
un combate por el bien de la vida.El término "duelo" se refiere a los sentimientos subjetivos y las
reacciones emocionales provocadas por el fallecimiento de un ser querido .Es importante
reconocer las emociones que se han expresado a lo largo de todo el proceso de combate , ya que
hacerlo puede ayudar a las personas a identificar las etapas de la pelea en relación con las
emociones que han descrito para que el individuo pueda ser parte del proceso de manera que la
persona inicialmente lo reconozca y lo imite , y pueda continuar con su vida sin tener que sufrirlo
o soportar a la persona la cual ha fallecido.

Una vez que se han descrito los sentimientos que pueden llegar a generar las emociones, también
se pueden suscitar casos en los que las personas durante todo el proceso de duelo no generen
sentimientos, por lo cual no pueden atravesar cada una de las etapas del duelo, por ello el ultimo

29
subtema de este capítulo, se abordará que es lo que sucede con la ausencia de sentimientos

1.6.1 Ansiedad.

Cuando las personas se involucran en un duelo, su ansiedad puede variar desde una leve
sensación de malestar hasta fuertes ataques de pánico. Cuanto más intensa y generalizada es la
ansiedad , más sugiere una respuesta patológica en forma de duelo. La ansiedad generalmente
proviene de dos fuentes.La primera es que los sobrevivientes temen no poder valerse por sí
mismos solos. La segunda es que la ansiedad está vinculada a un sentido más fuerte de
mortalidad personal : un sentido de la propia mortalidad agudizado por la pérdida de un ser
querido. Además , puede haber ansiedad como resultado de los temores provocados por la idea de
considerar no solo su propia salud y bienestar , sino también el bienestar de otras personas que le
importan.
De esta manera para comprender proceso que puede conllevar la ansiedad dentro del duelo por
muerte, se toma en cuenta la definición de la ansiedad que brinda Cano-Vindel y Miguel Tobal
(2001) citado en Sierra y Ortega (2003), entendida como “una respuesta que engloba aspectos
cognitivos displacenteros, de tensión y aprensión; aspectos fisiológicos caracterizados por un alto
nivel del sistema nervioso autónomo y aspectos motores que suelen implicar comportamientos
poco ajustados y escasamente adaptativos”. Cuando la ansiedad es intensa, origina un sentimiento
desagradable de terror e irritabilidad (deseos de correr, ocultarse y gritar) presentando
sensaciones

30
de debilidad, desfallecimiento y desesperación en el individuo, así también puede haber un
sentimiento de irrealidad. Situaciones que indican que la ansiedad se entienda como una
respuesta normal y necesaria o como una respuesta desadaptativa.
El sistema cognitivo del estado de ansiedad, refiere a pensamientos, ideas o imágenes de carácter
subjetivo, así como a su influencia sobre las funciones superiores: preocupación, miedo o temor,
inseguridad (refiere a personas con alta ansiedad, presentan miedo negativos), aprensión
(respuestas de miedo en términos físicos), pensamientos negativos (inferioridad o incapacidad),
anticipación de peligro o amenaza, dificultad para la concentración y toma de decisiones,
sensación general de desorganización o pérdida de control sobre el ambiente acompaña de
dificultad para pensar con claridad.
1.6.2 Angustia.

Hay un predominio de los síntomas físicos en la ansiedad, y el cuerpo reacciona paralizándose ,


pensando demasiado y perdiendo la nitidez con la que el individuo observa el fenómeno.Presta
mucha atención a medida que se acentúan los síntomas psicológicos de la ansiedad , en particular
la sensación de peligro inminente , ya que se está haciendo un mayor esfuerzo para encontrar
soluciones efectivas para tratar el origen de la ansiedad .Cuando ocurre una de estas experiencias ,
la agonía impide que la persona comparta sus emociones , lo que tiene los siguientes efectos:un
duelo difícil. El miedo más profundo que surge durante una pelea es el miedo a cambiar los
métodos de ataque , así como el miedo a sentir y reprimir las emociones negativas .La angustia es
la emoción más universalmente experimentada por el ser humano, tiene un efecto de
inmovilización y conduce al sobrecogimiento en innumerables ocasiones; se define como una
emoción compleja, difusa y desagradable que conlleva serias repercusiones psíquicas y orgánicas

31
en el sujeto; la angustia es visceral, obstructiva y aparece cuando un individuo se siente
amenazado por algo (Ayuso, 1988) citado en Sierra y Ortega (2003). Es un sentimiento vinculado
a situaciones de desesperación, donde la característica principal es la pérdida de la capacidad de
actuar voluntaria y libremente por parte del sujeto, es decir, la capacidad de dirigir sus actos. En
ella participan factores biológicos, psicológicos, sociales y existenciales, por lo que conlleva
inevitablemente un abordaje integral. La angustia puede ser adaptativa o no, dependiendo de la
magnitud con la que se presenta y del tipo de respuesta que se emita en ese momento; su
patología versa en la proporción, intensidad y duración de las anomalías. La angustia normal no
implica una reducción de la libertad del ser humano, mientras que la patológica refleja una
reacción desproporcionada respecto a la situación que se presenta, siendo más corporal, primaria,
profunda y recurrente; este tipo de angustia es estereotipada, anacrónica (revive continuamente el
pasado) y fantasmagórica (imagina un conflicto tal vez inexistente) (Ayuso, 1988).

1.6.3 Enojo

Los sentimientos de ira o rabia y el comportamiento que resulta de ellos, la agresión, pueden
desarrollarse como resultado primario del miedo al peligro y la frustración por la necesidad
insatisfecha de reunificación del duelo .

32
Pueden ser predominantes en una primera fase de duelo. Según Worden (1997) el enfado
proviene de dos fuentes: 1) de una sensación de frustración ante el hecho de que no había nada
que se pudiera hacer para evitar la muerte, y 2) de una especie de experiencia regresiva que se
produce después de la pérdida de alguien cercano. En la pérdida de cualquier persona importante
hay una tendencia a la regresión, a sentirse desamparado, incapaz de existir sin esa persona, y
luego a experimentar enfado y frustración. El sentimiento más frecuente ante la frustración de
una necesidad es la cólera, y con ella, el despertar de la agresividad.

1.6.4 Tristeza.

Eventualmente, esto se convierte en la emoción más frecuente y la primera que surge cuando se
recuerda el incidente después de que haya pasado un tiempo .Este sentimiento no debe
manifestarse a través del llanto, pero lo hace con frecuencia.La soledad es un signo que produce
una respuesta comprensiva y protectora de los demás , así como una circunstancia social donde se
suspenden las reglas del comportamiento competitivo típico .Como efecto , implica fingir y
provoca cambios .

La tristeza significa aflicción, pesadumbre, desagrado, languidez, incomodidad, oranza, soledad,


desesperanza, dolor del alma, así como gozo , en varias proporciones y con matices que escapan
a cualquier cálculo.Frecuentemente sucede como respuesta a una pérdida un fracaso significativo,
como resultado de no haber llegado a la conclusión correcta o como resultado de una traición
recurrente .Como una bruma, la tristeza llega y se intensifica.Tu presencia hace que el deseo se
tambalee.Sin embargo, cuando la persona deprimida encuentra compañía, comprensión y un
motivo para renovar el ánimo, su melancolía se disipa.

