Está en la página 1de 3

Santa Muerte Poderosa,

vengo adorarte e implorarte,


por una causa urgente y justificable,
necesaria en este momento para mi vida.
 
Vengo a implorarte,
que cuides a mis hijos,
en el turbio camino que se le puede presentar,
porque la vida de los jóvenes, no es fácil.
 
Están pasando por un momento,
donde todo puede ser confuso,
no importa su edad y que tan,
sabios puedan ser siempre,
necesitarán de tu amable compañía.
 
Querida Santa Muerte,
vengo implorarte tu sincera compañía,
qué el manto de su misericordia,
pueda siempre mantenerlos,
por el camino del bien.
 
Qué sea tu gracia y entendimiento,
asimismo, que le alumbre,
el camino por donde les toque,
transitar que no esté lleno de espinas.
 
Amada Santa muerte,
protégelos por favor,
de todo mal o envidia,
que pueda estar asechándolos.
 
Sé tú su madre,
protectora y bondadosa cuando,
yo no estoy a su lado.
 
Querida Niña Blanca,
confío en que guíes sus pasos,
cuando puedan encontrarse,
perdidos ante la oscuridad.
 
Aléjalos de los malos vicios,
además de las personas,
que quieran el mal o lastimarlos.
 
Qué nunca pierdan el temor de Dios,
porque en ese momento encontrarán,
todo perdido a su alrededor.

Santa Muerte querida,


aunque no todos te respeten,
para mí tus poderes son,
tan sagrados como los de Dios.
 
Te pido por favor protejas a mis hijos,
de todo lo que pueda causarles,
daño tanto físico o mental.
 
Ellos merecen mucho más,
de lo que puedo darles,
pero puedo estar seguro,
que nadie los ama más que yo.
 
Por ello hoy me arrodilló,
delante de tu sagrada presencia,
buscando puedas ver que estoy,
aquí presente, esperando que todo,
salga bien en la vida de mis hijos.
 
Regalales personas,
amables en su camino,
que los aprecien y valoren,
tanto como lo merecen.
 
Sigue regalándoles muchos,
días de vida para poderlos,
ver como hombres de bien.
 
Grandes y fortalecidos,
qué les vaya bien en sus estudios,
para que puedan, además,
sentirse orgullosos consigo mismo.
 
Santa Muerte bendita,
te rodeas de la buena energía,
y no le quitas el regalo de la vida,
a nadie que no haya cumplido su tiempo.
 
Por ello te ruego, Niña Blanca,
que me regales suficiente tiempo,
para estar a su lado y siempre protegerlos.
 
Gracias mi Diosa eterna,
porque a pesar que no soy tan,
devoto y agradecido como debería ser,
estas en todo momento acompañándome.
 
Realmente, confío la vida en mis hijos,
porque tú madre bendita,
 también los cuidarías, tanto como yo.
 
No tengo miedo en ningún,
momento porque sé que los,
estás protegiendo cuando así lo requieran.
 
Por último, Santa Muerte,
no dejes de avisarme,
cada vez que me necesiten.
 
Así como también devuélvelos,
todos los días sanos y salvos a casa,
donde yo los esperaré con mucho amor.
 
Amén.

También podría gustarte