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La enlechadura es una afección reconocida en la medicina tradicional de grupos indígenas mexicanos que afecta a niños lactantes y está relacionada con la calidad de la leche materna. Los síntomas incluyen vientre inflamado, diarrea con bolitas de leche en las heces, vómitos y mal olor en la boca. Los tratamientos tradicionales incluyen preparados a base de la propia leche materna con hierbas, purgantes, lavados intestinales y cataplasmas para bajar la h
La enlechadura es una afección reconocida en la medicina tradicional de grupos indígenas mexicanos que afecta a niños lactantes y está relacionada con la calidad de la leche materna. Los síntomas incluyen vientre inflamado, diarrea con bolitas de leche en las heces, vómitos y mal olor en la boca. Los tratamientos tradicionales incluyen preparados a base de la propia leche materna con hierbas, purgantes, lavados intestinales y cataplasmas para bajar la h
La enlechadura es una afección reconocida en la medicina tradicional de grupos indígenas mexicanos que afecta a niños lactantes y está relacionada con la calidad de la leche materna. Los síntomas incluyen vientre inflamado, diarrea con bolitas de leche en las heces, vómitos y mal olor en la boca. Los tratamientos tradicionales incluyen preparados a base de la propia leche materna con hierbas, purgantes, lavados intestinales y cataplasmas para bajar la h
La "enlechadura" es un padecimiento de los niños lactantes,
reconocido en la medicina tradicional de varios grupos indígenas de México. Entre los mixtecos, es atendido por parteras, curanderos y hierberos.
Como su nombre lo indica, la enlechadura es una afección que
guarda estrecha relación con la leche; es causada por la calidad de la leche materna, la cual se ve afectada por diversas circunstancias: cuando la madre está muy acalorada, sudando, y amamanta a su hijo; cuando la leche está "rezagada", es decir, descompuesta; o si la mujer consume mucho queso, aguacate, semillas de calabaza, nueces u otras semillas secas. El niño también puede enfermar cuando no se le da de comer a las horas indicadas.
El niño enlechado está "aventado", esto es, tiene el vientre
inflamado; presenta diarrea y en su excremento aparecen "bolitas de leche"; tiene vómitos, la boca le huele a coco y a veces tiene calentura.
Además de interrogar a la madre, los; terapeutas revisan el abdomen
del niño para cerciorarse de que está hinchado, observan sus evacuaciones y le huelen su boquita.
Los tratamientos son variados e incluyen la ingestión de preparados
medicinales, la administración de purgas y lavados intestinales, y la aplicación de cataplasmas en el estómago para "bajar la hinchazón". El medicamento se hace con la misma leche materna, la cual se hierve con manzanilla, cuatro hojitas de hierbabuena dulce, alucema, pedernal ("piedra muy dura") y dos "dedos de bicarbonato" que se agregan al momento de la toma. Otros terapeutas hierven la leche en un cascarón vacío de huevo, y además de alucema y hierbabuena, agregan un pedacito de chayote y "siete piedrecitas de hormiguero de hormiga arriera". Las cataplasmas se ponen sobre el estómago, y se preparan con un huevo frito en aceite y colocado en hojas de chayote. Si el niño tiene menos de seis meses, el purgante se hace con medio frasco de aceite de oliva y "lo que toman dos dedos" de magnesia anisada y de magnesia calcinada; se mezcla bien y se le da a tomar; enseguida, se prepara un té de orégano verde "para que la purguita le haga efecto más rápido". El tratamiento incluye un lavado intestinal con agua hervida y un pedacito de jabón palmolive. Los terapeutas aconsejan a las madres extremar los cuidados cuando se tienen niños pequeños, ya que la enlechadura provoca serias molestias a los lactantes. Una forma de prevenir la enfermedad es dar unas gotitas de agua fría al niño antes de amamantarlo.