El mecanismo que subyace a este fenómeno es que la exposición repetida a estímulos dolorosos
debilita la respuesta emocional condicional (la tristeza). En ocasiones , la tristeza patológica
puede complicarse con otros síntomas , como el aislamiento social , la falta de cuidado personal ,
la sospecha de hiperactividad psicomotora , el consumo excesivo de alcohol o drogas , etc.El
vínculo entre la tristeza y el duelo por una pérdida se hace más fuerte por la noche.Existen

33
infinidad de estudios clásicos que ofrecen pautas y recomendaciones para su manejo
1.7 Ausencia de sentimientos.

Después de una pérdida, algunas personas experimentan insensibilidad.La anestesia emocional o


el embotellamiento sensorial frecuentemente ocurre inmediatamente después de conocerse el
fallecimiento del ser querido .Por lo general , dura desde unos pocos segundos hasta varios días y
se experimenta como una anomalía porque uno no puede sentir las emociones naturales
relacionadas con el dolor .La persona continúa confundida , molesta y confundida sin
comprender lo que está sucediendo . _Con frecuencia se experimenta con un sentimiento de culpa
por la deuda porque no parece haber mucho sufrimiento , o porque las personas cercanas a usted
lo encuentran extraño y desapegado , no estar involucrado en las circunstancias del presente y
actuar de manera automática .Probablemente sucede porque hay sentimientos difíciles de
confrontar y permitir que todos lo hagan conciencia sería bastante deprimente, por lo que la
persona experimenta su insensibilidad como una salvaguardara su contra su flujo de emociones.

34
Capítulo II. MANERAS DE AFRONTAR EL DUELO.

Dentro de este capítulo se abordarán algunas maneras de afrontar el duelo ya que toda reacción
de una forma distinta a la muerte donde se apoyan en sus propios recursos para sobrellevar el
dolor que este proceso conlleva. Algunas personas optan por refugiarse en la espiritualidad,
adentrándose en la religión que cada una de estas practique ya sea en textos religiosos,
meditación, congregaciones, etc. Buscando y dando respuestas a lo que hay durante y después de
la muerte mediante la religión. Otros optan por técnica con mayor veracidad como lo es lo es la
psicoterapia mediante sus diferentes ramas como lo son el humanismo, la Gestalt o cognitivo
conductual y por último ligado a la anterior los grupos de apoyo donde diferentes personas con
una problemática en común se reúnen, escucha y apoyan entre sí con la presencia de un
facilitador que posea conocimientos sobre el duelo y la psicología en general.

2.1. Espiritualidad.

La espiritualidad es una de las maneras de afrontamiento más utilizadas por las personas para
trabajar el duelo y superar las secuelas negativas de la pérdida. Es un aspecto básico del ser
humano. Es una vida interior, nuestro santuario interior donde el reconocimiento de uno mismo
va más allá de la reflexión analítica y se abre a la confrontación metafísica y teologal. Dentro de
la cual se tiene como sentido el poseer un sentido de algo más allá, de algo más que confiere
valor y sentido en lo que ahora somos. Cada cultura práctica diferentes costumbres y rituales ante
la muerte, estos les ayudan a las personas a procesar la pérdida de la persona amada. Buscando
una relación con lo sagrado entiéndase Dios u otros seres de carácter divino, dando la esperanza
de la creencia de una vida después de la muerte. Algunas personas usan la espiritualidad como un
salvavidas ante el

35
sufrimiento que viven por el fallecimiento de algún ser cercano siendo esta un apoyo para
retomar la normalidad en sus vidas.

36
2.2 Terapia.

Al abordar este subtema perteneciente al afrontamiento del duelo, se incluyen los modelos de
psicoterapia que pudieran brindar apoyo a los especialistas para poder trabajar el proceso de
duelo por muerte, ya que se requiere analizar diversas expectativas que brindan los modelos
terapéuticos

37
puesto que cada etapa del duelo es diferente y abarca diversas características que se deben de
trabajar para brindarle apoyo a la persona, y al identificar la fase y etapa por la que la persona se
encuentre es donde se elegirá el modelo terapéutico que sea más adecuado.

Para el problema que se ha de evaluar e intervenir, se debe elaborar un análisis funcional de la


conducta de la persona, es así que algunos autores tal como lo es Tizón refiere lo siguiente, “La
intervención en el duelo dependerá de si se trata de un duelo normal, complicado o patológico.
En un caso de duelo normal, la intervención debe estar limitada a una orientación inicial en el
proceso. Si se prevé un duelo complicado la atención debe enmarcarse en la prevención y la
resolución de las dificultades presentes. Si se estima un duelo patológico la intervención debe
centrarse profesionalmente desde el inicio para facilitar la elaboración, siendo importante
también en este caso el trabajo en la prevención”
2.2.1 Modelo cognitivo-conductual.

Con este modelo de duelo psicoterapéutico , el énfasis está más en dar una respuesta.requiere la
recopilación de datos preliminares para abordar las variables que deberán ser objeto de una
intervención posterior . _Es necesario tratar las situaciones que el individuo encuentra como
"vivencialmente relevantes" porque estarán acompañadas de una cantidad significativa de
sufrimiento psicológico , lo que requerirá una respuesta terapéutica en cualquier caso.De acuerdo
con la teoría cognitiva , las personas construyen la realidad y el significado a partir de sus propias
experiencias.Los pensamientos que cada persona tiene conducen a sus emociones y
comportamientos. El malestar emocional que exhibe una persona resulta de realizar una
representación distorsionada de su realidad que conduce a cambios significativos en su
comportamiento y afecta la forma en que normalmente se realiza su trabajo .En nuestro tema del
duelo , el paciente logra desarrollar o superar este proceso a través de la resignificación de la
pérdida .Con la ayuda de un profesional, será posible identificar los pensamientos negativos que
son la causa del problema , y ​mediante el uso de diversas técnicas , se podrá llegar gradualmente a
un resultado positivo para la situación que se estaba presentando.

2.2.2 Modelo Humanista.


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Según la concepción humanista , un duelo se define como un proceso de desarrollo que se lleva a
cabo como resultado de una pérdida significativa .Tiene como finalidad equilibrar la relación entre
la persona y su entorno .Cuando se habla de un duelo, las personas a menudo hacen referencia a
perder un trabajo, una casa, un amigo, un hijo y, lo más importante , perder a un ser querido por la
muerte.Dicho de otro modo, según la terapia Gestalt, cualquier función humana es vista como una
interacción en el campo organismo-ambiente .Cuando muere un ser querido , existe un
desequilibrio en el campo de regulación de la autoridad organismo-ambiente, razón por la cual el
procedimiento se lleva a cabo de esta manera el equilibrio interno

2.2.3 Modelo psicodinámico.

Para este modelo de intervención del proceso de duelo como apoyo terapéutico, se encuentra
como propuesta de este mismo, el establecimiento de una relación “curativa” o “reparadora” con
los usuarios. El duelo para Freud (1917) citado en García (2010), en contraste es “la reacción
frente a la pérdida de una persona amada o de una abstracción que haga sus veces, como la patria,
la libertad, un ideal, etc.”. Y considera además que “a pesar de que trae consigo graves
desviaciones de la conducta normal en la vida, nunca se nos ocurre considerarlo un estado
patológico ni remitir al médico para su tratamiento”. Se refiere Freud a que el duelo a través de
sus manifestaciones se considera un estado habitual, como respuesta al evento del que proviene,
en dicho caso, la pérdida de la persona amada. Debemos considerar que esta respuesta no es
concebida como una enfermedad siempre que apunte a la superación, cuando el individuo no
reconoce la ausencia del otro amado, es casi improbable que inicie el proceso del duelo y por
tanto no habrá superación, lo

39
que llevará al sujeto a un estado melancólico al que vamos a llamar duelo patológico.

De igual manera Díaz (2012) menciona que “el duelo es el proceso que impone al sujeto una
progresiva separación del objeto amado y finaliza con la recuperación de la libido del sujeto para
la vida”, esto solo se logrará si el Yo consigue abandonar la necesidad de representar al objeto
amado constantemente, y controla las pulsiones inconscientes provenientes del Ello, cuando esto
no sucede según la autora “el dolor se funda en el anhelo insatisfecho del objeto perdido.” El
sujeto experimenta la sensación de pérdida de esa energía que usualmente le permite vivir,
energía que no desaparece, sino que se torna hacia el fantasma del amado perdido y el sujeto
ahora requiere de un mayor gasto de energía.

2.3 Grupos de apoyo.

El objetivo de las organizaciones de ayuda en la batalla es que las personas se den cuenta de que
no están solas en su sufrimiento y que otras personas también están pasando por circunstancias
similares después de perder a un ser querido .El participante puede aprender varias tácticas que
sus oponentes ya han empleado durante el combate y aplicarlas a su situación actual .El grupo
proporciona un entorno de apoyo emocional seguro donde el paciente puede expresar libremente
sus emociones sin preocuparse de ser juzgado o marginado por la fuerza con que las siente .El
alivio emocional se refleja en la mejora de la salud física .

40
Al expresar en el grupo de apoyo sus sentimientos, cogniciones, percepciones, creencias que para
el propio individuo pueden ser reacciones inadecuadas ante la situación, se dan cuenta que en
realidad son una respuesta universal y es una sintomatología acorde al proceso de duelo que vive.
Cabe destacar que, si bien los integrantes del grupo cuentan con el apoyo de sus compañeros, en
quien recae la responsabilidad de su mejoría es en ellos mismos.

Los grupos de apoyo se crean para abordar un problema común que surge en situaciones difíciles
que frecuentemente afectan el bienestar físico, emocional y social de las personas.Dentro de
estos, se busca fortalecer conductas constructivas para enfrentar la crisis , brindando herramientas
y recursos para un mejor manejo del estrés, intercambio de información entre los miembros,
identificación del miembro a través de la exteriorización de los propios miedos y la ansiedad
resultante , fortalecimiento y ampliaciónrelaciones interpersonales para promover el
fortalecimiento del individuo .
El grupo tiene además una función educativa: dentro de este se compartirán distintas vivencias lo
que ayudará a los participantes a entender que el duelo requiere tiempo, que dentro del proceso
habrá altas y bajas, que hay etapas y tareas que se deben atravesar, y que es muy importante tener
una actitud receptiva y compromiso tanto como con el grupo como con su proceso de duelo. El
doliente debe reconocer que no es el culpable de lo sucedido, pero sí del proceso de recuperación.

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El observar y reconocer en algunos de los miembros del grupo avances en su proceso, notando
además cambios positivos será un signo de esperanza para el resto de los integrantes pudiendo
proyectarse en ellos a futuro

Existen diferentes tipos de grupo:

Grupos abiertos:) son grupos informales los cuales no cuentan con una periodicidad determinada,
esto quiere decir que cuentan con una fecha de inicio, pero no con una fecha de cierre
determinada, a los cuales durante el proceso se pueden unir nuevos integrantes y de igual manera
quienes ya están dentro pueden salirse con la posibilidad de volverse a integrar en cualquier
momento al grupo sin ningún tipo de sanción.

Grupos cerrados: son de modalidad estructurada ya que estos cuentan con un inicio y un final
preestablecido, el número de sesiones está previamente predeterminado al abarcar estas se marca
el término del grupo. Los asistentes de este grupo deben de contar con el compromiso de asistir
durante ese periodo. Los grupos cerrados posiblemente sean la modalidad más utilizada para
apoyar a las personas en proceso de duelo, ya que en estos se pueden desenvolver más que en los
grupos abiertos, tienen mayor intimidad y el sentido de pertenencia se va fortaleciendo conforme
transcurren las sesiones, esto facilita la comunicación al compartir la experiencia que se vive
entre los miembros del grupo
No se recomienda una duración de no más de una hora y media o dos, después de este tiempo los
participantes se cansan de escuchar y necesitan moverse, en algunos grupos se realizan ejercicios
de relajación minutos antes de concluir, en otros a mitad de la sesión se hace un pequeño receso
donde los integrantes pueden interactuar entre sí o aprovechar para comer algo, (A. M. Ospina
Velasco, 2003).

42
CAPÍTULO III. ETAPAS DEL DESARROLLO HUMANO.

Al hacerlo , definirá qué se entiende por el término " fase adulta "y las áreas que componen esta
etapa del desarrollo humano .Y para comprender cabalmente la etapa de la mediana edad , es
necesario definir el desarrollo humano . El ser humano es una criatura que es capaz de crecer no
solo a nivel biológico sino también psicológico y espiritual .El estudio científico del proceso
humano de cambio y estabilidad se conoce como " desarrollo humano " . Los investigadores que
se especializan en el estudio profesional del desarrollo humano , conocidos como científicos del
desarrollo , observan cómo cambian las personas desde la concepción hasta la madurez y cómo
sus características tienden a permanecer bastante constantes .Los tres dominios principales de la
investigación del desarrollo fueron el físico, el cognitivo y el psicosocial.El crecimiento del
cuerpo y el cerebro, las habilidades sensoriales , las habilidades motrices y la salud física son
todos aspectos del desarrollo físico .El aprendizaje, la atención, la memoria, el lenguaje, el
pensamiento, el razonamiento y la creatividad contribuyen al desarrollo cognitivo .Los aspectos
del desarrollo psicosocial incluyen las emociones, la personalidad y las relaciones sociales.
Aunque se trata por separado el desarrollo físico, cognoscitivo y psicosocial, se trata de ámbitos
interrelacionados: cada aspecto del desarrollo afecta a los demás, y es así como lo señala Papalia
(2012), “Nuestro cerebro funciona mejor, nuestro razonamiento es más agudo, nuestro ánimo es
más luminoso y nuestra vulnerabilidad a las enfermedades disminuye si estamos en buena
condición física”. Los avances y retrocesos cognoscitivos tienen una relación estrecha con
factores físicos, emocionales y sociales, el desarrollo de la memoria refleja aumentos o pérdidas
de conexiones físicas cerebrales.

43
La capacidad de funcionamiento del cerebro y del cuerpo se ve afectada por el desarrollo
psicosocial La salud física y mental puede verse afectada por la falta de conexiones sociales
positivas .Para aprovechar al máximo el proceso educativo , la motivación y la confianza en uno
mismo son factores clave; sin embargo , las emociones negativas como la ansiedad pueden tener
un impacto en el rendimiento.

3.1 Adultez media.

omprender el desarrollo de los adultos puede ayudar a las personas a comprender y manejar
mejor las transiciones de la vida .En esta etapa del desarrollo humano , los individuos adquieren
mayores habilidades y capacidades para desarrollarse en una variedad de dominios, como el
social, el afectivo y el cognitivo .Las sociedades industriales modernas ven la edad adulta media
como una etapa distinta de la vida con sus propias normas sociales y etiqueta, oportunidades y
desafíos.Esta etapa dura de 40 a 65 años y puede provocar un lento declive en las capacidades
sensoriales , así como en la salud, el vigor y la resistencia, pero las diferencias individuales son
sustanciales.
Las habilidades mentales alcanzan su punto máximo; se incrementa la aptitud y la capacidad
práctica de resolución de problemas .La producción creativa decae, pero es de mayor calidad , y
algunos alcanzan el éxito profesional y tienen una fuerte capacidad de generar ingresos; otros
sufren por el cambio de carrera y la agonía.El desarrollo de un sentido de identidad continúa y se
produce la vida media .
Al mismo tiempo, los años de la edad media están marcados por crecientes diferencias entre los
individuos y una multiplicidad de trayectorias vitales Papalia (2012).

Algunas personas de mediana edad corren maratones; otras personas hacen ejercicio subiendo
escaleras mecánicas .Algunas personas tienen recuerdos más vívidos , mientras que otras sienten
que sus recuerdos comienzan a desvanecerse .Muchos adultos en este grupo de edad adquieren un
sentido estable de control sobre sus vidas mientras manejan sus pesadas responsabilidades y sus

44
numerosos y exigentes trabajos la independencia de los hijos en el hogar, la oficina o la empresa.
Tal vez asumiendo las responsabilidades de los padres ancianos o comenzando una nueva
carrera.La mediana edad puede ser una época de dominio, capacidad y crecimiento , así como una
época para reflexionar sobre las metas y aspiraciones y tomar decisiones sobre cómo utilizar
mejor los años restantes de vida .Algunas personas de edad media corren maratones; otras se
entrenan trepando escaleras empinadas. Unos tienen una memoria más aguda; otros sienten que
su memoria comienza a desgastarse.

3.1.1 Desarrollo físico.

Aunque algunos cambios fisiológicos son resultado del envejecimiento biológico y la


composición genética, factores conductuales y de estilos de vida arrastrados desde la juventud
pueden afectar la probabilidad, momento y extensión de un cambio físico. De la adultez temprana
a la edad media, los cambios sensoriales y motrices son casi imperceptibles, hasta que un día, un
hombre de 45 años se da cuenta de que no puede leer el directorio telefónico sin anteojos o una
mujer de 60 tiene que admitir que sus reflejos ya no son tan rápidos como antes. Al envejecer, es
común que los adultos experimenten diversos deterioros perceptuales, incluyendo problemas
auditivos y visuales Papalia (2012).
Una pérdida gradual del oído, apenas advertida en años anteriores, comienza a acentuarse a la
edad de 50 años, esta condición, presbiacusia, por lo general se limita a sonidos más agudos que
los que se utilizan en el habla Papalia (2012). La pérdida del oído es dos veces más rápida en los
hombres que en las mujeres. En la actualidad, ocurre un aumento previsible de sordera entre
personas de 45 a 64 años debido a la exposición continua o repentina al ruido en el trabajo,
conciertos estruendosos, audífonos, etc. En general, la sensibilidad al gusto y al olfato comienza a
perderse a la mitad de la vida. Los adultos comienzan a perder sensibilidad al tacto después de los
45 años y al dolor después de los 50. Sin embargo, se conserva la función protectora del dolor y,
en consecuencia, los adultos mayores conservan la sensibilidad a los niveles más elevados de
dolor y es probable que indiquen un alivio inadecuado del dolor. La pérdida de

45
resistencia es el resultado de la disminución gradual del ritmo de metabolismo basal (el consumo
de energía para mantener las funciones vitales) después de los 40 años Papalia (2012). Al
envejecer, el cerebro experimenta deterioros en varias áreas, sobre todo en el caso de tareas que
requieren un tiempo de reacción rápido o hacer malabares con múltiples ocupaciones. El
deterioro es mayor en las tareas que implican elección de respuestas (como presionar un botón
cuando se enciende una luz y otro cuando se escucha un tono) y habilidades motrices complejas
que involucran muchos estímulos, respuestas y decisiones (como conducir un vehículo). Esto se
debe en parte a que la capacidad para ignorar las distracciones disminuye gradualmente con la
edad, lo que hace más difícil realizar muchas cosas al mismo tiempo.
3.1.2 Desarrollo cognoscitivo.

Parte de las características que se enmarcan en el desarrollo cognoscitivo de la adultez media, es


la inteligencia fluida y cristalizada; lo cual la inteligencia fluida consiste en la habilidad para
resolver problemas nuevos que requieren pocos conocimientos previos o ninguno, como el
descubrimiento de un patrón en una sucesión de figuras. Comprende percibir relaciones, formar
conceptos y hacer inferencias, habilidades determinadas en buena medida por el estado
neurológico. La inteligencia cristalizada es la habilidad de recordar y usar la información
aprendida en la vida, como encontrar el sinónimo de una palabra. Se mide con pruebas de
vocabulario, información general y respuestas a situaciones y disyuntivas sociales, habilidades
que dependen sobre todo de la educación y la experiencia cultural. Estos dos tipos de inteligencia
siguen rutas diferentes. Se ha visto que la inteligencia fluida alcanza su máximo nivel en la
adultez temprana, mientras que la cristalizada mejora en la edad media y muchas veces hasta casi
el final de la vida Papalia (2012). En lugar de medir las mismas habilidades cognoscitivas en
diferentes edades, algunos

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científicos del desarrollo encuentran cualidades distintivas en el pensamiento de los adultos
maduros. Algunos, que trabajan en la corriente psicométrica, afirman que los conocimientos
acumulados cambian la manera en que opera la inteligencia fluida. Los adultos maduros integran
la lógica con la intuición y la emoción, concilian ideas y hechos contradictorios y añaden nueva
información a lo que ya se sabe. Interpretan lo que leen, ven o escuchan en términos de lo que
significa para ellos. En lugar de aceptar algo por lo que parece, lo filtran a través de su
experiencia y aprendizaje de toda la vida.
También las personas de esta etapa incluyen características importantes como lo es la creatividad,
la creatividad extraordinaria, según un análisis (Papalia (2012), “es resultado de un conocimiento
profundo y muy organizado de un tema, motivación intrínseca y un fuerte apego emocional al
trabajo que acicatea al creador para insistir frente a los escollos”. Una persona primero debe estar
completamente empapada de una materia para poder ver sus limitaciones, concebir diferencias
radicales y adoptar un punto de vista nuevo y único. La inteligencia general, el CI, guarda pocas
relaciones con el desempeño creativo.
3.1.3 Desarrollo psicosocial

Los científicos del desarrollo consideran de distintas formas el curso del desarrollo psicosocial en
la mitad de la vida, examinan de manera objetiva las trayectorias o caminos como la búsqueda de
una carrera por parte de la esposa y madre una vez tradicionales; pero estudian de manera
subjetiva la forma en que la gente construye su identidad y la estructura de su vida Papalia
(2012). El desarrollo en los años medios debe considerarse desde una perspectiva que abarque
todo el ciclo de vida, pero los primeros patrones determinan por necesidad los patrones
posteriores, y existen diferencias entre la edad media temprana y la tardía. Sólo compare las
preocupaciones características de una persona de 40 años con las de otra de 60. Por

47
supuesto, en la actualidad es difícil afirmar que el curso de la vida, de existir, es típico. A los 40
algunas personas se convierten en padres por primera vez, mientras que otras se convierten en
abuelos. El trabajo y los roles personales son interdependientes y son afectados por las tendencias
de la sociedad en general. En términos psicosociales, la adultez media alguna vez se consideró un
periodo relativamente estable. Freud (1906/1942) creía que para esa edad la personalidad ya se
había moldeado de manera permanente. En contraste, los teóricos humanistas como Abraham
Maslow y Carl Rogers veían en la edad media una oportunidad de cambio positivo. De acuerdo
con Maslow (1968) citado en Papalia (2012), “la plena realización del potencial humano, a la que
llamó autorrealización, sólo puede llevarse a cabo en la madurez”. Rogers (1961) citado en
Papalia (2012), sostenía que “el funcionamiento humano pleno requiere un proceso constante y
permanente de armonización del yo con la experiencia”.
El psicólogo suizo Carl Jung (1933, 1953, 1969, 1971) citado en Papalia (2012), sostuvo que “el
desarrollo saludable a la mitad de la vida requiere de la individuación, esto es, el surgimiento del
verdadero yo a través del equilibrio o integración de las partes contradictorias de la personalidad,
entre ellas las que antes fueron descuidadas”. Jung decía que, hasta alrededor de los 40 años, los
adultos se concentran en las obligaciones con la familia y la sociedad y desarrollan aspectos de la
personalidad que los ayudarán a alcanzar las metas que se propongan. Las mujeres hacen más
hincapié en la expresividad y el interés hacia los otros; los hombres se orientan principalmente
hacia el logro. En la mitad de la vida, la gente desplaza su preocupación hacia su yo interno y
espiritual. Tanto hombres como mujeres buscan la unión de los opuestos mediante la expresión
de aspectos antes desconocidos
En contraste con Jung, que consideraba la mitad de la vida como el tiempo de mirar al interior,
Erikson la describió como un giro al exterior. Afirmaba que los años alrededor de los 40
constituían

48
el momento en que la gente ingresa a su séptima etapa normativa, generatividad frente a
estancamiento. La generatividad, según la definición de Erikson, es el interés de los adultos
maduros por orientar y ayudar a la siguiente generación a que logre establecerse, la perpetuación
de uno mismo por medio de la influencia que ejerce en los más jóvenes.

49
CAPÍTULO IV. TIPOS DE PÉRDIDAS POR MUERTE.

Al describir los tipos de pérdidas que se abordan dentro del duelo, para este capítulo se
mencionan los tipos de pérdidas más comunes que a las personas les llega a generar el tener que
atravesar el proceso de duelo de algún ser querido. La pérdida de un ser querido se encuentra
entre los sucesos vitales negativos, críticos y/o traumáticos que pueden afectar la salud física,
emocional y mental de las personas que están atravesando un duelo. Hagman (1995) citado en
Yoffe (2013), considera que “el modelo psicoanalítico freudiano dejó de lado la importancia del
rol que juegan los “otros”, como también los factores sociales que pueden facilitar y/o impedir la
recuperación de quienes han sufrido la pérdida de un ser querido”. El autor concibe al duelo
como un proceso intersubjetivo en el cual será necesario transformar y reestructurar el apego
hacia la persona fallecida. En su abordaje relacional, la afectividad buscaría preservar o restaurar
la conexión interpersonal con los otros, ya que muchas de las problemáticas que pueden surgir
suelen deberse al fracaso de los demás para comprometerse con los deudos.

Stroebe (2007) citado en Yoffe (2013), distinguen las reacciones que pueden surgir ante la
pérdida de un ser querido: “a) manifestaciones afectivas de depresión, desesperación, ansiedad,
culpa, rabia, hostilidad, falta de deseo y sentimientos de soledad; b) manifestaciones de conducta
como agitación, fatiga, llanto, retirada, aislamiento social; c) manifestaciones cognitivas como
preocupación con pensamientos sobre la persona fallecida, baja autoestima, autorreproches,
sentirse desvalido y/o desesperanzado, sentimientos de irrealidad, problemas de memoria, de
atención y/o de concentración; y d) manifestaciones fisiológicas y/o somáticas tales como falta de
apetito, perturbaciones del sueño, falta de energía, quejas somáticas, sentirse exhausto, quejas

50
físicas similares a las padecidas por el ser querido en vida, vulnerabilidad y susceptibilidad a
enfermedades”.

4.1 PÉRDIDA DE LOS PROGENITORES.

Jaramillo (2001) citado en Yoffe (2013), señala que “ante la muerte de ambos padres, pueden
darse diversas situaciones en el adulto: a) el sentimiento de “orfandad”, como sensación de que
ya no será más un hijo para nadie; b) la tarea de deshacer la casa de los padres como el “refugio
real o simbólico del que se era parte”; y c) el proceso de reorganización de la relación entre los
hermanos, sin la presencia de los padres. La gravedad de este tipo de duelo dependerá de factores
tales como:
a) quién era para cada uno el progenitor que murió; b) el rol que éste desempeñó en la vida del
deudor; c) los espacios que ocupaba en el mundo interno del adulto, la forma y el momento del
ciclo vital en el que murió; d) los recursos internos del deudo, que le permitirán o no afrontar la
pérdida de su familiar y e) la disponibilidad de redes de apoyo familiar y social”. Si la muerte del
progenitor sucede cuando el hijo está cerca de los veinte o treinta años, coincidirá con la etapa en
la que éste último está en la lucha por separarse de sus padres, en que sus esfuerzos vitales están
dirigidos hacia la construcción de un hogar y una familia propia, y hacia la búsqueda de cierta
estabilidad laboral y económica. Pero, si la muerte sucede cuando el hijo está alrededor de los
cincuenta años, la misma coincidirá con un momento de mayor estabilidad, ya que se supone que
éste ya ha podido consumar las tareas anteriormente señaladas (Jaramillo, 2001) citado en Yoffe
(2013). En algunos duelos puede haber situaciones conflictivas preexistentes y/o conflictos de
difícil resolución frente a temas de herencias, mudanzas, arreglos domésticos en el hogar
familiar, sobre qué hacer con la ropa y las pertenencias del progenitor fallecido y con los objetos
de quien aún está vivo, o bien, con las pertenencias de ambos. Los factores antedichos podrán
facilitar o dificultar la relación entre los hermanos y/o con el progenitor vivo. En ocasiones, el
tener que

51
resolver factores prácticos podrá servir como motivo para rencillas mayores; en cambio para
otros, el tener que resolver factores prácticos y materiales podrá servir de nexo para unir más a
los hermanos en la nueva tarea de reorganización familiar.

4.2 PÉRDIDA DE UN HERMANO/A.

La aflicción ante la pérdida de un hermano depende de la edad y del momento de desarrollo de


los hermanos que sobreviven a éste. En muchos casos, los adultos en duelo por la muerte de un
hijo suelen encontrarse en situaciones muy difíciles como para poder ayudar a los otros hijos
vivos al estar muy inmersos en su propio duelo En muchos casos, los adultos en duelo por la
muerte de un hijo suelen encontrarse en situaciones muy difíciles como para poder ayudar a los
otros hijos vivos al estar muy inmersos en su propio duelo Parkes y Markus (1998) citado en
Yoffe (2013), plantean que “existe menor cantidad de estudios desarrollados sobre la pérdida de
hermanos que sobre la pérdida de padres”. La mayoría de las investigaciones sobre pérdidas por
muerte de un hermano o hermana se han focalizado en adolescentes que van entre los 14 y los 19
años de edad. En dichos estudios, se pudo observar que la aflicción en el duelo variaba y se
extendía desde el año y medio hasta los siete años posteriores a la muerte del ser querido
fallecido (Balk, 1983) citado en Yoffe (2013).) Desarrollaron investigaciones con adolescentes
que habían sufrido pérdidas y habían desarrollado enfermedades como cáncer, señalando que la
aflicción ante la pérdida de un/a hermano/a depende de la edad y del momento de desarrollo de
los hermanos que sobreviven al fallecido. Plantean que si la pérdida de un hermano es compartida
con otros y la familia brinda apoyo al hijo que queda vivo, la salida del duelo será más positiva.

52
4.3 PÉRDIDA DEL CÓNYUGE.

La muerte de un esposo o esposa, o de una pareja, como la muerte de un hijo, constituyen las
experiencias más dolorosas y amenazantes para la estabilidad emocional de los individuos.
Cuando una persona enviudó, no sólo pierde a su ser querido, sino que también debe enfrentar la
pérdida de la seguridad económica, la falta del par y compañero sexual, la pérdida de su identidad
basada en el estar “casado”, la sensación y la expectativa de compañía en la vejez, la pérdida de
proyectos en común y el acompañamiento en las actividades cotidianas y hogareñas, entre otros.
El deudo deberá reorganizar toda su vida y es posible que sienta fuertes sensaciones de ansiedad
relacionadas con el miedo de no poder seguir adelante sin el ser amado; sentimientos de vacío y
soledad, falta de proyectos y de sentido de su vida y de la vida en sí misma. En presencia de
hijos, el viudo o la viuda deberán redefinir su identidad y cumplir además con roles, funciones y
responsabilidades que llevaba a cabo quien falleció. La pérdida del cónyuge crea gran cantidad
de discrepancias entre el mundo interno y externo de quien ha enviudado. Durante un período
largo, las viudas suelen presentar dificultades para descubrir qué cambios son necesarios en su
vida y cuál es su punto de vista sobre sí mismas; pero, a medida que se van moviendo en la nueva
realidad, es común verlas planteándose si el modo de resolver los problemas es igual al que
usaban sus maridos; y hablar refiriéndose a un “nosotros”. A medida que el tiempo pasa, las
viudas buscan nuevos modos de resolver los problemas, pasando de una “vieja identidad” basada
en la identificación con el marido, al reemplazo por una nueva identidad basada en el “yo”. La
sexualidad y las necesidades afectivas del viudo o la viuda son temas que suelen dejarse de lado
en las investigaciones, aunque existe gran diversidad de patrones individuales para el manejo de
tales necesidades: algunos pueden sentir sus necesidades sexuales en forma muy intensa al
comienzo del duelo, mientras que otros reprimen sus deseos sexuales por lealtad hacia la persona
fallecida, y algunos pueden renunciar en forma

53
permanente, decretando su muerte sexual a partir de la pérdida del compañero o la compañera.
Puede ser que con el paso del tiempo surjan nuevas necesidades sexuales, deseos de intimidad y
de contacto, necesidad de abrazos y caricias que haga que los deudos salgan a buscar una nueva
relación de pareja. Esto varía según la personalidad y el grado de madurez que el viudo o la viuda
tengan a partir de su recuperación en el proceso de duelo (Jaramillo, 2001) citado en Yoffe
(2013).

4.4 PÉRDIDAS ANTICIPADAS INESPERADAS.

Según Jaramillo (2001) citado en Yoffe (2013), un tipo de muerte repentina puede actuar como
un factor que podría complicar el duelo, ya que para el deudo, si el sujeto que falleció era sano, le
podrá resultar más difícil aceptar que quien estaba vivo ayer, hoy esté muerto. La muerte
accidental es un tipo de muerte súbita inesperada e imprevisible donde todo aparece como
absurdo e ilógico; por ello, presenta las mayores dificultades para los deudos. La primera
reacción ante la noticia de la muerte inesperada de un ser querido suele ser la incredulidad, por lo
cual, el deudor puede sufrir una especie de bloqueo emocional, una anestesia emotiva que
funciona como un mecanismo de defensa cuya función es la de cancelar temporalmente el suceso
de la pérdida como forma de poder seguir viviendo. A quien atraviesa un duelo de este tipo le
resulta casi incomprensible aceptar que quien falleció, habiendo sido una persona buena, pudo
haber tenido una muerte tan injusta a través de un accidente, un homicidio, una catástrofe natural,
o incluso

54
después de una enfermedad que pudo haber implicado un gran sufrimiento previo. A pesar de que
el deudo pueda ser una persona de fe y tenga creencias religiosas o espirituales, lo antedicho
podría aumentar el dolor y sus sentimientos negativos, su capacidad de comprensión y de
aceptación de la pérdida. De todos modos, si los deudos pueden llevar a cabo rituales que les
permita simbolizar la despedida que no pudo realizarse previamente a la muerte del ser querido,
podrían ir aceptando lentamente la dolorosa y trágica pérdida sufrida.

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METODOLOGÍA.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Cómo viven el proceso de duelo por muerte las personas de 45 a 60 años de la delegación de
San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México?

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Los vínculos sociales y afectivos son indispensables en la vida de los seres humanos, desde el
inicio de su desarrollo y durante todo su crecimiento, es por ello que la ruptura o pérdida de
alguno de estos vínculos desencadena un periodo de gran intensidad emocional al que se
denomina duelo.

En el caso de la muerte, la pérdida es definitiva y radical, afectando las distintas dimensiones que
conforman a la persona, tales como la dimensión cognitiva, la dimensión emocional, la
conductual, la dimensión social, física y espiritual. Esto puede desencadenar un sentimiento de
incapacidad para afrontar y superar la situación que se atraviesa.

Es común pensar que el duelo se inicia inmediatamente después de que ocurre la pérdida, sin
embargo, no en todas las ocasiones o en todos los casos ocurre de manera inmediata o
consecutiva. Este puede ser de carácter previsible, lo que se denomina duelo anticipado, o bien,
se puede vivir o experimentar en los meses siguientes a la pérdida o la muerte.

La muerte le otorga al duelo un carácter particular en razón de su radicalidad, ya que como se


mencionaba anteriormente es implacable e irreversible a diferencia de una separación o pérdida
no mortal, que siempre deja abierta la esperanza del reencuentro, recuperación o reconciliación,
la muerte, jamás.

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Se ha observado en los habitantes de San Lorenzo Tepaltitlán, que no toda muerte les genera un
duelo; de acuerdo a lo que se ha logrado identificar, para que este duelo suceda, es preciso que la
persona que fallece tenga importancia y significado para quien o quienes le pierden. Es necesario
que existan entre ambos lazos de unión estrechos, ya que lo esencial en este proceso de duelo que
viven los habitantes de la delegación, no es solo la pérdida, sino también el cariño y el apego.

Sumado a lo anterior, se ha identificado que este duelo ocasionado por la pérdida de una persona
con quien se tenían lazos estrechos, ocasiona la falta de un adecuado manejo emocional, la
fractura de la comunicación en sus familias, un bloqueo en la toma de decisiones, etc.
Complicando este proceso de duelo, aumentando la probabilidad de atravesar conflictos
familiares y problemas de salud mental. Es por ello que se plantea la siguiente pregunta de
investigación: ¿Cómo viven el proceso de duelo por muerte las personas de 45 a 60 años de la
delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México?

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OBJETIVOS.

Objetivo general.

Conocer acerca del proceso de duelo que viven las personas de 45 a 60 años de la delegación de
San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México.

Objetivos específicos.

1. Identificar a las personas de 45 a 60 años de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán,


Toluca, Estado de México que han vivido una pérdida de duelo por muerte
ocasionándoles atravesar el proceso de duelo.
2. Identificar en qué orden se experimentaron las etapas de duelo por muerte.

3. Conocer si hubo un retroceso en las etapas de duelo por muerte

HIPÓTESIS

Hi: Los habitantes de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México viven
el duelo por muerte, atravesando todas sus etapas tales como la negación, ira, depresión y
aceptación

Ho: Los habitantes de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México no
viven todas las etapas del proceso de duelo por muerte.

Ha: Los habitantes de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México se
quedan estancados en una de las etapas del proceso de duelo por muerte.

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DEFINICIÓN DE CATEGORÍAS.

Negación: La imposibilidad de aceptar y reconocer como un hecho real que se padezca la


enfermedad, por lo que el diagnóstico recibido se atribuye a errores médicos o algún tipo de
equivocación (Kübler-Ross). Necesidad de distanciarse, evitar y suprimir emociones. (Moyer y
Levine). Es el proceso por el cual la persona se defiende de pensamientos, sentimientos o de
información dolorosa o amenazante, y puede manifestarse tanto en personas sanas como en
personas con alguna enfermedad, y/o en los familiares del paciente.

Ira: Reacción emocional de rabia, envidia, resentimiento y hostilidad por haber perdido la salud y
es dirigida hacia todo el entorno que se percibe como sano o responsable de la enfermedad, ya
sea personal sanitario, familiares, amistades, incluso hacia Dios. También incluye la ira u
hostilidad dirigida hacia sí mismo al culparse de haberse provocado la enfermedad, pudiéndose
incurrir en conductas de riesgo autodestructivas (Kübler-Ross).

Depresión: sentimientos de un profundo vacío y dolor ante la penosa situación que el paciente
vive, adoptándose una actitud de claudicación ante la enfermedad. En esta fase puede abandonar
el tratamiento y dejar de ir a las citas médicas (Kübler-Ross).
Negociación: Forma de afrontar la culpa y se entabla, de forma imaginaria o real, con aquéllos
hacia los cuales dirigió la ira. Ahora no se perciben como culpables, sino comprometidos con la
recuperación del paciente, por lo que éste les hace promesas para alcanzar metas terapéuticas, de
supervivencia o desarrollo personal. Se abandona cualquier conducta autodestructiva y empieza a
comprometerse con la recuperación. (Kübler-Ross).

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Aceptación: se define como el reconocimiento de la enfermedad y situación de dolor y
limitaciones que conlleva, sin buscar culpables, ni adoptar una posición de derrota, sino asumir
una actitud responsable de lucha y supervivencia. A esta fase se alcanza tras realizar un balance
de la pérdida y dar nuevos significados a la situación que se vive (Kübler-Ross).
TIPO DE ESTUDIO.

Dentro de la investigación, se utilizará un tipo de estudio descriptivo, debido a que en el objetivo


general se planteó el poder conocer acerca del proceso de duelo que vive cada persona, quedando
de la siguiente manera “Conocer acerca del proceso duelo que viven las personas de 45 a 60 años
de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca Estado de México.” En el cual
principalmente se busca describir cómo es que se vive el fenómeno o suceso. En relación a esto,
Hernández Sampieri (2014), hace referencia a los estudios descriptivos, aludiendo a que buscan
especificar propiedades y características importantes de cualquier fenómeno que se analice y
describe tendencias de un grupo o población.
Con frecuencia, la meta del investigador consiste en describir fenómenos, situaciones, contextos
y sucesos; esto es, detallar cómo son y cómo se manifiestan. Con los estudios descriptivos se
busca especificar las propiedades, las características y los perfiles de personas, grupos,
comunidades, procesos, objetos o cualquier otro fenómeno que se someta a un análisis. Es decir,
únicamente pretenden medir o recoger información de manera independiente o conjunta sobre los
conceptos o las variables a las que se refieren, esto es, su objetivo no es indicar cómo se
relacionan éstas.

60
ENFOQUE.

Dentro de la investigación se utilizará un enfoque cualitativo ya que se busca conocer los


fenómenos desde la perspectiva de los participantes dentro de su propia comunidad y en relación
al contexto que la rodea.

Como señalan los autores Blasco y Pérez (2007:25) en la investigación cualitativa, se estudia la
realidad en su contexto natural tal y como sucede, sacando e interpretando los fenómenos de
acuerdo con las personas implicadas.

Por otra parte, Taylor y Bogdan (1987), citados por Blasco y Pérez (2007:25-27) al referirse a la
metodología cualitativa como un modo de encarar el mundo empírico, señalan que en su más
amplio sentido es la investigación que produce datos descriptivos las palabras de las personas,
habladas o escritas y la conducta observable.
La investigación al basarse en un enfoque cualitativo busca conocer la realidad de la persona, por
lo que cada perspectiva de los participantes se considerará valiosa, al querer saber su experiencia
no se busca la verdad o la moralidad, sino conocer la realidad desde la cual vivió o vive el duelo
el participante, viendo a todos los integrantes de la muestra como iguales.
Como mencionan Taylor y Bogdan (1987) citados por Blasco y Pérez (2007:25-27 al emplear el
método cualitativo se aprende sobre conceptos tales como belleza, dolor, fe, sufrimiento,
frustración y amor, cuya esencia se pierde en otros enfoques investigativos.
Taylor y Bogdan (1987), citados por Blasco y Pérez (2007:25-27) refiere que el investigador
cualitativo da énfasis a la validez en su investigación. Los métodos cualitativos nos permiten
permanecer próximos al mundo empírico. Están destinados a asegurar un estrecho margen entre
los datos y lo que la gente realmente dice y hace.

61
TIPO DE DISEÑO.

Dentro de la investigación, se usará un tipo de diseño que es fenomenológico, ya que este abarca
características importantes que son coincidentes con los elementos que se requieren para
desarrollar la presente investigación, y tales aspectos del diseño fenomenológico, son
mencionados por Creswell (2011) citado en Hernández Sampieri (2014), y hace referencia a que
en la fenomenología, se obtienen las perspectivas de los participantes, y en lugar de generar un
modelo a partir de ellas, se explora, describe y comprende lo que los individuos tienen en común
de acuerdo con sus experiencias con un determinado fenómeno. De igual manera, se percibe que
en este tipo de diseño dentro de la fenomenología se ven implícitos a los sentimientos,
emociones, razonamientos, visiones y percepciones, y esto se ve relacionado al hecho de que, en
la investigación, se indaga acerca de la vivencia del duelo y así mismo se identificarán emociones
o las percepciones que se tiene acerca del proceso de duelo por muerte como consecuentes, por
ello esto es otro criterio por el cual se decidió elegir este diseño.
De esta manera, en la fenomenología los investigadores trabajan directamente las unidades o
declaraciones de los participantes y sus vivencias, más que abstraerlas para crear un modelo
basado en sus interpretaciones como en la teoría fundamentada.

POBLACIÓN Y MUESTRA.

62
La población que se utilizará dentro de la investigación, serán las personas de 45 a 60 años de
edad de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca, Estado de México. La población a
considerar es de 3500 personas, y la muestra a utilizar en la investigación es del 30%, ya que es
un aproximado de las personas que han vivenciado un duelo y esto equivaldría a la cantidad de
1050 personas.

La elección de la muestra para la investigación, es de tipo homogénea, ya que se requiere que las
personas cumplan con características y criterios específicos para que puedan formar parte de la
investigación, dichos criterios son que las personas hayan vivido una pérdida de duelo por muerte
de un familiar directo, ya sea cónyuge, hijo (a), madre, padre o hermano. Además, la pérdida
debe cumplir una temporalidad de no más de 3 años.

Se eligió la muestra de tipo homogénea, dado a que en Hernández Sampieri (2014), refiere
aspectos fundamentales para que se pueda delimitar en una investigación el uso de la muestra
homogénea, y estos aspectos que se mencionan, son coincidentes con lo que buscamos y
necesitamos para poder llevar a cabo la investigación; lo que se menciona es lo siguiente: “en las
muestras homogéneas las unidades que se van a seleccionar poseen un mismo perfil o
características, o bien comparten rasgos similares. Su propósito es centrarse en el tema por
investigar o resaltar situaciones, procesos o episodios en un grupo social. De esta manera, la
investigación, se centrará en ubicar en específico

63
a un determinado grupo de sujetos que principalmente compartan el hecho de haber vivido un
duelo, siendo todas estas personas provenientes de la delegación de San Lorenzo Tepaltitlán,
Toluca, Estado de México.

Una forma de muestra homogénea, combinada con la muestra de casos tipo, pero que algunos
autores destacan como una clase de muestra cualitativa son las llamadas “muestras típicas o
intensivas”, en que se eligen casos de un perfil similar, pero que se consideran representativos de
un segmento de la población, una comunidad o una cultura (no en un sentido estadístico, sino de
prototipo).

64
TÉCNICA O INSTRUMENTO DE RECOPILACIÓN DE INFORMACIÓN.

Entrevista a profundidad

Debido a que se trata de una investigación de tipo cualitativa y lo que se busca es indagar y
describir las distintas maneras en que las personas que conforman la muestra vivenciaron el
proceso de duelo, se considera necesario realizar una entrevista a profundidad como instrumento
para la recopilación de datos.

Las entrevistas a profundidad son un método de recolección de datos cualitativos que permiten
recopilar una gran cantidad de información sobre el comportamiento, actitud y percepción de los
entrevistados.

La entrevista en profundidad sigue el modelo de plática entre iguales, “encuentros reiterados cara
a cara entre el investigador y los informantes” [Taylor y Bogdan, 1990: 101], La entrevista es una
reunión para conversar e intercambiar información entre una persona y otra u otras (entrevistador
y entrevistado). La entrevista cualitativa es más íntima, flexible y abierta que la cuantitativa.

Un grupo focal consiste en una entrevista grupal dirigida por un moderador o más a través de un
guión de temas o de entrevista. Se busca la interacción entre los participantes como método para
generar información.

“En la entrevista, a través de las preguntas y respuestas se logra una comunicación y la


construcción conjunta de significados respecto a un tema Janesick, Valerie, (1998) citado en
Sampieri (2014)

65
El grupo focal al que se realizará la entrevista será elegido bajo ciertas características, tales como
tener entre 45 y 60 años, recidir en San Lorenzo Tepaltitlán, Toluca, Estado de México y haber
vivido una pérdida de duelo por muerte.

En la investigación se cuenta con una guía de preguntas, pero para mayor obtención de
información, conforme los entrevistados den respuesta a las diversas interrogantes se van
introduciendo más preguntas, con el fin de poder conocer acerca del proceso de duelo que han
vivido.

66
PROCEDIMIENTO.
Línea de acción 1
Realizar una encuesta para identificar y reunir a la población que conforma la muestra
Línea de acción 2
Entregar a cada participante, el consentimiento informado para obtener autorización del uso de
la información para fines de la investigación.
Línea de acción 3
Realizar a cada participante la entrevista a profundidad de manera individual.
Línea de acción 4
Realizar un análisis cualitativo de la información obtenida.
Línea de acción 5
Identificar si los habitantes de San Lorenzo Tepaltitlán atravesaron todas las etapas del duelo
Línea de acción 6
Identificar si los habitantes de San Lorenzo Tepaltitlán se encuentran atravesando una etapa del
duelo.
Línea de acción 7
Identificar si los habitantes de San Lorenzo Tepaltitlán no han podido superar una de las etapas
del duelo.

PRESUPUESTO.
MOTIVO DESCRIPCIÓN COSTO TOTAL
Páginas 600 páginas total $90 $540
Empastado 9 ejemplares (6 $416 $3744
sinodal, 3
tesistas)
Lápices 1 paquete $50 $50
Folder 11 paquetes de $250 $2750
100 folders
Asesorías 6 asesorías $966.6 $5800
Curso metodologías para No se especifica $4200 $4200
tesis
Donaciones 2 libros $1000 $2000
Viáticos 7 viajes ida y $90 $680
regreso
(Colonia
Científicos-San
Lorenzo
Tepaltitlán)

67
Viáticos 7 viajes ida y $240 $1680
regreso (San
Mateo
Oxtotitlán-
San Lorenzo
Tepaltitlán)
TOTAL $21,444.00

68
CRONOGRAMA.

Actividad May. Jun. Jul. Ago. Sep. Oct. Nov. Dic. Ene. Feb.
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
Elección de * *
tema
Pregunta de * *
investigación
Elaboración * *
de título
Investigación * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
bibliográfica
Objetivos * *
Justificación *
Planteamiento * *
del problema
Planteamiento * *
de hipótesis
Tipo de *
estudio
Diseño de *
investigación
Población * *
Muestra * *
Determinació * *
n de la
técnica o de
instrumento
de
recopilación
de datos
Elaboración * *
del

69
80

70
1

instrumento
(Guías de
entrevista y
de grupo
focal)
Cronograma * *
Índice *
Introducción * *
Marco teórico * * * * * * * * *
Elaboración * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *
de referencias
bibliográficas
Aplicación del * * * * *
instrumento
Procedimiento * * * *
Procesamiento * * * *
de datos
Resultados * * *
Análisis de * * *
resultados
Conclusiones * * *
Sugerencias * *
Resumen * *

71
81

72
2
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1
80
ANEXOS.
GUION DE ENTREVISTA.

Nombre del entrevistador:

Edad del entrevistado:

1. ¿Recientemente ha vivido el fallecimiento de algún ser querido? ¿Hace cuánto?

2. ¿Con qué personas o bajo qué situación habla de su pérdida?

3. Explique cómo y de qué manera le afectó emocionalmente la pérdida por muerte

4. ¿Qué emociones le generó el fallecimiento?

5. ¿Notó alguna conducta inhabitual en su vida diaria después de haber vivenciado la muerte

de ser querido?

6. ¿Cómo describiría su comportamiento posteriormente del fallecimiento?

7. ¿Actualmente le afecta emocionalmente o psicológicamente el recordar que su ser querido

está muerto?

8. ¿Requirió de algún apoyo terapéutico para poder afrontar la pérdida de su ser querido?, en

caso de mencionar que si ¿podría describir su proceso?

9. Si no requirió de ayuda terapéutica, ¿Qué estrategias o recursos usó para poder afrontar el

fallecimiento?

88

81
1
CONSENTIMIENTO INFORMADO.

Yo a de del 2022, manifiesto que:

He recibido de Diego Enrique Ramírez Quintana estudiante del noveno cuatrimestre

de la licenciatura en psicología de la Universidad Univer Milenium Plantel Ciencias de

la Salud, toda la información necesaria de manera clara comprensible y satisfactoria

acerca de la naturaleza y propósito de esta entrevista.

Así mismo reconozco expresamente que se me ha informado acerca del manejo de

información y confidencialidad. Asegurando que los datos personales y la información

brindada se recogerán con la única finalidad de nuestra investigación titulada

“Vivencia del proceso de duelo por muerte de los habitantes de 45 a 60 años de San

Lorenzo Tepaltitlán, Toluca””. De la misma manera, toda la información concerniente

a mi Participación, incluyendo cualquier grabación de audio, video o reporte escrito,

será de manera anónima ya que serán divulgados y entregados a la institución con fines

investigativos, solo con mi consentimiento expreso.

Es por ello que manifiesto haber leído y comprendido íntegramente este documento y

acepto ser entrevistado y video-grabado para participar en la investigación antes

mencionada.

X
Entrevistado

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89
2

83

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